Tea 2
Tea 2
Tea 2
En 1944, Hans Asperger describió los casos de 4 niños que presentaban alteraciones
peculiares que se manifestaban en su comportamiento, trastorno al que denominó
Psicopatía Autística. En esta ocasión no contempló la ecolalia. Sin embargo, su
descripción no fue incluida en las clasificaciones psiquiátricas hasta 1994,
sustituyendo la denominación por la de Síndrome de Asperger.
Ambos autores, aunque se desconoce quién utilizó el término por primera vez,
coincidían en aspectos nucleares:
• Incapacidad para relacionarse con los demás y el entorno.
• Origen innato o constitucional del trastorno, que aparece temprano en el
desarrollo y que afectará a la persona toda su vida.
Bruno Bettelheim publicitó la teoría de Kanner que atribuía el origen del síndrome
asperger a la frialdad afectiva de los padres y al ambiente negativo familiar. Sin
embargo, autores como Rimland descartaron esta teoría afirmando que se trataba
de un desorden neurobiológico que no se debía al contacto afectivo filial-parental.
A pesar de que ninguna de las teorías propuestas consigue explicar por qué y cómo se
produce el autismo, todas proporcionan información útil para comprender mejor a las
personas con TEA.
Nos gustaría que antes de seguir avanzando revises este vídeo sobre la
teoría de la mente: https://www.youtube.com/watch?v=AXhqA7HeBzM
En Baron Cohen, Leslie y Frith (1985) desarrollaron una experiencia sencilla conocida
como “Test de Sally y Anne” (Teoría de la Falsa Creencia) que a día de hoy es
ampliamente conocida y utilizada en el ámbito de las investigaciones sobre TEA y la
Teoría de la Mente.
En 1985, Baron-Cohen, Leslie y Frith proponen que los sujetos con TEA carecen o
tienen dificultades en los procesos de metarrepresentación, por ello presentan
problemas en todas las habilidades que requieren de esta capacidad. De esta
manera, el déficit metarrepresentacional en la Teoría de la Mente (TM), explicaría
alteraciones como la comprensión de la propia mente y de la ajena y el empleo
del lenguaje pero no explicaría otras alteraciones como las actividades repetitivas y
estereotipadas. Revisiones de esta teoría dieron lugar a la teoría de la ceguera
mental que intenta explicar el desarrollo de la primera, la teoría de la empatización
en la que incorpora la emoción y la teoría del cerebro extremo masculino para dar
cuenta de la sistematización.
Frith y Happé plantearon que la explicación del trastorno debe tener en cuenta
no únicamente los déficits sino también las habilidades que lo caracterizan. La
teoría de la coherencia central hace referencia a la tendencia a procesar información
en unidades de alto significado a costa de perder detalles, tanto a nivel conceptual,
como perceptivo. Las personas con TEA, por el contrario, procesan la información
de forma muy analítica, por elementos aislados, lo que configura una coherencia
central débil. Este tipo de procesamiento podría explicar sus problemas en tareas
que requieren un procesamiento global (como diferenciar la información relevante
de la irrelevante), pero les resulta ventajosa en otras tareas como descubrir figuras
enmascaradas o los puzles. A nivel conceptual, en los TEA, el enfoque en los
detalles genera dificultades en el procesamiento del contexto, en la extracción de
significados y en la creación de prototipos.
6. Teoría de Dawson
El primer estudio, llevado a cabo por el Doctor Andrew Wakefield que establecía
esa causalidad carecía de rigor científico dado que su diseño era deficiente, sus
métodos de investigación eran bastante cuestionables y estaba sesgado (falseado).
“En los últimos años se han llevado a cabo muchas investigaciones para determinar
si existe alguna relación entre la vacunación y una mayor prevalencia de los
Trastornos del Espectro del Autismo (TEA). Los estudios se han centrado
especialmente en los posibles efectos de la vacuna triple vírica (sarampión, paperas
y rubéola) y en aquellas que han utilizado el componente timerosal como
conservante. Después del desarrollo de numerosos trabajos de investigación a gran
escala y a nivel internacional, actualmente la comunidad médica y científica de todo
el mundo apoya de forma unánime la conclusión de que no existe evidencia que
relacione la vacunación y el desarrollo de los TEA.”
Por esta razón, como usuarios frecuentes de diversa información tenemos que
buscar e informarnos en más de una fuente, leer fuentes fidedignas (paper o
artículos científicos evitando medios de divulgación que carezcan de información
veraz), investigar, indagar y evitar el “sensacionalismo”. Esa es la única manera de
frenar los bulos que pueden circular velozmente y hacer auténtico daño (dar lugar a
más juicios, rechazo, etc.).
Los trastornos del espectro autista no tienen una única causa conocida. Pero dada
su complejidad y variabilidad, la genética y el medio ambiente presentan un factor
importante, por ello, el origen del TEA se considera que es multicausal.
Por una parte, se han investigado varios genes diferentes que parecen estar
relacionados con el TEA, como aquellos que interfieren en el desarrollo del cerebro
o la comunicación neuronal. En algunos casos el TEA puede estar asociado con un
trastorno genético, como el Síndrome de Rett o el Síndrome del Cromosoma X
frágil. En otros, los cambios genéticos o mutaciones pueden aumentar el riesgo de
presentarlo. Además, se ha observado que algunas mutaciones genéticas causantes
son hereditarias, mientras que otras mutaciones suceden de manera espontánea.
Actualmente, los investigadores también estudian si factores como las infecciones
virales, los medicamentos, las complicaciones durante el embarazo o los
contaminantes del aire desempeñan un papel en el desencadenamiento del trastorno
del espectro autista.