El documento resume la evolución del teatro español en el primer tercio del siglo XX. Se describe el teatro comercial que dominaba en España y los intentos de autores como Benavente por introducir el naturalismo europeo. Más adelante, autores como los hermanos Machado y Valle-Inclán crearon obras más innovadoras que rompían con las tendencias comerciales, aunque la obra de Valle-Inclán solo pudo ser representada más tarde. La generación del 27, incluyendo a Lorca, Casona y Aub, trató de acercar el teatro al
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El documento resume la evolución del teatro español en el primer tercio del siglo XX. Se describe el teatro comercial que dominaba en España y los intentos de autores como Benavente por introducir el naturalismo europeo. Más adelante, autores como los hermanos Machado y Valle-Inclán crearon obras más innovadoras que rompían con las tendencias comerciales, aunque la obra de Valle-Inclán solo pudo ser representada más tarde. La generación del 27, incluyendo a Lorca, Casona y Aub, trató de acercar el teatro al
El documento resume la evolución del teatro español en el primer tercio del siglo XX. Se describe el teatro comercial que dominaba en España y los intentos de autores como Benavente por introducir el naturalismo europeo. Más adelante, autores como los hermanos Machado y Valle-Inclán crearon obras más innovadoras que rompían con las tendencias comerciales, aunque la obra de Valle-Inclán solo pudo ser representada más tarde. La generación del 27, incluyendo a Lorca, Casona y Aub, trató de acercar el teatro al
El documento resume la evolución del teatro español en el primer tercio del siglo XX. Se describe el teatro comercial que dominaba en España y los intentos de autores como Benavente por introducir el naturalismo europeo. Más adelante, autores como los hermanos Machado y Valle-Inclán crearon obras más innovadoras que rompían con las tendencias comerciales, aunque la obra de Valle-Inclán solo pudo ser representada más tarde. La generación del 27, incluyendo a Lorca, Casona y Aub, trató de acercar el teatro al
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EL TEATRO EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX
EL TEATRO ESPAÑOL AL INICIO DEL SIGLO XX
El teatro español está sujeto a un público burgués al que solo le interesa el entretenimiento. Debido a la búsqueda de la simplicidad y a la escasez del público, solo se representaban aquellas obras sujetas a esos requisitos (a excepción de Valle-Inclán y Lorca). Por esta razón, el teatro español no sufre evolución y es muy escaso en comparación con las corrientes europeas, a pesar de que algunos autores intentasen romper esta tendencia comercial. Antecedentes del teatro a finales del siglo XIX Obras como “Realidad”, de Benito Pérez Galdós, o “El nido ajeno”, de Jacinto Benavente, intentaron romper el teatro retórico y melodramático del Romanticismo e introdujeron el naturalismo europeo. Se caracterizaba por ambientarse en escenarios reales, con conversaciones reales y naturales, y tratando asuntos polémicos. El autor más representativo de esta tendencia fue Benavente. El teatro de principios del siglo XX A pesar de intentar innovar, el teatro no dejó de ser influenciado por las tendencias comerciales. La comedia benaventina Benavente rompe con la exageración neorromántica, dando lugar a la naturalidad. Trabajó la comedia, el drama, la tragedia, el sainete… Al comienzo de su carrera, se ve marcada por la crítica en la ironía sutil, pero su trayectoria teatral es un claro ejemplo de las limitaciones del teatro español: el fracaso de “El nido ajeno” hizo que se alejara de la generación del 98, hacia un tono más comercial. En “La comida de las fieras”, Benavente se limita a conseguir la aceptación de su público, lo cual supone su primer gran éxito. Sus obras se desarrollan en ambientes diversos, lo que permite presentar personajes variados. Se caracteriza por la naturalidad, la verosimilitud y la ironía, evitando el simbolismo o el sentimentalismo en exceso. Debido a su tono complaciente, trataba temas poco polémicos. Entre sus comedias burguesas destaca “Rosas de otoño” y en sus dramas rurales “La malquerida”. Otra importante es “Los intereses creados”. La comedia costumbrista Otro subgénero es el sainete, donde se ilustra el ambiente pintoresco de una región. Carlos Arniches, el autor con mayor éxito, refleja las costumbres madrileñas en “El santo de la Isidra”. Desde 1916, se crea la tragicomedia grotesca, donde unos personajes caricaturizados protagonizan una tragedia: “La señorita de Trévelez”. Cabe destacar a los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, por sus sainetes, comedias y obras costumbristas ambientadas en Andalucía: “El patio” o “Malvaloca”. El teatro poético Evoca a la nostalgia con un tono conservador a través del verso e influido por el Modernismo. Destaca “La Lola se va a los puertos” de los hermanos Machado, o “En Flandes se ha puesto el sol” de Eduardo Marquina. Los intentos renovadores de la generación del 98 Destaca Jacinto Grau, que emplea la prosa poética en “El burlador que no se burla” o “El señor Pigmalión”. La obra teatral de Valle-Inclán Su obra quedó relegada a teatro para leer, pero a día de hoy el autor es considerado como un visionario, original, valiente, con planteamientos radicales, rompedor con los temas y con mucha riqueza y expresividad de su lenguaje. Es considerado un autor único al que no se le puede atribuir ningún movimiento literario. Su autobiografía está plagada de invenciones, de carácter irónico y burlón, y de anécdotas verídicas o inventadas por sí mismo u otros. Su peculiar figura le catalogó como la mejor máscara a pie que cruzó la calle Alcalá, según Ramón Gómez de la Serna. Evolución del teatro de Valle-Inclán Su obra supuso una total renovación de las técnicas teatrales, hasta el punto de no haber podido ser representadas hasta la actualidad. Su creación artística dio lugar al esperpento (reflejar la realidad mediante unos personajes completamente deformados con una realidad ya deformada). Su primera etapa teatral se encuadra en la corriente modernista debido a los temas de evasión, el estilo brillante y la actitud rebelde. Sin embargo, también experimenta en lo que es llamado el ciclo mítico, donde se aleja de los matices modernistas. Destacan las “Comedias bárbaras” (“Águila de blasón”, “Romance de lobos” y “Cara de plata”), ambientada en la Galicia rural, donde los personajes actúan gobernados por las pasiones y los instintos en una acción desenfrenada. Este ciclo culmina con “Divinas palabras”, ambientada en Galicia y donde los personajes son seres diabólicos, irracionales y monstruosos. Paralelamente, Valle-Inclán desarrolla una serie de farsas, donde lo grotesco y la caricatura predominan. El esperpento La primera versión de “Luces de bohemia” da nombre a un género propio, basado en la deformación sistemática de personajes, sirviendo de crítica a la sociedad. Este arte es un reflejo deformado de una realidad de por sí ya deformada, donde los personajes grotescos pertenecen a un mundo grotesco. En el esperpento hay contraste entre lo doloroso y lo trágico, y entre lo trágico y lo cómico. Hay riqueza en el lenguaje y una estilización del personaje a través de los registros. Por último, hay numerosos personajes y continuos cambios de marco. Obras esperpénticas “Luces de bohemia” se presenta en dos versiones. Basada en la historia del escritor Alejandro Sawa, cuenta la última noche del poeta Max Estrella, donde después de visitar diversos lugares de un Madrid absurdo justo antes de dejarse morir debido a la desolación que encuentra. A lo largo de la obra van apareciendo 50 personajes que interaccionan con el protagonista y le dan motivos desoladores donde la una solución es la muerte. La obra presenta la burla, el sarcasmo y la degradación de una sociedad española que Valle-Inclán aborrece, yendo más allá que cualquier escritor noventayochista (critica la corrupción política, el conformismo burgués, el analfabetismo rural, la represión, la pobreza de los autores y algunos movimientos literarios contemporáneos). Esa visión cruel de la sociedad española se refleja en la trilogía “Martes de carnaval”. EL TEATRO DE LA GENERACIÓN DEL 27 Esta generación intentó acercar el teatro al pueblo. Compañías teatrales como La Barraca, de Lorca, y las Misiones Pedagógicas republicanas ofrecieron una educación teatral. Entre los autores más célebres, destacan Alejandro Casona (seudónimo de Alejandro Rodríguez), que adquiere éxito tras el estreno de “Nuestra Natacha”, y tras su exilio, ofrece obras con gran éxito en el extranjero como “La dama del alba” y “La barca sin pescador”. Max Aub ofrece obras vanguardistas y antirrealistas, como “Espejo de avaricia” y “San Juan, centrada en los horrores del Holocausto”. Por último, María Teresa León produce todos los géneros, a pesar de ser eclipsada por su pareja, Rafael Alberti. Como autora, cabe destacar “Huelga en el puerto”. La obra teatral de Federico García Lorca El teatro lorquiano fue evolucionando desde una tendencia modernista, hasta la expresión más personal y absorbente de sus últimos años. El lenguaje se va haciendo más sencillo, dejando el verso para momentos clave, y los temas van profundizando en los problemas de la sociedad. El tema primordial era el enfrentamiento y derrota del individuo (amor, deseo y libertad) frente a la autoridad (convenciones sociales, tradición…). En sus obras predominan protagonistas femeninas. Aparecen símbolos de muerte (la luna, el caballo negro…), que también aparecen en su poesía. A pesar del fracaso de su primera obra “El maleficio de las mariposas”, supone el germen temático de sus futuras producciones. Las farsas “Tragicomedia de don Cristóbal y la Señá Rosita” y el “Retablillo de don Cristóbal” son las dos versiones de la misma historia de una farsa de guiñol. Sus farsas también tienen ejemplos para ser representados por personas. En “La zapatera prodigiosa”, “Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín” son ejemplos de farsas de risa amarga. El teatro lírico “Mariana Pineda”, supone un acercamiento al drama lírico, al contar la historia de una mártir republicana en tiempos de Fernando VII. El teatro surrealista y comprometido El surrealismo se ve representado por “El público” y “Así que pasen cinco años”, donde la primera presenta gran complejidad técnica, presenta la historia de un amor homosexual al que se enfrenta un público tradicional. La segunda se trata de una comedia imposible debido al ambiente ilógico e imposible de seguir. La intención didáctica se ve en “Comedia sin título”. Los dramas sociales La trilogía rural presenta el índole sexual de los problemas, donde la protagonista suele ser una mujer y con final trágico. En “Bodas de sangre”, se enfrentan el Novio y el amante por el amor de la Novia, muriendo los dos en el intento. La obra muestra la unión del realismo y la poesía, el verso y la prosa, y un clima denso y dramático. “Yerma” presenta el drama de una mujer estéril que termina matando a su marido, perdiendo toda posibilidad de cumplir su sueño de ser madre. “La casa de Bernarda Alba” trata el drama de Bernarda Alba y sus cinco hijas, las cuales se encuentran en luto tras la muerte de sus segundo marido. Durante el tiempo de luto, las pasiones afloran en las hijas debido al amorío de la más pequeña, lo cual desencadena un final trágico. LAS VANGUARDIAS Las vanguardias o ismos son los movimientos artísticos que se suceden en Europa entre las dos guerras mundiales. Estos movimientos proponen una visión nueva y moderna del arte y de la literatura. Tiene un afán renovador que surge como consecuencia de la catástrofe de la Primera Guerra Mundial. Sus autores defienden la autonomía del arte, lo ilógico y los sueños. Como características comunes, comparten el desprecio del arte anterior, la incorporación de temas nuevos (avances tecnológicos, deporte, etc.) y la intención de escandalizar al público. El cubismo aporta los caligramas, donde la distribución de versos forman imágenes. El futurismo rompe con el sentimentalismo y el romanticismo y expresa la belleza de las máquinas y la tecnología. El dadaísmo supone un cambio radical y destructivo del arte antiguo. Propone una literatura humorística, fantasiosa y libre, donde la lógica y la razón no interviene. En el expresionismo se ofrece una visión pesimista y trágica del mundo y sigue una corriente pacifista. El surrealismo es el más revolucionario y el más largo. Se explora el mundo subconsciente y se emplea la técnica de la escritura automática, que no tiende a razones. Introducción del vanguardismo en España: Ramón Gómez de la Serna Las corrientes vanguardistas llegan de la mano de Ramón Gómez de la Serna y sus tertulias. Las revistas literarias, los ensayos y obras como “La deshumanización del arte”, de Ortega y Gasset permitirán su introducción inmediata. En su revista Prometeo, Gómez de la Serna introduce las corrientes vanguardistas. Describía la literatura como un juego dominado por lo irracional. En sus obras dominaba la imaginación y el sentido del humor. El autor cultiva teatro y novelas libres donde los juegos de ingenio cobran mayor importancia. Sin embargo, su mayor aportación son las greguerías: metáforas ingeniosas y humorísticas a modo de refrán (pueden ser humorísticas, conceptuales, juegos verbales o líricas). Vanguardismos españoles: el creacionismo y el ultraísmo El creacionismo llega a España de la mano de su fundador chileno Vicente Huidobro. En España destacan Juan Larrea y Gerardo Diego. Este arte crea una realidad, en lugar de imitarla. El poema se explica por sí mismo, y no por referencia al mundo exterior. La poesía emplea el caligrama, prescinde los signos de puntuación y relaciona conceptos completamente independientes. El ultraísmo llega gracias a revistas como Ultra o Grecia. Entre los poetas, sobresalen Rafael Cansinos- Asséns y Guillermo de Torre. Sus características principales son la sucesión de imágenes y metáforas irracionales, donde el tema desaparece, el empleo de versos libres para formar caligramas y la introducción de elementos modernos, como símbolo del nuevo mundo y concepto de belleza. LA GENERACIÓN DEL 27 Su momento de esplendor conocido coma la Edad de plata. La denominación del grupo de poetas En 1929 se cumple al tercer centenario de la muerte de Góngora poeta despreciada pan su poesía difícil y oscura. Sin embargo, esta generación intenta reivindicar su valor literario. “Antología poética en honor de Góngora” y homenaje en el Ateneo de Sevilla para mostrar el mundo literario propio de Góngora y su lenguaje poético autónomo. Entre los puntos en común entre las autores del 27 destaca: Ambiente social semejante: perteneciente a una clase media acomodada, intelectuales e interesados por la literatura. Su amistad y la publicación de sus primeras obras ocurre en los años 20 dichas amistades se prolongaran hasta la Guerra Civil y muchos años más. La convivencia en la Residencia de Estudiantes y la publicación de poemas en sus revistas ("La Gaceta Literaria”; “Litoral”) y su inclusión en “Poesía española” muestran su labor común. Una formación intelectual salida. Su talante abierto, liberal y progresista. Mezcla de tradición y vanguardia La generación del 27 y las vanguardias son contemporáneas. Sin embargo, los poetas del 27 no rompe con la tradición: se encuentra, por ejemplo, la fusión entre el neopopularismo y el surrealismo. La integración de elementos de la tradición y de la vanguardia se concreta en: Admiración par las autores clásicos (lirica popular de Lorca y Alberti), Bécquer y Rubén Darío influyeron en Salinas o Albert el neorramanticismo de Cernuda, Salinas o Alberti. El interés por la poesía contemporánea. Juan Ramón Jiménez introduce la poesía pura y Ramon Gómez de la Serna, la experimentación. El empleo de formas métricas clásicas (sonetos, romances, etc.) y del verso libre. La combinación de poesía popular y poesía intelectual de Lorca, Alberti y Gerardo Diego. Se llega a una situación de equilibrio. Trayectoria literaria común Se pueden trazar tres etapas, correspondientes a distintas orientaciones poéticas: La poesía pura dura hasta el 29 y recibe la influencia de las vanguardias. Se alejan de lo emotivo y el poema se concibe como un artefacto elaborado con precisión y conocimiento, destinado a desencadenar emociones intelectuales. Se emplea la metáfora y la imagen. Denota la influencia de Juan Ramón Jiménez y de Góngora, haciendo la poesía difícil, fría y deshumanizada. En estas producciones se emplean metros clásicos, y predominan los temas humanos, el amor y la muerte. El Surrealismo y la rehumanización llega hasta la Guerra Civil, donde las producciones surrealistas presentan diferencias respecto a las europeas. Más que la escritura automática, se busca un lenguaje sorprendente mediante el control y el cálculo. El surrealismo encauzó la poesía en los conflictos humanos, con la crítica del mundo: la inquietante situación socio-política trastorna a los poetas del 27. Entre las producciones de esta época, destacan “Poeta en Nueva York”, de Lorca, y Pablo Neruda, con su revista “Caballo Verde para la Poesía”. La Guerra Civil y el exilio afectó a todos los poetas del 27. Lorca fue asesinado y la mayoría se marchó. Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Damaso Diego y Josefina de la Torre se quedaron en España. Donde Dámaso Diego y Vicente Aleixandre jugaron un gran papel en la poesía de posguerra. Sus producciones toman un tono angustiado y existencialista, mientras que en el exilio, el tema es la nostalgia y el desarraigo. A medida que pasaba el tiempo, las heridas de la guerra sanabas, dando lugar a temas más diversos, manchados con la nostalgia y la soledad. Poetas de la generación del 27 Federico García Lorca es el representante de la unión entre tradición y vanguardia. Su tono popular, el cante andaluz y los metros clásicos dan cauce a la frustración y el destino trágico del ser humano. Tiene un estilo inconfundible gracias a sus metáforas, la naturaleza animada y su simbolismo. A partir de 1928, sigue una corriente surrealista. Su tono andalucista se plasma en “Cante jondo” y “Romancero gitano”, donde el neopopularismo es más notorio. Una crisis personal le lleva hasta Estados Unidos y su obra “Poeta en Nueva York”, donde expresa su protesta ante una sociedad cruel y deshumanizada, bajo la influencia del surrealismo. Rafael Alberti sufre una evolución literaria: sus inicios neopopularistas, de “Marinero en tierra”, dejaron paso al futurismo y la poesía gongorina de “Cal y canto”. El surrealismo expresa su crisis más profunda en “Sobre los ángeles”. Su lucha política se refleja en “Un fantasma recorre Europa” y la nostalgia del exilio en “Retorno de lo vivo lejano”. Su obra es muy extensa y variada en estilo y temas. Luis Cernuda se centra en el amor insatisfecho. El deseo choca contra la realidad, donde un hombre en busca de la belleza tropieza con un mundo vulgar. Su estilo posee un lenguaje sencillo y un tono coloquial y conversacional. La desolación se expresa en “Los placeres prohibidos”, como unión entre surrealismo y romanticismo. Tras la guerra, Cernuda refleja el alejamiento físico y moral de su país en “Vivir sin estar viviendo”, pero no desde la nostalgia. Pedro Salinas tiene una primera etapa influida por la vanguardia y temas relacionados con la modernidad, con obras como “Fábula y signo”. En “La voz a ti debida”, el amor es lo más profundo y auténtico, lo cual supone el momento de plenitud del autor. En el exilio escribe “Todo más claro”. Gerardo Diego fue de gran importancia en el creacionismo y la experimentación, con obras como “Imagen”. Por otro lado, cultivó una poesía tradicional y popular: “El romancero de la novia”. Vicente Aleixandre expresa su deseo de unión entre el ser humano y la naturaleza en su etapa más joven, bajo la influencia del surrealismo, expresado por medio de las metáforas irracionales y los versos libres. Destaca “Espadas como labios”. Tras la guerra, aparece la solidaridad y la compasión por los españoles en “Historias del corazón”, mientras que en sus últimos años trata el sentido de la vida y el destino. La primera obra de Dámaso Alonso se clasifica en la poesía pura: “Poemas puros: poemillas de la ciudad”. Mucho más tarde, en “Hijos de la ira”, expresa su descontento y angustia por el mundo que le rodea y el destino del hombre. La prosa y el ensayo en la generación del 27 La prosa sufre la el mismo proceso que la poesía: la influencia de las vanguardias que deriva en la rehumanización y el compromiso político. La novela sirve como herramienta de experimentación de metáforas y humor. Es el ejemplo de autores como Francisco Ayala, Max Aub y Rosa Chacel. El ensayo de carácter literario adquiere importancia. Gran producción de revistas como “La Gaceta Literaria”, de índole informativa del arte; “Cruz y Raya”, con ensayos de tipo humanista; y “Revista de Occidente”, con un espíritu europeísta.