LA SEGIRIDAD EN EL SIGLO XX1 ICIP Research 06
LA SEGIRIDAD EN EL SIGLO XX1 ICIP Research 06
LA SEGIRIDAD EN EL SIGLO XX1 ICIP Research 06
EN EL SIGLO XXI,
DESDE LO GLOBAL
A LO LOCAL
06
LA SEGURIDAD
EN EL SIGLO XXI,
DESDE LO GLOBAL
A LO LOCAL
Santiago ÁLVAREZ
Irene COMINS
Rafael MARTINEZ
6 Vicent MARTÍNEZ GUZMÁN
Karlos PÉREZ DE ARMIÑO
José Antonio SANAHUJA
Diego TORRENTE
Nuria DEL VISO
Biblioteca de Catalunya. Dades CIP
Disseny i Maquetació
Entitat Autònoma del Diari Oficial i de Publicacions
ISBN 978-84-393-9882-0
SUMARIO
PRESENTACIÓN 5
Xavier Masllorens
Rafael Martinez
Diego Torrente
SUMARIO 3
6.- CONFLICTOS DE LA CIUDAD ACTUAL
Y TENTACIÓN SECURITARIA 99
Santiago Álvarez
Xavier Masllorens
Presidente
Instituto Catalán Internacional para la Paz
PRESENTACIÓN 5
Quiero también, sintéticamente, hacer tres apuntes para que se entienda
bien el interés que tiene el ICIP para profundizar en la temática de esta
publicación. En primer lugar, un interés especial porque las políticas públi-
cas de paz y de seguridad serán, a partir de ahora, una de las prioridades
de trabajo focales de nuestro instituto. No se trata de una novedad. En la
agenda del ICIP este tema ya ha estado muy presente durante los ocho años
anteriores, y lo que hacemos ahora es reforzar la línea iniciada y convertirla
en una seña de identidad institucional. En segundo lugar, porque queremos
ofrecer una visión orientadora en un momento en que las políticas nacio-
nales de seguridad, que son la base sobre la que se había construido todo el
entramado actual de seguridad, deben afrontar retos y amenazas que no son
nacionales, que son transnacionales, que tienen características diferentes,
causalidades muy diversas, y que piden respuestas adecuadas a la madurez
de nuestra sociedad. En consecuencia, podríamos decir que ha cambiado el
tablero y que no podemos aceptar tener unas respuestas predeterminadas
cuando en realidad, las preguntas al inicio del siglo xxi ya son otras, y son
muy diferentes. Esta es la segunda razón por la que interesa seguir trabajan-
do el tema, para dar pistas orientadoras en este momento de incertidumbre.
Resumen
El concepto de seguridad humana emergió en 1994 ligado al enfoque del
desarrollo humano como cuestionamiento de la visión tradicional de la
seguridad, estatocéntrica y militar. A pesar de sus aportes, ha sido criti-
cado por su escasa profundidad teórica y por su instrumentalización al
servicio del orden hegemónico liberal. Sin embargo, sostenemos que to-
davía encierra un potencial útil para el análisis crítico y la orientación de
políticas transformadoras. Para aprovecharlo, sería preciso que reforzara
su fundamentación teórica nutriéndose de los aportes que los estudios
críticos de seguridad vienen realizando en torno al estudio de dos dimen-
siones vinculadas a la seguridad: las relaciones de poder y las identidades.
Palabras clave:
Seguridad humana, estudios críticos de seguridad, identidades, poder.
1. Introducción
1 Este trabajo se enmarca en las actividades del Grupo de Investigación sobre Seguridad Humana,
Desarrollo Humano Local y Cooperación Internacional, del sistema universitario vasco. IT1037-
16. del cual el autor es Investigador Principal.
1. LA SEGURIDAD HUMANA. LÍMITES Y POTENCIALIDADES PARA ORIENTAR EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LAS POLÍTICAS 7
humana puede tener tanto en el plano analítico como en el operativo.
Tal concepto emergió con fuerza en los 90 como resultado de diferentes
transformaciones surgidas en la sociedad internacional, así como de una
evolución teórica experimentada en dos campos, el de los estudios de
desarrollo y el de la seguridad. 2 Todos estos cambios confluyeron en el
aumento del cuestionamiento, iniciado ya durante la Guerra Fría, de la
visión tradicional de la seguridad y de su carácter estatocéntrico y militar.
2 Un análisis reciente y amplio de la evolución de los estudios de seguridad, abarcando sus dife-
rentes visiones y corrientes hasta la actualidad, puede verse en Buzan y Hansen (2009).
1. LA SEGURIDAD HUMANA. LÍMITES Y POTENCIALIDADES PARA ORIENTAR EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LAS POLÍTICAS 9
breza y el conflicto armado, y, por lo tanto, de la necesidad de satisfacer las
necesidades básicas para prevenir estos a largo plazo. Ambas ideas, de las
que fue pionero John Burton (1990) han ejercido una crucial influencia en
la evolución del pensamiento sobre seguridad y en la posterior aparición del
concepto de seguridad humana.
1. LA SEGURIDAD HUMANA. LÍMITES Y POTENCIALIDADES PARA ORIENTAR EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LAS POLÍTICAS 11
libertad frente al miedo, esto es, a la protección física ante la violencia en
contextos de conflicto así como a la prevención y resolución de los mismos,
por lo que supuso un abandono de los factores relativos al bienestar y el desa-
rrollo. Esta limitación del contenido de la seguridad humana fue promovida
con el argumento de hacer que el concepto fuera más concreto, medible y
operativo, lo cual sin embargo, para otra parte de la academia, ha supuesto
una pérdida de su potencial analítico y crítico. Tal enfoque restringido, res-
paldado por gobiernos como el canadiense (hasta 2006) se convirtió pronto
en el hegemónico.
3 Una síntesis de las potencialidades de la seguridad humana y de los riesgos de su uso puede
verse en Pérez de Armiño (2007).
1. LA SEGURIDAD HUMANA. LÍMITES Y POTENCIALIDADES PARA ORIENTAR EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LAS POLÍTICAS 13
ces a las fuerzas del mercado, garantice las necesidades básicas de las
personas y la mejora de su bienestar socioeconómico, lo cual podría
contribuir a subrayar la importancia de los derechos socioeconómicos.
A pesar de los citados aportes del concepto de seguridad humana, son mu-
chas también las voces que han señalado sus carencias teóricas y los riesgos
derivados de su implementación, entre los que destacan los siguientes.
1. LA SEGURIDAD HUMANA. LÍMITES Y POTENCIALIDADES PARA ORIENTAR EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LAS POLÍTICAS 15
ha sido también utilizada para justificar las denominadas “inter-
venciones humanitarias”, o actuaciones militares justificadas con el
objetivo de evitar graves conculcaciones de los derechos humanos,
pero que suelen responder a intereses económicos y políticos de sus
ejecutores (Richmond, 2011:43).
1. LA SEGURIDAD HUMANA. LÍMITES Y POTENCIALIDADES PARA ORIENTAR EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LAS POLÍTICAS 17
Europa desde principios de la década de 1990, se trata de un conjunto de
enfoques vinculados a las diversas corrientes pospositivistas surgidas en este
período en la disciplina de las Relaciones Internacionales.4
Otra asunción básica de estas corrientes es que existe una relación entre el
conocimiento o ideas dominantes, y las estructuras y relaciones de poder
imperantes. Por tanto, los discursos sobre seguridad reflejan y consolidan
unas determinadas relaciones de poder a diferentes niveles (internacional,
social, de género, etc.). Así, consideran que los estudios tradicionales de se-
guridad encierran un posicionamiento conservador, que defienden intereses
determinados bajo el falso argumento de que la seguridad y las amenazas
son objetivas (Mutimer, 2007:147). Por el contrario, los estudios críticos no
se orientan a la mera solución de problemas (problem-solving) en el marco
del statu quo, sino a una radical objeción de éste en sus diferentes planos:
estructuras, instituciones, intereses a las que sirven, relaciones dominantes
de poder, discursos, normas y valores.
4 Existen diversos estudios de la tipología y evolución de los estudios críticos de seguridad. Véanse
por ejemplo Peoples y Vaughan-Williams (2010).
1. LA SEGURIDAD HUMANA. LÍMITES Y POTENCIALIDADES PARA ORIENTAR EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LAS POLÍTICAS 19
sis críticos e incisivos sobre conceptos clave (amenaza, seguridad, terroris-
mo, etc.) a fin de desvelar los intereses que subyacen a las interpretaciones
dominantes de los mismos. Los trabajos posestructuralistas han realizado
así relevantes aportes epistemológicos al estudio de la seguridad y de otras
problemáticas sociales, que en nuestra opinión se centran sobre todo en dos
dimensiones: las relaciones de poder y las identidades.
1. LA SEGURIDAD HUMANA. LÍMITES Y POTENCIALIDADES PARA ORIENTAR EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LAS POLÍTICAS 21
dimensiones de la seguridad (violencia, justicia, poder, etc.) empleando un
análisis de género (Sylvester, 2010). En efecto, un primer cometido de estos
enfoques ha sido el de poner en evidencia el olvido tanto de las mujeres
como de las estructuras patriarcales de género en los estudios de seguri-
dad estatocéntricos, centrados en las visiones, intereses y acciones de los
hombres. El feminismo de punto de vista ha ayudado a comprender cómo
la guerra afecta de forma dispar a mujeres y hombres según las relaciones
de poder y sus roles sociales, ha analizado formas de violencia e insegu-
ridad antes invisibles en los estudios tradicionales (violación como arma
de guerra, prostitución, violencia doméstica, etc.) y ha construido teorías
de seguridad en base a las visiones y experiencias de las mujeres. Ahora
bien, esta perspectiva teórica ha sido cuestionada por autoras posestruc-
turalistas, como Spike Peterson (1992), quienes sostienen que el objetivo
no es tanto visibilizar a las mujeres, sus visiones y experiencias, sino más
bien transformar las formas en que conocemos el mundo, ya que tal cono-
cimiento se basa en las asunciones dominantes sobre identidad (masculi-
nidad/feminidad) y en ideologías de jerarquía y dominación de género que
causan violencia e inseguridad.
Conclusiones
Como hemos visto, la seguridad humana ha sido criticada por su escaso inte-
rés por los debates teóricos, su falta de cuestionamiento de las estructuras de
poder que generan opresión e inseguridad humana, y su instrumentalización
al servicio de la gobernanza del orden neoliberal. Sin embargo, al igual que
una parte, quizá minoritaria, de los estudios críticos de seguridad, conside-
ramos que el concepto de seguridad humana no debería ser repudiado, sino
Otras dos dimensiones identitarias analizadas por los estudios críticos son
la raza y la cultura local. El factor racial, ignorado en las corrientes principa-
les de las Relaciones Internacionales y la seguridad, resulta disonante para
el pensamiento liberal y su concepción de un individuo dotado de valores
y derechos universales. Sin embargo, diferentes voces posestructuralistas
y poscoloniales revelan la vigencia del racismo como una herramienta de
gobernanza global, que condiciona el hecho de que unas poblaciones vivan
con seguridad y otras no. Esas mismas corrientes también subrayan que las
culturas y contextos locales resultan determinantes, por ejemplo, para las
1. LA SEGURIDAD HUMANA. LÍMITES Y POTENCIALIDADES PARA ORIENTAR EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LAS POLÍTICAS 23
percepciones sobre la seguridad y las amenazas. De este modo, tomar más
en cuenta las diferencias culturales le ayudaría a la seguridad humana a des-
pojarse de la carga de etnocentrismo que pueda acarrear cuando se formula
como un objetivo universal ligado a la idea liberal de un individuo abstrac-
to. Coincidimos con Richmond (2011:44-52) cuando afirma que es preciso
redefinir la seguridad humana en clave posliberal y poscolonial, prestando
mucha más atención a los contextos locales, a la identidad y necesidades de
la población local, a la percepción de esta sobre su situación de seguridad y
su propia capacidad de decisión.
Por otro lado, los estudios críticos de seguridad también pueden contribuir
a que la literatura sobre seguridad humana se implique en el análisis de
las estructuras y relaciones de poder. En concreto, le podrían dotar de una
mayor capacidad teórica para explicar la relación entre agencia y estructu-
ra, esto es, la relación entre la seguridad del individuo y los diversos fac-
tores estructurales y relaciones de poder que delimitan aquella (Newman,
2010:93). En este sentido, la Teoría Crítica le puede proporcionar un marco
de análisis crítico sobre el papel del Estado y del vigente sistema económico
y político global como generadores de inseguridad, así como una orientación
normativa basada en la identificación de la seguridad con la emancipación
humana. A su vez, la corriente poscolonial ayuda a desvelar la persistencia
de un imaginario que posibilita prácticas hegemónicas occidentales genera-
doras de inseguridad en el Sur. Por último, las herramientas analíticas del
posestructuralismo permiten deconstruir conceptos y discursos imperantes,
revelando las desiguales relaciones de poder existentes, así como los meca-
nismos de biopolítica global con los que los países poderosos ejercen control
sobre las sociedades de países periféricos.
--Booth, Ken (ed.) (2005). Critical Security Studies and World Politics,
Boulder (Colorado): Lynne Renner.
--Buzan, Barry (1983). People, States and Fear: The National Security Prob-
lem in International Relations, Brighton (Inglaterra): Wheatsheaf.
--Chandler, David (2008). “Review Essay: Human Security: The Dog that
Didn’t Bark”, en Security Dialogue, nº 30, pp. 427-438.
1. LA SEGURIDAD HUMANA. LÍMITES Y POTENCIALIDADES PARA ORIENTAR EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LAS POLÍTICAS 25
--Chandler, David y Nik Hynek (eds.) (2011). Critical Perspectives on Hu-
man Security: Rethinking Emancipation and Power in International
Relations, Londres: Routledge.
1. LA SEGURIDAD HUMANA. LÍMITES Y POTENCIALIDADES PARA ORIENTAR EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LAS POLÍTICAS 27
--Schittecatte, Catherine (2006). “Toward a More Inclusive Global Gover-
nance and Enhanced Human Security’, en Maclean, Sandra J., David R.
Black y Timothy M. Shaw (eds.). A Decade of Human Security: Global
Governance and New Multilateralisms, Hampshire (Inglaterra): Ash-
gate, pp. 129-144.
--Suhrke, Astri (1999). “Human Security and the Interests of States”, en Se-
curity Dialogue, vol. 30, nº 3, pp. 265-276.
Rafa Martínez
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración
Universidad de Barcelona
Resumen
El final de la Guerra Fría, y el ‘desorden’ del sistema político internacio-
nal que ello comportó, fomentó la aparición de actores internacionales
no estatales –transnacionales- que han modificado la tipología de las
amenazas y los riesgos. Ello ha traído consigo un replanteamiento de la
seguridad de los Estados. Ese nuevo escenario y retos hacen necesario
actuar de manera integral y multilateralidad; al mismo tiempo que exi-
ge una actuación más preventiva y proactiva para lo cual las Estrategias
Nacionales de Seguridad resultan herramientas clave.
Palabras Clave:
Estrategias Nacionales de Seguridad, Riesgos, Amenazas.
2 Acepciones estas últimas recogidas en la edición del tricentenario del Diccionario de la lengua
española de la RAE.
Por otro lado, cada vez más el modelo que se anhela de seguridad es la proac-
tiva, aquella que pretende desentrañar las causas profundas que generan las
amenazas y actuar sobre ellas para evitar que la amenaza misma nazca. En
definitiva, ser capaz de alterar el curso de los acontecimientos para que el
presumible daño no se llegue ni a producir. Esto supone un salto cualitativo
muy relevante puesto que hemos pasado de la seguridad reactiva a la proac-
tiva pasando por al preventiva en apenas cinco décadas. Es decir, durante
siglos la seguridad de los territorios se cifraba en la capacidad de reaccionar
de un modo mucho más virulento al ataque recibido. De ahí, se evolucionó
hacia un paradigma bajo el que se había asumido que el agente hostil nos
golpearía y que nosotros, además de reaccionar, deberíamos disponer de
Tal y como nos advierte Edwards (2008), una Estrategia de Seguridad Nacio-
nal (en adelante ESN) es una herramienta mediante la que poder establecer
los intereses esenciales del país y los valores que se consideran prioritarios en
ese Estado. Con el fin de proteger esos intereses y valores, se arranca siempre
de una determinación clara de su realidad presente y futura, así como de la
que le circunda, lo cual le permite identificar los riesgos que le amenazan y
preocupan. Desde esa concreción, la fijación de prioridades de seguridad y
la asignación de recursos es el siguiente paso al que, indefectiblemente, le
sigue la determinación de qué líneas de actuación se activarán, qué recursos
se atesoran y quiénes son los diferentes responsables. En cambio, carecer de
una ESN dificulta la actuación proactiva puesto que se adolece de una visión
holística que facilite un marco analítico adecuado y se manejan, por tanto,
visiones fragmentadas. Además, la ausencia de ESN genera una inexistencia
de prioridades, lo cual acostumbra a conferir la preeminencia a las amena-
zas según ‘el ruido’ de la misma y el momento político en que se materializa.
Igualmente, la falta del análisis previo que comportan las estrategias supone
dificultades para activar alertas tempranas. Pero seguramente lo peor es la
indefinición de los liderazgos ante grandes crisis. “Gestionar la Seguridad
Nacional sin una estrategia equivale a dirigir una orquesta sin partitura”
(Edwards, 2008:7).
a) ONU
b) UE
En los tres documentos cabe advertir tres objetivos estratégicos que subsis-
ten, texto tras texto. Por un lado, la idea de seguridad multilateral. Las tres
estrategias coinciden en la idea de alcanzar el orden internacional mediante
la colaboración interestatal. Por otro lado, los tres documentos al definir las
amenazas no se circunscriben estrictamente a la región, sino también, a to-
das aquellas amenazas que, aunque alejadas, puedan golpear en la eurozona.
Por ello, no es de extrañar que otra de las constantes sea la del empeño en
proveer seguridad a los países vecinos como vía mediante la que alejar los
riesgo de la Unión.
Año
2004 2008 2016
Terrorismo Terrorismo Terrorismo
Delincuencia organizada Delincuencia organizada Delincuencia organizada
Armas destrucción masiva Armas destrucción masiva
Seguridad Energética Seguridad Energética
Ciberseguridad Ciberseguridad
Conflictos regionales
Estados fallidos
Cambio climático
Gestión fronteras exteriores
Híbridas
Fuente: Elaboración propia a partir de las Estrategias europeas de seguridad de 2004,2008 y 2016
c) OTAN
a) Holanda
Los Países Bajos diseñaron en 2007 una ESN en la que se formularon prin-
cipios que dirigen a los cinco sectores que consideraron principales en sus
Fuente: Elaboración propia a partir de la Estrategia de Seguridad Nacional del Reino Unido de la
Gran Bretaña de 2008
El cambio de gobierno provocó una nueva ESN en 2010 que mantuvo una
respetuosa continuidad con la precedente; signo inequívoco de tratarse de
una cuestión de Estado discutida, ya antes y también ahora, por las fuerzas
políticas del gobierno y de la oposición. Presenta una peculiaridad que no da
la sensación de haber cuajado en la literatura, pero que puede ser muy relevan-
te. Ésta no es otra que la distinción entre amenaza, que será la que presenta
una articulación genérica, difusa, y el riesgo, que, en cambio es mucho más
específico es su concreción. Bajo esta conceptualización seis amenazas. Tres
internas: la posibilidad de un IRA residual, un desastre natural y la entonces
incipiente crisis económica. Y tres externas: la proliferación nuclear en Oriente
Medio, el crimen organizado y el cibercrimen. En cuanto a riesgos, articula
quince que los jerarquiza por paquetes de cinco en tres niveles de gravedad.4
4 “Nivel I: 1. Terrorismo internacional que afecte al país o sus intereses, incluyendo un ata-
que químico, biológico, radiológico o nuclear (NBQR) por terroristas; y el creciente nivel de
terrorismo en Irlanda del Norte. 2. Ataques hostiles al ciberespacio por otros estados y el
cibercrimen de gran escala. 3. Accidentes naturales o importantes que requieran una respu-
esta nacional como inundaciones que afecten a tres o más regiones del país o una pandemia
de gripe. 4. Una crisis militar internacional entre estados, afectando al país y sus aliados, así
como a actores estatales y no estatales. Nivel II: 5. Ataques a territorios nacionales o en el
exterior por otro estado o representante utilizando armas químicas, biológicas, radiológicas
o nucleares. 6. Riesgo de inestabilidad importante, insurgencia o guerra civil en el exterior
que cree un entorno que los terroristas puedan explotar para amenazar al país. 7. Un au-
mento significativo del nivel del crimen organizado. 8. Alteración severa de la información
recibida, transmitida o recopilada por satélites, posiblemente como resultado de un ataque
deliberado por otro estado. Nivel III: 9. Un ataque militar convencional a gran escala por otro
estado (sin usar armas NBQR) produciendo víctimas mortales y daños a las infraestructuras.
10. Aumento significativo del nivel de los terroristas, delincuentes organizados, inmigrantes
ilegales y mercancías ilícitas que intenten cruzar la frontera. 11. Alteración del suministro de
petróleo o gas, o inestabilidad en los precios como resultado de una guerra, accidente, agita-
ción política importante o manipulación deliberada del suministro por los proveedores. 12.
Escape importante de material radioactivo de una instalación nuclear civil que afecte a una o
más regiones. 13. Un ataque convencional por un estado a un miembro de la UE o la OTAN.
14. Un ataque a territorio exterior como resultado de una disputa soberana o un conflicto
regional más amplio. 15. Alteración a corto y medio plazo de los suministros internacionales
de recursos (alimentos, minerales).” (IEEE, 2010: 6-7).
Las dos diferencias son que la ESN de 2011 introduce todo un apartado de
‘potenciadores del riesgo’ -al estilo de la estrategia británica de 2008-, algo
que la de 2013 elimina, y la articulación del modelo institucional de gestión
de las amenazas y provisión de la seguridad. Así, para el gobierno de Ro-
dríguez Zapatero, no son riesgos o amenazas; pero incrementan conside-
rablemente la posibilidad de que se genere algún tipo de hostilidad: (i) las
disfunciones de la globalización, (ii) los desequilibrios demográficos, (iii) la
pobreza y la desigualdad, (iv) el cambio climático, (v) los peligros tecnológi-
cos y (vi) las ideologías radicales y no democráticas.
Cambio climático X X X X
Pandemias X X
Conflictos entre Estados X X
Armas destrucción masiva X X X X
Crimen organizado transnacional X X X
Conflictos internos X
Terrorismo X X X X
Ciberataques X
Estados fallidos X
Seguridad energética X X X
Vulnerabilidad fronteras X
Híbridas
Amenazas de terceros no bélicas
Flujos migratorios descontrolados X
Catástrofes
Son tres las amenazas a las que podemos conferir, a la vista de esta compa-
rativa, carácter estructural:
(i) El terrorismo
(ii) El crimen transnacional organizado y
(iii) Las armas de destrucción masiva
X X X X X
X X X X
X X X X X
X X X X X X X X
X X X X X X X
X X X X X X X
X X X X X X X
X X
X X X
X
X
X X X
X X X
X X X X X
Conclusiones
Existe una tendencia, por fortuna cada vez menos acusada, de identificar
seguridad con defensa, y lo que aún es peor, con militar y con armamen-
to. Ello provoca sinsentidos como considerar que la política militar de un
Estado es su política de seguridad. En cambio, la simple lectura de las
diferentes estrategias deja clarísimo que el concepto de Seguridad Nacio-
nal es mucho más amplio que, por ejemplo, los de Defensa Nacional o de
Seguridad Interior.
Por último, conviene tener muy presente que las ESN no son una panacea, no
son ese bálsamo de Fierabrás que todo lo cura, del que nos hablara el Quijo-
te. Las ESN no detallan qué hacer en cada caso y ante cada materialización
de un riesgo. Todo lo que hacen, que no es poco, es fijar marcos para que
las seguridades sectoriales desarrollen sus planes específicos. Al igual que
una Constitución concreta los principios rectores que inspiran luego toda la
legislación, las Estrategias de Seguridad Nacionales concretan las guías que
han de servir al desarrollo en cascada de todas las seguridades sectoriales.
Bibliografía
--Arteaga, Félix (2006). La seguridad alemana y las fuerzas armadas en el
Libro Blanco de 2006, Madrid, Fundación Elcano, ARI 96/2006.
Resumen
La Estrategia Global y de Seguridad de la Unión Europea, aprobada en
2016, representa un importante cambio de visión, narrativa y propósito
para la identidad de la UE en el plano global y ante su ciudadanía y Es-
tados miembros. Queda atrás el enfoque cosmopolita de la Estrategia de
2003, a la que sustituye, y se opta por una visión más realista y pragmá-
tica, que trata de conjurar riesgos y amenazas en la vecindad europea,
problemas de fragmentación institucional, y las fuerzas centrífugas que
afectan a la propia UE. En particular, la Estrategia busca una nueva le-
gitimidad securitaria para una UE en crisis.
Palabras clave:
Unión Europea, seguridad, política exterior, defensa.
Tres son los elementos que vertebran la EGS: primero, la definición de inte-
reses y valores compartidos de la UE ante el mundo; segundo, las prioridades
La EGS define con claridad las cinco prioridades de la acción exterior de la UE.
Estas son: la seguridad de la Unión; la resiliencia de la vecindad; la gestión
integrada de los conflictos; el apoyo a órdenes regionales; y la reforma de la
gobernanza mundial. En conjunto, estas prioridades indicarían que pese al
pretendido carácter “global” de la EGS, el documento está presidido por preo-
cupaciones de seguridad y un claro enfoque hacia la vecindad de la propia UE.
No hay novedades en una relaciones con esa región que han estado caracte-
rizadas por la inercia y la falta de un horizonte estratégico (Sanahuja 2015).
La EGS pretende “revivir” y “ampliar” la cooperación atlántica a través de
elementos ya conocidos: la firma de los Acuerdos de Asociación pendientes
–en particular, con Mercosur– y la profundización de las relaciones con
CELAC y otros grupos regionales “en función de sus ventajas competitivas”.
La EGS sugiere nuevos ámbitos de cooperación, pero se enfrenta a varios
obstáculos: si se adopta una visión desarrollista tradicional centrada en la
reducción de la pobreza, América Latina debe ser “graduada” como recep-
tora de asistencia; si se asume la visión “securitizada” de la cooperación que
permea la EGS, tampoco se justificaría mantener la ayuda a América Latina.
Paradójicamente, esa relación birregional podría revivir fuera del guión tra-
zado por la EGS, ya superado por los acontecimientos: el triunfo de Trump
–con el que Estados Unidos se distancia tanto de la UE como de América
Latina– puede animar la convergencia de ambas regiones en la defensa de
un sistema internacional abierto y sometido a normas.
Esta prioridad fija el foco geográfico de la EGS, y a la vez, aporta una de sus
principales novedades: el concepto de “resiliencia”, que se define como “la
En segundo lugar, para ser creíble como actor global, no basta con el “poder
simbólico” de la UE. Es necesario aumentar el gasto de defensa y mejorar
el planeamiento común del mismo, con más y mejores medios militares,
capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento –con acceso autó-
nomo a satélites–, cumplir los compromisos sobre gasto en I+D de defensa,
y promover una industria militar autónoma y sostenible.
Esta rápida revisión de la EGS muestra una estrategia menos “global” que la
evaluación estratégica de 2015, y más centrada en una vecindad inestable y
conflictiva. Puede inferirse que la UE, más consciente de sus limitaciones,
delega en Estados Unidos los retos de seguridad más allá de su vecindad, y
en particular en Asia. Esto podía tener cierta lógica con la estrategia Obama
de pivot hacia Asia de 2012, y su previsible continuación si se producía una
victoria de Hillary Clinton. Pero el triunfo de Trump hace que en no pocos
aspectos la EGS ha nacido desactualizada y con serias carencias: Estados
Unidos no es el socio que se esperaba –el TTIP queda descartado, y su com-
promiso con la OTAN está en cuestión–, y es un factor más de incertidumbre
y de riesgo de conflicto en Asia. Como se señaló, ubicar a América Latina y
Desde esta perspectiva, la EGS puede interpretarse como una nueva legitima-
ción securitaria para la UE, que redefine o deja atrás la narrativa cosmopolita
que la había caracterizado en el pasado y que permeaba la Estrategia de 2003.
Ello ocurre en un escenario de amplia desafección ciudadana ante la crisis so-
cial y la erosión de los derechos económicos y sociales, la creciente inseguridad
laboral y la incertidumbre ante el cambio socio-económico. La EGS sería parte
de un proceso de transición más amplio, en el que las instituciones de la UE
tratan de afirmar su identidad y su misma razón de ser frente a una ciudadanía
y unos Estados miembros sometidos a presiones euroescépticas y nacionalistas
desde la derecha y la extrema derecha de la respectiva arena política nacional.
Un proceso en el que se dejaría atrás una UE cuya legitimidad –en tanto legiti-
midad de resultado, clave para una UE con serias carencias de legitimidad de
origen– procedía primordialmente de su capacidad de proporcionar bienestar
a su ciudadanía, y se afirma una UE cuya legitimidad dependería en mayor
medida de su papel como proveedora de seguridad.
Bibliografía
--Arteaga, F. (2017). “European defence between the Global Strategy and its
implementation”, Real Instituto Elcano Working Paper 4/2017, 16 de febrero.
--Unión Europea (2016). Una visión común, una actuación conjunta: una
Europa más fuerte. Estrategia global para la política exterior y de segu-
ridad de la Unión Europea. Bruselas: Servicio Europeo de Acción Exterior
(SEAE), junio.
Resumen
Estados, instituciones de seguridad y corporaciones han logrado apro-
piarse del debate del cambio climático, que ha quedado restringido a los
estrechos márgenes de la seguridad nacional en el sentido más clásico,
mientras se ignoran las causas, responsabilidades diferenciadas e im-
pactos desiguales. El calentamiento global se presenta como peligro y
“multiplicador de amenazas” que nos aboca a un mundo convulso. Las
respuestas se reducen a la securitización a través de una “gestión de cri-
sis” cortoplacista, una adaptación y resiliencia asentadas en supuestos
injustos, la mercantilización de la crisis climática y de un tecnoptimismo
ilimitado. En definitiva, se profundizan las brechas que separan a los
privilegiados de los desposeídos.
Palabras clave:
Securitización, mercantilización, crisis socioecológica, injusticia am-
biental, seguridad humana.
Un escenario catastrófico
1 Ya se han superado tres de los nueve umbrales ecológicos identificados por los expertos: satura-
ción de CO2, declive de la biodiversidad, y la interferencia humana en el ciclo de nitrógeno de los
suelos. De los seis restantes (acidificación de los océanos, vertido de fósforo al mar, concentración
de ozono estratosférico, disponibilidad de agua dulce, cambio de usos del suelo a tierras de cultivo
y contaminación química) varias categorías se acercan rápidamente al umbral de sostenibilidad.
Estos nueve límites son interdependientes; la degradación de uno afecta a la salud del resto.
2 Para ampliar esta cuestión pueden consultarse los trabajos de Antonio Turiel, Pedro Prieto y
Antonio y Alicia Valero.
Securitización
La securitización3 del cambio climático se gestó a principios del siglo xxi. Do-
cumentos de instituciones internacionales y organismos de diferentes paí-
ses de la OCDE comenzaron a definir la desestabilización climática como un
“multiplicador de amenazas”. Primeramente apareció en el informe del Grupo
de Alto Nivel de Expertos de la ONU sobre las amenazas, desafíos y cambios
(2004:15). Pero fue sobre todo a partir de 2007-2008, precisamente cuando
declinaba la fiebre antiterrorista post 11S, cuando desde organismos de política
exterior y seguridad de ambas orillas del Atlántico se empezó a enmarcar el
calentamiento global como amenaza a la seguridad. Uno de estos documento
es Age of Consequences: The Foreign Policy and National Security Implica-
tions of Global Climate Change, elaborado en 2007 por dos influyentes think
tanks de EEUU. En 2008 se publicó un documento conjunto del Alto Repre-
sentante de Política Exterior y Política de Seguridad de la UE y la Comisión
de Relaciones Exteriores, titulado Climate Change and International Security,
que evaluaba las posibles implicaciones de seguridad del cambio climático.
En términos similares se expresaba la Estrategia Europea de Seguridad –o
Informe Solana– de 2003 y en su revisión de 2008.
3 El concepto de securitización hace referencia a aquellos procesos en los que se aborda con medidas
de seguridad y por medios militares procesos y problemas de otra naturaleza, básicamente política.
4 Hayes muestra cómo después de que el Grupo II del IPCC publicara su informe sobre «Impac-
tos, adaptación y vulnerabilidad» (AR5) en 2014, enfocado en la seguridad y defensa nacional
frente a conflictos climáticos, el Governor’s Military Affairs Coordinating Committee (GMACC)
en su “traducción” del informe apareció una línea que no figuraba en el informe original que
aseguraba que las amenazas descritas «afectaban directamente… al ejército» (Hayes, 2017:77).
5 Entre otros, el Informe Stern (Gobierno del Reino Unido, 2006); Quadrennial Defense Review, del
Departamento de Defensa en 2010; Global Trends 2025: A Transformed World, publicado por
la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI, por sus siglas en inglés) y el Consejo Nacional
de Inteligencia (NIC, por sus siglas en inglés) en 2008; The Impact of Climate Change to
2030 (2009), Global Water Security (2012), y Natural Resources in 2020, 2030, and 2040:
Implications for the United States (2013), todos ellos de las agencias de inteligencia DNI
y del NIC; Estrategia Nacional de Inteligencia de EEUU (CIA, 2014).
Mercantilización
Fronteras infranqueables
6 La agricultura climáticamente inteligente (CSA, por sus siglas en inglés) pretende reorientar los
sistemas agrícolas para apoyar el desarrollo y garantizar la seguridad alimentaria en el contex-
to de un clima cambiante. La agricultura climáticamente inteligente persigue tres objetivos: el
aumento sostenible de la productividad y los ingresos agrícolas, la adaptación y la creación de
resiliencia ante el cambio climático y la reducción y/o absorción de gases de efecto invernadero,
en la medida de lo posible. Fuente: FAO. http://www.fao.org/climate-smart-agriculture/es/
Si bien en los primeros años, a fines del siglo XX, las operaciones de los estados
de la UE eran básicamente de rescate, el endurecimiento de la legislación ha
hecho bascular el objetivo para impedir la llegada de desplazados al territorio
europeo o, en su caso, su internamiento o rápida devolución. La respuesta des-
de el Norte es securitización de la política de migración; militarización de las
fronteras; y externalización de su gestión a terceros países, México en el caso
de EEUU, y los países del norte de África y Sahel en el de Europa.
La idea del cambio climático como amenaza y espita de conflictos que aboca
a un mundo desordenado e inestable resulta funcional a estados y corpora-
ciones para legitimar su estrategia e intereses y rentabilizar el desastre. Sin
embargo, presenta una serie de limitaciones conceptuales que merecen una
reflexión crítica, como examino a continuación.
Implicaciones peligrosas
Nociones problemáticas
El discurso en torno a la crisis del clima está cruzado por ideas, interpre-
taciones y vinculaciones entre conceptos que carecen de base científica y
resultan, como mínimo, cuestionables. Veamos algunos de ellos.
No cabe duda que los estados deben adaptarse a las nuevas condiciones cli-
máticas, pero no a costa de situar en primer plano los intereses de estados,
sus agencias de seguridad y corporaciones. Presentar la adaptación como
algo novedoso resulta sorprendente cuando es precisamente lo que han es-
tado haciendo la sociedad civil organizada de todo el mundo desde tiempos
inmemoriales para hacer frente a cambios como las variaciones climáticas
(Buxton y Hayes, 2017:287). La adaptación a escala local se ve, de hecho,
Conclusiones
Bibliografia
--Andersson, Ruben (2014). Illegality Inc. Oakland: University of California
Press.
--Baldwin, Cathy y Robin King (2017) What about the people? The socia-
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--Campbell et al. (2007). Age of Consequences: The Foreign Policy and Na-
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CNA; GACGC.
--Grupo de Alto Nivel sobre las amenazas, los desafíos y el cambio (2004). Un
mundo más seguro: la responsabilidad que compartimos. Nueva York: ONU.
--Klein, Naomi (2012). La doctrina del shock: El auge del capitalismo del
desastre. Barcelona: Planeta.
Resumen
El presente capítulo analiza las grandes respuestas de los cuerpos policia-
les españoles ante los retos actuales de la seguridad y los factores que los
explican. En primer lugar, se hace un repaso de los condicionantes de las
políticas policiales. En segundo lugar, se comentan algunos de los cam-
bios recientes en el entorno de los cuerpos policiales y en los problemas de
seguridad. Después, se explican tres macro-tendencias en las estrategias
policiales y se analiza su lógica con respecto a los cambios en el entorno.
En primer lugar está la tendencia hacia planteamientos estratégicos ecléc-
ticos, centrados en la especialización, las alianzas con grupos sociales y el
uso de las nuevas tecnologías. El propósito común es mejorar la capacidad
de inteligencia de la Policía. En segundo lugar, el texto profundiza en la
tendencia a mantener y fomentar colaboraciones y alianzas con diferen-
tes organizaciones y grupos públicos, privados y del sector terciario. En
tercer lugar, se introducen diferentes tecnologías policiales y el rol de las
TIC ante las nuevas necesidades y demandas de seguridad. La metodolo-
gía del capítulo está basada en una revisión de la literatura internacional
reciente, la aportación de datos estadísticos policiales, la revisión de los
planes estratégicos de diferentes cuerpos y los resultados de un proyecto
de investigación del Plan Nacional de la Ciencia, dirigido por el autor sobre
la percepción de esos cambios por los mandos policiales.1
Palabras clave:
Policía, políticas de seguridad, estrategia, alianzas, tecnología.
Las organizaciones policiales son sistemas abiertos (Scott 1981). Eso signi-
fica que su estructura y funcionamiento están condicionados por el entorno
que les rodea (Lawrence y Lorsch 1967; Thompson 1967; Galbraith 1974).
5 El cálculo se hace sobre los mercados de la heroína, cocaína, cánnabis, anfetaminas, éxtasis,
tabaco de contrabando, falsificación de productos, defraudaciones intracomunitarias en el IVA,
fraudes, y robos de cargas. No se calcula el tráfico de armas, seres humanos, juego ilegal, extor-
sión, y usura (Savona 2015).
6 Los 10 países más atentados son Iraq, Afganistán, India, Pakistán, Filipinas, Siria, Nigeria,
Turquía, Yemen, y Somalia.
7 Esta cifra incluye pérdidas de propiedad intelectual, el robo de activos financieros e información
sensible, costes de oportunidad, costes adicionales de seguridad en las redes, de recuperación
después de un ataque, y costes de reputación.
8 El Ministerio del Interior elabora el Plan Nacional de Seguridad (el actual es para el periodo 2013-
2017). La Generalitat publica el Plan de Seguridad de Cataluña (2006-2007; 2008-2011; 2012-2013;
2014-2015; 2016-2019). El gobierno vasco el Plan de Seguridad Pública de Euskadi (2014-2019).
Muchas ciudades, como es el caso de Barcelona, tienen sus propios planes locales. A nivel del Gobi-
erno central, se elabora el Plan Estratégico Nacional (2013) que incluye también la seguridad exte-
rior del Estado. Además, hay muchísimos planes sectoriales a todos los niveles sobre seguridad vial,
violencia de género y escolar, explotación sexual, drogas, bandas juveniles, convivencia, integración,
movilidad, colaboración con la seguridad privada. Los cuerpos policiales también tienen sus propios
planes estratégicos internos, como es el caso de la Ertzaintza (2014-16).
Los planes organizativos internos de los cuerpos policiales, sobre todo los
del ámbito nacional, sitúan a la criminalidad global y las unidades espe-
cializadas para luchar contra ella en una posición estratégica central. El
Plan Estratégico del CNP (2013-2016) se concentra en áreas como el te-
rrorismo, la criminalidad organizada, la ciberseguridad y las fronteras.
Además, están los aspectos tradicionales de seguridad ciudadana. Este
mismo Plan indica a la policía científica y de investigación, la cooperación
internacional, la colaboración ciudadana e institucional y la policía 3.0
como áreas transversales. El Plan Estratégico de la Guardia Civil (2013-
2016) sigue patrones similares. Los Mossos tienen como aspiración tam-
bién la internacionalización y la expansión de funciones y de plantilla. En
el actual Plan de Seguridad de Cataluña, la persecución de la delincuencia
especializada y organizada se apoya más en la cooperación internacional
que en la implicación de la sociedad civil. En todos los cuerpos está la
apuesta decidida por la tecnología como herramienta de comunicación,
investigación, inteligencia y prevención.
9 En los sistemas de seguridad actuales participan las policías públicas de diferentes ámbitos,
cuerpos especializados (policía portuaria, agentes forestales…), agencias especializadas (como el
CNI, agencia tributaria, ciberseguridad, infraestructuras críticas…), Protección Civil, organismos
de cooperación y coordinación, voluntarios y grupos de vigilancia vecinal, agentes locales de
convivencia y de prevención, vigilantes de zonas verdes/azules, vigilantes de seguridad privada,
vigilantes internos en empresas (in-house security) y otros. Son grupos vinculados y coordinados
de manera desigual.
De todas las tecnologías, las que más han contribuido a cambiar el trabajo
de la Policía son las de la información y la comunicación (TIC). Estas han
permitido captar más y mejor información, ampliar la capacidad de su aná-
lisis, potenciar la inteligencia organizativa, la prevención y tomar mejores
decisiones para resolver problemas o mejorar los servicios (Brown y Brudney
2003; Sanders y Hannem 2012). Los factores que favorecen la incorporación
de las TIC en la Policía son la tecnificación del delincuente, la necesidad de
una mayor inteligencia contra el terrorismo y el crimen organizado, la ex-
pansión de Internet como espacio delictivo global, la necesidad de reducir
costes y mejorar la gestión interna de las Policías (Koper et al. 2015). A día
de hoy, cualquier reforma del funcionamiento policial pasa por sistemas de
información (Ashby, Irving y Longley 2007).
Un ejemplo ilustrativo son las redes sociales. Con ellas, la relación ciuda-
dano-policía cambia en varios sentidos: aumenta el número de demandas,
aparecen nuevos perfiles de demandantes (como los jóvenes atraídos por el
13 Hay una bibliografia internacional sobre tecnología y policía, producida por el National Institute
of Justice (NIJ), Community Oriented Policing Services (COPS), International Association of
Chiefs of Police, y Police Executive Research Forum (PERF).
Conclusiones
Este artículo se centra en explicar las respuestas de la Policía ante una so-
ciedad compleja, y con problemas de seguridad que también lo son. Las
principales fuerzas que empujan el cambio policial son sociales. Hay una
ciudadanía cada vez más individualista, exigente, participativa y conectada,
que tiene nuevas demandas. También hay cambios en los problemas de segu-
ridad. Se produce una contención de la delincuencia convencional, pero hay
un incremento en los delitos especializados y vinculados a procesos globales.
La Policía responde a estos retos, creando modelos híbridos de organización
policial. Eso significa que combinan elementos racional-burocráticos, junto
a comunitarios. Quiere decir, la especialización y la tecnificación de los cuer-
pos con prácticas de prevención comunitaria. La primera nos lleva al uso de
las nuevas tecnologías de la información, el análisis de datos y la inteligencia.
La segunda lleva a una intensificación de las relaciones y alianzas con sec-
tores de la comunidad muy diversos, buscando información e implicación
en la seguridad. Muy a menudo, este objetivo implica acercarse a los actores
más influentes. La Policía crea relaciones con la comunidad de geometría
variable. Quiere decir, en función de quiénes son, su poder, sus demandas
o el tipo de problemas por afrontar, las pautas de relación varían. El caso
de la Policía ilustra cómo, más que una pérdida de poder del Estado, hay un
cambio en la forma de ejercerlo.
--van den Born, A. et al. (2013). “Policing opportunities and threats in Europe”.
Journal of Organizational Change Management Vol. 26 (5). pp. 811-829.
--van Sluis, Arie, Lex Cachet, Theo Jochoms, Arthur Ringeling y Anne Sey
(eds.) (2013). “Contested Police Systems: Changes in the Police Systems of
Belgium, Denmark, England and Wales, Germany and the Netherlands”.
Eleven Publising. 236 pp.
Resumen
Un conflicto es un enfrentamiento entre dos o más actores que tienen in-
tereses divergentes y discrepancias profundas sobre cómo abordar esas
divergencias. En un conflicto urbano la divergencia se relaciona con la
ciudad o con una determinada forma de producción del espacio urbano.
Se hace difícil comprender la conflictividad de la ciudad contemporánea
sin analizar previamente las tendencias urbanizadoras y las consecuencias
socio-espaciales que de ellas se desprenden. El primer y segundo apartado
tiene este propósito. El siguiente muestra la tentación que tiene el poder
de ignorar el derecho a la ciudad y las respuestas que ofrecen las elites
urbanas y las clases dominantes para regular el conflicto sin resolverlo.
Palabras clave:
Seguridad, urbanismo, geografía humana.
1 Incluida la población, que abandona el campo para asentarse en las ciudades expulsada por las
fuerzas globales de la mecanización, el acaparamiento internacional de la tierra y la concentra-
ción de la propiedad, la competencia de la agroindustria mundializada, las importaciones de
alimentos debido a la liberalización y las políticas de ajuste, y un largo etcétera que destruye las
economías campesinas.
Las elites urbanas y las clases adineradas han necesitado siempre los espa-
cios centrales de la ciudad para su actividad económica, política o recreati-
va y, como consecuencia, a lo largo de la historia se las han ingeniado para
encontrar la forma de expulsar –normalmente con la ayuda de las políticas
urbanizadoras y del mercado inmobiliario– a las clases populares hacia una
periferia cada vez más alejada del núcleo histórico.
Conflictos cada vez más violentos y ampliamente sectarios por los nichos
de supervivencia en las ciudades. Creo que el crecimiento casi pandémi-
co de movimientos políticos en torno a identidades excluyentes proviene
directamente de la crisis de empleo global. Conforme se estrechan las
opciones informales de supervivencia ante el crecimiento de la pobla-
ción y del paro en las ciudades, el uso de la coacción para racionar la
subsistencia y reducir la competencia se ha vuelto un lugar común. La
política tradicional de patrocinio, que intercambia pequeñas oportunida-
des económicas por la lealtad a un determinado bloque político, ha sido
reforzada en todas partes por movilizaciones de comunidades imagina-
rias de lengua, religión, raza, pertenencia étnica, nacionalidad, o lugar
(Sevilla, 2012: 114 y 115).
La intensa relación que existe entre la dura competencia que surge dentro
de las economías informales y las violencias interétnicas en las comu-
nidades pobres que habitan las periferias urbanas obliga a considerar
también las relaciones entre la desigualdad y la tolerante aceptación de
la alteridad.
Mixofobia
Las ciudades son lugares donde la vida con extraños es tan necesaria como
difícil. Cuando se da un crecimiento urbano desordenado que no viene acom-
pañado de una justa distribución de oportunidades y costes –de manera
que las ventajas de la vida en la ciudad las disfrutan unos pocos mientras
recaen sobre el resto los inconvenientes del declive urbano–, esta dificultad
se acrecienta. El elogio a la ciudad que facilita la coexistencia de comunidades
diversas, se torna acusación contra las megalópolis rodeadas de cinturones
de miseria que generan marginalidad, exclusión y miedo.
Así, pues, no resulta extraño que proliferen tantos ejemplos extremos del
nuevo urbanismo segregador. Cada vez son más frecuentes las comunida-
des residenciales rodeadas de muros que limitan la libre circulación de los
no residentes. Son la manifestación más clara de cómo la desconfianza ha
logrado plasmarse en el ámbito urbano. Son la respuesta urbanística de la
mixofobia. Las gated communities norteamericanas, los condominios lati-
noamericanos o las urbanizaciones residenciales privadas europeas, vigila-
das las veinticuatro horas, son espacios en los que se busca una seguridad
que el resto de la ciudad no ofrece. Representan una vía de autoexclusión
de los sectores sociales más prósperos en forma de solución particular a los
problemas generales. Vienen a ser la otra cara de los procesos de expulsión
de la ciudad: si los pobres y las clases sociales populares quedan confinados
en espacios degradados e inseguros, los ricos se retiran voluntariamente a re-
ductos donde poder vivir de espalda a los problemas generales. El particular
estatus jurídico de estas urbanizaciones así lo revela. En dichas comunidades
se redactan ordenanzas propias para regular los acuerdos, las condiciones
y las restricciones a la convivencia al margen de las que rigen en el resto del
espacio urbano, significando en la práctica:
La crisis ecológico-ambiental
Desde hace décadas los enfoques sobre la seguridad incorporan los factores
ecológico-ambientales como riesgos y amenazas ineludibles. Globalmente la
humanidad se encuentra en una situación de extralimitación, y la historia
muestra que todas las civilizaciones que violentan los límites que impone
Las elites urbanas y las clases dominantes están respondiendo a los problemas
de la desigualdad, segregación y mixofobia, y a los riesgos de la crisis ecosocial,
conformando diferentes propuestas en el plano urbanístico. El rasgo común
de todas ellas es la renuncia a intervenir en las causas, volcándose sobre los
efectos. Los afectados por los procesos de precarización, pauperización y mar-
ginación han expresado habitualmente su malestar mediante movilizaciones
sociales o –en ausencia de cauces adecuados para la acción colectiva y de cul-
tura organizativa– a través de actos de violencia y delincuencia. Esto provo-
ca en la parte más acomodada de la sociedad una sensación de inseguridad,
activando un urbanismo securitatio cuyo objetivo no es resolver la cuestión
social sino regular los efectos de la ‘no solución’ (Garnier, 2015a).
4 Hay que reconocer que la escisión entre “luchas en la fábrica” y “luchas urbanas” ha operado,
sobre todo, en la cabeza de urbanistas, sociólogos y representantes de las principales corrientes
dominantes dentro de la amplia tradición socialista. Sin embargo, desde los inicios de la indus-
trialización capitalista, en la práctica tal disociación ha sido menos evidente. Friedrich Engels,
tras haber comprendido las relaciones entre la industrialización capitalista y las tendencias
urbanizadoras, nunca distinguió en La condición de la clase obrera en Inglaterra (1844) entre
lucha urbana (condiciones de vida) y lucha de clases (condiciones laborales) en el camino de la
clase trabajadora hacia el socialismo, viéndolas siempre como parte de un mismo proceso.
Urbanismo defensivo
Bibliografía
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--Secchi, B. (2015). La ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres, Madrid:
Catarata.
Resumen
En estas reflexiones, actualizaremos el papel de la seguridad en las di-
versas etapas de la Investigación de la Paz Internacional, desde nuestra
perspectiva de una Filosofía para hacer las paces. Analizaremos la vin-
culación entre la paz negativa y la seguridad relacionada con el dicho
clásico, si vis pacem para bellum, expresado posteriormente como la
”disuasión” del enemigo dentro del marco del dicho Orden Mundial de
Westfalia y la Guerra Fría. La introducción de la perspectiva de género
en la Investigación de la Paz por Betty Reardon supuso una denuncia de
esta concepción de seguridad, vinculado al sexismo como dominación
masculina y al sistema de la guerra que construye el y la diferente como
enemigo. La alternativa, desde la paz positiva y las culturas para hacer
las paces, será una concepción relacional de los seres humanos que se
cuidan los unos y las unas a los otros y las otras y la actual elaboración de
políticas de los cuidados que nos llevan hacia una ciudadanía localmente
cosmopolita con una dimensión ecológica.
Palabras clave:
Género, Paz Negativa, Paz Positiva, Investigación de la Paz, Sexismo.
7. DE LA SEGURIDAD COMO DOMINACIÓN, A LA ÉTICA Y POLÍTICAS DE LOS CUIDADOS COMO CONSTRUCCIÓN 117
DE UNA CIUDADANÍA LOCALMENTE COSMOPOLITA, CUIDADORA Y ECOLÓGICA
1. Introducción
Unas primeras intuiciones sobre hacer una filosofía para hacer las paces
hacia una paz insegura, como desarrollaremos más adelante, hacia maneras
de hacer las paces que tienen en cuenta las diversas maneras de cuidarnos
y para que unos seres humanos cuiden de otros y de la naturaleza, ya las
escribimos después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001,
con la caída de la seguridad económica de las Torres Gemelas y de la seguri-
dad militar con los ataques contra el Pentágono (Martínez Guzmán 2001b).
Culturas para hacer las paces “con cuidado” como alternativas a las violen-
cias culturales y la colonización de las mentes desde los miedos.
El profesor Mayor Zaragoza subvierte el dicho latino si vis pacem para bel-
lum y dice, dentro del giro que proponía, de pasar página de las culturas de
las violencias a las culturas de hacer las paces, si vis pacem para verbum,
si quieres la paz, prepara la palabra. Por eso, escribió, entre otros, un libro
sobre la fuerza de la palabra (Mayor Zaragoza 1994, Mayor Zaragoza y Ga-
bilondo 2005).
En nuestra filosofía para hacer las paces, también proponemos hacer las pa-
ces desde la fuerza de la palabra. Por una parte porque, como humanistas,
encontramos la relación entre la palabra latina pax, pacis y la palabra pacto.
Además, con otro dicho que daría fuerza a lo que supone dar la palabra para
llegar a pactos que se tienen que cumplir: Pacta servanda sunt.
7. DE LA SEGURIDAD COMO DOMINACIÓN, A LA ÉTICA Y POLÍTICAS DE LOS CUIDADOS COMO CONSTRUCCIÓN 119
DE UNA CIUDADANÍA LOCALMENTE COSMOPOLITA, CUIDADORA Y ECOLÓGICA
mos que rendir cuentas de por qué hacemos, decimos y callamos lo que nos
hacemos, decimos y callamos cuando nos comunicamos unos seres humanos
con otros. En este contexto, aplicamos lo que llamamos la “fuerza ilocutiva”
o “performatividad”, que proviene de la Teoría de los Actos de Habla (Mar-
tínez Guzmán 2007) y ha sido aplicada a la filosofía política y a la ética del
discurso por Apel y Habermas (1989) y al feminismo y a la noción de identi-
dad sexual, por autores como Butler (2009) y nosotros mismos al concepto
de identidades complejas, dinámicas e híbridas (Martínez Guzmán 2010).
Desde nuestras aportaciones a una filosofía para hacer las paces, la cues-
tión lingüística es cómo construimos quiénes somos “nosotros” o quiénes
son los “nuestros” que tenemos que estar firmes contra los otros: algunas
interpretaciones afirman que somos “nosotros los que no son otros” y otras
interpretaciones dicen que “nosotros” somos precisamente “nosotros y los
otros todos juntos” (Benveniste 2008). Panikkar (2004) los explica todo,
diciendo que podemos considerar el otro como alius, como alguien ajeno
contra quien tenemos que estar firmes, si hace falta, incluso dominándolo,
o el otro como alter, como otra parte de nosotros mismos.
7. DE LA SEGURIDAD COMO DOMINACIÓN, A LA ÉTICA Y POLÍTICAS DE LOS CUIDADOS COMO CONSTRUCCIÓN 121
DE UNA CIUDADANÍA LOCALMENTE COSMOPOLITA, CUIDADORA Y ECOLÓGICA
de dolorosas y corremos el riesgo, como pasó en las guerras mundiales o
los terrorismos y contraterrorismos globales, de caer en una “guerra civil
mundial”. En nuestra terminología, no existen las “guerras civiles”: si son
guerras, nunca son civiles, porque la “civilidad” es la traducción latina de la
“política” en griego, y si hay guerras, no estamos más seguros sino frustra-
dos porque las guerras son el fracaso de la política que ya hemos definido
como desvinculada del uso legítimo de la violencia por parte del Estado y
vinculado al poder comunicativo y la capacidad de llegar a acuerdos de ma-
nera concertada por medio de la fuerza performativa de los actos de habla.
Con todo, desde nuestras propuestas de filosofía para hacer las paces para una
Teoría Critica de la Investigación para la Paz, todavía quedarían unas pregun-
tas sobre las que reflexionaremos a continuación: ¿De qué “personas” estamos
hablando? ¿Sujetos individuales, cada uno buscando “su” seguridad liberal o
neoliberal como la nueva razón del mundo, liberal o neoliberal? (Laval y Dar-
dot 2013) ¿Qué quiere decir “humano” en la noción de seguridad humana?
hasta ¿qué quiere decir “humanitarismo” en la ayuda humanitaria: será una
7. DE LA SEGURIDAD COMO DOMINACIÓN, A LA ÉTICA Y POLÍTICAS DE LOS CUIDADOS COMO CONSTRUCCIÓN 123
DE UNA CIUDADANÍA LOCALMENTE COSMOPOLITA, CUIDADORA Y ECOLÓGICA
nueva forma de seguridad como dominación, estigmatizar unos seres humanos
como víctimas que necesitan ayuda humanitaria sin permitirles que tengan
su propia capacidad de agencia para transformar su propia victimización para
los que se supone que quieren ayudarles humanitariamente? (Campbell 1998)
o como también se ha dicho, por lo menos ¿no tendríamos que hacerles daño,
hacer ningún daño (Do no harm) (Anderson 1999) como venimos estudiando
desde hace años? Sobre todo, para presentar nuestras propuestas de políticas
para que unos seres humanos cuiden de otros y de la naturaleza. ¿Qué papel
tiene la perspectiva de género?
7. DE LA SEGURIDAD COMO DOMINACIÓN, A LA ÉTICA Y POLÍTICAS DE LOS CUIDADOS COMO CONSTRUCCIÓN 125
DE UNA CIUDADANÍA LOCALMENTE COSMOPOLITA, CUIDADORA Y ECOLÓGICA
La alternativa que propone es el feminismo como nuevo humanismo. Se-
ría como un sistema de creencias, opuesto a cualquier forma de sexismo
como dominación. La abolición del sexismo supone la integración de las
mujeres en todas las esferas de la actividad humana (así como la inte-
gración de los hombres en todas las esferas de la actividad humana, por
ejemplo de los cuidados). De manera colateral, incluye la creencia de que
esta integración de las mujeres es necesaria para abolir el sistema de la
guerra. Como explicaremos a continuación, también supone recuperar
la capacidad de preocupación, unos seres humanos cuidando de otros,
según las propuestas de Gilligan (1986). Fomentar que unos seres huma-
nos cuiden de otros en lugar de la seguridad militarizada y el sexismo
como dominación masculina sería otra manera de enfrentar el miedo a
la diferencia, y no desde la dominación del y de la diferente, sino desde
la necesidad de asumir nuestra propia vulnerabilidad que nos hace seres
racionales.
Así pues, estamos en medio de nuestra reflexión que nos llevará a la última
parte de estas reflexiones: Necesitamos más “seguridad” que, como profun-
dizaremos, quiere decir precisamente sine cura, sin cuidarnos unos seres
humanos a los otros, o ¿lo que necesitamos es una reconsideración de lo
vulnerables que somos, como seres relacionales que tenemos que promo-
cionar políticas para cuidarnos unos y unas de los otros? Eso ya formará
parte de cómo vamos creando las mentalidades y las culturas para hacer
las paces desde estos presupuestos de políticas más de cuidados que de
seguridad…
7. DE LA SEGURIDAD COMO DOMINACIÓN, A LA ÉTICA Y POLÍTICAS DE LOS CUIDADOS COMO CONSTRUCCIÓN 127
DE UNA CIUDADANÍA LOCALMENTE COSMOPOLITA, CUIDADORA Y ECOLÓGICA
así el término “securitización” porque, desde su poder, los emisores de los
actos de parla sobre la seguridad imponen lo que son las amenazas y quieren
que así sean entendidos por los oyentes (técnicamente se dice que el emisor
quiere que el oyente entienda que la fuerza ilocutiva es una amenaza – efecto
ilocutivo de captación o uptake), de esta manera la securitización se convierte
en una forma de dominación. Además, como efecto de la securitización, en
nombre del miedo por las amenazas, consiguen la “despolitización” de la gente
que está dispuesta a renunciar a derechos políticos por miedo a las amenazas,
definidas por los que tienen el poder.
Por todo eso, nuestra propuesta principal pasa por sustituir estas culturas
de seguridad militarizada, generadora de desigualdades y fomentadora de
miedos a amenazas, definidas por los que tienen el poder, por las culturas
para hacer las paces, desde las políticas de cuidarnos unos seres humanos
a los otros, lo que nos hace más relacionales que individualistas.
Es desde este complejo trasfondo que estamos trabajando para una ciudada-
nía localmente cosmopolita, cuidadora y ecológica (Comins Mingol 2015a, b).
La ética del cuidado será el marco explicativo desde el que podemos trazar
los pilares definitorios de esta ciudadanía, a la vez que contribuimos sinér-
gicamente a resignificar el concepto de seguridad.
La capacidad del ser humano para empatizar con otros diferentes, ser sensi-
ble a sus necesidades y responder adecuadamente, va a jugar un papel fun-
damental en un mundo globalizado de interdependencias crecientes.
7. DE LA SEGURIDAD COMO DOMINACIÓN, A LA ÉTICA Y POLÍTICAS DE LOS CUIDADOS COMO CONSTRUCCIÓN 129
DE UNA CIUDADANÍA LOCALMENTE COSMOPOLITA, CUIDADORA Y ECOLÓGICA
cional concretas. Una noción de sujeto que está a la base de un nuevo con-
cepto de intersubjetividad en lo que intentamos entender las necesidades
de los otros y desarrollamos nuestra capacidad de empatía para entender
sus motivaciones, qué busca y cuáles son sus deseos. Según Alison Jaggar
(1999), el principio de igualdad de la ética de la justicia oscurece la diver-
sidad humana al abstraer la particularidad y singularidad de las personas
concretas en situaciones específicas, y resuelve los conflictos, aplicando un
poder abstracto, que no responde a las necesidades existentes. La ética del
cuidado nos puede ayudar, en este sentido, a modular la ética de la justicia.
Siguiendo a Ruth Lister (2003), entre otros, el cuidado como proceso social
y práctica de una sociedad civil activa se desarrolla en tres fases que pode-
mos resumir así: 1. Ser empáticos y sensibles para detectar las necesidades
de cuidado. 2. Asumir la responsabilidad y la potencialidad por ser agente
de cambio. 3. Realizar las acciones pertinentes, es decir, materializar el
cuidado. El cuidado, con esta estructura, sirve de fundamento para el logro
político de una sociedad mejor. Desde la ética del cuidado podemos cons-
truir una ciudadanía más comprometida, responsable e interconectada,
no solamente con los otros seres humanos sino también con la naturaleza.
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DE UNA CIUDADANÍA LOCALMENTE COSMOPOLITA, CUIDADORA Y ECOLÓGICA
BIOGRAFIAS DE L@S AUTOR@S
Álvarez, Santiago
Comins, Irene
Martínez, Rafa
Torrente, Diego
La colección *ICIP Research* recoge algunos resultados de estas actividades, todos ellos mantienen un evidente
eje vertebrador: la investigación por la paz y la noviolencia.
Los objetivos de la colección son difundir y ofrecer textos que puedan ayudar a la reflexión y la formación.
Especialmente dirigida tanto al ámbito académico como a las personas trabajadoras de paz, los textos se
publican en cualquiera de las cuatro lenguas de la colección: castellano, inglés, catalán o francés.
L’Institut Català Internacional per la Pau - ICIP, creat pel Parlament de Catalunya per a fomentar la recerca,
la formació, la transferència de coneixements i l’actuació de prevenció de la violència i promoció de la pau,
fomenta, a través d’actuacions diverses (convocatòria de projectes, beques, seminaris...) la recerca de base i
aplicada en els estudis de i sobre la pau.
L’activitat de l’ICIP s’articula al voltant de quatre programes d’actuació transversals i de cadascun d’aquests
programes se’n deriva l’organització de seminaris i jornades, publicacions, la creació d’exposicions i materials
audiovisuals, i diferents iniciatives de sensibilització i foment de la cultura de pau. Els programes son: (i)
Construcció de pau i articulació de la convivència després de la violència; (ii) Violències fora dels contextos
bèl·lics; (iii) Pau i seguretat en les polítiques públiques; (iv) Empreses, conflictes i drets humans.
La col·lecció *ICIP Research* recull resultats d’aquestes activitats, tots ells però amb un evident eix vertebrador:
la recerca per la pau i la noviolència. Els objectius de la col·lecció són difondre i oferir textos que poden ajudar
a la reflexió i formació. Especialment adreçada tant a l’àmbit acadèmic, com a les persones treballadores de
pau, els textos es publiquen en qualsevol de les quatre llengües de la col·lecció: català, anglès, castellà o francès.
publiquen en qualsevol de les quatre llengües de la col·lecció: català, anglès, castellà o francès.
The International Catalan Institute for Peace - ICIP, created by the Catalan Parliament to foster research,
training, the transfer of knowledge and the prevention of violence and the promotion of peace, fosters applied
research of peace studies through diverse actions (calls for projects, scholarships, seminars...). ICIP activities
are structured around four cross-cutting action programs which include research, knowledge transfer,
training and dissemination, opinion formation and support for peace actions. These four programs are: (i)
Peacebuilding and development of coexistence after periods of violence; (ii) Violences outside armed conflicts;
(iii) Peace and security in public policies; (iv) Business, conflicts and human rights.
The *ICIP Research* collection gathers the results of these activities, all maintain a clear leitmotif: the
research for peace and nonviolence. The aims of the collection are to present and publicise texts that may help
to stimulate reflection and training. Addressed specifically to academia and to peace workers, the texts are
published in any of the four languages of the collection: English, Catalan, Spanish or French.