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6909-Texto Del Artículo-15489-1-10-20220124

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ISSN 0716-9108

DISTINTAS VERSIONES DEL MITO DE HELENA DE TROYA

XrMENA PoNc E DE LEóN A.*

La leyenda de Helena es de una gran complejidad, y a partir de la epopeya ho,m érica se ha ido sobrecar-
gando con varios elementos que por momentos parecen opacar el relaro original.

Genealogia

En la época de Homero, su genealogía todavía es clara: es la hija de Zcus y de L eda, aunque su padre
terrenal fue Tindaro, el rey de Esparta. Tiene por hermanos a Cástor y Pólux y por hennana a Clitemncsrra.
Esta tradición relata que Zeus, tomando la apariencia de un cisne, se unió a Leda y ella después puso un
lluevo del que habría nacido Helena. •
Muy pronto el mito hizo pasar a H elena por hija de Zeus y de Némesis. pero no entendida ésta como
la venganza divina, sino que representando a la diosa Luna como ninfa, cuyo nombre habitual era Leda.
Ella, huyendo del dios, recorrió el mundo entero adoptando ¡ni! fonnas, hasta que por fin se transformó en
una oca. Zeus, por su parte, se metamorfoseó en cisne y bajo esta apariencia se unió a ella. Entonces
Némesis fue a Esparta y poco después.Leda encontró un huevo.de color jacinto en un pantano, lo llevó a
su casa y del huevo nació Helena. Pero algunos dicen que ese huevo cayó de la Juna 1•
Otras tradiciones presentan a Helena como la hija de Océano, o bien de Afrodita y le atribuyen
como hermana a Ti mandra o Febe.

El rapto de Teseo

Una leyenda no reconocida por Homero mencionaba el rapto de Helena por Tcseo. El tenía ya cincuenta
años, mientras que ella era todavía una niña que en ese momento ejecutaba una danza en el templo de
Artemisa en Laconia. Teseo y su amigo Piritoo, que se encontraban visitando Esparta, la robaron y
huyeron. Y cuando echaron las suertes Helena le correspondió a Teseo, quien la llevó a un lugar cercano
a Atenas donde la puso bajo el cuidado de su madre Etra, en espera de que estuviera en edad de casarse'.

• Académíca de la Universidad de Chile.


1Apolodoro, Biblioteca, ID 10, 7-8. Ed. Gredos, 1985. Graves Robert. los mitos griegos 1, 32 y 62. Alianza

Editorial, 1985.
' Phuaroo, Vidas paralelas, XXX!. EJ)Af, 1'970.

R~v/sta de Hí.rroría, ofto 8, vol 8, 1998, pp, 109-216


210 X!MBNA PONCE DE lEON A " Distintas v,r.t ir,n,s del mlt11 de H,kna dt Troya

Esta situación provocó la primera guerra entre los peloponenses y los atenienses. Los Dióseurós
atacaron la ciudad de Afidnas y se Uevaron a su hermana, junto con la madre de Teseo, de vuelta a
Lacedemonia.
Este rapto, lejos de empañar la reputación de Helena, le·dio más prestigio ante los ojos de los
griegos.

Los pretendientes y la boda

Cuando la bella hija de Leda estuvo en edad de casan.e, easi todos los príncipes de Grecia, los héroes
más célebres cuyas hazañas ha inmonalizado Homero (a excepción de Aquiles que era demasiado
j oven) se presentaron en el palacio de su padre adoptivo. Tindaro, sorprendido ante esta gran cantidad
de pretendientes, temió que al ser elegido uno de ellos los demás quedaran descontentos, hecho que lo
hacia correr el riesgo de una nueva guerra. Por eso acogió con agr.ido el consajo de Odiseo: compro•
meter bajo juramento a iodos los pretendientes para acatar la decisión de Helena, y para acudir en
auxilio del esposo, en el caso de que le fuese disputada su mujer.
No sabemos si fueTíndaro quien eligió al marido de su hija o si ellamanifestó su preferencia. El
caso es que Helena se casó con Menclao quícn. dcspues de la muerte de Tíndaro y de la deificación d.e
los Dióscuros, llegó a ser el rey de Esparta. De esta uruón nació su iutica hija 1-lermionc que tenla nueve
años cuando Helena huyó con Paris rumbo a Troya.

El rapto de Paris

Según una conocida tradición, mientras todos los dioses se hallaban reunidos con ocasión de la boda de
Peleo y Tetis, Eris lanzó en medio de ellos una manzana de oro para que fuera entregada a "la más
hermosa" entre tres de las diosas presentes: Atenea, Afrodita o Hera. Este hecho originó una disputa.
Y ya que nadie se atrevió a tomar la decisión, Z:eu.s encargó a Henncs que condujese a las tres divinidades
al monte Ida, para que París dirimiese el pleito. Allí cada una de ellas defendió su causa. Prometieron
al hijo de Pría.m o su protección y ciertos dones, si él decidía en su favor. Es as! como Atenea le ofreció
la prudencia y la victoria en todas las batallas. Hera se comprometió a darle el imperio total de Asia. Y
Afrodita le aseguró el amor de Helena. Como bien sabemos. la decisión de Parisfue que Afrodita era
la más hermosa.
Paris se dirigió a Grecia en busca de la mujer más bella y fue recibido en Esparta por Mclenao.
Sin embargo, al poco tiempo, el Atrida debió ausentarse para asistir a los funerales de Catrco en la isla
de Creta. Durante la ausencia, Helena debió reemplazar a su marido brindando hospitalidad al ilustre
huésped troyano. En estas circunstancias la hija de Zcus huyó de Esparta con Paris. llevandose consigo
grandes riquezas y a sus esclavas, pero dejó a su lúja en Lacedemonia.

Pr(!teo

Respecto al viaje de los amantes, nos han llegado versiones diferentes: algunas coinciden en que final-
mente arribaron juntos a Troya; otras, en cambio, como la de Heródotol, señalan que la nave que los

3 Hcr6do10, Historia, ll, ll2-120. Ed. Grcdos, 1984.

Rt•visra dt Hisrqrla, at'lo 8, vol. 8, 1998. pp. 209-216


)ClMENAPONCE DE LEONA.. Dístinia.r •er.non,~ del mirq de H«l,na d, Tro)'ll 21 J

ros transportaba, empujada por vientos contrarios, llegó a Egipto donde el rey Proteo los acogió como
aa huéspedes. No obstante, cuando se enteró del rapto de Helena, consideraron este acto como una falta
gravísima a la hospitalidad del rey de Esparta, expulsó a Paris de sus dominios y retuvo a Helena con
los sus tesoros hasta que Melenao fue a buscarla, una vez que finalizó el sitio de Troya.
Esta tradición se relaciona en parte con la palinodia de Estcsícoro', según la cual Helena no llegó
nunca a las tierras de llión.
Esta versión también fue dcsarrol lada -por Euripidcs' con algunas variantes: Hera. indignada con
Paris por el juicio, le cambió a Helena por un-fantasma, mientras la verdadera tindárida era arrebatada
por Hermes, quien la llevó al palacio de Proteo. cubriéndola con una nube. Alli permaneció intacta
,es hasta el reencuentro con Melenao, En la opinión de Euripides. Zeus desencadenó la guerra de Troya
do para librar a la madre Tierra de tan inmensa multitud de hombres, pero la causa aparente fue un famasma.
ad
lo
·o- E timología
en
La etimología del .nombre Heléne, aunque incierta, se conecta posiblemente con una raiz que indica
El ' esplendor', como heláne, 'antorcha'. No se puede conectar directamente con Seléne. ' luna·. porque
de en esta palabra la segunda vocal es larga.
ve

Hipótesis

Creemos que el mito de la bella hija de Leda, que nos ha transmitido la tradición griega, corresponde a
una ficción poética que encubre reminiscencias de una realidad muy remota y hasta quizás vedada.
le Interpretando algunos pasajes de su leyenda que nos parecen significativos. como su nacimiento,
is el rapto de Teseo, el juicio de Paris. la prisión en el palacio de Proteo; la vinculación con Artemisa. su
a. muerte y su culto, intentaremos demostrar la siguiente !\ipótesis: que si bien es cierto que Helena no
lS coincide e~actamente con la diosa Luna. adorada en los primitivos tiempos matriarcales, podria corres-
►O ponder a una varianté local de esta deidad que poseia además ciertos atributos relacionados con la
ió fecundidad.
y
1i
Simbolismo d e la Luna
),

_a El simbolismo de la Luna es amplio y complejo. lo que contribuye a explicar y confirmar el importante


'e papel que desempeflaban las diosas lunares.
o

LuD11-ma triareado

Como es sabido, las dos primeras oleadas que invadieron Grecia, integradas por jonios y eolios, eran de
tradiciones patrilincales; no obstante, se dice que fueron inducidos a adorar a la diosa Madre por los

'Platón, Fedro, 243: "No es cierto ese relato; ni embarcaste en las naves de fü,nc cubierta, ni llegaste a la
fortale.:a de Trcya." Ed. Gredos, 1986.
'Euripides, flelena, Tragedias m, Ed. Grados, 1985.

Revista de Hinoria , afio 8, vol. 8. 1998, pJ). 209•2 l 6


212 XIMENA PONC&DE 1..EON A.. Dístintasv,rsioner_d,I mito de H,t,11a ~ Tt<>ya

habitantes que allí encontraron. Esta situación llevó a los invasores a modificar sus costumbres sociales
y se convirtieron en gTC1koi, 'griegos' (adoradores dé la diosa Vieja).
No obstante. aunque el sol se transformó en símbolo de la fertilidad masculina, siguió bajo la
tutela de la luna que inspira mayor icmor supersticioso, puesto que no se oscurece al declinar el año, y
en un mes lleva a cabo el mism·o reconido que el sol realiza en un año. Del mismo modo,.el rey siguió
bajo el amparo de la reina. hasta mucho tiempo después de haber sido superada la etapa matriarcal.
Asimismo, los ritos consistían todavía en sacrificios a la diosa Madre, y a estas ceremonias les estaba
próhibido asistir a los hombres' . ·
Como es sabido. el metal que corresponde a la diosa Luna es la plata. Esto nos remonta al mito de
la edades del hombre, donde la edad de plata es un testimonio de la etapa matriarcal, puesto que en esa
época "los hombres estaban completamente sometidos a sus madres y no se atrevían a desobedecerlas"'.
En el mito prcbelénico de la cacería amorosa, Némesis (o la wosa Luna) perseguía al rey sagrado
a rravés de los cambios estacionales y finalmente lo devoraba.
Al imponerse el sistema patriarcal, se invierten los-papeles, y es ahora la diosa quien huye del rey
(Zcus) que la persigue y al final la viola8• Y la wosa Hera. que representa el sentimiento religioso
conservador, se opone con tenacidad a ello en los relatos.
A j uicio de Graves, todos los mitos primitivos que se refieren a ninfas seducidas por woses se
pueden interpretar como el matrimonio entre los caudillos helenos y las sacerdotisas de la ltma•.

Luna-naturaleza

Desde siempre se ha vinculado la luna con la naturaleza, ya que se creía que con su influjo tenía lugar
el gradual desarrollo de las plantas y el crccimient.o de los animales.
Es as{ que la diosa Luna llego a identificarse con la madre Tierra. que al iniciar el año vegetativo
produce hojas y capullos, más adelante flores y frutos y al final deja de producir. Se estableció así una
coincidencia entre el misterio de la renovación periódica de la naturaleza (primavera después del in•
viemo y renacer del sol tras la oscuridad de la noche) y las faces de la luna nueva (nueva, llena y vieja).
También desde tiempos primitivos, el hombre percibió la relación entre la luna y el mar, especial-
mente a través de las mareas. Y la conexión, todavía más sorprendente, entre el ciclo lunar, el ciclo
fisiológico de la mujer y sus periodos fértiles.
Del mismo modo, la luna aparece desde otoño como la intenncwaria entre la tierra y el cielo,
puesto que ella regula las aguas con la wstribución de las lluvias.
También se admite hoy que las fases lunares se-utilizaron antes que los ciclos solares para medir
el tiempo. Y, por consiguiente, toda ceremonia import.a nte se realizaba en una de esas etapas'º·
Por otra parte, la luna no permanece idéntica a si misma, sino que experimenta variaciones. Es1a
caractcrlstica, por analogía, le permite un gran acercamiento a las estaciones del año. al ciclo biológico
y a las edades del hombro: crccünicn10 (niñez y juventud) y decrecimiento (madurez y vejez).
De alll la creencia de que la fase de invisibilidad de la luna corresponde a la muerte del hombre.
De donde la natur.ileza lunar se hizo equivalente a la conwción humana.

'Cf. Graves, op. cit. Introducción.


'Graves. lbidem, 5:c.
'Gravcs. /bidem, 32.2 y 62.2.
•cr. Graves, Jb1de11.1. lmroduoción.
''L. Beno1st, Signes. symboles et mythes, p 63 . Presses Universiraires de Francc. 1981.

Revista de Hlsroria, afto 8, vol 8, 1998, pp. 209-21 6


XIMENAl'ONCE DE LEONA .. Distintas versiones del mito de Helena de Troya 213

tes Lu11a-sol

la En el orden cósmico, la luna se considera como una duplicación minimizada del sol, ya que éste vitaliza
,y al sistema planetario, mientras que ella interviene en la tierra solamente. Ademas. puesto que la luna
1ÍÓ recibe la luz del sol, brilla con luz indirecta y adquiere, de este modo, un carácter pasivo. Jo que la
u. asemej~ a lo femenino. Por esta razón, el mito la ha relacionado también con el huevo del mundo, con
ba la matriz.

le
,
.a Luna-n oche

lo Otro elemento significativo es su asociación con la noche y, por lo tanto, su vinculación con lo-mater,
nal, lo ambivalente (pues la noche es peligrosa y a la vez protege), lo ocultante, lo misterioso. Quizás
y por eso se la considera como guia del lado oculto de la naturaleza, eo contraposición al sol que dirige la
:o vida manifiesta.
Considerando este aspecto, tambien se identifica a la luna con la magia, la imaginación y la
,C fantasía. Con frecuencia se afirma que el visionario ve las cosas a la luz lunar.

Lu.na-Artemisa

También Artemisa figura en la leyenda de Helena. Esta diosa hermana de Apolo, que simboliza el sol,
lT pidió a su padreZeus vivir eo las montañas y ser portadora de la luz. El mito nos relata que usaba un arco
de plata y una álajaba con fleclias' 1• Es posible que Artemisa fuera un nombre más de la triple diosa Luna,
o y que su arco de plata simbolizaui la luna nu't!va, aunque en Efcso era adorada corno ninfa (luna llena) 12 •
a En este punto es conveniente hacer notar que Hornero no se preocupaba de describir fisicamente
1- a Helena, aunque Je asigna algunos epÍletos como "la de bennosa cabellera" o "la de níveos brazos".
1. Pero en un pasaje la llama "la di.v ina sobre todas las mujeres" y en otro la compara con Artemisa:
"Salió Helena( . .. ) semejante a Artemisa, la que lleva arco de oro" 13 •
D

Luna-Jitlcio de Paris

r Asimismo el llamado "Juicio de Paris", tan vinculado al mito de Helena, es testimonio de una antiquí-
sima ceremonia ritual superada ya en la época de Homero. Las trc.s deidades no son más que una sola
a diosa en triada: Atenea, la doncella, Afrodita, la ninfa y Hera, la vieja. Esta tríada tiene una estrecha
) vinculación con las fases de la luria (nueva, llena y vieja) y también con las etapas de la mujer.
Más tarde. se la concibió también en otra rriada: Selene, la doncella del aire, Afrodita, la ninfa de
tierra o del mar y Hécate, la vieja del mundo subterráneo.
Y por último, tanto las Parcas como las tres Hespérides se identificaron con la triple diosa Luna
pero en su aspecto monífero 14 ,

"Cal!maco, Himno a Anemisa. v. 120. Ed. Gredos, 1980.


"Graves, Ibídem, 22.1.
"Homero, Odisea IV, vv. l21-122 y 305. Ed. Espasa-Calpc,1969.
"Graves. lbidem, Jntroducción y 4. 1.

Rev,s¡a d, Hl1torra, ano 8. vol. 8, 1998, pp, '.209-216


214 XIMF.NA PONCE DE LEONA,. Distintas -,r,/onu del mito de &lena de rraya

Luna-agua

En lo que se refiere al agua, ésta ha sido considerada un elemento fcmeruno (como la tierra y la luna)
que simboliza Ja vida natural y la vida cerrestre. Los antiguos la veneraban, entre otros motivos, _por la
profundidad y transparencia que generalmente posee. Se le atribuye, además, una función mediadora y
disolvente. Y por su carácter pasivo y reflejante, se la vincula directamente .con la luna.
La leyenda griega de Helena conlicnc, por su parte, varios antecedentes importantes que estarían
recakando la estrecha conexión entre la luna y el agua. Como la versión de que Helena seria hija de
Oceano. divinidad marina. o de Afrodita que no sólo nació del mar, sino que. como hemos visl'o, se
identifica con la luna llena. También es importante destacar la tradición, ya mencionada, que cuenta
que Leda encontró en un pantano el huevo de Némesis (la luna), del cual nació Helena.
Del mismo modo, el agua figura en. el mito del rapto dcTeseo. hijo de Poseidón. dios del mar". Y
se relaciona con la prisión de Helena en Egipto, en el palacio de Proteo, que es la personificación del
agua como elemento primordial.

La muute de Helena

Una leyenda rodia refiere que. después de la muene de Mcnelao, los hijos de este desterraron a Helena
en castigo por sus faltas. Ella buscó refugio en Rodas, en casa de su antigua amiga Polixo (cuyo marido
había muerto en Troya), la cual, fingiendo hospitalidad, decidió vengarse. C\lenta esta historia que
mientras Helena se bañaba. hizo que sus criadas la asustaran y la atormentaran de tal forma que ella
horrorizada se ahorcó.
Otra versión dice que Polixo la mandó a ahogar en el baño y enseguida la hizo colgar de un árbol.

El cuJto de Helena

En Acenas, cerca del cabo Sunion, existe una isla que fue objeto de especial veneración. Se decía que
allí había llegado Helena después de la caída del llión y que incluso había recibido su nombre".
Tenia, además, dos templo$ cerca de Espana. Uno en Terapne, edificado en un lugar miocmco,
donde era venerada como diosa de la belleza. Allí acudían las jóvenes a suplicar a la imagen de Helena
para que las librara de la fealdad". El otro en Deandra, y al parecer estaba relacionado con el culto del
árbol.
Según nos relata Heródoto 11 , en Menfis babi.a un templo ti.amado de Afrodita extranjera (o hués-
ped), que P.roteo babía·dedicado a Helena enTecuerdo de su eStad.ía en Egipto.
También existía un festival espartano llamado las Helenoforias, similar a las Tesmoforias de Ate-
nas. Durante esta festividad ciertos objetos (seguramente emblemas fálicos, ya que Helena también eta
considerada diosa de la fertilidad) eran conducidos en una cesta especial llamada heléne. En algunos
relieves aparece Helena acompañada de los Dióscuros, llevando un cesto de este tipo' 9•

"Eurlpides, Hipólito, Tragedias 1, v. 886. .Ed. Gredas, 1983.


"P.ausanias. A1ica, XXXV.
"Heródoto, op. cit. VI, 61, 3.
" Heródoto, op. cit 11. 112.
"Graves, Tbidem, 62. 3.

R,vüw. d, Hi,wrw. allo &, vol. S. 1998. pp. 209-216


XIMENA PONCE DE l.EON A ., Dtstintas vu,ionu <kl miro de H,tena d~ Troya 215

Asimismo, se dice que los habitantes de Rodas construyeron un templo en honor a !ielena, para
expiar el crimen de Polixo. Alll fue venerada bajo el nombre de Heléne dendritís (Helena arbórea)'º·
i18) Por su pane, Teócrito también hace referencia al llamado "árbol de Heleoa"11 •
: la
ay
A .modo d.e intel'.'pretación
[an
de Si el rapto de Teseo, el de Paris, la prisión de Helena en Egipto, o su muerte fuera la explfoación de
se fenómenos naturales como el reflejo de la luna en el agua. o el oscurecimiento cuando se sumerge en el
ílta mar, estaríamos cerca de probar nuestra hipótesis de que Helena sería una divinidad lunar. No obstante,
vamos a analizar otros aspectos del mito que también sugiere interpretaciones iluminadoras en este
Y sentido.
del El que Helena haya perecido ahogada bien l)Odria referirse a la extinción del culto de la luna y a
su reemplazo por el culto solar.
A su vez, el ahorcamiento parece simbolizar que el hombre primitivo procUJ'aba mantener vigen-
tes a sus dioses, conservándolos aislados entre el cielo y la tierra, en un espacio intermedio donde no
pudieran ser afectados por las influencias terrestres.
Si aceptamos esta concepción. la muenc de Helena ahorcada también vcndria a confirmar nuestro
ma planteamiento inicial. Podría entenderse como el afán de ella misma, o de algunos helenos, de que se
ido mantuviera la vigencia y el culto de la diosa Luna. A pesar de que las creencias dominantes eran otras,
rue pues ya era el sol quien recibía adoración.
:lla El culto de }lelena arbórea l)Odria significar la influencia verdadera o presunta que la luna ejerce
sobre la vegetación. Pero el árbol además representa. en un sentido más amplio, la vida del cosmos: su
0I.
1 generacióo, crecimiento, proliferación y regeneración. Y como imagen de vida inagotable equivale a la
.inmortalidad Por otra parte, el árbol recto representa la conducción de la vida desde lo terrestre hacia
el cielo22 •
Luego, el árbol simbolizarla la relación entre los mundos terrestre y celeste. De igual modo que
la luna, por su papel regulador en las lluvias, era considerada la intermediaria entre el cielo y la tierra.
1ue Hasta aquí, todo parece coincidir con una antiquísima diosa prehelénica identificada con la Luna,
más que con una bella princesa vinculada a una antigua casa real.
co, Por consiguiente, es muy probable que esa vieja deidad, tradicionalmente adorada por la pobla-
ma ción predórica en Laconia, haya sido tomada, mucho antes de Homero, por ancestro de sus reyes y
del antepasados.
Es posible entonces que Helena sea el caso de una diosa lunar que en épocas tan pretéritas fue
és- suplantada, pero que en la tradición y en el recuerdo mantuvo intacta su presencia. Y asi la imagen de
los poetas la fue transformando en una mujer, pero dotada de cualidades divinas, algunas de las cuales
.ce- se pueden reconocer también en la Luna: su excepcional belleza, el ejercer una irresistt'ble atracción en
era Jos hombres, el provocar una gran fascinación o encantamiento en quien la contempla e incluso el tener
10s poderes mágicos23 •

'ºPausanias, op. cit. lll, 19.


"Teócrito,ldi/ios; 18,48. .Ed. Aguilar, 1963.
22Bachelan!, Oastón, El aire JI /o.r sueños, X, 11. E. F. C. E. 1958.
" Homero, op. cit. IV. vv. 219 y ss.

R,vl,ra de F/ISlorla. afio 8. vol. 8.1998, pp. 209-216


2) 6 XIMENA PONCE DE LEONA .. Distintas versiónt..s dtl milo de Htlena de Troya

Conclusión

Después de considerar los distintos aspectos del míto de Helena, hemos encontrado ciertas constantes
que confluyen en los dos grandes rasgos fundamentales de su runuraleza: el de diosa Iunar y el de díosa
de naturaleza fecunda.
Del análisis de estas constantes brotan categorías como: cstruetura triádíca, intermediación, no-
limite, no-posesión. Y surgen además cualidades que tienden a bifurcarse en elementos opuestos: au-
sencia-presencia, transitividad-intransitividad, -peligro-protección, luminoso-daimónico; elementos que,
a su vez, parecen atraerse fatalmente para reconstruir la unidad que es propia de lo divino.
De la reflexión sobre estas categorías y cualidades. Helena resulta encamar: lo femenino. el bri-
llo, el misterio; el asombro, el encantamiento; rasgos que, a nuestro entender, representan el impul~o y
el punto de partida de todo aqueUó que: constituye: lo propiamente griego.

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