Eve Langlais - Dragon Point #2 - Dragon Squeeze
Eve Langlais - Dragon Point #2 - Dragon Squeeze
Eve Langlais - Dragon Point #2 - Dragon Squeeze
Eve Langlais
Dragón exprimido
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Sinopsis
Nunca te metas entre un dragón y su alijo, a menos que tus
asuntos estén en orden.
¿Pero sabes qué es más increíble que todo eso? Cierto tipo cerebrito
a cargo de un departamento de TI1 para un laboratorio médico situado
en el infierno de un pueblo pequeño.
1
Tecnología de la Información.
Prólogo
En algún lugar solitario de un pequeño pueblo que solía ser
somnoliento…
Creo que el Instituto Lytropia está haciendo cosas malas. Cosas muy
malas e ilegales. No es inusual en el feroz campo de la medicina. Todos
querían salir adelante, ser los que descubrieran la próxima idea de mil
millones de dólares.
¿Qué hacer?
¿Jugaron con las cosas que era mejor dejar en paz? ¿A quién
decírselo? ¿Y qué decir? Una acusación requería información precisa
porque, ¿y si hubiera una explicación lógica? Quizás la compañía tenía
el permiso apropiado del gobierno para jugar con las vidas de otros.
Capítulo Uno
—Este es el lugar. Puedo sentirlo en mis entrañas.
—Las hacía. —Una pena que tuviera que cerrar, no por violaciones
de la salud, sino por importación ilegal. ¿Quién sabía que había un
mercado para el contrabando de salsa picante prohibida en el país?
Menos mal que Adi había detectado algunas cajas antes de que la
FDA confiscara y destruyera el alijo recuperado.
2
Las chalupas son tortillas fritas cubiertas de salsa, cebolla y carne de res/puerco/pollo
deshebrada con salsa roja o verde. Típicas de México.
—Yo digo que ya hemos terminado. No hay nada que ver. —Deka
señaló desde su lugar, una buena posición a solo unas pocas decenas de
metros fuera del recinto vallado, con una perfecta línea de visión hacia el
ahora abandonado edificio. Su lugar también estaba en un árbol. Pero
dado el clima de otoño, la mayoría de las ramas estaban desnudas.
Perfecto para posarse.
—Sí, siendo la palabra clave. Tal vez estaba pasando algo raro, pero
de acuerdo con nuestro dossier sobre este lugar de Bittech, el gobierno
limpió el edificio la semana pasada. No queda nada.
Deka gimió.
—En fritura.
—Ya quisieras. Así que digamos que te creo, y hay algo que absorbe
la energía… —Deka hacía obscenos ruidos de sorbos porque carecía de
técnica—. Entonces, ¿dónde está? Este lugar no tiene otros edificios lo
suficientemente grandes para albergar otro laboratorio. No es un secreto
en todo caso.
La tía Yolanda siempre tenía férulas a mano para las pocas veces
que habían fallado cuando eran jóvenes. Ni siquiera la fractura más
dolorosa las asustó. Volvieron a subir, balanceándose y saltando. Incluso
con un yeso, las chicas practicaban porque, como dijo su madre cuando
la hermana de Adi, Aimi, se atrevió a quejarse, “Piensa en el yeso como
el peso de tu enemigo aferrándose a ti. Intentará derribarte. Debes
prepararte para esto. Y luego aplastarlo”. Crack. Todavía podía oír el golpe
del puño de su madre contra su palma.
3
PTA: Asociación de padres y maestros.
Adi se agachó y agarró la bolsa que había escondido al pie del árbol.
—No, pero tengo una cuerda. —Dio unas palmaditas al pesado saco
de lona y sonrió—. También tengo esposas, en caso de que tengamos
suerte.
—Fallaste.
—Sí.
4
Culo-gofre: En referencia a tener un aspecto en rejilla de un gofre cuando te sientas
con unos pantalones muy cortos en una silla de jardín de plástico que tenga un diseño
en rejilla en la parte inferior.
Así como Adi. El suelo bajo sus pies no vibraba con electricidad. No
tarareó nada en absoluto. Debería haber sentido algo. Lo que sea. Sin
embargo, ¿admitir que su prima tenía razón? No estaba a punto de
suceder.
Exactamente.
Duh.
Bang. El retroceso fue peor que la primera vez. Y aun así nada.
Fulminó con la mirada al ofensivo cristal. Se burló de ella con su
superficie sin arañazos.
Deka suspiró.
—Maldita sea, este lugar está más limpio que la casa —comentó
Deka.
—Sea lo que sea que estuviera pasando aquí, no querían que nadie
se enterara. Pero nadie es perfecto. Tuvieron que haber olvidado algo.
—Nadie está usando este nivel —corrigió Adi—. Tenemos que bajar.
—Voy a mirar.
Se sentaron en una oscuridad casi pura hasta que Adi sacó unos
palos luminosos de un bolsillo interior. Rompió uno, y lo dejó por encima
de la caja del ascensor. Tiró otro por un lateral. No cayó muy lejos.
—Te lo digo, hay algo aquí. Lo sé. —Lo sabía, pero no podía
encontrarlo.
—Por qué…
El sonido del choque resonó, y ella apretó los dientes, más molesta.
—¿Qué coño?
—Más bien quién —contestó Deka, mirando hacia arriba. Sus ojos
brillaron verdes en la oscuridad.
Adi ganó.
Trepó rápida como una dragona, que podría añadir que era muy
superior al mono, y saltó al techo del ascensor, lista para pelear.
Un buen punto.
Diez.
Nueve.
Ocho.
Siete. Seis.
Dos.
Uno.
Boom.
Crack.
Pero, aparentemente, eso y una lista de otras cosas fue la razón por
la que no habría más exploración de edificios vacíos.
Capítulo Dos
Alguien entró en mi habitación.
Tal vez la casera había venido a ver cómo estaba su unidad, tal vez
a hacer una cama o cambiar algunas sábanas. Algo que hasta ahora
había emprendido él mismo. Por otra parte, la señora Givry le había
advertido cuando le alquiló la habitación que no era una criada, diciendo:
“Te cuidarás de ti mismo y de tu habitación mientras estés aquí viviendo.
Hay artículos de limpieza debajo del lavabo del baño”.
—Vete ahora.
Ella sonrió.
5
S’more: Malvavisco tostado y una capa de chocolate entre dos trozos de galleta
Graham.
Tomó una ducha fría y un poco de trabajo con los dedos para
solucionar su problema. Incluso entonces, al salir de su habitación Dex
no pudo evitar mirar fijamente a la puerta de enfrente de la suya y
preguntarse qué hacía ella detrás de la misma. ¿Necesita que le echen
una mano? O una lengua…
No.
Capítulo Tres
Debería haber comprado cerveza.
—¿Qué quieres?
—No empieces con eso otra vez. Sabes que odio los nombres en
clave.
—No veo por qué no me dejaste usar águila. Nadie más lo tiene.
—A propósito.
—¿Desde cuándo?
—Tan malo —ronroneó Aimi—. Háblame del friki. ¿Era tan guapo
en persona como en las fotos?
Excepto que Dexter no sabía que Adi era una cerebrito como él.
Una cerebrito genial por supuesto. Hola. Mírala, totalmente linda. Un
chico como él debería haber estado babeando sobre ella.
Risa disimulada.
Yeehaw.
Capítulo Cuatro
—¡Yeehaw!
Más de una voz lo gritó, y no tardó mucho en saber por qué. Dexter
no pudo evitar notar la acción en el momento en que entró en el bar.
Se agarraba con una sola mano mientras que con la otra saludaba.
A través de todos los corcoveos y golpes, se rió y se burló. Alguien se
estaba divirtiendo demasiado y provocando ideas muy traviesas.
Al ver una cara familiar, pasó junto a las mesas, evitando la pista
de baile y alejándose del costado de la habitación con el toro mecánico, y
con la mujer en la que él no pensaría. Se deslizó dentro de una cabina en
Tan encorvado como estaba, una persona no podía decir que Calvin
medía más de metro noventa y cinco centímetros, pero el ancho de sus
hombros aún causaría una pausa. Era grande. Estúpidamente grande.
Y, afortunadamente, su amigo.
—Conozco esa sensación. —Y eso era todo lo que había que decir
porque, con buenas amistades, el tiempo de separación no importaba.
Reunirse, incluso por un corto momento, era tan familiar como ponerse
un par de vaqueros bien usados. Señaló a la cerveza—. Veo que tienes
ventaja sobre mí.
—¿Un asistente para qué? Puedo manejar muy bien el trabajo por
mi cuenta. —Los ordenadores, y especialmente los servidores, eran
criaturas quisquillosas. Especialmente las redes creadas por otra
persona. Cada técnico de TI tenía su propio método y protecciones para
mantener su espacio virtual seguro.
—Si tú lo dices.
—Lo digo en serio. Así qué, oye, ¿trajiste algo de esa mermelada por
la que tu madre es famosa?
—Lo estaba, pero este trabajo llegó, y no podía decir que no. Lo que
apesta. Finalmente compré una casa en un vecindario prometedor, pero
debido a este estúpido trabajo, estoy viajando todo el puto tiempo.
—Estás loco por trabajar aquí. Espero que el dinero sea bueno
porque tiene que estar costando una fortuna el alquiler. He oído que la
ciudad está locamente llena.
—Sabes qué, aunque no tengo mermelada para ti, tengo esos palos
de golf que tomé prestados. Están en mi maletero.
—Lo haces sonar como un insulto, y aun así espera hasta que seas
viejo y vivas de un cheque del gobierno. Desearás haber ahorrado un poco
de dinero durante tus años de saltamontes y haber guardado algo de ello
en un plan de jubilación estable.
Calvin sonrió.
—¿Te la chupa?
—IL ha sido de gran ayuda para la economía local. —Si tan solo
fueran tan buenos como parecían. La cara externa perfecta ocultaba una
verdad oscura.
—Buscando. Guardando.
—¿Cómo de profundo?
—¿Cómo qué?
—Un tipo tímido. Puedo entender eso. Entonces iremos a otro lado.
Un lugar con una puerta. ¿En el cuarto de baño?
—¡No!
—No.
—No vamos a tener sexo. —Lo cual, dicho en voz alta, sonó muy
tonto. ¿Qué hombre en su sano juicio no querría tener sexo con ella? Era
totalmente adorable con su pelo rayado, peinado en todas las direcciones,
sus ojos oscuros con delineador y rímel, sus labios seductores y
tentadores.
Gracias a Dios por los pantalones sueltos y una mesa. Esta mujer
tenía la habilidad de excitarlo. Lo que no entendía era su atracción.
Aunque era linda como un botón, también lucía un aro en la nariz, varios
piercings en las orejas y un look de chica punk que incluía colores
brillantes en capas y rasgaduras.
—Yo también.
—¿Haciendo qué?
—Buenas noches.
Sin embargo, no fue una buena noche, no cuando pasó unas horas
tumbado en su cama, escuchando a que ella volviera a la casa de
huéspedes. Luego, más tiempo para preguntarse con quién se fue a casa.
Ni malditamente un poquito.
Capítulo Cinco
Jodida luz del sol.
6
Hongos Alucinogenos.
Un coche de época de los años ochenta, nada menos. Así que tomó
un selfie y lo publicó. #ConduciendoUnClásico.
—Me vas a dejar, gominola, y cuanto más discutas sobre ello, más
tarde se hará. Así que pon tus dulces posaderas en el asiento del
conductor. ¿O preferirías que tomara el volante? Me quitaron la licencia
hace un tiempo, algo sobre ser una amenaza para la sociedad. Exagerado,
Mmm. Lamiendo.
—Esa tiene que ser la mierda más inteligente que has dicho hasta
ahora.
—No juegues con los humanos. Hasta que estés lista para
comerlos. Se traumatizan fácilmente, lo que agria la carne. —También se
magullaban como los melocotones. Por eso no se le permitía jugar a
esquivar el balón con ellos una vez que llegaba a la pubertad.
Bebés llorones.
Porque, ¿qué mejor lugar para los chismes que una peluquería
local? Se pasó todo el día escuchando y haciendo preguntas astutamente
porque solo podía averiguar un tanto en línea.
—He oído que todos los guardias son cambiantes. Barney dice que
no se les permite venir a la ciudad porque no pueden controlarse cerca
de las damas, especialmente si se emborrachan. —Risita nerviosa.
—¿Es verdad que sus cosas —dijo la mujer con una bufanda de
color púrpura y una sonrisa tímida— tienen púas al final?
Baaaaaaa.
Creo que es una fachada. Su instinto visceral dijo que este lugar no
era bueno, pero antes de que llamase a la ira de los Septs sobre ello tenía
que estar segura. Necesito pruebas.
Resultó que los humanos, con su astucia y armas, fueron los más
mortíferos de todos. Casi habían matado a los dragones hasta la
extinción. Se habían necesitado siglos para reconstruir, y siglos para
perfeccionar el arte de esconderse a plena vista.
Capítulo Seis
¿Qué estoy haciendo aquí? Exactamente a las cuatro y cincuenta y
nueve de la tarde, esperando a unos cuantos escaparates del salón,
Dexter apoyó la cabeza sobre el volante, no golpeándola del todo, pero
cerca.
No debería hacerlo.
Lárgate.
Vete.
Ahora.
No se movió.
Él desvió la mirada.
—¿Cómo puede ser eso malo? —No pudo evitar echarle una mirada,
preguntándose si su respuesta era más humo y espejos, para despistarlo.
—Lo eres.
Por alguna razón, sintió que era una razón para divulgarlo.
—No estoy juzgando, solo para que lo sepas. Yo también vivo con
mi madre.
Ella aplaudió.
7
Habitante del sótano: Adulto que vive en casa de sus padres (estereotípicamente en el
sótano), y conlleva un tono peyorativo de ser vago.
Por alguna razón ella pensó que era muy gracioso. Se rió, y se rió
y, en jadeos explosivos, logró gruñir:
Ella lo escuchó.
—Tengo hambre.
—¿Y?
—Mucho.
—Muéstrame.
—Dice que eres una especie de activista de chicas ricas. —No solo
una tentación de chica punk con cabeza burbujeante que significaba
problemas. Aparentemente, no era el único con secretos. Esto debería
haberle hecho alejarse de ella. En vez de eso, ella se hizo más caliente.
Capítulo Siete
Maldición, me veo sexy.
—Tienes razón. Debí haberlo hecho con más escote primero. —El
problema era que se había quitado el sostén, y si se quitaba la camisa
también, entonces quién sabía lo que iba a pasar. El juez le había
advertido que no volviera a hacer eso en público, para que no causara un
accidente de coche aún mayor.
—Sé lo que todo el mundo sabe, que están haciendo pruebas con
los Cambiaformas para dar respuestas a la población. ¿Deben ser
esterilizados o castrados? ¿Necesitan un bozal en el trabajo? ¿Joe
Werewolf en el trabajo puede contagiar un caso de pulgas a sus
compañeros de trabajo?
—Mi abuela comía uno de salvado todas las mañanas, dijo que la
mantenía regular.
—¿Qué chica?
—No.
Él se encogió de hombros.
—¿Por qué no? ¿No crees que soy bonita? —Se había acercado
mientras hablaban, tan cerca que lo agarró y casi lo alcanzó de puntillas.
Pero le tomó a él bajar la cabeza para que sus labios se tocaran.
—¿Así que vas a fingir que no me deseas porque eres exigente con
el nombre de una mascota?
Sus labios nunca se movieron, pero ella podría jurar que oyó un
vehemente: “¡Sí!”.
Capítulo Ocho
¿Por qué la besé? No podría haberlo dicho. Al igual que Dex no
podía explicar su gentileza al meterla en su cama y colocarle las mantas
sobre ella.
¿Quién es ella? Era más que una chica rica, rebelde y de cabeza
burbujeante. Estaba seguro de ello, especialmente después de esta
noche. Sin embargo, no importaba cuánto tiempo buscara en Internet,
no podía encontrar nada más allá de las páginas de sociedad. Y todo lo
que encontró solo reforzó su impresión.
Una inadaptada.
Una rebelde tal como ella había dicho. Con todo tipo de pruebas
que respaldaban esa reclamación.
Pero esa teoría no encajaba. Nada sobre su ataque. Por eso pasó
más tiempo del que debería mirándola en su video.
Fue una noche agitada y una mañana gruñona, sobre todo porque
ella había desaparecido en algún momento antes de que él despertara.
En un minuto ante la cámara, y al siguiente… desapareció.
—No tomo drogas, y hasta anoche, nunca tuvieron nada que ver
con mis citas. —Demasiado tarde se dio cuenta de lo que había dicho.
Buena pregunta.
Sin embargo, dejarla no le sentó nada bien. ¿Pero qué otra cosa
podía hacer? ¿Meterla en su maletero durante el día? No tenía el tipo de
cuerda adecuado, y el pronóstico del tiempo no era muy bueno para el
secuestro y confinamiento.
—En mi familia, una de mis tías decía que era el destino. Entonces
la tía Yolanda diría que el destino es como es el destino. Y entonces mi
madre les diría que cualquier destino en nuestra familia depende de ella.
Ella parpadeó.
—Sí.
Por un momento, podría haber jurado que sus ojos brillaron con
una llama verde.
Sin embargo, estuvo bien, porque le dio más tiempo para husmear,
al menos cuando los jefes no estaban prestando atención. Siempre les
echaba un ojo, ya que disfrutaban entrando y saliendo de las oficinas,
mirando por encima de los hombros, asegurándose de que todo el mundo
hacía su trabajo. Dex hizo su trabajo muy bien. Era el tipo modelo de TI.
Lo habían pillado durmiendo una vez, otra vez jugando al baloncesto con
bolas de papel usado y navegando en páginas porno. La personificación
del empleado perezoso y desinteresado. Y se lo creyeron totalmente.
Mamones.
Por eso iba a reunirse con la persona que había descubierto algo
interesante sobre Lytropia y quería ayuda para explorarlo antes de
exponerlos.
—Señor Cline. Gracias por venir. —La pequeña mujer, con su piel
exóticamente bronceada, tenía el pelo largo y oscuro apartado de su cara.
11
Que la siguieran.
Ah, sí, el vídeo que lo inició todo y lo llevó a Little Town, Estados
Unidos.
—He jugado un poco con él. Lo pasé por todos los filtros que pude,
pero la iluminación, como bien sabes, es mala. Lo que sea que esté en
esa grabación está vivo, pero… —Pero no podía decir lo que era, aparte
de no ser un ser humano.
—No. Pero también asumimos que lo que hay en ese vídeo es una
persona. ¿Y si no lo es? ¿Y si es algún tipo de animal?
Capítulo Nueve
—Estaba fuera, no es que sea asunto tuyo —respondió Dex,
luciendo demasiado lindo con su camisa de cuadros escoceses de botones
y sus gruesas gafas.
¿El verdadero crimen, sin embargo? Había estado con otra mujer.
Estoy celosa. Qué fascinante porque, por una vez, no era por un
tesoro en el alijo de otra persona. Era por alguien vivo. Una persona. Ella
quería a una persona, este hombre, como suyo.
Y yo no comparto.
Por suerte para él, no olía a sexo. Eso la habría vuelto loca, y
probablemente se lo habría comido, y no de una manera que él hubiera
disfrutado.
—¿Eres un Cambiaformas?
—Por supuesto que no. —Ella era mucho más, no es que le dijera
eso. Algunos secretos deben ser revelados lentamente. Aunque
—Y tus ojos…
Él se encogió de hombros.
12
Crypto: Crypto o Cryptozoides palabra que usaban los dragones para alguien que no
eran humano, y hasta hace poco se pensaban que no existían como los Cambiaformas.
Los médicos habían encontrado algo que creían que era la razón
por la que los wyverns eran wyverns y no dragones. Faltaba un pequeño
pedazo de material genético. Una pieza importante, aparentemente. Una
pieza que, al faltar, hacía imposible el apareamiento.
Ah, por los días en que su especie gobernaba las tierras. Hace
mucho tiempo. Esas ciudades e imperios habían caído hacía mucho
tiempo. Sobre todo, a manos de los humanos, pero los dragones también
habían jugado un papel. Los dragones habían empezado a diezmarse
unos a otros dentro de sus propias filas mucho antes de que la
humanidad se levantara contra ellos y derribara sus poderosas ciudades.
—¿Qué soy yo? —Repitió las palabras con una sonrisa que creció—
. Soy el centro del mundo. Todo gira en torno a mí. Es un hecho extraño
que los científicos no entienden.
—Si ellos lo saben, ¿cómo es que es la primera vez que oigo hablar
de ello? —Se mofó él, su agarre se había deslizado hacia su cintura.
Le gusto.
Un mini orgasmo, eso fue lo que fue ese temblor. ¿Él lo sabía? Las
manos sobre su cuerpo presionaron más firmemente, sus dedos
clavándose. Él la acercaba cada vez más, acercando sus labios. Tan
jodidamente cerca.
—Lo malo es bueno. —Lo malo hacía que fuera caliente. Ella agarró
su labio inferior con la boca dándole un pequeño chupetón antes de
soltarlo.
La cama crujió mientras ella presionaba contra él, cada vez más
rápido, el roce tan exquisitamente encantador. Qué excitante.
Tan cerca.
Tan…
¿Qué?
Capítulo Diez
Los vehementes golpes a la puerta y los gritos estridentes le
hicieron alejarse de Adi con un gruñido frustrado. Cerca, tan cerca de
derramar su semilla como un joven que todavía no había aprendido
ningún tipo de control.
Bang.
Probablemente.
—Deberíamos parar.
Ahora, sabía que había cosas que no eran del todo humanas en el
mundo. ¿Qué es ella? El hecho de que no lo supiera le recordaba que esta
mujer tenía un secreto, un secreto posiblemente enorme. Necesitaba no
ceder al deseo furioso que lo consumía porque no estaba seguro de cómo
se sentía al involucrarse con alguien que no era del todo humano.
Respuesta incorrecta.
Bang.
—¿Irse? Me temo que no puedo hacer eso. Tengo trabajo que hacer
aquí, tendrás que aprender a subir el volumen de la televisión. O podrías
tomarte unas pastillas para dormir. Tengo el presentimiento que
podríamos seguir toda la noche. —Le lanzó un guiño y él tuvo que
esconder una carcajada detrás de un puño, convirtiéndolo en una tos
forzada.
Una persona normal podría haberse ido en este punto antes de que
la cosas se salieran de control.
¿Qué hizo Adi? Se giró y dio los suficientes pasos para darle un
beso, un golpe rápido de sus labios contra los de él y un ronco:
—No me voy, anciana. Pagué por una semana, y voy a tener una
semana. ¿O quieres que llame a mis abogados para que te demanden por
violación de servicios y acoso? —Se fue con un portazo, pero pudo oírla
discutiendo con la vieja. Finalmente prometiendo—: No fornicaré con el
santo señor Cline en tu casa, pero fuera de ella, haré todo lo posible por
ponerle mis sucias manos, manchadas, encima.
Tendré que hacer una oferta por eso. No le importaría integrar una
o dos mejoras en su cuerpo.
Como las veces anteriores, nada que ver. Nada que indicara un
comportamiento fuera de lo común para un lugar como este.
En la superficie.
Hay una red más grande por ahí. Puedo verlo. Podía ver los bordes,
pero aún no había encontrado una grieta de un tamaño decente.
Con sus dedos tecleando, Dex fue más profundo que nunca antes.
Sus ojos detrás de sus gafas estaban vidriosos: las gafas le ayudaron a
concentrarse, una tecnología que había comprado por un bonito centavo
en el mercado negro. De alguna manera ayudaban a enfocar su mirada
en las cosas importantes mientras caminaba por los códigos. Le dieron
una ventaja en el último juego de rompecabezas.
Más de una persona. No estaba solo ahí dentro. Lo que le hizo darse
cuenta de algo sorprendente. ¿Por qué tengo la impresión de que sé quién
era?
penetración digital era casi suficiente por hacerlo ir por el pasillo y exigir
respuestas.
Capítulo Once
El pobre Dex parecía que necesitaba una intravenosa de café a la
mañana siguiente.
—Así que fuiste tú. —Pisó los frenos, sacudiéndola. Ella también
escupió un poco de café en el tablero. Ups. A él no le gustaría eso.
—No cambies de tema. Sabía que eras tú. Eres la razón de que nos
quedáramos fuera del servidor.
13
Vibrador.
—Tengo algo que puedes tapar. —Abrió sus muslos y le lanzó una
mirada sugestiva, que estaba totalmente desperdiciada ya que él miraba
hacia adelante.
—Usa tus lentillas o ese pedazo de plástico negro que llevas contigo
será inútil.
—Tienes que mantenerte alejada del servidor IL. —Qué lindo. Dio
otro mordisco mientras Dex continuaba con su advertencia, la cual
podría añadir, no tenía intención de escuchar—. Si te pillo haciéndolo de
nuevo…
—Te atraparía.
—#NoMuyDivertido.
Y cuando era una dragona, sus escamas eran aún más perfectas.
Para nada ásperas y llenas de baches. Aunque era dura, sus escamas
eran suaves al tacto, como una armadura de plata por todas partes.
—Tómate tu tiempo.
—¿Qué está pasando? ¿Por qué estás aquí fingiendo ser una
anciana?
Adi la saludó.
—Pero no tan vieja. ¿Por qué estás aquí? ¿Te envió mi madre?
Jesús, le dije a Aimi que le dijera que tenía esto bajo control.
—Ojalá. Las cosas por aquí han sido un poco aburridas. —En el
trabajo, pero cuando se trataba de su vida amorosa, las cosas mejoraban.
—¿Te refieres a ese gran lío con los etiquetadores de vida silvestre?
Aburrido.
—No tienes ni idea, ¿verdad? —La tía Waida agitó la cabeza—. Niña
tonta.
—¿Me estás dando otra vez una de esas extrañas profecías? Pensé
que dejaste de trabajar para ese teléfono directo psíquico.
Capítulo Doce
Tan pronto como Dex entró en Lytropia, se dio cuenta de la inusual
actividad en el vestíbulo. La gente caminaba en pequeños grupos, con la
cabeza baja, susurrando y lanzándose miradas sospechosas unos a
otros.
14
El llevar armas abiertamente en algunos estados de EE.UU.
15
TightVNC Server es un software libre, que permite implementar un servidor VNC. Con
TightVNC, puedes ver el escritorio de un ordenador remoto y controlarlo con tu ratón y
teclado locales, al igual que lo harías sentado en la parte delantera de ese equipo.
—Eso apesta para Ricky. Menos mal que estoy aquí. Es hora de
enseñar un poco de respeto a esas molestas máquinas.
—Veré si puedo resolver este lío —dijo Dex con una sonrisa antes
de marcharse.
Una vez que dejó a la doctora, no tardó mucho en apagar todas las
máquinas restantes, y luego, sin nada que hacer, porque no lo dejaron
meter en cajas o llevar los componentes electrónicos al camión, tuvo que
salir temprano. Lo que significaba que tenía una hora antes de ir a por
las alitas, así que tuvo que tomarse la cerveza con calma.
Las cuatro de la tarde llegaron con una cesta de alas y aros a mitad
de precio. A la primera cerveza le siguió una segunda. A las cinco en
punto, se encontró mirando a la puerta. Aún no había señales de
Kashmir. Dio golpecitos con el pie. Adi lo estaba esperando. Pero él no
estaría allí.
16 Push-It : Empújalo.
17
Teléfono de modelo antiguo plegado.
—¿Por qué?
—Era importante.
—Siento llegar tarde. Por alguna razón, el señor Morales quería que
me quedara y hablara con él.
—¿Para qué?
—Sí. Se fueron no mucho antes que yo, pero cuando me alejé, noté
que llegaba una camioneta nueva.
—A mí me suena raro.
—No. Lo que vi fue más grande. Mucho más grande. Pero esa no es
mi mayor noticia. Creo que encontré el camino al laboratorio secreto.
Resulta que no está justo debajo del IL como pensaba. Aunque, hay un
túnel.
—Es…
—¿Ese es tu amigo? —Para ser una mujer pequeña, Adi tenía una
voz que transmitía, y también poseía una gran tonalidad. Todo el mundo
en el lugar podía escuchar el desagrado en sus palabras.
—Yo diría lo mismo, pero eso sería una mentira. Mantén tus garras
lejos de mi hombre.
—¿Para qué?
—Bueno, bla-bla-bla para ti. Yo, por otro lado, no tengo ningún
interés. —Una completa mentira. Incluso ahora, cabreado como estaba
con ella por acosarlo, quería besarla, agarrarla y golpear al tipo que le
estaba mirando el culo desde donde estaba sentado en el bar. Si se
acercaba lo suficiente, tenía una aplicación para limpiarle las cuentas al
tipo.
Él frunció el ceño.
—No me gustas.
—Sé que ahora crees que no, pero eso no te impedirá follarme duro
antes del final de la noche.
—Lo estás, pero está bien esta vez. —Le dio unas palmaditas en la
mejilla—. Es porque estás cachondo. Sé cómo arreglarlo.
No escapó.
Capítulo Trece
Dex pensó que podía correr. Adi tenía noticias para él. Había tenido
una epifanía cuando lo vio teniendo un tête-à-tête con esa mujer.
¿Por qué no puedo vivir mi vida? Una vida con Dex y sin embarazos
forzados.
Quererlo para más de una noche era lo más rebelde que jamás
había pensado.
Lo quiero a él.
Él no se dio la vuelta ni una sola vez; sin embargo, podía decir por
su postura demasiado relajada que él estaba muy consciente de su
presencia. Era hora de que dejara de ignorarla.
Te rendirás.
—Soy tu destino.
—¿Cómo qué?
—Ahí está la palabra “no” otra vez. Deja de negarlo. Sé que también
lo ves.
—Para.
Ya era hora.
—Ven conmigo. —Se alejó del coche y la llevó unos pasos hasta un
callejón. No un callejón sucio, pero, aun así, no era una cama.
Estaba en medio del callejón, así que tenía mucho espacio para
maniobrar. Sus manos le cubrieron la cintura y la levantaron, y él
murmuró un suave:
Ras.
Pop.
Pop.
—Necesitamos protección.
En absoluto.
Si alguna vez un hombre se arrepintió del sexo, fue Dex. Ella podría
haberse sentido más insultada si no hubiera sido tan buen sexo.
Finalmente habló.
Por el contrario, cambió todo. ¿No sentía ese zarcillo que ahora los
conectaba? Un enlace como una telaraña que no creía que pudiera existir
entre un dragón y un humano. ¿Cómo es que no nos dijeron que podíamos
aparear a un humano?
¿Eso fue lo que ella hizo? ¿De verdad que lo había tomado? ¿Se
podría ver?
#EmpapandoLasSábanas.
Capítulo Catorce
¿Qué está haciendo?
Mierda.
¿Y si era un monstruo?
Y sí…
18
I love (pero con forma de corazón) al byte.
a estar molestos. Algo extraño había sucedido que iba más allá de los
ordenadores que fueron retirados ayer.
Que, más que nada era ese el miedo en la mente de todos. ¿Todavía
estaban empleados? ¿Tendrían un cheque para cobrar al final de la
semana?
En otro rumor, dijo que era espionaje corporativo con Ricky como
cabecilla.
E imparable.
Contestó.
—¿Qué?
—Solo que algo similar les sucedió después de que Parker fue
perdido de vista. Un día estaban abiertos para los negocios, y a la mañana
siguiente, los empleados llegaron a trabajar y no encontraron nada.
Más como diez. Condujo más rápido que lo permitido en los límites
de velocidad fijados una vez y pronto se detuvo frente a la tienda con cada
bocadillo conocido por el hombre. Adi estaba de pie con una abultada
bolsa en cada mano. Ella abrió la puerta trasera y puso las bolsas en el
asiento, y él noto el borde que se asomaba de una delicia familiar.
—¿Qué te parece?
—Tus huellas en Internet indican que eres una chica rica rebelde
que siempre se mete en problemas con la ley. Pero eso solo es una
fachada. Quiero la verdad.
—Yo también.
Ella resopló.
—¿Qué?
—Creo que es lo más gracioso que has dicho hasta ahora, Dex,
cariño.
—Así que estás aquí no solo para un divertido hackeo, sino porque
buscas información. ¿Por qué? ¿Para quién es?
—Espera, Dex, nene. Algo no está bien. Hay alguien ahí dentro.
¿Podría haber una palabra más castrante que esa? Espera, un acto
en sí mismo que hizo que su hombría se marchitara.
—¿Qué es eso?
¿Pero cómo había muerto? Adi pasó por encima de la señora Givry
y entró en la habitación, mientras que Dex se detuvo y se agachó fuera
del charco de sangre que se formó alrededor de la parte superior del
cuerpo de la señora Givry.
Thump.
No estaban solos.
Una cabeza con una espina dorsal estriada que fluía entre dos
orejas puntiagudas hacia abajo, a lo largo de su espalda hasta la punta
de su cola puntiaguda. Gruesas y negras garras se agarraban al umbral.
Garras lo suficientemente afiladas como para cortar una garganta,
apostaría.
—Vosotros morís.
Saltó por la ventana y Adi corrió hacia ella. Apoyando sus manos
en el alféizar, se quejó.
—Oh, por favor. Podría haberla capturado. Soy más dura de lo que
parezco. —Sonrió, y en ese momento, dada la naturaleza salvaje de esa
sonrisa, él le creyó.
Él resopló.
—¿Buscando en mi habitación?
Él sacudió la cabeza.
Ella olfateó el aire, una vez, dos veces, y luego frunció el ceño.
—¿Qué gas?
Capítulo Quince
¿Qué demonios le pasa?
Solo dio unos pocos pasos antes de que una luz anaranjada
iluminara las ventanas del piso principal de la casa.
—Está muerto, Dex, nene. Y que le vaya bien. Espera a ver lo que
un coche fabricado en la última década puede darte.
—Mierda. No está.
El mundo no era el mismo lugar que ella conocía hace un año. Sin
embargo, ¿una cosa que podría afirmar con certeza? Fuese lo que fuese,
no era natural, y se lo mencionó a su hermana desde una habitación de
hotel que ella y Dex consiguieron alquilar… el repentino cierre del IL
había dejado algunas vacantes.
19
Imps: Pequeños demonios menores.
—La mayoría de los cryptos los tienen, y los que no, siempre usan
lentes de contacto —observó en voz alta para que tanto su hermana como
Dex pudieran oír.
—¿Es eso lo que te pasó en los ojos? Sabía que no estaba loco —La
acusó—. Eres una cosa-crypto, ¿no? —Dado que él la miraba con ira, ella
sabía que era hora de colgar.
—Te llamo después. Tengo que pelear con mi hombre y luego tener
sexo de reconciliación.
Hmmm.
—No cambies de tema. Quiero saber qué les pasó a tus ojos. ¿Por
qué ya no brillan con fuego verde? ¿Estás usando lentillas?
¿Ella se había ofrecido a darle algo oral, y él quería saber sobre sus
esfuerzos para mezclarse con los humanos? Se tocó en los ojos, uno cada
vez, y se quitó las lentillas. Parpadeó.
—¿Mejor?
—No lo contestes.
Él lo contestó.
—Sí.
—¿Dónde estás?
Sus ojos se abrieron cuando la vio venir. Había perdido sus gafas
en la conmoción, y ella las extrañaba. Quería quitárselas de la cara y
tirarlas a un lado antes de arrastrar su rostro hacia abajo para un beso.
Él se había ido.
Dex había regresado, y sin preguntar, sin discutir, sin ningún tipo
de preámbulo, la agarró por las caderas, le pateó los muslos aparte y
apretó la gruesa cabeza de su pene contra su sexo.
Qué decadente.
Por lo general, su prima le bloqueaba una polla cada vez que tenía
la oportunidad. Probablemente porque Adi hacía lo mismo con ella. Era
una cosa de familia.
—La tía me envió. Dijo, y cito: “Mi tonta hija menor está
nuevamente envuelta en algo mucho más grande que ella, en vez de venir
a prepararse para cumplir con su deber familiar”
—¿Por qué está aquí? ¿De qué estaba hablando? ¿Qué pasa cuando
cumples los veintiocho años? No te estás muriendo ¿verdad? —Parecía
adorablemente horrorizado.
—Solo hay un hombre para mí, Dex, nene —Le guiñó el ojo—. Y ese
es…
Voy a tener que decírselo en algún momento. Sabía que ella era
diferente. El problema era que no estaba segura de cómo manejaría él la
verdad.
—Mejor que no, porque esta vez con la ciencia como aliada, no
tenemos dónde escondernos.
Deka suspiró.
—Temía que dijeras eso. Que es por lo que… —La puerta del hotel
se abrió de golpe—. Traje algunos refuerzos.
Al final, Adi no tuvo más remedio que irse… pero la tía Waida le
concedió un favor.
Capítulo Dieciséis
Bolas de algodón le llenaban la cabeza. La llenaban hasta reventar.
Ugh. Le costó demasiado esfuerzo abrir los párpados. La luz del día
se asomaba entre las cortinas.
La última vez que Dex revisó su reloj, ni siquiera eran las diez de
la noche. Su mente confusa se negó a cooperar, por lo que parpadeó,
tratando de encontrarle sentido a las cosas, así como a levantar la cara
de la almohada empapada de babas.
—¿Qué coño?
¿Calvin? ¿Aquí?
Adi tenía el efecto más excitante en él. Hablando de ella, rodó hacia
el otro lado de la cama y notó el espacio vacío a su lado, un espacio que
mostraba las sábanas dobladas. Nadie había pasado la noche a su lado.
—¿Quién?
—Estaba drogado.
—Eso fue parte de las noticias, pero lo que realmente los hizo girar
fue que las fuerzas de seguridad locales encontraron un coche fuera de
la ciudad, abandonado con el motor y las luces encendidas y la puerta
del lado del conductor arrancada de sus bisagras. Según el policía que
estaba desayunando, la carrocería del vehículo estaba arañada como el
infierno, como si algún animal hubiera atacado el coche.
—Se fue. Pero no había sangre en la escena, así que creen que sigue
viva. Desapareció.
Calvin lo confirmó.
Esas… esas cosas nos están ocultando cosas. A los humanos. Adi
también escondía cosas. Tal vez lo mejor era que se hubiera ido.
Ciertamente no quería, ni necesitaba estar involucrado con alguien así.
Entonces, ¿por qué seguía mirando a la puerta, esperando ver sus
mechones color pastel y su peculiar sonrisa?
Dex regresó a la habitación del hotel para ver que la nota todavía
estaba allí. Al verla, con el papel del hotel, tan patético y necesitado en
medio de su cama, tomó su decisión.
Capítulo Diecisiete
¡Secuestrada de nuevo!
No era la primera vez que Adi había sido atacada por su familia
bien intencionada, atada y llevada de vuelta a casa en un jet privado, ya
que las aerolíneas regulares desaprobaban el secuestro. Diablos, ella
había participado en muchos secuestros cuando la matriarca del Sept lo
exigió.
Sin embargo, esta vez fue diferente. Adi no quería dejar el pueblo
pequeño del infierno. Al igual que real, realmente no quería ir. Estar de
vuelta en casa significaba dejar a Dex atrás.
Ahora.
Cómo odiaba ser el centro del mundo y, sin embargo, ser impotente
en lugar de omnipotente cuando más importaba. Debería poder tener a
mi Dex y comérmelo también. Sí, había reemplazado al pastel.
Claro que no. Necesito volver con él. Más que una necesidad, era
un imperativo de acción, así que no perdió el tiempo. Que le den a
caminar. Pisoteó por su hogar de la infancia, decidida a encontrar a su
entrometida madre.
#FracasoDeVestuarioÉpico.
20
Pateadores: Botas de montaña.
¿Yo, como mi tía loca? ¿Solo porque Adi se negaba a inclinarse ante
la tradición y le gustaba la ropa ecléctica y las soluciones innovadoras?
Ugh, soy igual que ella.
—Si la tía desapareció, ¿no es esa una razón más para enviarme de
regreso? Yo estaba siguiendo la pista de algo. Tal vez es lo mismo que tía
Waida estaba siguiendo. Podría ayudarla a encontrarlo.
—¿Y tu punto?
—Mi punto es que las dos sabemos que no hay nada malo con los
humanos. O los Cambiaformas para el caso. Puede que no sean tan
geniales como los dragones —Nada lo era—, pero no son malas personas.
Y no merecen ser tratados como escoria. —Especialmente desde que
encontró a un humano que la hizo sentir tan bien.
—No empieces con eso otra vez. Incluso tú tienes que admitir que
los solteros que intentaste lanzarme no eran exactamente premios dignos
del tesoro. —Asqueroso describía a algunos de ellos—. ¿De verdad,
querías introducir la nariz de Cedric en nuestra línea? —El hombre tenía
el pico de un águila y la risa de una sirena de niebla.
—¿Qué quieres que haga? Busqué a todos los hombres que pude
encontrar. O estaban comprometidos, o casi comprometidos, o
simplemente no eran de tu tipo. ¿Tienes siquiera un tipo?
—Me conformaré con el tipo adecuado. Mira lo que pasó con Aimi.
Ella no se conformó y encontró un nuevo dragón.
—Brand es un caso especial. Dudo mucho que haya otro como él.
Y todavía tenemos que determinar si él es realmente un compañero viable
para tu hermana. Estamos esperando para ver si Aimi será fructífera y,
si logra embarazarla, cómo de dragones serán esos niños.
Sí, Brand podría haber sido creado, pero Adi prefería creer que él
era la rareza, no la norma. Sin embargo, con eso dicho, si pudiera
encontrar a unos cuantos más como él, hombres fuertes y viriles,
entonces quizás las reglas para las familias Septs podrían cambiar.
—El hecho de que incluso uno fue creado, sin importar lo bueno y
lo malo, necesita ser explorado. Y por explorado, quiero decir nosotros —
También conocido como yo—, deberíamos poseer el secreto para la
fabricación. Ni Parker, ni nadie más.
—¿Y?
—¿Y qué hay de una vez que nazca el hijo? ¿Me vas a dar una
correa suelta y me vas a dejar salir a hacer cosas? —La tía Xylia rara vez
dejaba su laboratorio en el sótano, pero su excéntrica tía, la alquimista,
disfrutaba jugando con sus pociones. ¿Sus hijos nacidos por
inseminación? A la tía Xylia le encantaban, pero ocupaban el segundo
lugar después de su trabajo.
¿Seré como ella? ¿Produciendo niños y dejando que otros los críen?
Realmente tuvo que preguntarse si tenía un gen maternal porque no
podía mostrar ningún entusiasmo por un bebé. Por otra parte, había algo
fríamente impersonal en ser implantada con la semilla de un extraño.
¿Un niño nacido de esa manera se sentiría real para ella?
Mis primas parecen reales. Deka y Babette tenían a las tías Xylia y
Yolanda como madres, pero no a los padres dragones. Ni siquiera padres
—Trato hecho.
Espero que tus nadadores estén en buena forma, Dex, nene, porque
necesitamos embarazarnos ASAP21. Con un niño. Un plan increíble, pero
para que funcionara, primero tenía que encontrar a Dex.
#ListoONoAhíVoy.
21
ASAP: Lo antes posible. As Soon As Possible.
Capítulo Dieciocho
Plas. Algo golpeó el agua afuera en la piscina con fuerza. Pasó un
segundo más antes de que las alarmas comenzaran a sonar. Sin
embargo, Dex ya estaba en movimiento.
Plas. Cuando los abrió de nuevo, la mayor parte del video parecía
oscuro.
Él lo hizo. Dex sabía que había algo diferente en Adi. Algo extraño.
La forma ante Dex brilló, casi como si las moléculas del cuerpo se
difuminaran y desdibujaran antes de unirse firmemente, pareciendo que
se encogían hacia abajo, y hacia abajo. Luego bajó un poco más, hasta
que el dragón desapareció y un par de manos se agarraron al borde la
piscina. Un momento después, una figura saltó del agua, y una conocida
chica de pelo de duendecillo estaba ante él. Desnuda. La miró fijamente.
Un jodido dragón.
—Venga, Dex, nene, no tengas miedo. Ahora sabes que soy una
bestia majestuosa. La más grande y la más mala, como nos gusta decir.
En este momento, sé que probablemente estás sorprendido por mi
esplendor. Humillado por mi poder.
Ella le guiñó un ojo, tan inocente que quiso besarla. Porque ella era
realmente la cosa más arrogante que él había visto.
—No va a pasar.
—¿Qué parte?
Él sacudió la cabeza.
—¿Qué quieres decir con que voy a verte mucho más? —preguntó.
—Me va bien. —La única respuesta que pudo lograr dada la locura
que ella soltó.
—¿En serio me vas a dar una mierda por haber minimizado esto?
—Él agitó una mano a su alrededor—. Creo que tu omisión es más grande
que la mía. Mucho más grande.
—Me secuestraron.
—¿Quién?
—No, te diré qué tiene que parar. Eres tú, fingiendo que no estás
totalmente enamorado de mí. Ambos sabemos que te gusto. Puedo verlo.
—¿Adónde vamos?
—Mi cama.
—Oye —dijo con un susurro ronco—. ¿Qué tiene que hacer una
chica para ser violada por aquí?
—¿Quieres más?
Ella gateó, hacia atrás, hasta que el centro de ella, ese dulce coño
que él anhelaba, flotaba sobre su cara. Dulce tentación. No esperó, sino
que sacó su lengua, logrando golpearla contra los labios inferiores de ella.
El néctar húmedo le dio sabor a su lamida, y la decadencia lo hizo probar
nuevamente, su lengua chapoteando entre los labios de ella. Él tarareó
contra su carne con placer, y ella se estremeció.
dulce coño con sus dedos. Folló su apretado canal, sintió su apretón
alrededor de él mientras frotaba y chupaba su clítoris.
Ella se inclinó mientras se movía bajo él, con los ojos cerrados y la
cabeza golpeando de un lado a otro.
—Córrete para mí, nena. Córrete. —La empujó con las palabras
mientras se empujaba a sí mismo en ella. Sus ojos se abrieron, y fuego
verde ardió en ellos. Había ido demasiado lejos para que le importara lo
que significaba.
Derramándose.
Joder.
Capítulo Diecinueve
Dex llevaba su marca. Le quedaba bien. Ahora, si tan solo perdiera
el ceño fruncido… o él lo volteara al revés.
Luego se inclinó y dejó que él terminara con los dos. Otra vez, sin
condón.
Con las persianas bajadas, se las arregló para dormir un poco más,
y la siguiente vez que se despertó, cerca de la hora del almuerzo por el
estruendo de su barriga, encontró a Dex sentado encima de las sábanas,
usando calzoncillos boxers, como si escondiéndose fuera a hacer que
fuera menos atractivo.
Un gran sexo.
Sin embargo, Adi tenía fuentes, que fue cómo lo había encontrado
y, para ahorrar tiempo con explicaciones, hizo su gran entrada. Al
principio parecía impresionado. Ahora la ignoró a favor de su portátil.
—¿Qué demonios?
—Estaba ocupado.
—Síp. Una vez que mamá supo que teníamos un dorado, lo mandó
a un castillo seguro más rápido de lo que se puede decir, ka-ching22.
22
Ka-ching: Referencia al sonido de una caja registradora. Se usa para hablar de grandes
cantidades de dinero y querer mucho dinero.
—En pocas palabas, los dragones son antiguos. Hemos estado aquí
desde que vosotros descubristeis que las ruedas ruedan mejor que los
cuadrados. En realidad, gobernamos a los humanos durante bastante
tiempo. Nos adorabais y cuidabais de nosotros, y no os comíamos; era un
buen trato. Hasta que un rey brillante comenzó a pensar que era una
buena idea enviar a caballeros a misiones para matar dragones. En
aquellos tiempos, la realeza tenía un montón de jodidas hijas. Lo que
significó una tonelada de misiones y muchos dragones murieron.
—¿No os defendisteis?
—¿Eres inmortal?
—No del todo, pero tengo una vida más larga que la de un ser
humano. Tú recibirás algún beneficio de la unión. No te hará tan longevo
como a mí, pero tenemos muchos años por delante.
Solo había una cosa que hacer. Adi se puso de pie de un salto y, en
un instante, abrazó a la mujer, levantándola del suelo.
—¿Disculpa?
—Soy Adrienne.
Así que Adi podría haberlo puesto un poco grueso, esa no era
ninguna razón para que la mujer se desmayara. Probablemente también
lo estaba fingiendo, dado que Adi no podía oler ese aroma especial que
normalmente rezuma cuando una presa es vulnerable.
—Dex, nene, no sabía que eras un hijo de mamá. Eso es muy dulce.
Demasiados chicos hoy en día dejan a sus padres incontinentes en
instituciones, confiando en extraños para que les cambien los pañales y
los bañen con esponja. Creo que es encantador que te hayas
comprometido a hacerlo tú mismo.
—Aún no. Pero, al menos vivís juntos. Será más fácil cuando
envejezca más y requiera cuidados las veinticuatro horas. He oído que
usar enemas puede ayudar a que tengan un horario.
—Dex, mi amor, ¿eres tú? Creo que me desmayé. Algo. No, alguien
—Una mirada fulminante dirigida hacia Adi—, me asustó.
—Será mejor que no salga con nadie más, o tendré que llamar al
abogado de la familia para que pague mi fianza. —Se detuvo un segundo
y sonrió antes de decir—: Otra vez.
—De acuerdo. Las drogas son malas. Di no a las drogas. —Se giró
para mirar fijamente a Dex—. Y yo no tengo miedo de hacerte orinar en
un tarro.
#NecesitandoUnFiltroEnLaBoca.
—Lo que Adi quiere decir es que no tienes que preocuparte por
nada. Tengo esto bajo control.
#NoDeseada.
—Me voy.
—¿Vas a volver?
—¿Adónde vas?
—¡Adi, no!
—¿A dónde vas? ¿Te das cuenta de que solo llevas una camiseta?
—Sí. No es mi atuendo más sexy. Creo que tengo una sábana más
pequeña que esto.
Con las probabilidades a favor de los que tenían garras, ella se dio
cuenta de que no tenía elección.
Ella trinó, una flauta melodiosa de una canción, las notas subiendo
en el aire y colgando como joyas de colores antes de estallar y confundir
a los imps mientras volaban, las ondas de sonido interrumpiendo las
corrientes de aire.
Volvió a gorjear.
Vamos.
El fuego ardía en su ala, y ella movió su cabeza para ver que algo
se atrevía a cortarla mientras estaba ocupada.
Eso dejo a dos imps más y a algunos de los comandos que bajaron
al suelo y que fueron recibidos con disparos.
Disparar a su Dex.
Vio demasiado tarde a los tipos con armas tipo bazuca al otro lado
de la casa del vecino. ¡Dispararon! Dispararon misiles que no podían
fallar del todo. Uno la golpeó, le cortó la pierna. Ella gritó enfadada, y se
inclinó, y un segundo la acertó, la punta puntiaguda clavándose en la
carne de su hombro.
—¡Adi! No.
Capítulo Veinte
Dex despertó atado a una camilla. Eso era bastante raro. Estar
desnudo ocupó un cercano segundo lugar, especialmente porque
recordaba que los días de la academia cuando despertarse desnudo
después de una borrachera significaba lidiar con los resultados causados
por un marcador permanente y una navaja de afeitar.
Negro.
Terminé con más que unos pocos. Sin embargo, no había eliminado
a los que importaban, los bastardos que habían derribado a su dragón.
Adi había aterrizado con fuerza, lo suficiente como para hacer temblar el
suelo y aplastar la hierba. Él comenzó a correr hacia ella, aterrorizado al
notar que su cabeza se tambaleaba lentamente.
saber que solo es cuestión de tiempo antes de que ponga a los Septs en
el centro de la atención con el resto de nosotros.
—¿Por qué hacer eso? Tú eres uno de ellos. —Tan pronto como lo
dijo, un sabor amargo llenó su boca. La culpa es de las drogas o de darse
cuenta de que, al llamar a Parker “uno de ellos”, también había relegado
a Adi a ese grupo. ¿Pero ella era realmente tan diferente a él?
—Y existe una razón por la que lo hice. Porque no soy uno de ellos.
—Prácticamente escupió las palabras—. Los cryptos son superiores a la
humanidad. Siempre lo hemos sido comparados con vosotros, humanos,
con vuestras pieles débiles y cuerpos frágiles. Tan débiles que no podéis
manejar ni el más simple de los cambios.
—Te das cuenta de que una vez que salga de estos grilletes, te voy
a matar.
tres elementos hasta ahora… Uno: salvar a Adi. Dos: matar a Parker. Y
tres: encontrar una buena clínica de desintoxicación porque no estaba
de humor para convertirse en una bestia misteriosa. Aunque, según los
cómics, los superhéroes siempre se quedaban con la chica, incluso con
las grandes, descomunales y verdes.
Una lástima.
es que, cuando abrió los ojos, no vio a Adi. En vez de eso, se enfrentó a
un enorme dragón plateado de ojos verdes.
—¡Qué coño!
Capítulo Veintiuno
Su compañero parecía menos que impresionado con el hecho de
que ella había encontrado una manera de hablar con él.
—¿Qué es?.
—Si no eres la que está ahí fuera causando problemas, ¿quién es?
Por otra parte, podría haber pensado que estaba a salvo cuando
desactivó el rastreador que su madre insistía en que todos llevaran
puesto.
pecho desnudo, pero era difícil tener pensamientos lujuriosos, dado que
se veía un poco gris.
—Sígueme.
Qué logro científico tan fascinante, con un gran defecto. Adi cerró
los ojos, sonrió, y luego envió una sacudida de electricidad a través de su
—En cierto sentido, pero funciona en dos direcciones. Por todo lo que
estás atado a mí, yo estoy atada a ti.
—Vas a volar el lugar. ¿Pero qué hay de los prisioneros? —En otras
palabras, ¿había asegurado su tía algún dragón que pudiera estar
retenido en el laboratorio?
—Eres perfecta.
Él no lo endulzó.
Miedo.
—Dex, nene, todavía no has visto nada. —Pero lo haría porque ella
se lo mostraría. Lo que significaba que tenía que vivir, y para eso, ella
necesitaba ayuda, asistencia que no encontraría aquí abajo.
No. No lo era.
Una mirada a su cara mostró que se veía tan pálida. Casi sin vida.
Si ella no aceptaba el trato, él moriría.
Adi todavía no podía creer que los dragones fueran los responsables
de destruir los otros lugares.
#TúEresMiTesoro.
Capítulo Veintidós
Un rayo de sol lo apuñaló en la cara. Más bien en los ojos, que,
incluso con los párpados cerrados, ardían con el resplandor.
—¿Dónde está Adi? —Tal vez su temor no servía para nada. Pero
¿por qué parecía recordar que ella accedió a un chantaje para salvar su
vida?
—Esa chica se fue. Y que tenga un buen viaje. Tiene la madre más
odiosa. Yo, por mi parte, estoy muy contenta de que eligiera dejarte en
paz. Ella no habría sido más que un problema.
—No, no lo hará, porque dejarte fue parte del trato. —Su madre
parecía engreída.
¿Un trato? ¿Qué trato? Quizás Adi había hecho un trato, pero Dex
seguro que no lo había hecho. Nunca acepté no estar con ella. Y si había
una cosa de la que estaba seguro era que quería estar con Adi.
Una vez que despejaron la puerta de servicio, Dex lanzó sus hacks
electrónicos a la seguridad de la mansión Silvergrace. Lo hizo tan
hábilmente que todos los sistemas de monitoreo ignoraron su
penetración en el corazón del recinto armado. A pesar de su apariencia
exterior de una casa, la de Adi era una finca muy protegida…
probablemente porque albergaba dragones.
Sin Dex.
Una puerta del patio le dejó entrar en la casa. Pero entonces era
una incógnita dónde coño estaba ella en este lugar.
—Está en el tercer piso, ala oeste. Ella tiene una puerta azul.
—Tal vez. —La niña batió sus pestañas con una falsa inocencia—.
Será mejor que te vayas rápido. Oigo que viene alguien.
El pasillo era tan largo como los demás, con muchas puertas
cerradas, sus paneles de diferentes colores. Solo uno era azul.
Inclinándose, la besó.
Sí, descubrir que la mujer que amaba no era qué y quién había
pensado que era, le resultó difícil. Duro porque le hizo reevaluar muchas
cosas, como cuál era su problema.
Él sonrió.
Le hizo preguntar:
—Sí. Sí.
Mía.
Por eso hizo esa última cosa que parecía una locura. Se dejó caer
sobre ella, dejó que su gran peso se asentara sobre su cuerpo más ligero
—¿Y?
Y así lo hizo. Él le hizo el amor una y otra vez, hasta que ella gritó
su nombre. Arañándole la espalda con las uñas y, finalmente, al borde
del sueño, le susurró:
—Es humano.
—¿Y?
—No puedes estar con él, no hasta que hayas cumplido con tu
deber. Hiciste un voto.
—Lo hice, pero tú también. Antes de ese voto, me dijiste que cuando
tuviera un hijo, me liberarías.
—Sí, dije que si tuvieras un hijo podrías tener algo de libertad, pero
no me refería a esto. ¿Por qué te rebajarías? —La mueca de desilusión de
su madre era un espejo de la de su propia madre, excepto que, en el caso
de su madre, no era por el hecho de que Adi fuera un dragón lo que
constituía el problema. Su madre no quería que Dex amara a ninguna
mujer más que a ella.
—¿Disculpa?
—Eres mi hija. Pero sabes lo que eso significa, ¿no? —Incluso Dex
pudo ver la tristeza que entró en los ojos de la mujer—. El niño no será
de sangre pura.
Epílogo
La mudanza significó júbilo por parte de Adi y caras de luto para
Deka y Babette.
—Sé feliz.
Buenos tiempos.
#Mío.
***
Había otro prisionero aquí con ella. ¿Cómo le habría ido con el
terremoto?
Necesito encontrar una salida. Pero antes de eso, tenía que hacer lo
correcto, incluso si liberarlo probablemente resultaría en que se la
comiera de un solo bocado.
Dudando a cada paso, Chandra salió del ala que contenía unos
cuantos laboratorios y algunos dormitorios. Aquí es donde guardaban a
los científicos que se volvieron demasiado curiosos. Por el momento, solo
Chandra vivía allí.
Al otro lado del pasillo había una puerta que requería un golpe de
su tarjeta de acceso. Todavía tenían energía por el momento. Pero dudó
antes de entrar.
Miró hacia las profundidades notando las sombras. Sabía por los
vídeos que había estudiado lo bien podía él mezclarse con la oscuridad.
¿Se escondió ahora y miraba desde las sombras?
Fin
Staff
Soñadora: Mdf30y
Cazadora: Pily1
Diseño: Lelu y laavic
Lectura Final: Laavic
03 – Polar descubierto
¿Qué puede hacer un oso cuando un humano tiene un
efecto polarizante?
Cuando Vicky se desliza accidentalmente al lado de un
oso polar, no espera enamorarse. Ser comida sí, tal vez
utilizada como un juguete, pero ¿convertirse en el objeto
del afecto y el deseo de un oso?
¡Loco! Casi tan loco como el hecho de que el oso polar
resulta ser un hombre. Un hombre atractivo. Un hombre
que gruñe, ruge y hace todo lo posible para alejarla.
Solo para regresar.
Gene tiene una sola cosa en su mente, venganza, hasta
que Vicky se estrella contra su vida.
Después del dolor y la traición que sufrió en la guerra, lo
único que quiere es venganza contra los hermanos que lo
dejaron. Pero está confundido cuando, en lugar de querer
castigarlo por sus malos actos, le ofrecen perdón.
Como si esto fuera poco molesto, la friki más hermosa que jamás ha conocido,
con la piel besada por el caramelo cubriendo una exuberante figura redondeada
y que lleva las gafas de montura negra más sexys, no le deja solo. O más bien,
parece que no puede dejar de seguirla. Y no es solo porque alguien quiere
hacerle daño.
Él la quiere. ¿Pero la quiere más que a la venganza?.
05 – Amor grizzly
Su madre lo habría golpeado hasta casi matarlo si
hubiera sabido que Travis estaba loco por la médico del
pueblo, pero no pudo evitarlo.
La doctora Jess, una pelirroja algunos años mayor que él,
es su alma gemela. Su grizzly lo sabe. Él lo sabe. Sospecha
que ella también lo hace. Pero él tiene un dilema que se
interpone en su camino.
Su marido. Hablando de inconvenientes.
Menos mal que Travis es tenaz. Incluso si tiene que viajar
a través de un océano, soportar temperaturas
abrasadoras, subsistir con comida de mierda y sobrevivir
a los atentados contra su vida, no se rendirá hasta que
gane su corazón. O muera en el intento.
Jess cometió un error. Se casó demasiado joven, con el
hombre equivocado. El problema es que los halcones son
compañeros de por vida, y el asesinato va contra la ley.
Para agregar más insulto a la situación, su pareja ni siquiera intenta ser un
marido. Parece que no está interesado en mantener sus votos, ni está llegando
a casa en un futuro cercano, así que cuando surge la oportunidad de
enfrentarlo, ella la toma. Sin embargo, enfrentarse a él no cambiará nada.
Freddie no la quiere… pero Travis, sí. Y, oh, cómo lo quiere ella también. Quiere,
y sin embargo no puede tenerlo.
Sin embargo, sus problemas matrimoniales no son el único problema. La
persecución del infame ser que está detrás de los ataques a su ciudad está
siendo saboteada por la traición. Cuando Jess y Travis apenas sobreviven a una
emboscada, ya no puede negar su amor por el pícaro oso. Pero, ¿sobrevivirán el
tiempo suficiente para que ella rectifique el error y lo tome como su compañero?
02 – El reclamo de la pantera
Ligar con la mujer equivocada hace que Daryl recobre
el conocimiento en un motel atado a una silla. Las cosas
estaban mejorando, y no solo por debajo del cinturón.
Una sexy veterinaria, con cutis color cacao y unas
curvas asesinas, quiere respuestas, y él está muy feliz
de dárselas a cambio de un precio, digamos un beso, o
algo más, de esos deliciosos labios.
El problema es qu e Cynthia no es del tipo de las que se
enamora de las palabras coquetas y de sonrisas. Tienta
a Daryl para que la ayude. Se burla de él para que
actúe. Reclama su corazón sin siquiera intentarlo.
Pero eso estuvo bien porque… Ella es mía… y alguien
estaba tratando de lastimarla.
Infiernos, no.
Este gatito no tiene miedo a sacar sus garras y rescatar a la mujer que quiere.
¿Una mujer intrigante, sexy, misteriosa y peligrosa? Suena divertido, y Daryl
está listo para jugar. Hará cualquier cosa para reclamar a Cynthia como su
compañera.
03 – El abrazo de la pitón
Bienvenidos a Bitten Point, donde los insectos del
pantano son de tamaño nuclear y a los residentes les
gusta morder.
No te burles del perro de Constantine. Princess puede
pesar solo menos de tres kilos, pero es fuerte, así que
cuídate los tobillos. Te lo advierto, si no le gustas,
entonces a Constantine tampoco lo harás.
Excepto que a él le gusta Aria, aunque Princess
preferiría enterrarla en un agujero.
¿Podría ser porque Aria tiene secretos? Muchos de
ellos, y todos tienen que ver con el peligro que acecha
a Bitten Point. Hay gente desaparecida, y algunos han
aparecido muertos. Los monstruos vagan, y no solo en
el pantano por la noche, sino también por las calles.
En el corazón del misterio está una mujer del tamaño
de un bocado, una mujer que Constantine quiere
abrazar con fuerza en sus espirales y… ¿guardar para siempre?
Constantine, una serpiente de sangre fría, no puede evitar desear el calor de
Aria, pero, ¿puede mantenerla fuera del peligro de morir, el tiempo suficiente
para convertirla en su compañera?
02 – Dragón exprimido
Nunca te metas entre un dragón y su alijo, a menos
que tus asuntos estén en orden.
¿Sabías que los cerebritos humanos chirrían cuando
los apretujas? Totalmente impresionante.
Adi piensa que hay un montón de cosas que son
impresionantes, como la salsa y el queso en las
patatas fritas, las motos que rugen, oh, y el hecho de
que ella es una malvada dragona con un poder
increíblemente genial.
¿Pero sabes qué es más increíble que todo eso? Cierto
tipo cerebrito a cargo de un departamento de TI para
un laboratorio médico situado en el infierno de un
pueblo pequeño.
Sin embargo, no hay nada pequeño en Dexter. Puede
sonrojarse ante ciertas cosas y usar su cerebro, no
sus músculos, para tener éxito, pero el hombre está
construido a lo grande. Y a Adi le gustan las cosas
grandes.
Sin embargo, el hecho de que le guste a ella no significa nada para su madre.
La querida y vieja mamá odiará que sea humano. Le disgustará aún más el plan
de Adi para quedarse con él.
Porque él es mío para mantener y apretujar.
Próximamente
03 – Dragón desatado
Serie Dragon Point 02 276
Eve Langlais Dragón exprimido
Sobre la Autora
Eve Langlais nació en la Columbia Británica, pero al ser hija de militar,
ha vivido un poco por todas partes. Quebec, New Brunswick, Labrador,
Virginia (EE.UU.) y por último en Ontario. Su
familia y ella actualmente viven a las afueras de
Ottawa, la capital de su nación.
Eve es la primera persona en admitir que lleva
una vida monótona. Su idea de diversión es ir de
compras al Wal-Mart, le gustan los vídeojuegos,
cocinar y leer. Su inspiración es su marido, ya
que es un macho alfa total. Pero, a pesar de su
ocasional mal genio, lo quiere mucho. Eve dice
que tiene una imaginación retorcida y un
sarcástico sentido del humor, algo que le gusta
reflejar en sus libros.
Escribe romance a su manera. Le gustan los
fuertes machos alfa, con el pecho desnudo y los
hombres lobo. Un montón de hombres lobo. De
hecho, te darás cuenta que la mayoría de sus
historias giran en torno a grandes enormes
licántropos, sobreprotectores que sólo quieren
agradar a su mujer. También es muy parcial con los extranjeros, ya sabes
del tipo de secuestrar a su mujer y luego en coche hacen alguna locura...
de placer, por supuesto.
Sus heroínas, son de amplio espectro. Tiene algunas que son tímidas y
de voz suave, otras que patean a un hombre en las bolas y se ríen.
Muchas son gorditas, porque en su mundo, las chicas tienen unas curvas
¡de miedo! Ah y algunas de sus heroínas son pequeñitas y malas, pero en
su defensa, necesitan amor también.