Problema de Investigación

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Problema de investigación

Ximena Ramírez Téllez


Metodología de la investigación
Nutrición
Dr. David Enrique Zazueta Álvarez
25/11/22
Trastornos de la conducta alimentaria
Los trastornos de la alimentación, también llamados trastornos de la conducta alimentaria,
son enfermedades médicas graves con una influencia biológica que se caracterizan por
alteraciones graves de las conductas alimentarias. Aunque hay ocasiones en que muchas
personas se pueden preocupar por su salud, peso o apariencia, algunas se fijan
excesivamente o se obsesionan con la pérdida de peso, el peso o la forma corporal y el
control de los alimentos que consumen. Estos pueden ser signos de un trastorno
alimentario. Las personas con trastornos de alimentación no eligieron tenerlos. Estos
trastornos pueden afectar la salud física y mental de quien los padece y, en algunos casos,
hasta pueden poner en peligro la vida. Sin embargo, con tratamiento, las personas pueden
recuperarse por completo de estos trastornos. Es posible tratar con éxito los trastornos de
la alimentación. La detección y el tratamiento temprano son importantes para una
recuperación total. Las personas con trastornos de alimentación tienen un mayor riesgo de
suicidio y de complicaciones médicas.

Existen ensayos clínicos que estén estudiando los trastornos de la alimentación


Existen muy pocos estudios sobre la evolución de estos pacientes. Varios estudios han
demostrado comorbilidad entre los trastornos alimentarios y los trastornos de la
personalidad. Entre los pacientes con comer trastornos, las frecuencias informadas de los
trastornos de la personalidad varían de 27% a 77%. La mayoría de los estudios son diseños
transversales, por lo que no pueden captar tendencias o cambios a lo largo del tiempo.

Estudios previos que han realizado algunos investigadores acerca de los trastornos de la
conducta alimentaria:
Una investigación realizada en Argentina en el período 1995/1997, señala que la
prevalencia de los TCA alcanzó un porcentaje del 13% en adolescentes mujeres (Quiroga,
Zonis & Zukerfeld, 1998). Otro estudio más reciente realizado con una muestra de 1971
mujeres y varones, entre 10 y 19 años de Argentina, muestra que el 6.95% de los
adolescentes que concurren al consultorio del pediatra, presenta algún TCA (Bay et al.,
2005). Si bien este último estudio se realizó con una muestra muy específica, utilizó una
metodología de doble fase al incluir además de los cuestionarios autoadministrables, un
cuestionario completado por el pediatra en el contexto de una entrevista diagnóstica.

Diversos estudios hallaron que la prevalencia de TCA difiere según el sexo. Mientras que la
prevalencia estimada de anorexia nerviosa en mujeres jóvenes y adolescentes de países
desarrollados es de 0.5% a 1%, la de bulimia nerviosa es de 1% a 3% y la de los trastornos
de la conducta alimentaria no especificados es de 3%, se calcula que entre los varones la
prevalencia sería nueve veces menor (Peláez et al., 2005). Para explicar estas diferencias,
algunos autores (Strober, Freeman, Lampert, Diamond & Kaye, 2001) han sugerido que las
mujeres presentan una mayor predisposición genética así como también una mayor
exposición a factores socioculturales para desarrollar un TCA. Por otra parte, se han
planteado ciertas dificultades en la detección de los TCA en población masculina. Esto
podría deberse en parte, a que los hombres no suelen hacer explícito el deseo de estar más
delgados (Keel, Baxter, Heatherton & Joiner, 2007).

Los trastornos de la conducta alimentaria afectan:


Los trastornos de la alimentación pueden afectar a personas de cualquier edad, origen
racial y étnico, peso corporal y género. Incluso las personas que parecen ser saludables,
como los atletas, pueden tener estos trastornos y estar extremadamente enfermas. Las
personas con trastornos de la alimentación pueden tener un bajo peso corporal, un peso
normal o sobrepeso. En otras palabras, no se puede saber si alguien tiene un trastorno de
la alimentación con solo mirarlo.

La causa exacta de los trastornos de la alimentación no se comprende completamente,


pero las investigaciones sugieren que una combinación de factores genéticos, biológicos,
conductuales, psicológicos y sociales puede aumentar el riesgo de tener este tipo de
trastorno.
La importancia del por qué elegí este tema:
Los trastornos alimentarios son afecciones graves de salud mental. Implican problemas
serios sobre cómo se piensa sobre la comida y la conducta alimenticia. Se puede comer
mucho menos o mucho más de lo necesario. Los trastornos alimenticios son afecciones
médicas. No son un estilo de vida. Afectan la capacidad del cuerpo para obtener una
nutrición adecuada. Esto puede provocar problemas de salud como enfermedades
cardíacas y renales, o incluso la muerte. Sin embargo, hay tratamientos que pueden ayudar
aparte también se desconoce la causa exacta de los trastornos alimenticios. Los
investigadores creen que estas afecciones son causadas por una interacción compleja de
factores, incluyendo genéticos, biológicos, conductuales, psicológicos y sociales.
Preguntas sobre la investigación de los trastornos de la conducta alimentaria

¿POR QUÉ SE PRODUCEN LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA?


Aunque se desconocen las causas de estas enfermedades, sí que se conocen los factores
predisponentes y desencadenantes que influyen notablemente en la aparición de estos
trastornos. Han sido identificados como tales: una baja autoestima, baja aceptación de la
propia imagen corporal, un estilo de personalidad perfeccionista o impulsiva, pensamiento
con marcada rigidez e inflexibilidad para hacer cambios, presión del grupo de iguales, la
familia, los medios de comunicación, la moda o la industria dietética, así como la realización
de dieta sin seguimiento por profesional sanitario. Estos factores, unidos a situaciones
estresantes o que suponen dificultad para la persona, pueden dar lugar a un Trastorno de
la Conducta Alimentaria.

¿LA COMIDA TAPA EL VACÍO EMOCIONAL?


Sí. Hay personas con falta de cariño, soledad, dificultades de expresión a las que llenarse
con comida les produce una sensación corta y placentera y de recompensa.

¿EL ESTRÉS PUEDE LLEVAR A COMER MÁS?


Sí. El estrés supone una liberación elevada de sustancias hormonales, como el cortisol, la
adrenalina y la insulina, para afrontar el supuesto reto.

¿CUÁNDO SE SUELE DESCONTROLAR EL APETITO?


Algunas personas comen ordenadamente de día, pero de noche dan rienda suelta a sus
deseos. Otras sienten gran atracción por ciertos alimentos en el trabajo, pero no fuera de
él. La dieta de los fines de semana difiere de los días laborables. Lo importante es darse
cuenta de lo que sucede.

¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES FACTORES Y COMPORTAMIENTOS PROTECTORES ANTE LOS


TCA?
A continuación, se resumen los factores que se muestran fundamentales en la protección
ante el desarrollo de los Trastornos de la Conducta Alimentaria: ‐ Mantener la comida
como un acto social, como una ocasión de diálogo con la familia o amistades. ‐Tener
hábitos de alimentación saludables (dieta variada y equilibrada, no saltarse comidas.)

¿HAY RELACIÓN ENTRE LAS EMOCIONES Y LOS ÓRGANOS?


La medicina china vincula cada sabor y emoción con un órgano. Lo dulce puede tonificar el
bazo y mitigar la preocupación.

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