Tarea de Redaccion
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La Llorona
Una de las leyendas más populares de Guatemala es la leyenda de La Llorona, en
esta, se le describe como una mujer que pierde a sus hijos y convertida en alma
en pena, los busca en vano para toda la eternidad, aterrorizando con su llanto a
todo el que la escucha. La Llorona se aparece vestida de blanco y con el rostro
cubierto por un velo, caminando de forma lenta hasta acercarse a un lugar con
agua en el cual desaparece. En una de las versiones de la leyenda, se afirma que
La Llorona fue una mujer llamada María que pertenecía a la alta sociedad y que
estaba casada con un hombre adinerado y bastante mayor que ella. Era
costumbre de esta mujer despilfarrar las riquezas de su esposo y divertirse
frecuentemente en fiestas y eventos sociales. Durante sus años de matrimonio, la
pareja tuvo dos hijos. Inesperadamente, el esposo de María falleció y la riqueza se
fue terminando. Luego de vender sus pertenencias, la mujer no halló forma de
seguir alimentando a sus hijos, por lo que un día les hizo creer que los llevaría de
paseo, al llegar al lugar que tenía planeado arrojó a los menores a un caudaloso
río, en el que murieron. La mujer abandonó el lugar, pero el remordimiento la hizo
regresar y tirarse también al río. Continúa la leyenda afirmando que desde el
momento en que la mujer perdió su vida y la de sus hijos, a partir de la
medianoche, su alma deambula por las calles de Guatemala llorando y gritando
¡Aaaay mis hijos! Existen quienes afirman haberla visto cerca de cualquier lugar
en donde haya agua
El Wiin
Sobre leyendas relacionadas con el diablo, en el municipio de El Asintal,
Retalhuleu, cuentan que hay hombres que invocan al diablo en rituales llevados a
cabo en el cementerio de la localidad, que consisten en oraciones y danzas, en las
que giran el cuerpo hacia delante y hacia atrás. Cuando el diablo aparece, le
puede conceder a la persona el don de la transformación, para que le permita
robar animales de patio, objetos de valor o molestar a las mujeres, especialmente,
a las solteras o a las casadas que se quedan solas porque el esposo emigró hacia
Estados Unidos. A ese hombre se le conoce como El Wiin. Algunos lugareños lo
han visto transformado en forma de perro, sentado en medio de la carretera. Se le
reconoce por sus ojos que no son de humano ni de animal, sino dos bolas de
fuego que atemorizan a quien lo ve
.La gitana Vanushka
Las leyendas también se han inspirado no solo en eventos del más allá, sino en la
pena o dolor de un personaje que vivió en la realidad, como el caso de la gitana
Vanushka, en Quetzaltenango. Cuentan que ella era una hermosa mujer, alta, de
tez blanca y ojos claros, y que se estableció en el país junto con su familia de
gitanos que entretenían a la población con espectáculos circenses. A una de las
presentaciones asistió el hijo del gobernador de la región, quien se enamoró de
ella. Le prometió casarse y formar una familia, pero, al final, la abandona. Muere
acongojada por el despecho amoroso y como recompensa, la Virgen del Rosario
le concede el don de abogar por los enamorados para les ayude a encontrar el
amor verdadero, que ella no gozó. La tumba de la gitana Vanushka, en el
Cementerio General de la ciudad altense, es muy visitada por los enamorados,
quienes le llevan flores.
El Sombrerón
Al igual que la Llorona, El Sombrerón es una de las leyendas más populares en
Guatemala y por lo tanto, tiene varios elementos similares y varios elementos
distintos en cada uno de los relatos. Todas las leyendas concuerdan en que el
Sombrerón era un hombre de pequeña estatura, que usaba un sombrero muy
grande, siempre estaba con una guitarra y tenía una voz maravillosa para cantar.
Cuentan las leyendas que el Sombrerón vio a una mujer que lo deslumbró con su
belleza, de ojos oscuros y pelo negro. Al verla no pudo resistirse y quiso
enamorarla, por lo que se acercó a su balcón y le cantó serenata. La mujer, a
quienes en algunas leyendas la llaman Celina, se enamoró de este pequeño
hombre con esta angelical voz a quien esperaba todos los días.
Celina dejo de comer esperando a la llegada del hombre con la voz melodiosa.
Los padres de Celina, preocupados, llaman a un sacerdote y al ver que este no
podía ayudarla, la llevaron a un convento. La muchacha murió de tristeza y el día
del velorio apareció el Sombrerón cantando y llorando de tristeza. Desde ese día,
cuentan las leyendas que se puede escuchar al Sombrerón cantar con su guitarra
en las noches y busca a mujeres de pelo negro y ojos oscuros. Se dice que para
ahuyentar al Sombrerón de una mujer a la que persigue, a esta se le debe de
cortar el pelo.
La Ciguanaba
La ciguanaba, según cuentan la leyenda en su origen, era una mujer llamada
Sihuehuet, cuyo nombre significa mujer hermosa. Esta mujer tenía una relación
con el hijo de un Dios, del cual quedó embarazada. Pero Sihuehuet demostró no
ser una buena madre, al contrario, fue una madre que no cumplía con sus
obligaciones.
A parte de ser una mala madre, Sihuehuet tenía un amante. Al descubrir esto, el
hijo del Dios, llamado Tlaloc, maldijo a Sihuehuet. La maldición consiste en que la
mujer sería bella de lejos, pero una vez las personas se acercaran y la vieran de
cerca sería una mujer horrible. Rodríguez A. (26-09-2010) Leyendas de
Guatemala y el mundo, Guatemala, Blog; Leyendas.
Esta leyenda continúa estando vigente, ya que, según cuentan los relatos, la
ciguanaba es una mujer que parece hermosa a primera vista, pero al acercarse
tiene cara de yegua o incluso de calavera.
https://www.studocu.com/gt/document/centro-universitario-de-oriente/tecnologia/5-
leyendas-cuentos-y-leyendas/27224200
https://mundochapin.com/2017/01/5-leyendas-guatemaltecas-mas-
conocidas/32040/
Cuentos
1 El monstruo del lago
Jacobo y Marcelo eran dos amigos que disfrutaban mucho jugando en el parque,
sobre todo cuando tenían una pelota de tenis a mano porque ese era su deporte
preferido.
Ni corto ni perezoso, Marcelo fue a por la pelota, pero tanta era su curiosidad que
no pudo resistir y le echó un vistazo a la casa. Alcanzó a ver una de las ventanas,
por donde salía un brillo hipnotizante que despertó el interés del pequeño por
descubrir lo que había en el interior.
Marcelo creyó ver un fantasma y salió corriendo hacia donde estaba Jacobo,
quien, a pesar de haber tenido miedo antes, no le creyó.
Al siguiente día, Jacobo le insistió a Marcelo a volver al sitio, quería con sus
propios ojos el fantasma de esa casa. Al inicio Marcelo se negó rotundamente,
pero al final terminó cediendo.
Los dos niños llegaron a la ventana y volvieron a ver una figura que brillaba
mucho, por lo que salieron corriendo rápidamente. Detrás de ellos salió la figura.
Mientras corrían Marcelo tropezó y se cayó, y Jacobo se detuvo a ayudarlo. Así, la
figura que les perseguía consiguió alcanzarles. Temerosos y temiendo por su vida,
Marcelo y Jacobo escucharon que la figura les decía que estaba fumigando la
casa y que si querían echar un vistazo tendría que entrar en ese momento porque
pronto la iban a demoler. Cuando levantaron la vista, los niños comprobaron que
la figura que tanto miedo les inspiraba no era un fantasma sino un hombre vestido
con un traje blanco especial.
Don Melquíades era un anciano tacaño y de corazón muy duro. Aunque tenía tres
hijas que se desvivían por él y lo colmaban de atenciones, su única felicidad
provenía de contar las diez monedas de oro que había ahorrado a lo largo de su
vida. Así que, cuando sintió que se acercaba el fin de sus días, se sentó en su silla
mecedora y llamó a sus hijas para hacerles prometer que lo enterrarían con sus
preciadas monedas.
A los pocos días, el anciano falleció y las hijas cumplieron su última voluntad. Sin
embargo, al cabo de unos meses, las hijas descubrieron que el padre tenía
muchas deudas que no podían saldar con lo poco que ganaban trabajando.
La joven se dirigió al cementerio con pala en mano y regresó a casa con las
monedas. Las hermanas cenaron muy felices y se acostaron a dormir.
Pero al llegar la media noche, escucharon un golpe en la puerta y una voz del más
allá que decía:
Esmeralda miró por la ventana y vio a su padre, don Melquíades, a quien le faltaba
una oreja y tres dedos de la mano. Presa del miedo, la joven entreabrió la puerta y
tiró las monedas.
Pasaron unos pocos meses y las deudas continuaron apilándose, las hermanas
estaban desesperadas.
– Gema, Gema, te quedas con lo que no es tuyo, ¿no le ves ningún problema?
Gema miró por la ventana y vio a su padre, don Melquíades, a quien le faltaban
las dos orejas, cuatro dedos de la mano derecha y el pie izquierdo. Horrorizada y
aturdida, la joven entreabrió la puerta y tiró las monedas.
Por muchos años, las pobres hermanas vivieron sumidas en deudas, trabajando
de sol a sol para saldarlas.
– Hermanas, es hora de cambiar nuestro destino. No podemos vivir para cubrir las
deudas de nuestro padre. Tengo un plan y necesito que me ayuden – dijo Rubí, la
hermana menor.
La joven se dirigió al cementerio con pala en mano, regresó a casa con las
monedas y las escondió en un cajón de la cocina. Nuevamente, las hermanas
cenaron felices y se acostaron a dormir.
Más tarde, esa noche, justo antes de que el clérigo se durmiera, recordó el
hermoso anillo de esmeraldas en el dedo de la mujer que había dejado descansar.
Deseando la joya y pensando que nadie lo descubriría, bajó las escaleras, abrió la
tapa, la destapó y trató de sacar el anillo. No se movía. Corrió a buscar un cuchillo
para hacer presión y sacarlo. Pero no funcionó. Así que le cortó el dedo y le quitó
el anillo. Antes de irse, se dio la vuelta para levantar la tapa y lo que vio le sacó un
grito. Soltó el anillo y huyó lo más rápido que sus pies le permitieron. La mujer se
había despertado, gemía y sostenía su dedo cortado, con una sonrisa malvada en
su rostro.
Llevando nada más que su fino vestido de seda, la mujer regresó a su casa, llamó
a la puerta y tocó al timbre, pero fue en vano. Todos los sirvientes se habían ido a
dormir porque era tarde en la víspera de Navidad. Levantó una pesada piedra, la
arrojó a la ventana de su marido y esperó. Le vio llegar a la ventana con una
mirada triste en su rostro.
– Vete. ¿Por qué debes torturarme tanto? ¿No sabes que mi esposa acaba de
morir? Déjame llorar y no vuelvas a molestarme.
Con esto cerró la ventana. No se dio cuenta de que era su mujer quien había
arrojado la piedra a la ventana. Ella volvió a recoger otra roca y la lanzó otra vez a
la ventana. Su marido se asomó una vez más y ella le gritó:
– Soy tu supuesta esposa muerta. Ahora ven aquí y abre esta puerta, a menos
que quieras que muera por segunda vez en nuestro portal.
– ¿Entonces eres un fantasma?
– No, porque los fantasmas no sangran. Ven aquí antes de que vuelva a morir de
frío.
El hombre, con una expresión alegre en el rostro, bajó para encontrarse con su
esposa y la llevó dentro, donde llamó al médico por segunda vez y le contó la
noticia.
Mientras tanto, el clérigo corrió a su casa y subió las escaleras. Invadido por el
miedo, se ahorcó colgándose del techo.
Si hubiera sabido que la mujer tan solo quería darle las gracias ya que no estaba
muerta después de todo, solo había entrado en un coma profundo, del cual volvió
cuando él le cortó el dedo.
Durante dos días el pueblo vivió aterrorizado. Los gruñidos del desván y los
aporreos de la puerta continuaron, y las noticias de las crueldades de aquel
“bicho” se extendían por todas partes. El número de tragedias y desgracias
aumentaba, pero nadie tenía valor para subir al desván y plantar cara a la bestia.
Al poco pasó por allí un pescador noruego, cuyo barco ballenero había naufragado
días atrás. Parecía un auténtico lobo de mar indomable y duro, así que
aprovechando que conocía el idioma, los hombres del lugar le pidieron su ayuda
para enfrentarse a la horrible criatura. El noruego no dudó en hacerlo a cambio de
unas monedas, pero cuando al acercarse al desván escuchó los gruñidos de la
bestia, torció el gesto y bajando las escaleras pidió mucho más dinero, algunas
herramientas, una gran red y un carro, porque si conseguía su propósito quería
llevarse aquel ser como trofeo.
A todas estas condiciones accedieron los del pueblo, que vieron cómo el noruego
abría la puerta y desaparecía entre gritos profundos y estremecedores que
cesaron al poco rato. Nunca más volvieron a ver al noruego ni a escuchar a la
bestia. Tampoco nadie se atrevió a subir de nuevo al desván.
Cuando el noruego abrió, pudo ver el ojo de Olav, su enorme y bravo timonel. El
ojo se veía también reflejado en un espejo, dando la impresión de pertenecer a la
misma cabeza, porque el otro ojo de Olav llevaba años cubierto por un parche.
Ambos siguieron hablaron a gritos en su idioma, mientras el ballenero le contaba a
su encerrado amigo que aquellas personas temerosas le habían dado tanto dinero
que podrían volver a tomar un barco y dedicarse a la pesca.
Juntos encontraron la forma de escapar del desván, subir al carro y desaparecer
para siempre. Y así, el miedo de la gente, empobreció a todo el pueblo y permitió
recuperarse a los pescadores.
5. El holandés errante
Hace algo más de 500 años, existió un hombre devoto del mar llamado Hendrik
Van der Decken. A este hombre se le encomendó la tarea de comandar un buque
conocido como El Holandés Errante. Cuando el capitán y su tripulación se dirigían
a las Indias Orientales desde Ámsterdam, con el propósito de hacer fortuna, se
vieron atrapados en medio de un desmedido temporal, que dañó seriamente la
embarcación, haciendo añicos el timón y rasgando las velas.
Pero el capitán Van der Decken era muy codicioso y no lo afectaba poner en
peligro su vida ni la de los demás, así que respondió de manera desafiante:
– ¡El viaje continúa, aunque tenga que surcar los mares hasta el fin de los
tiempos!
De repente, el firmamento se abrió en dos y surgió una luz divina que iluminó el
mar. De la luz descendió una figura celestial que se enfrentó al capitán, diciéndole:
Y fue así como el capitán Hendrik Van der Decken y el buque conocido como El
Holandés Errante, fueron convertidos en fantasmas y con denados a vagar sin
rumbo por los mares, hasta el fin de los tiempos.
https://www.etapainfantil.com/cuentos-terror-ninos
Anécdotas
ANÉCDOTA 1: EL CABALLO EN EL POZO
caballo anecdota
Y así se hizo. Comenzaron a lanzar tierra dentro del pozo de forma de cubrir al
caballo. Pero, a medida que la tierra caía en el animal este la sacudía y se iba
acumulando en el fondo, posibilitando al caballo para ir subiendo. Los hombres se
dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario, estaba
subiendo hasta que finalmente consiguió salir.
Si estás "allá abajo", sintiéndote poco valorado, y otros lanzan tierra sobre ti,
recuerda el caballo de esta historia. Sacude la tierra y sube sobre ella.
ANÉCDOTA 2: LA BOTELLA
hombre sediento
Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos". "Lo siento,
dijo el árbol, pero no tengo dinero... pero puedes tomar todas mis manzanas y
venderlas. Así obtendrás el dinero para tus juguetes". El muchacho se sintió muy
feliz. Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz. Pero
el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar
triste.
El hombre replicó: "No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar... ahora
ya estoy viejo. Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar. Estoy
tan cansado después de tantos años...". Entonces el árbol, con lágrimas en sus
ojos, le dijo: "Realmente no puedo darte nada... lo único que me queda son mis
raíces muertas, pero las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para
recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa". El hombre se sentó
junto al árbol y éste, feliz y contento, sonrió con lágrimas.
Esta puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres.
Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá... Cuando
crecemos los dejamos... Sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o
estamos en problemas... No importa lo que sea, ellos siempre están allí para
darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Parece que el muchacho es cruel
contra el árbol... pero es así como nosotros tratamos a veces a nuestros padres.
Esta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter. Su padre le dio
una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería
clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que
siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos
clavos detrás de la puerta.
Descubrió que era más fácil controlar su carácter durante todo el día.
Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que
lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar
a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta.
//historiaybiografias.com/linea_divisoria3.jpg
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los
extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas
tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al
final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero
cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija
perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines
para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada
de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad
de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole:
"Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas
sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que
deberías recibir”.
https://historiaybiografias.com/anecdotas/
Mitos
Rómulo y Remo (mito romano)
Numitor era el rey de Alba Longa, pero fue destronado por Amulio, su hermano.
Rea Silvia, la hija de Numitor, tuvo dos hijos gemelos, Rómulo y Remo. Ella tenía
miedo de que su tío los asesinara, entonces los colocó en una cesta que dejó en
un río.
Una loba los encontró y los crio como si fueran sus hijos. Después los encontraron
dos campesinos que cuidaron de ellos. Un día, los gemelos descubrieron cuál era
su identidad y fueron a Alba Longa para matar a Amulio y para devolverle el trono
a Numitor.
Su abuelo les agradeció la hazaña y les dio tierras en el Lacio, donde al poco
tiempo Rómulo fundó Roma.
Los dioses decidieron que para convertirse en Sol, Tecuciztécatl tenía que
arrojarse al fuego, pero el dios tuvo miedo y no lo pudo hacer. En su lugar,
Nanahuatzin se tiró al fuego y, por su acto valiente, se transformó en el sol.
Tecuciztécatl se avergonzó por su actitud y decidió tirarse al fuego y, entonces, se
transformó en la luna.
Thor se enteró de que Thrym, el rey de los gigantes, tenía el martillo. Este rey le
dijo a Thor que se lo devolvería solo si se casaba con la diosa Freyja, pero el la no
quería. Thor y otros dioses acordaron que Thor se disfrazaría de Freyja, para
simular que se casaría con Thrym, y así podría recuperar el martillo.
Fuente: https://www.ejemplos.co/mitos-cortos/#ixzz7wLX7XDA7
Trabalenguas
Cosas de querer
Cómo quieres que te quiera,
si el que quiero no me quiere,
no me quiere como quiero que me quiera.
El perro de San Roque
El perro de San Roque no tiene rabo
porque Ramón Ramírez se lo ha cortado.
Y al perro de Ramón Ramírez, ¿quién el rabo le ha cortado?
El rey de Constantinopla
El rey de Constantinopla esta constantinoplizado.
Consta que Constanza, no lo pudo desconstantinoplizar.
El desconstantinoplizador que desconstantinoplizare al rey de Constantinopla,
buen desconstantinoplizador será.
Hipopótamo Hipo
El hipopótamo Hipo
está con hipo,
¿quién le quita el hipo
al hipopótamo Hipo?
Capas
El que compra pocas capas,
pocas capas paga,
como yo compré pocas capas,
pocas capas pago.
https://www.mundoprimaria.com/trabalenguas/trabalenguas-cortos
Refranes
‘Haz el bien sin mirar a quién’
Habla de la importancia de ser bondadoso sin tener en cuenta cómo es la persona
a quien se le presta ayuda o se hace un favor. Se trata de hacer el bien de forma
desinteresada y sin buscar nada a cambio
‘La avaricia rompe el saco’
Advierte sobre los peligros de la codicia y de no estar satisfecho nunca con lo que
se tiene. Es mejor aprender a valorar lo que se posee, en lugar de querer siempre
más, ya que el ansia por conseguir algo desmesurado frustrará la obtención de
una ganancia aceptable.
‘Más vale prevenir que curar’
Transmite la idea de ser precavidos y de tomar medidas con antelación que
puedan prevenir problemas en el futuro. Adelantándose a cualquier situación, se
evitará que desemboque en un final sin solución.
‘No es oro todo lo que reluce’
No hay que fiarse siempre de las apariencias porque, en la mayoría de los casos,
las cosas no son lo que parecen. En cambio, hay que valorar más la sustancia de
las personas y el mundo que nos rodea. Enseña a ser cauteloso, tener ojo crítico y
a no dejarse obnubilar con promesas.
‘No hay mal que por bien no venga’
Incluso de los malos momentos y de las peores situaciones se puede aprender
algo. Este refrán invita a ver el lado positivo de la vida y da una visión optimista de
la realidad. Un momento angustioso en el presente, puede traer resultados
positivos en el futuro.
https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/refranes-populares/
Adivinanzas
El plátano
Oro parece, plata no es.
Abran las cortinas y verán lo que es.
Respuesta: El plátano
El guisante
Dentro de una vaina estoy y ni espada ni sable soy.
¿Qué soy?
Respuesta: Un guisante
El buzón
Me llegan las cartas y no sé leer
y, aunque me las trago, no mancho el papel.
¿Qué es?
Respuesta: El buzón
La avellana
Soy ave y soy llana,
pero no tengo pico ni alas.
¿Sabes quién soy?
Respuesta: La avellana
La silla
Todos me quieren para descansar.
¡Si ya te lo he dicho!
No lo pienses más.
Respuesta: La silla
El hilo
Y lo es, y lo es,
y no me lo adivinas ni en un mes.
¿Qué es?
Respuesta: El hilo
El huevo
Blanco es,
la gallina lo pone,
con aceite se fríe y con pan se come.
¿Qué cosa es?
Respuesta: El huevo
El reloj
Tengo agujas, pero no sé coser,
tengo números, pero no sé leer,
las horas te doy,
¿sabes quién soy?
Respuesta: El reloj
El viento
¿Qué cosa es?
¿Qué cosa es?
Que corre mucho y no tiene pies.
Respuesta: El viento
La abeja
Mi picadura es dañina,
mi cuerpo insignificante,
pero el néctar que yo doy,
os lo coméis al instante.
¿Qué es?
Respuesta: La abeja
https://saposyprincesas.elmundo.es/ocio-en-casa/lectura-libros-ninos/adivinanzas-
para-ninos/
Rondas
Un elefante se balanceaba
Un elefante se balanceaba
sobre la tela de una araña,
como veía que resistía
fue a llamar a otro elefante.
Dos elefantes se balanceaban
sobre la tela de una araña,
como veían que resistía
fueron a llamar a otro elefante.
Tres elefantes…
Cuatro elefantes…
Cinco elefantes…
Seis elefantes…
Cú cú cantaba la rana
Cú cú cantaba la rana.
Cú cú debajo del agua.
Cú cú paso un caballero.
Cú cú con capa y sombrero.
Cú cú paso una señora.
Cú cú con traje de cola.
Cú cú paso un marinero.
Cú cú vendiendo romero.
Cú cú le pedí un ramito.
Cú cú no me quiso dar.
Cú cú me puse a llorar.
Aserrín aserrín
Aserrín aserrín
los maderos de San Juan
piden pan no les dan
piden huesos y les dan queso
piden vino y si les dan
se marean y se van.
Aserrín aserrín
los maderos de San Juan
piden pan no les dan
piden huesos y les dan queso
piden vino y si les dan
se marean y se van.
La Gallina Turuleca
Cuando se despiertan
dicen, mamacita
tengo mucha hambre
dame lombricita.
https://www.rimascortasparaninos.com/2017/08/10-rondas-infantiles-con-
rimas.html
El patio de mi casa
El patio de mi casa
es particular,
cuando llueve se moja
como los demás.
Agáchate
y vuélvete a agachar,
que los agachaditos
si saben bailar.
A la víbora de la mar
A la víbora de la mar,
de la mar,
por aquí pueden pasar;
los de adelante corren mucho,
los de atrás se quedarán,
tras, tras…
Una mexicana
que fruta vendía,
ciruela, chabacano,
melón o sandía,
día, día,
será la vieja
del otro día.
Campanita de oro,
déjame pasar,
con todos mis hijos,
menos el de atrás,
tras, tras…
Verbena, verbena,
jardán de matatena,
verbena, verbena,
la fruta está muy buena.
Campanita de oro,
déjame pasar,
con todos mis hijos,
menos el de atrás,
tras, tras…
será melón,
será sandía,
será la vieja
del otro día.
Campanita de oro,
déjame pasar,
con todos mis hijos,
menos el de atrás,
tras, ¡tras!
No sé cuándo vendrá.
La Trinidad se pasa,
¡qué dolor, qué dolor qué pena!
La Trinidad se pasa,
Mambrú no vuelve más.
Encima de la tumba
¡qué dolor, qué dolor, qué pena!
Encima de la tumba
los pajaritos van,
https://guate360.com/blog/musica/rondas-infantiles/
fabulas y moralejas
Una zorra que dormía bajo una vid se despertó hambrienta y, enseguida, vio un
racimo de uvas muy tentador sobre su cabeza. Quiso alcanzarlo, pero fue en
vano: su pequeña estatura no se lo permitió. Trató de treparse al árbol, dio saltos,
estiró sus patitas, hasta que se dio por vencida.
Mientras se alejaba del árbol, resignada, vio que un pequeño pajarito había estado
observándola y se sintió avergonzada. Rápidamente se acercó al ave y, enojada,
le dijo: “Cuando salté, me di cuenta de que las uvas no estaban maduras. Mi
paladar es muy exquisito. Si no, me las hubiera comido”. Y, dándole la espalda al
pajarito, que no alcanzó ni siquiera a responderle, la zorra se alejó.
2. La liebre y la tortuga
Con arrogancia y soberbia, una liebre se burlaba constantemente de una tortuga
por su lentitud. Un día, harta de las agresiones, la tortuga le propuso correr una
carrera para ver cuál de las dos era más veloz. La liebre, entre risas, aceptó la
propuesta.
Relajada y orgullosa por su desempeño, la liebre decidió tomar una siesta cuando
le faltaba poco para llegar a la meta, pero ya daba por descontado que sería la
ganadora. El problema fue que se quedó dormida. Cuando se despertó, exaltada,
vio a lo lejos que la tortuga estaba a dos pasitos de la línea de llegada. Corrió con
todas sus fuerzas, pero cuando alcanzó la meta ya era tarde. La tortuga había
ganado y era aplaudida y ovacionada por todo el público.
Moraleja: La vanidad y el exceso de confianza nos pueden jugar una mala pasada.
Nunca te burles de los demás por no tener tus mismas habilidades, porque
seguramente tienen otras igual de valiosas. La perseverancia y la constancia
rinden sus frutos.
3. El escorpión y la rana
Una rana descansaba a la orilla del río hasta que la aparición de un escorpión la
puso en alerta. Apenas el arácnido le dijo las primeras palabras, la rana se
tranquilizó:
—Ranita, ¿serías tan amable de montarme en tu lomo para que pueda atravesar
el río? Prometo que no te picaré. Si lo hago, ambos nos ahogaríamos —le dijo el
escorpión.
Una pareja de granjeros compró la gallina más gorda y rebosante del mercado. A
la mañana siguiente, cuando fueron a buscar los huevos al gallinero, se toparon
con que la flamante gallina había puesto ¡un huevo de oro! Este extraño suceso se
repitió cada día.
Moraleja: La codicia nunca es buena consejera: nos puede llevar a perder lo que
tenemos y a convertir la fortuna en pasajera.
5. El león y el ratón
Caía el sol y el león solo tenía planificado descansar. Había sido una ardua
jornada de caza, por lo que decidió recostarse debajo de un árbol a dormir una
pequeña siesta. De repente, sintió algo en su cara. Abrió los ojos y se dio cuenta
de que un pequeño ratón subía por su nariz.
Apenas unos días más tarde, el león quedó atrapado en la red de un cazador.
Desesperado, comenzó a pedir ayuda a los gritos. El ratón, que se encontraba por
allí, reconoció su voz y salió corriendo a asistirlo. Con sus filosas paletas, rompió
la red que lo envolvía y lo liberó.