Tarea 6 Lenguaje

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Trastornos de fluidez verbal: la tartamudez infantil

La tartamudez es un desorden del habla difícil de definir, dado su carácter


multifacético y la complejidad de discernir cuáles son sus rasgos esenciales y
cuáles sus signos adicionales. Mientras unos la consideran un trastorno motor del
habla, otros perciben como núcleo del desorden la discapacidad del habla (Ward,
2006). Sea como fuere, el tartamudeo infantil constituye un desorden de fluidez
verbal típico del habla del niño. Este trastorno, que condiciona la funcionalidad de
la comunicación en su conjunto, es de naturaleza multifactorial, tenaz variabilidad,
pronóstico incierto y tiene o puede tener implicaciones en diferentes ámbitos del
desarrollo infantil (psicológico, fisiológico y social).

Se admite que entre los 2 y los 4 años el riesgo de los niños para tartamudear es
elevado, lo que disminuye gradualmente a partir de entonces, constatándose
pocos casos en los que los inicios se produzcan después de los 9 ó 10 años de
edad

Caracterización, tipos e hipótesis

La tartamudez es un trastorno del habla proveniente de una disfunción


neuromotora central, que altera temporalmente la exactitud motora bucofonatoria
en las etapas de planeamiento, producción y monitorización del habla, y que
podría reflejar una inestabilidad o pérdida de control de la función cerebral, más
que una pérdida de función de una región particular del cerebro (Manaut-Gil,
2005).

Según Yairi y Ambrose (2004), su presencia genera un habla caracterizada por


prolongaciones y repeticiones intermitentes en partes de la palabra, además de
bloqueos silenciosos e incluso movimientos de cabeza, manos, dedos y narinas.

El DSMIV lo ha definido como una alteración de la fluidez y de la organización


temporal normales del habla (inadecuadas para la edad del sujeto), caracterizada
por concurrencias frecuentes de uno o más de los siguientes fenómenos:
1. repeticiones de sonidos y sílabas; 2. prolongaciones de sonidos;
3. interjecciones;
4. palabras fragmentadas;

5. bloqueos audibles o silenciosos;


6. circunloquios para sustituir palabras problemáticas; 7. palabras producidas con
un exceso de tensión física, y 8. repeticiones de palabras monosilábicas

Tipos de tartamudeo

En función de los criterios utilizados, se han identificado diferentes tipos de


tartamudeo (Gallego, 2001; Gallego y Rodríguez, 2005): Criterio evolutivo En este
caso, se diferencia entre tartamudeo fisiológico, primario o de desarrollo, de
aparición temprana y de duración escasa; tartamudeo esporádico o transitorio, de
recuperación espontánea; y real tartamudeo, de signo crónico, que se observa
preferente mente en jóvenes y adultos.

- Criterio etiológico Según la etiología del trastorno, se diferencia entre tartamudes


de tipo psicológico, que se atribuye a causas emocionales, de tipo afectivo,
estados de ansiedad e inseguridad, etc.; tartamudeo de tipo neurológico, atribuido
a dificultades en el feedback auditivo, interferencias en el proceso natural de
codificación problemas de lateralidad, etc.; y tartamudeo de tipo lingüístico,
vinculado a desórdenes de signo lingüístico.

- Criterio sintomatológico Cuando la base clasificatoria son los síntomas del


trastorno, se distingue entre:

1. tartamudeo clónico, caracterizado por repeticiones fonema ticas y/o silábicas, y


ligeros espasmos repetitivos;

2. tartamudeo tónico, cuyos síntomas más típicos son los bloqueos iniciales y
fuertes espasmos; y

3. tartamudeo mixto, que muestra los síntomas de ambos.


-Criterio de severidad Si se tiene en cuenta el grado de severidad del trastorno, se
diferencia entre:

1. tartamudeo ligero, que frecuenta alguna tensión articulatoria, sin movimientos


asociados y cierta facilidad para superar los "bloqueos";

2. tartamudeo moderado, que evidencia una tensión perceptible, algunos


movimientos asociados y bloqueos perceptibles;

3. tartamudeo severo o grave, que testimonia una excesiva tensión, bloqueos muy
perceptibles y consistentes, así como excesivos movimientos asociados.

Las teorías psicolingüísticas plantean que la tartamudez comienza durante la


planeación del habla, y que las disfluencias son consecuencia de un déficit en el
enlace fonológico

La hipótesis psicológica

En ocasiones, los patrones de habla tartamuda responden a situaciones


emocionales excitantes, tensas o de anticipación (Bloodstein, 1997), en las que se
afecta la fluidez expresiva del hablante, aunque no su capacidad articulatoria. Los
estados emocionales (miedo, ansiedad...) pueden repercutir negativamente en el
habla del niño, aunque el tartamudeo no siempre pueda explicarse desde una
perspectiva psico genética. A este efecto, se admite que la disminución de la
sintomatología del trastorno es inversamente proporcional a la presión emocional
que experimenta el niño. Por ello, cuanto más complejos sean los enunciados y
más potencial afectivo encierren, mayor riesgo de tartamudeo se producirá.

La hipótesis orgánica

Algunos estudios han atribuido el tartamudeo a problemas de carácter orgánico,


admitiendo diversas causas en su origen:
✓ Disfunciones perceptivas. Las posibles interferencias que pue den producirse en
la percepción de los estímulos provenientes de distintas vías (ósea, aérea y
propioceptiva) son la base de una deficiente expresión verbal (Almonte et al.,
1986).

✓ Disfunciones neuromusculares. La ausencia de fluidez discursiva también


puede deberse a una desincronización de los impulsos correspondiente al control
neuromuscular (Byrd, Conture y Ohde, 2007).

✓ Disfunciones orgánico-cerebrales. Algunas publicaciones constatan cómo


determinados niños (p.e., síndrome Down) son más proclives a desarrollar un
patrón de habla tartamuda. En estos casos, la aparición del trastorno se achaca a
anomalías en el funcionamiento de los hemisferios cerebrales (Foundas et al...
2001). Ciertos estudios han sugerido que el tartamudeo emerge cuando se
produce una cierta desactivación del hemisferio izquierdo y una sobre activación
del hemisferio derecho en las tareas de habla.

✓ Disfunciones en el sistema respiratorio y fonoarticulador. La incoordinación


fonorrespiratoria es a veces la causa de la aparición de disfluencias en el habla del
niño (Melnick, Conture y Ohde, 2003).

Otros estudios han hallado en el inicio del trastorno componen tes


genéticoambientales predisponentes (Fleet y Heilman, 1985; McClean, 1990, San
gorrín, 2005), aunque se ignora su responsabilidad en la gravedad del mismo. Es
decir, el tartamudeo aparecerá siempre y cuando exista una carga genética y una
cierta influencia ambiental.

Evaluación de la tartamudez

La multiplicidad de síntomas (lingüísticos y no lingüísticos) que caracterizan esta


perturbación hace de su evaluación una tarea prolija. En ese sentido, la valoración
del trastorno va más allá de la simple identificación de disfluencias en el habla del
niño hasta estimar si efectivamente se trata de un patrón de habla tartamuda, por
qué y en qué grado, decisión nada sencilla y si bastante compleja a la edad infantil
A este efecto, el carácter de la evaluación ha de ser holista (analizar las
manifestaciones de forma global), naturalista (en su contexto natural) y realista
(analizar las evidencias y no las suposiciones).

Quién evalúa

Las dificultades inherentes al trastorno demandan una valoración pluri


dimensional, con la participación efectiva del logopeda, la familia del niño el
profesor-tutor y, si es posible, el propio niño

AGENTES DEL PROCESO EVALUADOR.

Agentes Datos a cargar


Profesional  Frecuencia del tartamudeo
 Intensidad de las disfluencias
 Número de palabras que tartamudea por minuto en
lectura, en lenguaje conversacional y en lenguaje dirigido
 Tipo de tartamudeo
Contexto del tartamudeo (situaciones, personas, temas
de conversación)
 Conductas no verbales percibidas
 Características específicas del tartamudeo (pausas,
repeticiones, bloqueos...)
 pronóstico
 Otros

Familia  Peculiaridades de la evolución del lenguaje

 Valoración de las disfluencias


 Origen del trastorno

 Posibles factores responsables de su inicio y


mantenimiento
 Relevancia que se otorga al trastorno

 Circunstancias que agravan el problema

 Evolución del trastorno

 Antecedentes familiares, si los hubiere

 Medidas correctivas empleadas, en su caso


 Tratamientos recibidos y efectos

 Otros

Profesor/tutor  Repercusiones del trastorno en los aprendizajes


Repercusiones del trastorno en el ambiente del aula
Situaciones proclives en el aula a generar episodios de
tartamudez  Medidas compensadoras utilizadas
Efectividad de dichas medidas
Otros
Qué se evalúa

Cómo se evalúa

Es evidente que los errores en la fluidez verbal de un hablante están asociados


fundamentalmente a los niveles prosódico (pausas, entonación...), gramatical
(bloqueos al iniciar la emisión de las palabras...fonético (repeticiones de silabas,
sonidos...) y léxico-semántico (errores en la organización de las oraciones...) del
lenguaje, pero se ha de recordar que las manifestaciones disfémicos superan el
ámbito lingüístico y abarcan también otros aspectos no lingüísticos. De ahí que las
estrategias e instrumentos de evaluación que se proponen estén pensadas para
dar la oportunidad al evaluador de registrar el mayor número posible de
información.

Técnicas y estrategias para la obtención de datos


La técnica principal para obtener información sobre el trastorno es la observación,
la cual ha de ser

a) sistemática, integrada en el propio proceso de intervención;

b) cualitativa, permitiendo una valoración de los juicios establecidos durante el


proceso evaluador;

c) diferenciada. atendiendo a las caracteristicas y necesidades específicas de


cada hablante;

d) e integral, esto es, preocupada por los aspectos verbales y no verbales de las
manifestaciones.

La observación, además, debe ser completa, para lo cual el evaluador puede


servirse de tres estrategias básicas:

a) el lenguaje espontáneo o conversacional, b) el lenguaje dirigido y


c) la lectura.

¿Qué le pasa a Gonzalo?

Evaluar el estado del desarrollo social y familiar de Gonzalo


Principalmente con las figuras de autoridad como papa o mama, dado que el
crecimiento del tartamudeo es obvio.
Cuando se encuentra relajado o en lecturas no existe estos episodios nos esta
arrojando que existe un problema emocional

Evitar los entornos de ansiedad, angustia o fragilidad afectiva.

Observar de cerca las relaciones familiares inadecuadas (castigos, actitudes


amenazantes o de desprecio hacia el lenguaje del niño).
Evitar presión excesiva sobre el habla del niño.

Técnicas a realizar

Reforzamiento positivo. Consiste en administrar un refuerzo positivo después de


lograr la conducta deseada (habla fluida) para incrementar, fortalecer y consolidar
las expresiones verbales fluidas.

• Tiempo Se trata de interrumpir la emisión hablada del niño mediante un tiempo


de inactividad verbal que contribuya a aminorar la tensión muscular y eludir la
fobia que le produce la presencia del estímulo que provoca el tartamudeo.

• Extinción. Identificado el reforzador que impulsa e intensifica el tartamudeo, se


trata de retirar dicho reforzador (extinción) para debilitar la conducta (tartamudeo).

Técnicas de sensibilización

Entrenamiento asertivo. Se utiliza para vencer las respuestas de ansiedad que le


provocan al niño sus relaciones con determinadas personas. La técnica suele
emplearse reproduciendo una situación real de la vida del niño en la que el
reeducador trata de moldear la conducta del hablante.

Técnicas de desensibilización

• Desensibilización sistemática. Cuando el tartamudeo es consecuencia de unas


vivencias desequilibradoras (ansiedad, estrés...). el empleo de la desensibilización
sistemática parece aconsejable. En estos casos es necesario que el hablante esté
entrenado en relajación, lo que le permitirá provocar algún cambio en el
funcionamiento del sistema nervioso autónomo para inhibir los estados de
ansiedad.

• Relajación. La relajación se percibe como un estado eficaz para facilitar la


recuperación del tono muscular del niño y aliviar su tartamudeo. Para lo cual se ha
de practicar una respiración pro funda y tranquila.

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