El Teatro Desde 1939 Hasta Nuestros Días
El Teatro Desde 1939 Hasta Nuestros Días
El Teatro Desde 1939 Hasta Nuestros Días
ESQUEMA
Introducción
Años 40
- El teatro de continuidad
- El teatro del humor
- El teatro existencialista
Años 50
- El teatro realista (Social, de protesta y denuncia)
Años 60 y 70
- El teatro vanguardista
El teatro desde 1975 a la actualidad
INTRODUCCIÓN
Al finalizar la Guerra Civil Española, nuestro teatro se encuentra con tres graves
problemas:
El teatro de continuidad
Así denominó a estas obras Francisco Ruiz Ramón en su Historia del teatro
español, y las caracterizó con los siguientes rasgos:
Dentro del teatro de intención humorística nos encontramos con dos manifestaciones
principales:
- Un teatro cómico que busca la risa fácil con técnicas tradicionales y que continúa
las formas anteriores a la Guerra Civil.
- Pero la manifestación más interesante durante este periodo es la de un teatro que
busca renovar la risa, el teatro del absurdo, intentando provocarla mediante
situaciones, personajes, argumentos y lenguaje inverosímil, casi absurdo. Esta
forma de hacer teatro había sido iniciada antes de la Guerra por Jardiel Poncela
con Cuatro corazones con freno y marcha atrás en 1936 o Eloísa está debajo de un
almendro de 1940. También en este apartado destaca Miguel Mihura en cuyas
obras los protagonistas son hombres pusilánimes que suelen ser engañados o que
se dejan arrastrar por las circunstancias. Su obra más crítica es Tres sombreros de
copa de 1932.
El teatro existencialista
Se da a caballo entre la década de los 40 y los 50. Se llama así al conjunto de obras que
pretenden representar los conflictos existenciales del ser humano (soledad, incomunicación,
falta de sentido vital, melancolía, frustración, fluir del tiempo,…). Junto a estas preocupaciones
existenciales aparecerán las preocupaciones sociales, pero en estos primeros años no será fácil
exponer la crítica y la denuncia social en las obras debido a la presión de la censura. Dentro de
esta tendencia debemos considerar dos posturas:
A partir de 1955 se puede decir que aparece el teatro social en España, aunque ya
había habido manifestaciones anteriores, como es el caso de las obras de Buero Vallejo y
Alfonso Sastre. La aparición de estas obras de contenido crítico y denunciador es posible
gracias a tres razones:
- La necesidad de que el teatro exprese los problemas del momento. Esta necesidad
fue general para todos los autores españoles del momento, independientemente
del género literario que cultivaran.
- Aparición de un nuevo tipo de público, joven y universitario, que pide un nuevo
concepto de teatro, crítico con la situación histórica que vive España.
- Y, por supuesto, la relajación de la censura, que permite el estreno de estas obras
políticamente comprometidas.
- Realismo directo.
- Realismo que recupera elementos de las comedias de costumbres de Carlos
Arniches (ambientación popular, lenguaje sencillo).
- Uso de técnicas esperpénticas que deforman la realidad: animalización de los seres
humanos, cosificación de los personajes, degradación de los protagonistas, etc.
- Expresionismo y simbolismo.
Este tipo de teatro se irá extendiendo a los largo de las siguientes décadas.
Dramaturgos pertenecientes a este tipo de teatro tenemos a Lauro Olmo, Antonio Gala, José
Martín Recuerda o Carlos Muñiz.
AÑOS 60 Y 70
El teatro vanguardista
De forma general, el teatro queda dividido entre las representaciones del teatro
nacional, con obras clásicas realizadas con grandes montajes, el teatro más tradicional y
realista, de corte comercial y fácil para el público, y un tipo de teatro expresionista y
vanguardista que sigue siendo desarrollado por grupos independientes y minoritarios. Algunos
autores relevantes son Emilio Ballesteros, con La eternidad y el vampiro de 2007; Juan Antonio
Mayorga, con El chico de la última fila (2006); Ernesto Caballero, Gracia Morales, Ignacio del
Moral o Carmen Resino.