Abordaje Del Paciente Psiquiatria 2023
Abordaje Del Paciente Psiquiatria 2023
Abordaje Del Paciente Psiquiatria 2023
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autorización escrita de la Editorial Universidad Pontificia Bolivariana.
“Mientras tanto”, dijo Abrenuncio, “tóquenle música, llenen la casa de flores,
hagan cantar los pájaros, llévenla a ver los atardeceres en el mar, denle todo
lo que pueda hacerla feliz”. Se despidió con un voleo del sombrero en el aire
y la sentencia latina de rigor. Pero esta vez la tradujo en honor del marqués:
"No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad”.
Prólogo........................................................................................... 13
Resumen.............................................................................................. 61
1. Introducción.................................................................................. 62
2. Características clínicas ................................................................. 63
3. Criterios según NIMH.................................................................... 64
4. Epidemiología............................................................................... 65
5. Diagnósticos diferenciales............................................................ 65
6. Fases clínicas de la esquizofrenia.................................................. 68
7. Epidemiología............................................................................... 71
8. Neurobiología............................................................................... 76
9. Neuroquímica............................................................................... 78
10. Neuropsicología de la esquizofrenia............................................. 79
11. Problemas del desarrollo.............................................................. 81
12. Diagnóstico diferencial................................................................. 82
13. Psicosis afectivas y “atípicas”........................................................ 83
14. Trastorno del Espectro Autista y del desarrollo del lenguaje........ 84
15. Epilepsia........................................................................................ 85
16. Trastornos neurodegenerativos.................................................... 85
17. Psicosis por drogas........................................................................ 86
18. Comorbilidades............................................................................. 87
19. Prevención, intervención temprana y tratamiento....................... 88
20. Conclusiones................................................................................. 91
Referencias.......................................................................................... 92
12
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
Prólogo
En las últimas décadas ha aumentado la concientización sobre la im-
portancia de la salud mental, dándole un papel esencial en el bienes-
tar integral del individuo. Esto se ha acompañado de un aumento en
las consultas por síntomas depresivos, ansiosos, insomnio, problemas
en la conducta alimentaria, consumo de sustancias psicoactivas, entre
otros. A pesar del aumento en este tipo de consultas, con frecuencia,
el médico general o el médico especialista no psiquiatra suele enfren-
tarse a dificultades para abordar, diagnosticar y tratar a estos pacien-
tes, o tal vez reservan el manejo para el psiquiatra, lo cual conduce a
retrasos importantes en la mejoría de los pacientes, con la alta mor-
bimortalidad que esto implica. Además del aumento de suicidio por
la enfermedad mental no tratada, los trastornos depresivos y los tras-
tornos de ansiedad se encuentran dentro de las primeras causas de 13
discapacidad a nivel mundial.
Resumen
El examen mental es la herramienta utilizada para describir un paciente
cuyo motivo de consulta se relaciona con su pensamiento, comporta-
miento, o emoción. Desarrollar un entendimiento de sus conceptos y
tener un esquema de descripción ayuda a comunicar una situación y
a realizar un abordaje orientado a lo que se observa. La mente como
función cerebral se expresa en fenómenos complejos que como per-
sonal de salud debemos diferenciar y reconocer. La congruencia de la
historia clínica con el diagnóstico parte de una adecuada observación.
Tener una aproximación ordenada de estos fenómenos puede ser clave
para detectar una manifestación mental o comportamental secundaria 15
a una condición no psiquiátrica que amenace la vida del paciente. Más
aún, en gran medida el tratamiento inicial depende de las manifesta-
ciones interrogadas. Reconocer las alteraciones del estado de ánimo,
de la sensopercepción y de la conducta motora fortalece la propuesta
terapéutica y nos acerca a una aproximación empática y dirigida.
2. Porte y actitud
En la apariencia se puede ver si la presentación personal del paciente
es acorde a la situación o si, por el contrario, trae maquillaje llamati-
vo y excesivo, cejas depiladas, gafas oscuras, ornamentos cefálicos flo-
rales, descuido de la higiene personal. En actitud debemos evaluar la
reacción del paciente frente a la entrevista y el contacto ocular con el
entrevistador: puede estar irritable, colaborador, temeroso, seductor,
perplejo, indiferente o desconectado del entorno. En la actitud tam- 17
bién podemos observar la expresión mímica; el signo de Veraguth que
consiste en la angulación del párpado superior y el Signo de Schule (u
omega melancólica) que es el pliegue forzado del entrecejo. Ambas ex-
presiones se pueden observar en los pacientes deprimidos.2 Esta pri-
mera impresión servirá para guiar el interrogatorio y asumir algunas
técnicas de entrevista. Una vez el paciente ingresa e iniciamos la con-
sulta podremos saber el estado de consciencia y su orientación.
3. Consciencia
En este contexto, se define como la capacidad de un individuo de per-
catarse de sí mismo y del ambiente. Cuando el paciente responde ade-
cuadamente a los estímulos y se contacta con el entorno podremos
decir que está alerta o en vigilia. Si existe una disminución en la aten-
ción, lentitud psicomotora, y alteración en la respuesta a los estímulos,
el paciente puede estar obnubilado. Si no hay respuesta verbal, pero
se obtiene respuesta con el estímulo doloroso podremos decir que hay
estupor. En el paciente en coma, hay una pérdida total del estado de
consciencia y no hay respuesta ante ninguno de los estímulos.3
4. Atención
Al estar realizando la valoración, podemos observar la capacidad que
tiene el paciente de seleccionar un estímulo y hacer a un lado los de-
más. Puede parecerse a la concentración, pero esta última se relaciona
con la capacidad de mantener la fijación del estímulo por un periodo de
tiempo. Si la atención del paciente se sostiene con el hilo de la entrevis-
ta podremos decir que está euproséxico. Si por el contrario vemos que
está disminuida y que requiere un mayor estímulo se le denominará
hipoprosexia. En caso de una atención exagerada, por ejemplo, un ju-
gador de tiro al blanco antes de hacer el lanzamiento, se llamará hiper-
prosexia. En un paciente distraído, donde haya cambios constantes en
el foco de atención, podremos decir que presenta disprosexia.2
5. Conducta motora
Durante la entrevista debemos ir observando la conducta motora. El
examen mental no es solo una foto del momento, pues incluye la varia-
ble tiempo; acá consideramos la velocidad, la frecuencia y la continui-
dad tanto del movimiento como del pensamiento.
5.1 Cuantitativas
5.2 Cualitativas
6. Afecto
El afecto quizá es uno de los elementos más controvertidos en el exa-
men mental. Algunos autores lo describen como el sentimiento subje-
tivo que predomina en un individuo durante el tiempo, o como natura-
leza disposicional.8,9 Existen diversas clasificaciones y descripciones del
afecto según el autor. Describiremos tres subcategorías para la descrip-
ción: modulación, características cuantitativas y cualitativas. Variables
para considerar son duración, intensidad, calidad, relevancia, intencio-
nalidad (objeto), afabilidad, variación diurna, interferencia psicosocial,
control conductual.9
6.1 Modulado
6.2 Cuantitativas
6.3 Cualitativas
6.3.1 Irritable
6.3.2 Inapropiado
6.3.3 Plano
6.3.4 Constreñido: embotado, no sabemos cómo describirlo porque
está bajo medicamento.
7. Lenguaje
22 Comúnmente el lenguaje y el pensamiento van de la mano. El pensa-
miento se expresa por medio del lenguaje y, por tanto, una aceleración
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
8. Pensamiento
De forma general, diremos que el pensamiento es la acción integra-
dora y asociativa de las facultades mentales. En el examen mental el
pensamiento es aquella actividad psíquica en virtud de la cual los datos 23
elaborados del conocimiento (ideas) se seleccionan y orientan alrede-
dor de un propósito (tema) y que, siguiendo las vías establecidas por el
proceso asociativo, debe conducir a conclusiones orientadas en la rea-
lidad.11 Estos componentes deben ser evaluados durante la entrevista.
Tendencia
Determinante Pensamiento C
Tendencia Tendencia
Pensamiento Pensamiento A Determinante Determinante Objetivo
Pensamiento B Pensamiento A
Asociaciones Asociaciones
Tendencia
Determinante Pensamiento C
Tendencia Tendencia
Pensamiento Pensamiento A Determinante Determinante Objetivo
Pensamiento B Pensamiento A
8.1. Cuantitativas
9. Sensopercepción
Los estímulos físicos son transmitidos de los órganos receptores hacia el
sistema nervioso central y son interpretados dándoles un sentido. Los
estímulos pueden ser externos o internos. Entre los estímulos externos
consideramos los visuales, auditivos, gustativos, olfativos y táctiles, en-
tre los internos incluimos los cenestésicos, que incluyen la sensación de
órganos internos, y los cinestésicos, que consideran el movimiento y la
posición de las partes del cuerpo.
Al igual que el pensamiento, las alteraciones de la sensopercepción
han variado en la historia según el abordaje nosológico, etiológico, fe-
nomenológico.21
9.1 Alucinación: percepción sin estímulo externo o sin objeto. Las alu-
cinaciones son percepciones, no son pensamientos o fantasías, pues
tienen cualidad de objetividad y son involuntarias. Pueden ser auditivas
simples en caso de sonidos aislados sencillos o complejas cuando son
estructuradas y detalladas. En este tipo de alucinaciones el paciente es-
cucha a través de sus oídos como si fueran estímulos externos y en pro-
medio escuchan entre 2 o 3 voces diferentes no necesariamente fami-
liares.12 Las alucinaciones auditivas son frecuentes en esquizofrenia o
en psicosis afectivas.Por otro lado, las alucinaciones visuales son típicas
en trastornos orgánicos. Pueden ser elementales, como flashes forma-
dos de luz o color, o percepciones visuales complejas, como personas y
escenas. Es importante preguntar la hora en la que se producen: si las
alucinaciones se presentan al momento de dormir se le llaman aluci-
naciones hipnagógicas, y si ocurren al despertar se llaman alucinacio-
nes hipnopómpicas. Un sujeto sin psicosis puede reportar este tipo de
alteraciones durante el sueño. Son poco frecuentes las alucinaciones
visuales en esquizofrenia, siendo pertinente descartar organicidad. Por
último, las alucinaciones olfativas con frecuencia se dan en epilepsia
28 del lóbulo temporal; se debe profundizar la historia clínica de si hay
algún desencadenante o aura.22
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
10. Memoria
La valoración de la memoria no siempre se hace de forma explícita y
puntual, pues existen pruebas específicas para su evaluación. La eva-
luación nos da una impresión de la memoria y podría ser de utilidad
para guiar nuestro algoritmo diagnóstico. Sin embargo, debemos men-
cionar que existen diferentes tipos de memoria y por tanto de amnesia.
10.2 El examen mental incluye una sección que valora otras funciones
mentales superiores, sin embargo, existen pruebas psicológicas especí-
ficas para su determinación y profundización.
11. Conclusiones
31
En el ejercicio de la introducción imaginamos una casa en la montaña.
El señor con el sombrero vueltiao nos saluda desde la ventana y nos in-
vita a conversar. Vemos un señor de 56 años, atento, con adecuada pre-
sentación personal. Mientras nos enseña su huerta establece contacto
visual intermitente. El señor está orientado, euproséxico y parece tener
un afecto modulado, resonante, sin irritabilidad, eutímico. Su discurso es
elocuente, tiene un curso del pensamiento normal y no demuestra ideas
delirantes, obsesivas, o sobrevaloradas. Nos comenta que vive tranquilo
en su casa en la montaña. Al hablar lo notamos sin alteraciones en el
tono o la prosodia. No tiene actitud alucinatoria ni cambios en la conduc-
ta motora. Profundizamos sobre su sensopercepción y no menciona alte-
raciones. Su inteligencia impresiona promedio y su introspección parcial.
El juicio y raciocinio están conservados. Sus planes son seguir viviendo en
nuestro recuerdo, es decir, prospección no tanática literaria.
La psicopatología descriptiva es quizá una de las formas que más se
relaciona la literatura y la medicina. La medicina parte de la observa-
ción, y la literatura nace de querer inmortalizar una idea o imagen. La
comparación de lo común con lo infrecuente, lo ético con lo amoral, lo
que quita vida o lo que da, es lo que nos permite diagnosticar y tratar.
Aún sin tener conocimiento médico detallado o científico puedo hacer
un buen examen mental. La importancia de su registro en la historia
clínica me permite recrear una escena de ingreso antes de que el pa-
ciente reciba cualquier intervención. Más importante aún, me permite
descartar una patología infecciosa o no psiquiátrica que requiera de
acciones inmediatas para seguir su tratamiento y detener la manifes-
tación comportamental o perceptual. Con frecuencia olvidamos que el
cerebro se comunica con el mundo a través de los sentidos y la expre-
sión. Entender su importancia y algunas reglas o generalidades para su
descripción podría mejorar la habilidad pragmática de tratar oportuna-
mente y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.
Referencias
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Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
Resumen
El delirium es uno de los trastornos mentales más comunes en los hos-
pitales generales. Otro bastante frecuente, que es factor de riesgo y
hace parte del diagnóstico deferencial junto con la demencia, es la de-
presión. Los tres son conocidos como las tres D de la psiquiatría en el
hospital general. El delirium es un trastorno de la conciencia que im- 35
plica alteraciones en la atención, la comprensión y el ciclo circadiano,
que deben ser evaluadas por expertos en realizar el examen mental en
pacientes con diversas condiciones de salud o sin posibilidad de res-
puesta verbal, como los psiquiatras (que no están disponibles en todos
los hospitales en Colombia), los médicos no psiquiatras cuentan con
instrumentos para el diagnóstico provisional del delirium que deben
incluir en su práctica clínica y deben conocer las principales estrategias
de prevención y tratamiento. Así mismo, es importante saber que el
manejo de los pacientes no termina con la resolución del cuadro de
delirium y que es necesario llevar a cabo el seguimiento apropiado des-
pués del alta hospitalaria.
1. Introducción
El delirium es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes en el
hospital general, en los estudios su prevalencia figura en primero o en
segundo lugar, la depresión y la demencia son los otros diagnósticos
frecuentes. En un estudio sobre la prevalencia del delirium en un hospi-
tal tomado en su conjunto, se reportó que uno de cada cinco pacientes
ingresados padece el trastorno en momento dado.1
farmacológicas y no farmacológicas
2. ¿Por qué el delirium es un trastorno
psiquiátrico?
El delirium es una alteración global de la conciencia. Por esa razón hay
que definir dicho término, la conciencia es diferente de la activación
cortical y de la vigilia, es el conocimiento inmediato y directo de una
persona sobre su existencia, condición, sensaciones, operaciones men-
tales y actos. Por tanto, delirium no es sinónimo de estupor o de coma
y no puede ser diagnosticado en dichos estados en los que la concien- 37
cia está abolida casi completamente (estupor) o por completo (coma).4
Tampoco puede ser puesto en un continuo con dichos estados.
Para que haya conciencia deben estar presentes las funciones men-
tales, ya que la conciencia implica varias de ellas, como la atención y
otros aspectos cognitivos, o el lenguaje y el pensamiento. Además, la
conciencia varía a lo largo del día y de la noche, por lo que el ciclo del
sueño y la vigilia también es fundamental en el delirium. Las altera-
ciones motoras en el delirium tienen que ver con el ciclo circadiano y
diferencian el delirium en hiperactivo, hipoactivo, mixto o normoactivo
(este último en una minoría de los casos). Aunque la psicosis es poco
común en el trastorno, los pacientes pueden llegar a presentar aluci-
naciones con mayor frecuencia que ideas delirantes, es aún más raro
que un paciente tenga ambas.5 Ni las alucinaciones ni los delirios son
necesarios para el diagnóstico del trastorno.
Por tanto, para diagnosticar correctamente el delirium es necesario
realizar un examen mental completo a pacientes complejos (con morbi-
lidades agudas, que en ocasiones no pueden dar respuestas verbales).
Hay que recordar que los trastornos objeto de estudio de la psiquiatría
son los que implican alteraciones en el estado mental, como el deli-
rium, y están recogidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales, que va por su quinta edición revisada (DSM-5TR).4
No todos los instrumentos para el cribado del delirium han sido va-
lidados en español. El más conocido de ellos, el algoritmo Confusion
Assessment Method (CAM) de cuatro ítems, sí. Sin embargo, dicho ins-
trumento tiene el serio sesgo de permitir que los pacientes en estupor
o coma (incompatibles con el delirium) sean cribados como positivos
para el trastorno mental. Su versión para la UCI y para la UCI pediátrica
farmacológicas y no farmacológicas
resuelve parcialmente dicha dificultad, pero al dejar los pacientes con
contacto visual menor a 10 segundos en respuesta al dolor (Richmond
Agitation-Sedation Scale o RASS entre -3 y -2, además de los casos con
puntuación mayor) termina permitiendo erróneamente el diagnóstico
de delirium en pacientes estuporosos o con sedación equivalente, en
los que el trastorno debe ser excluido.8,9
farmacológicas y no farmacológicas
Hay grupos específicos de riesgo en los que es posible prever la ocu-
rrencia de delirium. Este es el caso de los pacientes geriátricos que se-
rán sometidos a cirugías ortopédicas de cadera o de rodilla. En ellos
el haloperidol a dosis bajas reduce la frecuencia o la duración de los
episodios de delirium después del procedimiento quirúrgico.15 Por otra
parte, la dexmedetomidina en vez de otros sedantes en la UCI, reduce
la incidencia de delirium.16 Aunque menos estudiados, los medicamen-
tos relacionados con la melatonina, que modula el ciclo sueño-vigilia,
podrían llegar a ser relevantes en la prevención habitual del delirium.17
41
farmacológicas y no farmacológicas
ces.19 Es recomendable dar una dosis inicial y esperar 20 minutos para va-
lorar su efecto y seguir administrándolo hasta alcanzar el efecto deseado
(un buen indicador clínico en pacientes hiperactivos es el control motor,
aunque es útil en todos los tipos motores del trastorno).
para tratarlo debe haberse desmontado. Cuando el paciente sale con al-
guna medicación en proceso de desmonte, los acompañantes y él mismo,
dependiendo de su estado cognitivo, tendrán que tener instrucciones pre-
cisas sobre la prescripción hasta el cese completo de la administración del
fármaco. Si el paciente es remitido a otra institución es necesario facilitar
los datos relevantes sobre el diagnóstico y el plan seguir.25-27
farmacológicas y no farmacológicas
salud disponga de atención psiquiátrica ambulatoria.
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farmacológicas y no farmacológicas
47
Abordaje del paciente
con episodio de manía
Ricardo Antonio Consuegra Peña*
Resumen
El trastorno afectivo bipolar es una enfermedad que afecta la energía,
la conducta, el ánimo y la cognición, a su vez causa una disfunción en
las relaciones interpersonales y en la ocupación del paciente. Esta en-
fermedad se caracteriza por episodios afectivos que pueden ser manía,
hipomanía o depresión mayor, y pueden estar acompañados de sín-
tomas psicóticos. Existen dos subtipos de la enfermedad: el trastorno 49
afectivo bipolar tipo I y el trastorno afectivo bipolar tipo II. Los pacien-
tes con trastorno afectivo bipolar tipo I tienen un episodio maníaco por
lo menos una vez en su vida, mientras que los pacientes con trastorno
afectivo bipolar tipo II presentan una historia de un episodio hipoma-
niaco y un episodio depresivo mayor, pero nunca un episodio maniaco
como tal. Se ha planteado que hay alta heterogeneidad en la expresión
clínica de los episodios maniacos y que dicha variabilidad plantea varios
retos en el tratamiento, es por ello que se han diseñado consensos de
expertos y guías de práctica clínica para facilitar el manejo de los pa-
cientes con esta patología y ofrecer mejores resultados.
2. Epidemiología
En cuanto a la epidemiología del trastorno afectivo bipolar, se encuen-
tra que es frecuente que la edad de inicio sea alrededor de los 20 años
3. Características clínicas
La quinta y última edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los 51
Trastornos Mentales (DSM-5TR) realizó cambios al criterio A de los epi-
sodios maniacos, el cual ahora requiere la presencia de un periodo de
ánimo elevado, irritable o expansivo y una aumento anormal y persis-
tente de la energía, la mayor parte del día y por un periodo de mínimo
una semana (o menos si requirió hospitalización). De acuerdo al DSM-
5TR los episodios maniacos se deben acompañar de deterioro marcado
en el funcionamiento psicosocial, requerir hospitalización o presentar
síntomas psicóticos asociados.2 El DSM-5TR y su predecesor el DSM-5
han incluido la posibilidad de realizar el diagnóstico de trastorno afec-
tivo bipolar tipo I si emerge un episodio de manía en el curso de trata-
miento para un episodio depresivo mayor (por ejemplo con medicación
o terapia electro convulsiva).2,5,7 Dentro de las características clínicas
del episodio maniaco se encuentran:
Si el paciente Si la agitación
Se describe en DSM 5 permite recibir persiste después de
La agitación es común como "Actividad motora medicamentos orales, la administración de
Descarte que no sea
en pacientes con excesiva asociada a un considere agentes agentes antimaníacos,
una acatisia
características mixtas sentimiento antimaníacos de considere uso de
de tensión interna" rápido inicio de acción fármacos adicionales
(Orodispersables) de rápida acción
1. Primera línea:
a. Olanzapina orodispersable o intramuscular: 10mg/día hasta
20mg/día. Sin embargo existe literatura que demostró que hasta
el 26% de los pacientes recibieron de 20 a 30 mg/día11
2. Segunda línea:
a. Haloperidol intramuscular: 5mg por dosis, hasta 15mg/día.
b. Haloperidol intramuscular + Midazolam: de 2,5 mg (haloperidol)
+ 7,5 mg (midazolam) por dosis, hasta una dosis máxima de 5 mg
(haloperidol) + 15 mg (midazolam) día.11
3. Tercera línea:
a. Haloperidol oral: 5 mg/dosis hasta 15 mg/24horas
c. Quetiapina oral: promedio 486,7 mg /24horas
d. Risperidona oral: 2 mg/dosis11
5. Tratamiento farmacológico
de los episodios maniacos
El manejo del episodio maniaco por lo general constituye una emergen-
cia médica y requiere frecuentemente la necesidad de hospitalización,
dado el riesgo que representa la expresión clínica tanto para el paciente
como su entorno. La terapia farmacológica constituye uno de los pila-
res fundamentales del tratamiento del episodio maniaco. Varios con-
sensos de expertos y guías clínicas recomiendan como primera línea
de tratamiento el carbonato de litio, el valproato y los antipsicóticos de
segunda generación.2,5,9,11,12
Antes de iniciar el tratamiento farmacológico de la manía se debe
descartar que dichos síntomas sean secundarios al consumo de sus-
tancias psicoactivas, enfermedades neurológicas, efecto de otros medi-
camentos y del síndrome de abstinencia.11 Recuerde, si el paciente se
encuentra con tratamiento antidepresivo, este debe ser suspendido.11
Adaptado de referencia11.
Tabla 2. Tratamientos de primera línea en episodio
maniaco (combinaciones).
Adaptado de referencia11.
Adaptado de referencia11.
57
Adaptado de referencia11.
Usar en síntomas Pensar en múltiples Pensar usar cuando Cuando se necesita una
Litio
Divalproato
Carbamazepina
Litio + Divalproato
Adaptado de referencia11
Tabla 5. Predictores clínicos en enfermedad bipolar.
Síntomas ansiosos
• Son predictores de mal pronóstico
• Peor gravedad de síntomas maníacos
• Más tiempo para alcanzar la remisión
• Más eventos adversos reportados con el tratamiento
• Mejor respuesta con divalproato, quetiapina, olanzapina
Síntomas mixtos
• El 10-30% de síntomas depresivos ocurren con casos de manía
• Se habla de un curso más incapacitante y más grave → con alta tasa de
Adaptado de referencia11
7. Conclusión
El trastorno afectivo bipolar es una enfermedad altamente heterogénea
en su presentación clínica, y el abordaje diagnóstico y terapéutico conti-
núa siendo un reto. Hasta el momento no existen biomarcadores espe-
cíficos que permitan orientar la decisión terapéutica específica. Al día
de hoy, la fenomenología, las comorbilidades, la polaridad predominan-
te, los antecedentes familiares y los síntomas concomitantes permiten
definir el orden de las opciones farmacológicas a usar. En manía aguda
siguen estando en primera línea la monoterapia con litio, divalproato,
aripiprazol, asenapina, paliperidona y risperidona, o la combinación de
divalproato o litio con cualquiera de los antipsicóticos mencionados.
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Esquizofrenia en niños
y adolescentes
Carmenza A. Ricardo Ramírez*
Resumen
La esquizofrenia de inicio en la niñez, es un trastorno con muy baja
incidencia, pero cuando se presenta da continuidad al diagnóstico en la
adolescencia y en la adultez; y si es de manera temprana es más grave y
con peor pronóstico, porque compromete el desarrollo temprano de la
cognición y el proceso de socialización. Genera severas anormalidades
cerebrales y del neurodesarrollo, y afecta múltiples factores genéticos.
Puede presentar comorbilidades con otros trastornos mentales y debe
diferenciarse de varias enfermedades médicas y mentales, por lo cual la
valoración orgánica es siempre necesaria, por tanto, es un diagnóstico
de exclusión.
*
Médica psiquiatra, especialista en neuropsicología infantil y terapia cognitivo conductual en niños
y adolescentes, magíster en actualización de tratamientos psiquiátricos en pacientes menores,
docente titular Escuela Ciencias de la Salud, Universidad Pontificia Bolivariana.
carmenza.ricardo@upb.edu.co
1. Introducción
La esquizofrenia es un trastorno de gran impacto para el desarrollo del
individuo, su presentación antes de los 10 años de edad es muy rara,
con una incidencia de 0.04%, la cual aumenta durante la adolescencia
y presenta un pico en la adultez temprana. La esquizofrenia de inicio
temprano (EOS, por sus siglas en inglés) da continuidad tanto clínica
como biológicamente a la esquizofrenia de inicio en la adultez y repre-
senta una forma más grave de la enfermedad.
2. Características clínicas
La esquizofrenia se caracteriza por los siguientes síntomas psicóticos:
5. Diagnósticos diferenciales
Para hacer el diagnóstico de la EOS es necesario excluir enfermedades
subyacentes, tanto médicas como psiquiátricas y una vez se haya deter-
minado que no hay causa de psicosis orgánicas se le puede considerar
como un diagnóstico de exclusión, por tanto la evaluación física o neu-
rológica es necesaria.2,3
Tabla 1. Diagnósticos diferenciales de la esquizofrenia
de inicio en la niñez
Aunque los mismos criterios diagnósticos se aplican para todas las eda-
des, hay variaciones en el desarrollo en la fenomenología, en el caso
de la EOS se caracteriza por el inicio insidioso, síntomas negativos, alu-
cinaciones en diferentes modalidades y poca sistematización de deli-
rios persecutorios. Hay mayor desorganización (incoherencia del pen-
samiento y una sensación alterada del self), más síntomas negativos,
mientras que en la esquizofrenia de inicio más tarde hay mayor fre-
cuencia de delirios paranoides y sistematizados.5
8.3 Imágenes
9. Neuroquímica
La esquizofrenia es una enfermedad que afecta casi todos los sistemas
de neurotransmisores mayores, principalmente el sistema dopaminér-
gico. La capacidad de síntesis de dopamina presináptica del cuerpo
estriado aumenta en un grupo de pacientes con esquizofrenia desde
una etapa temprana de la enfermedad, con una sobreactividad a nivel
estriatal, lo que conlleva a los síntomas psicóticos.3
Las anormalidades de glutamato/GABA también se observan en es-
tudios postmortem; un exceso de glutamato en la corteza prefrontal
medial se observa en los estados tempranos de la esquizofrenia y en
estados tardíos los niveles se reducen.3
Epidemiología EOS es rara (<4% de todos los casos), hay mayores tasas
de autorreporte de síntomas psicóticos en niños y adoles-
centes
Neurocognición Más daños severos asociados a EOS. No hay variaciones
significativas en los dominios afectados (CI, velocidad de
procesamiento, memoria verbal) y funciones ejecutivas
18.2.1 Diabetes 87
18.2.2 Hiperlipidemia
18.2.4 Obesidad
18.2.5 Hiperprolactinemia
18.2.6 Disquinesia
19. Prevención, intervención temprana
y tratamiento
Las estrategias de prevención deben ser dirigidas a la población gene-
ral. Los esfuerzos de salud pública para abordar muchos de los factores
de riesgo ambientales durante el periodo de la atención prenatal, como
vacunas, atención prenatal mejorada que incluye el uso de ácido fóli-
co, hierro y profilaxis anti-Rh, y abstinencia de alcohol, nicotina y otras
drogas, también se ha estimado que si se pudieran eliminar totalmen-
te 3 infecciones prenatales (gripe, toxoplasma e infecciones genitales
o reproductivas), se evitaría un tercio de los casos de esquizofrenia.8
Desde el punto de vista social, la prevención del maltrato infantil, la
disminución de la discriminación y estrategias que mejoren el bienes-
tar de todos los individuos pueden disminuir los trastornos mentales
en general. Educar sobre el uso del cannabis, por el riesgo de psicosis
especialmente en adolescentes con riesgo genético8.
Una vez el diagnóstico se haya establecido, se debe hacer una rápida pla-
neación del tratamiento con intervenciones psicofarmacológica, psico-
terapéutica y psicosocial, para no retrasar su inicio y promover la salud
88 psicológica y un bienestar funcional. Puede ser necesaria la terapia del
lenguaje, educacional, de función ejecutiva, terapia individual, terapia de
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
91
20. Conclusiones
Ha habido un gran crecimiento en la comprensión de los fundamentos
neurobiológicos y el curso clínico de la esquizofrenia que se presenta
en la infancia y la adolescencia. Hallazgos recientes de la genética su-
gieren que los mecanismos pleiotrópicos subyacen a las superposicio-
nes dimensionales entre los trastornos del neurodesarrollo, en lugar
de encontrar genes específicos para diferentes trastornos. Ahora está
claro que los criterios diagnósticos basados en adultos tienen validez
en este grupo de edad y el trastorno tiene continuidad clínica y neuro-
biológica con la esquizofrenia en adultos. La EOS es una variante grave
del trastorno del adulto asociado con un mayor deterioro premórbido,
un mayor riesgo familiar y un curso clínico más grave y peor resultado.
Los tratamientos de intervención temprana son efectivos para jóvenes
con psicosis y esquizofrenia, y el uso de los antisicóticos atípicos son los
medicamentos de elección, en caso de no respuesta, la clozapina es el
tratamiento farmacológico alternativo.
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Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
93
Enfoque del paciente
con trastornos del sueño
Natalia Gutiérrez Ochoa*
Resumen
El sueño es una función vital que se regula a través diversos mecanis-
mos. Si se compromete la calidad o cantidad del sueño puede haber
consecuencias negativas sobre la salud y la calidad de vida. Durante
el sueño se regulan funciones hormonales, cardiovasculares, inmu-
nológicas y cognitivas. En la actualidad la deprivación de sueño es un
problema de salud pública que supone altos costos para el sistema. La
Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño los agrupa en:
insomnio, problemas relacionados con la respiración, hipersomnia cen-
tral, trastornos del ritmo circadiano, parasomnias, trastornos del sueño
relacionados con el movimiento y otros trastornos del sueño. Cada uno
de estos trastornos se abordará de forma breve, pero el capítulo se
centrará en el enfoque y tratamiento del insomnio. El insomnio es la
dificultad para iniciar o mantener el sueño, a pesar de tener las condi- 95
ciones adecuadas para hacerlo y se acompaña de quejas diurnas como
la somnolencia. Es indispensable buscarlo activamente, para así detec-
tarlo, tratarlo de forma temprana y evitar que se cronifique. La primera
línea de tratamiento es la terapia cognitiva conductual por su seguridad
y eficacia. También puede utilizarse como coadyuvante la terapia far-
macológica, idealmente por periodos cortos de tiempo.
* Médica general Universidad CES, residente de primer año de Psiquiatría, Universidad Pontificia
Bolivariana. natalia.gutierrezo@upb.edu.co
1. Introducción
El sueño cumple una función fisiológica y es un componente esencial
para la salud de los seres humanos. Se reporta que pasamos alrededor
de un tercio de nuestra vida durmiendo. Como veremos a continua-
ción, el sueño está estrictamente regulado por diversos mecanismos y
el no tener una adecuada cantidad o calidad puede traer consecuencias
negativas para nuestro organismo (incluyendo los sistemas neurológi-
co, inmunológico, endocrinológico y cardiovascular).1,2 En el adulto, la
duración del sueño varía entre las diferentes personas, pero el prome-
dio es de 7,5 horas por día.3
3. Sistemas de sueño-vigilia
Existen múltiples factores que influyen en qué tanto duerme una per-
sona y en qué horario. Uno de ellos es el factor circadiano, que está
regulado por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo y es el respon-
1. Insomnio
2. Problemas relacionados con la respiración
3. Hipersomnia central
4. Trastornos del ritmo circadiano
5. Parasomnias
S Ronquidos (Snoring)
T Cansancio diurno (Tiredness)
O Apnea observada (Observed)
P Hipertensión arterial (Pressure)
B Índice de masa corporal >35 (Body mass index)
A Edad >50 años (Age)
N Circunferencia del cuello >40cm (Neck)
G Género masculino (Gender)
5.2 Hipersomnias
Retraso de la fase del sueño: la fase del sueño ocurre más tarde de lo
esperado por la sociedad. Es decir, la hora de dormir y despertar están
retrasadas en comparación a los horarios convencionales. Es común en
los adolescentes y en los adultos jóvenes. Representa aproximadamen- 101
te el 10% de todos los pacientes con insomnio crónico.1,11
Adelanto de la fase del sueño: la fase del sueño ocurre más tempra-
no de lo esperado por las convenciones sociales. En este trastorno, la
hora de dormir y despertar están adelantadas respecto a los horarios
convencionales. Se da más con mayor frecuencia en los adultos y ancia-
nos, su prevalencia es aproximadamente del 1%.1,11
6. Insomnio
El insomnio es una condición con una alta prevalencia en la práctica
clínica. Más de un tercio de los adultos padecen de insomnio transitorio
y hasta en el 40% de los casos podría ser persistente.1 Es posible que se
presente de forma aislada o en conjunto con otras comorbilidades mé-
dicas o de salud mental, y es en sí mismo un factor de riesgo para el de- 103
sarrollo o exacerbación de múltiples enfermedades.19 De igual forma,
aumenta los costos en salud y disminuye la calidad de vida de quienes
lo sobrellevan.20
104
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
Predisponentes
res
do
etua
r p
Pe
105
7. Tratamiento
El tratamiento para el insomnio es altamente efectivo, se dice que has-
ta el 80% de los pacientes tienen una adecuada respuesta terapéutica.
Al tratar el insomnio, está tanto el beneficio de mejorar la continuidad
del sueño (que se refiere a variables como la latencia, número de des-
pertares, tiempo total de sueño y eficiencia del sueño); como el óptimo
funcionamiento de la memoria, la cognición, los sistemas cardiovascu-
lar, endocrinológico e inmunológico.19
109
9. Conclusión
El sueño es un estado dinámico y un componente esencial para una
buena salud. El ciclo sueño-vigilia requiere de la integridad de múlti-
ples circuitos neuronales, estructuras cerebrales y neurotransmisores.
En condiciones normales, el sistema promotor de sueño y el promotor
de vigilia se inhiben mutuamente y los circuitos monoaminérgicos que
promueven la vigilia inhiben los que inducen el sueño REM.
Los diferentes sistemas del organismo requieren del sueño para fun-
cionar de forma adecuada, por lo que la falta de este puede traer pro-
blemas a nivel cardiovascular, hormonal, inmunológico y cognitivo. En
la actualidad, la deprivación del sueño es un problema de salud pública
que supone un incremento en los costos en salud y un aumento en la
accidentalidad. Identificar y tratar el insomnio de manera temprana es
importante para evitar que se cronifique y evitar el desarrollo o exacer-
bación de comorbilidades médicas o psiquiátricas. La primera línea de
tratamiento para el insomnio es la terapia cognitiva conductual, por su
buen perfil de seguridad y eficacia a corto y largo plazo.
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Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
111
Enfoque del paciente con
trastornos de ansiedad
descompensados
María Carolina González Romero*
Resumen
Los trastornos de ansiedad son las enfermedades psiquiátricas más co-
munes, con una prevalencia a un año del 18%. Tienen un alto impacto en
la funcionalidad y calidad de vida de los pacientes, por lo cual es funda-
mental conocer cuál es su abordaje desde el primer nivel de atención. La
ansiedad como síntoma se entiende como la anticipación a una posible
amenaza futura, la cual es excesiva o desproporcionada y se acompaña
de hipervigilancia, preocupación excesiva, hiperactivación autonómica
y comportamientos evitativos. En el abordaje de estos pacientes es im-
portante descartar cualquier causa secundaria que esté generando los
síntomas ansiosos, ya sea una enfermedad médica, sustancia psicoactiva 113
o medicamento. Para esto se recomienda realizar una completa historia
clínica y examen físico, así como paraclínicos orientados a la sospecha
diagnóstica. Se reconocen nueve trastornos de ansiedad, siendo los más
prevalentes la fobia específica, el trastorno de ansiedad social, el trastor-
no de pánico y el trastorno de ansiedad generalizada. Para diferenciar
cada uno, debe determinarse cuál es el foco de preocupación o de an-
siedad del paciente. El tratamiento consiste en psicoterapia (idealmente
cognitivo conductual) y farmacoterapia con inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina o inhibidores de la recaptación de serotonina
y noradrenalina, en la mayoría de los casos.
* Médica general, Universidad CES, residente de segundo año de Psiquiatría, Universidad Pontificia
Bolivariana. maria.gonzalezro@upb.edu.co
1. Introducción
La ansiedad es definida por el Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales en su quinta edición (DSM 5 por sus siglas en in-
glés), como la anticipación a una amenaza futura.1 Es un estado emo-
cional adaptativo que funciona como señal de un potencial peligro en
el ambiente, y facilita el despliegue de estrategias de afrontamiento.2
Sin embargo, la ansiedad puede convertirse en patológica cuando se
presenta con preocupación excesiva o desproporcionada a la amenaza
real, cuando los síntomas son persistentes, aparecen comportamien-
tos evitativos, malestar significativo o alteración en la funcionalidad.2,3
El DSM 5 – revisión de texto (DSM 5 -TR) reconoce nueve trastornos
de ansiedad: trastorno de ansiedad por separación, mutismo selecti-
vo, fobia específica, trastorno de ansiedad social, trastorno de pánico,
agorafobia, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad
inducido por sustancias o medicamentos y trastorno de ansiedad de-
bido a otra condición médica.4 Nos enfocaremos en fobia específica,
trastorno de ansiedad social, trastorno de pánico y trastorno de ansie-
dad generalizada, debido a que presentan una mayor prevalencia. Este
capítulo pretende abarcar el abordaje de los pacientes con trastornos
de ansiedad descompensados enfocándonos en el manejo agudo, por
ejemplo, cómo tratar un ataque de pánico en el servicio de urgencias
114 o un trastorno de ansiedad generalizada descompensado en el servicio
de consulta externa.
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
2. Epidemiología
Los trastornos de ansiedad son las enfermedades psiquiátricas más co-
munes, se estima una prevalencia a un año del 18% en adultos, siendo
dos veces más comunes en las mujeres en edad reproductiva que en
los hombres; y una prevalencia de vida del 15 al 20% en niños y adoles-
centes.2 En Colombia, la Encuesta Nacional de Salud Mental del 2015
reportó una prevalencia de vida de cualquier trastorno de ansiedad del
3,9% en adultos y del 5% en adolescentes.5 Son además enfermedades
con un alto impacto en la funcionalidad y calidad de vida de los pacien-
tes, para el 2019 en la lista de las principales 25 causas de años vividos
con discapacidad, los trastornos de ansiedad ocuparon el puesto nú-
mero ocho.6 En los últimos años, posterior a la pandemia del COVID-19,
se estima que la prevalencia de ansiedad ha aumentado hasta un 25%
asociado a los efectos deletéreos que tuvo la enfermedad en la salud
física y mental de la población, esto debido a los períodos de confina-
miento indefinidos, la incertidumbre sobre el curso y tratamiento de la
enfermedad, la pérdida masiva de empleos y el fallecimiento de seres
• Hemoleucograma.
• Glicemia en ayunas.
• Perfil lipídico.
• Hormona estimulante de la tiroides (TSH).
• Ionograma.
• Enzimas hepáticas.
• Tóxicos en orina.
Fuente: Anxiety Disorders. En: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. 5a ed.
Text Revision. Washington, DC: American Psychiatric Association; 2022. 215-262.
122
mental agudamente descompensada
6. Trastorno de pánico
Para hablar sobre el trastorno de pánico es importante definir primero
qué es un ataque o crisis de pánico. Según el DSM - 5 TR, un ataque de
pánico se caracteriza por la aparición súbita de miedo o malestar in-
tensos que alcanzan su máxima expresión en minutos, puede aparecer
desde un estado de calma o de ansiedad y se acompaña de cuatro o 123
más de los siguientes síntomas:
• Palpitaciones.
• Sudoración.
• Temblor.
• Sensación de dificultad para respirar o de asfixia.
• Sensación de ahogo.
• Dolor o malestar torácico.
• Náuseas o molestias abdominales.
• Mareo.
• Oleadas de calor o de frío.
• Parestesias.
• Desrealización (sensación de que lo que está sucediendo no es real)
o despersonalización (separarse de uno mismo).
• Miedo a perder el control o a “enloquecer”.
• Miedo a morir.
El ataque de pánico por sí solo no es una enfermedad mental, puede
ocurrir en presencia de cualquier trastorno de ansiedad y otros tras-
tornos psiquiátricos (trastornos depresivos, trastorno de estrés post
traumático, trastorno por uso de sustancias, entre otros), e incluso, se
estima que anualmente 8-10% de la población general presentará un
ataque de pánico sin presentar psicopatología asociada.4,9
6.1 Epidemiología
7. El ataque de pánico
Los pacientes con un ataque de pánico suelen consultar al servicio de
urgencias ya que muchos de los síntomas pueden presentarse también 125
en otras condiciones médicas, como son las cardiovasculares (infarto
agudo de miocardio, angina, arritmias), pulmonares (crisis asmática,
tromboembolismo pulmonar), neurológicas (evento cerebrovascular,
migraña, epilepsia) y endocrinas (hipertiroidismo, hiperparatiroidismo,
feocromocitoma). Es por esto que el personal de salud en urgencias y
sobre todo, en el primer nivel de atención, debe estar capacitado para
atender al paciente que consulta con estos síntomas, descartar estas
condiciones médicas cuando el cuadro clínico oriente a ello e identifi-
car y tratar un ataque de pánico, ya que menos del 10% de estos pa-
cientes son diagnosticados correctamente.18 Para esto es importante lo
siguiente:
8.1 Tratamiento
9. Conclusiones
La ansiedad es un estado emocional adaptativo que funciona como se-
ñal de un potencial peligro en el ambiente, y facilita el despliegue de
estrategias de afrontamiento.
Referencias
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4. Anxiety Disorders. En: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. 5a ed.
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
Resumen
Dentro del grupo de medicamentos con mayor formulación, los psico-
fármacos ocupan los primeros lugares. No son ajenos al estigma que
padecen las patologías psiquiátricas y en general todo lo relacionado
con la salud mental, sin embargo, son de gran utilidad en múltiples
situaciones. No se trata de mirarlos con temor y desprecio, sino más
bien de conocer los detalles que implica su formulación a fin de sacar el
máximo provecho y evitar consecuencias indeseables. Su uso se da en
todas las etapas del ciclo vital, en adultos mayores son utilizados con
bastante frecuencia, en ocasiones de una forma incorrecta. El paciente
mayor presenta frecuentemente depresión, ansiedad, cuadros de agi- 135
tación y alteraciones comportamentales secundarios a deterioro cogni-
tivo tipo demencia y delirium. En estos pacientes es necesario siempre
descartar un compromiso orgánico previo al diagnóstico psicopatoló-
gico, así como intentar el manejo comportamental antes de decidir el
uso de psicofármacos. Aspectos como la polimedicación, las patologías
orgánicas de base, la posibilidad de interacciones farmacológicas la fra-
gilidad del paciente, deben siempre tenerse en cuenta.
1. Introducción
Los psicofármacos son sustancias que modifican el funcionamiento
mental y comportamiento por la acción que poseen sobre el sistema
nervioso central. Muchos de ellos fueron descubiertos en forma acci-
dental cuando se intentaba comprobar su efecto para una patología y la
observación de los pacientes mostraba su utilidad en otra. Esto sucedió
con la clorpromazina en 1952 que se intentó inicialmente como sedan-
te y luego fue descubierto su efecto antipsicótico. De ahí en adelante
el avance en este campo ha permitido plantear, partiendo de los me-
canismos de acción, las teorías neurobiológicas de trastornos como la
depresión, esquizofrenia entre otras.
136 Los trastornos mentales son entidades complejas que requieren tra-
tamiento porque afectan la calidad de vida del individuo y su entorno.
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
3.1 Absorción
3.2 Distribución
3.3 Metabolismo
3.4 Excreción
5. Psicofármacos
Los psicofármacos se agrupan en antidepresivos, ansiolíticos e hipnóti-
cos, antipsicóticos (típicos y atípicos) estabilizadores de ánimo. La pres-
cripción de este grupo de medicamentos ha tenido un fuerte aumento
en los adultos mayores en los últimos años. Un estudio realizado en
población mayor por Santos-Pérez en España reportó una prevalencia
de consumo en mayores de 65 años en manejo ambulatorio de 30,7%.
El mayor consumo fue de ansiolíticos 53%, seguido por antidepresivos
con un 33%, antipsicóticos 13%. El consumo en todos los grupos fue
mayor en el sexo femenino. Un 31% de la muestra recibía dos o más
psicofármacos.2 Es mejor evitar medicamentos con gran poder de inhi-
bición o de inducción del sistema enzimático hepático, se prefieren me-
dicamentos que sean metabolizados por varias vías. Debe convertirse
en un práctica rutinaria, consultar posibles interacciones medicamen-
tosas cuando se desconocen o se duda al respecto.12
5.1 Antidepresivos
6. Antipsicóticos
Son medicamentos indicados en el tratamiento de las psicosis, trastor-
nos del estado de ánimo en combinación con estabilizadores, agitación
y comportamiento violento, delirium, psicosis asociada a demencia, an-
6.8.3 Risperidona, iniciar con 0,5 mgs diarios e incrementar cada se-
mana hasta 2 mgs, dosis mayores tienen mayor probabilidad de efectos
extrapiramidales (2,6%) y disquinesia tardía. Vida media de 20-22 horas
por lo que puede administrarse en una dosis diaria. Es muy útil en agi-
tación severa y psicosis. La presentación de depósito carece de estudios
en este grupo de pacientes.
por lo que se puede dar una vez al día. Vía oral se inicia con 2,5 mgs por
día y se incrementa en forma gradual, dosis recomendada en adulto
mayor 5 mgs día. Poco efecto hipotensor a estas dosis. Produce au-
mento de peso, alteraciones metabólicas y sedación. Puede utilizarse
vía intramuscular en manejo de agitación en pacientes ancianos, pero
a dosis 2,5 a 5 mgs. la segunda dosis no debe darse antes de dos horas
de la primera. Máximo 3 aplicaciones en 24 horas.15
7. Benzodiacepinas e hipnóticos
Las benzodiacepinas son medicamentos que se unen al receptor GABA
A abriendo los canales de cloro. La subunidad alfa 1 de este receptor se
relaciona con el efecto sedante y la alfa 2 media los efectos ansiolíticos.
Se absorben bien por vía oral, se metabolizan principalmente a nivel
hepático por enzimas del sistema CYP 450 generando metabolitos acti-
vos que prolongan su acción. El lorazepam y oxacepam se metabolizan
de una manera simple por glucorono- conjugación, lo que hace preferi-
ble su uso en pacientes ancianos y con falla hepática. Las benzodiacepi-
nas se acumulan en tejido graso por su alta liposolubilidad.31
8. Estabilizadores de ánimo
8.3 Carbamazepina
8.4 Lamotrigina
8.5 Antidemenciales
9. Conclusión
Los psicofármacos son medicamentos útiles en multitud de patologías
según lo han demostrado diversos estudios a lo largo de varias déca-
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Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
Resumen
La infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es un
desafío importante para la salud pública a nivel mundial. El VIH se trans-
mite principalmente a través de relaciones sexuales no protegidas y el
uso de drogas intravenosas. La terapia antirretroviral (TAR) ha mejorado
la calidad de vida y la supervivencia de las personas con VIH, pero aún
hay una proporción significativa de pacientes que no conocen su estado
serológico o no tienen acceso al tratamiento. En el Sistema Nervioso Cen-
tral (SNC), el VIH puede causar complicaciones neurológicas y psiquiátri-
cas, especialmente en personas con antecedentes relacionados; a su vez,
la terapia antirretroviral tiene potenciales efectos neuropsiquiátricos. El 159
diagnóstico se realiza mediante herramientas de tamizaje y la observa-
ción clínica. Es importante abordar integralmente los síntomas neuro-
cognitivos y neuropsiquiátricos relacionados con el VIH para mejorar la
calidad de vida de los pacientes y prevenir complicaciones.
160
2. Contexto
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
6. Síndrome Inflamatorio
de Reconstitución Inmune (IRIS)
Este síndrome se define como un conjunto de trastornos inflamatorios
asociados con el empeoramiento paradójico de procesos infecciosos
preexistentes tras el inicio de la TAR en individuos infectados por el VIH.
Si la función inmunitaria mejora rápidamente después del comienzo
del TAR pueden ocurrir reacciones inflamatorias sistémicas o locales
en el sitio o sitios de la infección comórbida preexistente. En el SNC
se puede presentar con encefalitis severa, con anomalías difusas de la
sustancia blanca y gris en la resonancia magnética y pleocitosis de estas
células en el LCR.8
164
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
7. Encefalitis CD8+
Esta encefalopatía se manifiesta en pacientes con conteo sistémico es-
table de CD4+ o al momento del inicio de TAR, se presume a raíz del
fenómeno de escape de LCR como principal contribuyente, por lo que
existe una respuesta inflamatoria con infiltrado CD8+ y carga viral en
SNC aumentada; su presentación puede ser aguda o subaguda con sín-
tomas cardinales como convulsiones y cefalea. En las imágenes, aunque
por lo general puede resultar dentro de límites de referencia, también
se encuentran hiperintensidades T2 en la sustancia blanca, y a veces re-
alce de contraste perivascular (más común en IRIS) y la correspondien-
te restricción de difusión. Una de las claves para la confirmación del
diagnóstico, resulta ser la respuesta favorable a los corticoesteroides.9
Otros síndromes neurológicos se resumen en la Tabla 1.
8.1.1 Bajo nivel CD4+.
8.1.2 Compartimentalización/escape.
8.1.3 Tiempo de infección.
8.1.5 Infecciones oportunistas (toxoplasmosis).
8.1.6 SIDA.
8.1.7 TAR.
8.2.1 Envejecimiento.
8.2.3 Enfermedad vascular.
8.2.4 Uso de sustancias.
8.2.5 Trastorno mental concomitante.
8.3.8 Delirium.
9. Síntomas neuropsiquiátricos
Los pacientes con VIH presentan una confluencia de factores que aumen-
tan la vulnerabilidad de presentación de síntomas neuropsiquiátricos:
9.4 Delirium
10. Conclusiones
La infección por VIH es una patología frecuente en población de riesgo
según cada región, que debe tener una prevención eficaz, una búsque-
174 da activa para hacer un diagnóstico oportuno y un tratamiento precoz.
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
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Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
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Manejo desde psiquiatría
del paciente intoxicado
Marcela Alviz Núñez*
Resumen
La atención clínica del paciente intoxicado debe ser multidisciplinar y
suele implicar a varios especialistas médicos, incluidos médicos de ur-
gencias, anestesiólogos, intensivistas y toxicólogos. A veces se pasa por
alto el papel del psiquiatra, siendo supremamente importante ya que
gran porcentaje de las intoxicaciones voluntarias que llegan al servicio
de urgencias son intentos de suicidio, además los pacientes que toman
regularmente psicofármacos pueden de forma no intencional tener 177
más riesgo de intoxicación. Las sustancias más frecuentemente impli-
cadas en las intoxicaciones son plaguicidas, analgésicos, psicofármacos.
Es importante un enfoque rápido y práctico del paciente en el servicio
de urgencias que permita establecer la severidad de la intoxicación,
ya que en algunos casos es necesario manejo en unidad de cuidados
intensivos. El diagnóstico de las sustancias implicadas es fundamental
por lo que es necesario una anamnesis, evaluación clínica completa y la
realización de tóxicos en orina.
* Médica y cirujana de la Universidad del Norte, residente de tercer año de Psiquiatría Universidad
Pontificia Bolivariana. marcela.alviz@upb.edu.co
1. Introducción
Las intoxicaciones accidentales e intencionales o las sobredosis de
drogas constituyen una fuente importante de morbilidad, mortalidad
y gastos de atención de la salud agregados en todo el mundo; es fun-
damental el reconocimiento rápido de estas condiciones, así como la
identificación del tóxico implicado, para el manejo adecuado y evitar
muertes y complicaciones.
1.1 Toxicocinética
1.2 Toxicodinámica
1.3 ABCD
1.5 Abstinencia
1.7 Epidemiología
2.3.1 Pulsioximetría
para la intoxicación.
2.4.2 "B": Respiración: administre oxígeno de alto flujo a todos los pa-
cientes en estado crítico con sospecha de sobredosis.
2.4.3 "C": Circulación: la circulación debe evaluarse mediante la vigi-
lancia continua de la frecuencia del pulso, presión arterial, excreción
urinaria y evaluación de la perfusión periférica.
2.4.3.1 La hipotensión se trata con una infusión intravenosa (IV) rápida
de 2 L de cristaloide isotónico, seguida de una infusión de norepinefrina
o pequeños bolos de fenilefrina, salvo información más específica para
guiar el tratamiento. A veces, la dosis de vasopresor o inotrópico nece-
saria para lograr una respuesta puede ser mucho mayor que las dosis
utilizadas para pacientes no intoxicados.20 Los antídotos seleccionados
pueden administrarse empíricamente a pacientes hipotensos cuando
A menudo, los síntomas y signos físicos pueden ser las únicas pistas para
un diagnóstico de intoxicación. Los grupos de signos y síntomas físicos
asociados con intoxicaciones específicas se conocen como síndromes
tóxicos o toxidromes. El diagnóstico de un síndrome tóxico específico
puede ayudar a guiar opciones terapéuticas específicas. Es importante
reconocer que los pacientes pueden no demostrar todo el conjunto de
signos y síntomas de un síndrome tóxico. Para complicar aún más el
diagnóstico, los pacientes con exposición a múltiples sustancias pueden
tener características de varios síndromes tóxicos1 (ver Tabla 1).
Tabla 1. Síndromes tóxicos comunes
Estado
Toxidrome Sustancia FC PA FR T° TP RI D Otros
mental
Cocaína Temblor
Simpaticomimético Agitación ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑
Anfetamina convulsiones
Difenhidramina
Rubor cutáneo, retención
Anticolinérgico Alcaloides de la belladona Delirium ↑ ↑ ± ↑ ↑ ↓ ↓
urinaria, mucosas secas
(atropina y escopolamina)
Colinérgico DUMBBELLSS,
Organofosforados Somnolencia ↓ ↓ ± = ↓ ↑ ↑
muscarínico fasciculaciones
Heroína
Opioides Somnolencia ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ =
Oxicodona
Benzodiacepinas
Sedantes-hipnóticos Somnolencia ↓ ↓ ↓ ↓ ± ↓ = Ataxia, hiporreflexia
Barbitúricos
Síndrome Normal Clonus, hiperreflexia,
ISRS-IRSN ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑
serotoninérgico O agitación temblor, convulsiones
Simpaticolítico Clonidina Somnolencia ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓
Abreviaturas: FC: frecuencia cardiaca, PA: presión arterial, FR: frecuencia respiratoria, T°: temperatura, TP: tamaño pupilar RI: ruidos intestinales D: diaforesis.
DUMBBELLSS: Mnemotecnia para los efectos muscarínicos, que consisten en diarrea, micción, miosis, broncorrea, bradicardia, vómito, epifora, letargo,
sialorrea, diafores is, por sus siglas en inglés.
Antídotos Indicaciones
Atropina Inhibidores de colinesterasa
Benzodiacepinas Ansiedad y agitación, convulsiones, hipertensión, relajante
(diazepam, muscular, abstinencia de alcohol o sedantes-hipnóticos,
lorazepam, sedación consciente, intoxicación por agentes nerviosos,
midazolam) síndrome serotoninérgico, SNM, toxicidad por cloroquina.
Biperideno Reacciones distónicas agudas asociadas a neurolépticos o
metoclopramida
Flumazenil Reversión rápida del coma y la depresión respiratoria
inducidos por sobredosis de benzodiacepinas
Dantrolene Hipertermia maligna y síndrome neuroléptico maligno
Naloxona Depresión respiratoria inducida por opioides, clonidina
Fisostigmina Toxicidad anticolinérgica
N-acetilcisteina Paracetamol
188 (NAC)
Fentolamina Crisis hipertensivas asociadas a: sobredosis de
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
4. Desafíos 191
4.4 Aunque los jóvenes realizan más intentos suicidas, la muerte por
suicidio es más común con el aumento de la edad, una de las razones es
la mayor carga de enfermedades médicas que conlleva la edad (espe-
cialmente el dolor crónico y el cáncer) y la correspondiente mayor vul-
nerabilidad al impacto de las toxinas.11 Las personas mayores son más
propensas a estar poli medicados para diversas patologías crónicas,
medicamentos que tienen márgenes de seguridad estrechos en caso
de sobredosis (p. ej., antihipertensivos, anti arrítmicos, agentes para
la insuficiencia cardíaca, insulina, hipoglucemiantes orales y anticoagu-
lantes). Un nivel inicial de deterioro cognitivo también es más común
con la edad, por lo que los pacientes mayores tienen más probabilida-
des de experimentar delirium y estadías hospitalarias más complicadas
que los adultos más jóvenes cuando sufren de intoxicación aguda.33
192
5. Conclusiones
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
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Trastorno límite
de la personalidad:
abordaje en el primer
nivel de atención
Camilo Andrés Agudelo Vélez*
Resumen
El trastorno de personalidad más prevalente en la práctica clínica co-
rresponde al Trastorno Límite de la Personalidad (TLP). Clínicamente
se caracteriza por inestabilidad en las relaciones interpersonales, en
los autoesquemas, en la afectividad y en la conducta. Se acompaña de
alta impulsividad, pobre control inhibitorio, sensación crónica de va-
cío, relaciones interpersonales inestables y con apegos inseguros. Su
diagnóstico es categorial y demanda el cumplimento de al menos cinco
criterios que deben estar estables en el paciente y denotar disfuncio- 195
nal en varios aspectos vitales. Su pronóstico es variable, aunque con la
disponibilidad de terapias de tercera generación se han alcanzado tasas
importantes de remisión de síntomas, y continúa siendo una fuente de
comorbilidad y riesgo especialmente en población joven por su asocia-
ción con conductas autolíticas repetidas y autolesiones sin intención
suicida. Su tratamiento puede ser farmacológico sólo con una finalidad
de control de síntomas y para ello se ha considerado uso de ISRS y an-
tipsicóticos. Sin duda, la Terapia Dialéctico-Conductual tiene la mayor
evidencia y su aplicación ha modificado ostensiblemente la severidad
de síntomas en esta población.
2. Definición
Para hablar de trastornos de personalidad, es imprescindible definir
qué es la personalidad. No hay consenso sobre una definición integral.
Las diferentes posturas psicológicas filosóficas y epistémicas han pro-
puesto diferentes acercamientos conceptuales, podría decirse que la
personalidad es un constructo multidimensional, altamente dinámico
que incluye un componente biológico y uno ambiental con una signifi-
cativa interrelación.1 En otras palabras, la personalidad implica un ele-
mento heredado y genético, al que llamaremos temperamento y otro,
social y ambiental, denominado carácter. La personalidad está dotada
de características tan opuestas como ser individual y social y se esta-
2.2 Modo habitual de ajustes que el organismo efectúa entre sus impul-
sos internos y las demandas del ambiente
3. Epidemiología
Al igual que ocurre con otros diagnósticos psiquiátricos, el TLP tiene
prevalencias altamente variables. Son diversas las razones que explican
esta alta variabilidad. El descuido histórico que se ha otorgado a los
trastornos de personalidad al privilegiar los diagnósticos de psicopa-
tología mayor como los trastornos afectivos y los psicóticos graves, es
una de ellas. También por la falta de profundidad diagnóstica en los es-
tudios epidemiológicos de salud mental y, finalmente, por cierta apatía
de algunos clínicos sobre este diagnóstico.
4. Etiología
Las enfermedades mentales son enfermedades complejas. En ellas in-
teractúan dimensiones genéticas anidadas en un contexto ambiental
favorecedor del trastorno. No se dispone de marcadores biológicos es-
pecíficos, en razón de ello, hasta ahora, la teoría biosocial es la que
explica mejor su emergencia. Se requiere la vinculación simultánea de
una vulnerabilidad biológica y la concurrencia de un ambiente inva-
lidante. En la mayoría de los casos, existe una importante asociación
5. Manifestaciones clínicas
Hablar de TLP es sinónimo de inestabilidad. Clínicamente los pacientes
presentan fluctuaciones significativas en distintas dimensiones capaces
de generar malestar significativo que incluso puede comprometer la
funcionalidad multidominio.
7. Aproximación terapéutica
No hay duda, el tratamiento del TLP es la psicoterapia.13 La APA indica
que el tratamiento psicoterapéutico es la elección y los psicofármacos
son una modalidad coadyuvante, especialmente en momentos de agu-
dización sintomática o cuando la gravedad de los síntomas lo deman-
de.14 Es, por tanto, un manejo sintomático.
8. Curso y pronóstico
Sabemos que un criterio diagnóstico de los trastornos de personalidad
es la permanencia de los síntomas en el tiempo. Aunque es necesario
anotar que en la práctica clínica se observa una variación importante
en el curso de los síntomas y que estos no terminan siendo tan estables
como se indica en la definición.20 Particularmente en el TLP, la perspec-
tiva actual sobre la evolución del trastorno es la de lo que algunos auto-
res han denominado ‘inestabilidad estable’.21 A partir de los resultados
de estudios epidemiológicos, el trastorno ha pasado de ser conside-
rado como crónico y de mal pronóstico a tener unas expectativas me-
jores, registrándose tasas de remisión sintomática muy elevadas.22 Sin
embargo, esta remisión más que un reflejo real de reducción sintomá-
tica, puede ser una muestra más de la inestabilidad característica del
trastorno, pues se han detectado recurrencias en el 10 al 36% de los ca- 203
sos.22 Por todo ello, resulta obvio pensar que la evolución del trastorno
podría ser distinta en función del perfil clínico que presenta el paciente.
Otro aspecto relacionado con el curso del TLP que ha sido cuestionado
recientemente hace referencia a la edad de inicio del mismo, teniendo
en cuenta que se dispone de evidencias en relación a la manifestación
de síntomas clave del trastorno ya desde la adolescencia.23
9. Conclusión
El TLP es un trastorno altamente prevalente, corresponde al principal
diagnóstico de trastornos de personalidad. Su prevalencia aumenta en
razón de poblaciones clínicas, especialmente en los servicios de hospi-
talización. Se caracteriza por una inestabilidad multidominio que com-
promete la funcionalidad del paciente. Es más prevalente en mujeres
y se acompaña de alta impulsividad, pobre tolerancia a la frustración y
alteraciones en los autoesquemas. La evidencia científica orienta al uso
de la psicoterapia como primera opción y sólo utilizar psicofármacos en
contexto de síntomas graves.
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Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
205
Anorexia, un abordaje
desde la terapia
cognitivo conductual
Yeison Felipe Gutiérrez Vélez*
María Adelaida Posada Uribe**
Resumen
La terapia cognitivo conductual (TCC) es un tipo de psicoterapia de gran
reconocimiento y soporte en la investigación clínica para la intervención
de gran variedad de alteraciones mentales y psicosociales. Ha sido amplia-
mente reconocida su efectividad para los trastornos de la alimentación, en
particular para la Bulimia Nerviosa (BN) y el trastorno por atracones.
1. Introducción
La AN es uno de los trastornos de la alimentación que reviste mayor gra-
vedad tanto por las implicaciones que genera a nivel funcional y psicoso-
cial, como por el riesgo de muerte y su asociación con la conducta suicida.
Cabe tener en cuenta que este cuadro afecta al 0,4% de las mujeres
y al 0,1% de los hombres en cualquier momento en todo el mundo, y
se estima a nivel mundial, una tasa de prevalencia a lo largo de la vida
del 0,21%.8
4. Etiología
Como la mayoría de las enfermedades mentales su etiología es mul-
tifactorial y compleja, involucrando características biológicas, psico-
lógicas y ambientales.12 Existe un claro factor de riesgo genético, con
estudios de gemelos que demuestran una alta heredabilidad, y hay ev-
idencia de interacción del riesgo genético con otros factores de riesgo
identificados, que incluyen ansiedad, perfeccionismo, rigidez cognitiva
y problemas de alimentación en la infancia niñez.10,7
5. Diagnóstico
El diagnóstico de la AN requiere una evaluación médica, psiquiátrica y
nutricional detallada, un examen físico (que incluye la medición de la
altura y el peso) y pruebas de laboratorio. Es fundamental entrevistar a
los familiares y cuidadores, y obtener información de la historia clínica,
con el fin de corroborar el autoinforme del paciente. La información
errónea del paciente puede deberse al miedo al tratamiento forzado, la
falta de autoconciencia y los efectos cognitivos de la desnutrición. Las
preguntas deben estar orientadas a evitar el juicio (por ejemplo, “me
gustaría saber un poco más acerca de que limites tu alimentación a una
6. Conceptualización cognitiva
Se ha considerado la concepción “transdiagnóstica” de los TCA debido
a los procesos psicopatológicos que operan entre los cuadros de ese
rango clínico.13 Algunos autores han considerado que los TCA se man-
tienen mediante un conjunto de mecanismos en gran parte comunes,
y que los tratamientos capaces de abordar estos mecanismos deberían
ser efectivos en las diversas presentaciones de los trastornos de la ali-
mentación. Se ha modificado la TCC para la BN para hacerla adecuada
a todas las formas de TCA y el tratamiento más potente es la TCC-E.13
Un modelo cognitivo conductual de factores que influyen en el de-
sarrollo de los TCA se relaciona con una baja autoestima y un afecto
negativo asociado con una insatisfacción de la imagen y el peso corpo-
ral, influyen en la generación de dietas, en la pérdida de control sobre
la ingesta o atracones de comida (que pueden estar relacionados con
otros estresores vitales o interpersonales), y en conductas compensa-
torias como vómitos o uso inadecuado de laxantes o diuréticos.9
7. Tratamiento psicoterapéutico
La gravedad clínica de la AN, junto con su larga historia, han llevado a
la consideración y el estudio de tratamientos conductuales y farmaco-
lógicos en un esfuerzo por identificar y establecer métodos con base
empírica para reducir la carga del trastorno.16 El pilar del tratamiento
es la psicoterapia, sin embargo, los datos siguen siendo limitados y con-
trovertidos acerca de la mejor elección del tipo de terapia,10 no obstan-
te, las guías internacionales generalmente convergen en indicar trata-
mientos psicológicos ambulatorios independientes (sobre tratamientos
farmacológicos solos) como una opción de primera línea en adultos con
AN, pero brindan recomendaciones inconsistentes cuando se trata de
intervenciones específicas.6
8. Tratamiento farmacológico
Lo primero a tener en cuenta es que más del 70% de los pacientes que
sufren de AN tienen otra comorbilidad psiquiátrica que debe ser aten-
dida y tratada al mismo tiempo que la enfermedad en cuestión. Dentro
de la psicopatología comórbida se incluyen los trastornos de ansiedad,
trastornos del ánimo, trastornos del neurodesarollo, trastorno por uso de
sustancias y trastornos de la personalidad. Estas deben ser priorizadas y 221
tratadas para poder controlar a largo plazo la enfermedad19.
9. Educación
El componente educativo es fundamental en la TCC-E, tiene en cuenta
entrenar a los pacientes en aspectos relacionados con la restricción y
las reglas sobre la dieta, se espera que los pacientes reconozcan la res-
tricción como un problema, destacando lo siguiente:
1. Si es “rígida” la restricción dietética siempre será un problema, fo-
menta los atracones.
2. Si es “extrema”, bien sea porque haya muchas reglas o porque por
su naturaleza sean muy exigentes.
3. La restricción extrema tiene consecuencias negativas, indistinta-
mente se logre o no cumplir las reglas que se impone el paciente. Si
lo logran tendrán muchas consecuencias adversas a nivel psicosocial
y físico, si no lo logran se sentirán fracasados y con mayor riesgo de
atracones.
4. Debe abordarse con éxito la restricción dietética para eliminar el
conjunto de consecuencias adversas que se derivan de ella.14
10. Conclusión
La AN continúa teniendo estrategias limitadas de intervención sobre
todo a nivel farmacológico. Se ha reconocido la psicoterapia como el
tratamiento de elección para este tipo de trastorno. En particular la
TCC-E es una psicoterapia cognitiva que permite la intervención clínica
en esta población. Se ha considerado la terapia familiar como de prime-
ra elección en pacientes adolescentes.
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Resumen
El abuso sexual a menores es un problema de salud pública que cada
vez cobra mayor importancia. Se da cuando un o una menor es invo-
lucrado en una actividad sexual que él o ella no comprende comple-
tamente y para la que no tiene capacidad libre de consentimiento. Las
víctimas de abuso sexual, generalmente sufren otro tipo de maltrato y
tienen una serie de situaciones y de vivencias que marcan su desarro-
llo. Desde la década de los 70 con el crecimiento de los movimientos
feministas, se volteó la mirada en todas las sociedades a las víctimas de
cualquier tipo de violencia y empezó a crecer de forma exponencial la
investigación en esta área.
Ser víctima de abuso sexual trae en la persona una serie de consecuen- 227
cias psicológicas y físicas y una alteración importante en la calidad de
vida. Algunas de estas consecuencias son: conducta hipersexual, puber-
tad precoz, desarrollo de trastornos de personalidad, especialmente lí-
mite y antisocial, trastorno depresivo, ansiedad, suicidio y otros.
* Médica general Universidad CES, residente de segundo año de Psiquiatría Universidad Pontificia
Bolivariana. maria.boterou@upb.edu.co
1. Introducción
La Organización Mundial de la Salud, OMS, define abuso sexual a meno-
res como “el acto en el que involucra a una o un menor en una actividad
sexual que él o ella no comprende completamente, para la que no tiene
capacidad de libre consentimiento o que viola los preceptos sociales”.1-2
2. Contexto histórico
En 1970, gracias al surgimiento de movimientos feministas, crece el in-
terés por evaluar el impacto de las experiencias traumáticas en la salud
mental. Las víctimas de violencia sexual empiezan a contar sus expe-
riencias y coinciden en que presentan algunos síntomas como: pesadi-
llas, fobias, flashbacks y aumento de la actividad motora, incluso años
después del evento traumático. Esta etapa la nombran “fase de reor-
ganización”.5 Más adelante en la década de los 80 se introduce en el
DSM el trastorno de estrés postraumático e inicia un debate sobre cuá-
les experiencias eran suficientemente traumáticas para ocasionar este
síndrome. Hubo discrepancia en los conceptos durante mucho tiempo,
había quienes consideraban que era exclusivo para las víctimas de gue-
rra y otros defendían que cualquier experiencia significativa o evento
vital podría causar trastorno de estrés postraumático. Lo cierto es que,
gracias a este debate, aumenta de forma considerable la investigación
acerca de las consecuencias psicopatológicas que se presentaban a lo
largo de la vida en las personas que tenían un evento vital considerado
3. Epidemiología
La mayoría de estudios que se tienen a la fecha son basados en re-
portes de adultos que deciden contar que durante la infancia tuvieron
experiencias de abuso sexual. 229
El abuso sexual puede ser visto como iceberg, donde los casos reporta-
dos son solo la punta visible y en el fondo están los casos ocultos. Un gran
porcentaje de las víctimas decide no reportar el abuso y en esto que lla-
maremos “divulgación” interfieren una serie de factores importantes2-7:
3.1.4 La edad: los niños entre los 7 y los 13 años suelen contar más, so-
bre todo en el primer mes después de haber sido víctimas. Los menores
de 7 años es posible que no entiendan el acto como una situación abu-
siva y por eso no lo divulguen. Y los mayores de 13 años, están influen-
ciados por todos los factores anteriores (vergüenza, amenaza por parte
del victimario, culpabilización) y es posible que por eso sean menos
propensos a divulgarlo.9
tema.11
Ante una situación de abuso sexual puede haber dos tipos de res-
puesta: una respuesta internalizante (más frecuente en mujeres), que
se presenta con conducta evitativa, ambivalencia con el deseo sexual,
pérdida de interés por la sexualidad y riesgo de abuso crónico; y una
respuesta externalizante (más frecuente en hombres), que se presenta
con hipersexualidad, relaciones sexuales de riesgo, conductas delicti-
vas, impulsividad, daño a terceros.14
5.1 Hipersexualidad
5.1.4 Etapa entre los 6 y 9 años: los niños se agrupan en función del gé-
234 nero, siguen demostrando interés por el propio cuerpo y por el de otros
como fuente de placer: aparecen juegos de roles sexuales (ser novios,
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
ser papás, ser médicos para evaluar al otro). En esta etapa se empieza
a entender la sexualidad como un tema tabú y privado, por eso a pesar
de que aumenta el interés, disminuyen las preguntas, las expresiones
de sexualidad. Aumenta la búsqueda de contenido sexual en medios
de comunicación. Lo relacionado con la sexualidad ocupa una pequeña
parte del tiempo en los niños y niñas a esta edad. Cuando se identifica
que estas conductas ocupan gran parte del tiempo o afectan la integri-
dad y seguridad de otros, es necesario evaluar a profundidad.19
9. Conclusión
Como conclusión entonces a un tema de muchísima relevancia clínica
y social, se recomienda establecer en todos los centros de salud un
protocolo de atención integral a las víctimas de violencia sexual. Ade-
más, en el quehacer diario de todo el personal de salud, es importante
identificar signos y síntomas que puedan alertar que el o la menor esté
siendo víctima de abuso: la hipersexualidad, los cambios bruscos en el
comportamiento, las alteraciones en el ánimo, deberán ser evaluadas
a profundidad por personal experto. Tener en cuenta que las conse-
cuencias del abuso pueden ser devastadoras y alterar todas las áreas
de funcionamiento de las personas.
Referencias
Resumen
El ejercicio médico presenta dilemas éticos constantemente, la bioé-
tica nos ayuda a mejorar la calidad de toma de decisiones clínicas que
se hagan en esos momentos, decisiones más optimas y en beneficio
para el paciente. La práctica clínica ha evolucionado en el concepto del
cuidado, pasando de una práctica paternalista, a tener en cuenta la au-
tonomía e individualidad de la persona. Respetar la autonomía es un
fundamento ético, que va ligado en la calidad de vida, es por esto, que
es importante poder respetarla garantizando que en la toma de deci-
siones sea libre y voluntaria, que cuente con información suficiente,
completa y que el paciente tenga la capacidad conservada. La capaci-
dad no es estable, varía según las condiciones médicas y la calidad de
la información, por lo cual debe ser un proceso de valoración continua 241
a una situación específica, teniendo una presunción de capacidad en
todas las personas.
* Médica general Universidad CES, magíster bioética Universidad CES, residente tercer año de Psi-
quiatría Universidad Pontificia Bolivariana. mariam.villa@upb.edu.co
1. Bioética
La bioética es una forma de reflexión ética, pero especialmente sobre
aspectos humanos, que incluye tanto la investigación y el desarrollo hu-
mano, pero también la práctica médica, intentando crear o proponer
consensos para llegar a acuerdos mínimos que ayuden a su vez a aclarar
respuestas a dilemas, es decir cuando se encuentran dos valores funda-
mentales, y hay que darle un peso más a uno que a otro, pero la decisión
implica la trasgresión de otro valor. La bioética clínica ayuda a mejorar la
calidad de la toma de decisiones clínicas, que sean decisiones óptimas.1
• No maleficencia
• Beneficencia
• Autonomía
• Justicia
242
A diferencia de Beauchamps y Childress que no establecen una je-
Abordaje del paciente con enfermedad
mental agudamente descompensada
rarquía en los principios, hay otros que sí plantean esta jerarquía, Diego
Gracia plantea una jerarquización, una ética de mínimos y una ética de
mínimos. Mínimos, deberes exigibles, necesarios para vivir en sociedad
(justicia y no maleficencia); Máximos, valores subjetivos individuales,
son valores no exigibles, pero si deseables (autonomía y beneficencia).
Entonces, yo tengo que perseguir mi bien particular, pero también ten-
go la obligación, que cuando nos encontremos ante un dilema, deba
anteponer el bien común sobre el particular. Y es por esto que los mí-
nimos están en el primer nivel de jerarquía. Las obligaciones públicas
siempre tienen prioridad sobre las privadas.2
3.1 Voluntariedad
Es la facultad para elegir, con libre determinación, pero esta tiene dos
limitantes:
Pero para que tome esta decisión, debo garantizar que el paciente
tenga capacidad, que es la tercera condición.
ble para tomar decisiones y medir las consecuencias de sus actos. Todos
los médicos tienen la pericia de evaluar la capacidad en los pacientes,
pero la mayoría de veces son los psiquiatras los llamados a valorarlos,
especialmente en casos complejos o cuando hay un diagnóstico de en-
fermedad mental o neurológica de base.6
Paciente no tiene
capacidad de decisión
2. Consentimiento sustituto
o juicio sustitutivo
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SU OPINIÓN