Obras Hidráulicas en La Edad Moderna

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 13

Obras hidráulicas en la Edad moderna

A medida que las concentraciones urbanas fueron creciendo y las necesidades


artesanales y, más tarde, las industriales, aumentaron, se hizo patente que el
sistema de abastecimiento de agua de las ciudades era insuficiente. De tal calibre
eran las limitaciones de los tradicionales sistemas de suministro que, por
ejemplo, a partir del siglo XVII, se dejaron de limpiar calles, plazas y espacios
públicos para no desaprovechar el escaso y preciado líquido.
El problema fue encontrando soluciones lentamente; a lo largo de la primera y
segunda industrialización se introdujeron mejoras técnicas que se extendieron de
forma progresiva por todos los países, ciudades y pueblos. Los nuevos medios
utilizados para mejorar el abastecimiento fueron de diversos tipos: técnicos,
sanitarios, jurídicos y de gestión.. Así, durante el siglo XIX se comenzaron a
construir grandes conducciones, que posibilitaron el transporte de importantes
volúmenes de agua, redes de distribución y depósitos para su almacenamiento,
así como numerosas instalaciones de elevación. La hidroelectricidad tuvo mucha
importancia durante la Revolución Industrial. Impulsó las industrias textil y del
cuero y los talleres de construcción de máquinas a principios del siglo XIX. La
energía hidráulica ayudó al crecimiento de las nuevas ciudades industriales que
se crearon en Europa y América hasta la construcción de canales a mediados del
siglo XIX, que proporcionaron carbón a bajo precio.
Las presas y los canales eran necesarios para la instalación de ruedas hidráulicas
sucesivas cuando el desnivel era mayor de cinco metros. La construcción de
grandes presas de contención todavía no era posible; el bajo caudal de agua
durante el verano y el otoño, unido a las heladas en invierno, obligaron a sustituir
las ruedas hidráulicas por máquinas de vapor en cuanto se pudo disponer de
carbón.
La primera central hidroeléctrica se construyó en 1880 en Northumberland, Gran
Bretaña. El renacimiento de la energía hidráulica se produjo por el desarrollo del
generador eléctrico, seguido del perfeccionamiento de la turbina hidráulica y
debido al aumento de la demanda de electricidad a principios del siglo XX. En
1920 las centrales hidroeléctricas generaban ya una parte importante de la
producción total de electricidad.

También se crearon empresas y organismos de gestión del agua, como el Canal


de Isabel II fundado por el primer ministro Juan Bravo Murillo en 1851 para dar
agua a Madrid. Con todo ello, a mediados del siglo XIX, se consiguió que el
suministro de agua llegara hasta extensas zonas de las más importantes ciudades.

Canales construidos en el siglo XVI Y XVIII


El conocimiento empírico del funcionamiento de los canales se remonta a varios
milenios. En la antigua Mesopotamia se usaban canales de riego, en la Roma
Imperial se abastecían de agua a través de canales construidos sobre inmensos
acueductos, y los habitantes del antiguo Perú construyeron en algunos lugares de
los Andes canales que aún funcionan; claro es el ejemplo de los canales de
Cumbe Mayo, el centro hidráulico más importante de los Andes. El conocimiento
y estudio sistemático de los canales se remonta al siglo XVIII, con Chézy, Bazin
y otros.
Canal general de san indalesio
Una de las iniciativas más interesantes de ampliación de los regadíos en el siglo
XVIII, fue la construcción del canal de San Indalecio desde la fuente de
Benahadux hasta Almería por una sociedad de “nuevos riegos” que, impulsada
por Indalecio de Córdoba, y agrupando a personajes destacados de la burguesía
almeriense, trataban de hacer productivos los terrenos existentes a ambos lados
de la carretera de Granada.
Según la “Memoria de los trabajos realizados por la junta directiva de la
Sociedad de Nuevos Riegos San Indalecio durante el año 1797″, las labores de
diseñar y dirigir las obras del Canal de San Indalecio recayeron sobre el
arquitecto provincial y diocesano D. Enrique López Rull (1746-1828).
El proyecto, iniciado con la constitución de la sociedad en 1876 recibirá un gran
impulso en los últimos años del XVII, cuando estos terrenos se poblaron de
parrales.           
Se tenía previsto regar 12.000 tahúllas en lo que hoy son terrenos aledaños los
gastos ascendía a más de 7 millones de reales con todo lo más interesante es que
esta sociedad de amplísimos recursos promoviera el innovador proyecto de
distribución de riegos, parcelas y cultivos en 400 fincas bajo una visión
comercial y capitalista de la agricultura
La empresa no pudo coronarse con total éxito debido a los escases de agua y al
largo y costoso mantenimiento.

Canal de Castilla
A pesar de ser un desconocido para mucha gente, el Canal de Castilla es la obra
de ingeniería civil más importante realizada en España en la época moderna, a la
altura de los más destacados canales de navegación europeos del siglo XVII. De
hecho, se tardó casi un siglo (de 1753 a 1849) en construir los 207 km que hoy
podemos visitar entre Alar del Rey, Medina de Río Seco y Valladolid. Tras
varios parones provocados por guerras y crisis, el  proyecto quedó finalmente
inconcluso.

El Canal surge de una idea inicial de conectar la provincia de Segovia con


Reinosa para facilitar el transporte de productos. La orografía de Castilla
dificultaba mucho la llegada a los puertos del norte de los excedentes agrarios
(básicamente cereales),  ya que el método utilizado por aquel entonces, las mulas,
resultaba tremendamente lento y costoso. Como ejemplo, señalar que el trigo
importado de Europa costaba en el  puerto de Santander la mitad que el traído
desde Castilla.
El objetivo fue, ni más ni menos, hacer navegable el interior de España, para
conseguir desarrollar una región que arrastraba un gran retraso económico y
social. Un ministro visionario del siglo XVIII, el Marqués de la Ensenada,
encabezó este proyecto.
Las obras fueron titánicas y  necesitaron de la mejor tecnología posible para
superar los 150 metros de desnivel que se presentaban como reto a salvar. Para
ello fue necesaria la construcción de cuarenta y nueve esclusas, dos presas,
acueductos para solucionar cruces de ríos, setenta puentes, etc…

Durante un siglo, trabajaron a diario más de 2000 jornaleros, otros tantos


soldados y, a partir de 1834, más de 4000 presos traídos de diferentes lugares de
España, tratados como auténticos esclavos, realizando profundas excavaciones y
la brillante cantería de sus esclusas, que le ha valido el sobrenombre de “La
Catedral del Agua”.
El uso del canal se amplió al transporte de personas, mediante los llamados
“barcos diligencias”, al regadío y a la industria de la zona (sobre todo la harinera,
pero también de cuero, papel, armas y molinos), ya que la fuerza motriz
hidráulica permitió el desarrollo de estas fábricas. Todo esto trajo consigo un
considerable aumento de la actividad, trabajo y prosperidad en las áreas
beneficiadas por el canal.

Acueducto Los Arcos (Teruel)


Su construcción obedeció a la necesidad de mejorar el suministro de agua a la
ciudad de Teruel, que hasta ese momento dependía de los grandes aljibes
construidos en el último cuarto del siglo XIV en la actual Plaza Carlos Castel y
de varios pozos y aljibes más pequeños distribuidos por otros puntos del casco
urbano. Las obras de la Traída se iniciaron en 1537, captándose el agua de la
Peña del Macho, fuente situada a mitad de camino entre Teruel y Valdecebro;
pero pronto debieron abandonarse debido a su elevado coste económico.
En 1551 el Concejo de Teruel encargó el reinicio de la construcción de la Traída
de Aguas a Quinto Pierres Bedel, arquitecto de origen francés que había
concluido con éxito el complicado recalce de la Torre mudéjar de San Martín.
Pese a las dificultades, las obras fueron a un buen ritmo y en 1552 ya se había
completado el tramo existente entre la Peña del Macho y el Carrel. Para ello
había sido necesario tender una conducción de 4450 m realizada con unos 12 000
arcaduces de cerámica; contaba con 140 arquetas y dos minas subterráneas (unos
190 m de longitud), cruzando dos barrancos mediante arquerías; en fechas
posteriores se agregaron dos nuevos arcos y una mina, a fin de mejorar el trazado
en tres puntos conflictivos.

Para salvar el barranco que delimitaba por el Noreste la Ciudad, último gran
obstáculo orográfico, Bedel diseñó Los Arcos, estructura que da nombre a toda la
Traída. Esta emblemática construcción es de clara inspiración clásica y aúna
magistralmente su carácter utilitario (acueducto y viaducto) con el representativo.
Consta de dos niveles, el superior de seis arcos y el inferior de dos.
Una vez concluidos Los Arcos en 1554, el siguiente paso fue solventar la
complicada distribución del agua en una ciudad ya edificada y con significativas
irregularidades topográficas. Además de los puntos de suministro necesarios para
cubrir las demandas vecinales, fue preciso crear tres fuentes suplementarias
exigidas por D. Hernando de Aragón, arzobispo de Zaragoza, como
contraprestación a la prórroga del plazo de la contribución para la ejecución de la
obra cobrada a los clérigos turolenses.
En medio de una gran expectación popular, el agua llegó a la Fuente de la Plaza
Mayor en 1558. En los años siguientes se fue completando la trama urbana de la
Traída, hasta instalar un total de 14 puntos de agua, alimentados por una
conducción de casi 2500 m, realizada con unos 6500 arcaduces de cerámica y
que integra una mina, siete grandes arcas (alguna de considerables dimensiones)
y otras 40 arcas subterráneas más pequeñas. Fuera del casco histórico, las aguas
de la Traída también llegaron al Arrabal, si bien la información disponible sobre
este ramal es sumamente escasa.
La Traída de Aguas integró igualmente un conjunto de arbellones, en su mayor
parte construidos durante la Baja Edad Media, a través de los que se canalizaron
las aguas sobrantes del sistema, vertiéndolas directamente a barrancos o
incorporándolas a los sistemas de riegos. Estos grandes colectores, que también
recibían las aguas pluviales, suman más de 900 m de galerías subterráneas.
Generando un documento esencial para el conocimiento de la conducción
renacentista.

Canal Volga-Don
Es un canal que conecta el río Volga con el río Don en sus puntos más cercanos.
Esa arteria acuática de 101 kilómetros de longitud, incluido un tramo de 45
kilómetros que pasa por ríos y embalses, permite a los barcos mercantes que
transportan cargas de hasta 5.000 toneladas pasar del mar Caspio a través del río
Volga al Don, que desemboca en el mar de Azov, con acceso al mar Negro y
luego al Mediterráneo. El canal tiene una capacidad para poder transportar
anualmente unos 16,5 millones de toneladas.
El canal empieza en el remanso de Sareptsky en el río Volga (la esclusa nº 1 se
encuentra al sur de Volgogrado, en 48°31′10″N 44°33′10″E) y termina en el
embalse del río Don de Tsimliansk, en la localidad de Kalach-na-Donú.
El canal tiene nueve esclusas para salvar el desnivel del río Volga, que deben
salvar 88 metros de desnivel ascendente, y cuatro esclusas del mismo tipo para
salvar el desnivel del río Don, que permiten a las embarcaciones bajar un
desnivel 44 metros. Las dimensiones de las esclusas del canal son menores que
las existentes en el río Volga, sin embargo, permiten el paso de embarcaciones de
más de 5.000 toneladas de capacidad de carga. Las esclusas más pequeñas miden
145 metros de longitud, 17 metros de ancho y 3,6 metros de profundidad, lo que
hace que el tamaño máximo de las embarcaciones sea de 140 metros de largo,
16,6 metros de ancho y 3,5 metros de profundidad.
Entre los distintos cargamentos que se suelen transportar desde la región del Don
a la del Volga se incluye carbón desde Donetsk, materiales de construcción y
grano. Desde la región del Volga se suele transportar a la del Don, madera, pirita
y productos derivados del petróleo. Existen barcos turísticos que realizan el
trayecto en ambos sentidos.

Canal de mediodia
El deseo de Luis XIV de marcar su reinado con una obra imperecedera, unido a
necesidades económicas y políticas, empujaron a poner en práctica una vieja
quimera de los gobernantes franceses: la construcción de una vía navegable que
permitiera la comunicación interna entre las dos costas del sur del país. Este
proyecto ya había sido ambicionado en otras épocas por gobernantes como
Nerón, César Augusto, Carlomagno, Francisco I, Carlos IX o Enrique IV, que
deseaban preservar sus barcos y mercancías del peligro que suponía cruzar el
estrecho de Gibraltar. La construcción del canal del Mediodía se realizó entre
1666 y 1681 bajo la supervisión del ingeniero Pierre-Paul Riquet, cuyo éxito le
valdría el título de barón de Bonrepos.
Durante más de quince años, cerca de 12 000 obreros trabajaron en las obras bajo
unas condiciones financieras y laborales que contrariamente al uso de la época
fueron bastante favorables.
Posteriormente a su inauguración, el canal sufrió reformas debidas a catástrofes
naturales. En 1744 fue necesario construir un muro de contención de 270 m de
largo cerca de Poilhes (departamento de Hérault) tras el hundimiento de una
colina que cegó el lecho del canal obligando a excavarlo de nuevo. Asimismo, en
1766 una brecha en el canal provocó la inundación del pueblo de Capestang
(mismo departamento), obligando a más de dos meses de obras para cerrarla.
Tras doscientos años de explotación el canal comenzó a sufrir la competencia del
transporte por tren y más tarde por carretera. Su gestión sería retomada a finales
del siglo XIX por el Estado, que intentó infructuosamente mediante inversiones
devolverle la competitividad en el transporte de mercancías. En la década de los
70 cesará definitivamente, quedando únicamente destinado al turismo.
Presas construidas en el siglo XVI Y XVII
Las presas de embalse, están generalmente recubiertas de sillares y de varias
desenas de metros, en una cerrada estrecha en algunas las grandes novedades de
la como la planta curva y sistema de limpieza de fango que son un aportación de
los tiempos modernos.
Esa técnica muy depurada aparece pujante en España en la segunda mitad del
siglo XVI en relación con las grandes obras que se realizan en tiempo de Felipe
II.
No se puede atribuir por ahora a una personalidad en particular sino a un
conjunto de figuras en relación con el desarrollo de la arquitectura y la ingeniería
entonces muy ligadas. Donde se citan siempre españoles e italianos como juan
bautista Toledo o juan de herrera.

Presa de Almansa
Viendo los almanseños la escasez de agua que padecían sus campos tras intentar
apropiarse de la totalidad del caudal de las aguas de Alpera, en1530 se
decidieron por construir de una vez la presa de Almansa.
Se encuentra a unos 6 km al oeste la ciudad. Es un embalse artificial de forma
alargada (unos 2200m), contorno irregular, a unos 760 m de altitud y que
almacena las aguas de la acequia de Alpera y de las ramblas que desembocan en
él en época de lluvias. El pantano es uno de los más antiguos de Europa en
funcionamiento. Posee una presa que lo cierra de unos 20m de altura y orientada
al norte, está formada por varias partes que corresponden a los distintos
recrecimientos que ha sufrido. La obra más antigua data de 1578, año en que
comenzaron las obras de la presa con la instrucción de cimientos. A partir de
1584 se levantó la edificación, resultando una presa de aspecto singular, al tener
forma de arco y disponerse el muro de forma de gradas escalonadas, en número
de 16, con una altura de 12,49m y un grosor en la base de 12 a 16 metros. y en la
última grada de 3,35m . Se construyeron también dos bocas: una para dar salida
al agua
Hoy en día sus aguas son utilizadas por los regantes de Almansa para regar sus
campos.

Presa de Tibi
El embalse de Tibi se encuentra situado sobre el río Monnegre, en los términos
municipales de Tibi y Jijona, provincia de Alicante, Comunidad Valenciana,
España. En su tiempo fue la presa más importante de Europa y de todo el mundo
conocido: su altura, que supera los cuarenta metros, la convirtió en la más
importante del mundo en la época (s.XVI), no siendo superada hasta la
construcción de las grandes presas del periodo ilustrado.3 Sus obras comenzaron
en 1580 dirigidas por Juan Bautista Antonelli y su sobrino Cristóbal de Roda
Antonelli por mandato del rey Felipe II en el cauce del río Monnegre.

Ocupa una superficie de 50 hectáreas y tiene una capacidad máxima de 2 hm³. Lo


cierra una presa de gravedad con una altura de 46 m y una longitud en
coronación de 65 m.
La presa se levanta en una excepcional cerrada entre dos farallones rocosos casi
verticales, que proporcionan un excepcional asiento para los estribos. La anchura
de la cerrada a pie de cauce es de tan sólo 9 metros.
Su innovadora planta curva con un radio de 107 metros (con tan sólo 65 metros
de arco en la coronación de la presa) junto con el perfil ataluzado del muro
situado aguas abajo supuso una renovación técnica fundamental, siendo una
mejora de las presas de arco que da origen a las modernas presas arco.
Cola del embalse de Tibi.
La obra tiene un núcleo de mampostería y paramentos formados por gruesos
sillares labrados. Disponía de un sistema hidráulico compuesto de toma de agua a
diferentes alturas, aliviadero de superficie y un desagüe de fondo para la limpia
periódica de los acarreos depositados en el fondo de la presa.
En la actualidad la presa continúa en funcionamiento, aunque su capacidad se ha
reducido notablemente por los acarreos depositados.

Presa de Elche
Para la construcción se llamó a varios maestros: Miguel Sánchez, Pere Isquierdo
(el deTibi) y Juanes del Temple (el de Almansa) al cual se debe el plano
definitivo aprobado en 1590,pero el inicio de las obras se retrasa hasta 1632,
dirigiéndolas Sánchez; en 1655 parece terminada.
La planta tiene un radio de 62 m con 70 m de longitud, 23 de altura y el muro 12
de grosor en la base y 9 arriba, para varios autores es ya una presa-bóveda, la
primera del mundo (La toma de agua es por aspilleras y pozo, la galería de
limpia, con cierre de maderos, tiene la novedad de una cámara superior para
terminar la maniobra sin riesgo. En la reconstrucción se prolongó con dos muros
a manera de aletas y aliviadero en una vaguada lateral... La capacidad era de 3
millones m3.

Presa de Relleu
Menos conocida que las anteriores, las noticias sobre la construcción son escasas.
Villajoyosa obtiene permiso real en 1653 pero los pocos datos siguientes impiden
precisar si se realizó a fines de esa centuria o en la siguiente; después se recrece
en el XIX. Su planta es un arco de 61 m de radio con paramentos verticales de 28
m por 10 de grosor; en 1879 se sube a 31,8 m con 5 de espesor, por consiguiente
es del tipo bóveda. Embalsaba 6 millones m3, pero está enronada toda la obra
antigua; ahora se halla en desuso al hacerse agua abajo el embalse de Amadorio
en 1961. La toma de agua es por 7 aspilleras (en torre adosada en la parte
recrecida) hasta la galería de salida que es también la de desagüe, cerrada ésta
con maderos y se llega a ella por otra superior. Carece de aliviadero.

DESAGÜES DE LIMPIA Y ALIVIADEROS


Son otras dos cuestiones fundamentales. Aparte de la toma de aguas, en general
mediante aspilleras y un pozo, como se ha expuesto en Tibi, Relleu, etc, era
necesario un desagüe de fondo o “desarenador” para eliminar los depósitos, muy
abundantes en estos ríos. El sistema, elogiado por los tratadistas españoles y
extranjeros del siglo XIX, consiste en una galería, abocinada en ciertos casos,
cerrada con maderos. Éstos se retiran para la limpia, siempre con cierto nivel de
agua, dejando al descubierto el légamo compacto (incluso se excava algo o se
perfora con un gran barreno desde la coronación, como se hacía en Tibi), después
empieza a moverse, lentamente al principio y luego con rapidez, arrastrado con el
agua por la galería; la maniobra era difícil y peligrosa, así en Elche y Relleu se
terminaba desde un túnel superior. En Tibi la operación se debía realizar cada
cuatro años en cuyo tiempo los tarquines alcanzaban 12-16 m de espesor, pero en
ocasiones se demoraba mucho más ya que exigía el vaciado del embalse. En
Almansa se hacía éste dos veces al año para los riegos y el problema era menor.
En ambos sitios se han instalado mecanismos modernos en nuestro siglo. Otra
cuestión esencial es evacuar el exceso de agua en las avenidas, muchas veces
brutales en estos ríos, evitando el salto por la coronación y el consiguiente
peligro para el muro. La solución es un aliviadero o “trastallador”, en valenciano.
Se encuentra en Tibi, según cita de 1640 del deán Bendicho y se precisa en los
planos del XVIII con motivo de la reparación; ignoramos si lo tenían, como es
posible, las presas de Almansa y Elche, en la primera el actual es muy amplio y
marginal, corresponde al recrecimiento del XVIII, en la otra, en una vaguada
lateral, parece ser de la reconstrucción del XIX. No hay en Relleu. De cualquier
forma la resistencia del muro ha permitido en alguna ocasión que rebosara el
embalse de Tibi; es frecuente ahora en el de Elche, casi totalmente enronado.

También podría gustarte