Sentencia Adelantar Juicios aeBOE-A-2022-19080

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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO

Núm. 277 Viernes 18 de noviembre de 2022 Sec. TC. Pág. 157674

SECCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
19080 Sala Primera. Sentencia 125/2022, de 10 de octubre de 2022. Recurso de
amparo 8133-2021. Promovido por don José Luis Malvar Guzmán respecto
de las resoluciones dictadas por un juzgado de lo social de Sevilla.
Vulneración del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas: demora de
más de tres años en la celebración del acto de conciliación previa y juicio en
procedimiento ordinario de reclamación de cantidad por incumplimiento de la
formalización de contrato postdoctoral (STC 129/2016).

ECLI:ES:TC:2022:125

La Sala Primera del Tribunal Constitucional, compuesta por el magistrado don Pedro
José González-Trevijano Sánchez, presidente; los magistrados don Santiago Martínez-
Vares García y don Ricardo Enríquez Sancho, y las magistradas doña María Luisa
Balaguer Callejón y doña Inmaculada Montalbán Huertas, ha pronunciado

EN NOMBRE DEL REY

la siguiente

SENTENCIA

En el recurso de amparo núm. 8133-2021, promovido por don José Luis Malvar
Guzmán, representado por el procurador don Evaristo Zabala Falcó y asistido por el
letrado don Daniel Sánchez Bernal, contra el decreto dictado el 13 de julio de 2021 por el
Juzgado de lo Social núm. 11 de Sevilla, procedimiento ordinario 780-2021, por el que se
admitía a trámite la demanda formulada por el señor Malvar Guzmán y se señalaban los
actos de conciliación previa y juicio para el día 7 de noviembre de 2024; contra el decreto
dictado el 19 de octubre de 2021 en la misma causa, por el que se desestimaba el
recurso de reposición formulado contra el decreto de admisión y señalamiento; y contra
el auto dictado el 23 de noviembre de 2021, por el que se desestimó el recurso de
revisión interpuesto contra el decreto de 19 de octubre. Ha comparecido en el
procedimiento la Universidad de Sevilla, representada por doña María Isabel Bonachera
Ledro, letrada del gabinete jurídico de dicha universidad. Ha intervenido el Ministerio
Fiscal. Ha sido ponente la magistrada doña Inmaculada Montalbán Huertas.

I. Antecedentes

1. Mediante escrito presentado en el registro de este tribunal el 21 de diciembre


de 2021, la representación procesal de don José Luis Malvar Guzmán interpuso
demanda de amparo contra las resoluciones que se citan en el encabezamiento.

2. Los hechos relevantes para resolver el recurso de amparo interpuesto, son los
siguientes:
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a) El 24 de junio de 2021 la representación procesal de don José Luis Malvar


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Guzmán presentó demanda contra la Universidad de Sevilla, en reclamación de una


indemnización de daños y perjuicios por el incumplimiento de la formalización de
contrato postdoctoral, demanda que fue turnada por reparto al Juzgado de lo Social núm.
11 de Sevilla.
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b) El 13 de julio de 2021 el Juzgado de lo Social núm. 11 de Sevilla dictó decreto


por el que admitía a trámite la demanda, señalaba el acto de conciliación previo al juicio
el día 7 de noviembre de 2024, a las diez y diez horas, y, para el caso de que no se
lograse avenencia, el acto del juicio para ese mismo día a las diez y cuarenta horas.
c) Contra el decreto de 13 de julio se interpuso, por la representación procesal de
don José Luis Malvar Guzmán, recurso de reposición en que se alegaba la vulneración
del art. 82 de la Ley reguladora de la jurisdicción social (LJS), el art. 182 de la Ley de
enjuiciamiento civil (LEC), el art. 24, apartados 1 y 2 CE y el art. 6.1 del Convenio
europeo de derechos humanos (CEDH); y ello porque el intervalo temporal entre la
interposición de la demanda y la fecha marcada en el señalamiento para los actos de
conciliación y juicio (tres años y casi cinco meses) era tan extraordinariamente dilatado
que no solo constituía un incumplimiento de los plazos establecidos en la legislación
procesal ordinaria, sino que integraba, por sí mismo, una violación del derecho
fundamental a un proceso sin dilaciones indebidas y, por ende, a la tutela judicial
efectiva. Se aducía, asimismo, falta de motivación en la resolución impugnada en
relación con el excesivo intervalo temporal del señalamiento.
d) Mediante decreto dictado el 19 de octubre de 2021, el juzgado de lo social
desestimó el recurso de reposición argumentando que «el señalamiento se ha realizado
conforme a los criterios generales dados por S. S.ª y teniendo en cuenta la sobrecarga
de trabajo que pesan (sic) sobre los juzgados de lo social, que han visto
considerablemente incrementados (sic) su volumen de trabajo como resulta notorio y es
fácilmente constatable con los datos de entrada de asuntos; situación que ha llevado a
las dilaciones existentes en los señalamientos; sin duda perjudicial para el justiciable y
no imputable al juzgado». La desestimación se hacía «sin perjuicio de tomar nota para el
caso de que se produzca desistimiento o conciliación de juicios señalados con
anterioridad y se pueda adelantar la fecha de señalamiento».
e) Contra el decreto de 19 de octubre de 2021 se interpuso, por la representación
procesal del señor Malvar Guzmán, recurso de revisión en que se reiteraban las razones
esgrimidas en el recurso de reposición y se invocaba, con cita de la STC 142/2010,
de 21 de diciembre, la doctrina del Tribunal Constitucional conforme a la cual las
deficiencias estructurales u organizativas de los órganos judiciales, o el elevado número
de asuntos de que hayan de conocer, si bien pudieran excluir de responsabilidad a las
personas intervinientes en el procedimiento, de ningún modo alteran el carácter
injustificado del retraso, ni limitan tampoco el derecho fundamental de los ciudadanos a
reaccionar ante tal retraso.
f) Por auto de 23 de noviembre de 2021 el Juzgado de lo Social núm. 11 de Sevilla
desestimó el recurso de revisión; argumentaba que la motivación de la resolución
recurrida era suficiente y no generaba indefensión alguna puesto que el recurrente era
perfectamente conocedor del estado en que se encontraban los juzgados de Sevilla,
reflejado en las estadísticas judiciales que incorporaba al propio escrito de recurso, de
las que podía deducirse sin mucho esfuerzo que esta era la razón del retraso en el
señalamiento. En cualquier caso, la resolución reforzaba la motivación del decreto
indicando que el juzgado solo tenía sala de vistas a su disposición dos días a la semana
–ampliables excepcionalmente a un tercer día bajo petición– días durante los cuales se
celebraban entre quince y diecisiete vistas, excediéndose con creces las horas de
audiencia pública. Se argumentaba finalmente que debía también respetarse el derecho
a la defensa de las partes en juicio y a que las resoluciones tengan una motivación
suficiente, lo que «implica que la celebración de juicios y el dictado de resoluciones
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requiera cierto tiempo, lo que extraña (sic) que el exceso de trabajo impida señalar los
juicios respetando los plazos procesales».
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3. En la demanda de amparo, el recurrente alega que se han vulnerado sus


derechos fundamentales a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE) y a un proceso sin
dilaciones indebidas (art. 24.2 CE). Admitiendo la sobrecarga de trabajo que soportan los
juzgados de lo social de Sevilla y la carencia de medios personales y materiales para
hacer frente a la misma, el recurrente invoca la doctrina del Tribunal Constitucional y del
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Tribunal Europeo de Derechos Humanos para afirmar que la potestad de señalamiento


no autoriza cualquier fecha remota, máxime cuando se trata de asuntos que no revisten
complejidad –como es el presente litigio–, pues ello lesionaría el derecho fundamental a
un proceso sin dilaciones indebidas y, en definitiva, el derecho a la tutela judicial efectiva.
La justificación dada por el órgano judicial –inexistente en el primer decreto y más
elaborada en las sucesivas resoluciones resolutivas de recursos– para un retraso de tal
calibre en el señalamiento no basta para eliminar la lesión del derecho fundamental;
dado que el carácter estructural de las dilaciones no puede privar a los ciudadanos de su
derecho al respeto del plazo razonable (STEDH de 7 de julio de 1989, asunto Unión
Alimentaria Sanders c. España). Tampoco es bastante, a efectos de neutralizar la
vulneración del derecho fundamental, la solución ofrecida por el órgano judicial –
consistente en «tomar nota» de la queja a efectos de anticipar el señalamiento de quedar
huecos libres en la agenda– solución que no cumple con las exigencias mínimas del
principio de seguridad jurídica.
Incluye en la demanda extracto de la estadística judicial publicada por el Consejo
General del Poder Judicial relativa a la actividad de los juzgados de lo social en general,
y la actividad de los juzgados de lo social de Sevilla en particular, a fin de poner de
manifiesto que el retraso en el señalamiento de autos, superior a tres años, excede con
creces del tiempo medio de resolución de asuntos de los juzgados de lo social en
general, y de los de Andalucía en particular, lo que carece de justificación si se atiende al
hecho de que el Juzgado de lo Social núm. 11 tiene una carga de trabajo asimilable a la
de los restantes juzgados de lo social de Sevilla.
En el suplico de la demanda el recurrente solicita que se reconozca que el
señalamiento de los actos de conciliación y juicio para el día 7 de noviembre de 2024
lesiona sus derechos fundamentales a un proceso sin dilaciones indebidas y a la tutela
judicial efectiva, y, en consecuencia, que se declare la nulidad del decreto de 13 de julio
de 2021 y de las dos resoluciones que desestimaron los recursos de reposición y
revisión formulados contra el mismo, y que por el Juzgado de lo Social núm. 11 de
Sevilla se proceda a un nuevo señalamiento que resulte respetuoso con los derechos
fundamentales lesionados.

4. Los días 19 de enero, 3 de febrero y 8 de febrero de 2022 la representación


procesal de don José Luis Malvar Guzmán presentó ante este tribunal sendos escritos
ampliatorios de la demanda de amparo, dirigidos a incorporar a los autos documentación
adicional –notificaciones de otros juzgados de lo social de Sevilla, notas de prensa,
publicaciones en redes sociales, queja presentada ante el Consejo General del Poder
Judicial y resolución dada a la misma– encaminada a justificar la especial trascendencia
constitucional del recurso formulado; en particular, que la vulneración denunciada no
constituye un caso aislado sino una práctica recurrente en los juzgados de lo social y de
primera instancia de Sevilla, de suerte que la doctrina del Tribunal Constitucional relativa
al derecho a un proceso sin dilaciones indebidas viene siendo incumplida de modo
general y reiterado por la jurisdicción ordinaria. Se daba cuenta, asimismo, de que se
había comunicado al Juzgado de lo Social núm. 11 de Sevilla la interposición de recurso
de amparo ante este Tribunal Constitucional, habiéndose limitado el juzgado a tomar
conocimiento de esta circunstancia mediante diligencia de ordenación de 19 de enero
de 2022.

5. El día 17 de marzo de 2022 la representación procesal de don José Luis Malvar
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Guzmán presentó nuevo escrito a fin de incorporar al procedimiento la diligencia de


ordenación dictada por el Juzgado de lo Social núm. 11 de Sevilla el 15 de febrero
de 2022 por la que se acordaba adelantar los actos de conciliación previa y juicio al 19
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de abril de 2023; el recurso de reposición formulado por la representación procesal del


señor Malvar Guzmán contra dicha resolución, fundado en los mismos motivos aducidos
en sus anteriores recursos; y el decreto dictado por el juzgado de lo social el 11 de marzo
de 2022, por el que se desestimaba el referido recurso de reposición «por los mismos
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motivos y argumentos que en el decreto de 18 de octubre de 2021 (sic) se habían


señalado, y que por ello no se volverán a reproducir nuevamente».

6. El 9 de mayo de 2022 la Sección Segunda de la Sala Primera del Tribunal


Constitucional dictó providencia en la que acordó admitir a trámite el recurso de amparo,
apreciando que concurría en el mismo causa de especial trascendencia constitucional; y
ello porque la doctrina de este tribunal sobre el derecho fundamental que se alega podría
estar siendo incumplida, de modo general y reiterado, por la jurisdicción ordinaria o
pudieran existir resoluciones contradictorias sobre el derecho fundamental
[STC 155/2009, FJ 2 e)]. En la misma providencia se acordó requerir al Juzgado de lo
Social núm. 11 de Sevilla la remisión del testimonio de las actuaciones y el
emplazamiento de quienes hubieran sido parte en el procedimiento para que pudiesen
comparecer en el plazo de diez días en el proceso de amparo, excepto la parte
demandante.

7. Mediante escrito presentado ante este tribunal el 30 de mayo de 2022, doña


María Isabel Bonachera Ledro, letrada del gabinete jurídico de la Universidad de Sevilla,
compareció en el procedimiento en nombre y representación de la citada institución.

8. Por diligencia de ordenación de 7 de junio de 2022 la Sala Primera del Tribunal


tuvo por personada a la Universidad de Sevilla, y concedió al recurrente en amparo, a la
parte personada y al Ministerio Fiscal (de conformidad con el art. 52 de la Ley Orgánica
del Tribunal Constitucional) el plazo común de veinte días para formular alegaciones.

9. La representación procesal de don José Luis Malvar presentó escrito de


alegaciones el 25 de junio de 2022, reiterando en esencia el contenido de la demanda
inicial y de los escritos ampliatorios posteriores.

10. Mediante escrito de 13 de julio de 2022 el fiscal ante el Tribunal Constitucional


interesó el otorgamiento del amparo por vulneración del derecho fundamental a un
proceso sin dilaciones indebidas (art. 24.2 CE).
Tras realizar una síntesis de los hechos que han dado lugar al proceso
constitucional, y analizar con resultado favorable el cumplimiento de los requisitos
formales para la admisibilidad del amparo, el fiscal centra el objeto del recurso en el
examen de dos eventuales vulneraciones alegadas en la demanda de amparo: (i)
vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva del recurrente (art. 24.1 CE) en la
faceta de derecho a obtener una resolución fundada en Derecho, que derivaría, en su
caso, de la insuficiente justificación dada por el Juzgado de lo Social núm. 11 de Sevilla
al hecho de que el señalamiento para conciliación y juicio se fijara inicialmente para más
de tres años y cuatro meses después de la fecha de presentación de la demanda; y (ii)
vulneración del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas del recurrente (art. 24.2
CE) por el hecho en sí de que el juzgado de lo social fijase una fecha tan lejana en el
tiempo para la celebración de los actos de conciliación y juicio. Ahora bien, y pese a que
ambas vulneraciones se aleguen de forma separada, el fiscal considera que la primera
de ellas, vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE) se concibe en
la demanda más como consecuencia o como argumento de refuerzo de la vulneración
del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas (art. 24.2 CE), que constituye el
núcleo real de la pretensión y la argumentación jurídica de la demanda de amparo.
Antes de entrar en el examen de estas vulneraciones, el fiscal se pronuncia
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expresamente en relación con la eventual pérdida sobrevenida de objeto que pudiera


derivar del adelanto de la fecha señalada para la celebración de los actos de conciliación
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previa y juicio al día 19 de abril de 2023, llevado a cabo por el juzgado de lo social a
través de diligencia de ordenación de 15 de febrero de 2022. Concluye que no cabe
apreciar dicha pérdida de objeto, habida cuenta de que la nueva fecha señalada para los
actos de conciliación y juicio sigue estando suficientemente distante en el tiempo como
para impedir que se produzca tal efecto, y, con cita de la STC 141/2010, de 10 de abril,
que el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas se vería en buena medida
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desprovisto del contenido que le es propio, y no sería fácilmente reconocible al quedar la


existencia misma de la dilación indebida al albur de la actitud del órgano jurisdiccional
ante el hecho exclusivo de la interposición del recurso de amparo que, por su parte,
podría correr el peligro de desnaturalizarse si se utilizara más como medio conminatorio
sobre el órgano judicial que como medio reparador de las lesiones que padezcan los
derechos fundamentales que la Constitución reconoce y garantiza.
Entrando ya en el fondo de la demanda, y tras realizar una exposición de la doctrina
elaborada por este Tribunal Constitucional y por el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos en relación con el derecho a la tutela judicial efectiva en su faceta de derecho
a una resolución fundada (art. 24.1 CE) y en relación con el derecho a un proceso sin
dilaciones indebidas (art. 24.2 CE), el fiscal concluye:

a) Que debe apreciarse en este caso la existencia de una vulneración del derecho
a un proceso sin dilaciones indebidas dado que: (i) el asunto planteado ante el juzgado
de lo social no presenta una especial complejidad, tratándose de una simple petición de
indemnización por incumplimiento de la formalización de contrato postdoctoral; (ii) tanto
el plazo fijado inicialmente para la celebración de los actos de conciliación y juicio (tres
años y casi cinco meses desde la presentación de la demanda) como el fijado
posteriormente por diligencia de ordenación (casi dos años desde la presentación de la
demanda) entrarían dentro de los márgenes que han llevado a este mismo tribunal a
apreciar la existencia de dilaciones indebidas en otros casos resueltos anteriormente, en
que la cuestión suscitada ante la jurisdicción ordinaria planteaba una complejidad
análoga, y se encuentran por encima de los tiempos medios de duración de los procesos
en los juzgados de lo social, de acuerdo con la estadística del Consejo General del
Poder Judicial; (iii) el interés que arriesga el recurrente, puramente económico, no es
especialmente relevante pero esto no excluye por sí solo la posibilidad de apreciar
dilaciones indebidas, de acuerdo con la doctrina de este tribunal y del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos; (iv) la conducta del demandante de amparo no merece reproche
alguno, habiendo activado todos los mecanismos que tenía a su disposición para tratar
de reducir el tiempo del litigio; (v) el hecho de que la demora denunciada se deba a
razones estructurales, no imputables directamente al órgano judicial, no impide apreciar
la vulneración del derecho del recurrente a un proceso sin dilaciones indebidas, pues
esta situación no altera su naturaleza injustificada, según reiterada jurisprudencia de este
tribunal y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
b) Que no cabe apreciar vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva en su
faceta de derecho a una resolución motivada (art. 24.1 CE) dado que, si bien es cierto
que la primera de las resoluciones dictadas –decreto de 13 de julio de 2021– no contiene
ninguna justificación relativa al plazo del señalamiento, esta falta de motivación es
corregida de manera suficiente y adecuada en las resoluciones posteriores,
especialmente en el auto que resuelve el recurso de revisión.
Termina el informe interesando que el otorgamiento del amparo se limite a la
declaración de la violación del derecho fundamental, porque cualquier medida
relacionada con la anticipación del señalamiento para la vista puede agravar la situación
de terceros recurrentes. Por otra parte, y siendo estructurales las causas que han
provocado las dilaciones indebidas, solicita que se dé traslado de la sentencia dictada al
Consejo General del Poder Judicial y al Ministerio de Justicia a los efectos que procedan.

11. Por providencia de 6 de octubre de 2022 se señaló para deliberación y votación


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de la presente sentencia el día 10 del mismo mes y año.


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II. Fundamentos jurídicos

1. Objeto del recurso y posiciones de las partes.

El presente recurso de amparo se dirige contra: (i) el decreto dictado el 13 de julio


de 2021 por el Juzgado de lo Social núm. 11 de Sevilla, procedimiento
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ordinario 780-2021, por el que se admitió a trámite la demanda formulada por don José
Luis Malvar Guzmán contra la Universidad de Sevilla, y se señaló el acto de conciliación
previa y el juicio para el día 7 de noviembre de 2024; (ii) el decreto dictado el 19 de
octubre de 2021, por el que se desestimó el recurso de reposición formulado contra el
decreto de admisión y señalamiento de 13 de julio; y (iii) el auto dictado el 23 de
noviembre de 2021, por el que se desestimó el recurso de revisión interpuesto contra el
decreto de 19 de octubre.
Considera el recurrente en amparo que fijar el señalamiento para los actos de
conciliación previa y juicio para tres años y casi cinco meses después de la presentación
de la demanda ante la jurisdicción laboral constituye una dilación indebida que vulnera el
derecho fundamental consagrado en el art. 24.2 CE, y, por ende, el derecho a la tutela
judicial efectiva del art. 24.1 CE. Argumenta que la complejidad del litigio bajo ningún
concepto justifica semejante tardanza en la celebración de los actos de conciliación y
juicio, y que las razones de sobrecarga de trabajo y falta de medios personales y
materiales aducidas por el juzgado de lo social para justificar el retraso no son
suficientes dado que, según la doctrina constitucional, coincidente con la doctrina del
Tribunal Europeo de Derecho Humanos, el carácter estructural de las dilaciones no
puede privar a los ciudadanos de su derecho al respeto del plazo razonable. Añade que
el plazo fijado en este caso excede, además, con creces del plazo medio de resolución
de asuntos en los juzgados de lo social de España en general y de Andalucía en
particular, y que la solución ofrecida por el juzgado, consistente en «tomar nota» a fin de
tratar de reubicar los actos de conciliación y juicio en caso de que quedaran huecos
libres en la agenda del juzgado no genera la menor confianza ni resulta respetuosa con
el principio de seguridad jurídica. En definitiva, considera que estamos ante un retraso
extraordinario en la tramitación y resolución del proceso que no encuentra justificación
razonable y, consecuentemente, ante una dilación indebida prohibida por el art. 24.2 CE,
que se traduce en una quiebra del derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE) dado
que, como se indica expresivamente en la demanda, una justicia tardía, no es justicia.
El Ministerio Fiscal examina de forma separada las dos vulneraciones alegadas por
el recurrente para concluir que no existe vulneración del derecho a la tutela judicial
efectiva en la faceta de obtener una resolución motivada (art. 24.1 CE), dado que las
deficiencias en la motivación del decreto de 13 de julio de 2021 fueron suficientemente
corregidas a través de la motivación de las resoluciones que resolvieron los recursos de
reposición y revisión interpuestos contra aquel; pero sí cabe apreciar la vulneración del
derecho a un proceso sin dilaciones indebidas (art. 24.2 CE) por cuanto: (i) el plazo de
tres años y casi cinco meses fijado para los actos de conciliación y juicio resulta
extraordinariamente dilatado, tanto aplicando los márgenes temporales que han servido
de base a este mismo tribunal para apreciar la vulneración del derecho en casos
anteriores como tomando en consideración los tiempos medios de resolución de asuntos
de los juzgados de lo social en general, y de los de Andalucía en particular; (ii) ese plazo
extraordinariamente dilatado no encuentra justificación en la complejidad del asunto
sometido al conocimiento del juzgado de lo social; y (iii) la razón ofrecida por el juzgado
para justificar tan notorio retraso en la tramitación del asunto –sobrecarga de trabajo y
falta de medios personales y materiales para abordarla en un plazo razonable– no puede
ser admitida como justificación suficiente para conculcar el derecho fundamental a
obtener una resolución en un plazo razonable, de acuerdo con la doctrina de este
tribunal y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Solicita, en consecuencia, la
estimación parcial del recurso y que se declare que ha sido vulnerado el derecho del
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recurrente a un proceso sin dilaciones indebidas (art. 24.2 CE), sin exigir que se realice
un nuevo señalamiento a fin de evitar eventuales perjuicios a terceros demandantes en
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otros asuntos que se sigan ante el mismo juzgado.


Definidas las posiciones de las partes, conviene precisar desde este momento que
pese a que el recurrente en amparo alegue formalmente dos vulneraciones de derechos
fundamentales en la demanda –esto es, del derecho a la tutela judicial efectiva del
art. 24.1 CE y del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas del art. 24.2 CE– lo
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cierto es que toda la argumentación de la demanda está orientada a justificar la


vulneración del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas. Esta constituye el núcleo
de la queja del recurrente en amparo, en tanto que la vulneración del derecho a la tutela
judicial efectiva (art. 24.1 CE) no encuentra un tratamiento verdaderamente autónomo y
diferenciado en la demanda, sino que se invoca como inferencia o consecuencia
genérica de la vulneración del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas.
En efecto, la demanda no construye una verdadera argumentación en torno a una
eventual quiebra del derecho a obtener una tutela judicial efectiva vinculada a la
ausencia, en las resoluciones recurridas, de una motivación que cumpla con el canon
externo de constitucionalidad exigible por el art. 24.1 CE; sino que, en todo momento, se
dirige a poner de relieve la insuficiencia material de las razones ofrecidas en tales
resoluciones para justificar el retraso en el señalamiento, de acuerdo con la doctrina
elaborada por el Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en
relación con el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas (art. 24.2 CE). En este
punto hemos de recordar –como en la STC 142/2010, de 21 de diciembre, FJ 2– que
nuestra Constitución ha reconocido el derecho fundamental a un proceso sin dilaciones
indebidas con carácter autónomo respecto del derecho a la tutela judicial efectiva, sin
que ello suponga desconocer las innegables conexiones que existen entre ambos
derechos; pues el derecho a la jurisdicción contemplado en el art. 24.1 CE no puede
entenderse desligado del tiempo en que la tutela judicial de los derechos subjetivos e
intereses legítimos debe prestarse.
Por tales razones, debe reconducirse la queja formal relativa al derecho a la tutela
judicial efectiva (art. 24.1 CE) al análisis de la vulneración del derecho a un proceso sin
dilaciones indebidas (art. 24.2 CE).

2. Eventual pérdida sobrevenida de objeto del recurso de amparo.

Antes de entrar a examinar la cuestión de fondo del presente recurso, tal como ha
quedado delimitada, conviene hacer una precisión acerca de los eventuales efectos que
sobre el mismo ha de tener el adelanto en la fecha del señalamiento para los actos de
conciliación y juicio al día 19 de abril de 2023, llevado a cabo a través de diligencia de
ordenación dictada por el Juzgado de lo Social núm. 11 de Sevilla de 15 de febrero
de 2022.
Este tribunal ha tenido ocasión de pronunciarse, por primera vez, acerca de esta
cuestión en la STC 54/2014, de 10 de abril, FJ 3, en la que ya se afirmó, con cita de la
STC 141/2010, de 21 de diciembre, que el adelanto del señalamiento por el órgano
judicial no trae consigo el decaimiento del recurso de amparo por carencia sobrevenida
de objeto; pues la dilación indebida denunciada no puede considerarse reparada
mediante una actuación tardía o demorada del órgano judicial ya que, de lo contrario, «el
derecho a un proceso sin dilaciones indebidas se vería en buena medida desprovisto del
contenido que le es propio, y no sería fácilmente reconocible al quedar la existencia
misma de la dilación indebida al albur de la actitud del órgano jurisdiccional ante el hecho
exclusivo de la interposición del recurso de amparo que, por su parte, podría correr el
peligro de desnaturalizarse si se utilizara más como instrumento conminatorio sobre el
órgano judicial que como medio reparador de las lesiones que padezcan los derechos
fundamentales que la Constitución reconoce y garantiza». Doctrina que ha sido reiterada
en las SSTC 58/2014, de 5 de mayo; 99/2014, de 23 de junio, y 87/2015, de 11 de mayo.
Teniendo en cuenta que el recurrente en amparo utilizó sin éxito cuantos
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instrumentos procesales tenía a su disposición para tratar de anticipar el señalamiento,


que este anticipo no se produjo hasta unos días después de que el juzgado de lo social
tomase conocimiento de la interposición de la demanda de amparo, y que la nueva fecha
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fijada para los actos de conciliación y juicio continúa siendo notoriamente distante (casi
dos años) de la fecha de interposición de la demanda ante la jurisdicción social, resulta
de plena aplicación la doctrina constitucional mencionada.
En consecuencia, consideramos que el adelanto de la fecha señalada por el Juzgado
de lo Social núm. 11 de Sevilla para los actos de conciliación y juicio llevada a cabo a
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través de diligencia de ordenación de 15 de febrero de 2022 carece de virtualidad


suficiente para provocar el decaimiento del recurso de amparo por carencia sobrevenida
de objeto.

3. Doctrina constitucional sobre el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas.

Una vez aclarados los anteriores extremos, procede abordar el fondo de la queja
planteada, siguiendo para ello los criterios establecidos en las SSTC 57/2014, FJ 4,
y 129/2016, de 18 de julio, FJ 4.
Como recordamos en dichas resoluciones, para determinar si nos encontramos o no
ante una vulneración del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas (art. 24.2 CE),
hemos de acudir a las pautas que ofrece nuestra doctrina constitucional, habida cuenta
de que estamos en presencia de un concepto jurídico indeterminado («dilaciones
indebidas») que, por su imprecisión, exige examinar cada supuesto a la luz de aquellos
criterios que permitan verificar si ha existido efectiva dilación y, en su caso, si esta puede
considerarse justificada, por cuanto «no toda infracción de los plazos procesales o toda
excesiva duración temporal de las actuaciones judiciales supone una vulneración del
derecho fundamental que estamos comentando» (STC 153/2005, de 6 de junio, FJ 2),
sin que, por otra parte, el derecho fundamental referido pueda identificarse con un
derecho al riguroso cumplimiento de los plazos procesales, configurándose a partir de la
dimensión temporal de todo proceso y su razonabilidad (STC 142/2010, de 21 de
diciembre, FJ 3).
Partiendo de esta premisa hemos venido sosteniendo, en línea con la jurisprudencia
del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre el art. 6.1 del Convenio de Roma
(STEDH de 20 de diciembre de 2016, asunto Ruiz-Villar c. España), que el juicio sobre el
contenido concreto de las dilaciones, y sobre si son o no indebidas, debe ser el resultado
de la aplicación a las circunstancias específicas de cada caso de los criterios objetivos
que a lo largo de nuestra jurisprudencia se han ido precisando, y que son: (i) la
complejidad del litigio; (ii) los márgenes ordinarios de duración de los litigios del mismo
tipo; (iii) el interés que arriesga el demandante de amparo; (iv) su conducta procesal; y
(v) la conducta de las autoridades (En los mismos términos, las SSTC 38/2008, de 25 de
febrero, FJ 2; 93/2008, FJ 2; 94/2008, FJ 2; 142/2010, FJ 3; 103/2016, de 6 de junio,
FJ 4, y 129/2016, FJ 4, entre otras).
En relación, con el primero de los criterios, este tribunal ha considerado que carecen
de complejidad –a efectos de justificar unos plazos de resolución extraordinariamente
superiores a los legalmente marcados– la impugnación de una orden administrativa de
expulsión de territorio nacional (SSTC 76/2016, de 25 de abril; 77/2016, de 25 de abril;
89/2016 de 9 de mayo, y 103/2016, de 16 de junio, entre otras), la impugnación de una
denegación administrativa de asilo (STC 142/2010, de 21 de diciembre), la reversión de
una expropiación de vivienda (STC 20/1999, de 22 de febrero), la resolución de una
contrato de compraventa (STC 7/1995, de 10 de enero), la impugnación de una decisión
administrativa de cese en determinado cargo de un funcionario del cuerpo general
administrativo de la Administración del Estado (STC 129/2016, de 18 de julio), o una
demanda por despido (STC 125/1999, de 28 de junio).
De esta enumeración de casos, en los que el tribunal ha apreciado la existencia de
vulneración del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, se desprende claramente
que el hecho de que el interés que arriesga el demandante en el litigio no resulte
significativamente relevante no es óbice para apreciar la citada vulneración. Así sucede
Verificable en https://www.boe.es

también en la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ha apreciado la


existencia de vulneración del derecho a un plazo razonable (art. 6.1 CEDH) en un caso
en que lo debatido era el pago de los gastos de reparación de un muro medianero.
cve: BOE-A-2022-19080

En cuanto a los márgenes ordinarios de duración de los litigios, este tribunal ha


apreciado la existencia de dilaciones indebidas –vulneradoras del derecho fundamental
consagrado en el art. 24.2 CE– en supuestos en que entre la fecha de interposición de la
demanda ante la jurisdicción ordinaria y la fecha del señalamiento para vista habían
mediado los siguientes plazos: dos años y seis meses (STC 54/2014, de 10 de abril), dos
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 277 Viernes 18 de noviembre de 2022 Sec. TC. Pág. 157682

años y tres meses (STC 99/2014, de 23 de junio), un año y once meses (STC 129/2016,
de 18 de julio), un año y seis meses (STC 142/2010, de 21 de diciembre) y un año y tres
meses (STC 89/2016 de 9 de mayo).
En cuanto al último de los criterios indicados, actuación de las autoridades, este
tribunal se ha pronunciado de manera ya reiterada en el sentido de que el hecho de que
la demora denunciada se deba a motivos estructurales, no imputables directamente al
órgano judicial, no impide apreciar la vulneración del derecho del recurrente a un
proceso sin dilaciones indebidas, pues esta situación no altera su naturaleza
injustificada, en tanto que el ciudadano es ajeno a esas circunstancias.
Como afirmamos en la ya citada STC 54/2014, por referencia a la doctrina contenida
en la STC 142/2010, de 21 de diciembre, «por más que los retrasos experimentados en
el procedimiento hubiesen sido consecuencia de deficiencias estructurales u
organizativas de los órganos judiciales o del abrumador trabajo que sobre ellos pesa,
esta hipotética situación orgánica, si bien pudiera excluir de responsabilidad a las
personas intervinientes en el procedimiento, de ningún modo altera el carácter
injustificado del retraso. Y es que el elevado número de asuntos de que conozca el
órgano jurisdiccional ante el que se tramitaba el pleito no legitima el retraso en resolver,
ni todo ello limita el derecho fundamental de los ciudadanos para reaccionar frente a tal
retraso, puesto que no es posible restringir el alcance y contenido de ese derecho (dado
el lugar que la recta y eficaz administración de justicia ocupa en una sociedad
democrática) en función de circunstancias ajenas a los afectados por las dilaciones. Por
el contrario es exigible que jueces y tribunales cumplan su función jurisdiccional,
garantizando la libertad, la justicia y la seguridad, con la rapidez que permita la duración
normal de los procesos, lo que lleva implícita la necesidad de que el Estado provea la
dotación a los órganos judiciales de los medios personales y materiales precisos para el
correcto desarrollo de las funciones que el ordenamiento les encomienda».
En el ámbito europeo destaca, en el ámbito del Consejo de Europa, el Convenio
europeo de derechos humanos (CEDH), adoptado por el Consejo de Europa el 4 de
noviembre de 1950, que proclama en su art. 6.1 que «toda persona tiene derecho a que
su causa sea oída [...] dentro de un plazo razonable». En el marco del Derecho de la
Unión Europea, la Carta de los derechos fundamentales de la Unión Europea (CDFUE),
de 7 de diciembre de 2000, en su versión adaptada tras la entrada en vigor del Tratado
de Lisboa de 13 de diciembre de 2007, lo reconoce en su art. 47 en términos idénticos a
los del art. 6.1 CEDH. Son normas jurídicas que contienen un derecho y una obligación
cuyo objetivo es impedir que se haga realidad en el ámbito judicial la conocida frase que
«nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía».
Este es también el criterio seguido por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
En su sentencia asunto Unión Alimentaria Sanders c. España, de 7 de julio de 1989,
afirmó que el carácter estructural de las dilaciones no puede privar a los ciudadanos de
su derecho al respeto del plazo razonable (§§ 38 y 42); y en su sentencia asunto
Lenaerts c. Bélgica (§ 18), de 11 de marzo de 2004, razonó que el art. 6.1 del CEDH
obliga a los Estados contratantes a organizar su sistema judicial de tal forma que sus
tribunales puedan cumplir cada una de sus exigencias, en particular la del «derecho a
obtener una decisión definitiva dentro de un plazo razonable» (FJ 6).

4. Aplicación de la doctrina constitucional al caso concreto.

Atendiendo a los referidos criterios, podemos afirmar que en el caso sometido a


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examen se ha producido una dilación indebida proscrita por el art. 24.2 CE, pues:

(i) El asunto planteado, como se dice en la demanda, no revestía una especial


cve: BOE-A-2022-19080

complejidad, al tratarse de una simple reclamación de cantidad derivada del eventual


incumplimiento de unos compromisos laborales previos. Teniendo en cuenta la materia,
no parece razonable que su señalamiento y resolución se difieran en el tiempo en unos
plazos tan extraordinariamente dilatados: tres años y cinco meses en el primero de los
señalamientos, y casi dos años en el señalamiento «anticipado».
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 277 Viernes 18 de noviembre de 2022 Sec. TC. Pág. 157683

(ii) Tanto el primero de los señalamientos como el segundo de ellos, (señalamiento


«anticipado»), se encuentran dentro de los rangos temporales que han servido de base a
este tribunal para declarar la existencia de una dilación indebida en casos anteriores,
siendo, además, ambos plazos claramente superiores a los tiempos medios de
resolución de asuntos equivalentes por los juzgados de lo social de toda España, tiempo
medio que se situaba en el año 2021, en que fue interpuesta la demanda, en catorce
meses y medio de acuerdo con la estadística publicada por el Consejo General del
Poder Judicial relativa a la actividad de los órganos judiciales. Por consiguiente, cabe
apreciar que el presente caso se inscribe también en lo que nuestra doctrina ha
calificado como demora constitutiva de una dilación indebida.
(iii) El interés que arriesga el recurrente en el pleito es el de obtener una resolución
judicial que determine si le corresponde percibir una indemnización por la negativa de la
Universidad de Sevilla a formalizar el contrato postdoctoral que había aceptado suscribir
con el hoy recurrente de amparo –hasta entonces vinculado a la universidad por un
contrato predoctoral– una vez presentada oficialmente su tesis doctoral. Se trata, en
definitiva, de una reclamación de cantidad que puede tener un impacto muy significativo
en la vida del recurrente en amparo, teniendo en cuenta que la negativa de formalización
del contrato postdoctoral implica, de entrada, que el recurrente se quede en situación de
desempleo y sin la que hasta entonces venía siendo su fuente de ingresos (contrato
predoctoral de formación).
(iv) Ha de excluirse que la conducta del demandante merezca reproche alguno,
dado que, además de no haber propiciado el retraso en cuestión, ha denunciado ante el
órgano judicial la concurrencia de las supuestas dilaciones, utilizando cuantos remedios
legales se hallaban a su disposición para denunciar el retraso y solicitar que se
corrigiera, tanto frente a la resolución que acordó el primer señalamiento, como frente a
la resolución que acordó el segundo señalamiento «anticipado».
(v) El único motivo aducido por el órgano judicial para justificar esa dilación consiste
en la sobrecarga de trabajo permanente o estructural a la que ha de hacer frente y la
carencia de los medios personales y materiales necesarios para sacarla adelante en
unos plazos razonables. Como ya se ha indicado extensamente, no cabe aceptar esta
razón como causa suficiente para neutralizar la lesión al derecho a un proceso sin
dilaciones indebidas; pues esta situación no altera su naturaleza injustificada, según
reiterada jurisprudencia de este tribunal y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos,
en tanto que el ciudadano es ajeno a esas circunstancias.

Por todo lo anterior, cabe concluir que se ha vulnerado en este caso el derecho a un
proceso sin dilaciones indebidas del recurrente (art. 24.2 CE); y en consecuencia, se
declara la nulidad del decreto de 13 de julio de 2021 y de las dos resoluciones que
desestimaron los recursos de reposición y revisión formulados contra el mismo.
Conforme a lo solicitado por el recurrente, se acuerda que el Juzgado de lo Social núm.
11 de Sevilla proceda a efectuar un nuevo señalamiento que resulte respetuoso con el
derecho fundamental lesionado.

FALLO

En atención a todo lo expuesto, el Tribunal Constitucional, por la autoridad que le


confiere la Constitución de la Nación española, ha decidido estimar el recurso de amparo
interpuesto por don José Luis Malvar Guzmán, y, en su virtud, declarar que se ha
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vulnerado su derecho a un proceso sin dilaciones indebidas (art. 24.2 CE); en


consecuencia, se declara la nulidad del decreto de 13 de julio de 2021 y de las dos
cve: BOE-A-2022-19080

resoluciones que desestimaron los recursos de reposición y revisión formulados contra el


BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 277 Viernes 18 de noviembre de 2022 Sec. TC. Pág. 157684

mismo; y que por el Juzgado de lo Social núm. 11 de Sevilla se proceda a efectuar un


nuevo señalamiento que resulte respetuoso con el derecho fundamental lesionado.

Publíquese esta sentencia en el «Boletín Oficial del Estado».

Dada en Madrid, a diez de octubre de dos mil veintidós.–Pedro José González-


Trevijano Sánchez.–Santiago Martínez-Vares García.–Ricardo Enríquez Sancho.–María
Luisa Balaguer Callejón.–Inmaculada Montalbán Huertas.–Firmado y rubricado.

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https://www.boe.es BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO D. L.: M-1/1958 - ISSN: 0212-033X

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