El Primer Amor

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El primer amor
Me encontraba caminando por las calles de un pequeño pueblo,
pensando en todo lo que he pasado, mi abuelito Tomás acababa de
fallecer, mi mamá está tan ocupada en las cosas de la casa, mi papá
está trabajando duro para pagar la deuda del funeral, mi hermano
mayor está igual que yo, muy confundido. Estaba destrozada por
dentro y como no estarlo si mi compañía más bonita era con mi
abuelito, me trataba como una Reyna y como no hacerlo si era la
más pequeña de todos sus nietos, bueno es hora de regresar a casa,
mis papás deben estar preocupados me pregunte a mí misma, así
que tome el camino a casa.
Al llegar a casa mi mamá no estaba, no había nadie, me dirigí a la
cocina a preparar algo para comer, mientras yo estaba en la cocina
escuché unos ruidos extraños y no le di importancia así que seguí
cocinando. Al terminar comencé a comer, lavé los trastes para
después ir a bañarme.
Al salir del baño me dio curiosidad de ir al cuarto de mi difunto
abuelo, gran sorpresa que me llevé al revisar un viejo cartón, eran
varios libros muy bonitos y poco maltratados, agarré el primero, lo
abrí y comencé a leer, el libro se llamaba “Romeo y Julieta”. El
tiempo pasó y me adentre en lo profundo de este fascinante libro
por el resto del día.
Más tarde escuché la voz de mi mamá que decía: Ailad baja
rápido te tengo una sorpresa ¡Apúrate!
Yo bajé de inmediato y como siempre mi mamá me engaño de
nuevo, no era ninguna sorpresa, me llamo para darme indicaciones
de que hacer. A la mañana siguiente, ella iba a salir y me quedaría
con mi hermano y mi papá, me dio igual porque ya era costumbre
dejarme encargada, ya era noche así que me fui a mi cuarto a
descansar.
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Al día siguiente me desperté temprano para ir a la secundaria,
estaba cursando el último semestre, me prepare un desayuno antes
de ir a la escuela, al llegar me di cuenta de que todos los alumnos
estaban murmurando que abra un intercambio y que se escogerán
al azar, me dio igual, siempre van los mismos.

Más tarde me llego una invitación donde menciona que yo fui una
de las elegidas para ir a otra escuela, me dio gusto, alegría y al
mismo tenía miedo, miedo de salir del pueblo, pero lo que en
verdad le tenía miedo es que estaré alejada de mi familia, esa
sensación de estar solo.

Al llegar a casa le comenté a mi mamá lo que me dijeron y acepto


de inmediato no sabía si fue bueno o malo, tuve que esperar hasta
la tarde para poder decirle a mi papá lo que me tenía contenta, al
comentarle a mi papá, el respondió: Mi niña nunca he estado
separado de ti por mucho tiempo, pero si tú quieres puedes ir tienes
mi permiso, ¿Cuándo te vas a ir? A lo que le contesté que, para el
próximo lunes, mi hermano Daniel al escuchar eso se puso triste,
pero le dije que era bueno para mí, solo que yo los voy a extrañar.

Llegó el día del intercambio y tuve que irme a esa escuela, era un
gran cambio para mí, estaré en una casa para estudiantes que se
encuentra cerca de la nueva escuela, en el camino me quedé
dormida pues era un viaje largo, pero logré llegar ya por la noche.
A la mañana siguiente me alisté para ir a la escuela, al llegar todos
se me quedaban viendo y me generó un poco de vergüenza pues no
tenía claro que era lo que veían, me dirigí al salón que me indicó la
directora, todos eran muy chistosos lo noté al instante, en cambio
yo era demasiado callada.

Tomé el libro de mi abuelo y comencé a leer en lo que llegaba la


hora de entrada, la maestra rubí al entrar me dijo que me presentará
y así lo hice, todo iba muy bien hasta que la maestra indicó que
haremos parejas para hacer un ensayo, en ese momento me sentí un
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poco incómoda pues todos ya tenían a sus parejas, era la única que
no eligió a nadie, pero la maestra me dijo: Alan no vino hoy a la
escuela y tampoco tiene pareja así que harán el ensayo juntos.

Terminaron las horas de clases y me sentía muy bien, solo con la


curiosidad de quién era ese tal Alan, al llegar a la casa donde me
hospedaba, las personas con quien conviviría me dieron de comer
y después fui a lavar mi uniforme y hacer tarea.

Más tarde me ofrecieron cenar, pero como siempre no cenó, preferí


leer y descansar.

A la mañana siguiente me quedé dormida, apenas si me aliste y


almorcé muy rápido, iba tan deprisa que en la entrada de la escuela
choque con un chavo y le tire sus cosas, así que le ayude a
recogerlas y rápidamente me disculpé, mientras me dirigía al salón
solo iba pensando en su linda mirada, llegue al salón y minutos
después aquel chico con el que choque en la entrada llegó y se
sentó a lado mío, él era Alan.

Al llegar la maestra le indico que hará el ensayo conmigo.

En el recreo yo no salí, me quedé leyendo, Alan se quedó y me


preguntó: ¿Qué libro estás leyendo? Yo le respondí “Romeo y
Julieta” el inmediatamente dijo “me encanta”.

Le propuse empezar a hacer el ensayo y entregarlo antes, para no


estarnos preocupando más adelante, y acepto, yo le dije que más
tarde iríamos al parque más cercano, el con gusto acepto.

Termino el recreo y hubo suspensión, al llegar a mi cuarto estaba


apurada por comer, lavar mi uniforme, bañarme, arréglame para
poder ir a verlo, estaba tan emocionada era un sentimiento raro,
pero me hacía feliz, llegó la hora acordada y fui al parque, al llegar
note que él ya estaba esperándome, comenzamos a realizar
planeaciones del ensayo, solo paso una hora y ya aviamos
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avanzado mucho y decidimos que cada quien termine su parte del
trabajo en su casa y llevarla al día siguiente, me invitó un helado y
nos sentamos a platicar de nuestras cosas preferidas, ese chico
tenía muchas cosas en común, me gustaba su cabello chino, su
altura, sus ojitos cafés, su sonrisa muy bonita, en fin me gustaba
todo de él, estuvimos toda la tarde hablando de temas interesantes
el tiempo paso muy rápido, y llegó el momento de regresar a mi
cuarto de estudiante.

Todos notaron algo diferente en mí, tal vez fue el brillo de mi


mirar, algo no muy común en mi persona ya que siempre ando con
una cara de amargada, está vez acepte cenar para después ir a
descansar.

Al siguiente día me estaba esperando en aquel lugar en el que lo vi


por primera, si me estaba esperando en la entrada de la secundaria
técnica número 1 “Av Adolfo Ruiz Cortinez SN. Con un ramo de
rosas muy bonitos con una nota que decía:

Ayer que me platicaste lo que te gusta y hoy que fui a pasear vi


estás rosas muy bonitas, me acordé de ti eres mucho más bonita y
supuse que te encantarían.

En ese momento me sentí querida claro también me puse nerviosa


no todos los días me regalan rosas pero no solo era eso también no
comprendía que me estaba pasando, así que tome el ramo y nos
fuimos al salón de inmediato, entregamos el ensayo y nos
felicitaron por a verlo hecho en poco tiempo.

Durante el recreo quería estar sola, le dije a Alan que está vez salga
al recreo con alguien más que necesito estar sola, estaba pensando
en mi familia hace poco tiempo que me vine y ya los extrañaba
mucho, recordé que me iban a llamar con teléfono más tarde y me
puse de buenas pero seguí pensando, solo llevo tres días en esta
escuela y ya tengo a un chico que me gusta, era miedo ante el

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sentimiento que estaba provocando por qué solo iba de intercambio
durante un mes, en ese momento me hice una pregunta ¿Qué haré
el día de mi regreso a casa? ante esa pregunta no encontraba
respuesta.

Así pasaron los días y cada día me sentía más segura con Alan me
hacía sentir especial e importante, si así es estar enamorada, ese
sentimiento raro que no comprendía, mis dudas sobre qué era lo
que sentía estaban claras, no sabía qué hacer ante esa situación.

Era la primera vez que me sentía amada por una persona que no es
mi familia. Mi mente todo el tiempo solamente me mantenía
pensando en ese chico, en lo lindo que me ha tratado y en lo
mucho que me he encariñado, pero también en lo duro que será
para mí alejarme de él ya que Acapulco está muy alejado del
pequeño pueblo de dónde vengo, y cada vez estaba más cerca la
fecha de mi regreso.

Al día siguiente fui a la escuela y me lo encontré en la entrada y


me sorprendió cuando me dijo lo siguiente:

Ailad tú sabes que me he encariñado contigo, eres una chava muy


bonita e inteligente, admirable y me gustaría que aceptarás ser mi
novia, eso me daría mucha felicidad y también orgullo de ser el
novio de la chica más bonita de la secundaria, claramente eso me
tomo de sorpresa sin saber que decir o hacer, pero de igual forma
acepté estaba tan contenta que le di un fuerte abrazo.

Al llegar al salón de clases todos lo notaron me dio un poco de


nervios ya que nunca hablaba con ellos, en plena clase de
matemáticas me dieron un comunicado que me desánimo al
instante.

Ailad siento decirte esto, pero la fecha que debías regresar a tu


antigua escuela se adelantó así que la próxima semana ya estarás
de vuelta.
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Me daba gusto porque después de algunas semanas podré ver a mi
familia, pero me desánimo porque eso significaba dejar a Alan.

Durante el recreo le dije a Alan que a más tardar la próxima


semana ya no estaría cerca de él, a lo cual el contesto:

No importa la distancia, eso es lo de menos yo te quiero y tú a mí,


eso debe ser más fuerte que la distancia y tenía razón, pero estaría
sin verlo por mucho tiempo y eso cambiaría nuestros planes y
preferimos seguir juntos hasta el día de mi partida y dejar que el
destino sea quién decida juntarnos más adelante.

Llegó el día de mi regreso, estaba en la estación de autobuses a


punto de subir con mi maleta y un libro entre mis manos, en cuanto
llega Alan a despedirse de mí y no con una “Adiós” sino con un
“hasta pronto” así que subí al autobús con lágrimas resbalando por
mis mejillas, en ese momento no pensé en mí solo en Alan, él era
lo más importante para mí en ese instante y es ahí, cuando eres
consiente que amar a alguien, implica aceptar que a veces tiene que
partir.

fin.........

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