Comentario de Texto 4 Ruben Alvarez Valcarcel
Comentario de Texto 4 Ruben Alvarez Valcarcel
Comentario de Texto 4 Ruben Alvarez Valcarcel
En la primera parte del texto, exactamente en la frase “No hay duda de que todo nuestro
conocimiento comienza con la experiencia”. Kant afirma que el conocimiento procede
de dos fuentes: la sensibilidad y el entendimiento. La primera es la capacidad de recibir
impresiones; por ella nos dan el objeto. La segunda es la facultad de pensar los datos por
medio de conceptos Por la segunda línea nos cuestiona la siguiente pregunta, “Pues
¿cómo podría ser despertada a actuar la facultad de conocer sino mediante objetos que
afectan a nuestros sentidos y que ora producen por sí mismos representaciones, ora ponen
en movimiento la capacidad del entendimiento para comparar estas representaciones para
enlazarlas y separarlas y para elaborar de este modo la materia bruta de las impresiones
sensibles con vistas a un conocimiento de los objetos denominado experiencia?” a lo que
respondemos rotundamente con un claro y conciso SÍ. Ahora bien y ¿por qué? Tiene una
sencilla respuesta, lo ejemplificaremos para que quede mejor. Un empirista para poder
llegar al conocimiento necesita de la experiencia (observación-experimentación) en el
caso de que quiera saber si todos los hombres son mortales, procedería a experimentar y
al cabo de bastantes intentos sacaría sus conclusiones, es decir, habría llegado al
conocimiento de que todos los hombres son mortales gracias a que experimentó con
objetos, en este caso los hombres (personas) como Kant nos mencionaba en la anterior
cuestión.
Ya en el último párrafo nos comienza diciendo que, “Pero, aunque todo nuestro
conocimiento empiece con la experiencia, no por eso procede todo él de la experiencia”,
exactamente en esta línea nos dice que aunque para poder empezar a conocer necesitamos
la experiencia, no todo el conocimiento procede de ella. Aquí es donde entra en escena el
papel del racionalismo, el uso de la razón. Para poder conocer mediante la razón nuestra
mente gracias a una serie de formas, colores, e imágenes procede a juntarlas y a crear ese
objeto el cual nosotros aceptamos como verdadero, explicando también lo que el autor
escribe en las últimas líneas; “En efecto, podría ocurrir que nuestro mismo conocimiento
empírico fuera una composición de lo que recibimos mediante las impresiones y de lo
que nuestra propia facultad de conocer produce (simplemente motivada por las
impresiones) a partir de sí misma.”