Dia Del Dragon - Richard A. Knaak
Dia Del Dragon - Richard A. Knaak
Dia Del Dragon - Richard A. Knaak
maldita representa
devastada de
otra
tierra
nueva
era
destruccin.
de
oscuridad
Richard A. Knaak
La noche del
dragn
Warcraft: World of Warcraft 7
ePub r1.0
Titivillus 01.04.15
PRLOGO
aplastar a todos!
El dragn redobl sus esfuerzos y
unas venas de color azul oscuro
destacaron al momento sobre su pecho.
El relmpago crepit con ms violencia
an.
De improviso, una suerte de largo y
fibroso lazo de energa plateada lo
sorprendi desde un flanco y se enred
en su extremidad delantera izquierda,
clavndose contra su etrea carne y
causndole mucho dolor.
Zzeraku, sobresaltado, se olvid de
su ataque; el dragn abisal era una
criatura compuesta de energa, por lo
cual aquel lazo debera haberlo
atravesado. Le propin un mordisco con
CAPTULO
UNO
dcada.
Krasus, que se senta cada vez ms
frustrado, desech el orbe que haba
estado observando e invoc al siguiente.
Sin embargo, sus pensamientos seguan
centrados en algo totalmente distinto a lo
que le mostraban aquellos orbes; esta
vez, en Ysera, la ltima de los cuatro
grandes dragones. Le haban llegado
rumores de que en el reino etreo que
ella gobernaba, en el mtico Sueo
Esmeralda, estaban sucediendo ciertas
cosas propias de una pesadilla. Si bien
nadie era capaz de precisar en qu
consistan esas espantosas cosas
exactamente, Krasus comenzaba a temer
que el Sueo Esmeralda fuera un posible
secretos),
nunca
conocieron
su
verdadero yo, slo le vieron en su faceta
de Krasus. Korialstrasz prefera que eso
fuera as, ya que a muchas de las razas
jvenes les habra resultado imposible
tratar directamente con esa bestia
mitolgica.
El dragn, protegido por su magia,
sobrevol aquel fantstico domo y, a
continuacin, se dirigi al sudeste.
Entonces sinti la tentacin de virar
para dirigirse a las tierras del Vuelo
Rojo, pero tal demora podra conllevar
un alto precio. Adems, su reina podra
cuestionar la conveniencia de realizar
aquel viaje, incluso prohibrselo. Pero
Korialstrasz no iba a dar la vuelta ni
desolado?
El skardyn escupi cuando Rom se
le acerc. Su aliento era hediondo, lo
que significaba que era realmente
pestilente puesto que los enanos estn
acostumbrados a los hedores. Entonces
Rom descubri otro cambio evolutivo
que separaba an ms a los skardyns y
los enanos: el prisionero posea una
lengua bfida.
Ninguna de estas alteraciones era
natural, sino el resultado de vivir en un
lugar excesivamente saturado de magia
maligna. El enano lder lo observ con
gesto sombro; su mirada severa era tan
intensa como la sangrienta mirada
carmes de aquella aberracin.
Uzuraugh!
le
espet
el
prisionero. Hizakh!
Rom chasque la lengua.
Pero qu forma de hablar es sa?
Si sigues as, te entregar a Grenda y sus
dos hermanos. Albrech estaba unido a
ellos mediante el gwyarbrawden?
Conoces
esa
antigua
palabra:
gwyarbrawden?
El skardyn se calm. Los enanos
posean muchos y variados vnculos
sociales. Sin duda, su lazo ms fuerte
era la pertenencia a un clan, que era el
elemento social aglutinador ms
importante. Aun as, tanto fuera como
dentro del clan se establecan otro tipo
de vnculos y el ritual del
El skardyn asinti.
Rom ocult su impaciencia. Lo de
Grenda y sus hermanos no haba sido del
todo un farol, a pesar de que saba que
si les hubiera entregado al prisionero,
probablemente no habra descubierto
nada. Si bien es cierto que Grenda
habra hecho todo lo posible para
sonsacar alguna palabra a esa
aberracin tan horrenda, Rom no podra
haber evitado que alguno de los tres se
dejara llevar e intentara cumplir con el
gwyarbrawden, matando as al skardyn
antes de que pudiera hablar.
Rom lanz una ltima mirada a
Grenda para recordarle al cautivo lo que
le aguardaba si no responda, y, a
continuacin, dijo:
Sabemos que tus camaradas le
trajeron algo a la mujer del velo! Ahora
Grim Batol se estremece con el rugido
de algo muy parecido a un dragn a
pesar de que hace meses que no se ve
ninguno por los alrededores! Qu es lo
que trama esa mujer ah dentro?
Crisalun Esa palabra se le
escap de la boca al skardyn con una
voz tan ronca que pareca que el mero
hecho de hablar le supusiera un esfuerzo
terrible
al
que
no
estaba
acostumbrado. Crisalun.
Por las barbas de mi padre, qu
es una Crisa-Crisalun?
Ms grande carraspe el
dracnidos:
Arriba! Rpido! Antes de que se
vaya demasiado lejos!
Los
guerreros
dragones
se
acuclillaron
y,
acto
seguido,
abandonaron de un salto los tneles con
una agilidad sorprendente para su
inmenso tamao. Su lder golpe el
suelo dos veces con el extremo inferior
de su vara y se desvaneci envuelto en
un breve estallido de llamas doradas.
Rom descubri que poda moverse,
aunque fuera de manera torpe y cansina.
Poco a poco, fue a comprobar en qu
estado se hallaban sus compaeros:
haba al menos tres muertos y unos
cuantos heridos. Dudaba que los
CAPTULO
DOS
ientras
Korialstrasz
sobrevolaba
Lordaeron,
procuraba no prestar atencin a la
agitacin que reinaba all abajo, ya que
su intencin era llegar al extremo
opuesto de la baha de Baradin sin la
menor demora. Era de vital importancia
que alcanzara la baha cuanto antes. El
dragn no deba inmiscuirse en ninguna
batalla de la eterna lucha contra la
Plaga. Eso deba dejarlo en manos de
otros defensores. l no poda
involucrarse en algo as
Sin embargo ms de una vez el
inmenso dragn rojo no cumpli su
propsito. Korialstrasz no poda
travesa
El forastero sali de all tras
haberse dado la vuelta con un
movimiento gil y elegante. Mientras la
puerta se cerraba tras l, observ en
torno y luego tom la direccin que el
posadero le haba indicado. El cielo
haba oscurecido y, aunque era muy
poco probable que el maestro de
muelles quisiera partir aquella noche,
eso no importaba.
Algunas siluetas corrieron a
esconderse en los edificios ms
cercanos y otras salieron disparadas de
ellos a su paso. El forastero no les
prest ninguna atencin. Mientras no
interfirieran en su misin, no eran de su
incumbencia.
Un mar oscuro surgi ante l de
repente. Por primera vez, la figura
encapuchada titube.
No queda ms remedio, concluy.
Debemos probar una estrategia tras
otra
A pesar de que haba barcos bastante
grandes anclados en las cercanas,
ninguno era lo que el forastero buscaba:
una barquita que pudiera manejar un
solo marinero. Tres barcas castigadas
por el paso de los aos, cuyos
excelentes acabados eran un mero
recuerdo desde haca largo tiempo, pero
perfectamente aprovechables se mecan
en el borde el agua. Con toda seguridad
bucaneros.
No tenemos nada contra ti,
Vertipeluca mascull uno de los
integrantes del tro; el que en la posada
se haba mostrado ms interesado en el
recin llegado. Slo tenemos un asunto
pendiente con nuestro amigo
El forastero se gir lentamente hasta
hallarse cara a cara con los bucaneros;
entretanto, ech hacia atrs la capucha
para que quienes tena delante pudieran
ver el rostro que sta ocultaba. Una
larga melena azul cobalto le cubra el
semblante y los hombros; adems, dos
cuernos orgullosos sobresalan de
ambas sienes
Los tres parroquianos dieron un paso
vicio.
Nos gustan los vicios, verdad,
colegas? replic el lder.
Sus compaeros expresaron su
acuerdo con un gruido; la avaricia
haba superado a la estupefaccin que
haban sentido hasta entonces al
descubrir la verdadera naturaleza del
ser que tenan delante.
Acabemos con esto antes de que
los gendarmes se enteren de lo que
ocurre urgi uno de los piratas.
No rondarn por aqu en un buen
rato gru el primero de ellos. Pero
lo cierto es que no me apetece tener que
sobornarlos con lo que saquemos de esa
bolsa, eh?
vaca marina?
El
otro
maleante
parpade
asombrado.
No lo s acert a decir y, a
continuacin, mir estupefacto a aquella
mujer tan alta. Me ha hecho algo!
Acto seguido, Dargo se volvi hacia
ella apretando los dientes con fuerza.
Maldita maga! ste ha sido tu
ltimo truco!
Tales no son mis menesteres.
apostill, pero ni Dargo ni sus amigos
la estaban escuchando.
Los bucaneros se abalanzaron sobre
ella, con la esperanza de que si
reaccionaban con rapidez, la forastera
no podra lanzarles ms hechizos. El
CAPTULO
TRES
muchas
amenazas
naturales
y
antinaturales que actuaban a modo de
barrera que impeda a los numerosos
intrusos
alcanzar
Grim
Batol.
Crocoliscos de seis patas acechaban en
el agua y tribus de gnolls (quienes
teman por encima de todo a Zendarin y
a aquella dama) vigilaban los
alrededores por si algn necio se
aventuraba demasiado. Entre los
guardianes
ms
horrendos
que
custodiaban la montaa estaban los
mocos, unos villanos gelatinosos que
absorban todo animal que se pusiera a
su alcance, y los raptores, que habitaban
las ridas tierras del noroeste y daban
caza a toda presa que se cruzara en su
camino.
Tan lleno de vida, tan lleno de
muerte, pens Zendarin. Si bien Grim
Batol palideca en comparacin con el
glorioso reino boscoso al que estaba
acostumbrado; un reino al que ansiaba
regresar en cuanto hubiera obtenido lo
que buscaba.
Zendarin,
tras
reprimir
una
maldicin por las tribulaciones que tena
que sufrir para incrementar su poder
mgico, sigui a la mujer del velo. l y
los dracnidos haban dedicado la
ltima noche a perseguir unas presas que
consideraba tan valiosas que haba
permitido que los dems enanos huyeran
a toda prisa a esconderse en sus
ha
podido
ocurrir?
pregunt
retricamente, mientras contena las
ganas de utilizar un lenguaje vulgar, ya
que era consciente de lo que ella poda
hacerle si la encolerizaba.
La mujer del velo ya haba matado a
dos asistentes ms cualificados por
infracciones poco importantes y, aunque
el don de aquel elfo de sangre era una
pieza clave en sus planes, ste saba que
deba andarse con sumo cuidado. Si bien
la aliada de Zendarin estaba bastante
perturbada eso no le impeda ser al
mismo tiempo brillante.
Los dragauros que los vigilaban
son demasiado despistados. Se les dijo
que ambos podan ser inmunes a ciertos
huevo?
Como siempre, no? Aaah aqu
lo traen
En ese instante, cuatro skardyns
hicieron acto de presencia en el nivel
inferior de la caverna. Los enanos
cubiertos de escamas gruan a causa
del esfuerzo que estaban realizando al
cargar en alto con un huevo enorme con
ovalada un huevo de casi un metro de
largo. Era grueso, gris y estaba
recubierto de una sustancia viscosa y
pringosa que goteaba y empapaba a sus
portadores. Estaba claro de qu clase de
huevo se trataba.
Era un huevo de dragn.
Que se den ms prisa! urgi
oscuras.
No era la primera vez que las
habilidades de la mujer del velo
asombraban al elfo, a pesar de que ste
haba vivido muchos siglos y alcanzado
metas muy difciles.
Se reuni con ella en el nivel
inferior de la caverna, justo cuando los
skardyns colocaban el huevo sobre una
plataforma de piedra situada frente al
prisionero. En ese instante, el dragn
abisal cautivo profiri un gruido
apagado, que divirti a la dama de
negro.
Ay, qu carcter, qu carcter
le arrull la mujer del velo, como si
fuera un nio.
desvaneci.
nete a m, querido Zendarin
El elfo se puso a su lado de buena
gana e invoc las fuerzas mgicas que
dominaba para que se sumaran a las de
la dama de negro, para quien el elfo de
sangre era un aliado muy valioso por las
habilidades innatas que posea por el
hecho de pertenecer a esa raza; por eso
le permita a Zendarin exponer, hasta
cierto punto, sus quejas. El elfo aportaba
una magia idnea para los fines de ella,
puesto que consista en absorber (como
si de un vampiro se tratara) la energa
de los demonios y dems habitantes del
Vaco
Abisal.
Zendarin
era
excepcionalmente diestro en ese campo;
haba
crecido
de
manera
desproporcionada
Y, en efecto, de improviso, apareci
una grieta en uno de sus laterales.
Pero eso no le enfureci ni le
contrari, ya que, al instante, tuvo claro
que aquella fisura no era obra suya; al
menos no directamente. Ms bien, la
causa poda hallarse dentro una causa
que ansiaba liberarse.
El huevo se estaba abriendo.
Bajo el fulgor del huevo posedo, el
semblante de la aliada de Zendarin
resultaba an ms monstruoso que el
rostro deforme de los skardyns. Su
expresin tena algo de inhumano lo
cual no resultaba sorprendente, puesto
hiciera.
Se arque y se lanz en picado a las
embravecidas aguas.
En cuanto se sumergi supo que
haba cometido un error, pero ya no
haba vuelta atrs. A pesar de su aguda
vista, Korialstrasz apenas lograba
atisbar algo. Las aguas de la enorme
baha se tornaban negras a escasos
metros por debajo de l; eso tampoco
era un fenmeno natural. Un monstruo
varias veces ms grande que l podra
haber emergido en ese momento para
engullirlo y el dragn no lo habra visto.
Para algunos dragones el agua era su
elemento natural, pero los dragones
rojos eran criaturas del cielo; sin
peligrosamente.
No haba otra opcin. Apesar de que
estaba al borde del desmayo,
Korialstrasz exhal por ltima vez con
las pocas fuerzas que an le quedaban.
Como el mar ya no lo protega, la
poderosa llamarada abras al kraken. El
monstruo marino dej escapar un
chillido escalofriante mientras soltaba al
dragn y regresaba al agua. La ola que
provoc al zambullirse lleg a la altura
de la cola de Korialstrasz.
A pesar de la victoria, el gigante
rojo no se dej llevar por el regocijo.
De hecho, an segua haciendo mprobos
esfuerzos por mantenerse consciente.
Aunque se senta extremadamente dbil,
CAPTULO
CUATRO
tengo ante m.
El hombre se inclin un poco ms
sobre la baranda, revelando que portaba
un peto deslustrado; lo cual indicaba que
era un oficial. A pesar de la barba, era
joven para ostentar ese rango, puede que
tan joven como ella. Las ltimas guerras
haban sido tan cruentas que el nmero
de guerreros veteranos facultados para
luchar
haba
disminuido
considerablemente en ambos bandos.
Slo quiero desembarcar en el
puerto de Menethil replic la mujer.
Me concedes permiso?
La sacerdotisa omiti que iba a
desembarcar en tierra fuera cual fuese la
respuesta de aquel hombre.
Guapiedra.
Al escuchar esas palabras, el enano
esboz una sonrisa cmplice.
No; simplemente, cumplo con mi
obligacin. No saldrs de esta ciudad,
aunque para evitarlo tenga que
encerrarte en una celda, seora. Las
rdenes son rdenes. Nadie va a
abandonar Menethil. Lo hacemos por tu
bien.
Hablaba muy en serio, tanto al
afirmar que le prohiban proseguir su
viaje por su bien como, sobre todo, al
advertirle de que acabara tras unos
barrotes si fuera necesario. Iridi medit
cuidadosamente su respuesta; no
obstante, la advertencia del enano no
tiempo.
El cristal de mayor tamao refulgi
con ms intensidad an, y, de inmediato,
un monstruoso coro de siseos y
bramidos asol sus odos. Entonces,
Iridi, pudo al fin contemplar contra qu
combatan los enanos.
Si bien tenan aspecto de reptil,
caminaban como bpedos. Sus patas
delanteras acababan en unas garras
afiladas y curvas capaces de rasgar con
gran facilidad la ropa, la carne y,
probablemente hasta una armadura. La
mayora de ellos era de color rojizo con
vetas amarillas y todos llevaban lo que
parecan unas bandas adornadas con
plumas alrededor de las muecas y de la
garganta.
Retrocedieron al unsono al verse
sorprendidos por aquella luz que
resultaba cegadora para sus rasgados
ojos de mirada fiera. Los enanos, que
estaban de espaldas al cristal, supieron
aprovechar con celeridad la ventaja que
les brindaba ese ataque lumnico
inesperado. Al instante, arremetieron
contra el grupo de reptiles, blandiendo
sus hachas con fuerza. Sus pesadas hojas
rasgaron
las
pieles
escamosas,
derramando entraas y fluidos vitales.
Tres de aquellos temibles reptiles
cayeron al suelo, dos de los cuales
fueron despachados con celeridad por
los defensores de la ciudad. Sin
CAPTULO
CINCO
orialstrasz se despert y se
percat de que se haba quedado
dormido.
No debera haberlo hecho.
Acto seguido haba adoptado el cuerpo
de Krasus as como su vestimenta.
Bajo esta nueva forma examin con
detenimiento todo cuanto lo rodeaba,
una cueva irregular situada en la ladera
de una colina desolada que daba a una
regin
pantanosa.
Krasus
supo
inmediatamente dnde estaba, aunque
segua sin recordar cmo haba llegado
hasta all.
Los Humedales se encontraban cerca
de su objetivo, pero no en el camino que
Al principio, la oscuridad lo
dominaba todo, pero poco despus
algunos fragmentos de imgenes fueron
apareciendo a medida que se adentraba
en las cavernas. Sin embargo, se llev
una gran decepcin en cuanto tuvo ante
s la primera imagen ntida y completa
del interior de Grim Batol pues lo nico
que vio fueron estalactitas y estalagmitas
envueltas en sombras. No obstante,
tambin divis algunos huesos en la
cmara; se trataba de restos de orcos,
que sin duda alguna llevaban all desde
la batalla en que los guerreros verdes
fueron expulsados de Grim Batol.
Como la sensacin de maldad era
demasiado intensa para ser ignorada,
plano fsico.
Krasus volvi a intentar huir en
vano. Cada vez estaba ms convencido
de que quienquiera que le hubiera
tendido aquella trampa lo atacara de un
momento a otro. Pero no ocurri nada.
La trampa pareca haber cado en el
olvido tras haber sido tendida en su da.
Krasus saba que deba librarse de ella
lo antes posible. Se concentr en la
imagen de su cuerpo e imagin que su
mente moraba otra vez en l.
Sin embargo, sigui sin suceder
nada. El dragn mago se detuvo un
momento a pensar y luego centr su
atencin en intentar localizar la matriz
del hechizo que lo retena en aquella
arcanas.
Aunque todava estaba por ver si el
ardid funcionara o no.
Krasus sinti los latidos de su
corazn. Un corazn que ya lata en una
poca en que la raza de los dragones era
muy joven; que haba sido testigo de la
cada y auge de la raza de los elfos de la
noche, y tambin de cmo los demonios
de la Legin Ardiente haban atacado no
en una sino en dos ocasiones, y haba
visto cientos de tierras arrasadas.
Ahora, a travs de la concentracin
mental,
intentaba
ralentizar
sus
pulsaciones hasta llegar a detener su
corazn.
Perciba sus latidos a pesar de la
apuros.
En ese momento, una masa enorme
de forma imprecisa surgi entre las
estalagmitas. Krasus slo dispona de
segundos
Su cuerpo se estremeci presa de
una gran conmocin, pero no era debido
a su intento de escapar. No obstante,
gracias a ello, la mente del dragn mago
logr abandonar Grim Batol justo
cuando el Comemagia estaba a punto de
atraparla.
Acto seguido, el mago descubri que
acababa de sustituir a una criatura
hambrienta por otra.
El crocolisco lo haba cogido de la
pierna y lo arrastraba hacia las aguas
ensangrentadas.
La sangre dej de manar y la agona
que senta se desvaneci en parte. Las
heridas ms pequeas que haban
abierto los dientes de crocolisco
menguaron, y los bordes de la herida
ms grande se fueron cerrando poco a
poco.
Krasus no se cur slo esos cortes.
Corra el rumor de que recientemente se
haban
descubierto
crocoliscos
venenosos. Aunque no saba de dnde
haban surgido aquellos rumores,
prefera no correr riesgos. Conoca muy
bien los peligros que podan acarrear
las toxinas de los repugnantes dientes de
un crocolisco. En su forma actual, era
seres como l.
Un patrn comenzaba a emerger de
ese cmulo de circunstancias; un patrn
que inquietaba seriamente a Krasus,
sobre todo porque desconoca su origen.
No obstante, estaba casi seguro de
que esperaban su llegada.
As que alguien me aguarda, quiz
alguien como yo. Alguien a quien le
gusta jugar.
Pero, quin?
Habr que esperar para saberlo,
se dijo a s mismo.
Si su desconocido adversario quera
jugar, Krasus era un experto en esas
lides. No importaba que supieran que
llegaba,
puesto
que
acabaran
volvi y
comprob que lo que tena
delante no era uno de esos depredadores
del agua sino una masa espantosa y
gelatinosa que avanzaba hacia los
enanos. Dentro de su temblorosa forma
flotaban varios objetos, sobre todo
huesos.
Cuidado! grit Rom. Un
moco!
De inmediato, uno de los enanos ms
jvenes de su grupo se abalanz con
mpetu sobre aquella forma macabra
antes de que su lder pudiera evitarlo.
La hoja del hacha se hundi en la
sustancia viscosa de tal modo que el
impulso lo lanz de frente contra esa
cosa gelatinosa.
Aquel engendro de pesadilla
absorbi al cazador en su interior.
Rom profiri
un grito
de
consternacin y, tras alzar su arma con
la mano que le quedaba, carg contra la
criatura. An recordaba con horror a
ciertos enemigos similares con los que
se haba enfrentado en la regin de
Marjal Revolcafango. Si quera salvar a
su compaero, tendra que actuar con
rapidez.
Rom hiri al monstruo en un costado
con una estocada experta, pero la marca
que haba dejado su hoja sobre el
monstruo se desvaneci de inmediato. El
enano se maldijo por haber intentado
guerreros.
Rom se gir.
Si no fuera manco, habra perdido la
mano en ese momento. El mun
cauterizado fue absorbido por la forma
temblorosa de un segundo enemigo y al
instante sinti cmo se le quemaba la
carne.
Profiri un grito, e intent liberarse,
pero la masa gelatinosa y rezumante no
lo soltaba. Se imagin que iba a morir
como el otro enano, cuando
De improviso, de entre las copas de
los rboles surgi un proyectil flamgero
que impact en la criatura que aferraba
el mun de Rom. ste esperaba que la
sustancia rezumante lograra apagar las
pira
funeraria
contest
Rom,
intentando ver el lado bueno de aquella
funesta situacin.
A continuacin mir a su alrededor e
intent calcular la direccin desde la
que haban sido disparadas las flechas.
Entonces, vio algo por el rabillo del
ojo que le oblig a girarse. Grenda se
puso tensa; obviamente, pens que otro
monstruo estaba a punto de atacarlos.
Pero fuera lo que fuese lo que Rom
haba visto, ya no se hallaba en su
campo de visin, razn por la cual solt
un juramento.
Qu era? Qu has visto?
No he podido verlo con claridad.
Slo haba entrevist una vaga
CAPTULO
SEIS
st cerca.
Zendarin alz la vista y dej de
mirar al foso que llevaba una hora
contemplando, maravillndose una vez
ms ante lo que l y la dama de negro
haban logrado.
Quin? inquiri el elfo de
sangre.
La dama del velo se le acerc y
observ asombrada lo que haba debajo;
acto seguido mir al elfo de sangre.
Aqul
al
que he estado
aguardando. Ha superado las pruebas
que dispuse en su camino, lo cual
demuestra que es l; cualquier otro
habra perecido o se habra dado la
ptrea y aadi:
Como tu maldito padre habra
querido.
zona.
Acto seguido remontaron el vuelo al
unsono hacia el cielo crepuscular en
direcciones diferentes, pero todos ellos
con el mismo objetivo: alcanzar Grim
Batol.
El plan de Korialstrasz entraaba un
grave riesgo. Las copias eran algo ms
que un mero espejismo; para que el
ardid funcionase, a todos y cada uno de
ellos les haba imbuido un poco de su
esencia, lo justo para que cualquiera que
los observase se preguntara cul era el
verdadero dragn. Sus rivales tendran
que malgastar as un poder precioso
para determinar cul era el genuino, y
para entonces, el autntico Korialstrasz
alejaban.
Al rato sigui avanzando por
aquellas tierras, sabedor de que a
quienquiera que le estuviera observando
le llevara probablemente mucho tiempo
deshacerse de los dragones falsos. Y
para entonces, el verdadero dragn rojo
ya se habra infiltrado en la espantosa
montaa.
Una gran diversidad de criaturas
nocturnas se cruz en su camino, pero
esta vez ninguna de ellas se percat de
su presencia. Krasus mir con disgusto a
un crocolisco que nadaba en aguas
cercanas y ni se inmut al verlo. No
guardaba rencor a aquella especie, a
pesar del tremendo dolor que haba
proteccin
que
deberan
haber
neutralizado prcticamente cualquier
ataque mgico conocido haban fallado,
y no supo el porqu hasta que se percat
de que las energas concentradas en
aquel cristal no se asemejaban en nada a
las magias arcanas de Azeroth.
Slo entonces Krasus comenz a
sospechar quin podra ser su enemigo.
Por desgracia, careca ya de fuerzas
para mantenerse en pie, y mucho menos
para hablar. Le flaquearon las piernas,
se tambale y cay al suelo.
En ese momento, la silueta
embozada en una capa le clav la punta
de un pie y de la vara en un costado.
Dnde est? pregunt con una
verdad. Demasiada.
Acto seguido, la mujer apart la
vara, que se desvaneci al instante.
Y el dragn mago asinti presa de un
sbito inters por aquella desconocida.
Rara vez me he topado con un
sacerdote o sacerdotisa draenei, y jams
haba visto a nadie que portara tal
regalo de los prodigiosos naaru.
Las dudas que hasta entonces haba
albergado la sacerdotisa se disiparon.
De inmediato se ech la capucha hacia
atrs, revelando a una de las draenei
ms jvenes que Krasus haba visto
hasta ese momento.
Por tu tono de voz s que dices la
verdad. Me llamo Iridi se present
la causa de la vida.
Krasus estaba cada vez ms
impresionado con la sacerdotisa. Haba
adquirido todos esos conocimientos
sobre l tocndolo una sola vez. Y se
dijo a s mismo que si en el futuro un
draenei le peda que le dejara tocarlo
con la palma de la mano, no deba
permitrselo bajo ningn concepto.
No obstante, Krasus por fin
comprenda cmo alguien haba podido
seguirlo a pesar de los conjuros de
proteccin que haba preparado, y jur
que a partir de ese da sera invisible
incluso para los draenei; aunque todava
quedaba por resolver la cuestin de qu
estaba haciendo la sacerdotisa en
cerca.
Al no ver nada, decidi que haba
llegado el momento de huir de aquel
lugar.
Mi seor! exclam, y acto
seguido lo agarr por los hombros y lo
sacudi sin miramientos. Mi seor!
Krasus!
Presa de la desesperacin, grit al
fin:
Korialstrasz!
El mago dragn se estremeci, pero
no se despert.
La draenei presinti an ms
intensamente la inminencia de un
desastre. Como no poda hacer otra
cosa, levant como pudo a Krasus para
CAPTULO
SIETE
Ahh,
qu
bocaditossss
tan
ssssuculentosss bram una voz
monstruosa, que reson en los odos de
la sacerdotisa como un trueno.
Tenemosss tanta hambre
Sss essstamosss hambrientosss
contest a modo de eco una segunda
voz con la misma ferocidad. Hace
tanto tiempo que no comemosss
Mucho tiempo recalc el
primero, el cual pareca hallarse justo
encima de la draenei.
En aquel lugar, el cielo brillaba con
un color prpura realmente perturbador.
Ese color al parecer era el reflejo de
una criatura gigantesca.
Se trataba de un dragn de tales
a Krasus.
Le mostr su vara con gesto
amenazante al engendro que haba
aterrizado. Acto seguido, aquel brillante
dragn, que estaba ocupado destrozando
todo cuanto rodeaba a Iridi, retrocedi
furioso y volvi a desaparecer.
La draenei cogi de inmediato a
Krasus y, haciendo denodados esfuerzos,
se lo llev a rastras en la direccin
opuesta.
Los Humedales parecieron explotar
repentinamente. Un segundo despus se
irgui ante ella la enorme silueta de un
dragn. Aunque Iridi era incapaz de
diferenciar la aberracin que tena
delante del engendro que acababa de ver
aplastara.
Iridi atac con la vara naaru a su
enemigo. Esta vez, la bestia reaccion
demasiado tarde. Una luz azulada
crepit alrededor del malvolo leviatn,
que chill de dolor.
La draenei vio cmo sus esperanzas
aumentaban. Tal vez ella y Korialstrasz
pudieran derrotar a esa perturbadora
pareja de dragones, los cuales
resultaban una aberracin pero que de
algn modo estaban vinculados a lo que
haba ido a buscar a aquel lugar.
De repente, el cristal de su vara dej
de brillar. Iridi contempl estupefacta la
punta de su arma.
En ese instante, el dragn contra el
en lontananza.
As es, joven, deben de provenir
de Grim Batol.
Entonces, he de partir hacia all.
Kalec extendi los brazos y su rostro
adopt una expresin que Iridi supo que
presagiaba una transformacin.
Krasus le agarr del brazo; un gesto
peligroso a juzgar por la repentina e
intensa mueca de odio que esboz
Kalec.
No sera muy inteligente que fueras
slo le aconsej el dragn mago.
Confiar en ti s que no es
inteligente! El joven dragn se encar
con Krasus. Le diste la vida y luego
permitiste que se la arrebataran!
impedirla.
Kalec profiri un largo suspiro y
gran parte de su ira se disip, a la
resignacin.
Dijo eso mismo justo antes de
sacrificarse. Se senta triste y feliz al
mismo tiempo. Triste por dejar el
bosque y dejarnos a nosotros pero
contenta de volver a ser lo que fue en un
principio para poder ayudar a los que
ms la necesitaban.
Krasus se acord entonces de que
Iridi estaba ah, y le explic con calma
quin era esa mujer de la que hablaban:
Anveena era una joven doncella
sin maldad, la encarnacin de la bondad.
Ella y Kalec se conocieron por
respondi la draenei.
Si bien a Iridi no le sorprendi que
Kalec se quedara boquiabierto, le
result bastante extrao que a Krasus le
sorprendiera tal revelacin, aunque slo
lo reflejara con un leve arqueo de sus
cejas.
Buscas un dragn abisal en
Azeroth! exclam Kalec. Pero si no
hay dragones abisales en Azeroth! Mi
Vuelo destruy a los que intentaron
entrar por el portal que permite el
acceso a Terrallende! Desde entonces,
nadie cruza ese portal sin que nos
percatemos de ello, aunque estemos en
nuestro santuario
La sacerdotisa neg con la cabeza.
despiadadamente
As que mascull el mago
dragn, sa es la fuente de poder que
llam la atencin de Malygos y sus
agudas percepciones, y tambin la razn
para temer que lo peor est por venir.
Esa figura envuelta en una capa ese
elfo de sangre seguramente no traman
nada bueno Adems, ese elfo detenta
el poder de los naaru Pero eso no es
lo peor, si te he entendido bien, joven
Iridi. Buscas a un elfo de sangre que
posee la vara naaru robada, y que ha
raptado y capturado a un dragn
abisal
S
afirm
la
sacerdotisa
agachando la cabeza en seal de respeto
CAPTULO
OCHO
Lo
necesitaban,
sobre
todo,
constantemente, para saciar el hambre
del resultado de su ltimo conjuro.
Si bien los dragones abisales casi no
conocan el miedo, Zzeraku haba
aprendido mucho al respecto desde su
captura. En primer lugar, haba sentido
una
aterradora
sensacin
de
claustrofobia cuando, sin advertencia
previa, lo haban metido dentro de
aquella monstruosa caja y acto seguido
se lo haban llevado clandestinamente a
un lugar remoto. En segundo lugar, haba
sufrido una gran conmocin al descubrir
que no poda librarse de las ataduras
mgicas.
Y en ltimo lugar, haba conocido el
impaciencia
momento.
de
que
llegara
ese
qu haca ah.
Acaso significaba que Rhonin se
hallaba cerca?
En ese instante, los dems enanos se
abalanzaron sobre el dragauro. Rom
comprob que Vereesa y sus hombres
tenan la situacin bajo control. Haba
llegado el momento de llevar a cabo su
plan.
El comandante enano se dirigi
sigilosamente a la entrada de la cueva.
No dispona de mucho tiempo; de
momento haban tenido suerte de que el
segundo guardia no hubiera recobrado el
resuello suficiente para gritar pidiendo
ayuda.
Rom corri hacia la entrada de la
an segua luchando.
Rom se coloc el hacha entre los
dientes y salt tanto como su condicin
de enano le permita. Aterriz sobre las
posaderas del coloso y acto seguido
ascendi por l. Rom evit que lo tirara
al suelo aferrndose con las piernas a
sus costados con todas sus fuerzas. Y al
instante, el enano enterr el hacha en la
espalda del guardia.
La hoja apenas atraves su piel
escamosa. El dragauro se deshizo de un
enano lanzndolo lejos y a continuacin
intent atrapar a Rom. Sus garras
pasaron a slo un centmetro de su cara,
pero no pudo alcanzarlo.
La elfa noble aprovech la
figura.
Rom entr el ltimo, ech una ltima
mirada hacia atrs y sigui sin percibir
ningn fulgor. A continuacin asinti y
volvi a colocar la piedra en su sitio.
Vereesa, que avanzaba por aquel
pasaje casi de rodillas, examin los
tneles.
En esta regin la magia no puede
actuar como debera.
S, esta zona est repleta de estas
formaciones cristalinas en un amplio
radio.
La elfa toc una de esas brillantes
formaciones que sobresalan de la
pared.
Qu
curioso.
Parecen
De
quin?
Lo
conoces?
pregunt Rom, quien lament no
haberse mordido la lengua en ese mismo
momento.
Era bastante probable que Vereesa
conociera a aquel elfo de sangre pues
esa raza infecta era una rama corrupta de
la familia de los elfos nobles que haba
adoptado mtodos demonacos para
luchar contra los demonios en
realidad, absorban la magia de los
demonios como si fueran sanguijuelas
y a ojos de los humanos, enanos y de los
pocos elfos nobles que no haban
degenerado, haba cado en desgracia
para toda la eternidad. Aquel elfo de
sangre probablemente era un viejo
Corazn de Dragn?
Corazn de Dragn era el nombre
que muchos utilizaban para referirse a
aquel legendario brujo.
Rhonin ha estado muy ocupado
ltimamente dijo la elfa sin rencor en
su voz, constatando un hecho. Invierte
casi todo su tiempo y esfuerzo en la
reconstruccin de Dalaran.
No dio ms explicaciones al
respecto; sin embargo, los enanos saban
perfectamente que Dalaran haba sido
arrasada.
La
forestal
prosigui
hablando:
Por otro lado, este elfo de sangre
en particular sabe cmo ocultarse de m
As que se trata de otro forestal o de
que as sea.
Ms te vale. Nada, absolutamente
nada puede interferir nuestros planes
le advirti al tiempo que su mirada se
cruzaba con la del elfo de sangre. Tu
vida no valdr nada si contravienes mis
deseos.
Dicho esto, la dama de negro le dio
la espalda para seguir estudiando el
huevo, lo cual enfureci a Zendarin, que
se sinti tratado como un skardyn; no
obstante, ocult su ira bajo una mscara
de indiferencia. Adems, haba otro
sujeto sobre el que descargar su rabia.
Haba actuado de manera impetuosa,
como era tpico en ella as lo
demostraba el hecho de que se hubiera
CAPTULO
NUEVE
no lo fuera.
El dragn azul dirigi su mirada
fugazmente hacia Krasus, que caminaba
unos pasos por delante de ellos. El
anciano haba permanecido callado
desde que haban reanudado la marcha.
La draenei no saba si eso se deba a
que estaba concentrado para protegerlos
con su magia o simplemente a que era
incapaz de decir nada para aliviar la
amargura de su aliado.
Kalec relat cmo haba conocido a
Anveena, que se haba topado con l
despus de que unos cazadragones,
liderados por un enano vengativo
llamado Harkyn Piedralgubre a sueldo
de DarKhan, quien actuaba bajo una
DarKhan
El elfo noble al que haban dado por
muerto
llev
a
Anveena
al
emplazamiento original de la Fuente del
Sol contra su voluntad. Sus compaeros
la siguieron, pero aunque lucharon
denodadamente para salvar a su amiga,
al final fue ella quien los salv a ellos.
En medio de toda aquella confusin,
tambin se enfrentaron al misterioso
Borel, a quien Kalec sealaba como el
causante de muchos de los problemas
que padecan.
La draenei dedujo con facilidad la
identidad real del tal Borel.
Ese brujo eras t, verdad,
Krasus?
maldicin.
Nada ms pronunciar esas palabras,
mir fijamente a la espalda de Krasus y
aadi:
S qu le ocurri a la gente a la
que encomendaste la misin de custodiar
Grim
Batol,
Korialstrasz.
Con
independencia del rencor que existe
entre nosotros, ruego por que aqullos a
los que ms queras no estuvieran entre
los que ms sufrieron.
Aprecio el detalle Y s, algunos
de los que ms quera sufrieron
mucho.
Kalec habra seguido hablando si no
fuera porque Iridi se puso tensa de
improviso al sentir una energa con la
desconcentrarse.
Sin embargo, Krasus se dio cuenta
de lo que estaba pasando, al menos en
parte.
Kalec! El enemigo quiere
apoderarse de esa vara! No podemos
permitirlo!
El joven guerrero agarr la vara con
una mano, y alrededor de su cuerpo se
perfil un aura azul. Kalec apret los
dientes mientras obligaba al aura a
expandirse hasta el obsequio de los
naaru.
Entonces, el aura del cristal brill
con ms intensidad an y envolvi al
dragn azul, que profiri un grito y cay
hacia atrs.
capaz de distinguir.
Se trataba del engendro elfo, el elfo
de sangre. Zendarin.
Puedes verme en cierto modo, dijo
maravillada aquella sombra. Eres un
ser nico! La vara es poderosa, pero t
puedes verme hasta cierto punto.
El dragn abisal intent expulsar de
su mente esa voz que como un alfiler
habra lacerado la carne del elfo de
sangre
al
penetrar
en
ella
profundamente.
Tranquilo, clmate, amigo mo, le
dijo mentalmente Zendarin en tono de
burla. Esto no llevar mucho tiempo y
quedar entre t y yo, eh?
Zzeraku estaba muy interesado en
inmediato.
Un instante despus, el nico ser que
realmente aterrorizaba al dragn abisal
entr en la caverna. Los skardyns se
arrodillaron rpidamente ante ella.
Bueno, mi precioso nio lo
arrull la dama oscura, cmo ests?
En verdad aquella mujer no
esperaba una respuesta, pues la boca de
Zzeraku
estaba
amordazada.
A
diferencia del elfo de sangre, la dama
desfigurada no intent penetrar en su
mente, aunque el dragn no estaba tan
seguro de que no le estuviera leyendo el
pensamiento.
Has recuperado fuerzas? Quiero
que te encuentres bien y lleno de vigor!
de sangre.
Me buscabas o te escondas de
m?
Yo
En ese instante, la dama tenebrosa
mostr el lado deforme de su rostro a
Zendarin, para alivio del dragn abisal,
que dej de estremecerse un poco. Pero
slo un poco.
Zendarin fingi sentirse ofendido.
Por supuesto que
El elfo de sangre chill al sentir
repentinamente cmo su cuerpo se
quemaba por dentro. Su sangre pareca
haberse transformado en lava fundida y
Zendarin esperaba que en cualquier
momento rasgara su piel y saliera a
borbotones.
Cay de rodillas. La vara se
materializ en una de sus manos; pero si
la haba invocado con la intencin de
usarla, no tuvo la oportunidad de
hacerlo. Se le escap y, al caer, volvi a
desaparecer.
Uno siente ganas de arrancarse la
piel a tiras o de desangrarse para
librarse de esta tortura, verdad? Pero
no hay escapatoria. Yo nunca puedo
escapar
El elfo de sangre rod hasta quedar
tumbado de lado, sin dejar de aferrarse
el pecho con fuerza. La dama oscura
sigui observndolo un minuto ms y a
continuacin hizo un gesto brusco.
CAPTULO
DIEZ
quellos
aullidos
no
se
asemejaban a los de unos perros
de caza, pero en ellos se detectaba la
misma determinacin animal. Aunque al
escuchar con atencin, recordaban ms a
voces de hombres o enanos.
Los skardyns correteaban por los
contornos de Grim Batol como si fueran
animales ms que unas criaturas
racionales. Saltaban por aquella tierra
abrupta con ms celeridad de lo que sus
fornidos y achaparrados cuerpos les
permitan. Algunos se arrastraban entre
las rocas e incluso trepaban por ellas
con tal de encontrar una presa.
Olisqueaban con impaciencia la
No te preocupes por m! No
permitas no permitas que se enfrente
l slo a ellos! An dispongo de los
medios necesarios para volver los
planes de nuestros enemigos en su
contra! Tan slo necesito un poco ms
de tiempo!
La sacerdotisa alz la mirada y
comprob que ya era demasiado tarde
para hacer regresar al dragn azul. Sin
ms dilacin, Iridi le comunic la mala
noticia a Krasus.
Joven necio El dragn mago
profiri un jadeo y acto seguido pareci
recuperarse un poco. Me cogieron por
sorpresa. Si hubiera esperado un poco
Mientras hablaba, Krasus alz una
La sacerdotisa se apresur a
recogerla, pero su aliado grit:
No!
Aunque sus dedos no llegaron a
tocar la esquirla, la draenei experiment
de pronto un sorprendente cambio de
visin de la realidad. Se vio rodeada
por las sombras de cientos de dragones
que parecan espectros. No eran
fantasmas, sino recuerdos
Entonces,
aquella
visin
se
desvaneci y volvi a hallarse junto a
Krasus. Pero ya no estaban solos.
Por los contornos de Grim Batol
pululaban unas criaturas rechonchas y
bestiales que recordaban a unos enanos
cubiertos de escamas como los reptiles,
estremeci el firmamento.
Acto seguido, la sacerdotisa alz la
vista y divis a Kalec rodeado de una
extraa aura gris y cayendo en picado
del cielo.
Krasus la retuvo.
Vete, draenei! Yo repeler su
ataque.
De pronto se puso tenso. La sangre
pareca abandonar su ya de por s plido
semblante mientras se esforzaba por
mantenerse en pie.
Ningn matamagos posee tal
poder! exclam. No
La misma aura gris que envolva a
Kalec se apoder de l. El dragn mago
profiri un gemido y, tambalendose, le
CAPTULO
ONCE
muerte.
S concluy Rom mientras se
adentraba en las oscuras simas de su
memoria. S Quiz Alamuerte siga
vivo y haya vuelto a Grim Batol
Despus,
otras
imgenes
se
mezclaron con las anteriores. Vio a un
noble apuesto y siniestro a la vez. A los
demonios de la Legin Ardiente. A los
grandes Aspectos reunidos
Si bien algunos de aquellos
recuerdos no pertenecan a hechos
acaecidos en Grim Batol, estaban
relacionados de un modo u otro con esa
montaa. Krasus intent despertarse,
pero no poda. Se senta demasiado
dbil. Las pesadillas, los recuerdos se
haban cobrado un alto precio y haban
menguado sus fuerzas; adems, su
sufrimiento haba aumentado.
Entonces, las horrendas visiones se
desvanecieron para ser reemplazadas
al menos de momento.
Pero no se poda decir lo mismo ni
de l ni de Kalec.
El joven dragn azul yaca junto a l,
tambin encadenado. No obstante,
permaneca inconsciente bajo su forma
de guerrero, lo cual hizo que Krasus
albergara la esperanza de que sus
captores no supieran an qu eran.
Desgraciadamente, el elfo de sangre
pronto fulmin esa dbil esperanza.
As que eres un dragn Los dos
lo sois Fascinante. Esto da un nuevo
giro a los acontecimientos.
Como Krasus no quera perder el
tiempo con subalternos, le espet:
Dnde est l? Dnde est tu
amo infernal?
Amo? Yo, Zendarin, carezco de
amo replic el elfo de sangre,
apuntando con la vara al pecho del
dragn mago. Te recomiendo que
hables con ms respeto a quien te ofrece
un leve destello de esperanza.
El coloso lo observaba con
renovado inters, cuando de pronto su
captor mir hacia atrs.
Esa desgraciada siempre aparece
en el momento ms inoportuno
mascull, y acto seguido alz la vara
robada y se transform en una sombra.
Los sentidos tremendamente agudos
de Krasus le permitieron seguir el rastro
del elfo, quien no dej rastro de su paso
que
t
mismo
has
utilizado
clandestinamente a pesar de que los
Aspectos decretaron que todo fragmento
de esa cosa deba desaparecer para
siempre. Sabes que no puedes hacer
nada, ya que a pesar de que las fuerzas
que alberg ese objeto en su da, cuando
an no estaba fragmentado, hayan
retornado a aqullos a quienes les
fueron arrebatadas, las esquirlas que
quedan conservan parte de su poder.
La dama de negro se gir para
marcharse, desdendolo como si no
fuera una amenaza; Krasus era
consciente de que ya no lo era.
Descansa, querido Korialstrasz
En breve os necesitar a ti y a tu
amigo
A continuacin lo dej solo en la
cmara, mirando fijamente la entrada de
su prisin por la cual haba
desaparecido Sinestra hasta que por fin
alz la vista para contemplar la esquirla
diminuta. Si bien era cierto que haba
usado magia negra para ocultar un
fragmento de ese objeto en su santuario,
desafiando as la voluntad de su amada
reina, Krasus saba que si ahora se
encontraba en apuros se deba en parte a
que se haba dejado seducir por su
maldad y se haba credo capaz de
controlarlo y de utilizarlo para derrotar
al enemigo, al que pensaba que se
enfrentaba con un arma secreta.
CAPTULO
DOCE
Es DarKhan! bram.
Kalec! exclam Krasus con una
voz que puso fin a la pesadilla y le hizo
despertar a una realidad que no era
mucho ms grata.
Estaban fuertemente encadenados en
el interior de una cmara subterrnea de
Grim Batol. Kalec fulmin con la
mirada a su compaero.
Bueno, una vez ms, el gran
Korialstrasz ha salvado al mundo. Me
equivoco?
El dragn mago no se mostr
ofendido por ese comentario irnico,
sino que le pregunt:
Sueles tener a menudo esa clase
de sueos?
Est aqu
aqu
Sinestra se
Korialstrasz
regode
en
est
ese
demente.
Descansa,
querido
Dargonax Pronto se te servir la cena.
El silencio rein de nuevo en la
fosa. Satisfecha, Sinestra invoc a dos
skardyns.
Descended. Ya sabis lo que
necesito. Me encontraris en la caverna
del dragn abisal.
Grueron como demostracin de que
entendan perfectamente lo que les
estaba ordenando, y acto seguido se
apresuraron a cumplir su cometido.
Sinestra contempl el foso negro una
vez ms, y a continuacin se dirigi a la
caverna. Ya se imaginaba cmo sera la
siguiente generacin de huevos, y los
magnficos vstagos que eclosionaran
de ellos.
Por fin susurr la dragona
negra. Por fin
se mostr inflexible.
Zendarin es mo. Si puedes
recuperar la vara y devolverla al lugar
al que tengas que enviarla, que as sea,
pero me reservo a mi primo para m.
La tercera, y la ms importante, era
que tenan que encontrar a Krasus y
Kalec no slo por el bien de ambos, si
seguan vivos, sino por la sencilla razn
de que esa pareja, sobre todo el vetusto
dragn rojo, les garantizaba mayores
posibilidades de xito y de
supervivencia.
A pesar de que parecan tenerlo todo
en su contra, Rom haba intentado
animarlos.
No puede ser mucho peor que
cado al suelo.
Sin ms dilacin, despach a una
segunda
criatura
que
avanzaba
torpemente arrastrando los pies. Sin
embargo, cada vez estaba ms claro que
Grenda tena razn al mostrarse tan
pesimista con respecto a sus
posibilidades de salir vivos de all.
Esos monstruos feroces estaban por
todas partes.
A pesar de que haba sugerido que
deban retirarse, Grenda no se haba
dado media vuelta y huido sin ms. Era
una guerrera muy leal, y mientras
esperaba a que Rom diera la orden de
retirada, hizo lo que pudo para
defenderse y atacar con su arma. Por
no.
Grenda vocifer las rdenes a los
dems, quienes valindose de sus hachas
y espadas procuraron mantener a raya a
sus abrasadores enemigos; asimismo,
permanecieron lo ms cerca posible de
Vereesa mientras sta despachaba a un
espantoso contrincante tras otro. La elfa
noble ignor toda distraccin mientras
iba despejando una va de escape, a
pesar de que los miembros mutilados
volaban por los aires y varios
fragmentos de tierra fundida impactaron
contra el peto de la forestal, y en una
ocasin no alcanzaron su rostro por muy
poco.
La tierra volvi a temblar y otra
CAPTULO
TRECE
voluntad.
Kalec dej escapar una exclamacin
ahogada. El dragn haba intuido lo que
Krasus planeaba.
El skardyn permaneci inmvil unos
segundos, sin dejar de mirarle.
Entonces, muy despacio, fue entrando en
la cmara.
Sin embargo, no se dirigi hacia
Krasus, sino ms bien a la pared ms
cercana. El skardyn comenz a trepar
por ella con la mirada clavada en los
ojos del mago dragn.
Krasus lo guiaba con su mirada. A lo
largo de milenios haba llegado a
dominar el mesmerismo. No sola
recurrir a esta habilidad, porque
doloridos.
Y ahora qu, Korialstrasz? Nos
llevamos esa esquirla? pregunt
Kalec.
El dragn azul insista en llamar a su
aliado por su nombre de dragn. Krasus
siempre haba preferido utilizar el
nombre correspondiente a la forma que
portaba en cada momento, una opinin
que el joven dragn no comparta.
Me llev meses reunir los pedazos
que conformaban esa esquirla y
aprender los conjuros que me
permitieran manejarla. Ese espantoso
trozo en concreto pertenece a Sinestra
dijo Krasus mientras propinaba una
patada al skardyn, cuyo cuerpo haba
seguido asinti.
Por supuesto.
Debemos localizar al dragn que
tienen cautivo; a se al que Iridi llam
dragn abisal. Y decidir si es seguro
liberarlo o no, en cuyo caso habr que
destruirlo rpidamente.
No ser una eleccin fcil,
teniendo en cuenta el estado de
debilidad en que nos encontramos.
Eso es lo otro que debemos
localizar; supongo que no estar muy
lejos del dragn abisal. Si bien esa
esquirla del Alma Demonaca era lo
bastante fuerte como para debilitarnos a
ambos, esta montaa irradia un mal
nauseabundo que enferm y mat a los
matamagos alterado.
Me conformo con que sirva para
algo
Si bien los pasadizos no estaban
iluminados en gran parte de su
recorrido, a ellos no pareci
importarles. La escasa luz entraba por
unos cristales insertos en los muros de
manera aleatoria.
Hasta qu profundidad llegan
estas cavernas y tneles? pregunt
Kalec en voz baja.
No conozco a ninguna criatura viva
o muerta que est en disposicin de
responder a esa pregunta, salvo quiz el
mismsimo Alamuerte. Ni siquiera los
orcos descendieron a las partes ms
CAPTULO
CATORCE
criatura.
Iridi,
quien
gracias
a
su
adiestramiento
era
prcticamente
invisible a los ojos de los skardyns, se
haba arrimado a la pared y divisaba
qu le aguardaba al doblar la siguiente
esquina. Una vasta caverna se abra ante
la sacerdotisa, y por ella se arrastraban
aquellos despiadados enanos en gran
nmero. Trepaban por las paredes,
pendan del techo o correteaban por el
suelo con la intencin de impedir, o eso
dedujo la draenei, que su prisionero se
moviera un solo centmetro.
La prisin del dragn abisal era tan
asombrosa que Iridi estuvo a punto de
abandonar
su
escondite
para
estado esperando.
La draenei descendi con destreza
hasta el lugar donde el dragn abisal
yaca atado. Tuvo que esperar a que dos
skardyns que trepaban por la pared se
adentraran en un tnel secundario, y
entonces se acerc con sigilo al
descomunal prisionero.
El dragn abisal no pareci detectar
su presencia, aunque el lamentable
estado
en que
se
encontraba
probablemente contribua a ello. Iridi
frunci el ceo. Saba que la vara
podra serle de gran ayuda en esa
situacin, pero no se atreva a invocarla.
Sin embargo, no le quedaba ms
remedio. La sacerdotisa mir a su
haba sugerido.
El cristal se resisti. La draenei
empez a sudar por el tremendo esfuerzo
que estaba haciendo. Si era incapaz de
vencer la resistencia de aquel cristal,
entonces no haba esperanza de liberar
al inmenso cautivo.
De repente, la frecuencia de aquel
cristal se vio alterada. Fue una variacin
muy ligera y para Iridi no era bastante,
pero al menos era un comienzo. Estaba
segura de que si se esforzaba un poco
ms, enseguida habra acabado con ese
cristal.
El aullido de una alarma reson por
toda la cmara.
La haban descubierto.
La sacerdotisa se concentr de
nuevo y lanz un ltimo ataque contra
aquel cristal, y a continuacin
retrocedi. Los skardyns la estaban
rodeando.
Utiliz la vara para arrojar muy
lejos a los dos que tena ms cerca; acto
seguido la hizo desaparecer y luch
contra los siguientes valindose de sus
extremidades A diferencia de los
skardyns con los que se haba topado en
la montaa, que iban armados con
ltigos y picas, la mayora de los que
ahora la atacaban no portaba ningn
arma. Para qu iban a ir armados?
Resultaba obvio que no esperaban
toparse con ningn enemigo en esa
cmara.
Pero esa ventaja le dur muy poco.
Iridi vio que ms skardyns emergan de
los agujeros del techo. Algunos portaban
ltigos atados a sus cinturas; otros
llevaban una larga malla metlica; sin
duda, una red para atraparla.
Uno de los enanos dio un salto, cay
sobre la espalda de la draenei y rasg su
capa con sus garras afiladas. La
sacerdotisa se deshizo de la capa de
viaje y la utiliz para enredar en ella a
ese enemigo y a otro que se le acercaba.
Cada vez ms y ms skardyns se
arremolinaban a su alrededor. Iridi
golpe a otro en el pecho con el canto
de la mano, pero como los skardyns
supervisaba.
Rask haba insistido mucho en que
registraran a fondo a los cautivos.
Ningn Barbabronce deba llevar
encima nada que le permitiera manipular
los cerrojos o ser utilizado como arma
contra los centinelas.
No obstante, Vereesa se alegraba de
estar dentro de la montaa, pues eso
significaba que se encontraba muy cerca
de su presa y del lugar donde tenan
encerrado a Krasus, o al menos eso
esperaba.
Vigila mis espaldas le pidi en
voz baja a Grenda.
La enana la obedeci, y Vereesa se
agach para palpar su bota derecha.
alma en pena.
Como su hermana Sylvanas.
Pero el problema de Sylvanas se
resolvera en otro momento, o quiz en
otra vida.
Tu silencio es elocuente dijo el
elfo de sangre.
Zendarin le hizo un gesto para
indicarle que regresara a la celda.
Apunt con la vara a los enanos
mientras Vereesa volva a reunirse con
Grenda.
Los dems habis sido buenos, por
lo que veo. Nadie oculta ninguna otra
arma
Los skardyns haban registrado a sus
primos a fondo, pero no haban hecho lo
dragauro.
He disfrutado muchsimo de esta
reunin familiar dijo Zendarin, dando
por concluida su visita. Ahora tengo
ms ganas incluso de conocer a mis
sobrinos
A continuacin hizo desaparecer la
vara y se march. El dragauro se acerc
a la celda y oblig a Vereesa a apartarse
de los barrotes a latigazos.
Sintate! bram aquel coloso,
quien, tras comprobar que tena todo
bajo control, regres satisfecho a su
puesto.
La forestal fulmin con la mirada a
sus captores y acto seguido regres junto
a Grenda de mala gana.
CAPTULO
QUINCE
l
matamagos
se
alzaba
amenazante sobre Iridi. Lo nico
que saba de aquellos seres era lo que
haba deducido por Krasus. Por tanto,
estaba bastante segura de que no deba
temer sus poderes; aun as, no deba
olvidar que aquella criatura haba sido
transformada en algo mucho ms
amenazador.
La draenei agarr una roca y la
lanz. Tal y como esperaba, el misil lo
atraves.
A Iridi no le qued otra salida que
invocar la vara, a pesar de que era
consciente de que su poder poda ser
utilizado en su contra.
El
matamagos
se
mova
silenciosamente, lo cual lo haca an
ms inquietante. Iridi le apunt con la
vara y se concentr.
Una luz azul brot de la vara y fue a
impactar contra el matamagos.
Esa luz fue devuelta inmediatamente
a su fuente original: una estupefacta
draenei.
Iridi sali despedida a gran
velocidad. Solt la vara y se gir con
rapidez en el aire. Un instante despus
se estrell contra el suelo.
Cualquier otro habra quedado
inconsciente o incluso habra muerto,
pero su adiestramiento como sacerdotisa
le permiti rodar nada ms aterrizar y
la vara.
Piensa piensa en esa criatura, le
comunic
Zzeraku repentinamente.
Luego, usa la vara
La sacerdotisa hizo lo que se le
peda:
se
imagin
a
aquella
abominacin.
La vara provey de energa al cubo.
La energa desprenda un brillo
intenso
Al instante reson un silbido por
toda la cmara. Iridi se dio cuenta
demasiado tarde de que provena del
matamagos.
El monstruo haba perdido su
corporeidad. Arremeti contra la
draenei convertido en un torbellino de
matamagos
Eso no lo habra detenido replic
Rhonin burlonamente.
Krasus dijo que ese matamagos era
distinto, que haba sido alterado por los
moradores de Grim Batol.
De pronto se escuch un sonido
procedente de la montaa que les hizo
callarse. Al instante, Rhonin la cogi del
brazo.
Debera
ser
capaz
de
teletransportarme una vez ms. Aunque
he de reconocer que entrar en Grim
Batol me ha costado mucho ms de lo
que esperaba.
Vamos a regresar dentro?
El brujo se ri de una forma muy
desagradable.
De momento, no. No si no quieres
acabar formando parte de esta montaa
para siempre. No; nos vamos a un lugar
ms seguro relativamente.
Rhonin frunci el ceo mientras se
concentraba. Iridi comenz a quejarse
otra vez. l, ms que nadie, tena que
entender que deban regresar a Grim
Batol.
Pero ya era demasiado tarde. El aire
que los rodeaba crepit y ambos se
desvanecieron una vez ms.
cuerpo
se
contorsion
y
sus
extremidades se estiraron y flexionaron
adoptando posiciones de imposibles
para un elfo. Sus dedos se convirtieron
en garras. Su piel se cubri de escamas
mientras su nariz y su boca se estiraban
hasta formar un hocico largo y afilado. Y
unas alas brotaron de su espalda al
tiempo que su tnica se desvaneca.
Korialstrasz logr ralentizar, y
finalmente
detener,
su
vuelo
descontrolado por el vaco impulsado
por sus enormes alas. El leviatn rojo
rugi por culpa del esfuerzo tan
tremendo que haba tenido que hacer.
Mientras recuperaba el equilibrio,
Korialstrasz intentaba comprender qu
Korialstrasz
senta
que
la
claustrofobia lo iba dominando.
Comenz a cercenar la hebra con la
mxima cautela. De inmediato sinti
cmo toda la cmara se estremeca, y la
oscuridad que lo envolva volvi a ser
gris. El dragn rojo sigui cortando la
hebra, esta vez sin tantas precauciones.
La libertad se hallaba tan cerca
Entonces, aquella aberracin se
desintegr por completo, y eso no era lo
que buscaba. La matriz se deshilach y
la zona afectada se expandi. El dragn
mago intent arreglar el desaguisado
rpidamente, pero ya no poda reparar
los daos. La tensin que deba soportar
el resto del conjuro para mantener la
CAPTULO
DIECISIS
inestra dorma.
El hecho de que se permitiera el
lujo de dormir a pesar de que sus
sentidos le advirtieran de la presencia
de otros intrusos se deba a la gran
confianza que tena en sus posibilidades,
no al agotamiento. Estaba tan segura de
su triunfo inminente como de que todas
esas alimaas que queran frustrar sus
planes acabaran siendo destruidas en
breve o sirvindola de un modo u otro.
Dorma apenas unos minutos
siempre que tena oportunidad. Haba
llegado a pasarse hasta un siglo sin
dormir. La mayora de los miembros de
su raza no posea esa capacidad
claridad.
Todo va segn lo planeado, deca
esa voz una y otra vez. Todo va segn lo
planeado. Dargonax sigue creciendo
Pero la prxima generacin lo dejar
obsoleto Ser un milln de veces ms
poderosa que l
Un milln de veces murmur
Sinestra en sueos. Un milln de
veces
Un milln de veces ms poderosa
Aplastarn a los dems dragones a
todos El da del dragn toca a su
fin Ahora llega el crepsculo la
noche
La noche
Y, tras la noche, llegar un nuevo
sigui
preguntndole.
Su hijo
Kalec esboz una mueca de
repugnancia. No estaba seguro de si
aquella criatura difusa era tan ingenua
como pareca o si simplemente estaba
jugando con l.
As que decidi adoptar una nueva
estrategia.
Cmo te llamas?
Por un momento rein el silencio, y
acto seguido lleg la respuesta:
Me llamo Ella me llama
Dargonax
Dargonax?
Kalec extrem la cautela al mximo,
pues saba lo que ese nombre
significaba en el idioma de su raza.
Dargonax El devorador
Te gusta? quiso saber esa forma
difusa. A m s.
Es un nombre impactante.
Significa devorador en el
idioma dragn, o eso dice ella aadi
Dargonax, frustrando as cualquier
esperanza que el dragn azul albergara
inminente y dijo:
S, ambos somos dragones.
Entonces,
deberamos
ser
amigos
Aquella afirmacin dej estupefacto
al dragn azul. Ignoraba por qu razn
Dargonax poda necesitar su ayuda.
Seguramente, engullir a Kalec le sera
de ms utilidad y no le costara nada,
dado que, adems de ser incapaz de usar
sus poderes naturales, ni siquiera poda
cambiar de forma. Haba intentado
hacerlo varias veces disimuladamente, y
la nica explicacin que se le ocurra
era que su surrealista aliado estaba
haciendo algo para bloquear su magia.
Entonces se le ocurri que Dargonax
a tu madre?
Tengo hambreeeee
Sinestra se ri entre dientes.
Claro que tienes hambre. Pero no
temas, cario. Pronto te daremos de
comer, como nunca, adems. Oh, s
Pero a partir de entonces debers
aprender a aguantarte el hambre. Pronto
tambin habr que alimentar a otros, tus
numerosos hermanos y hermanas
Numerosos hermanos y hermanas,
repiti
mentalmente
Kalec,
imaginndose una decena, un centenar de
engendros como Dargonax. Qu sera
entonces de Azeroth? Dudaba mucho que
la nueva generacin fuera tan inestable
como la pareja contra la que haban
S madre respondi la
criatura
con una
voz infantil
impostada. Quiero compartirla
quiero que sean fuertes
Obviamente, Sinestra haba insistido
en que Dargonax no poda seguir siendo
el nico beneficiario de los esfuerzos de
la dragona negra, que no podra
prestarle tanta atencin cuando no le
quedara ms remedio que darle menos
energas mgicas para comer porque
deba repartirla con la siguiente
generacin de dragones. La artfice de
Dargonax no se percat de la tenue
ptina de ira que ti la voz del dragn
crepuscular, pero Kalec s, quien por fin
comprenda por qu su enigmtico y
amigo?
S asinti inmediatamente el
dragn azul. Y podra serte de gran
ayuda. Quieres huir, verdad? Si quieres
librarte de ella, ser mejor que cuentes
con la ayuda de Korialstrasz.
Dargonax medit al respecto y a
continuacin dijo:
S esto tiene sentido s
Pero, quin es Nefarian? T lo sabes.
Percibo que lo sabes
El dragn crepuscular, al igual que
Kalec, se haba percatado de que
Sinestra le haba llamado por otro
nombre.
Tambin era hijo suyo; lo concibi
con su consorte Alamuerte. Nefarian era
el primognito y el ms poderoso de
todos sus hijos
He de conocer a Nefarian
mascull aquella criatura. He de
conocer a mi hermano
Nefarian est muerto.
O al menos eso crea Kalec. Acto
seguido aprovech la circunstancia de
que Sinestra hubiera mencionado a su
descendencia homicida y aadi:
Le fall a su madre, y sta lo
abandon a merced de sus enemigos
Una mortaja de silencio cay sobre
ambos interlocutores. O bien Dargonax
no haba entendido lo que le acababa de
decir, o bien estaba asimilando la
informacin. Si bien el dragn
crepuscular
era
tremendamente
inteligente, puede que no lo entendiera
todo debido a que todo su mundo se
reduca a esa fosa.
Mi hermano est muerto. Todos
mis hermanos estn muertos.
La conviccin con la que hablaba
Dargonax le impact a Kalec casi tanto
como la ltima frase. Ha dicho
hermanos?, pens el dragn azul.
Escaparon. Huyeron de ella justo
antes de que yo naciera. A pesar de que
estbamos muy distanciados unos de
otros, podamos percibirnos; s,
podamos sentirnos en nuestro fuero
interno.
Estaba hablando de las otras dos
CAPTULO
DIECISIETE
cuello.
Pero el hecho de haber tenido que
enfrentarse a dos enemigos a la vez la
haba dejado a merced del dragauro. Ese
guerrero bestial la agarr por la pierna
con el fin de arrastrarla hacia l y
matarla.
Como la alta elfa no haba soltado
en ningn momento la cuerda, intent
valerse del peso del cadver del
dracnido para evitar que el dragauro
lograra su propsito; Desgraciadamente,
ste era tan fuerte que tanto el cadver
como ella se deslizaron con suma
facilidad en direccin a su impaciente
adversario.
Vereesa solt la cuerda. El sbito
desesperada.
Las vetas, los patrones que se
atisban en la roca y la piedra, por
ejemplo. A veces te indican la direccin
correcta. Tambin hay fragmentos
diminutos de tierra y otros restos que
nuestros enemigos han trado del
exterior mascull la enana. Si hay
una materia que dominemos los enanos,
es el estudio de la roca y la tierra.
Entonces, procede. Guanos.
Grenda asinti y procedi a guiar
por aquellos tneles al grupo de
guerreros fatigados, que iba armado con
todo lo que haban arrebatado a sus
adversarios muertos. Vereesa no portaba
ningn hacha; prefera que esas armas
resultados.
Estaban sentados en las tierras
remotas de Grim Batol, cerca de una
zona que Rhonin haba llamado la
Colina del Raptor. El mero hecho de
escuchar ese nombre hizo estremecer a
una exhausta Iridi al recordarle la
batalla del puerto de Menethil. Para
tranquilizarla, el brujo le asegur que la
mayora de los raptores se haba
desplazado a la zona del asentamiento
enano.
Intuyen que ocurre algo en Grim
Batol le dijo. Por eso les estn
dando tantos quebraderos de cabeza a
los enanos.
El brujo le ofreci una vitualla que
CAPTULO
DIECIOCHO
calor y no fro.
A pesar de que haba llegado muy
lejos, Vereesa se plante la posibilidad
de darse media vuelta. Pero algo se lo
impeda.
La alta elfa se acuclill y mir qu
haba dentro.
Acto seguido abri los ojos como
platos.
Tena ante s una cmara enorme que
estaba compuesta de fuego y hielo. El
fulgor carmes provena de unos vastos
estanques de lava en ebullicin. El
hedor a sulfuro inund repentinamente
sus fosas nasales. La forestal pudo
divisar ms de una decena de esos
estanques, algunos tan pequeos como
piel.
Pronto result obvio el porqu de
ese diseo mgico. La alta elfa divis
primero uno, luego otro, y otro
Entonces se dio cuenta de que cada uno
de esos montones circulares era lo
mismo: un huevo.
Estaban por todas partes. Eran tan
enormes que slo podan provenir de
una criatura.
Un dragn.
Vereesa se aproxim al ms cercano.
Al principio pens que se haba roto,
porque estaba recubierto de una
sustancia pegajosa que le recordaba a la
yema de huevo. Sin embargo, al
examinarlo ms de cerca pudo
CAPTULO
DIECINUEVE
renda no se percat de la
desaparicin de Vereesa hasta
que llevaban ya bastante tiempo
caminando hacia la libertad. En cuanto
se dio cuenta, la enana se plante si
deba ordenar a todos que se detuvieran,
pero descart la idea enseguida. La
forestal haba tomado una decisin;
ahora
Grenda
slo
tena
que
preocuparse del bienestar de sus
muchachos.
Lo cual no quera decir que
solamente pretendiera sacarlos de Grim
Batol. Al fin y al cabo, los Barbabronce
haban ido a esa montaa a cumplir una
misin. Si bien era cierto que Grenda
Mientras
pensaba
en
los
desaparecidos, la comandante dio la
orden de cruzar la cornisa a otros dos
enanos. Sin embargo, cuando apenas
haban completado un tercio del
recorrido fueron detectados pero no
por esas criaturas que pululaban all
abajo.
El skardyn que dio la voz de alarma
haba salido a rastras de una de las
aberturas situadas en lo alto; una que
ningn Barbabronce habra podido
utilizar. Aquella criatura cubierta de
escamas trepaba por la pared de la
caverna como si fuera una araa. En
cuanto divis a los dos guerreros
corriendo, abri la boca para proferir un
muchas
de
las
decisiones
de
Korialstrasz fueran correctas, aunque
tena que admitir que el dragn rojo era
consecuente y estaba dispuesto a
defenderlas con su vida. Hasta entonces
no haba tenido una opinin clara de l;
siempre haba credo que Korialstrasz
era un manipulador que poda llegar a
ser ms cruel incluso que Alamuerte.
No no es como Alamuerte, pens
el dragn azul avergonzado de s mismo.
Pero tampoco es como yo Kalec
nunca habra arriesgado las vidas de sus
amigos y seres queridos como haba
hecho Korialstrasz. Jams.
Sin saber muy bien por qu, segua
un sendero distinto al que haba
objeto
que
Korialstrasz
haba
mencionado. Por primera vez contempl
aquella esfera reluciente con otros ojos.
Si bien le faltaba alguna esquirla, una
fuerza la mantena cohesionada.
Por otra parte, esa misma fuerza
pareca ser el origen de una extraa
pulsacin. Las espadas mgicas de
Kalec y Korialstrasz chocaron una vez
ms, desprendiendo oleadas de energas,
y las pulsaciones aumentaron.
Aunque
dedujo
que
ambos
fenmenos estaban relacionados, el
dragn joven dio por sentado que tenan
un mismo origen: la figura encapuchada
que tena ante s.
Sigues siendo un maestro del
voz en grito.
Sigue a lo tuyo! chill Rhonin,
creyendo que se diriga a l. Sigue a lo
tuyo
Su voz flaque al mismo tiempo que
el dragn abisal atado brill
repentinamente. El cuerpo de Zzeraku se
desvaneci por un instante. Y un gemido
terrible se le escap al agnico leviatn.
Qu dolor! Me est devorando!
S valiente!, le dijo mentalmente la
sacerdotisa. S valiente!
Las palabras y la fuerza de la
draenei consiguieron traspasar el velo
de dolor que cubra al dragn abisal.
Zzeraku la mir fijamente.
Por qu haces esto por m? Cmo
CAPTULO
VEINTE
voz entrecortada.
Parece un esposo tan encantador
tan carioso se burl la dama del
velo.
Si bien la expresin de la consorte
de Alamuerte se volvi de pronto muy
severa, la sensacin de triunfo enseguida
volvi a campar en sus facciones, y
aadi:
Pero ambos estn a punto de
engrosar las reservas de energas
mgicas que he ido acumulando para mis
nios
En ese instante, un rugido temible
hizo que la cmara se estremeciera, y
por culpa de las vibraciones, Krasus
estuvo a punto de caer al vaco. Para
seor
Entonces, lo nico que has hecho
es empeorar las cosas.
Eres muy obstinado, verdad,
Korialstrasz? Voy a aorar tanto tu ciega
determinacin
La dama oscura ri una vez ms y
desapareci.
Krasus! grit Vereesa. No
puedes hacer nada?
El dragn mago neg con la cabeza.
Se mantena consciente a duras penas, y
pronto eso estara fuera de su alcance.
Krasus mir a Kalec. Si bien el rostro
del dragn azul estaba muy plido, la
aguda vista del dragn rojo le permita
apreciar el prcticamente indetectable
vano
El dragn mago observ cmo
Vereesa agarraba a Kalec y tiraba de l
en direccin a la otra cmara. Si
Sinestra no volva a aparecer por all,
caba la posibilidad de que quedase
demostrado lo que Krasus haba dicho
sobre el dragn azul.
Pronto desaparecieron de su vista.
Krasus prosigui su batalla particular
por no perder la consciencia. Si no
hubiera pertenecido al Vuelo Rojo, a los
guardianes de la vida, probablemente ya
habra dado la bienvenida a la muerte.
Aunque su destino estaba sellado,
Krasus todava aguardaba a que se
produjera un milagro que no le salvara
Te
parece
una
estrategia
inteligente dirigirte a ella en ese tono?
le susurr la draenei.
Hablas as porque eres un necio
que confa plenamente en su maestro,
verdad,
Rhonin?
Crees
que
Korialstrasz disculpa Krasus va
a salvarte. Eso es imposible porque tu
maestro ha muerto, humano. Su esencia
vital contribuir a alumbrar una nueva
era!
La sacerdotisa atisb una leve
mueca de ira en la comisura de los
labios del brujo, que Rhonin reprimi
enseguida.
Oh, s! El gran plan familiar! Vais
a reformar o reconstruir o crear
piernas.
Si crees que sigo siendo el
mismo impetuoso advenedizo que
vino aqu a acabar con tu consorte
replic el brujo con voz ronca, te
equivocas a medias.
La mirada de Rhonin se pos sobre
el cubo cerleo, que brill de repente.
La respuesta de Sinestra a ese fulgor
fue rerse entre dientes.
Muy bien! Has reconocido el
Flagelo de Balacgos Qu duda cabe
que tuviste un gran maestro.
El sudor baaba la frente de Rhonin,
que mascull:
No es mi maestro Es mi
amigo.
as sea
Aquella silueta difusa se expandi
por la parte superior de la fosa,
ocupando cada vez ms espacio, hasta
que cop todo el campo de visin de
Zendarin. Entonces, la cabeza de un
imponente dragn amatista cobr forma.
No te has asegurado de nada,
salvo, tal vez, de que eres un necio
le espet Dargonax.
Zendarin centr su atencin en la
vara robada con la esperanza de que
todava quedara suficiente poder en ella.
Dargonax se abalanz sobre l con
las fauces abiertas.
Y el elfo de sangre desapareci.
Aquel dragn gigantesco detuvo su
CAPTULO
VEINTIUNO
Sinestra
esbozando
una
sonrisa
demencial, mi querido nio
mentirle.
No Ahora todo depende de ti y
de Kalec
En ese momento, ambos escucharon
un gemido que proceda de otra cmara.
La alta elfa desplaz la mirada de
Krasus al lugar de origen de aquel ruido,
y acto seguido volvi a posarla sobre el
dragn mago. Pareca debatirse entre
dos opciones excluyentes.
Ve con ve con l logr decir
Krasus.
Ese esfuerzo fue demasiado para l.
El mundo del dragn rojo empez a dar
vueltas, y Vereesa se volvi una mancha
borrosa.
Volver enseguida! le grit la
forestal. Lo juro!
En cuanto se qued solo, Krasus
repas fugazmente su vida. No tena
mucho tiempo y quera saber si el bien
que haba hecho a Azeroth era de
corazn o fruto de su vanidad. Una vez
muerto, lo recordaran con agrado o
maldeciran su memoria?
Acababa de comenzar el examen de
su vida cuando vio una luz que lo cubra
todo. Una luz muy brillante y
reconfortante que le libr de aquella
agona.
As que se acab Me estoy
muriendo.
Entonces escuch una voz que lo
llamaba. Le resultaba muy familiar, y
arredr.
Sin embargo, cuando entr en aquel
habitculo, no vio por ninguna parte a la
consorte de Alamuerte. Es ms, tampoco
haba ni rastro del dragn mago. La
estalactita segua ah arriba pero sin
ninguna mancha de sangre; no quedaba
ni huella de los fluidos vitales de Krasus
ni en la estalactita ni en el suelo.
Confusa, se dio la vuelta para ver si
lo encontraba en otro rincn de la sala
De repente, alguien le propin un
fuerte puetazo en la barbilla.
Vereesa gir sobre s misma por el
impacto, y a continuacin se desplom.
No sabes cunto me alegro de
verte, querida prima mascull
empujado.
Me ocupar de ti enseguida, prima.
Aqu me aguarda algo mucho ms
importante que t.
Zendarin se volvi hacia la
reconstituida Alma Demonaca. Y acto
seguido traz con la vara un crculo de
luz alrededor de ese espantoso artefacto.
Vereesa concluy que pretenda
robarla. Iba a robrsela a su aliada. La
forestal sinti la tentacin de dejar que
lo hiciera, ya que as, seguramente, los
poderes de Sinestra se debilitaran.
Aunque, por otro lado, ignoraba qu
haba sido de Krasus o si acabara
necesitando o no el Alma Demonaca
para dar con l o curarlo en el caso
apoyaba en nada.
Zendarin lanz una mirada llena de
odio a su prima, a quien intent arrojar
por los aires. Vereesa se aferr con
todas sus fuerzas a la vara, de tal modo
que ambos salieron despedidos girando,
y girando, y girando
Una vez ms, chocaron, pero en esta
ocasin el elfo de sangre qued encima
de la alta elfa.
Qu dbil eres le murmur
Zendarin al odo. No eres ms que el
recuerdo lejano de un pueblo hace
tiempo olvidado. Los altos elfos son el
pasado y los elfos de sangre, el
futuro!
No te atrevas siquiera a pensar
necesitarlo.
Por qu? pregunt Vereesa.
Ahora que la vara robada de mi nada
aorado primo y el Alma Demonaca
han sido destruidas, ya no pueden
hacerse realidad los sueos demenciales
de Sinestra!
Ese sueo demencial puede
hacerse realidad de muchas formas, y
as lo ha demostrado una y otra vez la
inmunda familia de Alamuerte. Por eso
debemos apresurarnos! Adems, toda la
energa que ha liberado la destruccin
de la vara y del Alma Demonaca habr
acabado en alguna parte, no crees,
Kalec?
Al escuchar esas palabras, el dragn
CAPTULO
VEINTIDS
replic:
Si piensas
Haced lo que os digo!
Kalec se call. Tras un momento de
duda, asinti y le indic a la forestal:
Ser mejor que le hagamos caso.
La forestal mir a Krasus y le dijo:
Vas a desandar el camino que
hemos recorrido, no? Por qu?
El dragn mago apret los dientes a
modo de respuesta y se desvaneci.
Al instante, la alta elfa se volvi
para encararse con Kalec.
S cunto le ha costado conjurar
ese hechizo! Ninguno de los dos os
habis recuperado lo suficiente como
para poder teletransportaros! Y menos
ellas.
Para recrear aquel objeto contaba
con un arma secreta: el cubo que
cargaba en su zarpa izquierda. A Krasus
le llev un momento reconocer el
Flagelo de Balacgos le maravill que
ese otro artefacto, a pesar de lo
peligroso que era, fuera capaz de
permitir a Sinestra reconstruir el Alma
Demonaca, un artilugio de una maldad
an mayor, y eso que ya no era ms que
una plida sombra de lo que haba sido.
Pero lo realmente preocupante era
que siguiera existiendo tal aberracin
con la que Sinestra podra proseguir sus
experimentos.
Pronto, muy pronto les murmur
etreas.
Todo esto le importaba bastante
poco a Rom, quien haba permanecido
junto a Iridi cuando sta haba liberado
al dragn abisal y ahora intentaba llegar
hasta ella despus de que el horrendo
enemigo de Zzeraku le hubiera
propinado un golpe que la haba lanzado
por los aires. En ese momento, lo nico
que quera el enano era sacar a la
draenei y a sus hombres de ah. Mientras
la
sacerdotisa
se
incorporaba
apoyndose en su vara, el comandante
enano divis a Grenda a lo lejos.
La enana tambin lo vio, y la
satisfaccin que ti su mirada provoc
que el veterano guerrero se ruborizara,
filas.
No obstante, Rom se puso de
rodillas haciendo un gran esfuerzo y sin
dejar escapar un solo gemido.
Tambalendose, se aproxim a Rask por
detrs. El enano no albergaba ninguna
duda de que el dracnido, que no
apuntaba a Iridi sino a Rhonin, iba a
infligirle
una
herida
letal
al
desprevenido brujo a pesar de la enorme
distancia que los separaba.
Rom busc el dwyarhun, pero, al
parecer, Rask se haba deshecho del
arma despus de disparar. Al guerrero
herido ya slo le quedaba un recurso.
Se abalanz sobre el dracnido, que
era mucho ms alto que l, y le oblig a
repugnancia.
Si bien Zzeraku se haba visto
arrastrado hasta all en contra de su
voluntad, sus aliados haban acudido
voluntariamente, dispuestos a sacrificar
sus vidas si era preciso. El dragn
abisal intentaba entender esa fuerza de
voluntad y esa capacidad de sacrificio
mientras combata contra Dargonax.
Luchaban por defender algo ms
importante que sus propias vidas; algo
que no les beneficiara a ellos sino a
otros
Ser consciente de ello le haca
avergonzarse
an
ms
de
su
comportamiento en el pasado Pero en
este momento se enfrentaba a una alma
hacer.
Rode con sus brazos a la draenei y
le dijo:
Agrrate fuerte y reza para que me
queden suficientes fuerzas para hacer
esto una vez ms!
Zzeraku me necesita! Sabe que no
puede enfrentarse a Dargonax l solo!
Se est sacrificando por nosotros! Por
m! Lo intuyo! He de ayudarlo! No
permitir que su sacrificio sea en
vano
No hay tiempo para discutir!
Agrrate fuerte!
Todos los enanos y raptores haban
abandonado ya la caverna; de todos
modos, si hubiera quedado alguno,
CAPTULO
VEINTITRS
que se equivocaba.
El calor comenz a alterar su
organismo mientras ascenda sin parar;
varias de sus escamas se haban
quemado. Comenz a dudar que pudiera
salir vivo de all
Su cabeza atraves repentinamente
una capa de roca y tierra ms fra y un
instante despus sinti el ansiado aire
fresco. Korialstrasz solt un rugido que
era ms bien una bocanada de aire
combinada con un ruego por el que
imploraba dejar de quemarse. El dragn
rojo trastabill en la cima de aquella
montaa destrozada; acto seguido,
incapaz de mantener el impulso y la
velocidad, se derrumb sobre la ladera
l.
Se transform y al mismo tiempo
molde un escudo ms grande alrededor
de su cuerpo en expansin. Mientras
haca todo esto, trat de echar a volar.
Atraves tonelada tras tonelada de
roca y tierra extremadamente dura. No
ascendi en vertical sino en diagonal,
pues pretenda alcanzar una de las
vastas cavernas que saba que se abran
en la ladera. En esa concretamente
haban tenido retenido al dragn abisal,
y el dragn azul tena intencin de
comprobar si el leviatn segua
encerrado ah. Kalec era consciente de
que l solo no podra derrotar a
Dargonax, pero con la ayuda de Zzeraku,
Korialstrasz.
Maldita
Alma
Demonaca!
Se deshizo del resto y atrajo hacia s
con su magia ese solitario fragmento del
Alma Demonaca. La esquirla, tan
diminuta como malvola, aterriz en una
de sus zarpas. Ahora que la haba
descubierto y extrado, poda estudiarla
con detenimiento y analizar el conjuro
oculto con el que la haban hechizado.
De inmediato, el dragn rojo se
sinti suficientemente fuerte como para
destruir esa esquirla, pero en el ltimo
momento decidi no hacerlo y cerr el
puo con ella dentro. Contempl la furia
siniestra que reinaba en la cima de Grim
Batol y, tras desplegar sus alas al
desesperacin y probablemente no
funcionara, pero no tena alternativa. A
pesar de que dudaba de que Sinestra
hubiera diseado a Dargonax con esa
flaqueza, deba intentarlo
El dragn crepuscular no lo vio,
pues en ese preciso momento caa en
picado con el propsito de aterrorizar y
aniquilar a los enanos y tambin a
Rhonin y Vereesa; esto ltimo espole
an ms al coloso carmes. Korialstrasz
estaba seguro de que Kalec, que le haba
recriminado con razn que muchos de
los que se haban relacionado con el
leviatn rojo a lo largo de los siglos
haban pagado un alto precio por ello,
haban muerto. Por eso no poda
concebido jams?
Oh, s, ser libre replic
mientras centelleaba. Pero no como t
quieres!
Se volvi etreo justo en el momento
en que el leviatn carmes aceler
bruscamente con la intencin de clavarle
la esquirla. Lo nico que consigui fue
atravesar a su adversario.
A pesar de haber fracasado,
Korialstrasz obtuvo mucha informacin
relevante sobre su enemigo. En primer
lugar, que en la forma fsica de
Dargonax no haba ninguna esquirla. En
segundo lugar, que los centelleos no eran
una consecuencia de la transformacin
del coloso crepuscular en un ente
CAPTULO
VEINTICUATRO
Es un dragn crepuscular as
lo llamo yo Iridi se interrumpi para
toser. Trae consigo el crepsculo de
los dragones de todo Azeroth
La tos no le dejaba hablar. Aunque
quiz
Rhonin se percat de que las ltimas
palabras las haba pronunciado con
cierta vacilacin.
Qu quieres decir? le pregunt
el brujo.
La vara est por aqu cerca? Ya
no la percibo dijo la draenei
esbozando un gesto de contrariedad.
La echo de menos. Aoro tenerla junto a
m.
Vereesa localiz al punto la creacin
de los naaru.
Aqu est.
Iridi aferr la vara con una mano,
observ el cristal y acto seguido esboz
una mueca de disgusto. Rhonin se
dispona a decirle algo cuando, de
repente, el cristal brill.
La sacerdotisa mir al brujo
fijamente.
An queda algo de poder en la
vara Reacciona reacciona ante ti,
brujo Has has tenido algn
contacto con los naaru?
Rhonin se qued estupefacto.
Nunca he hablado con un naaru, si
te refieres a eso
Aun as algo en lo ms profundo
importante?
A-alabado sea Zzeraku Hizo
mucho ms de lo que imaginaba
murmur la draenei con gesto sombro.
A la sacerdotisa le quedaba un soplo
de vida. Aun as reuni fuerzas para
aadir:
Tal vez eso sea nuestra
salvacin o tal vez no
existiendo! Dargonax
Dio la impresin de que el dragn
crepuscular prefera devorar a su
creadora, aunque no tena reparos en
comerse al dragn rojo. Despus de
todo, gracias a su ama iba a apoderarse
de toda la esencia vital de Korialstrasz,
y de ese modo se convertira en una
amenaza an mayor para Azeroth.
Eso le dejaba una sola opcin al
dragn carmes: caer, pero llevndose a
Dargonax por delante.
Si era posible.
El leviatn amatista se abalanz
sobre el dragn rojo cuando una lustrosa
figura de color azul le golpe en un
costado inesperadamente.
estupefacto Kalec.
ste se precipit hacia la lava, y su
aliado se lanz tras l. En ese preciso
instante, su adversario lo atrap por la
espalda con sus garras.
Te devorar a ti primero!
amenaz la bestia gigantesca. Luego
devorar su esencia! Y entonces nada
ni nadie ser tan poderoso como yo!
Pero siempre tendrs que
obedecerla! le record Korialstrasz.
El coloso carmes percibi cmo la
ira de Dargonax aument en cuanto
mencion a su creadora.
Llegar el da murmur el
dragn crepuscular. Llegar el da
Soy demasiado poderoso para seguir
Te necesito ahora
Rhonin se puso a su lado y agarr la
vara con una mano. Un segundo despus,
el cristal brill con la intensidad
habitual.
La draenei se concentr y rez.
Sin
preocuparse
de
las
consecuencias, el dragn rojo le empuj
con todas sus fuerzas con el fin de
hacerle llegar hasta Sintharia.
Su plan habra fracasado si no fuera
porque tena a Dargonax muy cerca y
porque la esquirla segua quemndole la
zarpa a la dragona negra. La consorte de
Alamuerte slo tena ojos para el dragn
crepuscular y la esquirla. Mientras
pudiera dominar al Devorador, el
destino del mundo estaba en sus manos.
Korialstrasz se le acerc por debajo,
con el hocico apuntando a su zarpa.
Sintharia se percat de que se
aproximaba en el ltimo momento, pero
no reaccion con la suficiente rapidez.
crea el Devorador?
En realidad, es ah donde deba estar
si pretendan llevar a cabo su plan.
Ha vuelto a brillar! grit
Vereesa. Eso implica que?
No implica nada a menos que esa
esquirla sea destruida! respondi
Rhonin.
De improviso, Dargonax se retorci,
su cuerpo se estremeci y perdi
cohesin fugazmente. Al parecer,
intentaba deshacerse de lo que le
causaba tanto dolor.
Entonces, una breve explosin de
color dorado atraves su cuerpo. Se
olvid de Sintharia y mir hacia el
suelo.
gir hacia l.
Se-se acab?
S, Iridi respondi Krasus, y se
arrodill junto a ella. Calla, no
malgastes fuerzas. Cabe la posibilidad
de que si te llevo conmigo ahora mismo,
mi reina tal vez pueda salvarte
La sacerdotisa tosi.
No Mi mi misin acaba
aqu replic con una sonrisa.
Gracias a Zzeraku Alabado sea por su
contribucin a poner fin a esta maldad
Volvi a toser, esta vez mucho ms
fuerte. Aun as prosigui:
Azeroth es un mundo repleto de
de prodigios pero aoro aoro
Terrallende a pesar a pesar de sus
y Vereesa.
Regresaris con vuestros hijos lo
antes posible, verdad?
El brujo y la alta elfa asintieron.
Descansaremos hasta el alba
contest Rhonin. Para entonces
espero ser capaz de teletransportarnos
hasta casa, donde pasar un tiempo con
ellos antes de volver a Dalaran.
El hechicero pelirrojo no dijo nada
ms y, por la expresin de su semblante,
Krasus dedujo que no iba a entrar en
detalles acerca de lo que tramaban en
aquella ciudad cubierta por un domo.
Vuestras vidas estn en vuestras
manos aconsej el dragn rojo a la
pareja, en especial a Rhonin. Os estoy
momento oportuno.
Has sido un ttere muy til para m,
Sintharia, se dijo aquel ser. Con qu
facilidad te atraje hasta aqu y
despert en ti la necesidad de hacer
realidad un sueo que considerabas
tuyo! La envidia y el odio te
convirtieron en mi mejor herramienta,
s, y gracias a los errores que
cometiste, ahora s qu debo hacer
Alamuerte estall en carcajadas; se
iba a ser su nico gesto de luto en
recuerdo de la que haba sido su
consorte. La haba manipulado en todo
momento, incluso cuando tuvo que
enfrentarse al maldito Korialstrasz, con
quien todava deba ajustar cuentas.