Ensayo de Linaje y Racismo. Marta Elena Casaús Arzú.

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LICENCIATURA EN CIENCIAS

JURIDICAS Y SOCIALES.
Lic. Ingrid Patricia Tello Mérida.
Curso; Historia Jurídico Social de Guatemala.
PRIMER SEMESTRE.

Tema: Ensayo del libro “Linaje y Racismo” de la autora


Marta Elena Casaús Arzú.

Alumno;
José Guillermo Claudio Ordóñez.
Carnet; 202302439.

Huehuetenango, 13 de abril de 2023


“ENSAYO DE LINAJE Y RACISMO”.
Marta Elena Casaús Arzú.

El linaje y el racismo son temas complejos y profundos que han sido objeto de estudio y
reflexión en diversas disciplinas académicas. Marta Elena Casaús Arzú es una socióloga
guatemalteca muy reconocida por su trabajo en el campo de los estudios raciales y su
enfoque en las dinámicas de linaje y racismo en América Latina. En este ensayo,
exploraremos las ideas y reflexiones de Marta Elena Casaús Arzú sobre estos temas de
su gran libro de Linaje y racismo, analizando sus investigaciones y aportes a la
comprensión del linaje y el racismo en la región.

Para comenzar, es importante destacar que Marta Elena Casaús Arzú ha realizado
investigaciones significativas sobre la estructura social y las desigualdades en América
Latina, con un enfoque especial en la relación entre linaje y racismo. En sus estudios,
Marta Elena Casaús Arzú aborda la noción de linaje como un constructo social y cultural
que se refiere a la forma en que las personas se ven a sí mismas y son percibidas en
función de su ascendencia, genealogía y pertenencia a determinados grupos o familias.
Asimismo, Marta Elena Casaús Arzú examina cómo el linaje se entrelaza con el racismo,
entendidos como un sistema de discriminación y exclusión basado en la raza y el color
de piel.

Uno de los conceptos clave desarrollados por Marta Elena Casaús Arzú es la noción de
"racismo invisible", que se refiere a las formas sutiles y encubiertas de discriminación
racial que existen en la sociedad latinoamericana. Según Marta Elena, el racismo
invisible se manifiesta en las prácticas cotidianas, las representaciones culturales y las
estructuras sociales, y perpetúa la desigualdad y la discriminación hacia ciertos grupos
raciales. Marta Elena, sostiene que el racismo invisible opera a través del linaje, ya que
ciertos linajes son valorados y privilegiados sobre otros en función de su origen étnico y
racial.

El Libro Linaje y Racismo es muy extraordinario pues sabemos que fue escrito por Marta
Elena Casaus Arzú, que fue publicado por primera vez en 1992 y reeditado en 2007.
Toda persona guatemalteca debería leerlo pues para que conozcan quiénes han sido los
constructores de nuestro país y cómo piensan. De esta manera entenderían por qué
Guatemala siempre ha estado encadenada a un reguero de sangre, violencia y
explotación. Y pues Por las mismas razones todo español debería leerlo para conocer
cómo actúan nuestros compatriotas cuando no existen luz y taquígrafos. Fila de tumbas
de víctimas de una masacre. Gervasio Sánchez.

Como bien se relata en el libro pues la clase dominante se crea a partir de la época
colonial y es conformada por aquellas personas o grupos familiares que se apoderan de
la tierra y el trabajo del indio, quedando configurada la "alta sociedad" lo que les da el
libre acceso a cargos públicos. Estas redes familiares se consolidan y crecen a través de
enlaces matrimoniales de una forma endogámica, La continuidad y la supervivencia de
estas grandes redes están conformadas con los siguientes factores: amplia capacidad
de reproducción, la estrategia definida en cuanto a la política matrimonial de los
miembros de dicha red familiar, capacidad de diversificar la producción, las alianzas
matrimoniales y de negocio, fuerte endogamia y aplicación de criterios socio raciales a
la hora de contraer matrimonio.

En Contexto Histórico y Colonialismo: Para entender el análisis de Marta Elena Casaus


Arzú sobre el linaje y el racismo, es necesario contextualizar el papel del colonialismo en
la historia de Guatemala y en la formación de su sociedad actual. Durante la época
colonial Guatemala fue una colonia española que experimentó un proceso de mestizaje
entre la población indígena local y los colonizadores españoles. Este proceso de
amerizaje dio lugar a una estructura social y racial compleja, en la cual se basaron en la
raza y la ascendencia

Durante la colonia, se implantó una ideología de superioridad racial en la cual los


españoles eran considerados superiores a los indígenas, y se encontraron leyes y
hormas que perpetuaron la discriminación y la marginación de la población indígena. A
través del sistema de encomiendas los españoles adquirieron tierras y mano de obra
indígena, lo que dejará una explotación económica y social de la población indígena Este
proceso colonial dejó profundas huellas en la estructura social y en la percepción del
linaje en Guatemala, amplió una jerarquía racial que aún persiste en la actualidad.
En la obra de Marta Elena Casaús Arzú se destaca la idea de que el linaje es una
construcción social en la cual se atribuyen significados y valores a la ascendencia de una
persona. El linaje en Guatemala, al igual que en muchas otras culturas se considera una
parte importante de la identidad de una persona y puede influir en su estatus social, su
posición en la comunidad y su acceso a recursos y oportunidades Pues la estructura de
las redes familiares de la oligarquía posee en cada siglo una o dos redes primarias, y
estas son las más poderosas e influyentes. Muchas de ellas se apoderan de territorio
nacional dentro de los parámetros legales de la colonia, de igual forma algunas redes
primarias se extienden al resto de Centro América, conformando poderosas redes
regionales.

Algunas se mantienen en sus nichos de ubicación originarios conformando oligarquías


regionales locales y otras más desaparecen en el tiempo por falta de descendencia o
migración a otros países. Siendo estas redes las que ocupan el lugar del Estado en
momentos de crisis y súper durabilidad se debe a esto, y a que se encuentran inmersas
en la sociedad civil y sólo cuando es necesario ocupan este lugar. La oligarquía actual
se encuentra formada por familias procedentes de la colonia y de origen hispánico, la
emigración alemana jugó un papel importante. La emigración extranjera, en especial la
alemana vino a reforzar la oligarquía guatemalteca.

Se sabe que, en las últimas décadas, la oligarquía recurrió a gobernar de forma


autoritaria y represiva, apoyándose en los militares. Los prejuicios racistas se evidencian
en el exterminio de una gran parte de la población indígena en el altiplano.

Y así es que el racismo fue y ha sido un elemento importante en la sociedad


guatemalteca para la élite del país y así mantener su oligarquía, constituye un elemento
de cohesión como clase y así tener dominio frente al indígena. Funciona como elemento
legitimador de la clase dominante como factor de diferenciación social.

El racismo constituye un elemento que incide directamente en las relaciones sociales de


producción y el factor étnico, en función de la discriminación socio racial, incide
profundamente en la estratificación social guatemalteca. El racismo ha polarizado a la
sociedad guatemalteca en dos grandes grupos sociales: indígenas y ladinos. El patrón
del racismo guatemalteco parece obedecer más a un racismo genético, que aun racismo
de la diferencia o culturalista y está estrechamente vinculado a la opresión, explotación,
represión y humillación del pueblo indígena. El racismo, como parte de la ideología
dominante, se extiende a todo el cuerpo social y abarca a todas las clases y grupos
étnicos. El matrimonio, como núcleo inicial de la familia, es el centro de formación
ideológica en donde el racismo se internaliza. Cabe mencionar que el problema del
racismo no ha sido estudiado, conocido ni abordado adecuadamente en la sociedad
guatemalteca. Por ello, parece impostergable la necesidad de encontrar un proyecto
colectivo que asegure el respeto y la autonomía de las distintas identidades, que permita
la incorporación de todos los factores sociales y la construcción de un Estado Nación
que refuerce las identidades colectivas y que posibilite la profundización de una
ciudadanía social y pluricultural.

Pues como observamos en el libro Las familias vascas más poderosas han llegado hasta
nuestros días sin mezclarse. Siglos de pureza y linaje. Certificados de limpieza
sanguínea. Algunos encuestados aseguran que no tienen una sola gota de sangre
indígena y aducen el grupo sanguíneo o negativo, característica racial vasca, como
prueba.

Marta Elena muestra un informe escrito en 1810 que describe al mestizo como menos
útil por su innata flojera y abandono. En otro documento de 1820 se dice lo siguiente: El
mestizo vive en la oscuridad sumergido en una vergonzosa ignorancia. Su género de
vida excita al desprecio de muchos; por su falta de luces le aleja de la compañía de
otros".

Como ley Un abogado y miembro de la Real Academia de España reflexiona que La


vida de un sujeto está programada por sus genes, que determinan su conducta y
desarrollo. La transmisión genética de los indios es de una raza inferior. Los genes de la
raza blanca son superiores y esa raza superior produjo grandes inventos y artistas, la
otra no ha creado nada.

Marta Elena afirma que el estereotipo del indio de la oligarquía actual no difiere mucho
de aquel que se formó durante la Colonia. Los indios se siguen viendo como haraganes,
perezosos y perversos. La mitad de los encuestados consideran que los españoles
vencieron a los indígenas durante la Conquista porque estos pertenecían a una raza
inferior.

El grupo más intolerante habla sin tapujos de la necesidad de exterminar a los Indígenas.
Uno dice: Hubiera sido mejor exterminar al indio, esto habría producido una civilización
superior. No exterminarlo fue un grave error y ahora lo estamos pagando.

Uno fue el Otro tipo de alianzas que se establecieron desde el principio fueron en torno
a los negocios locales. En algunas ocasiones participaron con ellos peninsulares y
criollos, pero en otras fue motivo de desavenencias y disputas por el control de los
mismos. Como sucedió con el presidente Criado de Castilla a principios del siglo XVII,
quien, oponiéndose a los intereses del Cabildo, designó a un pariente suyo para el
importante puesto de corregidor del Valle de Guatemala. No obstante, la institución logró
imponer sus intereses frente al presidente. Otro peninsular que fue objeto de devoción
fue Pedro Mallen de Rueda, del que escriben a la Corona.

Por otra parte, el Cabildo fue duro con Cerrato por la aplicación estricta de las Leyes
Nuevas y porque se excedió en favorecer a sus parientes afectando al grupo de
conquistadores y pobladores que no emparentaron con él. La pugna por la obtención de
cargos públicos a lo largo de la Colonia fue enorme, debido a dos factores que ya hemos
mencionado: al sistema de los valores de los hijosdalgo, en donde la calidad de vida y la
honra jugaban un rol fundamental, y a la obtención de un cargo público, que les
proporcionaba un estatus social importante y una posibilidad de enrique serse no sólo
con los sueldos, sino también, con los negocios que desde el cargo se podían hacer:
Tales cargos presuponían cierta calidad o nobleza en las personas que lo
desempeñaban. Así cuando los conquistadores dicen tener habilidad, suficiencia y
calidad lo hacen con miras de obtener cargos públicos o encomiendas . Algunos de los
cargos obtenidos del Ayuntamiento eran perpetuos, podían heredarse y formaban parte
sustancial de la red familiar. En estos puestos se unía la posibilidad de obtener prestigio,
el control económico y político y obtener un estatus privilegiado en la época. A partir de
1531 los conquistadores guatemaltecos y sus hijos se repartirán los cargos del
Ayuntamiento que llegaron a ocupar durante la mayor parte de sus vidas. Un ejemplo de
ello fueron los cargos municipales acumulados por los conquistadores como alcaldes y
regidores durante más de diez años de mandato desde la fundación del Cabildo de
Guatemala: Gaspar Arias Dávila: ocupó cargos durante 40 años. Bernal Díaz del
Castillo: ocupó cargos durante 30 años. Juan Pérez Dardón: ocupó cargos durante más
de 20 años. Diego de Guzmán: ocupó cargos durante 20 años. Hernán Méndez
Sotomayor: ocupó cargos durante más de 16 años. Sancho de Barahona: ocupó cargos
durante 10 años.

Se sabe que las políticas de selección de la inmigración fueron muy comunes en toda
América Latina, siguiendo la máxima del argentino Alberdi: Civilizar es poblar ; o la de
Justo Rufino Barrios: Más valen 100 emigrantes que 1,000 indígenas. En este caso la
elección de Guatemala se inclinó por los alemanes y en menor medida ingleses y belgas
por el cultivo del café. Dicha incorporación como inversionistas, comerciantes, hombres
de negocios y cultivadores de café, proporcionará a las redes una nueva posibilidad de
mantener su hegemonía a lo largo del siglo XX.

Un dato muy importante se dio cómo el matrimonio estratégico que, de un momento


adecuado, juntamente con el boom internacional del añil, permite que un joven
empresario navarro explotara las plantaciones del índigo heredadas de los Gálvez a
través de su mujer, en Guatemala y El Salvador. Con el transcurso del tiempo llegó a
contar con la cuarta parte de la producción total de añil del Reino de Guatemala, y a
través de su pariente en Cádiz, irá consolidando la comercialización del producto y
construyendo su casa el comercial de exportaciones en la ciudad de Santiago. Esto le
posibilitó manejar cuantiosos fondos en efectivo, lo que lo convirtió, a su vez, en
comerciante-prestamista. Juan Fermín prestaba dinero a los pequeños y medianos
productores de añil a cambio de sus cosechas. Eso le permitió manejar y controlar los
precios internos del añil y, en caso de quiebra del añilero este fue un dato agramador
pues se ve como un joven triunfa de una manera única.

Como también pude observar La red de los Aycinena representa a los nouveaux arrivés
del siglo XVIII, quienes generan una revolución económica y comercial, permitiendo la
incorporación de Centroamérica al mercado internacional a través de la producción a
gran escala del añil y del comercio de esclavos y otros productos con otras potencias
como Inglaterra y Holanda. Se ve que esta revolución comercial genera profundos
cambios políticos en América que se plasman, años más tarde, en la Independencia de
las repúblicas centroamericanas en 1821 y posteriormente en la Federación
Centroamericana. La importancia del matrimonio como estrategia básica para la
formación y consolidación de la red familiar y como mecanismos primarios de
acumulación de capital, quedan brillantemente plasmados en los tres matrimonios de
Juan Fermín Aycinena, que casó con las tres mujeres más importantes del reino; primero
con la más rica, segundo con la más noble y tercero con la más bella, procedente de una
poderosa familia de peninsulares que engarza a los Aycinena con los comerciantes
peninsulares de origen catalán, los Piñol.23 Con ello los Aycinena logran una
acumulación de poder y de dinero que les permite sobrevivir y reproducirse como dinastía
a lo largo de varios siglos, convirtiéndose de este modo, la familia, en una estructura de
larga duración.

También algo imprescindible se dio en el gabinete del presidente Jorge Serrano Elías,
ocupó la cartera de Relaciones Exteriores, y su partido, el Partido de Avanzada Nacional,
ocupó cuatro ministerios en carteras importantes y varios viceministerios. Tras la crisis
institucional provocada por el autogolpe de Serrano Elías y después de las elecciones
para el Congreso de la República, Álvaro Arzú gana la presidencia de la República en
las elecciones generales de 1995 con el PAN. Durante su mandato se firmó la paz en
1996. En su gabinete presidencial fue notable la presencia de figuras procedentes de las
élites políticas tradicionales y familiares como García Gallont, Flores Asturias, Serra
Castillo, Berger Perdomo.

Las conclusiones del libro son demoledoras. La autora Marta Elena Casaus Arzú asegura
que el racismo es un elemento histórico estructural que se inicia con la conquista y la
colonización, se inserta en la estructura de la clase dominante y pervive hasta nuestros
días". Dice que el prejuicio étnico racial es a la vez un prejuicio de clase que a lo largo
de la historia va configurando el imaginario racista del guatemalteco".

El racismo ha estado y está estrechamente vinculado a la opresión, explotación,


represión y humillación del pueblo indígena y ha servido también de factor de
desestabilización social y de división entre las clases subalternas, al plantear el divorcio
entre indígenas y ladinos como algo inherente a la naturaleza humana, o como un
elemento de origen divino o genético, generando de este modo una sobrevaloración del
ladino frente al indígena. Con el indispensable libro de la profesora Marta Elena Casaús
Arzú se entiende mejor la violencia cegadora que ha marcado las últimas décadas de
Guatemala. La clase dirigente de este país ha promocionado el genocidio de los
indígenas y ha utilizado a los aparatos represivos del Estado, repletos de mestizos y
ladinos de la cabeza hasta los pies, para llevar a cabo una despiadada persecución.

La campaña electoral que vivimos y. (tal vez no casualmente) una serie de


conversaciones recientes que he tenido yo o de las que me han contado, evidencian el
profundo abismo que existe y que parece auto-perpetuarse entre las clases sociales
guatemaltecas. La campaña electoral, por supuesto, ha exacerbado los antiguos pero
siempre muy presentes miedos que la clase dominante tiene de los indígenas en
Guatemala. Muy distinta a la preferencia que los sectores más expuestos a la violencia
común tienen por la opción de la mano dura, la inclinación que parece tener la clase
dominante en Guatemala más de añoranza de la época en que las "gentes estaban cada
una en su sitio", que de anhelo de seguridad pedestre.

Aunque en Guatemala, lo sabemos, conviven múltiples naciones o identidades, en el


imaginario de la mayoría el asunto se reduce a la ocupación simultánea de un territorio
por dos naciones, una indígena y una ladina, con diferencias irreconciliables. Las
reivindicaciones de los pueblos mayas y los movimientos sociales que suelen asociarse
a éstos y que giran alrededor de reclamos de tierras, particularmente, amenazan con
trastocar el statu quo (aún sea ésta una amenaza apenas retórica). La historia de la
repartición de la tierra en Guatemala, que "Linaje y racismo" aborda, que inicia con la
conquista y las posteriores encomiendas, y que se prosigue con expropiaciones más o
menos legales a lo largo del XIX y del XX. ha tenido como base, sustento y combustible
la relación asimétrica entre dos pueblos dependientes, pero absolutamente escindidos.
La dificultad de defender en Guatemala un estado de derecho en lo que a tierras se
refiere (derecho a la propiedad privada) radica en que la actual configuración del catastro
nacional le debe demasiado poco a ese derecho. De ahí que el statu que, en este sentido,
se sepa (moralmente) tan precario; de ahí también que, aun cuando podamos coincidir
con los formadores de opinión que sostienen que el futuro guatemalteco no pasa por el
tema agrario y catastral, podamos difícilmente entender cómo puede concebirse un
futuro que pase fuera de éste. Cualquier alternativa que ofrezca un regreso al orden será
atractiva para el sector que más tiene que perder con este tipo de reivindicaciones.

Al miedo que infunde el campesinado, le corresponde el resentimiento que provoca la


clase dominante.

Un dato curioso es que se sabe que en la fecha los Arzú llegan a Guatemala en 1774,
treinta y cuatro años más tarde que los Aycinena. Esta pequeña diferencia de tiempo y
el tipo de enlaces matrimoniales más exitosos de Juan Fermín Aycinena, les proporcionó
a éstos una cierta hegemonía sobre los Urruela, quienes desde el inicio se asientan en
Guatemala como la segunda red más poderosa de la época. Al igual que los Aycinena,
se dedicaron al comercio y con el dinero acumulado hicieron obras de infraestructura en
su pueblo de origen. La fundación de mayorazgos constituyó uno de los principales
mecanismos de acumulación de poder y abolengo en esta familia. Ambos se dedicaron
a prestar dinero, gestión que llevaron a cabo con secreto y discreción. Asimismo, se
dedicaron al comercio con la metrópoli. Los Aycinena al comercio de añil y los Urruela al
flete de barcos y negocios de vinos. Ambas redes fueron muy prolíficas con una media
de diez hijos, lo cual les permitió establecer una amplia red familiar y entroncar con las
familias más poderosas de la época.

Y pues se sabe que la familia Díaz Durán no pertenece a las familias de conquistadores
ni primeros pobladores de Guatemala, ni forman parte de los ad venedizos que emigraron
de España en los siglos XVII y XVIII. Llegan en el siglo XVII a El Salvador y pronto ocupan
cargos públicos de relevancia.

La familia Díaz pues Esta familia fue una de las primeras que se dedicó al cultivo del café
en la Antigua Guatemala, desde la época de José María Díaz Durán que compró la finca
El Zapote en 1880. Su primo Cirilo Antonio Díaz Durán fue uno de los primeros en cultivar
café en La Antigua, era propietario de las fincas El Pavón, Santa Lucía y Anexos, San
Jerónimo y anexos, El Pintado, Cabrejo casi todas situadas en los alrededores de
Antigua Guatemala. La confluencia posterior de los Díaz Durán con los Herrera, los Falla
y Cofiño, explica por qué todas estas familias poseen fincas de café en La Antigua y
prácticamente controlan una buena parte de la producción del departamento, siendo sus
fincas de las más tecnificadas y de mayor rendimiento por hectárea.

Podemos considerar a José María Samayoa como el ideólogo de una nueva clase en el
poder: los cafetaleros, quienes, junto con Manuel María Herrera, representaron la
irrupción del sector de mestizos en el bloque hegemónico. Al final de su mandato como
ministro de Fomento en 1872, logró suprimir el Consulado de Comercio, Por primera vez,
se creó el impuesto sobre la importación del café, que debía destinarse a la construcción
de caminos y puentes. Promovió la creación del sistema bancario nacional en 1874,
cuando el gobierno liberal fundó, con los bienes procedentes de la desamortización de
la Iglesia, el primer banco del país: el Banco Nacional de Guatemala. Junto con otros
ministros aprobó el reglamento de jornaleros que legitimó el trabajo forzado de los
indígenas

"Linaje y racismo" muestra los procesos que han conformado las estructuras de poder
en Guatemala, a través del análisis de las redes familiares de los grupos dominantes a
lo largo de los últimos 500 años. Estas estructuras de poder y su perpetuación explican
de muchas maneras lo que percibimos en y de nuestro país. de sus problemas, de sus
características más particulares sí, de sus características más deplorables. Las redes
familiares, no puede ser de otra forma, se analizan a través de sus integrantes.

Hemos planteado la necesidad de considerar el racismo no solamente como un elemento


superestructura ni como un factor de la ideología dominante, sino que consideramos el
racismo como un elemento histórico estructural, que posee su origen en la estructura de
las sociedades coloniales. Coincidimos con el planteamiento de Ianni y Guzmán Böckler,
Stavenhagen y Smith,que opinan que no se puede estudiar las sociedades coloniales sin
tener en cuenta las relaciones de clase y las relaciones étnicas. Estas últimas no han de
ser tenidas en cuenta como simples elementos superestructurales, sino que deben
buscar su génesis en la historia social y política de cada sociedad y en la estructura
económica de la misma.

Una nota de precaución a este respecto. Aquello que "Linaje y racismo" pretende explicar
y explica son los procesos de establecimiento y perpetuación de las relaciones y
estructuras de poder en Guatemala. Se corre el riesgo de responsabilizar a las personas
por las consecuencias de procesos de los cuales forman parte, pero no causan
directamente. Casi tan fácil como se suele responsabilizar a los procesos por hechos
condenables cometidos directamente por individuos. Ver esta diferencia, entendería, y
analizar de acuerdo a ella es un reto y un signo de madurez que, ojalá, vayamos
adquiriendo.

Coincido con Ronald Flores en lo que se refiere al capítulo IV tratar la muestra empleada
como lo que es, algo más parecido a un focus group", hubiera sido menos ambicioso,
pero, creo, más honesto y creíble.

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