Este documento resume los trastornos de ansiedad adaptativos y somatomorfos. Describe la ansiedad como una respuesta emocional básica que produce cambios en el sistema nervioso central, fisiológicos, cognitivos, conductuales y emocionales. Explica el trastorno de ansiedad generalizada, sus factores de riesgo y comorbilidad, así como los factores biológicos, psicosociales y cognitivos involucrados. Finalmente, cubre el diagnóstico diferencial y tratamiento de este trastorno.
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Este documento resume los trastornos de ansiedad adaptativos y somatomorfos. Describe la ansiedad como una respuesta emocional básica que produce cambios en el sistema nervioso central, fisiológicos, cognitivos, conductuales y emocionales. Explica el trastorno de ansiedad generalizada, sus factores de riesgo y comorbilidad, así como los factores biológicos, psicosociales y cognitivos involucrados. Finalmente, cubre el diagnóstico diferencial y tratamiento de este trastorno.
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Este documento resume los trastornos de ansiedad adaptativos y somatomorfos. Describe la ansiedad como una respuesta emocional básica que produce cambios en el sistema nervioso central, fisiológicos, cognitivos, conductuales y emocionales. Explica el trastorno de ansiedad generalizada, sus factores de riesgo y comorbilidad, así como los factores biológicos, psicosociales y cognitivos involucrados. Finalmente, cubre el diagnóstico diferencial y tratamiento de este trastorno.
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Resumen texto Ortuño. Lecciones de Psiquiatría.
Capitulo 8. Trastornos de la ansiedad adaptativos y somatomorfos.
Aspectos generales de los trastornos de ansiedad. La ansiedad es una respuesta emocional básica, dirigida a la adaptación ante situaciones nuevas, intensas o peligrosas. Este trastorno produce cambios a cinco niveles: -Sistema nervioso central: activación del sistema límbico y amígdala, y secundariamente del sistema nervioso autónomo o vegetativo. - Fisiológico: Aumento de la secreción de cortisol y catecolaminas (síndrome vegetativo: aumento de la tensión arterial, de las frecuencias cardíaca y respiratoria, sudor, etc.). – -Cognitivo: se focaliza la atención en el peligro o la amenaza. - Conductual: respuesta de lucha, de fuga o de bloqueo-inhibición. - Emocional: se acompaña de miedo o activación. Este trastorno de ansiedad conforma la patología psiquiátrica mas frecuente, y se presenta con más frecuencia en las mujeres. Suelen concurrir factores de diversa índole como factores biológicos, factores ´psicodinámicos, factores conductuales o de aprendizaje, factores genéticos. Podemos distinguir entre ansiedad fisiológica o normal y la patológica. Ansiedad fisiológica→ adecuada respuesta adaptativa ante el estímulo. La atención se focaliza en la situación amenazadora. Aumento del rendimiento. Se produce ante un estímulo ansiógeno. Ansiedad patológica→ desproporcionada en intensidad o duración para el estímulo. Se focaliza en la propia respuesta del individuo ante la amenaza más que en la amenaza en sí. No suele aumentar el rendimiento. Se puede presentar sin ningún desencadenante. Trastorno de ansiedad generalizada: Consiste en un estado persistente de ansiedad y de preocupación excesiva, no limitada a una circunstancia ambiental desencadenante y cuya duración supera los seis meses. La frecuencia de este trastorno varía según los criterios diagnósticos utilizados, podemos decir que su prevalencia a lo largo de la vida es de un 5%. Factores de riesgo→ los más reconocidos son: edad de inicio (antes de los 25 años en la mayoría de los casos), afecta al doble de mujeres que de varones, personas desempleadas por incapacidad laboral o jubilación anticipada, sujetos que han estado casados (separados, divorciados, viudos), historia familiar de TAG, situación de estrés ambiental coincidente en el tiempo, antecedentes de trauma emocional o físico recientes, rasgos de personalidad ansiosa y padecer una enfermedad médica concomitante. Comorbilidad→ entre las patologías psiquiátricas asociadas al TAG destaca la depresión mayor, que aparece en un 60% en estos pacientes. Le siguen el consumo perjudicial de alcohol (33%), trastorno de pánico (25%), fobia simple (21-55%) y la fobia social (15%.59%). El riesgo de suicidio en estos pacientes se multiplica por 30 respecto a la población general y están predispuestas al tabaquismo. Habitualmente se habla de tres tipos de factores que pueden encontrarse en el origen de la enfermedad: -Factores biológicos: entre los que se cuentan los genéticos, aunque no hay evidencia de la transmisión independiente del trastorno, sí que existe una cierta agregación familiar. -Factores psicosociales: se ha sugerido la influencia del tipo de educación en la infancia, de los acontecimientos vitales estresantes y de las relaciones familiares y laborales. -Factores cognitivos: la personalidad ansiosa se relaciona con los trastornos de ansiedad. Este tipo de personas presta más atención a detalles menores y tienen una percepción disminuida de su capacidad de afrontamiento de las dificultades. Así pues, podría decirse que, actuando sobre una predisposición genética, hay factores epigenéticos (psicosociales, educaciones, de personalidad y acontecimientos estresantes) que determinan las modificaciones neuroquímicas y neuroanatómicas que generan esta enfermedad. • Factores de mantenimiento: el trastorno se cronifica por la persistencia de los acontecimientos estresantes, pero fundamentalmente por la existencia de determinados estilos de afrontamiento y cognitivos, que fracasan en la resolución de la situación y mantienen la preocupación y ansiedad en el tiempo. Clínica→ La preocupación excesiva y difusa es el síntoma más característico de este trastorno. Es importante remarcar el carácter potencialmente real de la amenaza percibida por el sujeto, puesto que, aunque sea una reacción desproporcionada, pero no es delirante. Una vez desencadenados los síntomas, se hacen autónomos y, aunque desaparezca el factor desencadenante, se mantiene el estado de ansiedad. Diagnóstico→ El diagnóstico diferencial habría que realizarlo frente a tres grupos de enfermedades: Enfermedades médicas: -Endocrino-metabólica: trastornos de la función tiroides, paratifoidea, hipofisarios, suprarrenales, hipoglucemia, hiponatremia. -Cardiovascular: insuficiencia cardíaca congestiva, arritmias, miocardiopatías, prolapso mitral. -Respiratoria: enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), neumonía, asma, tromboembolismo pulmonar. -Inflamatoria: artritis reumatoide, lupus eritematoso, panarteritis nodosa, arteritis de la temporal. -Neurológicos: traumatismo craneoencefálico, cefalea, demencia, tumor, accidente cerebrovascular. -Otras: síndrome premenstrual, enfermedad digestiva, vestibular, anemia, uremia, porfiria, infección crónica. Enfermedades psiquiátricas -Fobia social: se produce ante estímulo social. -Trastorno por estrés postraumático: aparece tras la exposición a una situación marcadamente estresante, y presenta reviviscencias, pesadillas, etc. -Trastorno obsesivo-compulsivo: con rituales característicos de los que carece el TAG. -Trastorno de pánico: aparecen frecuentes crisis de pánico necesariamente, y predominan los síntomas de hiperactivación autonómica a diferencia del TAG en que lo hace la hipervigilancia; y existe una interpretación catastrófica de síntomas a diferencia del TAG donde predomina una preocupación poco concreta. -Trastorno depresivo: puede coexistir con el TAG, pero en este último los síntomas de ansiedad revisten mayor gravedad. Para diagnosticar trastorno depresivo, éste tiene que aparecer antes que el TAG. -Esquizofrenia: los pacientes psicóticos a veces sólo resaltan síntomas de ansiedad secundarios a sus síntomas psicóticos, por su baja introspección. Habría que explorar la presencia de delirios o trastornos de la sensopercepción. -Demencia: se deben explorar cuidadosamente las funciones superiores en pacientes ancianos con síntomas de ansiedad como motivo de consulta. Consumo de sustancias -Fármacos: simpaticomiméticos, corticoides, litio, anestésicos, anticolinérgicos, broncodilatadores, insulina, antidepresivos, antihipertensivos, hormona tiroidea, antihistamínicos, antiparkinsonianos. -Abuso: de cafeína, alcohol, anfetaminas, cocaína, fenciclidina, cannabis. -Abstinencia: de alcohol, opiáceos y sedantes. -Otras sustancias: intoxicaciones por CO2, CO, disolventes volátiles, metales pesados, insecticidas organofosforados. Tratamiento→ El tratamiento de 1era línea son los antidepresivos del tipo inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) durante un tiempo de 6-12 meses. Como 2da línea, se pueden utilizar antidepresivos duales (serotoninérgicos y noradrenéricos a la vez) como la venlafaxina y duloxetina. Es necesario complementar este tratamiento con ansiolíticos (benodiazepinas, pregabalina, gabapentino, etc.), pero intentando reducir el máximo su tiempo de uso, en el caso de benodiazepinas por su tolerancia y potencial adictivo. La psicoterapia suele retrasarse hasta pasadas ocho semanas de tratamiento con antidepresivos. Habitualmente, se realizan 6-12 sesiones de técnicas de relajación, terapia cognitivo-conductual, y aprendizaje de técnicas de afrontamiento. En caso de resistencia al tratamiento, es necesario reconsiderar la presencia de enfermedad médica. Una vez descartada esta posibilidad, existen varias opciones: • Aumentar la dosis de ISRS. • Potenciar el efecto de los ISRS añadiendo una benodiazepina al tratamiento, estabilizado del ánimo o pregabalina. • Potenciar el efecto de la psicoterapia con d-cicloserina, que parece potenciar el aprendizaje de la extinción del miedo. Capitulo 9. Reacción normal ante una situación estresante. Estas reacciones conllevan síntomas psíquicos y somáticos de ansiedad y depresión, asociados a los mecanismos psicológicos que reducen la respuesta inicial hasta un límite tolerable. La respuesta al estrés tiene tres componentes: • Respuesta emocional a la amenaza (temor o miedo) o a la pérdida (tristeza). • Respuesta somática a la amenaza (hiperactividad autonómica) o a la pérdida (reducción de la actividad física o cansancio). • Mecanismos psicológicos para disminuir la respuesta inicial de modo que el individuo pueda recuperar la situación previa de equilibrio y seguir funcionando con normalidad. Trastorno por Estrés Agudo Definición→ El TEA es una reacción de intenso miedo, desamparo y horror como consecuencia de un acontecimiento traumático en el que el sujeto va a peligrar su vida y su integridad física de forma inminente. La reacción ha de ser lo suficientemente intensa como para alterar su funcionamiento normal. Clínica→ Cualquier acontecimiento adverso exige una respuesta cognitiva y emocional. En el TEA, se trata de un suceso tan violento y/o inesperado que la respuesta es totalmente emocional, sin tiempo o capacidad para utilizar los estilos de afrontamiento necesarios. De hecho, la carga emocional es tan grande que la principal respuesta emocional, definitoria de este trastorno es el embotamiento emocional. Asociado a este embotamiento aparecen la desorientación, una falta de respuesta adecuada a los estímulos y reducción del campo de consciencia con estrechamiento de la atención (estado crepuscular). Es una auténtica situación de shock emocional. Diagnóstico diferencial→ el principal diagnostico diferencial es con alguna causa orgánica que altere la consciencia en los casos en que se sospeche un traumatismo craneoencefálico, así como la distinción de una reacción normal de estrés agudo, que no alterará la consciencia, los síntomas serán más leves y la evolución favorable desde el inicio. Evolución→ El TEA se produce a continuación del suceso traumático, y puede durar desde horas hasta semanas, aparecen en el primer mes tras el trauma, y causa un distrés e interferencias importantes. Lo más habitual es que la persona se recupere por completo, pero ocasionalmente puede permanecer con amnesia completa o parcial del suceso. Tratamiento→ La finalidad del tratamiento es disminuir el estrés agudo e intentar evitar un posible trastorno por estrés postraumático posterior. • Farmacoterapia: Las benzodiazepinas disminuyen la ansiedad y mejoran el insomnio pero se ha sugerido que pueden aumentar el riesgo de estrés postraumático posterior. Los antidepresios protegen mejor de un posterior estrés postraumático, además de que pueden mejorar los síntomas depresivos presentes. También se puede emplear betabloqueantes para frenar el condicionamiento aversivo, y eutimizantes como el ácido valproico para disminuir el fenómeno de kindling que ayuda a perpetuar la respuesta al estrés, y antagonistas de la hormona del estrés CRH. • Psicoterapia: La intervención psicológica precoz, como la terapia cognitivo- conductual, la psicoeducación y una psicoterapia de apoyo disminuyen la frecuencia de estrés postraumático posterior y de depresiones. Trastorno por estrés postraumático. Para que se produzca este cuadro es necesaria la presencia de un acontecimiento traumático y una vulnerabilidad personal que dependerá de factores biológicos y psicológicos. Clínica→ Los síntomas aparecen en los seis meses posteriores al acontecimiento traumático, aunque en algunos casos puede iniciarse pasados esos 6 meses (TEPT demorado). También suele haber un periodo de latencia entre el acontecimiento y el inicio de los síntomas, y su duración puede ser menor de tres meses (agudo) o mayor (crónico). Los síntomas se pueden clasificar en tres grupos: -Hiperactivación autonómica y psíquica: Se caracteriza por una ansiedad persistente e intensa, irritabilidad, dificultad de concentración, hipervigilancia, sentimientos de culpa, respuesta exagerada de sobresalto y dificultades para conciliar o mantener el sueño. -Distanciamiento emocional: Refleja las defensas persistentes de evitación y represión, evitando todo lo que le recuerda al acontecimiento, embotamiento afectivo, incapacidad para recordar, sensación de un futuro limitado y desapego de los demás, apatía y anhedonia. -Pensamientos intrusos: es la aparición de imágenes vividas del acontecimiento o similares (flash-backs) o pesadillas angustiosas. Diagnóstico diferencial→ Síndrome de abstinencia a sustancias depresoras del SNC, este presenta muchos síntomas similares al TEPT, como el insomnio, ansiedad, agitación, hiperactividad autonómica, temblor, náuseas, alteraciones de la sensopercepción, etc. Habrá que hacer un diagnóstico diferencial con un episodio depresivo, trastorno disociativo, etc. Evolución→ El cuadro puede persistir durante meses siguiendo un curso fluctuante, en algunos casos llega a cronificarse, ocasionando una incapacidad en algunos casos completa, y con una gran resistencia al tratamiento. La comorbilidad es muy elevada (60-80% de los casos), pudiendo en algunos casos como el abuso a sustancias o la ideación autolítica depresiva tener mayor trascendencia para el sujeto que el propio TEPT. Tratamiento→ Los objetivos son: reducir la intensidad de los síntomas, prevenir o tratar las enfermedades comórbidas relacionadas con el trauma, mejorar el funcionamiento adaptativo, restablecer una sensación psicológica de seguridad y confianza, y proteger contra la recaída. -Farmacológico: Los ISRS son el tratamiento de primera línea por su mejor tolerancia, y son eficaces también a largo plazo. Otros antidepresivos como los tricíclicos o los IMAO también pueden ser útiles. Las benzodiazepinas serían útiles para disminuir la ansiedad y mejorar el sueño, pero no como monoterapia. También existen tratamientos coadyudantes como un antipsicótico atípico, estabilizadores de ánimo, agonistas alfa-2- adrenérgicos y betabloqueantes. -Psicoterapia: Terapia cognitivo-conductual focalizada en el trauma con terapia de exposición, técnicas de manejo del estrés; ambas son más eficaces en terapia de apoyo, hipnosis, terapia psicodinámica, etc. Sin embargo, a largo plazo, la terapia cognitivo- conductual es más eficaz que el manejo del estrés. La psicoeducación y la psicoterapia de apoyo también son útiles inmediatamente luego del trauma.