Bala Mágica

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• Zygmunt Bauman y Tim May: introducción a Pensando

sociológicamente
El autor induce que la sociología es una ciencia psicosocial. Es decir,
una ciencia no formal que estudia, no el mundo, sino lo que hacemos
en él, que trabaja sin experimentos.
Su objeto de estudio es la influencia de unas personas sobre otras y
la importancia de que vivan en comunicación, intercambio y
competencia con los demás. Estas relaciones están en constante
cambio, por lo que podemos deducir que la sociología es, por tanto,
una ciencia de “flujo constante”
Para estudiar la sociedad, Bauman utiliza técnicas y métodos
similares a la ciencia política y a la economía, y observa el sujeto
desde una perspectiva similar.
El sentido común es utilizado por el autor para crear nuevos vínculos
entre el saber vulgar y la ciencia sociológica. Por ejemplo, la gente
común no puede conceptualizar cuestiones científicas, por ello los
sociólogos se ponen al servicio del saber vulgar a la hora de
interpretar.
Uno de los obstáculos que tienen los sociólogos a la hora de crear un
pensamiento científico es el hecho de que ellos son parte de la
sociedad; no pueden apartarse de su conocimiento íntimo, pues
estudian al hombre siendo hombres.
¿Para qué sirve la sociología?
La utilidad principal de la sociología es el entendimiento del conjunto
de los seres que forman sociedad. Nos permite crear modelos que
podamos seguir a la hora de relacionarnos con los demás, por
ejemplo, un protocolo, además nos permite vivir de una manera más
consciente y responsable.
Nos incita a hacer una reflexión acerca de nuestro comportamiento y
valores individuales en el contexto actual.
En resumen, la sociología es una ciencia viva, difícil de definir pero
que nos permite ver más allá de nuestra propia experiencia para
situarnos en un contexto sociopolítico complejo y global.

Ferdinand Tönnies - Comunidad y Sociedad.


hace referencia a dos tipos de voluntades distintas: la voluntad
orgánica (Wesenswille) y la voluntad reflexiva (Kürwille). La primera se
caracteriza por su carácter “natural”, es decir, es aquella que encierra
las acciones naturales del ser, los impulsos, los deseos manifestados
etc., en este sentido, es la comunidad aquella constitución o unidad
que se desenvuelve con esta voluntad orgánica. La voluntad reflexiva
es por consecuencia aquella que trata de las acciones premeditadas y
que contemplan una consecuencia; el concepto de sociedad que
Tönnies propone se basa en esta última voluntad.
Comunidad es aquel conjunto de individuos que responden a sus
necesidades de manera espontánea, un grupo de individuos que
respondiendo a la voluntad orgánica, buscan la manera de sobrevivir
y cubrir necesidades.
La sociedad por su parte viene después de la comunidad.
Respondiendo a la voluntad reflexiva, la sociedad será la institución
establecida por el mismo grupo de individuos que, a diferencia de la
comunidad, establecen sus acciones de manera mecánica para lograr
el funcionamiento de dicha comunidad. Este concepto de sociedad es
por lo tanto cambiante, ya que las necesidades de la comunidad
cambiarán con el tiempo. Cabe mencionar que al tener en cuenta
dichas diferencias, Tönnies considera que comunidad y sociedad son
recíprocamente influyentes.
El Estado es el contrato creado por la sociedad desde el cual se
regulan las acciones de los individuos. Tomando en cuenta que dichas
normas son consideradas por la sociedad necesarias para el correcto
desarrollo de ésta. Ferdinand Tönnies distingue a estos tres
conceptos, como codependientes en cuanto a que ninguno de los tres
puede, finalmente, funcionar sin los otros dos.

Nisbet, Robert: La formación del pensamiento sociológico.


La sociología define a la comunidad como su elemento fundamental
(en el Siglo XIX). Sus lazos llegaron a formar en muchas esferas del
pensamiento la imagen de la buena sociedad, y fue el medio utilizado
para señalar la legitimidad en asociaciones como: el Estado, la iglesia,
los sindicatos, el movimiento revolucionario, etc. ¨Comunidad¨ abarca
todas las formas de relación caracterizadas por un alto grado de
intimidad personal.
La sociedad se basaba en términos de ¨ley natural y aquellas
asociaciones que no cumplían con estos términos eran considerados
como antiguas.
Rousseau consideraba que el problema se encontraba a la hora de
buscar una forma de asociación que entendiera y protegiera la
persona y los bienes de cada asociado, y donde cada uno pudiera
seguir obedeciendo a sus propios dictados, y siguiera siendo libre
como antes. Además aseguró: ¨solo la destrucción total de las
instituciones del mal, permitirá el renacimiento que el conglomerado
reclamaba¨, ya habían probado con remedos pero eso no solucionaba
el problema, era necesario arrancar de cero.
Para Comte la sociedad es sustantiva y primaria: precede al individuo
en lo lógico y psicológico, y lo modela. Fuera de sus roles en la
sociedad, el hombre tal y como lo conocemos no es siquiera
concebible. También afirma que la sociedad es solamente reductible a
elementos que comparten su esencia, es decir a grupos y
comunidades sociales, y el más fundamental de estos es la familia.
Nadine Lefaucheur - Maternidad, familia, Estado.
“Además del espacio habitual de la reproducción biológica de las
poblaciones humanas y del ámbito privilegiado de su reproducción
social, la familia también es el lugar del entrecruzamiento de las
relaciones sociales que se basan en la diferencia entre los sexos y en
las relaciones de filiación, de alianza y de corresidencia. Desde
mediados de los años sesenta, y en el conjunto de los países
desarrollados, la familia se ve afectada en todos estos frentes por
turbulencias en las que es posible distinguir los primeros efectos de
un mar de fondo provocado por las evoluciones demográficas,
tecnológicas y económicas que, en estos países, favorecen el
surgimiento de un nuevo régimen de reproducción de las poblaciones
y de su fuerza de trabajo, al tiempo que quiebran las bases materiales
y sociales de las relaciones entre los sexos y devalúan la familia como
lugar de destino”
“Así, desde los años 70s se evidenció la devaluación funcional del
matrimonio y de la familia como lugar de destino, la
desinstitucionalización y la precarización del vínculo conyugal,
evoluciones acerca de las cuales hemos formulado la hipótesis de que
traducen la emergencia de un régimen de reproducción posindustrial
cuya característica es la intelectualización y la colectivización del
trabajo de reproducción. En un régimen de este tipo, en efecto la
asociación conyugal y su perennidad, al perder gran parte de sus
bases funcionales, encuentran cada vez más su fundamentación y su
legitimación en el sentimiento amoroso y la atracción sexual, y, por
tanto, son cada vez más privadas o precarias. Gracias a los empleos
que se les ha abierto, al aligeramiento del trabajo de mantenimiento
en los hogares, a la protección social que les aseguran, al intervenir
en la gestión de los hijos del divorcio, al desarrollar las ayudas a las
familias monoparentales, los Welfare Status aumentaron la autonomía
de sus ciudadanas en relación con la institución conyugal y les
permitieron abstenerse o escapar de ellas cuando a su juicio el
beneficio que aportan ya no compensa el precio que se cobran.”

Quedó claro que el matrimonio no era el único destino, que el estado


de soltería no era vergonzante y la vida autónoma de las mujeres era
posible.

LA LIBERTAD EN LA EPOCA DE LA REFORMA - Fromm


Lo que caracterizaba a la sociedad medieval era la ausencia de
libertad individual, en beneficio de la pertenencia a un orden social
predeterminado. El hombre se hallaba arraigado a un todo
predeterminado, inmutable y fuera de toda discusión. Un individuo era
inseparable de la concepción de sociedad. El orden social era
concebido como un orden natural. Solo en el trabajo y en su vida
emocional, era donde podía expresarse libremente. La Iglesia era el
único pilar donde los hombres podían expresar sus sentimientos de
dolor y frustración.
Con el paso de los años, en la Edad Media se fueron produciendo
cambios en la estructura de la sociedad. Estos cambios supusieron
una pérdida de centralización, dándose el proceso inverso de
individualización creciente que cada vez mas va abarcando un mayor
número de esferas de la vida. Es en Italia donde se inicia este nuevo
proceso, o esta nueva forma de concepción el hombre como individuo
autónomo con un cierto tipo de características sociales diferentes a la
anterior época. Evidentemente este cambio no se produce de una
manera radical en el tiempo, sino que conlleva un proceso continuado
y prolongado en el tiempo. Esta nueva concepción del hombre la
llamamos el Renacimiento. Fue la cultura de una clase rica y
poderosa, potenciada por una serie de nuevas necesidades
económicas. En cambio este nuevo proceso derivó hacia una
tendencia donde la libertad, la tiranía, la individualidad y el desorden
permanecían entre lazadas. Los individuos eran mas libres, si, pero
permanecían cada vez mas solos. Todas las relaciones humanas
fueron envenenadas por esta lucha cruel por la vida o por la muerte,
para el mantenimiento del poder y de la riqueza. La nueva libertad
tenía este aspecto negativo para los hombres, ya que ansiaban cada
vez más riqueza y poder, provocando un sentimiento de inseguridad
para el resto de ciudadanos. Este nuevo aspecto del poder venía
determinado sobre todo por el deseo o el anhelo de la fama.
El Renacimiento por tanto supone un crecimiento del nivel cultural,
económico y social, pero solamente en las clases que tenían poder.
Los filósofos pertenecían a esta elite cultural. La Reforma no viene de
este sector, sino más bien proviene de una religión de las clases
urbanas medias y bajas, de los campesinos. Según Max Weber fueron
las clases urbanas las que desarrollaron el fundamento del
pensamiento capitalista del mundo occidental. Existe una
contraposición por tanto entre el Renacimiento y el período de la
Reforma.
Calvino y Lucero centrarán su atención en el problema de cómo la
liberación de los vínculos individuales afectó a la estructura del
carácter de la clase media urbana. Expresaron un nuevo sentimiento
de libertad. Según Fromm, una serie de factores económicos y
psicológicos son los que dan pie al surgimiento del capitalismo, y su
relación con estas nuevas doctrinas religiosas.

Entre los siglos XV y XVI, el hombre es liberado de la esclavitud que


entrañan lazos económicos y políticos. También se gana en el sentido
de la libertad positiva, pero pierde vínculos que le unen con el
sentimiento de protección y de seguridad. Ahora sus relaciones con
otros hombres se basan en la competencia y ya no en la solidaridad.
La nueva forma se une a un sentimiento profundo de inseguridad.
En este momento surgen el luteranismo y el calvinismo. Pertenecen a
una clase media urbana. Por tanto no queda monopolizada por una
elite económica o política. Ambas tendencias del cristianismo,
pretenden aportar al individuo, en función de las nuevas
características, un nuevo sentimiento de seguridad, que de otra
manera hubiera sido insoportable. Bien es cierto que este puede tener
ciertos aspectos de irracionalidad. Lo que el análisis psicológico de las
doctrinas puede mostrar son las motivaciones subjetivas que
proporcionan a una persona la conciencia de ciertos problemas y le
hacen buscar una respuesta en determinadas direcciones.
Lutero habla de una sumisión a Dios de una manera voluntaria, como
un acto de fe intencionado, pero que viene determinado por un
sentimiento de impotencia y de pecado, provocando en el hombre un
sentimiento de sumisión. El principio de la voluntad del hombre es que
es libre para desear lo bueno, que los esfuerzos del hombre son útiles
para su salvación. Uno de los espíritus de la Reforma consiste en que
se da una afirmación de la dignidad humana y de la legitimidad de la
expresión de toda su personalidad. La teología de Lutero expresó los
sentimientos de la clase media que luchaba contra la autoridad de a
Iglesia, y se mostraba resentida contra la nueva clase adinerada, al
verse amenazada por el naciente capitalismo y subyugada por un
sentimiento de impotencia e insignificancia individuales. Lutero da al
hombre independencia en las cuestiones religiosas, dando un
protagonismo individual a la fe y a la salvación subjetiva. Toda la
responsabilidad recae sobre el individuo, sin ninguna intermediación
de alguna instancia superior. Ello constituye una de las fuentes del
desarrollo de la libertad política y espiritual de la sociedad moderna.
La depravación de la naturaleza del hombre y su absoluta falta de
libertad para elegir lo justo constituye uno de los conceptos
fundamentales del pensamiento de Lutero. La salvación del hombre
viene determinada por su fe. Desde el punto de visto psicológico la fe
puede representar la expresión de una relación íntima con la
humanidad y una afirmación de la vida, así como puede constituir una
forma de reacción contra un sentimiento fundamental de duda,
arraigado en el aislamiento del individuo y en su actitud negativa hacia
la vida. La fe en Lutero tiene carácter compensatorio.
Para Lutero el hombre se halla libre de todos los vínculos que lo
ligaban a las autoridades espirituales, pero con un gran sentimiento
de angustia. La teología luterana manifiesta el sentimiento de angustia
y frustración así como de desamparo y de duda. Pero Lutero aporta
una solución en sus tésis. El individuo a pesar de las adversidades
podría tener la esperanza de ser aceptado por Dios. Lutero libera al
pueblo de la autoridad de la Iglesia Católica, pero de otra manera
vincula al hombre con Dios con una relación de total de sumisión. La
única manera de ser amado por Dios, era tener una relación total de
sumisión con El. Según las tesis de Lutero, una vex que el hombre
había perdido su dignidad y su orgullo muy propios del pensamiento
medieval, el individuo estaba preparado para las condiciones propias
de la productividad económica y la acumulación de capital. La
autohumillación es el medio para obtener la seguridad de la fuerza
divina.
Calvino, siguiendo las ideas de Lutero, niega que las buenas obras
puedan conducir a la salvación. Carecemos por completo de ellas.
Según Calvino, los pequeños hombres de negocios, algunos de los
cuales ya eran mas prósperos que otros, pero que, como grupo,
estaban amenazados por el surgimiento del capitalismo. Esta clase
expresa el sentimiento de libertad, pero también el de insignificancia e
impotencia individuales. Calvino pronostica la doctrina de la
predestinación, siendo una de las piedras angulares. El hombre nace
predestinado por Dios, antes de nacer. La predestinación expresa un
sentimiento de impotencia e insignificancia individuales. El hombre no
tiene ningún tipo de decisión, y se encuentra completamente
importante en manos de Dios. En los siguientes lustros la ideología
nazi aplicará ciertos postulados del calvinismo. Parte del principio de
la desigualdad básica de los hombres. Para Calvino se dan dos tipos
de personas, las que serán salvadas, y por otro lado las que están
predestinadas a la condenación eterna. Los hombres desde que
nacen, son creados desiguales, creando así un sentimiento de
insolidaridad. Calvino otorga una mayor exaltación de la importancia
del esfuerzo moral y de la vida virtuosa que Lutero.
El derrumbamiento del sistema medieval de la sociedad feudal posee
un significado capital que rige para todas las clases sociales: el
individuo fue dejado solo y aislado. Estaba libre y esta libertad tuvo un
doble resultado; al hombre se le arrebata la seguridad de que gozaba.
También se encuentra en un sentimiento de angustia, a pesar de ser
libre de obrar y pensar de manera independiente.
Para terminar con esta parte del libro, cabe destacar que el proceso
social, al determinar la forma y el modo de vida del individuo, moldea
su carácter, derivando de esta manera nuevas ideologías, que son
capaces de influir sobre la estructura de su carácter. Los rasgos
propios del carácter son muy importantes a la hora de ver su
influencia en el desarrollo económico y en el propio proceso social.

David Riesman - Algunos tipos de carácter y de sociedad:


Carácter social: aquella parte del “carácter” que comparten los
grupos sociales significativos y que constituye el producto de la
experiencia de esos grupos.
Relación entre carácter social y sociedad:
Según Erich Fromm, para que una sociedad funcione los individuos
dentro de ella deben “desear” actuar como se espera que actúen
dentro de la sociedad. Esto implica que el vínculo entre carácter y
sociedad ha de encontrarse en la forma en que la sociedad asegura
cierto grado de conformidad en los individuos que la constituyen,
conformidad que es inculcada desde niños.
Modelo de crecimiento poblacional con forma de S:

Riesman, utiliza un modelo con forma de S para explicar el


crecimiento demográfico de las poblaciones de la sociedad occidental
a partir de la Edad Media:

Trazo horizontal inferior: fase de “alto potencial de crecimiento”


población no aumenta o lo hace muy lentamente, muchas muertes y
muchos nacimientos, expectativa de vida baja y población
mayoritariamente joven.

Barra vertical de la S: fase de “crecimiento transicional”. Se produce


un hecho que baja la tasa de mortalidad (mas alimento, mejoras
sanitarias, etc) y genera una explosión demográfica (aumento
significativo de la población).

Trazo horizontal superior: fase de “declinación demográfica


incipiente”. Baja la tasa de natalidad por lo que el crecimiento de la
población se disminuye, aumento de individuos adultos y ancianos,
pocos nacimientos y pocas muertes.

Para Riesman, cada una de estas 3 fases parece corresponder a una


sociedad que asegura la conformidad y modela el carácter social de
distintas formas. En la sociedad de “alto potencial de crecimiento”, la
conformidad esta asegurada por la tendencia a seguir la tradición
(individuos dirigidos por la tradición/sociedad dependiente de la
dirección tradicional). Por otro lado, en la sociedad de “crecimiento
transicional”, la conformidad esta asegurada por su tendencia a
adquirir, desde el comienzo de sus vidas, un conjunto de reglas
internalizadas (individuos dirigidos desde adentro/sociedad
dependiente de la dirección interna). Finalmente, en la sociedad de
“declinación incipiente”, la conformidad esta asegurada por la
tendencia de sus individuos a ser sensibles a las expectativas y
preferencias de los otros (individuos dirigidos por los otros/sociedad
dependiente de la dirección de los otros).

Alto potencial de crecimiento: tipos dirigidos por la tradición:


Esta etapa comprende a casi todas las áreas del mundo relativamente
al margen de la industrialización. Las sociedades de esta clase
tienden a ser estables en el nivel de que sus prácticas sociales están
institucionalizadas y pautadas. El individuo aprende a manejar la vida
por la adaptación más que por la innovación.
Este orden social se rige por la dirección tradicional. Dentro de está, la
conformidad del individuo tiende a estar determinada en gran medida
por relaciones de poder entre los diversos grupos, organizados según
edad y sexo. La persona no piensa en si misma como un individuo. La
cultura controla la conducta en cada detalle y proporciona ritual, rutina
y religión para orientar y ocupar a todo el mundo. Las relaciones de
parentesco son muy importantes y se basan en una apretada red de
valores. Las iniciativas y aspiraciones propias de un individuo son
posibles aunque en un grado muy limitado. Aquellos individuos
“desviados” o “vanguardistas”, son orientados a roles
institucionalizados que permiten una contribución socialmente
aceptable (ej: chaman o brujo). Esto demuestra que el carácter de
estas sociedades es en gran parte “adaptable” y que, solo muy rara
vez, un individuo se ve expulsado de su mundo social.

Crecimiento transicional: tipos internamente dirigidos


Los hombres abandonan los lazos primarios que los unían a la
sociedad dirigida por la tradición. La mejora en las condiciones
sanitarias y en las comunicaciones, el aumento de la producción
agrícola, la declinación en el infantilismo, entre otros, fueron
responsables de la caída de la tasa de mortalidad. Este desequilibrio
entre nacimientos y muertes presiona sobre los modos
acostumbrados de la sociedad y genera el cambio.
Este orden social se rige por la dirección interna. Tal sociedad esta
caracterizada por una mayor movilidad personal, una rápida
acumulación de capital, una expansión intensiva en la producción de
bienes y seres humanos y una expansión extensiva en la exploración,
colonización e imperialismo. La fuente de dirección para el individuo
es “interior”, en el sentido de que se implanta desde pequeño por la
acción de los adultos, y apunta a metas generalizadas pero, a la vez,
decididas. El problema de la elección personal, que en el periodo
anterior se resolvía canalizando la elección mediante una rígida
organización social, en este periodo se soluciona canalizando la
elección a través de un carácter rígido aunque altamente
individualizado. Las tradiciones siguen teniendo peso ya que limitan
los fines del individuo e inhiben su elección de medios. La elección de
tradición de la persona suele estar determinada por su familia.
La persona de dirección interna se vuelve capaz de mantener un
equilibrio entre las exigencias de su meta en la vida y los embates del
ambiente externo.

Declinación incipiente de la población: tipos dirigidos por los


otros
Se genera una rápida acumulación de capital por lo que la gente
puede gozar de abundancia material y ocio. Estos cambios llevan a
una sociedad centralizada y burocrática dentro de un mundo reducido
que genera un mayor contacto entre razas, naciones y culturas. Los
individuos se entremezclan y se hacen cada vez mas sensibles unos
a otros, los problemas de la sociedad ya no radican en el ambienta
material sino que radican en la “otra gente” y las tradiciones
supervivientes se debilitan cada vez mas. La “psicología de
escasez” (propia de los ind. con dirección interna), se ve reemplazada
por una “psicología de la abundancia” (consumo excesivo y una
abundante producción).
Este orden social se rige por la dirección por los otros. La fuente de
dirección para el individuo es constituida por sus contemporáneos, ya
sean estos los que la persona conoce o aquellos con quienes tiene
una relación indirecta. Si bien en los otros tipos de sociedad también
se desea y se necesita gozar de algunos momentos de las simpatías
ajenas, solo los tipos dirigidos por otros hacen de esto su principal
fuente de dirección y su esencial área de sensibilidad. Se genera un
mayor consumo de palabras e imágenes procedentes de los nuevos
medios masivos de comunicación y, cada vez mas, las relaciones con
el mundo exterior y con uno mismo se producen por el flujo de la
comunicación masiva, también con los acontecimientos políticos.

Comparación entre los 3 tipos:


Una forma de considerar las diferencias estructurales entre estos 3
tipos de organización social es analizando las diferencias relativas al
control emocional en cada una de ellas. Para empezar, la persona
dirigida por la tradición considera a su cultura como una unidad que
se comporta en una forma aprobada y posee el temor de que si él no
sigue este modelo será “cubierto” de vergüenza. Por otro lado, la
persona dirigida internamente ha incorporado desde niño un
giroscopio psíquico, activado por sus padres, que apunta hacia un
rumbo determinado y, si la persona llegase a apartarse de este rumbo,
podría experimentar el sentimiento de culpa. Finalmente, la persona
dirigida por los otros responde a señales provenientes de un círculo
mucho más amplio que el constituido por sus padres. El individuo
debe estar preparado para recibir señales lejanas y próximas, desde
muchas fuentes que se encuentran en constante cambio. Por lo que
su mecanismo de control emocional es una ansiedad difusa (persona
inquieta y abarcativa).

Cabe aclarar que no existe algo así como una sociedad o una
persona totalmente dependiente de la dirección tradicional, interna o
por los otros. Cada uno de estos modos de conformidad es universal,
y se trata siempre de determinar el grado en que un individuo o un
grupo social recurren a uno u otro de los tres mecanismos
disponibles. Todos nosotros poseemos la capacidad necesaria para
cada uno de los tres modos de conformidad. Es por esto que, dentro
de una cultura dada, podemos encontrar grupos que representan
todas las fases de la curva de población (modelo de la S) como
también una variedad de adaptaciones caracterológicas a cada fase
particular.
Las formas de persuasión política: indignación y tolerancia

Weber, Max: Relación entre ascetismo y el espíritu capitalista

Weber nos informa de que Calvino consideraba que la acumulación


de riquezas no era obstáculo para la acción de los clérigos sino todo
lo contrario, ya que demostraba su prestigio, y era una prueba de su
capacidad de trabajo. A condición de que evitaran el escándalo. En
realidad lo único que le parece reprobable es el descanso en la
riqueza, el gozar de los bienes con un sentido tradicional de la
propiedad, que lleva a la ociosidad y la sensualidad, y que aparta al
elegido de la senda de la obra de dios. Los elegidos reposarán en la
otra vida. En esta tienen que trabajar para honrar a dios, puesto que
el tiempo es muy breve y no se puede dilapidar: ni en el sueño, ni en
lujos, ni en vida social.

Desde ese espíritu escribe Franklin -personaje al que cita Weber


como representativo de ese nuevo hombre de fe dedicado al
capitalismo racional- algunas de las máximas que recoge en el
segundo capítulo del libro: “el tiempo es dinero,” “el crédito es dinero,”
“el dinero es fértil y reproductivo,” “un buen pagador es dueño de la
bolsa de cualquiera,” “la puntualidad y la justicia hacen progresar,” etc
(Weber 1993:44 citando a Franklin) y dando fe de que el dinero que se
deja de ganar es una ofensa a dios. Por lo tanto a mayor dinero
recaudado, más beneficios, mejor servicio a la providencia.

Por lo tanto, Weber deduce que el ascetismo laico del protestantismo,


a pesar de que actuaba contra el goce despreocupado de los bienes,
destruía todos los frenos que la ética tradicional imponía a la
aspiración de la riqueza, y rompía las cadenas del afán de lucro desde
el momento en que, no sólo lo legalizaba, sino que lo consideraba
como un precepto divino.

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