Sobre El Laghu Vakya Vritti

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SOBRE EL

LAGHU VÂKYA VRITTI


Por Agustín Balbontín

N uestra bendita Madre Espiritual nos recuerda con fre-


cuencia la importancia de estudiar constantemente las
verdades espirituales y en particular el estudio paciente y cons-
tante de la Vedânta Advaita.

Sin duda alguna, no se trata de una simple curiosidad inte-


lectual la que nos mueve a seguir los consejos de nuestra Maes-
tra, sino que el irreductible e inextinguible impulso de nuestra
alma, de nuestro Ser espiritual, que busca unirse y hacerse uno
con la Verdad Absoluta, con la Realidad Eterna, con la Belleza
inmarcesible, con la Infinita Libertad del Espíritu y con la ple-
nitud inconmensurable del Amor Divino.

Movido por esta admonición de nuestra Madre y rastrean-


do en la pequeña biblioteca de mi Dharmashala, me encontré
con un pequeño libro en inglés, una edición del Laghu Vakya
Vritti de Sri Sankaracharya incluido el comentario denomina-

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do Pushpanjali (Ofrenda de Flores) compuesto por un discípu-
lo desconocido, con una Introducción de Swami Sraddhanan-
da, publicado por la Advaita Ashrama de Almore, Himalayas
en 1970.

La sencilla, pero muy ordenada Introducción, me pareció


muy clara para repasar algunos conceptos de la Advaita, razón
por la cual hice la traducción de la misma y la incluí aquí con el
fin de compartirla con ustedes.

INTRODUCCIÓN AL LAGHU VÂKYA VRITTI


DE SRI SANKARACHARYA

por Swami Shraddhananda

El Laghu Vâkya Vritti (Breve exposición de Sentencias Védi-


cas) de Sri Sankaracharya consistente en sólo dieciocho versos
parece ser una presentación abreviada de su tratado más ex-
tenso de Advaita —el Vâkya Vritti— el cual consta de cincuen-
ta y tres versos. Ambos tratados apuntan a esclarecer los signi-
ficados e implicaciones de las Mahavâkyas —las grandes sen-
tencias védicas que tratan acerca de la unidad del ser indivi-
dual con el Ser Supremo—. En los Upanishads, podemos en-
contrar un buen número de tales sentencias; no obstante, con
el propósito de una mayor claridad, se acostumbra en las es-

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cuelas Vedantinas, seleccionar sólo cuatro de ellas, una de cada
uno de los Vedas, para un exhaustivo análisis desde el punto
de vista de la gramática, la retórica, la epistemología y la meta-
física. Estas cuatro Mahavâkyas son:

1) Prajñânam Brahma (Aitareya Upanishad, Rig Veda).


Significado literal: Esta Conciencia es Brahman.

2) Tat Tvam Asi (Chandogya Upanishad, Sâma Veda).


Significado literal: Tú eres Aquello.

3) Aham Brahmasmi (Brihadâranyaka Upanishad, Yajur


Veda). Significado literal: Yo soy Brahman.

4) Ayam Âtma Brahma (Mândukya Upanishad, Atharva


Veda). Significado literal: Este ser es Brahman.

Para un Vedantino, las Mahavâkyas no son meramente


composiciones literarias que expresan una profunda idea filo-
sófica. Ellas son realmente palabras técnicas Espirituales de
gran poder y eficacia mediante las cuales un aspirante califica-
do puede disipar la ignorancia relativa a su propia naturaleza y
ascender a la resplandeciente visión de la verdad básica de la
vida. La comprensión intelectual de las “sentencias” es sólo
una pequeña parte del esquema entero. Cuando el estudiante
serio con las disciplinas requeridas de cuerpo y mente practica
día tras día la contemplación sobre estas concisas sentencias a
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la luz de las aclaraciones recibidas de su preceptor, se asombra
al encontrar por sí mismo las muy profundas implicaciones
ocultas en ellas. Nuevas perspectivas de realidad espiritual se
abren ante su entendimiento sutil. La mayor parte de estas ex-
periencias no pueden expresarse a través del lenguaje; pero es-
to no parece ser una desventaja para él, ya que, ¿no es su meta
el punto donde según el Taittiriya Upanishad “todas las pala-
bras retroceden junto con la mente”? El recorrido del Vedan-
tino va desde el reino de las palabras e ideas al lugar donde to-
do discurso y pensamiento cesan y la verdad del Ser brilla en
su propia majestad. A través de todo este recorrido, las
Mahavâkyas sirven al aspirante como la fuente primaria de
guía, inspiración y fortaleza que lo sostienen en los momentos
de duda y desaliento. Las Mahavâkyas mantienen presente
ante nosotros la meta suprema de nuestra búsqueda espiritual,
señalan la futilidad de la vana argumentación y nos infunden
confianza y valor en la batalla por liberarnos de nuestras auto-
creadas limitaciones.

La capacitación individual de un estudiante depende del


tiempo que éste haya dedicado a la práctica de las
Mahavâkyas. Las escrituras Vedantinas proclaman que si el
aspirante ha logrado la pureza de corazón y la agudeza de en-
tendimiento apropiadas puede obtener la visión de la Verdad
escuchando la Mahavâkya tan sólo una vez de su Guru. La co-
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nocida historia que se cuenta a este respecto es el descubri-
miento del décimo miembro en una partida de diez viajeros
que cruzan un río, cuyo líder y cada uno de ellos al numerarse,
olvidaba contarse a sí mismo. El descubrimiento es espontáneo
y se autorevela a cada uno, cuando una compasiva persona que
se hace presente les dice a los confundidos viajeros: “Tú eres el
décimo”. De todas maneras, para el aspirante promedio la con-
templación de las Mahavâkyas es la experiencia más impor-
tante y provechosa en sus esfuerzos por lograr el Autoconoci-
miento, siempre que no haya fallado en adquirir las disciplinas
básicas como el control de los sentidos, el discernimiento, el
desapego, etc.

En su Vâkya Vritti, Sri Sankaracharya trata detalladamen-


te acerca de dos Mahavâkyas, a saber, Aham Brahmasmi y
Tat Tvam Asi. Por otra parte, en el presente tratado, él se refie-
re solamente a Aham Brahmasmi. Cada una de las
Mahavâkyas, cuando es cabalmente comprendida y practica-
da, puede conducir a la iluminación espiritual.

Previamente al estudio de la Mahavâkya, el autor se ocupa


del examen de nuestra conciencia. Establece que en los estados
de vigilia y de sueño, nuestra conciencia está siempre asociada
con una idea (Buddhi Vritti). De tal manera, ella aparece como
objetiva y en continuo cambio. El Laghu Vâkya Vritti llama a
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esta conciencia asociada “Bodhâ Bhasa”: un reflejo de la con-
ciencia. El estudiante de Vedânta debe distinguir a ésta, de la
“Shuddha Bodhâ”: Conciencia Pura. Bodhâ Bhasa es la con-
ciencia empírica, la cual es necesaria en cada momento de
nuestra vida empírica, en todos los procesos del conocimiento,
la voluntad y el sentimiento. Por otra parte, Shuddha Bodhâ,
Conciencia Pura es el infinito e inmutable trasfondo de todos
los fenómenos, incluyendo los movimientos de nuestros pro-
pios cuerpo y mente. Es el testigo del nacimiento y la muerte
de todo lo que era, es y será. Shuddha Bodhâ en sí misma es
Nirvikalpam: que está más allá de las ideas. Sin embargo, es
Shuddha Bodhâ la que presta la luz de la conciencia a Bodhâ
Bhasa. El buscador Vedantino debe saber que su propia natu-
raleza es Shuddha Bodhâ: el Brahman absoluto, por encima de
toda relatividad. Si es inteligente, podrá encontrar un vislum-
bre de Shuddha Bodhâ incluso en su vida empírica.

El Laghu Vâkya Vritti habla del examen de los tres esta-


dos de vigilia, sueño y sueño profundo, como una importante
ayuda para el descubrimiento de Shuddha Bodhâ. Los estados
desaparecen uno tras otro; pero el sentido de continuidad de
nuestra existencia persiste en nuestra conciencia. Esta expe-
riencia es una señal de que nuestra real naturaleza es el per-
manente testigo Auto-revelado y diferente de los tres estados.
Se pegunta nuevamente el Laghu Vâkya Vritti, ¿qué hay en el
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trasfondo de nuestra mente cuando un pensamiento es sucedi-
do por otro? Es el mismo testigo, la Shuddha Bodhâ. Pero oca-
sionales vislumbres no son suficientes para instalarnos a firme
en el Autoconocimiento. Un verdadero buscador debe él mis-
mo comprometerse en un esfuerzo serio y constante por hallar
el centro de su propio ser y conocerlo a través de bien verifica-
das Sâdhanas. Sankara las describe brevemente en el presente
tratado, haciendo especial énfasis en la práctica de las
Mahavâkyas.

De acuerdo al Laghu Vâkya Vritti, el Jîva (el Ser empíri-


co), es un reflejo de la Conciencia Pura sobre Budhi. Este punto
de vista (Pratibimba Vada) se encuentra sustentado en algu-
nas declaraciones de los Upanishads. En otros lugares, Sanka-
ra se ha referido también al Jîva como una aparente limitación
de la Conciencia por Budhi (Avachheda Vada), del mismo mo-
do en que el espacio infinito es aparentemente limitado por un
jarro o una casa. La teoría de la limitación del Jîva puede tam-
bién fundamentarse en varios pasajes de los Upanishads. En
tratados Vedantinos posteriores a Sankara ha habido compli-
cadas controversias entre estas dos teorías. Pero para un estu-
diante de Vedânta imparcial estas dos teorías no deben ser
consideradas mutuamente antagónicas. Ellas más bien son dos
puntos de vista de un mismo tema desde dos perspectivas dife-
rentes. Cada uno de los puntos de vista tiene sus méritos y es
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útil para el buscador del Ser verdadero. Jîva es una verdad
empírica y como tal, admite indudablemente diferentes puntos
de vista. La Verdad Absoluta —nuestro Ser verdadero—, con
toda certeza se encuentra libre de cualquier controversia esco-
lástica.

Siendo el Laghu Vâkya Vritti un breve tratado sobre


Vedânta Advaita no puede esperarse que trate todos los tópi-
cos importantes del sistema. No obstante su pequeño ámbito
de discusión, presenta su tema específico de manera vigorosa y
lúcida y no falla en infundir en el lector esa esperanza, valentía
e inspiración que uno encuentra en las obras más extensas de
Sankaracharya.
Por el Prof. Agustín Balbontín
Miembro del Colegio de Profesores de la Fundación Hastinapura

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