William Turner. Lluvia, Vapor y Velocidad.
William Turner. Lluvia, Vapor y Velocidad.
William Turner. Lluvia, Vapor y Velocidad.
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La obra “Lluvia, vapor y velocidad. El gran ferrocarril del Oeste.”, fue pintada en 1844 por el
conocido pintor romántico británico Joseph Mallord William Turner. Durante la época del
Romanticismo, en Europa, luego de la crisis del antiguo régimen a partir de la Revolución Francesa
(1789-1799), el fracaso del proyecto napoleónico y las restauraciones monárquicas provocaron un
sentimiento de decepción en la sociedad. En Inglaterra ya bajo el reinado de la reina Victoria se inicia
la Revolución Industrial (1760-1840) y con ella la era del maquinismo, de la burguesía industrial y
negocios y también de la nueva clase social del proletariado. Este desarrollo económico convierte a
este país en hegemónico en el mundo cuyo dominio se extenderá por amplias zonas en su vasto
imperio.
Este cuadro pertenece al estilo del Romanticismo. El romanticismo es una corriente artística que
surgió a finales del s. XVIII y que perdura hasta la tercera década del s. XIX. Aproximadamente entre
1770 y 1820, el Romanticismo convive estilísticamente con el Neoclasicismo, aunque los temas que el
primero tratará ya no responden a una lógica racionalista, sino que en sus obras ya asoman, aspectos e
intereses que motivaron su gran expansión entre 1820 y 1850. De todos modos, la mayoría de los
pintores románticos pasan por ambas etapas, y si bien, en cada país europeo tendrán sus temáticas y
gustos particulares. Durante los últimos años del s. XVIII y los primeros años del s. XIX, Inglaterra
aporta su contribución a la pintura del paisaje romántico a través de dos pintores importantes:
Constable (1776-1837) y Turner (1775-1851). Se caracteriza por su descubrimiento de la naturaleza,
con sus paisajes, la luz y los colores. Se refleja un paisaje que progresivamente está viéndose afectado
por la Revolución industrial.
Joseph Mallord William Turner nació en Londres en 1775 y murió en la misma ciudad 76 años
después, en 1851. Se lo considera el gran representante de la pintura romántica inglesa, gracias a su
prolífica producción con la que supo capturar la esencia de paisajes y lugares con una técnica distinta.
Fue el hijo único de Mary Marshall y William Turner. Su madre se dedicaba a labores del hogar, y su
padre era fabricante de pelucas y después barbero. Fue un artista precoz, a los catorce años ya había
sido admitido como alumno en la Royal Academy of Arts de Londres, un año después, logró exponer
algunas de sus acuarelas en la muestra de verano de esa Institución y a los veinticuatro años fue
nombrado miembro asociado en esa misma Academia. Además de sus brillantes óleos, Turner fue un
gran acuarelista, aprendió esta técnica con Thomas Girtin, otro gran pintor y grabador inglés. Turner
tenía un instinto para las tormentas, sabía cuándo iban a desencadenarse con solo mirar las nubes, una
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vez, en 1810, en la ciudad de Yorkshire, se quedó en medio de un campo abierto bajo una gran
tormenta. La experiencia más osada, según Turner, sucedió en 1822, cuando se ató al mástil del barco
Ariel para ser testigo de una tempestad en medio del océano. El experimento duró cuatro horas,
atendiendo cada instante, forma y color, tanto del agua como de las nubes, y fue representada en
muchos de sus óleos. La técnica pictórica con la que logró crear atmósferas y ambientes envolventes
apuntaron hacia otras posibilidades de creación. Más adelante, se conocieron como impresionismo y
abstracción. Siempre con mal carácter, se volvió más excéntrico con los años, tuvo pocos amigos y
vivió con su padre durante treinta años. Cuando murió, Turner cayó en una profunda depresión.
Falleció en su casa de Cheyne Walk, en el barrio de Chelsea, Londres, el 19 de diciembre de 1851.
Su obra al igual que la de Constable se encuadra dentro del Romanticismo, ya que la grandiosidad de
la naturaleza empequeñece al ser humano y a sus creaciones. Como amante de la naturaleza hizo
numerosos bocetos al natural que luego reprodujo en su estudio. Su pintura busca cada vez lograr
los efectos atmosféricos llegando a aplicar la pintura con sus dedos para lograr los efectos lumínicos.
La escena representa el movimiento del tren más moderno de la época camino de Londres en medio
de una naturaleza grandiosa que parece empequeñecer al ferrocarril. El protagonista de la obra no es
el tren que por primera vez se convierte en elemento del cuadro como símbolo de modernidad sino
que es la atmósfera que crean tanto la lluvia como el vapor y que contribuyen casi a desmaterializar
las formas que son poco visibles como el puente, la barca sobre el río o el propio ferrocarril. Al
movimiento del tren hay que sumar el de las nubes, la lluvia, el fluir del agua del río. Su significado
sería lo siguiente, la grandiosidad de la naturaleza manifestada por las nubes y la lluvia que parece
empequeñecer al ser humano.
Los elementos principales de su composición son las vías del ferrocarril, que parecen querer
prolongarse fuera del cuadro y los ojos del puente están incompletos. Horizontalmente se puede
dividir en dos mitades: la superior consta de una textura relativamente esponjosa de tonos amarillos ,
clareada por secciones de blanco y sombreados gris azulado; en la parte inferior las formas son
difusas y apenas se podrían descifrar, si Turner no hubiera dado a la izquierda signos concretos (la
pequeña barca y el gran puente) que permiten reconstruir el conjunto como un paisaje. Hacía el lado
derecho e inferior del cuadro, los colores forman una diagonal negra acercándose al observador en una
perspectiva en movimiento. Trazos de pintura blanca y roja, aplicadas con el cuchillo de la paleta,
marcan (en el negro de la locomotora) el proceso de combustión que mueve la máquina. Cruzando el
tren trazos de color a modo de cortina de agua, nos señala la lluvia arrastrada por el viento. La gran
protagonista es la atmósfera creada por la lluvia y el vapor que hace que la luz se filtre débilmente y
desdibuja los contornos. En el cuadro predomina el color sobre el dibujo. Las líneas y contornos se
encuentran desdibujados. Los colores predominantes son los terrosos como ocres, marrones y
amarillos del paisaje, más algunos violetas y azules en el cielo y el río. Las pinceladas o son muy
diluidas, o con mucha materia y empaste como en la locomotora. Según su ritmo, existe un efecto de
movimiento, pues parece que el tren avanza hacia nosotros. Contrasta este movimiento del ferrocarril
y de la liebre (difícilmente reconocible) con la lentitud de la barca casi imperceptible.
Tiene como influencias las siguientes: Estuvo fuertemente inspirado en sus inicios por artistas
holandeses como Willen van der Velde. Sus fuentes de inspiración abarcan la pintura renacentista
italiana y la pintura barroca, en especial Rembrndt, así como los franceses Poussin o Claudio de
Lorena (también llamado Claude Lorrain). Viajó a París donde quedó fascinado ante las obras
maestras del Louvre. Visitó Italia en diversas ocasiones, fuente de inspiración inagotable para su
producción artística Turner fue caminando hacia la abstracción.
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Se ha sugerido que los altos niveles de ceniza en la atmósfera durante 1816, que condujeron a unas
inusuales puestas de sol durante dicho periodo, pudieron inspirar el trabajo de Turner.
La acuarela, aprendió esta técnica con Thomas Girtin, otro gran pintor y grabador inglés.
Y como antecedentes: Su obra fue muy bien acogida por los críticos y muy pronto pasó a grabados
que llegaron a Francia e influyeron en los impresionistas como Monet. La Escuela de Barbizon es la
primera en recoger el estilo de Turner en su vuelta a la naturaleza y valoración cromática que retomará
el impresionismo. Aún más allá llevaron las acuarelas Barco ardiendo o Botes en el mar, en la que la
desmaterialización es tal que anuncia la abstracción de Kandinsky un siglo después.