Sentencia Adelantar Juicios aeBOE-A-2022-19080
Sentencia Adelantar Juicios aeBOE-A-2022-19080
Sentencia Adelantar Juicios aeBOE-A-2022-19080
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
19080 Sala Primera. Sentencia 125/2022, de 10 de octubre de 2022. Recurso de
amparo 8133-2021. Promovido por don José Luis Malvar Guzmán respecto
de las resoluciones dictadas por un juzgado de lo social de Sevilla.
Vulneración del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas: demora de
más de tres años en la celebración del acto de conciliación previa y juicio en
procedimiento ordinario de reclamación de cantidad por incumplimiento de la
formalización de contrato postdoctoral (STC 129/2016).
ECLI:ES:TC:2022:125
La Sala Primera del Tribunal Constitucional, compuesta por el magistrado don Pedro
José González-Trevijano Sánchez, presidente; los magistrados don Santiago Martínez-
Vares García y don Ricardo Enríquez Sancho, y las magistradas doña María Luisa
Balaguer Callejón y doña Inmaculada Montalbán Huertas, ha pronunciado
la siguiente
SENTENCIA
En el recurso de amparo núm. 8133-2021, promovido por don José Luis Malvar
Guzmán, representado por el procurador don Evaristo Zabala Falcó y asistido por el
letrado don Daniel Sánchez Bernal, contra el decreto dictado el 13 de julio de 2021 por el
Juzgado de lo Social núm. 11 de Sevilla, procedimiento ordinario 780-2021, por el que se
admitía a trámite la demanda formulada por el señor Malvar Guzmán y se señalaban los
actos de conciliación previa y juicio para el día 7 de noviembre de 2024; contra el decreto
dictado el 19 de octubre de 2021 en la misma causa, por el que se desestimaba el
recurso de reposición formulado contra el decreto de admisión y señalamiento; y contra
el auto dictado el 23 de noviembre de 2021, por el que se desestimó el recurso de
revisión interpuesto contra el decreto de 19 de octubre. Ha comparecido en el
procedimiento la Universidad de Sevilla, representada por doña María Isabel Bonachera
Ledro, letrada del gabinete jurídico de dicha universidad. Ha intervenido el Ministerio
Fiscal. Ha sido ponente la magistrada doña Inmaculada Montalbán Huertas.
I. Antecedentes
2. Los hechos relevantes para resolver el recurso de amparo interpuesto, son los
siguientes:
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requiera cierto tiempo, lo que extraña (sic) que el exceso de trabajo impida señalar los
juicios respetando los plazos procesales».
cve: BOE-A-2022-19080
5. El día 17 de marzo de 2022 la representación procesal de don José Luis Malvar
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previa y juicio al día 19 de abril de 2023, llevado a cabo por el juzgado de lo social a
través de diligencia de ordenación de 15 de febrero de 2022. Concluye que no cabe
apreciar dicha pérdida de objeto, habida cuenta de que la nueva fecha señalada para los
actos de conciliación y juicio sigue estando suficientemente distante en el tiempo como
para impedir que se produzca tal efecto, y, con cita de la STC 141/2010, de 10 de abril,
que el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas se vería en buena medida
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 277 Viernes 18 de noviembre de 2022 Sec. TC. Pág. 157678
a) Que debe apreciarse en este caso la existencia de una vulneración del derecho
a un proceso sin dilaciones indebidas dado que: (i) el asunto planteado ante el juzgado
de lo social no presenta una especial complejidad, tratándose de una simple petición de
indemnización por incumplimiento de la formalización de contrato postdoctoral; (ii) tanto
el plazo fijado inicialmente para la celebración de los actos de conciliación y juicio (tres
años y casi cinco meses desde la presentación de la demanda) como el fijado
posteriormente por diligencia de ordenación (casi dos años desde la presentación de la
demanda) entrarían dentro de los márgenes que han llevado a este mismo tribunal a
apreciar la existencia de dilaciones indebidas en otros casos resueltos anteriormente, en
que la cuestión suscitada ante la jurisdicción ordinaria planteaba una complejidad
análoga, y se encuentran por encima de los tiempos medios de duración de los procesos
en los juzgados de lo social, de acuerdo con la estadística del Consejo General del
Poder Judicial; (iii) el interés que arriesga el recurrente, puramente económico, no es
especialmente relevante pero esto no excluye por sí solo la posibilidad de apreciar
dilaciones indebidas, de acuerdo con la doctrina de este tribunal y del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos; (iv) la conducta del demandante de amparo no merece reproche
alguno, habiendo activado todos los mecanismos que tenía a su disposición para tratar
de reducir el tiempo del litigio; (v) el hecho de que la demora denunciada se deba a
razones estructurales, no imputables directamente al órgano judicial, no impide apreciar
la vulneración del derecho del recurrente a un proceso sin dilaciones indebidas, pues
esta situación no altera su naturaleza injustificada, según reiterada jurisprudencia de este
tribunal y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
b) Que no cabe apreciar vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva en su
faceta de derecho a una resolución motivada (art. 24.1 CE) dado que, si bien es cierto
que la primera de las resoluciones dictadas –decreto de 13 de julio de 2021– no contiene
ninguna justificación relativa al plazo del señalamiento, esta falta de motivación es
corregida de manera suficiente y adecuada en las resoluciones posteriores,
especialmente en el auto que resuelve el recurso de revisión.
Termina el informe interesando que el otorgamiento del amparo se limite a la
declaración de la violación del derecho fundamental, porque cualquier medida
relacionada con la anticipación del señalamiento para la vista puede agravar la situación
de terceros recurrentes. Por otra parte, y siendo estructurales las causas que han
provocado las dilaciones indebidas, solicita que se dé traslado de la sentencia dictada al
Consejo General del Poder Judicial y al Ministerio de Justicia a los efectos que procedan.
II. Fundamentos jurídicos
ordinario 780-2021, por el que se admitió a trámite la demanda formulada por don José
Luis Malvar Guzmán contra la Universidad de Sevilla, y se señaló el acto de conciliación
previa y el juicio para el día 7 de noviembre de 2024; (ii) el decreto dictado el 19 de
octubre de 2021, por el que se desestimó el recurso de reposición formulado contra el
decreto de admisión y señalamiento de 13 de julio; y (iii) el auto dictado el 23 de
noviembre de 2021, por el que se desestimó el recurso de revisión interpuesto contra el
decreto de 19 de octubre.
Considera el recurrente en amparo que fijar el señalamiento para los actos de
conciliación previa y juicio para tres años y casi cinco meses después de la presentación
de la demanda ante la jurisdicción laboral constituye una dilación indebida que vulnera el
derecho fundamental consagrado en el art. 24.2 CE, y, por ende, el derecho a la tutela
judicial efectiva del art. 24.1 CE. Argumenta que la complejidad del litigio bajo ningún
concepto justifica semejante tardanza en la celebración de los actos de conciliación y
juicio, y que las razones de sobrecarga de trabajo y falta de medios personales y
materiales aducidas por el juzgado de lo social para justificar el retraso no son
suficientes dado que, según la doctrina constitucional, coincidente con la doctrina del
Tribunal Europeo de Derecho Humanos, el carácter estructural de las dilaciones no
puede privar a los ciudadanos de su derecho al respeto del plazo razonable. Añade que
el plazo fijado en este caso excede, además, con creces del plazo medio de resolución
de asuntos en los juzgados de lo social de España en general y de Andalucía en
particular, y que la solución ofrecida por el juzgado, consistente en «tomar nota» a fin de
tratar de reubicar los actos de conciliación y juicio en caso de que quedaran huecos
libres en la agenda del juzgado no genera la menor confianza ni resulta respetuosa con
el principio de seguridad jurídica. En definitiva, considera que estamos ante un retraso
extraordinario en la tramitación y resolución del proceso que no encuentra justificación
razonable y, consecuentemente, ante una dilación indebida prohibida por el art. 24.2 CE,
que se traduce en una quiebra del derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE) dado
que, como se indica expresivamente en la demanda, una justicia tardía, no es justicia.
El Ministerio Fiscal examina de forma separada las dos vulneraciones alegadas por
el recurrente para concluir que no existe vulneración del derecho a la tutela judicial
efectiva en la faceta de obtener una resolución motivada (art. 24.1 CE), dado que las
deficiencias en la motivación del decreto de 13 de julio de 2021 fueron suficientemente
corregidas a través de la motivación de las resoluciones que resolvieron los recursos de
reposición y revisión interpuestos contra aquel; pero sí cabe apreciar la vulneración del
derecho a un proceso sin dilaciones indebidas (art. 24.2 CE) por cuanto: (i) el plazo de
tres años y casi cinco meses fijado para los actos de conciliación y juicio resulta
extraordinariamente dilatado, tanto aplicando los márgenes temporales que han servido
de base a este mismo tribunal para apreciar la vulneración del derecho en casos
anteriores como tomando en consideración los tiempos medios de resolución de asuntos
de los juzgados de lo social en general, y de los de Andalucía en particular; (ii) ese plazo
extraordinariamente dilatado no encuentra justificación en la complejidad del asunto
sometido al conocimiento del juzgado de lo social; y (iii) la razón ofrecida por el juzgado
para justificar tan notorio retraso en la tramitación del asunto –sobrecarga de trabajo y
falta de medios personales y materiales para abordarla en un plazo razonable– no puede
ser admitida como justificación suficiente para conculcar el derecho fundamental a
obtener una resolución en un plazo razonable, de acuerdo con la doctrina de este
tribunal y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Solicita, en consecuencia, la
estimación parcial del recurso y que se declare que ha sido vulnerado el derecho del
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recurrente a un proceso sin dilaciones indebidas (art. 24.2 CE), sin exigir que se realice
un nuevo señalamiento a fin de evitar eventuales perjuicios a terceros demandantes en
cve: BOE-A-2022-19080
Antes de entrar a examinar la cuestión de fondo del presente recurso, tal como ha
quedado delimitada, conviene hacer una precisión acerca de los eventuales efectos que
sobre el mismo ha de tener el adelanto en la fecha del señalamiento para los actos de
conciliación y juicio al día 19 de abril de 2023, llevado a cabo a través de diligencia de
ordenación dictada por el Juzgado de lo Social núm. 11 de Sevilla de 15 de febrero
de 2022.
Este tribunal ha tenido ocasión de pronunciarse, por primera vez, acerca de esta
cuestión en la STC 54/2014, de 10 de abril, FJ 3, en la que ya se afirmó, con cita de la
STC 141/2010, de 21 de diciembre, que el adelanto del señalamiento por el órgano
judicial no trae consigo el decaimiento del recurso de amparo por carencia sobrevenida
de objeto; pues la dilación indebida denunciada no puede considerarse reparada
mediante una actuación tardía o demorada del órgano judicial ya que, de lo contrario, «el
derecho a un proceso sin dilaciones indebidas se vería en buena medida desprovisto del
contenido que le es propio, y no sería fácilmente reconocible al quedar la existencia
misma de la dilación indebida al albur de la actitud del órgano jurisdiccional ante el hecho
exclusivo de la interposición del recurso de amparo que, por su parte, podría correr el
peligro de desnaturalizarse si se utilizara más como instrumento conminatorio sobre el
órgano judicial que como medio reparador de las lesiones que padezcan los derechos
fundamentales que la Constitución reconoce y garantiza». Doctrina que ha sido reiterada
en las SSTC 58/2014, de 5 de mayo; 99/2014, de 23 de junio, y 87/2015, de 11 de mayo.
Teniendo en cuenta que el recurrente en amparo utilizó sin éxito cuantos
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fijada para los actos de conciliación y juicio continúa siendo notoriamente distante (casi
dos años) de la fecha de interposición de la demanda ante la jurisdicción social, resulta
de plena aplicación la doctrina constitucional mencionada.
En consecuencia, consideramos que el adelanto de la fecha señalada por el Juzgado
de lo Social núm. 11 de Sevilla para los actos de conciliación y juicio llevada a cabo a
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Una vez aclarados los anteriores extremos, procede abordar el fondo de la queja
planteada, siguiendo para ello los criterios establecidos en las SSTC 57/2014, FJ 4,
y 129/2016, de 18 de julio, FJ 4.
Como recordamos en dichas resoluciones, para determinar si nos encontramos o no
ante una vulneración del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas (art. 24.2 CE),
hemos de acudir a las pautas que ofrece nuestra doctrina constitucional, habida cuenta
de que estamos en presencia de un concepto jurídico indeterminado («dilaciones
indebidas») que, por su imprecisión, exige examinar cada supuesto a la luz de aquellos
criterios que permitan verificar si ha existido efectiva dilación y, en su caso, si esta puede
considerarse justificada, por cuanto «no toda infracción de los plazos procesales o toda
excesiva duración temporal de las actuaciones judiciales supone una vulneración del
derecho fundamental que estamos comentando» (STC 153/2005, de 6 de junio, FJ 2),
sin que, por otra parte, el derecho fundamental referido pueda identificarse con un
derecho al riguroso cumplimiento de los plazos procesales, configurándose a partir de la
dimensión temporal de todo proceso y su razonabilidad (STC 142/2010, de 21 de
diciembre, FJ 3).
Partiendo de esta premisa hemos venido sosteniendo, en línea con la jurisprudencia
del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre el art. 6.1 del Convenio de Roma
(STEDH de 20 de diciembre de 2016, asunto Ruiz-Villar c. España), que el juicio sobre el
contenido concreto de las dilaciones, y sobre si son o no indebidas, debe ser el resultado
de la aplicación a las circunstancias específicas de cada caso de los criterios objetivos
que a lo largo de nuestra jurisprudencia se han ido precisando, y que son: (i) la
complejidad del litigio; (ii) los márgenes ordinarios de duración de los litigios del mismo
tipo; (iii) el interés que arriesga el demandante de amparo; (iv) su conducta procesal; y
(v) la conducta de las autoridades (En los mismos términos, las SSTC 38/2008, de 25 de
febrero, FJ 2; 93/2008, FJ 2; 94/2008, FJ 2; 142/2010, FJ 3; 103/2016, de 6 de junio,
FJ 4, y 129/2016, FJ 4, entre otras).
En relación, con el primero de los criterios, este tribunal ha considerado que carecen
de complejidad –a efectos de justificar unos plazos de resolución extraordinariamente
superiores a los legalmente marcados– la impugnación de una orden administrativa de
expulsión de territorio nacional (SSTC 76/2016, de 25 de abril; 77/2016, de 25 de abril;
89/2016 de 9 de mayo, y 103/2016, de 16 de junio, entre otras), la impugnación de una
denegación administrativa de asilo (STC 142/2010, de 21 de diciembre), la reversión de
una expropiación de vivienda (STC 20/1999, de 22 de febrero), la resolución de una
contrato de compraventa (STC 7/1995, de 10 de enero), la impugnación de una decisión
administrativa de cese en determinado cargo de un funcionario del cuerpo general
administrativo de la Administración del Estado (STC 129/2016, de 18 de julio), o una
demanda por despido (STC 125/1999, de 28 de junio).
De esta enumeración de casos, en los que el tribunal ha apreciado la existencia de
vulneración del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, se desprende claramente
que el hecho de que el interés que arriesga el demandante en el litigio no resulte
significativamente relevante no es óbice para apreciar la citada vulneración. Así sucede
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años y tres meses (STC 99/2014, de 23 de junio), un año y once meses (STC 129/2016,
de 18 de julio), un año y seis meses (STC 142/2010, de 21 de diciembre) y un año y tres
meses (STC 89/2016 de 9 de mayo).
En cuanto al último de los criterios indicados, actuación de las autoridades, este
tribunal se ha pronunciado de manera ya reiterada en el sentido de que el hecho de que
la demora denunciada se deba a motivos estructurales, no imputables directamente al
órgano judicial, no impide apreciar la vulneración del derecho del recurrente a un
proceso sin dilaciones indebidas, pues esta situación no altera su naturaleza
injustificada, en tanto que el ciudadano es ajeno a esas circunstancias.
Como afirmamos en la ya citada STC 54/2014, por referencia a la doctrina contenida
en la STC 142/2010, de 21 de diciembre, «por más que los retrasos experimentados en
el procedimiento hubiesen sido consecuencia de deficiencias estructurales u
organizativas de los órganos judiciales o del abrumador trabajo que sobre ellos pesa,
esta hipotética situación orgánica, si bien pudiera excluir de responsabilidad a las
personas intervinientes en el procedimiento, de ningún modo altera el carácter
injustificado del retraso. Y es que el elevado número de asuntos de que conozca el
órgano jurisdiccional ante el que se tramitaba el pleito no legitima el retraso en resolver,
ni todo ello limita el derecho fundamental de los ciudadanos para reaccionar frente a tal
retraso, puesto que no es posible restringir el alcance y contenido de ese derecho (dado
el lugar que la recta y eficaz administración de justicia ocupa en una sociedad
democrática) en función de circunstancias ajenas a los afectados por las dilaciones. Por
el contrario es exigible que jueces y tribunales cumplan su función jurisdiccional,
garantizando la libertad, la justicia y la seguridad, con la rapidez que permita la duración
normal de los procesos, lo que lleva implícita la necesidad de que el Estado provea la
dotación a los órganos judiciales de los medios personales y materiales precisos para el
correcto desarrollo de las funciones que el ordenamiento les encomienda».
En el ámbito europeo destaca, en el ámbito del Consejo de Europa, el Convenio
europeo de derechos humanos (CEDH), adoptado por el Consejo de Europa el 4 de
noviembre de 1950, que proclama en su art. 6.1 que «toda persona tiene derecho a que
su causa sea oída [...] dentro de un plazo razonable». En el marco del Derecho de la
Unión Europea, la Carta de los derechos fundamentales de la Unión Europea (CDFUE),
de 7 de diciembre de 2000, en su versión adaptada tras la entrada en vigor del Tratado
de Lisboa de 13 de diciembre de 2007, lo reconoce en su art. 47 en términos idénticos a
los del art. 6.1 CEDH. Son normas jurídicas que contienen un derecho y una obligación
cuyo objetivo es impedir que se haga realidad en el ámbito judicial la conocida frase que
«nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía».
Este es también el criterio seguido por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
En su sentencia asunto Unión Alimentaria Sanders c. España, de 7 de julio de 1989,
afirmó que el carácter estructural de las dilaciones no puede privar a los ciudadanos de
su derecho al respeto del plazo razonable (§§ 38 y 42); y en su sentencia asunto
Lenaerts c. Bélgica (§ 18), de 11 de marzo de 2004, razonó que el art. 6.1 del CEDH
obliga a los Estados contratantes a organizar su sistema judicial de tal forma que sus
tribunales puedan cumplir cada una de sus exigencias, en particular la del «derecho a
obtener una decisión definitiva dentro de un plazo razonable» (FJ 6).
examen se ha producido una dilación indebida proscrita por el art. 24.2 CE, pues:
Por todo lo anterior, cabe concluir que se ha vulnerado en este caso el derecho a un
proceso sin dilaciones indebidas del recurrente (art. 24.2 CE); y en consecuencia, se
declara la nulidad del decreto de 13 de julio de 2021 y de las dos resoluciones que
desestimaron los recursos de reposición y revisión formulados contra el mismo.
Conforme a lo solicitado por el recurrente, se acuerda que el Juzgado de lo Social núm.
11 de Sevilla proceda a efectuar un nuevo señalamiento que resulte respetuoso con el
derecho fundamental lesionado.
FALLO
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