Responsabilidad Penal Empresarial

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INSTITUTO UNIVERSITARIO DEL CENTRO DE MÉXICO

NOMBRE DEL ALUMNO: JOVANA IVON CASTRO MORALES

MATRICULA: C000006242

MATERIA: DERECHO EMPRESARIAL

ARCHIVO: RESPONSABILIDAD PENAL EMPRESARIAL

NOMBRE DEL ASESOR: NANCY FABIOLA ORTIZ MORADO

PLANTEL: ZAMORA, MICH

“Las personas jurídicas serán penalmente responsables, de los delitos cometidos en su


nombre, por su cuenta, en su beneficio o a través de los medios que ellas proporcionen,
cuando se haya determinado que además existió inobservancia del debido control en su
organización.”
Esta responsabilidad penal implica que, bajo ciertos supuestos, ante la ocurrencia de alguno
de los delitos que la misma ley señala, no solo será sancionada la persona natural que
comete el delito, sino también la persona jurídica, en cuyo interés o provecho fuere
cometido el delito, sean empresas privadas, fundaciones, corporaciones, empresas del
Estado, sin importar su tamaño.

Así por ejemplo, una pequeña empresa, en que el trabajador responsable de los permisos,
con el objeto de obtener uno rápidamente, paga indebidamente a algún funcionario público,
comete cohecho activo, responde él, pero también la empresa. Otro ejemplo, la compra de
algún producto que tenga un origen ilícito, que implique cometer el delito de receptación.

Originalmente la ley incluía el lavado de activos, el financiamiento del terrorismo y el


cohecho. Posteriormente se agregó la receptación.

Luego, la Ley 21.121, de 2018 incorporó:


1.- Negociaciones Incompatibles: Delitos en que puede incurrir un director, gerente o
administrador de una empresa, que incumpliendo sus obligaciones, directa o indirectamente
se interesare en cualquier negociación, actuación, contrato, operación o gestión que
involucre a la sociedad.
2.- Corrupción entre particulares, conocido como soborno.
3.- Apropiación Indebida.
4.- Administración Desleal: Es decir, causar un perjuicio al dueño de un patrimonio en su
administración por parte de un tercero.

Recientemente, en enero, la ley 21.132, estableció otros delitos vinculados a la actividad


pesquera, en un proceso que parece ir en la dirección de que cada vez las empresas
tengan más responsabilidad por los hechos de sus dueños, gerentes y trabajadores en
general.
Las sanciones, de acuerdo a la gravedad de los hechos, van desde multas, pérdidas de
beneficios fiscales, prohibición de celebrar actos y contratos con el Estado, hasta disolución
de la persona jurídica o cancelación de la personalidad jurídica, sin perjuicio del castigo al
responsable del delito.

¿Cómo abordar este desafío en las empresas y personas jurídicas en general?

Adoptando medidas para evitar que sus dueños, controladores, responsables, ejecutivos
principales, administradores y supervisores, o sus dependientes, por falta de dirección y
supervisión, cometan algunos de estos delitos, en beneficio de la empresa (si es en
beneficio exclusivo del autor, la empresa no responde).
Una medida preventiva que la misma ley señala es la instauración de un Modelo de
Prevención de Delitos (MPD), el cual entre otros requisitos, debe contar con un Encargado
de Prevención de Delitos, ejecutivo de la empresa o consultor externo, designado por el
Directorio o propietario de la Compañía, que es autónomo o independiente de la
administración. El MPD, para que sea útil, no debe convertirse en un sistema burocrático
que sobrecargue a la organización, sino que debe ser acorde al tamaño y reales riesgos de
la empresa.
El MPD es parte de un buen sistema de Compliance o cumplimiento normativo, mediante el
cual una empresa identifica sus riesgos de incumplimiento legal, verifica su conformidad y
adopta medidas preventivas para evitar los incumplimientos.
El catálogo de delitos que podrán generar responsabilidad penal a las empresas se
compone de: los relacionados con terrorismo, uso ilícito de instalaciones aéreas,
narcotráfico, corrupción de menores, tráfico de influencias, cohecho, falsificación de
moneda, contra el consumo nacional, comercialización de objetos robados, fraude,
encubrimiento, lavado de dinero, contra el ambiente y de derechos de autor, acopio y tráfico
de armas, tráfico de personas y órganos, trata de personas, secuestro, contrabando y
defraudación fiscal.

Asimismo, se extiende a los delitos establecidos en ordenamientos como el Código Fiscal


de la Federación y diversas leyes relacionadas con la propiedad industrial; instituciones de
crédito; títulos y operaciones de crédito; organizaciones y actividades auxiliares del crédito;
instituciones de finanzas; instituciones y sociedades mutualistas de seguros; del mercado
de valores; sistemas de ahorro para el retiro; fondos de inversión; uniones de crédito;
sociedades cooperativas de ahorro y préstamo; ahorro y crédito popular; concursos
mercantiles; control de sustancias químicas e hidrocarburos.

Con independencia de las imputaciones que correspondan a las personas físicas, el


Ministerio Público podrá ejercer acción penal contra ‘la empresa’ y, de comprobarse su
inobservancia del debido control organizacional, se le impondrá sanción pecuniaria o multa,
decomiso de instrumentos, objetos o productos del delito, publicación de sentencia,
disolución, suspensión o prohibición de actividades, clausura de locales o establecimientos,
inhabilitación temporal de contratación con el sector público, intervención judicial para
salvaguardar derechos de trabajadores o acreedores o amonestación pública.

Para imponer las sanciones a las empresas penalmente responsables se tomará en


consideración la magnitud de la inobservancia del debido control en su organización y la
exigibilidad de conducirse conforme a las leyes; el monto de dinero involucrado en el delito,
en su caso; la naturaleza jurídica y volumen de negocios anual; el puesto de las personas
físicas involucradas; el grado de cumplimiento de las disposiciones legales, y el interés
público o los daños que pudiera causar a la sociedad la imposición de la pena.
el juez penal podía aplicar respecto a una persona moral cuando ésta hubiera sido utilizada
como medio o instrumento para cometer un delito, la reciente regulación en nuestro
ordenamiento jurídico parte de los compromisos adquiridos mediante acuerdos
internacionales como la Convención de las Naciones Unidas Contra la Delincuencia
Organizada Transnacional y la Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción.

2) RESPONSABILIDAD PENAL DE LA PERSONA JURÍDICA EN EL ORDENAMIENTO


JURÍDICO MEXICANO

2.1) CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES

Dentro de los procedimientos especiales incluidos en el Código Nacional de Procedimientos


Penales, se establece en su capítulo II, un procedimiento específico para personas
jurídicas. El primer párrafo del artículo 421, señala, “Las personas jurídicas serán
penalmente responsables, de los delitos cometidos a su nombre, por su cuenta, en su
beneficio o a través de los medios que ellas proporcionen, cuando se haya determinado que
además existió inobservancia del debido control en su organización. Lo anterior con
independencia de la responsabilidad penal en que puedan incurrir sus representantes o
administradores de hecho o de derecho”.

Por lo tanto, podemos observar que una persona jurídica puede ser penalmente
responsable cuando se den los siguientes elementos:

a) Delitos cometidos (debe darse uno de los supuestos mencionados):

- A su nombre, o;

- Por su cuenta, o;

- En su beneficio, o;

- A través de los medios que ellas proporcionen.

Por lo que no es necesario que los delitos sean cometidos por sus representantes legales,
sino que únicamente es necesario que se de alguno de los supuestos mencionados.

b) Y, además, debe determinarse que existió inobservancia del debido control en su


organización.

Esta responsabilidad penal puede tener graves consecuencias para la persona jurídica. El
artículo 422 del CNPP establece como posibles sanciones:

a) Sanción pecuniaria o multa;

b) Decomiso de instrumentos, objetos o productos del delito;

c) Publicación de la sentencia;

d) Disolución, o

e) Las demás que expresamente determinen las leyes penales conforme a los principios
establecidos en el presente artículo.

Además, se establecen para el caso de personas jurídica con o sin personalidad jurídica
propia, que hayan cometido o participado en la comisión de un hecho típico y antijurídico,
podrá imponérseles una o varias de las siguientes consecuencias jurídicas:

a) Suspensión de sus actividades;

b) Clausura de sus locales o establecimientos;

c) Prohibición de realizar en el futuro las actividades en cuyo ejercicio se haya cometido o


participado en su comisión;
d) Inhabilitación temporal consistente en la suspensión de derechos para participar de
manera directa o por interpósita persona en procedimientos de contratación del sector
público;

e) Intervención judicial para salvaguardar los derechos de los trabajadores o de los


acreedores, o;

f) Amonestación pública.

La norma también prevé que no se extinguirá la responsabilidad penal en las siguientes


situaciones:

a) Cuando las personas jurídicas se transformen, fusionen, absorban o escindan. En estos


casos, el traslado de la pena podrá graduarse atendiendo a la relación que se guarde con la
persona jurídica originariamente responsable del delito.

b) Mediante la disolución aparente de la persona jurídica, cuando continúe su actividad


económica y se mantenga la identidad sustancial de sus clientes, proveedores, empleados,
o de la parte más relevante de todos ellos.
En este sentido, la coautoría es una forma de extensión de la responsabilidad, siendo este
el motivo para que se haga referencia a ella como modalidad impropia o imperfecta de
participación, en contraste con sus manifestaciones propias: instigación y complicidad.
Son responsables criminalmente de los delitos los autores y los cómplices. Son autores
quienes realizan el hecho por sí solos, conjuntamente o por medio de otro del que se sirven
como instrumento.

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