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jueves, 6 de agosto de 2015

POSICIONES DEL CUERPO PARA ORAR


POSTURAS PARA LA ORACION.

¿CUAL SERIA LA POSICION CORPORAL CORRECTA PARA ORAR?

      Algunos miembros de iglesia bien intencionados han llegado a la conclusión de que


todas las oraciones en la iglesia deberían ser ofrecidas sobre nuestras rodillas.  Pero, de
acuerdo con las Escrituras, las oraciones son presentadas a Dios por su pueblo en diferentes
circunstancias y posturas físicas.
      1.  De rodillas. Hay muchos ejemplos de personas que oraron al Señor sobre sus
rodillas, sugiriendo que era una práctica común. Daniel oraba de rodillas tres veces al día
(Dan. 6:10), Esteban cayó sobre sus rodillas y oró antes de morir como un mártir (Hech.
7:60) y Pedro se arrodilló ante el cuerpo de Tabita para orar por ella antes que ella volviera
a la vida (Hech. 9:40; vea también Hech. 20:36; Efe. 3:14). Arrodillarse era un ritual que
expresaba el deseo del adorador de rendirse a Dios.
      2. De pie. Estar de pie ante el Señor en oración también era una práctica común; quizá
más común que arrodillarse. Uno de los casos más impactantes se encuentra en 2 Crónicas
20. Cuando Judá estaba enfrentando la posibilidad de un ataque militar, Josafat invitó al
pueblo a orar. Permaneció de pie en la asamblea en la casa del Señor y oró por la liberación
mientras "todo Judá estaba en pie delante de Jehová" (2 Crón. 20:13). También está el caso
de Ana (1 Sam. 1:26) y de Job (30:20).
      Los judíos acostumbraban a orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las
calles para mostrar su piedad. Jesús condenó el orgullo pero no la práctica de orar de
pie (Mat. 6:5). De hecho, la refrendó cuando dijo a sus discípulos: "Y cuando estén de pie
orando, perdonen lo que tengan contra otros, para que también su Padre del cielo les
perdone sus culpas" (Mat. 11:25, NBE). Permanecer de pie en la oración enfatiza la libertad
que tenemos de acercarnos a Dios (ver Ester 5:2). Esto significa que lo reconocemos como
Rey del universo y que es nuestro privilegio pedir su guía, bendiciones y favores.
      3. Sentado. La práctica de orar sentado no es frecuente en la Biblia, pero no totalmente
ausente. Un buen ejemplo es el rey David, quien "entró, y se sentó ante Yahvéh y dijo:..."
(2 Sam. 7:18, BJ). Ésta es la postura asumida por un individuo que busca instrucciones
del Señor o por medio de su profeta (por ejemplo: 2 Rey. 4:38; Eze. 8:1; 33:31), y que
está listo para servirlo.
      4. Acostado sobre la cama. También encontramos en la Biblia casos en que las
personas oran durante la noche en sus camas. Mientras están sobre su cama recuerdan al
Señor y meditan en él (Sal. 4:4; 63:6). Esta postura pone el énfasis en la oración como
una oportunidad para meditar en las bondades del Señor mientras buscamos su
ayuda.
      5. Postrado.  Cuando se postran, las personas colocan todo su cuerpo de manera
horizontal sobre el piso con su cara sobre él, generalmente con sus brazos extendidos. Una
de las rodillas permanece flexionada para facilitar la incorporación desde el suelo. La
postración con poca frecuencia está asociada con la oración en la Biblia (por ejemplo: 1
Rey. 1:47; Mar. 14:35), pero es fundamentalmente una expresión de tributo y sumisión
ante un superior (2 Sam. 14:4; 14:22; 1 Sam. 28:14). En contextos religiosos, ésta es una
postura de adoración (ver 2 Crón. 20:18). Intensifica la convicción de que Dios es la fuente
misma de la vida humana, el único que puede preservarla,
      Este breve repaso indica que, en la Biblia, no existe una postura particular
requerida para que oren los adoradores. Las posturas son importantes sólo en el sentido
de que son la expresión externa de la reverencia, los sentimientos íntimos y el compromiso
ante el Señor.
 Por tanto, encontramos en las Escrituras una diversidad de opciones y posibilidades. Todo
intento de seleccionar una como superior e indispensable por sobre las demás no tiene
apoyo bíblico.
6. Golpeando el pecho (Lucas 18:13)
13 
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se
golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.

7. Mirando hacia arriba (Juan 17:1)


Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado;
glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;
Pero en vez de preocuparse por posiciones externas, es mejor que recordemos que la Biblia
enfatiza la postura del corazón.
Si estas parado, sentado o acostado, lo importante es si tu corazón está postrado en
sumisión al señorío de Cristo.
https://iglesiahosannarabbah.blogspot.com/2015/08/posiciones-del-cuerpo-para-orar.html

ORACIÓN DE RODILLAS: ¿La manera correcta de orar? –Parte 2


¿Hay un mandamiento específico en la Biblia de orar de rodillas?
Respuesta: NO. No existe como un mandamiento.
En la Biblia NO encontramos mandamiento de orar en ninguna posición especial.
Hay muchas instrucciones en cuanto a la oración, pero no hay ningún mandamiento con
respecto a la posición del cuerpo. De hecho encontramos ejemplos de individuos que oraron
en varias diferentes posiciones:
1. DE RODILLAS
Hay muchos ejemplos de personas que oraron al Señor sobre sus rodillas, sugiriendo que
era una práctica común. Daniel oraba de rodillas tres veces al día (Dan. 6:10), Esteban cayó
sobre sus rodillas y oró antes de morir como un mártir (Hech. 7:60) y Pedro se arrodilló
ante el cuerpo de Tabita para orar por ella antes que ella volviera a la vida (Hech. 9:40; vea
también Hech. 20:36; Efe. 3:14). Arrodillarse era un ritual que expresaba el deseo del
adorador de rendirse a Dios.
2. SENTADO
La práctica de orar sentado no es frecuente en la Biblia, pero no está ausente. Un buen
ejemplo es el rey David, quien “entró, y se sentó ante Jehová y dijo:…” (2 Sam. 7:18, BJ).
Ésta es la postura asumida por un individuo que busca instrucciones del Señor o por medio
de su profeta (por ejemplo: 2 Rey. 4:38; Eze. 8:1; 33:31), y que está listo para servirlo.
Mateo 26:20, 26, 27, “se sentó a la mesa … tomó el pan, y bendijo … tomando la copa y
habiendo dado gracias …” En esta ocasión Cristo oró y estuvo sentado a la mesa.
Es bíblico, pues, orar sentado, porque Cristo mismo lo hizo. Si es bíblico, entonces es
espiri¬tual, y si algo es bíblico y espiritual, es comple¬tamente aceptable delante de Dios.
Así que ninguna doctrina debe formular un dogma (ley) que afirme que cierta posición o
postura del cuerpo es “más espiritual” que otra. La Biblia desconoce tal idea o tal
pensamiento de que algo sea “más” o “menos” espiritual que otra cosa si las dos cosas son
bíblicas. Si alguna práctica en este sentido es bíblica, entonces es espiritual.
3. ESTANDO EN PIE
Estar de pie ante el Señor en oración también era una práctica común; quizá más común
que arrodillarse. Uno de los casos más impactantes se encuentra en 2 Crónicas 20. Cuando
Judá estaba enfrentando la posibilidad de un ataque militar, Josafat invitó al pueblo a orar.
Permaneció de pie en la asamblea en la casa del Señor y oró por la liberación mientras
“todo Judá estaba en pie delante de Jehová” (2 Cron. 20:13). También está el caso de Ana
(1 Sam. 1:26) y de Job (30:20).
De hecho, la refrendó cuando dijo a sus discípulos: “Y cuando estén de pie orando,
perdonen lo que tengan contra otros, para que también su Padre del cielo les perdone sus
culpas” (Mar. 11:25, NBE).
“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro
Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas” (Mar 11:25 R95)
La palabra griega para “esteis” es stékete (verbo indicativo presente activo 2ª persona
plural) y carga con la idea de “estar firmes” y según este contexto, estar de pie orando.
En Lucas 18:9-14 el publicano subió al templo (v. 10). En el v. 13, “estando lejos”oró.
Dice La Biblia de Las Américas, “de pie y a cierta distancia”. La misma expresión se halla
en Luc. 19:8, “Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor”.
La palabra griega es STATHEIS (viene del verbo ISTEMI). El publicano no oró a Dios
arrodillado, pero “descendió a su casa jus¬tificado” (18:14), porque era hombre muy
hu¬milde, contrito y deseoso de obtener el perdón de Dios.
Es lo que Dios busca (Sal. 51:17), y no la postura del cuerpo. El publicano hubiera sido
aceptado en cualquier postura porque era humilde, pero si nos arrodillamos delante de Dios
sin humillarnos, no nos acepta.
4. ACOSTADO SOBRE LA CAMA
También encontramos en la Biblia casos en que las personas oran durante la noche en sus
camas. Mientras están sobre su cama recuerdan al Señor y meditan en él (Sal. 4:4; 63:6).
Esta postura pone el énfasis en la oración como una oportunidad para meditar en las
bondades del Señor mientras buscamos su ayuda.
5. POSTRADO
Cuando se postran, las personas colocan todo su cuerpo de manera horizontal sobre el piso
con su cara sobre él, generalmente con sus brazos extendidos. Una de las rodillas
permanece flexionada para facilitar la incorporación desde el suelo. La postración con poca
frecuencia está asociada con la oración en la Biblia (por ejemplo: 1 Rey. 1:47; Mar. 14:35),
pero es fundamentalmente una expresión de tributo y sumisión ante un superior (2 Sam.
14:4; 14:22; 1 Sam. 28:14).
En contextos religiosos, ésta es una postura de adoración (ver 2 Crón. 20:18). Intensifica la
convicción de que Dios es la fuente misma de la vida humana, el único que puede
preservarla (por ejemplo: Núm. 16:45; Jos. 7:6; ver Sal. 95:6). No se convirtió en un
aspecto indispensable de la adoración en la iglesia cristiana porque Dios ya no se manifestó
más ni habitó permanentemente en un lugar particular sobre la tierra, sino que estaba
accesible por medio de su Hijo (ver Juan 4:21-24).
ESTE BREVE REPASO INDICA QUE, EN LA BIBLIA, NO EXISTE UNA POSTURA
PARTICULAR REQUERIDA PARA QUE OREN LOS ADORADORES. LAS
POSTURAS SON IMPORTANTES SÓLO EN EL SENTIDO DE QUE SON LA
EXPRESIÓN EXTERNA DE LA REVERENCIA, LOS SENTIMIENTOS ÍNTIMOS Y
EL COMPROMISO ANTE EL SEÑOR.
https://www.facebook.com/TeologiaLLDM/posts/417016198746306/

s posible que muchas veces nos hayamos preguntado por qué nuestras abuelas oraban de
rodillas, tanto en la iglesia como en casa. Postradas frente a la luz de la lamparilla y los
ahumados íconos de la pared, su oración se alzaba más allá de este mundo. Una oración
simple, sencilla, una verdadera letanía popular. ¿Qué le daba a esa oración su rasgo
característico? Precisamente el hecho de que era repetida estando de rodillas, con el
corazón compungido.
La abuela nunca oyó hablar del término griego “metanoia” o de las prácticas hesicastas y
las corrientes filocálicas. Sin embargo, sabía bien una cosa: la oración no puede elevarse
sino estando de rodillas, en un profundo estado de piedad y humildad, de paz y
reconciliación con Dios. Para nuestras abuelas, arrodillarse no era un esfuerzo, sino un
enorme privilegio.
Arrodillarse para orar es un rasgo caractarístico del cristianismo. Los judíos
contemporáneos a nuestro Señor Jesucristo solían orar de pie en la sinagoga o en la esquina
de la calle, para demostrar su piedad. Por el contrario, nuestro Señor se arrodilló para orar
en el Jardín de Getsemaní y también Su Santísima Madre lo hizo junto a la Cruz. San
Esteban cayó de rodillas antes de morir como mártir (Hechos 7, 60), en tanto que el Apóstol
Pedro se arrodilló junto al cuerpo de Tabita y “orando, la hizo volver a la vida”. (Hechos
9, 40). Estos son ejemplos divinos y argumentos históricos a favor de la oración hecha de
rodillas. Sin embargo, más allá de ser una práctica histórica, el arrodilllamiento se halla
vinculado a nuestro estado de espíritu. Muchas veces, todos sentimos la necesidad de
postrarnos de rodillas. Algo, una fuerza desconocida, un misterio y un prodigio nos hacen
caer de rodillas.
En una sociedad que nos alimenta con una variopinta gama de conceptos psico-sociales
como “Tú decides”, “Debes ser el más fuerte”, “Piensa libre” o “We love to entertain
you”, el hombre contemporáneo ha perdido todo el estímulo y la necesidad interior para
postrarse de rodillas. Sin embargo, esa llama no se ha extinguido completamente. Queda
una brasa, una pequeña ascua, una chispa santa en cada uno. Aunque somos más o menos
conscientes de esto, ella sige titilando, por mucho que nos empeñemos en apagarla. Dios
sabe en qué momento esa chispa volverá a encenderse en una fuerte llamarada.
Un buen ejemplo, a propósito de todo esto, nos lo da el relato de una actríz norteamericana,
un alma que, luego de buscar mucho, encontró la paz postrándose de rodillas junto al muro
de un monasterio ortodoxo. Mary McCann era una estrella en Broadway, un joven talento
en pleno ascenso. Tenía espectáculos, fama, dinero y una vida de vedette. El cambio
ocurrió cuando conoció a un grupo de teatro de Rumanía. Inmediatamente se sintió
fascinada por aquellas personas que, a pesar de venir de la pobre Europa del Este, tenían
algo especial, una luz en los ojos. “¿Qué tienen ellos que no tenga yo?”, se preguntó. La
respuesta fue simple: “¡Ven y verás!”, tal como nuestro Señor Jesucristo le dijo a San
Andrés, al llamarlo al apostolado.
Casi sin darse cuenta, un día se vio abordando un avión hacia Bucarest. Ciertamente, le
gustó la ciudad, pero encontró que no tenía nada distinto a las demás ciudades que había
visitado antes. Esto, “hasta que llegué al mundo de los monasterios de Moldova y
Bucovina. Sumida en un profundo silencio, a la sombra del Monasterio Varatec, mis
rodillas se doblaron instintivamente y me vi arrodillada sobre aquella bendita tierra.
Gruesas lágrimas comenzaron a resbalarme por el rostro. Todo comenzó a transformarse
en mi interior. Frente a aquel antiquísimo ícono de la Madre del Señor derramé todas las
lágrimas que había acumulado desde hacía muchos años. Nunca antes había llorado. ¡De
hecho, no sabía que podía llorar! Sentía como si mi pecho se abriera intentando entender
algo... Mi corazón había superado sus límites, desbordándose hacia afuera…” (Actorii şi
credinţa, Editorial Lumea Credinţei, Bucarest, 2013, págs. 119-123).
Era una persona que nunca antes se había arrodillado. Una persona como cada uno de
nosotros, con procupaciones, necesidades, dudas y preguntas. Dice un santo
contemporáneo, San Nicolás Velimirovich, que la diferencia entre el ortodoxo balcánico y
el sofisticado hombre occidental es el hecho de que el primero sabe arrodillarse para orar.
Sabe que estar de rodillas, conversando con Dios, es una señal de humildad y contrición por
sus pecados, de reconocer sus propias imperfecciones. Arrodillándose, el hombre reconoce
su estado de pecador, su indignidad. Luego, levantándose, deja atrás esa vieja forma de
vida, para entrar a una completamente nueva. Arrodillándose, el hombre desciende
voluntariamente al polvo del que fuera hecho, entregando su vida a las manos de Dios. Esto
nos lo muestra también San Isaac el Sirio, cuando dice que “cada vez que nos
arrodillamos, demostramos que aunque fuimos arrojados al barro por el pecado, el amor a
los hombres de nuestro Creador nos vuelve a llamar al Cielo”.
 https://doxologia.org/es/palabras-de-espiritualidad/por-que-oramos-de-rodillas

ORAR DE RODILLAS

 El creyente tiene entre sus deberes principales la oración, es decir, orar cada día, con
perseverancia, sin cansarse.

El que ora a Dios ¿en qué posición debe mantener su cuerpo?


Hay algunos comportamientos que los hombres deben tener para guardarse respeto
recíprocamente. Para entender mejor voy a poner algunos ejemplos prácticos: cuando
saludamos a alguien dandole la mano tenemos que ponernos de pie si estamos sentados;
algunos se quitan el sombrero al saludar, en especial cuando saludan a las personas
consideradas de alto rango, dignas de respeto; cuando los miembros de la corte entran en la
sala del tribunal se pide específicamente a los presentes para ponerse de pie; los que han
estado o que están en las fuerzas armadas y los que trabajan en la Policía cuando están en
presencia de los superiores deben tomar ciertas actitudes, como el saludo a la visera,
ponerse firme, nunca poner las manos en los bolsillos, etc.. Podría enumerar muchas más de
tales cosas, y el lector mismo puede recordar sus experiencias como las que hemos
enumerado.
Las acitudes anteriormente mencionadas tienen la intención de comunicar un mensaje a los
demás, sobre todo el respeto y el honor que es justo a homenajearles. Las escrituras
también confirman que es justo honorar a ciertas personas, de hecho dice: “Pagad a todos
lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto,
respeto; al que honra, honra.” (Romanos 13:7)
Ahora, si estamos naturalmente inclinados a comunicar también con las actitudes de
nuestro cuerpo el respeto, la estima y el honor a los hombres, que son hoy y mañana ya no
serán, más nos debemos comunicar también con nuestro cuerpo el respeto y la devoción
cuando vamos en oración a la presencia de Dios.
Así que, ¿cuál es la posición del cuerpo que el creyente debe tomar cuando ora a Dios, para
otorgarLes el honor y el respeto que se merece?
La Palabra de Dios nos enseña también en esto, de hecho, los fieles en Cristo han de ser
imitadores de Cristo Jesús primero y luego también de los apóstoles y de todos los hombres
de Dios mencionados por las Sagradas Escrituras, que nos dicen cual era su posición del
cuerpo en la oración.
Leemos en la Palabra de Dios:
“Y él (Jesús) se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de
rodillas oró,” (Lucas 22:41)
“Y (Esteban) puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este
pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.” (Hechos 7:60)
“Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo,
dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.” (Hechos
9:40)
“Cuando hubo dicho estas cosas, (Pablo) se puso de rodillas, y oró con todos ellos.”
(Hechos 20:36)
“Cumplidos aquellos días, salimos, acompañándonos todos, con sus mujeres e hijos,
hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa, oramos.” (Hechos 21:5)
“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios
3:14)
Leemos que Jesús, Esteban, los apóstoles Pedro y Pablo solían orar de rodillas.
También Elías y Daniel, siervos de Dios, oraban de rodillas, como en los pasos siguientes
muestra la Palabra de Dios:
“Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose
en tierra, puso su rostro entre las rodillas.” (1 Reyes 18:42)
“Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las
ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y
oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.” (Daniel 6:10)
Además, para confirmar la importancia que tiene para el Señor adorarle de rodillas, para
darle la justa gloria de la cual es digno, Dios anunció por el profeta Isaías (45:23), también
reportado por el apóstol Pablo, que vendrá el día en el que todos se arrodillarán ante Él para
darle gloria; sí, la gloria, la misma que debemos dar a Dios cuando Le ofrecemos nuestras
oraciones.
“Porque escrito está: “vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda
lengua confesará a Dios.” (Romanos 14:11) “para que en el nombre de Jesús se doble
toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;”
(Filipenses 2:10)
A partir del estudio de los pasajes citados veamos como la Palabra de Dios nos enseña
también la posición que debemos tener durante la oración; los profetas, Jesús y los
apóstoles oraron a Dios de rodillas, entonces, nosotros, hoy, debemos orar de rodillas, con
el rostro en tierra para honrar, alabar y glorificar a nuestro gran Dios, el cual es bendito por
siempre. ¡Aleluya!
Muchos creyentes, al contrario de lo que está escrito en la Biblia, oran sentados o incluso
acostados o de pie; así hacen y enseñan a los demás, justificandose diciendo que es
suficiente doblar las rodillas de su corazón.
Vamos a tratar de pensar que tú podrías ir a tu director del trabajo hablandole acostado en
el sillon de su oficina; él, sin duda pensará que eres grosero y que le estás faltando el
respeto. Además, ¿cómo se puede hablar a alguien acerca de cosas particularmente
importantes estando acostado? Se trata de una cosa impropia que tampoco las personas más
irreverentes se atreven a hacer.
Recuerdo bien que yo también en mi ignorancia, hace mucho tiempo oraba a Dios acostado,
en la noche, con resultado decepcionante que terminaba para adormecerme durante la
oración, faltandoLe de respeto, y Él, a su vez, desaprobando tal modo de orar no me
concedía su bendición y yo no podía sentir su presencia.
La posición sentada puede estar bien para aquellas personas que tienen discapacidades
físicas, que son mayores, o en momentos particulares como la acción de gracias y la
bendición de la comida. Quiero decir con esto que puede ser aceptable, pero la forma más
conveniente de orar siempre permanece de rodillas.
La oración mientras se está sentado no se puede absolutamente practicar en los servicios de
adoración, en las reuniones de oración, en su propio aposento en la soledad; estas
oraciones, se deben hacer para alabar y adorar a Dios que es digno de recibir nuestra
alabanza y nuestra adoración con todo nuestro corazón y también con la participación de
todo nuestro cuerpo.
Recordemos siempre el primer gran mandamiento que dice:
“Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro
Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.”(Marcos 12:29-30)
Con respecto a las palabras “con todo tu corazón”, “con toda tu alma”, “con toda tu mente”
y “todas tus fuerzas”, ¿qué se debe entender si no todo el ser del hombre, incluyendo el
cuerpo?
Debemos aniquilar a nuestro cuerpo, no tenemos que satisfacer todos sus apetitos, hay que
someterle a nuestra voluntad y utilizarle como un instrumento de alabanza y gloria a Dios,
doblando las rodillas para elevar fervientes oraciones a nuestro Creador y Salvador.
Hay casos en los que se debe orar y no se puede hacerlo de rodillas, por ejemplo cuando
nos encontramos en lugares donde no hay espacio suficiente, en ese caso es conveniente
orar de pie.
A mí me pasó un caso en el que me encontré en las calles de la ciudad con algunos
hermanos y antes de marcharnos, sentíamos la necesidad de orar, entonces, a fin de no
despertar la curiosidad de la gente y para no lucir demasiado, oramos de pie.
Puede suceder a veces que tienes que orar de pie, esto no quita honra al Señor, pero sigue
siendo el hecho de que la oración para la adoración a Dios debe hacerse de rodillas; todos
los demás casos, deberán tenerse en cuenta como casos excepcionales, evaluando cada vez
lo que es conveniente para dar honra y gloria a Dios.
El libro de los Salmos se lee y se medita por los fieles para aprender a orar, y este libro nos
enseña, entre otras cosas, a orar de rodillas, de hecho está escrito:
“Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro
Hacedor.” (Salmo 95:6)
Hermanos, ¿se dan cuenta de que cuando oramos nos vamos a la presencia de Aquel que
hizo los cielos y la tierra?
Si entendemos esto me parece muy poco ponerse de rodillas ante el Señor que nos hizo para
adorarLe. La conciencia de entender Quién está delante de nosotros cuando oramos es una
manifestación de fe y de madurez espiritual.
Hay quien enseña que la oración a Dios debe ser espiritual, sólo con el corazón, dicen: “Es
suficiente doblar las rodillas del corazón.” Pero les pregunto ¿por qué ciertos servicios
también deben hacerse con el cuerpo, por ejemplo limpiar el lugar de culto? ¿Qué trastorno
pasaría si los creyentes se decidieran a alabar a Dios sólo con el corazón y se detendrían a
participar en todos aquellos trabajos que requieren la participación del cuerpo y no sólo del
corazón? Así que privarían a la Iglesia de los importantes servicios que permiten llevar a
cabo los servicios de adoración en la limpieza y en el orden. Es cierto que los ancianos y
los pastores comenzarían a predicar desde el púlpito y fuera del púlpito contra los creyentes
que no participan en las obras materiales requeridas por Dios a la iglesia, que son en
cualquier forma útiles para la Iglesia.
Dios, por medio de Sus siervos a través de Su Palabra nos ha enseñado que debemos amar
no sólo de palabra, sino de hecho y en verdad, fructificando abundantemente, sirviendo a
Dios con un corazón sincero, y también ofreciendo nuestros cuerpos en sacrificio
vivo (Romanos 12:1) y presentando los miembros de nuestro cuerpo como instrumentos de
justicia a Dios (Romanos 6:13).
Es importante dar gloria a Dios guardando su Palabra incluso con el cuerpo y no sólo con el
corazón, porque está escrito:
” …Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de
inmoralidad sexual; que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en
santificación y honor…” (1 Tesalonicenses 4:3-4).
En contra de la voluntad de Dios expresada en este pasaje, muchos creyentes no poseen su
propio cuerpo en santidad y honor como quiere el Señor, pero lo descubren y en el verano
lo llevan a la playa para tomar el sol; cosas en las que hay muy poco de honorable y santo.
Pero cuando se trata de doblar las rodillas del cuerpo en la oración, sin embargo, buscan
muchos subterfugios para no hacerlo. ¡Hermanos no debe ser así!
Debemos amar a Dios tanto con el corazón como con el cuerpo, haciendo morir las obras
de la carne y moderando la satisfacción de los deseos naturales que del cuerpo provienen,
porque nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo.
Podemos hacer otro razonamiento, siempre extraído de las Escrituras, leyendo el paso de la
batalla de Israel contra los amalecitas; la Palabra dice:
“Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él
bajaba su mano, prevalecía Amalec.” (Éxodo 17:11)
La mano de Moisés representaba la intensidad espiritual de la oración hecha por Moisés,
cuando se bajaba prevalecía Amalec, cuando la intensidad subía Israel ganaba.
Amados hermanos, bueno, ¿cómo es su mano hacia arriba o hacia abajo?
Creo que, a la luz de las Escrituras, orar de rodillas es como la mano de Moisés; si se ora de
rodillas la intensidad espiritual de la oración será alta, si se ora sentado la intensidad
espiritual (o la participación del corazón, si lo preferimos) será baja.
También es importante tener en cuenta la obra que hizo Jesús; Él salvó al hombre pecador
ofreciendo su cuerpo, no sólo ha obrado con el Espíritu, sino también con el cuerpo; Su
cuerpo fue crucificado y molido por nuestras transgresiones, y por cuya herida fuimos
sanados (1 Pedro 2:24).
Con respecto a arrodillarse para orar, hermanos, les confieso que inicialmente las rodillas
duelen, pero después, con el tiempo se acostumbran, se refuerzan y hacen los callos, y el
dolor desvanece, dando paso a las muchas bendiciones que Dios da a los que se humillan
delante de Él.
Algunos escribieron de Santiago, el hermano del Señor, que a fuerza de orar de rodillas
tenía callos gruesos y duros.
Hermanos, ¿diciendoles estas cosas quiero convertirme en su enemigo?
¿Les escribo estas cosas para que se alejen de la gracia de Dios o para que abunden en ella?
¿Tal vez estoy poniendo un yugo sobre ustedes demasiado pesado de llevar o un yugo
dictado por la carne?
¿Estoy tratando de halagarles para vaciar sus bolsas y así llenar las mías?
Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres? ¿O, más bien, trato de agradar a Dios y darle la
gloria y el honor que se le debe?
No, hermanos y hermanas, no es otro evangelio que les anuncio, sino es el antiguo
evangelio, las sendas antiguas, que, por desgracia, en estos tiempos se han extraviado,
siguiendo la corriente de este mundo, la abundancia material y los placeres de la vida; de
los que hoy los redimidos por Cristo se han convertido en amantes; y yo, con la fuerza y la
habilidad que Dios me da, trato de destar estos espíritus, como dice la Escritura:
“Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.”
Salvo por gracia por medio de la fe en Cristo Jesús, Giuseppe Piredda
Traducido por Enrico Maria Palumbo
https://justojuicio.wordpress.com/2014/05/11/orar-de-rodillas/

¿Cuál es la manera correcta de orar?

¿Es mejor orar de pie, sentado, de rodillas, o inclinado? ¿Deben estar mis manos abiertas,
cerradas o levantadas hacia Dios? ¿Deben estar cerrados mis ojos cuando oro? ¿Es mejor
orar en un templo o afuera en la naturaleza? ¿Debo orar por la mañana cuando me levanto,
o por la noche antes de ir a la cama? ¿Hay ciertas palabras que necesito decir en mi
oración? ¿Cómo comienzo mi oración? ¿Cuál es la manera correcta de cerrar una oración?
Estas preguntas, y otras, son preguntas comunes que nos hacemos acerca de la oración.
¿Cuál es la manera correcta de orar? ¿Acaso es importante alguna de las cosas
mencionadas?

Con mucha frecuencia, la oración es vista como una forma “fórmula mágica”. Algunos
creen que si tú no dices exactamente las cosas correctas, u oras en la posición correcta, Dios
no escuchará ni responderá nuestra oración. Esto es completamente anti-bíblico. Dios no
responde a nuestras oraciones basado en cuándo oramos, dónde estamos, qué posición
corporal adoptamos, o en qué orden decimos nuestras oraciones. Primera de Juan 5:14-15
nos dice, “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a
Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos,
sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”. Del mismo modo, Juan 14:13-
14 declara, “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, Yo lo haré”. De acuerdo a esto, y a
muchas otras Escrituras, Dios responde a las peticiones de oración basándose en si éstas se
piden de acuerdo a Su voluntad y en el Nombre de Jesús (para traer gloria a Jesucristo).

Así que, ¿cuál es la manera correcta de orar? Filipenses 4:6-7 nos dice, “Por nada estéis
afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego
con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará
vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. La manera correcta de orar es
derramar tu corazón ante Dios, siendo honesto y abierto con Dios, puesto que Él ya nos
conoce mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos. Debemos presentar nuestras
peticiones a Dios, pero teniendo en mente que Dios sabe lo que es mejor, y no nos
concederá una petición que no sea Su voluntad para nosotros. Expresemos nuestro amor,
gratitud, y adoración a Dios en oración sin preocuparnos por tener las palabras correctas
para expresarlo. Dios está más interesado en el contenido de nuestros corazones, que en la
elocuencia de nuestras palabras.

Lo más cerca que llega la Biblia de dar un “patrón” para la oración es el Padre Nuestro en
Mateo 6:9-13. Comprende por favor que el Padre Nuestro no es una oración que debemos
memorizar y recitarla a Dios. Es un ejemplo de las cosas que debe contener una oración –
adoración, confianza en Dios, peticiones, confesión y sumisión. Debemos orar por las cosas
de las que habla el Padre Nuestro, usando nuestras propias palabras y “adaptándolas” a
nuestra propia jornada con Dios. La manera correcta de orar es expresando lo que hay en
nuestro corazón a Dios. Sentado, de pie, o de rodillas; con las manos abiertas o cerradas;
ojos abiertos o cerrados; en un templo, en casa, o al aire libre; por la mañana o por la
noche; todas estas cosas son asuntos secundarios, sujetos a la preferencia personal,
convicción y conveniencia. El deseo de Dios es que la oración sea una conexión real y
personal entre Él y nosotros.

https://www.gotquestions.org/Espanol/manera-correcta-orar.html

James Sandoval  on 8 enero, 2018

¿Qué es la Oración Según la Biblia y Cómo Orar Correctamente?


¿Qué es la Oración a Dios según la Biblia? y ¿Cómo orar a Dios Correctamente?

He decidido hacer este Estudio Bíblico sobre la Oración porque hay muchas preguntas en


Internet acerca de ¿Que es la oración según la Biblia?, ¿Cómo orar a Dios
Correctamente?, ¿Cuál es la diferencia entre orar y rezar?.  Por esta
razón, responderemos todas estas preguntas de acuerdo a lo que dice la Palabra de Dios.
Lee También: 21 Ejemplos de Peticiones de Oración en la Biblia.

Tabla de Contenido [Ocultar]
 1 ¿Cuál es la Diferencia entre Rezar y Orar?
 2 ¿Qué es la Oración a Dios Según la Biblia?
 3 ¿Cómo orar a Dios Correctamente Según la Biblia?
o 3.1 Orar con Nuestras Propias Palabras

¿Cuál es la Diferencia entre Rezar y Orar?

Primeramente tiene que quedar claro que «rezar no es orar». Ya que el Significado


de «rezar» proviene del latín «recitare», el cual que significa «repetir». Esto consiste en
la repetición de ciertos tipos de oraciones que han sido establecidas por otras personas y no
son con palabras propias. Por lo tanto, el Señor Jesucristo se refiere a este acto como
palabrerías vanas y sin sentido, las cuales Dios no escucha (Mt 6:7-8). Pues no tiene
sentido dirigirse al Dios Altísimo repitiendo algo leído o memorizado.
«Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su
palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre
sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis» (Mt 6:7-8).
La Oración es una acción sincera y voluntaria de comunicación con Dios. La cual,
expresamos con nuestras propias palabras buscando el favor de Dios. La Verdadera
Oración que le agrada a Dios es la que se hace con reverencia (Lc 11:2), con un corazón
contrito y humillado que busca hallarlo de verdad (Jr 29:13).
Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me
hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón (Jr 29:12-13).

¿Qué es la Oración a Dios Según la Biblia?

La oración es comunicación e intimidad con nuestro Padre Celestial. Ya sea para


buscar su consejo (Ex 33:13; Sal 86:11), por una petición (Jue 3:9; 2 Sa 22:7; Jr 15:15) o
para darle gracias (Fil 4:6; Da 6:10; Col 3:17).
La oración es fuente de poder para el creyente, como lo vemos plasmado en la Biblia,
nuestro mayor ejemplo El Señor Jesús, buscaba siempre el rostro de Dios en oración muy
temprano en la mañana y luego fortalecido con su presencia sano enfermos, resucitó
muertos e hizo muchos milagros.

 Como lo vemos, incluso cuando ora por Lázaro, da gracias al Padre por la resurrección de
Lazaro antes de que este resucitare, diciendo: «Padre, gracias te doy por haberme
oído» (Jn 11:41). Mostrando así como la oración va acompañada de la fe. También enseña
como por medio de la oración venció tentaciones e incluso se fortaleció ante la que
sería la prueba más difícil (Lc 22:41-44), subir a una cruz para salvar a una
humanidad de todos sus pecados, dando su vida por el rescate de otros (1 Pe 3:18; 1 Jn
3:16). Incluso una vez allí, sangrando y con clavos en sus manos, mientras recibía burlas,
insultos y desprecio, oraba por ese mismo mundo que lo escupió, le azotó, le humilló, lo
golpeo y prefirió salvar la vida de un ladrón y no la del Único Hombre Justo que ha
pisado esta tierra (Lc 23:34).

¿Cómo orar a Dios Correctamente Según la Biblia?


A lo mejor eres una de esas personas que dice ¿Quiero aprender a orar?, pero no sé cómo
empiezo. Pues la respuesta es: «La Biblia es la única herramienta que nos enseña cómo
aprender a orar a Dios correctamente». Al leerla con frecuencia, podemos encontrar
nuestra guía espiritual en las Escrituras (Sal 119:105). Debido a que en ella encontramos
muchos ejemplos de oraciones que nos enseñan, cómo pedir a Dios conforme su
voluntad.
Hoy en día muchas personas buscan ayuda en oraciones escritas para aprender a orar. Los
primeros discípulos ante esta situación de ¿Cómo orar a Dios?, le dijeron a
Jesús: «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11:1).
Jesucristo nuestro mayor ejemplo, nos dio un modelo de oración, el cual no es para repetir,
sino para enseñarnos a orar correctamente. Y les dijo:
Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos (Lc 11:2).
El Señor Jesús en las oraciones que registran los evangelios nos muestra que siempre se
dirigía a Dios como su Padre (Mt 11:25, 26:39 Jn 11:41, 12:27-28, 17:1-2, Lc
23:4), enseñándonos así, que podemos acercarnos de una manera más íntima a Dios.
En el antiguo testamento nadie se atrevió a llamar a Dios «Padre». Solo Cristo hizo esto, el
Unigénito de las Escrituras. De tal manera que ahora nosotros, recibiéndolo como nuestro
Señor y creyendo en Él, somos adoptados como hijos de Dios (Jn 1:12).
Santificado sea tu nombre (Lc 11:2).
Santificar el nombre de Dios es considerarlo Santo, Sagrado, de altísimo estima y
respeto. Como lo vemos una y otra vez en la escritura. Los salmos nos enseñan la forma de
como honrar y glorificar el nombre del Señor (Sal 33:41, 48:10, 71:22, 97:12).
Venga tu reino (Lc 11:2).
Cuando Jesús dijo la frase «Venga tu Reino» a los discípulos, hacía referencia al reino
espiritual de Dios. Debido que Judíos pensaban que el Mesías restauraría el reino físico de
Israel y los liberaría del yugo romano (Hch 1:6). El reino de los cielos esta entre los
hombres desde el día que el Hijo de Dios se hizo como uno de nosotros, para morir en una
cruz y reconciliarnos con Dios (Is 9:11; Lc 17:20-21; Mt 4:17). Y será completado cuando
la maldad sea destruida y Él establezca nuevos cielos y tierra (Ap 21:1).
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra (Lc 11:2).
Cuando oramos y decimos que se «Haga su Voluntad», estamos pidiendo a Dios que sus
propósitos se cumplan en este mundo como en el más allá. La Biblia nos enseña que la
voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Ro 12:2). Aunque muchas veces nosotros
no la podamos entender. La Escritura dice: «Sus caminos son más altos que nuestros
caminos y sus pensamientos son mejores que nuestros» (Is 55:8-9).
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy (Lc 11:3).
Esta palabra hace que reconozcamos que Dios no solo es nuestro sustentador y proveedor
material (Mt 17:24-27; Lc 5:5-6), sino también espiritual (Jn 6:51; 1 Co 1:5). Pero en
particular el Señor Jesús siempre enfatizaba en la importancia del alimento
espiritual. «Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna
permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre» (Jn
6:27).
Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que
nos deben (Lc 11:4).
Nuestra deuda con Dios, era el pecado, como lo expresa Romanos 3:23 «por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios». La Biblia nos enseña que también
debemos perdonar a quienes nos ofenden para que también seamos perdonados por Dios
(Mt 6:14-15). Al perdonar las ofensas de otros, Dios quiere enseñarnos a limpiar nuestro
corazón de orgullo, rabia, rencor, odio, celo, envidia y todo tipo de mal, que a la larga nos
afecta a nosotros mismos. Uno de los ejemplos que encontramos en la Biblia es la oración
de Jesús cuando dijo «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23:34). Otro
ejemplo, fue la oración de Esteban mientras era apedreado, dijo: «Señor, no les tomes en
cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió» (Hch 7:60).
Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal (Lc 11:4).
Jesús no está sugiriendo con estas palabras que Dios es quien nos guía hacia la
tentación. Simplemente nos dice, que pidamos ser liberados de Satanás y sus
engaños. Todos los cristianos enfrentamos tentaciones y muchas se deben a los deseos de
la carne (Santiago 1:13-14). Algunas veces ocurre de una manera tan sutil que simplemente
no nos damos cuenta que está sucediendo. Dios nos ha prometido que no permitirá que
seamos tentados más de lo que podamos soportar (1 Co 10:13). Pero tenemos que pedirle
que nos ayude a reconocer la tentación y nos de fuerza para enfrentarla. Jesús en Mateo
26:41 nos enseña que la mejor manera de enfrentar la tentación es orando: «Velad y orad,
para que no entréis en tentación».
Lea También: Pedid y se os Dará, Buscad y Hallaréis, Llamad y se os Abrirá

Orar con Nuestras Propias Palabras

Por último, también se puede orar con palabras propias, dependiendo la necesidad de
cada persona. El Señor Jesús nos dejó un modelo de oración pero esto no impide que usted
derrame su corazón a Dios y le exprese lo que siente. La Biblia dice que el creyente tiene el
Espíritu de Dios que intercede por nosotros con gemidos indecibles, nos ayuda en nuestro
debilidad y pedir como conviene (Ro 8:26).
https://recursoscristianosweb.com/que-dice-la-biblia/que-es-la-oracion-y-como-orar-a-dios/

Todo lo que la Biblia nos dice sobre la oración


Como cristianos debe ser una prioridad cultivar nuestra relación con Dios, y una de las
mejores maneras para crecer en nuestro andar con Jesús es la oración. Ahora bien, ¿qué es
orar? ¿Cómo oramos?

¿Qué es orar?

A través de la Biblia vemos claramente que orar es hablar con Dios. Cuando oramos
abrimos nuestro corazón a Dios para contarle cómo nos sentimos. En Mateo 6:5-8, Jesús
habla sobre la oración y dice:
Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las
sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han
obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la
puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en
secreto, te recompensará. Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles,
porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como
ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.
Aquí vemos que la oración es entre nosotros y Dios, no para impresionar a los demás.
Nuestro corazón no tiene la actitud correcta si lo que buscamos es que los demás nos vean y
admiren nuestras palabras. Al orar, nuestro deseo más grande debe ser pasar tiempo con
Dios y hablarle desde lo más profundo de nuestro corazón.
Es cierto que nuestro Padre sabe de antemano lo que necesitamos, pero como a todo buen
padre, a él le encanta escuchar la voz de sus hijos. Vemos así que el énfasis de la oración
debe ser fortalecer nuestra relación con Dios, acercarnos a él, pasar tiempo en su presencia
y compartir con él lo que ocupa nuestro corazón. Oramos porque nuestra relación con Dios
es importante y vital.

¿Cómo oramos?

Puede que entendamos la importancia de la oración, pero muchas veces no tenemos claro
cómo debemos orar. La Biblia nos da ejemplos y ayuda. En el mismo capítulo del
evangelio de Mateo mencionado anteriormente (Mateo 6) encontramos "el Padre nuestro",
conocido como la oración modelo de Jesús. Mateo 6:9-13 dice:
Si tomamos esta oración como ejemplo, vemos que hay algunos elementos importantes que
deben formar parte de nuestra oración.

1. Comenzamos con una actitud de alabanza, adoración y humildad

Inicialmente debemos mostrar nuestra alabanza y adoración, reconocer la grandeza de Dios


y su santidad. Nuestra actitud debe ser humilde.

2. Expresamos nuestra confianza en Dios

Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. (v.10)


Luego nos sometemos a su voluntad y afirmamos que lo mejor que nos puede pasar es
que su reino se manifieste en nuestras vidas. Declaramos confianza total de que su reino
y su voluntad son lo mejor para nosotros porque donde se manifiesta el reino de Dios
suceden grandes cosas.

3. Presentamos nuestras peticiones


Pasamos a presentar nuestras peticiones, a pedir la provisión de Dios para el día. Él sabe
que durante el transcurso del día tendremos necesidades físicas y desea suplirlas.
Pueden interesarte estos versículos para orar: oraciones en la Biblia

4. Reconocemos la importancia del perdón

Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
(v.12)
Reconocemos nuestra necesidad de su perdón y su gracia. A la misma vez examinamos
nuestro corazón para saber si hemos estado dispuestos a perdonar y a ofrecer gracia a los
que nos han ofendido. Es momento de examinarnos. Sabemos que estamos agradecidos por
el perdón de Dios a nuestras vidas. ¿Está nuestro corazón suficientemente transformado
como para ofrecer el perdón a los que nos han ofendido?

5. Pedimos victoria sobre la tentación y el mal

Pedimos su ayuda y protección ante las tentaciones para que permanezcamos firmes en él y
no cedamos. Sabemos que él es el único que nos puede proteger y librar de las tentaciones y
de todos los ataques del maligno.

6. Volvemos a alabarle

Algunas versiones incluyen:


Porque tuyos son el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén.
Finalizamos con alabanza y adoración a Dios, reconociendo que solo él merece toda la
gloria y toda la honra, que la eternidad está en sus manos.
Aprende más sobre la oración del Padre nuestro.

¿Por qué debemos orar?

La oración nos acerca al Padre. Nos da la maravillosa oportunidad de abrir nuestros


corazones a él, contarle lo que ocupa nuestras mentes, pedirle su ayuda y su sabiduría.
Santiago 4:8 dice: "Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes." ¡Y esto es lo que
hacemos cuando oramos! Nos acercamos al Padre; sacamos tiempo para hablarle y
escucharle, para disfrutar de su presencia y compañía. Esta es la razón principal por la que
oramos. Hay otras razones por las que debemos orar, mira algunas de ellas a continuación.

1. Para que Dios sea glorificado

Dios espera que pidamos y que lo hagamos en el nombre de Jesús. No es pedir todo lo que
se nos antoje, sino pedir de acuerdo con su deseo para nosotros y para que él sea glorificado
en nuestras vidas.

2. Porque si pedimos, recibimos

Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que
pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Quién de ustedes, si su
hijo le pide pan, le da una piedra?
(Mateo 7:7-9)
Aquí vemos el corazón paternal de Dios. Él desea dar cosas buenas a sus hijos, pero
debemos pedir, buscar, llamar, cultivar nuestra relación con nuestro Padre y expresarle
nuestros anhelos.

3. Porque Jesús dio ejemplo

Vemos que Jesús, aun siendo Dios hombre, cultivó una vida de oración y clamor, pero
también tuvo "reverente sumisión". ¡Cuánto más debemos nosotros mostrar ese corazón
reverente y sumiso a través de nuestras oraciones y de nuestras conversaciones con el
Padre!
Aprende a orar e interceder con el ejemplo de Jesús

4. Para recibir su paz

No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus
peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)
¡Son tantas nuestras preocupaciones diarias! Podemos llevarlas ante Dios, entregárselas y
darle gracias porque no tenemos que enfrentar solos los problemas de la vida. Es en esa
actitud de total confianza en él que recibimos su paz, una paz incomprensible que muestra
el cuidado de nuestro Dios.

5. Para recibir sanidad física y espiritua

Podemos llevar ante Dios todo tipo de peticiones, incluidas las peticiones por salud y por el
perdón de pecados. Dios anhela tocarnos con sanidad física y sanidad espiritual. Somos
justos gracias a Jesús (2 Corintios 5:21) y por eso nuestra oración es eficaz y tiene poder.
Lo que la Biblia dice sobre la sanidad y el orar por los enfermos

6. Porque expresa confianza en la gracia y misericordia de Dios

Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar
la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.
(Hebreos 4:16)
Mientras más cultivemos nuestra relación con Dios más fácil será acercarnos a él con toda
confianza para hablarle y presentarle nuestras necesidades. También será cada vez más fácil
escucharle y recibir su misericordia, su gracia, su paz.

Debemos perseverar en la oración

Podemos orar en todo momento por todas las situaciones o personas que vengan a nuestra
mente. También debemos interceder por nuestros hermanos en la fe. Es importante pedir al
Espíritu Santo las palabras precisas para orar con sabiduría, de acuerdo con el corazón de
Dios.
No dudes en acercarte al Padre celestial con tus oraciones. Verás el gozo enorme que
sentirá tu corazón al fortalecer tu relación con él a través de la oración.
https://www.subiblia.com/todo-sobre-oracion-biblia/
La oración de rodillas en la Sagrada Escritura, la tradición cristiana y la liturgia

27 octubre, 2019
11631

(Antonio Serrano Santos) Hay quien opina y dice que” orar de rodillas es masoquista y que
a Dios no le gusta”. Si se refiere a algunos casos, en particular, de rutina y fanatismo, no
está mal dicho. Pero si es una afirmación general, para todo el que toma esa actitud, me
parece que ha olvidado, o no ha revisado, la Sagrada Escritura, la tradición cristiana y la
liturgia católica sobre este modo de orar, donde se muestra todo lo contrario. Y es mucho
asegurar que todos esos son masoquistas y desagradan a Dios. Luego expondremos algunos
de los muchísimos casos que aparecen en la Biblia, la tradición y la liturgia.
Una cosa es la actitud de temor servil, y otra, la actitud de temor filial. A Dios hay que
rezarle como hijos, como dice el Padre nuestro y, entonces, solo cabe un temor filial, es
decir, temer ofender a Dios porque se le quiere, y obedecerle en lo que sabemos que nos
manda porque El sabe lo que nos conviene.
Dicho esto, nuestra oración es como la conversación y trato con un padre. “ Orar, dice
Santa Teresa en el libro de su vida,es estar muchas veces, a solas, tratando amistosamente,
con quien sabemos nos ama”. “ Para amar; no es otro el fin de la oración”.
La liturgia prescribe dos formas o modos de hacer oración: de pie, como se hacía, y ahora
también, en la Iglesia Primitiva, con los brazoz abiertos, en alto; o de rodillas, en ciertos
momentos también litúrgicos. Tanto en la misa, como en otros actos de culto, se ora de
rodillas. Y no es, por eso, masoquismo ni humillación, ni desagrada a Dios, más bien todo
lo contrario. Es un acto de humildad, intenso y profundo que, en algunos momentos, el
cristiano realiza y necesita por la importancia de lo que adora y ama y cree, y por una gran
necesidad espiritual, a veces, urgente, personal o comunitaria. En ese modo de oración
vemos cómo Dios demuestra su grandeza infinita abajándose hasta nosotros que nos
sentimos pobres, totalmennte necesitados, siempre en peligro. Y no solo nos sentimos, es
que lo somos. Y en esa intimidad en que nos recogemos, en el silencio y la soledad, tantas
veces, ante el sagrario o en nuestra habitación, o en plena naturaleza, en pura fe, unas
veces, y con dulce sentimiento, otras, experimentamos la presencia y acción de Dios en
nuestro espíritu y hasta en nuestro pobre cuerpo.El siempre habla mucho más en el silencio
y la soledad que en medio del ruido del mundo. “ Le llevaré a la soledad y allí le hablaré al
corazón”, dice en boca del profeta.
Algunos ejemplos maravillosos : 1.- Al ciego de nacimiento, una vez curado, le dijo Jesús:
“ Crees tú en el hijo del Hombre?( Hijo de Dios)- ¿Quién es, Señor, para que crea en él?-
Responde.-El que habla contigo- dice Jesús- Creo, Señor.Y, cayendo de rodillas, lo adoró.
Jesús aceptó ese gesto. Le agradó. Su humildad, su fe, y gratitud. 2.- “…encontraron al
Niño y a su Madre, y, postrándose de rodillas, le ofrecieron oro, incienso y mirra”. 3.- “
Jesús, cayendo de rodillas, sobre su rostro, en tierra, exclamaba: Padre mío…Y entrando en
agonía, oraba más intensamente, hasta derramar sangre”. Parece que al orar de rodillas se
ora más intensamente, acerca más a Dios, nos hace sentirnos más hijos, hasta el extremo de
que el mismo Jesús, llega un momento en que no dice Padre, sino “Abba”, que tiene en
hebreo una traducción castellana parecida a nuestro “ papá” .4.- Filipenses, 2,10-12: …para
que, al nombre de Jesús, doble la rodilla cuanto hay en los cielos, en la tierra y en los
abismos…”
Hay otros muchos más casos en la Biblia de este orar de rodillas. Pero vamos a ver otros
fuera de ella. 5.- Al momento de la Consagración.6.- En el Viernes Santo, en la adoración
de la Cruz, todos se arrodillan, prescripción litúrgica. En el Credo, también, puede
arrodillarse al momento de decir: …se encarnó de María Virgen”. Y en la adoración y
exposición del Santísimo, en el “ Tantum, ergo, Sacramentum, veneremos cernui”.”
Cernui” se traduce por “ de rodillas”. En el himno del Corpus: “ De rodillas, Señor, ante el
sagrario, que guarda cuanto queda de amor y de unidad…”
Y hay en el canto popular y las costumbres cristianas, antiguas, ese cántico : “Cuando, de
rodillas, te contemplo, Jesús, veo tu grandeza y mi pequeñez…”Ante la Stma. Virgen,
como en Fátima, Lourdes. Versos como:” Pensamiento que al cielo subes y subes/mira bien
no te pierdas entre las nubes/ Pliega, pliega las alas ,amaina el vuelo/ mejor a Dios te elevas
cuando te humillas/ nunca es más grande el hombre que de rodillas”.
Hay personas que no pueden ponerse de rodillas, ni mucho ni poco.Fuera de lo que la
Iglesia, en su sabiduría de siglos, nos prescribe, cada uno ora como puede y quiere. Tanto
de rodillas como de pie. El valor de la oración está e el corazón, la humildad, el amor. Jesús
pone un ejemplo de oración. “ Subieron dos al templo a orar. Uno era fariseo y el otro,
publicano. El fariseo, puesto en pie…” sabemos lo que sigue, pero está claro que si estaba
de pie, el publicano estaba de rodillas. El fariseo, ante el altar, estaba seguro y satisfecho de
su modo de orar. Y decía que no era ni siquiera como “ ese publicano” y lo despreciaba, el
cual , al fondo del altar, de rodillas, se golpeaba el pecho, diciendo: “ ¡Oh, Dios, ten
compasión de este pecador”. Jesús, termina la parábola afirmando: Este salió justificado”.
Decir que” orar de rodillas es masoquista y no le gusta a Dios”, dicho con buena intención,
sin la malicia y orgullo despectivo del fariseo, es, repito, no haber revisado bien la Sagrada
Escritura, la tradición cristiana y la liturgia. Tarde o temprano, si no lo hace, puede caer en
la actitud del fariseo, porque orar de rodillas no es masoquista y le gusta a Dios muchísimo.
Es humildad, amor de hijo que necesita, muchas veces, acudir a su Padre, buscando fuerza,
consuelo, intimidad. Es la íntima amistad con Jesús, de la que todo depende; seguir su
ejemplo en esos momentos de oración intensa que nos saque de la tibieza, de la rutina y nos
prepara para aceptar el cáliz, ese cáliz que siempre nos espera en nuestra vida y que, de otro
modo, no podríamos. Porque de rodillas, orando intensamente, hasta sudar sangre, parece
que es así como pudo Jesús aceptar la voluntad del Padre el cáliz que siempre aceptó, y no
quería, incomprensiblemente para nosotros, en ese momento, aceptar.
https://www.alhaurindelatorre.com/la-oracion-de-rodillas-en-la-sagrada-escritura-la-
tradicion-cristiana-y-la-liturgia/

¿Hay que orar de rodillas?


Pregunta:
¿Hay mandamiento en la Biblia de orar de rodillas?
Respuesta:
¡¡NO! No existe tal mandamiento.
En la Biblia encontramos mandamiento de orar en ninguna posición especial. Hay muchas
instrucciones en cuanto a la oración, pero no hay ningún mandamiento con respecto a la
posición del cuerpo. Sí encontramos ejemplos de individuos que oraron en varias diferentes
posiciones:
(1) Con el rostro inclinado (Génesis 24:48; Exodo 12:27; II Crónicas 29:30).
(2) Levantando los ojos (Salmos 25:15; 121:1; 123:1; 141:8; 145:15; Juan
11:41; 17:1; Daniel 9:3; Hechos 7:55-59).
(3) Sentado (Lucas 22:14-19).
(4) Levantando las manos (Exodo 9:29; I Timoteo 2:8).
(5) Arrodillado (Mateo 17:14; Lucas 22:41; Hechos 7:60; 9:40; 10:36; 21:5; Efesios 3:14).
(6) Postrado (Mateo 26:39; Marcos 7:25; 14;35; Lucas 5:12; 17;16; Apocalipsis
1:17; 11:16).
(7) Postrado en tierra con el rostro entre las rodillas (I Reyes 18:42).
(8) Acostado en la cama con el rostro vuelto a la pared (Isaías 38:2).
(9) Parado (Génesis 18:22-33).
Si algunos exigen el arrodillarse en base a ejemplos bíblicos de lo mismo, otros pudieran
exigir el postrarse en la misma base, y todavía otros pudieran exigir el sentarse porque hay
también ejemplo de Cristo orando sentado. NO HAY BASE BÍBLICA PARA
ESTABLECER UNA SOLA POSICIÓN ACEPTABLE O MAS ACEPTABLE A DIOS.
No olvidemos que Dios mira el corazón del hombre, no su condición material (I Samuel
16:7). De mucha más importancia que la posición del cuerpo es: la actitud de uno hacia el
prójimo (Mateo 6:14,15); pedir con fe (Santiago 1:6); pedir conforme a la voluntad de Dios
(I Juan 5:14); pedir sin egoísmo (Santiago 4:3); la manera de tratar a la esposa (I Pedro
3:7); y la humildad (Lucas 18:9-14).
Yo sé que algunas personas señalan Filipenses 2:10 como base para exigir la oración de
rodillas. Pero este texto no habla de la oración sino LA CONFESIÓN QUE JESUCRISTO
ES EL SEÑOR (Filipenses 2:11). Además este texto está hablando del JUICIO FINAL
cuando todos los hombres incrédulos y rebeldes tendrán que humillarse y confesar a
Jesucristo obligadamente. Lea con cuidado Romanos 14:10-12 y verá que el día cuando "se
doblará toda rodilla" es el mismo día en el cual "todos compareceremos ante el tribunal de
Cristo". Filipenses 2:10 y Romanos 14:11 no tienen NADA que ver con la oración.
No es incorrecto arrodillarse para orar. Pero se puede decir lo mismo de orar en cualquier
posición física. Lo incorrecto (y que no se debe permitir) es EXIGIR que se arrodille.
https://www.preguntasbiblicas.net/%C2%BFhay-que-orar-de-rodillas

¿Doctrina Revelada? // La oración de rodillas


Uno de los principales actos cristianos es sin lugar a dudas la oración que es, explicada de
una forma sencilla, un don de Dios otorgado a los hombres para comunicarse con Él.
Dentro del conjunto de las doctrinas legalistas de la Luz del Mundo, ésta
obligatoriamente debe realizarse de rodillas, de otra forma, aseguran, Dios no escucha la
oración. Durante las décadas de existencia de ésta secta, la han proclamado como una
verdad “revelada” por Dios y la han practicado dentro de sus templos en sus reuniones.
Pero, ¿es bíblica ésta enseñanza?
Analicemos:

Argumentos bíblicos de LLDM:

Filipenses 2:10.
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra;
Para no variar, LLDM utiliza este versículo fuera de contexto. Este pasaje NO habla de la
oración sino LA CONFESIÓN QUE JESUCRISTO ES EL SEÑOR (Filipenses 2:11).
Además este texto está hablando del JUICIO FINAL cuando todos los hombres incrédulos
y rebeldes tendrán que humillarse y confesar a Jesucristo obligadamente. Si leemos con
cuidado Romanos 14:10-12 podemos ver que el día cuando “se doblará toda rodilla” es el
mismo día en el cual “todos compareceremos ante el tribunal de Cristo”. Filipenses
2:10 y Romanos 14:11 no tienen NADA que ver con la oración.
Mateo 6:5
Cuando ores no seáis como los hipócritas, que gustan orar de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres, Os aseguro que ya tienen su
recompensa.
Los judíos acostumbraban a orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles
para mostrar su piedad. Si analizamos el contexto completo del capítulo 6, podemos ver
que Jesús está condenando el orgullo de los fariseos al hacer obras delante de la gente
para ser vistos, pero no está condenando en lo absoluto la práctica de orar de pie.

¿Hay un mandamiento específico en la Biblia de orar de rodillas?

Respuesta: NO.
No existe como un mandamiento. En la Biblia NO encontramos mandamiento de orar
en ninguna posición especial. Hay muchas instrucciones en cuanto a la oración, pero no
hay ningún mandamiento con respecto a la posición del cuerpo. De hecho encontramos
ejemplos de individuos que oraron en varias diferentes posiciones:
1. De rodillas

Hay muchos ejemplos de personas que oraron al Señor sobre sus rodillas, sugiriendo que
era una práctica común. Daniel oraba de rodillas tres veces al día (Dan. 6:10), Esteban
cayó sobre sus rodillas y oró antes de morir como un mártir (Hech. 7:60) y Pedro se
arrodilló ante el cuerpo de Tabita para orar por ella antes que ella volviera a la vida (Hech.
9:40; vea también Hech. 20:36; Efe. 3:14). Arrodillarse era un ritual que expresaba
el deseo del adorador de rendirse a Dios.

2. Sentado

La práctica de orar sentado no es frecuente en la Biblia, pero no está ausente. Un buen


ejemplo es el rey David, quien “entró, y se sentó ante Jehová y dijo:…” (2 Sam. 7:18, BJ).
Ésta es la postura asumida por un individuo que busca instrucciones del Señor o por medio
de su profeta (por ejemplo: 2 Rey. 4:38; Eze. 8:1; 33:31), y que está listo para servirlo.
Mateo 26:20, 26, 27, “se sentó a la mesa … tomó el pan, y bendijo … tomando la copa y
habiendo dado gracias …” En esta ocasión Cristo oró y estuvo sentado a la mesa. Es
bíblico, pues, orar sentado, porque Cristo mismo lo hizo. Si es bíblico, entonces es espiri-
tual, y si algo es bíblico y espiritual, es completamente aceptable delante de Dios. Así
que ninguna doctrina debe formular un dogma (ley) que afirme que cierta posición o
postura del cuerpo es “más espiritual” que otra. La Biblia desconoce tal idea o tal
pensamiento de que algo sea “más” o “menos” espiritual que otra cosa si las dos
cosas son bíblicas. Si alguna práctica en este sentido es bíblica, entonces es espiritual.

3. Estando en pie

Estar de pie ante el Señor en oración también era una práctica común; quizá más común
que arrodillarse. Uno de los casos más impactantes se encuentra en 2 Crónicas 20. Cuando
Judá estaba enfrentando la posibilidad de un ataque militar, Josafat invitó al pueblo a orar.
Permaneció de pie en la asamblea en la casa del Señor y oró por la liberación
mientras “todo Judá estaba en pie delante de Jehová” (2 Cron. 20:13). También está el
caso de Ana (1 Sam. 1:26) y de Job (30:20).
De hecho, la refrendó cuando dijo a sus discípulos: “Y cuando estén de pie orando,
perdonen lo que tengan contra otros, para que también su Padre del cielo les perdone sus
culpas” (Mar. 11:25, NBE).
“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro
Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas” (Mar 11:25 R95)
La palabra griega para “esteis” es stékete (verbo indicativo presente activo 2ª persona
plural) y carga con la idea de “estar firmes” y según este contexto, estar de pie orando.
En Lucas 18:9-14 el publicano subió al templo (v. 10). En el v. 13, “estando lejos” oró.
Dice La Biblia de Las Américas, “de pie y a cierta distancia”. La misma expresión se halla
en Luc. 19:8, “Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor”. La palabra griega
es STATHEIS (viene del verbo ISTEMI). El publicano no oró a Dios arrodillado,
pero “descendió a su casa justificado” (18:14), porque era hombre muy humilde, contrito y
deseoso de obtener el perdón de Dios. Es lo que Dios busca (Sal. 51:17), y no la postura
del cuerpo. El publicano hubiera sido aceptado en cualquier postura porque era
humilde, pero si nos arrodillamos delante de Dios sin humillarnos, no nos acepta.

4. Acostado sobre la cama

También encontramos en la Biblia casos en que las personas oran durante la noche en sus
camas. Mientras están sobre su cama recuerdan al Señor y meditan en él (Sal. 4:4; 63:6).
Esta postura pone el énfasis en la oración como una oportunidad para meditar en las
bondades del Señor mientras buscamos su ayuda.

5. Postrado

Cuando se postran, las personas colocan todo su cuerpo de manera horizontal sobre el


piso con su cara sobre él, generalmente con sus brazos extendidos. Una de las rodillas
permanece flexionada para facilitar la incorporación desde el suelo. La postración con poca
frecuencia está asociada con la oración en la Biblia (por ejemplo: 1 Rey. 1:47; Mar. 14:35),
pero es fundamentalmente una expresión de tributo y sumisión ante un superior (2 Sam.
14:4; 14:22; 1 Sam. 28:14). En contextos religiosos, ésta es una postura de adoración (ver 2
Crón. 20:18). Intensifica la convicción de que Dios es la fuente misma de la vida humana,
el único que puede preservarla (por ejemplo: Núm. 16:45; Jos. 7:6; ver Sal. 95:6). No se
convirtió en un aspecto indispensable de la adoración en la iglesia cristiana porque
Dios ya no se manifestó más ni habitó permanentemente en un lugar particular sobre
la tierra, sino que estaba accesible por medio de su Hijo (ver Juan 4:21-24).

Este breve repaso indica que, en la Biblia, no existe una postura particular requerida
para que oren los adoradores. Las posturas son importantes sólo en el sentido de que
son la expresión externa de la reverencia, los sentimientos íntimos y el compromiso
ante el Señor.

Una postura no es lo suficientemente importante como para acompañar todas esas


experiencias. Por tanto, encontramos en las Escrituras una diversidad de opciones y
posibilidades. Todo intento de seleccionar una como superior e indispensable por sobre
las demás no tiene apoyo bíblico.

Una exigencia dogmática

Si algunos exigen el arrodillarse en base a ejemplos bíblicos de lo mismo, otros


pudieran exigir el postrarse en la misma base, y todavía otros pudieran exigir el sentarse
porque hay también ejemplo de Cristo orando sentado. NO HAY BASE BÍBLICA
PARA ESTABLECER UNA SOLA POSICIÓN ACEPTABLE O MAS ACEPTABLE A
DIOS. No olvidemos que Dios mira el corazón del hombre, no su condición material (1
Samuel 16:7).
De mucha más importancia que la posición del cuerpo es:

 La actitud de uno hacia el prójimo (Mateo 6:14,15)


 Pedir con fe (Santiago 1:6)
 Pedir conforme a la voluntad de Dios (I Juan 5:14)
 Pedir sin egoísmo (Santiago 4:3)
 La manera de tratar a la esposa (1a Pedro 3:7)
 La humildad (Lucas 18:9-14)
No es incorrecto arrodillarse para orar. Pero se puede decir lo mismo de orar en
cualquier posición física. Lo incorrecto (y que no se debe permitir) es EXIGIR que se
arrodille.
Por lo tanto, la Biblia tampoco es dogmática en cuanto a una postura para orar. Si
fuera así, todos nosotros hubiéramos orado siempre como los musulmanes, la forma
oriental semítica “más correcta” para orar. Sin embargo, reconocemos que cada
circunstancia es diferente y que ni la Biblia ni el Espíritu Santo son dogmáticos en
cuanto a una posición en particular.

Así que, ¿cuál es la manera correcta de orar?

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7
La manera correcta de orar es derramar tu corazón ante Dios. Ser honesto y abierto
con Dios, puesto que Él ya te conoce mejor de lo que te conoces a ti mismo.
La manera correcta de orar, es expresando lo que hay en tu corazón a Dios. Sentado, de
pie, o de rodillas; con las manos abiertas o cerradas; ojos abiertos o cerrados; en un templo,
en casa, o al aire libre; por la mañana o por la noche. Todas estas cosas son asuntos
secundarios, sujetos a la preferencia personal, convicción y conveniencia. El deseo de
Dios es que la oración sea una conexión real y personal entre Él y nosotros.

Conclusión

Después de haber leído estos versículos de la Biblia que son tan claros y contundentes en
cuanto a cómo se puede orar, es difícil no concluir este breve comentario sin aseverar
que una de las principales doctrinas legalistas de la Luz del Mundo, carece de
fundamento bíblico.
Los invito hermanos, a sigamos pidiendo a Dios sabiduría mediante la oración sincera y
en todo momento, para que Él nos siga proveyendo de Su luz y así cada día, sigamos
aprendiendo a servirle de acuerdo a Sus pensamientos antes que los nuestros.
Dios nos bendiga.
https://www.exlldm.com/%C2%BFdoctrina-revelada-la-oracion-de-rodillas/

El significado de la oración del Padre nuestro


La oración del Padre nuestro es, con mucha probabilidad, la oración más conocida y
repetida entre los cristianos. Se encuentra en dos de los evangelios, específicamente en
Mateo 6:9-13 y Lucas 11:2-4. Ahí podemos ver que Jesús usó esa oración como
ejemplo para enseñar a sus discípulos cómo orar.
Al mirar este modelo de oración vemos que la oración que agrada a Dios es una que
es sencilla y sincera. Debe salir de lo profundo del corazón y expresar lo que inquieta
nuestro ser. Al orar debemos reconocer el poder, la grandeza de Dios y también la
necesidad que tenemos de él y de que intervenga en nuestras vidas.

El Padre nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo,


santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación,
sino líbranos del maligno,
porque tuyos son el reino y el poder y la gloria para siempre.
Amén.
(Mateo 6:9-13)

1. Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre

La oración del Padre nuestro comienza reconociendo que hablamos con Dios, nuestro
Padre. ¡Somos parte de su gran familia! Como somos sus hijos, podemos hablar
directamente con él sin necesidad de intermediarios. Nuestro Padre amado nos escucha y
podemos acercarnos a él con toda confianza en cualquier momento (Hebreos 4:16).
Aun así, nuestra actitud ante él debe ser humilde y de alabanza, reconociendo su grandeza y
su santidad. ¡No hay nadie como nuestro Dios! Él es santo, santo, santo (Isaías 6:3). Llenos
de esa convicción, expresamos el anhelo de que toda la humanidad reconozca la santidad de
su nombre y que experimente el deseo de exaltarle y glorificarle.

2. Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo

Luego, reconocemos a Dios como nuestro Rey. Donde Dios reina las cosas son mucho
mejores de lo que podemos imaginar. Su reino es uno de justicia, paz y gozo en el
Espíritu Santo (Romanos 14:17). ¿Cómo no va a ser lo mejor para nosotros que venga su
reino? Dios sabe lo que nos conviene en cada momento y en medio de cualquier situación.
Debemos aprender a someternos a su voluntad confiando plenamente en su bondad.
Con esta frase expresamos la certeza de la seguridad y protección que ofrecen sus brazos de
amor. Sabemos que su reino y su voluntad son lo mejor para nuestras vidas y para toda la
humanidad. ¡Y esa confianza llena nuestros corazones de paz!

3. Danos hoy nuestro pan cotidiano

Al orar el Padre nuestro reconocemos que Dios es quien suple nuestras necesidades


diarias. A la misma vez aprendemos que está bien mencionar nuestras necesidades ante
Dios en oración. Podemos pedir por el pan diario, que Dios supla nuestras necesidades
básicas y específicas del día. Nuestras peticiones también deben incluir las necesidades de
nuestros hermanos y de toda la humanidad. Nuestro deseo debe ser que todos tengamos
alimento, sustento y techo.
Debemos recordar que nuestra provisión viene de Dios y estar contentos con lo que él nos
da. Por ejemplo, él es quien nos concede la salud y las fuerzas para poder trabajar y así
tener suficiente dinero para comprar el pan de cada día. Todo lo que tenemos es por la
gracia de Dios, no olvidemos ser humildes y agradecidos.

4. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros


deudores
Llega el momento de reconocer nuestros errores y pedir perdón a Dios. Solo él nos perdona
completamente, restaura nuestros corazones y nos da la oportunidad de un nuevo comienzo.
Es precisamente en este momento y con esta actitud que debemos examinar nuestros
corazones para ver cuál ha sido nuestra disposición a perdonar aquellos que han cometido
faltas contra nosotros. ¿Los hemos perdonado? ¿Hemos mostrado la misma misericordia y
gracia que Dios ha tenido para con nosotros?
Porque, si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial.
Pero, si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las
suyas.
(Mateo 6:14-15)
Aprende más sobre el perdón

5. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno

Porque tuyos son el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén.


(Mateo 6:13)
Somos humanos y podemos ser débiles, pero Dios no nos deja solos en nuestra lucha frente
a las tentaciones y el mal. Él está con nosotros y él es más poderoso que el maligno. En
Dios, y en la armadura que él nos provee, tenemos la verdadera protección frente a las
artimañas del enemigo (Efesios 6:10-13). Dios pelea por nosotros y en él tenemos la
victoria final.
Cómo usar la armadura de Dios
Todas nuestras oraciones deben honrar y glorificar a Dios porque a él le pertenecen "el
reino y el poder y la gloria para siempre". No vencemos al maligno ni perdonamos ni
obtenemos lo que necesitamos sin la intervención de nuestro Dios. Nuestras vidas están
en sus manos (Salmo 31:14-16) y es gracias a nuestro Padre Dios que estamos donde
estamos hoy. ¡No dejemos de glorificar a nuestro Señor con nuestras oraciones, nuestras
alabanzas y con todo nuestro ser!
https://www.subiblia.com/padre-nuestro-significado/

“EL SECRETO DEL PADRE NUESTRO”


Mateo 6:9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre. 
Mat 6:10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en
la tierra. 
Mat 6:11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 
Mat 6:12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a
nuestros deudores. 
Mat 6:13 Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Esta recomendación de orar o este modelo de oración no fue dado a todos los
hombres sino a sus discípulos los hijos del reino: los pobres en espíritu, los que
lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de
limpio corazón, los pacificadores, los que permiten que se diga de ellos toda
suerte de mal por causa del Hijo del hombre. En una palabra, se trata de los
hijos de Dios, los cuales han sido regenerados y miran los intereses de su Padre
como suyos propios, a quienes se les asegura aquí que su Padre, por su parte,
hará suyos los intereses de ellos, y no necesita que se le recuerden ni que se le
comuniquen las necesidades de ellos.
Es una oración que no puede hacer suya solo quien sea un discípulo de Jesús;
sólo uno que ha reconocido a Jesucristo como su Salvador y Señor puede tomar
en sus labios consentido. Sólo la puede hacer suya la persona que sabe lo que
está diciendo en ella, y no lo puede saber a menos que haya entrado en el
discipulado. El señor en estos versos nos enseña que no se debe hacer y que se
debe hacer, veamos:Mateo 6:5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas;
porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles,
para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mat 6:6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu
Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en
público. Mat 6:7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que
piensan que por su palabrería serán oídos. Mat 6:8 No os hagáis, pues,
semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad,
antes que vosotros le pidáis.
El término hipócrita, según se usa aquí, se refiere a la persona que hace buenas
obras solo por apariencia, no por compasión ni ningún otro motivo bueno. Sus
acciones pueden ser buenas pero sus motivos son malos. Esos actos vacíos son
su recompensa, mientras que Dios premiará a los que son sinceros en su fe. El
dar limosna, el hacer oración y el ayunar eran las Principales actividades de los
judíos pero muchos no lo hacían para Dios sino para ser vistos de los hombres.
Las sinagogas fuera de Jerusalén eran conocidas como “casas de oración.” Se
creía que en las sinagogas, las oraciones tenían más poder cuando se hacían en
compañía de otros. Las obras de piedad no deben practicarse para ganar
prestigio ante los demás, posición de poder o privilegios. Y orando, no uséis
vanas repeticiones (palabrería) no se refiere a una petición que se reitera, sino al
balbuceo desprovisto de sentido, y a las largas oraciones que confunden la
piedad con verbosidad vacía.
Jesús enseña a orar de forma concentrada, reconociendo la Necesidad de que
Dios reine sobre todas las facetas de la vida, La sociedad y nuestro hombre
interior. Algunas personas piensan que repetir las mismas palabras Una y otra
vez, como un encantamiento, hará que Dios les oiga. No es erróneo acercarnos a
Dios con la misma petición; Jesús nos anima a que elevemos oraciones
persistentes. Pero condena las repeticiones triviales que no se elevan Con un
corazón sincero.
EL PADRE NUESTRO
Este modelo de oración fue dado o enseñado por el señor, para combatir la
palabrería o vanas repeticiones que no son escuchadas por Dios, y los hombres
hicieron de este modelo una oración vana y repetitiva ignorando el verdadero
significado que solo quien es hijo del reino entiende.
Esta oración consta de una invocación inicial y de siete peticiones. Las tres
primeras se refieren a Dios y su obra en nosotros (tu nombre, tu reino, tu
voluntad), las otras cuatro a nuestra necesidades diarias espirituales: (Pan
nuestro, nuestras deudas, nuestras tentaciones y nuestra protección).Lo que
enseña es a pedir por mí y por los demás hijos del reino.
La invocación inicial es PADRE NUESTRO, Lo que nos enseña es que en este
reino el trato no será de Dios a creaturas sino de padre a hijos. Y cuando dice
NUESTRO indica que no es solamente padre mío sino también de sus demás
hijos. Lo que muestra es un reconocimiento de que es nuestro padre porque se
nos ha revelado, nos ha engendrado, hemos nacido de él y que todos sus hijos
somos hermanos.
QUE ESTAS EN LOS CIELOS
Al declarar esta afirmación nos da a entender la posición de nuestro padre y a el
cual aunque padre nuestro se le debe reverencia, temor y adoración; No es un
padre alcahuete que cierra los ojos tolerantemente a todos los pecados, faltas y
errores de sus hijos.
Aunque un padre terrenal no se da cuenta de todos nuestros errores y pecados
de este no nos podemos esconder, pues EL lo llena todo con su presencia: Jera
23:24 ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No
lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? Y el como buen padre disciplina sus
hijos: Heb 12:6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que
recibe por hijo.
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE
Haguiázesthai, que se traduce por santificar, quiere decir considerar como
diferente, dar un lugar único y especial. Así que, esta petición quiere decir: "
Que el nombre de Dios se trate de una manera diferente de los otros nombres;
que se dé al nombre de Dios una posición que sea absolutamente única.» El
nombre' es la naturaleza, el carácter, la personalidad de la persona en tanto en
cuanto nos es conocida y revelada. Por tanto, cuando oramos: «Santificado sea
Tu nombre,» queremos decir: «Capacítame y límpiame más y más para que tu
nombre sea reconocido como único y soberano que pueda mostrar en mi Tu
naturaleza y carácter.»
Su promesa de santificar su nombre en nosotros fue dada por el profeta
Ezequiel, o sea que al decir santifica tu nombre estamos pidiendo cumple lo que
prometiste santifícame para que no sea más blasfemado tu nombre: Eze 36:22
Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por
vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual
profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. Eze 36:23 Y
SANTIFICARÉ MI GRANDE NOMBRE, profanado entre las naciones, el cual
profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy
Jehová, dice Jehová el Señor, CUANDO SEA SANTIFICADO EN
VOSOTROS delante de sus ojos. 
Eze 36:24 Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de to-das las tierras, y
os traeré a vuestro país. Eze 36:25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y
seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os
limpiaré.
VENGA TU REINO
Venga tu reino es la respuesta a santifica tu nombre, porque la única manera de
santificar su nombre es si su reino está en nosotros.
Rom 14:17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y
gozo en el Espíritu Santo. Al decir venga tu reino estamos rogando que su
justicia, su paz y su gozo estén en nosotros por su espíritu. Está presente en el
reinado de Cristo en el corazón de cada creyente (Luc_17:21), y será
completado cuando la maldad sea destruida y El establezca nuevos cielos y
tierra (apoc_21:1).
HAGASE TU VOLUNTAD 
Es un ruego del hijo del reino que cada día haya un negar de la voluntad
humana y se establezca la voluntad de Dios en cada hijo del reino. Como dice el
bautista: Jua 3:30 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe. Que haya un
negar cada día para santificación: 1Ts 4:3 pues la voluntad de Dios es vuestra
santificación. Un negar para pasar por la disciplina de Dios: Luc 22:42
diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad,
sino la tuya. Un negar para poder conocer la verdadera doctrina: Jua 7:17 El que
quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo
hablo por mi propia cuenta. Es un ruego para que se dé a conocer la buena
voluntad de Dios para con los hombres: Luca 2:14 ¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!..1Ti 2:3 Porque esto es
bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 
1Ti 2:4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad. 
1Ti 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre, 
1Ti 2:6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio
testimonio a su debido tiempo.
Cuando rogamos hágase tu voluntad estamos pidiendo que el propósito perfecto
de Dios se cumpla en este mundo en cada uno de sus hijos como se cumple en
el cielo.
EL PAN NUESTRO DE CADA DIA DANOSLO HOY
Pudiéramos decir que esto es un ruego por el alimento Material, pero hay que
recordar que estas son peticiones de los gentiles que no conocen a Dios y que
EL dice que como padre EL está pendiente de todas nuestras necesidades
materiales.
«El que posee lo que puede comer hoy, y dice: "¿Qué voy a comer mañana?," es
un hombre de poca fe.» Nos muestra la angustiosa preocupación tan
característica de la vida que no ha aprendido a confiar en Dios. El pan se ha
identificado con el alimento espiritual de la Palabra de Dios. Así es que esta
petición se ha tomado como una oración por la verdadera enseñanza, la
verdadera doctrina, la verdad esencial, que están en las Escrituras la Palabra de
Dios, y que son sin duda comida para la mente y el corazón y el alma de toda
persona creyente. El pan se ha considerado que representa al mismo Jesús.
Jesús se llamó a sí mismo el pan de la vida (Jua_6:33-35 ), y ésta se ha tomado
como una oración para que podamos Alimentarnos diariamente de Él, Que es el
pan vivo; Así que esta petición se ha interpretado Como una oración para que
también nosotros seamos animados y fortalecidos con Cristo, el pan vivo.
Esta oración nos enseña a no ser nunca egoístas en nuestras oraciones. Nos
enseña a pedir para todos como iglesia y para los demás que no conocen a Dios.
Pan de consuelo para ser fortalecidos, Pan de edificación para crecer y dejar de
ser niños, Pan de exhortación para reprender y animar a hacer la obra de Dios.
(Pan para dar)
PERDONA NUESTRAS DEUDAS
Nuestras deudas; expresión usada comúnmente en la cultura hebrea, con el
significado de culpas o pecados cometidos. Cabe anotar que este ruego es de un
hijo del reino que ha sido perdonado cuando entro al reino. Lo que está pidiendo
es que Dios perdone toda falta como hijos del reino. Perdóname por que falle
pero ya tengo comunión con quien me ofendió y lo perdone.
Jn 1:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas,
mentimos, y no practicamos la verdad; 1Jn 1:7 pero si andamos en luz, como él
está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo
nos limpia de todo pecado. 
1Jn 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos,
y la verdad no está en nosotros. 1Jn 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es
fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1Jn
1:10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra
no está en nosotros. Si decimos: «No le perdonaré nunca a Fulano lo que me ha
hecho;» y pasamos a tomar esta petición en nuestros labios, es-tamos
deliberadamente pidiéndole a Dios que No nos perdone.
Si pensáramos en lo que estamos diciendo cuando hacemos esta petición habría
veces que no nos atreveríamos a hacerla. Nadie está en condiciones de hacer la
Oración cuando su corazón esté dominado por un espíritu de resentimiento. Si
uno no ha arreglado las cosas con sus semejantes, tampoco las puede arreglar
con Dios.
Tres elementos que llevan al perdón: COMPRENDER de que todos cometemos
errores; OLVIDAR para poder ser sanados de raíz de amargura; AMAR con el
amor que cristo da. Solo el espíritu purificador de Cristo puede quitar de entre
nuestros recuerdos las viejas amarguras que debemos olvidar.
NO NOS METAS EN TENTACIÓN
Hay dos cuestiones de significado de palabras que debemos resolver antes de
empezar el estudio de esta petición en detalle.
A oídos modernos la palabra tentar siempre tiene un mal sentido; siempre
quiere decir tratar de inducir al mal. Pero en la Biblia, el verbo peirazein se
traduciría mejor por la palabra probar que por tentar. En el Nuevo Testamento,
tentar a una persona no es tanto tratar de inducirla al pecado. Es probar su
fuerza y su lealtad y su habilidad para el servicio.
Cuando leemos el relato de las tentaciones de Jesús, vemos que empieza:
«Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el
diablo» (Mat_4:1).
Si tomamos aquí la palabra tentar en el sentido de inducir al pecado, hacemos al
Espíritu Santo un cómplice en la conspiración de obligar a Jesús a pecar. Una y
otra vez en la Biblia encontraremos que la palabra tentar contiene la idea de
probar y no la idea de tratar de hacer caer en pecado.
La tentación no está diseñada para hacernos caer, sino para hacernos más
fuertes y mejores personas; no para hacernos pecadores, sino para hacernos
buenos. Puede que fallemos en la prueba, pero no es eso lo que se pretende. Se
espera que surjamos más fuertes y más puros.
Stg 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya
resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que
le aman.
En toda persona hay un punto débil que, si no se tiene cuidado, puede acabar
con ella. En algún lugar de nuestra persona hay un fallo de temperamento, algún
instinto o pasión tan fuerte que puede que en cualquier momento rompa algún
detalle de nuestra naturaleza que hace que lo que es un placer para otros sea una
amenaza para nosotros. Deberíamos darnos cuenta, y no bajar la guardia.
Tenemos una gran defensa frente a la tentación, es el recuerdo de la constante
presencia de Jesucristo en nuestra vida y el no querer defraudarlo. la tentación
siempre será humana y surge de nuestros deseos terrenales: 1Co 10:13 No os ha
sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os
dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
El ruego de esta oración es: NO ME ABANDONES EN MEDIO DE LA
PRUEBA, FORTALECEME Y DAME LA SALIDA, LA SALIDA ES
CLAMAR POR SOCORRO Y MISERICORDIA Y HALLAR GRACIA.
LIBRANOS DEL MAL 
La Biblia nunca pone en duda la existencia de un poder del mal en el mundo. Y
no discute el origen de ese poder del mal; pero sabe que está ahí. En hebreo, la
palabra satán quiere decir simplemente un adversario. Se usa a menudo de seres
humanos. El adversario de una persona se le decía su satán. La palabra satán
paso a significar uno que presenta acusaciones en un juicio contra otro.
El otro nombre de Satán, o Satanás, es el Diablo; y Diablo viene de la palabra
griega Diábolos, que es la palabra corriente para un calumniador. Así es como
Satán llega a ser el Diablo, el calumniador, el adversario de la humanidad, el
poder que se propone hacer fracasar los propósitos de Dios y destruir a la
humanidad. De ese poder destructor es del que Jesús nos enseña a pedirle que
nos libre. Y ese poder destructor se manifiesta a través de personas o Cosas para
atacar nuestra concupiscencia o nuestro cuerpo.
Algunas veces el ataque de la tentación nos llega de fuera de nosotros. Hay
personas que son una mala influencia. Hay amistades y compañías que nos
pueden hacer mucho daño en un mundo tentador; Los agentes del mal se
manifiestan: El mundo y sus deseos (lo vano y pasajero), Los deseos de
nuestros ojos (todo lo que nos atrae), La vana gloria del mundo (las victorias
humanas), Los ataques nos pueden venir de los que nos aman; y esas son las
tentaciones más difíciles de resistir. Vienen de personas que nos quieren, y que
no tienen la menor intención de hacernos daño.
«Los enemigos de un hombre -dijo Jesús- serán los de su casa» (Mat_10:36
Tomando como los de su casa también, nuestros deseos internos.
LA FRASE LIBRANOS DEL MAL DEBE TRADUCIRSE: LIBRANOS DEL
MALIGNO Y SU PODER. 1Jn 5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo
entero está bajo el maligno. EL MUNDO ENTERO ESTA A LOS PIES DEL
MALIGNO, PERO “NO” LOS HIJOS DE DIOS QUE ESTAMOS EN EL.
BENDICIONES!

JOHN JAIRO QUICENO

https://sites.google.com/site/elmundobiblico/prayer-requests/-el-secreto-del-padre-nuestro

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