Problematica Ensayo

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República Bolivariana de Venezuela.

Universidad Nacional Experimental Politécnica “Antonio José De Sucre”

Vice-Rectorado “Luis Caballero Mejías”

Departamento de Formación General

Problemática Social Y Económica

Sección 02

Ensayo
Libro 50 cosas que hay que saber sobre Economía

Libro 50 cosas que hay que saber sobre Política

Docente: Estudiante:

Richard Camargo Angel G. Luna F.

Exp.: 2018203142

Caracas, Junio de 2024.


Capítulos usados de los Libros

Libro 50 cosas que hay que saber sobre Economía (Los Impuestos y La
Globalización).

Libro 50 cosas que hay que saber sobre Política (El Liberalismo y El Estado).

A lo largo de la historia, el papel del Estado, las ideologías liberales, el


fenómeno de la globalización y la política tributaria han sido fundamentales en la
configuración de las sociedades modernas. Cada uno de estos elementos ha
evolucionado y se ha entrelazado con los otros, afectando profundamente las estructuras
económicas, políticas y sociales a nivel global. Este ensayo examina la evolución y el
impacto de estos cuatro temas, resaltando sus interconexiones y la forma en que han
moldeado el mundo contemporáneo.

El Estado

El concepto de Estado ha sido fundamental en la organización y gobernanza de


las sociedades a lo largo de la historia. Desde las polis griegas hasta los modernos
Estados-nación, la evolución del Estado ha reflejado y, en muchos casos, determinado la
evolución social, política y económica de la humanidad.

 Estado Antiguo y Medieval: En la antigüedad y durante la Edad Media, el


Estado estaba inextricablemente vinculado a la figura del monarca y la religión. En estas
sociedades, el poder se centralizaba en manos de un gobernante cuyo mandato a
menudo se justificaba mediante la divinidad o el derecho divino. Esta concentración de
poder era necesaria para mantener el orden, recaudar impuestos y financiar proyectos
reales, como la construcción de infraestructuras y la financiación de guerras. Sin
embargo, este modelo presentaba limitaciones significativas en términos de
participación ciudadana y distribución equitativa de los recursos.

 Estado Moderno: Con el surgimiento del Estado moderno en el siglo XVII,


se establecieron instituciones burocráticas y legales más complejas. La Paz de Westfalia
de 1648 marcó el inicio de los Estados-nación soberanos, donde la autoridad del Estado
se reconocía dentro de fronteras definidas. Este cambio fue acompañado por un
desarrollo institucional que buscaba mayor eficiencia en la administración y un
fortalecimiento del poder central, pero también promovía el reconocimiento de ciertos
derechos individuales y la separación de poderes, aspectos fundamentales en la
construcción de los modernos sistemas democráticos.

 Estado de Bienestar: El siglo XX vio el surgimiento del Estado de bienestar,


especialmente después de la Segunda Guerra Mundial. Este modelo estatal asumió un
rol más activo en la provisión de servicios sociales y la redistribución de la riqueza. La
justificación de este modelo radicaba en la necesidad de corregir las desigualdades
inherentes al capitalismo y garantizar un nivel básico de bienestar para todos los
ciudadanos. Los sistemas de seguridad social, la educación pública, y la salud universal
se convirtieron en pilares de muchos Estados, financiados mediante sistemas tributarios
más complejos y progresivos.

El Liberalismo

El liberalismo ha sido una de las ideologías más influyentes en la configuración


de las sociedades modernas, promoviendo la libertad individual y el libre mercado como
pilares del desarrollo económico y social.

 Liberalismo Clásico: desarrollado por filósofos como John Locke y


economistas como Adam Smith, sostenía que la libertad individual y la propiedad
privada eran fundamentales para la prosperidad económica y la justicia social. Locke
argumentaba que el Estado debía proteger los derechos naturales y la propiedad de los
individuos, mientras que Smith promovía el libre comercio como el mejor medio para
alcanzar el bienestar general. Este enfoque liberal promovió la reducción de la
intervención estatal en la economía, favoreciendo la competencia y la innovación.

 Liberalismo Social: A medida que el capitalismo industrial avanzaba, se


hicieron evidentes las limitaciones del liberalismo clásico, especialmente en relación
con las desigualdades generadas por un mercado sin restricciones. En respuesta, surgió
el liberalismo social a finales del siglo XIX y principios del XX. Esta corriente defendía
la intervención del Estado para corregir las desigualdades económicas y garantizar un
nivel básico de bienestar para todos los ciudadanos. Se promovieron políticas como el
salario mínimo, la regulación laboral y la provisión de servicios públicos esenciales.
 Neoliberalismo: En las últimas décadas del siglo XX, el neoliberalismo ganó
prominencia, abogando por la reducción del papel del Estado en la economía, la
privatización de los servicios públicos y la desregulación de los mercados. Líderes
como Ronald Reagan y Margaret Thatcher implementaron políticas neoliberales que
buscaron revitalizar las economías estancadas mediante la liberalización del comercio y
la reducción de impuestos. Si bien estas políticas lograron ciertos éxitos económicos,
también contribuyeron a aumentar las desigualdades y la precarización laboral.

La Globalización

La globalización es un fenómeno complejo y multifacético que ha transformado


profundamente las economías y sociedades del mundo. Su impacto ha sido tanto
positivo como negativo, generando oportunidades y desafíos significativos.

 Primera Ola de Globalización: La primera gran era de globalización ocurrió


durante la época victoriana, cuando el Imperio británico facilitó el comercio y la
inversión internacional. Esta era estuvo marcada por el avance de la industrialización y
el desarrollo de nuevas rutas comerciales que conectaron a Europa con el resto del
mundo. El comercio de productos básicos, así como la inversión en infraestructura en
colonias y territorios extranjeros, permitió una expansión económica sin precedentes.

 Segunda Ola de Globalización: Desde la década de 1980, la globalización


ha sido impulsada por avances en las tecnologías de la información y la comunicación,
la liberalización del comercio y la apertura de mercados anteriormente cerrados. Países
como China, que adoptaron reformas de libre mercado, se convirtieron en actores
económicos cruciales. La revolución de la banda ancha y el transporte estandarizado
mediante contenedores redujeron los costos y tiempos de envío, facilitando un comercio
más eficiente y globalizado.

Impactos y Críticas

La globalización ha llevado a un crecimiento económico significativo y a una


reducción de la pobreza en muchos países, pero también ha aumentado la desigualdad y
ha provocado la pérdida de empleos en algunos sectores de los países desarrollados.
Críticos como Naomi Klein, Joseph Stiglitz y Noam Chomsky han señalado que la
globalización beneficia desproporcionadamente a las grandes corporaciones y a las
élites económicas, mientras que las comunidades locales y los trabajadores a menudo
sufren las consecuencias negativas. Además, la globalización ha generado
preocupaciones sobre la pérdida de identidades culturales y el impacto ambiental de la
expansión económica sin restricciones.

Los Impuestos

Los impuestos son esenciales para financiar las funciones del Estado y
redistribuir la riqueza, pero también han sido motivo de controversia y resistencia a lo
largo de la historia. Desde los impuestos rudimentarios en la antigüedad hasta los
complejos sistemas modernos, la tributación ha sido una constante en la historia de la
humanidad. En el pasado, los impuestos eran a menudo inicuos y recaudados de manera
brutal, generando resistencia y, en algunos casos, revoluciones. Por ejemplo, las quejas
sobre la tributación sin representación llevaron a la Revolución Americana, mientras
que las exacciones fiscales abusivas contribuyeron al estallido de la Revolución
Francesa.

En la actualidad existen diversos tipos de impuestos, los gobiernos emplean una


variedad de impuestos para financiar sus actividades, incluyendo impuestos sobre la
renta, las ventas, las empresas y las propiedades. Cada tipo de impuesto tiene
implicaciones diferentes para la equidad y la eficiencia económica. Por ejemplo, los
impuestos sobre la renta progresivos buscan redistribuir la riqueza, mientras que los
impuestos sobre las ventas son más regresivos, afectando desproporcionadamente a los
ingresos más bajos.

Reglas de Tributación de Smith

Adam Smith, en su obra La riqueza de las naciones, propuso cuatro reglas


fundamentales para un sistema tributario justo y eficiente:

I. Proporcionalidad: Las personas deben contribuir en proporción a su renta. Esto


significa que quienes ganan más deben pagar más impuestos.
II. Certidumbre: Los impuestos deben ser ciertos, no arbitrarios, y el momento y
la forma de pago deben ser claros para todos.
III. Conveniencia: Los impuestos deben llegar en el momento oportuno.
IV. Economía en la recaudación: Los impuestos no deben costar más de lo
necesario, tanto para el ciudadano como para el Estado.

Desafíos Modernos

En la era de la globalización, los gobiernos enfrentan desafíos significativos para


mantener sistemas tributarios eficaces. La evasión fiscal y la competencia entre
jurisdicciones para atraer capitales son problemas persistentes. Las altas tasas
impositivas pueden desincentivar la inversión y el trabajo, mientras que la movilidad del
capital dificulta la imposición de impuestos sobre la renta y las empresas de manera
efectiva. Además, la complejidad creciente del sistema tributario puede generar
ineficiencias y costos administrativos elevados.

Opinión Personal

Es indudable que cada uno de estos temas “el Estado, el liberalismo, la


globalización y los impuestos” ha tenido un impacto profundo en el desarrollo de las
sociedades modernas. Sin embargo, también es necesario ser crítico y reconocer las
limitaciones y problemas asociados con cada uno.

El Estado, aunque esencial para la organización y protección de la sociedad, a


veces se ha vuelto excesivamente burocrático y alejado de las necesidades de los
ciudadanos. Las políticas estatales pueden ser ineficientes y, en algunos casos,
autoritarias, limitando las libertades individuales. Los estados más pequeños y flexibles
a lo largo del tiempo demuestran ser más eficientes y organizados.

El liberalismo, con su énfasis en la libertad individual y el mercado, ha


impulsado el crecimiento económico y la innovación. No obstante, también ha sido
criticado por exacerbar las desigualdades y dejar de lado la justicia social. Los países
nórdicos, como Suecia, Noruega y Dinamarca, son ejemplos notables de Estados que
han combinado con éxito los principios del liberalismo económico con políticas de
bienestar social robustas. Estos países han implementado economías de mercado
abiertas y competitivas, al mismo tiempo que mantienen altos niveles de gasto público
en servicios sociales, educación y salud. Este enfoque ha permitido no solo un
crecimiento económico sostenido sino también una baja desigualdad y altos estándares
de vida. Estos países demuestran que el liberalismo, cuando se combina con políticas
sociales robustas, puede crear sociedades más justas y equitativas, por ende, han logrado
no solo prosperidad, sino también bajos niveles de desigualdad y alta calidad de vida
para sus ciudadanos.

La globalización ha creado oportunidades sin precedentes para el comercio y el


intercambio cultural, pero también ha traído consigo desafíos significativos, como la
pérdida de empleos en sectores tradicionales, el aumento de la desigualdad y la
degradación ambiental. Es fundamental encontrar un equilibrio que permita aprovechar
los beneficios de la globalización mientras se mitigan sus impactos negativos.

En cuanto a los impuestos, aunque son necesarios para financiar los servicios
públicos y redistribuir la riqueza, también deben ser diseñados de manera justa y
eficiente. Los sistemas tributarios complejos y punitivos pueden disuadir la inversión y
el trabajo, mientras que la evasión fiscal socava la base tributaria y la equidad. Las
naciones con políticas fiscales favorables, como Irlanda, Luxemburgo y Suiza, han
logrado destacar en el ámbito económico y de bienestar social a través de estrategias
únicas que combinan bajos impuestos con otros factores competitivos, atrayendo la
inversión extranjera directa han contribuido a la creación de empleos bien remunerados
y al desarrollo de infraestructuras modernas. Estas estrategias no solo han impulsado su
crecimiento económico sino que también han permitido mantener altos estándares de
vida para sus ciudadanos.

En mi opinión, es crucial que continuemos buscando formas de mejorar y


equilibrar estos elementos. El Estado debe ser eficiente y receptivo a las necesidades de
los ciudadanos, promoviendo la justicia social sin ser excesivamente intervencionista. El
liberalismo debe ser complementado con políticas sociales que garanticen un nivel
básico de bienestar para todos, evitando las excesivas desigualdades. La globalización
debe ser gestionada de manera que beneficie a la mayoría y no solo a una élite selecta,
protegiendo los derechos laborales y el medio ambiente. Y finalmente, los impuestos
deben ser justos, progresivos y eficaces, evitando la evasión y minimizando las
distorsiones económicas. Reconociendo estas complejidades y buscando un equilibrio,
podemos aspirar a una sociedad más justa, próspera y sostenible, donde el Estado, el
mercado y la comunidad global trabajen juntos para el bienestar de todos.
Conclusión

El Estado, el liberalismo, la globalización y los impuestos están


intrínsecamente vinculados en la configuración de las sociedades modernas. A lo largo
de todo este ensayo estos temas subrayan la necesidad de políticas económicas y
sociales equilibradas y bien gestionadas. Los estados deben encontrar un camino que
fomente el crecimiento y la innovación, mientras aseguran que los beneficios
económicos se compartan de manera justa y sostenible. La experiencia de los países que
han logrado combinar crecimiento económico con altos estándares de bienestar social
ofrece valiosas lecciones para otros en la búsqueda de modelos más equitativos y
eficientes.

En definitiva, el éxito de cualquier modelo económico y fiscal depende no solo


de sus principios subyacentes sino también de su capacidad para adaptarse a los
cambios y desafíos del entorno global. Al abordar de manera crítica y reflexiva estos
temas, podemos avanzar hacia un mundo más justo, próspero y sostenible para todos.
Cada uno de estos elementos ha evolucionado en respuesta a los desafíos y
oportunidades de su tiempo, influyendo en la manera en que vivimos y trabajamos hoy.
A medida que enfrentamos nuevos desafíos globales, como la desigualdad económica y
el cambio climático, es crucial entender estas interconexiones para diseñar políticas que
promuevan un desarrollo equitativo y sostenible.

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