Capitalismo

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EL CAPITALISMO SEGÚN ADAM SMITH

Su principal aportación teórica es el análisis del mecanismo mediante el cual el libre juego de
mercado (tanto escala interna como en las relaciones comerciales con otros países) entre los
diversos sectores de la economía genera el máximo beneficio económico del conjunto. Como
consecuencia, se mostró siempre contrario a cualquier intervención o regulación de la
actividad económica, reduciendo el papel del Estado al de garante de las reglas del juego.
Se opuso al mercantilismo al considerar la riqueza de una nación como la producción
anual de bienes y servicios («las cosas necesarias y útiles para la vida»), en lugar de las
reservas de metales preciosos, y a la escuela fisiócrata al descartar la tierra como el origen de
toda riqueza y proponer en su lugar el factor trabajo. A este respecto, Smith incidió en la
especialización como el determinante de la capacidad de una sociedad para aumentar su
productividad, y en consecuencia, su crecimiento económico.
Estableció una teoría del valor de un bien que distinguía entre su valor de cambio
(capacidad de ser intercambiado por otros bienes) y su valor de uso (utilidad que aporta). Con
respecto al valor de cambio, su medida era el trabajo útil incorporado en su obtención; es
decir, que una mercancía tiene un precio natural determinado por el coste de producción
medido en trabajo, y un precio de mercado. En situación de libre competencia, este último
convergería hacia el primero. Completó su análisis con una teoría sobre la distribución de la
renta que distinguía entre tres categorías de rentas (salarios, beneficios del capitalista y rentas
de la tierra), para sostener a continuación que los salarios eran fijados por las leyes de la
oferta y la demanda, aunque reconoció la existencia de un valor mínimo de subsistencia por
debajo del cual ya no podían descender. (Escocés)

EL CAPITALISMO DEL SIGLO XXI

El capitalismo del Siglo 21 se caracteriza por una creciente diferenciación entre centro
y periferia, con esta última creciendo más rápido que el centro y con fortalezas en su
capacidad de generar ahorros exportables. Este “nuevo” capitalismo, de variante neoliberal,
también muestra una alta frecuencia de crisis económicas, seguida de costosas políticas de
austeridad junto a una tendencia a la acentuación de la desigualdad de ingresos y riquezas; en
este contexto destaca el fortalecimiento de pequeñas pero poderosas elites económicas. Estas
tendencias globales tienen implicancias geopolíticas y económicas importantes. Una de estas
es sobre el carácter de la democracia la que se ha vuelto de baja intensidad y poco
participativa dada la brecha existente entre la enorme influencia de las elites económicas que
movilizan sus amplios recursos para influir, unilateralmente, en las decisiones políticas de las
sociedades capitalistas y el escaso poder e influencia de las clases medias y los sectores
populares y menos favorecidos de la población. Asimismo, este capitalismo del siglo 21 ha
traído consigo un déficit democrático no solo a nivel nacional sino también a nivel global. Un
ejemplo reciente de lo anterior es que varias economías europeas se han transformado en
verdaderos “Protectorados” del FMI, Banco Central Europeo y la Comisión Europea, la
llamada Troika. En efecto, este conjunto de instituciones dicta las políticas públicas de los
países europeos en crisis con evidente menoscabo de su soberanía y autonomía nacional y del
derecho a decidir sus propias políticas económicas y sociales. (providencia, 2014)

LAS SALIDAS A LA CRISIS

A partir del 2010 la prioridad de las políticas económicas de las economías centrales se

trasladó desde políticas expansivas orientadas a la recuperación del crecimiento y el empleo

como las que inicialmente impulsó el mismo FMI, desde fines de 2008 hasta inicios del 2010,

en contra a su tradición históricamente restrictiva.

Por otra parte, varios países junto con reducir el empleo, los salarios y las prestaciones

sociales en el sector público han acelerado las privatizaciones de actividades como los

aeropuertos, los correos, el agua y la energía. En Grecia, la Troika exigió, en el 2013, incluso,

el cierre de la Televisión Pública, ERT, uno de los iconos de la democracia griega.  Además,

algunos países han introducidos cambios constitucionales (caso español) para que el

presupuesto fiscal tenga el visado de organismos supra-nacionales disminuyendo aún más la

falta de soberanía nacional en las decisiones de política fiscal. (Solimario, 2013)

BRECHAS SALARIALES Y PARTICIPACIÓN DEL TRABAJO

Una de las causas del aumento en la desigualdad en Estados Unidos y el Reino Unido en las

décadas de 1990 y 2000, se relaciona a los enormes incrementos en los ingresos de los
gerentes generales y los ejecutivos de empresas grandes y de bancos comerciales y fondos de

inversión. Previo a los años ochenta, en Estados Unidos la relación entre el ingreso de

ejecutivos (incluyendo participación de utilidades y opciones a acciones preferentes emitidas

por las compañías) y el salario del trabajador medio se ubicaba en el rango de 30 a 40 veces.

En contraste, en el año 2012, la proporción entre la compensación total de los CEO en

relación a los salarios medios de los trabajadores alcanzó 273 veces. (Ver Pizzigati, 2013)

Estudios empíricos recientes muestran una sostenida disminución de la participación

del trabajo en el ingreso nacional de alrededor de cinco puntos porcentuales entre 1975 y el

2012, en contraste a la constancia de la participación del trabajo en las décadas posteriores a

la segunda guerra mundial. Esta tendencia se observa en cerca de 42 países en el periodo

mencionado y en las cuatro economías más grandes del mundo: Alemania, China, Estados

Unidos y Japón. Es interesante notar que en Estados Unidos, uno de los países ricos más

desiguales del mundo, esta disminución de la participación del trabajo es mayor al promedio

internacional, alcanzando el seis por ciento para el promedio de todos los grupos de ingreso y

10 por ciento en los últimos 25 años si se considera el 99 por ciento de la población, es decir

excluyendo el uno por ciento más rico que, como hemos visto, ha aumentado sus ingresos y

salarios en forma notable en las últimas décadas y que tiende a compensar la reducción

mencionada del trabajo en el ingreso nacional. (neiman, 2013)

¿HACIA DÓNDE VA EL CAPITALISMO DEL SIGLO XXI?

En este siglo, el capitalismo se redefine bajo nuevos parámetros políticos, económicos y

culturales. Mismas esencias, menos límites a su actuación, un relato más bronco y

violento. Un renovado modelo que, para que la rueda no se detenga, busca nuevas formas

de reproducción y blinda las ya existentes. (Fernández, 2017)


El capitalismo atraviesa en la actualidad una fase de mutación. Se estaría así

preparando en este siglo una nueva forma de organización social a nivel planetario, como

respuesta a la crisis civilizatoria en ciernes. En esta línea, quienes detentan el poder ya están

realizando notables transformaciones —que plantean irlas impulsando en las próximas

décadas— para enfrentar tanto el colapso ecológico como, sobre todo, las perspectivas de un

crecimiento económico muy débil. Lo que se pretende es ampliar las posibilidades de

reproducción capitalista, en un momento crítico de significativas amenazas.

En este siglo XXI, el capitalismo se redefine bajo nuevos parámetros políticos,

económicos y culturales. Mismas esencias, menos límites a su actuación, un relato más

bronco y violento. En síntesis: un renovado modelo económico que, para que la rueda no se

detenga, busca nuevas formas de reproducción y blinda las ya existentes. En el ámbito

político, se apuesta por una gobernanza corporativa global; esto es, un gobierno de facto de

las grandes empresas que, sin eliminar a las instituciones, ampute sus capacidades en favor de

las corporaciones. En lo que se refiere al imaginario cultural, se abandona progresivamente la

deslegitimada agenda de colores en favor de una dinámica de fascismo social, más adecuada

a una realidad donde se hace patente que no todas las vidas tienen valor, ni siquiera son

posibles. (Gonzalo, s.f.)

"Lamentablemente, el modelo hegemónico en el Estado español parece estar lejos de

estos retos (de generar alternativas" parecería sugerir que si tuviéramos un capitalismo

"mejor" (con industrial, tecnológicamente desarrollado, etc.) estaríamos mejor preparadas

para levantar alternativas. Entiendo que su reclamo de "redefinición económica radical" y

"rupturas democráticas diversas" se dan tanto aquí como en Alemania. No alcanzo a ver en

qué sentido una 'mejor' estructura capitalista nos ayudaría, puesto que en buena medida se

trata de desmontar el tinglado existente (pues supongo que la propuesta no pasa por poner a
los mandos de la máquina infernal a gente maja, sea la clase obrera u otro agente social).

(Vásquez, 2017)

PUNTO DE VISTA PERSONAL

Si hay países con el sistema capitalista que son ricos es por mera corrupción y

desigualdad, cantidad de empresas y la producción de esta es lo que mantiene a aquellos

países a flote, es la pura aplicación de ricos más ricos, pobres más pobres; y no, un pobre no

se puede hacer rico por medio del capitalismo, hay denigración y plusvalía, lo que no le

permite salir de la pobreza mágicamente solo por laborar, si para una persona universitaria es

difícil, imaginen para alguien que quizá y no tenga una educación suficiente. (Soto, 2023)
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bibliografía

Escocés, E. (s.f.). https://capitalismo.ufm.edu/MuseoVirtual/adam-smith/.

Fernández, G. (21 de noviembre de 2017). Observatorio de Multinacionales en América

Latina (OMAL) - Paz con Dignidad. ¿Hacia dónde va el capitalismo del siglo XXI?

Gonzalo. (s.f.). https://www.elsaltodiario.com/una-de-las-nuestras/hacia-donde-va-el-

capitalismo-del-siglo-xxi.

neiman, S. K. (2013). la evolución de la participación del trabajo a nivel global. Estados

Unidos.

providencia, M. (17 de enero de 2014). El capitalismo del siglo 21.

Solimario. (2013). https://radio.uchile.cl/2014/01/17/el-capitalismo-del-siglo-21-crisis-

desigualdad-y-deficit-democratico/#.

Soto. (2023).

Vásquez, R. (2017). (O. d.-P. Dignidad, Entrevistador)

Ver Pizzigati, S. (2013).

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