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ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN

UNIDAD Nº II
Evaluación y prevención
Introducción
En la primera unidad, fueron revisados los conceptos básicos de salud, prevención
y uso de sustancias. Gracias a ello, usted logró configurar los fundamentos
necesarios para profundizar acerca de la importancia de generar acciones, que
anticipen la génesis de consumos problemáticos y adicciones a las sustancias. En
esta segunda unidad, usted será aproximado a las formas de evaluación que
permiten determinar si una situación requiere o no, la implementación de una
estrategia de prevención. Específicamente, esta semana ahondará en los
conceptos básicos de la evaluación, su relación con la prevención del uso de drogas
y, en las herramientas de evaluación no estandarizadas.

La evaluación, es un procedimiento que permite la recolección, análisis y


jerarquización de información, para establecer una problemática. De esta forma, la
evaluación se constituye como el punto de partida para identificar y plantear
estrategias de resolución ante una situación que resulte compleja y dificultosa. En
salud, la evaluación posibilita conocer el panorama completo de una persona o
grupo, sus recursos, dificultades y jerarquizar esta información, hasta llegar a una
problemática principal, sus causas y consecuencias. De manera más específica, en
el área de prevención, la evaluación brinda información acerca de los escenarios,
donde resulta imperante ejecutar acciones para anticiparse a un problema que se
avecina.

Así, en cualquier terreno, los procesos evaluativos resultan útiles porque orientan
de la manera más objetiva posible, las acciones para resolver, mitigar o erradicar
una problemática que puede ocasionar malestar a un individuo y/o su comunidad.
Para lograr este objetivo, la prevención cuenta con diferentes formas de
acercamiento a la persona y, con distintas herramientas para rescatar información
relevante sobre su historia, entre las que destacan instrumentos como la entrevista,
el patrón de consumo y la identificación de factores de riesgo. A continuación, usted
se encontrará información detallada y profunda sobre lo mencionado.

¡Éxito en la semana 3!

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Ideas de fuerza

La prevención se configura como un proceso en el que


confluyen de manera relacional, las etapas de evaluación,
intervención y monitoreo

La evaluación es una etapa dinámica del proceso de


prevención, que busca recolectar información para detectar
elementos que ponen en riesgo a una persona/grupo de
consumo indebido de sustancias o problemas asociados.

La evaluación es relevante en la prevención, porque permite


identificar el factor de riesgo y orientar acciones
anticipatorias que erradiquen, disminuyan o mitiguen las
problemáticas de consumo que se desencadenen de él.

Las herramientas de evaluación pueden recolectar


información cualitativa del problema. Para ello, el Técnico
puede utilizar la entrevista, la identificación de factores
protectores y de riesgo y, el patrón de consumo.

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1. CONCEPTOS BÁSICOS DE EVALUACIÓN
“Lo que no se evalúa, se devalúa”
Ángel Gabilondo

¿Qué es para usted la evaluación?


¿Por qué es importante evaluar?

Antes de profundizar sobre el concepto y la importancia de evaluar, resulta


oportuno revisar la existencia y configuración del proceso usado para administrar
cualquier servicio/procedimiento en salud. El proceso de atención, descrito por
algunos autores como proceso terapéutico o tratamiento, es un conjunto de fases
sucesivas ordenadas bajo una lógica de consecución de un objetivo, que
generalmente se relaciona a resolver una problemática en salud.

Este proceso cuenta con un punto claro de inicio y algunas etapas relevantes,
incluye una fase inicial de Evaluación, que consiste en la recolección de información
y la identificación del problema, una segunda fase de Intervención, que incluye la
implementación de acciones dirigidas a disminuir o eliminar la problemática
identificada y, finalmente culmina con una etapa de Monitoreo, que corrobora si las
estrategias implementadas han sido efectivas para solucionar la dificultad o si por
el contrario, se requieren de nuevas acciones de intervención. Otros autores difieren
e incluyen otras fases o sub fases en el proceso, como la planificación de la
intervención, la re-evaluación y la identificación de resultados, pero grosso modo,
esta descripción representa la manera en que típicamente se constituyen los
procesos terapéuticos en salud.

El proceso terapéutico, aunque encadena una secuencia de acciones, se


considera como un fenómeno de carácter dinámico, que involucra de forma
relacional y no lineal, los elementos que lo configuran. Por este motivo, el proceso
terapéutico aproxima al profesional a la comprensión amplia, diversa y flexible, de
las problemáticas en salud.

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Intervención

Determinación
de acciones
para solucionar
Evaluación el problema
Monitoreo
inicial

¿Se resolvió el
problema?
Acercamiento Resultados
Recolección de Mantención de
información resultados

Gráfico 1: Proceso terapéutico

El gráfico 1, evidencia la configuración de un proceso terapéutico en el que se


pueden identificar rápidamente sus componentes, las situaciones intermedias que
se generan para transitar de una etapa a otra, las relaciones y el flujo bidireccional
entre las mismas. Esta representación, da cuenta de que los procesos terapéuticos,
tal como se ha señalado que se concibe la salud, son determinados por factores
externos y del sujeto, que están fuera del control del profesional y, que por tanto
requieren de toda la ductilidad y tolerancia de quienes les abordan.

Esto cobra mayor relevancia, en el abordaje de fenómenos tan complejos e


impredecibles como los trastornos de salud mental y el uso de drogas. Como se ha
mencionado en unidades y asignaturas anteriores, el uso de drogas se considera
como una práctica de carácter multifactorial, que es impactada e impacta los
diferentes componentes del ser humano. Al originarse de esta forma, requiere de
abordajes flexibles, que lo comprendan desde diferentes aristas y, que no busquen
explicaciones reduccionistas desde la perspectiva causa efecto. En este sentido, los
procesos terapéuticos bajo los que se intenta comprender el uso de drogas, se
establecen como procedimientos consecutivos y secuenciales, pero relacionales y
dinámicos, donde las etapas confluyen y avanzan, de acuerdo a los intereses del
sujeto y a los eventos circunstanciales que le rodean.

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A partir de lo anterior, se puede establecer que la evaluación es una etapa que
configura los procesos terapéuticos y de resolución de problemas y, aunque
representa el punto de partida del proceso, puede aparecer espontáneamente en
otros momentos, puesto que la recolección de información depende en gran medida
de situaciones coyunturales como la confianza y la relación terapéutica, el deseo
del sujeto de revelar sus datos y su historia de vida, el proceso de reparación de
eventos traumáticos, la colaboración de otras fuentes de información, entre otros.
De esta forma, al aparecer nueva información, puede surgir la necesidad de
replantear acciones o proyecciones del proceso terapéutico, es decir que la
evaluación es la fase inicial del proceso, pero es un evento que se mantiene durante
todo el proceso y, es un factor que puede generar transformaciones en el tránsito
de una etapa a otra y en el flujo general del tratamiento.

Intervención

Determinación
de acciones
para solucionar
Evaluación el problema
Monitoreo
inicial

¿Hay
información de
Acercamiento otras fuentes?
Resultados
Recolección de Mantención de
información resultados

Gráfico 2: La evaluación en el proceso terapéutico

1.2. Evaluación

Según la Real Academia de la Lengua Española –RAE-, la evaluación se


considera como la acción y el efecto de evaluar, que a su vez significa determinar
el valor de algo (1). En un sentido más amplio, la evaluación es un procedimiento
que busca establecer, tomando en consideración un conjunto de elementos

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circundantes, la causa, importancia o significado de algo. Desde esta perspectiva,
aunque el objetivo sea siempre el mismo, existen varios tipos de evaluación: la
evaluación educativa, diagnóstica, formativa, de desempeño y autoevaluación.

En salud, la evaluación es el punto de partida en el camino recorrido durante


un proceso terapéutico. Esta etapa considera el acercamiento, la obtención e
interpretación de la información de un sujeto, que permite el establecimiento de un
problema y origina directrices para resolverlo. Este proceso considera dos
momentos relevantes, una primera fase procedimental, que consiste en el uso de
herramientas estandarizadas y no estandarizadas para tener información acerca de
la persona y, una segunda fase en la que el profesional logra utilizar sus
capacidades de razonamiento, para entender y analizar la información recolectada
y esclarecer una problemática y orientaciones para su intervención.

Ahora bien, aunque siempre ha de existir una evaluación inicial, es complejo


segregar la evaluación de la intervención y de las demás fases del proceso
terapéutico o definirla como una etapa estática de única aparición, ya que resulta
necesario mantener durante todo el tratamiento, una perspectiva evaluadora que
permita valorar la pertinencia y oportunidad de las acciones elegidas para resolver
el problema y, esté abierta a la recolección de nueva información a la que no se
había tenido acceso con anterioridad o, que es resultante de eventos que han
ocurrido recientemente y que pudieran tener un impacto relevante sobre el proceso
terapéutico.

En el caso de la evaluación dentro de procesos terapéuticos que intentan


abordar problemáticas relacionadas con el uso de drogas, la etapa de evaluación
constituye un procedimiento más complejo, que requiere de la cuidadosa
recolección de información en el momento inicial y, además de forma imprescindible
de la apertura de espacios de evaluación constante para conocer cambios,
situaciones nuevas e incluso recientes incursiones, significaciones y
funcionalidades del consumo de drogas.

Esta complejidad, le requerirá al Técnico en Prevención, Tratamiento y


Rehabilitación de Sustancias, una particular sensibilidad a la escucha del otro, al
razonamiento de la información, a la empatía y al conocimiento erudito de las
herramientas disponibles, sus mecanismos de uso e interpretación en la recolección
de datos y acercamiento a las personas consumidoras y sus familias.

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1.3. Evaluación en prevención

Hasta ahora se ha revisado la evaluación como parte relevante de los


procesos terapéuticos, sin embargo, este procedimiento también resulta útil en otros
escenarios que actúan en salud y uso de drogas como la prevención. En procesos
de prevención del uso de drogas, la evaluación está orientada a determinar los
riesgos que exponen a las personas al desarrollo potencial de problemáticas y
efectos adversos del consumo sobre su vida y bienestar. De esta forma el riesgo,
es un concepto que toma relevancia y concentra toda la atención de la evaluación
en materia de prevención.

¿Es importante evaluar, si en el proceso de prevención aun no


existen daños importantes?

En el área de prevención la pregunta anterior es una incógnita frecuente, ya


que desde una lógica organizada, si se está actuando de forma anticipada para que
evitar la existencia de un evento adverso, no pareciera relevante recolectar
información sobre ese evento u otras circunstancias. Sin embargo, es relevante
recordar que la prevención es una estrategia que cuenta con diferentes niveles de
acción y, que dependiendo de ello busca diferentes objetivos que generalmente
están orientados a la evitación, disminución del riesgo o mitigación del daño. Por
tanto, en materia de prevención, la evaluación resulta relevante en la medida en que
establece hacia donde debe ir direccionada la acción y que se debe prever.

Primaria Evitar la aparición de la


enfermedad
Secundaria Diagnóstico temprano

Terciaria Recuperación y atención de secuelas

Cuaternaria
Evitar el regreso de la condición,
cuando ha sido resuelta

Para recordar…

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La evaluación en la prevención resulta entonces una herramienta interesante
y sustancialmente objetiva, que logra identificar el riesgo y las posibles
consecuencias de la exposición a este, para dirigir acciones protectoras que
resguarden a la persona de mayores problemáticas.

…De acuerdo a lo anterior

¿Qué es el riesgo?

En términos genéricos, corrientes de conocimiento como la Prevención de


Riesgos Laborales definen que el riesgo se considera, como la combinación de la
probabilidad de que se produzca un evento y sus consecuencias negativas (2). Para
que se geste un riesgo, es imperante la existencia de una amenaza y una
vulnerabilidad. La amenaza hace referencia a un agente lesivo de cualquier
naturaleza y, la vulnerabilidad a las características que hacen a un
individuo/colectivo susceptible a las características lesivas de la amenaza. A su vez,
la vulnerabilidad está compuesta por la exposición, que se refiere a la condición de
desventaja que acerca al individuo/colectivo a los efectos dañinos de la amenaza;
la susceptibilidad que se refiere a la fragilidad interna del individuo/colectivo para
enfrentar la amenaza; y la resiliencia, que consiste en la capacidad del
individuo/colectivo para resistir, adaptarse o recuperarse de la amenaza.

Riesgo

Amenaza Vulnerabilidad

Agente lesivo, que genera daño Características que hacen


susceptible al daño del agente

• Exposición: desventaja que


acerca al agente
• Susceptibilidad: fragilidad
interna
• Resiliencia: capacidad de
resistir, adaptarse o
recuperarse.

Imagen 1: Riesgo – amenaza - vulnerabilidad

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En materia de salud, el término utilizado para referirse a un agente que puede
ocasionar daño sobre la salud y bienestar y, su relación con la vulnerabilidad, se
conoce como Factor de Riesgo –FR-. La Organización Mundial de la Salud –OMS-
ha definido el FR, como una característica de exposición de un individuo o grupo,
que aumente su probabilidad de sufrir una enfermedad o una lesión. (3) En salud,
los factores de riesgo más conocidos y relevantes son el uso de tabaco y alcohol, la
falta de acceso a agua potable, las conductas sexuales de riesgo y la falta de higiene
personal.

Con respecto al uso de drogas, el Servicio Nacional para la Prevención y


Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol – SENDA-, ha definido que el
riesgo o riesgo de consumo, hace referencia a la probabilidad de que un individuo
o grupo, en función de determinadas variables, incurra en el uso de sustancias y
este resulte problemático o dependiente (4). Este concepto ha sido vinculado y
diferenciado del término vulnerabilidad, que se asocia a la probabilidad de que un
individuo o grupo, este más expuesto al uso de drogas y a las problemáticas a las
que conduce. SENDA asocia ambos conceptos, en la medida en que el riesgo de
consumo de drogas, está influenciado en parte por la vulnerabilidad social, la
desprotección, inseguridad e indefensión en las condiciones de vida, que conducen
a posibilidades reducidas de desarrollar recursos personales y de afrontamiento y,
condicionan la habitabilidad y el desempeño en territorios conflictuados por el tráfico
de drogas.

¿Cuál considera usted, que es la función de la prevención frente


a los riesgos?

Desde una perspectiva genérica, la Prevención de Riesgos se ha instaurado


como un conjunto de prácticas destinadas a prever los daños y mitigar las
consecuencias y secuelas de los mismos. Es un término que actualmente se acuña
a la profesión del Prevencionista de Riesgos, cuya labor principal consiste en la
anticipación de eventos adversos en el área laboral y de accidentalidad en el trabajo.

En salud, la prevención de factores de riesgo constituye un conjunto de


acciones que están orientadas a evitar, disminuir o mitigar los daños de un agente
lesivo sobre la salud y el bienestar de individuos y comunidades. En términos de
consumo de sustancias, la prevención de factores de riesgo conduce sus
intervenciones a la erradicación, reducción o enlentecimiento del deterioro producto

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del uso indebido de drogas y, las acciones específicas dependen
de la problemática identificada y del nivel en el que actúe la estrategia de
prevención.

En este sentido, las estrategias de prevención cuentan con instrumentos y


herramientas de distinta naturaleza, que les permite acercarse a los sujetos y sus
comunidades, para identificar los riesgos, analizar las necesidades y desde esta
perspectiva, construir y operativizar acciones conjuntas, para evitar las
consecuencias del consumo problemático de drogas sobre la salud, el bienestar y
la convivencia ciudadana. Las prácticas de prevención, pueden disminuir o incluso
erradicar las problemáticas de consumo indebido, no obstante, el resultado depende
de la oportunidad y asertividad con que se identifique la fuente de riesgo y los
posibles daños sobre las personas y, por supuesto, de la creatividad, templanza y
resolutividad con la que se diseñen tácticas para hacer frente a estos factores. Es
decir, que aunque al igual que los procesos terapéuticos, los procesos de
prevención no son lineales, si se considera la evaluación como un elemento
relevante, toda vez que es el punto de inicio, que orienta y articula las subsiguientes
prácticas para prevenir la aparición del uso indebido de drogas y sus consecuentes
daños a la salud.

¿Cómo imagina, qué es la evaluación que se ejecuta en proceso


de prevención?

2. HERRAMIENTAS DE EVALUACIÓN
“La evaluación es un proceso, no un suceso”
Anónimo

Para obtener, recolectar y analizar la información relevante de la persona o


grupo, los profesionales de la salud cuentan con herramientas de diferente índole,
que a través de mecanismos diversos contribuyen a la comprensión de la persona
o grupo y, a la jerarquización y determinación de aquellos factores que ponen en
riesgo su integridad y salud.

El Técnico en Prevención, Rehabilitación y Tratamiento de Sustancias, tiene


la responsabilidad de conocer y saber aplicar de forma adecuada, las herramientas
de evaluación propias de su expertiz, para identificar los factores de riesgo que
exponen a la persona a vivenciar problemáticas relacionadas con el uso indebido
de sustancias. Sin embargo, antes de profundizar sobre las herramientas, es

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importante destacar que al ser la evaluación la etapa inicial de cualquier proceso de
abordaje de un problema, es también la oportunidad de acercamiento y vínculo entre
el profesional y el sujeto o colectivo. Por esta razón, en este punto cobran significado
las cualidades personales y las habilidades de socialización del Técnico.

Para realizar una evaluación que contribuya a determinar los factores de riesgo
asociados al consumo, se requiere de un acercamiento a la persona/grupo que
resulte efectivo, donde quien está en riesgo se sienta en total libertad y confianza,
de contar y mencionar todo aquello que le aqueja. Para ello, es necesario que el
Técnico en Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Sustancias desarrolle la
capacidad de empatía, escucha activa, habilidades de interacción y comunicación.

Aunque estas características tienen una definición, no resulta útil describirlas


a profundidad, ya que no existen mecanismos de aprendizaje que puedan
garantizarle al estudiante que puede aprenderlos a través de la lectura. Existe una
única forma de desarrollar las cualidades personales y relacionales y, consiste en
comprender antes de cualquier cosa, que la persona que llega con la necesidad de
atención es un individuo afligido y conflictuado por el uso de drogas, ese combate
interno entre él y el consumo no lo despoja de su calidad de ser humano. Al ver en
el otro un igual, el Técnico se sitúa desde un rol de cooperador, de facilitador de un
proceso y no, desde un rol jerárquico de salvador, conocedor y dueño de la verdad
sobre lo que está pasando, esto contribuye a la construcción de una relación
amable, de alianza, que ubica en un plano de horizontalidad al tratante y al tratado,
de forma tal que entre ambos pueden construir el problema y hallarle una solución.

Cualidades personales del Técnico en Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de


Sustancias durante el proceso de evaluación para la prevención

• Empatía
• Escucha activa
• Comunicación amable
• Interacción contenedora
• Lenguaje adecuado
• Comprensión de la calidad humana del consumidor

“La empatía no es simplemente ponerse en el lugar del otro. Es la capacidad de


comprender el dolor del otro, de entrar en su mundo con tal delicadeza que quien abre la
puerta no note nuestra presencia, sin juzgar, sin sorprenderse de lo que allí se encuentra,
solo entrar con la intensión de comprender”
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Las relaciones horizontales, facilitan la obtención de información rápida y
veraz, porque la persona se siente contenida y no juzgada, esto es tremendamente
importante en un escenario de abordaje del uso de drogas, porque al sujeto
consumidor en general, se le ha asignado socialmente un rol poco valorado, que se
vincula a connotaciones negativas como la delincuencia, violencia, ociosidad,
haraganería y desfachatez. En ese rol, la persona es excluida incluso de sus
círculos sociales más cercanos, por lo que existe una tendencia al aislamiento, la
desconfianza y la negación a recibir ayuda. Al romper la constante de la exclusión
y el mal trato, el Técnico puede lograr un vínculo terapéutico tan potente, que este
puede resultar clave no solo en el proceso de evaluación, sino en las etapas
posteriores destinadas a la prevención del consumo y las problemáticas asociadas.

Entendidas las cualidades humanas necesarias para emprender un proceso


evaluativo, se puede profundizar en las herramientas con las que actualmente el
Técnico cuenta para obtener información del sujeto/grupo y lograr a la comprensión
y determinación de los factores de riesgo, que están incrementando las
posibilidades de problemas asociados al uso de drogas.

¿Qué herramientas existen para determinar riesgos de


consumo?

2.1. Herramientas de evaluación no estandarizadas

Un elemento estandarizado es aquel que contiene patrones que han sido


determinados previamente. En el caso de las herramientas de evaluación, los
instrumentos no estandarizados constituyen métodos de recolección de información
cualitativos, que buscan la obtención de datos a través de procedimientos flexibles,
que no se ajustan a parámetros definidos con anterioridad y, que no se analizan a
través de resultados normados por escalas numéricas o categoriales.

En la prevención del uso indebido de sustancias y problemáticas asociadas,


se utilizan varias herramientas de este tipo, toda vez que permiten recolectar de
forma amplia información relevante sobre la persona/grupo y las situaciones que le
rodean y le ponen en riesgo. Además, estos instrumentos posibilitan un
acercamiento a quienes son sujetos del riesgo y favorecen la comprensión del
evaluador, a través de la narrativa y la percepción de quien vivencia directamente
la situación de riesgo.

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2.1.1. Entrevista

Antes de empezar…

¿Alguna vez le han entrevistado?


¿Recuerda cómo se sintió?

La entrevista es una herramienta de evaluación, que permite una aproximación


a la persona y a su propia perspectiva de las situaciones que considera como
problemáticas y/o le ponen en riesgo de consumo. Se considera como un
instrumento no estandarizado, porque no existe una forma única de hacer una
entrevista y, porque los resultados que se obtienen, no pueden ser razonados desde
una línea cuantitativa o categorial.

Existen diferentes tipos de entrevista, que dependen de la estructura que el


evaluador le otorgue a la herramienta. Entrevistas estructuradas, en las que el
evaluador elabora un punteo de preguntas que deben ser respondidas en orden
lógico; entrevistas semiestructuradas, en las que existe una lista de preguntas que
pueden presentarse en un orden diferente al planteado y, existe cabida a que en el
transcurso puedan presentarse nuevas interrogantes y, finalmente entrevistas no
estructuradas, en las que las preguntas surgen a medida que la persona narra su
historia de vida o sucesos que le resultan relevantes y, a partir de ello, el
entrevistador plantea algunas preguntas sin un orden o una pauta determinada con
anterioridad.

En la prevención del uso indebido de sustancias y problemáticas asociadas, la


entrevista resulta útil en la formación del vínculo y la relación con la persona o grupo
y, en la obtención de datos desde la narrativa de quien ha vivenciado estar en riesgo
de consumo u otras problemáticas. La entrevista requiere de un ambiente acogedor,
donde la persona sienta que puede brindar cualquier información y esta, no será
juzgada o utilizada para su perjuicio. Por tanto, la entrevista debe ser flexible,
amable, contenedora, sin que eso signifique que es una conversación informal, pues
la entrevista es parte de un proceso intencionado de evaluación y posterior
intervención. En ese orden de ideas, aunque el entrevistador puede utilizar el tipo
de entrevista que le parezca más apropiado para la situación, generalmente se
sugiere como herramienta más adecuada al contexto, el uso de entrevistas
semiestructuradas y no estructuradas, que favorezcan la flexibilidad y la
construcción amplia de la narrativa del sujeto.

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En el uso de esta herramienta, las cualidades del entrevistador
cobran una real importancia, sus capacidades de comunicación e interacción
resultan un elemento fundamental en la conversación que se establece con el otro.
Depende del entrevistador, que la entrevista sea fluida y que se perciba un ambiente
de confort de ambas partes. Para lograrlo, el entrevistador debe contar con la
habilidad de escuchar activamente la narración que hace el sujeto/grupo y al mismo
tiempo, razonar para intentar comprender la situación que agobia a la persona. Es
además necesario, que el entrevistador tenga herramientas resolutivas, en la
medida en que en el transcurso de una entrevista pueden presentarse situaciones
complejas como llanto, seducción o incluso el cambio de roles y sea el entrevistado,
quien termine entrevistando al evaluador.

No obstante, tal como se ha mencionado anteriormente, no existe una forma


técnica o genérica de ganar este tipo de habilidades y, tampoco existen manuales
con las respuestas correctas o conductas adecuadas al sin fin de situaciones que
pueden presentarse en una entrevista. Solo el entrenamiento y la realización
frecuente de entrevistas logran desarrollar estas importantes cualidades. Sin
embargo, es necesario que el Técnico en Prevención, Tratamiento y Rehabilitación
de Sustancias, tenga presente que en el área de consumo de drogas desde la
perspectiva de la prevención, existen elementos que deben incorporarse de forma
imprescindible en la entrevista, para que esta logre contribuir en la determinación
de los factores que ponen en riesgo de consumo a la persona o grupo.

Interrogantes clave en la construcción de una entrevista

• Datos personales
o Nombre, edad, nacionalidad, residencia, datos de contacto, motivo por el que está
siendo evaluado
• Narrativa sobre la actualidad de la persona
o Actividad actual: no solo las actividades productivas, sino todas aquellas que le
resulten significativas.
o Lugar y personas con las que reside
o Autopercepción actual: ¿se siente o no conforme con su forma de vida?
• Narrativa sobre la historia de vida
o Hitos y personas importantes de su vida
o Relación con los otros
o Actividades que ha desempeñado a lo largo de la vida
o Uso o intención de uso de drogas, en la historia de vida. ¿Cuándo? ¿Por qué?

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El Técnico ha de tener en cuenta, que la entrevista es una herramienta cuya
flexibilidad le permitirá considerar otros puntos relevantes a indagar de acuerdo a la
situación de la persona, para determinar factores de riesgo que exponen a la
persona o grupo al uso indebido de sustancias. Depende del criterio del profesional,
el nivel de prevención en el que la entrevista se use como herramienta de
evaluación, aunque generalmente es un instrumento que logra ser útil en todos los
niveles, puede ser más apropiado en los primeros peldaños de prevención que
están orientados a la evitación del consumo problemático y al diagnóstico temprano.

Finalmente, puede concluirse que la entrevista es un arte en el que confluyen


en un mismo espacio, la habilidad del entrevistador para conversar fluidamente,
para conocer y comprender el sufrimiento y riesgo de otro, con la disposición de
recibir y acoger aquello que abruma y; la capacidad del entrevistado de confiar, de
entregarse a otro, entendiendo ser parte de algo más grande que el mismo, parte
de un colectivo que sostiene, apoya y abraza ante la desolación y el peligro.

2.1.2. Factores de riesgo y factores protectores

Tal como se había mencionado con anterioridad, los factores de riesgo


constituyen elementos que al estar en contacto con una persona o grupo, generan
posibilidades de daños o perjuicios sobre el bienestar. En materia de drogas, los
factores se entienden como un conjunto de variables que pueden favorecer o
detener el uso indebido de una sustancia, es decir que el concepto de factor aquí,
responde a los elementos que ponen en riesgo, pero también a aquellos que
resultan protectores ante el consumo inadecuado de una droga. Ambos son
relevantes en el panorama de la prevención, porque las acciones subsiguientes se
concentrarán en el combate y minimización de los factores de riesgo y, en el
fortalecimiento y promoción de los factores protectores.

¿Cuál es la diferencia entre un factor de riesgo y un factor


protector del uso de drogas?

Los factores de riesgo se definen según el SENDA, como aquellas condiciones


que favorecen el uso indebido de drogas y el empeoramiento del nivel de consumo
cuando este se ha instalado como hábito de la persona, lo que a su vez facilita la
ocurrencia de presentar daños sobre la salud y el bienestar de la persona, su familia

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y comunidad. Por el contrario, los factores protectores son todas aquellas variables
que disminuyen o limitan la probabilidad de que la persona consuma de forma
inadecuada una sustancia o, que incremente su nivel de consumo, protegiendo así
la aparición de complicaciones de salud del individuo y resguardando la sana
convivencia con otros.

Ambos factores se pueden presentar en las diferentes dimensiones de la vida


de un sujeto, es decir que existen factores de riesgo y protectores a nivel individual,
interpersonal y social. Es importante identificarlos, para determinar si la persona o
grupo, tienen mayor probabilidad de presentar problemáticas asociadas al consumo
y diseñar y ejecutar rápidamente acciones, que de forma anticipada prevean este
consumo.

En el proceso de evaluación, los factores de riesgo y protectores de una


persona se pueden identificar de forma fácil, a través de listas de chequeo o incluso,
incorporándolos en la entrevista o en otras herramientas como el patrón de
consumo. Debido a la naturaleza única de cada individuo, la evaluación de los
factores de riesgo constituye una herramienta de evaluación no estandarizada y,
aunque no existe un estándar de factores, resulta relevante indagar sobre aquellos
que se consideran más frecuentes.

Individual Interpersonal Social


F. de riesgo • Antecedentes de salud • Familiares consumidores que • Oferta de drogas en el
mental residen en la misma casa territorio
• Antecedentes familiares de • Naturalización del consumo • Medios de comunicación
salud mental y/o consumo en casa que promueven el consumo
• Antecedentes de • Poca comunicación, • Pocas posibilidades de
problemáticas sociales: conflictos y violencia en la acceso a educación, salud,
abuso, abandono, buylling, familia trabajo y vida comunitaria
etc. • Pares consumidores • Segregación y exclusión
• Baja autoestima y • Grupos de pares que social
autoeficacia imponen el consumo • Cultura de consumo
• Baja percepción de riesgo • Conflictos en escenarios de • Ineficacia de las políticas
del uso de drogas estudio y trabajo de atención/control del uso
• Edad y genero • Poca comunicación con de sustancias
• Experiencias reiteradas de pares en el estudio y el • Percepción social
fracaso trabajo castigadora del consumo y
del consumidor

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Individual Interpersonal Social
F. protectores • Mantención de la salud • Constitución de red de apoyo • Seguridad de los territorios
mental y física de pares y familiares, que • Políticas de control del
• Autoestima, sentido de mantengan una percepción comercio ilegal de
autoeficacia y seguridad consciente y amplia del uso sustancias
• Percepción consiente y de drogas. • Acceso a áreas
amplia del uso de drogas • Comunicación e interacción fundamentales de la vida
• Experiencias de adecuada con los pares y la como educación, trabajo,
autorrealización, familia ocio saludable y vida en
satisfacción y bienestar • Espacios de resolución de comunidad
conflictos • Acompañamiento estatal
en la prevención del
consumo problemático y
sus consecuentes
dificultades
• Construcción cultural
amplia y consiente del uso
de drogas

De forma muy similar a la entrevista, en la indagación sobre los factores


protectores y de riesgo, dependerá de la individualidad del sujeto y de su propia
percepción sobre lo que le resulta contenedor y peligroso. Este mecanismo puede
ser utilizado en cualquier nivel de prevención, pero requerirá ajustes de acuerdo al
objetivo que se plantea cada nivel, sin embargo, puede ser más adecuada su
utilización en los primeros peldaños de prevención. La habilidad del Técnico está,
en usar su criterio para rescatar información relevante, que sea útil para
complementar el proceso de evaluación y las fases subsiguientes de la prevención.

2.1.3. Patrón de consumo

Teniendo en cuenta las revisiones anteriores…

¿Cómo el patrón de consumo, resulta útil en la prevención del


uso indebido de sustancias?

Tal como se menciona en la pregunta, el patrón de consumo ha sido revisado


en asignaturas y anteriores. El término se ha utilizado de diversas formas, pero en
general el patrón de consumo recoge las particularidades de la forma en que una
persona consume una sustancia, es decir que evidencia las características

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cuantitativas y cualitativas que se asocian a ese consumo. Según el SENDA, el
patrón de consumo se refiere a las pautas de uso de drogas, que incluyen los ciclos
y frecuencias de consumo, la asociación de la conducta con las motivaciones
subyacentes, los contextos de consumo, los tipos de drogas empleadas, sus
combinaciones y las vías de administración de la sustancia. (4).

El patrón resulta entonces, una herramienta útil para definir el tipo de consumo
de una persona y los posibles efectos de los que pueda ser partícipe el consumidor
y su entorno. En esa medida, es difícil definir de una forma genérica los efectos del
consumo de sustancias, ya que en estricto rigor a cada patrón de consumo le
corresponderían algunos efectos directos, por este motivo, el patrón de consumo se
considera como una herramienta de evaluación no estandarizada.

El uso del patrón resulta oportuno en los niveles de prevención secundaria y


terciaria, aunque también podría ser útil en el último nivel. Esta herramienta permite
determinar la forma en que la persona configura el hábito del consumo y, los
posibles riesgos a los que pueda estar expuesta. Un patrón de consumo, podría
determinar si la persona podría constituirse como un consumidor problemático o
dependiente o, incluso si está en riesgo de daños a su salud y bienestar por el uso
de drogas.

El patrón de consumo y su posterior análisis, se podría considerar además,


como una herramienta de uso particular y de expertiz del Técnico en Rehabilitación
de Sustancias, que en estricto rigor, es quien más se aproxima a las problemáticas
de consumo de las personas. Aunque no existe un estándar, el Técnico puede
construir un espacio de evaluación específico para la evaluación del patrón de
consumo y/o integrarlo en otros momentos de evaluación como la entrevista. Sin
embargo, ha de tener en cuenta los elementos fundamentales de un patrón de
consumo.

Interrogantes clave el patrón de consumo

• Antecedentes de consumo en la familia


• Inicio del consumo
o Edad de inicio de consumo
o Situación en la que inicio el consumo
o Cuándo se retoma

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Interrogantes clave el patrón de consumo

• Progreso del consumo


o Historia del consumo
o Cuándo se instala cómo hábito
o Cuándo empieza a percibir que es un problema
• Consumo actual
o Tipo de sustancia
o Si es más de una, cuál considera la persona que le resulta más problemática
o Frecuencia –días de la semana que consume-
o Intensidad –veces en el día que consume-
o Cantidad – peso o valor monetario de lo que consume-
• Funcionalidad del consumo
o Razones por las que consume
o Factores comunes en los momentos de consumo
o Lugares y personas con las que consume
o Rituales y significaciones del consumo
• Conductas de riesgo en consumo
o Exposición a situaciones de riesgo durante consumo: riñas, peleas, situación
de calle, comercio sexual a cambio de drogas, conductas sexuales de riesgo,
etc.
o Ha sido víctima de situaciones de riesgo en consumo: robo, pérdida, abuso,
etc.
o Exposición a eventos que pudieron ser letales en consumo: accidentes de
tránsito, intentos de suicidio, caídas.
• Motivación al cambio
o Han existido periodos de abstinencia
o Qué los ha motivado
o Cuánto tiempo han durado

Al igual que las herramientas exploradas anteriormente, el patrón de consumo


es un instrumento de carácter cualitativo y flexible, que el Técnico puede ajustar de
acuerdo a las situaciones que se le presenten o a las necesidades de las personas
que buscan atención.

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Conclusiones

Hasta aquí…
¿Cuál considera usted, es la importancia de evaluar para
prevenir el uso indebido de drogas y sus consecuencias?

Por su naturaleza anticipatoria, la prevención es una estrategia potente en la


resolución de problemáticas de salud. A su carácter de previsión, le acompañan
otras cualidades como la costo-efectividad, la baja complejidad y la oportunidad con
la que cumple sus objetivos. En el uso de sustancias, la prevención resulta un
mecanismo interesante, que ha cobrado valor durante las últimas décadas,
especialmente ante el rotundo fracaso de los gobiernos en su lucha judicial en
contra de las drogas.

Sin embargo, la prevención como todo abordaje en salud, requiere de la


configuración de un proceso que le permita examinar el escenario,
establecer/anticipar un problema y responder a él. En el caso de la prevención del
uso indebido de sustancias y problemáticas asociadas, además esta configuración
debe tener en cuenta la dinámica del fenómeno y su sensible susceptibilidad al
cambio. Para ello, se requiere de un proceso que incorpore de forma relacional y no
lineal, las etapas de la prevención, que son similares a las del proceso de
tratamiento y que fueron exploradas durante la unidad.

En esta relación de etapas, la evaluación representa el punto de partida y


acercamiento y, puede ocurrir en otros momentos del proceso, pues permite la
recolección de información para detectar las situaciones circundantes que están
poniendo en peligro de consumo indebido y problemáticas asociadas a una persona
o comunidad.

En este sentido, el proceso de evaluación requiere de habilidades


comunicacionales e interpersonales del evaluador, quien se debe destacar no solo
por su conocimiento en la aplicabilidad e interpretación de herramientas, sino por
sus características humanas y las posibilidades de entablar relaciones terapéuticas
de colaboración y alianza.

En este escenario de evaluación, el Técnico cuenta con herramientas no


estandarizadas, que le permiten valorar los riesgos desde una perspectiva

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cualitativa y, donde puede incorporar, mezclar y ajustar, diferentes herramientas
como la entrevista, la identificación de factores de riesgo y protectores y el patrón
de consumo, para recolectar información, comprenderla, interpretarla y establecer
el nivel de riesgo y las necesidades de prevención, para evitar la aparición del
consumo de sustancias como un problema que perjudica la salud y el bienestar de
los sujetos y colectivos.

Se espera que durante esta primera semana, usted haya logrado comprender
las características flexibles y dinámicas de los procesos evaluativos, además de
incorporar su importancia en la configuración de la prevención y los mecanismos de
evaluación estandarizados. Por último, se invita a reflexionar sobre las formas en
que puede articular los conocimientos adquiridos con los anteriormente examinados
y con aquellos que esta por explorar la siguiente semana.

¡Le esperamos en la semana 4!

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Referencias
Material Bibliográfico

1. Real Academia de la Lengua Española. (2018). Diccionario de la Lengua


Española. Septiembre 5, 2019, de Real Academia de la Lengua Española
Sitio web: https://dle.rae.es/
2. Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno del Niño. (2012).
Aproximación para el cálculo del riesgo. Septiembre 5, 2019, de Gobierno
Nacional del Ecuador. Sitio web:
http://www.ciifen.org/index.php?option=com_content&view=category&layout
=blog&id=84&Itemid=336&lang=
3. World Health Organization. (1994). Glosario de términos de alcohol y drogas.
Septiembre 5, 2019, de World Health Organization Sitio web:
https://www.who.int/substance_abuse/terminology/lexicon_alcohol_drugs_s
panish.pdf
4. Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de
Drogas y Alcohol. (2019). Glosario de términos. Septiembre 4, 2019, de
Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de
Drogas y Alcohol Sitio web: http://www.senda.gob.cl/prevencion/informacion-
sobre-drogas/glosario-de-terminos/

Imágenes y apoyos visuales

1. Imagen 1: Riesgo-amenaza-vulnerabilidad
Alcaldía de Medellín. (2019). ¿Qué hace que una amenaza se transforme en riesgo?
[Ilustración]. Recuperado de
https://medellin.edu.co/images/ovas/medioambiente/pages/gestion_tema1_6.html

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