Teoria Politica Definicion Campo
Teoria Politica Definicion Campo
Teoria Politica Definicion Campo
POLÍTICA
Definición de un campo
Wendy Brown
William E. Connolly
Adriana Cavarero
James Tully
Michael Freeden
COLECCIÓN TRAICIONES
Biset, Emmanuel
Teoría política : definición de un campo / Emmanuel Biset. - 1a ed. - Córdoba :
Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad, 2022.
Libro digital, PDF
Autores
Wendy Brown
William E. Connolly
Adriana Cravero
James Tully
Michael Freeden
Prefacio
Programa de Estudios en Teoría Política / 9
En el borde
Wendy Brown / 25
Nada es fundamental...
William E. Connolly / 59
Politizando la teoría
Adriana Cavarero/ 123
Campo
12
Luego, esta heterogeneidad no tiene que ser analizada en abstracto en
vistas a concebir una definición a priori de teoría. Por el contrario, los
modos de lo teórico surgen de la conformación más general del campo
del saber y de ciertas transformaciones institucionales. Si la definición
de teoría en la tradición occidental se suele remontar a Grecia, es tam-
bién allí donde surgen una serie de diferenciaciones clásicas. En primer
lugar, un modo de comprender la teoría desde una definición de epis-
teme constituida como trabajo conceptual: el concepto es una distan-
cia respecto del mundo sensible en vistas a un universal (incluso en la
diversidad de las tradiciones platónica y aristotélica). En segundo lu-
gar, aparece ya en este marco la distinción clásica entre teoría y práctica
definida canónicamente por Aristóteles. Si bien allí se puede identificar
precisamente el cuestionamiento de una tradición platónica idealizante,
es posible señalar que la división entre lo propiamente teórico y lo pro-
piamente práctico no deja de estar supuesta. Esto es, aun cuando la tra-
dición aristotélica abre la posibilidad de una redefinición de la teoría en
vistas de la singularidad de la práctica no deja de suponer esa diferencia.
Esta diferencia no resulta menor en tanto inaugura un problema que
no dejará de resonar en la tradición occidental: la distinción entre teoría
y práctica es también una exclusión por principio, o si se quiere, la polí-
tica como una de las dimensiones de la práctica es siempre otra cosa que
| Teoría política. Definicion de un campo
14 gica, política).
La teoría comprendida a la luz de la ciencia política moderna, en-
tendida como aquellos principios racionales que pueden fundar un or-
den político, dará lugar a un movimiento entre modernidad temprana y
modernidad tardía centrado en el concepto de “sociedad”. Es el mismo
carácter instituyente de la política lo que será revisado con la creciente
estabilización de un orden social racional precedente a su institución
política. La lenta elaboración de lo social, como instancia precedente y
fundadora de la política, supone una radical reconfiguración de la teoría
en la misma modernidad. Es el paso de la teoría como institución de un
orden racional a la teoría como comprensión o explicación de dinámi-
cas sociales existentes. La modernidad, desde esta reconstrucción, no
será sino el paso de la teoría política instituyente a las ciencias sociales
aprehensivas. Si en este caso también existe una destitución de la po-
lítica, ya no será por la idealización de lo teórico, sino por el carácter
suplementario de la teoría política: es una tematización de una instancia
segunda respecto de un orden social existente (la política como subes-
fera social). El problema emerge a partir de que la oposición entre lo
social y lo político subyace a diversas comprensiones de la teoría, esto es,
conforma las condiciones de posibilidad de surgimiento de las ciencias
sociales como tales.
Sin embargo, el surgimiento de las ciencias sociales, en cuyo marco
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Política
Si la teoría como tal no existe, sino que existen teorías cuya pluralidad
muestra una diversidad que aloja diferentes prácticas conformadas his-
tórica, geográfica, ideológicamente, sucede algo similar con eso llama-
do política. De hecho, el vocablo “política” desde su formulación inicial
está atravesado por el equívoco en un doble sentido: política son los
asuntos comunes de los seres humanos, pero política es también la dis-
ciplina teórica que piensa esos asuntos. Ahora bien, si política es una
palabra constitutivamente equívoca, lo es también porque los sentidos
y/o significados otorgados al término han variado considerablemente,
es decir, no existe una definición única de política. Esto mismo inscribe
una dimensión polémica en la misma delimitación de lo que podemos
nombrar como política o, para decirlo de otro modo, la primera decisión
política es la definición de política. Se trata de un movimiento de exclu-
sión: definir política es también establecer los límites respecto de aquello
que no será político. Esta definición nunca es un proceso aislado, pues
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tonces remite a la existencia de algo que unifica aquello que una extensa
tradición asocia al vocablo política. Si parece imposible a priori señalar
que lo que una época entendía por política tiene puntos de contacto con
otra época, entonces solo se conserva una palabra con sentidos radical-
mente opuestos. Esto lleva al problema de la traducción: la traducción
entre diferentes significados de política no surge sino de la traducción
de quien interpreta. Por caso, la comparación entre un significado clási-
co de política y un significado moderno de política (si es que, por cierto, 17
la división entre clásicos y modernos no es problematizada políticamen-
te) es producida performativamente desde el conjunto de significados
que atraviesa la lectura comparativa.
El problema de precisar una definición de política nunca es singular.
Si es posible identificar una serie de conceptos generalmente asociados
a política: la referencia a la vida en común de los seres humanos (y no
la vida individual), a la instancia pública (y no privada), al modo en
que se ordenan los asuntos comunes de los seres humanos (y no los
asuntos personales), a los conflictos entre opiniones sobre cómo orde-
nar la comunidad (y no cómo ordenar la propia vida); en cada uno de
esos casos, palabras como “común”, “público”, “orden”, “conflicto”, remiten
a significados variables. Esto es, existe una transformación de los enfo-
ques teóricos en la elección de los conceptos (por fuera de las referencias
comunes que pueden distinguirse) y una transformación del sentido de
los términos. Si se afirma, por ejemplo, que la distinción público-pri-
vado resulta fundamental para identificar la especificidad de la políti-
ca (asociada siempre a la esfera pública), se debe notar que esa misma
oposición ha variado históricamente, no existe una división ahistórica
entre público y privado. De modo que un vocablo adquiere sentido en
un lenguaje cuyos límites no son estables. Esta inestabilidad no es lo
mismo que ausencia de sentido. Por el contrario, es la misma posibilidad
de la significación. Es lo que permite mostrar ciertas regularidades: solo
porque existe cierto vacío de sentido en el concepto de política es posi-
ble analizar cómo a lo largo de la historia o en diversas corrientes de una
misma época se estabilizan diferentes sentidos. Esto hace de la política
algo constitutivamente inestable. Con ello es posible referir dos aspectos:
por un lado, no existe acuerdo sobre el sentido del concepto de política;
por el otro, algo como la política parece excluir a priori la posibilidad
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Tropología
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Una práctica llamada teoría representa una dimensión llamada po-
lítica. ¿Qué significa en este caso representación? El mismo modo de
fijar lo que es teórico y cuáles son sus condiciones es lo que determina
lo pensable de la política, es decir, es el proceso mediante el cual el con-
junto de prácticas e instituciones asociados en un momento a la política
es convertido en una imagen de pensamiento. En otras palabras, se trata
de un proceso de distanciamiento y abstracción que delimita en el con-
junto llamado política aquello propiamente teorizable. Esto es en cierta
medida irreductible: teorizar sobre la política, aun comprendiendo este
teorizar como una práctica, en tanto siempre es diferente respecto de la
misma práctica política. Para ser claros: teorizar sobre la política no es
lo mismo que hacer política. Y esto aun cuando se puedan pensar dife-
rentes prácticas políticas de la teoría. Esta distancia irreductible es la que
permite, precisamente, pensar diferentes figuras.
Frente a la figura —tropo— de la representación, se puede avanzar en
un modo de vinculación que no suponga exterioridad y subordinación.
Esto lleva a pensar una figura de implicancia recíproca, es decir, cómo
de modo inmanente existe una determinación política de la teoría y una
determinación teórica de la política. No se trata de pensar en dos cam-
pos que encuentran un modo de vincularse, sino de cómo un modo de
hacer teoría constituye un modo de política y cómo un modo de hacer
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