Evidencia 1 - Protocolo de Investigación - Compressed
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Profesoras:
Protocolo de investigación:
08/05/2023
Tecnológico de Monterrey
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Introducción:
La Plaza de la Solidaridad está ubicada en la Ciudad de México, México en la Colonia
Centro - Zona Poniente, dentro de la Alcaldía Cuauhtémoc. Se encuentra a un costado de la
Alameda Central, sobre la Avenida Juárez, entre Balderas y Doctor Mora. En la plaza, se ha
suscitado el comercio ambulante, el cual también es algo común de ver en la zona céntrica y
en lugares aledaños. “Se estima que se ubican entre 50 hasta 75 mil comerciantes informales
en calles del perímetro B del Centro Histórico, cuyos líderes diariamente se disputan los
espacios de venta y sus “cuotas” para realizar sus ventas.”1 De acuerdo con La Jornada,
recientemente los comerciantes en vía pública regresaron a la Plaza de la Solidaridad tras un
acuerdo con la Subsecretaría de Programas de Alcaldías y Ordenamiento de la Vía Pública.
Mediante dicho acuerdo, alrededor de 200 comerciantes a los que se les permitirá reubicarse
ahí, deberán cumplir con varias condiciones. Entre dichas condiciones los comerciantes sólo
podrán vender productos como artesanías, libros, artículos culturales y antojitos mexicanos y
no podrán expender ropa, artículos electrónicos, tenis u otras mercancías. Además, solo se
podrán instalar de jueves a domingo, los puestos deberán ser de un solo color y su dimensión
deberá ser uniforme no mayor de 1.50 por 1.50 metros.
La Plaza de la Solidaridad, además de ser un espacio público de recreación, rememora
a las víctimas del terremoto de 1985, por lo que, según Sofía Trejo, líder de la Unión de
Marchantes en Movimiento AC., se busca que la plaza “se convierta en algo icónico y que se
respeten los reglamentos para el manejo de alimentos, las disposiciones de salubridad y
protección civil; por ejemplo, que no se instalen desordenadamente tanques de gas, sino en
una zona específica.” Sólo durante un año y medio la plaza, erigida en memoria de las
víctimas del sismo de 1985, se vio libre del ambulantaje, liberando así escaleras, rampas de
acceso y pasillos.
Por ello, para dar solución a lo problemas del ambulantaje y a las incipientes prácticas
y operativos propuestos por el gobierno, se estudiarán los antecedentes del comercio en
México y la zona Metropolitana, se plantearán qué conflictos hay que resolver así como su
importancia para que los comerciantes puedan continuar con sus actividades de sustento
mientras cumplen con los requerimientos implementados por las autoridades para así tener
espacios públicos limpios y de libre acceso, así como esbozar cuestionamientos en torno a la
eficiencia de las políticas implementadas para este resolver problema.
1
Ambulantes dominan las calles del Centro Histórico en la Ciudad de México. (2022). Diario Basta.
Recuperado de
https://diariobasta.com/2022/04/12/hasta-60-mil-ambulantes-en-el-centro-historico/
3
de PIB del país, 78 pesos provienen del 43% de ocupados formales, mientras que 22 pesos
corresponden a 57% de ocupados en informalidad.
Así, “se prescribe que para incrementar el empleo formal en la economía mexicana, es
imprescindible incrementar los niveles de formación, pero también crear condiciones de
estabilidad laboral a través de esquemas de contratación estables. Es fundamental destacar
que el empleo informal, al estar asociado predominantemente a pequeñas unidades
productivas y micronegocios, impone el reto de impulsar estos establecimientos, en aras de
que el segmento laboral que aglutinan transite hacia esquemas de formalidad laboral más
dinámicos en medianos y grandes establecimientos, en donde existe una mayor visión
empresarial de largo plazo.”5
Por otro lado, el comercio ambulante es “toda actividad comercial realizada de
manera cotidiana en la vía pública o en lugares públicos por personas físicas que transportan
sus mercancías sobre su cuerpo o algún medio de transporte, deteniéndose en algún lugar
solamente por el tiempo indispensable para la realización de una sola transacción.”6 También
implica el comercio en puesto fijo, que es toda actividad comercial que se realiza en la vía
pública en un local, puesto o estructura determinando para tal efecto, anclado o adherido al
suelo o construcción permanente. Por otro lado, el comercio en puesto semifijo, es toda
actividad comercial en la vía pública que se lleva a cabo de manera cotidiana; valiéndose de
la instalación y el retiro al término de su jornada de cualquier tipo de estructura; vehículo,
remolque, instrumento, charola, artefacto u otro bien mueble, sin estar o permanecer anclado
o adherido al suelo o construcción alguna.
Ahora bien, hablando del contexto histórico y social de la Plaza de la Solidaridad, en
contraste con la aledaña Alameda Central, la Plaza de la Solidaridad es un espacio con una
historia más reciente. De acuerdo con Sara Makowski, la Plaza de la Solidaridad fue erigida
sobre las ruinas del famoso Hotel Regis, que sucumbió a los sismos de 1985. En 1986 se
plantó el primer árbol en lo que se llamó en ese año el Jardín de la Solidaridad, nombre que
evocaba a la solidaridad de la ciudad y del país ante la tragedia del terremoto.
5
Rogelio Varela-Llamas, Ramón A. Castillo-Ponce y Juan Manuel Ocegueda-Hernández. (2012).
El empleo formal e informal en México: un análisis discriminante. Universidad Autónoma de Baja California.
Recuperado de https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-74252013000400006
6
REGLAMENTO*DE COMERCIO*INFORMAL(s.f.). Gobierno de Zacatecas. Recuperado de
http://www.ordenjuridico.gob.mx/Documentos/Estatal/Zacatecas/Todos%20los%20Municipios/wo94870.pdf
5
En enero de 1986 el Departamento del Distrito Federal (DDF), por acuerdo del
presidente Miguel de la Madrid, lanzó una convocatoria pública para el diseño de la Plaza de
la Solidaridad. El proyecto ganador fue de “carácter modernista”, y tenía previsto en el diseño
un conjunto de columnas en círculo, de las cuales saldrían destellos luminosos que podrían
ser rayos láser, con una escultura en el centro y una grieta atravesando diagonalmente el
suelo, sin embargo, el proyecto ganador no fue bien recibido por parte de organizaciones
sociales e instituciones públicas. Posteriormente se anunciaron trabajos de jardinería y
forestación, desechando el fallido proyecto, y en su lugar devino el nombre de Jardín de la
Solidaridad, tomando como antecedente histórico que en ese predio estuvo localizado el
huerto del antiguo convento de San Diego. Así, finalmente, se consolidó como una plaza que
tiene cuatro fuentes, bancas, algunos árboles y una escultura en el centro que representa la
unión de dos manos que simbolizan la solidaridad.
La Plaza de la Solidaridad estuvo ocupada durante muchos años (hasta 1995) por
campamentos de organizaciones sociales y políticas que se emplazaban en este espacio para
protestar y demandar públicamente por causas sociales y políticas. Igualmente, los niños y
jóvenes callejeros se instalaron en la plaza una vez que un fuerte operativo policial los
desalojó de la Alameda.
Hoy en día, la plaza es ocupada como mercado ambulante. Algunos puestos utilizan el asta
bandera que sostiene el monumento creado por el escultor Javier, para amarrar las cuerdas de
sus changarros.
- Contexto Prehispánico
A continuación, se muestra el Mapa de Tenochtitlan con una comparación con mapa Actual
de México
- Chinampa “Toltecalli Tlaltecaocan Huehuecalco” -
- Calzada de Tacuba, Acueducto de Chapultepec, Puerta Chuauhquiahuac-
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Centros de Comercio
- Tianguis
Etimología del náhuatl tianquiztli “mercado” , el trueque fue el método más común en
los centros comerciales de Tenochtitlán. (Gobierno de México.s.f)
Sin duda el Templo mayor era el lugar más simbólico de la Ciudad de Tenochtitlán, el cual se
ubicaba en el centro del islote con una base cuadrangular de unos 400 metros por lado
aproximadamente. (Teniendo la pirámide de Tlaloc y Huitzilopochtli en el centro)
Como se puede observar en el presente mapa los espacios en color azul muestran los distintos
espacios comerciales tales como la “Plaza de “El volador”, “Tianguis de Moyotla”, “Tianguis
de Tlatelolco” y “Xoloco”.
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Moytla, "el lugar de los mosquitos" era un barrio de familias de clase trabajadora. Algunos
eruditos dirán que fue la parte más importante y poblada de la capital de la isla, el cual
contaba con un gran Tianguis(11) se encontraba en lo que actualmente es El actual Barrio San
Juan Moyotlan. ((De Innovación Pública, s.f)
gran parte del sector privado, la estrategia de “cero tolerancia” de Giuliani era atractiva
precisamente porque retiraría a los vendedores ambulantes de bajos ingresos y otros
participantes en actividades ilegales de las calles del centro, al mismo tiempo que tales
acciones desembocarían en una ciudad remozada que sería atractiva para turistas, empresas
transnacionales, y la clase media consumidora de casas habitación y servicios urbanos. En
otras palabras, el Plan Giuliani se enfocaba sobre todo al desarrollo de la zona centro, y no a
la reducción de la criminalidad.
Anteriormente, resolver el problema del comercio informal era un objetivo que otros
jefes de gobierno y dueños de comercios establecidos habían tratado de alcanzar desde hacía
cuarenta años. Se habían tomado medidas como el retiro forzado de los puestos semifijos,
envío de la policía montada, reubicación forzosa de los vendedores ambulantes a mercados
recién construidos o el uso de la brutalidad policial en su contra se habían empleado para
eliminar el problema, aunque solo se logró parcialmente, pues la actividad preponderante en
las zonas céntricas sigue siendo el pequeño comercio, y la mayoría de los establecimientos de
esta categoría prefieren permanecer en el centro porque esta ubicación es de gran importancia
para su parte del mercado. La base de su sustento son ventas de semimayoreo de artículos que
se venden al detalle en otras zonas en la ciudad. A diferencia de Nueva York, donde los
promotores de desarrollo inmobiliario de la zona central (con el apoyo gubernamental)
lograron la transformación de predios y edificios completos y la sustitución de los
establecimientos del pequeño comercio y minoristas de bajos ingresos con comercios más
grandes y para clientela de altos ingresos, en la Ciudad de México tales comercios conservan
sus posiciones, por razones tanto políticas como económicas. Y en tanto dure esta situación
en el centro, nuevas prácticas del trabajo policiaco o desarrollos para la población de altos
ingresos apenas podrán hacer mella en la transformación de la zona en cuanto a sus
características como área residencial y su perfil de ingresos.
En conclusión, una estrategia de ventanas rotas no fue y no será la solución al
desarrollo del centro. Todavía hay residentes de bajos ingresos que viven y trabajan en el
centro, y como hay zonas del centro que todavía se identifican con los comercios que venden
artículos a precio de mayoreo, las calles continúan llenas de vendedores ambulantes que
pugnan en contra de las autoridades por su derecho a vender sus mercancías. Así, en vez de
reprochar al comercio informal, podemos repensar este elemento urbano como un nicho de
interacciones y encuentros, además de ser un elemento que fusiona el uso público y colectivo
del espacio.
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hicieron cada vez más recurrentes y violentos. Primeramente, con el uso de la fuerza policial,
fueron reubicados en calles secundarias, con el propósito de mejorar la circulación vial, pero
solo se agudizaron los conflictos y se desembocaron protestas y movilizaciones que exigían
al gobierno que los dejaran en las calles para realizar sus actividades comerciales. En
contraste, los comercios establecidos, mayoritariamente de comunidad judía y libanesa,
tenían amplia presencia en los comercios del Centro mientras que los ambulantes locales eran
desplazados de las calles. Así surgió la Coordinadora de Organizaciones de Comerciantes
Ambulantes (COCA), en donde varias agrupaciones de comerciantes ambulantes tomaron
acción colectiva. En sus propuestas planteaban que: “la reordenación [del comercio] debe
partir de la base de eliminar toda forma de control ilegal tanto de líderes como de
autoridades; de excluir la afiliación obligatoria al PRI y acabar con el corporativismo que
sólo ha provocado el surgimiento de dirigentes venales”. Así, la permanencia en la calle de
los ambulantes estaba dictada por las oficinas del gobierno del DDF y los partidos políticos.
De manera paralela a los conflictos entre comerciantes ambulantes, los comerciantes
establecidos del Centro Histórico, agrupados en la organización “Procentrhico”, hicieron un
llamado al gobierno para que ejerciera acciones frente a este problema, pues los comerciantes
ambulantes se apropian de la ciudad. En respuesta a esta situación, 550 comerciantes
ambulantes invaden varias calles, lo que fue interpretado como una provocación por parte de
los ambulantes que se negaban a abandonar el Centro Histórico.
Luego de las elecciones de 1991, denominadas por algunos observadores como “la
recuperación oficial”, se aceleraron las acciones para retirar a los comerciantes ambulantes
del Centro Histórico mediante dos medidas: la primera consistió en la construcción de 27
plazas comerciales y la segunda en la elaboración de un bando para prohibir el comercio
ambulante en el perímetro A del Centro Histórico. En ambos casos, se usó la fuerza pública
para retirar al comercio ambulante. Sin embargo, este momento de “recuperación” del Centro
Histórico fracasó por el difícil contexto político y económico en los años 1994 y 1995, por lo
que más de 3,500 comerciantes ambulantes volvieron a las calles.
Desde entonces, las políticas hacia el comercio ambulante presentaron una serie de
ambigüedades: en 1998 se echó a andar el Programa de Mejoramiento del Comercio en Vía
Pública, en el cual se reconocía el derecho al trabajo, se permitía el comercio en espacios
públicos delimitados y se proponía una revisión al bando de 1993. Fue hasta el 2007 que se
desalojaron 25,000 ambulantes bajo el lema “Por un Centro Histórico limpio”, conformado
por un 1200 policías e imponiendo fracciones administrativas a quienes permanecieran en las
calles. Como producto, se incrementó la inversión inmobiliaria y hubo una mayor percepción
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de seguridad en las calles. Esta circunstancia se dio gracias a las inversiones de Carlos Slim y
al programa estratégico de Rudolph Giuliani.
Con los puntos anteriores en mente, es importante tener en cuenta el horizonte
histórico del comercio ambulante, las perspectivas de sus actores y su relación con la ciudad,
los habitantes y las autoridades. Esto evidencia que las estrategias planteadas anteriormente,
las cuales tienen un enfoque más conservador que tiene como objetivo mejorar la imagen
urbana y la conservación patrimonial, da como resultado más desarrollo inmobiliario y por
ende, más plusvalía e ingresos en la zona de intervención, desvelando únicamente los
intereses económicos y no el objetivo de resolver los problemas sociales, urbanos ni de
seguridad de la ciudad. Las políticas y estrategias implementadas, solo demuestran de por
medio la inefectividad de los organismos gubernamentales por generar propuestas que
mejoren, o al menos, que no vulneren la ya ardua situación de los miles de personas, pues no
consideran la adversidad económica y social de minorías vulnerables ante la globalización e
incertidumbre económica y solo buscan ejercer control y poder en el comportamiento de los
espacios públicos. Así, es pertinente repensar estrategias que consideren la creciente falta de
oportunidades laborales por parte de un mercado cada vez más excluyente y competitivo.
Artículo 3 Ciudad y Conflicto: Usos del Suelo y comercio ambulante en la Ciudad de México
Una de las caídas fundamentales del gran incremento del comercio ambulante en los
últimos años ha sido la política económica del país que privilegió el pago de la deuda externa
dando lugar al desplome de la economía mexicana, escénicamente a las clases populares.
Como consecuencia ha sido el desempleo de importantes sectores de la población mexicana,
lo cual ha dado lugar a la búsqueda de diversas formas de autoempleo o trabajo; por lo que
para conocer más acerca de este tema, es necesario comprender los distintos usos del suelo, el
dominio de lo público y el privado.
En este artículo hace hincapié en la importancia política, la cual ha asumido la disputa en el
tema del “Espacio Público” de la CDMX y que tiene como objetivo principal la economía,
social y política del vendedor ambulante.
El conflicto entre el comercio ambulante y el comercio establecido, muestra una gran
complejidad de fenómenos urbanos, en el que se expresa una disputa o lucha por el espacio y
el espacio como una fuerza económica.
El término “vendedor ambulante” muestra una gran complejidad para comprender su
tratamiento analítico, para así generar una solución al conflicto que se plantea en el plano de
lo político. Según la acepción más usual, un vendedor ambulante está representado como un
simple ciudadano, regularmente “pobre”, cuyo único espacio de reproducción económica es
el espacio público (calle)---> “Vendedor por cuenta propia”
Asimismo el vendedor ambulante constituye una manifestación visible de una de las partes
que integran el “ocultamiento”o “figura no transparente”.
Existe otra figura igualmente real e igualmente confusa. Ésta es la del "invidente", que
funciona en muchos casos como el pretexto o la expresión formal de las fuerzas que en
verdad actúan en los niveles de mayor grado de eficacia; pero, de muchas maneras, el
invidente es una fuerza social actuante, que legitima su presencia en el escenario del conflicto
por la vía de ese ámbito de lo formal al que debe su existencia, ámbito creado por decisión
misma del gobierno, que es, al final de cuentas, responsable de su existencia. El invidente
justifica al menos una de las entradas en la escena de lo formal del vendedor ambulante,
dándole su estatuto de legalidad.
*Importancia Política
Pero el problema es mucho más complejo aún, y lo es por varias razones, entre las que
destacan las siguientes: el comercio organizado legitima su derecho al mercado aludiendo al
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orden jurídico vigente. Pero el vendedor ambulante sólo es ilegal bajo la perspectiva de la
apropiación (al margen del reglamento de mercados particular del espacio urbano para
efectuar su actividad, y también, por supuesto, por la procedencia de los productos de algunos
de ellos. Pero su actividad es legal y legítimamente válida por los recursos formales de que se
vale (y porque es preferible al robo y al ilícito), particularmente bajo la perspectiva de la
labor social que desempeña, el desempleo que remedia y el conflicto social que mediatiza.
Por ello, a pesar del carácter legal de los intereses que defienden, los comerciantes
organizados del centro de la ciudad no pueden legitimar su participación en el conflicto
aludiendo a sus simples intereses gremiales, sino que tienen que ampararse bajo el vestuario
de una organización, Procenthrico, cuya bandera política es la defensa del Centro Histórico
de la Ciudad de México, amenazado supuestamente por la actividad de los ambulantes. Los
comerciantes organizados recurren al valor del espacio como símbolo, como patrimonio
cultural no de un grupo social sino como territorio de todos.
https://doi.org/10.2307/j.ctv3f8qq2.9
27
Así, es posible afirmar que, cuando se dispuso la demolición del mercado, los
comerciantes que lo ocupaban no tenían un peso notable en la esfera de los negocios en
México y que la plaza carecía de la dinámica comercial que la había distinguido antes de
1828. Por ello, la discutible importancia de estos locatarios supuso cierta vulnerabilidad
frente a las disposiciones de las autoridades, lo cual colocó en el centro del debate la disputa
por un espacio público que debía integrarse al proyecto de modernización urbana.
A pesar de las disputas con las autoridades para que los comerciantes del Parián
recibieran su indemnización que, en teoría, debía resarcir la afectación causada por las
reformas urbanas, solo quedó en evidencia la inefectiva negociación para la modernización
de la Plaza Mayor de la Ciudad de México y el nulo respeto por los derechos de los
comerciantes. Este tipo de conflictos relacionados con el desplazamiento de grupos de
comerciantes que arruinan la seguridad, limpieza e imagen de un lugar, siguen perdurando
hasta hoy en día. También quedan en evidencia los primeros retiros forzados mediante el uso
de la fuerza por parte de las autoridades y a pesar de que se hace hincapié en mejorar la
imagen tanto de la Plaza Mayor como del Centro Histórico y la Ciudad, siguió prevaleciendo
la brecha social entre diferenctes clases. Por lo tanto, las estrategias de modernización del
gobierno solo demuestran y demostraban que los interéses económicos están por encima de
los sociales, cuando estos son los primeros que deberían ser resueltos.
Con los puntos anteriores en mente, vemos que el comercio ambulante es una de las
expresiones más notorias y representativas de la economía informal y las labores que la
constituyen. Este tipo de trabajo está directamente relacionado con las formas de
reproducción económica de las ciudades modernas y las adversidades que los nuevos
modelos económicos depositan en personas de sectores vulnerables. Según la OIT en
Latinoamérica hay alrededor de 127 millones de personas que trabajan bajo la condición de
informalidad, esta es una cifra bastante alta pero no inusual considerando la creciente falta de
oportunidades laborales por parte de un mercado cada vez más excluyente, sobre todo con
aquellas personas adultas cuyo grado de escolaridad es inferior a la media.
En este caso, cuando hablamos de espacio público, nos referimos al lugar que es
visible y accesible por todos los miembros de una sociedad y que, a su vez, es de dominio
público y de uso colectivo. Conocer esta definición es importante, pues de la premisa de
“dominio público” surgen las tensiones entre los entes reguladores de la organización urbana
y los comercios informales, quienes en este marco de ideas, podemos considerar como
actores de poder sobre un espacio compartido. De este modo, el comercio informal nos
evidencia un fenómeno bastante interesante, el cual es, el potencial que estos espacios
(lugares donde se fusionan los umbrales entre lo público y lo privado) tienen de generar
acontecimientos diversos y enriquecedores para las dinámicas de la ciudad y la zona.
occidental del progreso. Aquello que se ve limpio, que representa las nuevas tecnologías y
que, en el inconsciente colectivo, se configura como una idea futurista y poco natural de
cómo funcionan las relaciones humanas.
Otra situación que podemos poner en perspectiva son aquellos operativos políticos que, al
intentar reubicar a los vendedores ambulantes (como ocurrió en el sexenio de Salinas de
Gortari, en el cual se reubicaron 10 000 vendedores ambulantes en 40 mercados, entre otros
gobiernos), han terminado impulsando nuevas estructuras políticas y sociales que terminan
beneficiando a los mismos. Sin saltar a conclusiones y, antes de seguir con el estado en
cuestión, es preciso mencionar que los comercios son una fuerza social, política y económica
que no puede ser desplazada, pues esta entabla una relación simbiótica con el ecosistema
urbano, donde la ciudad necesita de ellos para impulsar su carácter y ellos necesitan de la
ciudad como espacio de trabajo. A lo largo de la historia moderna, se ha visto cómo se han
considerado “logros” aquellos acontecimientos urbanos donde las ciudades quedan libres de
ambulantaje, haciendo ver a las personas que viven de lo “no fijo” como aprovechados y casi
que una “mafia” desde la perspectiva del gobierno. No obstante, en parte, estas afirmaciones
son ciertas. Ciertas si consideramos a esta forma de comercio como un verdadero poder
movilizador de eventos económicos y políticos de la ciudad.
De este modo, sería prudente revisar el caso de Uruchurtu, una historia sobre cómo las
políticas de ordenamiento terminaron impulsando con mayor fuerza la dispersión y densidad
del ambulantaje. Después de la guerra, la Ciudad de México, aprobó una regulación que
permitía el establecimiento de zonas especiales de venta mediante procedimientos regulados
por la Oficina de Mercados de la Tesorería. Este ambicioso programa para construir mercados
cubiertos que asientan a los vendedores desplazados por las restricciones, fue construido con
fondos públicos y vendido a un precio “razonable” con el fin de convencer a los vendedores
para que se fueran de las calles. Cabe mencionar que este político, se hizo conocido por sus
ataques y formas represivas contra aquellos movimientos vinculados a la economía informal.
Durante esta época se llevaron a cabo planes de desalojo a gran escala, como ocurrió con el
ex presidente Ruiz Cortilles quien en solo cinco años (1953 y 1958) invirtió más de 350
millones de pesos en la construcción de 90 mercados techados. Esto correspondía a más de
siete veces el dinero requerido para la construcción de nuevas escuelas considerando un
crecimiento anual del 6% en la población, además de ser equivalente a un poco más de lo que
significó el presupuesto de la ciudad en el año 1957.
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Se podría considerar que el legado más importante de Uruchurt fue la manera en cómo ayudó
a reestructurar las relaciones entre los vendedores ambulantes y el espacio urbano, pues
después de las normas de desalojo, este grupo comercial volvió a las calles y con mayor
fuerza en las décadas posteriores. La situación se había vuelto insostenible para el PRI y los
gobiernos sucesores deseaban invertir los cambios y sobre todo plantear nuevas normas pues
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Un acontecimiento bastante interesante que podemos rescatar de este caso y vincularlo con la
Plaza de la Solidaridad es lo que ocurrió cuando el gobierno intentó reubicar a los mercados.
Cuando los vendedores ambulantes se movieron a mercados cerrados, las conexiones sociales
que se daban en los puntos focales urbanos se comenzaron a, no solo deformar, sino a dañar.
Sin el ambulantaje, el atractivo comercial de barrios enteros comenzó a decrecer, pudiendo
observar bajas en el flujo de personas y compradores. A mediados de 1953, los vendedores
que se encontraban establecidos en Polanco solicitaron al gobierno de la ciudad que
regresaran a los puestos ambulantes, pues sin ellos, sus ventas en pocas semanas se redujeron
en un 50%. Mientras tanto, veían como en otros barrios el comercio ambulante, en vez de ser
competencia, ayudaba a los comercios fijos a prosperar.
Esto nos permite pensar en cómo el cambio de espacio público a un mercado cerrado sí
modifica el carácter de la venta, pues el acto de vender, en sí, no solo implica una transacción
económica, sino que simboliza un intercambio de muchos otros factores como cultura,
conversaciones, espacios de socialización e incluso, el hecho de ser visto. Es el sitio en el que
nos mostramos en sociedad y buscamos la existencia de cosas que nos gustan, esto convierte
a la compra y venta en una forma de identidad cultural de la cual no podemos renegar. Quitar
el ambulantaje es absurdo, desplazarlos solo mueve fuerzas políticas que los hacen más
fuertes y, además, son un motor del carácter local. El ambulantaje representa una forma de
comercio diferente al que encontramos en los internacionalizados centros comerciales, y si
las personas van por cultura al centro de la Ciudad de México, pues el ambulantaje será parte
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de un paisaje diverso y atractivo que fomentará la creación de vínculos afectivos entre las
personas y el lugar.
Marco teórico
Conceptos clave: ambulantaje, apropiación espacial, teorías del lugar, tácticas, estrategias,
resistencia, prácticas culturales, espacio, espacio público, vida cotidiana, arquitectura
participativa, planificacion participativa, perspectivas
Para entender las acciones que se llevan a cabo en un lugar, es necesario entender las
condiciones de este y sus significados físicos, sociales, culturales e incluso psicológicos.
Por otra parte, de acuerdo con el antropólogo y filósofo francés Marc Augé, en su
libro “Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la Sobremodernidad”, se
aborda la teoría de los lugares y los no lugares. A grandes rasgos, Augé menciona que un
lugar es un espacio con un fuerte sentido de identidad, historia y comunidad. Por otro lado,
los no lugares son espacios en los que las personas son anónimas y se relacionan sólo de
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manera temporal y superficial, sin establecer relaciones duraderas. Los no lugares son
principalmente lugares de tránsito, como aeropuertos, estaciones de tren o centros
comerciales.
espacios construidos, lo que puede tener beneficios significativos para la calidad de vida de
las personas.
A partir de ello, diversos autores han abordado el estudio del lugar a partir de
diferentes disciplinas y posiciones, desde la sociología y la antropología hasta la arquitectura
y el urbanismo. En primer lugar, consideraremos al teórico marxista Henri Lefebvre y su
libro "La Producción del Espacio" (1964). En este argumenta que el espacio es un producto
social, creado y reproducido por la interacción entre las personas y su entorno. El espacio no
es solo físico, sino que también está compuesto por prácticas sociales, relaciones de poder y
simbolismo. Lefebvre sostiene que el espacio se puede entender mejor al considerar tres
dimensiones: el espacio percibido, el espacio concebido y el espacio vivido. El espacio
percibido se refiere a cómo las personas experimentan el espacio en su vida cotidiana. El
espacio concebido es el espacio creado por los arquitectos, urbanistas y planificadores que
buscan imponer su visión en el espacio físico. El espacio vivido es el espacio que se crea a
través de las prácticas cotidianas de las personas y su relación con el entorno.
Lefebvre argumenta que el espacio social no es un objeto fijo e inmutable, sino que
está en constante cambio y transformación. La producción del espacio es el resultado de las
relaciones sociales, económicas y políticas que ocurren en un lugar determinado. Estas
relaciones crean diferentes tipos de espacio, como el espacio público, el espacio privado y el
espacio de consumo. “Para Lefebvre, en la modernidad, la producción del espacio tiene una
tendencia hegemónica: aquella de la producción de un espacio abstracto atrapado en una
tríada dialéctica entre homogeneización-fragmentación-jerarquización del espacio. El espacio
es también un medio de producción y dominación y por eso se oculta el espacio social a
través de dos ilusiones, la de la transparencia (aparece como el espacio “libre” para la acción,
un espacio aséptico donde las relaciones sociales se esfuman sin dejar rastro) y la de la
opacidad (una ilusión realista que naturaliza lo social y por lo tanto refuerza la primera).
Cada sociedad produce un espacio, con un espacio-tiempo específico, con sus centros
y formas particulares. En el capitalismo actual, hay una imbricación entre la reproducción
biológica, la reproducción de la fuerza de trabajo y las relaciones sociales de producción y a
patir de ello, se dan las tres dimensiones del espacio mencionadas anteriormente.”7
7
Valdoski, F. (s.f.). Aproximaciones al concepto de la producción del espacio a partir de los contenidos
lefebvrianos.. Laboratório de Geografia Urbana - Universidade de São Paulo. Alba Sud. Recuperado de
https://www.albasud.org/noticia/es/639/aproximaciones-al-concepto-de-la-producci-n-del-espacio-a-partir-de-lo
s-contenidos-lefebvrianos
39
Lefebvre argumenta que la apropiación del espacio es un proceso político y social que
refleja las relaciones de poder y las luchas por el control del espacio. “Así, la práctica
espacial está meramente ligada a lo percibido, que incluye la producción y reproducción de
los lugares; lo concebido está vinculado a las relaciones de producción, al Estado, a un orden
distante en que actúan los planificadores, urbanistas; y los espacios de representación,
considerados como lo vivido, son los símbolos que vienen de la historia. Todo el mundo
participa de manera diferente en la producción del espacio. Siendo estos posibilidades de
articulación con el conflicto permanente de la imposición de estrategias de clase para el
dominio a través del espacio. La relación centralidad-periferia también se inserta en el
principio de la lógica de la escasez de espacio. Las inversiones en lugares específicos,
centralizando poder y segregando otros elementos de la vida urbana, se reproduce ayudando a
mantener el ejercicio del poder, así como abre frentes de rentabilidad.”8
8
IBID
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De esta manera, de Certeau argumenta que la apropiación del espacio es una forma de
resistencia frente a las estructuras de poder y una forma de creación de nuevas formas de
significado y de identidad. En lugar de ser simplemente usuarios pasivos del espacio, los
individuos lo transforman a través de sus prácticas y estrategias, generando así nuevas formas
de apropiación y de significado que también son formas de resistencia y subversión contra los
sistemas dominantes de poder.
Por ende, De Certeau argumenta que la vida cotidiana es una fuente de creatividad y
resistencia, y que las prácticas cotidianas pueden tener significados profundos y simbólicos
que reflejan la identidad y la cultura de los individuos.
individuos dan nuevos significados y usos a los productos y prácticas culturales en la vida
cotidiana también puede aplicarse al ambulantaje. Los vendedores ambulantes a menudo
ofrecen productos que no se encuentran en los establecimientos comerciales tradicionales, o
bien, ofrecen productos de una manera diferente, utilizando técnicas de venta creativas y
adaptándose a las necesidades de sus clientes. Por ende, el análisis de De Certeau ayuda a
entender las tácticas y estrategias que los vendedores ambulantes utilizan para sobrevivir y
prosperar en un contexto de regulación, incertidumbre económica y control por parte del
comercio establecido y las autoridades.
De acuerdo con Gómez (2013), Montaner argumenta que la apropiación del espacio
en la ciudad es un fenómeno complejo y que tiene diferentes dimensiones que deben ser
abordadas desde diferentes perspectivas. En este sentido, el autor defiende que la apropiación
del espacio no solo es un proceso físico, sino también social y cultural. Desde una
perspectiva física, Montaner sostiene que la apropiación del espacio se produce cuando los
habitantes hacen uso de espacios públicos que, en teoría, han sido diseñados para otro tipo de
actividades. De esta manera, los habitantes se apropian de los espacios públicos y los
transforman para adaptarlos a sus necesidades, generando nuevos usos y funciones que no
habían sido previstos por los diseñadores. Desde una perspectiva social, Montaner
argumenta que la apropiación del espacio es un fenómeno que está relacionado con la
identidad y la pertenencia a un lugar determinado. En este sentido, la apropiación del espacio
se produce cuando los habitantes se identifican con un espacio determinado y lo hacen suyo,
generando un sentido de pertenencia y comunidad. Finalmente, desde una perspectiva
cultural, Montaner defiende que la apropiación del espacio es un proceso que está
relacionado con las prácticas y las costumbres culturales de los habitantes. De esta manera,
los habitantes se apropian del espacio y lo adaptan a sus necesidades culturales, generando
nuevas formas de uso y de significado del espacio.
hacer arquitectura participativa, hay que tomar en cuenta cómo direccionar los proyectos
hacia un enfoque social, donde el núcleo del proyecto sean las necesidades de los grupos de
discusión, destacando así el rol de la participación ciudadana como un parteaguas para
generar democracia participativa, la cual es central en la creación de espacios arquitectónicos.
Hipótesis
Objetivo general:
Objetivos específicos y métodos (dirigirse a anexos para ver metodología desglosada por
sus características):
Resultados obtenidos
Visitamos la Plaza de la Solidaridad el lunes 1ero de mayo, en el Día del Trabajo. En la Plaza
y en general en la mayoría de la zona, había poca gente, aunque en la mañana en el Zócalo se
habían reportado algunas marchas. En la plaza había transeúntes y personas ebrias y
vagabundos, en su mayoría adultos mayores. También se encontraban algunos adultos
jugando ajedrez. En la plaza, no había comerciantes, pues únicamente pueden instalarse de
jueves a domingo, con puestos de un solo color y dimensiones no mayores a 1.50 por 1.50
metros. Los puestos que encontramos ese día se encontraban en las banquetas frente a
Balderas, a un costado del Museo Mural Diego Rivera y Av. Juárez. Estos tienen mantas
rojizas.
Cabe mencionar que antes de la pandemia (2019), parte del comercio se ubicaba dentro de la
Plaza de la Solidaridad, mientras que durante buena parte de la pandemia, no se permitió la
instalación del comercio como medida preventiva de contagios (2020), pues al ser lugares en
los que la gente suele concurrir, representaban un “foco de infección”.
Comercio en predio entre Balderas y la Plaza de la Solidadridad (2019). Imagen de Google Earth
Comercio en predio entre Balderas y la Plaza de la Solidadridad (2020). Imagen de Google Earth
48
En 2021 se reanudaron las actividades de comercio y los comerciantes pudieron volver, pero
ahora su ubicación se concentró en Balderas y no dentro de la plaza, por lo que esta calle se
vuelve peatonal mientras hay comercio.
Comercio en predio entre Balderas y la Plaza de la Solidadridad (2023). Imagen de Google Earth
Así vemos que el comercio ambulante se concentra tanto en la Plaza de la Solidaridad como
en Av. Juárez y Balderas. Sin embargo, aunque se trate de dos sectores de comerciantes
diferentes, tienen problemas similares.
Tanto en sitio como en imágenes de Google Earth, pudimos observar que los puestos
no se encuentran en condiciones muy óptimas, pues cuentan con poco espacio de circulación,
mala iluminación y ventilación, falta de infraestructura y limpieza y las lonas no protegen lo
suficiente contra el sol, viento y lluvia. También representan un problema para el comercio
establecido no solo en cuanto a competitividad, sino también en cuanto a la mala imagen
urbana y contaminación que generan.
49
La entrevista que más nos ayudó fue la que tuvimos con la Sra. Teresa., pues como
comerciante ambulante, es una usuaria activa del lugar. De la entrevista, lo más importante
que retomamos es la relación entre los comerciantes y las autoridades y el aspecto de la
50
seguridad y mantenimiento. Nos describió que los policías son abusivos con ellos, que en la
medida de lo posible buscan retirarlos e incluso, han sido violentos con ellos y sus hijos, los
han llegado a golpear y extorsionar. También los rateros los han asaltado y han saqueado sus
puestos, y aunque los comerciantes hayan puesto denuncias con las autoridades, no se ha
tomado ninguna medida. El horario en el que les permiten laborar, que es de 8 a 18 hrs., no
les ayuda mucho, pues hay más vida nocturna en la zona ya que la gente sale a pasear
saliendo de sus trabajos. No hay vigilancia en la zona y las cámaras de seguridad no sirven.
Los comerciantes solo hacen lo posible para conseguir un sustento económico para sacar a
sus hijos adelante y para resarcir los daños que la pandemia dejó en sus familias, aunque las
autoridades y la sociedad se preocupa más en estigmatizar su trabajo y su mala fama.
También intentamos hacer más entrevistas en con otros comerciantes para entender su
situación pero nos relacionaron con una figura de autoridad, entonces no nos pudieron dar
información.
Por ende, con la información obtenida, tanto con observaciones, como con las
entrevistas y estudios del contexto y casos análogos, es importante hacer un diagnóstico que
identifique en la medida de lo posible la mayoría de los problemas de la situación y les de una
posible solución fiable. Con esto, poder dar respuesta a un tema complejo que se puede
abordar desde diferentes perspectivas, implica una comprensión profunda del lugar, de sus
habitantes y de sus prácticas y necesidades. Una posible respuesta a esto, es una arquitectura
participativa que funja como un nicho de interacciones de valor entre los distintos grupos de
51
Como arquitectos, debemos establecer un diálogo social con el habitante, dejar atrás
los estigmas y darle voz a los que han sido invisibilizados, pues el comercio ambulante
implica problemas con una carga histórica que se han ido haciendo mayúsculos con la
creciente desigualdad y discriminación en México.
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Anexos:
Entrevistas:
Señor de ajedrez:
● Considera que debería de haber más seguridad, bancas, vigilancia y botes de basura
● A los comerciantes les roban, los rateros se meten a los puestos y los saquean,
entonces los comerciantes tienen que levantar sus puestos y productos todos los días
● Cuando hay tianguis viene más gente y turistas
● Lo malo es que los policias son violentos, los persiguen, los quieren retirar e incluso
han golpeado a los niños
● El horario que le otorgaron, de 8 a 6 p.m., no ayuda, pues la gente sale más tarde de
trabajar y en general en la zona hay más actividad en la noche que en el día.
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Señora de limpieza
Fotografías