Unidad V

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UNIVERSIDAD POPULAR AUTONOMA DE

VERACRUZ

CRIMINOLOGIA Y CRIMINALISTICA

CAUSALIDAD DE LOS HECHOS DE TRANSITO

UNIDAD V: LA INVESTIGACIÓN CRIMINALÍSTICA


DE LOS HECHOS DE TRÁNSITO

ALUMNO: INGRID FERNANDA PEREZ ARCOS

ASESOR: VICTOR ROMAN SOLIS MARTINEZ

XALAPA VER. 18 DE MARZO DEL 2023

ACTIVIDAD

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INDICE:
UNIDAD V: LA INVESTIGACIÓN CRIMINALÍSTICA DE LOS HECHOS DE
TRÁNSITO
5.1. Principales hechos de tránsito
5.2. Elementos que intervienen en un hecho de tránsito.
5.3. Principales indicios a buscar en los hechos de tránsito.

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Introduccion
Los accidentes de tránsito se han convertido en una violación a nuestra
tranquilidad, causando serios daños a las personas, los bienes públicos y
privados, además de afectar económicamente nuestra sociedad. Se debe
considerar un accidente de tránsito como un evento imprevisto, el cual se produce
involuntariamente, en el que ocurren daños materiales a los involucrados, donde
interviene uno o varios vehículos; puede ocurrir en cualquier momento o
circunstancia y a cualquier conductor. 

Para lograr una reconstrucción de hechos comprobada y fundamentada


científicamente, es necesario considerar varios pasos en la obtención de indicios y
elementos de valoración, con lo cual llegar a conclusiones acordes con los hechos
sucedidos. Con los datos anteriores se puede establecer el tipo de impacto,
además de los daños estructurales del vehículo, y todas las fallas mecánicas de
los vehículos involucrados. 

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Principales hechos de transito

Si los accidentes vehiculares fueran una cuestión fortuita su número sería mínimo
y cada uno de los casos sería excepcional. Sin embargo, especialistas en
vialidades y expertos en seguridad vial saben que detrás de cada accidente existe
un 90 por ciento el factor humano y el restante se debe a cuestiones como el mal
estado del camino o las condiciones climáticas. Es decir, si tuviéramos cien
accidentes en un día, noventa de ellos serían provocados por las personas y sólo
diez serían ‘fortuitos’.
Ente el creciente número de accidentes que se registran cada año, especialistas
han realizado una lista de las casuas más comunes que derivan en un accidente
vehicular:
Exceso de velocidad: conducir a exceso de velocidad produce un aumento de
adrenalina en los conductores que les impide visualizar y reaccionar ante los
posibles riesgos frente a ellos. No es lo mismo controlar tu coche a 60 k/h que
intentar retomar su control a 120 k/h.
Distracciones: usar el celular, maquillarse, comer, manipular la radio, actualizar o
ingresar una ruta en GPS, son las acciones más comunes que más accidentes
provocan. Mientras conduzcas tu vehículo debes estar concentrado en tu entorno
para poder prever situaciones de riesgo. Manejar con alguna distracción es
garantía de un accidente tarde o temprano.
Respeto al reglamente de tránsito: actualmente gracias a las Tecnologías de
Información, se ha vuelto común ver en internet todo tipo de videos donde los
conductores no respetan los señalamientos de tránsito e inmediatamente se ven
involucrados en un aparatoso choque.
Alcohol y drogas: sencillamente nunca lo hagan. Beber o estar bajo la influencia
de algún narcótico reduce drásticamente todos los reflejos. Además, manejar en
estado ‘inconveniente’ es acreedor a multas y/o sanciones legales.
Fatiga: ya hemos mencionado los graves peligros que implica conducir cansado.
Evita situaciones de peligro que puedan derivar en graves lesiones tanto para los
pasajeros como a otras personas. La somnolencia disminuye considerablemente
tus reflejos, te impedirá reaccionar a tiempo si hay algún obstáculo en la carretera
y aumenta las probabilidades de que te salgas de la vía.
Conducción temeraria: uno de los grandes problemas en las grandes ciudades es
la falta de una cultura o educación vial. Aquellas personas que conducen de
manera agresiva y no respetan las leyes de tránsito tienen mayores posibilidades
de provocar un accidente, impactarse contra otros vehículos, perder el control,
arrollar peatones y/o estrellarse contra los muros de contención.

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Cambio de carril: los famosos puntos ciegos en los espejos laterales o el retrovisor
se pueden solucionar con una correcta posición del conductor y el adecuado uso
de estos espejos. Existen tutoriales en internet o bien, acércate con expertos en el
tema para que te brinden información puntal para minimizar esta situación.
Conducir durante la noche: es común que las personas prefieran manejar durante
toda la noche para evitar el tráfico. Sin embargo, más allá de las ganancias en el
tiempo para llegar al destino, manejar durante la noche está asociado a un alto
índice de accidentes de tránsito debido a la suma de los siguientes factores: fatiga,
disminución de visibilidad por los faros de otros coche y el cruce de animales en
carretera o vías principales que ocasionan que el conductor pierda el control y
salga del camino.

Neumáticos seguros: todo lo que se usa se acaba. Cuando se compran los


neumáticos el proveedor debe explicar el tiempo de vida promedio para cada uno
ellos. No postergues su cambio. Se estima que en tres de cada cuatro accidentes
provocados por un defecto del vehículo, la falla se encontraba en las llantas.
Condiciones climatológicas: la importancia de tener en correcto estado tus
neumáticos es un elemento de seguridad que te ayudará a tener un mejor control
del vehículo si existe presencia de lluvia. El mal estado de una llanta puede
volverse en tu contra y provocar que tengas un accidente de tránsito.

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Elementos que intervienen en un hecho de tránsito

Los elementos que condicionan cualquier accidente son tres: la vía y el entorno, el
conductor y el vehículo.
La vía y el entorno
La vía es el soporte físico de nuestro sistema de tráfico, donde se lleva a cab la
acción de conducción. Este se desarrolla y nosotros, tanto conductores como
peatones y pasajeros, somos partícipes activos de él.
Esta es fija y estática. Sin embargo, las situaciones que en ella se dan son
totalmente diferentes cada vez, esto es, cambia el entorno. Somos las personas
quienes debemos adaptarnos a esas situaciones que se dan de manera diferente
cada vez.
Las exigencias de la vía
Aunque la parte física de la vía ‘no es cambiante’, se exige que las actuaciones se
adapten al entorno y a las circunstancias específicas. Es por ello que ni nuestra
conducción ni actitud deben ser siempre iguales, siendo capaces, cada uno de
nosotros, de ofrecer respuestas a las necesidades de la vía y su entorno en cada
momento. Estas exigencias se imponen en base a:
Características de la vía. Nos referimos tanto a las que le son dadas en su
construcción y remodelación, como su tamaño, cantidad de carriles, elementos de
seguridad como vallas o árboles, curvas, material del pavimento, etc, como a las
que le vienen con el paso del tiempo, como el desgaste, la falta de adherencia…
Condiciones del ambiente y la meteorología. Son muchos los aspectos que nos
condicionan en este caso: La presencia de hojas caídas, arena o tierra movida por
el aire, el propio viendo, el hecho de que el pavimento esté mojado o seco, la
cantidad de luz, la nieve o la lluvia intensa e incluso la temperatura harán que
tengamos que optar por uno u otro tipo de neumático, colocar cadenas, aminorar
la velocidad, etc.
Circulación. Obviamente, el ritmo de la circulación y la densidad de vehículos, la
presencia de muchos vehículos pesados o de ciclistas harán que también nos
tengamos que adaptar. En esencia, hay que considerar la composición de la
circulación para adecuar nuestra velocidad, aumentar la distancia de seguridad…
Normas y señalización vial. La normativa no es igual en todos los tramos de vía, lo
cual hace que, inevitablemente, conduzcamos de manera diferente. Aunque la
normativa nos indique algo,habrá zonas donde la señalización nos mande hacer lo
contrario, como ocurre, por ejemplo, con la prioridad de los vehículos que circulan
por la derecha, que se pierde con un simple ceda.

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Los elementos que condicionan cualquier accidente son tres: la vía y el entorno, el
conductor y el vehículo.
La vía y el entorno
La vía es el soporte físico de nuestro sistema de tráfico, donde se lleva a cab la
acción de conducción. Este se desarrolla y nosotros, tanto conductores como
peatones y pasajeros, somos partícipes activos de él.
Esta es fija y estática. Sin embargo, las situaciones que en ella se dan son
totalmente diferentes cada vez, esto es, cambia el entorno. Somos las personas
quienes debemos adaptarnos a esas situaciones que se dan de manera diferente
cada vez.
Las exigencias de la vía
Aunque la parte física de la vía ‘no es cambiante’, se exige que las actuaciones se
adapten al entorno y a las circunstancias específicas. Es por ello que ni nuestra
conducción ni actitud deben ser siempre iguales, siendo capaces, cada uno de
nosotros, de ofrecer respuestas a las necesidades de la vía y su entorno en cada
momento. Estas exigencias se imponen en base a:
Características de la vía. Nos referimos tanto a las que le son dadas en su
construcción y remodelación, como su tamaño, cantidad de carriles, elementos de
seguridad como vallas o árboles, curvas, material del pavimento, etc, como a las
que le vienen con el paso del tiempo, como el desgaste, la falta de adherencia…
Condiciones del ambiente y la meteorología. Son muchos los aspectos que nos
condicionan en este caso: La presencia de hojas caídas, arena o tierra movida por
el aire, el propio viendo, el hecho de que el pavimento esté mojado o seco, la
cantidad de luz, la nieve o la lluvia intensa e incluso la temperatura harán que
tengamos que optar por uno u otro tipo de neumático, colocar cadenas, aminorar
la velocidad, etc.
Circulación. Obviamente, el ritmo de la circulación y la densidad de vehículos, la
presencia de muchos vehículos pesados o de ciclistas harán que también nos
tengamos que adaptar. En esencia, hay que considerar la composición de la
circulación para adecuar nuestra velocidad, aumentar la distancia de seguridad…
Normas y señalización vial. La normativa no es igual en todos los tramos de vía, lo
cual hace que, inevitablemente, conduzcamos de manera diferente. Aunque la
normativa nos indique algo,habrá zonas donde la señalización nos mande hacer lo
contrario, como ocurre, por ejemplo, con la prioridad de los vehículos que circulan
por la derecha, que se pierde con un simple ceda.
El conductor

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El segundo de los factores que intervienen en un accidente de tráfico es el
conductor.
La formación teórica y práctica específica recibida para la obtención de su permiso
debe cualificarle para responder, como decíamos antes, a las diferentes
situaciones que se puedan presentar en la vía cada vez y que, sinceramente, son
infinitas, pues tenemos elementos que se combinan entre sí de muchísimas
maneras diferentes.
Así, se vuelve esencial que la persona reciba el máximo de información y que
tenga, además, una más que adecuada capacidad de reacción.
Recepción de información. Son los estímulos del entorno que llegan a la persona a
través de sus sentidos. Tras su percepción es necesaria una valoración que
servirá para tomar las decisiones oportunas que se materializarán en movimientos
de manos y pies para interactúa con los elementos del vehículo para que este
actúe a voluntad. Así, actúa como transformador de estímulos en acciones de
respuesta.
Capacidad de respuesta. Es el compendio de aspectos como los anteriores
sumados a el tiempo que se necesita para llevarlos a cabo. Con demasiada
información o una recepción deficiente, ocurre que ni obtenemos todos los
estímulos, ni los captamos ni los valoramos, lo cual nos lleva a realizar acciones
pocos adecuadas para tal caso.
Determinación de la capacidad del conductor
Podemos determinar, pues, que la capacidad del conductor se determina por
factores como:
Su estado físico. Intervienen el estado de embriaguez, la fatiga, alergias, consumo
de medicamentos, enfermedades de la vista o el oído, la obesidad e incluso los
propios reflejos.
El estado psíquico. Un estado emocional extremo como ira, excesiva tristeza o
preocupación van a condicionar muy negativamente nueva manera de conducir.
El nivel de vigilancia. Aunque es cierto que no podemos estar pendientes del cien
por cien de elementos que intervienen en la circulación, siempre debemos estar
alerta, adaptándonos a las exigencias de cada situación y, por supuesto, sin
sorprendernos por nada.
Su conocimiento sobre la normativa. Las actuaciones apropiadas sólo son
factibles cuando el conductor conoce la normativa que debe cumplir.
Su competencia a nivel técnico. Interviene la formación práctica dada en
autoescuela, pero también la conducción que se dé después, considerando tanto
la cantidad como la diversidad de situaciones vividas. También están muy

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presentes los hábitos que se adquieren prácticamente sin que nos demos cuenta y
la manera general que tiene cada persona a la hora de resolver conflictos.
El vehículo. Lo veremos a continuación.

El vehículo
El último de los factores que intervienen en un accidente de tráfico es el vehículo.
Por muy acertado que sea el conductor en sus maniobras y por muy adecuado
que sea el entorno y el estado de las vías, si el vehículo no se encuentra en buen
estado o sus características no acompañan al resto de elementos, también se
producen accidentes.
Consideramos la capacidad total
La capacidad total de un vehículo se da por:
Sus características mecánicas. Juegan un papel esencial la aceleración, la
potencia, la suspensión, el frenado y, básicamente, las prestaciones que este
ofrezca.
Su mantenimiento. Todas esas prestaciones deben encontrarse en un estado
óptimo para conducir de manera eficiente y segura. Si la conservación de los
elementos es inadecuada o deficiente, la probabilidad de que ocurran errores
aumenta. Echa un ojo a las cifras en este aspecto en nuestro país; no te dejarán
indiferente.
Su carga: La dejamos para el final pero, definitivamente, se trata de algo que,
aunque puede parecer nimio para muchos, es de vital importancia. Una carga
excesiva o simplemente mal ubicada puede ser motivo de un accidente muy grave
tanto porque desequilibra el vehículo, porque reduzca la visibilidad del conductor,
porque se mueva…

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Principales indicios a buscar en los hechos de tránsito.

El levantamiento del sitio del suceso tiene como fin recolectar información
geométrica, gráfica y literal detallada de los indicios encontrados en una escena,
que permitan fijar, localizar e identificar la evidencia física. Para la atención del
sitio del suceso de accidentes de tránsito, es importante considerar varios pasos o
etapas a seguir, siempre con el fin de atender adecuadamente el lugar. 

Por las características de un accidente de tránsito, donde se produce en sitios


abiertos, en algunos casos de gran extensión, se deben proteger todos los indicios
que posteriormente ayudarán en el análisis de la dinámica del accidente y la
reconstrucción respectiva del suceso. A continuación se detallarán algunas de
esas etapas, aunque nunca está demás otras medidas de seguridad y protección
que se tomen, analizando la optimización de recursos y tiempo, ya que
normalmente las carreteras necesitan abrirse a los vehículos, con el fin de
normalizar la circulación de los mismos, considerando que los indicios deben
fijarse y recolectarse rápidamente, con el fin de protegerlos de las inclemencias
del tiempo y los curiosos. 

Protección de la escena del suceso.

En todos los casos de accidentes de tránsito, la policía administrativa y los


cuerpos de atención de emergencias son los primeros en llegar al sitio, por lo
tanto, idealmente dentro de la capacitación de estos funcionarios, debería existir
en sus protocolos de trabajo un apartado en la preservación de la escena; aunque
está claro que el rescate y atención de las víctimas es lo más importante, se debe
limitar el acceso de personas no autorizadas a la escena, así como la debida
protección del lugar. 

En todos los sitios de delitos culposos, se debe colocar cinta policial de protección;
después de observar la ubicación de los indicios, hacia ambos lados de la
carretera; se tiene que definir un perímetro, en el cual se consideren la ubicación
de los indicios más alejados y a partir de estos establecer un retiro de al menos
diez metros. Se debe establecer como un procedimiento, colocar los vehículos de
la policía donde inicia el perímetro de protección, para evitar el paso de vehículos
por la escena. Se debe velar que el sitio del suceso no sea contaminado, y los

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indicios alterados, por lo tanto, en el lugar tiene que estar presentes únicamente
los encargados de atender el hecho de tránsito. 

Levantamiento y fijación del sitio del suceso 

Secuencia fotográfica: Para registrar el hecho se debe realizar una secuencia


fotográfica, en accidentes de tránsito se requieren fotografías panorámicas del
sitio, donde se describa el lugar donde ocurrieron los hechos, así como su
señalización, puntos de referencia, vehículos involucrados y los indicios
respectivos. Además se debe realizar fotografías de acercamiento, con las cuales
observar con mayor detalle los vehículos y personas involucradas, además de los
indicios generados en el accidente. Asimismo cuando sea necesario, y el tipo de
indicios o daños de los vehículos, lo requieran, se debe realizar fotografías de
detalle, con las cuales identificar los elementos requeridos en el análisis de la
dinámica del accidentes, como por ejemplo, partes mecánicas de los vehículos,
huellas, restos biológicos, daños, etc. Es conveniente en este tipo de fotografía,
contar con un testigo métrico, con el cual referenciar y guardar una relación de
escala del indicio fijado, ya que es muy común, con fotografías de detalle, perder
la perspectiva de la dimensión del indicio representado.

Identificación de indicios 

Una vez fijados fotográficamente los indicios, se debe realizar una identificación de
los mismos, con numeración arábiga consecutiva; algunos investigadores de la
escena acostumbran identificar los indicios con letras, lo cual no está del todo
equivocado, siempre y cuando se tenga la certeza que la cantidad de indicios lo
permitan. En escenas muy grandes, con cantidades considerables de indicios es
preferible utilizar números, inclusive se debe tener en cuenta, que a lo largo de la
atención del sitio, puede ser que se encuentren o generen indicios que no fueron
observados en la inspección preliminar, por eso se deben utilizar métodos y
herramientas que nos permitan cubrir esos imprevistos. 

Elaboración del croquis 

Posteriormente se debe realizar un croquis donde se fije, gráfica y literalmente el


sitio. Un croquis es un dibujo simplificado a mano alzada, o sea sin la utilización de
ningún tipo de instrumental de dibujo especializado, únicamente lápiz, lapicero y

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papel. El croquis en la atención del sitio del suceso, es muy distinto al utilizado en
ingeniería de obras civiles, ya que para efectos forenses este debe ser
simplificado, omitiendo todos los elementos que se presten a confusión, o que
impidan la observación de los indicios y referencias, que son imprescindibles para
la investigación. El croquis para fines forenses, no requiere una precisión
milimétrica, ni mucho menos indicar una escala numérica, eso sí los elementos en
él contenidos deben guardar una relación lógica de dimensión entre ellos; esto es
un aspecto medular en el análisis de la dinámica del accidente, ya que permite
establecer, sentidos de circulación antes y después del impacto, zona de impacto,
entre otros. 

Inspección del lugar de los hechos 

Toda inspección de lugar debe iniciar con una descripción detallada del caso,
fecha y hora de la pericia, datos de los involucrados, número de identificación, tipo
de delito, y cualquier otro dato de relevancia que el perito considere importante
documentar. Especial cuidado requiere la inspección del tipo pavimento y su
estado, ya que es un elemento primordial en el análisis de velocidades. 

Se debe indicar y describir todos los obstáculos en el terreno, vallas divisorias,


islas, reductores de velocidad, defectos en la carretera, piedras, troncos y todo
elemento ajeno a la vía que impida la normal circulación de los vehículos y
peatones. Cuando el suceso ocurre de noche es importante consignar el tipo de
iluminación artificial y su calidad, además en el croquis se debe ubicar los postes
con focos que se encuentren cerca del sitio del suceso. 

Siempre se debe realizar un análisis de los campos visuales, los cuales se pueden
definir como la distancia máxima a la cual el conductor tiene completa visibilidad,
para observar sin ningún problema otros vehículos y posibles obstáculos. Con el
levantamiento de la escena se debe incluir las distancias máximas de visibilidad
tanto a lo largo de la carretera, así como hacia los costados de la misma, o línea
de propiedad. Las condiciones climatológicas y topográficas, deben ser
registradas con detalle, indicar si existe lluvia, niebla, si es de día o noche, etc.,
además de las condiciones topográficas, las cuales deben ser incluidas en el
croquis del sitio. Se debe registrar el tipo y la cantidad de vegetación existente en
la zona y sobre todo identificar si esta afecta la visibilidad de los conductores. 

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La demarcación vial debe ser indicada con mucho detalle, ya que en el análisis
integral del accidente son de vital importancia, documentar la velocidad permitida,
las señales verticales, horizontales y semáforos, el estado en que se encuentren y
la posibilidad de observarlos; además se debe conocer los sentidos de circulación
y la cantidad de carriles.
 

Bibliografia:
Las causas más comunes en accidentes de tránsito - Seguridad Vial (fundacioncarlosslim.org)

https://www.bing.com/search?
q=Elementos+que+intervienen+en+un+hecho+de+tránsito&cvid=d7791a0ec8ff441
49160ec3d7eb78c29&aqs=edge..69i57j69i60.1248j0j1&pglt=2083&FORM=ANNT
A1&PC=U531
Factores que intervienen en un accidente de tráfico; ¡conócelos! (peritosdeaccidentes.com)

Soy Criminalista : HECHOS DE TRANSITO

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