Resumen Bloque 1-4
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Bloque 2:
3.6 Los Austrias del siglo XVIII: el gobierno de validos. La crisis de 1640
Con Felipe III se inició la práctica de la delegación de las cuestiones de gobierno en manos de un
hombre de confianza, el valido, que carecía de cargo político pero actuaba como primer ministro. El
válido de Felipe III fue el Duque de Lerma, político mediocre y ambicioso, le sucedió su hijo. En la
política interior se expulsaron a los moriscos (1609). El reinado de Felipe IV fue una época de guerra
permanente (Guerra de los 30 años) que dejó arruinado al país y con revueltas internas. El Conde
Duque de Olivares, valido de Felipe IV tenía una gran inteligencia política y voluntad de reforma.
Creó la Unión de Armas, intentó implantar como sistema político el modelo castellano en todos los
territorios, tuvo un rechazo general. El Corpus de Sangre, Barcelona 1640, derivó en un motín
general, el virrey fue asesinado y los funcionarios perseguidos. Felipe IV envió un ejército y los
catalanes pidieron ayuda a Francia. La crisis económica, un brote de peste y la opresión francesa
provocó que los catalanes se rindieran, condicionando el respeto a sus fueros. Las Cortes
portuguesas, aprovechando la rebelión catalana, proclamaron rey al Duque de Braganza. La
monarquía portuguesa se consolidó con la ayuda de Francia e Inglaterra, y España reconoció su
independencia (1668). Felipe sustituyó a su valido sustituyéndolo por Don Luis de Haro, pero no
logró restablecer la paz social. En la 1ª parte del reinado de Carlos II, su madre ejerció la regencia
con el gobierno de válidos. En su mayoría de edad primero gobernó Juan José de Austria y luego el
Duque de Medinaceli y el Conde de Oropesa, que redujeron los impuestos y contuvieron el gasto
público acabando con la crisis. A su muerte de un problema sucesorio que originaría una guerra.
3.7 La guerra de los Treinta años y la pérdida de la hegemonía española en Europa
En el reinado de Felipe III se interrumpió la tendencia belicista del siglo anterior. La muerte de Isabel
I de Inglaterra posibilitó la paz, y la ruina financiera de la corona obligó a firmar con Holanda la tregua
de los Doce años (1609-1621). Pero desde 1618 un conflicto derivó en un estado de guerra general
europeo, La guerra de los Treinta años, con dos grandes bandos: los Habsburgo austriacos y
españoles, que pretendían mantener su hegemonía en Europa, y las potencias rivales, lideradas por
Francia. A partir de 1621 se renovaron las hostilidades entre España y Holanda. La guerra de los
Treinta años terminó con la Paz de Westfalia (1648), España reconoció la independencia de las
Provincias Unidas (Holanda), continuando la guerra contra Francia hasta 1659, cuando por la Paz de
los Pirineos cedió a Francia el Rosellón, la Cerdaña, la región de Artois y algunas plazas flamencas.
En el reinado de Carlos II se reconoció la independencia de Portugal. En la Paz de Aquisgrán,
España cedió a Francia Lille y otras plazas fronterizas. Por la Paz de Nimega, España entregó a
Francia el Franco Condado y otras plazas flamencas. Francia emergía como potencia europea. Al
final del reinado de Carlos II, las grandes potencias pelean por obtener la sucesión española, Guerra
de Sucesión 1702-1713.
3.8 Principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII y sus
consecuencias
El siglo XVII fue una etapa de depresión económica en Europa. En España las guerras llevaron a la
hacienda real a un endeudamiento, agravado por la disminución de metales preciosos de América y
la disminución del comercio colonial por el contrabando y la autosuficiencia de las colonias. Esto
llevó a la corona a crear impuestos y vender cargos públicos o privilegios nobiliarios. La crisis
económica se agravó por el descenso demográfico causado por el aumento de la mortalidad por las
guerras y epidemias, la escasez de matrimonio, el aumento de clérigos, y el incremento de la
emigración. La recesión económica se manifestó en la caída de la producción agraria, la ganadería y
la industria textil castellana. La nobleza, que aumentó por la venta de títulos, vio disminuir sus rentas
y tuvo que endeudarse. El número de religiosos creció por la necesidad de buscar un medio de vida.
Muchos campesinos vendieron sus tierras y emigraron. La burguesía abandonaba sus negocios e
invertía en tierras, señoríos y rentas fijas, incluso compraba títulos nobiliarios. En 1680 la natalidad
aumentó, lentamente se recuperó la producción y el comercio, consecuencia de la devaluación de la
moneda. Esto condujo a una expansión demográfica y económica en el siglo siguiente.
4.2 Los Borbones, los Derechos de Nueva Planta, Modelo de Estado y Reformas
Felipe V y Fernando VI quieren establecer un nuevo modelo de Estado. Felipe introdujo modas y
costumbres, una nueva forma de gobernar centralista, al estilo francés. Acepta las leyes e
instituciones de los reinos españoles, pero tras la Guerra de Sucesión y el levantamiento contra él,
unifica las leyes e instituciones de todos los reinos a los de Castilla, menos Navarra y el País Vasco,
en los Decretos de Nueva Planta. Las Cortes de Aragón se unen a las de Castilla. La unificación
dinástica de los RRCC se convierte en política y administrativa. Se gobierna desde Madrid. Ley
Sálica, sustituye las Leyes de Las Partidas, que permitían reinar a las mujeres dando preferencia a la
línea masculina. Los Borbones actuaban como reyes absolutos, tenían cortes únicas y las
Secretarías de estado funcionan como Consejos. Los Secretarios, como Esquilache o Aranda, eran
hombres de confianza del rey. Aunque se puso una política de control sobre la iglesia, siguieron
teniendo mucha influencia junto con los nobles, y reconocieron la autoridad del rey.