MARIA JOSE BOUZAS ARANGO Ya Tiene Pension RAI
MARIA JOSE BOUZAS ARANGO Ya Tiene Pension RAI
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A LOS HECHOS
PRIMERO: es cierto.
SEGUNDO: es cierto.
TERCERO: es cierto.
NOVENO: no es un hecho, son juicios de valor que profiere el apoderado y que entrañan
una pretensión.
DÉCIMO: es cierto.
A LAS PRETENSIONES
En ese orden, es claro que debe probarse la nulidad de la afiliación y los vicios del
consentimiento que mediaron para ello, situación que no aflora en el caso de autos.
Por otro lado, ha de tenerse en cuenta que la ley 100 de 1993, estableció dos regímenes
de administración a los que pueden estar sometidos los recursos originados en los
aportes que están obligados a pagar trabajadores y empleadores, para efectos de cubrir
los riegos de invalidez, vejez y muerte. Estos son: el régimen solidario de prima media
con prestación definida y el régimen de ahorro con solidaridad. La finalidad de estos
regímenes es igual: el cubrimiento de los riesgos enunciados. Sin embargo, aunque
coexisten son excluyentes pues las características de uno y otro son disímiles. Quiere
decir ello, que la afiliación para el cubrimiento de los riesgos de IVM solo puede estar
dado para uno de ellos y no en ambos en forma simultánea.
Así las cosas, las declaraciones y condenas que presuponen el pago de una pensión de
vejez en el RPM, carecen de fundamento fáctico y legal, en tanto que la demandante no
solo tiene vinculación al RAI sino que ya se encuentra pensionada en dicho
régimen, y si en gracia de discusión se admitiera la supuesta nulidad de afiliación, es
claro que perdió el régimen de transición por no acreditar los requisitos legales para ello.
De manera que, por encontrar vinculación al fondo privado, debe someterse a las
disposiciones que lo regulan, no siendo competente esta entidad para pagar la prestación
que se alega.
EXCEPCIONES DE MÉRITO
PETICIÓN
Le solicito muy comedidamente señor Juez, declare probadas las excepciones formuladas
y deniegue cada una de las pretensiones contenidas en la demanda, procediendo a
condenar en costas a la parte demandante y a favor de mi representada.
Tercera.- Naturaleza de los fondos de pensiones en la ley 100 de 1993. La ley 100 de 1993,
estableció dos regímenes de administración a los que pueden estar sometidos los recursos
originados en los aportes que están obligados a pagar trabajadores y empleadores, para
efectos de cubrir los riegos de invalidez, vejez y muerte. Estos son: el régimen solidario de
prima media con prestación definida y el régimen de ahorro con solidaridad. La finalidad de
estos regímenes es igual: el cubrimiento de los riesgos enunciados. Sin embargo, las
características de uno y otro son disímiles.
En el régimen de prima media con prestación definida, según la definición que de él hace la
propia ley 100 de 1993, es aquel “mediante el cual los afiliados o sus beneficiarios obtienen
una pensión de vejez, de invalidez o de sobrevivientes, o una indemnización, previamente
definidas” (artículo 31 de la ley 100 de 1993). En éste, los aportes de los trabajadores y
empleadores, constituyen un fondo común, del cual se extraen los recursos necesarios para
cubrir la pensión, si el afiliado cumple los requisitos para acceder a ella.
Por su parte, el régimen de ahorro individual con solidaridad, se basa “en el ahorro
proveniente de las cotizaciones y sus respectivos rendimientos financieros...” (Artículo 59 de
la ley 100 de 1993), en donde la cuantía de la pensión dependerá “de los aportes de los
afiliados y empleadores, sus rendimientos financieros, y de los subsidios del Estado, cuando
a ellos hubiere lugar” (artículo 60, literal a) de la ley 100 de 1993). A diferencia del sistema
de prima media con prestación definida, en el que los aportes de cada afiliado ingresan a un
fondo común, en el régimen de ahorro individual con solidaridad, éstos se destinan a una
cuenta individual de ahorro para cada afiliado. Como puede observarse, la diferencia en
este punto es básica para efectos de contestar los cargos de la demanda, pues la
administración de los recursos en uno y otro régimen responden a conceptos diferentes.
Así, el conjunto de cuentas individuales de ahorro, según el literal d) del artículo 60 de la ley
100 de 1993, constituyen un patrimonio autónomo de propiedad de los afiliados,
administrado por las entidades que se autoricen para tal efecto. A diferencia del régimen de
solidaridad de prima media con prestación definida, donde se constituye un fondo común de
naturaleza pública, administrado por el Instituto de Seguros Sociales, y las cajas, fondos o
entidades de seguridad social existentes al momento de entrar en vigencia la ley 100 de
1993 (diciembre 23 de 1993).
Administración que, en uno y otro caso, se encuentra bajo el control del Estado, tal como lo
ordena el artículo 48 de la Constitución, a través de la Superintendencia Bancaria
De la pensión de vejez.
Por el contrario, si no se logra acreditar los requisitos que para cada caso, disponga la
norma, es lógico que no se podrá acceder a la prestación.
Por otro lado, debe tenerse en cuenta además, que el legislador precisó que el régimen
de transición va dirigido a tres categorías de trabajadores, a saber:
Mujeres con treinta y cinco (35) o más años de edad, a 1° de abril de 1994.
Por otro lado, todos los usuarios del SGP, incluidos los sujetos del régimen de transición,
bien por edad o por tiempo de servicios, pueden elegir libremente entre el régimen de
prima media o el régimen de ahorro individual, conservando la posibilidad de trasladarse
entre uno y otro, en los términos del literal e) del artículo 13 de la Ley 100/93, tal como fue
modificado por el artículo 2° de la Ley 797 de 2003, es decir, cada cinco años contados a
partir de la selección inicial y siempre que no les falte menos de 10 años para cumplir la
edad para tener derecho a la pensión de vejez. Sin embargo, en el caso de los
beneficiarios del régimen de transición por tiempo de servicios (15 años o más de
cotizaciones), estos pueden cambiarse de régimen sin límite temporal, es decir, en
cualquier tiempo, por ser los únicos que no quedan excluidos de los beneficios del
régimen de transición, en los términos de las Sentencias C-789 de 2002 y C-1024 de
2004. Para tales efectos, la única condición será trasladar al régimen de prima media todo
el ahorro efectuado en el régimen de ahorro individual, el cual no podrá ser inferior al
monto total del aporte legal correspondiente en caso de que hubieren permanecido en
aquél régimen.
Con el propósito de aclarar y unificar la jurisprudencia Constitucional, la Sala Plena de la
Corte Constitucional concluye que únicamente los afiliados con quince (15) años o más
de servicios cotizados a 1° de abril de 1994, fecha en la cual entró en vigencia el SGP,
pueden trasladarse “en cualquier tiempo” del régimen de ahorro individual con solidaridad
al régimen de prima media con prestación definida, conservando los beneficios del
régimen de transición. Para tal efecto, deberán trasladar a él la totalidad del ahorro
depositado en la respectiva cuenta individual, el cual no podrá ser inferior al monto total
del aporte legal correspondiente en caso de que hubieren permanecido en el régimen de
prima media. De no ser posible tal equivalencia, conforme quedó definido en la Sentencia
C-062 de 2010, el afiliado tiene la opción de aportar el dinero que haga falta para cumplir
con dicha exigencia, lo cual debe hacer dentro de un plazo razonable.
De la afiliación.
En el primer evento no hay duda de que estas personas al tener cotizado más del 75% del tiempo
requerido para causar su pensión, bajo ninguna circunstancia pierden el régimen de transición.
Ahora, no sucede lo mismo con el segundo grupo, es decir, cuando el trabajador decide trasladarse de
nuevo al régimen de prima media, luego de haber escogido el régimen de ahorro individual, o cuando
escogió un fondo privado como primera opción de afiliación al sistema, toda vez que en este caso, tal
decisión tiene importantes repercusiones en las aspiraciones pensionales de dichos trabajadores, ya
que, como se dijo anteriormente, ello acarrea la pérdida del régimen de transición. Desde esa
perspectiva, el traslado deja de ser un asunto de simple connotación legal y adquiere una indudable
relevancia constitucional, por comprometer derechos fundamentales como la seguridad social y el
mínimo vital.
Bajo esa orientación, en la Sentencia C-789 de 2002, se declaró la exequibilidad condicionada de los
incisos 4° y 5° de la Ley 100/93, en cuanto se entienda que su contenido no aplica para las personas
que tenían 15 años o más de servicios cotizados para la fecha en que entró en vigencia en SGP. Es
decir, que únicamente esta categoría de trabajadores no pierde el régimen de transición por el hecho
de trasladarse al régimen de ahorro individual, pudiendo hacerlo efectivo una vez retornen al régimen
de prima media con prestación definida. Para tal efecto, se fijaron dos importantes condiciones, a
saber: (i) que al regresar nuevamente a al régimen de prima media se traslade a él todo el ahorro
efectuado en el régimen de ahorro individual y (ii) que dicho ahorro no sea inferior al monto total del
aporte legal correspondiente en caso de que hubieren permanecido en el régimen de prima media.
En cuanto a la oportunidad para realizar el traslado del régimen de ahorro individual con solidaridad al
régimen de prima media con prestación definida, a partir de la Sentencia C-1024 de 2004, se entendió
que la prohibición contenida en el literal e) del artículo 13 de la Ley 100/93, modificado por el artículo 2°
de la Ley 797 de 2003, en el sentido que no podrán trasladarse entre regímenes quienes les falte diez
(10) años o menos para cumplir la edad para tener derecho a la pensión de vejez, no aplica para los
sujetos del régimen de transición por tiempo de servicios cotizados, quienes podrán hacerlo “en
cualquier tiempo”, conforme a los términos señalados en la Sentencia C-789 de 2002. La referencia
hecha a este último fallo, por parte de la Sentencia C-1024 de 2004, no significa cosa distinta a que
solo quienes cumplen con el requisito de tiempo de servicios cotizados (15 años o más) pueden
retornar sin límite temporal alguno al régimen de prima media, pues son los únicos afiliados que no
pierden el derecho al régimen de transición por efecto del traslado.
No sucede lo mismo, en cambio, con quienes son beneficiarios del régimen de transición por edad,
pues como quiera que el traslado genera en esta categoría de afiliados la pérdida automática del
régimen de transición, en el evento de querer retornar nuevamente al régimen de prima media, por
considerar que les resulta más favorable a sus expectativas de pensión, no podrán hacerlo si les
faltaren diez (10) años o menos para cumplir la edad para tener derecho a la pensión de vejez, dada la
exequibilidad condicionada del artículo 13 de la Ley 100/93, modificado por el artículo 2° de la Ley 797
de 2003, declarada en la Sentencia C-1024 de 2004.
Así las cosas, más allá de la tesis jurisprudencial adoptada en algunas decisiones de tutela, que
consideran la posibilidad de traslado “en cualquier tiempo”, del régimen de ahorro individual al régimen
de prima media, con beneficio del régimen de transición para todos los beneficiarios de régimen, por
edad y por tiempo de servicios, la Corte se aparta de dichos pronunciamientos y se reafirma en el
alcance fijado en las sentencias de constitucionalidad, en el sentido de que sólo pueden trasladarse del
régimen de ahorro individual al régimen de prima media, en cualquier tiempo, conservando los
beneficios del régimen de transición, los afiliados con 15 años o más de servicios cotizados a 1° de
abril de 1994.
Ello, por cuanto, se reitera, las normas que consagran el régimen de transición, así como la pérdida del
mismo, y la posibilidad de traslado entre regímenes pensionales con sus correspondientes
restricciones, fueron objeto de control constitucional por parte de esta corporación, a través de las
Sentencias C-789 de 2002 y C-1024 de 2004, analizadas con detalle en el acápite precedente, que
definieron su verdadero sentido y alcance, considerándolas acordes con la Constitución, y al tratarse
de decisiones con efectos de cosa juzgada, adquieren un carácter definitivo, incontrovertible e
inmutable, de tal manera que sobre ellas no cabe discusión alguna.
Negrillas intencionales.
Del criterio jurisprudencial expuesto, queda claro entonces que solo aquellos que cuenten
con 15 años de cotización al 1º de abril de 1994 podrán conservar el régimen de
transición.
PRUEBAS
Sírvase Señor Juez, tener como pruebas y reconocerle su valor en el momento procesal
oportuno, las siguientes:
INTERROGATORIO DE PARTE:
ANEXOS
NOTIFICACIONES