Gestion Del Estado Y Gobernabilidad: Análisis de Lecturas

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"Año del Bicentenario del Perú: 200 años de

Independencia"

GESTION DEL ESTADO Y


GOBERNABILIDAD
TITULO
Análisis de lecturas
- COMPLEJIDAD DE LOS
PROBLEMAS PUBLICOS.
- TOMA DE DECISIONES EN EL
SECTOR PUIBLICO.

DOCTOR :

DOCTORANDO : JOSÉ MARÍA CRUZ VILLEGAS.

PIURA- PERÚ.
ANALISIS DE LA LECTURA COMPLEJIDAD DE LOS PROBLEMAS
PUBLICOS
Las teorías de la complejidad (complexity theories) conforman un emergente método de
conocimiento y análisis científicos de la realidad, que surgen en los años ochenta del
siglo XX, construidas en gran medida a partir de la teoría de sistemas y la teoría del
caos. Se fundamentan en un enfoque integral, holístico y dinámico, que incluye el
análisis para poder exponer las potencialidades, deficiencias y contradicciones de las
sociedades. Asimismo, la complejidad como teoría busca explicar la realidad y sus
fenómenos como un todo, a través de las interacciones entre sus partes. Para resolver la
perspectiva reduccionista de la realidad, la teoría de la complejidad plantea la urgencia
de establecer nexos de intercomunicación entre las diferentes áreas de investigación,
con el propósito de trabajar, de manera integrada y colaborativa, para obtener una
explicación de los fenómenos complejos en su totalidad.
Una necesidad se vuelve social cuando deja de ser particular o individual, afectando de
forma negativa el bienestar social y comunitario (Mballa, 2015). Asimismo, el elemento
básico para la construcción del subsistema de problemas públicos, es el proceso de
socialización de las necesidades humanas.
Cabe recordar que las necesidades sociales son una serie de carencias y requerimientos
comunes y compartidos por una población; en otras palabras, cuando una misma
necesidad es percibida y resentida por varias personas y comunidades, adquiere una
dimensión social y susceptible de ser considerada como un problema público.
Con la premisa de que las necesidades son la fuente de los problemas, un problema se
vuelve público cuando deja de ser particular y afecta en forma negativa el bienestar
social, el medio ambiente, la armonía social o, inclusive, la existencia de la misma
comunidad, obligando al gobierno a suscribirlo en la agenda política.
Asimismo, Roth (2007) distingue analíticamente dos elementos:
1. La transformación del tema en problema público y
2. Su inserción en la agenda gubernamental. La agenda constituye el conjunto de
problemas percibidos que requieren de una atención particular de las autoridades
públicas legítimas. Alzate y Romo (citando a Elder y Cobb, 1993), consideran que
por formación de la agenda, se entiende el proceso a través del cual ciertos
problemas o cuestiones llegan a llamar la atención seria y activa del gobierno como
posibles asuntos de política pública (Alzate y Romo, 2017: 16).

La solución de problemas es la fase que supone la conclusión de un proceso más


amplio, que tiene, como pasos previos, la identificación del problema y su modelado. Se
utiliza en muchos aspectos de la vida cotidiana, refiriéndose a respuestas positivas de
situaciones que se presentan.
Si consideramos el enfoque sistémico de Hopenhayn (2003) en cuanto a la delimitación
de los tipos de satisfactores a las necesidades sociales, para definir tres tipos de
soluciones:
 Las soluciones inhibidoras son aquellas que, por el modo en que se manifiestan,
obstruyen la posibilidad de solucionar otros problemas públicos. En este caso, una
solución puede ser el resultado de la utilización de recursos públicos y privados de
una entidad, con afectación a terceros, de manera que la solución al problema público
puede llegar a ser ventajosa para unos y desventaja para otros.
Por ejemplo: la solución a problemas de empleo, de vivienda o de educación, si no
está sistémicamente concebida, puede fortalecer algunas comunidades y familias y
debilitar a otras. Es también el caso de la construcción de una carretera, de un
aeropuerto o de una vía pública en una ciudad
 Las soluciones singulares y/o temporales son aquellas que resuelven un solo
problema público generalmente por un lapso de tiempo; esas soluciones no siempre
inciden, ni positiva ni negativamente, sobre la resolución de otros problemas
públicos. Por ejemplo, los programas públicos asistencialistas, los programas de
suministro de alimentos, las ayudas espontáneas en situaciones de desastres que
resuelven un problema.
 Las soluciones sinérgicas, integrales o sistémicas, son aquellas que, por la forma
en que se manifiestan, promueven y contribuyen a la resolución simultánea de otros
problemas. Es el caso de los programas educativos sobre el emprendimiento social;
así como el fomento de las formas productivas autogestionadas, que resuelven los
problemas de subsistencia pero al mismo tiempo estimulan el desarrollo de
conocimientos, de participación, de creatividad y de identidad; puede ser también el
caso de una solución sistémica del transporte público.

Asimismo, al analizar políticas públicas desde el enfoque de la complejidad, hemos


asumido que la finalidad de estas es dar solución a los problemas públicos. Qué mejor
que estas soluciones sean integrales, sistémicas y/o sinérgicas. Esto es posible siempre y
cuando se adopte e implemente la ya citada perspectiva moriniana: «la idea de unidad
compleja va a tomar densidad si presentimos que no podemos reducir ni el todo a las
partes, ni las partes al todo, ni lo uno a lo múltiple, ni lo múltiple a lo uno, sino que es
preciso que intentemos concebir juntas, de forma a la vez complementaria y antagonista,
las nociones del todo y de las partes, de uno y del múltiple». Planear las políticas
públicas desde esa visión podría propiciar un cambio radical y multidimensional en la
gestión de los problemas públicos.
De ahí resulta importante conocer que las políticas públicas son un conjunto de
mecanismos con un alto grado de complejidad, que obedecen a lógicas y racionalidades
de los sistemas complejos cuya comprensión es posible mediante un análisis holístico.
En este sentido, ese análisis holístico implica:
a) Concebir a las políticas públicas como un sistema complejo,
b) Definir sus unidades de análisis,
c) Construir y reconstruir cada una de las unidades con base en el conocimiento y
d) Examinar la relación dialógica que existe entre las unidades de análisis.
Para lograrlo, hace falta una sólida fundamentación teórica-conceptual, con base a la
convicción de que una concepción compleja de las políticas públicas llevaría a
soluciones integrales para los problemas públicos.
ANALISIS DE LECTURA DE TOMA DE DECISIONES EN EL SECTOR
PUIBLICO
Se evidencia que el comportamiento del dirigente, el gerente o del administrador tiene
muchas influencia en el éxito o fracasos de muchas instituciones, por ello se inicia la
investigaciòn en los municipios vallecaucanos en función de esta premisa y
considerando los aportes de algunos teóricos al respecto.
Analizar aspectos psico-sociales dentro de la toma de decisiones, implica estudiar el
comportamiento del hombre como ser individual o natural, como ser social y como ser
organizacional además de sus interrelaciones con el entorno.
De esta forma, las organizaciones y los tomadores de decisiones son quienes pueden
llegar a desarrollar la capacidad de percibir tendencias o acontecimientos a partir de
ciertos raciocinios lógicamente estructurados , en algunos casos modelos debidamente
aplicados, que les permite predecir y elaborar estrategias para defenderse y de esta
forma transcender o sobrevivir en un entorno como el actual.
De la capacidad de interacción selectiva y oportuna que tenga un ser vivo con el entorno
que le rodea, igualmente, el tomador de decisiones en las organizaciones, bajo el
modelo racional, podrá decidir acertadamente en la medida que tenga la información
necesaria para evaluar cada alternativa y con las restricciones existentes, elegir aquella
que satisfaga de manera aceptable o satisfactoria (aunque no sea la óptima) la necesidad
o el problema en cuestión (modelo racional limitado).
Paralelamente en las organizaciones, pese a que los síntomas pueden ser percibidos por
diferentes unidades, éstas deberán por medio de los sistemas de información
centralizarse a nivel gerencial para asegurar la integralidad y coherencia
totalizadora de la decisión tomada para reaccionar frente a la situación identificada.
Podría afirmarse que la epistemología y la axiología son los dos aspectos más
cuestionados en el tomador de decisiones bajo la actualidad pública colombiana,
por cuanto son ellas quienes no han podido obtener un pues-to de reconocida trayectoria
y de internalización en la gestión pública.
En efecto, las dimensiones de un dirigente mítico, sistemático pragmático,
conciliador o cínico pueden ter-minar con cambiar la perspectiva de una organización
bajo los aspectos hasta ahora estudiados y, podría afirmarse que en muchos casos, son la
presencia o ausencia de estas características las que en verdad condicionan el modo de
ser de un dirigente y, por ende, el proceso de toma de decisiones
Podría afirmarse que:
Un dirigente mítico es aquel quien su dimensión ontológica y por ende su nivel
de identidad, aspectos de autorrealización al decir de Maslow, se encuentran altamente
desarrollados y donde tales aspectos tienen gran relevancia dentro de su entorno interno
y externo; por tal motivo, es fácil entender porqué este estilo de dirigente o policy-
maker estará en posición de utilizar un enfoque intermedio entre el modelo racional y
el incrementalista, modelo que, además se encontrará cargado de preceptos donde el ser
sea quien más beneficiado resulte con cada una de las políticas diseñadas e
implementadas socialmente; así, este tipo de dirigente tendrá en cuenta el efecto de la
pa-labra sobre su organización y tenderá a que el uso de la misma se encuentre en
el nivel requerido por el receptor y a que esta sea ética, llena de motivación y fuerza
para sus receptores.
Según las investigaciones se distinguió 4 tipos de dirigentes:
Un dirigente de índole sistemático, es aquel cuya dimensión praxeológica y
epistemológica se encuentran altamente orientadas hacia su nivel económico y por
ende hacia aspectos de seguridad y no tanto hacia aspectos fisiológicos. Este dirigente
se caracterizará por utilizar modelos racionales, donde la racionalidad económica
tienen una relevancia primordial; tendrán como preceptos de validación la eficacia,
la eficiencia, la celeridad, la efectividad, la economía, pero con especial énfasis en
la estructuración teó-rica correspondiente; por ende, el uso de la palabra será del tipo
de jerga altamente tecnificada pero poco efectiva sino se mezcla con otro modo de
pensamiento.
Un dirigente tipo pragmático, puede afirmarse que está caracterizado porque su
dimensión praxeológica se encuentra mucho más desarrollada que en el caso anterior,
por cuanto tiene una gran necesidad de "hacer", de mostrar lo hecho o de actuar. De este
modo desarrolla su nivel económico, mezclando lo fisiológico con la seguridad de una
for-ma mayor.
Un dirigente tipo conciliador, cuya característica básica se encuentra relacionada con
la maximización de su dimensión axiológica, en la cual los valores, y por ende, la
sociedad, tienen prioridad frente a cualquier otro aspecto; así, el nivel desarrollado será
el delo político y social y sus prioridades en la escala de necesidades estará
determinada por las necesidades de sistema. Este será un dirigente cuyo lenguaje
buscará armonizar grupos o posiciones antagónicas y tendrá efectos neutralizantes,
buscando llegara los diferentes grupos en contienda. Su enfoque para la toma de
decisiones será, al igual que en el mítico, un intermedio entre el modelo racional y el
incrementalista, en la medida en que este se adapte a las necesidades de los grupos en
confrontación.
Pareciera ser que este es el perfil de mayor requerimiento en el contexto público
actual por la situación de conflicto que vive el país; sin embargo, son pocos los líderes y
servidores públicos que se han capacitado y son conscientes de su papel "negociador"
dentro de parámetros de "ganar-ganar" que se re-quieren en las actuales
circunstancias.
Un dirigente Cínico, es típico de organizaciones del Tercer Mundo, donde podría
afirmarse que en su dimensión ontológica tiene demasiada claridad, pero cierto
desprecio por la axiología y la epistemología; sin embargo, mostraría aprecio por la
praxeologìa, generando así un tipo de dirigente asimilable a un "dictador", donde lo que
importa es alcanzar las metas, sin determinar o restringir los costos que deban asumir.
El lenguaje de este dirigente puede resultar del tipo engañoso en la medida en que no
tiene recelo en prometer para luego retractar-se, debido a que como lo afirma Bédard
simplemente diría "las situaciones han cambiado" y, en sentido mayor al anterior,
mezclará sin recelos o restricciones los métodos racional e incrementalista en la medida
de sus conveniencias

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