Eje 2 EL PROCESO DE CONOCIMIENTO

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INTITUTO DE EDUCACION SUPERIOR N° 6

Espacio Curricular: FILOSOFIA Curso: 2DO.


Profesor/a: TARIFA IRMA MIRTA
Formato: Materia
Régimen de acreditación: Promocional - Regular
Régimen de cursado: ANUAL
Carga horaria: 4 hs semanales
Ciclo Lectivo: 2021
EJE II
EL PROCESO DE CONOCIMIENTO
Partiremos de la clásica descripción del acto de conocer propuesta por Nicolai Hartmann,
aunque efectuaremos un comentario libre de esa descripción.
Para que haya conocimiento son necesarios dos elementos. Por un lado, alguien que
conoce: el sujeto cognoscente. Por otro lado, aquello que se conoce: el objeto
cognoscible, es lo que puede conocerse. La relación que se entabla entre ambos
elementos, en tanto que tenga determinadas características, establece si se trata de un
acto de conocer. La relación entre un sujeto y un objeto también existe si se fabrica una
mesa, pero esta relación no es la del conocimiento.
En la relación cognoscitiva el sujeto capta, aprehende al objeto. Tal aprehensión se
produce cuando queda como resultado, en el sujeto, una imagen.
Esta se constituye con las características captadas en el objeto por el sujeto. Sinónimo de
“imagen” es “idea”, “noción”, “concepto”. Pero solo habrá conocimiento si la imagen repite
(no materialmente) las propiedades del objeto. Es decir, si hay adecuación o coincidencia
entre la imagen y el objeto conocido. En tal caso, la imagen es verdadera. Puede
afirmarse que existe conocimiento solamente cuando la imagen es verdadera. La imagen
expresada en el lenguaje es una proposición.
¿Quién conoce? El sujeto, en principio, es un hombre: un ser humano particular, con
determinados conocimientos y experiencias previas, con un estado afectivo y con una
estructura de personalidad, viviendo ciertas circunstancias. Es el sujeto psicológico.
Puede considerarse también que quien conoce es un grupo humano, por ej: la comunidad
esquimal, los hombres de la Edad Media, etc. Incluso es posible referirse a un sujeto en
general. Tal idea surge de considerar que hay conocimientos que son adquiridos de la
misma manera y con idéntico resultado por cualquier sujeto. El ejemplo clásico es el del
científico. Cuando alguien decide dedicarse seriamente a una ciencia, no creará sus
propios conceptos ni organizará arbitrariamente sus experiencias, procedimientos e ideas
generales. ¿Qué se conoce? Se conocen objetos. Objeto es aquello que se presenta, se
enfrenta al sujeto (de “ob-yectum”, en latín: “yectum” es “arrojado”; el prefijo “ob” significa
“hacia adelante”). En principio, se conocen los objetos que nos rodean, aquellos que
ocupan un lugar en el espacio y en el tiempo (objetos reales). También pueden
aprehenderse los propios estados mentales (afectos, pensamientos, deseos, etc.). Estos
objetos psíquicos parecen más difíciles de conocer que los objetos externos al sujeto. Los
números las figuras geométricas, se aplican a la realidad, pero son aprehensibles. Los
números, las figuras geométricas, se aplican a la realidad, pero no se presentan en
nuestra experiencia. Aun cuando observamos, por ejemplo, una cosa rectangular, el
rectángulo percibido no coincide con el rectángulo geométrico (no tendrá únicamente dos
dimensiones, sus lados no serán totalmente rectos, sus ángulos no serán con exactitud
rectos). Sin embargo, son también objetos cognoscibles. Además, es posible conocer
relaciones y procesos.
¿Cómo es la relación de conocimiento? Según Hartmann, sujeto (S) y objeto (O) están
“frente a frente”; están enfrentados, pertenecen a esferas diferentes. Aun cuando el objeto
sea nuestro propio sentimiento o pensamiento, para ser cognoscible es necesario el
distanciamiento entre sujeto y objeto.
La función del sujeto es conocer al objeto; la de éste, ser conocido. El vínculo entre
ambos elementos es una correlación, esto es, uno es sujeto para el objeto y el otro es
objeto para el sujeto. Es irreversible porque el sujeto no se convierte en sujeto no se
convierte en objeto, ni a la inversa. En caso de intentar aprehender a otro sujeto humano,
éste puede ser sujeto para quien lo conoce. Pero se trata, en realidad, de dos relaciones
cognoscitivas paralelas y simultáneas.
Hace falta poner en contacto a dos elementos enfrentados en el acto de conocer, ya que
son trascendentes (están uno más allá del otro) o independientes. El sujeto es el
encargado de trascender (ir más allá de sí mismo). Para ello sale, llega hasta el objeto y
regresa. Este movimiento del sujeto le permite aprehender las características del objeto.
Al volver, el sujeto se ha modificado: posee ahora una imagen (I).

El sujeto es receptivo, es decir, capaz de recibir las propiedades del objeto.


Su trascender es sólo su acomodarse al objeto para poder aprehenderlo, recibirlo. En la
relación es modificado por el objeto, mientras que éste permanece idéntico. El objeto es el
determinante: modifica al sujeto, quien posee ahora una imagen (las características del
objeto) que antes no poseía.
Críticas a la postura de Hartmann
Según esta descripción fenomenológica del conocimiento se puede considerar que el
Sujeto cognoscente tiene preeminencia de superioridad sobre el Objeto, ya que el Sujeto
por tener la facultad de la inteligencia posee la competencia de conocer de modo racional.
Esta superioridad del Sujeto trajo como consecuencia la noción de conocer para “dominar,
controlar” la naturaleza, la realidad misma. Sin embargo, cabría preguntarse siguiendo a
Esther Díaz y Mario Heler lo siguiente:
El sujeto, ¿es sólo receptivo y, por ende, pasivo? Por ejemplo, un historiador, si se
atuviera a los datos que posee (imagen) se encontraría con una serie de hechos,
algunos sucesivos y otros simultáneos, entre los cuales pueden estar la forma en
que hizo sus empanadas la negra María el 22 de mayo de 1810 junto con el cabildo
abierto de ese día. Solo si el historiador selecciona esos hechos, los organiza,
interpreta y relaciona (estableciendo qué es causa, qué es antecedente, etc.) podrá
aprehender lo que denominará “la revolución de Mayo”.
El objeto, ¿no se modifica en la relación de conocimiento? Por ejemplo, en la física
clásica puede determinarse la trayectoria y velocidad de todo móvil. Sin embargo,
cuando se pretende observar un neutrón, al querer establecer la trayectoria se
modifica la velocidad, y a la inversa. La presencia del observador modifica aquí al
objeto. Un test psicológico es una forma de conocer ciertos aspectos de la
personalidad de un individuo (objeto). Pero al reiterar del mismo test a la misma
persona, los resultados variarán.
¿Sujeto y objeto son independientes, están enfrentados? Para que haya
conocimiento, el sujeto psicológico tiene que tener conciencia de la imagen
aprehendida. Quizá podría entenderse que el acto de conocer es justamente un
poner ante la conciencia aquello que ya en realidad, de alguna manera, sabemos.
Tenemos ciertos “saberes” por nuestro trato cotidiano con las cosas; ej:
manejamos el picaporte y se rompe, nos llama atención y, entonces, nuestra mirada
se dirige a él y lo aprehende ahora como un objeto con determinadas
características. En caso de que esta descripción sea cierta, hay una relación
familiar entre el sujeto y las cosas, que luego pude transformarse en conocimiento.
En consecuencia, no habría la separación entre sujeto y objeto que Hartmann
afirma.
(TEXTO EXTRAIDO de: DIAZ, E. y HELER, M. “El conocimiento Científico” Hacia una
visión crítica de la ciencia)
¿CÓMO COMPRENDER EL PROCESO DE CONOCIMIENTO EN LA ACTUALIDAD?
Considerando que el sujeto que conoce es un sujeto de su tiempo, - es decir, de este siglo
XXI cuya característica es que se trata de un siglo en el cual las tecnologías atraviesan la
vida del ser humano-, para referirnos al proceso de conocimiento en el contexto actual,
debemos considerar que éste se trata de un fenómeno complejo.
El conocimiento es un proceso complejo no sólo en su punto de partida (la subjetividad
humana y los procesos neuro psicológicos que en ella se hacen presentes en tanto se
conoce) sino en su punto de llegada (la realidad social y natural con sus dinamismos y
estructuras intrínsecos). Todavía no ha sido dicha la última palabra acerca los factores
que internamente (en la subjetividad humana) dan vida al conocimiento. Sabemos que
son neuro fisiológicos y simbólicos; que en ellos el lenguaje es crucial, pero también la
acomodación psico-biológica, por parte del individuo, a su entorno socio-natural.
En fin, si queremos comprender el proceso de conocimiento en la actualidad tiene que ser
desde un enfoque de la Complejidad que entiende que toda realidad no es univoca,
simple de ser reducida a un aspecto para su explicación por parte del sujeto, sino más
bien existen diversidad de factores externos e intrínsecos que hacen del acto de
conocimiento un modo de relación Sujeto – Objeto de interconexión.
Es por ello, que al momento de caracterizar el proceso de conocimiento debemos
considerar lo siguiente:
a.- el conocimiento como un fenómeno complejo en el cual Sujeto y Objeto se
interconectan.
b.- Sujeto y Objeto se encuentran en un mismo plano de relación cognitiva. No se puede
considerar la supremacía de alguno de ellos.
c.- el Sujeto puede ser “objeto” y el Objeto puede ser “sujeto” en el proceso de
conocimiento.
c.- el Sujeto pone en juego una serie de competencias al momento de conocer:
competencia intelectiva, competencia lingüista, competencia psicológica, competencia
afectiva-emotiva, capacidad espacial, competencia cultural y competencia relacional, etc.
d.- el contexto o ambiente natural en el cual se produce el conocimiento constituye un
factor de influencia para el Sujeto que se vale de diferentes accesos para la comprensión
de lo real.
e.- la consideración que lo real es de complejidad, es decir, se debe asumir que la
realidad en sí misma no es reductible a un aspecto para su comprensión sino más bien
hay una multicausalidad existente.
Si bien, estas características no agotan una comprensión compleja del proceso de
conocimiento, pero son el inicio para seguir pensando sobre cómo los sujetos aprehenden
lo real en un mundo cada más tecnologizado. De esta forma nos adentramos a otro
importante tema o aspecto problemático de la Gnoseología y de la Epistemología como lo
es la noción de lo real.
¿QUÉ CONOCER? REALIDAD Y REFERENCIA
Para algunos filósofos, la realidad trasciende la experiencia, y hablan de realidades que
están “más allá” de la experiencia, -como podría ser el caso de Platón, por ejemplo-,
mientras que, para otros, - como Kant-, la realidad sólo puede concebirse como lo dado
en la experiencia.
Para algunos, este es el problema central de la metafísica u ontología, ámbitos de la
reflexión filosófica que se definen precisamente por dedicarse al estudio de lo real en
cuanto que es real. El predicado “real”, convertido en sustantivo “lo real” o “la realidad”,
puede aproximarse al concepto de “ser”, incluso llegar a identificarse puesto que “lo real”
puede ser entendido como el ser en plenitud, siendo la realidad la manera primaria de ser.
En cierto sentido podríamos decir que todo es real, lo que convertiría dicho concepto en
un concepto vacío de significado: si todo es real, nada es, Sin embargo, en la vida
cotidiana aplicamos el término realidad en diversos contextos con clara capacidad de
establecer diferencias significativas que ayuden a una mejor comprensión de las cosas
con las que nos relacionamos.
Pensemos, sin ir más lejos, en la advertencia que figura al final de numerosas películas:
“cualquier parecido de esta película con situaciones o personajes de la vida real es pura
coincidencia”, aviso que afirma justo lo contrario que otro que es también frecuente: “esta
película se basa en hechos reales”. Las dos frases sirven para entender los dos enfoques
tradicionales en la filosofía al abordar el problema de la realidad: marcar negativamente lo
que lo distingue de las cosas no reales, por un lado, o destacar aquellas características
que permiten definir la realidad.
Pero, ¿existe la realidad? Esta parece, a primera vista, una pregunta tonta. Pero si la
formulamos de otra manera, veremos que no es tan tonta como parece. ¿Podemos decir
que existe una realidad de la que no sabemos ni conocemos nada? Aquí la naturaleza del
problema cambia, y al mismo tiempo, se nos empieza a aclarar un poco. El problema de
la realidad está ligado, por un lado, a nuestras posibilidades de saber algo acerca de ella
y, por otro lado, a la posibilidad de poder expresar de algún modo eso que sabemos
acerca de ella. En otras palabras, el problema acerca de la realidad está ligado al
problema del conocimiento y al problema del lenguaje.
La única realidad que hay, o que puede ser significativa para nosotros es, la realidad
conocida, aprendida, expresada. Los filósofos dicen que la única realidad que importa es
aquella que puede ser intencionada. Se llaman actitudes intencionales a todas aquellas
acciones nuestras que son acerca de algo (conocer, querer, creer, desear, etc.). A las
acciones que realizamos para establecer relaciones con la realidad se las llama,
entonces, actitudes intencionales. La intencionalidad de carácter cognitivo es cualquier
acción mental acerca de algo (conocer, creer, desear, tener expectativas, desear, etc.,
son actitudes intencionales). Y las actitudes intencionales que llevamos a cabo para
referirnos al mundo mediante el uso del lenguaje las llamamos actitudes proposicionales.
al, puesto que el predicado deja de establecer una diferencia significativa.
Algunos filósofos dicen que la naturaleza del problema cambia y se pasa de la pregunta
acerca de la realidad, a la pregunta acerca de cómo la realidad es intencionada, referida.
Dicho de otro modo, el problema de la realidad pasa a ser el problema de la referencia
acerca de la realidad. Esto quiere decir que cuando uno se pregunta por la naturaleza de
“lo que hay ahí afuera” se está preguntando por la manera como pensamos que eso que
está ahí afuera es referido.
Históricamente se ha propuesto tres grandes respuestas a este problema. Dentro de cada
una de estas tres grandes respuestas se han producido matices:
La respuesta metafísica: hay una realidad independiente de nosotros y esa realidad
tiene una naturaleza, una esencia, independiente de la referencia (es decir, independiente
de los vínculos que nosotros podemos establecer con ella). Esa naturaleza es accesible
por vía del conocimiento y una vez que uno accede a ella, está en posesión del
conocimiento absoluto de la realidad. Muchas veces, cuando se piensa que la ciencia es
el recurso por excelencia, capaz de explicar exhaustivamente la realidad, se le está
adjudicando un rango metafísico al asignarle un poder explicativo absoluto del mundo y
de los hechos.

El objeto determina al sujeto, el sujeto asume de cierta manera las propiedades del
objeto, reproduciéndolas en sí mismo.
La respuesta relativista: la única realidad es el sentido producido en el intercambio
discursivo social realizado por los miembros pertenecientes a una misma cultura. El
sentido obtenido a partir de las múltiples referencias que se hacen acerca de la realidad
es relativo a la cultura en que ese sentido es utilizado para establecer acuerdos y
verdades más o menos estables entre los miembros que viven dentro de ella. Desde esta
perspectiva el sentido de la realidad varía de acuerdo con la óptica y los procedimientos
que cada cultura tiene para entender la realidad y desempeñarse dentro de ella.
Los relativistas defienden la no existencia de verdades absolutas, sino que sólo existen
verdades relativas
El conocimiento es singular, depende del sujeto que conoce.
La respuesta del uso referencial del lenguaje: según esta postura lo que se dice tiene
sentido si se posee una condición necesaria y suficiente para decirlo de ese modo, en ese
lugar y en ese momento.
En este caso “referirse a algo es utilizar las palabras de una determinada manera (o, para
aclararlo un poco más, de una o de varias maneras). El modo en que la palabra “gato”
está relacionada causalmente con el mundo no tiene ninguna importancia, porque si
decimos “gato, gato, gato…” un centenar de veces, no nos estamos refiriendo a los gatos,
mientras que si utilizamos la palabra “gato” de determinada manera si nos estamos
refiriendo a los gatos.”
En síntesis, el problema de saber; de conocer qué es o cómo es la realidad ha sido
históricamente el problema de tratar de dividir el mundo en una parte independiente de
nosotros (la realidad) y otra aportada por nosotros (el conjunto de actitudes intencionales,
conocimientos, saberes, creencias). Sin embargo, no hay realidad sin conocimiento. La
realidad es solamente la realidad conocida (conocido aquí está utilizado en sentido
amplio: incluye, por ejemplo, aquello en lo que creo aun cuando eso en lo que creo pueda
no existir). Pero, además, la realidad conocida, la realidad referida es una realidad que
asume la condición de tal cuando, una vez referida, una vez “dicha”, adquiere sentido allí
donde se “la usa”.
Por lo anteriormente dicho: “Hans George Gadamer (filósofo alemán) en su libro
“Verdad y Método” afirma que nuestra relación con lo real es una relación
hermenéutica, ya que en primer lugar todo lo que afirmamos sobre las cosas, lo
hacemos de modo interpretativo. Pero hay dos cuestiones más: por un lado, no se
trata de la existencia de la realidad como algo independiente de un sujeto que
cuando la aborda, la interpreta; sino que lo real mismo – el ser – se nos presenta ya
con carácter hermenéutico. Se va consolidando la idea de una ontología
hermenéutica que tiene su origen en el mismo Niestzche cuando define a la verdad
como metáfora o cuando afirma enfáticamente que “no hay hechos, sino
interpretaciones”. Por otro lado, la misma subjetividad en sí misma es un hecho
hermenéutico. El sujeto es un horizonte siempre en transformación que proviene de
sus tradiciones, sus prejuicios, su historia. El sujeto no es un papel en blanco ni
una mente pura, sino más bien una huella, o mejor, la continuidad de una huella. O
mejor, la continuidad resignificada de una huella que se sigue resignificando”.
(Texto extraído del libro de SZTAJNSZRAJBER, D. (2013) ¿Para qué sirve la
filosofía? Editorial Planeta. CABA)
RECURSOS AUDIOVISUALES
Tal vez el tema de la filosofía no sea otra cosa que una indagación sobre qué es lo real.
Pero ¿es posible alcanzar una respuesta? ¿Existe una realidad en sí misma,
independiente del hombre, o lo real es siempre una construcción humana? Observar el
capítulo “Lo real” de la serie Mentira la Verdad (Canal Encuentro) cuyo protagonista es el
filósofo Darío Sztajnszrjber, disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=5RV3IwzIMQ8
Actividad de aprendizaje obligatoria Nro. :
Consignas:
1) Luego de visualizar el capítulo “Lo real” de la serie Mentira la Verdad (Canal
Encuentro), reúnase en grupos de a tres personas con el fin de intercambiar opiniones
acerca de los siguientes planteamientos: o ¿Qué es lo real? ¿Qué tipos de realidad
conocen?
o ¿Cómo accedemos a lo real?
o ¿Cuáles son las tres posturas filosóficas que intentan dar respuestas a estas
preguntas?
o ¿Qué es la realidad virtual? ¿Es real?
o Elabore una sinopsis, utilizando cuadro o llaves, con las características de los siguientes
tipos de conocimientos: natural o vulgar, mítico-religioso, filosófico y técnico-
tecnológico. Para ello debes utilizar el material de la cartilla y el texto de José Yuni y
Claudio Urbano. Investigar.

2) Elabore un informe que sintetice las conclusiones.

QUE ENTENDEMOS POR CONOCIMIENTO?


¿Cómo conocemos?, ¿qué conocemos?, ¿cómo se ordenan nuestros conocimientos?
Estas son preguntas que se ha formulado la filosofía desde la antigüedad clásica. Más
recientemente también algunas ciencias se han ocupado de este tema. La psicología ha
realizado investigaciones acerca del modo en que los seres humanos configuramos
experiencias, conceptualizamos, generalizamos, formulamos regularidades y construimos
teorías. También la biología, la sociología, la antropología y la lingüística han hecho
aportes a esta cuestión.
Desde el punto de vista de la filosofía clásica, el conocimiento debemos entenderlo como
proceso. Ese proceso se sustenta en dos grandes pilares. El primer gran pilar es la
“experiencia”. Aun cuando el termino experiencia tiene otros significados, a los efectos
de esta explicación la entendemos como “la aprehensión sensible de la realidad”;
como un modo de conocer algo inmediatamente antes de todo pensamiento al respecto.
Sin la experiencia no hay pensamiento posible.
Este primer escalón en el proceso de conocimiento es de carácter concreto y sensible.
Básicamente, cualquier conocimiento nuestro comienza con una sensación (de un color,
una forma, un sabor, un sonido, etc.) y continúa en nuestra percepción, que es la
integración, la organización de esa sensación. Después, mediante una representación,
traemos a nuestra mente esa situación que, sin convertirse en una idea, se constituye en
una imagen.
A partir de aquí, el otro gran pilar, el pensamiento, elabora todo ese material sensible
mediante procesos de generalización y abstracción. Produce ideas que se traducen en
conceptos; excluye diferencias y retiene lo esencial. Esos conceptos, relacionados unos
con otros, originan los juicios; el encadenamiento de juicios nos permite confeccionar
razonamientos.
Pero, además de esos procesos mentales existen otros que, basados en éstos, son más
complejos. Por ejemplo, el “análisis” nos permite descomponer aquella realidad
asimilada como un todo en sus partes constitutivas, mientras que la “síntesis” elabora la
integración de los elementos en un proceso inverso al anterior. A partir de estas
operaciones podemos clasificar, distinguir, ordenar, etc., en suma, podemos pensar para
conocer aquello que se presentaba en principio como concreto sensible. De esta manera
pasamos de un conocimiento experiencial y sensitivo a un conocimiento cualitativamente
diferente: especulativo y abstracto.
Así, teniendo en cuenta que el conocimiento es un proceso, en la actualidad el
conocimiento puede ser entendido de la siguiente manera: “El conocimiento es una
manera de relacionarse con la realidad, un modo de interpretarla, de dar cuenta de
ella. Se expresa en proposiciones que describen objetos o estados de cosas que
existen, que existieron o que podrían existir. Es decir que el conocimiento describe,
explica y predice” (DIAZ, E. 1997)
DESCRIBIR es enunciar las características de un objeto u estado de cosas,
EXPLICAR es relacionar los motivos que producen o permiten un hecho,
PREDECIR es anticipar un hecho antes de que se produzca, y retrodecir es explicar cómo
habrá ocurrido en el pasado.
Por ejemplo, un campesino describe las particularidades de ciertas tormentas que le tocó
vivir, después establece relaciones entre la temperatura, la densidad de las nubes, el
fuerte viento y la agitación de los animales en los minutos previos a aquellas tormentas.
Finalmente, predice que dadas las condiciones (meteorológicas) reinantes, en ese
momento, se está por desatar una tormenta similar a las que él experimento
anteriormente. Éste es un ejemplo de conocimiento natural o de sentido común.
Si se traslada el ejemplo de la tormenta al dominio del conocimiento científico los pasos
perecen similares: un experto describe las características de las tormentas que suelen
producirse en determinada época del año, luego explica las causas que provocan ese tipo
de tormenta y, por último, predice que, dadas las actuales condiciones meteorológicas, en
pocas horas más se producirá una tormenta semejante a las descriptas.
Ahora bien, en principio, los dos tipos de conocimiento tienen cierta similitud. Pero en
realidad difieren en varios sentidos. Una de las diferencias fundamentales es el modo de
legitimación de cada uno de esos saberes. Todo conocimiento requiere cierta legalidad
que lo haga creíble y confiable. En palabras de Díaz E.: “En las prácticas cotidianas se
suelen validar los conocimientos apelando a la experiencia propia o ajena. En las distintas
prácticas profesionales, los conocimientos se legitiman por medio de títulos habilitantes.
En cambio, en el conocimiento científico la legalidad proviene fundamentalmente de la
precisión de la coherencia de las proposiciones, así como de la contrastación entre lo que
enuncian esas proposiciones y la realidad empírica a la que se refieren” (DIAZ, E. 1997)
LA PROBLEMATIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO
Al comienzo de la unidad, hemos afirmado que el conocimiento es una realidad sobre la
cual la Filosofía problematiza. Es decir, que pregunta acerca de la esencia, posibilidad y
origen del conocimiento humano. Por tal motivo, la rama de la filosofía que problematiza
sobre el conocer se denomina GNOSEOLOGIA.
La gnoseología es una disciplina autónoma que se ocupa de los diferentes accesos que el
ser humano construye para entrar en relación con lo real; asimismo, problematiza acerca
del conocimiento en sí mismo buscando siempre responder a la pregunta esencial “¿Qué
es el conocer?”.
A continuación, presentamos los diferentes problemas de la gnoseología, y en particular,
el problema del origen del conocimiento humano. La teoría del conocimiento o
gnoseología estudia las doctrinas filosóficas que abordan los problemas de Posibilidad:
es un problema reflexivo y los filósofos se preguntan antes de entrar en contacto con el
objeto de estudio ¿es posible conocer?

1) Origen: este problema inicia preguntándose si el principio del conocimiento está en la


razón o en la experiencia.
2) Esencia: es un problema que cuestiona la prioridad de uno de los elementos
principales del proceso de conocimiento, el objeto o el sujeto.

Posibilidades del conocimiento


DOGMÁTISMO: corriente filosófica contrapuesta al escepticismo y al idealismo,
presupone la supremacía del objeto respecto al sujeto, de la realidad de las ideas, de la
naturaleza del espíritu. El Dogmatismo es una especie de fundamentalismo intelectual.
Los dogmas expresan verdades ciertas, indudables que no son sujetas a cualquier tipo de
revisión o crítica. Es una actitud natural y espontánea que se tiene desde que se es niño.
Se cree que el mundo que existe es exactamente de la forma que lo percibimos. Se
considera al mayor exponente del dogmatismo a Spinoza.
ESCEPTICISMO: es la facultad de oponer, de todas las maneras posibles los fenómenos
y los noúmenos; y de ahí se llega, por el equilibrio de las cosas y de las razones
opuestas, primero a la suspensión del juicio (epojé) y después a la indiferencia (ataraxia).
Toma una actitud contraria al dogmatismo. Esta corriente tiene una posición que el sujeto
no puede aprehender al objeto. "El sujeto cognoscente depende de una serie de factores
que le impiden llegar al objeto." Además, se convierte en una tentación para el espíritu
humano desde que reflexiona y abandona el terreno firme de las certezas de sentido
común. Conduce a una desesperación intelectual. Se gesta en el siglo III a.C. con Pirrón
de Elis y los pirronáicos que fueron llamados escépticos. Pirrón fue influido durante su
expedición militar por la silenciosa sabiduría de los orientales.

El conocimiento por su origen


EMPIRISMO: corriente contraria a la racionalista; el empirismo sostiene que el
conocimiento proviene de los sentidos, o sea, de la experiencia sensible. Es un
movimiento filosófico que tiene muchas ramificaciones, el rasgo en común es admitir la
experiencia como medio de conocimiento. Ahora bien, en el empirismo el papel de la
inteligencia queda reducido al mínimo, más bien no se reconoce, aunque de hecho se
emplee. Representado por John Locke (1632-1704), George Berkeley (1686-1753) y
Hume (1711-1776).
RACIONALISMO: corriente filosófica del S. XVII, dicho término hace referencia a
cualquier posición u opinión que conceda primacía a la razón. Corriente que sostiene que
el conocimiento verdadero y válido acerca de la realidad no procede de los sentidos, sino
de la razón o del propio entendimiento. Es exactamente lo contrario al empirismo. Se
comprende que el principal argumento del racionalismo sea la importancia del empirismo
para explicar el conocimiento intelectual, y especialmente el conocimiento científico que
rebasa manifiestamente los datos brutos. Máximos Exponentes, René Descartes (1596-
1650), Baruch Spinoza (1632-1677) y Wihelm Leibniz (1646-1716).
El conocimiento por su esencia
REALISMO: el realismo sostiene que podemos alcanzar la verdad por medio de la
realidad, no niega la posibilidad del error, pero lo considera como un accidente o una
anomalía. Lo que si admite es que el hombre tiene certezas legítimas. El realismo
sostiene que espíritu humano puede conocer al ser “en sí”, y que la verdad consiste
precisamente en la conformidad del juicio con la realidad.
IDEALISMO: es una doctrina moderna, aunque se le atribuye a Platón. El idealismo se
dirige en dos direcciones. La primera está representada por Hegel, la segunda por Fichte.
Según Hegel, el idealismo se ha tomado como una de las numerosas tentativas hechas
por el hombre para divinizarse, pues el poder de crear el mundo, que él atribuye al espíritu
humano, es propio del espíritu divino.
CRITICISMO: parte del periodo Ilustrado del S. XVIII, donde la razón ilustrada es crítica
contra los prejuicios que la ciegan y paralizan; contra la tradición. Sus representantes:
Emmanuel Kant (1724-1084); además Rousseau y Montesquieu. Esta postura, cuestiona
también los problemas de posibilidad y de origen del conocimiento.
EN SÍNTESIS
Resumiendo, los principales problemas del conocimiento son tres: la posibilidad, el
origen y la esencia. Las soluciones al problema de la posibilidad son el dogmatismo, que
cree que el conocimiento pasa directamente del objeto estudiado al sujeto, porque éste
tiene la capacidad de razonar; el escepticismo supone que no podemos conocer por el
acercamiento del sujeto al objeto, tiene que ver con sus capacidades y éstas no lo
posibilitan para que el acercamiento sea realmente verdadero; el subjetivismo limita la
posibilidad de conocer la verdad de los objetos a la capacidad de los individuos o de la
especie; el relativismo limita la posibilidad del conocimiento verdadero al contexto del
sujeto; el pragmatismo niega la posibilidad de que exista un sujeto teórico y afirma que la
posibilidad de un conocimiento verdadero de los objetos se da por la experiencia; el
criticismo es una posición intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo, tienen
confianza en la razón pero acepta la duda del escepticismo sobre la posibilidad del
conocer verdaderamente los objetos de estudio y proponer ir a las raíces del conocimiento
de los objetos.
Las teorías que abordan el problema del origen son el racionalismo, que supone el
conocimiento verdadero surge de la razón; el empirismo, por el contrario propone la
experiencia como la fuente del conocimiento verdadero; el intelectualismo acepta el papel
de la razón pero como un elemento más de la experiencia; y el apriorismo por el contrario,
acepta el papel de la experiencia pero plantea que lo primordial es la razón y afirma que
para conocer la verdad desarrollamos juicios previos que permiten conocer. El problema
de la esencia del conocimiento tiene como corrientes al subjetivismo que propone que la
esencia de la verdad radica en el sujeto; y el objetivismo que sugiere que la verdad está
en los objetos de estudio.

RACIONALISMO Y EMPIRISMO
El Racionalismo
A manera de poner de manifiesto aquellos aspectos sobre los cuales habrá de centrarse
la crítica ulterior al racionalismo, y especialmente la empirista, se tratará de fijar algunos
de los principales caracteres del racionalismo y los supuestos sobre los que se
fundamenta.
La polémica entre racionalismo y empirismo, además, tiene enorme importancia en
nuestra cultura pues imprime un sello característico a la historia europea de los siglos XVII
y XVIII.
Según el racionalismo, el verdadero conocimiento es el conocimiento necesario y
universal, el que se logra con la sola y exclusiva ayuda de la razón, sin recurso ninguno
de la experiencia ni de los sentidos.
Uno de los reproches que tanto Descartes cuanto Spinoza (1632-1677) dirigen a la
filosofía anterior, se funda en que ésta no supo atenerse a la pura razón y frecuentemente
mezcló nociones puramente racionales con otras que tienen su origen en la imaginación,
primera fuente de confusión para el pensamiento y, por tanto, primera fuente de error.
Aquello en que debe fijarse la atención, de modo exclusivo, no son las figuras ni las
imágenes que pasan por nuestra mente, sino solamente los conceptos (las ideas innatas),
tal como ocurre en las matemáticas, que son siempre para el racionalismo el modelo e
ideal de todo conocimiento. Spinoza, el gran continuador de Descartes, puso a su obra
fundamental el título de Ético, demostrada a la manera geométrica (1677); y este libro,
que en rigor es un tratado de metafísica, está escrito tal como lo están los libros de
geometría: parte de ciertas definiciones, luego enuncia algunos axiomas, más tarde
establece algunos teoremas sencillos que se demuestran en función de las definiciones y
axiomas, después desarrolla teoremas más complicados, con sus corolarios, hasta darnos
una visión completa de la realidad, todo ello siguiendo el mismo procedimiento.
René Descartes, también llamado Renatus Cartesius, fue un filósofo, matemático y
físico francés, considerado como el padre de la geometría analítica y de la filosofía
moderna, así como uno de los epígonos con luz propia en el umbral de la revolución

científica
La matemática procede valiéndose sólo de conceptos; no se puede, por ejemplo,
"imaginar" un punto geométrico, puesto que -según su definición-, si bien es algo que
ocupa una posición en el espacio, carece de magnitud, y esto es algo de lo que no
podemos hacernos ninguna imagen, ninguna "figura" mental, pero que sí puede muy bien
"pensarse". Si se comprende el significado de los conceptos de triángulo, línea recta, etc.,
por ejemplo, nos veremos forzados intelectualmente a aceptar las conclusiones que de
ello se desprenden, cualesquiera sean las figuras (necesariamente imperfectas) que se
dibujen en la pizarra o las imágenes (igualmente inadecuadas) con que se acompañe
nuestro pensamiento, sin que ello afecte en modo alguno al conocimiento geométrico.
Idea clara y distinta es justamente aquella idea cuyo significado se lo concibe en función
de ella misma, de su definición, de su esencia, y no de la imagen o imágenes particulares
que la pueden acompañar. El triángulo de que se ocupa la geometría es "una figura de
tres lados", independientemente de las dimensiones y demás características que tengan
las figuras concretas que, sólo para ilustración o ayuda, puedan dibujarse. Y de la misma
manera como el concepto de figura de tres ángulos está lógicamente ligado con la idea de
figura de tres lados, del mismo modo (según el racionalismo) el concepto de Dios, por
ejemplo, está lógicamente conectado con la idea de omnipotencia (o, en el caso del
argumento ontológico, con la idea de existencia). Se tendrá entonces una idea clara y
distinta de Dios, por ejemplo, en la medida en que no se recurra a ninguna imagen (como
podría ser, quizá, la que sugiere un cuadro en que se representa a Dios como un noble
anciano que desde lo alto rige la marcha del universo), sino en tanto nos atengamos
rigurosamente a lo que su concepto (idea) encierra: por ejemplo, omnipotencia,
omnisciencia, bondad suma, etc., todo lo cual se reconoce cuando el conocimiento es
evidente.
De este modo Spinoza puede definir a Dios diciendo: "Por Dios entiendo un ente
absolutamente infinito, es decir, una substancia constituida por infinitos atributos, cada
uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita".
Pues bien, el racionalismo está persuadido de que, así como en las matemáticas,
partiendo de puros conceptos (los de punto, línea, etc.), se llega a los conocimientos más
complicados, y ello de modo universal y necesario, de la misma manera en filosofía se
podría conocer toda la realidad, deducirla, aun en sus aspectos más secretos y profundos,
en su esencia, y de manera necesaria y universal, con sólo tomar la precaución de
emplear el mismo método que usan las matemáticas, es decir, partir de axiomas y puros
conceptos, rigurosamente definidos, sin ningún recurso a la experiencia, e inferir a partir
de aquellos conceptos lo que de ellos se desprende lógicamente, definición en la cual
todo elemento imaginativo, cualquier concepción vulgar o antropomórfica, están
radicalmente eliminados.
Pues bien, el racionalismo está persuadido de que, así como en las matemáticas,
partiendo de puros conceptos (los de punto, línea, etc.), se llega a los conocimientos más
complicados, y ello de modo universal y necesario, de la misma manera en filosofía se
podría conocer toda la realidad, deducirla, aun en sus aspectos más secretos y profundos,
en su esencia, y de manera necesaria y universal, con sólo tomar la precaución de
emplear el mismo método que usan las matemáticas, es decir, partir de axiomas y puros
conceptos, rigurosamente definidos, sin ningún recurso a la experiencia, e inferir a partir
de aquellos conceptos lo que de ellos se desprende lógicamente.

Supuestos del racionalismo: sin embargo, bien puede formularse una grave
pregunta: ¿cómo es posible que la razón por sí sola conozca la realidad, incluso en su
aspecto más fundamental (su aspecto metafísico), y nada menos que a Dios mismo?
Desde esta perspectiva, el racionalismo reposa sobre varios supuestos, que no siempre
ha logrado volvérselos explícitos a sí mismo. De tales presunciones, nos vamos a referir
aquí a tres:
1) Si el racionalismo tiene la pretensión de conocer la realidad con la sola razón, ello se
basa en el supuesto de que la realidad misma tenga una estructura racional, que sea afín
a la razón, transparente para la razón (por lo menos en su fundamento). Se piensa
entonces que la verdadera estructura de las cosas, más allá de las apariencias o
fenómenos que nos dan los sentidos, es racional, vale decir que tiene un fondo o
trasfondo inteligible o numérico que constituye el verdadero ser de las cosas (el mundo de
las ideas en Platón, las formas en Aristóteles, etc.); por tanto, que entre la estructura de
esa realidad y la de nuestra razón hay un riguroso paralelismo, correspondencia o
afinidad. Por ello Descartes afirma que la idea es la cosa misma en tanto pensada; y
Spinoza sostiene que "el orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y
conexión de las cosas".
2) ¿qué es entonces para el racionalismo la razón?, ¿cuál es la estructura de ésta, ¿cómo
está organizada? Es obvio que la razón de que el racionalismo habla no tiene nada que
ver con aquello de que pueda hablarnos la psicología, porque, sencillamente, la
psicología es ciencia empírica, y la razón no debe nada a la experiencia, según los
racionalistas, sino que es una facultad independiente de ésta, y por ello sus conceptos -
triángulo. Dios, alma, igualdad- no los encontramos, ni podemos encontrarlos, en la
experiencia. La razón es una facultad de conocer innata, dotada de ese repertorio de
conceptos (ideas innatas) a que ya nos hemos referido.
3) Todo esto descubre el tercer supuesto; porque, en efecto, ¿qué garantía se tiene de
que el conocimiento que proporciona la razón sea válido? Recuérdese que la hipótesis del
genio maligno nos hizo dudar también de la razón; y enfocada en función de la
perspectiva en que ahora nos encontramos, acuella hipótesis significa la posible
irracionalidad de lo real. Sabemos también la respuesta de Descartes: Dios es quien nos
ha creado -no un genio maligno-, y en su infinita bondad y veracidad no puede querer
engañarnos.

Descartes sugiere que tal vez hemos sido creados por un Dios que nos obliga a
engañarnos sistemáticamente, que ha dispuesto nuestra naturaleza de tal modo
que creemos estar en la verdad cuando realmente estamos en el error.
Entre las ideas innatas, hay dos que en el racionalismo desempeñan función
esencialísima, como bases o fundamentos de su metafísica y gnoseología: los conceptos
de substancia y causalidad. Por lo que se refiere a este último, se ha visto que la
primera demostración de la existencia de Dios, en Descartes, se apoya en la relación de
causalidad; y, en términos más generales, puede agregarse que la causalidad representa
una relación necesaria de nuestro pensamiento y de las cosas, que Descartes afirma es
un axioma o verdad eterna ("de nada no se sigue nada") y que Spinoza identifica sin más
con la razón ("causa o razón").
En cuanto al concepto de substancia, es de importancia capital, puesto que la substancia
representa para el racionalismo el modo de ser fundamental y primario: todo lo que es, o
es cosa, o es propiedad o característica de alguna cosa. Mi propio ser es el ser de una
cosa (una substancia pensante finita); y Dios, substancia pensante infinita, sabemos ya el
importantísimo papel que desempeña en el sistema cartesiano (garantía de la validez del
conocimiento claro y distinto).
Pero, ¿qué significa, visto más de cerca, este concepto de substancia o cosa? Digamos
que substancia es, por ejemplo (aunque este ejemplo no valga exactamente para el caso
de Descartes y Spinoza, por razones en las que no podemos entrar), esta mesa. Esta
cosa que es la mesa tiene ciertas propiedades: es cuadrada, pesa diez kilos, es roja,
dura, etc.; la mesa, la cosa, no es lo mismo que esas propiedades, sino que éstas son los
accidentes de la substancia, de manera tal que pueden cambiar sin que la substancia
misma cambie. A esta mesa se le puede agregar una pata más, o pintarla de azul, y sigue
siendo la misma mesa; puede entonces admitir caracteres relativamente muy diferentes
(accidentes) sin dejar de ser la misma. Algo semejante ocurre con la cosa o substancia
que soy yo (y esto vale para Descartes, aunque no para Spinoza), con mi alma; los
estados psíquicos ("pensamientos", en la terminología cartesiana) que ahora tengo son
diferentes de los que tenía ayer y son también diferentes de los que tendré mañana, pero,
sin embargo, a pesar de tales cambios, sigo siendo el mismo yo, vale decir, la misma
substancia a través de todos estos cambios- de otra manera, parece, no podría hablar
de mi identidad a través del tiempo.
Ahora bien, justamente porque la cosa sigue siendo la misma por debajo, por así decirlo,
de sus cambios, de sus accidentes, por eso se la llama "sub-stancia" (del verbo "sub-
stare", que literalmente significa "estar debajo"). Pero, ¿debajo de qué?, podría
preguntarse. Y está claro: debajo de los accidentes. La substancia es entonces lo que
está-debajo de los accidentes como constituyendo el fondo o fundamento de la cosa,
aquello que en la cosa es lo permanente, lo inmutable a través de los cambios -y de modo
tal que los accidentes no tienen un ser en- sí, no se bastan o sostienen por sí mismos,
sino que necesitan algo que les sirva de apoyo, es decir, que son tan sólo por relación a la
substancia de la que son propiedades. La substancia, en cambio, existe por sí misma y en
sí misma, sirviendo de unidad, sostén y fundamento de los accidentes, y sosteniéndose o
bastándose a sí misma. Todo lo cual permite comprender la definición de substancia que
Descartes formula: "una cosa que existe de tal manera que no necesita de ninguna
otra para existir".

El Empirismo
En tanto el racionalismo afirmaba que la razón conoce sin ayuda de la experiencia y, más
aun, que todo factor empírico debiera ser dejado de lado para que la razón, entendida
como facultad innata, funcione con plenitud, el empirismo sostiene la tesis contraria. Todo
conocimiento deriva en última instancia de la experiencia sensible; ésta es la única fuente
de conocimiento, y sin ella no se lograría saber ninguno.
El espíritu no está dotado de ningún contenido originario, sino que es comparable a una
hoja de papel en blanco que sólo la experiencia va llenando. Así como para el
racionalismo el ideal del conocimiento se hallaba en las matemáticas, constituidas por
juicios universales y necesarios (a priori), el empirismo lo encuentra más bien en las
ciencias naturales o tácticas, en las ciencias de observación, cuyos juicios son
particulares y contingentes (a posteriori).
Por último, mientras que el racionalismo expresaba una tendencia filosófica
declaradamente metafísica, porque afirmaba la posibilidad del conocimiento de una
realidad que trasciende los límites de la experiencia (ideas platónicas, substancias. Dios),
el empirismo propende, en general, a negar la posibilidad de la metafísica y a confinar el
conocimiento a los fenómenos, a las fronteras de la experiencia: no hay más conocimiento
de las cosas y procesos que el que se logra mediante la sensibilidad; la "razón" no podría
tener otra función, según esto, como no fuera la de ordenar lógicamente los materiales
que los sentidos ofrecen.
La corriente empirista se inicia con Francis Bacon (1561-1626), quien, limitándose
predominantemente al plano metodológico, establece el principio según el cual toda
ciencia ha de fundarse en la experiencia, o, en otros términos, que el único método
científico consiste en la observación y la experimentación, y construye en consecuencia
una teoría de la inducción.
Jhon Locke (1632-1704) fue el primero en desarrollar sistemáticamente la teoría
gnoseológica empirista, sosteniendo que todo conocimiento en general deriva de la
experiencia. Pero el representante más ilustre de la escuela, y con quien el empirismo
llega a su culminación, fue el escocés David Hume (1711-1776), porque llevó esta teoría
casi hasta sus últimas consecuencias con una hondura y sutileza que convierten sus
análisis en piezas maestras de la argumentación filosófica; sus profundas críticas a los
dos principales conceptos de que se valía el racionalismo, los conceptos de causalidad y
de substancia, preparan el camino para las investigaciones de Kant.
Como filósofo empirista. Hume sostiene que todo conocimiento en última instancia
procede de la experiencia; sea de la experiencia externa, es decir, la que proviene de los
sentidos, como la vista, el oído, etc., sea de la experiencia íntima, la autoexperiencia.
Según esto, el estudio de Hume consistió en analizar los hechos de la propia experiencia,
o de los que hoy se denominan hechos psíquicos y que denomina percepciones del
espíritu ("percepción" es sinónimo de cualquier estado de conciencia).
A las percepciones que se reciben de modo directo las denominó impresiones, y las
dividió en impresiones de la sensación, es decir, las que provienen del oído, del tacto,
de la vista, etc. (o referidas al "mundo exterior"), y en impresiones de la reflexión, que
surgen de nuestra propia interioridad; ejemplo de impresión de la sensación, un color, o
un sabor determinados; impresión de la reflexión, el estado de tristeza en que ahora me
encuentro.
Estas impresiones, o representaciones originarias, se diferencian de las percepciones
derivadas, que Hume llama ideas, como los fenómenos de la memoria o de la fantasía.
En su Investigación sobre el entendimiento humano escribe: Todo el mundo admitirá
fácilmente que hay una considerable diferencia entre las percepciones del espíritu cuando
una persona siente el dolor del calor excesivo, o el placer de la tibieza moderada, y
cuando después recuerda en su memoria esa sensación o la anticipa imaginándola.
El recuerdo no es un estado originario, sino un derivado de una impresión. Y lo mismo
ocurre con la fantasía, cuando se imagina, por ejemplo, un viaje que pensamos realizar
próximamente. Y agrega Hume: podemos observar una distinción similar en todas las
otras percepciones del espíritu. Un hombre en un acceso de cólera es impulsado de modo
muy diferente de otro hombre que sólo piensa en esa emoción. No es lo mismo, en efecto,
estar encolerizado que recordar la cólera del día anterior, o imaginar cómo me puedo
encolerizar por algún hecho futuro. Hay entonces una diferencia fundamental entre
"impresiones" e "ideas".
Y esta diferencia, según Hume, es una diferencia de intensidad o vivacidad: con el
término impresión significa a todas nuestras percepciones más vivaces cuando oímos o
vemos o palpamos o amamos u odiamos o deseamos o queremos. Y las impresiones se
distinguen de las ideas, que son las percepciones menos vivaces de que somos
conscientes cuando reflexionamos sobre cualesquiera de esas sensaciones o
movimientos antes mencionados.
Tanto las ideas como las impresiones pueden ser a su vez complejas o simples, según
que se las pueda descomponer o no: aunque un color particular, o un sabor u olor son
cualidades que están todas reunidas en esta manzana, es fácil darse cuenta de que no
son lo mismo, sino que al menos son distinguibles unas de otras. Todos nuestros
conocimientos derivan directa o indirectamente de impresiones. Incluso las ideas o
nociones más complejas, aquellas que (por lo menos ante un primer examen) parecen
más alejadas de la sensibilidad, en definitiva, si observamos y nos fijamos bien, provienen
también ellas de impresiones.
Según esto, entonces, el espíritu humano no tiene otra posibilidad que la de mezclar o
componer, dividir o unir los materiales que las impresiones suministran. Y en esta
actividad el espíritu no responde a otra legalidad que a la de las leyes de asociación de
las ideas. Según Hume, son tres:
• • asociación por semejanza,
• • asociación por contigüidad en el tiempo y en el espacio,
• • y asociación por causa y efecto.

Creo que nadie dudará de que estos principios sirven para conectar ideas. Un cuadro
conduce nuestros pensamientos hacia el original (semejanza); cuando se menciona un
departamento de un edificio naturalmente se sugiere una conversación o una pregunta
acerca de los otros (contigüidad); y si pensamos en una herida apenas podemos evitar
que nuestra reflexión se refiera al dolor consiguiente (causa y efecto). Se da así un
notable paralelismo con el esquema básico de la ciencia física moderna. Para ésta, en
efecto, a) el mundo material se reduce a unidades últimas, ya in-descomponibles, los
átomos, cuyo movimiento, combinaciones y separaciones producen la totalidad de los
procesos que constituyen el mundo físico; y b) toda la multiplicidad de los cambios que allí
ocurren está regida por una sola ley, la ley de gravedad, descubierta por Newton.
Ahora bien, Hume trasladó aquel esquema al campo del hombre, a su vida espiritual; el
subtítulo de su obra mayor, el Tratado de la naturaleza humana, es: "un intento para
introducir el método experimental de razonar" -es decir, el método de observación y
descripción empírica- "en los temas morales" -esto es, en las cuestiones relativas al
espíritu humano.
En efecto, toda la multiplicidad y variedad de los estados anímicos se reduce a
percepciones simples, y aquella variedad nace meramente de la combinación de tales
elementos mediante las leyes de asociación. En el empleo de este principio, que hace
paralelo con la ley de Newton, es donde Hume mismo considera que habría de ponerse
su título de gloria.
El principio fundamental del empirismo: Hume enuncia su principio fundamental
empirista en los siguientes términos: todos los materiales del pensar se derivan de
nuestras sensaciones externas o internas. Sólo la mezcla y composición de éstas
pertenece al espíritu y a la voluntad. Es decir, todas nuestras ideas, o percepciones más
débiles, son copia de nuestras impresiones o percepciones más vivaces.
Hume cree haber probado el principio empirista mediante dos argumentos:
1) cuando analizamos nuestros pensamientos o ideas, por más compuestos o sublimes
que sean, veremos siempre que se reducen a ideas tan simples como eran las copias de
sensaciones precedentes. Aun aquellas ideas que parecen más alejadas de
este origen, después de cuidadoso examen aparecen como derivadas de él.
De manera que, si nos ponemos a analizar nuestras ideas, por más complicadas o
sublimes que sean, por más alejadas de la sensibilidad que parezcan, se verá que en
última instancia se reducen siempre a impresiones. Y de ello es un ejemplo, además de la
"montaña de oro", ya mencionada, la mismísima idea de Dios. En efecto, la idea de Dios,
con el significado de un Ser infinitamente inteligente, sabio y bueno, surge al reflexionar
sobre las operaciones de nuestro propio espíritu y al aumentar ilimitadamente estas
cualidades de bondad y sabiduría. Entonces, para Hume la idea de Dios es una idea
construida por el espíritu sobre la base del material que proporcionan impresiones de la
reflexión. Hume se limita a comprobar que de hecho tenemos la idea de Dios, pero que,
por el momento al menos, no es sino una idea más, sin ningún privilegio respecto de las
otras, y la compara a la idea de centauro, a la de sirena o a la de montaña de oro. Quizás
a la idea de Dios corresponda una realidad, es posible que haya un Dios (como tal vez
haya sirenas en algún remoto lugar del océano), pero también es posible que no exista;
por lo tanto, Dios no es por lo pronto, según Hume, nada más que una mera idea.
2) sí ocurre que, por defecto del órgano, una persona no es capaz de experimentar
ninguna clase de sensación, tiene la misma incapacidad para formar las ideas
correspondientes. Así, un ciego no puede formarse noción de los colores ni un sordo de
los sonidos. Pero si se otorgase a cualquiera de ellos el buen uso del órgano de que
carecen, el ciego pronto llegaría a alcanzar la idea de color o el sordo la de sonido.

De esta manera Hume formuló el criterio con el que determinar la validez de una idea.
Toda idea deriva en definitiva de alguna impresión; pero para que la idea tenga valor
objetivo, es preciso que copie o represente exactamente una impresión, es decir, que le
corresponda una impresión con el mismo significado que posee la idea y si se trata de
una idea compleja, habrá de corresponderle una impresión a cada uno de sus elementos,
y en la misma relación con que se dan en la idea. Una idea será válida en cuanto
concuerda con las impresiones.
Sí la impresión faltase, como en el caso de la montaña de oro (porque no tengo impresión
de montaña y oro a la vez), ello querría decir que la idea no es válida, que no es una idea
objetiva, sino una idea carente de significación real, producto sólo de la imaginación.
En consecuencia, cuando abriguemos, pues, la sospecha de que un término filosófico se
emplea sin ninguna idea o significación (como es muy frecuente) tenemos que
preguntarnos: ¿de qué impresión se deriva esta supuesta idea? Y si es imposible
asignarle alguna, esto servirá para confirmar nuestra sospecha.
RECURSOS AUDIOVISUALES
Lo invitamos a visualizar los videos del filósofo DARIO SZTAJNSZRAJBER que muestran
el debate sobre “el Conocimiento”, de la serie Mentira Verdad (Canal Encuentro):
Parte 1: https://www.youtube.com/watch?v=UKTk48ifqeU&t=162s
Parte2: https://www.youtube.com/watch?v=c31sLlj42sw
Actividad de aprendizaje obligatoria Nro. 2:
Consignas:
1) Luego de visualizar el capítulo “El conocimiento” de la serie Mentira la Verdad (Canal
Encuentro), reúnase en grupos de a tres personas con el fin de desarrollar la siguiente
actividad colaborativa:
2) Realice un cuadro comparativo entre ideas fundamentales del “racionalismo” y
“empirismo” teniendo en cuenta los siguientes ejes:
• ¿Qué es el conocimiento?
• ¿Cuál es el origen del conocimiento?

• ¿Cuál es el criterio de verdad?


• Representantes más importantes y temas filosóficos relevantes.
• Método de conocimiento
3) ¿Con cuál de los dos planteamientos estás más de acuerdo y por qué?
4) ¿Cómo se adquieren los conocimientos en la ciencia?
5) ¿Por qué DARIO SZTAJNSZRAJBER afirma en el video que el proceso de
conocimiento es una construcción, o una elaboración de lo humano? Explique.
TIPOS DE CONOCIMIENTO
El conocimiento ha sido clasificado de múltiples maneras. Para el propósito de este
trabajo interesa caracterizar el conocimiento científico, pero se analizarán también
brevemente otras formas de conocimiento como el conocimiento natural, el religioso, el
tecnológico y el filosófico, para establecer similitudes, diferencias y relaciones con aquél.
El conocimiento natural
Es el que se adquiere en forma espontánea e informal. Es imprescindible para la
supervivencia humana en el medio natural y social, y se constituye sobre prácticas muy
básicas que pasan a formar el llamado “sentido común”. El lenguaje natural es su vía de
expresión y de transmisión.
En cuanto a la integración del conocimiento científico con el natural, hay distintos modos
de concebirla. Algunos sostienen la completa continuidad entre una y otra forma de
conocer, otros en cambio marcan radicales diferencias. Una solución permite reconocer
coincidencias y continuidades, así como diferencias y discontinuidades.
Mientras que el conocimiento natural tiende a ser rígido y responde a estereotipos, el
conocimiento científico es crítico. Muchas de las creencias ordinarias se ven
cotidianamente refutadas y cierta cerrazón, ligado a veces a prejuicios y a economías de
esfuerzos, no dan cuenta de las discrepancias.
El conocimiento filosófico y tecnológico
La filosofía produce un conocimiento de difícil delimitación dado el amplio campo de
problemas que abarca y la diversidad de modalidades y criterios que se han desarrollado
a través de su historia.
Pretende ser un saber general, que fundamenta y evalúa los distintos productos y
actividades humanas. Es el conocimiento más abarcador. Toma todo como objeto de
estudio. Incluso la nada, a la que entifica. Según Aristóteles, es el saber de los principios y
las últimas causas. Al ser un saber sin supuestos, no parte ni llega a causas intermedias.
Gran parte de los conocimientos filosóficos son conocimientos de segundo nivel o
metateóricos: aquellos que no tratan problemas relativos a un campo determinado de la
realidad, sino que se ocupan de problemas acerca del conocimiento. Todo lo que se
refiere a la verdad de una teoría, su fundamentación teórica y empírica, su coherencia, su
estructura, su poder explicativo y predictivo es siempre metateórico. Es metódico y
además teoriza el problema del método. No usa el método estadístico. Ciertas temáticas
son también teóricas, sólo que, de un amplio grado de generalidad y abstracción, como la
antropología filosófica, la metafísica y algunos desarrollos de la ética normativa. Son
muchas las disciplinas que integran la filosofía y aunque muchas veces se identificó a la
epistemología con la filosofía de la ciencia, pero en sentido estricto, la epistemología sólo
toma los problemas relativos al conocimiento, mientras la filosofía de la ciencia incluye
otras cuestiones, como las ontológicas y las éticas. Del mismo modo que las ciencias, las
disciplinas filosóficas han cambiado a lo largo de la historia, fusionándose algunas veces y
bifurcándose otras. En algunos casos, ciertas disciplinas que en el pasado integraban la
filosofía fueron convirtiéndose en ciencias. Tal es el caso de la lógica, que desde sus
orígenes, con la obra de Aristóteles, hasta finales del siglo pasado fue parte de la
filosofía, para terminar en la actualidad constituyendo una ciencia formal, muy cercana en
métodos y contenidos a la matemática.
Si bien la filosofía pretende configurar sistemas de conocimiento que en tanto tales estén
formados por enunciados verdaderos y fundados, su metodología difiere de las ciencias.
Por un lado, no se requieren procedimientos de contrastación de las afirmaciones con la
información empírica, y por otro lado no hay un conjunto unificado de procedimientos que
constituyan la metodología filosófica. No deriva en tecnología. Es útil para la vida, para la
formación personal y actualmente constituye una disciplina profesional como cualquier
otra. Se basa en la razón, pero también en la intuición. Debe fundamentar debidamente lo
que afirma con rigor racional. Entre las metodologías utilizadas se pueden mencionar la
deducción, el análisis conceptual, la intuición y la analogía.
“Conocimiento técnico y tecnológico”1
a. Por un lado, se trata de evitar o prevenir determinados hechos
b. También se busca modificarlos y controlarlos

La técnica constituye un ámbito de conocimiento que tiene una finalidad práctica, porque
pretende actuar sobre la realidad. Hay técnicas muy variadas y de muy antigua data que
recorren las distintas culturas desde los tiempos prehistóricos, tales como la alfarería, el
curtido de pieles, la preparación de alimentos y la agricultura.
La tecnología es un tipo especial de técnica, aquella que adopta la metodología científica
y que presupone conocimientos científicos
El discurso técnico y tecnológico es en parte informativo y en parte prescriptivo, ya que
produce reglas para generar cursos de acción. Las acciones que se prescriben pueden
tener tres finalidades muy conectadas entre sí:

a. Por un lado, se trata de evitar o prevenir determinados hechos


b. También se busca modificarlos y controlarlos

c. Por último, se trata de crear determinados productos o artefactos.

Por ejemplo, una técnica preventiva seria la que utiliza la agrotécnica para evitar la
degradación de los suelos o en la medicina las estrategias para evitar la propagación
de una enfermedad o de una epidemia. En cuanto a técnicas de control y
modificación, pueden citarse las de dragado de ríos para controlar su cauce o reglas
de política económica para disminuir el desempleo. La ingeniería civil y electrónica
ejemplifican las técnicas de producción de artefactos y entidades tales como un
edificio, un puente o un televisor.
La importancia de la tecnología en nuestra cultura y en el desarrollo del conocimiento
son bien conocidas. El poder que este conocimiento ha generado y la cultura
tecnológica que se instaló en las últimas décadas es tema de permanente reflexión.
Los cambios sociales que la tecnología es capaz de generar son debatidos desde
diferentes perspectivas y modelos políticos.
La relación entre ciencia y técnica es estrecha y variada. En algunos casos, la técnica
ha tenido su propia historia, como en el caso de la navegación, la agricultura y la
producción textil, que tardíamente se conectaron con la ciencia, recibiendo de ella los
conocimientos que les permitieron convertirse en tecnologías. En otros casos, fue a
partir de los avances científicos que fueron surgiendo campos tecnológicos nuevos,
como ciencia aplicada primero y como tecnología después. Cabe señalar que entre
ciencia aplicada y tecnología hay solo una diferencia de grado que tiene que ver con
su mayor o menor autonomía y en un continuo de modalidades.
La tecnología hace permanentes aportes a la ciencia, por un lado, a través de planteo
de nuevos problemas, y por el otro, aportando nuevas herramientas de exploración
científica, como los radares, los microscopios, los telescopios y un sinnúmero de
sofisticados recursos para ampliar la observación y la experimentación. En algunos
casos, los cambios en los instrumentos de observación generaron verdaderas
revoluciones científicas. Está el famoso ejemplo del telescopio de Galileo y sus
adversarios que se negaban a mirar a través de él. Como dice Galileo en el Mensajero
de los Astros, la observación de montañas en la luna confirmaba “la antigua opinión
pitagórica de que la luna es (…) como otra tierra” y refutaba la división aristotélica de
un mundo supralunar, eterno e incorruptible y otro sublunar imperfecto y temporal.
En cuanto a las reglas tecnológicas, comparten con las normas éticas y jurídicas el
carácter de discurso prescriptivo o directivo, pero difieren de aquellas en cuanto a que
tiene carácter instrumental. Su forma es la siguiente: “para lograr el fin A, deberá
efectuarse el procedimiento B”. Son condicionales que conectan medios con fines,
cuyo valor es la eficacia, y no la verdad. Son ejemplos de las reglas técnicas las
oraciones prescriptivas que establecen procedimientos relativos a cómo reparar un
reloj o un mueble, y son tecnológicas aquellas que, por ejemplo, indiquen cómo
preparar un campo antes de la siembra, cómo recaudar impuestos o cómo resolver un
conflicto en un grupo de su trabajo”.
La importancia de la tecnología en nuestra cultura y en el desarrollo del conocimiento
son bien conocidas. El poder que este conocimiento ha generado y la cultura
tecnológica que se ha instalado en las últimas décadas es tema de permanente
reflexión. Los cambios sociales que la tecnología es capaz de generar son debatidos
desde diferentes perspectivas y modelos políticos.
EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO
Es una modalidad de conocimiento cuyos orígenes se remontan a la antigüedad del siglo
VI a.C. con las matemáticas de Thales y Pitágoras, la física y biología de los jónicos, la
historia de Herodoto y Tucídides. Un florecimiento importante ocurrió en el denominado
período helenístico, en la Alejandría de los siglos III a.c. a III d.c. que permitió la
confluencia del pensamiento especulativo y teórico de los griegos con los conocimientos
prácticos de otras culturas como la egipcia. Tuvo grandes figuras como Arquímides,
Euclides, Herón en física y en matemáticas y destacados biólogos y astrónomos.
Pero la ciencia moderna surge con figuras tan significativas como Galileo y Torricelli, en el
siglo XVII. Su característica principal fue la confluencia del pensamiento teórico con la
observación y experimentación empírica.
Se puede caracterizar a la ciencia, de manera muy general, por algunos rasgos
compartidos por las distintas disciplinas científicas, y que constituyen valores o ideas
regulativas.
Lo que caracteriza a la ciencia es la búsqueda de la verdad, esto significa que cualquier
otro fin estará subordinado a este fin principal que es el acceso al conocimiento. Para
continuar con las características del conocimiento científico vamos a adherirnos a los
enunciados presentados por Esther Díaz quien al respecto considera los siguientes
rasgos de la ciencia:
“I- CLARO Y PRECISO
El conocimiento científico se expresa mediante proposiciones que deben cumplir con
ciertos requisitos, que lo distinguen del conocimiento de la vida cotidiana. El lenguaje
debe ser claro y preciso, sin vaguedades, valoraciones ni ambigüedades.
II- PROVISORIO
Otra característica del conocimiento científico es la provisoriedad (…) Ello corrobora que
el éxito de una teoría no está asegurado a futuro.
III- OBJETIVO
No obstante, se pretende que el conocimiento científico es objetivo, en el sentido de que
obtiene acuerdos intersubjetivos. Sin embargo, según los supuestos teóricos desde los
que se considere, la objetividad existe y vale por sí misma, o es construida y se la debe
vigilar.
IV- CONTROLABLE
Las teorías deben someterse a contrastaciones empíricas, siempre y cuando el objeto de
estudio lo permita. De lo contrario, el control se realiza buscando analogías con estados
de cosas similares o construyendo argumentos contundentes.
V- DESCRIPTIVO
Describir significa enunciar los rasgos esenciales de un estado de cosas absteniéndose
de formar juicios de valor.
VI- EXPLICATIVO Y PREDICTIVO
Explicar es deducir consecuencias a partir de un sistema de leyes.
VII- METÓDICO Y SISTEMÁTICO
Se exige asimismo que el conocimiento científico sea metódico, que se pliegue a una
sucesión de instancias coherentes y reguladas para alcanzar un objetivo.
VIII- VIABLE
Los métodos y los sistemas colaboran en la viabilidad de un proyecto científico. La
viabilidad es la posibilidad de concretar un proyecto.
IX- CRÍTICO Y ANALÍTICO
Criticar es analizar; dicho de otra manera, la crítica está relacionada con el análisis.
Analizar es separar en partes los elementos de un todo para someterlos a estudios
rigurosos. Las conclusiones que se obtienen de ese proceso son críticas.
X- LOGICAMENTE CONSISTENTE
De este tipo de conocimiento también se espera robustez lógica, esto es, coherencia y
falta de contradicción entre los enunciados de las teorías.
XI- UNIFICADO
Se aspira a que las diferentes disciplinas científicas logren acuerdos de base en cuanto a
sus objetos de estudios, sus métodos y su simbología para que el conocimiento resulte
fértil.
XII- FECUNDO
La fecundidad reside en la capacidad de poder seguir investigando y construyendo a partir
de conclusiones anteriores. Los conocimientos, en interacción con las prácticas, se
reproducen y multiplican. Cada respuesta puede suscitar una nueva pregunta”2
¿QUÉ ES LA EPISTEMOLOGÍA?3
En la actualidad la gnoseología y la epistemología son las disciplinas que desde la
filosofía se ocupan del problema de cómo conocemos, del origen, las condiciones y los
límites de nuestro conocimiento. Desde el siglo XVII se denominó "gnoseología" a la
disciplina filosófica que se ocupa de los problemas relativos al conocimiento.
En cuanto al término "epistemología", en alguno de sus usos significa lo mismo que
gnoseología o teoría del conocimiento. Pero hay otro uso muy difundido que entiende por
epistemología algo más restringido, circunscribiendo su temática a todo lo referido al
conocimiento científico. Se trata en este sentido de un subconjunto de problemas dentro
de la gnoseología. Debido a su referencia a la ciencia, su lenguaje y su metodología se
fueron acercando en muchos aspectos a los modos de trabajo científico, sin por eso
confundirse con la ciencia, y fue tomando distancia simultáneamente del lenguaje
filosófico más tradicional. Algunos autores han considerado que la epistemología forma
parte de lo que se denomina "ciencia de la ciencia”.
Ya sea que se la considere parte de la filosofía o como ciencia de la ciencia, desde ambas
perspectivas resulta ser una disciplina metateórica, puesto que no refiere a un dominio
determinado de la realidad, sino que reflexiona y teoriza sobre el conocimiento mismo. Un
modo generalizado de ver la epistemología, que va desde Aristóteles hasta el presente,
considera centrales las cuestiones relativas a la estructura interna de las teorías. Se
analizan los aspectos lógicos y semánticos de los conceptos y enunciados científicos, se
estudia también la vinculación de las teorías con sus referentes, empíricos o no, y las
relaciones entre distintas teorías. En algunas orientaciones contemporáneas se ha puesto
especial énfasis en cuestiones relativas a las prácticas científicas y a su contexto, en los
aspectos psicológicos, sociológicos e históricos. Temas como ciencia y sociedad, ciencia
y política, ciencia e ideología, reflejan este tipo de interés.
“Desde su origen, epistemología remite a teoría del conocimiento científico o
reflexión sobre la ciencia. Y en ese sentido amplio siempre ha representado una
preocupación filosófica. Sin embargo, la epistemología – tal como se la entiende- es
una reflexión filosófica especializada, que se ha consolidado como disciplina con
peso propio” (DIAZ, E. 1997).
La metodología de la ciencia puede considerarse como un subconjunto de problemas
dentro de la epistemología, ocupada de evaluar los procedimientos utilizados por la
ciencia y, en su función normativa, prescribiendo los procedimientos que se consideren
más conducentes y confiables. En un nivel de especificidad mayor dentro de la
metodología están las técnicas de investigación, que analizan y discuten los
procedimientos particulares de búsqueda y procesamiento de conocimientos, como la
confección de encuestas, el diseño de experimentos o las técnicas de muestreo.
Además de la epistemología, hay otra disciplina filosófica que se ocupa de la ciencia y
que suele considerársela como teniendo el mismo alcance: la filosofía de la ciencia. Si
bien de hecho ambas son tomadas como equivalentes, un examen más cuidadoso lleva a
establecer algunas diferencias. Mientras la epistemología se ocupa del conocimiento
científico, la filosofía de la ciencia incluye en principio un campo más amplio, como las
cuestiones éticas y ontológicas. Entre las primeras están los valores que sustentan la
ciencia y sus conflictos internos y externos. Entre los segundos están los problemas
acerca, de la naturaleza de las entidades estudiadas, sus propiedades y relaciones.
RECURSOS AUDIOVISUALES
El siguiente video muestra la entrevista, a uno de los representantes de la
Epistemología en nuestro país, el Dr. Gregorio Klimosvky. Escuchar la entrevista
para ampliar lo que venimos afirmando con respecto al estudio de la ciencia.
https://youtu.be/d_aRLWlmhKc
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE Nº
Consigna:
1) Visualizar la entrevista, a uno de los representantes de la Epistemología en
nuestro país, el Dr. Gregorio Klimosvky. Disponible en:
https://youtu.be/d_aRLWlmhKc
2) Luego responda:

• Distinga las definiciones de Filosofía, Epistemología y Ciencia.

• Realice un mapa conceptual

• Realice una sinopsis con las características del conocimiento científico que
propone el texto de José Yuni y Claudio Urbano.
3) Teniendo en cuenta lo desarrollado en relación a los distintos tipos de conocimientos,
buscar en diarios, revistas, etc.; recortar y pegar tres ejemplos vinculados al conocimiento
técnico-tecnológico y dos al conocimiento científico.

Actividad
La realidad como construcción del poder mediático
1) Visualice el video del capítulo VII: “La realidad es una construcción del medio”, serie del
programa televisivo FILOSOFIA AQUÍ Y AHORA del filósofo PABLO FEINMANN, en
https://youtu.be/zWLOrWNG0rk
2) Elaborar un texto breve de carácter argumentativo sobre la siguiente afirmación del
filósofo italiano GIANNI VATTIMO: “los nuevos constructores de sentido de la realidad son
los medios masivos”.

Actividad
Vida-realidad y conocimiento
1) Sintetice el contenido de la película “Good-bye Lennin (2003) dirigida por Peter
Weir y reflexione acerca de la relación que existe entre: experiencia de vida,
realidad y conocimiento.
2) desarrolle el siguiente cuestionario, a partir de la lectura del
texto de Yuni-Urbano: a. ¿Cómo puede ser definido el acto de
conocimiento?
b. ¿Por qué el autor sostiene que “conocer supone una acción
intencional”?
c. ¿Qué es lo “real”?
d. ¿Cuál es la función del lenguaje entre el sujeto cognoscente
y los objetos?
e. Elaborar un esquema de contenidos, utilizando cuadros
sinópticos u otros gráficos, con las características de los
siguientes tipos de conocimientos: natural o vulgar, mítico-
religioso, filosófico y técnico-tecnológico
f. Realice una sinopsis con las características del conocimiento
científico que proponen los autores.

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