DSFDSFSD

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

ACCIÓN ≠MOVIMIENTO:

La acción implica acción y relación, en cambio, el movimiento es el desplazamiento del cuerpo


o de un segmento de éste.

 DESARROLLO PSICOMOTOR DESARROLLO MOTOR: ≠

El desarrollo psicomotor es la manera en que el niño se expresa en relación, mientras que el


desarrollo motor es la aparición neurobiológica de capacidades mayores.

 EXAMEN PSICOMOTOR EXAMEN MOTOR: ≠

El examen psicomotor es la búsqueda de indicios, datos que se relacionan de una manera


particular de mirar al niño y operar en consecuencia, en cambio, el examen motor es la
búsqueda de signos que señalen una alteración motriz.

Dimensiones de la psicomotricidad:

La realización motriz y la construcción del cuerpo conforman 3 dimensiones:

Lo que interesa a la psicomotricidad es la integración de estas dimensiones, entendidas como


procesos de construcción permanente. Se utiliza el término corporeidad, referido al cuerpo
visto “en su unidad”, entendiendo que “es” en sus manifestaciones.

1. MOTRIZ- INSTRUMENTAL

Dimensión de la organización del acto motriz, dependiente del proceso evolutivo y madurativo
individual. Wallon refiere que se trata de la maduración de la función instrumental, que provee
los medios para que le organismo actúe sobre el mundo que lo rodea. Para él, la motricidad se
hace instrumental cuando se integra a la percepción.

Llamamos motricidad a la acción propia de organismo. Al estar acompañado del término


“instrumental”, lo reconceptúa en el orden del cuerpo, porque nos referimos a un movimiento
con intención y sentido. El movimiento se hace instrumental y posibilita la integración de las
diferentes partes del cuerpo en un todo que denominamos esquema corporal.

Compete a esta dimensión:

 Evolución de la tonicidad muscular.


2. EMOCIONAL- AFECTIVO

Esta dimensión pretende diferenciar e integrar el concepto de emoción y de afecto. La


emoción se considera referida genéticamente a la vida orgánica, y el afecto en relación
estrecha con el cuerpo, articulador del psiquismo y el organismo.

Al referirnos al afecto nos remitimos a un fenómeno cargado de un saber y sentido particular


en la trama vincular. Sara Paín diferencia dos niveles: el de la categoría de los afectos
reconocibles como estadios o sepales de un estado emocional, y el de la categoría de los
valores afectivos, donde se produce la transformación de la emoción en un valor dentro de un
sistema simbólico.

Wallon considera que la emoción está ligada con el organismo, con las respuestas primarias de
éste frente al medio. El desarrollo psicomotor en cada niño está marcado por un estímulo
motor propio de cada sujeto, cambiante en cada situación.

En esta dimensión se ubica lo emocional- afectivo ligado al movimiento espontáneo,


relacionado con los conflictos vinculares, las necesidades, prohibiciones, lo inconsciente.

3. PRÁXICO- COGNITIVO

La realización de lo motriz- instrumental requiere un dominio de las relaciones espaciales. Le


exige al niño el ajuste de sus movimientos en relación con los objetos situados en el espacio.
En esta dimensión se incluyen el conocimiento del propio cuerpo, a través de las experiencias
sensomotrices y perceptivo- motrices, y la posibilidad que tiene el niño de nombrar sus
segmentos corporales, discriminar derecha e izquierda en él y en los otros, y de accionar ante
un pedido en las orientaciones arriba- abajo- adelante- atrás. Las praxias, ligadas al aprendizaje
y cognición, involucran al pensamiento y a la acción.

Según Myrtha Chockler, la psicomotricidad operativa es la disciplina científica que reconoce


toda actividad humana psicomotriz, producto de una génesis y de un desarrollo donde se
articulan difenrentes sistemas anátomo-fisiológicos, psicológicos, sociales e históricos, de gran
complejidad que interactúan construyendo una trama singular que determina la particular
manera de cada uno de ser, sentir, estar y operar en el mundo y con los otros. toda actividad
humana es esencialmente psicomotriz, producto de una génesis y un desarrollo donde se
articulan sistemas anátomo- fisiológicos, psicológicos, sociales e históricos de gran complejidad
que interactúan construyendo una trama que determina la manera de cada uno de ser, sentir,
estar y operar en el mundo y con los otros.
La Psicomotricidad Operativa define su objeto de estudio como la interrelación dialéctica
entrecuerpo (condición de existencia de la persona), espacio del movimiento y la interacción,
gesto, actitud y palabra, cuya significación está en la base de la constitución, construcción y
desarrollo de:

Por lo tanto, la Psicomotricidad Operativa tiene como objetivo o finalidad:

 Establecer dispositivos que operen en la práctica educativa, preventiva y terapéutica con


encuadre sy técnicas centradas en el cuerpo, espacio, gesto, creación y la interacción
tendientes a garantizar las mejores condiciones para el desarrollo de la persona.

 Aportar una mirada original e integradora, que significa estudiar el proceso desde el punto
de vista evolutivo y dentro de un contexto social, cultural, histórico, cuya estructura y
representación determinan las formas de ser, sentir, estar y operar en el mundo, relacionarse,
aprender, integrarse, etc.

PRÁCTICA PSICOMOTRIZ DE B. AUCOUTURIER

EXPRESIVIDAD MOTRIZ

La expresividad motriz del niño es una manera de ser y estar del niño en el mundo original y
privilegiado, que actualiza con cada vivencia lejana cuyo sentido puede captarse gracias a
todas las variaciones de su relación tónica y emocional.

La expresividad motriz permite que el niño haga aparecer al objeto por medio del conflicto
entre su deseo de amarlo y de odiarlo; es sabido que la evolución de este deseo depende en
gran medida de la manera con que los padres permiten que su hijo viva la continuidad del
placer de esta contradicción del inconsciente.

La expresividad motriz es una construcción del psicomotricista a partir de una compresión


teórica que le permite entender la manera con que cada niño resuelve este conflicto
inconsciente, a través de sus relaciones con las personas y con el mundo que lo rodea, para
poder vivir el placer de ser uno mismo.

La expresividad motriz es la manera que cada niño tiene de manifestar el placer de ser él
mismo, de construirse de una manera autónoma y de manifestar el placer de descubrir y de
conocer el mundo que le rodea.

En la práctica con los niños podemos observar, dos modalidades diferentes de expresión del
placer.

- El placer de repetir las acciones, que nunca serán idénticas, ya que la repetición crea
transformaciones internas y externas que enriquecen la actividad de los niños. La repetición
del placer es un proceso que:

* Asegura al niño y provoca el deseo de saber y de anticipar las acciones, sin angustia.
* Estimula la capacidad de ajustarse rítmica, tónica y emocionalmente al mundo externo.

* Desarrolla la capacidad de atención necesaria para la rememoración de las acciones y para


desarrollar la inteligencia práctica.

- El placer del asombro. A veces el niño se encierra en actividades repetitivas, monótonas y


progresivamente desaparece el placer para dejar paso a una cierta laxitud. La sorpresa causada
por un acontecimiento externo provoca la ruptura de esta monotonía y crea un fuerte choque
emocional.

El asombro despierta el placer de la sensorialidad y la curiosidad del niño.

Condiciones para que emerja la expresividad motriz

Sólo es posible en un ambiente de seguridad afectiva en el que el niño pueda vivir el placer de
la acción y el placer de su trasformación tónica y emocional. La expresividad motriz varía en
función de la seguridad afectiva que el adulto ofrece a cada niño.

“La pulsión de apego y la pulsión de dominio”- Revista La Hamaca

La pulsión es la unión entre el soma y la psiquis y dependen del otro que esta unión
puedaevolucionar hacia un encuentro armónico del niño con el mundo exterior.

Las pulsiones de apego y de dominio se convierten en antagonistas. Una fuerza trata de atraer
a la otra hacia sí y la otra la rechaza. De esta manera el niño va a vivir el placer de dirigirse
hacia el mundo exterior. Vive el placer de apego y de dominio a través de la motricidad, lo que
lo lleva una hacia la dependencia y otra a la independencia. Desde el nacimiento el niño busca
alguien que le asegure la supervivencia, se apega a esa persona porque le procera placer y le
ofrece un espejo de placer. Se apega a este otro solamente si ha reconocido que es quien le
procura placer. A partir de esto reconoce el objeto de amor, va a sentir miedo ante un extraño.
Al mismo momento vive otra fuerza que lo vuelve hacia el medio y le permite prepararse para
investir al mundo exterior. Es a través del movimiento que él va a vivir esa pulsión de dominio.

En función de la actitud que tenga el otro, que le permite vivir al niño estas dos fuerzas, va a
poder entrar en la dialéctica de lo cercano y de lo lejano.

El placer de la dominación es el dominio para hacer volver al otro. La sonrisa, las


vocalizaciones, los movimientos del cuerpo son dominio sobre el otro. Hay que entenderla
también como el deseo de ir hacia los otros; el chico va a encontrar lo real, aquello que es
diferente de sí mismo.

Estas dos pulsiones son vividas durante toda la vida a través del cuerpo y el movimiento. Todo
lo que el niño diga por su expresividad motriz va a adquirir el sentido de la historia de su
vivencia del lejos y del cerca, del apego y del dominio.

El dominio del espacio, de la verticalidad, el placer de ponerse de pie son del dominio de su
propio cuerpo, así como tocarse y reunir sus extremidades antes de los 6 meses. Luego es el
dominio sobre los objetos, el dominio del espacio: el placer de correr, de equilibrarse.
El desarrollo es el conjunto de transformaciones internas que permiten al sujeto la adquisición
de las competencias necesarias para ejercer progresivamente actitudes cada vez más
autónomas.

El desarrollo constituye también el camino que parte de una sensorialidad, una sensibilidad y
una motricidad predominantemente dispersas, disgregadas, fragmentadas en su inicio, a la
construcción del sentimiento de unidad, de continuidad y de cohesión de sí mismo, la
constitución del yo y las raíces de la identidad.

El proceso de constitución del sujeto humano es producto de una compleja transformación


evolutiva.

Lo biológico, entre ello lo neurológico, constituye la base material para las relaciones
adaptativas con el mundo externo. Lo biológico esta entramado con lo social, que realmente
genera a la persona.

Persona que desde el nacimiento es comprendida como un ser completo, constructor activo,
aquí y ahora, de sus relaciones en cada uno de sus estadios.

Las sociedades van modelando sus sujetos funcionales a través de pautas de crianzas, de
programas de educación, de medios de información, de la formación académica de los
profesionales, del auspicio a algunos desarrollos científicos y no otros, de la difusión de
creencias, de mitos, de ciertos valores sociales, que constituyen en su conjunto las
Representaciones Sociales del Orden Simbólico.

Desde esta teoría se reconoce al bebé como un ser activo, abierto al mundo y al entorno social
de cual depende, capaz de iniciativas, sujeto de acción y no sólo de reacción, como ser pleno
de emociones, de sensaciones, de afectos, de movimientos, de miedos y ansiedades, de
pensamientos lógicos con una lógica a su nivel, capaz de establecer vínculos, intensamente
vividos en el cuerpo,porque el bebé es todo cuerpo.

El PROTOINFANTE es un ser que se desarrolla como sujeto a partir de otros, con otros y en
oposición a otros, mientras va otorgando sentido y significación a su entorno con el que
establece intercambios recíprocos.

Los organizadores del desarrollo

El desarrollo es un proceso complejo que se produce por la interrelación dialéctica de factores


estructurantes que, operando como Organizadores del Desarrollo, facilitan, ordenan u
obstaculizan las interacciones del sujeto con su medio, esencialmente humano pero también
material y cultural.

De la calidad con la que se imbrincan y operan estos factores organizadores, a partir de


laestructuración biológica originaria, depende el curso del desarrollo.

PRIMER ORGANIZADOR: VÍNCULO DE APEGO


El niño desde el nacimiento es competente para establecer relaciones afectivas con el entorno.
Los lazos primordiales con los adultos que lo cuidan, constituyen el vínculo de apego (J.
Bowlby,1976). Su función es proteger, contener, sostener y tranquilizar al niño en su contacto
con el mundo, que, por ser nuevo y renovado permanentemente, le despierta curiosidad,
interés y también inquietud, alarma y ansiedad.

Los avatares de dicha interacción con las personas significativas, la calidad predominante de
gratificación o de frustración que le aporten: sensación de sostén, de seguridad, de
apaciguamiento, filtrando los estímulos invasores, o por el contrario, las vivencias de temor o
de ansiedad, están en la base de la construcción de las matrices afectivas, relacionales y
sociales que permiten al sujeto sentirse mejor acompañado, confiando en su entorno y seguro
de sí mismo o precariamente sostenido y hasta, a veces, perversamente sometido. La
constitución del vínculo de apego, con sus cualidades de mayor o menor firmeza, estabilidad y
solidez, se realiza cuerpo a cuerpo desde las primerísmas impresiones a través del olfato, del
tacto, el contacto, la tibieza, la suavidad, los movimientos, los mecimientos, la mirada, los
arrullos, la sonrisa y la voz, que quedan ligadas al placer por la satisfacción de las necesidades
biológicas y afectivas.

La presencia indispensable del otro unifica la sensualidad dispersa y el espejo expresivo que el
rostro y el cuerpo todo del adulto devuelve al niño va otorgando sentido y significación a la
sensorialidad y a la motricidad desordenada. Éstas, aun así abiertas al mundo, están al servicio
de construir y mantener en lo posible un sentimiento íntimo de integración, de reunificación,
aunque fuere precario, frente a la súbita invasión de fuertes estímulos externos y también
internos.

La falta de sostén físico y emocional, de contención, ataca su frágil estado de integración, de


unificación, provocando sensaciones caóticas de desborde y de disgregación de sí con una
activación excesiva de las ansiedades primitivas que han sido descritas, entre otros, por D.W.
Winnicott (1958).

Toda experiencia vivida como invasora, nociva, desagradable, puede angustiar y desorganizar
al bebé, dejando huellas de sufrimiento en el cuerpo, sin imágenes ni representaciones todavía
por la precariedad del sistema nervioso y del psiquismo.

Al principio de la vida el protoinfante necesita por ello mucha proximidad con los adultos
significativos, calma y comprensión. A partir de la sensación de seguridad, de contención y
confianza que ellos le proveen va a poder abrirse y volcarse de más en más hacia del mundo
circundante o encerrarse intentando defenderse de él.

El vínculo de apego tiene también como función esencial neutralizar las ansiedades, los
temores, el exceso de tensión provocados por el contacto con lo desconocido.

Progresivamente, en virtud de la maduración neuropsicológica y de la calidad de la interacción


con su medio, el sujeto va a ir transformando sus conductas de apego a través de dos procesos
importantes:
- En primer lugar: la interiorización paulatina de las características de acompañamiento y
consuelo de las figuras primarias significativas, y simultáneamente la distanciación progresiva
de ellas. Así aparecen en escena el objeto y el espacio transicional. D.W. Winnicott (1972) ha
desarrollado el concepto de “fenómeno transicional” para referirse a un espacio de creación
ilusoria entre la madre y el niño. El objeto familiar, cálido, investido con las características
maternas, es utilizado por el niño como defensa contra la ansiedad de ausencia y separación.
Objeto insustituible, siempre único y singular (el muñeco de peluche, un pañuelo, una punta
de la sábana, su dedo pulgar) que el adulto reconoce y respeta porque simboliza para el niño
su primera posesión. Cuanto más marcado por los signos sensoriales que lo tranquilizan, olor,
temperatura, textura, más propio lo sentirá el niño. Nadie más que él puede cambiarlo.
Posesión que le permite la experiencia de continuidad de su propia existencia al tiempo que se
separa del campo materno.

- En segundo lugar: recíprocamente, el proceso de separación permite el investimiento


afectivo y la distribución de las funciones del apego en otros adultos con los que se familiariza,
luego en algunos de sus pares, cargando de significación a los espacios y alas cosas. Este
proceso le permite transitar instancias de socialización ampliada con un sentimiento de
seguridad y de continuidad de sí mismo y del otro, a pesar de los cambios de espacios y de las
transformaciones propias y del entorno.

SEGUNDO ORGANIZADOR: COMUNICACIÓN

La comunicación con los demás se inicia con el contacto y la conexión que promueven un
“diálogo tónico-corporal” de miradas, gestos, mímica, voces, movimientos, distancias, con las
figuras primordiales vivenciados con placer o displacer. Las percepciones integradas son
inmediatamente significadas, semiotizadas: se convierten en señales y signos de bienestar o de
malestar por las impresiones tónico-emocionales que producen. Al mismo tiempo los actos y
reacciones tónico- emocionales, al ser captadas por el entorno atento, se transforman en
expresiones emocionales. Dan así origen a un intercambio de señales que va construyendo
códigos afectivizados de comunicación no verbal. Éstos constituyen las raíces indispensables
del desarrollo del pensamiento simbólico y por lo tanto del lenguaje verbal.

Así, para convertirse en un “locutor de su lengua” es decir, para dominar progresivamente los
aspectos pragmáticos, sintácticos y semánticos, el niño no va a entrar de golpe en el código
lingüístico sino que, a través de su cuerpo y su conducta relacional, va a descubrir el placer del
“diálogo” con el otro y el placer de darle sentido.

Esto para volver a decir el aspecto primario del cuerpo inclusive si, ulteriormente, el objetivo
de la simbolización es acceder y volver manejables los símbolos más o menos abstractos, es
decir, de alguna manera, liberados del peso del cuerpo y de su concretud.
TERCER ORGANIZADOR: EXPLORACIÓN

El niño utiliza su motricidad no sólo para moverse, para desplazarse o para tomar los objetos,
sino, fundamentalmente para “ser” y para “aprender a pensar.

El contacto, la exploración y la experimentación del entorno humano y de los objetos, le


permiten en cada momento, a su nivel, vivenciar y apropiarse progresivamente del medio,
construyendo simultáneamente sus matrices de aprendizaje, su lugar en el proceso de
conocer, a partir del despliegue de sus actitudes, aptitudes y competencias cognitivas. El
origen de este proceso, desde la vivencia al conocimiento, está en la necesidad de adaptación
activa al medio, inherente a todo ser vivo y su fuerza es el impulso cognoscente, pulsión
epistémica que lo lleva al descubrimiento, con el intento no sólo de conocer sino sobre todo de
comprender el mundo.

También podría gustarte