Avunculado - Evolutiva II
Avunculado - Evolutiva II
Avunculado - Evolutiva II
AVUNCULADO
Sabemos que la cronología responde a determinados aspectos del sujeto. La autora también hace una
subdivisión muy tajante en cuanto a las edades de comienzo de la pubertad, la adolescencia temprana, la
adolescencia media y de la adolescencia tardía. Podemos decir que no es tan importante estas edades tan
puntuales, sino lo que ocurre en el proceso psíquico de transformación.
Julia Kristeba va a decir que la adolescencia es un tiempo en donde la estructura psíquica permanece
abierta, no dice que esto es hasta que lo cartilaginoso se vuelva óseo. Esto hace referencia que el cuerpo se
encuentra en estado blando, frágil, muy permeable. Hay dos momentos en el que el joven tiene que
enfrentar:
1. su INDIVIDUACION: esa separación que hace con los padres.
2. ESTADO DE VULNERABILIDAD: no tomamos el término vulnerabilidad como debilidad, sino
como flexibilidad.
En el primero cap. de Quiroga, aparte de describirnos las edades, nos habla de cómo se van a desarrollar los
caracteres primarios en cuanto a la sexualidad, a los caracteres secundarios en la parte biológica, y la parte
más importante es ese acompañamiento que se le hace al adolescente y que Quiroga le va a poner el
nombre de AVUNCULADO.
AVUNCULADO: es como el iniciador, como un acompañante de los saberes, no solo como iniciador o
conquistador de la sexualidad, sino de todos los saberes para que lo guie, lo acompañe, lo oriente y lo
sostenga de laguna manera. Quiroga menciona que el avunculado puede ser un tío materno, el hermano
mayor, algún referente, un educador. François Dolto también va a decir que esto es importante porque el
joven se encuentra en una REORGANIZACION IDENTIFICATORIA, y por ello, esos modelos van a ser sostén
para esa construcción de su “yo” (del adolescente).
Dolto dice que es una construcción del yo o del yo mismo, porque no es que el adolescente haya llegado
hasta esa etapa sin un Yo, porque esa conformación ya viene en nuestro psiquismo.
En la adolescencia hay una resignificacion no solo del tiempo edipico, que es fundamental y fundante para
nosotros, pero sí que permite que nuestra estructura psíquica comience a solidificarse.
Este joven se desprende, en la adolescencia tardía, y está expuesto a determinadas psicopatologías, si es que
este proceso no se desarrolla psíquicamente en un tiempo y momento en donde pueda transitar o tramitar
simbólicamente para ser adulto.
Acá encontramos un conflicto muy fuerte, ante estos actos violentos del adolescente, entre las pulsiones de
vida y las pulsiones de muerte, porque toda esa agresividad, esa violencia, las autolesiones, y ya alejándonos
de la hebefrenia encontramos otras cuestiones agresivas de los adolescentes como la bulimia y la anorexia,
que son autoagresiones dirigidas a la madre. Esto tomado como un cliché, no debe ser tomado literalmente
porque hay muchos entrecruzamientos que tiene que ver con la bulimia y la anorexia pero que,
generalmente, tienen que ver con los aspectos nutricios de quien ocupa la función materna.
Película: “Hasta los huesos”. Podemos ver como en el final de la película, el deseo materno logra hacer
volver a la chica de esa pulsión de muerte, porque este conflicto es una constante entre pulsiones de vida y
pulsiones de muerte en donde la anorexia puede llevar a distintas internaciones e incluso llevarnos a la
muerte. La chica de la película pasa de estar en lugar de objeto al lugar de sujeto, así vemos como ella
necesitaba ser acunada, poder escuchar palabras de deseo que la vuelvan a la pulsión de vida.
Es importante el registro de las palabras porque éstas quedan como marcas en la adolescencia, como huellas
mnémicas.
En las formaciones inconscientes aparecen grabadas como chip de forma inconsciente todas las cosas que
nos pasan de niños, en cada una de las etapas vividas, y que éstas luego aparecen en un momento
determinado en las que se enlazan (esas cuestiones inc.) con otros significantes, para determinar una
psicopatología o salir saludablemente, sobre todo sucede mucho en la adolescencia, esto porque en esa
etapa nosotros nos encontramos muy permeables, flaginosos. Esas palabras nos marcan.
En el cap. 8 de Quiroga llamado “Los chicos de la calle”, nos habla mucho sobre el contexto, que sucede con
estos subgrupos que menciona la autora, en donde hay determinados códigos, pero las familias o los grupos
son también determinantes de en la reorganización identificatorios, como también para sostenerse y para
acceder a algunas simbolizaciones.
Liliana Palazzini nos dice que solo se puede ser adulto cuando se es capaz de soportar la angustia de los
padres (angustia que tienen los padres), o sea, cuando la angustia de los padres ya no provoca ningún efecto
en el adolescente quiere decir que el sujeto va en un camino saludable a ser adulto. Esta angustia de los
padres es angustia ante ese crecimiento de su hijo, de esa rebeldía, de esas conductas desafiantes.
La adolescencia entendida como ese pasaje de la endogamia a la exogamia, donde también aparece la
supremacía de lo genital, y el desprendimiento de esos padres de la infancia, además de la aparición del
duelo por el cuerpo de la infancia que se perdió; Duelo que es en realidad una transición psíquica que
representa un desafío.
No es que nosotros como sujetos no tenemos constituido ese yo, sino que nosotros ya lo traemos desde la
infancia en las primeras etapas del desarrollo psicosexual, y que, en la adolescencia, hay una resignificacion
con la angulación edípica.
En los chicos de la calle ¿qué sucede con esa ley?, ¿qué sucede con esta resignificacion cuando tienen que
ser padres de ellos mismos?, la autora nos dice que estos niños son padres de ellos mismos por sus
situaciones de abandono que han atravesado. De dónde aprenden y toman los modelos identificatorios en la
calle, es como que tienen que ocupar roles (psíquicos) desde lo real, aun entendiendo que no están
preparados ni desde la madurez psíquica ni física (o como adolescentes) para cumplir con esos roles. Ser
padres de ellos mismos implica una familia de chicos de la calle donde los abandona el padre y la madre, y
tienen que vivir con la abuela, en donde el hermano mayor tiene que hacerse cargo de sus hermanos, y
psíquicamente ese hermano mayor va a tomar modelos identificatorios de una función materna que es esa
abuela con la que convive. En la calle, este hermano mayor va a encontrar otros modelos que le van a
permitir construirse como sujeto, en donde va a poder tomar distancia de lo que es su abuela (su gran
madre) que le sirve de soporte como ejemplo, es como que le va a costar un poco más poder salir de esa
endogamia, porque puede ser que en su representación psíquica él se vea como el padre de sus hermanos.
Él, al haber tenido el abandono de sus figuras parentales, él asume psíquicamente ser el padre de sus
hermanos, donde tiene que mantenerlos, contribuir con la casa y con la abuela que es tomada en sentido de
función materna, por ello el hermano mayor pensará en trabajar, por ejemplo.
Los vínculos fraternos pueden darse tanto entre hermanos, como también entre amigos, con las personas
con las que nos sentimos en confianza, con lo familiar. Y esto sirve para que nosotros podamos depositar
nuestra confianza, los secretos, los interrogantes.
Desde lo antropológico, continuando con los vínculos fraternos, nosotros comenzamos desde muy
pequeños con los ritos y las marcas, desde la creencia, por ej., desde la comunión, la confirmación, celebrar
los 15 años, los 18, etc., y eso nos permite desde la legalidad y desde lo social acceder a la exogamia, porque
todas estas reuniones familiares que nos convocan a estos rituales es un pasaje a la adultez
(inconscientemente). Aquí el púber empieza a desprenderse de esas figuras parentales, son como marcas
sociales que van denotando el crecimiento y el acceso a la exogamia.
Cuando un hermano se pone de novio, o de pareja, o se casa, el hermano más chico siente como una
traición, pero no a él como sujeto, sino una traición al vínculo fraterno endogámico para pasar a la
exogamia. El hermano menor siente una dependencia emocional hacia el hermano mayor.
Es como que ese desprendimiento o ese corte, que permanecía muy ligado al núcleo familiar o al núcleo de
amigos, ahora pasa a primer plano lo exogámico, el afuera.
Duelo por la pérdida del cuerpo infantil que surge con la aparición de los caracteres secundarios; duelo por
la pérdida de las figuras parentales; Duelo por la identidad infantil, porque acá aparece unas proyecciones
que provocan en el sujeto una despersonalización, es como un desmembramiento que tiene que volver a
organizarse.
En las series complementarias de Freud, él nos va a decir que lo que callan las primeras generaciones, las
segundas generaciones la expresan con el cuerpo, en donde aparecen secretos familiares (no le contemos a
la abuela para no preocuparla; no le digamos a la mamá porque te va a retar, etc.) en donde aparece un
emergente en ese niño que es incontrolable, hablando de la aparición de conductas que no sabemos por qué
suceden, por qué se mueve de esa manera, por qué les pega a otros niños, etc., y de pronto todos esos
secretos han constituido psíquicamente en que ese niño no tenga ley.
En el descubrimiento de los sexos, entre los hermanos también hay juegos eróticos de los que no se hablan,
incluso sobre la masturbación, porque provoca culpa. La masturbación o los juegos sexuales de descubrir la
diferenciación de los sexos es fundamental como fantasía para después trasladarlo a lo real, esto como algo
normal para las futuras relaciones sexuales, que éstas últimas son también un pasaje a la exogamia.