TEMA 2. El Psicoanálisis y Las Terapias Psicodinámicas

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 10

TEMA 2.

EL PSICOANÁLISIS Y LAS TERAPIAS PSICODINAMICAS


1. INTRODUCCIÓN

Primer sistema integrado de psicoterapia

El psicoanálisis es el primer sistema integrado de la Psicoterapia moderna. Incorpora una teoría de la personalidad y
de la psicopatología, así como un método terapéutico en el que los mecanismos de defensa y la relación terapéutica
resultan centrales. Pero el psicoanálisis es también algo más que un sistema psicoterapéutico.

Extraordinario impacto cultural

Su impacto cultural ha sido extraordinario. A la hora de comprender este impacto, conviene no olvidar que Freud fue
un escritor extraordinario y su obra fue muy difundida y leída. Escribía para un público culto, no únicamente para
especialistas en psiquiatría. Sus casos clínicos resultaban amenos, fáciles de leer y han sido comparados a las
historias detectivescas del médico y escritor Arthur C. Doyle, creador de Sherlock Holmes. El psicoanálisis ha
contribuido, como ninguna otra teoría psicológica, a transformar la visión que el ser humano tenía de sí
mismo:

“Complejificación” creciente del sentido de identidad

Durante el siglo XIX, el progreso tecnológico y científico había alimentado una imagen del hombre como un ser
racional. Pero las teorías de Freud fulminaron esa imagen.

- Las fuerzas instintivas, irracionales e inconscientes pasaron a un primer plano.


- La dimensión sexual de la vida, así como la diversidad sexual – legitimada por la visión psicoanalítica-,
comenzó a verse como un aspecto central para la salud mental.
- La aspiración principal de Freud fue llegar a comprender cómo personas con constituciones físicas normales
podían llegar a enfermar debido al conflicto y la aflicción experimentadas en las relaciones básicas de la vida
(las relaciones personales y familiares).
- La vida privada y cotidiana adquirió una nueva dimensión: pasó a ser el lugar en el que las fuerzas del
inconsciente podían ser descifradas. De este modo, comenzó a cambiar la representación mental y la
narrativa sobre el yo (o sobre el sentido de la propia identidad), contribuyendo a hacer cada vez más
complejo y enmarañado el sentido y el relato sobre uno/a mismo/a.

Triunfo en EE.UU.

El psicoanálisis se desarrolló en Europa, pero triunfó en EE.UU. A principios del siglo XX, este país resultó receptivo
a las innovadoras ideas de Freud. Los médicos psiquiatras, en litigio con las curaciones espirituales basadas en la
fe, acogieron sin grandes reparos la nueva visión, que se ofrecía fundamentada en nociones científicas de la época.

También lo hicieron movimientos revolucionarios como el feminismo. Pero, sobre todo, fue la industria editorial
(revistas, periódicos, libros de auto-ayuda, etc.), junto con las emergentes industrias del cine y de la publicidad, las
que encontraron en las ideas psicoanalíticas un filón de oro para atraer la atención del público, contribuyendo, de un
modo eficaz, a difundir y popularizar el psicoanálisis.

Además, en una sociedad en profunda transformación social, debido a la primera revolución industrial que trajo
consigo el traslado del campo a la ciudad y cambió el tamaño de las familias y el apoyo social, la consulta del
psicoanalista se convirtió en un lugar seguro en el que poder analizar la propia biografía sin ser juzgado moralmente.

Punto de referencia de los otros sistemas en psicoterapia

Resulta importante destacar que en el campo de la psicoterapia el psicoanálisis no sólo es relevante porque fue el
primer sistema integrado de psicoterapia y dio lugar a muchos otros enfoques recogidos bajo el término de “terapias
psicodinámicas”. También es importante porque se convirtió en el punto de referencia de todos los demás
sistemas de psicoterapia durante el siglo XX. Algunos, como la terapia de conducta y también las terapias
sistémicas, surgieron en oposición frontal al psicoanálisis, mientras que otros, como la terapia Gestalt o la terapia
cognitiva surgieron a partir de él en sus inicios.

2. DESARROLLO HISTÓRICO

Vida de Freud

Sigmund Freud nació en 1856 y murió en 1939. Salvo contadas excepciones, como los viajes a Francia, los EE.UU. y
Londres donde murió, pasó toda su vida en Viena. Para resumir su biografía, Ellenberger (1970) en su clásico texto
sobre la Psiquiatría Dinámica, dice: Su vida es un ejemplo de ascenso social gradual desde la clase media baja hasta
la alta burguesía… Cuando apenas tenía cincuenta años se halló convertido en jefe de un movimiento cuya influencia
se extendió gradualmente por toda la vida cultural del mundo civilizado, por lo que en la sexta década había logrado
fama mundial. Cuando murió en Inglaterra, se le honró como símbolo de la lucha por la libertad contra la opresión
fascista (págs. 474-5).

Contexto intelectual de la época: Evolucionismo, Materialismo, Cientificismo y Romanticismo

El psicoanálisis no fue una creación a partir de la nada, sino una síntesis creativa de elementos presentes en su
época. En el ámbito científico, en la segunda mitad del siglo XIX:

a. dominaba una imagen mecanicista del hombre y del universo, sustentada en la física de Newton, que se
aceptaba como una descripción exacta de la realidad del mundo externo.
b. También dominaban las ideas evolucionistas de Darwin.
c. En este mismo contexto y en contraste con el racionalismo cientificista, convivían también los epígonos del
Romanticismo con su exaltación de las emociones individuales, así como filósofos que fueron más allá de la
razón racionalista, como Nietzsche y Schopenhauer.
d. En la medicina dominaba la idea de que cada enfermedad debe tener una lesión orgánica subyacente. Con el
tiempo, Freud abandonó las ideas materialistas, pero se mantuvo fiel al espíritu mecanicista de su tiempo.

Por otro lado, en su obra se reconocen conceptos que habían sido formulados por otros autores con
anterioridad, entre ellos destacan los siguientes:

- La concepción asociacionista de la conciencia (distinción entre preconsciente y consciente/percepción


como un juego de equilibrios)  J.H. Herbart.
- El concepto de censura  inspirado en el concepto de umbral de la teoría psicofísica de G.T. Fechner.
- La noción del afecto como una suma de excitación nerviosa y la distinción entre procesos primarios
(necesidades de la vida) y secundarios que regulan a los primeros  E. Brücke y T. Meyer.
- Por último, la concepción del Yo como una función autónoma  F. Brentano (creador de la noción de
intencionalidad y de la psicología del acto)

El pensamiento de Freud fue cambiando a medida que evolucionaba su práctica clínica, por un lado, y debatía con
sus seguidores y discípulos, por otro. A continuación, exponemos, a grandes rasgos, la evolución de su pensamiento:

Evolución del pensamiento Freud

1895-1900, De la sugestión hipnótica al psicoanálisis: Asociación libre, teoría de la seducción y su abandono,


Auto-análisis, Complejo de Edipo

Cuando Freud abrió su consulta privada en 1886, contaba con cierta fama como neurólogo debido a sus estudios
sobre la afasia entre otros, de modo que recibía pacientes que padecían de “problemas nerviosos”.

En esta primera fase, su labor se centra en clasificar las diferentes formas de neurosis y en buscar un
método de tratamiento.

 Escribió un tratado, Proyecto de una Psicología científica para neurólogos, en el que especulaba sobre la
distribución y circulación de la energía psíquica concebida como estados cuantitativos y materiales, a partir de la
analogía de la mente como una máquina de vapor.
 En 1895 Freud y Breuer publican Los estudios sobre la histeria. La idea central del texto es que las pacientes
histéricas han sufrido experiencias traumáticas, cuyo recuerdo inconsciente reaparece de forma simbólica en
los síntomas de la enfermedad.

Comienza la etapa fundacional del psicoanálisis. ´

 Freud abandona el método de la sugestión hipnótica y adopta el método de la asociación libre como la piedra
angular para la investigación y el tratamiento.

En la actualidad, la vinculación que Freud hizo entre los abusos en la infancia y los síntomas histéricos y de estrés
postraumático en la vida adulta sigue siendo reconocida como la aportación crucial que abrió la puerta a la
comprensión del trauma. Sin embargo, las implicaciones sociales de este punto de vista eran profundas, extensas y
muy incómodas, y el propio Freud no tardó en revisar sus conclusiones.

 Cambió su punto de vista sobre el papel del abuso sexual en la infancia en la génesis de la histeria, y sostuvo
que las fantasías de las pacientes le habían inducido a engaño.
 A continuación, propuso que el inconsciente no distingue entre realidad y fantasía.

Este hecho ha tenido consecuencias muy relevantes y desafortunadas, porque ha supuesto que los psiquiatras han
tendido a no creer los relatos sobre abusos sexuales en la infancia, porque los interpretaban como fantasías de las
pacientes, hasta hace relativamente poco tiempo.
 Aplicándose a sí mismo el método de la asociación libre, Freud llevó a cabo el análisis de sus sueños y su propio
autoanálisis. En este marco, descubrió recuerdos que interpretó como sus deseos incestuosos hacia su propia
madre; de este modo, formuló el complejo de Edipo, que concibió como un motivo universal; esto es, al que
todos los hombres están sujetos.

Aunque esta teoría resultaba congruente con su visión instintiva y sexualizada de la infancia, resultó muy
controvertida, incluso entre sus propios seguidores. Gran parte de sus ideas sobre la infancia, así como su visión
sobre algunos trastornos, han sido desechadas o profundamente reformuladas.

1900-1920. Modelo topográfico y metapsicología´

 En 1900 Freud publicó la que consideraba su obra cumbre, La interpretación de los sueños. En ella, los sueños
se conciben como la realización de deseos inconscientes.
 En 1904, Freud publicó la Psicopatología de la vida cotidiana, en la que analiza parapraxias, siguiendo el mismo
esquema interpretativo que en los sueños (obedecen a deseos inconscientes).
o Por ejemplo: una mujer recibe en su casa a unos invitados a tomar el té y queda impresionada por la enorme nariz
de uno de ellos. Cuando le sirve el té, en lugar de preguntarle si quiere más azúcar, comete un lapsus linguae y dice:
“Quiere usted más narices”. En manos de Freud, esto es un ejemplo de cómo una impresión reprimida, puede volver
a aparecer en el momento más inesperado. Este ejemplo también ayuda a ilustrar como un texto con numerosas
anécdotas como ésta podía fácilmente convertirse en una lectura amena, entretenida y, a la vez, ilustrativa del
funcionamiento de inconsciente en la vida cotidiana.

En esta fase

- la energía psíquica es entendida como libido, energía sexual en sentido amplio. Las pulsiones libidinales
pueden descargarse, reprimirse, sublimarse o tramitarse mediante formaciones reactivas, dando lugar a lo
que más tarde, con la ayuda de su hija Anna, Freud conceptualiza como mecanismos de defensa.

Sin duda, la idea de que el equilibrio psicológico establecido no sólo tiende a preservarse, defenderse o
protegerse, sino que, además, las defensas siguen determinadas estructuras, constituye otra de las grandes
contribuciones del psicoanálisis a la Psicoterapia en general. Aunque con otros nombres, esta misma idea se
encuentra recogida en los principales modelos psicoterapéuticos.

 En 1905, publicó Tres ensayos sobre teoría sexual, en los que se ocupó de clasificar y analizar las desviaciones
sexuales, así como la sexualidad infantil y los cambios sexuales en la pubertad.
 Más tarde en la Introducción a la metapsicología, describió la vida psíquica en función de tres ejes: el eje
topográfico (inconsciente, preconsciente y consciente), dinámico (fuerzas psíquicas en conflicto) y económico
(regulación por medio del placer-dolor).

1920-1939. Psicología del yo

 En Más allá del principio del placer, publicado en 1920, estableció que el principio del placer está limitado por
el principio de realidad; no es en vano que este texto viera la luz al final de la primera guerra mundial en la que
Freud perdió a dos hijos.

En El ego y el id reformuló los modelos anteriores y propuso que la vida psíquica está formada por tres instancias: el
Ello (instintos y deseos sexuales), el Yo (conciencia) y el Superyo (normas morales interiorizadas).

- Las neurosis se entienden aquí como conflictos entre estas instancias.


- El trabajo terapéutico se define como fortalecer el Yo del paciente, ayudándole a resistir las presiones tanto
del Ello como del Superyo.

Este último modelo de las instancias de la vida psíquica es el más utilizado y popularizado, porque ayuda a
conceptualizar tanto los deseos instintivos, inconscientes y ocultos, por un lado, como las presiones recibidas por
parte de los padres, los maestros y demás instancias socializadoras, por otro, mientras el yo consciente se concibe
como una fuerza que busca el equilibrio entre ambos polos.

Evolución del movimiento psicoanalítico y principales disidencias

De la reunión de los miércoles a la Sociedad psicoanalítica Internacional

En 1902, Freud comienza a reunir a un grupo de discípulos en su casa, los miércoles por la noche y más tarde se
funda la Sociedad Psicoanalítica Internacional. Esta rápida configuración del movimiento psicoanalítico corre en
paralelo a la difusión de las ideas de Freud que, al mismo tiempo, provocaban gran admiración y gran rechazo. En
1909, Freud y Jung fueron invitados a la inauguración de la Universidad de Clark en los EE.UU. y las conferencias
que Freud impartió en este marco sirvieron de chispa para que la llama del psicoanálisis prendiera en EE.UU.
Para defenderse de los advenedizos y los críticos, se impone la norma de que solamente pueden ejercer el
psicoanálisis aquellos que se han sometido a una rigurosa formación, que incluye la especialización en psiquiatría
y, después la formación en psicoanálisis, incluyendo también un psicoanálisis personal didáctico. Este aspecto es
otra de las aportaciones remarcables del psicoanálisis a la Psicoterapia.

- Para poder llevar a cabo su trabajo con objetividad y claridad, es necesario que el/la psicoanalista o, en
general, el/la psicoterapeuta esté libre de sus propios conflictos o traumas no resueltos.
- Además, el trabajo terapéutico sobre el propio terapeuta resulta una forma de aprendizaje que a duras penas
puede ser sustituida por otras fórmulas. Por esta razón, cada vez más, todos los modelos psicoterapéuticos
incluyen el trabajo terapéutico sobre el propio terapeuta entre los requisitos imprescindibles de una buena
formación.

Hacia 1913, se creó un comité para difundir y proteger la obra de Freud. No obstante, a pesar de los esfuerzos de
este grupo por mantener la ortodoxia freudiana, surgieron los primeros abandonos.

- A. Adler, que creo su propio sistema terapéutico y emigró a EE.UU.


- C.G. Jung que discrepaba fuertemente de la concepción freudiana del inconsciente y la libido.
- W. Reich también abandonó la ortodoxia y propuso una teoría en la cual las defensas se materializaban en el
cuerpo, en forma de bloqueos que impedían el flujo de la energía corporal (primeras psicoterapias
focalizadas en el cuerpo)

Cambios:

Con el ascenso del movimiento nazi, la mayor parte de los psicoanalistas emigraron a Inglaterra, EE.UU. y también a
Argentina. En 1938, Freud en compañía de su hija y discípula Anna (1985-1982), fueron acogidos en Londres por E.
Jones. Freud murió allí pocos meses después.

- Los psicoanalistas que emigraron a EE.UU. tuvieron que adaptarse a una realidad marcada por la
depresión económica. En este contexto, gran parte de las ideas psicoanalíticas originales perdieron sentido
y tanto la técnica como la teoría sufrieron cambios relevantes.
- La mayoría de estos cambios tenían que ver con otorgar un papel menos dominante a los instintos y dar
mayor relevancia a los factores psicosociales.
o También se acortó el número de sesiones
o se modificó el encuadre inicial en el que el/la paciente se tumbaba en el diván y el analista se situaba
detrás, donde no pudiera verlo.
o Después, se sentaban ambos en sillas manteniendo una interacción cara a cara.

3. TEORÍA PSICOANALÍTICA

La teoría psicoanalítica sufrió numerosas modificaciones a medida que Freud fue cambiando su punto de vista sobre
el significado de la resistencia, el papel de la transferencia en la curación, así como la estructura del aparato psíquico.
Para resumir las ideas generales, resulta útil distinguir dos etapas: la primera dominada por la teoría del impulso y
la segunda dominada por la psicología del yo.

Teoría del impulso

En la teoría del impulso, Freud asume que la principal motivación para actuar es mantener la energía psíquica en
un nivel constante. Esta energía psíquica reside en la frontera entre lo físico y lo biológico y promueve la acción y
los procesos intrapsíquicos. Cuando la energía se activa, ya sea por un suceso interno o externo, se produce la
necesidad de descargarla. Esta descarga puede suceder de varios modos, por ejemplo: preocupándose por una
persona o por una idea, fantaseando o generando un síntoma.

La estructura global de la teoría de los impulsos es dualista o polar, es decir, los estados mentales (impulsos) se
ven como las consecuencias de una fluctuación continua de procesos dinámicos que se producen dentro de un
campo de numerosas dimensiones o pares de opuestos. Entre estos pares de opuestos destacan los siguientes:

- Consciente-inconsciente,
- principio del placer – principio de realidad,
- tensión – relajación, etc.

Las distintas fuerzas (o dimensiones) pueden encontrarse en conflicto unas con otras. El principal conflicto es el que
se libra entre las fuerzas instintivas que demandan satisfacción inmediata y las fuerzas del medio cultural que
demandan la inhibición de estos impulsos.

 El inconsciente está gobernado por sus propios principios: es ilógico y atemporal, de modo que puede
simultanear sucesos del pasado y del presente. Los procesos gobernados por principios inconscientes se
denominan procesos primarios, para distinguirlos de los procesos secundarios, que son ordenados y
conscientes.
 La parte consciente es la parte racional del sujeto. Se identifica con el propio yo y es responsable de las
actividades cognitivas y de la relación con el mundo exterior.
 Entre ambos, se sitúa el preconsciente, que es una entidad vagamente definida, en la que se sitúan ciertos
contenidos que, en ocasiones, pueden traspasar el inconsciente y penetrar en el preconsciente; por ejemplo,
cuando el sujeto tiene la sensación de recordar algo molesto o preocupante.

Los síntomas se ven como el resultado de un compromiso entre los impulsos y las defensas que se contraponen a
ellos. Se supone, además, que los síntomas comunican simbólicamente el compromiso del cual forman parte y se
supone también que éstos incluyen una gratificación parcial de los instintos.

Por ejemplo, la parálisis histérica de un brazo se puede concebir como un compromiso entre el deseo de golpear a
alguien y la inhibición contraria a la acción de golpear por el temor a las represalias o al rechazo. Además, Freud
entiende que un mismo efecto puede ser el resultado de múltiples determinaciones parciales. Las distintas
polaridades configuran un espacio dinámico de fuerzas que determinan la conducta, de forma que ésta siempre tiene
significado.

Psicología del yo

Después de la muerte de Freud, se consolida el giro que el mismo dio en sus últimos años, junto a su hija Anna, a
quien se le atribuye la sistematización de los mecanismos de defensa. En este giro se da menos énfasis a los
impulsos y se da más importancia al yo.

Éste se considera como un subsistema muy complejo que establece un equilibrio entre las exigencias de los impulsos
(o el principio del placer) por un lado, y la percepción, la experiencia, las órdenes y las prohibiciones (o el principio de
realidad y el superyo), por el otro.

El objetivo y la finalidad de este complejo aparato mental, que regula la actividad motora, el lenguaje, la memoria y la
percepción, es mantener un estado de equilibrio (homeóstasis) entre las numerosas fuerzas y estímulos a las que
está expuesto el individuo continuamente. Para garantizar la supervivencia, este equilibrio es necesario. En este
contexto, se sistematiza el concepto de mecanismos de defensa. Los principales se describen a continuación:

- Represión: por medio de este mecanismo, el Yo impide que los pensamientos que producen ansiedad entren
en la conciencia. Es el mecanismo de defensa más básico; para que ocurra cualquier otro mecanismo, la
represión debe ocurrir primero. Freud llegó a sostener que este mecanismo es la piedra angular sobre la que
descansa toda la estructura del psicoanálisis.
- Desplazamiento: Consiste en sustituir el verdadero deseo que provoca ansiedad por otro que no provoca
ansiedad. Es especialmente frecuente en los sueños.
- Identificación: tendencia a aumentar los sentimientos de valía personal por medio de la adopción de las
características de alguien a quien se admira o se considera una persona de éxito.
- Proyección: Consiste en la atribución de características propias y no reconocidas a otra persona.
- Formación reactiva: mecanismo por el cual los pensamientos censurables se reprimen y se expresan por
medio de sus opuestos.
- Sublimación: consiste en sustituir un objeto o actividad por otro que posea un valor social o moral más
elevado.

4. MÉTODO TERAPÉUTICO

Descripción optimista del método de Freud en 1904:

En el texto sobre la interpretación de los sueños, Freud narra, de un modo accesible y magistral, cómo sus
intenciones terapéuticas le fueron llevando a introducir los sueños como material a investigar. El punto de partida era
la comunicación de J. Breuer de que cuando se consigue vincular la representación patológica de la histeria, las
obsesiones, etc., con “los elementos que provocaron su emergencia en la vida anímica del enfermo logramos hacerla
desaparecer, quedando el sujeto libre de ella”. Por tanto, era crucial que el paciente recordara los hechos clave.
Para ello, había que preparar al enfermo para que llevara a cabo dos tareas: Primero que intensificara su atención
sobre sus percepciones psíquicas y segundo que excluyera la crítica.

Freud va buscando colocar al paciente en un estado de autoobservación determinado para que pueda ver las
“representaciones involuntarias” u “ocurrencias”. Considera también que este estado es el que se produce en el
adormecimiento anterior al reposo y también en el estado hipnótico. Se trata, en definitiva, de un estado de
autoobservación exento de crítica o de “supresión de la vigilancia a las puertas de la conciencia”, que Freud
considera que no es nada difícil.
En 1904, Freud publicó un artículo titulado El método psicoanalítico de Freud en el que describe el nuevo
procedimiento basado en la asociación libre y liberado de la persuasión hipnótica.

- Presenta el nuevo encuadre diciendo que le pide al paciente que se recueste en un diván, pero procura no
tener ninguna influencia personal sobre el paciente, por eso se sitúa detrás de éste, fuera del alcance de su
vista. Tampoco le pide que cierre los ojos y evita todo contacto, “así como cualquier manejo que pudiera
recordar a la hipnosis”.
- Freud explica que adoptar la asociación libre significa prestar atención a las “ocurrencias espontáneas de
los pacientes, es decir, en aquellas asociaciones involuntarias que suelen surgir habitualmente en la
trayectoria de un proceso mental determinado, siendo apartadas por el sujeto, que no ve en ellas sino
una perturbación del curso de sus pensamientos”

Reglas básicas del paciente y del terapeuta:

Las “ocurrencias espontáneas”, sin embargo, quedan reguladas por la regla básica del psicoanálisis, en función de la
cual el paciente debe decir cualquier cosa que le venga a la mente, no importa lo trivial, ridícula o dolorosa que le
parezca. En este trabajo, Freud afirma también que analiza la resistencia a partir de las distorsiones y lagunas en
el material obtenido y que, para la interpretación, no cuenta únicamente con las asociaciones libres, sino también
con las parapraxias, los actos sintomáticos y los sueños.

Define su objetivo terapéutico como el de “hacer accesible a la conciencia lo inconsciente, lo cual se logra con el
vencimiento de la resistencia” (pág. 1005). Se da por supuesto que la curación depende de que el sujeto adquiera
plena lucidez (insight) sobre su condición. En concreto afirma: “una vez cegadas todas las lagunas de la memoria y
aclarados todos los misteriosos afectos de la vida psíquica, se hace imposible la persistencia de la enfermedad e
incluso todo nuevo brote de la misma”

Dentro del encuadre del psicoanálisis clásico, en el trabajo en la sesión terapéutica, tanto los pacientes como los
terapeutas tienen que atenerse a dos reglas cada uno que son las siguientes:

- Del paciente: regla fundamental, en virtud de la cual el paciente debe decir todos los pensamientos y
sentimientos que le vengan a la mente sin excluir nada, y la regla de asociación libre, en virtud de la cual el
sujeto tiene que asociar a partir de ciertos elementos que le proporciona el analista y que han sido extraídos
de su propio discurso
- Del terapeuta: Abstinencia, en virtud de la cual el psicoanalista debe de abstenerse de satisfacer las
demandas del paciente, así como de desempeñar los roles que éste quiera imponerle y la regla de atención
flotante, en virtud de la cual debe atender a todo el material que el paciente produce por igual, sin introducir
sesgos atencionales y sin privilegiar ningún aspecto. Debe limitar su actitud a la apertura receptiva y la
resonancia empática

La relación terapéutica

De la transferencia como resistencia a la transferencia como vehículo de curación

Al comenzar a trabajar con el método de la asociación libre, Freud se dio cuenta de que muchas pacientes desviaban
la atención de la tarea y se centraban en el terapeuta. Este hecho motivó que el terapeuta se retirara de la vista del
paciente. Al principio, Freud entendió esta transferencia de la atención a su persona como una forma de resistencia a
la tarea de iluminar el inconsciente. Pero, más tarde, cambió su punto de vista y pasó a considerar la transferencia
como el elemento curativo más poderoso, siempre y cuando el terapeuta sepa manejarlo con habilidad.

 La transferencia se funda en el hecho de que el paciente manifiesta en el analista modos de conducta que
vienen a reproducir formas anteriores de relación. En consecuencia, debido a su carácter repetitivo, la
transferencia ofrece al terapeuta la posibilidad de analizar en el presente el tipo de vínculo que el sujeto
estableció con sus padres o figuras significativas de su infancia.

Transferencia positiva versus negativa

La transferencia puede ser positiva, compuesta por reacciones de amor, cariño, deseo, ternura, etc., o negativa,
compuesta por reacciones de odio, aversión, rechazo, etc. También puede ser ambivalente.

- A través de su relación con el psicoanalista, el paciente desarrolla una neurosis de transferencia, que se
considera una neurosis “artificial” que, no obstante, reproduce la neurosis infantil y representa la transición
entre la enfermedad y la salud. El análisis de las relaciones transferenciales permite la resolución de los
conflictos en el presente, es decir, permite la curación.

Contratransferencia: Paralelamente al concepto de transferencia, Freud estableció la posibilidad de que se dieran


procesos de contratransferencia. Éstos hacen referencia al conjunto de reacciones inconscientes del analista frente al
analizado y, en especial, a la transferencia de éste.
Alianza Terapéutica

Hacía el final de su vida Freud redefinió el objetivo del análisis que más que revelar los conflictos inconscientes, pasó
a ser visto como un fortalecimiento del Yo del paciente, así como de su organización defensiva. En este marco,
Freud describió la relación terapéutica como una alianza entre el paciente y el terapeuta para vencer a las fuerzas
irracionales del inconsciente. En la actualidad, se utiliza el término alianza terapéutica en este mismo sentido para
hacer referencia a la relación terapéutica exitosa.

Se han descrito dos componentes de la alianza terapéutica que resultan útiles desde el punto de vista de la
investigación y también desde el punto de vista práctico:

- por un lado, la vivencia del terapeuta como alguien que presta apoyo y que está dispuesto a ayudar y,
- por otro, la sensación de estar trabajando conjuntamente con el terapeuta en torno a objetivos comunes, en
la lucha conjunta contra aquello que resulta perjudicial para el paciente.

En la actualidad, se entiende como una responsabilidad compartida para alcanzar los fines del tratamiento.

Recursos técnicos

La asociación libre: Es la piedra angular de la autoobservación psíquica en el psicoanálisis, como hemos visto.
Consiste en instruir al paciente para que se sitúe en una posición receptiva y permita que las ideas y sentimientos le
vengan a la mente y las comunique tal y como vienen, sin ejercer crítica alguna, sin importar el orden, ni la lógica. Así
mismo, el paciente puede asociar libremente sobre los elementos propuestos por el analista y también puede
comunicar sueños, así como otros sucesos de su vida cotidiana o de su pasado.

El análisis de las resistencias: Al llevar a cabo el método de la asociación libre con las pacientes, Freud notó que
existían fuerzas contrarias a la tarea que llamó “resistencias”. Se trata de fuerzas internas que se oponen a los
procedimientos y procesos del trabajo psicoanalítico. La resistencia puede ser consciente o inconsciente y puede
expresarse por medio de emociones, acciones, ideas, impulsos, pensamientos y fantasías. Es tarea del analista
descubrir la forma en la que el paciente se resiste, así como a qué se resiste y por qué lo hace. Las resistencias
pueden ser de dos tipos:

- egosintónica, formada por rasgos habituales del comportamiento del paciente y que, por tanto, parece
racional, familiar y objetiva,
- egodistónica, que aparece como extraña y ajena al Yo razonable del paciente.

En la actualidad, la resistencia se entiende como una forma de memoria implícita y procedimental, una adaptación al
pasado que reverbera en el presente.

El análisis de las reacciones transferenciales: Las reacciones transferenciales se refieren a reacciones del
paciente hacia el terapeuta. Pero también puede suceder lo contrario, es decir, que el terapeuta tenga reacciones
transferenciales hacia el paciente, en cuyo caso se habla de contratransferencia (cuando los mecanismos de
defensa, las estrategias de afrontamiento y la historia de aprendizaje del terapeuta interfiere con su objetividad y
adherencia al contrato terapéutico, reacciones que suelen tener origen en sentimientos ansiosos o en dudas acerca
de la propia eficacia como terapeuta). Si las reacciones transferenciales no se detectan, pueden introducirse en la
relación terapéutica y pueden interferir con los objetivos del tratamiento. En último término, resulta claro que el
requisito de neutralidad, objetividad e imparcialidad que debe tener el psicoanalista, en la práctica, requiere de una
férrea disciplina de autoobservación, honestidad y compromiso con el proceso terapéutico.

Otros recursos técnicos relevantes para promover la comprensión o insight del paciente son los siguientes:

- La interpretación: Consiste en una comunicación que se le hace al paciente para que se haga consciente de
un fenómeno inconsciente o para dar a conocer el significado, origen, historia o causa de determinado
suceso psíquico.
- La confrontación: En ella se muestra al paciente dos cosas opuestas con la intención de colocarlo ante un
dilema, para que advierta una contradicción o se dé cuenta de aspectos que pasaba por alto.
- La clarificación: Consiste en la reformulación, desde un punto de vista distinto, de un episodio de forma que
se resalte algún aspecto concreto.

Por último, conviene indicar que el psicoanálisis no es un tratamiento indicado para cualquier persona. Se considera
que está indicado para pacientes que sufran problemas neuróticos y que tengan ciertas características, entre las
cuales destacan las siguientes:

 capacidad para reconocer la naturaleza psicológica de los síntomas,


 tendencia a la introspección y a relatar con sinceridad las dificultades,
 curiosidad por sí mismos
 deseos de experimentar y de cambiar.
5. TERAPIAS PSICODINÁMICAS

Condiciones exigentes del psicoanálisis clásico

- El psicoanálisis clásico es un tratamiento largo (4 años o más), intensivo (mínimo de 4 sesiones a la semana)
y abierto (es decir, sin un número de sesiones prefijado de antemano).
- El trabajo terapéutico se centra en ayudar a los pacientes a hacerse conscientes de sus motivaciones
inconscientes.
- El terapeuta no es directivo, ni ofrece consejos, ni intenta influir sobre los valores o creencias del paciente; se
mantiene neutral, intentando ser un observador objetivo, sentado fuera de la vista del paciente que se
encuentra reclinado en un diván.

Dadas estas condiciones, no resulta difícil imaginar que estos parámetros no podían ser mantenidos en todos los
contextos, ni con todos los pacientes. Para algunos, estos parámetros resultaban demasiado inquietantes, otros
pacientes simplemente preferían consejos directos o ayuda en la solución de problemas. Además, sólo unos pocos
contaban con los recursos financieros que el psicoanálisis clásico exigía. Todas estas circunstancias confluyeron
para ir adaptando la forma clásica a las nuevas demandas. Estas versiones modificadas del psicoanálisis se
denominan terapias psicodinámicas.

Históricamente, cabe considerar como terapias psicodinámicas los enfoques desarrollados por los discípulos que
abandonaron la ortodoxia freudiana y comenzaron a desarrollar sus propias teorías, como A. Adler o W. Reich. De
todos ellos, probablemente el autor más relevante fue G. G. Jung.

C G Jung

Jung era suizo y vivió en el área de Zurich, relativamente cerca de Viena. Ya había alcanzado fama internacional por
sus estudios con la técnica de la asociación de palabras cuando conoció a Freud en 1907. Aunque durante una
década colaboró estrechamente con él y llegó a ser el primer presidente de la Sociedad Psicoanalítica Internacional,
posteriormente creo su propio sistema y se opuso a ser considerado como discípulo de Freud. Las discrepancias
con Freud motivaron su separación y nunca más volvieron a hablarse, discrepancias que tenían su origen en la
forma de concebir la libido (o energía psíquica).

- Freud entendía la libido en términos puramente sexuales, mientras que Jung tenía una concepción más
amplia.
- De igual modo, sus formas de entender el inconsciente eran diferentes. Freud consideraba el inconsciente
en términos exclusivamente personales, mientras que Jung tenía una concepción cultural; sostenía que
existía un inconsciente colectivo (o cultural), en la que la individualidad flotaba como una burbuja en las
aguas del océano.
- Jung concebía la personalidad como un sistema complejo, compuesto as su vez por diversos subsistemas
autónomos, regulados por el principio de complementariedad. Estos subsistemas o dimensiones eran:
o consciente-inconsciente,
o introversión-extraversión,
o pensamiento-sentimiento,
o sensación-intuición
o animus-anima.
Cada uno de estos pares desempeña una función específica de la conciencia y su predominio puede ser
mayor o menor. A partir de estas polaridades, es posible definir una tipología o perfil de la personalidad. Una
persona puede ser más intuitiva, sentimental y extravertida que otra, por ejemplo.
- Además, Jung distinguió entre la persona y su sombra.
o La primera hace referencia a la parte de la personalidad de la que tenemos consciencia, mientras
que la segunda es inconsciente y tiene tendencia a proyectarse en los demás. Tanto la persona
como la sombra emergen del inconsciente colectivo, que está formado por arquetipos. Éstos se
entienden como potencialidades psíquicas universales. Los fundamentales son el arquetipo sexual,
el arquetipo luz y el arquetipo cósmico.
 Desde el punto de vista terapéutico, el más importante es el primero, que se entiende como
un mediador entre la singularidad concreta del individuo y el inconsciente colectivo.
 El arquetipo del sexo es opuesto al individuo, de modo que el hombre tiene un arquetipo
sexual femenino (anima) y la mujer uno masculino (animus).
 Estos no deben ser entendidos únicamente en un sentido sexual, sino también en un sentido
creativo y como fuente de inspiración. Esta visión ha resultado muy inspiradora a la hora de
comprender las relaciones entre géneros y los trastornos sexuales.
La finalidad última de los distintos subsistemas de la personalidad es contribuir al proceso de individuación, en
virtud del cual el individuo llega a ser sí mismo.

En la concepción terapéutica de Jung, el encuadre terapéutico no guarda relación con el psicoanálisis clásico.

 Aquí el paciente se sienta en una silla frente al terapeuta y se le pide la colaboración activa con el
tratamiento, asignándole tareas y lecturas para casa. La relación terapéutica no se entiende en los
términos psicoanalíticos de transferencia, sino como una colaboración entre paciente y terapeuta.

Jung entendía la neurosis principalmente como un sistema enfermo de relaciones sociales en el que, a través de la
proyección, la persona neurótica manipula inconscientemente a los que la rodean.

El método de análisis de Jung también es diferente del de Freud. Mientras éste buscaba reducir toda asociación
libre a su forma primaria conectada con lo sexual, Jung intentaba examinar, por medio de un método de
amplificación, todas las connotaciones posibles que una imagen concreta podía tener.

La huella de C.G. Jung ha sido profunda en la historia de la psicoterapia y su imagen ha crecido con los años,
especialmente su noción de los arquetipos, su visión compleja de la personalidad, así como sus estudios
comparativos sobre las religiones.

Terapias psicodinámicas breves

La tendencia hacia las terapias psicodinámicas breves ha surgido de la necesidad de adaptarse a formatos
institucionales que no pueden soportar una terapia larga. Así, se han desarrollado formatos breves que cuentan
con una actitud más activa y flexible por parte del terapeuta.

- La terapia se focaliza en torno a un problema concreto. Se limita su duración a unas pocas sesiones.
- El trabajo terapéutico se orienta hacia el fortalecimiento de las áreas del Yo libres de conflicto y hacia la
adaptación realista, contando con los proyectos para el futuro y analizando los determinantes actuales de las
áreas conflictivas.

Estos formatos de terapia breve han seguido la línea de las últimas teorías de Freud que se centraban sobre la
función del Yo. Autores como E. Erikson, A. Freud, K. Horney y M. Klein, entre otros se centraron en desarrollar una
concepción del Yo como una estructura psíquica separada de los instintos, y con capacidad para aprender y
actuar; así mismo, entendían la psicopatología como tareas del desarrollo inacabadas y como patrones destructivos
de relaciones interpersonales.

Después de la mitad del siglo pasado, los desarrollos teóricos se expandieron por medio de la formulación de la
teoría del narcisismo.

- Esta teoría se centra en el desarrollo del sentido de identidad y autoestima en los primeros años de vida y en
las formas posibles en las que este desarrollo puede verse alterado. En estos primeros años, la tarea
fundamental del desarrollo es la formación de un aparato psíquico independiente capaz de desempeñar sus
funciones con estabilidad y consistencia. El/la niño/a debe desarrollar su propio Yo, distinto del de la madre,
con la que está conectado/a de forma inseparable. A medida que se separa de su fusión fisiológica y
psicológica con la madre, se perfila como un sistema psicológico nuevo y, hasta cierto punto, autónomo.
- Los psicoanalistas han descrito lo que sucede cuando esto no ocurre, cuando, por decirlo en términos
cognitivos, no se forman los esquemas equilibrados para funcionar de forma eficaz. El resultado es una
“debilidad del yo” que se manifiesta como una demarcación insuficiente entre los sentimientos,
pensamientos y opiniones propios y los de los demás, así como un bajo umbral de irritabilidad, mayor
tendencia a la proyección e identificación. Todo ello conduce a un sentido de identidad defectuoso, así
como una insuficiente confianza en sí mismo/a. Buena parte de estos rasgos serían hoy comprendidos como
formando parte del trastorno límite de la personalidad, cuya formulación ha sido una de las contribuciones
principales de la teoría psicoanalista del narcisismo.

Por último, vale la pena subrayar que las terapias psicodinámicas en la actualidad se encuentran ampliamente
extendidas y cuentan con un amplio abanico de enfoques y programas. No existe una perspectiva única, sino un
conjunto de teorías y prácticas que comparten unos principios psicoanalíticos comunes que han sobrevivido
más de un siglo con ligeras modificaciones y actualizaciones, entre éstos los más relevantes son los siguientes:

- que todos los seres humanos están gobernados, en gran medida, por motivaciones inconscientes (deseos,
fantasías o conocimiento tácito que existe fuera de la conciencia),
- que facilitar la conciencia de la motivación inconsciente, incrementa la capacidad de elegir, es decir, de ser
libre
- que conviene explorar las formas en que las personas evitan sentimientos, fantasías o pensamientos
dolorosos o inquietantes y
- que la relación terapéutica es un vehículo crucial para el cambio, así como el contexto apropiado para
explorar los patrones de autoengaño perpetuados en la construcción que el paciente hace de su pasado y su
presente

6. VALORACIÓN CRITICA

“El psicoanálisis no es una ciencia como la física o la química, sino una forma secular de espiritualidad” (J.
Safran, 2012) / Desmitificación del carácter científico del psicoanálisis / Valor literario de la obra de Freud.

- Los principios que se acaban de enumerar podrían fácilmente ser corroborados por la mayor parte de los
enfoques psicoterapéuticos. Neurociencia moderna  la mayor parte de lo que ocurre en nuestro cerebro
ocurre de manera inconsciente o tácita. Pero el inconsciente de las rutinas sub-cognitivas de las
neurociencias actuales no es el inconsciente sexual de Freud.
- Desde el punto de vista de la historia de la psicoterapia, no hay duda de que Freud descubrió todos los
elementos relevantes que configuran el campo de la psicoterapia como objeto de estudio (resistencia, los
mecanismos de defensa, relación terapéutica y la transferencia).
- Su método terapéutico resulta similar a la confesión cristiana, si ésta es liberada de los elementos
religiosos; en efecto, la “confesión” o narración de la propia vida con el propósito de iluminar lo que es
verdadero, produce una clarificación terapéutica de la propia experiencia. Esto no es un descubrimiento
freudiano en modo alguno. Freud sólo hizo posible que tuviera lugar en un contexto médico en lugar de
religioso.
- Freud creía firmemente en el espíritu científico y se veía a sí mismo como un científico. De este modo,
consideraba el diván psicoanalítico como una especie de laboratorio, aunque la situación analítica, en
realidad, carece por completo de cualquier tipo de control experimental.
o En la actualidad, se considera que Freud fue un leader carismático que exigía fidelidad y devoción a
sus discípulos.
o También fue capaz de organizar un movimiento que se extendió por todo el mundo civilizado en poco
tiempo.
o Además, los psicoanalistas generaron su propia retórica con la que se validaban así mismos.
- Si se les criticaba diciendo que sus interpretaciones eran dogmáticas e inverificables, respondían diciendo:
“sabemos por experiencia clínica psicoanalítica que…”.

De este modo el camino estaba libre de controles para divagar sobre cualquier cosa, En la actualidad, ni siquiera los
propios psicoanalistas entienden su disciplina como una ciencia, sino como un sistema hermenéutico.

- J. Safran (2012) “el psicoanálisis no es una ciencia como la física o la química, sino una forma secular
de espiritualidad”.

Tras la apertura de los archivos de Freud en 1010: Pocas pacientes se curaron / Pocos pacientes en total

En 2010, se abrieron los archivos de Freud que habían permanecido cerrados desde su muerte.

- Lo primero que llama la atención es las pocas pacientes que, en realidad, Freud trató a lo largo de su vida, en
torno a 160.
- Lo que los familiares y descendientes cuentan sobre ellas no permite concluir que las pacientes se curaran
gracias al psicoanálisis. En relación con el éxito del método psicoanalítico, Roudinesco opina lo siguiente: “el
inmenso éxito vivido por el psicoanálisis era la consecuencia de la invención freudiana de un sistema de
interpretación de las afecciones del alma fundado en las grandes epopeyas narrativas que tenían más que
ver con el desciframiento de enigmas que con la nosografía psiquiátrica”. (pág. 416).
- Visto desde hoy, llama mucho la atención el hecho de que la psicología de la mujer no encaje bien en la
visión freudiana de la naturaleza humana, a pesar de que la mayoría de sus pacientes fueron mujeres. Ellas
no están sujetas al complejo de Edipo. Mientras los hombres han podido verse retratados en la visión
freudiana de los deseos masculinos, las mujeres no han podido identificarse con la visión freudiana de
la sexualidad. El mismo Freud llegó a decir que no sabía muy bien qué era lo que querían las mujeres.

También podría gustarte