Bioeconomia Agrotoxicos

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42. axtculo orginal / Original aficle "ge ania basa cn Iaimodigaciin raza para mites doctoral “Ibe struggle to restrict pesticide use the conftuenceof social, morementsand a setworkof ‘expertc” (SUNY, 2015) Por tr lad, algunas secon decstetexto sebasin eo lossigucnts wtcaos Arana, (2013). Cha longing the bioocanomy: Thedynamics of callective action in Argentina. Tich- nology in Society, 3502 y Arancibia F, & Motta, (2018). Undone Science and Counter Expertise Fighting foryustce im an Argemine Consunity Contaminated by Pesticides. Sconce we Cake. (0), 1-26 CONICET, Universidad [Nacional de San Martin Nir Resistencias a la bio-economia en Argentina: las luchas contra los agrot6xicos (2001-2013)* Resistance to bioeconomy in Argentina: the fights against pesticides (2001-2013) Arancibia, Florencia? RESUMEN: Este articulo analiza algunas dindmicas de resistencia a la expansién de la llamada bioeconomia agraria en Argentina, La bioeconomia es un proyecto politico global basado en la manipulacion, explotacion y apropiacién tecnolégica de la materia viviente. En Argentina, han surgide crecientes conflictos con respecte « la edopcidn del paguete bioteenclégics compucsto por semillae genéticaments modificadae y agrotéxices. A través de andlisis de archivo, entrevistas en profundidad y observaciones analiza las acciones colectivas orientadas a cuestionar el discurso sobre la inocuidad de los agrotéxicos y cambiar las regulaciones para su comercializacién y uso en Argentina entre 2001 ¥ 2013. Alo largo del periodo no se lograron cambios en la politica regulatoria nacional, sin em- argo, hubo algunos avances en la resistencia: a. se formé un movimiento social y una red de investigadores, cientificos y trabajadores de la salud que cuestioné el discurso de la inocuidad de los agrotéxicos y; b. en algunos casos, se lograron cambios en las politicas regulatorias locales. Estos resultados fueron producto de un conjunto complejo y poco convencional de formas de accién colectiva que incluyeron le movilizacién de distintos ti- pot de conocimianto, Plantso como hipétecie para futuras investigaciones que los cambios macro-estructurales en Argentina relatives al advenimiento de Ia bioeconoméa agraria estén dando lugar a la emergencia de nuevos “repertorios” de accién colectiva. PALABRAS CLAVE: Biceconomia, Agrotéxicos, Resistencias sociales. Formas de Accién Colectiva, Argentina, ABSTRACT: This paper analyzes the bottom-up dynamics of resistance to the expansion of the agricultural bloeconomy In Argentina. The bloeconomy can be thought as a global political project based on the management, exploitation and technologicsl appropriation of living matter. In Argentina, growing conflicts have arieen regarding the adoption of the biotechnological package consisting of genetically modified seeds and pesticides, Throu- gh archival research, in-depth interviews and ethnographic observations, I analyzed the collective actions aimed at questioning the discourse on the safety of pesticides and chan- ging the regulations for their commercialization and use in Argentina between 2001 and 2013. Throughout the period no changes in national regulatory policy were achieved, however, there was some progress at the general level: a. a social movement was and a network of researchers, scientists and health workers who questioned the discourse on the safety of pesticides were formed and; b. In some cases, changes in local regulatory policies were achieved. These results were the product of a complex and unconventional get of collective actions that included the mobilization of different types of knowledge. I propose as a hypothesis for future research that the macro-structural changes in Argen- tina (the advent of the agricultural bioeconomy) are giving rise to the emergence of new “repertoires” of collective action. KEY WORDS: Bioeconomy, Pesticides. Social resistance. Collective Action. Argentina. Ciencia Digna | Améiice Letine. VI NI 2020 Resstencias a la bic-economia en Argentina: Ios luchas contralos agrotéxicos (2001-2013) 43 Introducci6n En los iltimos veinte aiios, la bictec- nologia ha transformado redicalmente la agricultura (James, 2007). Le ingenieria genética hizo posible el diseio de semillas transgénicas con caracteristicas que bus- can maximizar el rendimiento y la eficien- cie, como por ejemplo semillas con mayor resistencia a los agroténicas, Estos deca srolloz ee vieron legitimados y reafirmados por un gran relato global (Latour, 2003) s0- bre el papel de la biotecnologia en la secie- dad y los nuevos escenarios que esta abria: el relato de la bioeconcmia. Entendemos al) Ia bioeconomia como un proyecto basado en la manipulacién, explotacion y apropiz- cin tecnolégica de la materia viviente; una comodificaciOn de la naturaleza y ¢] cono- cimiento (Goven & Pavone, 2035) Pavone, 2012). Fl proyecto de la bioeconomia fue promovide por diversos organismos inter- nacionales desde principios del siglo XXI y encajé muy bien en un contexto regio- nal dominado por el “neo-extractivismo”> (Gudynas, 2009; Svampa & Viale, 2014). La adopcién y expansién de la bice- conomia a nivel global no fue un Lac rose, pacifico (Jasanoff, 2003) Iabones productivos. Esto entré en contlic- to con los intereses de muchos productores chicos y medlanos, y provocé conflictos a nivel nacional ¢ internacional. A esto se eumaron los conflictos por los efectos 20- cisles, ambientales, sanitarios y agronémi cos de la incorporacién de la biotecnologia agraria, invisibilizados en el relato de la biceconomia (Gilles, Melgarejo, Bianconi Fernandes, & Ferraz, 2015). A 16 largo de| Jos altos se fue desarrollando una creciente resistencia social a la bioeconomia agraria, En Argentina, uno de los principales ejes de conflicto giré en torno al uso de agrotéxicos. De hecho, la adopeién de este nuevo modelo de agricultura fue acompa- fiada por un incremento exponencial en el uso de agrotéxicos (Klefimann & Partner SRL, 2013). Desde el inicio de la década del 2000 un creciente niimero de comunidades denunciaron problemas de salud que consi- deraron asociados a la exposicién a mayo- res dosis y nuevas combinaciones de agro- téxicos considerados inocuos per parte del sistema regulatorio nacional -y, por ende, sin restricciones a su uso-. Ante la indife rencia y, luego, negacién del problema por parte de los diversos niveles de gobierno ¥ organismos regulatorios, la mayoria de estas comunidades se vio obligade a orge- nizarse colectivamente para lograr algun tipo de atencién piblica. Este proceso dio Tugar a la conformacién de un nuevo mo- vimiento social que, aliado con una red de cientificos, investigadores y trabajadores de la salud, no solo denuncié las severas consecuencias del uso de agrotéxicos, sino que también cuestioné algunos argumen- tos centrales del relato de la bioeconomiz y sus marcos aormatives (F. Arancibis, 2013). Si bien hay varios estudios que analizan las resistencias sociales a diversos aspec- tos del modelo agrario, son pocos los es- tudios que abordan Ia puesta en cuestion de la narrativa y las politicas concretas que buscan fomentar la bioeconomia agrariz (Fitting, 2018; 4. J. Kinchy, 2012; Klepek, 20125 Lapegna, 2016; Renata Motta, 2016; Newell, 2008; Pearson, 20125 Vare, 2005) En un contexto regional en que le expan: én de In bioeconomia s+ lizar las resistencias sociales a esta narra- tiva se vuelve crucial para comprender los principales obstaculos y oportunidades, asi como reflexionar sobre las posibles estra- tegias de accion: :Qué formas de protestz desarrollan los afectades por la “biotecni- ficeclén” de la agriculture? ;Cémo inten- tan cuestionar el relato y Ins peliticas que promueven la bioeconomia? ;Hasta qué punto estas formas de accién colectiva son similares o diferentes a las formas existen- tes antes de la emergencia de Ia bioecono mia? ;Qué avances logran? .Qué obstécu- Jos encuentran? El objetivo general de este articulo es contribuir al andlisis de las resistencias so clales a la bloeconomia agrarla en Américe Latina, Para ests, realicé un estudio de case tensifica, ana- sobre una dimensién de esta resistencia en Argentina entre 2001 y 2013: laspuestas en cuestin del discurso sobre Ia inocuidad de Ios agrotéxicos requeridos por las semillas transgénices y los intentos de cambio de las regulaciones (para prohibir o restringir sien clenractisno, que actu activa como cxpltacién miners ‘opetrler, las monocat- ‘es itensivos, tiene unalaga historaen Amérca Latina, par dl 2000 bubo una Imtensficaisa y renovacin ‘dl mismo promevido por (que surgi en 1980 fue dominant hasta ins de 1990) Tamado nuevo “Consens delos Commodi- ties" que continds hata hoy (vampa2015).De het, total de as exporicionesen 12000 aun 69.7% en 2011, ‘excedindo ltotl de ienes Ciencia Bigna | Amévico Lotine. VI NI 2520 44 wrancitia, Rorencia ‘nel documento"La bosconom pra 2030" l4OECD afirme “Cuando lathotecnolgia se aplicas la prodaccis primar as salud ya laindostria. froce soluciones icnolica para tan gran partede bs proble- rmasales ques enfrenta ‘mundo global relacionados alasaled yalor recurs" (Ocbe, 200), Hsu postura tanbige fue adopt por Ia nin Paropes. “los recientes vance omtficos _yecnolgicos han general ‘una gran cantdad de nuevas posblesapicaconssy producios en mamerosis sila. y pron prode- rin inmeasosbeneicios sanitarins,socilesy econe- nics” (Comsion Union Burpes, 2010), * sibien pune pacer ‘contradctrio smplear un ‘onceplo come nelibe- ralmo(lapromociéndel libre merealo)apolitcas desinadas al desarole de tuna ndustna expatica, hay qu tener en centa gue el caliberalimone sempre imple a paiva de Estidosenfncionde ade situcin, un Estado puede ‘encagene levaracsbo tn proceso conocido come “rolbad (como fu ‘ase dela desregulcion y laprvatzaconentos 0), ‘oespundine, wn proce cometdo come “rlot” (on stecas Iefacitala trea alas fuera del mercado, «como ea ladéada del90) (Peck & Tike 2002), La bioeconomiaes ua su comercializacién y uso). Le Argentina es un caso particularments interesante, en tanto pais pionero en Ia adopcién de culti- vos transgénicos y actual lider, junto con Brasil, de la produccién mundial de soja transgénica. El estudio de caso se basé en datos primarios y secundarios. Entre 2010 ¥ 2013 realicé analisis de archivo (articulos de diarios y documentos de organizacio- nes sociales), entrevistas en profundided a activistas y cientificos, investigadores y trabajadores de la salud que trabajaron en articulacién con el movimiento social (34 entrevistas), y observaciones no par- ticipantes en distintas provincias sojeras (Buenos Aires, Cérdoba, Sante Fe, Entre Rios, Chaco, Santiago del Estero). También consulté bibliografia secundaria sobre la problemética. El articulo se organiza en tres secciones: un estado de la cuestion que sitia el debate cobre ol cazo sberdado; una presentacién del caso; cronclogia y andli- sis de las resistencias; reflexiones finales ¥y propuestas para futuras investigaciones. Estado de la cuesti6n “Biveconomia” es ua término relative mente reciente. Fue utilizado por primera vez en documentos de politicas piiblicas de Estados Unidos a principios del siglo XX. La definicién de bioeconomia més utili- zada en la actualidad es la que formulé la OCDE en 2006: “el conjunto de operacio- nes econémicas de una sociedad que utiliza el valor latente alojado en los productos y procesos biolégicos para conseguir nuevo crecimiento y beneficios sociales para los cludadanos y las naciones" (OCDE, 2008). Uno de las ideas comunes « las diver- sae dafiniciones de biosconomia ez que la tecnologia es “Ia” solucién a los principales problemas de la humanidad: se desplaza el foco de atencién de las causas sociales a Jas scluciones tecnol6gicast. A su vez, Ciencia Digna | Améiice Letine. VI NI 2020 u ocultan los ricagos y las consecuencias escio-ambientaler advereac de lac nuevae tecnologias. De hecho, cuando se observa al funcionamiento “real” de la bioecono- mia se ve que el panorama dista mucho de las promesas esgrimidas. Por un lado, de todas las prometedoras innovaciones tec nologicas solo dos han legrado llegar a “te- ner éxito” en las economias de mercado: 1a bioeconomia agricola (baseda en el paque- te de semillas transgénicas y agrotoxicos) y la bioeconomia de reproduccién acietida @avone, 2012). Por otro lado, all menos en relacién con la primera, (FAO, 2016), uma crecien- CINTA Informa, 2012); 53, 2018; Aiassa et al., 2014; Bernardi et al., 2015; Gentile et al., 2012: Gilles et al., 2015; Lantieri et al., 2011; Mafas et al. F Simoniello et al., 2008; M. F. M. F. Simonfello et al., 2010; Verzetiassi & ‘Vallini, 2019); contaminacién del agua, los suelos (V. C. Aparicio et al., 2013; Lupi et al., 2015) y los alimentos con agrotéxicos (Meggion! ct al, 2018); el aumento en el decempleo rural, la destruccién de la agri- cultura familiar y Ia concentracién de la tierra (S. Aparicio, 2005; Giarraca & Teub- al, 2005); la pérdida de Ja soberanfa ali- mentaria (GRR, 2003; CALISAS, 2018). Segiin Pavone (2012), la bioeconomia es mucho més que un término descriptivo y se trata de un proyecto politico, enmarcado en el neoliberalismo (Birch, 2006; Birch, Levidew, & Papaioannou, 2010)**, La bioe- conoméa funciona, per un lade, como un marco interpretative y una narrativa sobre la relacién entre Ie sociedad, le naturale- zay el mercado (Pavone, 2012; Morrison, 2012). Desde esta narrativa, la naturaleza ya no es concebida simplemente como un ‘conjunto de recursos naturales y biolégicos aptos para la explotacién, sino que es inte- grada en los procesos productivos mismos como un medio de preduccién en si misma (Pavone 2012). Por otro lado, la bisesono- mia funciona como un programa de polit cas pitdlicas que favorece el desarrollo y el crecimiento de la industria biotecnolégica. Estas politicas apuntan directamente a las necesidades financieras (sistemas imposi Hivos favorables, subsidies, ets.), regule- torias (leyes, normativas, ete.) y clentifi- cas (estimulos al interés de la comunidad cientifica, convenios de transferencia, etc.) de la industria biotecnolégica y aspiran a crear nuevas configuraciones normativas y sososéenics fvoraleg sla A pesar de que la biseconoiiiales/ail] zaciones de la sociedad civil. Este se debe, entre otras cosas, a una tendencia global que ya Habermas (1970) habia identificado y caracterizado come “cientifizacién’ de la politica, le cual se ve agudizada en el con- 2012). Parthasarathy (2010) define este fe- némene como la “barrera de la pericia (0 ‘expertise’)” . Por ejemplo, en los proce- sos de desarrollo de politicas regulatorias orientadas a la innovacién ~fundaments- les para la bioeconomie-, generalmente a aprobacién o prohibicién de una nueva tecnologia y las normatives que regulan su ‘usp 0 basan exclusivaments en los lama- dor “andlisis de riesgo”. En general estos estudios son producidos por cientificos 0 “expertos” elegides a dedo por gobernan- tes de turno, que no se publican ni pasan por ninguna revisién de pares y suelen Megar a conclusiones apresuradas bajo la presion de los tiempos politicos -Io que Je- sanoff (1990) denomina “clencla regulato- En este contexto, las poblaciones afoc- tadas por la biotecnificacién de Ia agricul- tura han encontrado enormes obstéculos al visibilizar sus efectos perjudiciales, no re- conocidos por la ciencia regulatoria y, por ende, no tomados en cuentas por los mar- cos regulatorios. En general, la respuesta gubernamental -a pesar de la vigencia de princlpios precautorios- ha sido el pedido de “demostrar cientificamente” los cfectes que denuncian, es decir contraponer “otros datos cientificos” a las conclusiones de Ta ciencia regulatoria. ia (dentro de las cuales, obviamente, se incluye ponerla en cuestién). En esta biis- queda muy comtinmente buscan articular con cientifices, investigadores y trabaja- dores de la salud. Seguin Frickel (Fricke, 2011; Frickel, Torcasso, & Anderson, 2015; Frickel, Torcasso, & Annika, 2013), estos “expertes” que se involucran en conflictos sociales generalmente no actiian de mode individual, sino que se movilizan en redes (aunque estas no sean siempre “visitles”), A través de estas redes se conectan entre si y con los movimientos sociales. EEDSNAESISEETS Pare ectore- tomé un concepto del campo de los estudios de los movimientos sociales: el concepto de elaborado por Tilly (1986, 1992), definido como ti] compartidas y desplegadas a través de un proceso de toma de decisién relativamente fonsciente. Los repertorios son creacioaes culturales aprondidas que curgen de la Is cha (Tilly, 1995, p. 28). Las movimientos sociales no inventan nuevas formas de ac- tuar cada vez, sino que hacen una seleccién dentro de un repertorio disponible en un momento y luger especifico. Se produgen| cambios en los repertorios, pero muy gra- dualmente, dado que estan arraigados en cambios sociales, politicos y procesos evo- némicos m&s amplios!”. Auycro, por ejem: plo, analizé loo cambios en los repertorios Ge protesta en la Argentina de los noventa (Auyero, 2002b, 2002a). En esta misma li- nea, considero interesante explorar el tipo de aueves y/o viejos repertorios de protes- ‘ta que se ponen en juego en las resistencias a la expansién de la bioeconomia agreria en Argentina en el marco de un nuevo “ci- do de protestas ambientales" en América Latine durante la década del 2000 (Mer linsky, 2013; Svampa & Visle, 2024). ‘Argentina: los luchas contralos agrotéxicos (2001-2013) 45 viene” Pavone 2012: 1) "yar aproechar todos os ‘enefclosdelabinecan0- sia c neces poner et marcha plitica orontadas hrcala basqueda de estl- talos(...)demazeratalde ‘esabicerlascondicimes ‘esrucaralesrequerlas para seceritosos en este propesi- tw’ (©CDE, 2309 * segun eta endenc, Iara uns crecinte orienta bierno municipal y las Madres encontraron en el Subsecretario de Salud a un aliado, 1 abrié un nuevo centro de atencién primaria de la salud en el barrio (UPAS 20), bajo la coordinacién del médico clinico Mario Car- pio quien se solidarizé con las Madres. El médico y las madres comenzaron un nuevo Ciencia Digna | Améiice Letine. VI NI 2020 estudio epidemiolgico para cuestionar los racultados del Ultimo estudio epidemialé- gico publicado por el Ministerio de Salud (realizado por el equipo de la Universidad Nacional de Cérdoba). Este fue el tercer intento de las Madres de producir “evi- dencia” sobre sus padecimientos, en este caso se tratd de un estudio epidemiologic evade a cabo conjuntamente con un mé- dico -un ejemplo de lo que Brown (1987) denomin ‘epidemiclogia popula: Madres denunciaron haber recibide ame- nazas durante la realizacién de Ia encuesta. E informe donde publicaron los resultados unos meses después conclufa con estas pa- labras: Las Nuestro barrio de baja condicién social debe soportar multiples factores de degra- decién y de contaminacién ambiental que afecta de forma directa ol pleno goce y el gjercicio do los derachos humanoz. Fs un icono de la problemética ambiental de la mayoria de las ciudades y asentamiontos umanos que se encuentran en las zonas aledafas a cultives de soja [...]. Ese pais laboratorio forrajero encontré sus me- Jjores defensas en mecanismos sutiles de ‘ocultamiento y de invistbilidad, de alli que nuestre mayor esfuerzo sea siempre el de hacer visible lo invicibla, y en medio de la ssta obscena de las exportaciones récord y de la evasién de retenciones, exhibir sus consecuencias tragicas on el hambre y en las pérdidas de vida que el modelo provoca. [...] La fumigacién con glifosato, endosulfan, paraquat y otros venenos se hha convertido en la amenaza constante de muchos argentinos. ;Cémo afecta la tute- la del Estado pare sus ciudadanos, jrente 2 los nifios asecinados a cangre jria a lo largo da todos los pueblos de la Reptibli- ca?

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