La Teoria Del Mercado - Microeconomía

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LA TEORIA DEL MERCADO

La teoría del mercado eficiente fue desarrollada por el Premio Nobel de Economía Eugene Fama en 1970. Argumentó
que, en un mercado en donde existiesen inversores inteligentes y bien informados, los títulos serían valorados
apropiadamente y reflejarían toda la información disponible. Hay muy pocos mercados en los que se dé esta
coincidencia; lo normal es que exista diferencia entre precio y valor. Decía Quevedo que el necio confunde valor con
precio. Desde un punto de vista "quevediano", los mercados son poco necios, pues acumulan ineficiencias que
provocan que el precio sea diferente al valor.

Un mercado debe cumplir tres pautas para ser eficiente:

a) Ser homogéneo.

b) Haber muchos compradores y vendedores.

c) Inexistencia de barreras de entrada o de salida.

Estas tres pautas son las mismas para el concepto de mercado perfecto, por lo que un mercado eficiente es, a su vez,
un mercado perfecto.

La teoría financiera ha descubierto dos caminos en el estudio de la rentabilidad que se le debe exigir a cada activo en
función de su riesgo. El primer camino es el modelo CAPM2 (capital asset pricing model), mientras que el segundo es
la teoría del mercado eficiente (TME). Según esta, los rendimientos que ofrecen los activos en los mercados
eficientes están en equilibrio con sus riesgos. La TME utiliza métodos estadísticos y econométricos para comprobar si
los precios que rigen el mercado descuentan automáticamente toda la información.

Sin embargo, la TME choca con la dificultad de la medición del valor. Existen diversas técnicas para establecer el
valor de los activos; todas se realizan en función de las expectativas futuras. En cuanto las expectativas sean
diferentes para cada analista, el valor de los activos será diferente. La conclusión es que no se puede determinar con
exactitud el valor de un activo, por lo que tendremos diferentes valores para un mismo activo. Lo que sí se puede
asumir es que todos esos valores oscilan de manera aleatoria en torno al verdadero valor del activo.

Tipos de mercados según la naturaleza del producto

Esta primera clasificación diferencia a los mercados en función de las características propias del bien que se
intercambia en el mismo, el cual puede ser perecedero, duradero, industrial o un servicio.

Mercado de bienes perecederos. Los bienes perecederos son aquellos artículos cuyo uso hace que se destruyan en
un periodo concreto de tiempo. Este tipo de mercado engloba, por tanto, a los potenciales compradores de unos
bienes que por sus características dejan de ser útiles en un breve plazo de tiempo, como por ejemplo los productos
alimenticios o los combustibles.

Mercado de bienes duraderos. En este caso, y al contrario que los anteriores, este tipo de bienes permiten un uso
continuado de los mismos antes de que se destruyan, como por ejemplo un automóvil, un electrodoméstico o una
prenda de vestir.

Mercado de bienes industriales. Los bienes industriales son aquellos que se incorporan al proceso productivo de las
empresas, es decir, que se utilizan para producir otros bienes, como la materia prima y los productos
manufacturados. A ellos se unen los bienes de capital y los suministros y servicios utilizados en el proceso de
producción.

Mercado de servicios. A diferencia de los bienes, los servicios tienen una naturaleza intangible y no son susceptibles
de ser fabricados, sino que se prestan, como por ejemplo la sanidad, la educación, el transporte o la justicia.

Tipos de mercados según su ámbito geográfico

En este caso, la variable que se utiliza para clasificar los mercados es la localización geográfica de los consumidores,
que nos permite distinguir entre mercados locales, regionales, nacionales, internacionales y globales.
Mercado local. Es el ámbito geográfico más reducido que existe. Este tipo de mercado engloba a los consumidores
de un ámbito municipal o provincial. Aquí encontraríamos, por ejemplo, a la pequeña panadería que vende sus
productos en la localidad en que se encuentra ubicada, así como a una empresa de construcción cuyo ámbito de
actuación se limita a la provincia de Málaga.

Mercado regional. El mercado regional es un mercado más amplio que el anterior. En el caso de la empresa
malagueña, su acceso al mercado regional se produciría cuando comenzase a realizar obras y servicios en otras
provincias de la comunidad autónoma andaluza.

Mercado nacional. Como su propio nombre indica, los compradores potenciales de este tipo de mercado se
extienden por todo el país. Un ejemplo bastante claro sería el de RENFE, empresa que presta el servicio de
transporte ferroviario por toda la geografía española.

Mercado internacional. El mercado internacional surge cuando una empresa extiende su actividad por diversos
países. Como no podía ser de otra manera, los compradores potenciales tienen distintas nacionalidades. Cualquier
empresa multinacional opera en este mercado.

Mercado global. Su origen no es otro que el fenómeno de la globalización. En un mundo tan avanzado como el
actual, las empresas operan a nivel mundial realizando operaciones comerciales que incluye prácticamente todas las
zonas del planeta. Internet ha jugado un papel decisivo en la consolidación de los mercados globales.

Tipos de mercado según la naturaleza del comprador

No todos los compradores de bienes y servicios son iguales, lo que nos permite diferenciar entre otros cuatro tipos
de mercados: el de consumidores, el industrial, el de revendedores y el institucional.

Mercado de consumidores. Es el más cercano a todos nosotros y en él se encuentran los compradores que buscan
cubrir una necesidad mediante la adquisición de un bien o servicio de consumo.

Mercado industrial. El mercado industrial es un tipo de mercado profesional al que las empresas acceden para
poder comprar los bienes y servicios que necesitan para realizar sus actividades. Un ejemplo sería el caso de una
empresa de electricidad que compra materiales necesarios para el día a día de su actividad.

Mercado de revendedores. Es una modalidad de mercado bastante amplia formada por las empresas que compran
bienes y servicios con la intención de volver a venderlos a un precio superior para obtener un beneficio. Un ejemplo
bastante claro serían los supermercados.

Mercado institucional. Se refiere al mercado formado por las distintas instituciones que conforman el Sector Público
español, desde el Estado hasta las Comunidades Autónomas pasando por los Ayuntamientos o las Diputaciones
Provinciales.
LA ELASTICIDAD DE LA DEMANDA
Hay algunos bienes cuya demanda es muy sensible al precio, pequeñas variaciones en su precio provocan grandes
variaciones en la cantidad demandada. Se dice de ellos que tienen demanda elástica. Los bienes que, por el
contrario, son poco sensibles al precio son los de demanda inelástica o rígida. En éstos pueden producirse grandes
variaciones en los precios sin que los consumidores varíen las cantidades que demandan. El caso intermedio se llama
de elasticidad unitaria.

La elasticidad de la demanda se mide calculando el porcentaje en que varía la cantidad demandada de un bien
cuando su precio varía en un uno por ciento. Si el resultado de la operación es mayor que uno, la demanda de ese
bien es elástica; si el resultado está entre cero y uno, su demanda es inelástica.

Los factores que influyen en que la demanda de un bien sea más o menos elástica son:

1) Tipo de necesidades que satisface el bien. Si el bien es de primera necesidad la demanda es inelástica, se adquiere
sea cual sea el precio; en cambio si el bien es de lujo la demanda será elástica ya que si el precio aumenta un poco
muchos consumidores podrán prescindir de él.

2) Existencia de bienes sustitutivos. Si existen buenos sustitutos la demanda del bien será muy elástica. Por ejemplo,
un pequeño aumento en el precio del aceite de oliva puede provocar que un gran número de amas de casa se decida
por usar el de girasol.

3) Importancia del bien en términos de coste. Si el gasto en ese bien supone un porcentaje muy pequeño de la renta
de los individuos, su demanda será inelástica. Por ejemplo, el lápiz. Las variaciones en su precio influyen muy poco
en las decisiones de los consumidores que desean adquirirlos.

4) El paso del tiempo. Para casi todos los bienes, cuanto mayor sea el período de tiempo considerado mayor será la
elasticidad de la demanda. Puede ser que al aumentar el precio de la gasolina, su consumo no varíe mucho, pero al
pasar el tiempo podrá ser substituida en algunos de sus usos por el carbón, en otros usos por el alcohol, de forma
que la disminución en la demanda sólo se nota cuando pasa el tiempo.

5) El precio. finalmente hay que tener en cuenta que la elasticidad de la demanda no es la misma a lo largo de toda
la curva. Es posible que para precios altos la demanda sea menos elástica que cuando los precios son más bajos o al
revés, dependiendo del producto de que se trate.

Hay diferentes clases de elasticidad. El fenómeno que hemos estado analizando bajo el nombre de "elasticidad" a
secas, podríamos haberlo llamado con mayor propiedad elasticidad-precio ya que se trataba de medir la sensibilidad
de la demanda a las variaciones en los precios. Pero la demanda puede ser también más o menos sensible a otros
factores. Llamaremos elasticidad-renta a la medida de la sensibilidad de la demanda de un bien a las variaciones en
la renta del consumidor. Llamaremos elasticidad cruzada a la medida de la sensibilidad de la demanda de un bien a
las variaciones en el precio de otros bienes.

Según vimos antes, cuando la renta de un individuo aumenta, su consumo de todos los bienes aumentará también.
Sin embargo eso no es siempre cierto. Hay algunos bienes, los llamados bienes inferiores, que se caracterizan por el
hecho de que al aumentar la renta de los individuos disminuye el consumo de ellos. El ejemplo clásico es el de las
patatas o, en general, el de los alimentos ricos en féculas. Conforme aumenta la renta de los individuos y de las
sociedades, estos alimentos son substituidos por otros más ricos en proteínas, la carne, por ejemplo. Hay otros
bienes, por el contrario, cuyo consumo aumenta más que proporcionalmente al aumentar las rentas. Son los bienes
de lujo.
Para medir la sensibilidad de los bienes a las variaciones en la renta de los individuos se utiliza el concepto de
elasticidad-renta: porcentaje en que varía la cantidad demandada de un bien cuando la renta del consumidor varía
en un uno por ciento. En el caso de los bienes inferiores, la elasticidad-renta es negativa ya que el aumento de ésta
provoca la contracción de la demanda de aquellos. La elasticidad-renta de los bienes de lujo es muy alta ya que las
variaciones en la renta provocan grandes variaciones en la cantidad demandada. Los bienes de primera necesidad, a
diferencia de los bienes inferiores, tienen la elasticidad-renta de la demanda positiva pero muy pequeña, en otras
palabras, su demanda es inelástica con respecto a la renta. Finalmente, los bienes normales mostrarán una
elasticidad-renta unitaria, es decir, su demanda aumentará aproximadamente en la misma proporción en que lo
haga la renta de los individuos.

Las relaciones que existan entre bienes permiten otra forma de clasificación. Se llaman bienes complementarios a los
que son consumidos conjuntamente: los coches y la gasolina, los canarios y las jaulas. La peculiaridad de estos bienes
es que cuando aumenta el precio de uno disminuye la cantidad demandada del otro. El fenómeno opuesto puede
observarse en el caso de los bienes sustitutivos o sustituibles, los que pueden utilizarse de forma alternativa: el
aceite de oliva y el de girasol. En este caso el aumento del precio de uno provoca el aumento de la cantidad
demandada del otro.

Para medir la sensibilidad de la demanda de un bien a las variaciones en el precio de otro se utiliza la elasticidad
cruzada: porcentaje en que varía la cantidad demandada de un bien cuando el precio de otro varía en un uno por
ciento. La elasticidad cruzada será positiva si las variaciones en el precio y en la cantidad demandada van en el
mismo sentido, es decir, en el caso de los bienes sustitutivos. Como el sentido del cambio es diferente entre el precio
y la demanda de los bienes complementarios, su elasticidad cruzada será negativa.

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