Introducción A Los Procesos de Cocción de Los Alimentos
Introducción A Los Procesos de Cocción de Los Alimentos
Introducción A Los Procesos de Cocción de Los Alimentos
“TEC”
MÓDULO FORMATIVO:
MÓDULO II
APELLIDOS Y NOMBRES:
AMANDA NATALIE DA SILVA GUIMARAES
AÑO DE INGRESO:
2022 - I
COORDINADOR ACADÉMICO:
PUCALLPA
2022
INTRODUCCIÓN A LOS PROCESOS DE COCCIÓN DE LOS ALIMENTOS
TIPOS DE COCCIÓN
COCCIÓN POR CONCENTRACIÓN
COCCIÓN POR
EXPANSIÓN COCCIÓN
MIXTA
LA COCCIÓN DE LOS ALIMENTOS
Desde entonces hasta hoy se han ido perfeccionando las técnicas para cocinar.
Paralelamente, se ha producido una evolución en el paladar y un desarrollo del
conocimiento de los alimentos y los procesos nutritivos, dando lugar todo ello a una gran
diversificación de las técnicas de cocción.
Algunas de las modificaciones más importantes que se producen en los alimentos con
la cocción son las siguientes:
VENTAJAS DE LA COCCIÓN
Digestiva. La cocción ablanda las fibras y hace los alimentos asimilables, facilitando la
masticación y los procesos de digestión.
Transmisión por
conducción Se produce un contacto directo entre la fuente de calor y el
alimento. Ocurre, por ejemplo, cuando ponemos una parrilla en
el fuego y esta transmite el calor a la hamburguesa que se
cocina.
El flujo de calor a través de un medio sólido avanza de las partes
más calientes a las más frías. Esto es debido al aumento de la
vibración interna de las moléculas, que provoca choques entre
las moléculas contiguas y, por tanto, el aumento de temperatura.
Transmisión por
convección Se produce en los fluidos –líquidos y gases–. El ejemplo más
típico es el de una marmita hirviendo.
Cuando se pone la marmita en el fuego, el fluido de la parte
inferior se calienta –se hace menos denso–, por lo que al pesar
menos se desplaza a la superficie; al mismo tiempo, el fluido de
la superficie, al ser más frío y por lo tanto más denso, desciende.
La sucesión de estos desplazamientos provoca una circulación
del fluido denominada corriente de convección.
Transmisión por
radiación El calor se transmite en forma de ondas electromagnéticas
invisibles al ojo humano. El calor que recibimos mediante la luz
solar o un fuego encendido nos llega por radiación térmica.
Los generadores de calor más importantes son la placa de cocina y el horno, pero en
una cocina profesional disponemos de una gran variedad de equipos con funciones
específicas.
Son las placas donde se colocan los recipientes para ser calentados por su base. Pueden
ser de distintos tipos según la fuente de energía que utilizan y las características que
presentan.
Las más utilizadas en una cocina profesional son las siguientes:
Fogones de gas
Se basan en el empleo de gas –propano, butano o gas natural–
y generan el calor en forma de llama. Son el sistema más
económico en cuanto al consumo y admiten recipientes
fabricados con un gran número de materiales.
Fogones eléctricos
Son placas de vitrocerámica que transmiten el calor a través de
resistencias situadas debajo de una base de vidrio –
tradicionales–, o que generan un campo electromagnético que
es el responsable de dar el calor de forma secuencial por
impulsos –son las denominadas placas de inducción–.
Estas placas exigen recipientes de materiales específicos –
hierro o fondos difusores– y con la base completamente plana.
Placas radiantes
(coup de feu). Están inspiradas en las antiguas cocinas de
carbón o leña –las denominadas cocinas económicas–.
Son polivalentes, puesto que pueden servir como fogón,
como plancha y como zona de calor más suave para cocciones
largas.
Los hornos
Horno tradicional
Horno de convección
Horno para
pastelería y Estos hornos disponen de un tiro para abrir o cerrar la salida de
pizzería aire caliente. Pueden funcionar con gas o electricidad. Se
fabrican hornos para pastelería con las medidas tradicionales
para bandejas de 60 x 40 cm.
Horno microondas
Es un horno pequeño que funciona por radiación de ondas. Se
usa para cocer o calentar alimentos y también es muy utilizado
para regenerar o descongelar. No se pueden introducir
elementos metálicos y, en el caso de productos envasados al
vacío, conviene pinchar la bolsa o barqueta.
Otros generadores de calor
Otros generadores de calor para la cocción de alimentos en una cocina profesional son:
Sartén basculante
Vaporera a presión
Son hornos de vapor a presión. El vapor de agua a presión sin aire
tiene un poder de transmisión del calor dos o tres veces superior al
agua hirviendo. Además, se consiguen temperaturas de hasta 120
ºC, por lo que se reduce hasta un 60% el tiempo de cocción.
Parrillas
Tienen una superficie de contacto estriada por medio de barras o
rejillas que permiten que el calor radie con facilidad. Pueden ser de
leña, de carbón vegetal, de gas, eléctricas o de piedra volcánica.
Planchas
Tienen la superficie plana y un grosor considerable que almacena
el calor y lo reparte uniformemente. Son de superficie muy pulida y
tienen canales laterales y cubeta para evacuar y recoger las grasas
producidas durante la cocción. Pueden ser de cromo, hierro o acero
laminado, y pueden funcionar con gas o energía eléctrica.
Salamandras
Son generadores con mucha potencia que irradian calor por la parte
superior, donde se sitúan las resistencias eléctricas o los
quemadores de gas. Se utilizan principalmente para glasear y
gratinar.
Freidoras
Baño María
Mesa caliente
Es el punto de contacto entre la cocina y el servicio de la
sala. Está dotada de armarios calientes para mantener
la temperatura de los platos –vajilla– que se utilizarán
durante el servicio. También puede disponer de
lámparas infrarrojas o planchas eléctricas para mantener
calientes los platos ya servidos.
Armario caliente
Campana extractora
No es un generador de calor pero es un dispositivo
absolutamente necesario para evitar el calor, los olores, el
humo y el vapor dentro de las cocinas. Dispone de unos
filtros y un sistema extractor que facilita la salida de gases
al exterior. También dispone de un sistema de impulsión
de aire del exterior para facilitar la recirculación.
Normalmente las campanas están dotadas de sistema de
detección y de extinción de incendios.
TIPOS DE COCCIÓN
En función de si esta migración se dirige hacia el interior del alimento o hacia el exterior,
clasificaremos los modos de cocción en cocción por concentración, cocción por
expansión y cocción mixta.
La cocción por concentración tiene como objetivo conservar la mayor parte de los
jugos del alimento, evitando que salgan al exterior.
Se consigue mediante una exposición brusca del alimento al calor al inicio de la cocción. Se
provoca la coagulación superficial de las proteínas de las capas exteriores, como si fuese un
sellado. De esta manera los elementos sabrosos, nutritivos y aromáticos del alimento
permanecen en el interior.
Este tipo de cocción normalmente utiliza el calor seco, aunque en ocasiones podemos utilizar
un líquido o vapor como medio para hacerla posible. Este líquido no tiene ninguna utilidad una
vez ha finalizado la cocción.
Algunas técnicas que se basan en este principio son -como veremos más adelante- el hervido
y el escalfado iniciados con el líquido hirviendo, el cocinado al vapor, los asados, las frituras y
los salteados.
COCCIÓN POR
EXPANSIÓN
La cocción por expansión tiene como objetivo que los jugos del alimento que se cocina
salgan al exterior y se mezclen, en la medida de lo posible, con el medio de cocción.
Este tipo de cocción prioriza el aprovechamiento del líquido donde se cuecen los alimentos por
encima de los alimentos sólidos que se han cocido.
La cocción por expansión se inicia en frío, ya que así se favorece la migración de jugos y también
el intercambio de nutrientes y de aromas entre el alimento y el medio de cocción.
Los jugos evacuados pueden ser elementos nutritivos, sabrosos o aromáticos, pero también
pueden ser sustancias indeseables, como el exceso de sal o las impurezas –estas acostumbran
a presentarse en forma de espuma–.
Algunas técnicas de cocción que siguen este principio son el hervido y el escalfado iniciados con
el líquido frío, el confitado, el sudado, etc.
COCCIÓN MIXTA
Al finalizar la cocción, tanto los alimentos sólidos como los líquidos forman parte del preparado
culinario que se consumirá.
Generalmente, se empieza con una cocción por concentración para conseguir una coagulación
superficial. Después se introducen los alimentos en un medio líquido –agua, caldo, vino, etc.–
para que los elementos nutritivos, sabrosos y aromáticos pasen al medio y formen la salsa
mediante un sistema de expansión.
Los estofados son un claro ejemplo de este tipo de cocción. Primero se fríe la carne y luego se
hace el estofado, y el resultado es una carne melosa en sintonía con la salsa. Veremos también
como los braseados, rehogados y algunos salteados utilizan este modo de cocción.