Cronica de Eredan

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 224

Acto 1 : Cada del Cielo Viaje

Desde hace varios das que los miembros de Kotoba transitaban por los caminos imperiales. Haban atravesado varios pueblos, y en cada uno de ellos, los residentes al ver la llegada de los ilustres hroes, les ofrecan alojamiento y realizaban fiestas suntuosas en su honor. Terminaban de pasar Okia, la ciudad ms lejana de la capital imperial, pero la mas cercana a la Tumba de los Ancestros. La ubicacin de la piedra cada del cielo se encontraba a tan solo dos das de marcha. A continuacin atravesaron las grandes puertas de Ji, construidas por los Ancestros para guiar a los muertos hacia el sitio donde sus almas descansaran eternamente. Rompindose as, el tratado existente entre el Imperio y los Draconianos. Pero poco importaba, los tiempos haban cambiado el resultado de la victoria obtenida por los extranjeros. O al menos eso crean.... Los caminos que cruzaban esas tierras no eran ms que senderos olvidados. Hasta que Amaya encontr huellas. -Ah! Miren! Exclamo ella. La joven sealo una humareda que se elevaba al cielo no muy lejos de donde se encontraban. Aku tmidamente se acerco al Seor Imperial. - Creo que se de quienes se trata. No tenemos nada que temerles.

Rpidamente los Kotoba se acercaron a ese lugar, sin esperar a los personajes enigmticos. Uno de ellos estaba vestido con un traje y maquillaje gracioso, mientras que el otro era un enorme monstruo tan musculoso como gordo. - Kyoshiro y Okooni! - Exclamo el joven Iro, a la vez que se dibujaban dos estrellas en sus ojos. Los dos personajes se acercaron hacia el grupo. -Que bueno que estn aqu. Casi estamos reunidos todos los Kotoba. Les dijo Gyakusha. Kyoshiro, el menor de los dos, se adelanto para saludar. - Mi seor. Hemos visto estrellarse la piedra meterica y supuse al instante que vendran desde lejos hasta este lugar. SenRyaku se dirigi rpidamente hacia el fuego y lo apago. - Esto no es para nada inteligente, por el contrario. Los dragones no estan muy lejos de aqu, nos descubrirn! Exclamo ella. En respuesta Kyoshiro la miro a los ojos asintiendo negativamente con la cabeza. - Ellos desde hace tiempo que saben de nuestra llegada. No los subestimes

Campamento

Fue un excelente da, los Enviados de NozDingard haban logrado establecer su campamento a los pies de la piedra cada del cielo. Tzahal, Eglantyne y Moira se haban marchado para explorar los alrededores y vigilar la posible llegada de sus enemigos: los Kotoba. Durante ese tiempo, el resto del clan charlaba tranquilamente, disfrutando de la relativa tranquilidad del lugar. El Profeta reposaba en un silln de viaje, mientras rascaba despacio a Kounuk quien emita un chillido de placer. A su vez, Anryna hablaba con su nieto sobre un tema que apasionaba al joven: su familia. - Anryna, usted es la madre del Profeta y por lo tanto mi abuela. Pero el Profeta nunca quiso decirme quin fue su padre. - Hijo mo, es natural que quieras saber sobre nuestro linaje. Pienso que hay secretos que tu padre debera haberte revelado hace tiempo y por eso te los contare. El joven empez a impacientarse. - Yo soy la hija del Dragn y de Zaina, la primer Sablemagico. Aerouant abri grande los ojos y la conexin se hizo evidente. l era nieto del gran Dragn! Sentado en su silln, el Profeta escuchaba a su madre, cuya apariencia fue siempre la de una mujer joven y bella. - Yo tuve dos hijos, el primero fue tu padre. Mientras que el segundo, y aun mas sorprendente, es tu to quien no se encuentra en su forma humana. - Kounok! Exclam Aerouant. El pequeo dragn miro al Cristalmancer quien lo observaba con gran inters. - En cuanto a ti, descendiente del Dragn, tu madre no es otra que la actual lder de los Sablemagicos, la venerable Naya. Sin embargo, desde hace aos que ella se distancio del Profeta. Debido a que slo obligaciones especiales permiten que se relacionen. - Madre, ya fue suficiente! Hay historias que no son como parecen, al menos no literalmente ...

Mientras tanto, Alishk se sumerga cada vez mas en sus pensamientos. Desde su llegada senta algo extrao en la piedra cada del cielo, y se mantuvo durante un tiempo examinando la inmensa gema con toda su percepcin mgica. Haba logrado rozar una suerte de campo de proteccin, el cual no dejaba nada sin resguardo. Nadie poda tocar la piedra. Esta emita una especie de luz amarilla suave, la cual iluminaba el desierto con una energa sin fin. - Entonces Alishk, Qu es lo que percibes con tu magia? El nio que acababa de hablar se esconda detrs de unas grandes gafas. - Extraamente no sent nada agresivo, pero sospecho solo es una fachada. Tu tambin deberas intentar percibir de que se trata, Pilkim. - S, tienes razn...

Tempestad

En el Bosque de los Murmullos el viento resoplaba a travs de las ramas de los rboles viejos. Moira Eglantyne y Tzahal haban recorrido alrededor del mismo y se disponan a regresar al campamento, cuando de pronto, la percepcin mgica de la ms joven de las hechiceras reacciono.

- Tenemos una visita. Alguien se esconde no muy lejos de aqu. Tzahal hizo seas a las hermanas para que descubrieran quien era. Rpidamente ejecutaron un rayo mgico, que cayo dentro de las sombras del bosque. El caballero del dragn esper unos momentos antes de arremeter contra los arbustos ... El Seor Imperial a su vez haba enviado a Tsuro, Amaya y Ryouken como exploradores para conocer ms acerca de los Enviados de Noz'Dingard y sus personalidades. Por lo tanto, los tres Kotoba se aventuraron cerca del campamento "enemigo". Una vez all observaron a las Sablemagicos y al Caballero partir del campamento con destino hacia el bosque. Esta era una buena oportunidad para reunir informacin acerca de estas desconocidas personas cuya fama haba llegado, incluso, a los odos del Emperador. Los dos Rastreadores no se comunicaban con palabras, sino por signos. Siendo por lo tanto, capaces de comunicarse en silencio y seguir a los Enviados. Estaba tan bien escondida, que nunca imagin la posibilidad de ser descubierta por los mismos que pensaba, eran muy inferiores a ella. Amaya, una novata en el arte del camuflaje, fue percibida por las mujeres Noz'Dingard ... Ellos son los amos de lo invisible. Los Combatientes de Zil hace tiempo que asechaban a los Enviados y Kotobas. Haban identificado a sus vctimas. Pero sin embargo, Tlendar no era un hombre que actuaba sin tener todas las cartas en mano. - Soriek, Ergue, Granderage, vayan al bosque y eliminen a todo aquel que encuentren. El joven mir a Marlok. - Si mal no recuerdo, t sabes manejar los elementos. - Asi es. Pero hace bastante tiempo que no uso mis poderes. - No me importa. Cumple con lo que te ordeno. El mago obedeci la orden que le dio su jefe. Se sent sobre una roca para obtener una mejor visin del entorno y empez a recitar unos conjuros mgicos. Rpidamente las nubes se amontonaron sobre el lugar donde impacto la piedra que cayo del cielo. Luego el viento comenz a azotar la llanura y el Bosque de los Murmullos. Marlok se esforz por continuar, pero por desgracia no tuvo xito en la creacin de la tormenta y esta escapo de su control, desatando una fuerza devastadora. Los rayos rasgaban el cielo y aparecan tornados por todas partes. El

mago Zil estaba avergonzado, mientras que Tlendar se regocijaba de gracia por la oportunidad que este fracaso le brindaba. - Ahora Combatientes de Zil, maten, maten a todos!

Enfrentamientos

Mientras que la tormenta resonaba aun ms fuerte, el Bosque de los Murmullos era testigo del comienzo de las hostilidades entre los distintos gremios que haban llegado al lugar donde yaca la piedra cada del cielo. Los Enviados observaban frente suyo a los Rastreadores de Xzia. Cada uno de ellos pona en manifiesto las fortalezas de la parte contraria. En ese momento, los Rastreadores llevaban la delantera sobre sus oponentes. El camuflaje no permita que las Sablemagicos y el caballero lograran alcanzarlos. Hasta que un evento inesperado interrumpi la batalla... Amaya bordeaba un rbol, al mismo tiempo que esquivaba la hoja de una espada recin desenvainada. Hallndose a pocos pasos de Moira quien con su espritu ejecutaba un hechizo: obligndola a tomar una decisin crucial. Entonces Amaya se abalanzo sobre su victima, al mismo tiempo que senta un alambre sobre su tobillo. En ese instante se percato de que era demasiado tarde y una red muy bien escondida debajo de las hojas secas se cerr sobre ella. El ruido alert a Moira.

- Perfecto, eh aqu un ratn atrapado en una trampa! - Eh me hechizaste, maldita bruja! gruo a su captor. - Pero no fui yo quien... La Sablemagico se detuvo bruscamente al or el sonido de unos pasos apresurados. Se dio vuelta y vio a su hermana correr en su direccin. - Muvete ahora! -grit a su hermana. Eglantyne haba cado encima suyo, con el sable en su mano. Tsuro, al mirar a su joven estudiante sabia que no poda dejarla en esa situacin. Aprovechando la confusin de la batalla, dio la vuelta y trepo al rbol de donde sujetaba la red. El anciano Rastreador recorri silenciosamente las ramas encontrndose cara a cara con una criatura verde que lo miraba con los ojos bien abiertos. - SSSSSSSS No me toques mosca fea o te har volar lejos! Tsuro salto a la vez que lanzaba una violenta patada la cual logro hacer caer a Granderage quien aterrizo sobre sus patas de reptil sin lastimarse. El Rastreador corto la soga mientras daba un giro hacia el suelo encontrndose nuevamente con Granderage. - No s quin sers, pero tendrs graves problemas. Granderage no respondi porque estaba planificando un golpe. Ella lo distraa el tiempo necesario para que Ergue pudiera darle un veloz y poderoso golpe. Confindose que un perro viejo no aprende trucos nuevos. Pero por suerte, Amaya se libero y salt sobre Granderage a la vez que Ergue entraba en accin, sin poder evitar que el mismo continuara con su plan. El cazador tir su extraa arma circular pero justo a tiempo el Rastreador pudo esquivarla. Eglantyne y Moira se levantaron. Despus de su cada se haban quedado escondidas en un matorral. De pronto unos ruidos estremecedores empezaron a sonar y una enorme criatura de piel azul apareci. Soriek se precipit sobre las dos hermanas. Eglantyne contraataco con un ataque rpido, pero la criatura detuvo todos los golpes de su oponente. Sin embargo, de la nada, apareci Aez blandiendo su sable para proteger a sus aliados y deshacerse de Soriek...

Ejecucin

Mientras los primeros enfrentamientos tenan lugar en la frontera entre la Tumba de los Antepasados, Draconia y los Siete Reinos, desde hace algn tiempo la Dama Jeanne haba sido enviada para cumplir una misin al Templo de Precades. Al igual que el convento, el albergue y el hospital, ese templo era constantemente frecuentado por viajeros o nativos de la zona a quienes se les brindaba atencin mdica, o simplemente, un lugar donde pasar la noche antes de continuar con su viaje. De hecho, las sacerdotisas de Precades eran conocidas por su inquebrantable fe en su divinidad: la diosa Mera. La joven haba crecido en este lugar, amada por sus hermanas, siguiendo su destino, el cual siempre fue ayudar a su prjimo. Haba encontrado su sitio en este mundo, el cual a veces era hostil... - Jeanne... La joven estaba orando en una pequea bveda en la cual le gustaba refugiarse de vez en cuando. La voz provena de una mujer. Era suave y clida, pero totalmente irreal. Su pulso se acelero al sentir que su presencia le resultaba familiar, aunque Mera nunca se haba aparecido en la vida de sus siervos. No se movi ni un centmetro por temor a que la presencia desapareciera. - Jeanne... Yo soy aquello por lo que tu vida siente gran inters... Esta revelacin estremeci el corazn de la joven, las lgrimas rodaron por sus mejillas enrojecidas por las emociones que estaba sintiendo. Se haba quedado sin palabras

- Jeanne... espera pacientemente a la prueba que se producir en el lugar donde cay la piedra. Y no te olvides de que siempre estar con ustedes. Dio las gracias al cielo por esta demostracin. Pero la Dama Jeanne no esperaba que ese momento terminara tan abruptamente... - Adis! La voz del Traquemage sonaba extraa, alterada a causa de la mascara que portaba. La pobre mujer paso de la intensa dicha que le provocaba la conexin con su diosa al temor que le provocaba el Traquemage, famoso por su reputacin de haber cometido durante muchos aos asesinatos fugases y espectaculares. Apret el gatillo, pero el resultado no fue el que esperaba. Un fino velo de luz rodeo la figura de Jeanne, y el proyectil disparado por el arma reboto sobre el escudo que la protega, volvindose sobre el atacante impactando sobre su hombro. Las reglas de los Traquemages eran estrictas, si alguna vez un procedimiento fracasaba, el nico camino a seguir era la retirada. Fue un accidente que llamo la atencin de los peregrinos que pasaban empeorando aun mas la situacin del Traquemage. Las pocas personas que alguna vez conoci estaban muertas o pronto a estarlo. - Sguelo, Jeanne! La voz de Mera son en su cabeza. Al no ser muy gil, corri como pudo fuera del templo. Los presentes se dieron cuenta enseguida de lo que suceda, porque encima de la nia continuaba brillando el halo divino. Le hicieron una sea y le mostraron el camino que por el que se diriga el asesino. Dentro de ella todo era confusin. Muchas preguntas la amedrentaban, mezcladas con el entusiasmo y el miedo. El camino era fcil de seguir. Haban muchos rastros de sangre que la llevaron hacia la Tumba de los Antepasados. A la distancia, la tormenta causada por Marlok derramaba toda su ira y, por desgracia para Lady Jane, el Traquemage se diriga directamente a esa direccin. La lesin de este ltimo pareca ms grave de lo que haba pensado. - Tengo que encontrar a alguien, para que me ayude a detener el sangrado y disipar esta maldita teurgia que me rodea... Su traje haba sido quemado en su hombro derecho y parte de su casco se haba roto, dejando escapar un largo cabello, castao...

Venganza

Los sucesos fueron suficientes para que se desembocara una batalla entre los Envidados de Noz'Dingard y los Kotoba. La tormenta haba servido como pretexto para que ambas partes se acusaran mutuamente. En poco tiempo el campamento draconiano haba sido arrasado por un rencor centenario. Pero a medida que la batalla avanzaba, el Profeta estaba aun mas seguro de que la tormenta no haba sido provocada por los extranjeros de Xzia, es mas, la magia utilizada se pareca a la ejecutada por los aprendices Noz'Dingard. Entonces decidi poner fin a la intemperie a as lograr que la magia del dragn ya no pudiera ser interrumpida. La lluvia se detuvo, el viento ces, y la magia incontrolable desapareci. Fue en ese preciso momento que Aku tuvo la oportunidad de liberar el sello que restringa su magnifico poder. El delgado papel que bloqueaba la magia de Aku fue arrancada mientras se convirtindose en cenizas. De inmediato convoc a Akujin quien maull de placer por el reencuentro. Y por una buena razn, el Cherchefaille tena el control sobre Aku desde el momento en que sus caminos se cruzaron por primera vez. - Ahora somos libres, expreso aliviadamente el joven. - Eso crees? Aku reconoci de inmediato la voz de su antiguo maestro. Toran haba llegado antes que el, y se mantuvo mirndolo fijamente con ojos llenos de venganza. En una fraccin de segundos, profesor y el alumno se enfrentaron, iniciando Akujin el duelo, lo que obligaba a Aku a unrsele y

convertirse en Akutsa. Toran habia esperado ese momento durante aos. Al fin vengaria a su seres queridos asesinados por su ignorancia y arrogancia. Los tatuajes del anciano comenzaron a emerger de su cuerpo dndole un aspecto espectral. Ambos Tsoutas se lanzaron golpes uno contra el otro, desencadenando una gran batalla que los llevo hasta la Tumba de los Ancestros. Aunque Akutsa no haba podido derrotar a su amo, el hecho de ser dos Cherchefailles lo convirti en un adversario a su altura. Sin contar a los Rastreadores de Xzia, nadie le haba provocado jams estas dificultades y mucho menos aun un Tsouta. Akutsa se escondi en las ruinas de la Tumba de los Ancestros, una antigua ciudad del Imperio a la cual los horrores de la guerra haban devastado por completo. Toran tena todo planeado. Su plan era impecable y su venganza implacable. Poco a poco logro que su antiguo alumno lo siguiera hacia donde el quera. Tena preparado un ritual Tsoutai antiguo que le habra servido anteriormente para derrotar a Akujin. Todo sucedi de maravillas. Llevaba varios aos entrenndose para esta confrontacin, logrando superar al mximo las artes antiguas Tsoutas. Los archienemigos se encontraron en el centro de la aldea en ruinas. La noche caa lentamente y ya haban transcurrido varias horas. Toran hizo creer a su antiguo alumno que ya no poda seguir, arrodillndose a pocos metros. - Jajajaja! El poderoso Toran rendido a mis pies. Qu se siente saber que pronto te unirs a tus amigos? Te sientes libre? Toran entrecerr los ojos y mir fijamente a Akutsa. - Libre? S, pronto. Pero ser precisamente Aku quien ser liberado. Cuando la noche cubra su manto de oscuridad sobre la Tumba de los Antepasados, aparecieron alrededor de los dos Tsoutas, unos espectros plidos como fantasmas. - Los reconoces? Vienen por ti Akujin, y tambin vinieron a darme la fuerza necesaria para cumplir mi mayor anhelo. Debido a tu ira y al control que ejerces sobre Aku, necesitas concentrarme ms. Mira debajo de ti. Akutsa admiti que efectivamente reconoca los espectros y eran los mismos que el asesino hace aos. La tierra comenz a brillar formando diseos complejos. No tuvo tiempo de preguntar ms. Ambos Cherchefailles amedrentaron sus colmillos en los brazos del maestro, uno a cada lado. Seguido Toran comenz el ritual de oraciones y cantos antiguos. La magia inmovilizo a Akutsa quien comenz a sentir un intenso dolor. Luego los Cherchefailles lanzaron un disparo como queriendo romper una hoja de papel. El dolor era demasiado fuerte. Termino por comprender lo que estaba sucediendo. Al cabo de unos minutos, las dos entidades se separaron

nuevamente. Aku cay al suelo, inconsciente. Respecto a Akujin, se encontraba luchando contra las influencias de Toran. - Akujin, te voy a desterrar de estas tierras. Si bien no podr matarte, te encerrare para siempre. Y romper la influencia que tienes sobre Aku. El anciano desenrollo un pergamino el cual contena miles de smbolos escritos. El mismo empez a emitir un brillo rojizo. Akujin desapareci, absorbido por el pergamino. Toran se reverencio ante los fantasmas quienes formaban un circulo a su alrededor. - Gracias, por fin podrn descansar en paz ahora que fueron vengados.

El Monstro

Los combates estaban a flor de piel dentro del Bosque de los Murmullos. Ergue y sus secuaces se encontraban en jaque por sus adversarios Tsuro, Amaya, Eglantyne y Moira. El viento arrancaba las hojas y ramas de los rboles, lo que reduca notablemente la visibilidad de los combatientes. Acorralados los Combatientes de Zil, sus estrategias ya no se basaban en la sorpresa, pero si en la asombrosa capacidad del cazador. Ergue tomo una bolsa de cuero y apresuradamente desato la cuerda desgastada por el tiempo. Introdujo su mano y saco un polvo blanco el cual en

contacto con el aire formo una espesa niebla, la cual comenz a extenderse por cuanto lugar encontrara. En ese momento, el viento ces y apareci el sol, atravesando sus rayos por entre las copas de los rboles. Pronto, la niebla se levant, lo que dificulto la visibilidad de los Rastreadores y las Sablemgico quienes no paraban de buscar a sus oponentes. Mientras tanto, Ergue comenz una especie de ritual, recitando unos sonidos exticos. El era uno de los pocos que conocan el secreto que guardaban los habitantes de una isla remota. Se escucharon sonidos de tambores, los cuales comenzaban lentamente pero a medida que pasaba el tiempo se tornaban ms y ms rpidos. Moira y Eglantyne presentan que algo anormal estaba sucediendo. Una extraa magia estaba en proceso y eso no les agradaba para nada. En cuanto apareci la niebla los Rastreadores adoptaron una formacin de combate, mientras reemplazaron su lengua natal por signos. Obviamente, tambin sospechaban de un truco por parte de sus oponentes. Y tenan razn. Ergue, lejos de la mirada de sus enemigos se encontraba realizando una particular danza. Soriek y Granderage no movan ni un pelo mientras el cazador daba vueltas a su alrededor. Fue entonces cuando la niebla regreso al mismo lugar del cual haba salido, y los que estaban atentos escucharon palabras en un dialecto muy primitivo. A continuacin, la misma se centro alrededor de los Combatientes de Zil, hacindolos invisibles a los observadores externos. Finalmente, desapareci y en lugar de los tres secuaces haba un monstruo, un hbrido perfecto, un coloso gigante de piel azul en algunas zonas, y verde en otras, con un cuerno afilado que se asemejaba al mismo que portaba Soriek. - Y ahora que empiece el show! -Exclam la cosa con una mezcla de tres voces. La misma salt, arrancando rboles como si fueran ramitas simple. Sus oponentes solo oyeron el crujido de ramas rotas. - Preprate, lo que se acerca es poderoso. Amaya, Kaidan! La joven mir a su amo y reacciono asombrada. Una mscara atemorizante de color rojo apareci en su mano. Instintivamente se la puso sobre la cara, para luego desaparecer. Las Sablemgico tambin reaccionaron con rapidez. Moira se puso delante de su hermana y comenz a lanzar conjuros sobre su arma. Mientras que su hermana, empez una especie de oracin.

- Oh Dragn, concedele a tus siervas el poder necesario para ganar. Que el espritu de mi hermana y el mo entren en armona. Fue entonces cuando la criatura lleg hasta donde se encontraban. El monstruo se detuvo en seco frente a su pequeo publico. - Jajajaja! Deberan haber escapado mientras podan! Ahora estn perdidos! - Es lo que piensas! Exclamo Tsuro. A la vez que apareca una mascara en su mano. El rastreador se la equipo para luego precipitarse hacia al criatura. La batalla comenz, pero esta vez la intensidad era muy diferente! Lo que hasta entonces haba sido una simple escaramuza se convirti en una verdadera batalla, donde las vidas estaban en juego. El pulso sanguneo se les acelero. La ofensiva de la abominacin era formidable. Los golpes lanzados por Tsuro y Moira parecan picaduras de mosquitos. Pronto, el monstruo llevo la delantera. Moira, le hacia frente pero se estaba quedando sin aliento. Tsuro haba sido enviado por su entrenamiento en las artes de Rastreador, pero por desgracia su especialidad se basaba en la neutralizacin de Magos, no en el enfrentamiento contra monstruos. Unos minutos ms tarde los protagonistas estaban al borde del colapso. Heridos y fatigados, con la voluntad a punto de desvanecerse. - Eglantyne... lo conseguiste???!! Esta a punto de vencernos! Moira senta una energa familiar, era la del Dragn. Sus heridas se cerraron nuevamente. Su voluntad y coraje para enfrentarse a esta abominacin revivieron. Eglantyne se apoyo junto a su hermana y un dragn de humo azul las rode a su alrededor. Sus espadas brillaron con una luz azul y se volvieron tan ligeras como una pluma. Las damas se lanzaron sobre el monstruo quien grito con cada sable. Por su parte, Amaya tambin haba terminado su preparacin. Grabo en los rboles cercanos smbolos de Rastreador. Hizo un gesto a su amo y ste se ubico en posicin de ataque. Un ideograma que formaba un crculo apareci bajo sus pies. El smbolo parpade unos segundos y luego desapareci de repente. El viejo golpe la abominacin a una velocidad increble. Cada golpe lo hizo volar. Eglantyne tomo al monstruo por el pie, y se lo lanzo al Rastreador quien lo esquivo. Moira empujo su sable en la espalda del monstruo quien grito de dolor. Entonces Tsuro aprovecho para utilizar una tcnica que heredo de los grandes maestros de su familia. Durante la oracin toco muchos puntos los cuales lograran que la criatura se constituyera en la forma de

un humano normal. Y, milagrosamente, funcion. La abominacin cay en el suelo, una niebla blanca salio de ella, y reaparecieron en su lugar los tres Combatientes de Zil...

La muerte del Profeta capitulo 1

La noche cubra con su manto de oscuridad la Tumba de los Ancestros. Los Enviados de Noz'Dingard y los Kotoba continuaban sus caminos por separado. El arte ancestral en el manejo de armas haba igualado a la magia. El combate dur todo el da. Ahora, la calma regresaba a la regin. O casi. Porque en la sombra un plan se estaba tramando... Las palabras daban vueltas con fuerza en la cabeza de Tlendar y sus secuaces. La orden era simple: asesinar al Profeta. El misterioso hombre no hacia elecciones libradas al azar, sin remordimiento seleccionaba sus victimas, y era un especialista en los asesinatos por la espalda. El jefe de los Combatientes de Zil haba asesinado muchas veces, sin disimular el placer que senta en cada oportunidad. Esta vez el plan era simple: dividirse para dar un golpe certero. La primera parte se realiz con xito. Ergue, Granderage y Soriek fueron enviados para crear una distraccin. Mientras tanto, Tlendar tuvo la oportunidad de analizar con precisin a sus enemigos y descubrir todas sus debilidades. Los Kotoba no seran un peligro por estar alejados de la escena del crimen, prefiriendo Gakyusha montar un campamento al otro lado de la piedra cada del cielo.

- Querida ma, esto ser muy divertido. Entusiasmada Silene sonrea a su hermana. - Ya me estoy aburriendo de tanto esperar. Tlendar nos prometi accin. El joven se rasc la parte de atrs de su cabeza. - Ah? Les dije que.... S, tienes razn. Si todo sale de acuerdo a mis planes esta noche ser una gran noche para los Combatientes de Zil. Vamos a demostrarle a todos quienes somos y que valemos mucho mas que esos gremios falsos! No se olviden que deben llamar la atencin durante todo el tiempo que necesite para llevar a cabo mi tarea. Marlok esta a punto de lanzar su ataque. Las dos Gumlites respondieron al unsono un "S jefe!" que rebosaba alegra. Tlendar pronto desapareci entre las nubes de humo. Las hermanas, por su parte, empezaron a correr hacia el campamento de los Enviados. Estos se refugiaron en lo que quedaba de su campamento, en parte socavado por la tormenta. Las telas de las tiendas ondeaban en el viento y la mayora de sus pertenencias se encontraban diseminadas en el barro. El joven Pilkim empezaba a recoger sus preciados pergaminos. Aunque el figuraba desde hace poco entre los miembros del gremio gracias a sus increbles poderes mgicos, sin embargo no dejaba de ser un joven estudiante y esa misma juventud era su mayor debilidad. Sigui los pergaminos que haban volado fuera del campamento. De hecho no era consciente de lo que estaba sucediendo a su alrededor, por encontrarse perdido en sus pensamientos. Finalmente se golpeo contra una roca. - Auchhhhhh! Cay sorprendido. Quin me puso esto ... Se detuvo cuando vio lo que realmente era. Un enorme golem de cristal, viejo y sucio. - Wow! Esgrimi Pilkim extasiado Un golem ... de cristal ... El muchacho se puso inmediatamente en guardia, presintiendo que algo andaba mal. Y por una buena razn. Escucho una voz detrs de l. - Hola pequeo, Te perdiste?

Pilkim se dio vuelta y encontr a alguien cuya reputacin presida: Marlok, el traidor. Inmediatamente, el joven mago lanzo un hechizo formando una barricada glacial para detener a Marlon y su golem, antes de huir sin esperar respuesta. Grit tratando de gesticular lo mejor posible para que todos los Enviados puedan entenderte. - AAAAHHH MARLLOOOOKKKK! En ese preciso momento Silene y Selene hicieron su entrada para sorpresa general, seguidas de cerca por Marlok y su Golem. Se produjo el efecto esperado, el caos total rein en el campamento! La rabia de las hermanas y el poder del mago exiliado desorganizaron las tropas draconianas. Anryna vio a su antiguo aprendiz y rpidamente arremeti contra el para ponerlo en su lugar. El mago zil al ver a la descendiente del dragn que venia hacia donde se encontraba retrocedi lentamente, teniendo en cuenta que el objetivo era mantenerlos alejados de la zona clave. Por su lado, las hermanas se encontraban luchando contra Aerouant, Pilkim y Alishk. Los hechizos venan de todas partes sin llegar a tocar a las Gumlites, acostumbradas a enfrentar a los magos. El campamento que acababa de ordenarse quedo nuevamente destruido, esta vez sumando las llamas devastadoras. Tras un breve debate, los magos de Noz'Dingard se organizaron y tomaron la delantera, siendo la oportunidad perfecta para que Silene y Selene decidieran condimentar con un poco de sabor la lucha. Desde sus inicios, estas dos tenan la habilidad de transformarse en una nica criatura: Sombrosia. La sorpresa fue tan grande como el tamao de esta formidable entidad. La misma tena apariencia de una serpiente con un busto de mujer y cuatro brazos. El jefe de los Zil, por su parte, se haba acercado a su presa despus del ataque. Diestramente se rascaba la espalda, no para herir, sino para atraer su atencin. Una vez logrado el objetivo, el asesino Zil se alejo para atrapar al Profeta en sus redes. - Obviamente, el buitre no est muy lejos! Reconozco muy bien la bajeza de un Zil! El merodeador contesto solamente con un ataque rpido y luego se alejo. Esto enfad un poco al mago Noz quien comenz a lanzar poderosos hechizos. Tlendar esquivo todos los ataques, siempre de cara al oponente. Este pequeo juego dur el tiempo necesario para llevar a cabo su trampa. En poco tiempo ocurrira una de las tragedias que cambiaran para siempre el destino de los Combatientes de Zil y de los Enviados de Noz'dingard. - Estas terminado, como la rata que eres! Expreso orgullosamente el Profeta.

- Eso crees? la sangre del dragn que fluye a travs de ti te llena de orgullo... La voz provena de alguien que apareci en la escena, vestido de negro. - T! El mago grit enojado, yo pensaba que la gente como tu haba desaparecido para siempre. - Nunca debes decir nunca... El extrao dej caer una gema y Telender la tomo rpidamente. El Profeta abri grande sus ojos al ver esa cosa. - Veo que has comprendido, mitad dragn, que la muerte es tu nica salida. Tlendar ataco con toda su fuerza. El Profeta contraatac con sus hechizos de relmpago ms poderosos, pero a su oponente lo protega la gema colgada alrededor de su cuello. Luego lleg el trgico momento en el que las garras del Merodeador se hundieron en el pecho del mago. Y la sangre empez a correr ...

La muerte del Profeta capitulo 2

Bajo la mirada del desconocido, Tlendar arrojo el cuerpo del profeta al suelo y lo mato atravesando su garganta con sus garras. As pereci el Profeta.

- Antes eras un oponente ms valiente. Se jactaba el desconocido. El dragn sinti la repentina ruptura entre l y su Profeta, hirindolo profundamente. Todos los Enviados de Noz'Dingard saban que algo grave haba sucedido. El pensamiento semi-colectivo les advirti a todos sobre la desaparicin de su lder. Anreya fue la primera en reaccionar. Su primer sentimiento no fue tristeza, sino ira. - Qu le hiciste maldito Zil???!!!! Grit enojada. Qu le hiciste??!! Su aspecto cambio. Sus rasgos humanos se convirtieron en reptiles. En su parte superior un par de alas traspasaron su vestimenta. Inmediatamente Kounok se transformo en un Dragn gigante, tambin inmerso en una ira sin igual. - Van a pagar! Esgrimi antes de arremeter contra Sombrosa, seguido por Pilkim cuyas lgrimas fluan de el sin poder evitarlo. Aerouant necesit un poco de tiempo para recuperarse. Adems de los lazos filiales, l estaba vinculado a su padre porque se asemejaban enormemente. Fue l quien lo haba iniciado en la Magia del Dragn y sobre todo en la cristalmancia, donde se destac. Su corazn se parti cuando, despus de una rpida mirada a su alrededor, no vio al Profeta. Todo esto no era un sueo. Y luego explot. Utilizando toda la magia que le impregnaba, solo quera estar con su padre. La voz ancestral del dragn son en su cabeza: Termin. De pronto se encontr en la escena del crimen. El Profeta estaba tendido sin vida. Se acerco y con todo el amor que senta por l lo tomo entre sus brazos. No pudo contener las lgrimas. - Pero que sorpresa, el hijo se uni a su padre. Se ri entre dientes Tlendar. - Deshganse de esta molestia, orden el desconocido. El joven no dijo nada y se qued mirando fijamente al asesino. Repentinamente el descarg su ira en un ataque explosivo. Unos cristales aparecieron en las manos del mago, y una armadura protega su cuerpo. Tlendar se sorprendi por esto. La piedra Corazn negro lo protega de los hechizos que le lanzaba. El mago Noz'Dingard era muy diferente del Profeta. Por su lado, Aerouant tena una sola cosa en mente: hacer morder el polvo a la vil criatura. Pero el maldito saba luchar y no le pudo sacar ventaja. El joven vio la piedra sujetada a una cuerda que colgaba alrededor del cuello de Tlendar, y todo qued claro. Una piedra de corazn negro! l nunca la haba visto, pero gracias a su talento cristalomanciano podra hacer algo al respecto. Reuni

todo su poder. Unos cristales gigantes hicieron temblar la tierra y se escuch un sonido ensordecedor. Tlendar saba que su oponente estaba preparando algo contra lo que no podra enfrentarse. El extrao que anteriormente observaba con una sonrisa, ahora la haba perdido y en su lugar posea una mueca de preocupacin. Aerouant era un especialista con los cristales y las piedras corazn. La de Tlendar estaba visiblemente corrompida y tena que retirarse. La barrera cristalina protega a Aerouant. La magia contenida en los cristales los desintegro y ahora se concentraba en la piedra de Corazn negro. El jefe de los Zil aullaba de dolor como si la piedra fuese en verdad su corazn. - Te liberare de la influencia de la piedra y pagaras por tu asesinato! El desconocido se abalanz sobre Tlendar y le arrebat la piedra de corazn de las manos. Con la parte posterior de su mano libre, realizo unos hechizos de sombra sumergindolos rpidamente en una oscuridad impenetrable. Poco despus, la oscuridad se disperso. Para desgracia de Aerouant, sus rivales ya no se encontraban all. - Cobardes! Los enviados los encontraremos donde sea que estn! Los enemigos haban partido, y la clera dio lugar a la tristeza. Anryna, que acababa de llegar despus de perseguir a Sombrosa, se inclino sobre el cuerpo de su hijo y le acarici la cabeza con cario. - Hijo mo te llevare con el Dragn, tu mente y tu cuerpo seran uno con l. Aerouant, es tiempo de que un nuevo profeta sea anunciado, tu estars a la cabeza de los Enviados. Un halo de luz azul se esparci por su alrededor, luego desapareci, dejando a los Enviados de Noz'Dingard como lder a un Aerouant plagado por la tristeza, la ira y la duda. En la distancia, Tsuro y Amaya haba seguido en silencio toda la escena y llevaron su informe al Seor Imperial. - Seor, el Jefe de los Enviado de Noz'Dingard est muerto, fue asesinado por un villano Zil. Gakyusha tom un sorbo de alcohol xziarite con un rostro pensativo. - Los Enviados no tienen lder, por lo tanto podemos considerar que la piedra nos pertenece. Pero me entristece que el Profeta este muerto, y por una traicin. Honremos su memoria porque fue un digno rival.

Crnica del Rey

Yo soy Aez, alguna vez fui el prncipe de Avalonia, y hoy soy Rey. Pero, durante un tiempo, yo vagaba como un alma perdida, preso de una infinita sed de venganza. Como ya lo eh dicho, yo soy el primer hijo de Mirion y estaba destinado a sucederse cuando llegara el momento. Por desgracia, un acontecimiento trgico me impidi acceder al trono. Hace unos aos, al igual que todos los prncipes de los 7 reinos, tuve que quedarme durante 2 aos dentro de una de las familias reales. Por eso decid realizar ese aprendizaje en Valdoria con quienes siempre mantuvimos una excelente relacin. Nuestros respectivos padres me haban prometido a Marie, su hija menor. Nada podra ser mejor que eso. Yo era prcticamente parte de su familia y el conocimiento adquirido era invaluable para mi futuro reinado. Pero ocurri un da fatdico. Mientras me entrenaba en el patio del castillo, un mensajero arribo al galope. El portaba la armadura de mi familia y, adems, llevaba un manto negro, en seal de duelo. Su arribo significaba que algo haba sucedido en mi reino? El valiente hombre no me dijo nada y se precipito directamente a la sala del trono. Poco tiempo despus, Marie vino corriendo hacia m, con lgrimas en sus ojos. _ AezEl rey de Avaloniatu padre. Hizo una pausa, sus lgrimas no paraban.

_ Y bien? Habla! Es algo malo? Le dije con el corazn palpitndome. _ Se uni a sus ancestros Esas palabras fueron como una pualada en el centro de mi pecho. Part inmediatamente hacia Avalonia a fin de conocer ms sobre ese acontecimiento. Mi madre me esperaba en la tumba, con tristeza en su rostro. Entonces me cont que mi padre recibi en nuestro hogar a unos Xziriartes que estaban de pasada, de los cuales uno insulto al propio Emperador en persona. Por lo que tuvo que enfrentarse al joven guerrero, quien lo derroto y debido a su avanzada edad no logro sobrevivir a la batalla. Luego el ganador tendra el derecho de demandarle al perdedor la espada de los 5 ancestros. Y de esta forma los Xziriartes se apoderaron de la preciada lmina. En efecto, segn la costumbre, para convertirse en el Rey de Avalonia era imprescindible blandir la espada de los 5 ancestros, la cual haba sido forjada hace dos siglos atrs por el primero de nuestros reyes. Sin ella, era imposible cumplir mi destino. Emprend una cruzada para recuperarla, dejando a cargo a mi madre quien fue la nueva regente. Tenia el deber de viajar por todo el mundo en bsqueda de lo que por derecho me corresponda. Tres largos aos pasaron, tres aos deambulando tras pistas que no conducan a ningn lado. Quienes eran estos Xziriartes? Recorr gran parte del Imperio sin que nadie oyese nunca sobre la espada de los 5 ancestros. Hasta que abandone el imperio y me dirig hacia donde se encontraba la piedra que cayo del cielo. All haba estallado un conflicto entre varios clanes. Nunca preste atencin a estos grupos, hasta ahora. Pero, no se si fue por casualidad o porque el momento de mi venganza se haba acercado, encontr al ladro de la espada. Pero, sorprendentemente se trataba de un joven de tan solo 15 aos. Como haba logrado derrotar a mi padre? Lo observe durante unos das y entonces lo comprend. Su talento en el manejo de las armas era impresionante. Yo mismo lo vencer! El destino es implacable por ponerme a la cacera de Iro! Adems, no se encontraba solo. Estaba rodeado de guerreros, y mi fe, pareca tan desalentadora frente a la de ellos. Sin embargo, como no soy ningn cobarde, me presente frente a su jefe y desafi a Iro. Pero el combate fue corto, yo era muy lento a causa de mi pesada armadura, la cual maldije a ms no poder. No hablare de esta vergonzosa derrota.

Estaba desesperado, Avalonia se haba convertido en una tierra abierta al Gran Torneo. Fue entonces cuando conoc a una persona que me permiti llegar a ser lo que soy hoy. Siempre recordare esa conversacin. _ Hay un tiempo para todo. Un tiempo para la tristeza, un tiempo para actuar y un tiempo para la venganza. Era un extrao seor de contextura pequea, sentado sobre un objeto que flotaba sobre el suelo. - Quien es usted? Le dije. Parece que no se dio cuenta de que es inoportuno. _ Si me di cuenta. Y se que es lo que te molesta y como restaurar tu honor. Al or estas palabras, hizo un gesto y me dio un objeto redondo con agujas. - Que es? - Esto te permitir obtener lo que buscas. Tendrs que ser inteligente y pensar cuidadosamente sobre lo que haces. Explota las debilidades de tu enemigo. -Porque haces todo esto por mi? No te conozco. Lo se bien. Mejor digamos que no nos conocemos aun. En fin continuemos! Ser a cambio de que un da volver y te preguntare algo muy importante. Entonces recordaras la deuda que tienes conmigo y responders. Todo era muy misterioso. Ya haba visto cosas singulares, pero esto superaba a todas. Se me haba ofrecido la oportunidad de probarme a mi mismo. Y la acepte. Inmediatamente las agujas del reloj empezaron a girar a toda velocidad, al igual que todo a m alrededor. Cuando recupere la conciencia, ya no me encontraba en el mismo lugar, pero para mi sorpresa me encontraba en una gran ciudad Xziriarte llamada Mragi que se haba vuelto la capital imperial. Por qu me envi aqu? Ciertamente mi oponente venia de este sitio, pero se encontraba a miles de kilmetros de distancia. Entonces vi a una multitud de personas que parecan estar celebrando algo. Les pregunte acerca del festejo. Era sobre la travesa de Iro, el campen del emperador, quien haba vuelto a superar a un gran oponente. Mire para todos lados para ver si se trataba del mismo Iro, y de hecho era l. Pero su aspecto haba cambiado. Ahora pareca mucho mayor que yo. Imposible!

Trate de comprender la situacin. Por el aspecto de Mragi, probablemente me encontraba en el futuro. Y ahora, que es lo que har? Buscare informacin sobre Iro, porque despus de todo no sabia nada acerca de l y la informacin que me aporto la gente me permitira preparar mi venganza. Unos das mas tarde, por fin tena un plan. As que me dirig al palacio y me detuve frente a los guardias. - Yo, Aez prncipe de Avalonia, desafo a Iro, el campen de su majestad el Emperador de Xzia. Los guardias se sorprendieron. Entonces uno de ellos se dirigi a la derecha. Un poco mas tarde, un hombre, posiblemente un empleado, vino a buscarme y me llevo a una gran habitacin que reconoc como la sala del trono. Sin embargo, me percate de un hecho curioso. Los muros estaba cubiertos con muchas armas colgadas, principalmente espadas. Por un instante, mi corazn se detuvo cuando vi la espada de mis antepasados. All, y bajo ella, me esperaba Iro. Estbamos rodeados de cortesanos que se burlaban de mi, condenndome a una rpida derrota. Obviamente el no me reconoci, lo que me favoreci. - Acepto tu desafo, forastero, y me gustara ofrecer este triunfo al Emperador. Esto terminara rpido, dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Las personas a su alrededor echaron a rer. Debido a que soy desafiado, elegir la espada que portare en el duelo. - Como no tengo espada, entonces puedo elegir una de ellas, le dije sealando las paredes. - Me parece bien, pero no te har ganar, estas espadas son de aquellos que perdieron ante mi. Una vez ah, sin ms prembulos, me trajo la espada de los 5 ancestros. Esta tradicin significo una gran felicidad para m. Los ancestros estaban ah, haban estado esperndome. Vngate me dijeron al odo. Hazme justicia, hijo mo!. Era la voz que no volva a escuchar desde hace varios aos. Llenos de confianza, los valientes guerreros nos permitieron presenciar un gran espectculo. Iro, por su parte, luchara sin armadura, solo con dos sables. El se abalanzo con destreza, pero esta vez la situacin era diferente. Ya conoca algunos de sus golpes y, sobre todo, tenia la espada. Detuve todos sus ataques, era una roca impenetrable. Pero por su lado, previno mis pocos ataques. - Que tenemos ac? Un adversario a mi altura!

A continuacin, cambio de posicin y ubico sus dos sables en forma paralela. Uno que apuntaba hacia m y el segundo en la direccin contraria. Una tcnica de combate! La detuve con todas mis fuerzas, murmurando oraciones a mis ancestros. La espada comenz a emitir un resplandor verde, luego lanzo destellos del mismo color. Iro se precipito sobre m, y yo gire a la vez que gritaba con toda la rabia que tena contenida. Una gran luz verde ceg a todo el mundo, y cuando nuestros ojos se recuperaban se vea como Iro caa al suelo. Mi escudo se estaba partido a la mitad. Pero una de sus espadas yaca rota. Me volv hacia el y le dije: - Yo soy Aez, Rey de Avalonia, y tu vivirs para siempre con la vergenza de esta derrota.

El Sello

Otro tiempo, otro lugar. El Rey Gaumatta haba muerto, dejando un caos en el Gran Torneo de Yses. A pocos kilmetros de la capital, Guedenot acababa de regresar de recorrer los mercados regionales vendiendo lo poco de sus cultivos que le quedaron despus de pagar todos los impuestos. En el camino, luego de tomar un desvo de Moshat, el comerciante escucho un ruido en su carro. En el descubri a dos criaturas vestidas de harapos, uno mas hambriento que el otro. El comerciante consideraba,

que en situaciones extremas, nunca abandonaba a quien lo necesitara, ya sea humano o no, y humanos, estos dos no eran. - Pero que tenemos ac? Guedenot se dio vuelta para observar mejor lo que suceda. Vaya, criaturas del bosque, de las que rara vez se ven por aqu. Acrquense as los veo mejor. Aunque temerosas, las dos criaturas se dejaron ver, descubriendo sus facciones bajo la dbil luz del sol de otoo. - Por todos los santos! ustedes dos parecen pequeos espantapjaros. Cuntos aos tienen? De dnde son? Al menos me entienden? El mayor de ellos era un un Hom'chai lleno de miedo, mientras que el otro se trataba de una Elfine, ms pequea que su compaero, llevando un cabello largo hasta la altura de sus frgiles manos. - Bueno los voy a traer de vuelta a mi casa, no puedo dejarlos as. Se escondern all abajo dijo, sealando a una manta. Sin darles respiro los arrastro y de dos empujones los meti bajo la lana. El comerciante corri los pocos kilmetros que lo separan de su pueblo pensando en que hara con estos dos forasteros. En esa parte del reino la supersticin era muy fuerte, y aun mas el racismo hacia todo lo que no era humano. A su llegada, la noche haba cado sobre las quince casas que componan la aldea de Herberonde. Ubicado en un bosque, los habitantes eran en su mayora leadores y cosechadores de Svemiel. Todo lo que venia del exterior era visto con recelo por temor a que sean mal augurios para la pequea comunidad. Guedenot llevo su carro hacia el granero para que los nios se metieran ah y nadie los viera, escondindolos entre los fardos de paja. - No los abandonare, volver, entienden? No salgan del todo. Los nios acurrucados uno contra el otro, lanzaron miradas hacia su nuevo entorno. El comerciante se fue a su casa donde su esposa y sus dos hijos esperaban con impaciencia su regreso. A su reencuentro, fue recibido con mucha alegra tras haber partido varias semanas atras. Luego les explic sobre su encuentro con los forasteros clandestinos anunciando que quera ayudarlos. - Pero no estas hablando en serio! Te das cuenta de los riesgos que implica?

- Por supuesto que lo s, pero son nios, Mewen, nios! Los abandonaras a su suerte? La mujer de Guedenot vacilo unos segundos, luego rpidamente giro hacia la chimenea. Ella mir a las llamas chispeantes, pensando que era cierto, no podra dejar a los nios, aunque no fuesen humanos. - Bueno, vamos a ver cmo se ven nuestros huspedes. Desde ese da los dos Eltarites, porque as se llamaban las criaturas del bosque se convirtieron en los nuevos miembros de la familia de Guedenot. Los aldeanos que inicialmente sentan miedo muy rpidamente les ganaron cario, y el tiempo continu su curso interminable ...

Unos aos ms tarde. Las constituciones del Hom'cha y de la Elfine eran impresionantes. Los dos nios crecieron a una velocidad increble, la Elfine tenia el tamao de una adolescente, mientras que el Hom'cha ya haba superado a la mayor parte de los leadores mas robustos. Como es natural, y de hecho, haba encontrado utilidad en ese negocio. En ese tiempo se los llamaba Elaine y Gaherhis, dos nombres tpicos de la regin de Yses. Haban aprendido las costumbres y el idioma para adaptarse mejor, pero algunas personas parecan que nunca se acercaran o hablaran con ellos. Pero eso no les molestaba, se haban dado cuenta de que, despus de todo, no estaban en casa, y probablemente, nunca lo estaran. Una hermosa maana de primavera, cuando se preparaban las festividades en honor a una boda, un importante hombre lleg con dos caballeros. Era el Seor de estas tierras, que de vez en cuando inspeccionaba los pueblos. Fue la casualidad que lo llev all, y en esa oportunidad encontr a los dos adoptados. La reaccin fue inmediata. El Seor estaba furioso porque el pueblo no lo haba evitado y por eso castigara al jefe de la aldea pero Guedenot. Elaine y Gaherhis intervinieron, provocando la reaccin de los Caballeros quienes arremetieron contra los Eltarites. El hom'cha result gravemente herido en la cara, la elfine llena de furia lo mato con su extrao sable color ambar. Este objeto singular creca en la misma proporcin que lo hacia ella, y lo que en un principio era un cuchillo, ahora pareca una bella espada curva. Para su asombro, al contacto con la sangre de su oponente, la hoja se tio de color rojo.

Todo se convirti rpidamente en un caos general, con la ayuda de Mewen, Elaine arrastro a Gaherhis fuera de la aldea para curar sus heridas. Para su desgracia, l quedara con unas profundas cicatrices para el resto de su vida. En el centro del bosque, el azar toc a la puerta de los Eltarites. A dos leguas de los trgicos acontecimientos, un pequeo grupo de acrbatas se haban asentado. Mewen les implor cuidar de ellos porque ahora ya no podran residir en el pueblo. Y de esta forma se unieron a los combatientes de Zil.

Hoy en da. Despus de la llegada del desconocido, los dos compaeros haban seguido a los dems combatientes Zil. Su naturaleza Eltarite los hacia resistentes a la locura que reinaba a los Zil. Poco antes de la llegada a la tumba de los ancestros, decidieron dividir el grupo y rodear los grandes bosques del norte, el cual era uno de los pocos lugares no visitados anteriormente debido a las leyendas sobre criaturas extraas que all vivan. Abyssien les haba advertido que su bsqueda podra conducirlos a una decepcin. Al crecer en la compaa de los hombres haban adoptado una cultura muy diferente a la que debera haber sido la suya. Cay la noche sobre el improvisado campamento, a lo lejos la luz emitida por la piedra cada del cielo apenas iluminaba debido a las nubes bajas. Sangrespada y Sinrostro se sumergieron en sus pensamientos, con sus miradas fijas al vaci. De pronto el silencio se vio interrumpido por alguien que se aclaro la garganta. Los Zil se sorprendieron. - Per... Perdonen que los moleste. Estoy un poco perdida... Sangrespada examino a la recin llegada y observo lo extraa que era, sobre todo por lo blanco de sus ojos, que sin dudas, demostraban que era ciega. - Puedo colocarme a su lado y disfrutar de su presencia esta noche? Esta reunin era un poco irreal, Sangrspada se preguntaba cmo esta persona haba llegado hasta all, sola y ciega.

- Tienes razn en tener tantas preguntas. La verdad es que en nuestra ltima reunin ustedes eran aun muy jvenes. - De qu ests hablando? - rugi Sinrostro, qu nos conoces? - S todo sobre ustedes, s quines son, conozco su historia. Sangrspada saco su espada. - As que ya sabes que tendrs que decirnos todo! La joven con el pelo blanco empuj la hoja con su paraguas. - S, no te preocupes, te voy contare todo. Dijo ella con una sonrisa. Permtanme sentarme. - Cul es su nombre? - Un nombre? Bueno, aqu me llaman El Apstol. Querra algo mas femenino, pero me acostumbre. Ese nombre no les deca nada. Ella se acerco hacia el fuego, esperando a que le hicieran ms preguntas. - Quines somos? - Ustedes estn perdidos, dos nios con un importante destino en la historia de este mundo. Son descendientes de un pueblo secreto que habita este bosque -dijo, sealando la direccin de su destino. Pero para encontrarlo, primero deben descubrir la manera de entrar en el territorio Eltarite. - Nos dijiste que nos habas visto antes. Cuntanos ms. - Veo que eres de un espritu vivaz, nos cruzamos anteriormente, fui yo quien los coloco en el camino de Guedenot, se acuerdan de l? - Por supuesto que s! -Exclam fuerte Sinrostro con su voz ronca. - Por qu no nos recogiste y nos llevaste contigo? - Y ser criados por una persona ciega? Bueno, yo no poda. - Vamos. Acaso no estas hablando con nosotros? Podras decirnos como volver a casa.

- En realidad podra hacerlo, pero no s si realmente desean verlos de nuevo, son muy diferentes a los Eltarite "verdaderos". - Por favor, enrindenos, nos dijiste: Yo les dir todo, as que adelante, dnoslo. El apstol tomo un momento de reflexin. - La entrada al bosque es un portal que se encuentra cerca de aqu. Nunca esta nadie cuidndolo porque la mayora de la gente solo ve un muro verde. Slo los que son como ustedes pueden verlo, y lo que es aun ms importante, abrirlo. - Bueno, Cmo podemos llegar ah? exclamo Sangrespada animada. Toma tus pertenencias Sinrostro, iremos en busca de los nuestros. Y as ambos Zil partieron, con la esperanza de ver a sus familiares. - Gracias por ayudarnos exclam la elfine alejndose. Pero, dnde es exactamente? - Sigue tus instintos! Lo encontraras! Una vez que sus espectadores se marcharon el Apstol se encontraba sola frente al fuego. Una lgrima caa por su mejilla. - Por qu me obligan a mentirles? Cmo quieren que regrese a la Luz mintiendo y engaando? Lo que hice va a cambiar para siempre el destino de los habitantes de este continente. Sinrostro y Sangrespada caminaron a lo largo de una hora en la oscuridad de la noche, sintiendo tanta alegra como hace aos no la sentan. Largos aos de bsqueda finalmente recompensados. Al final llegaron a un portal, enorme y majestuoso. Dos aberturas descendan verticalmente en cada una de las paredes. En lenguaje Eltarite, la inscripcin comenz a brillar. Sangrespada y Sanvisage instintivamente se colocaron al frente de las aberturas en cada una de las puertas. A la vez, pusieron su mano en la primera de ellas. Se escucho un ruido sordo, como una especie de crack, a continuacin, la puerta comenz a moverse... Las aberturas dejaron de brillar, la puerta del Infinito estaba abierta. Detrs de ella no se vea un bosque, era algo totalmente distinto. Sangrespada y Sinrostro pronto se dieron cuenta de que no era un portal hacia su hogar...

El Llamado

La piedra atravesaba el cielo a una velocidad atroz, su frentica carrera culminara sobre el Desierto de Esmeralda. Pero este no era el caso. En su lugar, termin estrellndose en el centro del continente, en un lugar neutral, donde anteriormente grandes batallas tuvieron lugar: la Tumba de los Ancestros. La roca, gigante como una mansin, atrajo la atencin de todas las naciones. Sus lderes pensaban que un gran poder se le otorgara a quien lograra apoderarse de ella. Los primeros enfrentamientos haban provocado la muerte del Profeta, la traicin de Tlendar y la victoria relativa de los Kotoba... El campamento Xziarite se encontraba en calma. El da anterior, los miembros del clan celebraron su "victoria" y le dieron el adis a un valiente oponente: el Profeta. El sol haba brillado con una intensidad inusual en un cielo que no estaba manchado ni con una sola nube. Asajiro, que estaba de guardia, vigilaba sus alrededores en busca de algo que llamara su atencin. Entonces se alejo distrado influenciado por los comentarios que haba escuchado de sus compatriotas, intrigado por la famosa Piedra cada del cielo, la cual atraa la atencin de todo el mundo. Pero se acerc ms de lo debido. Un enorme rayo de sol golpeo la roca, provocando el cegamiento del oficial imperial. En ese momento, Alishk, inserto en su meditacin, no poda creer lo que vea. El rayo golpe la piedra con un poder increble, pero aun as no poda ver la magia en su interior. Nunca sinti algo semejante. Rpidamente se despertaron los enviados. Aerouant, quien no poda conciliar su sueo por no poder olvidar lo doloroso de la experiencia que haba vivido, tambin sinti algo "anormal".

- Nada de esto me informa algo que valga la pena - susurr el mago en el desierto. - Estoy de acuerdo. A que nos enfrentaremos esta vez? Por su parte, Kryss, que limpiaba su rgano, se quedo con la boca abierta al ver el rayo de luz. Abyssien, que estaba a su lado, sacudi el hombro de su compaero Zil. - Y bieh? Que pasah? Que sucedeh? Pero el msico solo respondi sealando a la piedra que cayo del cielo, mientras balbuceaba algo incomprensible. Nassaafaraa oukt naass oukt nassaaafaraaa... - Has odo esa voz Aryhpas? Es muy clara y suave. Saphyra era una joven mujer que viajaba por el mundo en busca de conocimientos acerca de las distintas religiones existentes. Ella haba odo hablar del culto de Mra y del templo Prcads, el cual despert en ella gran inters. - No, no entiendo nada. Que es lo que dice? La criatura que haba hablado no era otra ms que una mueca de porcelana, de la cual nunca se separaba. Ella estaba viva? Estaba convencida de que s. - Se llama a un grupo de personas en un idioma extrao, pero conozco su significado. La gente viajara desde lejos. Vamos rpido. Quiero ver quienes son esas personas. Nassaafaraa oukt naass oukt nassaaafaraaa... A millas y millas de distancia se encuentra el Desierto de Esmeralda. All no hay rboles, pero si arena de donde surgen unos inmensos cristales color esmeralda. A pesar de ello, una civilizacin logro dominar el entorno hostil. Mineptha es la capital de un pueblo que, cuando no viven dentro de las murallas de esa ciudad, salen en busca de materias primas escasas y piedras solares, utilizadas para confeccionar joyas y objetos preciosos. Adems del palacio real, se encuentra el templo de Sol'ra, su deidad protectora. La caracterstica sobresaliente de este lugar era que la mayora de sus compartimientos no tenan techo, para que la luz del sol estuviera presente durante todo el da. olmarek, el sumo sacerdote de Sol'ra y Ahlem se encontraban rezando en el patio cuando escucharon las palabras.

Nassaafaraa oukt naass oukt nassaaafaraaa... Partir a la bsqueda del obsequio destinado para ustedes. Los infieles intentan apropiarse de el. Castigarlos como es debido. En ese momento, lo que se encontraba dormido en ellos se despert. - Alhem, vete con Aziz y los que se encuentren cerca, mientras yo reno al resto. - Est bien sumo sacerdote, saldr en su bsqueda. Cules son sus rdenes acerca de los infieles? Debo reclutar a su discpula? - Si, si, ella esta de viaje. En cuanto a los que se encuentren en ese lugar, si se entrometen en su destino sern juzgados por Sol'R! Al da siguiente un pequeo grupo se march en silencio de Mineptha, emprendiendo su camino para reunirse en la Tumba de los Antepasados.

El Precioso

No se dice que en medio la noche, todos los gatos son pardos?. Es un proverbio que nuestra joven ladrona experimentaba en ella lo ms frecuentemente posible. Algunos das antes, Hlena haba tenido un golpe de suerte , una informacin que segn ella sera el golpe del siglo. Un sopln le haba comentado, que se le haba dicho, que el clebre tesoro del legendario capitn pirata Gol' dena haba sido encontrado por el gobierno de las Islas blancas y pronto sera

expuesto al pblico antes de regresar a las Bovedas Nacionales. EL Tesoro de Gol' dena! Increble! No slo la historia de este pirata clebre se transmita entre las diferentes tripulaciones de piratas, sino que su valor inestimable haca relucir los ojos de los investigadores de tesoros y de otros ladrones. Hlna no poda perder esta ocasin nica de apoderarse de el. Era demasiado tentador. Se apresur, porque este rumor se difunda tan rpidamente como un ziaf (una ave muy miedosa) que tena detrs el viento. Corra peligro de no ser la nica en seguirlo. Pierrevent, la capital de las islas blancas, un lugar donde cualquier atolondrado poda deslizarse y caerse en el torbellino. Porque estas islas no eran trozos de tierra en el mar, sino en el aire, como resultado de la gran guerra contra Nhant. El plan estaba listo, cuidadosamente calculado, no dejaba ningn lugar al azar. Su genio estaba en su paroxismo. Evidentemente nada pas como fue previsto. Y repensando bien en eso, ninguno de sus planes haba funcionado correctamente, porque justamente el azar intervena siempre. Falta de suerte o coincidencia? Atardecer, primera parte del plan: desactivar las protecciones mgicas. Ningn problema por esto. La alarma, Cristagard 2.0 no presentaba ninguna dificultad. Un poco de polvo de gema espejo y todo resuelto. Luego subi a lo alto de la torre gracias a su fiel enchanfilin: un cordaje muy fino y muy resistente. Perfecto! Nadie la haba visto, quedaba pasar a los guardias. Fcil! Eran apenas dos para vigilar un antiguo tesoro. El gobierno de las islas blancas o era avaro o no conoca al clebre Hlna! Tontos! El Petzouille era un animal bastante particular, apenas ms grande que un gatito con una trompa y una facultad apreciada por los bandolero de alto vuelo. En efecto, cuando un petzouille coma semillas de girasol, comenzaba a hincharse como un globo de goma. Bastaba luego, gracias a un mecanismo ingenioso inventado por Larcne, un gran ladrn, con lanzarlo en una habitacin para que libere rpidamente un gas soporfico. Luego de esto, tenemos a dos guardias adormecidos, en la sala de exposiciones. La caja de caudales, inmensa y ansiada, reinaba en medio. De forma extraa ningn sistema mgico lo protega. Nada ms, la asombraba. Clic! La caja de caudales esta abierta. Los ojos brillantes y el corazn apretado... la abri y... nada! Vaca, la caja de caudales estaba vaca! Por los cuernos de Dragn! Una trampa? No, visiblemente. Un trozo de pergamino se materializ entonces, rodeando un cristal de cachemin, un objeto del que los ladrones se sirven para dejarse mensajes entre ellos. Escrito, apenas algunas palabras: " Lo tengo! " firmado: Quilingo. La ladrona apret el pergamino con rabia. - QUILINGOOOO! Aull ella. Lo tendra ese oso perdido! Lo tendra!

Muy rpidamente se volvi atrs. Deba irse antes de dejarse atrapar, lo que jams deba suceder. Algunos instantes ms tarde, se encontraba en uno de los callejones sombros de la ciudad, rumiando su humillante derrota. Ningn tesoro... ningn tesoro... Bueno reflexiona hija, reflexiona. Un panda... eso no pasa inadvertido. Voy a usar mis influencias y lo acosare, hasta el fin del mundo si es necesario. Algunos das ms tarde, en el corazn de denso bosque al extremo sudoeste de Draconia, la joven ladrona haba ideado un nuevo plan. Un plan todava ms detallado que el ltimo, dejando una vez ms alguna cosa librada al azar, que sin embargo fue incluida en esta pequea fiesta. La pista de un panda, sobre todo hominoide era fcil de seguir. Dnde iba as? De hecho, poco le importaba, ya que dentro de poco, el tesoro sera suyo! Haba escogido un lugar donde todo escape era imposible, un puente inmenso de cordaje por encima de un precipicio de diez metros que daba a un ro caudaloso, infestado con animales poco amistosos. Era tambin el nico punto de paso para ir al otro lado del bosque. Pues haba colocado algunas trampas que inmovilizarian a Quilingo sin hacerle dao. Luego se escondi y espero pacientemente hasta la llegada de su pobre vctima. El tiempo le pareci una eternidad y su atencin se disperso hasta que un ruido hizo que se sobresaltara. Una tabla empez a rechinar. Se arriesgo para ver que pasaba. Era Quilingo, ya a la mitad del puente. Pero... pero.... pero... cmo hizo para escapar de mis trampas? ? Su reaccin fue inmediata, y como la persecucin del panda que, al acecho, repar muy rpidamente en ella. La carrera de persecucin fue corta, dur slo el tiempo de pasar por el otro lado. Porque situado detrs del puente, Quilingo se par para hacer frente a Hlena. - Entonces, tu quieres el tesoro? S que te interesa, no? - Vayamos al grano, no me provoques, deja ya la caja de caudales y vete. Eso te evitar problemas. - HAHAHAHA, tu quieres robarme? A mi? Yo no soy ningn guardia de banco, para nada. Has oido esto, Erevent? Tu amiga quiere robarme! Hlna frunci las cejas. Que estas diciendo? Entonces aparecio al lado de l Erevent. Al igual que Hlna, era un miembro de los Enviados de Noz' Dingard. - Entend y estoy totalmente de acuerdo. Hiciste un buen trabajo. La cara de la joven mujer se descompuso.

- T armaste todo esto contra m? ? Pero por qu? - Los Enviados deben ser respetables. Robarles algo a aliados no es aceptable. - Tu no eres quien para decirme lo que es respetable o no, desecho de petzouille.

Hlena trazaba un nuevo plan, tenia que prolongar la discusin el mayor tiempo posible. - Insultos, ya desciendes al nivel de otros bandoleros. No esta en mi decirte lo que es aceptable o no. Dragn juzgar si eres todava digna de quedarte en las filas de los Enviados. Mi misin est acabada. Considrate presa. - Pero por supuesto! Aull ella tirando al suelo una esfera de vidrio que liber un humo blanco que fue esparcido en seguida por un viento violento. La ladrona intent la huida, pero fue frustrada. Erevent era de los mejores investigadores de la Draconia. Y conocia todas las artimaas de los ladrones como ella. Discretamente haba lanzado una suerte " baba de gnomo " que pegaba a una persona en el suelo. - De acuerdo, de acuerdo... Discutamos, dice ella con una sonrisa. Pero ya era demasiado tarde. Quilingo sac una cuerda, la enrosco y se la puso al hombro. Y todos se fueron a Noz' Dingard.

El Runico, capitulo 1

El Desierto de Esmeralda estaba repleto de pequeos lugares increbles donde la vida bulla como en ninguna otra parte. Todo esto era posible gracias al agua que resurga de lo profundo y atraa todo tipo de criaturas. Favoreca tambin el crecimiento de una vegetacin abundante. Es en uno de estos oasis, porque as es como la gente del desierto los llamaba, que una tribu que viva all desde generaciones fue casi totalmente destruida. El ataque se efectu al amanecer, mientras que todos ellos todava dorman. Fue brutal y sin piedad. Los agresores fueron numerosos y muy bien organizados. Se trataba de una de las bandas ms grandes de traficantes de esclavos. Los gritos despertaron a las aves de color tornasolado y la sangre, mucha sangre, mancho el desierto. Los hombres que valientemente haban intentado defender a sus familias perecieron delante de la ferocidad de los bandoleros y de sus leones de guerra. Cuando todo el ataque termino, no quedaban ms que unos cadveres en el agua, mientras que las mujeres y los nios haban sido capturados para ser revendidos. Entre ellos, el joven Kalhid, de apenas 9 aos de edad. El chico fue vendido algunos das ms tarde en el mercado de esclavos de Mineptha a un hombre poderoso que resida en las montaas en el extremo norte del desierto. Apenas llegado a la propiedad de Abn el hissan, fue enviado a las minas de sephra, una especia rara que tena la particularidad de encontrarse solo en una pequea porcion de tierra de las montaas. As haba amasado su fortuna el dueo de Kalhid. Los aos pasaron y el chico se hizo un hombre. Contra toda previsin, mientras que la gran mayora de los esclavos de las minas, falleca rpidamente, el resisti, peleando contra su condicin de esclavo, porque los de su

pueblo pensaban que la vida vala todo y que la esperanza deba siempre ser un motor para avanzar sobre el largo camino de la existencia. Y el momento lleg. Despus de todo ese tiempo en cautividad, ya era hora de recuperar esa libertad que se le haba robado. Gracias a su fuerza imponente y gracias a un plan cuidadosamente establecido, l y algunos otros esclavos consiguieron evadirse. La suerte por fin le sonrea. Pero lo abandon muy rpidamente porque algunas horas apenas, despus de haber huido, una tempestad de arena se abati sobre ellos con una violencia increble. Casi todos ellos fueron barridos como vulgares pedazos de paja. Kalhid no poda ms, a pesar de su resistencia no poda ms luchar contra los elementos. Al extremo de su fuerza, se entreg a una muerte cierta. Kalhid abri los ojos sobresaltndose, jadeante pero vivo. Puso su mano derecha contra su corazn. Lata mucho. Esto lo tranquiliz porque esto quera decir que viva. El cuarto en el cual se encontraba, estaba inundado de oscuridad. All no vea nada. De repente, cuatro antorchas se encendieron. Se encontr recostado sobre una cama confortable, alrededor de l algunos muebles cuyo estilo le eran desconocido y exactamente al lado de l, un piln que contena agua. Bebi un trago y se mojo la cara. Centenas de pensamientos tamborileaban en su cabeza. De repente, la puerta se abri y oyo una voz, una voz grave que le peda que se acercara. Pas la cabeza por el marco de la puerta y descubri un pasillo largo alumbrado tambin por antorchas. A todo lo largo, haba unos smbolos que centelleaban en armona. Pas varias puertas totalmente cerradas y desemboc en una sala inmensa. Por todas partes los smbolos relucan dbilmente y, lo que le interes, sobremanera, haba all unas decenas de armas y armaduras magnficamente labradas. Al final de la sala, llamaba la atencin lo que se pareca vagamente a un yunque enorme. Detrs de el, semi-escondida en la oscuridad, una criatura que aparentemente tenia un par de cuernos y lo miraba. Vacil en avanzar pero la voz lo tranquiliz. No tengas miedo. No queremos a tu vida. Si no... te habramos abandonado a tu triste suerte. Efectivamente el raciocinio se impona y se adelant, hasta una distancia razonable. -Les agradezco por haberme salvado. -No nos agradezcas, cort la criatura. Por desgracia no pudimos salvar a tus compaeros, ellos perecieron todos. -Es una gran coincidencia que ustedes me hayan encontrado. -Esto no es coincidencia, sabamos que el que esperbamos, estara entre todos los que all se encontraban.

-Yo no comprendo muy bien. - Venimos de lejos y buscamos a personas con un destino particular y tu formas parte de ellos. Kalhid frunci las cejas. - Esperan algo de m, no es cierto?

Acto 2 : El canto de Cristal El canto de Cristal

La travesa por el desierto significo para ellos una victoria fcil de lograr. Tenan una misin de suma importancia y cada vez que sala el sol, las oraciones eran pronunciadas con un fervor increble. Galvanizados por su fe, no sintieron el paso del tiempo. Al final, en medio de un da particularmente radiante, todos lo escucharon. Era como una especie de canto, majestuoso. l los llamaba, los gui hasta el punto de impacto. Mientras mas avanzaban, la cancin se hacia mas clara. Alhem detuvo su marcha bruscamente. - Por qu te detienes? Dijo Aziz poniendo la mano sobre el hombro del sacerdote de Sol'ra. Los otros nmadas esperaban, prestando atencin a las palabras de su lder espiritual.

- Esta cancin es un llamado de ayuda. Vio la piedra, y ella confirmo su razonamiento. Los infieles son numerosos y de gran alcance. Ella est en peligro. Debemos actuar con rapidez antes de que se desate una catstrofe. Aziz se volvi hacia a Kararine y hablo con un tono lo mas autoritario posible. - Vas a ir a explorar y nos traers un informe sobre estos perros que se atreven a tomar cualquier cosa que no les pertenece. A modo de respuesta, la joven baj la cabeza antes de correr en la direccin del impacto. Unas horas ms tarde, por fin llego a su destino y su corazn se precipit cuando pos sus ojos en la piedra. Ella era majestuosa y estaba baada de una luz que le recordaba a la joven mujer el templo Sol'ra cuando el sol estaba en su apogeo, y sus rayos baaban las paredes de la sala de oracin. A sus pies, de un lado y del otro, haba dos campamentos. Uno tenia carpas azules adornadas con banderas con los smbolos del dragn, y el otro tenia tiendas rojas alineadas. En todas partes, haban numerosos asentamientos con muy diferentes estilos. Kararine estimo que haba mucha gente, pero de todos modos Sol'ra protegera a sus seguidores y fcilmente podra vencer a estos parsitos. Interiormente se regocij imaginando los combates que se llevaran a cabo. Pronto, se dijo a si misma, estas tiendas se quemaran por las llamas de la furia del dios del sol. De pronto oy pasos que se acercaban a ella. Sinti que el aire se enfriaba. Los pasos cesaron y escucho una voz con un acento extrao. - Tambin puedes escuchas esta cancin? Kararine se arriesg a mirar fuera de su escondite. Se encontraba una mujer con la piel plida y unos intensos ojos azules. Exista en esta persona algo parecido a un poder oculto que provocaba confianza en la joven nmada. Decidi ir a examinar a esta extraa mujer. Sin pronunciar una palabra, se acerco y observo que el fro emanaba de su cuerpo. - Qu eres? De qu cancin ests hablando? - Yo soy Yilith, hice un largo viaje siguiendo una cancin que oigo en mi cabeza. La oyes? Todo esto es increble. Pobre Kararine, esta infiel estaba tratando de confundirla. Tenia que advertirle a Alhem y Aziz lo ms pronto posible.

- No s a qu te refieres -exclam retrocediendo. Sac una daga y se puso a la defensiva. Djame en paz y no pasar nada. - De acuerdo, no eres muy amigable. Voy a ver si las otras personas me pueden ayudar. Luego sigui su camino como si nada hubiera sucedido. Kararine continu sus investigaciones en el bosque que estaba cerca para evitar la agitacin. Con el mayor sigilo posible, se trasladaba con la esperanza de no volver a tener un desafortunado encuentro. Una vez ms, debido a la mala suerte, o quizs por su falta de destreza en reas forestales, por poco es atravesada por un pual que lanzaron. Luego, una persona vestida de gris con una capucha bastante extraa salt sobre ella sin previo aviso. Esta vez, fue suficiente para hacer enojar a la joven. Ella lo esquiv gil mente mientras desenvainaba una daga en cada mano. Le dijo a su adversario que lo tena a una distancia muy corta, quien tuvo que hacer una acrobacia evitando su ataque y consiguiendo que solo rasgara su capa. La batalla dur varias horas, ambos tenan igual fuerza pero Kararine haba ideado un plan y poco a poco se acercaba a su ejecucin. As que despus de un rato la Asesina (pues tal era el rol que se le haba asignado) saba que su enemigo iba a perder, porque ahora serian cinco contra l. Entonces Aziz, quien arremeti contra el obligando al confuso Traquemage a esquivat por poco una lanza que cruzaba de lado a lado. La situacin se le fue de sus manos, al igual que su presa. El deba desaparecer nuevamente para repensar su estrategia. Se envolvi en su capa y se tiro hacia el suelo. La tela cubri el suelo antes de ser cortada en trozos pequeos por Kararine y Aziz. Por desgracia, el Traquemage haba desaparecido. La exploradora luego explic lo que vio y que haba encontrado. Insisti en la extraeza de los infieles y propuso no atacar de frente o de lo contrario la derrota, a pesar del apoyo de Sol'ra, sera aplastante. Aziz, quien haba servido durante mucho tiempo en el ejrcito de Kahani III propuso, en espera de la llegada de refuerzos, intentar hacerse a la piedra en busca de pequeos ataques hacia grupo reducidos de guerreros. Alhem acepto con cierta reticencia, pero era imprescindible seguir las rdenes de olmarek y era seguro que los infieles se cruzaran en su camino. Ms aun con el llamado de la piedra, tenan que darse prisa ahora. Estos infieles conocan de la presencia de los fieles de Sol'ra. Y as fue como los nmades del desierto entraron en conflicto por la piedra cada del cielo.

La Maldicin

El portal se abrio, y la luz que se escapaba de el se fue debilitando despacio. Sangrespada y Sinrostro se miraron un largo rato antes de que uno de los dos pronuncie la menor palabra. - Y ahora? Que pasa? Le dice el Hom'cha a su compaera? - Y bien, vaymonos! No habia ella acabado su frase que una forma se dibuj. Un hombre pas el umbral de la puerta, hizo algunos pasos y se derrumb. Luego, sin el menor ruido, la Puerta del Infinito se cerr,y luego desaparecido. Ambos Zil miraron con ojos terribles, verdaderamente no esperaban esto. Les haban prometido una vuelta a la vida entre sus semejantes, y finalmente se encontraban con alguien desembarcado de ninguna parte. Sangrespada examin al desconocido. ste llevaba una armadura magnfica de placas cubiertas de cuero endurecido, que cuando era nueva probablemente deba ser rojo. Una capucha cubra su cabeza, dejando aparecer algunos mechones de cabellos que el tiempo haba blanqueado. La elfine estudi el cuerpo inanimado y levant la capucha. - Esta vivo. Volvamos con Kriss, probablemente el podr ver lo que tiene. Sinrostro tomo al desconocido y se lo ech al hombro tan vulgarmente como a una bolsa. A lo largo del camino de vuelta hacia el campamento de los Zil, Sangrespada pareca perdida en sus pensamientos. Algo la tenia preocupada sin saber demasiado que. Tena la vaga impresin

de que este desconocido no era tan desconocido como pareca. Llegados a la carpa, fueron acogidos por Abyssien. - Por fin los encuentro, tengo cosas que deben saber. - Nosotros tambin tenemos cosas que decirte. Debemos ver tambin a Tlendar y Kriss para contarles. - Es una historia larga, pero Tlendar no es ms de los nuestros. Yo retomo el papel de jefe de los Combatientes de Zil. Era, decididamente, un da pleno de sorpresas! - Euh... Muy bien, de todos modos jams me gust. Cuando tom tu sitio, en el gremio, le habra propinado unos cuantos golpes. - Sinrostro, siempre tan refinado y poetco. Este ltimo puso delicadamente su paquete al pie de su nuevo jefe que mir al desconocido con una mirada asombrada. - Esto es raro! Esta armadura me dice algo. - T tambin? Cort a Sangrespada. Desde que lo encontramos, tengo la impresin de conocerlo. - Es porque seguramente les han contado esa historia. En fin, una historia que habrn escuchado, cuando ustedes estaban en casa de los humanos de Yses. Justo en ese momento aparece, Kriss que haba sentido curiosidad por ver reunidos a sus compatriotas. - Qu pasa aqu? Interrog al msico. - Apareces justo a tiempo, puedes mirar lo que tiene. Orden el jefe de los Zil mostrando al desconocido. - S por supuesto, pero no aqu. Sinrostro, trelo a mi vagon, te lo ruego. Abyssien y Sangrespada se instalaron cmodamente bajo la carpa que, aparte de escenario para las representaciones, serva de saln inmenso donde los miembros del gremio podan relajarse a su modo.

- Entonces, que historia? - S, eso estaba por contarte, dice ponindose su sombrero. A su alrededor la escena cambio, y la carpa desapareci para dejar lugar a un bosque lgubre. All, un animal se col entre los rboles, luego vino otro de por all, y luego otro para formar finalmente una jaura. Luego salieron del bosque. Sangrespada los reconoci: Volks! Eran criaturas terribles y casi desaparecidas en la actualidad. Uno de ellos era particularmente imponente. Era visiblemente su jefe. La continuacin fue una carnicera. El volks atacaron varios pueblos y devoraron todos los seres vivos que pudieron, tanto por placer como por hambre. La escena cambi, nuevamente, ahora estaban en un castillo. All, tres personas noblemente vestidas platicaban vivamente. - Seor, intentamos todo contra los volks, sin xito. Tienen mucha destreza y su jefe nos siente llegar, anticipadamente. El hombre coronado miraba fijamente el suelo, mientras reflexionaba sobre la mejor solucin. - Veo que slo l puede ayudarnos. S que no lo aprecias en lo mas mnimo, pero hay que reconocerle sus meritos. - Usted no piensa en l! Gaumatta, a pesar de la amistad que nos une, usted no puede intervenir para llamarlo a l? - Mergis, eres por cierto mi amigo, pero mi decisin esta tomada. Bardiya, vaya a avisar a Kolodan de la situacin. La imagen se desvaneci y la carpa reapareci. Kolodan! ! Conoca esta historia. Este protector fue la ltima muralla contra estos monstruos. Diezm a todos ellos y combati a su jefe durante das. Luego, despus de eso, desapareci misteriosamente. - Quieres decir que este hombre es Kolodan? - Eso no es seguro y el mejor modo de verificarlo, es preguntarle a l. La noche cay sobre la Tumba de los antepasados. Kriss haba trabajado y sus muchas heridas no eran ms que un recuerdo. Abyssien, Sangrespada y Sinrostro esperaban alrededor del fuego que Kriss les diera noticias. La puerta del vagon se abri. - Sinrostro, puedes venir a echarnos una mano.

El msico retena por el brazo al desconocido que haba recobrado el conocimiento. Lo instalaron con ellos alrededor del fuego. Todos ellos esperaban la continuacin de la historia, era Kolodan? - Quien es usted? Pregunt Abyssien. - Yo... Soy Kolera... - Kolodan quiere decir? - Kolo... No! Aquel ser desapareci hace mucho tiempo. No queda ya nada de l. - Y qu fue de l, si se puede preguntar? - Ya no existe, ya no soy hombre, sino no completamente volk. Soy slo Kolera. - Dnde estabas durante todo este tiempo? - Todo este tiempo? Que fecha es? - Si mi memoria es buena, los siete reinos utilizan el calendario imperial. Estamos, pues en el ao 105. Esto fue como una pualada para Kolera. Ms de veinte aos haban desaparecido sin que verdaderamente se d cuenta de ello. - Donde estaba usted, aadi Sangrespada visiblemente apasionada por el sujeto. Era era... No acab su frase. Miraba al cielo con temor. La luna se levantaba, inmensa y roja. La maldicin oper. - Nooon! No no no no no no! Cria-t 'l. Una transformacin se produjo entonces. Kolera se retorci de dolor, los pelos largos y negros aparecieron sobre sus brazos, su armadura dejo su lugar. Luego su cara cambi, se alarg en un hocico largo, sus dientes crecieron. Se haba convertido en mitad hombre, mitad volk. Aunque estaba visiblemente rabioso, se par precipitadamente delante de Sangrespada. Literalmente fue hipnotizado por la joven elfine. La clera se fue poco a poco.

La Ordala

olmarek esper pacientemente a que el resto de las tropas se reunieran con l para luego emprender el camino hacia el impacto. Entr en el saln principal del templo de Sol'ra, perdido en sus pensamientos. Ya hace muchos aos que se encontraba al servicio del Templo y ciertamente su fe nunca haba vacilado, pero desde el canto de cristal, el anciano sacerdote se lleno de dudas. Por qu en los ltimos aos, durante tanto tiempo la presencia divina fue dbil, y de repente una manifestacin tan importante de Solar se produce? Record que cuando era un joven sacerdote, ocurri otro evento como este, el cual termin en una catstrofe. De qu servira ahora? Cul es el propsito de todo esto? Todas estas preguntas germinaron en la mente del anciano. - La duda no est permitida en ti, sumo sacerdote. olmarek dejo de imaginar y mir a su alrededor. La presencia que senta era extraamente familiar, como si el pasado resurgiera. - Yo conozco esta voz, mustrate. - Mrame... padre. A continuacin, se dirigi a la estatua que haba tallado hace casi treinta aos. La joven mujer representada estaba baada con una luz suave. Ella ya no tena ms el aspecto de una estatua

congelada, sino el de una persona viva. olmarek cay de rodillas, con el corazn encogido por sus lgrimas. - Dja... Djamena, realmente eres tu? - Yo vengo a vosotros como mensajero. Escucha mis palabras porque ellas son instrucciones! Un mensajero! Esto auguraba algo muy importante, porque su aparicin era siempre sinnimo de cambio y de intervencin divina. Las escrituras antiguas talladas en los muros del templo daban manifiesto de una serie de intervenciones de esta naturaleza. - Escucho, Mensajero. - Te alejas poco a poco del sumo sacerdote que eras, y es necesario que su fe sea infalible. Vengo a ensearle La Prueba! - Qu... Qu? olmarek no poda creer lo que escuchaba. Seria sometido a una prueba para demostrar su fe. Ya he demostrado mi lealtad en el pasado y mi vida est al servicio de Sol'ra! - La fe no es sobre el pasado, sino sobre el presente. Sol'ra necesitara a su sumo sacerdote, y tu tienes que estar listo. Varios eventos se llevarn a cabo y los infieles no tienen que hacer nada para frustrarlos. Tendrs que intentarlo y si tu fe no es lo suficientemente fuerte, acarrearas la ruina. - Me someter a la prueba, cual es la tarea que tengo que cumplir? - Un padre y su hija llegaran al templo. El hombre es ciego y sobrevive gracias a su hija. Debers convencer al padre que Solar reclama a su hija, condenndole a una muerte segura. Efectivamente un carro tirado por un buey pas por el arco de la entrada del templo. Una joven comandaba al animal con una cuerda. Se sorprendi cuando se dio cuenta del gran parecido entre Djamena y la joven. Entonces comprendi a que clase de evento se enfrentaba. La joven ayud a su padre a bajar y luego ambos avanzaron para saludar al sumo sacerdote debido a la circunstancias de su alto cargo. - Hemos recorrido un largo camino para rezar a Sol'ra y pedir su ayuda para que sane a mi padre.

Sol'R dios del sol y de la luz ha sido invocado a menudo en oraciones para recuperar la vista, y en algunos casos esas oraciones fueron escuchadas. olmarek todava tena las palabras pronunciadas por el Mensajero y sobre todo la respuesta a la prueba que tenia que cumplir. - Cul es tu nombre? -Pregunt. - Djamena. La coincidencia era demasiado. Le tom la mano y se concentro, enfocndose en el alma que habitaba ese cuerpo. l sonri cuando se dio cuenta con su mente que se encontraba su hija. Sol'ra haba vuelto a l, y nunca mas volvera a dudar. - Bueno, Djamena, trae a tu padre al pie de la estatua para que se arrodille, nosotros rezaremos con l. Oramos a Sol'ra para que tenga piedad de este hombre quien vivi en la oscuridad para que l pueda volver a ver la luz. olmarek us sus poderes y puso sus manos sobre los ojos del infortunado. - Sus oraciones han sido escuchadas. Cuando quit sus manos del hombre, este parpade a la vez que su vista poco a poco regresaba. - Ahora veo! , Exclam. Veo otra vez! Cay de rodillas ante olmarek, Djamena hizo lo mismo. Cmo te agradeceremos? - Mantengan su fe en Sol'ra y sigan sus mandamientos, sin dudar jams. Necesito que me presten un servicio. - Dime, yo hara cualquier cosa que me pida. - Tu hija pertenecer a Sol'ra. Esta frase significaba que iba a ser sacrificada en su honor? El hombre no pudo responder nada, aturdido por la noticia. Debera recuperar la vista a cambio de perder a su hija? - No te preocupes, ella ira al templo y se convertir en una sacerdotisa. Djamena se sorprendi. Ella servir a Sol'ra? El hombre se levant y tom con sus manos el rostro de su hija.

- Si no recuerdo mal, una joven sacerdotisa no debe ser vista por los hombres, los preceptos de Sol'ra evitan esos encuentros. T has tenido hasta ahora una vida llena de miseria acompaando a un ciego. Es hora de que vivas tu propia vida, incluso si eso significa que dentro de poco no volver a verte. Djamena se arroj a los brazos de su padre como si estuviera diciendo adis. El sumo sacerdote miraba con nostalgia. Recordaba el amor que haba sentido por su hija. Significo para l una segunda oportunidad, un rejuvenecimiento, un renacimiento, se dio cuenta de que lo que Sol'ra tom, l tambin podra tenerlo. Una vez que el hombre se fue, Djamena y olmarek estaban solos. Entonces los ojos de la joven cambiaron y brillaban como mil luces. - Has pasado esta primer prueba, pero vendrn otras. Lo has adivinado, regresare pero ahora no puedo quedarme. Cuando llegue el momento me reunir contigo, padre.

El Runico, capitulo 2

Kalhid esperaba una respuesta, aunque estaba casi seguro que seria un "s". Pero despus de todo, vala ms esto que regresar a la esclavitud.

- Hay algo que podras hacer por nosotros. Debes saber que eres libre de negarte, de ser as, vete al fondo de la sala y ese camino te llevar hacia la salida. Porque lo que se espera de ti, va a ser difcil de cumplir. - No soy un ingrato. Ustedes me salvaron de la muerte y les estoy agradecido. Entonces los escucho, que desean que haga? La forma se acerc al joven hombre, pero este ltimo no se atrevi a levantar la mirada porque fue intimidado profundamente. - Muy bien, tu eleccin esta hecha, y tu palabra esta dada. Hace varios das un meteorito se estrell en el continente. Si bien el acontecimiento es bastante comn, es la naturaleza del meteorito la que nos interesa. El desconocido fue del lado de las armas y las armaduras y, dando la espalda a Kalhid, continu su discurso. - Nosotros, recorremos el mundo en busca de ciertas piedras que poseen facultades mgicas o que parecen tenerlas. Entonces, en esta, hemos sentido el mayor poder hasta este momento. Se movi y, con una mano muy poco humana, tom un objeto. Luego volvi frente a su interlocutor. - Nos gustara que fueras all dnde se estrell, y que nos traigas un pedazo de esa piedra. Esta tarea es peligrosa. Tambin te confiaremos esto. Puso el objeto en el suelo y este produjo un ruido metlico. Kalhid vacil, luego lo tom. En seguida el objeto se desarroll alrededor de su mano y alrededor de su mueca. Era como un tipo de guantelete. El joven hombre casi senta como un tipo de conciencia en el interior.

- Este es un objeto rnico. Cudalo, porque debers devolverlo. Cuanto ms estn ambos en simbiosis, ms el guantelete se desarrollar. Despus de algunos movimientos, rpidamente se dio cuenta que el peso del objeto no corresponda a su apariencia, pero sin embargo pareca muy resistente. - Les agradezco. Si tengo bien entendido, debo ir al lugar donde el meteorito se estrell, tomar un pedazo y volver aqu. Es as?

- S. - Bien, esto no me parece muy difcil. - Lo ser. Pero antes de que te vayas, debes saber que tu nombre no es ms Kalhid, sers en lo sucesivo el portador de las runas Hars. Una nueva partida, con un nuevo nombre? Al final, esto se pona interesante. De todos modos, le gustaba cambiar el suyo por un buen nombre. - Afuera un caballo y provisiones te esperan. Vete ahora, te esperaremos aqu. Hars se fue pues, hacia este nuevo destino que se le haba predicho. Una semana ms tarde, Hars encontr el lugar del impacto. De camino, haba encontrado a otras personas que, como l, iban hacia esta piedra famosa. Supo que los grandes gremios estaban en el mismo lugar y que se libraban enfrentamientos para reclamar su propiedad. Cuando lleg, el sitio, era un verdadero campo de tiendas. Si todo el mundo quera esta piedra, dudaba que le dejaran tomar un trozo as nomas. Esper pues a que llegara la noche para actuar. Una luz dbil se escapaba del meteorito, que revelaba ser mucho ms grande de lo que imaginaba. No esperaba tampoco que fuera una piedra. Despus de todo, quin vigilara una piedra grande como dos casas por temor a que se la roben? Y muy visiblemente, los Combatientes de Zil, pensaban as. Por ejemplo, un Combatiente de Zil: Marlok. ste pasaba una buena parte de la noche estudiando la piedra. Evidentemente, haca esto lo ms lejos posible del campamento de los Draconianos. Hars se dirigi hacia la piedra, una vez delante de ella, golpeo la pared con su mano enguantada . Marlok quedo sorprendido porque nadie haba podido pasar la barrera que protega la piedra. Cuando vio a Hars asestarle un gran golpe, no vacil un segundo. La prudencia con la magia era necesaria y este acto no era prudente, por el contrario, era potencialmente peligroso. El mago realiz una suerte de fusin golemica que tendra por resultado una mezcla sorprendente entre el mago Zil y su viejo golem de cristal. - Aljate de ah! Corres peligro de provocar catstrofes. Hars mir la cosa extraa con sospecha. Su guantelete reacciono ante la amenaza y recubri la totalidad de su brazo derecho. - Esto es slo piedra, ni ms ni menos. Quiero slo tomar un pedazo. No se inquiete, no pasar nada ms.

Golemarlok sacudi la cabeza de modo negativo y salt sobre Hars, llamas aparecieron en sus manos. El hombre del desierto esquiv por poco y le asest un golpe magistral a su opositor que estuvo a punto de caer a tierra. Pero Golemarlok era curtido y alcanzo a tomar con sus dos manos unidas al coloso del desierto por el hombro y lo hizo vacilar. Pero, para Hars, pelearse era un modo de vida. Haba perdido la cuenta del nmero de veces se haba peleado en las minas por su supervivencia y la cantidad de vidas que haba cobrado. Y as, como cada vez que peleaba, la clera suba rpidamente. Los intercambios de golpes se hicieron ms violentos, la magia del mago-golem se deslizaba sobre el guantelete rnico del coloso como el agua sobre la piel de una serpiente. Luego, el mismo guantelete acabo por recubrir ambos brazos de Hars y los smbolos grabados sobre l brillaron. Golemarlok desconoca esta magia extraa y se enter de ella a alto costo. Sufra cada vez ms y un malestar cada vez mayor se hacia sentir, perda el control de su magia. Pero el mago Zil no haba dicho sus ltimas palabras, y si la magia era ineficaz tena muchos otros recursos. Contraatac con lminas de cristal que le infligan cortes severos a su opositor. Pero la rabia de Hars sobrepasaba el dolor. Puso todas sus fuerzas en un ltimo golpe. Golemarlok tuvo el reflejo de separarse de su golem para evitar el golpe que seguramente iba a matarlo. Fue pues su creacin, la que recibi el golpe del puo enguantado con un crujido que solo poda significar destruccin. Hars golpeo tan fuerte al golem contra la piedra caida del cielo que esta ltima se agriet, liberando algunos pedazos de cristales amarillos que se mezclaron con los cristales azul-noche del golem. El mago Zil fue vencido. Y cuando Hars removia los restos del golem de cristal, varias personas se acercaron. Eran tres, sus vestidos lucan el emblema de los Enviados de Noz' Dingard. Uno de ellos se inclin delante de Hars. - Soy Aerouant, hijo del Profeta. Dirijo actualmente a los Enviados de Noz' Dingard. Hars verdaderamente no saba quienes eran, y no les daba mucha importancia. El mago que no vea ninguna reaccin encaden. - Le agradecemos por lo que usted hizo. Los Combatientes de Zil siembran el destruccin en la regin y cometieron crmenes aberrantes, le dijo con amargura. Aerouant estudi a Marlok. Este ltimo no poda mover ni un pulgar, traumatizado por la prdida de su golem y su spera derrota. - Marlok, en nombre del Dragn te detengo. Sers juzgado en Noz' Dingard. Anryna verdaderamente tiene prisa por verte. El joven mago no esconda una cierta alegra.

- No s quien es, pero si algn necesita ayuda, avsenos, tenemos una deuda hacia usted, aadi Aerouant.

Alishk apret la mano de Hars como los hombres del desierto. - Vienes del desierto de esmeralda, cierto? Sin embargo la armadura que llevas no me parece que haya sido fabricada all. El coloso no respondi y comenz a recoger los pedazos de la piedra cada del cielo. Los enviados se fueron de nuevo con su preso y Hars volvi a emprender el camino sin esperar ms. Sigui su camino sin apartarse de l ni una sola vez y al cabo una semana haba vuelto al templo misterioso. All un hombre lo esperaba, de una cincuentena de aos, los cabellos morenos y largos y la mirada orgullosa. Llevaba una armadura completamente de placas de color dorado y plateado. - Bienvenido Hars, soy el seor rnico Eilos. Si ests aqu, es por que supongo que desempeaste tu misin. Hars puso la bolsa en sus manos. - Ven, tenemos un obsequio para ti, Hars el rnico.

Intrigas

Desde la cada de la Piedra, cada vez ms gremios y curiosos convergan hacia las tierras de la Tumba de los antepasados. Las tensiones estaban en su paroxismo y muchos ya contaban que una guerra se habia desatado. Los que estaban presentes, sean de Kotoba, Enviados de Noz' Dingard u otros gremios lo saban bien, el conflicto empujaba poco a poco al territorio hacia una conflagracin total. Todo esto por el control de un poder extraordinario cuyo origen nadie a parte de los Nmadas del desierto conoca. Por todas partes, en el gentio, los valerosos aventureros se enfrentaban a veces hasta con compaeros del pasado... Dos meses despus del principio de las hostilidades, en Kastel Drakren, la ciudad ms prxima a la Tumba de los antepasados, de la Draconia. Cuando el final de la guerra es incierto, a menudo acudimos a la poltica y a la etiqueta para intentar encontrar una solucin satisfactoria para todo el mundo. Todo esto pasaba videmente tras bastidores, desde hacia algn tiempo ya, pero esto nadie lo saba, por lo menos hasta el momento. Drakren fue a menudo utilizado para los encuentros entre embajadores del Imperio de Xzia y los polticos de la Draconia. Y en esta hora tarda, en una de las salas de recepcin, los tratos se realizaban con tacto y frases bien estudiadas. Kimiko y Oogoe kage fueron misionados por el Emperador para negociar la salida de los Enviados de Noz' Dingard, pero el negociador enviado por Dragn tena aos de experiencia e iba a ser un adversario formidable.

- Seor Galmara, estoy segura que podemos entendernos. Usted sabe bien que slo un acuerdo entre nuestras dos naciones permitir acabar esta guerra estpida. - Querida, lo que usted propone me parece difcilmente realizable. Tomando en cuenta, que la Tumba de los antepasados es una zona neutral desde el fin de la guerra entre Draconia y el Imperio. Qu ese pedazo de tierra vuelva a ser de Xzia y qu as la piedra sea vuestra no es posible. - El Emperador es consciente que esto corre peligro de desembocar en un conflicto todava mayor. Pero en su gran magnificencia, le acercamos una propuesta que estoy seguro plenamente le satisfar. Oogoe formaba parte del Cuervo una faccin presente en el seno de Kotoba y quen desempeaba un papel ms que preponderante. - A cambio de la vuelta de la Tumba de los antepasados al Imperio, le concedemos un derecho de paso de por vida sobre esas tierras. Y adems de eso sus magos podran venir a Mragi para estudiar la Piedra, en cuanto sta sea llevada all, y secundar a nuestros magos, aadi Oogoe. - Adems, terci Kimiko, he aqu una suma ofrecida por el Emperador en prenda de obsequio. Sabemos que Draconia desea abrir escuelas de magia, esto podr ayudarles en esa tarea. Galmara saba que la propuesta era interesante, pero la contrapartida era demasiado dbil. - Ustedes estan bien informados, esto no me asombra de vosotros, querida. Acepto en nombre de Dragn el obsequio del Emperador, y le trasladare su propuesta. Voy a rendir mi informe de su demanda a quien corresponda. Les invito a vernos de nuevo maana con el fin de darles una respuesta. Galmara se inclin delante de sus invitados y los dej para reunirse en otro cuarto, junto a varias personas que lucan los colores draconianos. Estaba all Anryna y otra persona cuya cara estaba cubierta por una capucha ancha y azul. - Seor Galmara, le escuchamos. - Dama Anryna, Seor Profeta, el Imperio de Xzia desea que la Tumba de los antepasados vuelva a pasar bajo su gida. Draconie tendr acceso, a ella y tambien a la Piedra caida del cielo con el fin de estudiarla. Anryna mir la Profeta, luego este ltimo tom la palabra.

- Dragn fue claro, nadie debe tener esa piedra. Es el veneno que va a roer a Guem y llevar a a todos nosotros a nuestra prdida. Galmara se sintio perturbado al oir al Profeta. Ellos se conocan bien por haber tenido largas discusiones en el pasado, pero no reconoca el sonido de su voz ni su modo de moverse. Pero sabiendo quedarse en su lugar, le dice estas palabras: - Muy bien, pero la situacin es delicada. Si Kotoba y los Enviados cuidadosamente se evitaron hasta aqu, ahora hablamos de una guerra probable y abierta, de la que saldremos totalmente perdedores. Si se me permite opinar, tenemos que hacer algo mejor. - Exacto, respondi Anryna. En este momento alguien llam a la puerta y entr. Se trataba de Marlok, que se encontraba vestido con los colores de Draconia. Avanz hasta el grupo y puso rodilla en tierra. - Identifiqu la "preocupacin". Podemos vencer a Kotoba si el plan se desarolla correctamente. Galmara abri grande los ojos. - De cul plan habla y desde cuando volviste a ser un miembro de los Enviados? - Esto es largo de explicar, y el tiempo nos acosa cruelmente, respondi el mago. Profeta, usted tena razn los Combatientes de Zil estn bajo una influencia Nhantiste, algunos de ellos, como fue mi caso no actan, solo a voluntad de su jefe. Podemos liberarlos y hacer de ellos aliados poderosos. Profeta avanz hasta la altura del mago. - Mejorado Marlok, trabajaste bien. Recobras tu lugar en el seno del Compendio. Otros Zil tambien corren peligro de caer bajo la influencia de Nehant. Ponte en camino con Aerouant y sigue la pista de Tlendar. No debe estar lejos de su "maestro". Vayan, todava tengo que hablar con el seor Galmara. Anryna dej el cuarto al mismo tiempo que Marlok, dejando a Profeta y Galmara en sus discusiones. - Que piensas de los Nmadas? - Les conoc en otro tiempo, hay que desconfiar de ellos.

- Tengo miedo que preparen algo grave. Seor Galmara, vamos a tener que ser astutos. Tengo una lista de invitados que deseo convidar a una gran velada, aqu mismo. Durante esta recepcin, deberemos descubrir secretos y desbaratar los complots que se traman en la sombra. En el pasillo adyacente, Oogoe sonrea. - S, muchos complots se traman...

Presagio

Toran haba vencido a Akutsa y encarcelado a Akujin. No deseando abandonar a su antiguo alumno, el viejo maestro haba decidido que era el tiempo para que l volviera al templo de Yafujima y que por fin Aku se convirtiera verdaderamente en un miembro de la Orden. Haba dejado el templo mucho tiempo atras, por vergenza, al haber fallado en su labor de maestro Tsouta. Ahora, estaba en paz. Haba conseguido superar la prueba que la vida le haba impuesto y, si se requera de l, entonces retomara su puesto. Su llegada no pas inadvertida. Toran haba escogido bien el momento para volver, porque precisamente era la hora del entrenamiento en el patio. Los presentes se pararon, apartndose para darles paso. Los cuchicheos se escuchaban por doquier, hasta que Toran y Aku estuvieron al otro lado del patio. Entonces, todos hicieron silencio a la espera de las palabras del maestro del Templo, el venerable Zaoryu. Este ltimo no crea lo que veian sus ojos. En otro tiempo, l y Toran fueron amigos intimos y

haban tenido el mismo maestro. Toran se inclin delante de Zaoryu presentando un rollo de papel cerrado por un sello. - Aqu esta encerrado el Cherchefaille denominado Akujin, en otro tiempo llamado Senjin. Deseo que sea guardado de nuevo por el Tsouta de Yafujima. Zaoryu acept el rodillo y fue a guardarlo, lejos de las miradas y bajo la proteccion del Tsouta. Luego a su vuelta se inclin delante de Toran. - Estoy feliz de tenerte de nuevo entre nosostros amigo mio, tu presencia y tus enseanzas hicieron mucha falta. Pienso que tenemos que hablar. El joven a tu lado es tu antiguo alumno, Aku? Aku no haba pronunciado la menor palabra desde hacia das. Ahora liberado de la influencia de su Cherchefaille se daba cuenta del dolor y mal que haba causado y la vergenza se haba apoderado de l. Respondi a la pregunta de Zaoryu con un pequeo movimiento de su cabeza, de forma afirmativa. - Venerable, deseo acabar de transmitirle mis enseanzas a Aku. - Deseas quedarte aqu y volver a estar entre aquellos a quines abandonaste? Toran se sinti mal. S, los haba abandonado. - Pero nuestras enseanzas son tales, que no nos esta permitido negarte que te reincorpores. Las heridas se curan y hay que mirar hacia el futuro, de aqu en adelante. Toran tu error ha sido remediado. Aku vuelve a ser tu alumno... Fue interrumpido por los gritos de Aku. - Maestros! , miren!, dice sealando a una ave inmensa que pasaba por encima de ellos. Es un Cherchefaille! Los Tsoutas se asombraron, ninguno de ellos haba sentido su presencia, ni siquiera el mismo Toran. Esto demostraba a todos la gran afinidad que tena el joven con el mundo de los espritus. El ave en cuestion, era una Garza y luego de pasar por encima del templo, comenz a alejarse. - Toran, quieres seguir a este Cherchefaille y encontrar la explicacion de por qu se pasea libremente en nuestro mundo? Para colmo, una Garza.

- S... Aku, qudate aqu. Volvere tan pronto como pueda. El viejo Tsouta se fue rpidamente antes de perder la pista a la Garza. En el camino, record una leyenda respecto al Cherchefaille Hron. Oka, era un pueblo Xziarite en el borde de la tumba de los antepasados. Hime haba sido enviada alli como refuerzo de los Kotoba y con muchas recomendaciones de su maestro abatidor, Tsuro. Deba ser muy sigilosa porque los informes le sealaban que podia haber espas vigilando en los alrededores. Era por la noche y patrullaba de tejado en tejado, cuando falt poco para que perdiera su camuflage. Se senta observada. Pero no haba, ni siquiera la sombra de algun transeunte en las calles a estas altas horas de la noche. Baj para esconderse, a tiempo suficiente para ver si no la seguan. Entonces, como de la nada, un viejecito aparecio en la calle. Visiblemente, buscaba algo, o ms bien a alguien. Esper pacientemente que pasara por donde estaba ella para saltarle encima. Por desgracia para ella, el viejo era Toran, que no se vio sorprendido, prevenido por su Cherchefailles. Estos ltimos salieron en el momento de la agresin para protegerlo. Hime se sorprendio y se retir algunos pasos. En ese momento, aparecio delante de la joven, una Garza inmensa y morada que despleg sus alas. El Tsouta no podia creer que la Garza estuviera alli, y por su parte la joven tampoco. Los animos se calmaron cuando cada uno reconocio la orden, en la que el otro militaba. Luego la Garza desapareci, viendo que Hime estaba a salvo y la situacin no revestia peligro. Toran observ a la joven con mucho inters y observ los tatuajes morados caractersticos de los lazos con un Cherchefaille. - Que quieres de mi viejo perverso? Le espet Hime que vea sus ojos pasearse sobre su cuerpo. Qu es todo esto?? - Cmo obtuviste esos tatuajes? - Los tengo desde hace tiempo. - Bien, he aqu algo interesante. Quiero hablar con Tsuro, s que puedes ponerte en contacto con l y tu presencia aqu indica a todas vistas, que probablemente debas estar en camino para reunirte con l. - No se de que hablas. - Quizas no. Pero s que sientes su presencia desde hace tiempo, que a veces tienes sueos o visiones que no puedes explicar. Puedo ayudarte a comprender lo que esta por venir, pero antes debo hablar con Tsuro.

Tena razn. Conoca de reputacin de los Tsouta y en verdad nunca haba pensado en ellos para solucionar su problema. - De acuerdo, voy a hacerlo. El da siguiente, cerca del medioda, Ramen, el clebre vendedor de tallarines se haba instalado en la plaza del pueblo. Por desgracia para l, sus dos unicos clientes, a causa de un pedido especial, eran Toran y Tsuro. Ramen debera sentirse honrado, con su presencia, en su humilde puesto. Pero solo dos clientes, era malo para su negocio. Pero esa era otra cuestion. - Que sabes sobre Hime? - Todo, o casi todo. Hizo alguna tontera? - No, no, muy al contrario, pienso que su destino no es el que piensa seguir. - Podrias ser ms claro, las elucubraciones de los Tsouta son siempre difciles de comprender. - Hime es una Tsouta. Tsuro no pareci sorprendido. - S, lo saba, pero sus talentos estn al servicio del Emperador y el Emperador desea que forme parte de mis Abatidores. No querras enfadar al Emperador contradiciendolo? Adems, tengo mucha esperanza puesta en su futuro en el seno de mi orden. El viejo hombre baj la voz para no lo escuchara Amaya, que vigilaba en la entrada. - En el futuro, tiene buenas posibilidades de tomar mi lugar. - Pero si no controla a su Cherchefaille, corre peligro de provocar accidentes y as perjudicar la imagen del Emperador. No querras que el Emperador se enfadara, al enterarse de ello, no?

Un silencio pesado se instal entre ambos hombres. Cada uno, no quera darle la razn al otro. Pero fue Toran quien encontr la solucin. - Hoshikage. Conoces ese nombre? - Pfff, s, muy bien, fue uno de mis predecesores, hace varios siglos de esto. - Y era tambin el nico en formar parte de nuestras dos rdenes.

- La situacin es diferente. - No, no es diferente. Pienso que Hime es su descendiente, no s sobre eso nada ms por el momento, salvo que el Cherchefaille del Hoshikage era una Garza, como el de Hime. Te propongo que siga pues, nuestras dos enseanzas. No haba sentido tal fuerza desde que conoci a Aku, y esta vez no cuento con cometer ningun error. Reflexiona pues sobre el potencial que puede aportar al Imperio. Tsuro se rascaba la barba. - La necesito para una misin. Pero, dentro de un mes, te la enviar. Con mucha irona, Toran respondi. - Se que el Emperador no se enfadara. Nota de traduccion: Cherchefaille podria traducirse como Busca-fallas debe expresar algo sobre la naturaleza propia de los espiritus, el que le hayan puesto este nombre en la historia.

Le Baile de los cortesanos

Kastel Drakren, varias semanas despus del encuentro entre el seor Galmara y los Enviados de Noz' Dingard...

Segn lo convenido, se haban cursado invitaciones a una lista a tanto particular de invitados prestigiosos. Todos ellos libraban grandes batallas, pero sin ejrcitos a su mando, para ellos, slo la palabra serva como instrumento para lograr la victoria. La intriga, la poltica y los complots eran el alimento diario de estos hombres y mujeres. Galmara saba que reunir a todas estas personas en un evento, haria que es fuera inolvidable para todos. Despus de la respuesta negativa de dejar al Imperio de Xzia volver a ser dueo de la Tumba de los antiguos, haba recibido nuevas consignas. Deba enfocarse, en lo sucesivo, en la gente venida del desierto, impedir a Kotoba tener nuevos aliados, y ver si los Combatientes de Zil podan, o no, servir a los intereses de Dragn, nada inhabitual en suma. Todos los que habian sido invitados asistieron y la velada prometia ser apasionante. Oogoe Kage, Kimiko, Hasna, Marlok, Anglica y Mscara de hierro haban hecho el viaje hasta el castillo y cada uno de ellos eran un adversario temible. Galmara los recibio en la gran sala de fiestas. Haba tambin unos nobles de los alrededores, as como la gente de compaa de los cortesanos. Iba a comenzar su discurso de bienvenida, como lo requera el protocolo, cuando el portero anunci a una nueva persona. - Dama Ishaa, enviada por el Consejo. Al escuchar este nombre todos se volvieron. Galmara frunci las cejas, esta persona no fue invitada, nunca la invitaria a ella. Ishaa formaba parte del Consejo, una gremio cocreado por las potencias del mundo con el fin de regular otros gremios. Su poder estaba por encima del de una nacin y las decisiones del Consejo deban ser respetadas bajo pena de represalias terribles. A fin de cuentas, el Consejo era el nico que autorizaba la creacin de un Gremio y el nico que podia disolverlos. Ishaa probablemente era una de las personas ms temidas por esta gente. Su belleza fatal esconda un espritu vivo y una inteligencia temible. Y, esta tarde, all, ninguna otra mujer poda jactarse de ser su igual. A medida que avanzaba en medio de los convidados saludaba a aquellos a los que conoca. Galmara se apresur a ir a su encuentro para no equivocarse. No recibir convenientemente a un miembro del Consejo, esta tarde, poda provocar repercusiones. El besamanos fue de rigor.

- Es siempre un placer recibir a un miembro del consejo. - Pamplinas, seor Galmara. Me entere de esta pequea recepcin, y espero que usted no se ofenda conmigo, por haberme invitado sola.

- Ciertamente, usted no necesita invitacin.

- Exacto. Pero, mi estimado, vi que usted iba a abrir la velada. Por favor, haga pues.

El cortesano volvi el estrado con rapidez. - Queridos amigos, el mundo hoy est al borde de la ruina. Todos, los aqu presentes, sabemos que slo depende de nosotros el encontrar una solucin diplomtica. Tenemos total conocimiento, que en este momento se inquietan por el futuro de sus amigos,y sus familias. Es por su propio futuro, que ustedes estan aqu esta tarde. Ya es hora que recobremos la confianza unos y otros. Todos aplaudieron,ms por cortesa que por conviccin. Una msica dulce comenz y los sirvientes entraron en sala, repartiendo bebidas refinadas y platos suculentos. Y las discusiones usuales comenzaron. En un rincn, Mscara de hierro y Oogoe se daban las ltimas noticias. - Marlok lo consigui. La voz de Mscara de hierro era ronca y parecia venir de muy lejos. El cortesano Cuervo jugaba con una pluma negra de arrendajo. - Es a la vez una buena y una mala noticia. Si restituy las piedras-corazones a los Zil, ya comenz a ponerlos por su parte. - S, por una vez, los Enviados brillaron. Es una hazaa digna de repetir quitar a un Nehantiste de las piedras-corazones ennegrecidas. Me hicieron falta muchos esfuerzos para que Marlok desempee su papel. Pero esta hecho, como fue previsto. - En lo sucesivo hay que procurar que los Zil guarden su independencia. Y para esto, tengo una solucin que puedo aportar. - Cul es? Oogoe sac entonces un pergamino de uno de sus numerosos bolsillos escondidos.

- Esto es una escritura de propiedad. El Cuervo ofrece a los Zil un pedazo de tierra en la frontera con la Tumba de los antepasados. S bien que les gusta viajar a travs del mundo, pero este lugar podra darle un pie en tierra slida y les permitira estar en su casa. Mscara de hierro haca girar un vino delicioso de Yses en su copa de cristal. Finalmente tom el papel.

- Los Combatientes de Zil no olvidarn este gesto.

Por su parte, Marlok quera saber ms acerca de la consejera Ishaa. Su nuevo papel en el seno de los Enviados lo colocaba delante de situaciones desconocidas. Si bien ya haba pensado hablar con el Consejo, jams se haba cruzado con uno de sus miembros. Viendo que pocas personas la haban sacado a bailar, se atrevi - Me concedera este baile, mi Dama?

- De buena gana, todos piensan que debo morder porque soy del Consejo, dice tomandole la mano.

Marlok no vio la mirada enfurecida de Anglica que en ese instante se mora de celos. Los danzantes se movian a un ritmo relativamente lento, lo que les dej el tiempo de discutir. - Usted es Marlok,cierto? Pens que podiamos hablar de su historia tan singular.

- Historia triste, afortunadamente por el momento, con final feliz.

- Le el informe que Profeta envi al Consejo, y de su proeza. Impresionante.

- Le agradezco por el cumplido.

- S que usted y los suyos, se enfrentaron con un Nehantiste. Marlok dej de bailar.

- Vayamos a hablar de esto un poco ms lejos, usted quiere, le dice soltandole la mano, y tomandola de la cintura con una mirada traviesa. Sobre uno de los numerosos balcones del castillo, ambos cortesanos continuaban su discusin. A lo lejos, la piedra caida del cielo dbilmente luca como si una estrella brillara sobre la Tierra. - Me permite? Marlok le mostr cinco pequeos cristales azulados. - Tranquilcese, es nicamente para que nuestras palabras se queden entre nosotros. Ishaa estuvo conforme y el mago coloc a distancia igual los cinco cristales en el suelo alrededor de ellos. Luego, de un gesto, estos ltimos levitaron y un tipo de escudo mgico azulado se form, tal cual una burbuja. - Aqu podemos hablar libremente. Que quiere saber? - No es tanto lo que quiero saber, lo importante, es lo que quiero que usted me corrobore. Hace ya varios meses que observamos comportamientos inquietantes en el seno de las gremios. Lo que pas con los Combatientes de Zil no es aislado. El nombre de Nehant reaparece sin cesar y su ltimo informe lo confirma. Pensamos que uno o varios Nehantistes sacan provecho del conflicto de La Piedra Caida del Cielo. - Nos enfrentamos con Nehantistes efectivamente, pero no los vencimos, solamente los hemos ahuyentado. Si hay varios, tengo motivos para creer que debemos preocuparnos, si debemos enfrentarnos con ellos. La joven mujer tom un aire serio. - El Consejo desea confiarle una misin, dice tomando uno de los rodillos atados a su cinturn. Marlok se sorprendio. - Por qu yo? - Porque usted tiene la experiencia, la madurez y los dones necesarios. Nos hacen falta todas las informaciones posibles sobre lo que sucede tras bastidores. Queremos nombres y sobre todo queremos saber lo que le paso a Eredan.

- Slo esto! Exclam l en un tono irnico. Usted piensa seriamente que yo solo voy a poder conseguir toda la informacion posible?

- No, no solo. Habr otras personas que tendrn la misma misin que usted. Por el momento y por razones de seguridad, preferimos que cada uno guarde el anonimato. - De cualquier modo, no tengo eleccin. Debo apegarme a las rdenes del Consejo. Pero estoy vinculado a Dragn y Dragn sabr lo que se trama. Dudo que usted pueda prohibirle mezclar a los Enviados de Noz' Dingard en esta historia. - Dragn ya sabe y convinimos que por el momento no intervendra. Marlok suspir, luego abri el pergamino y desenroll el permiso administrativo de ausencia. Despus de haber leido su contenido, lo guard. - Me pongo en camino maana mismo. - Entonces si el asunto esta concluido, todava tengo ganas de bailar. El mago anul su sortilegio y ambos retornaron a la reunin. - Una ltima cosa, desconfe de esos dos de all, dice indicando a Mscara de hierro y Oogoe.

Muerte y Renacimiento

Profeta yaca recostado sobre una mesa de cristal dispuesta en medio de la gran plaza de Noz' Dingard. El pueblo estaba de luto, porque habia perdido a su dirigente. Anryna, los ojos enrojecidos por las incesantes lgrimas apretaba la mano de su hijo. Alrededor de ellos, el silencio slo fue perturbado por los llantos de las mujeres. Kounok, que habia alcanzado la adultez, superaba, con creces, la talla de todos los presentes. Se dio cuenta, viendo que casi toda la ciudad haba venido, hasta qu punto, su hermano fue querido. Naya y la orden de Sorcelames con casi todos sus miembros honraban su memoria. Todos se despidieron de l. As como lo quiere la tradicin, al caer la noche sobre Noz' Dingard, la muchedumbre se esparci y, muy rpidamente, solo quedaron Anryna y Kounok. Entonces la gema inmensa y azul, el centro de la vida en Draconia se ilumin. Una forma se dibuj, de luz azulada y y de manera simple se materializ un dragn majestuoso e inmenso. Se coloc entonces cerca del difunto. Un halo apareci alrededor del Profeta y un duplicado espectral sali de l. Anryna pareca a la vez feliz de ver de nuevo a su hijo, pero tan bien mortificada, pues saba que esta era su ltima aparicin. - Tu existencia lleg a su trmino, vine buscarte para acompaarte hasta tu ltima morada. Profeta se acerc a su madre y, con su mano fantasmal, le acarici la mejilla. Anryna llor cada vez ms.

- Madre, retiene tus lgrimas. Estar siempre cerca de ti y Dragn va a velar por m. - Lo s, mi nio,lo s. Pero una madre tiene el derecho a llorar por la muerte de su nio. Kounok no haba movido una escama y miraba a su hermano con insistencia. Si hubiera podido hablar, le habra dicho cunto iba a faltarle. Como si Dragn hubiera sabido leer en l, le acerc su cabeza inmensa. - Ests dispuesto a tomar el relevo Kounok? Anryna protest vivamente, entonces. - Qu? Sera que tomar a uno de mis nios no basta para ti padre? Quieres ahora hacerle tomar riesgos inconsiderados a tu ltimo pequeo hijo. Pero Kounok como para responder mir a Dragn y asintio con la cabeza. - El ha elegido, hija mia. Draconia necesita un gua y, en esta era de conflicto, un nuevo Profeta debe aparecer. - Pero Kounok no es un mago. Como fueron todos los Profeta anteriores. - Es cierto. Pero...tus tentativas para disuadirme seran vanas. Anryna baj la cabeza. - Hermano mio, s que sers un Profeta fuerte y sabio. Tendrs xito all dnde yo fracase. El antiguo Profeta coloc su mano derecha sobre el hocico de Kounok. - Yo te transmito la voluntad de los que nos precedieron. Qu su sabidura y sus conocimientos sean tuyos. En aquel momento, una aura blanca envolvi a Kounok que se sinti en seguida como asaltado por emociones e imgenes que le eran desconocidas. Dragn murmuraba palabras en un lenguaje desconocido. Kounok se transform entonces en hombre. El aura blanca ces poco a poco. Su semejanza increble con su hermano era sorprendente. Mir sus manos, luego toc su cara sonriendo. Se rasc el pecho y, por primera vez en su vida, pudo expresarse, por fin, por otra cosa que no fueran gruidos o por el uso de la magia. - Adis hermano, te quedars para siempre en mi corazn y en el de los que te conocieron.

El fantasma del antiguo Profeta desapareci entonces. - Un Profeta se va, y otro llega. Como a tus predecesores, un nuevo Caballero dragon aparecer para ayudarte en tu tarea. - Tengo una idea mucho mejor, respondi Kounok. - Te escucho, Profeta. - No deseo un nuevo Caballero dragon. Aunque hubiera fallado en su tarea, quiero tener a Zahal cerca mo. - Si es esa tu eleccin, la acepto. - No es todo. Deseo tambin llevar ese ttulo, porque no soy mago como mi hermano, ira al combate con la espada en la mano. - Pero, esto va en contra de las reglas, exclam Anryna. - Madre! Las reglas nos condujeron al callejn sin salida, donde nos encontramos. Ya es hora de pasar a otra cosa y de mostrar que nuestro pueblo tambin sabe pelearse. - Esta bien, te concedo ese derecho. - Todava una cosa mas. Me hace falta Quimera. Al escuchar ese nombre, sintio un tipo de malestar. Quimera era en otro tiempo la espada de Ardakar que se recordar como la ms poderosa de los Caballeros Dragon. Es en parte gracias a lla que Draconia se llev la vistoria sobre el Imperio de Xzia. Llamando Quimera, a su espada fue esta la causante de su cada, al momento que la guerra contra Nehant estall. La espada le hizo hacer malas acciones a su portador. Para librarse de la influencia que tena Quimera sobre l, no tuvo otra eleccin que romperla. Nadie jams lo vi de nuevo despus de esto. El Profeta antiguo recuper los pedazos de Quimera con el fin de guardarlos para siempre encerrados. Una espada apareci entonces en la mano de Kounok. Su lmina de cristal habia sido quebrada y su guardia estaba gastada. - Dragn! Por qu confiarle tal instrumento de muerte? - Hija mia, no he hecho nada. - Increble! Ella ha venido sola hasta aqui!

- No es ms que el reflejo de lo que fue antao. Pero huelo que ser til para ti. Kounok miraba a Quimera con inters, l la imaginaba siempre en otro lugar, slo en un libro. Esperaba que se transformara en el smbolo del poderio militar de la Draconia. Varias semanas pasaron y Kounok estaba plenamente afianzado en sus nuevas funciones. He aqu que deseaba ir algunos das a la Tumba de los Antepasados nuevamente y reunir a los Enviados, y ponerlos al tanto de su nombramiento, como nuevo profeta, hecho por Dragn. Pero el destino quiso que sean los Enviados quienes vuelvan, por lo menos en parte, a Noz' Dingard. El Profeta estaba en gran discusin con algunos consejeros cuando un guardia le traj un mensaje. Aerouant, Alishk y Zahal acababan de llegar a la ciudad y traan con ellos a Marlok el traidor. Los hizo llamar con el fin de recibirlos en la gran sala. Zahal entr primero, cabeza baja, por que saba que iba a ser castigado por su falta, seguido por Alishk, por Marlok, que era mantenido encarcelado por lazos mgicos, y por ultimo de Aerouant, que viendo al Profeta se sintio conmovido. Kounok se pareca tanto a su padre. Zahal ech a Marlok al suelo. - Seor he aqu a Marlok el tr... No tuvo tiempo de terminar su frase que Quimera aparecio en la mano de Kounok. Guiados por sus instintos, inmediatamente haban notado una cierta presencia detrs de Marlok, con un lazo estrecho que los unia. Profeta golpe la presencia con rapidez y cort con precisin, el lazo invisible. Marlok perdi conocimiento en ese instante. Una forma negra y vagamente humana se form. - Aaahhhh, un nuevo Profeta... Tus das estan contados... Luego la forma se evapor. Zahal, Alishk y Aerouant estaban atonitos por la escena que acababa de producirse. - Que era todo eso? Pregunt Aerouant. - No estoy seguro, pero tengo la impresin de que acabo de liberar a Marlok de la influencia de un Nehantiste. Zahal miraba la espada de su nuevo jefe, le deca algo. Luego sus memorias le volvieron. S, esa lmina quebrantada... Quimera! En ese momento not que el Profeta era tambin un Caballero Dragon, lo que lo afligi sobremanera. Era este su castigo, iba a perder su lugar y su titulo?

El da siguiente, Marlok haba recobrado el conocimiento. Por supuesto, estaba encerrado en una de las celdas de la prisin de la ciudad, bien custodiado por dos integrantes de las Sorcelames. Pero se reia de esto, ya que por fin pensaba por si mismo. - Entonces traidor, estas despierto? La cara de Anryna transmitia muy bien el sentimiento del momento: la clera. Sabes lo que te espera? Marlok se levant con indolencia y se quit el polvo. - Sabes, acabo de vivir varios meses bajo la influencia de un Nhantiste. Puedes dejarme aqu, pudriendome hasta el final de mis das. - Que que? Marlok comprendi en seguida. Kounok no le haba dicho nada. - Veo que el Profeta se permite esconderte cosas importantes. Por otra parte es verdad que es muy diferente de su hermano. - Hablar con l. - Hablar qu, madre? Dijo el Profeta mientras entraba en la sala de las celdas. - Por qu no le cuentas todo, respondi Marlok. Kounok mir a las Sorcelames. - Por favor, djennos,se lo ruego. Sin ruido, las dos jvenes mujeres dejaron la sala. - S lo que hiciste en el pasado Marlok. Robar informacion y hechizos prohibidos de cristalomancia se consideran crmenes graves. Pero s que siempre guardaste eso para tu uso. Mi madre vive en ese pasado y no es capaz de perdonar. Ya has sido castigado y aadir slo una cosa. Tus faltas estan perdonadas, hoy ms que nunca Draconia y los Combatientes de Zil te necesitan. - Si yo estaba bajo la influencia de un nhantiste, ellos probablemente tambin lo esten? - Es lo que me gustara saber, aadi el Profeta abriendo la puerta de la celda.

Anryna se sentia herida y enfurecida, pero comprenda que los interses de Draconia le exigan que no hiciera nada. - Te reenvo con los combatientes de Zil. Me gustara que utilizaras esto. Kounok le ofrecia un monculo usado. - Esto ha sido fabricado por Asal d' Arguemand, el ilustre inventor de la cristalomancia. Ha sido fabricado durante la guerra contra Nhant con el fin de visualizar a la gente que estaba bajo su influencia. Creo que te servira en lo sucesivo. Eres libre de hacer lo que te guste. Puedes perfectamente ignorar, aunque esto me asombrara, la posesin que sufren tus amigos Zil y huir. O puedes volver a tus races y ganarte tu lugar en el seno de los Enviados. Debes escoger tu camino. Marlok haba perdido varios meses de su vida y a su golem tan querido, que le haba valido por otra parte su vuelta a la Draconia. Nada ms lo relacionaba en lo sucesivo con esa vida de vagabundeos. En cambio, no poda resignarse a abandonar a los Zil a su suerte. Ellos que lo haban recibido cuando no tena ms lugar adonde ir...

Abandonada

Ergue esta cansado. Su combate contra Tsuro y las Sorcelames le haba requerido una atencin constante. No haba conseguido mantener su estado de Abominacin bastante tiempo para

vencerlos y el escape era la unica solucin que haba encontrado el cazador Zil. Sus compaeros Soriek y Granderage se haban ido cada uno por su cuenta para despistar. Desde hace varias semanas, dorman en los alrededores y jugaban a la guerrilla, unas veces con los Enviados de Noz' Dingard, y otras con los Kotoba. Ergue beba en el ro que pasaba al otro lado del bosque. Vio entonces, cortado, entre dos gruesas piedras, un pedazo de tejido gris, luego la corriente hizo pasar otro pedazo delante de l. Desconcertado, presto mas atencion. Vi, rio arriba, una forma alargada sobre la orilla, con la mitad en el agua helada. - Ve a ver. Le susurr una voz en su cabeza. Se levant y fue a ver de que se trataba aquello. Adivin adelantndose que se trataba de una persona. Sus vestidos estaban desgarrados a la mitad , Ergue levant un pedazo de su capa que esconda en parte la cara de su hallazgo. l reconocio inmediatamente al que tena enfrente. Esa tela grisasea, esa mscara tan particular, aunque jams lo cruz, Ergue estaba seguro , era Traquemage! Pero por qu estaba en ese estado? Y sobre todo... El T.R.A.Q.U.E.M.A.G.E!!! He aqu un descubrimiento sensacional, la respuesta a muchas cuestiones de los orgenes de uno de los asesinos ms clebres del mundo. Ergue giro al Traquemage que estaba de cara contra la tierra, las formas bajo el traje no engaaban, era una mujer. Mechones de cabellos sobresalian de su mscara casi totalmente desgarrada, y el resto del traje no estaba mucho mejor. El cazador Zil sac provecho de eso para atarle las manos. Decidi llevarla al campamento, sus compaeros probablemente sabran que hacer con ella. En el camino, Traquemage se despert y lentamente se dio cuenta que era acarreada como una bolsa de batatas. En unos segundos, sus reflejos afloraron. Un golpe de rodilla en el plexo, encadenado de una patada extremadamente bien colocada y ella estaba libre. Entonces, se ech a correr como un conejo. Por desgracia para ella, Ergue era un cazador y frente a una presa, en parte amarrada no tuvo pena de recobrarla. Esta ltima resista con rabia y ferocidad, pero a pesar de eso, acab sin embargo atrapada. Durante su vuelta al campamento, Granderage se reuni con ellos y estaba muy interesado, y hay que reconocerlo, tambien un poco celoso, del inters puesto por su compaero Zil en este "paquete". - Quesss esss esosss? - Lo encontr al borde de un ro. Es Traquemage. - Que cosa? Dice, con aire inocente. - Sabes bien, no ta hagas conmigo, entiende que no estoy de humor, aadi tomandose la cota.

Una vez en el campamento Zil. No haba mucha gente. Solo Abyssien, fiel a su puesto, guardaba el lugar. - Oh, Ergue, comenzaba a inquietarme por ti. Soriek esta contigo?, en fin con ustedes ya que Granderage est contigo. - No, no s donde esta, pero seguramente tiene inters en volver rpidamente. - Estas callado y con aspecto de cansado, esto tiene algo que ver con lo que traes sobre tu hombro y que patalea? - S. Y puso su presa sobre uno de los numerosos cojines. Abyssien estudi a la joven mujer que grua mientras poda. Observ el traje y el resto de la mscara. - Dnde la tomaste? - La encontr a orillas del ro, a algunas horas de aqu. Estaba inconsciente. El jefe de los Zil se dirigi entonces a Traquemage. - Voy a liberarte, no queremos saber lo malo o bueno que te paso. Queremos ayudarte. No podrs salir de esta carpa, la sello mgicamente a este fin. Comprendido? Traquemage hizo un gesto afirmativo con la cabeza y Abyssien despus de haber cerrado los accesos a la carpa la liber. Esta vez, no hizo ningn movimiento, pero las lgrimas fluan de sus ojos. - Realmente eres Traquemage? - Yo... - Te aviso, todo lo que vas a decir se quedar entre nosotros. - No soy Traquemage, sino esto no habria pasado. - Oh? Ibas a reemplazarlo? - No, iba a convertirme en uno, dice con una mezcla de clera y de amargura. - Que quieres decir con esto? Hay varios Traquemage? - S, nosotros somos muchos llevando el traje.

Abyssien se volvi hacia sus compaeros. - Vayan a buscar con que alimentar a nuestra invitada. Mientras que Granderage y Ergue iban en busca de lo que haca falta, el jefe de los Zil sac provecho de esto para lanzar un sortilegio del Tiempo pasado, que le permita ver cuales acontecimientos haban conducido a esta joven mujer all dnde se encontraba. Lo que descubri era una revelacin sagrada. En efecto, imgenes distintas mostraban a varias personas en traje de Traquemage. Eran todos ms o menos de la mismo talla. Rodeaban a la joven mujer como en un tipo de ritual. Uno de ellos se adelant entonces. - Tomo a esta alumna bajo mi ala, le inculcar nuestros secretos, le ensear a acosar y a matar a nuestros blancos sin hacerse jams agarrar. Otro se adelant entonces. - Sombra, olvida tu nombre porque ya no es ms. Hoy eres Traquemage, servirs a la organizacin hasta la muerte. Otro mas, que tena una mscara entre las manos se la puso y dijo: - Vaya ahora, sus primeros blancos fueron designados. La escena se par all. Abyssien comprenda ahora cmo fue edificada la reputacin de este asesino clebre. - Entonces, Sombra, cmo es que te hemos hallado en ese estado? - He sido abandonada por mi maestro. La misin a la cual se nos haba enviado sali mal y deb enfrentarme a algo que me superaba. Fall. Mi maestro me consider muerta y me dej. De todos modos, un verdadero Traquemage se habra escapado de tal situacin. Pero nuestras reglas son estrictas, cuando un Traquemage cae, el que lo acompaa debe ocuparse de remediar el problema. Matar y eliminar el cuerpo del Traquemage que fall forma parte de reglas. - Y bien, no podemos escaparnos de las reglas de cada organizacin. Todava tengo algunas preguntas, despus, prometido, te dejo tranquila. Por qu me revelas todo esto? - Porque las detesto! - Es una razn suficiente para mi. Y entonces, ahora que no eres ms Traquemage, que vas a hacer?

- No se. - La gente que no sabe donde ir, aqui estn todos bienvenidos. Quedate con nosotros el tiempo que quieras, Sombria, estoy seguro que tus talentos sern muy apreciados. Podemos aprender de ti, y nosotros, te protegeremos de los Traquemages si es necesario. Por otra parte, aquellos con los que deseo que vayas llegan ya. En efecto, despus de que Abyssien hubiera reabierto la puerta, entraron a Sangrespada, Sinrostro y Kolera...

El Embajador

El campamento Xziarite haba recobrado su calma. Las luces de las antorchas alumbraban las tiendas de una luz dulce y roja. El incienso baaba el lugar de un olor suave. Gakyusha sacaba provecho de la calma momentnea para tomar un descanso merecido. Una vez ms, el Emperador estara satisfecho de sus servicios. De repente, una voz son afuera: - Seor! Tenemos un problema. Cansado, Gakyusha suspir. Incorporndose de su lecho, sali de la tienda. Viendo al centinela de rodillas delante de la entrada, le pregunto:

- Qu pasa? - Un ser extrao se present a la entrada del campamento. Reclama una audiencia. - Un ser? Se trata de un drconico o de uno de esos piratas de Zil? - Ninguno de los dos, Seor... Dice hablar en nombre del bosque. - De quien? Vayamos entonces... Estoy curioso de saber lo que quiere este energmeno. Haz prevenir a mi hijo y Asajiro. Qu estn preparados en caso de que se trate de una nueva picarda de los Zil. El centinela escolt a Gakyusha hasta tres asientos puestos a un lado del campamento. En el medio estaba sentado Ergue el domador, un poco ms lejos se sentaba Soriek, el coloso azul sobre el cual Tsuro haba hecho un informe. Grandrage probablemente se encontraba en las cercanas, disimulado entre las sombras de los rboles. Pero lo ms sorprendente en este encuentro era el extrao ser que se encontraba frente a los tres asientos. Sobre su derecha, se ubicaba un Hom' Chai de anchura de espaldas impresionante, con la cara marcada con pinturas rojas. Plantada en el suelo, justo detrs de l, habia una lanza gruesa, acabada por una lmina tallada de mbar. Pero el ser que pareca haber organizado este encuentro era totalmente desconocido para el Xziarite. Tena una fisonoma ms bien endeble, no muy grande y poco musculoso, sus grandes ojos carecian de pupilas y, sobre todo, no tena boca. Solo vestia un pao de follaje y de bejucos que corran sobre su cuerpo como si la naturaleza misma quisiera protegerlo de las agresiones. En su mano reposaba un palo acabado por un tipo de luna de marfil tallada, en el centro del cual se encontraba una pequea criatura nimbada de llamas azuladas. Ergue se volvi hacia Gakyusha. Este ltimo descubrio en su mirada que estaba tan sorprendido como l del desarrollo asombroso de los acontecimientos. La voz reson en su cabeza tan clara como si la hubiese odo: - Saludos a usted Seor Gakyusha del Imperio de Xzia. Soy un Hablamente, hablo en nombre del pueblo Eltarite. Si organizamos este encuentro, es para darles a conocer que las tierras que ustedes pisan no les pertenecen. Fueron territorio del pueblo de los bosques mucho antes de la existencia de sus naciones respectivas. Primero, desconcertado, Gakyusha se ech a rer...

- Es broma? La Tumba de los Antepasados ha sido disputada por los drconicos y el Imperio de Xzia desde hace mucho tiempo. Adems, la nacin de la que usted pretende ser el portavoz nos es totalmente desconocida. Tambin dudo que el Consejo tuviera conocimiento de su existencia. Tanto como para decirle que su empresa esta destinada al fracaso. - Estaramos muy afligidos si debemos usar nuestros poderes para proteger nuestras tierras, reson la voz de Das. Ya lo hicimos en el pasado y estamos dispuestos a volver a hacerlo si el peligro es grande. - Vaya... cort Ergue, los conflictos que se dan aqu, involucran slo a unos pocos hombres y no se adentran demasiado en el bosque. Porque dicen qu les perjudican tanto? - El mayor peligro no viene de su pequea guerra hablando con propiedad sino ms exactamente de ese pedazo de roca que esta en la superficie de nuestro mundo. Das apunt su palo con destino a la piedra caida del cielo. En seguida, como dentro de un espejismo vieron un completo desierto. En el la piedra cada del cielo brillaba tal cual un sol. El suelo debajo de ella pareca estar en llamas y totalmente resquebrajado. En realidad la tierra se pudra como si tuviera una infeccin provocada por un cuerpo extrao. - Buena sangre murmur Ergue pasndose la mano sobre la frente. Comienzo a comprender, murmur. - Y entonces, respondi Gakyusha, esta piedra es muy grande. No sabramos transportarla lejos de aqu sin instrumentos y hombres. A pesar de nuestra supremaca actual, en el conflicto, esta piedra suscita cada vez ms intereses. No puedo tomar tal decisin, sin el aval del Emperador y de los refuerzos para proteger a los obreros. El seor imperial se levant. - Su mensaje ha sido recibido Hablamente, pero dudo que su insignificante nacin tuviera los medios para hacerse or. - Bien, seor imperial. Le trasmitir sus palabras a los mos. Que as sea. El Hablamente retrocedi con su guardia, fuera de la luz del fuego. Miradas de lucirnagas se elevaron del suelo hasta cubrir al Hablamente y al Hom' Chai de la vista de sus interlocutores. Cuando la nube de lucirnagas se disperso, no quedaba rastro de ninguno de ellos.

De vuelta en su tienda Gakyusha volvi a acostarse. Recostado sobre su lecho, tom algunos instantes para reflexionar. Que representaba realmente esta piedra para que tanta gente se interese en ella. Este pueblo desconocido poda representar un peligro? No se fiaba de ello pero su experiencia lo empujaba a desconfiar de la gente que abiertamente vena para anunciar su voluntad frente a sus enemigos. O eran locos, o estaban muy seguros de si mismos. - Tsuro! Dice en el silencio de su tienda. Tus abatidores pudieron seguir la pista de los emisarios de los bosques? - No mi seor, nosotros perdimos su pista tan pronto como alcanzaron el bosque, respondi el abatidor desde las sombras de la tienda. - Que sabes sobre este pueblo Eltarite? - Pocas cosas mi seor. Sabemos acerca de pequeas tribus Hom ' Cha y Elfines que estan esparcidas cerca de los accesos del bosque. Que viven de hacer negocio de sus plantas, de joyas de mbar y de su caza, pero han tenido muy pocos contactos con nuestra nacin. Ignoraba que formaban parte de una agrupacin de tribus, ni que podan obedecer a otro pueblo. - Entonces... Probablemente sean todos locos. Ergue marchaba por la oscuridad a paso rpido. Sus dones de afinidad animal le permitian ver tanto en la oscuridad como a pleno sol. Si solamente Marlok todava estaria dentro de los suyos, habra podido iluminarlo sobre la visita de esta tarde. Pero una cosa era cierta, contrariamente al presuntuoso de Gakyusha, no cometera el error de subestimar al pueblo de los bosques. Destino un momento para enumerar lo que saba sobre Das. En sus viajes al corazn de las tribus ms primitivas de este pas, haba escuchado hablar de ellos sin ver jams a ninguno, venerados como dioses por todos los pueblos prximos a la naturaleza. Las leyendas contaban que disponan de grandes poderes mgicos, que eran la voluntad de la naturaleza, que todas las formas de vida les obedecan. Si tal era el caso, un nuevo adversario poderoso iba a entrar en juego.

El bloque de mbar baaba el cuarto de una dulce y dorada luz. Kei' zan de la vida, con aire melanclico, se hunda en la contemplacin del monolito. En determinado momento, se acerc a la piedra y puso su mano rugosa sobre su superficie. La voz reson instantaneamente en su cabeza:

- Entonces hermano mio, los hombres estuvieron a la altura de tus esperanzas? - Por desgracia no, expres silenciosamente Kei' zan. Nuestra tentativa de razonar con esta especie esta suspendida. Haba enviado a Hablamente acompaado por Marca Rojo y por algunos de nuestros exploradores para comenzar el dilogo con los combatientes humanos pero encontramos slo el desprecio y la indiferencia. - Te haba prevenido, estos nios jams comprendern nada, librame y creme que van a recordar por qu sus antepasados tenan miedo del bosque. - No, dij melanclicamente la voz de Kei' zan. Tus actos pasados te condenaron a esta prisin y te quedars all hasta el final de los tiempos. La clera del bosque se despierta, comprendern muy pronto que no estn en su casa.

La Momia

150 aos antes que la piedra cayera del cielo, el Desierto Esmeralda estaba sumergido en una guerra civil. Los touareg del sur, liderados por el Jeque Azine, y la Sacerdotiza de Ptol'a desafiaban la supremaca del culto de Solra. Los conflictos haban llevado a batallas fratricidas donde los contrincantes podan formar parte de la misma familia. Lleg el momento cuando ambas potencias se igualaron. El ltimo enfrentamiento se efectu entre los politestas que, por una

vez, se entendieron para llevar un frente comn contra los monotestas de Solra, cuyos ejrcitos estaban bajo el mando del Guardin del templo, Ahmid. En el corazn de la batalla, la Sacerdotisa de Ptola, la diosa de los muertos,y Ahmid, combatieron frente a frente. Fue titnico! Los poderes de los elegidos de los dioses eran inmensos, barriendo todo a su paso, no teniendo cuidado de su entorno, ni de los que se batian en nombre de su causa. Pronto no quedo nadie, alrededor de ellos. La espada de los guardines de Ahmid henda el aire con un silbido ronco. Por su parte, la Sacerdotisa imploraba a Ptola le concediera poderes terrorficos y mortales. Por desgracia, Solaris apoyo a Ahmid, y este cort la cabeza de su infortunada opositora. Mir la cabeza rodar sobre la arena ardiente,y se par haciendo frente a la guerrera. Los ojos todava se entornaban y su boca dijo: - No muere aquel qu para siempre duerme! Ganaste, pero matndome tambin te infligiste la muerte... Estremecido por un escalofro glacial Amidh comprendi que esta voz no era de la Sacerdotisa, era la voz de Ptola. Aquel da comenz el advenimiento de Solra y la supremaca de las fuerzas de Minepthra. Esa misma tarde, en el corazn del desierto, una gran fiesta fue dada en honor de Ahmid y de su ejrcito victorioso. El alcohol fluy a mares, y asi, el guardin del templo estuv rpidamente embriagado. Sus sentidos comenzaron a jugarle una mala pasada. En medio de la muchedumbre, crey ver a una persona que le pareca familiar. Removiendo a los convidados, persigui al desconocido hasta el borde del ro que pasaba no lejos de all. Ahmid crey ver la aparicin de un fantasma, porque si haba reconocido bien, era la gran Sacerdotisa de Ptola. - Eres t? Dice con una mezcla de asombro y de temor. La joven mujer le sonre como para responderle que s, era ella. - Pero es imposible, te mat con mis manos. Las lgrimas fluyeron sobre sus mejillas. - Te mat. Cay de rodillas y rememor los aos dulces que precedieron a la guerra civil. En aquella poca, tenian un dulce romance que fue quebrantado, por desgracia, por la locura de los dioses. Y todava hoy vindola, saba que su amor por ella, siempre estaria vivo.

La gran Sacerdotisa se puso tambin de rodillas y tom la cara de Ahmid entre sus manos, antes de darle un beso. Es aqui dnde el guardin del templo sinti un malestar profundo, luego un dolor al nivel del corazn. - Mueres por la mano de la que te am, como ella muri por tu mano. El guerrero no lograba respirar ms, su sangre herva en sus venas. - Cuando hays muerto, los tuyos van a momificarte y a hacerte funerales suntuosos. Por desgracia para ti, cuando te despiertes, estars encerrado en tu tumba, para toda la eternidad. Ahmid senta los latidos de su corazn ir ms despacio, luego cesaron en el momento en que la Sacerdotisa le concedi estas ltimas palabras: - Comprendiste que era Ptola en persona. Venir aqui me cost mucho. Ya llegar el da donde repetir todo mi esplendor de otro tiempo. Adis, guardin del templo de Solra. Ahmid fue recobrado y llorado como era necesario. Le rindieron honores como lo haba predicho Ptola. Le concedieron una tumba digna de un rey. Muchos aos pasaron antes de que Ahmid salga de esa muerte aparente. Se sinti perdido y cambiado sobre todo. Golpe la tapa del sarcfago con fuerza para poder salir. Afortunadamente su tumba fue provista de una mirada de pequeas gemas solares que dbilmente alumbraban la habitacin, bastante exigua. Por desgracia, pas varios das intentando encontrar una salida, en vano. Fuera, la joven Djamena segua desde hace algunas semanas las enseanzas de los sacerdotes. Estos estaban fascinados por la rapidez con la cual la joven mujer aprenda y se impregnaba de preceptos de Solra. Una noche, la joven mujer se despert con la sensacin extraa que tena algo que cumplir. Sin preocuparse de qu se trataba, sali del templo como guiada por una fuerza superior. Una voz le deca que alguien la necesitaba. Lleg a la gran pirmide, y se introdujo en el interior por una puerta secreta, de la cual ignoraba su existencia hasta ese momento. Los pasillos sinuosos la llevaron al corazn del edificio, all dnde Ahmid esperaba desde hacia lustros. De instinto, abri la puerta de la Tumba y entr en ella sin el menor miedo. Instantneamente su apariencia cambi, alas aparecieron en su espalda y sus cabellos se hicieron como la arena brillando al sol. - QUE ES ESTO? Grit Ahmid.

Djamena se adelant entonces, brillante de luz. El guerrero cay entonces de rodillas delante de ella reconociendo la fuerza divina de Solra. Un enviado de Solra, se dice, es la hora de mi redencin, por fin voy a poder reunirme con mis antepasados. - Vienes a librarme de esta no vida? Dice con una voz increblemente cavernosa. Serv escrupulosamente toda mi vida de humano. Le imploro Mensajera que me deje ir. Tengo otros planes para ti, guardin del templo, sirveme con fidelidad y te librar de esta maldicin. - Pero... Di guerra en nombre de Solra, mat en su nombre, sacrifiqu mi alma y venc para l. Es este su modo de agradecerme? - Se mostrar agradecido si todava actas en su nombre, no hay nada que discutir. Podra muy bien dejarte as. No es eso lo que quieres? no? La momia record el mandato supremo de los guardines del templo: obedecer. - Que as sea, que debo hacer para mi dueo y seor, respondi con amargura. - Lo que sabes hacer mejor, matar gente. Una amenaza ms importante hizo su aparicin. olmarek y otros Nmadas del desierto van a tener mucho trabajo contra ellos. Ve a echarles una mano. - Obedezco! Luego la joven mujer volvio a ser Djamena, sus cabellos volvieron a ser negros y sus alas desaparecieron.

El Despertar

Una flecha silb, hendiendo el aire con velocidad y se hundi en el pecho del Seor Imprial Gakyusha... Haba hecho odos sordos en el momento de la advertencia de Hablamente. Para l esta piedra perteneca en lo sucesivo al Emperador y nada cambiara este estado de hecho. Los Enviados no se interesaban ms por esta piedra, los Combatientes de Zil casi estaban derrotados. Slo los nmadas del desierto planteaban un problema, pero hasta aqu estos ltimos no haban sido belicosos. Pero esto era slo una fachada, pronto olmarek sabra cmo utilizar los poderes de la piedra caida del cielo y pondra fin al conflicto. Por desgracia no contaba con la llegada de nuevos adversarios que solo deseaban una cosa, que tanto la piedra como todos los invasores desaparecieran de sus territorios milenarios. Repentinamente brotaron races del suelo que devastaban los campamentos e intentaba agarrar todo aquello que no podia huir. Por todas partes, unos y otros intentaban escapar de esta vegetacin sbita y avisar a los que no haban llegado an. Ydiane haba observado largamente a toda esta gente y gracias a su pericia haba reparado en algunos miembro de la Kotoba a los que juzgaba " A neutralizar ". Ella y La Garra se haban aventurado no muy lejos del campamento y estaban a punto de eliminarlos. Ella tens su arco y dispar al que pareca ser el jefe. Cuando La Garra la vio se abalanz sobre ellos. Xn no tuvo tiempo de reaccionar y se encontr a sus espaldas, bejucos que lo atraparon en seguida. En cuanto a Gakyusha, interiormente agradeci a Masamune que le haba forjado su armadura, porque la flecha se incrust en el metal y la punta de ambar se quebr. Pero esto quera decir

que un tirador quera cobrar su vida. En el fragor de la batalla vio una furia insectode agredir su Portacero. No vacil y empezo a retroceder en la direccin opuesta. Reparando en Ydiane, se puso en guardia y empu su fiel Palabra de Emperador e hizo rpidamente un vaco en su espritu. Se enfoc en esta segunda flecha que haba sido soltada. No era la primera vez que utilizaba esta tcnica, pero jams en una situacin tan original. Mientras que la flecha iba a quitarle la vida hundindose en su cabeza, el Seor Imperial utiliz una tcnica ancestral de iajutsu, desenvain con una rapidez increble su sable, cort la flecha movindose sobre el lado. No se detuv all, por experiencia saba que los tiros en una pelea eran muy difciles, decidi ir a llevar la palabra del Emperador a ese insectode, que servira para l de escudo en caso de un nuevo tiro en su contra. Tsuro y Amaya no estaban all e Iro y Asajiro se haban ido de nuevo para la capital, el ataque pues se efectuaba en el momento en el que Kotoba verdaderamente no estaba en su potencial mximo. El combate iba a ser difcil.

Al otro lado de la piedra, los nmadas se haban refugiado al pie de esta. El poder divino impeda a los bejucos llegar hasta ellos. olmarek y Ahlem imploraban a su dios mientras que la Esfinge fue puesta en guardia, blandiendo sus dos cimetarras con rabia. En frente, los Hom' cha anchos como colosos se dirigan gruendo a la pequea tropa. Kei-Zan se acerc entonces, rodeado de una armadura de espinos que parecan vivos. - Ya es hora que ustedes se vayan! No lo repetiremos. - Criaturas del mal! Ustedes no son nada en comparacin de Solra. Ustedes son slo unos insectos y voy a aplastarles como tal! Grit la Esfinge antes de lanzarse contra Kei-Zan.

Este ltimo golpe el suelo con su palo y las races crecieron con celeridad, capturando al mastodonte sin ninguna dificultad. Por su parte los Hom' Cha se enfrentaban con otros nmadas con una rabia increble. La sangre fluy rpidamente, pero las heridas de los nmadas se cerraban gracias al fervor de sus sacerdotes. Era la primera vez que los Corazon de Savia se enfrentaban a la Magia olmarek los encontraba sin espritu y demasiado destructores para dejar que la piedra cayera en las manos de estos salvajes. Los Corazn de Savia estuvieron a punto de imponerse cuando su estrategia de batalla estuvo completamente desplegada. Mientras que los Hom' Chai atacaban a los combatientes del desierto, Mlissandro subido sobre su lobo, acompaado por su Pikounours tomaron de costado el resto de la tropa. Afortunadamente para

los sacerdotes, un nuevo recin llegado vino para restablecer un poco de equilibrio en esta oposicin de fuerzas. Ahmid con su caracteristica de muerto viviente restaba poder a la naturaleza, se impona a los Hom' Cha, e hizo retroceder a sus adversarios. - Soy Ahmid, plaga de Solra, ustedes se van a reunir con sus antepasados que duermen en las profundidades de estas tierras! olmarek mir con vivos ojos a esta momia demacrada. Viendo a Ahmid, como el hroe de otros tiempos, sintieron all la intervencin evidente de su dios y recuperaron la confianza. El combate se convirtio en una pelea desorganizada. Mientras esto sucedia Kei-Zan, observaba pacientemente. Escuchaba a esa naturaleza destruida, reuna sus fuerzas, y concentr su energa en su piedra-corazn, pedazo del rbol-dios y entonces se transform. Su apariencia se hizo la de un hombre rbol. Sus pies se hicieron unas races que se hundieron en el suelo, de su espalda crecieron ramas largas de donde colgaban pequeas flores. Das irradiaba flujos de fuerza del rbol-mundo. Estaba all la fuerza increble de los Corazn de Savia, porque en ese momento los Elfines y Hom' Cha se trtansformaron en Gumlites, en armona con esa tierra. La tierra comenz a temblar, races y bejucos gruesos como rboles brotaron del suelo y se enrollaron despacio alrededor de la piedra caida del cielo. Al cabo de un momento formaron un capullo y no se distingua la menor luz amarilla. olmarek y otros Nmadas sentieron que el lazo que los unia a la piedra acababa de romperse, era esta una pesada derrota, una batalla acababa de perderse. Pero quin ganara esta guerra, al final?

El Cuervo

Algunos das antes del ataque de los Corazn de Savia, Xn guardaba la entrada del campamento de Kotoba con un solo ojo. Estaba cansado porque desde la llegada de la gente del desierto, estallaban nuevos enfrentamientos - Entonces, soamos despiertos Portacero? La frase sac al Kotoba de su estado. No haba visto llegar a esta persona que le hablaba. Frunci los ojos para ver mejor y observ la marca de la Kotoba sobre su quimono sombro. - Me dejas entrar o piensas dejarme aqu? - A quin debo anunciar? - No sabes quin puedo ser? Xn sacudi la cabeza de modo negativo. - Bien, ya veo... Anuncia pues al Seor Gakyusha que Oogoe Kage esta aqu, y hazme entrar, gordo! El joven miembro de la Kotoba estallaba interiormente frente a este insulto, pero el nombre de Oogoe Kage no le era desconocido. Iro que se entrenaba con SenRyaku y que haba asistido de lejos al intercambio, abandon a su compaera para ir a ver lo que suceda. El joven campen

del emperador reconoci la postura del recin llegado, el miembro del clan del cuervo. "Que quiere?" Se pregunt Iro. - Pero he aqu a nuestro flamante campen del Emperador! Iro, debo ver a tu padre lo ms de prisa posible. Puedes tambin prepararte porque vas a tener que irte de nuevo a Mragi. - Por qu ? - El Emperador requiere tu presencia. En la tienda de mando, el Seor Imperial Gakyusha reciba a Oogoe Kage. - Seor Imperial, es por desgracia una noticia triste la que me hace venir hasta usted. Nuestro amo y seor, el Emperador de Xzia esta gravemente enfermo. Gakyusha se levant de su asiento, el rostro desencajado. - Gravemente enfermo? Quieres decir muriendo? Oogoe baj la cabeza para confirmar las palabras del jefe de la Kotoba. - Gracias por haberme prevenido. Voy a prepararme, para ir a Mragi. - Seor, temo por desgracia, que su presencia aqu sea imperativa, dice tendindole un rollo de pergamino. Despus de haberlo ledo, el seor imperial fue a sentarse de nuevo. Tom un pergamino, un pincel y tinta. Apenas hubo escrito algunas palabras, plegado y sellado su carta, se la dio a Oogoe. - Iro y Asajiro te acompaarn, Cuervo. Quiero que mi hijo le lea esta carta al Emperador. l y, slo l, comprendiste bien? El tono severo no hizo reaccionar a Oogoe. - Ser hecho segn tus deseos, Seor. Puedo disponer? - Puedes. He hecho llamar a Iro, tengo que hablarle. Iro estaba listo. El Emperador siempre le haba testimoniado respeto y lo haba honrado con el titulo de Campen del Emperador, a una edad donde nadie haba cumplido este prodigio. Las lgrimas le venan, pero las retena lo mejor posible. Oogoe le haba dicho que Gakyusha le

esperaba. Yendo hacia la tienda de su padre, se cruz con SenRyaku. La joven mujer le tom el brazo cuando se cruzaron. Le susurr algunas palabras al oreja. - Cudate y desconfa de la gente que te rodea. Solo ten confianza en Asajiro. Siempre te ser fiel. Luego lo solt y se fue a sus ocupaciones. Iro entr en la tienda donde flotaba ahora un olor dulce de incienso. Recordaba este olor y esto reaviv en su cabeza un recuerdo que trataba de olvidar. Hace algunos aos cuando su madre enferm, su padre le haba rogado a Kami que se le conceda la curacin, por desgracia sin xito. Al fin, el Seor Imperial haba aceptado la defuncin de su esposa. - Padre, ests all? - S, Iro. Ven a mi lado. El Seor de la Kotoba estaba en una de las alas de la tienda. All, haba un altar en el cual reposaba la figurita de una joven mujer desnuda cuyos cabellos largos escondan sus pechos. Alrededor de ella palitos de incienso lentamente ardan. Delante de l, en quimono totalmente rojo, el padre de Iro recitaba manteas de oracin. El joven campen del Emperador se arrodill y recit su vuelta de las oraciones. Esto dur un momento largo y la noche cay despacio. - Iro, recib un mensaje de Tsuro justo despus de la llegada de Oogoe. La situacin en el seno del Imperio se degrada y la poltica se intensifica. Me dejan a un lado de todo esto y es una maniobra hbil. Es para esto, para lo que cuento contigo, para informarme sobre lo que sucede. Todo esto me parece bastante extrao e inquietante. Iro contemplaba la estatua, perdido en sus pensamientos. Oa las advertencias de su padre, pero no poda abstenerse de soar A algunas leguas de ah, Malyss sentado en medio de la Tumba de los antepasados acababa de leer un encantamiento que haba comenzado en la vspera. Estaba al borde del desvanecimiento y sus fuerzas mgicas se debilitaban ms de lo razonable. No era el azar quien lo haba trado aqu, sino un plan muy preciso. Y era ms exactamente la ltima parte, la cual, ejecutaba en este momento. Algunas semanas antes, haba ayudado a Toran, a travs de intermediarios y haba procurado que el enfrentamiento entre este ltimo y Akutsa se efectuara aqu. Su lucha en este lugar

haba revuelto el mundo de los espritus y una brecha se haba abierto a este mundo. Malyss buscaba un espritu particular, el de un guerrero muerto en combate hace ya mucho tiempo. Por fin, termin su encantamiento y todo, a su alrededor, se volvi ms blanco, como si la realidad se hubiera borrado. Entonces, aparecieron formas, simple bruma en un principio, luego fueron tomando consistencia para parecerse a hombres. En aquel momento, Malyss tena los ojos cerrados, porque no le estaba permitido ver en este lugar. Tom entonces una pequea caja que tena en su bolsa, la abri y sac su contenido: una pluma de cuervo, demasiado larga para ser la de un animal, de esta especie, de talla normal. El joven mago solt la pluma que se ech a volar. Un espritu entonces fue atrado como una mosca por la miel y toc la pluma. En seguida todo reapareci alrededor de ellos. Malyss abri los ojos. Delante de l se encontraba el que haba venido a buscar. - Gan'so, el Cuervo est feliz de verte de vuelta entre nosotros. Eres esperado con impaciencia. - Gracias a ti de haber venido a buscarme, no s cunto tiempo hace que erraba sin objetivo. - Hace falta que nos vayamos a Mragi, el Cuervo nos espera. Iro y Oogoe llegaban por fin a destino. La capital se les ofreca, desbordante de actividad. No se tomaron un tiempo para reposar y pidieron audiencia inmediata, con el fin de que el campen de Xzia pudiera ver al Emperador. Fueron hasta la habitacin imperial donde Ayuka, la vieja criada, se ocupaba del enfermo. Se levant y se inclin delante de ambos hombres, luego sali sin pronunciar una palabra. La habitacin estaba inmersa en una luz roja, representativa del Imperio de Xzia. Flotaba all unos olores de incienso y de plantas medicinales. Iro se pus de rodillas delante de la cama donde el Emperador, enflaquecido y con la piel muy plida, dorma de un sueo animado. Iro tena mucha pena de verle en ese estado. Despus de algunos minutos, un ataque de tos despert al enfermo que percibi que no estaba solo. Cuando vio a su campen y a Oogoe, el Emperador se incorpor. - Kage, l pronunci con dificultad. Djanos. Oogoe se inclin inmediatamente y dej a ambos hombres a solas. - Iro, las tinieblas nublan mis ojos poco a poco... Pronto me reunir con mis antepasados. - No, no diga eso, pronto encontraremos un remedio. El Emperador hiz una pequea mueca.

- Los curanderos ms grandes estudiaron mi caso, sin ningn xito. La muerte me llevar y ya s que esto sera pronto. Iro acrcate, tengo algo decirte... El joven miembro de la Kotoba se coloc muy prximo del Emperador, era para l un gran honor porque en la sociedad Xziarite estar prximo del Emperador, con sentido fsico del trmino, es tener sus favores. - Iro, posiblemente no ests al corriente, pero cuando un Emperador no esta ms en condiciones de reinar, una regencia es colocada. Escucha bien, yo siento que las sombras se mueven y me acechan, todo esto no es natural. Eres mi campen, entonces s digno de este ttulo y protege a tu Emperador. - Proteger? Pero de qu? De quin? En aquel momento entr en la habitacin un hombre viejo, de la larga barba blanca, totalmente vestido de negro. - Seor Iro, encantado de verle de nuevo en Mragi. Pienso que es tiempo que nuestro Emperador repose. Iro conoca bien a esta persona: se trataba de Daijin, el dirigente venerable y poderoso del clan del Cuervo, consejero primigenio del Emperador. Para Iro, este hombre viejo haba sido siempre un imperialista fiel. El joven iba a retirarse cuando el Emperador le tom por la mueca. - Acurdate de mis palabras Iro... Protege al Imperio...

Tempus Fugit

Psaume, el clebre bardo estaba sentado en un peasco en parte recubierto por la espuma. La inmensa mayora de los habitantes del pequeo pueblo vecino se haban reunido para esta ocasin bastante rara. Tanto grandes, como pequeos esperaban que el bardo comience sus historias con impaciencia. Psaume aclar su garganta e hizo algunas notas con su arpa antes de empezar una dulce meloda. "...Oiga oiga, pues escuche la historia de los exiliados del Tiempo, venidos a nuestra casa para evitar sus desgracias... ...Esto pasar en el futuro no sabemos ni cuando ni donde exactamente. Samia joven aprendiza, curiosa de la vida, jams escuchaba nada... ...Entonces fue prevenida, el Destino no se ofrece a quien quiere, leer el Libro a esta persona esta prohibido. Evidentemente caso no hiz a la leccin y al libro se acerc... " Algunos meses antes de que Psaume estuviera en este pueblo, como muchas personas, se desplazaba con destino a la Piedra Caida del Cielo. Su caballo y l, agobiados por un viaje largo no podan ms. Busc pues un lugar apacible para pasar la noche. Es en este momento, dnde vio un pequeo campamento en medio del cual, arda un fuego, esto fue para l, un faro en las tinieblas de la noche. Se acerc y vi a una joven mujer con ropaje extrao, era la nica en un lugar muy conocido por su calma.

- Disclpeme, viajo por estas tierras y busco un lugar para pasar la noche. Podra tener el honor de compartir este campamento con usted? La joven mujer levant la cabeza hacia Psaume y este ltimo vio a pesar de la penumbra que era ciega, y sus ojos eran blancos como la nieve. - Todos buscamos algo. Instlese y no tenga miedo, estamos al amparo del peligro. El joven hombre se ape y liber a su caballo, luego despus de haber puesto una manta en el suelo comenz a jugar con su lira. - Es msico? Interrog la joven mujer con cierta pizca de inocencia. - Soy bardo seorita, mi nombre es Psaume. - Encantada, Psaume. Despus de haber interpretado algunas canciones, el bardo dej su instrumento. - Sabe cmo nosotros, los bardos, componemos nuestras canciones? - No, dgame. - Adems de las leyendas de comarcas diversas, discutimos mucho con los viajeros, a los que cruzamos, porque a menudo tienen cosas para contarnos. Y entonces usted quiere saber si no tendra cosas que contarle? Al reflexionar sobre eso, s, tengo una historia. La cara de Psaume se alumbr de un inters maysculo. - Cuente, yo la escucho. Desembal l rpidamente un block donde tomar notas. - Le escucho. - Mi nombre es Samia, pero en esta poca suya, me llamo el Apstol del Destino. Vengo del futuro. - Del futuro? Esto quiere decir que usted sabe aquello qu va a pasar entonces?

- Gentil Psaume, usted me plantear sus preguntas ms tarde, porque mi cuento es bastante largo. - Oh, por favor, perdneme. - Pues, en el futuro ser una aprendiza del Relojero, una persona respetable de una sociedad secreta llamada Tempus. Ser joven cuando pasar un acontecimiento que cambi muchas cosas. Psaume ya arda de mil preguntas, escuchaba sacindose de esta historia increble donde visiblemente todos los verbos se conjugaban de manera particular, mezclando pasados, presentes y futuros. - Tempus es el guardin de los secretos del Destino y conserva preciada mente el equilibrio del Tiempo. En el futuro, dar prueba de demasiada curiosidad porque quebrantar el mandato absoluto de Tempus, al leer el Gran Libro de los Destinos. Este libro mgico, creado por Eredan, puede revelar al que lo lee el Destino de una persona. Basta entonces con concentrarse sobre la persona del que usted desea ver su Destino, para que el libro se modifique. El bardo senta, sin embargo dudas, es una historia totalmente inventada o bien era esta la pura verdad, que haba vivido ella? - Entonces tuve una idea de la cual, siempre me arrepentir en parte, el de querer poner de manifiesto el Destino de una persona en particular, el mo. Por desgracia para m, infring all una regla que no conoca, al realizar la lectura de este libro. Yo sufr, entonces, consecuencias muy pesadas. El Destino ceg mis ojos y me castig. Deber vivir en lo sucesivo con la facultad para poder leer el destino de la gente que cruzar, pero jams podr aprender nada que sea sobre mi propio destino. Estoy condenada. - Apasionante! Exclam el bardo. Y luego qu ha pasado? - Suceder que habiendo quebrantado varias reglas "sagradas" suscit la ira de Tempus. Deber entonces mi salvacin slo al Relojero, del que soy muy prxima. Todava no s lo que lo empujar a ayudarme. Apareci inmediatamente despus de que mi vista desaparezca y entonces escaparemos de los nuestros por Tempus Fugit, una lnea particular del tiempo, extremadamente prohibida de utilizacin. Escogimos venir a aqu, en aquel tiempo.

- Si comprendo bien ustedes volvieron en el pasado. Pero acaso, los otros Tempus no podran venir a este tiempo? - Usted es perspicaz, Psaume. Llegarn pronto, efectivamente es slo una cuestin de tiempo. Pero convencimos a personas con un destino excepcional a ayudarnos. - Pero haciendo as no van a modificar el futuro? - Y muy desgraciadamente no conoca nuestro pasado, sino a priori podemos aspirar a dos teoras. En el futuro ya vinimos al pasado y pues este futuro all es "normal". O entonces lo modificamos y creamos otro futuro. Le reconozco que las historias del tiempo son ms la pasin del Relojero. Mi visin del tiempo se limita al destino de la gente porque puedo ver el futuro de alguien. - Entonces usted sabe cuales aventuras voy a vivir. - S, s que la historia que le cont dar la vuelta al mundo y qu llegado el momento, usted recordar quin se la cont. Lejos en el Futuro, en el momento en el que el Apstol y el Relojero desaparecan en los meandros del Tiempo un hombre, apareci. Su traje era de los ms singulares, era Tempus. - He Observado, el presente impacta el pasado mis hermanos, el mandato ha sido quebrantado, por fin, nosotros debemos actuar. Otras personas con vestimentas semejantes aparecieron a su lado. - Sern Encerrados. - Los hechos sern Anunciados. - Sern Castigados. Luego, todos desaparecieron y tomaron prestado Tempus Fugit...

Modo de Empleo

Baranthe es el ms oriental de los 7 reinos. Y tambin es el ms prximo a las extensiones salvajes, estas tierras que vieron en otro tiempo los enfrentamientos cataclismicos durante la guerra contra Nehant. Su rey, nombrado Baranthe tambin, era un hombre lleno de ambicin. Su predecesor le haba dejado un reino dbil y vergonzoso para los 7 reinos, y esto verdaderamente le sacaba de quicio. Siendo as, haba emprendido trabajos importantes por todas partes en su reino con el fin de darle empuje a la economa y mejorar las condiciones de vida de su pueblo Una bella maana, un joven campesino se present al Castillo de Baranthe con una carta importante que suscito la atencin de su majestad. Anunciaba el descubrimiento de un extrao objeto, de gran tamao, enterrado en lo mas recondito de la provincia de Thane, conocida por ser la regin ms pobre del reino. La primera reaccin del rey fue un desconcierto. Un artefacto enterrado en una parte lejana de su reino, de que se podra tratar esto? Entonces, les pidi consejo a artesanos conocidos de la capital. Por desgracia, ningno supo explicar exactamente de que se trataba esta "cosa". Todo lo que el rey obtuvo como informaciones fue, que se trataba de un objeto de grandes dimensiones con mecanismos increblemente complejos. La reaccin no se hizo esperar. - Pues bien, ya que ustedes son unos incompetentes, debere acudir a la unica persona capaz de arreglar esto: el gran joyero real! ste lleg poco tiempo ms tarde, y luego de hacer las reverencias, expres con un aire altivo:

- Resolver este problema para su majestad. Este enigma ser resuelto. Este gran joyero fue conocido por haber creado mecanismos bastante adelantados en materia de joyera y tena en su haber varias grandes invenciones. Se fue pues con destino a Thane donde lo esperaba la "cosa". All, pas una semana entera, casi da y noche, intentando resolver el enigma. Por desgracia, al cabo de tres das, entr en pnico porque no progresaba en lo absoluto. Los servidores presentes, lo vieron la sexta tarde, casi desnudo delante de la "cosa", casi loco y que balbuceaba " No podre resolverlo! No podre resolverlo! ". Y, efectivamente no pud. El desgraciado casi perdi la razn y fue llevado, de vuelta, en crisis a la capital dnde tard mucho en recuperarse. El rey quedo fulminado. Perda prestigio, con este asunto que comenzaba a enervarlo seriamente. Pero tuvo una idea genial. - Heraldos! Hagan correr el rumor a travs del mundo, que yo, rey Baranthe, invita a los artesanos ms grandes a que resuelvan el mayor enigma que nadie todava haya presentado. El que lograr encontrar la solucin ser recompensado a su justo valor. Muy rpidamente circul el rumor y muy rpidamente una muchedumbre de mirones, de curiosos y por supuesto, de artesanos llegaron a Baranthe, doblando a la poblacin de la ciudad. El Rey se encontr vctima de su anuncio y debi hacer frente. Les orden pues a sus consejeros reales empezar un "reparto", un nuevo mtodo de reclutamiento por jurado. Las selecciones duraron varios das y, evidemente, la gran mayora de los solicitantes fueron rechazados. Sin embargo, algunos grandes nombres se haban llegado hasta all. Algunos venan de muy lejos. Entonces fueron amablemente convidados, a expensas del reino, a ir a Thane, y durante este trayecto, algunos de ellos tuvieron tiempo de discutir sobre sus pasiones respectivas. Fueron recibidos por el seor de Thane que se haba encargado de la seguridad de la obra y supervisaba, en nombre de su bien amado rey, la gestin de este descubrimiento. - Bienvenidos a Thane. Ms precisamente pertenecemos a Imsiss, una regin cuya historia no tiene nada particular. Espero que sus talentos increbles nos permitan resolver el enigma que les propongo contemplar. Entonces avis a su gente que abrieron entonces la gran puerta de madera del recinto edificado con el fin de resguardar el permetro. La "cosa" era verdaderamente impresionante, en parte recubierta con tierra. Era un cubo inmenso con una altura cercana a la de tres hombres.

Representaba un verdadero desafo porque su superficie visible presentaba una multitud de mecanismos y de gemas luminosas de diversos colores. - Pues bien, he aqu un hermoso trabajo, exclam Delko, el clebre fabricante de Golems de Noz' Dingard. - Usted tiene razon, caro colega ! Replic Jorus. - Pongamosnos a trabajar. Seguidamente todos se pusieron manos a la obra. Klemence, la mecnica, acompaada de su mecani-asistente, la ms increble de sus realizaciones. Sin tener la menor delicadeza, la joven mujer se ech sobre los mecanismos a su alcance e intent romperlos a base de martillo. Por desgracia, sin el menor xito. Nada pas, salvo la destruccin de su martillo. Delko y Jorus, comenzaron a elaborar teoras extravagantes sobre lo que podra ser este objeto. - Y si haba que alinear los mismos colores de las gemas en formacin de a tres, posiblemente se anularan? - Pouapoua! No importa lo que diga. Yo estoy seguro que hay que oprimirlas al mismo tiempo, replic Jorus, el soplador de vidrio.

No lejos de all, dos Traquemages bien escondidos observaban la escena con mucho inters. - He aqu un objeto, de aquel, a quien no hemos nombrado desde hace tiempo. - S, hay que decir que algunas de sus obras todava existen. - Excepto, que sa es su mejor obra, por fin dijo el segundo. - S, hasta hoy nadie es capaz de igualarlo, tanto se adelantaba sobre su tiempo, un genio verdadero. - Lo que es inquietante, es de que se trata esto... el Cubo ha sido enterrado. Diramos que es una caja fuerte. - Pero qu encierra? - Lo sabremos, si tienen xito.

- Ve a hacer un informe a la hermandad, debemos consignar estos hechos. Si pudiramos recuperar de nuevo esta tecnologa, esto nos ayudara en nuestra tarea. - Bien, me voy inmediatamente.

El rbol-Mundo

El viento soplaba suavemente sobre las ramas del rbol-Mundo. En aquellos das, la vida era tranquila en Guem y la erosin no hacia efecto. Ningn ser humano pisaba esas tierras. El rbol-Mundo fue el punto de origen de la vida. Tenia la particularidad, adems de ser verdaderamente grande, de poseer una piedra-corazn, la cual, segn las leyendas Dais, fue la primera existente en Guem. Entonces, una semilla arrastrada por el viento cay sobre la piedra y se desarrollo a una velocidad inusual. As naci el rbol. La siguiente primavera, se encontraba cubierto de hermosas flores, que ms tarde se convirtieron en frutos, tambin proporcionalmente grandes como el rbol. Una vez que estas frutas maduraron, cayeron al suelo. Pero estas en lugar de germinar en otro rbol, dieron origen a criaturas, que salieron de ellas al igual que los polluelos salen de los huevos. Ese fue el nacimiento de los primeros habitantes de Guem, los Dais. Estos nios del rbol-Mundo vivan en armona, en tanto cada uno era una parte muy pequea del mismo, como si fuese una conciencia colectiva, pero en seres independientes.

Los aos pasaron, seguido de siglos, y todos se encontraban bien en este mundo prospero. Sin embargo, uno de ellos pareca preocupado por algo. El habia sido elegido por su familia para convertirse en el lder del pueblo Dai, y el mismo se llamaba Kei'Zan. Naci de una fruta especial del rbol-Mundo, debido a que esta dio lugar a dos Dais. Por su lado, mientras Kei'zan miraba con sospecha el tronco del rbol, llego su hermano. Los miembros de este pueblo tenan la capacidad de percibir con gran precisin los sentimientos del resto. Y entonces, el sinti la profunda angustia del jefe Dais. - Siento una gran preocupacin en ti, hermano mo. Tal vez pueda hablar contigo sobre lo que te tiene mal? El Kei'zan siempre haba sido el ms emptico con este mundo que lo haba engendrado. - Cada Dais que nace debilita mas al rbol-Mundo. - Cmo es eso? - La gema del corazn se debilita y escucho la voz de nuestra madre. Ella est en agona. - En serio? Sin embargo, parece que todo esta bien. Mira, las ramas son numerosas y no caen. El follaje es denso y hay muchas flores, anunciando la futura llegada de nios Dais. - El problema es ms profundo. - Vamos, no te preocupes. Estoy seguro de que mejorara. - Yo no lo creo. De hecho, la situacin no mejoro. Los Dais sintieron la muerte del corazn del rbol. La mayora de ellos se dirigieron al rbol, como si sus instintos los impulsaran. El Kei'zan y su hermano apoyaron a los suyos lo mejor que pudieron, pero la tristeza y el dolor eran demasiado grandes. Si el rbol mora, condenara a su pueblo a la muerte. La piedra-corazn, visible en algunas grietas de la corteza, no emita ms que una tenue luz. Ahora, lo impensable entraba en juego. El hermano de Kei'zan se acerc a una de estas grietas y vio que la corteza se abra a la vez que la piedra-corazn del rbol aumentaba su tamao. Comprendi de inmediato lo que se avecinaba. Corri hacia su hermano, mientras que a sus espaldas la piedra-corazn explotaba en una lluvia de color verde. El apenas tuvo tiempo de saltar sobre Kei'zan antes de recibir las rfagas de la piedra-corazn del rbol. La explosin prcticamente haba desintegrado al rbol y muchos capullos de Dais que se encontraban en las copas perdieron la vida ese da. El Kei'zan

empuj a su hermano inconsciente quien haba cado sobre l, lejos del centro de explosin. En lo profundo de su ser, el se encontraba herido. Alrededor de ellos, todo era un caos, las ramas caan con fuerza, mientras los ptalos de las flores descendan suavemente ofreciendo un triste espectculo. Se inclin sobre su hermano a pesar de que l se mova inconsciente, retorcindose de dolor. Su lado derecho fue sido herido por la explosin que haba recibido profundamente en el. El Kei'zan sacudi su cabeza como para recuperar sus sentidos. Pronto se dio cuenta de que la conciencia que los conectaba a todos los Dais haba desaparecido. No poda sentir el dolor de los sobrevivientes, ni el de su hermano. Para evitar ser aplastados por los escombros que cayeron de nuevo, tom a su hermano en su hombro y lo alejo aun ms. Despus de haber recuperado sus sentidos del todo, pudo comprender la magnitud de los daos. El rbol-Mundo estaba muerto. Gran parte de su pueblo haba sido barrido, y peor aun, no habran mas nacimientos Dais. Una vez que la situacin se calm, sinti como una fuerza mgica se emita pobremente. Intrigado, fue a ver lo que podra encontrar. Despus de recorrer entre los difuntos Dais y las ramas muertas, llego al sitio donde se encontraba el rbol y all encontr una cepa rodeada de fragmentos de cristal. Entre ellos encontr una gema particular. El Kei'zan se inclin y la recogi. Tan grande como un puo, esta joya alojaba en su interior un trozo de raz. Luego oy estas palabras: "La muerte no es el fin. T me portaras y viviremos juntos hasta el da de renacimiento. " En ese momento, se dio cuenta de que esta semilla era del rbol-Mundo y que el ciclo de la vida continuara. Un da, en el futuro otro rbol-Mundo emergera. Pero cundo?

Modo de Empleo, capitulo 2

Saln del Trono del castillo Baranthe, poco despus de la partida de los artesanos de Thane. El rey estaba solo, sentado en su cmodo silln centenario. El pensaba en ese fabuloso tesoro que dormitaba y pronto seria suyo. Haba que reconocerlo, se alegraba en sus adentros. Para su desgracia, su buen humor interno se vera frustrado rpidamente por la llegada imprevista de un visitante indeseable. En primer lugar el Rey se mostr cansado, seguido sinti que su cuerpo se volva mas y mas pesado, despus todo a su alrededor se oscureci, como si la luz pasara a travs de ventanas ennegrecidas. De un bolsillo interior de su chaqueta, salio una piedra, levitando a una corta distancia de su cabeza. Esta piedra-corazn probablemente era verde, pero en su estado actual, era casi totalmente negra. Luego la luz del ambiente se concentro para formar nubes de humo que se reunieron en un punto central. Por ltimo, de la humareda sali un hombre vestido de negro y cuyo rostro estaba oculto en parte gracias a una capucha. Avanz hacia el rey golpeando el suelo con su bastn. - Buen trabajo, rey Baranthe. Pronto sers rico y los 7 reinos estarn de rodillas frente a tu esplendor. Las palabras de Nehantiste dieron en el blanco. La vanidad, la codicia y el deseo de convertirse en uno de los grandes lderes del mundo sirvieron como un punto de entrada hacia la conciencia del rey. - El plan va segn lo previsto, arribaremos a su culminacin.

Seguido el Nehantiste le dio al rey un pergamino virgen de toda escritura. - Vas a escribir una carta al seor de Thane. Inmediatamente, la mano del rey empez a escribir, sin mirar el pergamino. - Debers especificar que uno llamado Quilingo vendr en su nombre y ayudara cuando descubran por primera vez lo que contiene la camara. Es importante que el entre primero. Por supuesto, usted firmara, como es habitual, con su sello real. Unos minutos ms tarde, la carta estaba terminada y sellada. - El llamado Quilingo deber llegar maana. Lo recibirs discretamente y le dars las rdenes. Luego, retrocediendo hasta el centro de la habitacin: - No olvides que, tu nombre pasar a la historia! El Nehantiste se convirti en humo, y el humo en una luz oscura. La piedra-corazn del rev volvi a su bolsillo, y todo se volvi claro. El rey era libre para volver a pensar por s mismo. Para l, todo era idea suya.

Durante algunos das, los artesanos ms importantes trabajaron incansablemente para resolver el enigma. Y lo que menos podemos decir, es que esto los mantena cuerdos. La pequea tropa viva en una aldea aislada montada a las apuradas y ubicada en las cercanas. Esa noche, el seor de Thane haba ordenado una reunin para hacer un balance sobre los progresos de sus huspedes. Y estaban todos all, alrededor de una mesa, en un alboroto impresionante, cada uno defendiendo apasionadamente sus ideas. El pobre Seor tuvo mucho trabajo con todas estas personalidades complejas. - Por favor! Por favor! Damas y Caballeros! Un poco de atencin! Por desgracia, adems de Arckam, el prestidigitador de los combatientes Zil, nadie ms escuch. Viendo el caos total alrededor del Seor, el Zil decidi hacer algo. Rebusc y saco de un bolsillo una especie de globo, de un salto se ubico sobre la mesa, sin que el caos merme. Luego inflo el globo hasta que quedo casi tan grande como Ramen, el vendedor de fideos. Algunos detuvieron sus charlas, otros no. El artesano de Zil como por arte de magia saco una aguja larga y exploto el globo, el cual inmediatamente empez a repetir las palabras del Seor de Thane, pero mucho mas fuerte.

- POR FAVOR! POR FAVOR! DAMAS Y CABALLEROS! UN POCO DE ATENCION! Extraamente, todo el mundo dej de hablar. Arckam se baj de la mesa, tan misteriosamente como haba subido. - Gracias, caballero Arckam. Ahora que tengo su atencin, me gustara que cada uno me informe de sus hiptesis. Quieres comenzar tu Klemence? La joven se sorprendi mucho al ver el inters en ella. Se limpi las manos en el delantal y se aclaro la garganta. - Si quieres mi opinin, esto fue fabricado por alguien. Si supiramos quien, podramos resolver esta fortuita historia. Porque no hay manera de destornillarle algo a esa maquina! - Estas en lo correcto, pero si existiera una hiptesis para abrirla? - Ehh, no, ni idea. - Bueno, eh, gracias. Entonces, Jorus? El anciano estaba concentrado susurrndole algo a uno de sus "Jorusiens" y se sorprendi cuando le preguntaron. - Queh? - Bueno, t tienes alguna idea sobre cmo abrir esta cosa? Cules son tus teoras? - Y bieeen, si tieneh cerraduras, no tendrah tambiennn sus cerrojos? En este momento, Delko comenz a aplaudir. - Bravo! Lo sospechaba!, Bromeo el fabricador de Golems. - Buenoh si tieness una mejorr idea, adelanthe sorprendenhos! - Debido a que me dejas hablar, creo que tengo algunas pistas. Como ya lo dijo Klemenc, es importante saber el "propsito" antes de avanzar. Una vez que lo sepamos, comprenderemos los mecanismos. - Entonces, han pasado varios das que llevan aqu discutiendo y aun no avanzaron ni un pelo? - Te equivocas, exclamo Delko. Intercambiamos nuestros puntos de vista, que es lo que nos har avanzar. Si usted pens que bamos a llegar y descubrir la solucin al primer vistazo, esta

equivocado acerca de nuestra empresa. Bueno una vez dicho esto, de haber previsto todo esto me gustara tener la respuesta acerca de quien es el fabricante de esta cosa cuanto antes. En efecto, a la maana siguiente un mensajero de Noz'Dingard le entrego a Delko un pergamino. Todos los otros artesanos se reunieron alrededor de l, como dira Jorus, "comindolo con los ojos". "Maestro Delko, El nombre de la persona que est buscando es el Maestro Elmijah de Kref'ga, tambin conocido con el nombre de Ebohki. De la informacin de l que tenemos en la biblioteca del Compendio, habra desaparecido misteriosamente poco despus de la guerra contra Nehant. Esperando que esta informacin les sirva para fines tiles. Atentamente, Aerouant ".

Ebohki. Este nombre de inmediato despert el inters de los oyentes y las discusiones volvieron a comenzar. Para los presentes ese da, la evocacin del nombre significa mucho, porque en el medio en el que ellos se movan, Ebhoki fue el que sublimo su arte a su paroxismo, un verdadero genio adelantado a su poca. An hoy la mayora de ellos no son capaces de hacerlo tan bien como lo hacia el. Esto presagiaba buenas perspectivas para el xito de su empresa. Unos das despus, Quilingo llego a su improvisado campamento. Se haba aburrido de pasar el tiempo jugando con Ylong, la competencia de Ramen. Este estaba ah por un trabajo (pero un poco tambin para espiar a sus colegas). En medio de una emocionante movida se oy un ruido seguido de una gran agitacin, y a continuacin varios sonidos de engranajes y de mltiples chorros de vapor. Por ltimo, se llevo a cabo un ligero terremoto, la "cosa" se abri por fin. Los artesanos se felicitaron unos a otros con gritos de"Hurra!" que hacan eco en las paredes de la "cosa". Quilingo salt de su banquillo y se abri paso entre la densa multitud que, ms all de los elogios mutuos, poco a poco comenzaron a acercarse a la cmara gigante. Pero Quilingo les record a todos que nadie deba ingresar antes que el. Su gran tamao y fuerza imponente los mantuvo a raya. El interior era increble! Totalmente metlico, con mecanismos sobre las paredes por todas partes y luces verdes que emanaban de una especie de esferas de vidrio. Por todo el suelo haban verdaderos tesoros. No solo dinero, sino tambin una serie de variados

objetos, que iban desde armaduras de cuerpo entero, pasando por cofres, hasta objetos tan simples como tejidos. Los ojos de los artesanos se abrieron como platos cuando los vieron. Quilingo en silencio desenredo un pedazo de pergamino en el que haba una ilustracin, precisamente el diseo de una espada, y abajo, una serie de inscripciones. El hombre-panda busco en la recamara hasta que finalmente encontr el objeto de su anhelo, una espada de lo mas especial. La envolvi en una gran pieza de tela y se fue sin despedirse del resto. Durante ese tiempo, el seor de Thane se agasajaba con la victoria. Haba dejado a sus huspedes tranquilos, ya que haban aprendido el nombre del "artista" que construyo la "cosa". Por ltimo, se hizo como deberia ser. Asi que le pregunto a Masamune, quien hasta entonces se haba quedado atrs, cmo haban logrado esa hazaa. - La caa se dobla, pero no se rompe. Nuestra inteligencia se dobla sin romperse. - OH, eh, bien, bien! pero de forma lo hicieron? Masamune, que como siempre nunca sonre, hizo una vaga apariencia de una sonrisa. - Nos hemos adaptado. La concepcin de este trabajo no puede ser aprehendida por nuestras mentes que razonan a travs de nuestros conocimientos. La adaptacin es la clave de nuestra victoria, y el trabajo en equipo es su instrumento. El famoso herrero Kotoba demostr que super las cerraduras de la puerta. - Hubo varias cerraduras, todas con diferentes cerrojos de distinta naturaleza, explico Delko a su Seor. Gracias a que unimos todos nuestros conocimientos, juntos pudimos descifrar los enigmas. De todas formas te ahorrare los detalles porque para usted era importante que esto se lleve a cabo, y para nosotros cumplirlo. Y esperamos, un poco de riqueza.

El honor recobrado

Todas ellas estaban all. Toda la hermandad se mantena delante de ella, como para equilibrar el peso de la vergenza, esta vergenza que senta desde hace semanas. Llevaban un vestido simple y gris y un cinturn de cuero negro caa sobre sus caderas. El gris, el color de la desgracia. Hoy, no era ms una Sorcelame, dejando su espada a los pies de Naya, no retuvo sus lgrimas. Lgrimas que muchas de ellas compartan. Cuando una Sorcelame no cumpla la funcin que le haba sido asignada, era toda la organizacin y todos sus principios los que caian en un estado de verguenza. El error de la joven mujer, era el error de todas ellas, pero a pesar de esto, era ella quien pagaba el precio. - Anazra. Hoy, tu honor ha sido quebrantado, y el honor es el pilar de nuestras creencias y de nuestros principios. La comandante recogi la espada de Anazra. - Recuerdo el da en que te di esta arma, eras muy joven en aquella poca. Quitartela hoy es para m una afliccin. Las lgrimas de Anazra caan con fuerza sobre el suelo cavernoso del templo de la hermandad. Ya es hora de que te vayas. Guardo esta espada, esperando poder devolvertela el da en que tu honor sea recobrado.

As terminaba la ceremonia donde se le retiraba su titulo a una Sorcelame. Esto sucedia muy raramente, pero siempre que pasaba, era una prueba para toda la organizacin. Algunos das ms tarde, la joven mujer haba abandonado toda esperanza de volver a ser la que era. Pasaba la mayor parte de su tiempo en los jardines de Noz' Dingard donde estaban las estatuas de los hroes del pasado que miraban hacia el horizonte. Cmo recobrar el honor? Se haba planteado esta cuestin una centenas de veces, sin encontrar la menor respuesta. - Entonces, encontraste la inspiracin Anazra? Dos jvenes mujeres llegaban, vestidas de Sorcelame. - Vienen a provocarme con insolencia, mis "hermanas"? Mora y Eglantyne haban entrado a la orden en la misma poca que ella y desde ese momento haban tejido lazos muy fuertes entre ellas. - Todavia no. - No tenamos noticias de ti, pareciera que tu presencia aqu hubiera sido ocultada por Dragn. - Dragn? Debe estar rendose de mi situacin, aadi irnicamente la ex-Sorcelame. - No estaria tan segura, si estuviera en tu lugar, aadi Eglantyne. - Pero no ests en mi lugar. Me gustara mucho verte, en l. Ambas hermanas se sentaron a un lado y otro del banco de piedra. - Te acuerdas de nuestra formacin? Pregunt Mora. - S, perfectamente bien. Rememor entonces, algunos aos antes, la formacin recibida de su hermana mayor, Naya, particularmente de la primera frase que les dirigi. Esa frase, usada tanto a modo bienvenida como para enunciar un reto a lograr. "La Sorcelame es a la vez fina lamina y hechicera. Debe ser gil y comprender los arcanos de Dragn." Luego memorias ms recientes, donde Eglantyne, Mora y ella se haban aventurado en el Soplo de Dragn, una regin en lo ms profundo de la Draconia. All, haban comprendido el sentido de la palabra honor. Anazra mir a sus amigas con inters. Las dos sonrean. Saban bien que le

habian dado una pista, para su vuelta a las Sorcelames. Se levant, con el corazn lleno de esperanzas. - Gracias, comprend lo que deb hacer. Luego, se fue sin decir ni una palabra ms, saludando de lejos a sus amigas. - Piensas que lo conseguir? - Dragn vela siempre por ella como vela por nosotros. Por el momento, no sera Sorcelame, pero sigue siendo una draconica, y sus poderes son siempre temibles. - Ya veremos que pasa. Anazra hizo una pasada rpida por el hostal donde dorma desde su decaimiento, tom sus pertenencias, la espada que se le haba ofrecido para reemplazar a la retirada por Naya y dej la ciudad en una pisada. Saba que su viaje durara slo algunos das y qu pasara por pueblos que bordearan el camino. Se encontraba aqu en un periplo inicitico, o por lo menos de un nuevo inicio. Recorrio el camino que llevaba hacia el sur, a Noz' Zar, la segunda ciudad ms importante de la Draconia. Desde alli, dej la seguridad relativa para seguir caminos que la llevaban a la llanura de Mornepierres, la cual atraves con prudencia y temeridad. Todo se repeta, excepto que esta vez, llegada al borde de esta llanura, encontr a un viajero que reposaba cercano a un arroyo. Anazra no esperaba encontrarse a alguien aqu, en medio de la nada. El hombre se levant al encuentro de la antigua Sorcelame. Era un joven, que tena ms o menos su edad, llevando ropas de viaje pero de una factura que no dejaban duda alguna sobre su condicin, un miembro de la nobleza. Los rasgos de su cara le recordaban a alguien, pero verdaderamente no saba a quien, y aun asi tenia la fuerte impresin de ya haberlo visto antes. - Es usted, dice con un aire de bastante satisfecho. La joven mujer frunci las cejas. " De que se tratara esto? ". - Eso depende, a quin espera el seor? - A la que deba proteger a mi padre, pero que no lleg a hacerlo. El corazn de la joven mujer se estrech y la vergenza apareci de golpe sobre su cara. - Oh, por favor, excseme por esa frase tan desgraciada, no quera causarle pena. Venga, instlese conmigo yo voy explicarle lo que exactamente me trae hasta aqui.

La antigua Sorcelame puso sus pertenencias y se acomod sobre la hierba verde, el joven hiz lo mismo. - Nos cruzamos una vez a hace dos aos, despus crec y por sobre todo esto Dragn me confi la tarea de suceder a mi padre, el antiguo Seor-dragn de Drak' Azol. - Felicitaciones, es una responsabilidad pesada, la suya. - Gracias, pero no estoy aqu para contarle todo esto. Supe que usted se dirigia hacia el Soplo de Dragn. El caso es que debo visitar al Seor Karn, y paso por el mismo camino. - Supo? Quin le dijo que pasara por aqu? - Sus amigas Eglantyne y Mora. Aaah zorras! Saba bien que su discusin a propsito de nuestra formacin no era anodina. Anazra estallaba y pens " me la hicieron bien ". - Y entonces le habran dicho que recordarme mis errores a lo largo de un viaje, sera de seguro, un castigo interesante? El joven hombre quedo boquiabierto, como aturdido por esa frase. - No, no, al contrario. Usted sabe que ese tragico acontecimiento es debido slo a dos cosas: la Fatalidad y el Traquemage. Si sus amigas hubieran estado en su lugar el resultado habra sido el mismo. - Usted se basa en suposiciones. - No, entiendo que usted siente el no haber cumplido con su deber, pero usted no debera sentirse mal, porque si as pas, es porque asi tenia que pasar. - No estoy convencida por lo que usted me dice, Seor Draconico. Podemos ponernos en marcha ? Estos lugares no son muy seguros. - Usted tiene razn. Siguieron entonces por el camino a travs de las montaas rojas. Al principio Anazra apenas escuchaba al Seor Draconico, a medida que recorrian el camino, iba cediendo poco a poco frente a los argumentos del joven hombre. Comenzaba de nuevo a tener confianza en ella.

Luego, algunos das despus, llegaron en un lugar conocido bajo el nombre de Soplo de Dragn. Una hondonada rellena por una bruma opaca, sin interrupcin. - Henos aqu en el Soplo de Dragon, voy a continuar mi camino hacia Kastel Drak. Espero que estos pocos das pasados en mi compaa le hallan abierto los ojos. Anazra conoca la peligrosidad del camino hacia Kastel Drak y, para llegar a la ciudad, haba que atravesar el paso del Ojo, que era famoso por estar frecuentado por bandoleros. - Si usted quiere, puedo acompaarle hasta all. - No, no, usted tiene mejores cosas que hacer, que escoltarme, nadie atacaria a un Seor Draconico. - Confiemos que asi sea. Sus caminos se alejaron y la antigua Sorcelame avanz en el Soplo de Dragn. Una leyenda muy conocida de los drconicos cuenta que sera este Soplo de Dragn el que impedira que los secretos de lo que pase en este lugar sean revelados. Las jvenes Sorcelames venan aqu para ser puestas a prueba. Anazra avanz un buen tiempo antes de sentir la presencia de Dragn. - Cuales son las reglas de la orden de las Sorcelames? Le pregunt una voz cavernosa. - Servirte, servir al pueblo Draconico y a los Seores draconicos. - Bien, y cmo servir lo mejor posible a un Seor Draconico? La voz se hizo ms seria. Anazra qued silenciosa algunos segundos. Luego, su corazn se estrech. Haba dejado al Seor de Drak' Azol frente a un riesgo potencial. Si buscaba su honor, no deba permanecer ms all. Se ech a correr lo mas rapido que poda. Se par por poco tiempo y acudi a sus poderes mgicos para soportar mas. Reencontro al Seor mientras que ste era asaltado por un puado de pcaros para robarle sus riquezas. Sin vacilacin, desenvain su espada y puso en juego su destreza bien entrenada mucho tiempo antes. Los bandoleros no resistieron mucho tiempo y huyeron a toda prisa. El Seor Draconico afortunadamente, no tena ni un rasguo. - Y bien, verdaderamente cre que usted iba a abandonarme a mi suerte. - Las Sorcelames deben velar por los Seores Draconicos.

- Pero usted es Sorcelame? - Si la dirigente de nuestra orden lo quiere. - En ese caso, me permitir intervenir en su favor. Algunos das ms tarde, en el templo de la orden de las Sorcelames en Noz' Dingard. De nuevo, estaban todas reunidas, pero esta vez sus vestidos eran azules y sus aspectos mostraban regocijo. Anazra estaba de nuevo de rodillas delante de Naya. El silencio se hizo entonces. - El Honor jams nos deja. Cuando estamos en duda, podemos contar las unas con las otras. Tom la espada de Anazra. - Este es el simbolo de nuestro compromiso y hoy estoy feliz de devolvrtelo. Porta orgullosamente esta arma y rene a tus hermanas, Anazra, Sorcelame de Noz' Dingard.

Liberar la Sombra

El vals de los cortesanos se haba terminado, pero la misin de Ishaiano se detena all. Ella le haba confiado una tarea a Marlok y ahora solo le quedaba comunicar una mala noticia. Volvi a Kastel Draken con sus seguidores para reunirse en la tumba de los ancestros, y despus de varios das de viaje, por fin llego a su meta: el campamento de los Combatientes de Zil.

Al ver el arribo de la delegacin con los colores del Consejo, Ergue que vigilaba los alrededores le advirti rpidamente a Abyssien. Este ltimo reuni a todos los combatientes de Zil disponibles para recibir de la mejor forma a los majestuosos visitantes. Se sorprendi al reconocer la bandera de la Dama Ishaia. En el pasado, sus caminos ya se haban cruzado. La Consejera miro a los presentes con un aire neutral. - Consejera, le damos la bienvenida a nuestra humilde morada. - Abyssien, respondi ella inclinando la cabeza respetuosamente. Gracias por vuestra acogida. No te preocupes, no voy a quedarme mucho tiempo. Los Combatientes Zil se miraron los unos a los otros. Qu esta pasando? La mayora de ellos ni siquiera eran concientes de la existencia de un Consejo de los gremios existentes, y que iban a aprender a su costa. Abyssien e Ishaia se instal en una parte privada de la capital. El jefe de los Zil ofreci unos refrescos a la consejera. - Encantada de ver que usted sigue sabiendo como recibir visitantes de lujo. - Por favor, reserve sus pensamientos para s misma, recuerda quien te hizo entrar en el Consejo! Dijo con un poco de ira en su voz. - Vamos, vamos, precisamente porque nos conocamos es que el consejo me envo a mi en lugar de otro! T hubieras preferido que sea el Regente? - No, por supuesto, me alegro de verte. Pero pienso que a veces tienes una actitud arrogante. Qu te trae por aqu? - Bueno, yo vengo a anunciarte una mala noticia. Luego ella se aclar la garganta mientras desenrollaba un pergamino. Muchos hechos se nos plantearon a nosotros, entre ellos: el asesinato del Profeta por Tlendar, en ese entonces lder del gremio de los Combatientes de Zil, la infiltracin de un Nehantiste dentro de los miembros de su clan, las traiciones de sus miembros Selene, Silene y Tlendar, la falta de informe de los nuevos miembros del gremio y, finalmente, la falta de informes sobre sus actividades durante varios meses. Abyssien trag saliva. Efectivamente se trataba de algo serio. - En funcin de estos hechos, el Consejo adopt la siguiente decisin. El gremio de los Combatientes de Zil tiene dos meses para actualizar sus declaraciones y demostrar que todava puede ser digno del ttulo que lleva. De lo contrario, simplemente se disuelve.

Era un golpe fatal el que acababa de recibir el Jefe Zil. - Entiende bien Abyssien, esto no me hace feliz. Oficialmente, el Consejo necesita que respondan por las acciones de su gremio. Debemos renovar su escudo y demostrar que sus miembros son dignos de confianza. La joven dej su copa y se levant. - Extraoficialmente, s que todo esto es respecto a Tlendar. Pero las reglas son estrictas, el lder del clan se hace responsable de los actos de su gremio. El conflicto en el que se estn inmersos se intensifica. No tengo ninguna duda de que los talentos de los Zils son apreciados, si se llegan a canalizar. Abyssien permaneci en silencio, todo esto era grave y el tena que actuar con prudencia. - Bien, no la retengo ms tiempo Consejera, hay cosas que tengo que hacer. El tono indicaba claramente que Abyssien iba a tomar las cosas en mano. El rostro del jefe Zil cambio y comenz a hincharse. - Oh bien, creo que voy a salir. En dos meses, vamos a juzgar la evolucin de las cosas. La Consejera parti casi tan rpidamente como haba llegado, dejando al jefe con sus asuntos.

Abyssien estaba rodeado por los otros Combatientes. l les haba explicado la situacin y los mismos se pusieron serios. Kriss avanz hacia el jefe. - Abyssien, se debe cumplir con el triunvirato. Los Zils ms antiguos saban que hay un triunvirato que cuando la situacin lo exiga se reuniran para tomar las decisiones. Los miembros mas nuevos aprenderan como operaba. - Tendremos que hacerlo. Luego, miro a los reunidos. Bueno escchenme todos, debern despejar la pista, aparten todo lo que se interponga en el camino, una vez hecho se realiza un circulo a su alrededor. Kriss traer una persona desconocida para la gran mayora de ustedes. Si alguna vez se dirige a ustedes, no le respondan. Los Combatientes abandonaron la pista, a continuacin Abyssien trajo un gran bal, lo abri y tom su contenido. Luego, suavemente, coloc lo que pareca una gran marioneta, hecha de paja y telas con los colores del gremio. A continuacin enderezo el cuerpo. Kriss comenz a

tocar msica con su rgano de aire una meloda hasta entonces desconocida para la mayora de la tropa. Abyssien, por su parte, lanzo un sortilegio de noche en la sala, a continuacin, otro sortilegio que cre un pozo de luz en la pista. El gato negro que nunca abandonaba a Kriss comenz a girar alrededor de la especie de marioneta. El jefe Zil encantaba al mismo ritmo que la msica. Despus de un momento, el maniqu de paja se elev en el aire al mismo tiempo que el gato. Unos tentculos de sombra salieron del gato y se enroscaron alrededor de lo que de hecho, era un espantapjaros. A continuacin, pasaron a travs de los ojos y la boca del espantapjaros dejando al felino que descendi inconsciente sobre el suelo. La msica se detuvo al igual que la encantacin. La criatura segua en pie y se meca suavemente hacia adelante y hacia atrs, con los brazos que oscilaban en el aire. Todos contenan la respiracin observando el evento. A continuacin, el espantapjaros volvi a la vida y empez a caminar, mirando a su alrededor. Despus de una vuelta, se detuvo frente a Abyssien y Kryss. Los dos hombres se inclinaron, y la criatura hizo lo mismo. - Por que, me molestan ustedes? - Tuvimos que reunir al triunvirato, el gremio est en peligro. - AAAh? Que hizo el gremio que se cree que esta en peligro? Abyssien explic la pasividad del gremio y la advertencia del Consejo. El espantapjaros se volvi y dio una vuelta alrededor de todos. Reconoci que nadie, excepto Sangrespada y Sinrostro, se mantuvieron en su lugar. - OUUUH mis pequeos se creen grandes! USTEDES son MAGNIficos! Continuando con su gira, se detuvo frente a Sombra. - Cul es tu nombre? Pero la joven no respondi nada, recordando la advertencia de Abyssien. El Espantapjaros asinti con la cabeza. - Se llama Sombra, es buena haciendo malabares, respondi el jefe. Nosotros tenemos que hablar en privado. Kryss, Abyssien y el recin llegado abandonaron al resto dejandolos llenos de especulaciones.

El triunvirato se reuni lo ms distante de la tienda a fin de estar lejos de cualquier posible espionaje. - NO te preocupes mas seor real, no podras disolver mi amado gremio! La sombra es la hora - Qu nos va a dar crdito? Pregunto Kryss. - Pasemos a cosas serias, respondi Abyssien cuyo rostro estaba inflndose nuevamente. - S! vamos a castigar a los traidores y hacer para lo que se nos ha creado, para asegurarnos de que el mal no salga de las sombras. - Te quedars en esta ocasin? le pregunt Kriss, quien tambin cambio. - SI! Pero NADIE sabr quien soy YO! El Archimago Artrezil FUE muy claro al respeto. Dese AHORA ustedes me LLAMARAN SALEM!

A la aventura!

Como en todas partes del mundo, las Islas Blancas ofrecen para calmar las gargantas sedientas, tabernas de mala reputacin donde el alcohol fluye libremente y los ladrones desvalijan a los borrachos. Es en uno de estos lugares donde se inicia la increble aventura de la tripulacin de Al

La Triste. " Las dos piernas de palo " era una taberna del barrio de ms de mala fama de la clebre ciudad Volovan, una parada de crpulas, de canallas y de estafadores de todo gnero. Burrich el batidor, uno de los clientes regulares tena buena esperanza de conseguir el golpe del siglo tratando vender un mapa del tesoro. No sabiendo leer, ni escribir, no sospechaba la importancia de este mapa y, como jams se lo tomaba en serio, nadie haba querido creer en el valor de lo que ofreca. Justo en ese momento su historia lleg a los oidos de Bragan, uno de los miembros de la tripulacin de Al la triste. Despus de haber hecho algunas comprobaciones, le comento sobre la autenticidad del mapa a su capitana. Al la triste se interes mucho en este descubrimiento. Bragan, el viejo pendenciero, Poukos, el hombre pez y la Capitna Al la triste entraron en la taberna donde deba llevarse a cabo la venta del mapa. Muchos salieron cruzando a los piratas, cuya mala reputacin los preceda. Para los que jams se habian cruzado con Al la triste, la primera impresin que les provocaba los dejaba sorprendidos. Con su tricornio, a la joven mujer, a menudo le costaba trabajo pasar por las puertas, tanto en altura a causa de su estatura como en anchura debido a la imponente protesis mecnica que reemplazaba su brazo derecho. Su cita esperaba en un rincn. Burrich ya se imaginaba irse de all riqusimo despus de haber vendido este trozo de papel encontrado en una compraventa de ocasin. Ambos aclitos del capitn se sentaron a la mesa del infortunado vendedor. La capitna se instal justo a su izquierda. - Vuelvenos a mostrar la mercanca, mancha de letrinas! Vocifer Bragan con toda la amabilidad de la que poda dar prueba. El hombre sac pues el objeto tan ansiado, un rollo de pergamino que probablemente habia estado sellado por una correa de cuero rojo y un sello de lacre. Al la Triste examin la correa luego desenroll el mapa. Al fin ! Varios aos de buscar en vano para le cayese encima casi por casualidad. Pero no mostr nada de su satisfaccin. Poukos lanz sobre la mesa una bolsa que contena dinero. El hombre la tom y la abri con impaciencia. Por desgracia, grande fue su decepcin, la suma verdaderamente no corresponda a sus previsiones. - Hey! Pero aqu dentro no hay nada ! Se indign. Al la triste se levant de un golpe, derribando su banqueta, y agarr al imbcil por el cuello y lo levant hasta su cara. Los dos otros no movieron ni el dedo meique. Haba que mantener bien el mito de la clebre Al la triste!!

- Escucha cabeza de arenque, de escoria como tu, tengo llena mi cala. Me deshago de ellos en las minas de sal de Brence. Entonces, si quieres que no te arranque un brazo y haga lo mismo contigo, acepta esta transaccin que es completamente honorable. El hombre estaba mudo. Crey que todo estaba acabado para l. Poukos y Bragan lo miraban como si su ltima hora hubiera llegado. Pesando en los pro y los contra bastante rpidamente, tendi el mapa. - Aqui tienes, me parece un buen negocio! La capitana lo lanz de un golpe y cay desarticulado en el suelo. Apenas tuvo tiempo de levantarse que los piratas ya estaban yndose, lo que constitua para l un alivio. Tena un poco ms dinero y mucho menos problemas. Un poco ms tarde sobre el Arc-Kadia, el buque volante de la capitana Al la triste, todo era efervescencia. La joven mujer haba hecho volver a toda su tripulacin que hasta ese momento se encontraban "de licencia". En su camarote, la joven mujer intentaba penetrar los secretos del mapa del tesoro cuando alguien llam a la puerta. - Capitn, soy yo ! Dice una voz muy aguda. Al la triste se levant, quit el seguro de la puerta y mir a su segunda con alegra. - Ven, entra, le dice mirando si no haba uno o dos curioso que las espiaran. Lo encontr, por fin podremos localizar al Titn del capitn Hic! Ojo de gema, la segunda, frunci el ceo y se quit algunos mechones que le caigan sobre la cara. Haba crecido con la capitana y ambas mujeres se haban hecho verdaderas hermanas de armas. Al la triste le mostr orgullosamente el mapa, desplegado sobre la mesa redonda. Esparcidos alrededor, incluso arriba, se encontraban un montn de libros abiertos y de instrumentos de medida. El mapa era bastante grande y por sobre todo magnficamente ilustrado. - Verdaderamente crees que es el capitn Hic quin lo dibuj? - Absolutamente! Mira, dice mostrandole un montn de pergaminos. Es todo lo que reun sobre l. Hay aqu numerosos dibujos firmados por su mano. El estilo corresponde, y la fecha tambin. Si observas bien, la parte izquierda es el reino de Bramamir, antes de que el torbellino se forme. Y sabemos que Hic vivi all antes de la guerra negra.

Ojo de gema observaba el mapa. Sinti entonces la emanacin de una magia discreta, pero presente. La gumlite pas la mano por encima y sin hacerlo a propsito reactiv el mapa. Aparecieron inscripciones sobre el pergamino, luego el mapa exhal un humo fino que se acomod para formar una imagen mucho ms completa. Una pequea bola amarilla de la talla de una falange apareci sobre el mapa. Al la Triste avanz, sus ojos brillaban de excitacin. Ech un ojo a las inscripciones, era una lengua que pocos conocan, pero que ella, dominaba hace ya mucho tiempo. Su padre tambin era un capitn pirata, y le haba enseado a su hija todo lo que saba. He aqu lo que esto contaba: " La caza comienza, contra vientos y marea ustedes se toparn, pero a ustedes los cardinales les ayudaran. En cada etapa combatiran, consigan todo y encuentren a Titn o bien en el olvido eterno zozobrarn. " Reley repetidas veces la frase con el fin de percibir mejor la esencia. - Y bien, es misterioso todo esto, es muy interesante. Su segunda, examinaba el punto amarillo. Tom un mapa de la regin y compar ambos planos. - Reconocemos ciertas partes de las Islas blancas, el punto amarillo indica un pedazo que en otro tiempo fue costero. Podemos estar all en dos das. - Bien, prepara la tripulacin. Haz llenar la nave de rayo. Nos vamos maana! - Bien, capitana. Al da siguiente por la maana el buque estaba listo. Era un gigantesco 3 mastiles propulsado por dos grandes motores " Vafeur ", que unian una tecnologa basada en un motor a vapor y los rayos, una maquinaria creada mezclando cristales mgicos y fuerzas de la naturaleza recuperadas de las mismas nubes. Los arcos elctricos que laman los cristales producan castaeteos muy particulares. Pero la tripulacin se haba acostumbrado a ellos hacia ya mucho tiempo y ya nadie le tena cuidado. Sobre el puente, todo el mundo esperaba el discurso de su capitana. Ojo de gema haba hecho bien su trabajo y todos ellos se formaban derechos. Por fin, la capitana apareci, llevando su sable ancho, prueba de su liderazgo. - Piratas! Hoy vamos detrs de el Titn, el clebre buque del capitn Hic y del tesoro que el encierra! Dij levantando su sable hacia el cielo.

Entonces, todos se miran y comienzan a gritar, dndose aliento, la cabeza llena de sueos, de riqueza y de gloria. La tripulacin se puso a la tarea, separ el buque del muelle y solt las velas a favor de los vientos. El Arc-Kadia tembl, cruji, y luego despacio se elev en los aires. La ciudad de Volovan y su isla, flotantes en el cielo se volvieron cada vez ms pequeas mientras que otras crecan. Al la triste llevaba el timn con orgullo, sabia precisamente donde ir, haba memorizado el mapa del tesoro y los planos de su segundo. La noche haba cado sobre el antiguo reino de Bramamir y dos das haban pasado desde su salida. Nadie dorma y la actividad era febril, el buque comenzaba su acercamiento hacia una isla alejada y pequea. sta era ondulada de dunas y totalmente recubierta con una triste arena. - Que sabemos nosotros de este rincn, alejado de todo, Ojo de gema?? - No gran cosa, es una regin desrtica, no hay nadie que viva en la regin. Tiene asegurada su muerte el que se atreva a venir aqu. - Un lugar ideal para esconder algo. BRAGAAAAAAAN! ! Grit, la capitana. Un viejo hombre buenazo apareci, medio dormido, y con un botellon de ron en la mano. - Siiis mi capitana? - Irs por la maana, a esta isla con Empleadillo y... - Yo! Yo! Yo! Yo! Apareci entonces una furia de cabellos cortos, casi desnuda. Subi las escaleras hasta el puente en un momento y de dos saltos y se par ponindose en guardia. Al la triste mostro un aire de desesperada y sacudi la cabeza tapandose la cara con la mano izquierda. - Todava te dura la peste? Se jact Bragan. - Vamos, capitana, djeme ir all! Insisti la pelirroja. - Bien, ve all, pero te prevengo que me oirs si fallas tu misin. Comprendido, Armada? - Sis! Sis! Sis! La joven salt en el aire agitando los brazos frenticamente. Algunas horas pasaron y lleg por fin el da, el pequeo grupo estaba listo. El buque se coloc a una distancia suficiente para que Bragan, Empleadillo y Armada pudieran descender con una

cuerda. La arena era caliente e inmaculada y las dunas se extendan hasta donde alcanzaba la vista. El pequeo grupo avanz lento, pero seguro hacia el centro de la isla. A bordo del ArcKadia, Al la triste observaba con su largavista, pero el calor emitido por la arena, rpidamente oculto al grupo de piratas. Al cabo de algunas horas de marcha, Bragan se dio cuenta que algo no iba bien. - Marchando como marchamos, ya deberamos haber alcanzado el otro borde de la isla. Empleadillo examin los alrededores. - Aqu! Rastros en la arena! Mire, tres personas han pasado por aqu. - Son nuestros rastros, grumete! Escupi Armada. Estamos dando vueltas como ratas en una chalupa. - Caramba, que vamos a hacer? Lanz el marinero con una pizca de pnico. - Vamos a reflexionar esta claro!, s que no lo haces a menudo pero va a hacer falta. Vamos a empezar por cambiar de direccin. El grupo retom el camino, y algunos momentos ms tarde, mientras el calor comenzaba a volverse insostenible: - Vamos a morir... Empleadillo haba dejado su chaleco y miraba a los otros. - No todavia. Te dije que haba que reflexionar. - Parece que t, viejo, si reflexionaste? Dice Armada riendo a carcajadas. - Bien.... sobre lo que reflexion. Y es justamente una historia antigua que me hace pensar en la solucin. Conocen ustedes los espejos de Flint? Ambos jvenes respondieron no al unsono. - Porque sera, que no me asombra. Algunos piratas, para esconder un tesoro, creaban una serie de espejos mgicos imperceptibles, que hacan dar vueltas en circulos a los infortunados que queran robarlos. Y este es el caso, como nadie lo pudo robar, y aunque Hic ya muri hace mucho, el sortilegio sigue activo. - Y cmo hacemos para salir de l?

- Por magia! Estos espejos son unos espejismos, tenemos qu soplarlos y romperlos. Armada, tienes siempre explosivos contigo. Vas a colocar tres cargas para hacer un tringulo, sabes lo que es un tringulo? - Pfff, se bien que es eso, viejo senil! Bragan se concentr durante unos largos minutos, el tiempo que necesito Armada para colocar tres bombas de su confeccin. Luego una llama aparecio delante del mago pirata. sta se transform entonces en una pequea ave, luego dos y por fin aparecio la tercera. - Acustense! Empleadillo y Armada apenas tuvieron tiempo de pegarse al suelo, cuando Bragan solto a sus aves que se lanzaron hacia las bombas. Una gran explosin reson entonces y una nube de arena se form. - Kof! Kof! Bah!!! di pues, que sagradas bombas nos hiciste Armada. - Sip , pequeas pero eficaces! - Miren! All! Algo brilla en la arena. En efecto, un poco ms lejos, a pleno sol un objeto de oro brillaba como encendido por mil fuegos. Acercndose los piratas reconocieron una calavera hecha aicos, apretando entre sus dientes un rodillo de oro. En el momento en el que Bragan, tom el objeto, la calavera se convirti en un montn de arena. La isla misma empez a sacudirse por temblores. A bordo del Arc-Kadia, toda la tripulacin escudriaba los alrededores. Haca ya ahora largas horas que la tropa se haba ido. La inquietud haba ido creciendo poco a poco. Luego vino la explosin, y algunos momentos ms tarde, un hecho extrao. La isla temblaba y perda pedazos que zozobraban en el torbellino. Al la triste lanz una ojeada rpida con su catalejo y repar en sus hombres. El barco cabece y avanz con destino a los infortunados corsarios que luchaban para no ser aspirados por uno de los numerosos hoyos que se formaba en la arena. Bragan, Empleadillo y Armada volvieron a subir a bordo, justo a tiempo, cuando la isla entera se desintegr...

Acto 3 :Deslumbramiento Iluminacin

La naturaleza haba cubierto la Tumba de los antepasados de una espesa vegetacin. Haba obedecido a los que nacieron de la tierra y de los rboles. El furor con el cual los Corazn de Savia haba entrado en el conflicto pona trmino a la paz que el lugar solia tener. Las lianas que ya cubrian completamente la piedra caida del cielo, pulsaban como si la sangre fluyera por los latidos de un invisible corazn. La Esfinge con rabia divina, cortaba las races que lo capturaban, pero estas eran muy fuertes y ya se le acercaban peligrosamente dos enorme Hom' Cha. Afortunadamente para el Guardin del templo, Kararine le echo una mano. Sigilosa y gil como una pantera, liber a su compaero Nmada. Este ltimo decidi replegarse el tiempo que olmarek tardara en encontrar una solucin a esta fuerte resistencia. El jefe de los Nmadas del desierto tena mucho trabajo, rechazando difcilmente los ataques mgicos de Kei'zan y de Hablamente. La magia de los dos Das era poderosa, pero la fe de olmarek y sus aclitos era una muralla contra la cual sus adversarios venan a estrellarse.

Un poco ms apartado, los restos del campamento de los Enviados de Noz' Dingard servia de marco a un encuentro extrao. Melissandro discuta con Valentin, el caballero dragon. - En usted habita una fuerza que Kei' zan identific como equivalente a la del rbol-mundo. Usted debe entender que esta piedra no es buena para nuestra tierra y que va a daarla.

Valentin se haba despertado por la maana sobresaltado mientras que los Corazn de Savia lanzaban su ofensiva. Muy rpidamente, al borde del campo de batalla, haba observado las escarmuzas, dando cuenta as por sus ojos a Dragn de una situacin bastante compleja y explosiva. Luego ms tarde, la joven elfine se le haba presentado, por una razn que todava no comprendia. - Pensamos hablar a Dragn y apelar a su sabidura. Hablo en nombre de Kei' Zan pidiendo su ayuda y la de su pueblo. El debe sentir los efectos de la perversin que genera la piedra. Valentin se rasc la barba, bastante confuso. No era mago y no conoca gran cosa de lo que trataban de explicarle. Haba sido enviado all al tiempo que otros miembros volvian de su misin. - Soy uno de los caballeros de Dragn, todo lo que s, el tambien lo sabe porque estamos vinculados. En ese momento, Dragn decidi tomar la palabra. El aspecto fsico de Valentin cambi, sus rasgos se hicieron los de un hbrido hombre - dragn. - O la llamada del rbol-mundo, Elfine. En este momento el dolor nubla los ojos y embarga a mis Enviados. Melissandre se sintio un poco decepcionada por esta respuesta. - Pero Valentin va a acompaarte y a poner su saber a tu servicio. Les enviar a otros aliados cuando llegue el momento. Luego, Valetin retom su apariencia normal. - Bien, diramos que debo ponerme bajo su mando. Un poco ms tarde y con la ayuda fortuita del viejo caballero dragon, los Nmadas estaban en postura muy lastimosa. Haba varios heridos en las filas de los fieles de Solra. Pero, afortunadamente para ellos, no estaban solos. Combatan por un ideal y para una fuerza superior que sobrepasaba su condicin. La piedra caida del cielo, aunque rodeada de lianas, emiti un nuevo canto. El viejo sacerdote lo oa y lo comprenda como si se tratara de voces celestiales. - " Apela a ella, servidor. Slo ella puede sacarte de ah ".

- Ella? Malika, que estaba al lado, tom la sotana de olmarek. - Quin es ella? S ms claro! Pero el sacerdote no escuchaba nada ms. Sac entonces una lmpara de aceite y sopl arriba. Una criatura azulada sali de ella. - S, mi amo, puedo realizar uno de tus deseos? - Utilizo mi segundo voto, genio. Deseo que Djamena se encuentre aqu inmediatamente. - Qu sea hecho segn tu voluntad, amo. El genio cerr los ojos y una aura dorada apareci alrededor de l. Un flash se produjo entonces, cegando a todas las personas en los alrededores. Cuando la vista les volvi, se encontraba a su lado una joven mujer con vestidos blancos caracteristicos de los iniciados del dios Solra. La joven mujer daba muestras visibles de encontrarse desconcertada por lo que acababa de producirse y lanzaba miradas a su alrededor con cierto pnico. Luego, mirando con ojos inquisidores sobre el que haba salvado a su padre de una suerte incierta, entendi su canto. La dulce voz se le diriga slo a ella. " Djamena, despiertate! Es el tiempo para volver a ser la que eras en otro tiempo. Entiendes Djamena? " La joven mujer no se mova, pero en ella algo se produca, una transformacin, una liberacin. Una lanza apareci entonces en su mano, luego, de un movimiento, hendi el aire desde abajo, hacia arriba con destino a la piedra. Al cabo de algunos segundos, las lianas que la rodeaban se rompieron, luego, cayeron, se descompusieron y acabaron por hacerse arena. La gema refulga cada vez ms. A su pie, Djamena haba cambiado. Alas le haban crecido y sus cabellos que flotaban en el viento se haban vuelto casi blancos. Todos los Nmadas saban que un nuevo Solarian acababa de hacer su aparicin, y que esto significaba que esta batalla no estaba perdida todavia. Ahora, el suelo alrededor de la piedra se agrietaba, y una energa violenta y divina se haba puesto manos a la obra. Alhem senta que Solra los miraba y juzgara sus actos. La tergia de curacin fue invocada, poniendo como nuevos a todos los Nmadas para una nueva ofensiva. El contraataque fue lanzado por la Esfinge que, en un rugido, salt sobre Marca-rojo y estuv a poco de decapitarlo,

salvado en extremo por Valentin que rechazo al coloso con cuerpo de len. Djamena se interpuso entonces. - Vas a ser juzgado, soy el brazo de dios, y t un insecto que voy a aplastar! Dice con clera. Apenas hubo pronunciado estas pocas palabras, el cielo comenz a ensombrecerse. - Seor, nuestros siguientes actos no son dignos de tu mirada. Qu el Eclipse le ponga vendas a tus ojos divinos y nos conceda el favor de la luz negra. La Garra, se haba colado entre los restos de lianas y de rboles e iba a asestarle a la joven Nmada un golpe magistral cuando fue inmovilizada. Se senta como atrada por el suelo. olmarek se adelant hasta ella rindose burlonamente. Su aspecto haba cambiado, sus vestidos y su actitud se haban vuelto negros. - El Eclipse, mi bello Eclipse, tenemos una gumlite! Luego, con ambas manos, tom a La Garra de un golpe y la levant por encima de l. - Tus pecados son numerosos, infiel! Tu alma me pertenece para toda la eternidad. Apoyo su mano derecha en la cabeza de la gumlite, luego, como si hubiera tomado algo invisible, tir con todas sus fuerzas. Una forma fantasmal sali de ella. Su alma dejaba su cuerpo. Su corazn dej entonces de latir y sus brazos dejaron de agitarse. Kei' zan un poco ms lejos asisti a la escena sin poder hacer nada...

Hacia los Confines

La Tumba de los Ancestros estaba baada en llamaradas y en sangre. La piedra cada del cielo lleno de fuego a sus alrededores, destruyendo los campamentos de los Enviados de Noz'Dingard y de los Kotoba. La Corazn de Savia y el caballero dragn, Valentn, haban regresado al territorio Eltariano. A ellos pronto se les unieron el resto del equipo quienes haban sido testigos de la batalla y queran conocer ms. Los Nmadas del desierto tenan bajo su dominio la Tumba de los Ancestros, galvanizada por la piedra y por el Eclipse que se produjo poco despus de la aparicin de su nueva camarada. Estos fanticos haban conseguido la derrota de las criaturas de la naturaleza. El Kei'Zan sostuvo en sus brazos el cuerpo sin vida de la Garra, la tristeza y el cansancio era visible en los rostros de los Eltarianos. Por el duro golpe y la importancia del evento, fue una de las raras ocasiones en que muchos extranjeros fueron aceptados en las tierras ancestrales, por lo general ocultas. Por lo que haban miembros de los Enviados de Noz'Dingard, de los Kotoba, de los Combatientes de Zil e incluso de los Piratas, recin llegados al conflicto. El viento pasaba entre los rboles, el Kei'Zan puso sobre el suelo el cuerpo sin vida de su hija adoptiva. Si hubiera tenido un corazn, este se encontrara roto en miles de pedazos porque su pena era grande. A su alrededor los dems miembros del Corazn de Savia se reunieron y comenzaron el canto ritual de los difuntos, una meloda triste y melanclica. El Das encant a continuacin, un antiguo sortilegio de retorno a la tierra, races emergieron de la tierra y

rodearon a la Garra. Entonces lentamente, todo se hundi en el suelo. Durante este tiempo Valentn se encontraba hablando en su interior con el Dragn. - Mi seor, usted vio al igual que yo todo lo que pas. Qu actitud tomar ahora? Estos nmades parecen ser tan peligrosos como los fieles de Nehant. - Caballero, tendr que actuar sin una confrontacin directa, al menos por ahora. Hay una persona que podra aportar una solucin. El se encuentra en este bosque pero aprisionado por los suyos. - Debo recurrir a esa persona? - S, es necesario. Algunos de los Enviados deben llegar pero por ahora demoraran en hacerlo. - Obedecer. Una vez que el canto termin, Valentn se reencontr con Kei'Zan. - Lamento molestarlo en un momento visiblemente doloroso. Debo pedirle un favor. El Kei'zan asinti con la cabeza y luego Valentn escuch en su cabeza. - S enviado de Dragn? - Es evidente que alguien en su pueblo traera una solucin contra los poderes de estos nmades. - Quin? - Una persona que retienes prisionero. El Das con el rostro sin boca sacudi la cabeza. - La persona que usted menciona ha sido castigada por sus actos. - No pongo en duda su motivo, pero sera posible hablar con l? - Sospecho que una presencia superior de usted dio con la existencia de esa persona. - Dragn piensa que el prisionero es un eslabn en la cadena y que su ayuda es fundamental. Despus de una larga vacilacin, el Kei'zan acepto guiar al caballero dragn al sitio donde durante muchos aos fue encarcelado, hacia el corazn de la selva. Durante dos das viajaron por senderos, Valentn se sorprendi al ver tantos lugares inusuales y maravillosos, aunque el haba viajado durante aos por el mundo de aqu para all. Finalmente llegaron donde anteriormente el rbol-Corazn con su altura dominaba al mundo. No haba nada mas que un

tronco sin vida, pero se trataba del territorio de Kei'zan. A la vuelta de unos pocos rboles grandes rodeados de arbustos largos y peligrosos se encontraba el prisionero. - Yo te autorizare a hablar, pero ten cuidado con tus palabras, mi hermano es vengativo. - Tu hermano? Bien. Tena un nombre? - Hoy lo llamamos el Granizardo, comprenders el por qu al verlo. Ante ellos se hizo a un lado la vegetacin dejando paso libre a un gran bloque de mbar. En su interior haba confinado un Das de gran altura cuyo lado izquierdo estaba lleno de pedazos de piedras brillantes de color verde. El Kei'zan pas la mano por el Grele, dndole el poder de percibir el mundo a su alrededor. Inmediatamente sinti una ola de tristeza. Comprendi los acontecimientos que haban sucedido, y sobre todo lo que llevo a la muerte de la Garra. El enojo fue muy rpido, demasiado rpido! - Ah es donde todo esto nos lleva a mi hermano! El tiempo para hablar se ha terminado, librame! - No, t sabes que eso es imposible. Valentn fue sorprendido por la voz de Granizardo, potente y clara. - Y t gumlite, no sientes la lenta destruccin de nuestro mundo? Dijo l, dirigindose al caballero dragn. - S que tenemos un rival difcil y que usted tendra una solucin a nuestro propsito. - Antes tienes que dejarme salir, no puedo permanecer mas inmvil, paralizado en este lugar mientras los Eltarianos pierden la vida! - La Garra se haba confiado exponindose al riesgo! Replic el Kei'zan vigorosamente. - S, por supuesto, pero t, t la dejaste morir. Entonces, cul de nosotros debera estar en este bloque de mbar, hermano? - Pero t sabes o no un medio para hacer frente a estos nmades provenientes del desierto? El gumlite dragn percibi la animosidad que provena de entre los dos hermanos, uno para el otro. - S, lo s. Aclamado Granizardo calmando. - Ahora dinos lo que sabes hermano.

- Ya te lo dije, voy a tener que salir de esta prisin porque tendr que llevar a la gente fuera de aqu. Escucha Kei'zan, escucha el lamento de Eltarianos, ellos sienten que el viento cambio y que el peligro acecha nuestro hogar. El Das saba que ese momento llegara algn da, pero si realmente Granizardo tiene la solucin debera dejar los sentimientos de lado, y dar paso a la razn. Y si alguna vez Granizardo se vuelve inestable el se hara cargo de que vuelva a la prisin, donde pasara el resto de su existencia. - Bueno, yo te libero. Pero al menor paso en falso, te regresare aqu. Kei'zan a continuacin, golpe con su bastn el suelo recubierto de musgo y hojas secas. Una ola de energa mgica se extendi al bloque de mbar, que se redujo hasta que el prisionero finalmente se puede mover. Se estir y luego avanz de golpe hacia su hermano. - Mantengo mi palabra, voy a ayudar lo mejor que pueda. Nuevamente varios das ms tarde, en el borde de la selva una aldea de tiendas de campaa se haba instalado, una combinacin de todos los gremios. L'Arc-Kadi, barco de piratas haba anclado un poco ms tarde en un claro. El intercambio de opiniones sobre lo que estaba sucediendo y las discusiones se detuvieron cuando el Kei'zan, Valentn y Granizardo aparecieron. Se formo un gran crculo alrededor de ellos. Granizardo dio la vuelta mirando a cada uno. - La guerra est sobre nosotros. Los provenientes del desierto sirven a un dios destructor, que no se detendr ah. Entre la multitud abundaban los susurros. - Los que son capaces de eludir la animosidad que sienten por los dems sern una ayuda sin igual para la batalla que se avecina. Y a l le llevara tiempo enfrentarse a m, por lo que algunos de ustedes podrn resolver nuestro principal problema, la piedra cada del cielo. - Y adnde piensa ir, si no es indiscrecin? Pregunto Malyss un mago de Kotoba. - Vamos a tener que ir a los confines. De nuevo los cuchicheos tomaron la reunin, el nombre "Confines" pareca causar un montn de preguntas, algunas por miedo y otras por curiosidad. - Conozco un camino que nos llevar all. No voy a negar que es muy arriesgado, pero cul es el riesgo comparado al peligro que nos enfrentamos? Voluntarios? Un miembro por cada gremio me parece ser una buena eleccin. Ergue inmediatamente dio un paso adelante.

- Siempre he querido ir... Fue el turno de Malysse seguido de Moira y finalmente, despus de mucha discusin y dado el inters de encontrar algo valioso, Ojo de gema era la representante de los Piratas. Por su parte Dragn ofreci su ayuda. Gracias a Valentn y los Enviados de Noz'Dingard presentes, un portal se abri entre el lugar donde estaban y la gran sala de recepcin del palacio Noz'Dingard, evitando as un largo camino debido a que los Confines se encontraban en el otro lado de la Draconia, comparado con su posicin actual. Ellos fueron recibidos por el Profeta. - Bienvenido. La Draconia pone a disposicin de esta expedicin alimentos y de algunos medios para que puedan cumplir mejor con su tarea. Me asegurare de que encontraran un lugar para pasar la noche en la frontera con Baranthe. - Le agradecemos Profeta. Una semana despus, el grupo de aventureros llegaron a la frontera. Cerca se encontraban las nieblas de los Confines. Este lugar en particular era una barrera, escondida detrs de la tumba de Nehant donde fue encarcelado este ltimo por ms de 100 aos. Esta niebla mgica fue un punto de paso entre dos continentes, los Confines y de lo comnmente llamado Tierras de Guem. Sucedi en ocasiones que algunas personas de un lado o el otro llegan a cruzar al otro continente, a veces sin darse cuenta, a veces despus de una larga bsqueda. - Aqu en el borde de la niebla de los Confines, nos atreveremos a intentar algo que posiblemente jams pueda funcionar. Les inquiri Granizardo. - He odo hablar de este lugar. Seguro que quieres ir all? una magia poderosa invade la zona, puedo sentir la sensacin. Malyss pareca preocupado. - Esta es la magia que permite cruzar al otro lado. Indic Granizardo una vez que todos estaban atados los unos a los otros. A la vez impulsados por la curiosidad y la ansiedad ante lo desconocido, los expedicionarios se precipitaron en la espesa niebla. No vean ms all de sus narices y la confianza estaba depositada en avanzar con cautela. Pronto el suelo agrietado bajo sus pies cubierto de partculas de tierra calcinada se aadieron a la opacidad de la visin, haciendo que la respiracin fuese difcil y dolorosa. Pas una hora, y alrededor de ellos, aunque no lo vieran, el paisaje cambio para convertirse en catico. Unos cristales de muchos colores emergan de todas partes, haciendo su lento avance peligroso. Su gua les haca pasar por desvos increbles, pero poco a poco la niebla se desvaneci y desaparecieron las cenizas.

Cuando todo a su alrededor se aclaro evidentemente ya no estaban mas en Tierras de Guem, sino en el otro extremo del mundo con un entorno increble. - Parecen las Islas Blancas! Pero esto es enorme! -Exclam Ojo de gema. Todos estaban fascinados con el descubrimiento de esta parte del mundo. No perdan de vista cientos de islas que partan flotando de la tierra hacia el cielo. Despus de una rpida mirada hacia abajo podan ver la superficie del planeta. - Lo conseguimos. Nuestra travesa acaba de empezar y el viaje corre el riesgo de extenderse. Partimos en busca de una criatura legendaria que alguna vez existi en las Tierras de Guem, la Comepiedras.

Motin!!

Extractos del diario de Al la triste. [...]Hemos encontrado un extrao objeto en una isla. El capitn Hic, a quien suponemos, le pertenecia, haba protegido el lugar magicamente, afortunadamente, Bragan conoca este sortilegio sin l, habramos terminado de culo en el agua.[...] [...] El objeto era en realidad una baliza perdida. Cuando acerqu la esfera al mapa me percate que aparecieron smbolos y surcos en el metal. Ojo de gema pas varias horas con este enigma,

sin comprender de qu se trataba. Fue Klemencia quien resolvi el enigma cuando me dirig por soluciones al resto de la tripulacin. Se trataba de otro truco de piratas, una bola a polvora, un objeto en el cual hay que poner polvora, y luego encenderla, una vez hecho esto, hay que deslizarla sobre un pergamino. Se debe comenzar apoyado un simbolo en forma de cruz que se encuentra sobre la esfera, en el pergamino, luego la esfera se desliza sola, dibujando una forma. Es muy difcil de explicarse as. Despus de haber hecho esto tenamos all, sobre el pergamino una lnea totalmente rara. [...] [...] Tengo un dolor de cabeza increible, hay que decir que se celebr de buena forma nuestro hallazgo. Superponer el mapa del capitn Hic y el pergamino con la lnea tomando por punto de partida la isla dnde habamos encontrado la esfera era una idea excelente. Siguiendo los gruesos puntos que recorre la lnea y hacindoles corresponder a ciertas indicaciones geogrficas, esto nos seal el proximo lugar donde debiamos ir. [...] [] Mientras haciamos una inspeccin ocular donde esperabamos encontrar el prximo enigma, nos topamos con un obstculo de talla mayor, la ausencia de viento. Estamos en medio de la nada, tanto el timon, como las mquinas, no responden ms. Resta solo esperar que Klemencia encuentre cmo resolver esto. [...] [...]Ya han pasado varios das que el Arc-Kadia esta inmovil en el aire como un viejo casco encallado. Yo no comprendo qu pasa aqu, estamos exactamente dnde indica el mapa, me habre equivocado? En todo caso, es lo que parecen pensar ciertos marineros que comienzan a hablar entre ellos. Sorprend una conversacin entre Poukos y Ojo de Gema, parecera que ya no soy un capitn muy bueno como pensaba. Voy a vigilar esto de cerca, esta actitud me asombra por parte de mi segunda. [...] [...] Motn! Fue tan repentinamente, dudo que todo esto sea normal. Una parte de la tripulacin desea que me rinda bajo el pretexto de no haberlos protegido y de no haber anticipado todo esto. Estos cobardes capturaron a Klemencia y a Bragan quienes me siguen siendo fieles. Tal, como lo conozco l va a hacrselos volar por el aire. Por mi pierna de madera!!! qu los llevara a hacer esto? pensaran que el buque sbitamente va a recuperar su movimiento en cuanto se deshagan de m? Verdaderamente tengo la impresin de que estan volviendose locos. [...] Cuanto ms tiempo pasa, ms la situacin empeora. Voy a tener que recuperar el buque, no me queda otra eleccin, va a hacer falta que libere a Klemencia en primer lugar y que ella reactive luego a Tornillardo. Con esa gran ventaja nos ser fcil terminar con el resto. Hace ya mucho tiempo que no tenia la oportunidad de volver a usar mis pistocuchillos, habra preferido que fuera en mejores condiciones, pero que se le va a hacer. [...]

[...] Consegudo, Klemencia esta libre. Armada va a tener un reverendo dolor de cabeza durante largo tiempo, pero no me queria dejar pasar. Saba que esta chica no era muy lista, pero amenaz con explotarse y a nosotros con ella. Qu es lo que les pasa a los amotinados?. [...] Klemencia me dice que los rebeldes estuvieron comportandose muy raro. [...] Salimos a reactivar a Tornillardo, ahora van a ver de que madera estoy hecha. [...] [...] Una larga batalla tuvo lugar. Estropeamos mi bello buque, voy a hacerles pagar todo este desastre a estos salvajes! Lo bueno de todo esto, es que neutralizamos a todos los rebeldes sin ningun muerto. Ha sido un lindo castaazo, no saba que Klemencia era tan inteligente. Fabric una especie de guantes a la vez mgicos y mecnicos. Cuando Tornillardo golpeaba, era Klmence que exactamente haca el mismo gesto! Otros se encontraron mas sorprendidos aun por este hallazgo. [...] Interrogu a estas bolsas de ron, pero sus respuestas fueron muy evasivas y al final ni ellos mismos saban demasiado que pas. Despus de reflexionar, la relacin entre el punto del enigma prximo y todo esto era casi evidente. Seguidamente Bragan me confirm que algo mgico todava estaba manos a la obra. [...] [...] Pas todava una rara situacin, el fantasma del capitn Hic apareci sobre el puente, hombre guapo por otra parte. Me dio a entender que era digna de seguir el camino a su tesoro. Igualmente sin su acuerdo, habra continuado. [...] Cuando l desapareci, el barco recuper su movimiento, y en el lugar donde se encontraba Hic, aparecio un libro rojo, de pequeo tamao, cerrado por una cerradura cobriza en forma de boca de demonio. Sobre la tapa podamos leer el ttulo: Diario del Capitn Hic. [...] la cerradura no resistio mucho tiempo, un golpe de culata y vol en pedazos. [...] [...] Le el diario del capitn Hic, podemos decir que vivi muchas aventuras increbles. Particularmente escribio esto, la escritura era difcil de entender: " ...mis huesos son quebrantados. Mi buque esta en medio de un lugar inimaginable, hay burbujas por todas partes. Mientras que la muerte tiende sobre m su abrigo de desgracia es mi momento para dejar mi herencia. Si lees estas lneas es porque eres mi heredero, pero ten cuidado porque.... " Por desgracia esto terminaba all. Un nuevo punto brilla sobre el mapa, nos ponemos en camino, tengo prisa por ver lo que esto nos depara. [...]

El Nhantiste

Marlok se miraba en uno de los numerosos espejos del bao. Haca ya mucho tiempo, desde la ultima vez, que se haba visto de esa manera. - " Ya tienes canas, viejo." Se decia, en voz alta. " Ya es hora de volver a estar en tu patria." Aerouant que estaba a un paso de la puerta sacudi la cabeza, persuadido que este hombre se haba vuelto loco. Despus de todo, Marlok no haba formado parte de Combatientes de Zil? - Marlok, los otros nos esperan desde hace un largo rato ! Te puedes apurar? El tono de Aerouant denotaba su estado de animo, como a su abuela, Marlok no le gustaba y no vacilaba en darselo a conocer. - Pequeo, la precipitacin jams es buena consejera, y tampoco lo es el rencor. - No me llames as! Sabes bien qu a pesar de tu relativa libertad, no eres mas que un convicto. - Tienes razn en estar enfadado conmigo, pero si tu to me liber es porque soy uno de los pocos que pueden desatar esta bolsa de nudos y resolver el "problema" Zil. Ambos hombres fueron luego a la puerta norte de Noz' Dingard dnde les esperaban algunos de los Enviados as como el nuevo Profeta, la nica ausente era Anryna. Posiblemente tendra cosas que contarle a su padre? Kounok tom la palabra.

- Alishk, Aerouant y Pilkim iran contigo hasta la Tumba de los Ancestros, y alli volveras a encontrarte con los Zils. Otros enviados no estarn lejos y te prestaran asistencia si es necesario. Luego se dirigi a Zahal. - He aqu una carta dirigida a Anglica que pertenece a Kastel Drakren. Ve a llevarla sin demora Caballero Dragon. Zahal tom la carta sin mirar al Profeta, todava vergonzoso de sus fallos. Salud a la tropa y se puso en camino directamente. - Conjuntamente con el inicio de esta misin, reintegro a Marlok al seno de los Enviados. Aadi el Profeta. Algunos se sintieron bastante asombrados y Aerouant puso mala cara. Pero ninguno dijo ni una palabra porque la orden del Profeta no debe ser discutida. - La sombra extiende su mano sobre el mundo, a nosotros nos corresponde morderla hasta que sangre! Cuidense y recuerden las enseanzas que recibieron. La magia de Nehant es muy poderosa, es solapada y puede segar la vida en un abrir y cerrar de ojos. Mientras que hablaba, una pequea tropa lleg procedente de la ciudad. Se trataba de Naya y algunas de sus Sorcelames. - Profeta, mis Sorcelames y yo acompaaremos a tus hombres. El modo en el que Naya acababa de dirigirse al Profeta era rayano a la falta de respeto y su tono autoritario denotaba su estado de animo y su pensamiento, vengara a aquel, con quien comparti su vida en otro tiempo. Kounok mir a la que fue la compaera de su hermano durante aos largos y que tambin es madre de Aerouant. El Profeta escuchaba a Dragn " Djala ir, reclama venganza y quiere proteger a su hijo, ser una ventaja ". - Sean bienvenidas en esta expedicin, ustedes ya deben conocer el peligro, pero sus ojos brillan por el furor, sus corazones laten con fuerza y ustedes desean vengar a mi hermano. Sean pues los dientes de Dragn y muerdan, muerdan profundamente! As Naya, la comandante de las Sorcelames con Anazra, Eglantyne y Mora se unieron a la expedicin.

El viaje dur algunos das, Marlok aprovecho este tiempo para explicarle su plan a todo el mundo. Para deshacer el lazo que exista entre los Combatientes de Zil y el Nehantiste, haca falta que los magos cumplieran un ritual. Este ritual atraer a los malvados, tan seguramente como las deyecciones a las moscas. Instantaneamente atacaran. Las Sorcelames sern pues las protectoras del ritual, el tiempo necesario para completarlo y liberar a los Zils. Mientras tanto haca falta que todos quedaran discretamente cubiertos. Montaron un campamento a una distancia razonable de aquellos a quienes venan a liberar. Marlok se puso sus viejos vestidos con los colores de los Zils. - Maana al mediodia, empiecen el ritual. Esto me dara el tiempo para reunir a los que estn bajo la influencia del Nehantiste. Luego sac de una bolsa el brazo del que fue su golem, el que, despus de un encantamiento, se hizo parte integral de su propio brazo. Luego mir a Aerouant y a Pilkim. - Deben conocer el sortilegio de Lazo revelado, no? - Tericamente, respondi Aerouant. Pero jams lo lanc. - S hacerlo, dijo Pilkim con una voz tmida. El joven mago todava se acordaba de su primer encuentro con Marlok. - En ese caso, lncenlo sobre m, luego durante mi ausencia har falta que cada uno de ustedes puedan ver los lazos. - Con que finalidad? Pregunt Mora empujada por la curiosidad. - El Lazo revelado permite ver el hilo mgico que vincula a una persona con su piedra-corazon, si tiene una. Es un sortilegio inventado por Eredan mismo. Cuando maana nos enfrentemos con este Nehantiste, esto nos permitir ver quin es el manipulador y, llegado el caso, saber si uno de nosotros cae bajo la influencia del enemigo. Esto no debera pasar porque nuestras piedrascorazn estan vinculadas a Dragn, pero jams se sabe. Mora mene la cabeza, avisando que haba recibido el mensaje. - Vaya, ya es hora de trabajar. Marlok sac de una bolsa dos piedras del mismo tamao y el mismo aspecto, totalmente rojo opaco y con jaspeados negros. Se las dio, una a Aerouant y otra a Pilkim quien se extasi.

- Jaspe! Es muy raro, dnde obtuvo esto? El Jaspe efectivamente era una piedra con propiedades mgicas innegables y serva en numerosos sortilegios y rituales. - Esto es mi pequeo secreto. Respondi Marlok con un guio. Colcate! Pilkim se mostro con un aire decepcionado, pero sostena orgullosamente la piedra, sintiendo su poder. Los dos jvenes magos se colocaron a la derecha y a la izquierda de Marlok y el ritual comenz. Acudieron a sus conocimientos del cristalomancia y se concentraron sobre las piedras de Jaspe que levitaron por encima del blanco del sortilegio. - Qu lo invisible se vuelva visible, gritaron juntos los ritualistas. En seguida Marlok sinti el efecto mgico, su visin se torno ligeramente rojiza. Gui repetidas veces el tiempo necesario para adaptarse. Mir a sus compaeros y comprob que un hilo ms o menos espeso salia de ellos, yendo hacia Noz' Dingard. - Bien, esto funciona, ustedes tienen mucha facilidad. Naya, cuento con usted, maana al mediodia. La dama asintio conforme. - Vayase ya mismo, el tiempo esta corriendo. El mago no se restras ms tiempo y se puso en camino para reunirse a los Combatientes de Zil. En la carpa negra y morada se respiraba un ambiente apacible, solo se oia una dulce msica tocada por Kriss. Delante de la entrada Sinrostro medio adormecido haca las veces de guardia. Marlok se le acerc y a una distancia razonable para evitar la menor confusin se aclar la garganta. El Hom' cha se sobresalt por la sorpresa. - Quin anda ah? Tron con su voz gruesa, apretando firmemente su lmina gigantesca con ambas manos. - Soy yo, Marlok! - Marlok? Pero no te habian capturado ! - Si, pero consegu escaparme.

Visiblemente contento de verlo de nuevo, Sinrostro solt su arma y apret en sus brazos al mago que verdaderamente tena un aire endeble en comparacin con la masa de msculos del Hom' cha. - Yo tambin estoy contento de verte, ya... ya... puedes soltarme. Dndose cuenta de lo que haca y de como podra terminar, el Hom' cha afloj su abrazo. Luego llam a los demas. - Miren quin esta de vuelta! Grit hacia la carpa. En seguida una cabeza asomo de la apertura, la de Sangrespada, ella tambin apret al mago en sus brazos, luego por turnos los miembros del gremio fueron saliendo. Marlok se percat que todos ellos estaban vinculados al Nehantiste. Los filamentos finos salian de ellos hacia el horizonte. Por fin Abyssien puso su mano sobre el hombro de Marlok. - Bienvenido, debes tener infinidad de cosas que hay que contarnos, no? - Maana por la maana si ustedes quieren, hoy marche todo el da, estoy agotado. - S, s, te comprendo. Tienes tu lugar entre nosotros, entra ya. El resto de la tarde fue bastante alegre en el seno de los Combatientes de Zil. Improvisaron para la vuelta de uno de los suyos un espectculo donde cada uno se expres libremente. " Esta gente merece ser salvada " se decia interiormente. " Pueden ser una ventaja importante en el conflicto que se aproxima ". Luego mientras la noche avanzaba el sueo fue haciendo presas de ellos. El da siguiente, el sol se haba escondido detrs de unas nubes sombras, como un presagio antes de una batalla de resultado incierto. Marlok cont entonces cmo lo haban capturado, metido en la crcel, y luego el largo trato que haba hecho para poder salir. Si bien todo esto era una mentira, nadie esperaba que fuera diferente. Al medioda la totalidad de los Zils estaban presentes en la carpa. Era el momento adecuado, Marlok se col cerca de la puerta y dio la vuelta a la carpa abandonando cristales monos en la tierra. Sangrespada encontr uno de los cristales. Marlok se dirigi en seguida hacia ella. Vio que el lazo con el Nehantiste se volva ms fuerte. " Toma el control! Rpidamente! ". Marlok salto sobre ella y le sac la piedra de las manos. Sangrespada se pus a insultar. Ahora todos los Zils los miraban, Abyssien se adelant preguntndose lo que suceda. Pero era demasiado tarde, el ritual acababa de comenzar. El

mago lanz una burbuja de proteccin, nadie mas poda entrar o salir en lo sucesivo de la carpa. Fuera Alishk, Aerouant y Pilkim haban seguido las recomendaciones de las Sorcelames que concernan a una aproximacin discreta. Desplegaron todo su arte y aplicaron al pie de la letra el plan de Marlok. Se colocaron para formar un tringulo alrededor de la carpa, invocaron la voluntad de Dragn. Cristales de gran tamao emergieron del suelo. Dentro de la carpa, Marlok resista a Sangrespada que se haba convertido en una verdadera furia. El lazo entre el Nehantiste y ella era fuerte, su voluntad estaba anulada. Los demas se dieron cuenta de la situacin cuando la cpula ya haba aparecido. Algunos intentaron salir, otros comprender. Sinrostro decidi ayudar a su fiel amiga y se lanz sobre el mago. Abyssien por su parte comenz a entender, oa las splicas de los Enviados que estaban afuera. El jefe del Zil siempre haba sido muy receptivo a la magia y comprenda instintivamente los sortilegios que vea. - Es un ritual de Aislamiento de Guem! Sangrespada, Sinrostro, basta ya ! Pero ninguno de los dos escuch la orden. En contraparte, el lazo de Sinrostro se reforz, volvindose incontrolable. Marlok apenas tuvo tiempo de lanzar el segundo escudo protector alrededor de l. Sinrostro y Sangrespada tamborileaban con una fuerza sobrehumana en la pared de magia. Abyssien! Grit Marlok. Un Nehantiste los controla! Posee su piedras-corazn ! Un recuerdo, vago y lejano volvi a la superficie de sus pensamientos, el da de la visita del Desconocido. No estaba presente aquel da, pero le haban contado esa historia y hasta entonces la relacin no era evidente. Todo se volva claro, el asesinato de Profeta, la traicin de ciertos miembros de los Combatientes de Zil, la salida de su jefe... Abyssien se decidi a actuar, la magia de la sombra crepit de sus dedos y puso dos bolas negras en sus pies. Al contacto del suelo las bolas se transformaron en discos de sombra luego en cilindros, encarcelando a los infortunados endemoniados. Fuera la situacin se degradaba muy rpidamente. Los magos iban a acabar el ritual cuando el cielo se oscurecio completamente, como si la noche hubiera sido invitada a la fiesta. Naya desenvain su espada, imitada por las otras Sorcelames. Siluetas hominoides avanzaban hacia ellos, luego se volvieron ms precisas ms definidas. Se trataba de una decena de personas, para ms datos,ivan vestidas como simples viajeros o campesinos, armados de horcas, de palos o de dagas.

- Esto es todo lo que nos envan? Exclam Eglantyne. Nos subestiman! - Desconfia hermana mia, la perfidia del Nhantiste no tiene limites. Le respondi su gemela enviada no muy lejos. Los posesos avanzaron sin escuchar las advertencias lanzadas por los Enviados de Noz' Dingard, dejandolos sin otra salida que atacarlos. Reforzados por poderes sombros, los agresores eran de una fuerza importante, pero no suficiente para acabar con las guardias del cuerpo de magos. Mientras que Anazra iba a matar a uno de los ltimos posesos todava levantados, una forma se ech sobre ella. Afortunadamente, la joven mujer fue tomada por Naya, justo a tiempo para evitar las lminas que la habran desgarrado y probablemente asesinado. Inmediatamente Moira reconocio la figura. Tlendar! El joven hombre haba cambiado mucho, no se vea ya su cara, estaba sumergido en tinieblas mgicas, las grandes lminas sobresalian de sus anchas mangas. - T! Fulmin, Naya, tenia en frente al asesino del Profeta. Dej estallar toda su rabia, por delante de las alas de cristal que se desplegaban en su espalda. Un combate increble iba a efectuarse. En el interior Abyssien ayudaba a mantener inmviles a los Combatientes de Zil bajo la influencia del Nehantiste. En ese momento, Marlok sinti una presencia familiar, sofocante y poderosa. El Nhantiste estaba all. - Marlok, mi pequeo Marlok, tena bellas perspectivas para ti, pensaba que te reuniras conmigo en el camino de la verdad. El Desconocido estaba all, no lejos de ellos, el mago no crey a sus ojos, haba decenas y decenas de hilos que le llegaban, entre los cuales se encontraba uno de un espesor increble, un lazo privilegiado. " Vuelve al presente! " Se dijo. - Y t Abyssien, decepcionado de tu jubilacin? Abyssien perciba la potencia de la persona frente a l, pero deba encontrar un plan. En realidad el Nehantiste ya actuaba, sintiendo la presencia de una piedra-corazn no corrompida, la de Abyssien. Ambas oponentes se estudiaban, el Nehantiste fue el primero que acto. La piedracorazn del jefe de los Zil sali de uno de los bolsillos de su chaqueta y vol a paso vivo hacia el Desconocido. ste la captur, la piedra se volvi negra a alta velocidad. Marlok se lanz sobre su adversario al tiempo que transformaba su mano de cristal en una lmina azul de cristal. Abyssien se ech a gritar, su espritu atacado por una voluntad poderosa, tal como una vulgar

mosca aplastada bajo una bota. Marlok golpe la mano de Nehantiste, liberando la piedracorazn de Abyssien que cay al suelo, quebrantando el sortilegio del Nehantiste. El Desconocido entonces desapareci. Por fuera la situacin haba evolucionado, Sombrosa se haba unido a la batalla, haciendo ms difcil la defensa del ritual. Las Sorcelames ponan en prctica todo su arte, sostenidas por Naya extremadamente enfurecida. Ahora una armadura de cristal la protega, luciendo un casco en forma de cabeza de dragn. All, en medio de los enfrentamientos, el Nehantiste apareci no lejos de Tlendar. Viendo al recin llegado las Sorcelames se acercaron a su comandante para hacer frente comn. Si bien, las superaban, se decidieron a no rendirse, animadas por la presencia de Dragn. - Naya, qu es esto? Usted ser a una conversa muy hermosa. Ironiz el Desconocido. Traga tus palabras, Nehantista ! En ese momento las armas de las Sorcelames comenzaron a brillar con una luz blanca y brillante. - Somos las guardianas de la justicia, y hoy se har justicia ! Grit. Mientras esto sucedia el ritual fue completado. Los cristales se desagregaron y se hicieron polvo. Pilkim, Aerouant y Alishk cayeron al suelo, su misin estaba cumplida, los Combatientes de Zil eran libres en lo sucesivo. Nehantiste profiri un juramento. Dentro de la cpula, Marlok cort el lazo que una a los Zils con el Nehantiste. No quedaba ms que una ltima parte del plan en poner en ejecucin. Sali de la carpa rpidamente, vio el cara a cara entre las Sorcelames y el Nehantiste. " Prepara algo " se dijo. Apenas hubo pensado en ello que una forma apareci al lado de Eglantyne. La Sorcelame no tuvo tiempo de reaccionar y se derrumb con la espalda araada por las uas de una criatura de piel negra. La ria prosigui cada vez ms, esta vez cada uno luchaba por su supervivencia. Marlok lanz sus ltimos cristales alrededor de Eglantyne con el fin de protegerle. Naya acudi a sus poderes e hizo retroceder a Tlendar y Sombrosa. Su piel luca un color azulado, haciendo escarceos, combata como una tigreza que asestaba golpe tras golpe. Mora y Anazra que la acompaaba hicieron lo mismo y una coreografa mortal se celebraba bajo los ojos de Marlok. Por su parte el Nehantiste se haba replegado en parte, tenia los dedos crispados, con las palmas hacia arriba que dejaban escapar volutas de magia negra. Una piedra-corazn nhantica apareci delante de l, formando as una proteccin infranqueable.

- Veamos cmo salen de esta, sin el apoyo de su querido Dragn! El Desconocido liber toda la fuerza acumulada, creando un crculo de magia negra que toc a todos los presentes. Pero el efecto esperado no se produjo. Los lazos entre los enviados y El dragn siempre estaban activos. Marlok tambin se asombro como el Nehantiste, este ltimo frunci las cejas. - Sorprendido con lo que pas? La voz era la de Aerouant, vacilante y debilitado, se acerc a Marlok. Mira, dice mostrando una piedra azul esculpida en forma de cabeza de dragn. Esta era la piedra del Profeta, mi padre! - Una piedra guardiana? Pregunt Marlok. - Exactamente. Aadi el joven hombre concentrando su poder mgico hacia la piedra. La piedra azul se pulveriz en la mano del joven mago y se hizo polvo. El Desconocido mascull. - No pasa nada, ahora que tu piedra no esta ms, voy a empezar de nuevo! Aerouant no lo dej acabar su frase, concentr todas las fuerzas mgicas que le quedaban. - El cristalomancia es nuestra especialidad, mira y aprende ! Apart los brazos para hacer T, la magia se prorrumpi y percuti de frente la piedra nehantica. Su negrura desaparecio de un solo golpe. Marlok sac provecho de esta oportunidad para a su vez lanzar un sortilegio. Sus manos chisporrotearon y relmpagos brotaron. El Desconocido se protegi, luego replic a su vuelta. Un duelo mgico se desat. Sus magias se entrechocaban con fuerza y alrededor de ellos el suelo se agriet como si no soportara ms el peso de los magos. Marlok alternaba entre suertes ofensivas y defensivas, engalanando as los golpes. Ninguno de los dos podia tomar la ventaja sobre el otro. Por lo menos hasta la intervencin de Naya. No viendo venir el golpe, la espada de luz de la Sorcelame se abati sobre el Nehantiste que vacil, herido. Este ltimo hinc la rodilla. - Rndete ! Grit la comandante en tono amenazador. Tus criados estn derrotados, estas solo. El Desconocido levant la cabeza hacia sus enemigas y se ri burlonamente.

- Todo esto estaba previsto, usted progres. Pero s que hoy usted no tiene las cualidades requeridas. Mis criados como usted dice son mi salida. Adis! Luego desapareci, dejando solo algunos rastros de sangre en el lugar donde se encontraba.

Festividades

El Emperador siempre estaba indispuesto, postrado en su habitacin en el palacio de Mragi. El pueblo rezaba para que su soberano recuperara rpidamente la salud, para llevarlos de nuevo hacia la luz celestial. En las calles, los habitantes se atareaban en preparar lo mejor posible una gran fiesta, esta vez no era honor del Emperador, pero si con ocasin del cambio de ao, el 106 desde la creacin del Imperio por Xzia. Soy Kaori, me encargo de ensearles nuestras costumbres a los extranjeros, tal como ustedes. He aqu algunas de ellas, las que ustedes deben conocer. Paseemosnos por las calles de la capital imperial y observemos lo que all sucede. En la plaza principal de la capital, una compaa de teatro interpreta, delante de una muchedumbre densa y disciplinada, una pieza que rememora la gloria de Xzia y la fundacin del imperio, que marc el principio del calendario imperial. Toda la obra esta contada a modo de cuento pico y heroico. La gente aplaude y esta maravillada por un espectculo, que durante los

dias normales, est fuera de su alcance, solo las tropas, que son a menudo solventadas por los seores ricos, cuentan con los medios para permitirse tales lujos. Es una ocasin propicia para que la familia imperial le haga un gesto a su pueblo, y el Emperador actual siempre haba sido bueno y justo. Al atardecer, todo Meragi sale a las calles. La ciudad se ilumina de farolillos y es inundada con la musica de la fiesta. Por todas partes, pequeos grupos se renen alrededor de msicos o alrededor de danzantes. Todos pueden participar, porque en aquella tarde nada los retiene y todas las penas son dejadas de lado. Delante del palacio imperial se efectua el tradicional torneo de Ao Nuevo, donde los aldeanos ms valientes pueden probar su valor. Iro, el mismisimo campen del Emperador, fue la atraccin arbitrando los combates y autorizando a los aldeanos a enfrentarse con l en una justa amistosa de sables de madera. Fue Goshiun, un aguador desconocido del pblico quien, gracias a su agilidad con el palo, se llev el ttulo y se coron campen del ao del Conejo. En plena noche, hacia el norte de la ciudad se preparaba el evento maximo de este Ao Nuevo. Los xziarites que en su gran mayora son muy supersticiosos, raramente faltaban a este. Para esta ocasin el Kamizono, el jardn dedicado a los kamis, se haba engalanado con numerosas decoraciones a la efigie del conejo y se encontraba a oscuras. El jardn estaba situado al pie de la colina, en la cumbre de la cual, estaba edificado el templo ms viejo e importante de Meragi. La tradicin requiere tomar el camino que lleva hacia el templo, partiendo desde el Kamizono con la efigie del Kami protector del ao pasado. Una vez arriba, mientras todo el Imperio tiene los ojos levantados y fijos en la efigie, esta es incendiada con el fin de que el Kami sea liberado de su carga fisica y regrese al mundo celestial. Una vez cumplido este ritual, hay que repetir el mismo camino en sentido opuesto llevndose la efigie del kami del nuevo ao del Imperio. El camino que sube hacia el templo pasa por varias "torii", especie de puertas por las cuales pasan los espritus para reunirse con el mundo terrestre. Existen otras muchas costumbres observadas por los Xziarites, pero la de las vasijas de tierra son una singularidad de esta civilizacin. Durante los dos das precedentes al da de ao nuevo, las familias Xziarites realizan vasijas en barro cocido. Luego, cada uno escribe arriba un voto que se desea ver realizado por el Kami protector. Luego, estas vasijas son colocadas en su jardn, delante de su puerta o tambien podrian ubicarse delante de un templo, sin olvidar ponerle alimento en el interior. Los Xziarites deben escoger que poner para congraciarse con el Kami. Por ejemplo, poner carne en las vasijas sera una ofensa grave para el Usagi no Kami, el

espritu protector de este nuevo ao. Pero si lo que se pone es conveniente y el kami acepta la ofrenda, entonces el voto se realizar en el ao. As, algunas personas afortunadas gozan de favores del ms all. Bueno... espero que el paseo les haya interesado. Hay muchas otras maravillas que ver en Meragi, pero acurdense de una cosa, hay algunos lugares donde ustedes no deben aventurarse slos.

Ms all de esta paz mental aparente y de este momento de celebracin en el Imperio, las maquinaciones y las intrigas siempre continuaban. Oogoe Kage haba trabajado bien, preparando desde hace meses un golpe que le otorgara con certeza un puesto gubernamental importante en el seno del clan del Cuervo. Su vctima no era otra que uno de los consejeros prximos del Emperador y ministro de las finanzas, Gozou Zhan. La noche acababa de caer sobre Meragi. Al da siguiente por la noche, sera la fiesta en las calles de la ciudad. En una morada rica, el seor Gozou, cuya esposa estaba de viaje por el norte del Imperio, se entregaba a pasar el tiempo en compaa de una joven mujer un poco feroz. No poda sospechar ni un solo instante, que esta mujer haba sido pagada por otra persona para acceder a pasar la noche con l. Una cosa era segura, se acordara el resto de sus das de estos momentos de extravo. Era ya la madrugada. Gozou haba aprovechado de la manera ms completa este momento de placer carnal, bebiendo en exceso. Esta manera de actuar no era la acostumbrada, pero debido a la zorra que sabia como envolverlo, sumado al alcohol que ayudaba, el consejero se haba dejado llevar. Acostado bajo un cobertor, roncaba como un bienaventurado. Se despert sobresaltado, nauseabundo, a oscuras, fue hasta un frasco que contena agua y se moj la cara. Es alli dnde sinti un olor particular y caracterstico. Se frot los ojos y se acerc a un farolillo. Sangre! Estaba recubierto con ella. Su corazn palpit. Luego se sobresalt cuando alguien llam a la puerta con vigor. - En nombre del Emperador, abra seor Zhan! El pobre hombre no saba que estaba sucediendo. Cojeando, fue hasta la puerta y abri. Haba all cinco soldados de las fuerzas armadas imperiales. - Disculpas por molestarle seor Zhan, se escucharon gritos, viniendo de su casa.

- Que que? Todo esto debe ser un error, balbuce. All, a favor de las luces de noche, el joven capitn percibi las ropas manchadas de sangre del seor Zhan. Desenvain su espada y tuvo a raya al consejero. - Vosotros, vayan a ver lo que sucede en el interior. Los soldados fueron a ver y se encontraron con el cuerpo lacerado de la chica de la alegra. En el suelo habia sangre a profusin, pero tambin botellas vacas de alcohol y, no lejos de la cama, la katana del seor Zhan. El pobre hombre no comprendia nada, solo que lo llevaron a pasar el resto de la noche en prisin, acusado de un homicidio del cual no se acordaba haberlo cometido. Fuera, una sombra se col hasta un callejn sombro. All, Oogoe, arropado en un abrigo de plumas negras, esperaba. - Entonces, Karasu? Esta hecho? Serviste el Cuervo decentemente? - S, primo eminente. El plan funcion a las mil maravillas, nadie vera el ardid, todo parece muy real. - Muy bien, el capitn tendr su recompensa. En cuanto a m, ya es hora de procurar que nadie est disponible para verificar qu es lo que ha pasado. - Dentro de una semana, sers el nuevo consejero financiero del Emperador. - Un ao qu estar colocado bajo la influencia del Cuervo y no del conejo, que las fiestas comiencen! Ironiz Oogoe.

Tratado de paz

La calma haba vuelto al campamento de los combatientes de Zil. El Nhantiste se haba ido o huido segn las declaraciones de Marlok. Ensombrecidos, los miembros del gremio de Abyssien recuperaban la conciencia, ya liberados del yugo del mago negro. Igualmente, los Enviados se recuperaban del enfrentamiento, Eglantyne haba sido daada por un ataque prfido y Aerouant haba utilizado gran parte de sus recursos mgicos. La batalla habia terminado, pero era slo el primer asalto, el futuro les reservara muchas otras escarmuzas de este estilo y Abyssien lo saba bien. Poco antes de la noche, la carpa negra y morada protega a todo el mundo con el fin de hablar de lo que haba pasado y de aquello que posiblemente estaba por llegar. - El Nhantiste no se va a quedar de brazos cruzados, Abyssien, tu lo sabes mejor que nadie. Decia Marlok poniendo su mano de cristal sobre el hombro del jefe de los Zil. Alrededor de ambos magos, los combatientes de Zil y los Enviados se haban ido acercando unos a otros mientras duraba esta corta tregua entre sus gremios. - S, lo que verdaderamente me inquieta, es que todava tiene las piedras-corazn de mi Zils y que, por consiguiente, pueden recaer bajo su influencia, si logra contrarestar el ritual con el cual los han liberado.

Todos los Zils parecan muy preocupados. Apenas les devolvian su libre albedro, y ya corran peligro de perderlo de nuevo. Las memorias de los actos realizados bajo la influencia del Nhantiste, tamborileaban en su conciencia. Sangrespada estaba en los brazos de Sinrostro, aniquilada, y miraba a ambos magos con una tristeza infinita. Aerouant, una vez restablecido, se levant. - Existe un ritual que permite recuperar las piedrascorazn. Todos los presentes se mostraron sorprendidos por la intervencin del joven. Por qu querra ayudar a los que contribuyeron, hasta cierto punto, a la muerte de su padre? - Es mi padre quien lo haba ideado pero jams lo haba practicado en una situacin efectiva. Marlok se rasc la barba mirando con sorpresa al joven. - Piensas poder hacerlo Aerouant ? Le pregunt. - Con la ayuda de los magos presentes, podemos intentarlo. Necesito un poco de preparacin y la autorizacin del Compendium de utilizar este sortilegio. - Voy a ayudarte con lo ultimo, ve a prepararte.

Algunas horas ms tarde, en plena noche los Enviados de Noz' Dingard haban organizado el ritual y estaban a punto de empezarlo. Para la ocasin y visto la importancia de las corrientes mgicas de la obra, la ceremonia se celebrara fuera. Aerouant haba abandonado los trozos de armadura de cristal que componan su vestimenta acostumbrada para estar ms a gusto. Invit a los Combatientes de Zil, de los cuales el Nhantiste era poseedor de sus piedras-corazn, a instalarse en medio de un gran crculo formado por todos los suyos. Marlok haba secundado al hijo del Profeta obteniendo la autorizacin para utilizar este sortilegio y habia tranquilizado los animos. Practic de nuevo su sortilegio de proteccin colocando gemas azules ms gruesas, esta vez, y acelerando el escudo mgico que nadie poda atravesar. Abyssien anim a sus amigos a dar prueba de valenta y a confiar en la magia de los Draconicos. l tambien participara en este experimento. El ritual comenz. Aerouant materializ un cristal en el centro del crculo, luego canaliz la magia que cada mago participante le ofreci, obteniendo as una piedra palpitante de magia. Luego, Aerouant fue

estirando un hilo mgico para unir a cada Combatiente de Zil presente, uno por uno. Una vez hecho esto, se coloc debajo de la piedra y se concentr. Abyssien que naturalmente comprenda la magia, analizaba el ritual a medida que se desarrollaba. Segn l, esta gran gema serva de antena para Aerouant, permitindole localizar las piedras-corazn de la gente que estaba unida a ella. Luego, Aerouant absorbi poco a poco la energia mgica contenida en la piedra. La magia flua por sus venas y una aura muy fuerte se desprenda de l. Aerouant luch, deba guardar esta energia en l sin que lo consumiera, al mismo tiempo. Marlok se decia que cualquier otro, probablemente, habra sido desintegrado por el exceso de magia, pero este descendiente de Dragn posea las capacidades suficientes para realizar este prodigio. Ahora Aerouant utiliz sus conocimientos de cristalomancia para convocar una a una las piedrascorazn. Aparecian, a medida que reunia cada una a su propietario. Aerouant agotaba toda la magia, arrancando las piedras-corazn de la voluntad del Nhantiste que por su parte luchaba para guardarlas bajo control. Pero la magia de Dragn fue la ms poderosa y el ritual del Profeta funcion a las mil maravillas. Aerouant invit a Marlok al centro del crculo y cre otra gema ms pequea de cristal, encerr all sus ltimas porciones de magia. Poco antes de desvanecerse, le pidi a Marlok devolver a la actividad los lazos que haban roto con el ritual anterior. Lo que hizo inmediatamente. Cansados los Enviados les pidieron asilo y proteccin a los combatientes de Zil para el resto de la noche. El da siguiente, Abyssien agradeci a los Enviados de Noz' Dinard por su preciosa ayuda y le ofreci a Aerouant la paz y la promesa de una mutua ayuda entre sus dos gremios. Lleg el tiempo para los Draconicos de volver a su casa, una vez cumplida su misin. Marlok, en tanto, fue enviado a Kastel Drakken con el fin de participar en el Baile de los cortesanos.

Algunos das ms tarde, concluido el baile, Ishaa habia venido para ponerles un ultimtum a los combatientes de Zil y Salem se encontraba libre. Abyssien estaba fuera, slo, con el nuevo recin llegado. - Reflexion sobre los ltimos acontecimientos, pienso que hemos sido engaados por uno de los nuestros y que nos vendi al Nhantiste. - ES posible, s. Salem sacudia la cabeza como una mueca. Abyssien se sumi en sus memorias. Una treintena de aos antes, mientras que era joven, era el aprendiz de un mago en el pequeo reino de Oryfort al noroeste de las tierras de Guem. Su

facultad para comprender la magia haba atrado hacia l el inters de una persona que le revel seguir la va de Nhant. Todo esto era tentador para el joven que en esa poca todava no llevaba su nombre de artista. Despacio, le haban inculcado la base de los preceptos de Nhant y estaba en camino de convertirse en un aprendiz Nhantiste real. Pero se dio cuenta rpidamente que todo esto no era lo que esperaba de la magia. Por cierto, la magia de la Sombra era la que quera practicar, pero no de ese modo. Zil entonces haba intervenido para sacarle de esta situacin y haba formado al chico segn sus preceptos y lo que pensaba deba ser la verdadera magia de la Sombra. Para Zil, la magia de la Sombra permita muchas cosas, pero no deba llevar al avasallamiento de otras personas. Serva para ver lo que sucede en la sombra. Se volvi miembro de los Combatientes de Zil, y luego a la edad de veinticinco aos se convirtio en el jefe. - Zil, voy a dejarlo salir. - SI ES NECESARIO s, el es una parte de TI como yo de ArtRezIl. Abyssien entonces, se puso en cuclillas y mir su sombra proyectada en el suelo por la luz de da. - Mi viejo compaero, te devor hace mucho tiempo y hoy debo dejarte salir. Debes acosar al miembro de los combatientes que nos vendi. Una vez dicho esto, el mago de la sombra comenz a vomitar una materia negra que tom vagamente una forma hominoide. Cuando Abyssien hubo terminado su fsico era diferente, haba perdido mucha corpulencia. Salem se ech a aplaudir mostrando su satisfaccin. - Eres nuestro lazo a todos ellos, dado que yo en su momento, me com una parte de las sombras de todos los combatientes. Llvanos all dnde el traidor se encuentra. La persona de sombra, de buen talante, inclin la cabeza, luego gir despacio. Analizaba a cada miembro del gremio, todo estaba bien con los que se encontraban presentes, pero los combatientes de Zil son muchos ms que estos. Por fin se par, puso sus manos sobre Salem y Abyssien, y luego se hundieron en su propia sombra. Los tres reaparecieron en la sombra de una persona de espalda. sta discuta visiblemente con alguien pero se call cuando sinti las presencias. Abyssien reconoci inmediatamente a Mscara de hierro, y la relacin le pareci lgica. Era el nico, que sistemticamente, estuvo ausente de

todas las reuniones, recorriendo el mundo en un fin diplomtico y de relacin social con otros gremios. - T ! Dice Abyssien con una entonacin de clera. - Jefe Abyssien, que sorpresa ! Puedo hacer algo por usted ? Salem se adelant cojeando. Con rapidez cort el tejido al nivel del cascabel que colgaba en su espalda, el objeto cay al suelo sin el menor ruido. No Eres MS uno de mis combatientes! DEFRAUDASTE La confianza de tu jefe! Cuando un nuevo Combatiente de Zil era reclutado, el jefe del gremio le confiaba entonces un cascabel. ste representaba el compromiso de servir siempre al gremio. Sorprendido el diplomtico suspir, su expresin quedaba escondida detrs de su mscara de metal. - En este caso, ya no estoy obligado a esconderme ms! En un santiamn Mscara de hierro desapareci, de la misma manera que lo hizo el Nhantiste en el momento de su enfrentamiento con Marlok. - Lo encontraremos, devor su sombra. Afirm Abyssien con firmeza. - NEhanT Extiende su Sombra Mi amigo!

Regencia

La vieja criada corra por los estrechos pasillos del palacio imperial, sosteniendo con una mano la falda de su quimono. Era menester, que no cayera. Sofocada, lleg cerca de una puerta y cay de rodillas delante de ella. Se inclin como lo requera la tradicin. - Eiji-sama! Eres solicitado urgentemente! Al otro lado de la puerta, el tono enloquecido de la criada alert a Eiji Kakiji, quien rpidamente se inquiet. Sentado detrs de una mesa baja, el mdico solt sus pinceles y se levant bruscamente. No era tan flexible como en su juventud, pero el paso de los aos habia sido generoso con l. Trot hasta la puerta y la abri de un gesto seco. - Qu pasa ? La mujer levant la cabeza, las lgrimas rodaban sobre su cara, deformada por el cansancio. - Es el Emperador ! l... l... Se derrumb. Eiji mir hacia uno y otro lado del pasillo, luego con vigor tom a la vieja dama por el brazo. - Deja de llorar ! Vamos, rpidamente !

Eiji Kakaji era desde hace tiempo el mdico oficial del Emperador. Lo haba asistido para que naciera del vientre de la Emperatriz Saisho y se haba ocupado de l hasta este momento. Cuando su enfermedad apareci, fue rpidamente desplazado debido a su incapacidad para aplicarle el tratamiento. Pero, seguia siendo el nico habilitado para establecer diagnsticos oficiales. Poco tiempo transcurrio hasta que lleg delante de la habitacin imperial. Estaba guardada por dos oficiales, como lo quera la tradicin, en caso de que el Emperador guardara reposo. Feliz Azar o por alguna artimaa, Asajiro era justamente uno de los guardias de turno. Se inclin delante de respetable personaje y le abri la puerta: - Eres esperado, aadi. Echando un ojo en el interior. Iro el campen del Emperador se arrodill delante de la cama imperial. Viendo a la persona que acababa de entrar, se levant con la esperanza de que por fin recibiria una respuesta. Alrededor del Emperador, varios mdicos cuchicheaban entre ellos, denigrando a su colega. Eiji se adelant hasta el Emperador, este ltimo pareca apacible, con los ojos cerrados. Se propuso entonces examinarlo. Rpidamente se sintio aliviado, al ver que todava no se haba reunido con sus antepasados, sino que por desgracia haba cado en un sueo muy profundo. Su pulso era regular pero dbil. Despus de varias tentativas para despertar al Emperador, el viejo hombre sacudi la cabeza de modo negativo mirando a Iro. - Todo el mundo fuera ! Grit Iro, habitualmente tan tranquilo. Djennos ! Delante del furor del hijo del seor imperial, las personas presentes dejaron el cuarto, solo Eiji se qued. Iro fue a cerrar la puerta y le murmur algunas palabras a Asajiro. - No dejes entrar a nadie. - Cumplir, con mi vida. Asajiro se coloc delante de la entrada de la habitacin, su lanza atravsada para significar la interdiccin de acceso. - Kakiji-sama, el Emperador va a morir ? - No lo creo, pero su estado es crtico. Su cuerpo, todava esta animado por la llama de la vida, pero su espritu parece estar ms all. - Entonces ya est, es el fin de su reinado ?

- No, pues todava respira. Pero cuando una situacin como sta aparece, las leyes son muy claras. - Lo s, una regencia debe ser puesta en su lugar. Y visto la situacin actual, no estoy seguro que esto sea provechoso para el imperio. Hace falta que ponga orden en todo esto. Voy a procurar que usted se quede al cuidado del Emperador y que los miembros de la Kotoba estn a cargo de la guardia de la habitacin. - Sabia decisin, Campen. Iro sali de la habitacin, encomendandole rdenes a Asajiro, luego de a paso precipitado, volvi a su casa. La morada familiar no estaba muy lejos del palacio imperial. Era una casa de gran tamao, en medio de un jardn perfectamente mantenido, actualmente solo Ayako, la ms joven de la familia viva all con su abuelo, Henshin, quien la entrenaba durante la ausencia casipermanente de Gakyusha. La joven estaba justamente, al comienzo de una leccin de magia del agua al borde del estanque, Henshin le prodigaba consejos con el fin de que domine sus facultades. El viejo hombre vio a Iro llegar a la casa con aspecto preocupado. - Ayako, contina sin m y piensa que el agua es tambin una materia viva. Encontr a Iro en el escritorio de su padre, en busca de material de escritura. - Tienes un aire descontento Iro, podria ayudarte en algo ? - Gracias Jii-san, pero debo prevenir a mi padre y hacer venir a la Kotoba. Suceden acontecimientos graves en el imperio. - Graves ? Cules son ? El joven duelista consideraba al Emperador como un to benvolo, verle en este estado y pensar en esta regencia lo hera. - Las cosas van a cambiar, el Emperador no esta en condiciones de gobernar y una regencia va a reemplazarlo, dandole lugar a personas que no deberan tener acceso al poder. - Veo. El viejo hombre dej al campen en sus asuntos. Este ltimo comenz a escribir una carta cuando oy a su abuelo llamarle desde el saln. Desconcertado por esta llamada, fue a ver para que lo requeria. All, Henshin estaba de rodillas en el centro del saln,y un detalle llam la

atencin de Iro, su abuelo llevaba puesta una Magatama de jade, una pechina en forma de lgrima. Delante de l, en el suelo, habia un rollo de pergamino lacrado con el sello imperial. - Soy Shi-ze del Emperador en persona. Me confiaron este papel con el fin de que te sea devuelto cuando llegase el momento, con un mensaje de su parte, as tambien como este edicto imperial. El joven hombre se instal frente a su abuelo, estuvo a la vez sorprendido y curioso de conocer el mensaje. - Iro, eres una persona en la que el Emperador coloc su confianza. Este pergamino simboliza para ti la esperanza de no ver caer el imperio en malas manos. Desconfa de los que han subido demasiado alto. Hoy la Kotoba representa ms que nunca un ideal y el medio de actuar en nombre del Emperador. No olvides una cosa, la Kotoba obedece al Emperador y solo a l, un regente no tendra poder sobre ella. Se fuerte, jams flaquees, t eres el futuro del Imperio. Henshin tom el rollo de pergamino y se lo dio a Iro que lo acept con honor. - Este pergamino debe ser ledo delante del consejo imperial. Apurate t ahora, no debera tardar mucho en reunirse. Iro, revigorizado por el mensaje del Emperador volvi inmediatamente hacia el palacio. Salud a su hermana que verdaderamente haba crecido ltimamente, sin hablar de sus aptitudes mgicas que se desarrollaban a alta velocidad. Merecera seguramente un da un sitio en el seno de la Kotoba. La gran sala del consejo raramente haba visto tanta gente desde hacia aos. Todos los ministros y los consejeros imperiales estaban all, sentados en crculo, cada uno sobre su cojn sedoso y confortable. Llevaban ya varias horas de discusiones animadas sobre el estado del Emperador y sobre las polticas que habia que seguir. Daijin y Oogoe observaban a sus adversarios, la hora de la lucha por el poder haba llegado. El Cuervo ya saba que iba a conseguir el triunfo en esta contienda y su silencio ponia nerviosos a algunos fieles del Emperador. Oogoe se levant y se coloc en el centro del recinto con toda su acostumbrada indolencia. - Las leyes son precisas en estos casos, honorables servidores del Emperador. Cuando el Augur Celestial no puede asumir su papel y cuando no tiene descendencia, un regente debe ser nombrado por el conjunto de las personas habilitadas para hacerle. Aunque le tengo mucho

respeto Seor Akizuki pienso que Daijin-sama es la persona, mas indicada en la actualidad para regir el imperio. La reaccin fue inmediata. Los partidarios del primer ministro Akizuki, se levantaron para protestar. Oogoe regres en su sitio, visiblemente contento del giro que tomaban las cosas, le gustaba instalar la duda y la confusin entre sus adversarios. Fue luego el turno de hablar de Daijin, el Cuervo conoca bien a su adversario, saba tambin que el equilibrio estaba en lo sucesivo en su favor. Se levant, ayudado por Karasu. - Vamos, vamos, un poco de calma por favor, no olvidemos que el Emperador en su sueo nos ve y nos juzga. Akizuki-dono, le corresponde a usted tomar la decisin de quin debe asumir. El primer ministro baj la cabeza, vergonzoso no haber visto venir el golpe. - Un regente debe ser nombrado. En aquel momento Iro lleg a la sala con estruendo, a paso decidido. Los partidarios del Cuervo protestaron por esta intrusin del campen del Emperador. Pero Iro no se inmuto y vistas de la mirada amenazadora del duelista las protestas cesaron. - Campen. Que es lo que lo trae al tribunal de las polticas ? Lanz a Oogoe. - Esto! Dice tendindole el rodillo a Akizuki. Pienso que le incumbe leerlo al consejo imperial. El ministro acept el rodillo y lo abri. Autentific el objeto como que era oficialmente escrito por la mano del Emperador. Se levant pues para leerlo en voz alta. - Son estas las voluntades del Emperador, dice con voz temblorosa. " Mientras que no somos ms que un espiritu retenido por su cuerpo terrestre, es nuestro deber el soar con el mantenimiento de la unidad de lo que nuestros antepasados nos legaron. Mientras no tengamos descendencia y como lo quieren las leyes establecidas deber ser nombrado un regente, al tiempo que un nuevo Emperador se erija. Decidimos que si un regente deba ser nombrado, entonces ser escogido de entre la orden Tsouta. Slo ellos tienen el distanciamiento necesario para poner orden en el caos que deja nuestra ausencia y as restablecer el equilibrio. As es la voluntad del Emperador. "

El parloteo comenz nuevamente, muchos encontraban esto injusto, ya que no habia postulantes en el bando de Daijin o en el de Akizuki. El Cuervo cuchiche algo a la oreja de Oogoe. - Por favor un poco de compostura ! Grit al primer ministro. La voluntad del Emperador debe ser respetada. En mi calidad de primer ministro le pido solemnemente al Campen del Emperador ser el garante de sta. - Acepto, quienquiera que vaya en su contra, deber pasar por mi espada. Respondi Iro. Oogoe se levant de nuevo. - El Clan del Cuervo propone buscar al mejor candidato posible para esta regencia. Akizuki no se engaaba, probablemente haba una mala jugada encubierta por debajo de esta frase, pero el Cuervo era poderoso y negarsele esto habra sido percibido como un insulto y una afrenta grave. Y luego despus de todo, los Tsouta no eran sabios ? - Que as sea ! Asegurar la transicin el tiempo necesario para que el Cuervo encontre a este regente. Akizuki no sospechaba que Daijin sabia precisamente a quien iba a nombrar. La reunin del consejo fue suspendida.

En la morada del clan del Cuervo, Daijin discuta con Karasu y Oogoe. - He aqu una historia que ustedes deben conocer. Hace ya mucho tiempo, un Cuervo tuvo un destino particular, habia sido escogido por los Busca-fallas y reconocido como Tsouta. En esa poca y delante de esta situacin, me haba pedido el derecho de dejar de ser parte del Clan con el fin de seguir la va Tsouta. Y acept, con una pequea condicin, si un da le necesitbamos, debera responder a nuestra llamada. - Bien seor, pero esta persona es capaz de asumir la regencia del imperio? Interrog Oogoe. - Lo es. Voy a preparar el edicto oficial del consejo imperial para su nombramiento. Les envo a los dos a anunciar esta noticia a quien corresponda. - Seor Daijin, a dnde nos envas ?

- Al templo de Yafujima. Ninguno de los dos conoca este lugar, pero no tardaran remediar esta ignorancia, porque al da siguiente se encontraban en el camino, llevando el preciado mensaje. Tenan ya un nombre, el cual no les era desconocido. Este hombre, haba hecho hablar de l, hace ya algun tiempo. Karasu estaba furioso, sac provecho del trayecto para echar pestes contra el Emperador, que no tuvo el coraje de hacer a Daijin el regente, vocifer contra este maldito Tsouta, que no conoca nada ni de la poltica, ni de lo que era la vida en Meragi. Llegaron al templo al anochecer y fueron recibidos poco tiempo despus por su dirigente, que se revelaba tambin ser el futuro regente. El encuentro se celebr en uno de los pequeos salones previstos para recibir a la gente de paso. Toran se preguntaba lo que queran dos miembros del Cuervo que venan especialmente para verle. - Gracias por recibirnos, Toran-sama. Comenz Oogoe. - No me agradezca, la puerta de este templo esta abierta a los que necesitan paz y serenidad. - No es casualidad, usted hablaba de paz, y es por ella que estamos aqu. El joven magistrado puso delante de l, sobre la pequea mesa de madera, la carta del consejo imperial. - Esto es para usted. Antes de que usted la lea y de su respuesta, porque es cierto que usted se puede negar, Daijin se permite recordarle quin es usted realmente. Toran frunci el ceo y sus tatuajes comenzaron a moverse. - Gracias Oogoe de recordarme mi condicin, s muy bien quin soy y dnde est mi lugar, le sugiero reflexionar sobre el suyo. El joven Cuervo, dibujo en su cara una sonrisa sarcstica, haba dado en el blanco. Afuera, Aku que habia vuelto a ser el aprendiz de Toran, espiaba la escena y a pesar de su discrecin no escap de la vigilancia de Karasu. Este ltimo se levant y se inclin delante del viejo Tsouta antes de salir a darle un ejemplo de cortesa a este joven descarado. Despus de leer dos o tres veces, Toran debi resignarse a su destino. Habia sido nombrado para volverse regente del Imperio de Xzia, l un hombre que haba pasado algunos aos recorriendo el mundo, procurando perfeccionar su arte. - Comprendo su sentimiento Toran-sama, slo usted puede decidir.

- Hay otro Tsouta, persona mucho ms prudente que yo. - S, pero no son del clan del Cuervo. Sera lamentable que usted le niegue este favor a Daijinsama sobre todo en este perodo cuando el imperio esta debilitado, no hara falta gran cosa para que todo esto se derrumbe. - Reconozco all las palabras de los que me vieron nacer. Acepto el papel que me confa el consejo imperial. Cundo debo ir a Mragi? - Lo ms a prisa posible. Fuera Karasu recriminaba a Aku. - Jugamos a los espas sin tener los medios? Escupi Karasu. - Solo quera asegurarme que no le pase nada a mi maestro, replic el joven Tsouta con nerviosismo. - Voy a hacerte pasar las ganas de espiar ! Karasu empuj violentamente a Aku quien fue a dar de nalgas por tierra. Alrededor de l y a pesar de la hora tarda algnos otros Tsouta asistan a la escena. En su filosofa, que no era responder a la violencia con mas violencia, le pidieron educadamente al miembro del clan del Cuervo terminar sus artimaas. Karasu hizo odos sordos, haca falta que descargara sus nervios sobre alguien, sin embargo no estaba en sus costumbres el actuar as. Aku no poda replicar, Toran categricamente le haba prohibido ser violento en su estado de fragilidad. Debera mas adelante aprender con Akujin, su Busca-falla, a dominar los arcanos de guerra Tsouta. La joven Hime, justamente presente en ese momento no vea esta agresin de la misma manera que los otros. Se interpuso. - Cuervo! Si buscas a alguien para pelearte enfrntate a mi. Su Busca-fallas, una garza majestuosa, apareci entonces a su lado, sacudiendo su pico delante de la cara de Karasu. Este ltimo, se par all, no vala la pena continuar y su actitud ya haba irritado a los Tsouta. - Otra vez, posiblemente estara encantado de medirme con una combatiente como t. Pero tengo mejores cosas que hacer. En ese momento Toran y Oogoe llegaron al patio, poniendo punto final a la oposicin.

- Hime rene a nuestra comunidad quieres, tengo algo que anunciar. Le dijo Toran. Algunos minutos ms tarde, todo los Tsouta del templo estaban en el patio, interrogndose sobre la futura declaracin de su maestro. Toran, de mas altura en relacin a los otros, reclam silencio. - El Imperio est en una coyuntura de su historia. El Emperador est sumido en un sueo infinito y un regente ha sido nombrado. Sucede que he sido escogido, el emperador pens que un Tsouta estara en condiciones de poner fin a la divisin interna. Siendo as, acept humildemente esta funcin. Cada uno hizo su comentario sobre la cuestin, muchos pensaban que el Emperador haba hecho una eleccin juiciosa y justa, que sorprendio a mas de uno. - Apenas me encuentro de vuelta entre ustedes, y ya debo irme de nuevo hacia Meragi. Confo la direccin del templo al venerable Zaoryu. Ahora les dejo, me ir al amanecer, maana por la maana. Aparte, Hime y Aku se inquietaban por su porvenir. Pero Toran fue a verlos y les explic que deban venir los dos a Meragi con l, continuaran su formacin en el templo de Komakai, ms pequeo y modesto que Yafujima.

Toran ya no estaba acostumbrado al lujo. El, haba visto la luz en una familia rica pero se haba alejado de todo eso rpidamente. Esta habitacin, solo era comparable con las de algunos hacendados. Alrededor de l varias criadas se atareaban. Iba a ser oficialmente nombrado delante del consejo como regente del imperio y haca falta pues que fuera presentable. Sin embargo valoraba, el lado prctico que ofrecan sus vestidos de Tsouta, y del cual no queria privar a su postura de regente. El Imperio le necesitaba y la situacin era delicada. Por un lado haca falta que mantuviera la cohesin, administrara los conflictos polticos e hiciera malabarismos con los deseos de poder del Cuervo. Siempre haba luchado para guardar en el fondo de su corazn sus orgenes en este clan. Una vez listo, fue conducido a la sala de los consejeros y ministros donde todos ellos se inclinaron, lo que molest al viejo Tsouta.

- En este da, cuando ustedes me hacen el regente, guarden esto en su cabeza, el Emperador no ha muert, volver. S, el Emperador volvera, muy en su interior, Toran lo saba, porque ordenara todo para esclarecer la situacin sobre este mal inexplicable que lo aquejaba. Que les reservaba el futuro a Toran y al Imperio de Xzia ?

La busqueda del Rey Trueno

El rey ha muerto ! Viva el rey ! El rey ha muerto ! Viva el rey ! La muchedumbre al pie del castillo de Carleon coreaba el mensaje de adis como lo quera la costumbre. Pero esta vez la tradicin no sera respetada. Gaumatta, rey de Yses acababa de dejar este mundo, sin un heredero que lo sucediera. Esto significaba, segn las tradiciones de los siete reinos, que se debera organizar un gran torneo, por la conquista de las tierras de Yses. Y esto, a uno de los Protectores del reino no le caa bien. Sevylath, sentado al borde de una fuente, miraba los curiosos ir y venir de la plaza principal. Evaluaba la importancia de esta defuncin y las consecuencias dramticas que esto tendra sobre el futuro. Los buitres vendran para devorar los restos y para matarse por este territorio, probablemente en detrimento de la

poblacin. Haba que actuar, y rpidamente. Sin esperar ms, dej su ensueo y se dirigi hacia la biblioteca, o por lo menos lo que se pareca a una. Gaumatta era un rey sabio y gracias a l las ciudades ms grandes se haban dotado de bibliotecas, que en realidad eran lugares donde se almacenaba pergaminos, pieles escritas y otros libros. En esta leonera, el hroe de Yses pensaba encontrar una ley o una costumbre que pudiera contrarrestar esta regla del gran torneo. Despus de dos das de bsqueda exhaustiva no encontr nada con que hacer frente a las leyes. Sin embargo algo despert su curiosidad. En el fondo de la gran sala, detrs de una pila de objetos diversos se encontraba un tapiz del tamao de un hombre. Sobre ste, se encontraba pintada una escena que representaba al primer rey de Yses, quien era apodado con razn, El Rey Trueno. Segn las historias, este rey desapareci un da, dejandole el trono a su amigo Argal, del cual Gaumatta era su descendiente. Se acord entonces de una estela inmensa grabada en bajorrelieve, que se encontraba en la ciudad. Su instinto lo empuj a ir a verla. De nuevo, perdido en sus pensamientos, no vio pasar el tiempo, mientras recorra el trayecto hasta la piedra. Exista un tipo de culto hacia este emblemtico personaje. se culto, crea con fervor en la existencia de fuerzas divinas, y que estas regan la vida de los habitantes de las tierras de Guem. Sevilath jams se haba interesado por este culto, era para l la ocasin de descubrirlo. No recordaba que esta piedra era tan grande, su tamao se poda comparar con una de las torres del castillo de Yses. Al pie de sta, bailaban llamas a merced del viento, en un brasero de piedra. No haba nadie, lo que a la vista de los acontecimientos no le sorprenda, para nada. Grabado en la piedra, majestuoso e inmenso, El Rey Trueno vigilaba la ciudad con su fra mirada. Sevylath la haba visto mil veces, pero jams se haba percatado de los detalles, ni tampoco en la escritura abajo de todo. Los caracteres presentes no eran los de la lengua hablada en Yses actualmente. Pero para el, estos smbolos no les eran desconocidos. Tom el libro que colgaba de su cinturn y examin la superficie de la cubierta de cuero. Haba all dos glyphos, no idnticos, sino semejantes a los de la frase. Este libro era una herencia de su familia y se le atribuan importantes poderes, aunque ninguno de sus parientes hubiera conseguido penetrar sus secretos. Alguien lleg en aquel momento, sacndolo de sus reflexiones. - Oh ! Me siento verdaderamente mal, por molestarle. Era una joven, que llevaba puesto un simple vestido blanco, y joyas que se parecan a las del Rey Trueno. Sevylath reconoci en ella a una sacerdotisa.

- No este afligida, soy yo quien perturba estos lugares. Pienso que usted puede ayudarme. Sevylath le tendi su libro. Usted ve estos smbolos, son de la misma lengua que sa, dice mostrando las inscripciones sobre la estela. La joven mujer, con los cabellos teidos en blanco mir el libro y pas los dedos sobre los relieves. Su cara se alumbr con una sonrisa radiante. - Es la misma lengua, era hablada por El Rey Trueno y su familia cuando ste reinaba. Dnde lo obtuvo? Sevylath vacil un instante, pero delante de la ayuda que podra darle esta mujer, se aventur. - Este libro est en mi familia desde hace mucho tiempo. La sacerdotisa se tomo un momento para pensar. " Podra ser que... ?" - Puedo abrir este libro seor Sevylath? - Usted sabe quin soy? Interrog con inters. - Es difcil de no reconocer a un protector de Yses, cuando se ve uno. Puedo ? - Con una condicin, quiero saber lo que dicen estos smbolos, le dice apuntando con el dedo a la estela. - Ah esta escrito: " Blande mi lanza y golpear. Engalnate con mi corona y estar a tu lado. Lleva mi armadura y te proteger ". Realmente no sabemos quien escribi esto, ni si son las palabras del Rey Trueno, pero muchos de nosotros piensan que existe una herencia. - Gracias por la traduccin. Este asunto me interesa muchsimo. Sevylath dio el libro a la sacerdotisa. Sera juicioso que vayamos a examinarlo en un lugar dnde estemos mejor instalados, no? - Tiene usted razn, falto a mis deberes, por favor, acompeme a la sala de estudio del templo de los dioses. Existan, en Yses, tres templos de los dioses, los lugares de culto abiertos a los que deseaban rogar o practicar su creencia. Tenan como particularidad, el no estar afiliados a una divinidad, y libres para todas ellas. El protector y la joven mujer que se llamaba Dandranne, fueron pues a algunas calles de all, a una gran construccin de piedras grises en parte recubierta por el musgo. La sala de estudio tena slo el nombre, era sobre todo un lugar de reunin para algunos

fieles. Los presentes en ese momento discutan sobre el acontecimiento superior del da, la muerte del rey, y no prestaron atencin a la presencia del protector y todava menos a su actividad. Dandranne se instal en una mesa de madera y trat de abrir el libro. Por desgracia, no pudo mover la correa que lo cerraba, ni un milmetro ! Sevylath se asombr porque siempre haba conseguido abrirlo y cuando trat, pudo hacerlo sin esfuerzo. En el momento en el que Dandranne tom el viejo libro, para leerlo, ste se cerr de un golpe y pequeos relmpagos recorrieron la cubierta, antes de desaparecer. - Y bien, he aqu una extraeza ! Se asombr la sacerdotisa. - Hay que decir que hasta ahora, a parte de mis parientes, nadie ms que yo lo haba tocado. Va a hacer falta que lo tenga para que usted pueda leerlo. La tcnica pareci buena porque el libro qued abierto y pudo leer, o ms bien intentar leer. - No conozco bien esta lengua, aprend los rudimentos pero jams practiqu sobre textos como stos. Se trata de oraciones a un dios. Si traduzco bien se tratara de Kurun. Dandranne le pidi a Sevylath girar las pginas para ir hacia el fin. La escritura cambi, pas a smbolos ms rpidamente escritos. Despus de haber ledo la primera plana se contone en el mismo lugar. - Es l ! Es El Rey Trueno ! Gire las pginas ! Stop ! All ! Espere ! Reley muchas veces una pgina, luego levant la nariz y mir al protector con cierta alegra. - Conoce el origen de su familia seor Sevylath ? - Es una pregunta, relacionada con lo que ha ledo ? - S, y a mi parecer usted no sabe que El Rey Trueno tuvo un hijo, un nio llamado Korvent, esto le dice algo. - Korvent? Sevylath se zambull en sus memorias, este nombre no era extrao para l. Efectivamente, Korvent era un nombre ya evocado en el pasado. S, creo que mi abuelo cuando era nio me habl de Korvent, fue un gran jefe de guerra si recuerdo bien. - Y es tambin uno de sus antepasados ! Usted se da cuenta ! Usted desciende del Rey Trueno ! - Quiero creer en usted, pero cmo esta tan segura ?

- Esta escrito ! All ! Dandranne estaba en un estado prximo de la euforia, encontrar al descendiente de aquel, a quien veneraba, era un milagro verdadero. - Muy bien, pero que es, lo que esta escrito ? - Oh, s, perdn. Esta escrito, para resumir, que slo sus herederos pueden abrir este libro, es tan simple como esto. Sevylath no mostr particular alegra por este anuncio, vea ms all de esto. El destino lo haba puesto sobre el camino de esta sacerdotisa y ella le haba hecho estas revelaciones, hasta dnde iba a llevarlo todo esto ? - Hay tambin, otras cosas que no entiendo tanto. Habla de una bsqueda, que debera llevar a cabo y que lo llevara hacia un tipo de renacimiento. Indica que debera seguir un camino para ir hacia los confines. Indica su trayecto, explicando que no seria un viaje sin retorno y que la misma muerte no se lo llevara. - Usted cree esto posible, que una persona que vivi hace ya mucho tiempo pueda volver ? Pregunt Sevylath que tena una idea dando vueltas en su cabeza. - Todo es posible en este mundo. Si El Rey Trueno puede volver, deberamos hacernos los desentendidos ? - No, usted tiene razn, un rey muri hoy, otro rey podra tomar las riendas de Yses. El protector se levant. La bsqueda del Rey Trueno comienza. - Voy a rezar por el xito de esta empresa. Pero antes que nada voy a transcribirle los escritos de su antepasado. Dandranne se levant luego de decir esto. - Todo esto es increblemente apasionante. Otros fieles no le creeran a sus orejas cuando escuchen esta historia. Dos das ms tarde, la traduccin estaba terminada, Sevylath y Dandranne no haban dormido mucho, haba mucho en juego, como para perder el tiempo. Lo esencial estaba all y haba que comenzar por aventurarse en las brumas de los confines siguiendo un camino preciso. Despus de un merecido descanso el protector se puso en camino hacia lo desconocido, con la loca esperanza de que la leyenda del Rey Trueno, no fuera solo eso.

Con melancola, pensando que dejaba a Yses presa de una de las crisis mas importante de su historia, el protector se puso en camino. El viaje hasta la bruma de los confines pasaba por Baranthe donde supo que las autoridades estaban inquietas por la situacin del reino vecino. Pero no se retras ms y continu su camino que lo llev una semana ms tarde cerca de las brumas, pesadas y negras. Era como si las nubes hubieran tomado posesin de todo el espacio entre el suelo y el cielo. Todo esto, verdaderamente, no lo inspiraba, despus de todo, detrs de la bruma fue encerrada la peor amenaza de esta tierra. Todos los que haban buscado la prisin de Obsidiana jams reaparecieron, alimentando as las leyendas respecto a los poderes tenebrosos de Nehant. No le gustaba este lugar, haba all demasiadas desgracias y sufrimientos. Hace casi ochenta aos se efectuaba aqu, un enfrentamiento terrible, muchos hroes de la guerra cayeron contra Nehant. Teniendo firmemente su martillo santificado, avanz segn las indicaciones de Dandranne. Crey que se asfixiaba, algun poder sobrenatural presente en el lugar volva el aire increblemente sofocante. Sevylath tom esto como una prueba y no se dej abatir por tan poco. Con su vision del lugar sumamente restringida, progresaba muy lentamente. Al cabo de algunas horas llegaba por fin hacia la ltima indicacin: tres pasos a la izquierda de una piedra grabada por un smbolo de espiral. Encontr la piedra e hizo tres pasos a la izquierda de sta. Por desgracia para el protector, esta piedra era en realidad un trozo de una pequea estela que desde la poca de Rey Trueno haba sufrido la erosin. Dicha estela, all dnde el smbolo se encontraba haba cado a un lado. Esto tuvo una consecuencia muy lastimosa de la que el protector se enterara slo mucho ms tarde. Sevylath sali de la bruma y respir de golpe. Una bocanada salvadora de aire y un viento vivo lo revitalizaron. Su nuevo entorno era increble y pasmoso. Hasta donde la vista alcanzaba, islas de tierra y de cristales de mltiples colores flotaban por los aires. Algunas de ellas se movan como troncos sobre el agua, rozndose unas a otras. " Cmo ir de una isla a otra " se interrog el protector. Examin la situacin y sobre todo dnde haba llegado. Visiblemente la isla sobre la cual se encontraba era grande, y si su antepasado haba llegado all deba haber dejado indicios en alguna parte. " Comencemos por ah ". El paisaje difera de Yses. All dnde en su casa haba verdor y bosques hasta perderse de vista, aqu los cristales inmensos reemplazaban a los rboles. Pero lo que mas intrigaba a nuestro heroe eran unas aparentes quemaduras sobre ciertos peascos y cristales, como si fueran grandes rasguos al suelo. No haba el menor ruido, ni siquiera un pequeo gorjeo, hasta el

sonido de sus pasos pareca atenuado. March largas horas con la vaga impresin de no ser el nico en estos parajes. A su vez, se fue dando cuenta que los lugares eran mucho ms vastos que lo pensado a primera impresin y la vegetacin se volva ms densa. Luego de un rodeo del camino, su mirada fue atrada por un tipo de viejo ttem, representaba una criatura deformada y repugnante. No se retras apenas en esta representacin, pero esto le confirm que deba mantenerse alerta. Algo no iba bien, la magia estaba manos a la obra en este lugar. Efectivamente, de un solo golpe, bejucos procedente de los rboles y races que venan del suelo lo aferraron y en algunos instantes fue incapaz de moverse. - Qu es este maleficio ! Exclam en voz alta. Una criatura se adelant hacia l, jams haba visto nada igual, de grandes cuernos, ojos blancos, ninguna boca. Cojeaba y su lado izquierdo estaba protegido por placas de cuero cosidas entre si. Detrs de ella haba otras personas, entre las que una claramente estaba vestida como una habitante de la Draconia, reconoci el blasn y el color distintivo en la joven mujer. - Estamos desolados por infligirle esto. Pero desde que llegamos a los Confines, los problemas se suceden. Dice la joven mujer examinando el martillo del protector. - Soy Sevylath ! Protector de Yses, suelteme ya, drconica ! - Sevylath ? Anryna mir a los otros con cara de sorpresa. Usted desapareci hace veinte aos. - Cuentos ! Acabo de llegar aqu y dej los siete reinos hace algunos das. Escuchen, no les hare ningn dao, sueltenme ya y discutamos. El Das interrumpi su sortilegio y el protector fue liberado de su prisin. Recuper su martillo, demostrando que desconfiaba de estas personas. - Yo me he presentado, sera de buena educacin que ustedes hicieran lo mismo. - Es verdad, sera que estos Confines nos han influenciado. Soy Anryna, hija de Dragn. He aqu a Ojo de Gema de la tripulacin de Al la Triste y Granizardo del pueblo Eltari... - El podra ciertamente ayudarnos a quebrar el escudo, interrumpo Ojo de Gema. Anryna ya casi no soportaba la compaa de la pirata, era grosera y sin modales, muy distinta en el comportamiento a las damas de la Draconia. Sevylath conoca el nombre de Anryna, esto se aada a su confusin porque si veinte aos hubieran pasado, ella no debera parecerse a una

joven mujer con no mas de una treintena de aos. videntemente no saba que para ella el tiempo tena muy poca influencia. Asisti a un debate entre las tres personas, que finalmente invitaron a Sevylath a acompaarles. - Qu pasa ? Estara encantado de ayudarles, pero ustedes no me dicen gran cosa. - No muy lejos de aqu, encontramos un tipo de templo bastante antiguo. Pero esta protegido y no logramos llegar hasta el, explic Granizardo. - Y por qu quieren entrar all ? Si esta protegido ser por una buena razn. - Porque nos encontramos en busca de alguien y puede que dentro del templo, lo encontremos o encontremos algun indicio de donde buscarle. - Yo tambin busco a una persona, voy a ayudarles, si puedo.

La tropa se reuni con Malyss y Ergue que esperaban delante del templo, una vieja construccin, cuya arquitectura mezclaba cristales y piedra. Todo se encontraba blanqueado por la exposicin del sol y una pequea parte del tejado se haba hundido. Desde su punto de observacin, los viajeros se preguntaron si no iba a derrumbarse en cuanto se encontraran dentro. En la base de la colina, en cuya cima estaba el edificio y circundandola se encontraban columnas grabadas por smbolos. Y aunque no se la vea, entre cada una de ellas, una pared invisible impeda pasar a cualquiera. - Nuestra magia no consigui quebrantar las columnas y la fuerza fsica no consiguio mejores resultados. Sin embargo, nuestros poderes son grandes, se jact el mago del clan del cuervo. Sevylath vea las cosas de otro modo. Esta pared no se trataba de magia y es por esta razn que su magia era ineficaz para contrarrestarla. Los smbolos no eran nada ms que escrituras tergicas, la "magia" de los dioses. Para l todo esto estaba muy claro, alguien no quera que se entrara aqu, y slo uno o varios sacerdotes habran conseguido esta proeza. Sevylath se volvi hacia el grupo y habl bastante con el fin de que acabaran las discusiones intiles. - Su fracaso es normal. Esto no tiene nada mgico, es una barrera de fe. Puedo anularlo, pero estamos seguros que nada nefasto va a producirse?

- Nosotros no podemos predecir aquello que vaya a pasar, pero creo que si esta barrera est all, no es por nada. Hay que ir all ! Ojo de Gema invit a todo el mundo a sumarse, con la cabeza baja, al modo de los piratas. Anryna hizo un mohn, todo lo que se tratara de tergias no le gustaba. Granizardo estaba indeciso, pero el Comepiedras podra estar all, a su alcance. Ergue se burlaba de todo, pero jams se negaba a un poco de accin. Malyss apoyo la opinin de la pirata, cualquiera fuera el caso,haba que develar este secreto. La decisin estaba tomada y Sevylath puso manos a la obra. Cada pilar presentaba una prueba de fe, una cuestin a la cual el lector deba en el fondo de su corazn responder con rectitud. Escogo la cuestin que le pareci la ms interesante a sus ojos y cuya respuesta era como un credo para l. La cuestin poda resumirse en esto: " hasta donde puede llevarte tu fe ". No vacil, la respuesta era lmpia y cristalina para l: estaba dispuesto a cualquier sacrificio, en su abnegacin y fervor hacia los principios de fe que segua. Visiblemente la respuesta era correcta porque el pilar se pulveriz y luego se derrumb. La barrera de fe haba cado. - Usted es digno de la reputacin que lo precede, protector de Yses, lo felicit Anryna. El grupo emprendi la ascensin de la colina recubierta con viejos peascos. Su velocidad vario al descubrir mltiples esqueletos hominoides cuya presencia estaba disimulada por los peascos. - Esto no es muy alentador, cuchiche Ergue. - Miren esto ! Grit Ojo de gema. Qu maravilla ! La joven mujer arranc de un cadver, una lanza totalmente hecha cristal. - Es ligera como una pluma, aadi. A la primera ojeada Sevylath reconoco la factura del objeto y se precipit. - Puedo ? Dijo con autoridad. Para un pirata, un objeto perdido pertenece al que lo descubre, pero en vista de los que se encontraban cerca, no tuvo reparos y dio la lanza. Sin ninguna duda, se trataba de un objeto fabricado en Yses, y visto el estilo, databa de mucho tiempo atrs, haba visto algunas como sa entre ciertas familias nobles. Andaban por buen camino.

- Estoy sobre la pista correcta. Avancemos ! Llegaron a la entrada del templo y pudieron ver que los nuevos smbolos tergicos cubran la inmensa puerta en su totalidad y daban la vuelta al templo entero. - Un sello divino, coment Sevylath, debe ser quebrantado por la fe. Todos se apartaron a buena distancia. Sevylath se retir algunos pasos, sosteniendo su martillo firmemente y mascull algunas oraciones. Luego se lanz e hizo arremolinarse su martillo para quebrantar la lnea de las escrituras. Nadie lo esperaba, pero la violencia del golpe, hizo literalmente explotar la puerta. Todos fueron a echar una mirada a travs del marco y lo que vieron no presagiaba nada bueno. En el interior, haba una buena cantidad de criaturas que se parecan a humanos, pero que se comportaban como salvajes. Su piel era azul, sucia y su actitud muy agresiva. El templo mismo era una sala inmensa y en medio de sta, una persona flotaba en los aires, encerrada en un tipo de columna compuesta de una multitud de arcos elctricos que salian del suelo. Mientras que Ergue y Ojo de gema retrocedan ante el avance de las criaturas, Sevylath que saba muy bien quien era el extrao personaje en la columna, salt hacia el interior sin el menor miedo. " Ser el Comepiedras ? " Se pregunt Granizardo. Al mismo paso que el protector, entr por detras de este. No pudiendo abandonarse los unos a los otros, cada miembro del grupo se unio con otro. Sevylath haba comenzado a aplastar crneos a base de martillo, pero las criaturas eran fuertes y numerosas, Granizardo rpidamente fue rodeado por algunas de ellas y debi su salvacin slo a la destreza de Ergue que lo sac hacia sus espladas. Malyss hizo bailar al fuego mientras que Anryna desplegaba la magia draconica. Todo se desenvolvia a la perfeccin, sus estrategias complementarias iban a hacer triunfar rpidamente al grupo. Por desgracia, un error involuntario vino a complicar la situacin. Anryna, acorralada en una esquina del templo, acudi a otros poderes, los del rayo. De sus manos brotaron relmpagos que golpearon violentamente a sus agresores. Varios hechos inesperados se produjeron en ese momento: los relmpagos se propagaron sobre la gran mayora de las criaturas y cada vez que una de ella era tocada, el relmpago no les provocaba dolor, al contrario la magia pareca reforzarlos. Tal como la marea se abalanzaron sobre el grupo, hiriendo a algnos de sus miembros. Sevylath no tena otra eleccin, acudi a su fe. Su martillo brill intensamente y pens en cada uno de sus compaeros. Luego con furor, mat a las criaturas una por una. A cada golpe asestado, las heridas de sus compaeros se cerraban. Impresionados por la tergia del protector, la batalla prosigui cada vez ms. Anryna, que haba comprendido su error, ces en la utilizacin del rayo

y prefiri la defensa al ataque. Sevylath, galvanizado, se pus en camino hacia la persona en la columna de relmpagos. Pero all se interpuso una criatura ms grande que las demas y quien pareca ms sagaz. Llevaba una corona de cristal. Visiblemente la criatura buscaba el duelo con el protector. Pero este ltimo empujado por un acceso de orgullo se ech a rer y puso su martillo al suelo. - S lo que ustedes son, reconozco esa piedra que llevan en su garganta. Detrs de l, los otros viajeros no veian lo que haca Sevylath. - Les repudio gumlites ! Renanse con su creador ! Grit. Levant las manos en el aire y una luz viva y blanca brot de llas. Ojo de gema que se encontraba en la entrada del templo, tir sus extraas armas y salt hacia afuera del templo viendo lo que el hombre de fe haca. Las criaturas aullaron con dolor y cayeron como moscas, muertas. Llamando a Sevylath, no haba tenido cuidado con Anryna, que no estaba lejos de ella y quin sufriendo tambin los efectos del exorcismo, se derrumb inconsciente. La batalla haba acabado, las criaturas haban muerto en su totalidad, incluido su jefe. Sevylath recuper la corona de cristal. Los otros estaban sofocados, el combate no haba durado mucho tiempo, pero haba sido intenso y muy fatigoso. Granizardo se ocup de Anryna, mientras que Malyss se preguntaba que seria esta prisin de relmpagos. Ergue intent pasar all la mano y aunque no tenia mala intencin, fue muy doloroso para l. Despus de un cuidado aportado por el protector, Anryna recuper la conciencia y ech pestes contra ese acto, por cierto eficaz, pero desconsiderado de su parte. La hija de Dragn se interes entonces por el preso y por su crcel. - Es el Comepiedras ? Pregunt a Granizardo. Este ltimo estaba por responder, cuando Sevylath se interpuso. - No s lo que es un Comepiedras, pero esta persona es la que yo buscaba y es ni ms ni menos que el Rey Trueno. Todos intercambiaron miradas interrogantes, no conocan al Rey Trueno, pero estaban dispuestos a creerle a su ilustre compaero. - La cuestin es, cmo sacarlo de ah, dice Malyss.

- Esto no es tergico? Pregunt Ergue. La respuesta fue negativa. - En este caso, es mgico y en este caso, puedo hacer algo. Intercedi Anryna quien estaba decidida a reparar su error. Los sortilegios de rayo eran numerosos y muy variados. Aunque sus estudios en la academia de Noz' Dinagrd databan de una poca lejana, no haba olvidado los principios aprendidos. Rode la prisin y se enfoc en la magia. Percibi en primer lugar los relmpagos, violentos, protectores y peligrosos. Luego detrs de estos la persona misma, ella tena un sortilegio activo sobre si, otro salia de los rayos pero que no tenan el mismo objetivo. - Una stasis ! Grit. Creo que yo s cmo hacer. Sevylath por favor venga a mi lado. El protector se acerc preguntndose lo que preparaba la draconica. - Usted recobrar a la persona cuando los sortilegios sean rotos y accesoriamente a mi tambin si es que caigo inconsciente, lo que puede llegar a pasar. Usted es un creyente y conoce las tergias de cuidado. Le aconsejo lanzar una sobre usted para este caso. Voy a combatir el rayo con el rayo. Al oir estas palabras los otros se apartaron rpidamente para no correr peligro de ser heridos. Anryna se concentr un largo rato antes de desencadenar el rayo sobre la prisin. Solt todo su poder. La prisin que se sobrecargaba de magia estall de un golpe, liberando al Rey Trueno. Al extremo, Sevylath, protegido por su fe recibi a su antepasado. Luego vivamente se volvi para ver el estado de la maga. sta vacil, al agotarse toda su magia. El protector tom a Anryna antes de que cayera. En seguida el cuerpo de la maga se comenz a brillar por una aura azul muy brillante que se propag sobre Sevylath y el Rey Trueno. Luego el aura se difumin al mismo tiempo que las tres personas que se volvieron transparentes. Por fin desaparecieron delante de los rostros boquiabiertos de sus compaeros.

Los tres juntos reaparecieron en la sala del trono en Noz' Dingard delante de Kounok que se haba levantado, con Quimera en la mano. - Madre? Grit.

La batalla de la piedra, parte 1

Saln del trono del palacio de Noz' Dingard. Kounok vio aparecer repentinamente varias personas en el centro del gran saln. Pensando en un ataque, el Profeta empu a Quimera, sacandola fuera de su nueva funda y salt al pie del trono con destreza. Valentin, presente en ese momento, imitando a su superior, sac su arma y se puso en guardia en contra del pequeo grupo. Los recin llegados no mostraban un aire agresivo, muy al contrario. Slo uno de ellos se encontraba en condiciones, los otros dos estaban inconscientes. - Paz, Draconianos ! Paz ! Clam Sevylath, depositando sus cargas en el suelo con cuidado. Soy Sevylath, protector de Yses, aadi mirando alrededor suyo. No soy vuestro enemigo, dice dejando su martillo lentamente. Kounok no comprenda gran cosa de todo esto, pero reconoci a su madre que yacia por tierra. - Que le ha hecho ? Acus, alzando la voz. - Yo no le he hecho nada, esta dama acaba de salvar al Rey Trueno y de repente desaparecimos en una nube de luz azulada y aparecimos aqu. - Va a tener que ser ms preciso.

Kounok puso a Quimera en el suelo y tom a Anryna en sus brazos. Estaba inconsciente, Con sus poderes mgicos agotados. En estas situaciones, no habia otra solucin que hacer venir a Dragn. - Valentin, ve pues con nuestros invitados sorpresa. Instlalos cmodamente. - Bien Profeta, as se hara, respondi el Caballero Draconiano. - Nos encontramos cautivos ? - No, si fuera el caso habra empleado ese trmino, pero cuando alguien aparece repentinamente en medio de un saln de Noz' Dingard, llevando a mi madre inconsciente, estoy en derecho de saber ms sobre lo ocurrido ! Cuntele pues su historia a Valentin. Kounok sali por una de las puertas del saln que daba a un patio muy particular. Se encontraba al pie de la gema azul e imponente de Dragn. Haba all, un jardn donde rosas azules crecan al ritmo de la naturaleza. En medio de los rosales una fuente representaba un Dragn majestuoso. Kounok atraves rpidamente el patio, inquieto por su madre a quien nunca habia visto en su estado actual. Cuando lleg al pie de la piedra, una forma humana se materializ delante de l. Era un hombre alto quien de alguna manera se pareca a Kounok y a su difunto hermano. Varios cuernos de cristal salan de su crneo y sus largos cabellos flotaban a merced del viento. Su apariencia era casi fantasmal como un espectro azul transparente. Kounok se mostr sorprendido, luego volvi a empezar e inclin la cabeza en signo de respeto. - Buenos das Profeta, comenz la aparicin. - Seor Dragn, quera verle justamente. - Es por eso que estoy aqu. Eres todava joven y a menudo olvidas que estamos vinculados, todava ms que con cualquier otro habitante de la Draconia. Estas inquieto por tu madre, pero no tengas ninguna inquietud, ella se encuentra bien. - Que tiene ? Pregunt Kounok con una pizca de ansiedad en la voz. - Esta agotada. Casi utiliz toda su magia. - Es por eso que volvi aqu, es as ?

- Valoro a mi hija, mi nica hija. No permitira que cayera en desgracia, entonces la protejo lo mejor que puedo. Lleva una de mis escamas encantadas con el fin de que si este tipo de problema sucedia, o si una situacin la dejaba vulnerable, instantaneamente volveria aqu. - Comprendo. Y ahora ? - Le hace falta descanso, dijo Dragn acercndoseles. Tom a la joven mujer en sus brazos y sonro a Profeta antes de desaparecer. Anryna se despert. Su corazn lata fuertemente en su pecho. Todas sus fuerzas haban vuelto y el poder de la sangre de Dragn la recuperaba. Alrededor de ella, todo era azul, reconociendo el lugar se incorpor para sentarse al borde de la cama con baldaqun. Conoca bien este lugar por haber pasado all su infancia. Siendo el dominio de su padre, todo lo que vea emanaba de l. Y justamente mientras que pensaba en su padre, este apareci. - Tus fuerzas han vuelto, hija mia. - Padre, estoy contenta de verte. Pero por qu me has traido de vuelta, todava tena mucho por descubrir en los Confines. - Tu retorno es el resultado de tus actos. Te pusiste en peligro al quedarte casi sin magia. Recuerda lo que te dije hace mucho tiempo. Los gumlites pueden morir sin magia. - Era la unica solucin, sent que la persona a la que encontramos en los Confines poda ayudarnos y convertirse en una aliada, replic Anryna. - El Rey Trueno puede ser una ventaja en esta guerra. Pero hasta que desempee su papel, t debes, jugar el tuyo. Dragn puso su mano sobre la mejilla de su hija, asaltado por antiguos recuerdos. Anryna puso entonces su mano sobre la suya. Los momentos de complicidad entre padre e hija eran raros, tanto como para que ambos atesoraran este acto de amor. - Qu pasa padre ? Que papel quieres que juegue ? Dragn quit su mano y tom un aire serio y grave. - Kounok no es tan estimado por esta gente, como lo fue su hermano. Desde la desaparicin de este ltimo, el Compendium se encuentra preso de una lucha intestina que no tolero ms.

Promet hace mucho tiempo no interferir en los asuntos de esta orden, pero por desgracia nadie es capaz de tomar las riendas. Debes retomar su liderazgo. Anryna pareci asombrada, conoca bien a los magos del Compendium y sabia que algunos contaban con la capacidad suficiente como para esa tarea. - Y Marzhin ? Es bastante poderoso y sabio, seria un muy buen archimago. - Es verdad que tiene facilidad, pero su lugar esta cerca de los aprendices de la academia. - Hay algo ms, que no me estas contando ! replic Anryna con conviccin. - La guerra ha comenzado y deberas enfrentarte con adversarios con poderes poco conocidos, hasta ahora. Hace falta que dirijas el Compendium para devolverles la fe en la magia a los magos de la Draconia y que se conviertan en el smbolo de Guem. Y mi corazn se parte, al saberte prontamente contra el enemigo. Nuestra familia ya ha sufrido mucho... Anryna concluy. - Asumir mi papel, con Dragn a mi lado que podra pasarme ? - En ese caso, te devuelvo esto. Aparecio en las manos de su hija, un cetro largo, al cabo del cual se enrollaba un dragn de cristal. Haba sido llevado por muchos magos de la Draconia, por otra parte fue ella la primera en ser digna de ello. Anryna se concentr y se encontr entonces al pie de la academia de magia de Noz' Dingard.

Anryna haba contribuido a construir la academia de magia de Noz' Dingard, un lugar de intercambio y de aprendizaje para todas las personas que tenan sensibilidad hacia los arcanos mgicos. El castillo haba sido construido sobre una de las gemas satlite a la piedra-corazn de Dragn, dominando la gran ciudad. Haba all, minimamente cerca de quinientos estudiantes que venan de la Draconia, pero tambin de tierras lejanas porque las costumbres y las prcticas mgicas extranjeras contribuan al mejoramiento de los conocimientos generales. Anryna estaba delante del gran arco, el artefacto mgico que haba que atravesar para entrar en la academia. Era el fin de la tarde y muchos aprendices dejaban los cursos para regresar a su dormitorio comn, en donde la mayoria realizaban las tareas pendientes. Los ms jvenes de estos, pasaron sin reconocer a la dama, pero a algunos alumnos les llam la atencin el cetro

draconico. Dej a los estudiantes con sus teoras para si mismos y tras pasar el arco, se encontr en el vestbulo de entrada de la academia. Majestuoso e inmenso, el vestbulo era la encrucijada central del edificio y no era raro pasar por all, muchas veces al da. Desde su salida de la academia y del Compendium nada se haba movido, todava las mismas tapiceras notables y grandiosas vidrieras de vidrio azul. La luz all era dulce y encantadora. Los pasos de la hija de Dragn, la llevaron al lugar preciso por un automatismo asombroso. Haba atravesado los pasillos, subido las numerosas escaleras y atravesado por numerosos portales mgicos antes de llegar a la sala del consejo del Compendium. All Dragn haba convocado a las eminencias ms altas y las instancias dirigentes de la academia. Se encontraban instalados en un anfiteatro de madera, las caras de ciertos altos magos expresaban contrariedad, otros al contrario se mostraban encantados con el nombramiento de la hija de Dragn como la nueva dirigente del Compendium y por extensin de la academia de magia. El Compendium era una organizacin que tena por objeto la gestin de todo lo que es mgico, sea en la investigacin o el aprendizaje. La academia se haba convertido, con el paso del tiempo, en el cuartel general de esta organizacin. Anryna se coloc frente a la asistencia y golpe tres veces el suelo con su cetro. - Altos magos y Maestros magos, rumores horribles han llegado a mis oidos. La indisciplina se agita entre las filas del Compendium. Todo esto slo puede ser de provecho para nuestros enemigos y perturba la enseanza de nuestros aprendices, que nos necesitan y a nuestra integridad. Qu cesen las disputas de poder, ya que en este da me presento ante ustedes, poseedora del ttulo de Archimaga del Compendium. Los magos se levantaron y aplaudieron a su nueva jefa con mayor o menor conviccin. Las cosas eran claras, aqu no reinaria el caos. Anryna termin la algazara porque todava tena cosas por decir. - Maestro mago Marzhin, levntese. Un hombre de una treintena de ao se levant, llevaba la librea de los profesores de la academia y tambin varias insignias que indicaban proezas mgicas efectuadas as como la invencin de varios nuevos sortilegios. - Le nombro director adjunto de la academia de magia de Noz' Dingard. Era una funcin muy importante porque en ausencia del dirigente del Compendium tomaba la direccin del ilustre establecimiento. De nuevo los aplausos resonaron mientras que el Maestro mago se inclinaba, aceptando la pesada tarea. Despus de algunas consignas, cada uno regres

a sus pequeos asuntos, slo se quedaron Anryna y Marzhin que deseaba discutir a propsito de ciertos puntos. - Le agradezco por la confianza que usted ha depositado en mi, Anryna. - Usted es una persona de un valor incalculable para la Draconia, usted es un ejemplo para nuestros estudiantes. - Lo que usted me dice me toca en lo mas profundo. Har lo mejor posible. - Tengo por otra parte un caso de estudio para sus aprendices de nivel ms elevado. El Maestro mago se mostr muy interesado. - Debemos conocer a nuestros enemigos y adaptarnos a sus facultades. S que usted es el ms indicado para encontrar una solucin. Que sabe a propsito de la Tergia ? Marzhin no esperaba que lo supiera, pero haba estudiado la Tergia y efectivamente estaba en condiciones para hablar de eso. Si estos enemigos efectivamente son sacerdotes y otros aficionados a las teurgias, tenemos motivos para preocuparnos. Lo que le propongo es que venga, maana por la maana, al patio, para asistir a una charla sobre la Tergia y alli veremos con mis alumnos lo que usted desea poner en prctica. Pero solo una pregunta, por qu ver esto con estudiantes quines todava no tienen el ttulo de magos y no, con los Altos magos? Algunos estn en muy buenas condiciones para hablar de estos temas. - Lo comento con usted y lo considero calificado. Pero tambien deseo tener una nueva mirada sobre esta prctica y la imaginacin de las mentes jvenes al respecto. - En este caso dama Anryna, ser un verdadero honor para mis alumnos. - Bien, en este caso sera hasta maana. Pero antes de que la Archimaga se vaya, Marzhin le pidi una ltima cosa. - Dgame, tiene noticias de mi hijo ? - Pilkim es un joven que aprende mucho en cada ocasin, los Enviados de NozDingard estan encantados de contarlo entre ellos. Tranquilcese, no se encontrara en peligro. Y si fuera el caso,

a semejanza de su padre, sus facultades mgicas son impresionantes para su edad. Le auguro un gran futuro. El Maestro mago se encontro satisfecho de saber que su hijo se encontraba seguro. El da siguiente los alumnos de Marzhin, todos a un paso de convertirse en magos, tuvieron la alegra de pasar a una sala, en principio reservada para los investigadores en magia del Compendium. Un lugar protegido por sortilegios muy poderosos y que, en principio, no corra peligro de derrumbarse en respuesta a un error mgico. Apenas se instalaron tuvieron la agradable sorpresa de ver a su nueva directora y algunas otras personas llegar con su profesor. Este ltimo era seguido por un pequeo golem que transportaba una caja de caudales cerrada por una cerradura. Los estudiantes se levantaron para saludar la llegada de la pequea tropa. Alishk y Aerouant, recientemente nombrados como miembros del Compendium haban sido invitados no por cortesa, sino para comprender y ayudar. Marzhin se adelant sobre el estrado. - Sintense, por favor. Los alumnos tomaron asiento y se quedaron a la espera de las palabras de su profesor. - Como pueden verlo, la archimaga Anryna nos hace el gran honor de estar presente para este curso y esta acompaada por dos magos del Compendium, que no hace tanto tiempo se contaban entre ustedes. El Maestro mago se dirigi hacia el golem que llevaba siempre la caja de caudales y comenz a quitar el cierre a esta ltima. - Quin puede decirme lo que es la Tergia? Varias manos se levantaron instantneamente. - Le escucho, Armand. Un joven de cabellos negros desgreados salt sobre sus dos pies y se enton la garganta. - La Tergia es una forma de magia particular. Es practicada por sacerdotes y la gente de fe que invoca poderes sobrenaturales por la voluntad de divinidades. El chico se detuv all. - Es una definicin corta, pero justa. Y conoce la diferencia entre la magia tradicional, es decir la que practicamos aqu, y la Tergia ? La respuesta fue inmediata.

- La magia es un poder encerrado dentro de nosotros y al cual podemos acudir conociendo las frmulas, los gestos y los encantamientos mientras que la Tergia es un poder concedido por una entidad superior. Hay pues, que conocer oraciones y ceremonias con el fin de que la divinidad responda nuestra llamada. - Excelente ! Aadi Marzhin, volvindose hacia la asistencia. Los felicito. Pues, la magia es muy diferente de la Tergia en un sentido, pero en ambos casos hace falta un lazo con algo que est en nosotros o por fuera. No somos totalmente capaces de acudir a la magia o a la tergia por muchas razones. En este caso otro problema se presenta frente a nosotros. Marzhin tom de la caja de caudales una gran gema azul y reluciente. - Esta es una piedra de Dragn. alguno de ustedes ha oido hablar de tal gema? Una alumna con los cabellos rubios muy largos levant la mano. - S, Lenya ? - Una piedra de Dragn es un pedazo de la piedra-corazn de Dragn ofrecida por nuestro seor, con el fin de que podamos utilizar su fuerza mgica. - Eso es, respondi el profesor, poniendo la piedra sobre el escritorio. Pues podemos servirnos de un poder que no es mgico, entonces si se sigue la lgica de Armand realizariamos una Teurgia cuando utilizamos este poder externo. Un alumno lo interrumpi. - Pero olvida la entidad superior? - Verdaderamente ? Dragn no es una entidad superior ? - Pero no lo veneramos, aadi otro estudiante. - Es verdad que podemos utilizar las piedras de Dragn sin tener que dirigir nuestras oraciones hacia Dragn. Anryna estaba satisfecha, las respuestas dadas eran justas y sin ninguna vacilacin. - Este curso va a ser particular, ustedes me conocen desde hace algunos aos, ms para algunos, y ustedes saben que me gusta crear sortilegios. Les propongo hoy, que comencemos estudiando un problema y que a partir de nuestras teoras nos hallemos en situacin de dar a nuestra archimaga, la descripcin de un ritual, utilizable y aplicable en cualquier situacin.

Puedo contar con ustedes ? Las caras se iluminaron y los meneos de cabeza le sealaban a Marzhin que s estaban interesados. - Hasta hace poco, la tergia jams represent una actividad muy comn en las tierras de Guem. Si ustedes conocen un poco el trascurso de los acontecimientos que sacuden a nuestro mundo, ustedes saben que la gente del desierto, quienes poseen grandes poderes tergicos, se levantan contra nosotros. Nuestra magia no est prevista para hacer frente a la tergia, y parecera que nuestras facultades son ms dbiles que las suyas. La problemtica es pues la siguiente: cmo la magia podra combatir eficazmente la tergia ? A partir alli, los alumnos trabajaron en varias teoras. Algunas fueron apartadas rpidamente mientras que otras fueron retenidas y desarrolladas. El da pas rapidamente, Anryna y sus compaeros dejaron a los alumnos y a su maestro al diseo del que iba a comvertirse en un ritual de nivel superior. La noche cay sobre la Draconia, pero los aprendices magos no se preocuparon de esto, estaban poseidos por una pasin de creacin devoradora y slo muy tarde, cuando el Maestro mago, estuvo satisfecho del resultado, par all la sesin de trabajo. Despus de un da de descanso, todo el mundo, alumnos, maestros y archimaga fueron convidados a una demostracin del resultado. Para tal ocasin Marzhin haba pedido la presencia de una persona que contaba con los favores de un dios, para prestarse al experimento. En Noz' Dingard los lugares de cultos eran muy raros, pero esta persona acept ayudar a los magos de la academia. Los alumnos presentaron su ritual realizandolo ellos mismos. El "conejillo de Indias" se instal en medio de la gran sala liberada de todo objeto, para la ocasin. Luego un grupo de tres alumnos comenz con los encantamientos mientras que Marzhin, les explicaba el principio a Anryna, Alishk y Aerouant. - Nos basamos en las investigaciones de su hijo y las de Marlok que concernan a los lazos mgicos. Los alumnos dieron por sentado que entre un sacerdote y su divinidad haba un lazo ms o menos fuerte como un mago tiene un lazo con su piedra-corazn cuando tiene una. Adems estudiamos los informes del combate reciente contra el nehantiste. De esto, los alumnos hicieron una transposicin. Para que la tergia se vuelva ineficaz hace falta que la divinidad no sea capaz de or las splicas y asi aislar a los sacerdotes. La archimaga miraba la demostracin, con sus ojos de maga, descifrando cada gesto, cada actitud y cada efecto mgico producido por los alumnos. La idea era buena, pero si esto funcionaba, haba un punto que haba que cuidar. As como en la inmensa mayora de los rituales, haba un maestro del ritual y el resto eran aclitos. Estos ltimos concentraron su fuerza mgica y gracias a un sortilegio de

transferencia le otorgaron ms fuerza al maestro del ritual. Despus de algunos minutos el dirigente sac una piedra del Dragn y lanz un sortilegio vertiendo all su magia. Esto dio por resultado el crear una esfera de gran tamao, la cual englob casi toda la sala. El ritual en si estaba concluido, pero para que el sortilegio fuera mantenido, el maestro del ritual deba mantener el flujo mgico. Marzhin pas la esfera y fue hasta el "conejillo de Indias". - Cmo se siente ? - Extrao, tengo la impresin de ser nico de nuevo. La sensacin es rara. - Me permite ? El maestro mago sac un pedazo de cristal, se levant la manga y se hizo un corte en el brazo. Por favor, acuda a la tergia y asista esta cuchillada. El sacerdote se concentr y rog a su dios como lo haca normalmente. Pero no hubo ninguna respuesta, la prueba fue concluyente. El maestro del ritual estaba agotando su fuerza, Marzhin le avis con la cabeza para que concluyera con el mantenimiento del ritual. El pobre estudiante no poda ms, estaba extenuado. Anryna estaba satisfecha y Aerouant encantado del resultado y del modo en el que los trabajos de magos ilustres haban servido. Alishk fue a ayudar a los estudiantes y los felicit por su xito. En tanto el sacerdote, encantado de poder utilizar nuevamente la tergia, asisti la cortadura del maestro mago. Marzhin explic luego el desarrollo exacto del ritual as como cada etapa. La archimaga sac provecho de esto para plantear sus cuestiones. - Si comprendo bien vamos a tener que mantener el ritual y su duracin nicamente dependera del maestro del ritual ? S, pero preveimos que su fuerza, acumulada con la de Alishk y Aerouant sera suficiente para asegurar una longitud correcta a este ritual. Pero debo advertirle, el ritual de la piedra impide a las personas practicar la tergia, pero siempre sern capaces de salir de la burbuja y de moverse libremente. - Tenemos aliados que asumirn el ataque cuerpo a cuerpo. Anryna miraba su cetro con nostalgia. - Ya tenemos la piedra de Dragn, es hora pues de poner en practica todo esto, en su correspondiente lugar. Agradezca a sus estudiantes, usted puede estar orgulloso de ellos y de su

gran trabajo. Esto me confirma que hice bien, en nombrarle en su nuevo puesto. Por otra parte le confo la academia, ya que habr comprendido, yo misma voy a dirigir el ritual de la piedra. - Le deseo buena suerte en este combate, Anryna.

Los magos del Compendium pasaron el da encargndose del ritual para prepararse lo mejor posible y el da siguiente ya era hora de salir a reunirse con sus aliados. Un portal que llevaba a el bosque de los Eltarites fue creado por Dragn con el fin de no perder ms tiempo porque este ltimo era precioso. Anryna, Alishk, Aerouant y Kounok atravesaron pues el portal y se encontraron instantneamente a das de viajes de ah. El lindero del bosque era tranquilo, la bruma matutina daba un carcter misterioso e inquietante. El portal apareci en la frontera con la Tumba de los antepasados y los Enviados de Noz' Dingard fueron transportados hasta alli. No hizo falta mucho tiempo para que ciertos miembros de los Corazn de Savia vengan a su encuentro para acogerles. Despus de un intercambio de informaciones, los Enviados supieron que los Piratas haban ido detrs de algo importante para ellos y que la "corrupcin" de las tierras de la Tumba de los antepasados progresaba, lenta pero segura. En el otro sentido, el ritual de la piedra fue presentado a la Kotoba y a los Corazn de Savia, los dos principales gremios que se haban quedado para enfrentarse con el enemigo. Las tropas se pusieron en marcha, movilizadas por la esperanza de una rpida resolucin de los conflictos de la Piedra Caida del Cielo. Por su parte, los nmadas del desierto haban montado un campamento y esperaban pacientemente un signo de su divinidad. La paz mental de los lugares fue perturbada por Kararine quien vigilaba los alrededores y vio llegar sobre ellos, al pequeo ejrcito. Sono el zafarrancho de combate y en poco tiempo los nmadas fueron llamados a la batalla, y se encontraron de frente a sus adversarios. La estrategia de ataque en lnea ordenada era la especialidad de Kotoba. Gakyusha haba establecido rpidamente un plan tomando en consideracin las caracteristicas de cada uno. Los guerreros seran la punta de lanza, mientras que los merodeadores rodearan al enemigo con el fin de matar a los sacerdotes que probablemente estaran en retirada. Por ultimo, los magos se quedaran a distancia y protegeran al Compendium, el tiempo que durase el ritual. El Seor Imperial no esper ms tiempo y orden el asalto. Anryna, Alishk y Aerouant comenzaron el ritual. Ambos hombres haban previsto una pequea reserva antes de comenzar, con el ritual de los cristales, en los cuales fueron encerrados por la magia, hacindoles temporalmente mucho mas fuertes. La primera fase del ritual pas bien, Aerouant y Alishk estaban rebozantes de magia, luego su

fuerza se traslad a Anryna que no esperaba recibir tanto de ellos. Pero los sortilegios de preparacin inventados por los aprendices de Marzhin hacan maravillas. Blandio entonces su cetro con sus dos manos y canaliz toda la magia que estaba en ella y la hizo pasar por el cetro. La burbuja de magia apareci, luego creci a una velocidad increble. Englob muy rpidamente el campo de batalla y a la Piedra Caida del Cielo. olmarek y sus sacerdotes se sorprendieron al ver esta burbuja y comprendieron de qu se trataba cuando no se hallaron en situacin de asistir a los guardines del templo. Aislados de su dios, los fieles de Solra fueron rpidamente sobrepasados y el talento de los combatientes del desierto no estuvo a la altura, frente al nmero de los adversarios...

Batalla de la piedra, capitulo 2

El sol brillaba intensamente en el cielo sin nubes del desierto de esmeralda. El calor era insostenible a esta hora del da, y los habitantes preferan recorrer los callejones ms frescos de la ciudad de Ptra. Esta, en otro tiempo era una ciudad floreciente y era el centro de un reino, hoy desaparecido. De aquella magnifica ciudad cavada y esculpida en la tierra roja de las montaas de Ponant, hoy solo quedaba la sombra. Quedaban viviendo en ella, un pequeo grupo de familias que trabajaban en la creacin de joyas a base de esmeralda. Ptra era tambin el dominio de un dios venerado nicamente en este continente y en relacin directa con los insectos hormigueantes en la regin: Kehper, el dios escarabajo. Su templo era un edificio

magnfico y troglodtico baado por la luz que pasaba por la multitud de aperturas en su fachada. La entrada desembocaba en una sala inmensa con un techo increblemente alto. En medio de dicha sala, se encontraba la representacin humanizada de Kehper, un hombre cuya cabeza era un escarabajo, de reflejos azulados y que observaba petreo la eternidad. Por todas partes en las paredes, haba pequeos hoyos de donde los escarabajos sagrados iban y venan. Soraya haba sido designada por Kehper para convertirse en su nueva sacerdotisa y la joven mujer, aunque no le atraa el escarabajo, se sentia honrada de servir a un dios. Por desgracia, se resign de ver a su pueblo irse en busca de una vida menos dura en otras comarcas . Aquel da rezaba para que Kehper le ayude. - Que hicimos mal ? Provocamos tu furia ? Nuestro ro se deseca y nuestro pueblo tiene hambre. Cual es el significado de todo esto ? Es una prueba, un tanto cruel, a la cual tu voluntad divina nos somete ? La joven mujer no esperaba una respuesta, Kehper siempre le haba respondido de otro modo. Slo por signos y tambien con esta facultad para poder controlar los escarabajos. Pero esta vez, parecia que sus oraciones habian sido odas, pero posiblemente no como lo esperaba. - Tu pueblo no hizo nada que pueda enfadar a los dioses, sacerdotisa. En la abertura de la entrada se encontraba un hombre alto. La luz que llegaba por detrs suyo le daba a su llegada un sello singular. Se adelant hacia la sacerdotisa a paso seguro, descubriendo entonces su aspecto. Vestido de tunica y de ornamentos que representaban el sol, su piel era muy oscura como quemada. Contrastando con esto, caian sus cabellos que eran color blanco hueso. Por fin, y para aumentar el carcter increble de su aspecto, dos grandes alas se batan muy lentamente en su espalda. Soraya jams haba visto en su vida, nada como esto, que era de carcter divino sin lugar a dudas. Se levant y fue al encuentro del visitante. - En este caso, dgame a qu debemos toda esta miseria, si esto no es porque los dioses han alejado su vista de nosotros? - Dios te mira y tus actos condicionan el futuro de tu pueblo. Sabes quien soy? Soraya neg con la cabeza. Una lanza nimbada de luz aparecio en la mano del hombre. - Soy Tshepts, mensajero de Solra, dios de los dioses. Impresionada y con la certeza que no se le menta, la sacerdotisa se puso de rodillas para probar su sumisin. - Viniste a anunciarme el fin de Ptra ?

- No, no estoy aqu para eso. Vengo a darte a ti la voluntad de Kehper, servidor de Solra. Si quieres salvar a tu pueblo, escucha su voz y obedece. - Estoy a su servicio. - Debes encontrar Kehpsoun, la cuna de Kehper y recuperar el vaso canope de su encarnacin. Soraya volvi a repasar muchas veces la frase, para comprender bien la implicacin de los actos que se le peda. Kehpsoun era un templo, el primero dedicado al dios escarabajo. En cuanto al vaso canope, los textos consagrados escritos en la piedra arenisca, en el fondo del templo de Ptra contaban los siguientes hechos. Fue en el tiempo de la guerra de los dioses, que se les dio a estos la posibilidad de elegir: capitular o morir. Kehper vio all la oportunidad de establecer, por fin, un panten estable, con un dios capaz de hacer respetar el orden entre sus filas. Pero muchos de los otros dioses y diosas no vieron esto de la misma manera, asi fue como la guerra estall contra los fieles de Solra. Los dioses decidieron tomar forma humana. Numerosas fueron las batallas y muchas encarnaciones fueron vencidas. La encarnacin de Kehper habra perecido enfrentndose con Ayepth dios del mal y esposo de Ptola. Su cuerpo fue devuelto a Kehpsoun. Asi Solra lo homenaje. Su cuerpo fue embalsamado y enterrado en una tumba. Un vaso canope que contiene una parte de su fuerza divina fue encerrado en el templo. Se deca que Ayepth enterr con vida a los sacerdotes de Kehper, en Kehpsoun, cubriendo el lugar con arena para toda la eternidad. - Nadie jams encontr Kehpsoun y... - Usted duda demasiado de usted, usted tiene todo a su alcance, mire, observe y sobre todo tenga fe ! La joven mujer mir a la derecha, y luego a la izquierda pensando que todo se le revelara, pero nada pas. Estara encantada de poder recobrar el vaso canope del que veneraba, pero la tarea pareca imposible. - No olvide quien es usted, Soraya, no lo olvide ! Tshepts dej a la joven mujer con su misin divina, otro destino le esperaba al Solarian, un destino un tanto increble...

Soraya perturbada por esta visita, emprendi un registro minucioso del templo. Todo era viejo y era difcil para ella el encontrar personas para mantener el templo. Haba menos fieles, menos dinero y sobre todo menos personas cualificadas. Haba ms actividad cuando ella era pequea y sobre todo cuando habia ms sacerdotes. Su mentor haba muerto de viejo, cinco aos antes, lo que la converta en la nica y ltima criada de Kehper. El templo era un conjunto de galeras que daba a pequeas salas de oracin o salas de estar, desocupados en su inmensa mayora. Dio la vuelta, sintiendo el estado ruinoso de esta obra arquitectonica. Se fij en el antiguo lugar de oracin, un cuarto que fue abandonado, al comenzar a usarse la gran sala de oracin y que sirvi cuando el templo fue fundado hace ya mucho tiempo. De manera extraa, todo se encontraba en buenas condiciones, tanto las pinturas como las paredes. La decoracin haba sido hecha en base a las viviendas de los escarabajos. Lo que llam la atencin de Soraya fue el nmero impresionante de insectos presentes. Haba escarabajos de todos los colores y de todas las tallas. Bullan sobre el altar alumbrado por una apertura en una de las paredes. Al acercarse, se detuvieron como si observaran los actos de la sacerdotisa. Escudri el altar y encontr en el medio, un dolo de escarabajo en relieve. Ya haba venido aqu, pero no tena memoria de una escultura cualquiera en este preciso lugar. Las pequeas bestias se apartaron del dolo, en el momento en el que tendi la mano para pasar la punta de sus dedos sobre la superficie del objeto, en parte cubierto de arena. Sopl para dispersar la arena y observ a los escarabajos, que por todos lados parecan esperar algo. El dolo, rompi su superficie, que se partio como una cascara de huevo. Pasaba que ciertos escarabajos sagrados pasan mucho tiempo adormecidos en las paredes del templo y el que estaba all se despertaba de un sueo largo, Mucho ms largo, que la mayoria de sus congneres. La quitina de este escarabajo era verde con reflejos arco iris. Soraya coloc la mano delante de l y este subi a ella, ms mal que bien. - Y bien, tu seras Kehperis? El escarabajo sac sus alas y vol, al principio despacio, luego ms rpidamente y acab por colocarse delante de la cara de la joven mujer. - Kehperis ak-toun ik. Soraya comprendi las palabras del escarabajo, la lengua de Kehper. Aparte de algunos antiguos moradores de Ptra y ella, nadie ms la hablaba. Estas palabras confirmaban el estatuto de la criatura. Los Kehperis acompaaban al dios escarabajo en el tiempo cuando ste pisaba la arena caliente del desierto de esmeralda. Soraya no crea verdaderamente en el azar, todo llegaba con un fin preciso. La aparicin de Tshepts, la misin encomendada, luego el Kehperis, hasta la

etapa prxima. Saba muy bien lo que implicaba este descubrimiento, el lazo entre Kehper y sus insectos era poderoso, iba poder encontrar Kehpsoun. - Kehperis, es importante encontrar el vaso canope de Kehper, todava puedes sentir su energa ? El escarabajo se estanc algunos instantes, luego gir en el cuarto antes de pararse delante del pasillo. - Kheks ! Lo que quera decir " asi es ". La sacerdotisa apenas tuvo tiempo de cargar algunos bartulos para realizar el viaje, ya que Kehperis se alejaba del templo seguido por un gran nmero de otros escarabajos. La arena ardiente no detuvo a Soraya, a pesar del cansancio de los dos das de marcha. Su determinacin y su fe fueron el motor de esta travesa hacia el oeste. Atraves una regin donde cortantes rosas de las arenas de esmeraldas se haban formado con el paso de los aos. Sus pies sufrieron de cortaduras y tom parte del tiempo de descanso, con el fin de acudir a la generosidad de su dios. Al tercer da el aire se volvi ms fresco, el ocano no se encontraba muy lejos. Esa misma tarde, Kehperis detuvo su vuelo, se pos sobre un cerrillo y comenz a enterrarse, seguido por sus semejantes. En poco tiempo, desenterraron una puerta de roca grabada por smbolos antiguos. - La entrada de Kehpsoun! Exclam. Gracias a ti, Kehperis. Soraya empuj la puerta, que para su gran asombro, se abri sin ningn problema. Dio un paso para atrs, pues se desprenda de este lugar una presencia funesta. No se desanim y despus de haber encendido una antorcha, entr en el interior. A cada paso, oa pequeos crujidos y al alumbrar hacia el suelo, vio centenares de restos de escarabajos muertos, cuyas conchas eran aplastadas bajo sus pasos. Recorrio un gran pasillo antes de ver los primeros cadveres de sacerdotes de Kehper. Todo esto la entristeci y comprendi por qu haba sentido tantas emociones cuando se abri la puerta. Haban seguido a su maestro, en una muerte, que no poda desearle ni a su peor enemigo. Progres lentamente mirando con curiosidad la arquitectura increble que se le ofreca. Siglos de historia de su culto fueron grabados all, en la piedra blanca, en la superficie extremadamente lisa. Pero esta sensacin de dolor aumentaba a medida que su exploracin avanzaba. Algo la molestaba y comprendi que una fuerza sombra estaba presente aqu. Sus pequeos compaeros no se le separaban, emitan desde su llegada

aqu, un ruido sordo de conchas que se entrechocan entre s. De golpe, estos ltimos se reagruparon delante de la sacerdotisa para formar una pared. Fue salvada por milagro, ya que una jabalina se hundi dentro de la pared, matando algunos escarabajos. La luz irregular de la antorcha le permiti discernir una criatura que se diriga hacia ella. Un hombre, cuyas ropas desgarradas eran los de un gran sacerdote de Kehper, avanz hacia ella a pasos vacilantes. Su aspecto monstruoso la sobresalto. Su piel estaba seca sobre sus huesos y su cabeza era la de una serpiente. - Una maldicin de Ayepth ! Es inmundo ! Los escarabajos se arremolinaban alrededor de Soraya para protegerla lo mejor posible. La reaccin de esta ltima fue rpida y expeditiva. Muy enfurecido debido al sortilegio que lo poseia el sacerdote atac,y Soraya hizo uso de la tergia. El combate entr en su climax, a cada golpe realizado por el sacerdote, ya sea por la tergia o por la intervencin de los escarabajos, Soraya obligaba a la criatura a retroceder y su lentitud jugaba en su contra. La vieja espada herrumbrosa roz cada vez con la joven mujer sin llegar a herirla jams. La cabeza de serpiente gritaba locuras y promesas de una agona eterna y de una muerte lenta. Pero al contrario de la criatura, Soraya tena con ella la voluntad y el apoyo de un dios, lo que la haca fuerte y poderosa. Por su parte, la criatura estaba muerta hace tiempo, no senta pena, clera o sufrimiento, slo debia cumplir con su siniestra misin: matar a todo intruso. El cansancio de los ltimos das se hizo notar en la joven mujer que resoplaba, su corazn lata a alta velocidad y el adversario gan terreno. Delante del peligro, Kehperis abandon temporalmente el combate para ir detrs del vaso canope tan deseado. Atraido como un imn, no tard mucho en encontrar el emplazamiento del objeto. Rasc la arena, se col entre las piedras y accedi por fin al vaso, que percuti con todas sus fuerzas con el fin de derribarlo. El vaso canope rod, girando sobre si mismo, hasta que cay, rompiendo la tapa de barro cocido. Una mirada de pequeos escarabajos verdes salieron de el y asolaron todo a su paso. Kehperis sigui a los escarabajos, que volvan al lugar del enfrentamiento. Los pequeos escarabajos sumergieron a la criatura que fue roda en poco tiempo y de la cual solo quedo el esqueleto. Soraya cay de rodillas, postrandose ante la aparicin de los escarabajos, reconociendo la presencia de Kehper. - Mi vida le pertenece seor. Kehperis se puso delante de ella y a traves de su intermediario el dios escarabajo le habl.

- Tu vida es preciosa sacerdotisa. Te agradezco por la ayuda que me brindaste. Eres aquella por la que todo va a comenzar de nuevo, este templo es en lo sucesivo el tuyo y Ptra volvera a ser aquella que fue. Pero antes de esto, habra que librar una nueva batalla. - Har segn tu deseo. - Debo regenerarme y mientras tanto, debes hacer un viaje largo hacia comarcas sin arena. Kehperis va a acompaarte y cuando te hayas reunido a los tuyos, me reunir contigo. Comprendiste Soraya ? - S seor. - Entonces ponte en camino. El hambre, la sed y el cansancio te sern desconocidos, marchars da y noche, nada podr cortarte el paso, esa es mi voluntad. La joven mujer se levant y sin esperar dej el lugar, seguida por sus compaeros escarabajos. Varios das haban pasado. Soraya oa el canto de la piedra, la voz le peda venir, ayudarle contra los infieles. Pas la frontera de la tumba de los antepasados y por fin la piedra estuvo a la vista. Senta toda esta energa divina que se extenda desde la piedra, purificando estas comarcas. Rode la piedra y lleg mientras que los nmadas se encontraban en dificultades. Una burbuja inmensa y mgica englobaba la piedra, Kehperis le pidi no ir all. Ya era hora de llamar a Kehper. La sacerdotisa tom el escarabajo sagrado y habl en la lengua de sus antepasados. Imploraba a Kehper que veniera aqu, en este momento y a este lugar para restablecer la justicia y combatir a los que queran matarlos. Apoy el escarabajo en el suelo y continu su invocacin. Ciertos Nmadas que se haban replegado, llegaron en aquel momento al lugar donde estaba la sacerdotisa. Eran perseguidos por algunos de sus adversarios. Comprendiendo lo que realizaba la joven mujer, sus compatriotas hicieron frente a sus agresores con el fin de protegerle lo mejor posible. Lodir parti una lanza de mbar en dos, con su cimitarra, mientras que la Esfinge, determinada a desempear su papel, no cedi una onza de terreno. Los guardines del templo sufran numerosas heridas pero se defendan con uas y dientes. Esta piedra era suya y de nadie ms. Sobrepasada por el nmero, la Esfinge se derrumb en su propia sangre, su misin estaba concluida ya que Kehper apareci. Un escarabajo ms grande que una casa surgio en una tempestad de arena caliente. Soraya estaba en trance de pie sobre su espalda. De un cabezaso, la encarnacin de este dios menor

barri a ambos Tipos de Hom' cha como si nada. Luego el ritual de la piedra ces, dejando por el suelo a los nmadas y a la esperanza de la coalicin de gremios de una victoria definitiva. Pero en esta partida de fracasos, Solra pareca llevar la delantera. Kehper concedi a la sacerdotisa el derecho de tomar parte de su energa divina. Soraya se concentr, visualizando a cada nmada del desierto. Una luz se escap de ella y golpe a todos los fieles de Solra, curando instantneamente sus heridas. Anryna y los otros miembros del Compendio estaban agotados, el ritual les haba costado mucha magia. Todo haba funcionado bien, los nmadas estaban deshechos. Pero un invitado de ltimo momento acababa de poner todo patas arriba y era imposible para Anryna el reactivar el ritual, no en estas condiciones por lo menos. Los Nmadas se ordenaron rpidamente y contraatacaron con celeridad, tomando de improviso a la coalicin. Los miembros de Los Corazn de Savia se retiraron a la vista del escarabajo, smbolo de la muerte, para ellos. Gakyusha no pudo retener a sus tropas y perdio su estrategia. Kotoba apret las filas, apoyado por los enviados de Noz' Dingard todava en estado de combatir. Su estrategia, en lo sucesivo consista en evitar las prdidas y ponerse a cubierto. Al cabo de una hora de batalla la coalicin fue rechazada lo ms lejos posible de la piedra, para ellos La batalla de la Piedra estaba perdida.

Cronicas de la Kotoba: Jian Qiao y SenRyaku

El desenlace de la Batalla de la Piedra no fue favorable a la coalicin de los gremios. Los Nmadas en presencia temporal de una encarnacin divina se revelaron temibles. Cada gremio se repleg entonces hacia su patria respectiva con el fin de realizar un anlisis de esta derrota y de reflexionar sobre sus acciones prximas. Por una razn que les era desconocida los Nmadas no persiguieron a los fugitivos sino que se quedaron junto a la Piedra Caida del Cielo. Kotoba encontr refugio en la pequea ciudad de Oka, situada en la frontera de la Tumba de los antepasados y del imperio de Xzia. Gakyusha, herido en la batalla, reposaba en casa del seor Ayao. El resto de los miembros de la Kotoba, que lo acompaaban fueron hospedados en el hostal Kirin duerme. Por la ocasin, haba mucha animacin. Los habitantes empujados por la curiosidad se amontonaban en la entrada con el fin de escuchar las conversaciones a propsito de los ltimos acontecimientos. Xin se haba instalado, al lado de otros, en el fondo del cuarto principal. Amaya, Tsuro, Masamune y SenRyaku platicaban sobre la batalla. Amaya siempre muy despreocupada quera devolver el favor, dandole una patada en las nalgas " a los Nmadas, mientras que Masamune y Tsuro se concentraban en un examen minucioso del desarrollo de la batalla, con el fin de establecer una estrategia adecuada a futuro. SenRyaku escuchaba los argumentos de unos y otros hacindo su propio analisis. Tena dudas en cuanto al futuro de esta guerra. Los Nmadas eran capaces de invocar seres superiores, el equivalente de los Kamis segn su cultura. Y qu podra hacer ella, una simple mortal, contra los dioses ? Comparti con los demas su inquietud, agregando frialdad a un ambiente ya taciturno. - No es tiempo de dudas, querida prima ! La voz fue lo bastante fuerte para que todo el mundo la escuchara. Apartando a los curiosos, una joven mujer vestida de ropaje amplio, blanco y rojo entr en el hostal. Su parentesco con SenRyaku era evidente. - Y bien ! No me saludan ? SenRyaku salt a los brazos de su prima. Hay que reconocer que se encontraba verdaderamente sorprendida de verla aqu. - Jian ! Que haces aqu ? Estas muy lejos de la casa de mi to. El aspecto de Jian Qiao se ensombrecio repentinamente.

- Te contar todo, pero ahora, dice mirando por turnos a Tsuro y Masamune, vengo para presentarme al Seor Imperial, porque recientemente fui nombrada miembro de la Kotoba ! SenRyaku estall de alegra y las dos jvenes mujeres festejaron sin moderacin. - El Seor Imperial no se encuentra disponible por el momento, pero siendo su segundo, usted se presentar conmigo, cort Tsuro. Un " Hum... Hum... " ronco vino a perturbar el intercambio de cortesas. Detrs de Jian Qiao, en el paso de la puerta se encontraba un hombre vestido como un magistrado, luciendo el magatama del emperador. Por un momento Jian Quiao, lo habia olvidado totalmente, sin embargo esta persona era sumamente importante a los ojos del Regente imperial. - Oh, euh, s ! l es el cronista imperial Sima Qian. Al oir este nombre Tsuro, Masamune y Xn que se habian levantado para la ocasin, se inclinaron respetuosamente. - Veo que todava quedan algunas personas que recuerdan el respeto que se debe demostrar a un cronista imperial, dice fulminando con la mirada a Jian Qiao y a su prima. El Seor Imperial sabr de esta flagrante falta de disciplina en las filas de la Kotoba. - Honorable Sima Qian, a que debemos el honor de su llegada ? Pregunt Tsuro. - El Regente imperial desea que la historia de los miembros de la Kotoba sea conocida por el pueblo con el fin de devolverle la esperanza y las ansias de progreso. Voy a quedarme con ustedes para plasmar sus experiencias de vida. Los miembros de la Kotoba se encontraron un poco desorientados con esta noticia. Ambas primas se adelantaron en conjunto, mostrandose voluntarias para comenzar con la tarea. Un poco despechada, Sima Qian acept. - Bien, ya que hay que hacerlo, hagamoslo de una vez... El gerente del establecimiento dispus de un espacio con el fin de que el cronista pudiera instalarse y tomar aliento antes de recibir a Jian Qiao y a SenRyaku. Ambas mujeres se arrodillaron ante el viejo hombre y esperaron pacientemente, como lo requera la tradicin, a que ste se les dirigiese. - Repentinamente las encuentro muy tranquilas y respetuosas de las reglas de cortesa. Supongo que han sido sermoneadas por su superior. Ustedes pertenecen a la misma familia segn las largas historias que me cont Jian Qiao, durante nuestro viaje hasta aqu.

El hombre se mostraba bastante exasperado mientras decia esto. - Entonces, las escucho. Jiain Qiao se aclar la garganta. - Nacimos en el pueblo de Ciam-oi donde nuestra familia vive desde hace tiempo. Ambas vimos la luz la misma noche, una noche de luna llena. Nuestros padres son hermanos y ellos tambin nacieron el mismo da y sus padres tambin eran hermanos. Como consecuencia de este destino extraordinario, tambien crecimos juntas. Muy rpidamente mostramos facultades particulares en las artes marciales y el manejo de las armas. Al su lado, SenRyaku matizaba las palabras de su prima con expresiones de su cara, yendo de la sonrisa a la risa discreta pasando por un entrecerrar interrogante de los ojos. Sima Qian tomaba nota de todo, con frases propias del romancero. - Continen, cuentenme sus hazaas. Ambas primas buscaban una buena historia que contar, cuando Jian Qiao se acord de un momento particular. - Puede ser el ataque de los bandidos de los Montes del Perro Muerto ? Exclam Jian Qiao a su prima. - S s ! Tu cuentas tan bien, esa historia. La joven mujer salt sobre sus dos pies con el fin de hacer poses e ilustrar la historia. Era un da de verano, ese famoso verano cuando el ro de nuestro pueblo casi se seca a causa del calor. Nuestros ancianos jams haban vivido semejante perodo de sequa. Los cultivos y el ganado sufran y el hambre acechaba a los ms dbiles de nosotros. Muchos hombres del pueblo partieron en busca de agua y alimento, dejando a los ancianos, las mujeres y los nios. Aquel da, los bandidos de los Montes del Perro Muerto decidieron venir a pillarnos... Grave error ! Eran una treintena, estas cucarachas perdidas, y armadas hasta los dientes ! No saban que all estabamos mi prima y yo. Los previnimos: vyanse o perezcan. Se rieron, se burlaron y perecieron...

Jian Qiao imit una escena de combate tomando posturas de arte marcial, pelendose contra bandoleros imaginarios. Simulaba cada rotura de hueso, esquivando cada golpe. SenRyaku se levant e hizo lo mismo. - Habamos puesto en tierra a estos malvados cuando el innoble Thang-ye cuya reputacin en la regin lo converta en el peor ser existente sobre tierra, mostr su cara quemada. Pretenda que poda matar a un hombre de un solo golpe de puo y que su soplo era el del dragn. SenRyaku imitaba entonces a una persona horrible y salt sobre Jian Qiao. Se efectu un rpido combate entre las dos jvenes mujeres, luego SenRyaku fingi la derrota cayendo al suelo. - No era nadie frente a nosotros ! As es como los terribles bandoleros de los Montes del Perro Muerto fueron detenidos... Ambas chicas aplaudieron, sonrindose una a la otra. - Muy bien, apasionante. Hay alguna otra ? Pregunt el cronista imperial. Esta vez fue SenRyaku quien tom la palabra. - Una vez hubo un gran incendio en el bosque bonza. Escucho hablar de l ? Sima Qian sacudi la cabeza negativamente mientras que Jian Qiao tena los ojos chispeantes de excitacin. - S, que momento increble ! Mi prima y yo habamos decidido que ya era hora de vivir nuestra propia vida, desebamos ir a Meragi para probar fortuna y gloria. Habamos marchado varios das cuando en el cielo apareci una negra humareda. Empujadas por la curiosidad fuimos a ver de qu se trataba. Y era el milenario bosque bonza de Mishima qu se consuma ! Imagine la escena ? Este mstico lugar protega rboles raros y animales nicos ! No lejos de all, haba un pueblo al borde de un ro. Los habitantes estaban enloquecidos viendo el desastre. Pero nos pusimos manos a la obra. Jian Qiao tom el mando del grupo ms cercano al fuego y organiz una gran partida con el fin de extinguir esta fuerza de la naturaleza. Y all fuimos ! SenRyaku se acerc a Jian Qiao y a Sima Qian y cuchiche. - Pero esto no termina ahi... El fuego no se haba iniciado solo, haba sido provocado y no por cualquiera. Huo haba roto su prisin mstica y haba vuelto a provocar los mayores daos posibles. Jian Qiao tom el relevo de su prima.

- Buscaba problemas... y los encontr. Gracias a nuestro espritu de estrategas, atrajimos a Huo hacia el ro, en el cual lo sumergimos para destruirlo. Resultado de esto, terminamos con numerosas quemaduras, dice mostrando sus antebrazos cubiertos de viejas cicatrices. Sen Ryaku hizo lo mismo para probar su " buena fe ". El cronista imperial estaba silencioso, su pincel apeaba la hoja con flexibilidad y delicadeza. No haba levantado la mirada, solo concentrado en la redaccin de esta primera crnica. No dud un segundo que todo lo que le contaban las jvenes mujeres estaba adornado como era menester, al contar historias heroicas. Se endurecieron, esperando que les pidiera otra cosa. Sima Qian puso sus pequeas gafas sobre la bandeja de madera donde escriba y su cara tomo un aire risueo. - Sus historias estn encantadoras, plenas de vida e increbles. Pero qu hay del incidente Azawa ? A la sola pronunciacin del incidente, las primas lo miraron con ojos terribles, Azawa era para ellas la peor humillacin posible, a sus ojos. - Si se pudiera no hablar de ello, seria mejor. Lanz Jian Qiao muy molesta y visiblemente tmida. Por qu no hablaramos de l ? Despus de todo, esa misin fue un xito. Pero la situacin no fue para nada ventajosa. No hace falta que el pueblo guarde una buena imagen de los miembros de la Kotoba ?

SenRyaku no deca nada. Recordaba muy bien esta misin dnde su prima y ella fueron enviadas para conseguir informacion acerca de un seor Azawa. En esa ocasin fueron obligadas a vestirse " de seoritas " con maquillaje, peinado y quimono tal como lo exiga la tradicin. Su mascarada fue descubierta en el momento en el cual obtenan la informacin y un desemboco en un enfrentamiento que tuvo lugar en los jardines de la morada del seor Azawa, delante de un gran numero de invitados, entre los que se encontraba el seor Gakyusha, supervisor de la misin. SenRyaku y Jian Qiao no se encontraban comodas de pelearse en su atavo y acabaron por encontrarse en paos menores, delante de todo el mundo... - Usted tiene razn, pasemos por alto esta historia, ya tengo suficiente material para mi cronica. Ustedes pueden dejarme ahora, voy a terminar el relato.

Las primas no se hicieron rogar, contentas con no tener que contar esta historia detalladamente. - Crees que comprendi, que le haban contado cualquier cosa. Se inquietaba Jian Qiao. - A mi parecer, habr escuchado otras historias traidas de los pelos. - Puede ser, en todo caso, era muy gracioso...

Tras el rastro del Comepiedras

Anryna, Sevylath y El Rey Trueno haban desaparecido repentinamente delante de los rostros boquiabiertos de Granizardo y sus compaeros. Esto fue tan sbito que tardaron algunos momentos antes de recuperar el sentido. Ergue examin el suelo y su estructura para ver si nada era "anormal". Pouah ! Es por esto que no me gusta la magia ! Es demasiado inestable ! Ahora, si que estamos bien ! Ergue estaba bastante enervado por la situacin. Le habra gustado saber exactamente quin era este personaje y tener una recompensa a la altura de la batalla librada. - Ergue, si sucedio esto, por algo ser. Hacemos mal en quedarnos aqu, ya es hora de continuar, orden Granizardo despus de una rpida revisin del templo. Ojo de gema no se hizo rogar y fue la primera en salir corriendo del templo, al cual habia incluido en la categora " lugares que no volvere a pisar ". Era el primer golpe animico que sufria

el grupo. Hasta ese momento, se encontraban animados por la misin, pero alli empezaron las dudas. Algunos das despus de la desaparicin de Anryna, estas tomaron cuerpo. Recorran los Confines sin ninguna idea certera, de adonde debian ir o al menos a que se parecia el famoso Comepiedras al cual buscaban en vano. Un bello da, Malyss no aguant ms y se quebr - De hecho, Granizado, no sabes nada en absoluto y nos paseas para evitar regresar a tu prisin ! Te valiste de nosotros para liberarte ! El Das inclin la cabeza, contrariado por el cuestionamiento sobre su honradez y los fundamentos de la misin. - Cuervo, tienes la memoria un poco corta, sabes que las tierras de Guem peligran ? Los bosques ancestrales de los Eltarites son amenazados y nuestra unica esperanza es encontrar al Comepiedras, replic Granizardo La tensin aument rpidamente. Sumados Ergue y Ojo de gema que no eran particularmente diplomticos, pronto la situacin se volvi crtica. Fue un viajero, como ellos, quien interrumpi las hostilidades. Un joven hombre se acerc por el mismo camino que seguia el grupo. Su atavo no recordaba a nada conocido. Cuando vio a la pequea tropa, se detuvo al borde del camino no muy lejos de ellos y se instal para alimentarse, sin mas cuidados. Granizardo dej el grupo y fue al encuentro del joven hombre que lo recibi con una sonrisa franca. - Disculpas por molestarlo, pero debo reconocer que estamos perdidos. - Buenas tardes Das, escuche su disputa. - Usted sabe de que raza soy ? - Hay gente de su raza en los Confines. Pero se ve que no conoce bastante de este continente. Cmo podran, ya que ustedes estn perdidos ? El chico revolvi su bolsa y sac un pergamino bastante grueso. Lo despleg con precaucin y descubri un mapa groseramente dibujado. - Estamos aqu, dice apuntando el dedo a una parte del mapa. Hay varios caminos que llevan a diferentes pequeas ciudades. La ms prxima de aqui, esta a algunos das de marcha. Posiblemente deberan comenzar por ah ? Tenga, tmelo, yo se lo regalo. Granizardo regres cerca de los otros aventureros y los anoticio del descubrimiento del mapa.

- Vamos ! Lanz Ojo de gema, encantada que hubiera una ciudad no muy lejos. - No ! Vayamos en otra direccin. Cuanto ms gente se cruce en nuestro camino, ms arriesgamos nuestra misin, aadi Malyss enervado. - No era l, el que nos charlataneaba, dice Ergue con aire suspicaz El Zil tom el mapa y trat de descifrar los smbolos inscritos en l, sin xito. Todo esto reactiv el debate y las disputas prosiguieron cada vez ms, delante de la mirada incrdula del joven hombre. Al final de la tarde, no habian tomado ninguna decisin y el campamento se sumio en un ambiente taciturno y elctrico. Granizardo invit al viajero a que se les uniera, despus de todo era mejor contar con su compaa para sobrellevar el momento tan poco agradable. Era tambien una ocasin propicia para que el grupo aprendiera algo mas sobre los Confines. - Gracias por acogerme entre ustedes, siempre es ms agradable compartir las noches con alguien. Es raro cruzarse con otras personas en los caminos. El joven hombre ech en el fuego un puado de nueces extraas, antes de proseguir. - Los habitantes de las tierras de Guem no tienen ninguna idea de lo que son los Confines, ni donde se sitan. Pero puede ser que esto no les interese, no voy atestarle de mis cuentos. Despus de haber hecho un pequeo gesto con la mano, las nueces que se calentaban en el fuego se elevaron en los aires para aterrizar delante del chico. Las pel con dificultad, al estar calientes y luego se trag su contenido. Tal como nios, Ergue y Ojo de gema pidieron al joven hombre, si no tena mas de esas nueces. Les dio algunas, antes de enrollarse en una manta. - Cul es su nombre? Pregunt Granizardo. - Ciramor, le respondi. Buenas noches "Granizardo". - Espere ! Usted deba hablarnos de los Confines, cort Malyss. - Sera en otra ocasin, estoy cansado. Guarde con paciencia, su ansiedad. El Cuervo protest algunos instantes y se fue a dar un paseo, este da decididamente no era el mejor. Desviado y descontento, Malyss traz rpidamente un plan, no olvidemos que hablamos de un miembro del clan del Cuervo. Ergue tambin suspicaz, se uni al mago para discutir sobre este encuentro. - Crees que nos esconde algo, Malyss?

- Estoy seguro. Este lugar me pone nervioso y pienso que este chico no es un simple viajero. En todo caso, demuestra conocer el lugar, y si acaso nos indica un camino falso? - Dices cualquier cosa ! Ojo de gema interrumpi la discusin. Ustedes no tienen nada ms que hacer que andar de charlataneria ? El caso es que se trata de un viajero, maana nos dir ms sobre lo que sabe, pero mientras esperamos, durmamos, nuestra bsqueda esta lejos de terminar. Malyss y Ergue no dijeron nada ms, pero la disensin en el seno del grupo aumentaba un poco ms a cada instante. Al da siguiente, el sol perforaba las nubes y sus rayos golpeaban los cristales diseminados sobre la multitud de islotes de los Confines. Mientras que Malyss, Ergue y Ojo de gema todava dorman, Granizardo sacaba provecho de un momento de tregua para discutir con su improvisado compaero. Habindose levantado muy temprano, el Das utiliz sus dones mgicos para adivinar la naturaleza de Ciramor. Y el resultado fue muy sorprendente, detect en l una magia muy poderosa. - Usted saba que stabamos all, cierto? - A decir verdad, s, sent su presencia desde su llegada a los Confines. - Entonces quin es ? Debemos temer algo de usted ? El joven hombre se ri - No no, realmente viajo y esperaba encontrar a otras personas para evitar ser el nico en estas tierras. " No me dice todo " pens, " Si la palabra no basta para soltar las lenguas, voy a entrar en accin ". Con rapidez desenvain su daga y se puso en guardia. Ciramor se levant y se desplaz lentamente levantando las manos en signo de paz. - Le prometo que no le hare ningn mal ! Si procurara perjudicarle, habra muerto por la noche. - Usted posiblemente no procura matarnos, sino que usted quiere algo ms. Ciramor se coloc para tener el sol detrs, Granizardo fue deslumbrado y la magia de su opositor se puso manos a la obra. Los ropas de Ciramor cambiaron, y una mscara apareci sobre su cara. Realiz entonces un sortilegio que paraliz inmediatamente a su adversario antes de que ste hubiera tenido tiempo de reaccionar.

- Ahora que usted no puede herir a nadie, sabe que yo... Pero fue interrumpido por Malyss que lo atac sin hacerse rogar. Un cara a cara se desat. Ciramor intent dar a entender al Cuervo que esto era slo para protegerse, pero esto no detuvo al Cuervo quien acudi a toda su magia. El duelo no dur mucho tiempo, Malyss solt su frustracin y su clera. Pero Ciramor se revel temible, su magia no era la misma que la practicada en las tierras de Guem. Su apariencia volvi a ser la del joven chico, la mscara se difumin. Plant entonces su palo en la tierra, luego de un gesto flexible abri un libro que apareci de la nada. Malyss sac provecho de eso para jugar sus ltimas cartas y lanz los sortilegios ms negros de las artes del Cuervo. El palo encantado protega al chico y nada podia tocarlo. Por fin, despus de haber ledo algunas lneas, el viajero chasc su libro y con ello puso fin al duelo, porque en ese instante Malyss no tuvo mas ganas de enfrentarse con Ciramor. Toda su clera y su confusin se haban disipado de su espritu. Granizardo era libre nuevamente, pero tampoco sentia la necesidad de oponrse a Ciramor. Este ltimo recuper su palo emitiendo un suspiro de exasperacin. - Voy a darles respuestas. Pero antes de eso, sepan que para encontrar al Comepiedras van a tener que ser solidarios y formar a un equipo verdadero, sino nunca llegarn all. Sentemosnos para hablar de eso, todava tengo algunas nueces de Zyx, que ustedes parecian apreciar. Despus de haberse instalado alrededor del fuego, Ciramor lanz algunas nueces en las brasas y comenz su historia. En otro tiempo, este continente se pareca mucho a aquel de dnde ustedes vienen. Pero hombres en nombre de una divinidad desconocida atacaron y una guerra estall. Convertidas en campos de batalla de esta guerra, las tierras se pulverizaron, formando grietas inmensas, fallas y otras grietas. Los Confines deben su salvacin slamente a una persona. Ustedes ciertamente la conocen , tambin contribuy a la salvaguardia de las tierras de Guem, hablo de Eredan. Los cuatro viajeros de las tierras de Guem estaban pendientes de las palabras de Ciramor. No describa gran cosa, pero si todo era verdad, Eredan todava tenia muchos secretos por develar. - Veo sus caras interrogantes. Que saben sobre Eredan ? - S solo que gracias a l, fue que Nehant ha sido vencido, pero que en respuesta a esto desapareci sin que ninguno sepa dnde se fue, explic Ergue pelando una nuez.

Y con razn, en ese momento respondi a un grito de socorro de los habitantes de estas tierras. No lograban rechazar a los invasores. El mismo Eredan tambaleo de dolor al resistir slo frente a esta amenaza, y entonces cre una criatura capaz de comprender y resistir a la magia de los invasores, ustedes le llaman Comepiedras pero en ese tiempo, all, llevaba otro nombre. En el momento, de una ltima batalla, las tierras temblaron y explotaron en millares de islotes que se fueron a flotar por los aires. Eredan, el Comepiedras y los pueblos de aquel continente que se convirtio en los Confines haban ganado, pero a que precio ? Golpeado por una extraa afliccin, Eredan morira a fuego lento, por ello se propuso legarles su saber y la guardia del Comepiedras a ciertas personas a las que habra escogido. - Usted es una de estas personas ? Afirm Granizardo. - Mi maestro, hoy desaparecido era uno de los discpulos de Eredan. - Y justamente, que se hizo de Eredan ? Pregunt Malyss. - Suponemos que muri, pero no estamos seguros de eso porque aunque terriblemente enfermo quiso irse de nuevo. Dnde se fue, nadie lo sabe. - Es una historia increble! Esto bien vale la leyenda del Titn, Tengo aqu una aventura que voy a poder contarle a la tripulacin. - Ahora que ustedes saben ms, es su turno de darme informaciones de las que carezco. Por qu buscan al Comepiedras ? - En nuestro hogar, el Comepiedras es una leyenda, esta criatura sera capaz de comer los cristales mgicos ms poderosos. El caso es que un meteoro se estrell en tierras de Guem y desde entonces gente venida del desierto, con poderes desconocidos nos atacaron y defienden esta piedra caida del cielo. Escuchando su cuento tengo miedo en ver que la historia se repite. - Interesante, pero en mi historia no haba meteoro. Ciramor miraba las llamas, los ojos en el vaco. Varios sentimientos se entremezclaban. - Voy a ayudarles a encontrar al Comepiedras, pero debo prevenirles, har falta que ustedes sean muy unidos en las pruebas que van a presentrseles. Eredan no dej al Comepiedras al alcance de cualquiera. Su compromiso ser sometido a un test, la cuestin es entonces: piensan estar a la altura de esta tarea ?

Resurgencia

Capitulo 1: Dimizar
Esta historia se desarrolla antes de la cada de la piedra a las tierras de Guem, a los pies de los montes negros cercanos a Tantad. El hombre marchaba a paso inestable, sus lgrimas golpeaban tan pesadamente el suelo como la pena que invada su corazn magullado. Ya no saba dnde iba y repetidas veces estuvo a punto de caer. Pero nada hubiera podido hacerlo soltar el cuerpo inerte que llevaba. La pena primaba por sobre todas las dems emociones y su razn. March largas horas, perdido en lugares donde nadie se atreva a aventurarse. En plena noche, casi exhausto, se encontr delante de una caleta donde danzaban las lucirnagas. Deposit afectuosamente a la mujer a la cual habia sido unido. Ya las lgrimas haban cesado, ahora su cara se deformaba por terribles sollozos. Con su mano cubierta de rasguos acarici la cara y bes los prpados de la mujer para despedirse de ella. - Podrs, all dnde vas, perdonar mi debilidad y mi impotencia para encontrar el mal que te aquejaba? Te quedars para siempre en el fondo de mi corazn. Tom luego una piedra y la puso cerca de su mujer, luego la segunda, y asi sucesivamente hasta que la tumba estuvo concluida finalmente. La noche se acercaba y el cansancio moral y fsico hicieron presa del hombre. Se durmi, quebrantado para siempre.

- Dimizaaaar... Dimizaaar... No es tu culpa, no tienes nada que ver ! Ha sido el ensalmador qu no hizo nada ! En el sueo, el hombre reviva, una y otra vez, los peores momentos de su corta vida. El momento cuando por falta de dinero, nadie lo ayud y por razones polticas su familia se encontr marginada de su comunidad. La cara de su mujer al principio alegre y plena de vida, y que luego se fue marchitando con la enfermedad que carcomia lentamente su espritu desgarrado. Se despert sudoroso. Comprendiendo que todo esto era muy real, volvi a llorar. - Se fuerte Dimizar, es momento de dar vuelta la cara y mirar hacia el futuro. De donde vena esa voz ? No haba nada excepto l y la tumba de su mujer. Con su cuerpo semi-adormecido se levant como pudo y examin los alrededores con sospecha. Fue a dar con una entrada, en parte escondida por malezas, y que daba a un pasaje en la roca. En tiempos normales no se habra aventurado, en un lugar as, de noche y en medio de la nada. Pero qu tena que perder adems de su propia vida que para l no tena ms sentido? Esta cueva probablemente habia sido tallada por la mano del hombre, porque haba varias escaleras que suban a travs de la montaa. El hombre no vea muy bien, pero sin importar esto, al cabo de un rato encontr su camino en este laberinto de pasillos sombros y hmedos. Cunto tiempo transcurri ? No saba, y se burlaba de esto porque de cualquier modo jams regresara a la ciudad que lo haba rechazado. Una dbil luz le seal la salida, que desembocaba en un lugar que lo sorprendi. Todava soaba ? Delante de l se levantaba una inmensa casa solariega construida de piedras grises, muy sombras. El edificio dominaba lo que debi ser un jardn grandioso, hoy yermo. Por todas partes los cristales sombros se iluminaban con una dbil luz. Lo ms notable era el paisaje alrededor de la casa solariega. De manera extraa se sinti muy bien aqu, como si esta casa solariega lo estuviera esperando. - Entra pues, ests en tu casa, cuchiche de nuevo esa voz, como un eco que resonaba en su cabeza. El interior estaba arruinado. Los muebles estaban recubiertos con un polvo fino y negro y generaciones de araas haban contribuido a la creacin de una tela gigantesca que recorra el edificio. Las pequeas criaturas evitaron al hombre que vena para perturbarles su despreocupada vida. Las escaleras rechinaron, amenazando con ceder a cada paso. El estilo all era muy diferente a los que conoca, todo all era, tortuoso, desmesurado, negro. El hombre lleg a una oficina que fue devastada en otro tiempo. Hojas de pergaminos se mezclaban al

polvo. La persona que vivo all debo ser alguien extremadamente culto a juzgar por los ttulos de los libros que cubran el suelo: Cristalomancia antigua, Pyrocratia - La era de la Reina-rub y otros libros mgicos. - El escritorio, Dimizar, el escritorio ! Relativamente intacto, el mueble estaba cubierto de cortaduras, como rasguos. Los cajones estaban dispersados a travs del cuarto. Sus dedos recorrieron el fondo de la bandeja y se pararon sobre un picaporte, que accion de un golpe seco. Un faldn de la biblioteca, en el fondo del cuarto, pivot con un ruido sordo, abrindose hacia una escalera en caracol. Interminable, el pasaje acababa por desembocar en un gran cuarto tallado en la roca, alumbrado por extraos cristales esfricos. Gemas negras pulidas sobresalan por todas partes, por debajo de smbolos de gran tamao grabados en la roca. En medio de stos se encontraba una persona, o ms bien un cadver en el estado de esqueleto. Alargado en posicin fetal, el esqueleto apretaba algo en sus manos. Empujado por la curiosidad el hombre se acerc y vio el objeto, una piedra negra en la cual estaba grabado un smbolo particular que se repeta por todas partes en la casa solariega y en esta cueva. - Esa piedra es tuya Dimizar, tomala ! Todava esa voz, pero esta vez el hombre tena la impresin de que vena de un lugar prximo. Escuch y tom la piedra. Inmediatamente el hombre se sinti invadido por algo, una fuerza importante y primaria, destructiva y furiosa. El amor, la compasin, los remordimientos... Todos estos sentimientos desaparecieron como barridos al vacio. Despus de haber recuperado el sentido comprendi que no sera nunca ms el mismo, pero esto no le importaba, al contrario, la memoria de sus desgracias estaba demasiado presente. Mir el cuarto, sus ojos se pararon sobre un pupitre donde reposaba un libro cerrado. Se acerc a el. La cubierta se encontraba bajo una capa espesa de polvo que apart con un gesto de la mano. Sobre la pgina de guardia, una escritura fina y resueltamente gtica inscribia " Peridico de Zejabel ". - Zejabel, este nombre no me es desconocido. Decia en voz alta mientras comenzaba a girar las pginas para leer el contenido.

Capitulo 2 : Zejabel y el Espejo


Das despus. Dimizar haba ledo el diario completo. Contena la vida de Zejabel, de cmo haba conocido y seguido a Nhant, su investigacin sobre la magia y de la informacin sobre la

historia de la tierra de Guem en sus tiempos. La ltima seccin del diario fascin a Dimizar. El lugarteniente le cont a Nehant los ltimos vnetos que conllevaron al oscuro final de la guerra. Estbamos tan cerca. La victoria era nuestra y Nehant se convertira en el maestro de la tierra de Guem. Qu sucedi, cmo lleg la situacin hasta este punto? Uno a uno fueron cayendo los terratenientes de Nehant. Nosotros, los que transformamos a las legiones de la cuidad en la civilizacin ms poderosa. Luego el profeta de la maldad profes las palabras del dragn y poco a poco los perros comenzaron a morder y a luchar contra sus amos. Se organizaron y se encontr Eredan, por esto hemos perdido todos los frentes. Amidaraxar, el ms poderoso de nosotros estaba encerrado y las almas flageladas de Xorzar fueron enviadas al limbo Ms tarde... No siento el poder de Nhant, ya no me habla y parece haber desaparecido. Fui a la mansin, uno de los pocos lugares libres de ese maldito profeta. S que l me est buscando y me encontrar pronto si no encuentro una manera de escapar. Al final, Dimizar encuentra en el libro una carta compuesta de varias hojas. T eres el elegido por quin todo empezar de nuevo. Si lees esta carta es porque no has sido destruido por el hechizo que protege mi diario. Por esto t posees mi corazn de hierro, el cual te pertenece. Pas das y noches sin que el profeta me encontrara. La solucin vino hacia m a travs de nehant y lo que le sucedi. Porque ellos estn siendo encarcelados en una roca y luego sellados. Segu el camino y encontr una manera de sellar mi alma, todo mi conocimiento y mi magia, en una roca. T eres yo y yo soy t. Hoy mientras lees estas lneas deberas sentir lo impactante de este ritual y los numerosos cambios. Restos que se vern si apoyas mi poder y si no eres consumido. Es tiempo para la venganza, es tiempo de reformar los rangos y marchar en contra de los nuevos enemigos de Nhant. Ahora es tiempo de dejar mi vida mortal para descansar un momento. En esta carta encontrars la ubicacin del espejo que yo Nhant he escondido de todos en esta mansin. Tambin encontrars mi magia, lo que te convertir en mi heredero. Zejabel.

Dimizar se inquiet con esa carta. Por supuesto que l poda sentir los cambios que ocurran en

l. Descubri poder y el conocimiento que no imaginaba y por ello su forma de pensar ya no era la misma. Sin embargo, eso no le molest, como sea, l vio la manera de vengar a quienes lo rechazaron, llevando a la muerte de su esposa. Examin las otras hojas que resultaron ser las claves mgicas. Instintivamente recit los encantamientos, liberando lo que estaba previamente sellado. Era como si la mansin estuviera despertando poco a poco, como si tuviera una conciencia propia. - Ven a m ahora, Dimizar. Y nuevamente la misma voz estaba en la habitacin. Se dirigi rpidamente y vi un pedazo de pared colapsada, revelando un largo espejo decorado con un marco tallado. Dimizar se acerc y sonri sin saber por qu. Vio el reflejo de un hombre distinto y marcada por su vida pasada. Su barba era abundante y decidi que necesitaba un cambio. Luego el reflejo cambi gradualmente para mostrar una apariencia un poco ms odiosa, con las mismas ropas del mismo tamao. Pero la cara, era la de un demonio, se pas la mano por la cara para estar seguro, nada haba cambiado. Esta imagen no era suya. - T eres Nhant? - Si me nombras as, entonces ser Nhant. Dimizar se inclino respetuosamente - Yo soy tu ciervo obediente, dame una orden y obedecer. - Bueno, bueno, bueno, empezaremos con convertirte en un real Nhantista.

Capitulo 3 : Profeta
Varios meses despus Dimizar obtuvo mucho poder y obtuvo su venganza. Experimentando con sus poderes malficos fue hacia su antigua aldea y slo regres cuando todos los habitantes estuvieran bajo su control. Ahora, esclavos a la voluntad de Dimizar, su nuevo hogar era la mansin de Zejabel. Le dieron un nuevo aspecto. Mientras tanto el nuevo maestro de la casa pasaba su tiempo pensando en cmo ocultar la mansin de los ojos del Profeta. Ya que luego de una pequea investigacin result que l an estaba vivo y representaba una pequea amenaza para Dimizar y sus miones.

Muy lejos, El profeta escrutiaba un cristal muy cuidadosamente. Al lado de l un libro flotaba en

el aire. El cabecilla de NozDingard lentamente daba vuelta la pgina. Haba pasado tiempo desde que el profeta del cristal osmtico haba establecido que despus de la guerra con Nehnt se detectaba un raro disturbio mgico. Intrigado, el hijo Anryna pas todo su tiempo libre para encontrar una explicacin a esto. Mientras pasaban los das, la disrupcin se intensificaba an ms, causndole disturbios. Finalmente, le llegaron noticias. Una aldea haba perdido todos sus habitantes.

Desaparecieron sin dejar rastro. El seor de las tierras donde ocurri este evento no tena ninguna explicacin. Sin embargo, el profeta saba la respuesta hace mucho tiempo. Las memorias no le eran tan lejanas para alguien como l, quin tena la vida ms larga que otros. La desaparicin de esta gente es probablemente obra de un sirviente de Nhant. Pero no estaba seguro que pudiera verlo.

Dimizar saba que haba atrado el ojo del enemigo directamente a ese lugar del mundo. Pero haba aplicado un principio simple: Ningn atentado ocurre sin que l lo prevea. l anticip que sus enemigos, entre ellos el profeta, se veran atrados a esa regin. Luego finaliz el ocultamiento de la mansin, hacindola invisible para quin no ha sido iniciado. En las afueras, el profeta subestim el diario, sin sospechar que en un segundo podra ocurrir lo que vio hace tiempo atrs. Pas das en su bsqueda, revisando, analizando las calles, casas o cualquier seal mgica. Pero no haba nada, ninguna pista, lo que lo perturbaba cada vez ms porque a esa altura debera haber encontrado algo, aunque sea un tipo de manifestacin mgica. En esta caso la nada misma. Un Nhanista haba estado ah, esa era la nica certeza que l tena en ese momento. Volvi a NozDingard, para seguir monitoreando la sospechosa actividad mgica.

Infortunadamente para el profeta, el destino tena otros planes, porque la piedra cay del cielo y Dimizar complet la proteccin de la mansin.

Captulo 4: El Plan
- DimizarDimizar La voz susurraba en la mansin. - Ha comenzado.

El Nhantista baj las escaleras con la certeza de que un cambio iba a irrumpir en el mundo. Una vez que la cueva del espejo irradi la oscura luz roja, smbolo de Nhant. Dimizar se par frente a su distorsionado reflejo, - Las estrellas han anunciado el cambio. Una meteoro caer en el lugar donde todas las fuerzas se encontrarn y competirn. Dimizar percibi una oportunidad. - El meteoro no nos interesa, pero sirve como un factor distractor para armar un plan de ataque. Debes ocuparte de encontrar una manera de eliminar a quin puede detenernos, el Profeta. Para eso, pide ayuda a Zil, entre ellos hay gente que pueden servirnos para la causa. - Bueno, creo que contactar a esa gente. El espejo reflejaba a una versin inerte de Dimizar. El plan ya estaba formulado y los preparativos se veian muy prometedores. Para l, era tiempo de marcharse de la mansin de Zejabel e ir hacia los caminos. Pero antes de eso, todava le quedaba una cosa por hacer. Llamar a las tropas. El primero en regresar de la tierra de Guem era el Comedor de Almas, en los asuntos de Zejabel eran pocos los objetivos que lo inspiraban a hacer algo. Pero leyendo algunos escritos aprendi la naturaleza exacta de las creaturas que conformaron el ejrcito de Nhant: los demonios. Con una de las piedras en la caja, el Nhantista poda invocar este demonio. l no dudo en tratar. Los esclavos terminaron de colocar las velas en el suelo de la cueva donde Dimizar los condujo. En el escritorio, donde haba encontrado el diario, puso un libro escrito en un lenguaje que entenda sin siquiera haber aprendido el idioma. Ley rpidamente los pasajes importantes para asegurarse de lo que iba a decir, luego coloc la piedra en el centro del smbolo de Nhant quemado en el suelo. - T en las entraas de la tierra, escondido de los ojos de los mortales, escucha las plegarias de este sirviente de Nhant. La piedra se encendi, fusionando magia. - T ests sufriendo, eres el problema. La piedra comenz a levitar. - T, que a pesar de los gritos en prisin , an puedes escuchar mi voz. T eres el devorador de almas que yo convoco. Rompe las barreras que estn en tu camino.

La energa mgica que rodeaba la piedra se intensific y comenz a tomar una vaga forma de un humanoide. - Devorador de almas, forma tu cuerpo y ve al campo de batalla nuevamente. Ahora su forma se solidific completamente. El demonio tena largos cuernos de cristal y su piel era oscura, lo que se poda ver dentro de su cuerpo pareca lava. - Eres t Zejabel, quin me llama? Dimizar se acerc sin miedo alguno. - No exactamente, pero l me considera su heredero. - Yo slo sirvo a Zejabel, mequetrefe! - Ah? Supongo que debo demostrarte que lo que digo es verdad dijo Dimizar muy calmado, lo que es sorprendente para una persona que est cara a cara con un demonio. El Nhanista sinti la piedra, que era claramente visible en el centro del cinturn del devorador de almas. La conexin que sali de esta fue hacia el corazn de piedra de Dimizar. La conexin era demasiado pequea para que el demonio pudiera sentirla. Era necesario reactivarlo, tarea fcil para l. Tom su piedra y se concentr en la conexin. El demonio grit cuando se dio cuenta de que no estaba bromeando. Todo esto sucedi rpidamente, el demonio no tuvo tiempo de reaccionar: ahora, estaba atado. - Bien, ahora que hemos aclarado este pequeo malentendido podemos seguir adelante. Luego de unos das, la prisin de la gran ciudad de Archopolis, la ms Este de Tandad, Dimizar se par frente una gruesa puerta de madera donde una creatura esperaba ser ejecutada por los daos que haba causado. El Nhanista no da las mentes inferiores que se cruzaron en su camino. El alcaide, que ahora era su marioneta, abri la puerta. - Dame las llaves y abandona la guardia en la puerta, si alguien pregunta cualquier cosa, inventa una explicacin. Habla ms fuerte. - Hablar contigo. No quiero causarte ningn dao, pero si tratas de hacer algo ser bajo tu responsabilidad.

Mientras deca esto abri la puerta y se meti dentro. La creatura era una mujer, pero por su apariencia se podra decir que haba sido cazada durante toda su vida. Sus ojos dorados brillaban en la oscuridad, su piel era negra como la oscuridad y en la punta de sus dedos, haban pequeas garras. Mir a Dimizar temblorosamente y con lgrimas en los ojos. - Gracias No he hecho nada seor, No tena intencin, lo prometo. Dimizar ri. - Eres una buena actriz, pero yo se lo que eres, tus sentimientos, tu personalidad. Necesito a alguien como t, Prometo que tus habilidades sern bien usadas y no te arrepentirs. La joven mujer dej de llorar, su actitud haba cambiado completamente. - Con tal de salir de aqu, har lo que sea matar, robar o herir a personas. - Excelente. Cul es tu nombre? - Soy Anagrama - Un nombre falso, supongo. - Obviamente, que hars? - Perfecto, sencillamente perfecto. Vmonos, tenemos cosas que hacer. Al da siguiente, no lejos de Archopolis en un bosque que ha experimentado mltiples y horrorosos incendios, Anagrama y Dimizar conocieron a aquellos que seran la perdicin del Profeta. Las conocieron cerca de una casa rodante pintada en morado y negro. Dos chicas con ropas excntricas y piel oscura, quienes estaban discutiendo con un hombre que llevaba una mscara de metal. Cuando Dimizar y Anagrama se acercaron ellos dejaron de hablar, ansiosos al ver la llegada de los nuevos invitados. - Han verificado que nadie los haya seguido? Dijo Dimizar sin saludar. El de la mscara se inclin respetuosamente. - Maestro, gracias por poner inters en nosotros. No hay de qu preocuparse, podemos hablar sin temor. - Perfecto. Escuche de tus talentos como orador, mscara de hierro, Te necesito para una misin muy especial. Pero hablaremos de ellos despus. - Me ensearas lo que sabes?

- Lo har, pero primero prueba que eres digno de ese honor - dijo Dimizar con un tono un poco irritado. Anagrama miraba a las dos chicas, el parecido entre ellas era perturbador. Selene y Silene estaban encantadas de conocerla, le tenan un poco de envidia a Anagrama. Aunque ellas tenan una conexin squica, haba una gran diferencia entre ambas. Las hermanas de Zil eran sombras de Guemelite y Anagrama era Nhant Guemelite, lo que era parecido, pero la diferencia era muy importante para las hermanas. - En cuanto a ustedes mis queridas Damas, tengo una misin importante para ustedes dos. Quiero que se acerquen lo ms discretamente posible a Zil. Cuando lo hagan, avsenme, luego ir con ustedes. Hganlo y sern bien recompensadas. Creo que saben lo que quiero y desde ya puedo decirles que es posible. Las dos mujeres estaban muy emocionadas y llenas de dicha. - Espero que se den cuenta de que lo que va a suceder es muy importante, por lo que necesito que esto sea un xito. El fracaso no est permitido, ni para ustedes, ni para mi, que quede claro para todos. El futuro abarca dos destinos: Muerte o Victoria. Ahora hablar en privado con mscara de hierro, djennos le dijo a Silene, Selene y Anagrama tomaron la oportunidad para hablar. Cuando estuvo a solas con Dimizar, mscara de hierro se quit la mscara que cubra su cara. - Entiendo por qu la usas. Algn da ya no tendrs que esconderla, pero hasta entonces tenemos mucho trabajo. Nuestros enemigos son numerosos y no puedo ocuparme de todos ellos, tenemos que actuar en todas partes. - Que es exactamente lo que quieres que haga? - Primero quiero que ests pendiente de lo que sucede polticamente en la actualidad. Quiero saber qu es lo que come el emperador o qu es lo que discute con sus concejales, S lo del plan de los draconianos. - Considralo hecho. Mscara de hierro, dud y luego resumi - Ests armando un ejrcito que aplastar a estas cucarachas?

- Las cosas estn marchando, pero prefiero mantener un bajo perfil y colocar las piezas del puzle donde debo ponerlas. Sin embargo nuestras filas crecen rpidamente, especialmente entre aquellos que no sospechan nada. Entrgame tu corazn de piedra. El de la mscara de hierro se la present con preocupacin. - No te preocupes, necesito que tengas tu voluntad propia. Marcar tu piedra, nos unir a cierto nivel. S que eres leal y que podemos hablarnos. Si algo nos sucediera, la conexin desaparecer. La mano en la que Dimizar sujetaba el corazn de piedra de mscara de hierro estaba iluminada y luego tom un tono ms oscuro. El joven Nhanista no perdi ni un poco de magia en esta operacin. - Ahora es tiempo de poner el plan en marcha.

Captulo 5: La Muerte de Ishaia


El consejero verdico no poda ms. La sesin del da fue muy animada pero complicada. Los intensos eventos ocurridos en los ltimos meses eran demasiado trabajo para el consejo. Afortunadamente el castillo de Kaes est rodeado de jardines que son especialmente relajantes. El consejero se paseaba respirando el aire freso mientras caminaba por los laberintos de flores y arbustos. La presin bajaba poco a poco y sus pensamientos se ordenaron cuando de repente se tropez con algo o ms bien, con alguien. - Qu es esto? Inmediatamente reconoci el cuerpo sin vida que estaba en el suelo: La consejera Ishaia. - No puede ser! Se inclin rpidamente para tomar el pulso de la joven. Busc en la mueca y en la garganta, sin embargo lo nico que encontr fue sangre por todas partes alrededor de ella. - Ayuda ! Ayuda ! grit. Su corazn estaba acelerado, sus manos le temblaban la consejera Ishaia estaba muerta. Dos meses antes, Mscara de hierro habia estado en un orfanato de nios perdidos, uno de los pocos establecimientos que se dedicaba a educar a nios abandonados y hurfanos. Se le haba informado que all sucedan algunos acontecimientos extraos y que la direccin del centro haba pedido ayuda al consejo. Dimizar y l haban hecho uan especie de maniobras para que el

affair pase por alto, ya que los dos haban sentido la intervencin de una gran magia negra. As se di aviso al orferinato de que alguien envado por el consejo llegara pronto ah. El orfanato en s, era bastante comn. Estaba dentro de una aldea con cinco edificios lo suficientemente grandes protegidos por un muro desmoronado. Mscara de hierro fue recibido como si fuera un salvador ya que el asunto era bastante serio. - Seor, muchas gracias por su apoyo! La dama tena un semblante cansado, pareca que no haba dormido en das. - No es necesario agradecerme, el consejo siempre est a su servicio, estamos financiando parte de este negocio, por lo que estamos preocupados de lo que pudiera ocurrir. - Gracias, muchas gracias en verdad. - Entonces, Qu es lo que sucede? - Varios nios han desaparecido Mscara de Hierro cort - Pero eso es horrible! dijo con un tono de preocupacin fingida, pero creble. - Eso no es todo, el cosinero se ha marchado y hemos encontrado unos extraos smbolos en su habitacin. La discusin continu en el cuarto del cocinero, el cual estaba muy desordenado. En el piso, haba un simbolo en forma de espiral, se notaba que habia sido hecho con un trozo de carbn. Es eso, pens Mscara de hierro. - Miren, esta marca mgica ha hecho desaparecer al cocinero! tendr que deshacerme de ella - Por favor, desde ahora, necesito tener acceso a todos los lugares y la cooperacin de todos, necesitar el apoyo de su gente. - Por supuesto, yo me ocupar de ello. Esto se est moviendo. Una vez slo, Mscara de hierro examin mejor la marca de Nhant. Una ligera magia emanaba de ella. est comenzando a desaparecer. Ni lo uno ni lo otro, son pocos los que pueden utilizar este tipo de magia. As encontrara rpidamente al culpable. El rastro era dbil, pero este Nhanista estaba especializado en este tipo de magia. Mscara de hierro sigui el rastro hasta el final y ms tarde se encontr en el stano de un edificio principal. Detrs de una pila de cajas vacas, estaba el

cuerpo sin vida del cocinero. ahora entiendo porqu el rastro desapareca tan rpido. Al acercarse al cuerpo vio como desapareca un eslabn ms. Rpido Fue hacia otro lado para no llamar mucho la atencin. Cruz el patio y entr en un rea privada del hotel. Mscara de hierro estuvo muy cerca de perder el rastro. Entr sigilosamente en una habitacin. Haba un fuerte olor a pergamino quemado pareca ser magia negra. Cerr la puerta y comenz su bsqueda dentro del armario. Haba un vestido negro, algunos libros y correspondencia, la cual se permiti a s mismo leer.

mi querido aprendizblablabl Firmado, Consejera Edrianne. Ley las cartas otra vez y descubri los asuntos de esa persona. Es evidente que esta mujer haba sido enviada para controlar las finanzas del orfanato y asistir a la directora en sus funciones. Tambin cayeron unas cenizas de una caja pequea. Frot el interior de este y descubri varios smbolos de Nhant grabados sutilmente. El pescado gordo. Volvi a colocar las cosas en su lugar y decidi actuar de noche. Mientras tanto dir que la muerte del cocinero fue un accidente y que es necesario encontrar a los nios. Me faltara explicar el smbolo en la habitacin. De todas formas ya tena un plan. La noche cay rpidamente y todo iba en marcha correctamente. Haba encontrado al cocinero muerto por un trgico accidente. A la hora de la comida, Mscara de hierro se sorprendi al saber que el aprendiz del consejero Edrianne era una joven muy frgil y tmida. Que bien aparenta esa mujer. Mientras tanto, se coloc en contacto con Dimizar para reportar los acontecimientos y dar a conocer al culpable en el casern de Zejabel. Lo que hara al dia siguiente. Los pequeos hurfanos se fueron a la cama con la conviccin de que estaban a salvo con la presencia de un miembro e investigador del Consejo, si supieran la verdad saldran todos corriendo. Mscara de hierro fue se present en la puerta de la culpable y toc. - Si? dijo una voz muy suave Pase. El nhanista entr y una vez adentro pus fijamente su mirada en la joven. Ninguno se movi, pues se examinaban mgicamente el uno al otro. Mscara de hierro fue tumbado por un alma negra. No poda aguantar ms, el sufrimiento en ella era demasiado. l presenta lo que iba a suceder. - T t eres un

- Shh! lo interrumpi ella Cllate! Ahora su actitud no era la de una mujer frgil, sin embargo su aspecto revelaba una de las formas ms generosas y aterradoras de belleza. - Una Nhantista! No podramos hacer negocios sin enfrentarnos? - Mas bien, deberas agradecer que no te elimino, si mi seor y yo no hubieramos intervenido ahora mismo estaras en problemas, pero pens Qu es lo que hace aqu? - No me interesa tu maestro, ahora djame en paz y vete! - Oooh, crees que te voy a dejar continuar? Dime donde estn los nios, espero que estn sanos y salvos. - Oh, no, son tan odiosos y egocntricos una verdadera delicia. - Usted lo ha dicho, yo sirvo a quien tu sirves, sers fcil de someter. Dijo l alzando la voz. La joven comenz a respirar apresuradamente, apretando sus puos. - Bueno, yo te sigo dijo apretando los dientes. Al da siguiente todo volvi a la normalidad. Los nios fueron encontrados y no tenan ningn recuerdo negativo de lo sucedido, como si les hubieran lavado el cerebro. La versin oficial es que los nios salieron del orfanato y luego no encontraron el camino de regreso. Respecto a la joven aprendiz, ella pretenda iniciar su viaje con Mscara de hierro y abandonar su misin original. Sin perder el tiempo ambos se dirigieron a la mansin de Nhant donde Dimizar los esperaba ansioso por el nuevo acontecimiento. La joven se haca llamar Odiosa, era un tema fascinante de estudiar para los nhantistas. El demonio habra aprovechado de un pacto pasado de una joven que no poda integrarse a la sociedad para encarnarse en ella ya que los contratos son contratos, siempre en perjuicio del que lo firma. Odiosa responda positivamente a ello y le haba encontrado a la joven un muy buen trabajo como aprendis de Consejera. El precio del pacto fue muy alto, empez con leves lapsos de memoria,luego prdida de la memoria y termin con la desaparicin de la joven para beneficio del demonio. Dimizar vio que estaba bien jugado de su parte y que son pocos los demonios que salen de la prisin en la que se encuentran. Das ms tarde Dimizar tena un nuevo plan que sacudira al mundo y permitira a los nhantistas apoderarse lentamente del control de una organizacin tan importante como las naciones. El nhantista, convoc a Mscara de hierro y su nueva recluta a una pequea reunin

de trabajo. La habitacin habia sido cambiada hace algn tiempo se haba convertido ahora en un caos, combinacin entre laboratorio y biblioteca. Odiosa y Mscara de hierro encontraron aDimizar estaban frente al gran Casern. - Bien, mi Seor, esto se har de acuerdo a sus deseos Tiene alguna otra recomendacin para este plan? Tom una pose como si estuviera escuchando algo y luego continu la discusin. - Yo dira que dentro de una semana aproximadamente. Para el resto creo que ellos elejiran a un sustituto , pero hasta entonces algunos miembros ya estarn bajo mi control. Dimizar se volvi hacia Mscara de hierro y Odiosa con una sonrisa que demostraba alegra. - Vamos a dar un golpe, un gran golpe! El consejo rige la vida de los gremios, los gremios llevaron a Nhant a la prisin. Debemos tomar el control del consejo y son ustedes dos quienes van a ser la razn de su desgracia. Mscara de hierro, has observado a los diplomticos en el baile de Kastel Draken, creo que mencionaste que alguien senta celos por la consejera Ishaia? - Si seor, Anglica, gusta de Marlok con todo su ser y odia a la consejera Ishaia. - Odio haremos resurgir ese odio, tomaremos el control de esa persona dijo Odiosa impacientemente. - Comprendieron mi plan? De todas formas les explicar como van a suceder las cosas. Mscara de hierro se convertir en el confidente de Anglica y har crecer an ms su odio por Ishaia. Todo esto debe ocurrir fuera de La Dracona, para evitar la vigilancia de Dragn. Una vez listos los preparativos, vamos a presentarle a una de sus fieles amigas, una hechicera que puede hacer pcimas de amor. Segura que a Ishaia no le gustaba Marlok y que ste estaba ciego por un mal sortilegio elle firmara un contrato con esta amiga. Odiosa ya se estaba regocijando, pues saba lo que Dimizar iba a decir - Odiosa, te voy a dictar un contrato. Una vez firmado, tomars la apariencia de Anglica, nadie ser capaz de notar la diferencia entre ella y t. - Pero seor, Por qu no dejar que Anglica mate a Ishaia? - Buena pregunta. Ishaia est protegida por hechizos que Anglica no puede vencer. En cambio yo puedo actuar contra demonios, as que es mejor dejar a Odiosa a cargo, la consejera no ser ms que una nia indefensa.

Dimizar se volvi al casern. -Luego de la muerte de Ishaia habr un espacio libre en el consejo, elegirn al aprendiz que siempre cumple con su trabajo y que solucion los problemas del orfanato. La votacin se har bien para entonces, ya que algunos de los miembros del consejo se sentirn obligados. An tenemos que ver los detalles, pero esas son las pautas generales. El plan del Nhantista se haba llevado a cabo sin ningn porvenir. Anglica e Ishaia paseaban de un lado a otro en los jardines del castillo del consejo. Habran hablado e intercambiado cortesas. - Digame mi pequea Anglica cul es el asunto tan urgente y secreto del que quiere hablar? Espero que no siga enojada conmigo por el acercamiento con tu amigo Marlok. - No, no se preocupe, quiero hablar de algo de mayor importancia, es bastante serio. Creo que usted est en mejores condiciones para resolver este problema. - Bueno, si puedo ser til, estoy dispuesta a dar consejo. Ahora estaban en el lugar deseado lo suficientemente lejos para que alguien los viera y para que nadie escuchara los gritos, en el caso de que los hubieran. Todo sucedi muy rpido. La falsa Anglica haba escondido una fina daga hechizada por Dimizar. Las dos mujeres se enfrentaron, pero Odiosa era superior, hizo un llamado a sus poderes. La daga gir rpidamente y atraves el corazn de la concejera. Anglica retir la daga e Ishaia se derrumb, cayendo de rodillas antes su asesina. - Con una venia a Dimizar Ishaia trat de decir algunas palabras, pero Anglica le puso un dedo en la boca y se volvi para irse. -Shhh, se ha acabado. El demonio dej caer un trozo de tela azul que llam la atencin de la consejera antes de hundirse hacia su muerte. Y as fue como cay la consejera Ishaia.

La ltima esperanza

Un temblor sacudi la aldea. A lo lejos, una estalagmita cedi y se derrumb como un castillo de naipes. Ese fue el primero de muchos. El glaciar Amatista se derrumbada poco a poco. Se reunieron en la comunidad ms importante de la regin, pues la situacin se agraviaba cada vez ms. Las mujeres lloraban y los hombres comenzaban a dudar de su profeta, una tal Yilith. - Qu vamos a hacer? dijo un hombre, evidentemente uno de los cazadores. - SI Profetisa! el hielo se derrite o se rompe qu suceder con nuestro pueblo? exclam el elfo que tena la cabeza ms grande de todas. En ese preciso momento otro temblor se sinti y la escultura sagrada de la aldea se parti en dos. Esta representaba una criatura de un aspecto torturado, atado por una cadena de amatista. Yilith se sinti mal y los otros miembros de la comunidad gritaban con desesperacin. - Yo tengo que ver a Nibelle - Ests seguro? Nibelle dijo que nunca deberiamos ir a verla. - Mi verdad me lleva al crepusculo, debo estar seguro de ello El resto permaneci confundido por la afirmacin de Yilith. El crepsculo anunciaba el fin de la existencia del glaciar amatista, la ansiedad se haba elevado a niveles abrumadores. Yilith no contest preguntas y parti rpidamente, pues el tiempo estaba en contra. Camin durante un

par de das sin parar, impulsado por una voluntad de hierro. Ella estuvo a punto de morir una docena de veces, el glaciar se volva cada vez ms inestable. Luego una tormenta de nieve cay sobre ella como un gato sobre un ratn. Afortunadamente ella solo era capaz de sentir la nieve en sus ojos y el viento en contra que la demoraba. Sin perder mpetu, lleg a la aldea donde viva Nibelle, la vieja elfo de hielos. En ese lugar haba aprendido el arte de la adivinacin y de la comunicacin espiritual. Luego de tantos aos, lo nico que llam la atencin de Yilith fue una carta. El mensaje contena pocas palabras: Ha llegado el momento de dejar a cargo a mi aprendiz, ir donde las almas descansan. Prohbo que se acerquen a ese lugar maldito. Todo el mundo habia respetado esa voluntad, hasta el da de hoy. Finalmente lleg al lugar que conocia hace muchos aos, sin embargo, fue incapaz de reconocerlo. Todo haba quedado reducido a un abismo, un agujero gigante como una herida abierta. La profetisa uso sus poderes para buscar la mejor ruta para bajar, pues senta una presencia divina, una presencia familiar. Nibelle estava all abajo, en algun lugar, quizs en peligro. A ese nivel, el hielo se mezclaba con los cristales de amatista, sufri algunos cortes pero afortunadamente estos no representaron ninguna amenaza para la integridad fsica de Yilith. Cuando finalmente logr llegar a la parte inferior del agujero, vio un pasaje que pareca tallado en hielo. Se decide a intternarse y al entrar estuvo a punto de ser aplastada por una masa de hielo que se desprendi producto de un temblor. Sin mirar atrs encendi una lmpara de aceite y avanz con cautela. El pasaje conduca a una escalera tallada en hielo y desde ah poda escuchar a alguien hablar. Yilith reconoci la voz de la persona que estaba buscando. Sin dudarlo se precipit por las escaleras hasta que lleg a una habitacin en forma de media luna. All una vieja elfo del hielo rezaba de rodillas frente a una gran puerta negra. En su superficie haba seis gemas de diferentes formas y colores. Una de ellas, la de color rojo, haba dejado de brillar y se separ en de arriba abajo. Yilith nunca haba visto algo asi. Avanz con cautela hacia la elfo. - No te acerques ms hija mia, sintate, tenemos que hablar. La anciana elfa no haba abierto su boca, se comunicaba mentalmente. - Qu sucede Nibelle? por qu el hielo se est derritiendo? se apresur a decir - Lo impensable, Yilith, esta sucediendo lo impensable. No tengo la respuesta a todas las preguntas, pero te voy a explicar sobre este lugar. Nuestra vida elfa ha sido golpeada por acontecimientos oscuros, una guerra contra Nehant y sus seguidores, quienes devastaron

regiones completas antes de ser detenidos por Eredan y sus hroes. Detrs de esta puerta cerrada se encuentra Amidaraxar y los tenientes ms poderosos de Nehant. Ellos duermen bajo mi supervisin hace mucho tiempo. - Yo estaba al tanto de esta historia, sin emargo no sabia que se llevaba a cabo bajo las profundidades del glaciar. - Ay!, todo este tiempo han estado drenando el poder de la amatista y la energa contenida en el hielo. Lo extrao es que a medida que se derrite el hielo he ido perdiendo mi capacidad para mantenerlos en prisin. Amidaraxar despierta poco a poco y he perdido la piedra que sella la puerta. - Hay algo que yo pueda hacer? Quizs puedo ayudarte a canalizar la energa. - Ya he agotado todas mis fuerzas. Creo que tenemos que resolver este problema con ayuda externa. Busca a alguien que pueda ayudarnos, explica la situacin Date prisa, no pierdas ni un instante! - Traer a Kyrjas para que te ayude con tu carga. Yilith dej a la anciana Nibelle, luego de una breve parada en su pueblo reuni unas pocas pertenencias y parti. Nunca antes haba cruzado las estalagmitas de cristal que estaban en el lmite entre las tierras fras y las vastas extensiones del desierto, donde residan unos pocos nmadas humanos. No se imaginan la sorpresa que se llev cuando vio que los famosos icebergs de cristal derretidos flotaban sobre el agua. Saba que cerca viva una de las muchas tribus, por su mente pasaron pensamientos devastadores deba actuar con rapidez. Sin embargo el pueblo estaba en pleno apogeo. El lder dio la bienvenida a Yilith y le explic que el rea se haba vuelto muy peligrosa y que varios han muerto en la caza. Pronto se uniran a otro pueblo que estaba a un da de distancia. La profetiza les dio una bendicin para asegurar su viaje y ellos le ofrecieron una embarcacin para que pudiera cumplir ms rpidamente su misin. Zarp al continente en busca de ayuda providencial. Por desgracia la gente a la que concurri no pareca saber nada del asunto. Cruz el imperio Xzia y su instinto la llev hacia el templo de Yafujima. Fue recibida por un moje llamado Toran, quin le dio informacin sobre su historia.

- Hace unos meses, una estrella cay del cielo. Desde entonces el mundo se ha vuelto loco. Los gremios compiten para conseguir la piedra cada y han resurgidos viejos rencores. Esa piedra parece tener poderes desconocidos para nosotros.

- La informacin que me das no es muy importante , creo que buscar esta piedra y me descubrir yo misma de que se trata. - Le deseo buena suerte, que los Kamis la iluminen. - No s lo que son los Kamis, pero gracias. Dijo Yilith Ella sigui las instrucciones de Toran y cruz lugares que separaban de OKIA y las tumbas de sus antepasados. De momentos senta alguna ligera presencia de algo o alguien, escuchaba hablar o mas bien murmullos como un dulce canto. En cuanto ms avancaba, ms claro era el canto. De pronto, vi la piedra cada del cielo, inmensa majestuosa. Habian muchos campamentos por todos lados y sus habitantes estaban alborotados. Se acercaba ms y ms cruzando un camino lleno de gente que delante de un fsico as de increible se dentendran. En desprecupacin total, atraida como una abeja al panal, ella derribo la barrera que nadie hasta entonces lo habia logrado y que rodeaba la piedra, luego puso su mano sobre ella. Ella senta que su alma se sala de su cuerpo y la veia entrar en la piedra. Flotaba en el aire , todo estaba iluminado. De pronto algo se materializa delante de ella, era un elfo de hielo como ella, pero de cabellos blancos como sus ojos.

- He tomade esta apariendia para que no te asustes de mi. - No tengo miedo, que es lo que eres? - Soy la plaga de Guem, enviado para convertir este mundo en polvo. - Es por su culpa que el claciar de Amatista esta desapareciendo? - Quizas si, pero eso no tiene ninguna importancia. - Es importante para mi! Min pueblo sufre por ello. - El sufrimiento no durar, ya que pronto no existirn ms.

- Y crees que nosotros nos dejaremos vencer tan facilmente? No eres nadie! Los que esperaba ya estn ac. Muy pronto volver a salir de aqui y destruir este mundo, no dejar absolutamente nada. - Dejame salir de aqui! - No puedo dejarte ir, tu sers mi primera victima. La luz se intensific , luego Yilith sinti una fuerte agresin, algo increiblemente poderoso trataba de destruirla. Comenz la lucha, pero era como si la quemarn desde el interior.Pero a pesar de ello, la profetiza resisti lo ms que pudo. Recordaba las enseanzas de Nibelle y se concentraba para poder escapar de aquel lugar. Se sentia como expulsada del lugar y solo tuvo tiempo de escuchar unas palabras. -Nooooooo, no escars, no de mi, te... Y ahi, abri los ojos, cansada y cubierta de sudor, retrocede, luego vacila para por fn caer arrodillada y sofocada. El mundo estaba en peligro. Si nadie estaba en medida de detener la plaga de Guem, eso signifivcara el fin...

También podría gustarte