Resumen Penal 3-2
Resumen Penal 3-2
Resumen Penal 3-2
Capítulo 27:
La responsabilidad punitiva
La responsabilidad a la posibilidad que tiene la agencia de responder con pena, la agencia judicial
no solo se hace responsable de la criminalización del sujeto elegido sino que le incumbe el
análisis de los supuestos legales de exclusión y de cancelación de la punibilidad.
Clasificación: Cometido el delito, la respuesta penal opera siempre que haya ciertas condiciones.
- Condiciones penales: tienen lugar cuando existan causas que excluyen o cancelan la punición;
son siempre personales, concomitantes (acompañadas) o anteriores las que excluyen, ejemplo,
hurto entre parientes; y las que cancelan son posteriores, ejemplo, prescripción; indulto; el perdón;
etc.
La doctrina argentina denomina excusas absolutorias a los obstáculos que excluyen o cancelan la
punibilidad. Designación poco conveniente.
¿Qué es la prescripción?
La prescripción evita que un fenómeno de por si nunca del todo racional se vuelva, con motivo del
transcurso del tiempo, en un hecho de mayor irracionalidad. Si la pena nunca resuelve el conflicto
que el delito causa y lo único que produce es la suspensión de este hasta que el tiempo lo
disuelva, cuanto más extrañamiento de los protagonistas con el conflicto por el paso del tiempo,
más irracional se hace el castigo. Esto, no puede generalizarse por las diferentes formas
subjetivas de vivenciar un conflicto.
Excepciones: Todas las penas prescriben menos una (art 65 CP) Por su alta gravedad. Crímenes
de guerra y de lesa humanidad constituyen tragedias históricas que ni el tiempo puede suspender.
Estos supuestos son imprescriptibles tanto en la persecución como en la pena.
Para la multa, la prescripción corre desde el momento de su no pago y para la inhabilitación desde
la medianoche del día de la abstención de su cumplimiento.
Suspensión e interrupción
Debe descontarse lo que se haya disminuido por conmutación o por cómputo de la prisión
preventiva. En los casos de concurso y unificación, las penas prescriben en forma paralela, sean
o no de la misma naturaleza. Si se trata de la conversión de una multa en prisión por falta de
pago, el plazo no será el que corresponda a la prisión sustitutiva, sino a la multa.
El indulto es una de las causas que cancelan la posibilidad de penar (perdonar simplemente). Art
86 inc 6 CN, lo establece como la facultad otorgada a otros poderes no judiciales para extinguir la
pena o disminuirla por razones de oportunidad política, a modo de medio extraordinario para
supuestos en que la pena resulte drástica o vieja.
La reforma constitucional del 94 impide indultar o conmutar penas a quienes quebranten el orden
constitucional.
El otro requisito proviene del derecho internacional donde tampoco puede indultarse ni
conmutarse penas por delitos que el estado argentino tenga el deber de perseguir y sancionar,
como el genocidio, crimenes de guerra, lesa humanidad, etc.
El principio del indulto se halla limitado como cualquier otro acto de gobierno.
c. no tiene motivación alguna, osea, cuando no hay razones para el acto de gobierno.
En conmutación (sustituir una pena por otra de menor grado), la parte conmutada debe
descontarse de la pena impuesta en la sentencia a los efectos de calcular el plazo para la
concesión de la libertad condicional.
El indulto siempre extingue el poder punitivo, pero cuando el procesado reclama su derecho a la
verdad no extingue la acción en la medida necesaria para la obtención de este objetivo.
El perdón del ofendido es otra de las causas personales que cancelan la respuesta punitiva en
los casos de delitos de acción privada. Perdón que la ley, extiende a cualquiera de los que
participaron en el hecho. Esta decisión del ofendido debe hacerse valer ante el mismo tribunal de
juicio de ejecución y ser dado en forma expresa.
Obstáculos a la perseguibilidad
Erróneamente se cree que los funcionarios, ej: presidente, legisladores, jueces, etc…, tienen una
inmunidad constitucional que impide el ejercicio de la acción penal en una causa hasta tanto un
antejuicio o desafuero lo permita según su resultado.
Lo que la inmunidad hace prevalecer es la libertad del funcionario por sobre la acusación para
evitar persecuciones políticas encubiertas, de forma que lo único que impide es la detención
preventiva, pero esa inmunidad NO CANCELA EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN PENAL.
La extinción de la acción por pago mínimo de la multa en los delitos reprimidos con esta pena,
antes de iniciado el juicio o con el máximo de la misma con posterioridad. Cuando se paga la
multa y esta pena es alternativa a la de prisión, no queda otra posibilidad que admitir la
imposibilidad de imponer una pena de prisión. NO BASTA EL PAGO PARA EXTINGUIR LA
ACCIÓN PENAL, sino que la misma exige una reparación del daño civil.
Por último, la norma establece que no puede haber una segunda extinción de la acción por pago,
en tanto no transcurran los 8 años desde la finalización del proceso.
El plazo razonable
Nadie permite un proceso penal de más de dos años como tampoco ninguna detención superior a
ese plazo si el proceso no concluyó.
Una vez formulada una imputación penal en el acto de la declaración indagatoria, la agencia
judicial cuenta con el plazo del art 207 y su prórroga, y vencidos los términos para la citación a
juicio y para la fijación de la audiencia, opera un impedimento de perseguibilidad en la misma ley
procesal, siempre que con anterioridad no hayan operado los plazos de prescripción del art 62, a
contar desde la fecha de comisión del delito imputado.
Esto último confirma que los plazos máximos establecidos para la prescripción funcionan como
límite frente a investigaciones preparatorias que no han logrado fundar una imputación que
mereciera un grado de sospecha que permita la declaración indagatoria.
La prescripción comienza a correr desde la medianoche del día en que se cometió el delito, y si
este fuere continuo, desde que deja de cometerse.
Cuando un delito tuviera penas conjuntas se tendrá en cuenta la de más larga duración (art 62).
En concurso ideal, por tratarse de un solo delito, la prescripción debe regirse por la pena mayor
que es la única aplicable.
En concurso real, una amplia doctrina entiende que la prescripción es paralela, osea corre
independientemente para cada delito.
Artículo 67: La prescripción se suspende en los casos de los delitos para cuyo juzgamiento sea
necesaria la resolución de cuestiones previas o prejudiciales, que deban ser resueltas en otro
juicio. Terminada la causa de la suspensión, la prescripción sigue su curso.
En los delitos previstos en los artículos 119, 120, 125, 125 bis, 128, 129 —in fine—, 130
—párrafos segundo y tercero—, 145 bis y 145 ter del Código Penal, se suspende la prescripción
mientras la víctima sea menor de edad y hasta que habiendo cumplido la mayoría de edad formule
por sí la denuncia o ratifique la formulada por sus representantes legales durante su minoría de
edad.
Si como consecuencia de cualquiera de los delitos indicados hubiera ocurrido la muerte del menor
de edad, comenzará a correr desde la medianoche del día en que aquél hubiera alcanzado la
mayoría de edad.
b) El primer llamado efectuado a una persona, en el marco de un proceso judicial, con el objeto de
recibirle declaración indagatoria por el delito investigado;
La prescripción corre, se suspende o se interrumpe separadamente para cada delito y para cada
uno de sus partícipes, con la excepción prevista en el segundo párrafo de este artículo.
Dos corrientes:
- Posición liberal: la prescripción se interrumpe sólo por la comisión de un nuevo delito o por la
sentencia condenatoria (Carrara). En el Código Penal 1921
El proyecto positivista de Gomez y Coll en 1937 proponia agregarle que también se interrumpiera
por la “secuela del juicio”.
Expresión enigmática.
Esta fórmula era lesiva del principio de legalidad, equivalia a decir “algo que el juez considere
interruptivo”.
La interpretación literal del texto, única imposible en el ámbito penal nunca se respeto: “secuela”
es algo que queda después de un proceso (enfermedad ej) y no durante. “Secuela” es
“consecuencia”.
Por ende, en una buena interpretación de legalidad, debía considerarse que la prescripción de la
acción se interrumpe también por la sentencia condenatoria, aunque no estuviese firme.
Ley 25990
Promulgada en 2005. Vino a despejar dudas. Se asocia al modelo autoritario y redacta el art 67.
Cap 28:
Definimos a pena como “coerción estatal que importa una privación de derechos o infligir dolor,
que no persigue un fin reparador ni de neutralización de un daño en curso o de un peligro
inminente”.
a) Al margen legal
Marco Científico no siempre coincide con el marco legal (el primero se construye mediante la
verificación de las consecuencias que encuadran en nuestro concepto jurídico de pena estando
previstas en las leyes penales manifiestas. Ej:
· El desuso de la reclusión
· Las medidas para incapaces psíquicos (Art. 34 inc. 1°) también se consideran
desaparecidas si exceden el marco de coacción directa del derecho psiquiátrico (Pena sin delito =
inconstitucional).
Penas Accesorias
Siguen a las principales, sin que sea permitido imponer aquellas sin estas.
8. Etc.
La pena accesoria más grave es la relegación o reclusión por tiempo indeterminado como
accesoria de la última condena del Art. 52 (inconstitucional).
Son inconstitucionales las penas de reclusión que bajo la denominación de medidas de seguridad
que establecen los párrafos 2° y 3° del inc. 1° del Art. 34 para incapaces psíquicos de delito.
Es la única pena realmente perpetua que existe en el código ya que su termino no depende de
nada que pueda hacer la persona para ponerle fin.
Idea rectora: El enfermo mental requiere internación manicomial mientras sea peligroso y, siendo
peligroso porque es enfermo, deberá permanecer en reclusión mientras continúe la enfermedad.
El PP es puesto en crisis por la absolución del incapaz psíquico. Desde un planteo sistemático
puede concluirse que la imposición de las penas a incapaces psíquicos bajo el nombre de
medidas es un recurso para reforzar la confianza del público en el sistema (Jacobs).
Afirmamos que:
a) No existen razones para suponer que un enfermo mental tiene mayor probabilidad de
delinquir que quien no lo es.
b) Existen múltiples medios para tratar a los enfermos mentales en los que puedan llevar
una vida de relación aceptable fuera del ámbito manicomial.
d) Existe una legislación psiquiátrica que señala los pasos a seguir para la internación
voluntaria o compulsiva de un paciente psiquiátrico y establece la judicialidad de estas medidas.
No solo son penas sin culpabilidad (para inimputables), sino que pueden ser también para quienes
han actuado atípicamente (por falta de dolo) e incluso para quienes no han realizado ninguna
conducta (por incapacidad psíquica de acción); si se establece una pena por los mencionados
anteriormente se considera inconstitucional. Por consiguiente, es correcto que el juez renuncie a
toda pena para incapaces psíquicos y, en los casos de absolución por enajenación mental.
Por lo general, estas penas cesan por reclamo de las propias instituciones psiquiátricas o se
eternizan en razón de deterioro del enfermo. Sería más correcto que, de admitirse estas penas, la
jurisprudencia previese un máximo que nunca excediese el mínimo de la pena del delito de que se
trate.
La más grave limitación de la libertad ambulatoria tiene lugar cuando se somete a una persona a
una institución total o de secuestro. Esta institucionalización opera como eje del sistema de penas,
lo que se asume como natural u ordinario.
En la época clásica, dominaba la pena corporal y el encierro solo operaba preventivamente o para
deudoras.
Todas las reformas intentadas sobre la cárcel fracasaron y se constató que cualquier prisión lejos
de transformar a los criminales en gente honrada, está dotada de un efecto reproductor.
La prisión sigue siendo el eje punitivo central de todos los sistemas penales.
A lo largo de las últimas dos décadas, el deterioro de las cárceles y su efecto reproductor fueron
manipulados por predicadores morales quienes aprovecharon para volver a la prisión de mera
seguridad o contención, militarizada como fortaleza.
Ante el fracaso de las ideologías re (todo el conjunto de teorías preventivas especiales positivas),
la prisión se convierte en un mero local de depósito de seres humanos deteriorados y se afilia a la
prevención especial negativa como idea de la prisión como una eventual pena de muerte. No
obstante, todo parece indicar la probabilidad de que en pocas décadas la frecuencia de la
prisionización disminuya debidos al desarrollo tecnológico del control electrónico de conducta.
Las ideologías “re” tienen un sustrato autoritario, pretenden modificar las elecciones de las
personas.
La práctica revela que en todos los países donde siguen una política razonable en la materia,
existe una masa de presos que sufren las consecuencias deteriorantes como producto estructural
de la naturaleza de la institución en la que se hallan.
Derogados Art. 6, 7 y 9 del CP, se consideran derogadas todas las disposiciones que hacen
referencia a ella en el resto del código.
· Art. 77: los plazos señalados en el CP se cuentan con arreglo a las disposiciones del
Código Civil. Sin embargo, la liberación de los condenados a penas privativas de libertad se
efectuará al mediodía del día correspondiente, como una salida anticipada y obligatoria de doce
horas.
· Art. 24: La prisión preventiva se computará de la misma manera. Comienza a correr desde
la 0 hora del día en el que el sujeto fue privado de su libertad. Cada día de prisión preventiva se
computa como un día de prisión (pero es impuesta con el nombre de reclusión). El sufrimiento
ilegítimo de prisión preventiva no es solo computable sino también compensable.
· Art. 23: Los días, meses y años se cuentan para todos los efectos legales por el calendario
gregoriano.
Día: intervalo entero que corre de medianoche a medianoche. Los plazos de días se contarán
desde la medianoche en que termina el día de la fecha; sin embargo, este no puede aplicarse al
cálculo de la pena (se prolongará la pena), por lo que obliga a rectificar parcialmente el criterio civil
aplicando los principios penales, por lo que debería computarse el día de comienzo de ejecución
como día completo.
En caso de Interrupción, esta se produce a las 24hs del día en que tiene lugar, y cesa a la 0 hora
del día en el que el sujeto vuelve a perder su libertad.
· Procesos Paralelos (+2 delitos): sea por el mismo o diferentes tribunales y sea condenado
uno y absuelto por el resto, el tiempo de Prisión P. sufrida debe computarse en la pena impuesta
(incluso si haya sido por un delito del que resultase absuelto). No puede permitirse que la
absolución pueda perjudicar al procesado.
· La pena debe contarse todo el tiempo que el condenado haya sido privado de su libertad,
aunque la ejecución se haya interrumpido por haber cumplido prisión preventiva en otro lugar, por
un delito del que en definitiva resultare absuelto o sobreseído.
· Art. 25: si durante la condena el penado se volviere loco, el tiempo de locura se computará
para el cumplimiento de la pena (el apartado 3° inc. 1° del Art. 34 es un error material del
legislador, debiéndose entender como remisión al apartado 2°)
· Art. 1° de la Ley 24.600: cuanto más larga sea la duración de una pena, más difícil será la
reinserción.
Sería inadmisible su imposición en condiciones que ese efecto sea absolutamente irreversible, en
tal caso se trataría de un supuesto de pena ilegal (incapacitados).
La Constitución impone un límite temporal que impide que de un delito emerja una consecuencia
jurídica negativa imborrable para toda la vida del sujeto.
La perpetuidad tampoco es legal: En Arg. La pena perpetua no es perpetua como tal, pues todo
penado goza de la libertad condicional a los 35 años (a partir del 2004); también le corresponde el
régimen de salidas transitorias y de semilibertad (Ley 24.600) que pueden obtenerse a los 15
años.
LA PENA DE RELEGACIÓN
Art. 52: La aplicación de una pena de reclusión por tiempo indeterminado (bajo el nombre de
medida) como accesoria de la última condena, en particulares supuestos de multirreincidencia
termina por vía de la libertad condicional a los 5 años cumplida la condena, y definitivamente a los
5 años siguientes a la libertad concedida.
La detención domiciliaria
· Art. 10: Para penas de hasta seis meses, a las mujeres honestas, a los a mayores de
sesenta años y a las personas valetudinarias.
· Para penas superiores a seis meses, a los mayores de setenta años y a los enfermos
terminales
· Art. 33 de la Ley 24.660: el condenado mayor de setenta años o el que padezca de una
enfermedad incurable en período terminal, podrá cumplir la pena impuesta en detención
domiciliaria, por resolución del juez competente, por pedido de familia, persona o institución
responsable que asuma su cuidado; previo informe médico, psicológico y social que lo justifique.
· El juez podrá disponer una supervisión adecuada en la forma prevista por el Art. 32.
BENEFICIOS
· La prisión domiciliaria sea sustituta de la prisión solo en los casos de muerte segura, por
una enfermedad incurable e irreversible…el trato humano al condenado no es solo desplazar su
cuerpo para que muera en su domicilio.
· Cualquier peligro para la salud o la integridad física o psíquica que provenga de la ejecución
penal limita la respuesta punitiva (también es aplicable a las prisiones preventivas).
b) Prisión nocturna: entre las 21 y las 6 horas del día siguiente (art. 42).
Progresividad (Ley 24.660): se mantiene este criterio que culmina con el período de prueba (art.
15)
Salidas transitorias: duran de 12 hasta 62 horas (art. 16, I, a, b y c), por motivos familiares,
realización de estudios, participar de programas de prelibertad. Pueden disponer de
acompañamiento o bajo palabra de honor.
Libertad asistida (Art. 64): permite su egreso anticipado y su reintegro al medio libre 6 meses
antes del agotamiento de la pena temporal.
Capítulo 28 Parte 2:
Libertad condicional: Los artículos 13 a 17 y 53 del CP, además de la ley 24.660 regulan la
posibilidad de que el condenado a una pena privativa de la libertad pueda recuperarla
condicionalmente por decisión judicial después de haber cumplido una parte determinada de la
misma en encierro, luego de un informe previo de la dirección del establecimiento. Tiene lugar
durante un período de prueba que, resultando favorable, determina la extinción definitiva del resto
de la pena privativa de libertad que le quedaba por cumplir al condenado.
Es un derecho del preso. Cuando están reunidos sus requisitos formales y materiales, el
condenado tiene derecho a reclamarla y el tribunal tiene el deber de acordarla. La expresión
“podrán” del art. 13 se refiere a que el condenado puede solicitarla, y no a que el tribunal la puede
negar pese a tener reunidos los requisitos legales.
Transcurso del tiempo transcurrido: El requisito más importante para la obtención de la libertad
condicional consiste en que el condenado haya cumplido una parte de su pena en encierro
carcelario. Para las penas privativas de libertad perpetuas corresponde que el período sea de 20
años; dos tercios para las penas privativas de libertad temporales mayores a tres años, y ocho
meses para las penas de tres años o menos.
Extensión a favor de procesados: Lo que es aplicable a los penados debe extenderse a los que
cumplan pena sin condena, porque el encierro no es sólo equivalente en términos materiales, sino
que su identidad deriva del reconocimiento normativo, por el cual se conceden al imputado los
beneficios del condenado (salidas transitorias, semilibertad, libertad condicional prisión
domiciliaria, prisión discontinua o semidetención), en resguardo del principio de inocencia.
Revocación y nueva concesión: El art. 17 dice que ningún penado cuya libertad condicional
haya sido revocada podrá obtenerla nuevamente. Esta disposición quiere decir que no puede
volver a alcanzarla para el cumplimiento de esa pena, sin que obste para cualquier otra en el
futuro. Tampoco es del todo correcta la afirmación de que no puede obtenerse nuevamente la
libertad condicional por el mismo delito, porque existen supuestos que no son de revocación, sino
de revisión: en caso de que la libertad se revisara en razón de unificación de penas o condenas,
porque el tiempo de encierro no sea suficiente para obtenerla por la pena unificada o por la
condena única, nada obsta a su derecho una vez cumplido el plazo de ésta.
El último requisito a que puede quedar sometida la concesión de la libertad condicional debe ser
cumplido por el tribunal en el momento de concederla, consistiendo en la fijación judicial de la
parte de los salarios que el condenado debe destinar a la reparación del daño. Consiste en la
fijación de la fracción que debe destinar a ese efecto, pero que en modo alguno queda
subordinada la libertad condicional al pago.
Extinción: Las anteriores condiciones rigen el cumplimiento de la pena durante la última etapa de
su ejecución hasta el vencimiento de los términos de las penas temporales, y en las perpetuas
hasta cinco años más a contar desde el día de la libertad condicional. El vencimiento de los
términos extinguen la pena, según el art. 16 que dispone que transcurrido el término de la
condena o el plazo de cinco años señalado en el art.13, sin que la libertad condicional haya sido
revocada, la pena quedará extinguida, lo mismo que la inhabilitación absoluta del art. 12. La
revocación de la libertad opera únicamente en caso de violación de las condiciones impuestas por
los incisos 1° y 4°. En los casos de los incisos 2°, 3° y 5° las violaciones pueden aparejar una
prolongación del tiempo de la condicionalidad.
Condenación condicional y multa e inhabilitación: Párrafo 3° art. 26: “no procederá la condenación
condicional para las penas de multa e inhabilitación”.
Personalidad moral: El correcto entendimiento de esta fórmula debe ser que la condenación
condicional basta con un pronóstico negativo, que indique que el encierro agravará más la
personalidad moral del condenado, juicio donde incidirán los demás requisitos, como la naturaleza
del delito o los motivos que lo impulsaron a delinquir, que permiten valorar el real estado de
vulnerabilidad que determinó su criminalización.
La suspensión del juicio a prueba: Todo imputado de delito que pueda ser condenado
condicionalmente tiene derecho a requerir la suspensión del juicio a prueba (probation).
Requisitos de procedencia: La ley establece también condiciones positivas y negativas. Entre las
primeras figura el ofrecimiento de reparación a la víctima, que debe entenderse según las
posibilidades del imputado. En caso que el delito esté conminado con pena de multa conjunta o
alternativa con la de prisión, el imputado deberá pagar el mínimo de la multa. También deberá
abandonar en favor del estado los bienes que presumiblemente resultarían decomisados en caso
de recaer condena. Las condiciones negativas son el supuesto de funcionario público que en el
ejercicio de sus funciones, hubiese participado en el delito, y la hipótesis de los delitos reprimidos
con pena de inhabilitación, interpretado teleológicamente para resguardar la vigencia del instituto y
posibilitar su aplicación en delitos leves.
Condiciones y revocación: En cuanto a las condiciones a que queda sometida la probation, la ley
reenvía a los previsiones del art 27 bis modificando el término (que puede extenderse de uno a
tres años), y estableciendo que:
● Se suspende el plazo de prescripción de la acción penal
● Si durante el término de prueba el imputado no comete un nuevo delito y cumple con las
reglas de conducta fijadas por el tribunal en función del art 27 bis, se extinguirá la acción penal
● Una nueva suspensión del juicio procederá si el nuevo delito fuese cometido después de
transcurridos ocho años a partir del momento en que venció el término fijado para la prueba del
proceso anterior, contados desde el día en que fue concedida la suspensión.
La conversión en privación de la libertad: Cuando la voluntad reprochable del penado diese lugar
a que la multa se convierta en pena privativa de libertad, el tribunal la convertirá al régimen de
semidetención o prisión discontinua, que no excederá de un año y medio. Para esa regulación el
código no fija equivalente entre pena de multa y la de prisión, pero a su vez, el art 22 dispone que
del importe de la multa se descontará la parte proporcional del tiempo de detención que hubiere
sufrido.
Ánimo de lucro y multa acumulativa: El art 22 bis dispone que si el hecho ha sido cometido con
ánimo de lucro, podrá agregarse a la pena privativa de libertad una multa. Se trata de una pena
acumulativa, y en modo alguno de una pena accesoria, por lo que su aplicación demanda todos
los requisitos que presupone la de cualquier pena, incluyendo la requisitoria fiscal. Ánimo de lucro
es un elemento subjetivo del tipo distinto del dolo, que consiste en una especial disposición de la
voluntad acompañada por el interés patrimonial, que puede o no lograrse y ser inmediata o
diferida sin que necesariamente deba reducirse al interés de quien participa en la conducta.
Decomiso:
Decomiso: Los instrumentos decomisados no podrán venderse, debiendo destruirse, salvo el caso
en que sean regularmente aprovechados por el gobierno de la nación o de las provincias. El
decomiso es una pena accesoria, puesto que se distingue de ciertas medidas de coacción
administrativa directa de carácter policial preventivo, y porque tiene lugar siempre que haya
condena.
Objeto del decomiso: La pena se limita al decomiso de los instrumentos del delito y al de los
efectos provenientes del mismo. Los primeros son los que el autor utilizó dolosamente para
cometer el delito. Efectos del delito son cualquier mercancía obtenida mediante el injusto, sea que
se encuentre en el mismo estado o en otro diferente.
Cuantificación de la pena es la cantidad de pena que el juez debe permitir que se ejerza en una
sentencia mientras se contiene el poder punitivo y se limitan los impulsos expansionistas de la
selectividad de la criminalización secundaria.
La decisión de la pena se ve afectada principalmente por las presiones de las agencias políticas
que empujan al aumento de las penas con el fin de tranquilizar la opinión pública, alterada
directamente por campañas mediáticas que apuntan al castigo como la solución a los conflictos
sociales. La elevación irracional de los mínimos penales complica y dificultan la tarea mencionada
de la cuantificación y determinan un enfrentamiento entre el ámbito político y judicial. A su vez, se
convierte en fuente de inseguridad para la población. Mientras la jurisprudencia tiene mayor
contacto con la pena y su medida, menor es el rigor sistemático a favor a la arbitrariedad de las
sentencias.
La cuantificación es un juicio abierto in bonam partem: ésta no finaliza junto a la sentencia formal,
sino con el agotamiento de la pena, por lo que debe haber un seguimiento del juez en cuanto a
posibles hechos en contra de la integridad del condenado (penas ilegales).
El derecho de cuantificación penal establece límites legales para cada tipo. Siendo estos una regla
general, admite tanto precisiones como excepciones:
a) Los mínimos de las escalas penales son PROVISIONALES hasta que una norma de mayor
jerarquía –constitucional- señale lo contrario.
b) Existen reducciones de esos límites en razón del menor contenido injusto (casos previstos en el
art. 35 del CP (situaciones cercanas a un ESTADO DE NECESIDAD) al igual que en TENTATIVA
y PARTICIPACIÓN.
Los mínimos de las escalas penales se explican con el recurso de prevención general negativa
(mínimos disuaden el delito); al no haber datos de poder limitante en esa teoría, tampoco habrán
datos para fijar un mínimo a esa función de prevención intimidatoria (“la ley inventa al mundo”)
- Los redactores del Proyecto de 1891 señalaban (tomando como ejemplo algunos códigos
europeos como el alemán, holandés, etc.) se habría podido suprimir los límites mínimos y
establecer sólo los máximos de duración para lograr una mayor latitud de juicio y la mejor
aplicación de pena conveniente.
Pena natural: el mal grave que se autoinflinge el autor con motivo del delito, o que sea impuesto
por terceros por la misma razón. Se toma en cuenta el daño sufrido (por ejemplo, no debe ser
indiferente al juez el hecho de que el autor de un robo haya perdido la mano por la explosión de su
arma o que, al momento del hecho policial de prevención directa, el autor del delito haya sido
gravemente herido). Principios constitucionales de mínima irracionalidad y de humanidad.
Solución comprendida en el art. 41 del CP (abriendo paso a posibles atenuantes).
Pena ilícita: el condenado es víctima de los delitos de acción u omisión por parte de funcionarios
o en el ámbito de custodia (tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes prohibidas por el art.
16 de la CN y el art. 5 inc. 2 de la CADH). Las penas ilícitas son penas, por lo que el juez que
cuantifica y revisa la pena, debe compensar ese perjuicio, ya que es su deber realizar todo
esfuerzo para compensar el daño y evitar que la pena agravada por el hecho ilegal se vuelva cruel
e inhumana (individualizar y penar al torturador, no exime de compensar la pena al condenado).
○ Trascendencia mínima: cuando la pena trasciende a la familia del penado y/o a otras personas.
Principio constitucional de intrascendencia debe primar cuando el mínimo de la escala no
alcance para impedirlo, siendo así necesaria la reducción para evitar una pena inconstitucional.
Las más importantes reducciones de la escala penal por el menor contenido injusto son;
Art. 35: El que hubiere excedido los límites impuestos por la Ley, por la autoridad o por la
necesidad, será castigado con la pena fijada para el delito por culpa o imprudencia.
Art. 44: La pena que correspondería al agente, si hubiere consumado el delito, se disminuirá de
un tercio a la mitad. […] Si la pena fuese de prisión perpetua, la de tentativa será prisión de diez a
quince años.
La tentativa es menos grave que la consumación. El tribunal debe fijar la pena para el delito según
la escala prevista para el consumado y luego reducirse de un tercio a la mitad de la pena. (Prisión
perpetua: 30 años; un tercio de 30= 10; mitad de 30= 15)
En los criterios de cuantificación penal del art. 41 del CP, la pena para la tentativa en delitos que
tienen penas divisibles es la que, respecto el delito consumado, reduce un tercio del mínimo y la
mitad del máximo.
Una postura más limitativa (aunque sin apoyo del texto legal) es la que sostiene que lo que debe
reducirse del mínimo, son dos tercios de pena y la mitad del máximo. Esta opinión recibe una
resistencia textual de la expresión “se disminuirá de”; no soporta la conclusión de que al mínimo
deba sacársele dos tercios de pena. Tampoco se puede interpretar que lo que se descuenta en la
tentativa es la mitad del mínimo y dos tercios del máximo.
La tradición legislativa argentina señala que la pena para el delito tentado debe fijarse entre la
mitad y los dos tercios de la que hubiere correspondido por el delito consumado: se disminuirá de
un tercio a la mitad. Esta interpretación no puede tener como consecuencia una pena superior a la
mitad del máximo que se prevé para el delito consumado, ya que para la tentativa, esta solución
se contradice con lo dicho en el párrafo tercero del mismo artículo: una tentativa de homicidio
calificado (prisión perpetua) no puede pasar los 15 años; en cambio una tentativa de homicidio
simple (25 años) puede recibir un castigo de hasta más de 16 años, lo que es inadmisible.
En un caso de complicidad en una tentativa de delito que tiene un castigo temporal o perpetuo, le
corresponde la pena que se disminuye de un tercio a la mitad o la que fija la ley para las
perpetuas. Su máximo no puede pasar de un cuarto del máximo de la escala del delito que se
trate o la mitad de la escala máxima que fija la ley.
Art. 47: Si de las circunstancias particulares de la causa resultare que el acusado de complicidad
no quiso cooperar sino en un hecho menos grave que el cometido por el autor, la pena será
aplicada al cómplice solamente en razón del hecho que prometió ejecutar.
Acorde al principio republicano de mínima racionalidad de los actos de gobierno, se debe unificar
la pena adaptándola según el grado de vulnerabilidad y particularidad del sujeto.
1- Hay una sola acción pluralmente típica y hay una sola condena en un solo proceso. (ej:
dispara, mata dolosamente a uno y lesiona culposamente a otro). Art 54
Concurso ideal
Acá se impone una pena mayor por principio de absorción. ¿Cuál es? Ni la más grave (prisión
peor que multa) ni la duradera; es la que afecta con mayor gravedad los derechos individuales del
penado.
Pena mayor entre alternativas iguales (de misma naturaleza. Ej. dos penas de prisión): es la de
término medio más alto, la cual se obtiene dividiendo por dos la diferencia entre el máximo y
mínimo, y sumándose al mínimo o restándole al máximo.
*Pena mayor entre alternativas distintas: quedarse con la de naturaleza más grave y mayor
duración. Para la duración hay que aplicar el término medio.
*Tener en cuenta las reglas de conversión del código para traducir el periodo exacto equivalente
que existe entre inhabilitación/multa con prisión.
2- exista una pluralidad de injustos que deben ser condenados simultáneamente, porque
ninguno de los delitos es anterior a un resto de pena no cumplido
3- cuando exista una pluralidad de condenas o restos de ellas que deban ejecutarse sobre la
misma persona al cometerse un nuevo delito (o una pluralidad de ellos) durante el tiempo de una
pena no cumplida en su totalidad.
Concurso real
-mínimo: mínimo mayor de todas las escalas. Ej: mínimos de 3, 5, 7, entonces me quedo con 7
-máximo: suma de todos los máximos que no puede exceder de 50 años, según artículo.
Atención:
1) Límite: no puede exceder el máximo impuesto por la naturaleza de la pena, es decir, no puede
superar el máximo –según el caso particular- de prisión, inhabilitación o multa. Ojo que para la
prisión son 25 años máximo.
Para Zaffa estos 25 años son irracionales bajo ciertos preceptos. Habla sobre el caso de la
mechera que reitera el hurto 13 veces. De ese modo, se podría aplicar pena dentro de un rango
de 6 meses a 25 años. Lo define como irracional porque la pena no puede, por suma aritmética,
igualar la condena de alguien sentenciado por genocidio. Aquí apela a la racionalidad republicana
adquirida por los tratados internacionales de DD.HH.
Remarca que el art. 55 lesiona el derecho de legalidad por su inconstitucionalidad frente a los
tratados internacionales. El gran problema radica en que si se declara inconstitucional, nos
veríamos obligados a aplicar la suma aritmética de todas las penas de los delitos; haciendo aún
más irracional (llegar a 100 años de pena, una locura).
2) Otro límite: la suma de los máximos no podía superar en un tercio el máximo más alto.
El art. 55 se tomó del código holandés y se omitió en su transcripción esta última regla, la cual es
racional.
-existen penas previas o quedan remanentes de pena al momento del dictado de sentencia
condenatoria. (unificación de condena)
-existen procesos de distintos delitos en distintos juzgados simultáneos. Acá da la pena total el
juez de último término o, cuando él no lo haga, el que pone pena más grave. (art 58 parte 1)
(unificación de condena)
Zaffa dice que el juez puede que dará la pena total puede dar pena más benigna sin respetar los
montos de las condenas simultáneas. Incluso el modo de cumplimientos puede ser beneficioso, es
decir, elegir condicional frente a cumplimiento efectivo.
En cuanto a la unificación de condenas es necesario aclarar que la pena total hace desaparecer
los efectos de las condenas anteriores. Con ello veremos que si la condena anterior le daba
libertad condicional, esto ya no será posible, salvo que la pena total también lo estipule.
- El sujeto comete delito luego de sentencia firme que le dio una pena, la cual está cumpliendo.
Aquí el juez que condena en último término o el que impone la pena más grave también fija una
pena total con las reglas del concurso real, pero teniendo en cuenta un resto de pena que no se
cumplió. (unificación de pena). (art 58 parte 2)
Se aclara que la condena anterior no desaparece. La unificación de pena no puede ser inferior al
tiempo que le faltaba cumplir. Se genera nueva escala donde el mínimo será el mínimo del nuevo
delito o la pena que le faltaba cumplir (se elige la mayor). El máximo debe ser lo que le faltaba
cumplir más el máximo del nuevo delito. Nunca el máximo podría superar en un tercio la escala
mayor del segundo delito o la pena máxima del primero (si resulta mayor) reducido al porcentaje
de la pena no cumplida e incrementada en un tercio. Por ejemplo, quien cumplió la mitad de una
pena de diez años por homicidio simple, tendrá un máximo de 12 años y 6 meses aumentado en
un tercio: 16 años y 8 meses. Esta aspersión podrá superar el límite expreso de los 25 años.
Única excepción a unificación de pena: art 27. El sujeto comete un nuevo delito con posterioridad
a una condena condicional sin que entre la fecha de esta condena y la comisión del nuevo delito
hubieran pasado los cuatro años para que a la primera condenación se la considere no
pronunciada.
Para aquellos casos en que, no sólo están en juego penas de prisión, sino también la de multa e
inhabilitación, éstas se combinan con la de prisión pero sin someterse a las reglas de la reducción,
pues ellas se aplican en forma conjunta (art. 56). ??????
Debe hacerlo el juez de última condena de oficio. Si él no lo hace, el de la pena más grave.
En caso de que las penas sean iguales, el juez natural para la unificación será el que recibió el
reclamo.
Se puede revisar la sentencia para evitar la acumulación absurda de penas. Se suspende la cosa
juzgada de sentencia del juez anterior para poder suprimir el conjunto punitivo. Va de la mano de
la prohibición constitucional de penas crueles.
Lo único que debe respetar el juez natural de la unificación son las declaraciones de hechos
contenidos en las otras, es decir, las conclusiones acerca del delito en lo fáctico y su valoración
jurídica.
En caso de choque entre competencia federal y ordinaria, decide la federal. Si existe impedimento
de cumplimiento de esta norma, decide la ordinaria (art 58)
Capítulo 30
La reconstrucción de la respuesta punitiva.
Los fundamentos constructivos
Reafirmamos los valores que tienen que ver con la construcción de una pena que sea lo menos
irracional posible en relación con un injusto culpable, esto lo hacemos a través de la firmeza de los
puntos conceptuales de la teoría de la pena y de la sistemática elaboración de filtros dogmáticos
en la teoría del delito.
En la teoría del delito se pone de manifiesto que el castigo estatal es, en ocasiones, un daño sin
sentido a la vida humana, y que el poder punitivo es una amenaza para la sociedad cuando la
pena incurre en irracionalidades, para evitar esto es necesaria una contención, esto se logra a
través de las agencias judiciales.
La función política reductora o mínimo de irracionalidad del derecho penal se consuma en la pena
cuando su cuantía se fija por efecto de una doble valoración: (a) la reprochabilidad por el acto y
(b) la reprochabilidad del esfuerzo por alcanzar una situación concreta de vulnerabilidad al poder
punitivo.
Cuando a la cuantía de la pena se la hace depender de una suma de valoraciones ajenas a la
teoría del delito o a consideraciones de una pretendida necesidad estatal de pena, el estado de
derecho se declara impotente ante el estado de policía, o el derecho frente a la política y la política
frente a la publicidad.
La culpabilidad de cuantificación penal es, en esencia, la misma del delito, sólo que en la teoría de
la responsabilidad es considerada desde un punto de vista diferente al de la perspectiva que se
toma en cuenta para la teoría del delito. En esta última, el delito se presenta como un
acontecimiento estático y, por ende, se trata de un artificio analítico: la tipicidad penal procede de
un segmento temporal, el pragma, y fija ese momento mediante la comparación con la figura legal,
en tanto los restantes caracteres o filtros del delito deben referirse necesariamente a esa imagen
contenida.
Pero el conflicto que el tipo legal fija y atrapa es dinámico porque es social, y la sociedad humana
tiene esa naturaleza. Por ello, en la construcción de la respuesta punitiva se retoma el carácter
dinámico del hecho en su conflictividad lesiva.
Por lo tanto, la medida de la pena debe ser la medida de la culpabilidad en perspectiva dinámica.
La culpabilidad por el acto señala el límite máximo de la pena en concreto, porque es el máximo
de reproche, a lo que debe descontarse, de ser posible y hasta donde lo sea, lo que no es
imputable a su esfuerzo por la selección por el poder punitivo, es decir su estado de
vulnerabilidad. Por ende, la medida de la culpabilidad debe sólo responder al esfuerzo personal
del sujeto por alcanzar la situación concreta de vulnerabilidad.
Entonces, las particulares situaciones personales y sociales constituyen los datos de realidad
sobre los que se construye la culpabilidad por el acto. En conclusión, en el juicio de culpabilidad
por el acto no puede faltar un mínimo de autodeterminación. Sin embargo, esta posibilidad no
agota la culpabilidad normativa porque todavía no se sabe nada acerca de la mayor o menor
amplitud de la misma en relación con la selectividad penal.
El poder punitivo opera selectivamente en su mayor medida sobre el estereotipo de inferioridad
social e individual) o la imposibilidad de ella (situación excepcional para el poder punitivo) que
toma en cuenta el estado de vulnerabilidad del agente (que no debe ser nulo porque se requiere
un mínimo de autodeterminación) en relación con el esfuerzo personal que el agente pone para
alcanzar la situación concreta de vulnerabilidad (para resultar criminalizado).
Los extremos más altos del estado de vulnerabilidad corresponden a características del
estereotipo criminal; los más bajos operan en los supuestos de criminalización secundaria por
retiro de cobertura, respecto de personas con escasísimo estado de vulnerabilidad.
También debe señalarse que, en los presupuestos de la culpabilidad por el esfuerzo, de ningún
modo se olvida considerar la situación del injusto penal para construir la pena. Es decir, lejos de
apartarnos de la magnitud de la conflictividad lesiva, ésta constituye el material mismo para
pensar una culpabilidad normativa. El esfuerzo por alcanzar una situación de vulnerabilidad
concreta al poder punitivo (criminalización secundaria), siempre será medido atendiendo al tipo de
conflictividad lesiva de que se trate y a la magnitud de su afectación.
La base normativa para la construcción de la pena estatal.
El art. 41 del código penal constituye la base legal infraconstitucional más importante del derecho
de cuantificación penal argentino.
El principal problema que plantea el art. 41 CP para cualquier reconstrucción dogmática de su
desordenado contenido, es la inclusión del concepto positivista de peligrosidad del siglo XIX.
Peligrosidad se llama al síntoma de inferioridad moral y biológica de la persona, que es tomado en
cuenta por el poder punitivo para ejercer su selectividad penal. Es un concepto desestimado
debido a que resulta insostenible en la actualidad por su incompatibilidad con la Constitución y el
derecho internacional de los derechos humanos.
El último párrafo del art. 41 CP establece que el juez deberá 4 tomar conocimiento directo y de
visu del sujeto, la víctima y de las circunstancias del hecho en la medida requerida para cada
caso. Esta disposición posee una doble función, de naturaleza material y procesal, (a) En primer
término obliga al juez a tomar conocimiento de la proyección o dinámica del conflicto en el
momento de cuantificar la pena en la sentencia, no sólo tomando en consideración el momento
que cristaliza la tipicidad penal sino que, fundamentalmente, deberá considerar la perspectiva del
conflicto desde la posición de la víctima, (b) En lo procesal, garantiza que el imputado tenga la
última palabra en el juicio, y además impone el necesario contacto personal entre éste y el juez,
cualquiera sea la forma que asuman los procesos penales en las distintas jurisdicciones.
Aunque no está expresamente consagrada en la legislación argentina, es una cuestión de lógica
jurídica y expresión del non bis in idem el principio por el cual, si una circunstancia está
contemplada en el tipo legal, no debe ser tomada en consideración para la cuantificación de la
pena, como es el caso de reciente sanción (art. 41 bis, CP) que agrava penas para delitos que se
cometan con armas, que nunca sería aplicable cuando el uso del arma sea requerimiento objetivo
del tipo específico. Esta regla elemental impide que una circunstancia, cuando forma parte de la
descripción típica en su determinación básica o calificada, pueda ser considerada entre los
criterios que agraven la pena, pues ya integra el desvalor del injusto sobre el que se apoya la
culpabilidad.
El art. 41 CP señala que se tendrán en cuenta para la determinación de la pena la naturaleza de la
acción y de los medios empleados para ejecutarla y la extensión del daño y del peligro causados.
Sin embargo, las referencias al injusto no se agotan en el inc. I o, pues en el inc. 2o se menciona
la participación que haya tomado en el hecho, que es otro claro indicador de magnitud del injusto.
Esta referencia abarca a los autores, coautores y partícipes, debiéndose determinar en forma
precisa y conforme a las particularidades del hecho, cuál es la contribución concreta del agente al
conflicto.
LA CUESTIÓN DE LA REINCIDENCIA
Una institución para el olvido
El único punto de acuerdo sobre la reincidencia es el que la vincula con una agravación de la pena
en razón de los anteriores delitos.
La reincidencia se funda en un delito que ya fue juzgado o penado, por lo que importaría una
violación constitucional al non bis in idem.
Por lo que la reincidencia como agravante sería inconstitucional
La reincidencia oculta el fracaso de la pena
La prisión agrava el estado de vulnerabilidad deteriorando a la persona, luego cuando ese
deterioro se expresa en una situación concreta de vulnerabilidad la ¨razón de estado¨ quiere
imputarla a una nueva pena, desligándose de toda responsabilidad productora
La reincidencia agrava la vulnerabilidad
En la reincidencia se debería dar una menor culpabilidad, ya que aumenta el nivel del estado de
vulnerabilidad.
Si el efecto más trascendente de la prisionización es la reincidencia el estado no puede agravar la
pena del segundo delito que ha contribuido a causar.
La reincidencia es inconstitucional.
No solo no es compatible con la constitución sino también con la civilización
En cuanto a la culpabilidad por vulnerabilidad la reincidencia puede aumentar este estado por
efecto de un anterior ejercicio de poder punitivo que provoca estigmatización, desempleo al tiempo
que confirma el estereotipo y fija el rol desviado frente al mismo
Disposiciones inconstitucionales
La ley argentina agrava la pena del reincidente en cuanto impide la libertad condicional
También destina a los multirreincidentes la pena de relegación llamada accesoria por
tiempo indeterminado:
Cuando el condenado registre cuatro penas privativas de la libertad, siendo una de ellas mayor a
tres años
Cuando existieren cinco condenas a penas privativas de la libertad iguales o menores a
aquel máximo (art 52) Se adopta el sistema de reincidencia real (requiere efectivo cumplimiento
de pena) y el de reincidencia genérica (no requiere identidad o similitud de delitos)
Todas estas disposiciones son inconstitucionales:
Por violar el máximo de irracionalidad al imponer una pena que excede el marco de la
culpabilidad por el acto
Por afectar la prohibición de doble desvalorización
Por lesionar el principio de doble punición
Por imponer una pena que no guarda proporción alguna con el delito cometido
LA VÍCTIMA
La perspectiva de la víctima.
Personaje olvidado por el poder punitivo.
Es el ser humano en concreto cuyo interés debe ser privilegiado a la hora de resolver la pena.
Asiste a un derecho de reparación que la pena debería facilitar.
La verdadera paz social
El art 41 ordena al juez tomar conocimiento directo de la víctima
El juez no debe extremarla hasta el absurdo, sino, debe agotar el esfuerzo jurídico por minimizar
hasta donde sea posible.