La Etica Médica en El Mundo Moderno
La Etica Médica en El Mundo Moderno
La Etica Médica en El Mundo Moderno
Introducción
1Este trabajo trata de establecer un nexo conceptual entre la Ética y la Política a
partir de su relación originaria en el pensamiento griego, y de manera particular, en
la filosofía de Platón y Aristóteles. La democracia, por su parte, es asumida aquí no
sólo como un sistema político, sino también como un sistema de valores,
estableciéndose, de esa manera, sus nexos tanto con la política como con la ética.
3Desde un punto de vista más general, la reflexión política nos lleva a identificar el
conflicto Palestino-Israelí como el más sensible de la situación política mundial y del
cual irradian otros conflictos colaterales los que, no obstante, tienen su raíz en el
anterior. En el plano teórico se revisan brevemente las Teorías del Fin de la Historia
y Guerra de Civilizaciones, de Fukuyama y Huntingtun, respectivamente, a las luces
de realidades y temas como los de la globalización, microsociedades y etnoculturas,
entre otros.
4La crisis de la política, a consecuencia de las rupturas del tejido conceptual con el
que surgió en la Era Moderna y las posibles visiones y alternativas para enfrentarla,
nos lleva a un plano de reflexiones y proposiciones, que desembocan en la
búsqueda de referentes que nos permitan a partir de ellos la construcción de un
Nuevo Contrato Social Planetario.
La política, desde Aristóteles, en la obra del mismo nombre y del mismo autor, es
considerada el arte del bien común; la ética, carácter y comportamiento atribuible a
una comunidad determinada, la acción que persigue un fin. Ese fin es el bien. “El
bien es el fin de todas las acciones del hombre”, dice Aristóteles en las primeras
palabras que inician la Moral a Nicómaco o Ética Nicomaquea (s/a).
Esta Magna Moral o Ética Eudemia tiene a la felicidad como objetivo principal que
conlleva la virtud, sin la cual aquella no es posible. Por otra parte, la polis, formada
por la conjunción de la sociedad y del Estado, tiene un carácter, una ética, que le es
particular y que de alguna forma la prefigura. El ethos, carácter pero también
conducta, identifica (caracteriza) a una comunidad, a una polis de la cual proviene.
9Estas ideas elementales con las que los griegos fundaron la filosofía, la ética y la
política, siguen siendo la justificación racional y moral del poder, a pesar de haber
sido reiteradamente violentadas por los hechos. No obstante las repetidas
violaciones del poder a la razón y la ética, nunca antes, sino hasta ahora, se ha
pretendido justificar el poder por el sólo hecho de existir, mutilándolo de todo
referente moral, al elevar a la categoría de norma la afirmación de que los hechos
son en ellos mismos su propia moral y que lo que es debe ser.
10Esta es la gran ruptura ética de nuestro tiempo, que plantea un desafío que por
su profundidad y dramatismo no tiene precedentes desde el fin de la Edad Media,
cuando el ser humano respondió con la razón y el humanismo al gran vacío dejado
por el fin de una era. Aunque la separación entre la Ética y la Política está en el
origen mismo de la Era Moderna, El Príncipe de Nicolás de Maquiavelo (1513), la
Ética, que no es sujeto de su interés, sobrevive en otro plano diferente al de la
política, el de la esfera de la moral individual interior. A pesar de ello, la Política,
identificada a esas alturas exclusivamente con el poder y desprovista de su objetivo
teleológico y ético, el bien común, sigue normada por el ejercicio de la voluntad.
11Más profunda que esa crisis que se produjo en los comienzos mismos de la
Modernidad, es la que se plantea hoy en un momento considerado para algunos el
final de la Era Moderna; pues aquí la Política no viene determinada más por la
voluntad humana, sino por el Mercado y sus infalibles leyes, que supuestamente
gobiernan sin necesidad de la participación de esa voluntad. El destino de la
sociedad es así transferido a un mecanismo automático ajeno al ser humano. He
ahí el núcleo del problema ético y político de nuestro tiempo.
LA ETICA
Para Aristóteles en su Moral a Nicómaco o Ética Nicomaquea, la “filosofía moral es
la indagación de la actividad humana, que, en su forma más desenvuelta, es Social
y Ética y puede por eso llamarse política en sentido amplio” (Salazar, 1997).2Aquí
Aristóteles, en su más ancho sentido, identifica Ética y Política.
El ser humano se diferencia del resto de las criaturas por conferir una finalidad
consciente a sus acciones; y aunque no siempre lo haga y con frecuencia actúe
mecánicamente, siempre tiene la posibilidad de darle uno u otro sentido a sus
acciones y de reaccionar de una u otra manera ante los acontecimientos que le
afectan. Si bien es cierto que no puede decidir sobre todas las cosas que le pasan,
pues hay cosas que ocurren sin su voluntad y contra su voluntad, sí puede decidir
cómo reaccionar ante los acontecimientos. En eso consiste su libertad.
17La Moral es una categoría subjetiva de carácter individual que establece una
obligación que debe cumplirse de forma necesaria independientemente que los
resultados sean beneficiosos o perjudiciales. Es el concepto kantiano y moderno de
Moral: el deber por el deber, el imperativo categórico que no admite apelación ni
cálculo acerca de los beneficios o perjuicios que una determinada acción pueda
producir. Se parte de la existencia de un Código Moral en el cual hay imperativos
categóricos que el sujeto debe cumplir, aunque el cumplimiento de los mismos le
produzca un daño y un perjuicio de carácter personal.
18La Ética, por su lado, es una parte de la Filosofía que consiste en el conocimiento
del comportamiento moral y en el porqué de la existencia de esas categorías y
principios morales: es decir, su justificación.
LA POLITICA:
La Política viene del griego Polis, el Estado-Ciudad que abarca tanto al Estado como
a la Sociedad Civil. Y si bien para Aristóteles en su obra La Política,4esa forma de
asociación, el Estado-Ciudad era un hecho necesario y natural, su organización y
comportamiento, es decir, la Política, debía estar sometido a ese conjunto de
normas reguladoras de su conducta. Esto es, debía sustentarse en la Ética y
subordinarse a ella. He ahí la relación originaria en la filosofía griega entre Ética y
Política.
La política, en la obra del mismo nombre de Aristóteles y en La República de
Platón5,es la justicia; es el valor ético principal sobre el cual debe montarse el
quehacer político. El fin de la Política es obtener la justicia; el contenido de la Ética
es la justicia, y la justicia, según Ulpiano es: dar a cada uno lo suyo, no hacer daño
a los demás y vivir honestamente. El valor ético griego se transforma
posteriormente en el Derecho Romano en categorías jurídicas y normativas.
26La fractura entre el mundo formal y el mundo real, de la que habla Octavio Paz,
separación esquizoide del Derecho y la realidad, como la denomina Carlos Fuentes,
ha marcado la dificultad de la construcción y del funcionamiento apropiado del
sistema democrático en nuestras sociedades. Pero, además, habría que decir que
esta separación entre esos dos mundos no es un hecho casual, sino deliberado, no
es fruto sólo de una incongruencia estructural, sino de una intención política de
establecer en el texto jurídico, la Constitución, declaraciones de principios sobre los
que no hay ninguna intención de cumplir. Se dice lo que no se hace para hacer lo
que no se dice. Esta actitud premeditada ha constituido la clave del origen del
poder y del ejercicio político en los Estado-Nación Latinoamericanos.
28La astucia del poder económico para hacerse del poder político, y la ruptura ética
a la que nos hemos referido, fue, precisamente, no enfrentar las corrientes
filosóficas en boga, ni mucho menos el modelo político institucional –que suponía,
no obstante, la existencia de una sociedad diferente– sino adoptarlo como propio
en la retórica vacía de un derecho sin contenido real y en la demagogia de los
discursos de los líderes políticos que iniciaban así una escuela para formar
profesionales del engaño, dejando incólumes las estructuras económicas y sociales,
la visión anacrónica del mundo, en fin, la sociedad premoderna con todas sus
injusticias y odiosos prejuicios.
35Pareciera necesario para los países de América Latina, con las diferencias que
cada situación establece, combinar armónicamente la economía de mercado y el
papel del Estado como impulsor de medidas que garanticen la justicia social, el
empleo y la adecuada distribución del ingreso. De importancia se percibe la
formulación de mecanismos específicos orientados al fortalecimiento y desarrollo de
la Ciudadanía, como eje central del quehacer político actual para los países de
América Latina y para recuperar la congruencia ética, el ethos, en la relación entre
representantes y representados.
En cierto sentido estamos viviendo una crisis de la política que yo formularía en
cinco tesis, acompañada cada una de ellas de su propuesta respectiva.
45La más notable expresión de este movimiento es el “Foro de Porto Alegre” que
reúne periódicamente a pensadores, políticos y activistas de todo el planeta. Al fin y
al cabo lo que se pretende con este movimiento es otra forma de globalización, una
mundialización de signo contrario a la que impulsa el neoliberalismo.