2 Actos de Comercio
2 Actos de Comercio
2 Actos de Comercio
En caso de duda debe reputarse que el acto contrato es siempre civil, porque la
mercantilizad es una especialidad dentro del derecho privado.
b) Para saber si la persona que los ejecuta es o no comerciante.- La noción del acto de
comercio permite definir la idea de comerciante. En efecto, según el artículo 7°, “son
comerciantes los que, teniendo capacidad para contratar, hacen del comercio su profesión
habitual”. Hacer del comercio implica la ejecución de actos de comercio en sentido
profesional.
De acuerdo con el N°1 del art. 3° son actos de comercio, ya de parte de ambos
contratantes, ya de parte de uno de ellos: “La compra y permuta de cosas muebles, hecha con
ánimo de venderlas, permutarlas o arrendarlas en la misma forma o en otra distinta y la venta,
permuta o arrendamiento de estas mismas cosas. Sin embargo, no son actos de comercio la
compra o permuta de objetos destinados a complementar accesoriamente las operaciones
principales de una industria no comercial”.
A.- LA COMPRA MERCANTIL.- Para que la compra sea calificada de mercantil deben concurrir
estos dos requisitos: 1°) que verse sobre cosas muebles y 2°) que la compra sea hecha con
ánimo de vender, permutar o arrendar estas mismas cosas obteniendo una ganancia o lucro
comercial.
1°) Que verse sobre cosas muebles.- Pertenecen a la categoría de los muebles
aquellos bienes que pueden transportarse de un lugar a otro sin que pierdan su individualidad,
sin dejar de ser lo que son. Se dividen en muebles por naturaleza y muebles por anticipación;
estos últimos son aquellos que encontrándose unidos a un inmueble, son considerados
muebles por la ley, para el efecto de constituir derechos sobre ellos a favor de otra persona
que el dueño.
Para que se cumpla con el requisito de “cosa mueble”, basta que la cosa comprada sea
mueble para el comprador, aunque no lo sea para el vendedor. Puede también recaer sobre un
mueble por anticipación, como cuando se compra un bosque para venderlo convertido en
tablas o maderas elaboradas.
Quedan excluidos, por lo tanto, los inmuebles que, aunque se compren con ánimo de
venderlos, no se ejecuta un acto de comercio.
2°) Que la compra sea hecha con el ánimo de vender, permutar o arrendar esas
mismas cosas obteniendo una ganancia o lucro comercial.- Es justamente esta intención, este
ánimo del comprador. Lo que constituye la mercantilidad del acto y la que coloca al comprador
como intermediario en la circulación de la riqueza. Esta función mediadora entre el productor
y consumidor es, como sabemos, una de las características del comercio.
Por un argumento a contrario sensu se deduce que todas aquellas cosas que se
compran para guardarlas o para consumirlas, serán materia de una compra civil.
Basta que falte el ánimo de revender, permutar o arrendar las cosas compradas, para
que el acto no sea considerado como mercantil. Por otra parte, no es preciso que la intención
de realice, ya que la ley sólo exige que esa intención exista al tiempo de la compra; los hechos
posteriores, pues, no modifican en nada el carácter que el acto ya tenía. Así, por ejemplo: una
persona compra una cosa con el propósito de revenderla, pero después ve que esa cosa le
hace falta y la destina a su uso particular; esa compra es mercantil. Al revés, si una persona
compra una cosa mueble sin ánimo de revenderla, permutarla o arrendarla, y después,
cambiando de idea, trata de negociarla, la intención adquirida posteriormente a la compra, no
altera el carácter civil de ésta.
Hay que determinar, por lo tanto, un acto psicológico interno, la intención del
comprador, para saber si un acto es o no comercial. Esa intención se revela por las
circunstancias que rodean el acto y pueden acreditarse por cualquiera de los medios
probatorios, como ser: la profesión del comprador, la cantidad de cosas compradas, etc. Hay,
sí, que recalcar que la profesión de comerciante del comprador no califica por sí sola al acto de
mercantil, sino que sólo constituye uno de los tantos hechos que pueden atestiguarse para
llegar a esa conclusión. Por ejemplo, “A” que tiene una zapatería compra una partida de
cueros. Es lógico suponer que lo hace para revenderla (transformarla en botines o no). De
manera, pues, que en caso de duda, incumbe probar la intención al que alega la mercantilizad
del acto (esto se debe a que la ley comercial es una excepción al derecho Civil). En caso que
faltare la prueba, naturalmente habría que admitir que el acto es civil.
Por último, habría que decir que el Código habla de de “compra y permuta… hecha con
ánimo …etc.”; pero no dice si la intención del comprador debe o no comprender la esperanza
de lucrar. Como vemos, no es muy claro ni preciso en su redacción, pero siempre se ha
entendido que el ánimo debe ir acompañado del propósito de especular, de obtener una
ganancia. De manera que no basta la simple intención de revender, sino que debe tratarse de
una intención especulativa.
B.- LA VENTA MERCANTIL.- Es mercantil la venta, permuta o arriendo, cuando las cosas se han
adquirido (comprándolas o permutándolas) con ánimo de venderlas, permutarlas o
arrendarlas, es decir, con intención, con esperanza de lucrar con ellas. De donde se desprende
que la venta de cosas que no han sido compradas con el objeto de comerciar con ellas no es
acto mercantil o, en otros términos, esa venta sólo constituiría un acto meramente civil.
También se puede sacar como consecuencia que las cosas adquiridas a título gratuito,
legado, donación, etc., y que posteriormente son vendidas, permutadas o arrendadas con el
fin de lucrar con ellas, no serán por esto (la venta, permuta o arriendo se entiende) actos
comerciales, sino civiles.
Resumiendo, toda venta que no haya sido precedida de una compra con ánimo de
vender, es decir, de una compra mercantil, no es venta mercantil. Quedan excluidos del
derecho comercial, por tanto, los actos de la industria extractiva, como la agricultura y la
minería. Toda la venta de la producción de un fundo es civil.
El inciso 2° del número 1° es una regla de excepción a la parte primera del inciso 1° de
este mismo número. Y es la consagración del principio de que lo accesorio sigue la suerte de lo
principal. Se refiere a actos que, aunque aisladamente considerados deben calificarse de actos
mercantiles, por ser accesorios a una industria no mercantil, pierden ese carácter y se
convierten en actos civiles. Por ejemplo: el agricultor que compra botellas para envasar el vino
y revenderlas después llenas de ese licor. Aquí, en realidad, tenemos una compra de cosa
mueble hecha con ánimo de revenderla; debería ser, por lo tanto, mercantil, pero como este
acto es accesorio a una industria no comercial, se convierte en compra civil.
La venta también se estima generalmente como comercial a pesar de que la ley nada
dijo sobre ella. Si la compra es generalmente el acto con que una persona se inicia en la vida
de los negocios, la venta es el último con que el vendedor se despide de ellos.
No son las empresas los actos de comercio, sino los actos realizados por ellas. Por
fábrica o manufactura se entiende la transformación de la materia prima mediante el trabajo
humano o de maquinaria con miras a obtener un producto perfectamente determinado o
individualizado.
La transformación de esas materias primas será acto mercantil.
Por último, digamos que se trata de una enumeración enunciativa y no taxativa, como
lo demuestra el hecho de que “otros establecimientos semejantes” a las fondas y cafés, como
hoteles, puedan quedar comprendidos en esta característica mercantil.
- Las empresas de transporte por tierra, ríos o canales navegables (Art. 3°, N° 6).-
Tiene una omisión este número, no habla de los lagos, pero ella se encuentra suplida en el
Título V del Libro II. La norma se refiere al transporte hecho por empresas. El transporte en sí
mismo es un acto civil: en sí el transporte es, por una parte, arrendamiento de servicios y, por
la otra, contrato de depósito.
- Las empresas de provisiones o suministros (art. 3° N°7).- Tienen por objeto prestar
servicios mediante una remuneración determinada. Ejemplo; luz eléctrica, teléfonos, gas, etc.
Para calificar el acto de civil o comercial frente a la parte que contrata con la empresa
debemos recurrir a la teoría de lo accesorio.
- Los martilleros (art. 3° N°7).- La ley declara comercial la actividad de martillero que
se ejerce bajo la organización empresarial. El ejercicio de la actividad de martillero está regida
por la Ley N° 18.118, de 1982.
Las normas sobre letras de cambio y pagarés están contenidas en la Ley 18.092. La ley
declara mercantiles por su forma las operaciones sobre letras de cambio, pero no señala
expresamente cuáles. Pues bien, las principales operaciones que pueden efectuarse sobre
letra de cambios son:
- Giro, emisión o libramiento. Es el acto por el cual el librador crea la letra;
- El endoso. Es la firma puesta al dorso del documento, en virtud del cual el portador o
beneficiario, transfiere el documento, lo entrega en cobro o en garantía;
- Aval. Es un acto escrito y firmado en la letra de cambio, en una hoja de prolongación adherida
a ésta, o a un documento separado, por el cual el girador, un endosante o un tercero garantiza,
en todo o parte, el pago de ella.
El cheque es una orden escrita y girada contra un Banco para que éste pague a su
presentación, el todo o parte de los fondos que el librador pueda disponer en cuenta corriente
(art. 10,D.F.L.707, de 1982, Texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley sobre
Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques).
- Operaciones de bancos.- La noción “operaciones” no es una noción jurídica, es más bien una
noción de orden económico que supone la realización de varios actos jurídicos.
El título VIII de la Ley se refiere a las operaciones que pueden realizar los Banco. Así, el
artículo 69 expresa: “Los bancos podrán efectuar las siguientes operaciones: (sólo
mencionaremos algunas)
Para el banco las operaciones indicadas son siempre comerciales, pero respecto de la
persona que contrata con él debe determinarse el carácter civil o comercial de ellas,
recurriendo al principio de lo accesorio.
- Operaciones de corretaje.- El art. 234 menciona la correduría como una forma de mandato
comercial y se encuentra reglamentada en el Título III del Libro I del Código de Comercio.
Según el artículo 48 “Los corredores son oficiales públicos instituidos por la ley para dispensar
su mediación asalariada a los comerciantes y facilitarles la conclusión de sus contratos”.
Al señalar como acto de comercio la correduría, el Código no hace sino ratificar una
vez más la idea de la intermediación como elemento determinante de mercantilizad. Respecto
de la persona que contrata con el corredor, debe tenerse presente, para calificar la operación
de mercantil o civil, la teoría de lo accesorio. Así, por ejemplo, el agricultor que encarga a un
corredor la venta de su cosecha de trigo ejecuta un acto civil, el corredor un acto de comercio.
- Operaciones de bolsa.- El artículo 38 de la Ley 18.045, sobre Mercado de valores, define a las
bolsas de valores: “son entidades que tienen por objeto proveer a sus miembros las
implementación necesaria para que puedan realizar eficazmente, en el lugar que les
proporcione, las transacciones de valores mediante mecanismos continuos de subasta pública
y para que puedan efectuar las demás actividades de intermediación de valores que procedan
en conformidad a la ley”.
Las bolsas se constituyen como sociedades anónimas abiertas y son fiscalizadas por la
S.V.S.
Los N°s. 13 al 19 inclusive del artículo 3° se refieren a los actos de comercio marítimo
que se califican de mercantiles sin considerar para nada el principio de la accesoriedad ni la
existencia de actos mixtos o de doble carácter. Esta mercantilización de los actos marítimos se
debe al origen marítimo del Derecho Comercial.
Fuera de los actos de comercio del artículo 3°, hay otros que él omitió comprender en
su enumeración, omisión que fue salvada por el propio Código en otras partes del articulado.
Debemos mencionar en primer lugar “las sociedades” en todos sus tipos que son
comerciales cuando “se forman para negocios que la ley califica de actos de comercio”, de
acuerdo con el artículo 2059 del Código Civil, el que declara que las otras son civiles.