Wagner
Wagner
Wagner
Fue un compositor, director de
orquesta, poeta, ensayista, dramaturgo y teórico
musical alemán del Romanticismo.
VIDA
Wilhelm Richard Wagner nació el 22 de mayo de 1813 en el número 3 de
la calle Brühl, en la judería de Leipzig (Confederación del Rin,
actual Alemania). Fue el noveno de los hijos de Carl Friedrich Wagner
(1770-1813), un modesto funcionario de policía que murió de tifus seis
meses después del nacimiento de Richard,3 y de Johanna Rosine (de
soltera Pätz, 1774-1848), hija de un panadero.4 Tras el trágico
fallecimiento de su padre el 23 de noviembre de 1813, su madre comenzó
a vivir con el actor y dramaturgo Ludwig Geyer, que había sido amigo de
su difunto marido.5 En agosto de 1814, Johanna Rosine se casó con Geyer
y se trasladó con su familia a su residencia en Dresde. Durante los
primeros catorce años de su vida, Wagner fue conocido como Wilhelm
Richard Geyer. Wagner, más tarde, sospechó que Geyer era en realidad su
padre biológico, y además especuló equivocadamente con que podría
ser judío.
Últimos años[editar]
TANHAUSSER
Wagner utilizó principalmente dos historias que aparecen en la obra
de Ludwig Bechstein, entre otras fuentes: una de ellas es la leyenda del
caballero Tannhäuser y la otra es la llamada Der Sängerkrieg auf der
Wartburg, es decir el «concurso de canto del Castillo de Wartburg». Los
temas principales de la ópera son la lucha entre el amor sagrado y
profano, y la redención a través del amor, tema dominante en gran parte
de la obra de Wagner. Es la quinta ópera de Wagner. El libreto fue escrito
entre 1842 y 1843 y la música entre 1843 y 1845.
La obra demanda unas exigencias vocales, corales y orquestales
importantes. El papel de Tannhäuser, para tenor dramático, es uno de los
más difíciles de la Historia de la ópera, equiparable al de Tristán, del
mismo Wagner, en Tristán e Isolda. A lo largo de los tres actos debe
conjugar, respectivamente, lirismo (en el dúo con Venus), squillo (en sus
intervenciones en el torneo de canto) y dramatismo (en la
agotadora Narración de Roma). El papel de Elisabeth, para soprano lírica,
requiere presencia en el agudo y una gran sensibilidad interpretativa.
Venus, en cambio, requiere una soprano dramática, en ocasiones
interpretada por mezzosoprano, con voz de color oscuro y aterciopelado.
Wolfram es uno de los papeles más comprometidos para barítono, por su
gran lirismo y expresividad, que demanda un fraseo impoluto similar al del
lied (no en vano, Dietrich Fischer-Dieskau hizo en este papel la creación
más sobresaliente de su carrera). El Landgrave de Turingia está escrito
para bajo profundo, con un registro grave importante en el arioso del
segundo acto.
Por lo que se refiere al coro, en la línea de las óperas de Wagner, posee
una gran presencia como elemento articulador del drama. El coro
masculino tiene a su cargo el comprometido Coro de los Peregrinos, de
cuatro voces a capella, que requiere de una gran masa coral bien
empastada, dúctil (desde el sottovoce a una sonoridad explosiva) y de
tesitura amplia, mientras que el femenino hace lo propio con el idílico y
sensual sottovoce que se escucha en el Venusberg. La entrada de los
invitados al torneo de canto en el Wartburg presenta también momentos
comprometidos y el concertante del final del segundo acto, técnicamente
impecable, constituye una verdadera maniobra de precisión.
La orquesta presenta una plantilla especialmente numerosa para la época.
La cuerda, dúctil, debe afrontar los sutiles y brillantes pasajes del tema de
Venus en la Obertura. Las maderas poseen un tratamiento separado de
gran calidad, sobre todo en el tercer acto. El metal, poderoso, brilla tanto
en la Obertura como en la entrada de los invitados, en el concertante y en
el final de la obra. Presencia destacada a lo largo de toda la obra, por
tratarse de trovadores, la tiene el arpa, que ejecuta los acompañamientos
que éstos hacen con sus arpas.
Argumento
Acto I
Cuadro I.
Interior del Venusberg (Monte de Venus).
Las sirenas, náyades, sátiros y amorcillos juegan y bailan para distraer a
Venus y a Tannhäuser, el que hace tiempo vive seducido por la diosa Ésta
se da cuenta de que el caballero ya no se siente tan feliz como antes Al
interrogarle, Tannhäuser le dice que le gustaría volver al mundo. La diosa
trata de apartarlo de estas ideas y le pide que cante. El trovador ensalza el
amor carnal, aunque echa de menos el que sienten los demás mortales
Venus intenta convencerlo para que se quede a su lado, pero nada
consigue Cuando le deja ir, le vaticina que un día se acordará de ella.
Entonces estará dispuesta a perdonarle.
Cuadro II.
Un valle cercano al castillo de Wartburg.
Un pastorcillo vigila a las ovejas mientras. Se acercan los peregrinos que se
encaminan a Roma. Tannhäuser cae arrodillado a su lado y quiere unirse
al grupo cuando de repente entra una partida de cazadores presidida por
el landgrave, quien reconoce al trovador y le da la bienvenida. Tannhäuser
no dice de dónde viene cuando le preguntan y sigue con su idea de ir a
Roma, hasta que Wolfram le cuenta que Elisabeth está muy triste desde
su partida. El trovador al oír el nombre de su amada, decide regresar a
Wartburg
Acto II
Salón del concurso en el castillo de Wartburg.
Elisabeth elogia el lugar que tan grandes competiciones ha visto, el cual
volverá a recuperar su brillo con el regreso de. El trovador por fin se
encuentra con la dama, la que llena de discreta alegría le da la bienvenida.
Se acerca el landgrave y, al contemplar la alegría de su sobrina, le promete
que se cumplan todos sus anhelos. Llegan los nobles preparados para
asistir al concurso . El landgrave recuerda la brillante historia del sitio y
promete que la mano de su sobrina será el premio para el ganador del
concurso . Se inicia la competición. Wolfram entona la alabanza del amor
místico, Tannhäuser le dice que el amor es la pasión de dos cuerpos
enlazados . Biterolf le responde que el amor es el sentimiento heroico que
defiende la virtud (Wolfram invoca al Altísimo para que le inspire.
Tannhäuser, exasperado, entona el elogio del amor carnal y afirma haber
estado en el Venusberg . Todos, sobrecogidos, le acusan de blasfemo
Cuando los caballeros se disponen a acribillarlo con sus espadas, Elisabeth
se interpone y pide clemencia, pues confía que Tannhäuser volverá a Dios
El landgrave afirma que solo puede hallar el perdón acompañando a los
peregrinos a. De pronto se escucha el coro de peregrinos que pasa cerca
del castillo. Tannhäuser corre a unírsele .
Acto III
El mismo valle del cuadro II del acto I.
Wolfram contempla a Elisabeth que reza a la Virgen María. Se acerca un
grupo de peregrinos pero entre estos la joven no ve a su amado.
Tristemente se resigna a morir y pide perdón por sus Cae la noche.
Cuando la joven se marcha, Wolfram, quien siempre la ha querido, canta
al lucero vespertino para que la acompañe en su subida a los cielos. De
pronto se acerca un hombre cubierto de harapos. Es Tannhäuser, al que su
amigo no reconoce. Cuando por fin se da cuenta, le pregunta si ha
conseguido el perdón. El trovador, agresivo, le responde que el Papa se lo
ha denegado diciendo que así como su viejo báculo no florecerá jamás,
tampoco obtendrá perdón ni su absolución a su horrible pecado.
Tannhauser declama la Narración declarando que solo desea regresar a
los brazos de Venus. De pronto aparece la diosa y Tannhäuser corre hacia
ella, mientras su amigo trata de salvarle. Cuando este pronuncia el
nombre de Elisabeth, Venus desaparece con todo su cortejo. En la
oscuridad se acerca una procesión de antorchas que portan el ataúd de la
joven. Tannhäuser ruega ante el cuerpo inerte de Elisabeth que rece por él
y fallece sobre el mismo. En este momento se aproxima un grupo de
jóvenes peregrinos que traen el báculo del Papa completamente florecido,
símbolo del perdón de Dios a Tannhäuser.
TRISTÁN E ISOLDA
Es un drama musical en tres actos con música y libreto en alemán
de Richard Wagner, basado en gran medida en el romance de Godofredo
de Estrasburgo. La composición de Wagner de Tristán e Isolda fue
inspirada por su aventura con Mathilde Wesendonck y la filosofía
de Arthur Schopenhauer. Reconocida ampliamente como una de las
cumbres de su repertorio operístico, Tristán destaca por el uso avanzado
de Wagner del cromatismo, la tonalidad, el color orquestal y suspensión
armónica. El primer acorde de la ópera, llamado el «acorde de Tristán», se
considera de gran importancia en el desarrollo de la armonía tonal
tradicional.
Argumento
Isolda y su sirvienta Brangania se encuentran en el barco de Tristán, de
camino a las tierras del Rey Marke en Cornualles, donde Isolda va a
casarse con el Rey. La ópera comienza con la voz de un joven marinero
cantando una canción sobre una salvaje doncella irlandesa, lo que Isolda
interpreta como una burla hacia ella. En un arrebato de furia, Isolda desea
que se levanten las olas y hundan el barco, matando a todos los
tripulantes. Su ira va especialmente dirigida a Tristán, el caballero que la
lleva hasta Marke. Isolda envía a Brangania a que llame a Tristán a su
presencia, pero él rechaza la petición diciendo que su lugar está en el
timón. El subalterno de Tristán, Kurwenal, responde más bruscamente y
contesta que Isolda no está en posición de dar órdenes a Tristán, ya que
su anterior prometido, Morold, fue asesinado por Tristán.
Brangania vuelve con Isolda para contarle lo ocurrido, e Isolda le cuenta
cómo, tras la muerte de Morold, llevaron ante ella a un extranjero
llamado Tantris que encontraron mortalmente herido a bordo de un bote
y que ella lo había sanado usando sus poderes curativos. Entonces
descubrió que Tantris era en realidad Tristán, quien mató a Morold, e
intentó matarlo con una espada cuando estaba recostado indefenso ante
ella. En ese momento Tristán no miró la espada que iba a acabar con su
vida, sino directamente a los ojos de Isolda, lo que dejó a ésta sin
capacidad para matar al caballero. Una vez restablecido, se permitió huir a
Tristán, pero habría de volver para llevarse a Isolda para que se casara con
su tío, el Rey Marke. Isolda, furiosa por la traición de Tristán, insiste en
que tiene una bebida que redimirá de sus fechorías, y Brangania mira
sorprendida que se refiere a un veneno letal.
En este momento Kurwenal aparece en la habitación de las mujeres
diciendo que Tristán ha accedido a ver a Isolda. Cuando llega, Isolda le
cuenta que sabía que él era Tantris y le perdonó la vida. Tristán acepta
beber la poción, preparada por Brangania, aún sabiendo que
probablemente acabe con su vida. Cuando Tristán bebe, Isolda le quita de
las manos la poción y termina de bebérsela ella misma. Entonces,
pensando cada cual que su vida está a punto de terminar, se declaran su
amor incondicional. En ese momento, Kurwenal anuncia la inminente
llegada a bordo del Rey Marke, mientras Brangania comprueba
horrorizada cómo la poción que preparó no era veneno, sino una poción
amorosa. En la cubierta los marineros saludan al Rey Marke.
Acto II O sink hernieder[editar]
Una partida de caza nocturna deja solas en el castillo del Rey Marke a
Isolda y Brangania, quienes permanecen al lado de un brasero en llamas.
Isolda cree varias veces que los cuernos de caza están suficientemente
lejos como para permitirle apagar las llamas, señal que espera Tristán para
acudir junto a ella. Brangania avisa a Isolda que uno de los caballeros del
Rey Marke llamado Melot, ha estado observando atentamente las miradas
que se cruza con Tristán y sospecha del gran amor que se tienen. Isolda,
sin embargo, considera a Melot como el amigo más fiel de Tristán y en un
rapto de deseo apaga las llamas. Brangania se retira mientras Tristán llega
junto a Isolda.
Los amantes, por fin solos y libres de las ataduras de la vida cortés, se
declaran su mutua pasión. Tristán desprecia la realidad del día, ya que es
falsa, irreal y los mantiene separados. Es únicamente durante la noche
cuando ellos pueden estar verdaderamente juntos, y solo durante la larga
noche de la muerte podrán estar eternamente unidos. Brangania les avisa
en repetidas ocasiones durante su encuentro que la noche se está
acabando, pero ellos la ignoran. Finalmente se hace de día y Melot lleva a
Marke y sus hombres para encontrar a Tristán e Isolda uno en los brazos
del otro. Esta imagen rompe el corazón de Marke, ya que no solo ha sido
traicionado por su sobrino Tristán, sino que el Rey se ha enamorado
también de Isolda.
Tristán pregunta a Isolda si ella está dispuesta a seguirle a la realidad de la
noche y ella le contesta afirmativamente. Melot y Tristán luchan y en el
momento decisivo, Tristán es herido de muerte por Melot.
Acto III Liebestod[editar]
Kurwenal ha llevado a Tristán a Kareol, su castillo en Bretaña. Un pastor
toca una melodía triste y pregunta si Tristán está ya despierto. Kurwenal le
contesta que solo la llegada de Isolda podría salvar a Tristán. El pastor dice
que estará atento y tocará una melodía alegre si ve llegar algún barco.
Tristán se despierta y advierte que está otra vez en la falsa realidad del
día, una vez más comido por un deseo inalcanzable, hasta que Kurwenal le
cuenta que Isolda está de camino. Tristán se emociona y pregunta en
repetidas ocasiones si hay algún barco a la vista, pero suena la melodía
triste del pastor. Tristán recuerda que es la misma melodía que oyó
cuando su padre y su madre murieron. Cuando oye al pastor tocar una
melodía alegre, Tristán, en un rapto de deseo, arranca los vendajes de sus
heridas. Cuando Isolda llega a su lado, Tristán muere con su nombre en los
labios.
Isolda se derrumba a su lado cuando se anuncia la llegada de otra
embarcación. Kurwenal ve a Melot, Marke y Brangania llegar y se lanza a
luchar para vengar la muerte de Tristán, matando a Melot, pero muriendo
él mismo. Marke y Brangania finalmente alcanzan el lugar donde se
encuentran Isolda y el cadáver de Tristán. Marke, llorando sobre el cuerpo
de su más sincero amigo, explica que Brangania le había contado lo
ocurrido con la poción de amor y que había venido no para separar a los
amantes, sino para unirlos.
Isolda parece recobrarse pero, al describir su visión de Tristán, se
transfigura y muere en uno de los pasajes más bellos de la literatura
operística (se lo llama la «muerte de amor» o Liebestod) y también más
difíciles porque la soprano debe llegar con suficiente energía después de
cuatro horas de representación.
LA TETRALOGÍA DEL ANILLO- SIGFRIEDO
El Anillo es un trabajo de extraordinaria escala que Wagner tardó más de
un cuarto de siglo en escribir. Su cualidad más obvia, para alguien que la
escuche por primera vez, es su extensa longitud: una representación
entera del ciclo se extiende durante cuatro noches de ópera, con un
tiempo total de quince horas, dependiendo de la velocidad que el director
imprima a la ejecución de la partitura. La primera y más corta de las
óperas es su prólogo, El oro del Rin, que generalmente dura dos horas y
media, mientras que la más larga y última, El ocaso de los dioses, puede
llegar a las cinco horas.
Como tetralogía, está modelada como los antiguos dramas griegos, que
eran presentados como una trilogía de tres tragedias y una sátira. Como
tal, el Anillo propiamente consiste en un prólogo, El oro del Rin, y tres
jornadas, La valquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses.
La escala de esta historia es épica. Sigue las luchas entre dioses, héroes y
varias criaturas mitológicas acerca del epónimo anillo mágico que otorga
dominación sobre el mundo entero. El drama y la intriga continúan a
través de tres generaciones de protagonistas, hasta el cataclismo final
en El ocaso de los dioses.
La música del Anillo es profunda y ricamente texturada, creciendo en
complejidad a medida que el ciclo se desenvuelve. La técnica del motivo
temático musical, o leitmotiv, es utilizada de manera magistral por
Wagner a lo largo de la tetralogía. Los motivos temáticos van sonando a
medida que los principales personajes, emociones, lugares y otras
circunstancias van apareciendo en la obra, y reaparecen evolucionando de
muy diferente manera a lo largo de esta.
Wagner escribió el Anillo para una orquesta de muy grandes proporciones.
Incluso promovió la construcción de un teatro ex profeso, el Bayreuther
Festspielhaus, erigido en Bayreuth, para poder realizar el montaje del ciclo
completo. El teatro cuenta con un escenario especial, concebido por
Wagner para equilibrar el sonido de la orquesta con la voz de los
cantantes, permitiéndoles cantar con un volumen natural. Como
resultado, los cantantes no necesitan esforzarse tanto vocalmente
durante las largas representaciones. La acústica del Festspielhaus está
entre las mejores del mundo. En otros espacios, los cantantes a veces
encuentran difícil lograr este equilibrio entre voz y orquesta.
Historia[editar]
La trama se inicia con el oro del Rin, una masa aurífera que descansa en el
fondo del río; después de robarla se forja con ella un anillo mágico que
concede a su portador el poder de dominar el mundo, siempre y cuando
asuma el precio de la maldición que lo obligará a renunciar al amor.
El enano nibelungo Alberich será quien, al sentirse despechado por
las hijas del Rin, unas ondinas que custodian el oro, decidirá asumir la
maldición, robar el oro y forjar el anillo. Diversos seres míticos luchan
después por la posesión del anillo, incluido Wotan (Odín), el líder de
los dioses. El plan de Wotan para superar sus limitaciones, que se extiende
por generaciones, es el motor de gran parte de la historia. Después, el
héroe Sigfrido gana el anillo como pretendía Wotan, pero acaba siendo
traicionado y asesinado. Finalmente, la valquiria Brunilda (amante de
Sigfrido e hija desleal de Wotan) devuelve el anillo al Rin. Durante el
proceso, los dioses son destruidos.
Wagner creó la historia del Anillo fusionando elementos de
diversos mitos y cuentos folclóricos germanos y escandinavos.
Las Eddas de la antigua mitología nórdica proveyeron gran parte del
material para El oro del Rin, que contiene además la misma trama del
cuento El Gato con Botas, mientras que La valquiria se basó
principalmente en la Saga Volsunga. Sigfrido presenta elementos de las
Eddas, la Saga Volsunga, la Saga de Thidreks e incluso de los cuentos de
los hermanos Grimm, Juan sin miedo y La bella durmiente. La ópera
final, El ocaso de los dioses, se basa en el poema germano del siglo
XII, Nibelungenlied (El cantar de los nibelungos), que supone haber sido la
inspiración original para el Anillo y la razón del nombre de esta saga.
Para una investigación en detalle sobre las fuentes de Wagner para
el Anillo y su trato de estas fuentes, es muy útil remitirse, entre otros
trabajos, al trágicamente inconcluso ensayo sobre el Anillo, I Saw The
World End (Vi el mundo acabarse), de Deryck Cooke, y Wagner Nights (Las
noches de Wagner), de Ernest Newman. Es también útil una traducción de
Stewart Spencer (Wagner’s Ring of The Nibelung: Companion, editado por
Barry Millington) que, además de contener ensayos incluyendo uno sobre
el material fuente, provee una traducción al inglés del texto completo que
busca mantenerse fiel a la técnica usada por Wagner de canciones
medievales llamada Stabreim (aliteración). (Véase también Métrica
germánica).
Mezclando estas fuentes tan dispares en una historia coherente, Wagner
introdujo varios elementos contemporáneos. Uno de los principales temas
del Anillo es la lucha del amor, que se asocia también a la naturaleza y
la libertad, en contra del poder asociado a la civilización y la ley. En la
primera escena del Anillo, el desdeñado enano Alberich pone en marcha la
trama al maldecir al amor, un acto que le permite obtener el poder de
gobernar el mundo por medio de la fabricación de un anillo mágico. En la
última escena de esta ópera, este poderoso anillo le es arrebatado y él lo
maldice.
Wagner estaba insatisfecho con la estructura tradicional de la ópera como
una serie de canciones o arias separadas, unidas por una trama. En sus
óperas previas, buscó disfrazar los momentos entre canciones como
puentes musicales. Para el Anillo, decidió adoptar un estilo incluyente de
composición, donde cada acto de cada ópera se convertiría en una sola
canción, sin interrupción alguna.
Como nuevo cimiento para sus óperas, Wagner adoptó el uso de lo que él
llamó Grundthemen, o temas base, que se conocen desde entonces como
motivos temáticos o más propiamente leitmotivs. Estos son melodías o
fragmentos musicales recurrentes, ligados ocasionalmente en una misma
tonalidad y a menudo en una orquestación distintiva, que denotan
musicalmente una acción, objeto, emoción, personaje u otro tema
mencionado en el texto y/o presentado en escena.
Aunque compositores anteriores ya habían hecho uso de leitmotivs,
el Anillo ocupa un lugar especial por su presencia extensiva e integral,
convirtiéndose en la expresión perfecta de la personalidad de los sujetos a
los que representan (sean concretos, como una espada; personales, como
Erda; o conceptos abstractos, como muerte y amor); y por la ingeniosidad
de sus combinaciones y desarrollo.
Todo motivo importante va acompañado por un leitmotiv musical, y hay
segmentos musicales más o menos extensos que están construidos
exclusivamente con ellos. Hay docenas de leitmotivs repartidos en
el Anillo. Frecuentemente ocurren como referencias musicales a la
presentación del sujeto en escena, o a una referencia dentro del texto.
Muchos de ellos aparecen en más de una de las óperas del ciclo, algunos
incluso en las cuatro. Cada uno de los varios aspectos de varios sujetos es
representado por un leitmotiv propio. A veces, como sucede con el
personaje del pájaro del bosque, varios leitmotivs son asociados con un
solo personaje.
A medida que se desarrolla el ciclo, y especialmente a partir del tercer
acto de Sigfrido, estos leitmotivs se presentan en combinaciones de
creciente sofisticación. Es particularmente notorio cuando, como sucede a
menudo, son usados como comentario —frecuentemente irónico— de
una acción o una referencia textual; o incluso cuando aparecen de manera
simultánea, dialogando unos con otros. Particularmente, el «sistema»
de leitmotivs consiste en relaciones cercanas entre ellos, sugiriendo
relaciones equivalentes entre sus sujetos. Un ejemplo desconcertante es
la similitud de las líneas melódicas de los leitmotivs de «La maldición» y
del tema «Sigfrido el héroe». También, de manera importante, Wagner
usó la técnica de «metamorfosis temática» desarrollada por su
suegro, Franz Liszt, para crear un desarrollo dinámico de
muchos leitmotivs, haciéndolos transformarse en otros muy diferentes,
con vida propia. Un ejemplo claro de esto ocurre en la transición entre la
primera y la segunda escena de El oro del Rin, cuando el tema musical
asociado con el «Anillo del poder» se transforma en el tema del Valhalla,
la fortaleza de Wotan y el lugar desde el cual él, como soberano entre los
dioses, puede imponer su poder sobre el mundo. El paralelismo entre los
sujetos es obvio y sobra recalcarlo; lo que vale la pena mencionar es que
este paralelismo se da musicalmente, justo con la asociación melódica
del leitmotiv del Anillo con el del Valhalla. No hay palabras cantadas
durante esta transición: el peso narrativo en este momento recae
enteramente en la orquesta. El resultado principal del uso de estas
técnicas es la construcción de una compleja red de asociaciones músico-
conceptuales que aún hoy siguen siendo materia de discusión y análisis.
Los avances en orquestación y tonalidad que Wagner hizo en esta obra
son de importancia crucial en la historia de la música occidental. Wagner
tuvo quizás el mejor sentido del sonido orquestal de todos los
compositores románticos; la gigantesca orquesta del Anillo le daba una
amplia paleta de 17 familias de instrumentos (incluyendo la tuba
wagneriana, un instrumento que él inventó para llenar el vacío entre
el corno francés y el trombón, y variaciones de instrumentos existentes,
hechos exprofeso para estas óperas, como la trompeta baja y el trombón
contrabajo, que usa un doble tubo deslizador), que podían usarse por
separado o en cualquier número de combinaciones para dar un infinito
rango de expresión al gran abanico de emociones y eventos de la historia.
Por esta misma razón, Wagner debilitó el esquema tonal tradicional al
punto de que la mayoría del Anillo, especialmente a partir del tercer acto
de Sigfrido, no puede clasificarse como en alguna «clave» determinada,
sino más bien en «áreas tonales», cada una de ellas fluyendo suavemente
en la siguiente. Esta ductilidad, que evitaba la necesidad musical de incluir
en la partitura «puntos y aparte», es decir, silencios para ajustar
tonalidades, fue un componente integral que permitió a Wagner la
construcción de las enormes estructuras musicales: El oro del Rin son dos
horas y media de música continua, sin un solo segundo de silencio.
La indeterminación tonal se ve además aumentada por la vasta libertad
con la que Wagner usó las disonancias. Acordes simples (mayores o
menores, es decir, consonantes) son raros en el Anillo, y tanto esta obra
como su Tristán e Isolda son reconocidos mundialmente como hitos en el
camino hacia la ruptura revolucionaria de Arnold Schoenberg con los
conceptos tradicionales de tonalidad y clave, y la negación de la
consonancia como principio organizador en la música.
SOBRE SIGFRIDO
Es la tercera de las cuatro óperas que componen el ciclo de El anillo del
nibelungo (Der Ring des Nibelungen). Esta obra se estrenó en el Teatro
del Festival de Bayreuth el 16 de agosto de 1876 como parte de la primera
representación completa de la saga de El anillo del nibelungo y forma
parte del Canon de Bayreuth.
Aunque Sigfrido es la tercera de las óperas del Anillo, fue la segunda en el
orden de concepción. Wagner trabajó de delante hacia atrás planeando la
ópera a partir de la muerte de Sigfrido, después decidió que necesitaba
otra ópera para narrar la juventud de Sigfrido y luego decidió que
necesitaba contar la historia de la concepción de Sigfrido y de los intentos
de Brunilda de salvar a los padres de él. Finalmente llegó a la conclusión
de que precisaba un preludio que contara el robo original del oro del Rin y
la creación del anilloEn cambio, la música del ciclo, tras unos esbozos
aislados de determinados temas, fue compuesta siguiendo el orden de la
historia.
Argumento
Mime, hermano de Alberich, se encuentra forjando una espada dentro de
su cueva en el bosque. El enano nibelungo planea recuperar el
anillo Andvarinaut para sí mismo, habiendo criado a Sigfrido para que
pueda acabar con el dragón Fafner, que guarda el anillo y otros tesoros, y
cumplir su deseo. Mime necesita forjar una espada para Sigfrido, pero el
joven ha destruido todas las armas que se le han otorgado. Sigfrido
regresa de su caminata por el bosque con un oso salvaje que ha cazado y
exige su nueva espada, que rompe inmediatamente. Después del enfado
de Sigfrido y un discurso cuidadosamente estudiado de Mime sobre la
ingratitud de Sigfrido hacia él, Sigfrido empieza a entender por qué sigue
volviendo donde Mime aunque lo desprecia: quiere saber lo que pasó a
sus padres. Mime se ve obligado a explicarle que él tuvo que cuidar
de Siglinda (Sieglinde) mientras daba a luz pero al final ella murió. Mime
muestra los restos de la espada Nothung, que él había recibido de ella.
Sigfrido le ordena que la repare, lo que no puede hacer porque el metal
no se someterá a sus mejores técnicas.
Sigfrido sale de la cueva y Mime entra en un estado de desesperación, ya
que las habilidades del enano no son lo suficientemente buenas como
para reparar la legendaria espada. Un anciano viajero (que realmente es
Wotan disfrazado) aparece repentinamente y se presenta como el
Caminante. A cambio de la hospitalidad debida a un invitado, le ofrece un
concurso de acertijos en el cual cada uno presentará tres y aquel que
pierda dicha prueba perderá su vida. Mime acepta el reto, con el
propósito de deshacerse del invitado no deseado. El enano pregunta el
nombre de las razas que viven bajo la tierra, sobre ella y en el firmamento.
Wotan responde, correctamente, que son los nibelungos, los gigantes y
los dioses. Mime le dice al viajero que siga su camino, pero se ve obligado
a jugarse su propia cabeza en tres acertijos más por haber incumplido las
leyes de la hospitalidad. El anciano le hace tres preguntas: ¿Cuál es la raza
más amada por Wotan pero la peor tratada? ¿Cómo se llama la espada
que puede derrotar a Fafner? ¿Quién puede forjar tal espada? Mime
contesta a las dos primeras cuestiones: que la raza es la de los welsungos
(Wälsungen) y la espada es Nothung. Sin embargo, Mime no sabe
responder a la última pregunta, pero Wotan le perdona la vida y le revela
que «sólo aquel que no conoce el miedo» podrá reparar la espada, y
agrega que dicha persona tomará la vida de Mime.
Sigfrido regresa y se molesta porque Mime no ha hecho progresos. Mime
deduce que lo único que nunca enseñó a Sigfrido fue el miedo y que a
menos que pueda instilarle temor, Sigfrido lo matará de acuerdo con la
predicción del viajero. Le dice a Sigfrido que el miedo es una habilidad
esencial; Sigfrido se muestra ansioso por conocer dicha emoción y por ello
el enano le promete llevarlo ante Fafner, el dragón. Como Mime no puede
volver a forjar Nothung, Sigfrido decide intentarlo por cuenta propia y
tiene éxito al trocear el metal, fundirlo y forjarlo de nuevo. Mientras
tanto, Mime prepara un veneno que usará para matar a Sigfrido en cuanto
el joven haya derrotado al dragón. Después de que él acaba de forjar la
espada, Sigfrido demuestra su fortaleza rompiendo con ella el yunque por
la mitad.
Acto II[editar]
El Caminante (Wotan) aparece ante la entrada a la cueva de Fafner, donde
Alberich también se ha sentado a esperar al dragón. Los viejos enemigos
se reconocen mutuamente y Alberich declara sus planes de dominar el
mundo una vez que el anillo le sea devuelto. Wotan afirma que su
intención no es recuperar el anillo, sólo observar. Incluso se ofrece a
despertar a Fafner de manera que Alberich pueda tratar con él.
Sorpresivamente Wotan despierta a Fafner. Alberich advierte al dragón
que un héroe se aproxima y este luchará contra él, y se ofrece a impedir la
pelea a cambio del anillo. Fafner no le da mucha importancia, se rehúsa a
entregar el anillo a Alberich y termina durmiéndose nuevamente. Wotan y
Alberich se retiran.