Resumen Libro Los Banqueros Suizos

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Universidad Tecnológica de Honduras

Campus San Pedro Sula


Licenciatura en Contaduría Financiera

Temas:
Resumen Libro El secreto de los Banqueros Suizos

Presentado por:
María del Carmen Santos Zamora

Cuenta:
200710610108

San Pedro Sula, Cortés, Honduras

14 de Agosto de 2022
Los Secretos de los Banqueros Suizos

Los secretos de los banqueros suizos, contienen las técnicas de inversión


que han permitido a los financieros suizos ser líderes en el mundo del dinero.
Nos muestra los principios fundamentales sobre dónde, cuándo, cuánto,
cómo y por qué invertir. Conceptos como riesgo, especulación, apuesta,
pronósticos, intuición y planeación son analizados desde la perspectiva de
los protagonistas más destacarlos de los mercados bursátiles y monetarios
internacionales. Sus consejos y experiencia valen oro. ¡Escúchelos y siga
sus pasos Nos detalla, 12 axiomas mayores y menores!

Primer axioma mayor, el riesgo


Este primer axioma, nos habla del riesgo y la necesidad que tenemos de
arriesgar si queremos ganar de verdad, o conseguir un beneficio importante.
En la explicación de este axioma, nos pone como ejemplo dos amigas que
querían invertir. Una decidió poner todo su dinero en depósitos a plazo,
lógicamente no perdió nada de dinero, pero su fortuna personal a penas se
movió.
La segunda especuló en valores y perdió. Aprendió a jugar y a especular, y
con el tiempo consiguió realizar algunas operaciones que la consiguieron
hacer rica. Queda claro que, si vamos a lo seguro, conseguiremos
seguridad, pero no dinero.

Axioma menor I, siempre juegue por apuestas importantes


"Apuesta solamente lo que te puedes permitir perder", reza el viejo dicho
trivial. Lo oye en Las Vegas, en Wall Street, y donde quiera que la gente
arriesga dinero para obtener más dinero. Lo lee en libros sobre inversiones
y administración del dinero escritos por asesores convencionales como
Sylvia Porter. Se repite tan a menudo y en tantos lugares que ha adquirido
una aureola de verdad a fuerza de afirmarlo, igual que la recomendación de
los acobardados acerca de tener calma.
Pero debe estudiarlo con mucho cuidado antes de considerarlo parte de su
equipo de herramientas especulativas. Tal como lo interpreta la mayoría, es
una fórmula que casi asegura malos resultados.
¿Qué es una cantidad que usted se puede "permitir perder"? La mayoría la
define como "una cantidad que, si la pierdo, no me perjudica". O "una
cantidad que, si la pierdo, no hará una gran diferencia en mi bienestar
financiero general".
En otras palabras, dos o tres pesos. Cien pesos. Unos miles. Este es el tipo
de cantidades que la mayoría de las personas de clase media consideraría
que se pueden perder. Como resultado, éste es el tipo de cantidades con las
que especula la mayoría de las personas de clase media, si es que especula.
Pero analice esto. Si apuesta 100 dólares y duplica su dinero, todavía es
pobre.
La única forma de vencer al sistema es jugar con apuestas importantes. Esto
no significa que debe apostar cantidades cuya pérdida lo llevaría a la
bancarrota. Después de todo, tiene que pagar la renta y alimentar a los
niños. Pero significa que debe superar el miedo a ser perjudicado.
Si una suma es tan pequeña que perderla no hará ninguna diferencia
importante, entonces tampoco es probable que le produzca ganancias
importantes. La única forma de lograr un gran beneficio con una apuesta
pequeña es buscar una probabilidad muy, muy pequeña. Puede comprar un
boleto de lotería de un dólar y ganar un millón, por ejemplo. Es bonito soñar
con algo así, pero, por supuesto, las probabilidades en su contra son
deprimentemente altas.

Axioma menor II, resista el atractivo de la diversificación


El autor nos previene contra la diversificación en exceso. Nos pone un
ejemplo, si tenemos 12 inversiones, 6 van bien y 6 mal, al final el resultado
es que no estamos en ningún sitio.
La mayoría de nosotros, aventureros de clase media, cuando comenzamos
nuestras aventuras especulativas tenemos sólo una cantidad limitada de
capital con la que podemos jugar. Digamos que usted tiene 5,000 dólares.
Quiere que crezcan. ¿Qué es lo que va a hacer? La sabiduría convencional
diría que diversifique. Haga diez apuestas de 500 dólares cada una. Compre
500 dólares de la Toyota porque la industria automotriz se ve muy animada,
500 en el mercado de dinero en caso de que las tasas de interés suban, 500
más en oro en caso de que todo lo demás caiga, etcétera. Ahí está usted se
halla a cubierto de todo tipo de eventualidades. Lo hace sentir seguro, ¿no
es cierto? Seguro ante casi todo, incluyendo el peligro de volverse rico.

El segundo axioma mayor


Lo hacen los amateurs de Wall Street. Lo hacen los amateurs en los juegos
de póker. Lo hacen los amateurs en todas partes.
Se quedan demasiado tiempo y pierden. Lo hacen por codicia, y de eso trata
el Segundo Axioma. Si puede dominar la codicia, ese solo acto de
autocontrol lo hará un mejor especulador que el 99 por ciento de los otros
hombres y mujeres que están luchando detrás de la riqueza.
Pero es un acto difícil apartarse con éxito. La codicia está incorporada a la
psiquis humana. La mayoría de nosotros la tiene en grandes cantidades.
Probablemente ha inspirado más sermones dominicales que cualquier otro
de nuestros rasgos menos que laudables. Los sermones tienden a tener un
sonido desesperado, con suspiros en lugar de puntos. La desesperación
nace de la sensación de que la codicia está tan profundamente atrincherada
en nuestras almas que extraerla es tan difícil como cambiar el color de
nuestros ojos.
Evidentemente, no se la puede exorcizar con sermones. Los sermones
jamás han tenido el más ligero efecto en contra de ella.
No es posible que usted la domine escuchando los sermones de otras
personas o sermoneándose a sí mismo. Un camino más pragmático y
prometedor sería pensar en la rica y extraña paradoja que está en el corazón
del Segundo Axioma: al reducir su codicia, aumenta sus posibilidades de
enriquecerse.
Detengámonos para definir nuestros términos. Codicia, en el contexto del
Segundo Axioma, significa una ambición excesiva: querer más, más,
siempre más. Significa querer más de lo que vino a buscar o más de lo que
tiene derecho a esperar. Significa perder el control de sus deseos.
La codicia es la prima hinchada, autodestructiva, de la ambición
Axioma Menor III
Decida por adelantado cuánto quiere ganar en una empresa, y cuando lo
tenga, salgase
El propósito del Axioma Menor III es ayudarlo a responder la pregunta
siempre difícil y con frecuencia paralizante, ¿Cuánto es suficiente?
Como hemos visto, la codicia es la razón principal por la que es tan difícil
contestar esta pregunta. No importa cuánto tenga uno, quiere más. De esa
manera están hechos los seres humanos.
Pero hay otro factor que contribuye a aumentar la dificultad para muchas
personas, quizá para casi todas. Este es el hecho peculiar de que cuando
una especulación es exitosa y aumenta su riqueza, cada nueva posición se
siente como un punto de partida
Hay muchas clases de esfuerzos humanos en los que se ven, se sienten y
se comprenden claramente la posición inicial y la final. Por ejemplo, el
atletismo. Cuando un corredor llega al final de una carrera de una milla, él o
ella sabe que es el final. No es cuestión de correr otra milla con la esperanza
de ganar dos medallas de oro en lugar de una. Las energías están agotadas.
La cinta se rompió, los ganadores están en los libros de récords. Todo se
acabó. Es el momento de irse, descansar y reunir nuevas energías para otro
día.

El tercer Axioma Mayor: sobre la esperanza


Cuando el barco comienza a hundirse, no rece. Salte.
El Tercer Axioma trata sobre cómo salvarse cuando van mal. Y con toda
seguridad van a ir mal. Puede confiar en eso. Puede esperar que
aproximadamente la mitad de sus aventuras especulativas se echen. a
perder antes de que haya llegado a sus previstas posiciones finales. La mitad
de sus suposiciones acerca del futuro estarán equivocadas. La mitad de los
consejos que escuche serán malos. La mitad de sus esperanzas están
destinadas a no convertirse jamás en realidad. Pero anímese. Esto no
significa que a perder un peso por cada peso que gane. Si esto fuera cierto,
la aventura en su totalidad no tendría sentido. Esto es cierto sólo para los
ineptos. Los jugadores y los especuladores con éxito manejan las cosas
mejor. Avanzan constantemente, en gran medida, porque saben qué hacer,
y lo hacen sin dudar, cuando la marea de los acontecimientos se vuelve en
contra de ellos. Saber cómo salir de una mala situación es quizá el más raro
de todos los dones especulativos. Es raro porque es difícil de adquirir.
Requiere coraje y un tipo de honestidad tan filosa como una navaja. Es una
habilidad que separa a los hombres y las mujeres de los niños y las niñas.
Algunos dicen que es la más importante de todas las herramientas que hay
en el equipo del jugador o del especulador.

Axioma Menor IV Acepte animosamente las pérdidas pequeñas como


un hecho de la vida.
Espere tener varias mientras espera una gran ganancia. Idealmente
deberíamos recibir bien nuestras pequeñas pérdidas, pues nos protegen de
las grandes pérdidas. No obstante, esto es pedir demasiado. ¿Recibir bien
una pérdida? Nunca conocí a nadie que pudiera hacerlo o que lo hiciera.
Pero si no podemos hacerlo, por lo menos podemos aceptar con gracia esas
pequeñas pérdidas. Realmente proporcionan excelente protección. Si
habitualmente usted corta sus pérdidas en las formas que hemos analizado,
no es probable que reciba heridas profundas. La única manera en que puede
quedar atrapado en un derrumbe del mercado es que lo tome por sorpresa
y que luego descubra que no puede vender cuando quiere hacerlo. Esto
puede suceder en algunos mundos especulativos que no tienen liquidez
inmediata, como los bienes raíces o las antigüedades, en los que tiene que
protegerse por medio de un estudio cuidadoso y constante de las
condiciones cambiantes del mercado. Es menos probable que quede
accidentalmente atrapado en el caso de objetos que se comercian
diariamente como las acciones o los productos a futuro, donde casi siempre
va a encontrar a alguien que quiere comprar cualquier cosa que usted quiera
vender. Acostúmbrese a tener pequeñas pérdidas. Si una empresa no
resulta, aléjese y haga la prueba con otra cosa.
No se siente en un barco que se está hundiendo. No quede atrapado.
Un antiguo proverbio chino dice: "Todas las cosas llegan a aquél que
espera". Si los antiguos chinos creían eso, no pueden haber sido muy
buenos especuladores. Con seguridad, no debe creerlo, porque por lo
menos en lo relacionado al mundo del dinero, es un perfecto disparate. Si
usted espera a que mejoren las empresas que andan mal, está condenado
a decepcionarse con frecuencia, y condenado, también, a permanecer no –
rico.

El cuarto Axioma Mayor: sobre los pronósticos


No se puede predecir la conducta humana. Desconfíe de cualquiera que
afirma que conoce el futuro, aunque sea confusamente. Allá en 1969,
cuando en Estados Unidos el índice de Precios al Consumidor subió en un
5 por ciento aproximadamente, los principales economistas estuvieron de
acuerdo en que la tasa de inflación aumentaría un poco a comienzos de los
70, pero que luego iría disminuyendo en los años siguientes de la década.
No fue así. Se duplicó. En 1979, cuando el índice saltó a un vertiginoso 11
1/2 por ciento, el consenso de los videntes fue que la tasa permanecería a
niveles de dos dígitos hasta mediados de los 80. No fue así. En 1982 regresó
a los niveles pacíficos de 1969. Esto lo hace pensar a uno. ¿Por qué
seguimos escuchando a los profetas económicos cuando está claro que no
saben más acerca del futuro que usted o yo? Sin duda, escuchamos porque
el conocimiento del futuro es y siempre ha sido uno de los objetivos humanos
más desesperadamente buscados. Si usted pudiera leer hoy los precios de
las acciones de mañana, usted sería rico. Y por lo tanto escuchamos con
respeto y esperanza cada vez que alguien se levanta y anuncia una visión
de las cosas que vendrán. Muy frecuentemente, escuchar resulta un error.
Allá por el verano de 1929, el 23 de agosto, el Wall Street Journal le dijo a
sus lectores que podían ganar mucho dinero en el mercado de valores. La
bola de cristal especial del Journal, una técnica para observar el futuro
llamada la Teoría Dow, revelaba que se había establecido "una importante
tendencia alcista" en los precios de las acciones. "Las perspectivas para los
meses de otoño parecen más brillantes que en ningún otro momento",
gorjeaba alegremente el Journal. Un par de meses después, todo el mundo
se fue al pozo.

Axioma Menor V Cuidado con la trampa del historiador.

La Trampa del Historiador es una clase particular de ilusión de orden. Está


basada en la creencia antigua, pero enteramente injustificada, de que la
historia se repite. Las personas que tienen esta creencia – lo que es decir
quizá noventa y nueve de cada cien personas que hay sobre la tierra – creen
como corolario que la repetición ordenada de la historia permite pronosticar
con exactitud en ciertas situaciones.
Axioma Menor VI Cuidado con la ilusión gráfica.
Representar números por medio de líneas sobre un papel puede ser útil o
peligroso. Es útil cuando lo ayuda a visualizar algo con mayor claridad de la
que podría alcanzar con los puros números. Es peligroso cuando hace que
la cosa representada se vea más sólida y portentosa de lo que es en
realidad. La Ilusión Gráfica es, frecuentemente, una extensión gráfica de La
Trampa del Historiador. La ejemplifican bien los graficadores de Wall Street.
Estos son personas con su propia jerga, que difícilmente entiende alguien
más, con sus propias revistas y boletines, con los que pasa lo mismo, y su
propia ilusión de orden rígidamente visualizada. Creen que el precio futuro
de una acción – o de una divisa, un metal precioso, o de cualquier cosa sobre
la que se publican datos frecuentes sobre sus precios de mercado – puede
determinarse graficando los movimientos de los precios en el pasado.

Axioma menor VII


Hay que tener cuidado con las ilusiones de correlación y casualidad. A veces
creemos encontrar patrones causa-efecto, cuando en realidad no existen.
Hay causas-efecto demostrables, como que cuando hay una relajación
cuantitativa (más dinero en circulación), la bolsa tiende a subir, pero en otras
ocasiones encontramos relaciones que sólo son fruto de la casualidad.

Axioma menor VIII


Los jugadores piensan que existe un cierto orden en el caos, y que la suerte
se puede alinear para ellos, cuando en realidad sólo son hechos fortuitos y
de puro azar. Sólo es casualidad que puedan salir varias caras seguidas
cuando tiramos una moneda, las probabilidades de que salga cara en
cualquier ocasión siempre serán de un 50%, y cada evento

Los demas axiomas son interesantes, pero sin duda algunas los que se
describen aqui son los que más llamaron mi atención.

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