Banco Mundial
Banco Mundial
Banco Mundial
Y EL CARIBE
INFORME SOBRE
CLIMA Y
DESARROLLO
DEL PAÍS
ARGENTINA
© 2022 Grupo Banco Mundial
El presente documento fue elaborado por el personal del Grupo Banco Mundial, con contribuciones externas. La
expresión “Grupo Banco Mundial” hace referencia al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la
Asociación Internacional de Fomento (AIF), la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral
de Garantía de Inversiones (MIGA), organizaciones jurídicamente independientes.
El Grupo Banco Mundial, si bien lo considera confiable, no garantiza la exactitud, confiabilidad ni integridad del
contenido de este documento, ni de las conclusiones o los juicios aquí presentados, y no acepta responsabilidad ni
obligación alguna por omisiones o errores en el contenido (incluidos, entre otros, errores tipográficos y técnicos) ni
por acciones derivadas de ellos. Las fronteras, los colores, las denominaciones y demás datos que aparecen en los
mapas de este documento no implican juicio alguno, por parte del Grupo Banco Mundial, sobre la condición jurídica
de ninguno de los territorios, ni la aprobación o aceptación de tales fronteras. Las opiniones, interpretaciones y
conclusiones aquí expresadas no son necesariamente reflejo de la opinión de las organizaciones del Grupo Banco
Mundial, de sus respectivos Directorios Ejecutivos ni de los Gobiernos que representan.
El contenido de este documento tiene por objeto brindar información general únicamente y no pretende servir de
asesoramiento jurídico, bursátil o de inversiones, ni de opinión relativa a la conveniencia de ninguna inversión, ni una
solicitud de ningún tipo. Es posible que las organizaciones del Grupo Banco Mundial o sus afiliadas tengan alguna
inversión o interés financiero en determinadas empresas y partes mencionadas en este documento o que les
proporcionen otro tipo de asesoría o servicios.
Nada de lo que figura en el presente documento constituirá ni se considerará una limitación o renuncia a los
privilegios e inmunidades de ninguna de las organizaciones del Grupo Banco Mundial, los cuales se reservan
específicamente en su totalidad.
Derechos y autorizaciones
El material contenido en este documento está registrado como propiedad intelectual. El Grupo Banco Mundial alienta
la difusión de sus conocimientos y autoriza la reproducción total o parcial de este documento para fines no
comerciales, en tanto se cite la fuente. El Grupo Banco Mundial no garantiza que el contenido de este documento no
violará los derechos de terceros, y no acepta responsabilidad ni obligación alguna al respecto. Toda consulta sobre
derechos y licencias deberá enviarse a la siguiente dirección: World Bank Publications, The World Bank Group, 1818
Agradecimientos................................................................................................................................................... 2
Siglas........................................................................................................................................................................ 4
1. Riesgos climáticos para el desarrollo...................................................................................................... 6
1.1. Vulnerabilidad frente a los impactos físicos del cambio climático ........................................... 6
1.2. Emisiones de GEI: disminuyen gracias al cambio en el uso de la tierra,
pero aumentan en la mayoría de los sectores. ............................................................................... 9
1.3. Necesidades de inversión en un contexto económico y social desafiante ..........................13
2. Compromisos, capacidades y políticas sobre el clima a nivel de país..........................................14
2.1. Compromisos y comunicaciones en materia de cambio climático: hay mayor
ambición pero falta de una estrategia de descarbonización a largo plazo...........................14
2.2. Capacidad institucional para la acción climática: mejorada pero con algunas
deficiencias................................................................................................................................................15
2.3. La preparación del sector privado: avanza pero es desigual.....................................................18
3. Prioridades específicas en materia de desarrollo y clima................................................................19
3.1. Prioridades en materia de adaptación y resiliencia ....................................................................19
3.1.1.. Adaptación a los cambios provocados por las temperaturas extremas..............................19
3.1.2.. Creación de seguridad hídrica...............................................................................................................22
3.1.3.. Mejora de la planificación urbana para lograr resiliencia...........................................................23
3.2. Prioridades de descarbonización........................................................................................................24
3.2.1.. Agricultura, uso de la tierra y silvicultura: mantener la resiliencia
y la competitividad del sector agroalimentario..............................................................................26
3.2.2.. Suministro de energía: gran potencial para el despliegue de energías
renovables no convencionales, con un cuidadoso diseño de la normativa ........................31
3.2.3.. Reservas de petróleo y gas no convencionales: beneficios para el sector
privado, con riesgos para la balanza fiscal y comercial .............................................................33
3.2.4.. Demanda de energía: aumento de la eficiencia para reducir las emisiones
y aportar cobeneficios..............................................................................................................................38
3.2.6.. Minerales: desarrollo de la cadena de valor del litio...................................................................45
3.2.7.. Competitividad verde .............................................................................................................................48
3.2.8.. Riesgos de la transición para el empleo: riesgos bajos en general,
pero algunos sectores requieren atención .....................................................................................50
4. Impactos macroeconómicos y distributivos .......................................................................................53
4.1. El costo de la inacción a nivel global: impacto macroeconómico de las sequías,
las inundaciones y el calor...................................................................................................................53
4.2. Distribución geográfica desigual de los impactos climáticos y los riesgos
de transición..............................................................................................................................................56
4.3. Efectos macroeconómicos y distributivos de las políticas de mitigación y adaptación...........58
4.3.1.. Políticas de mitigación.............................................................................................................................59
4.3.2.. Políticas de adaptación............................................................................................................................62
5. Conclusión: acciones prioritarias y brechas de conocimiento.........................................................65
Referencias bibliográficas................................................................................................................................68
Este Informe sobre el clima y el desarrollo del país (ICDP) es un esfuerzo de colaboración del Banco
Mundial, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de
Inversiones (MIGA), producido por un equipo central dirigido por Julie Rozenberg (Economista Principal)
y Mariana Conte Grand (Economista Senior). El equipo central de redacción incluye a Agustin Arakaki,
Ayah Mahgoub, Ayelen Nadia Becker, Daniela Vanina Dborkin, Florencia Balestro, Javier Morales
Sarriera, Joanne Catherine Gaskell, Klaas de Groot, Liljana Sekerinska, Lourdes Rodriguez Chamussy,
Lucia Spinelli, Maria Catalina Ramirez, Paulina Schulz -Antipa, Sara Turner y Sonia Araujo.
El modelado y los resultados analíticos fueron proporcionados por Aleix Pons, Andrés Kilstein,
Carlos A. Romero, Charl Jooste, Christian García-Witulski, Claudio Damiano, Damiana Serafini, Daniel
Álvarez, Fabián González, Fernando Dobrusky, Joaquín Pérez Martin, Lorenzo Casullo, Priscila Ramos,
Mariano Rabassa, Martín Obaya, Matías Harari, and Penélope Ann Mealy,
Se recibieron aportes de Ana Maria Aviles, Ariel Jose Chirom, Frank Fragano, Lars Johannes, Marcela
Ines Salvador, Maria Emilia Sparks, Maria Eugenia Bonilla-Chacin, Maria Victoria Frascarelli, Pablo
Andres Salas Bravo, Paul Jonathan Martin, Santiago Arias, Santiago Scialabba, Tomas Ricardo Rosada
Villamar, Valeria Di Fiori, Vanina Camporeale, and Xavier Espinet Alegre. El equipo agradece el apoyo
recibido de Linda Ackel, Maria Gracia Lanata Briones, Nahir Mailen Lamadrid, Romina Campi, así como
de Carolina Marcela Crerar, María Victoria Ojea y Yanina Budkin en la estrategia de comunicación, y
por la orientación brindada por los Gerentes de Práctica Valerie Hickey, Genevieve Connors y Doerte
Doemeland.
El ICDP se benefició del diálogo con el Gobierno de Argentina, incluidos Marco Lavagna (Director,
INDEC), Sebastián Rosales (Director Nacional de Financiamiento con Instituciones Financieras
Internacionales, Ministerio de Economía), Candelaria Alvarez Moroni (Subsecretaria de Coordinación
Internacional, Ministerio de Economía) y Eugenia Arioua (Secretaría de Asuntos Económicos y
Financieros Internacionales, Ministerio de Economía), y del diálogo con la academia y representantes
del sector privado Ana Sofia Rojo Brizuela (consultora independiente), Ariel Coremberg (Universidad
de Buenos Aires), Carlos Guevel (Ministerio de Salud), Carlos Zaball (Fundación Metropolitana),
Daniel Bouille (Fundación Bariloche), Elena Palacios (Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires),
El ICDP fue preparado bajo la dirección de Carlos Felipe Jaramillo (Vicepresidente Regional del Banco
Mundial), Alfonso García Mata (Vicepresidente Regional de la IFC), Ethiopis Tafara (Vicepresidente y
Directora de Riesgos, Legal y Administrativa de MIGA), Anna Wellenstein (Vicepresidenta del Banco
Mundial Directora Regional de Desarrollo Sostenible), Martin Spicer (Director Regional de IFC), Merli
Margaret Baroudi (Directora de Economía y Sostenibilidad de MIGA), Jordan Schwartz (Director de
País), Franz Drees-Gross (Director Regional de Infraestructura), Robert Taliercio (Director Regional de
Director de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones) y Luis Benveniste (Director Regional de
Desarrollo Humano).
Lucy Southwood fue la editora de producción. La traducción y el diseño fueron realizados por la
Unidad de Traducción e Interpretación, Soluciones Institucionales Globales del Banco Mundial.
Todos los montos expresados en dólares corresponden a dólares de Estados Unidos, salvo indicación en
contrario.
La economía argentina depende en gran medida del capital natural, lo que contribuye a la
vulnerabilidad del país frente al cambio climático y a la transición hacia la reducción de las emisiones
de carbono, pero presenta oportunidades para el crecimiento futuro. Su tierra extraordinariamente
fértil convierte a Argentina en uno de los mayores productores agrícolas del mundo, y la agroindustria
representa alrededor del 54 % de sus exportaciones de 20211, motivo por el cual la economía es muy
vulnerable a la variabilidad climática. El país también cuenta con vastos recursos energéticos renovables
y no renovables, con fuentes de energía eólica y solar de primera categoría y muy poco explotadas, y con
las segundas y cuartas mayores reservas de gas y petróleo de esquisto del mundo, respectivamente.
Argentina es vulnerable a una amplia diversidad de impactos del cambio climático, y estos varían
según sus regiones (Gobierno de Argentina, 2015). El cambio climático afectará a las temperaturas y a
los patrones de lluvia. Debido al incremento de las inundaciones y las sequías tanto en intensidad como
en frecuencia, al agravamiento de los desbordes y las inundaciones costeras y al derretimiento de los
glaciares, se producirá un aumento en la escasez del agua (y, posiblemente, en los incendios forestales).
Aunque la magnitud del futuro cambio climático es incierta, los datos disponibles sugieren que el país
debe prepararse para una mayor intensidad de los extremos climáticos2. En el norte del país, se prevé un
estrés hídrico por el aumento de las temperaturas. En la región oriental, se prevé que el cambio climático
aumente las precipitaciones e inundaciones extremas, disminuya los caudales de los ríos de la Cuenca
del Plata y aumente el nivel del mar en el Río de la Plata. Se prevén crisis hídricas en la región occidental
y el deshielo de los glaciares en el suroeste.
Históricamente, de acuerdo con la Base de Datos Internacional sobre Desastres (EM‑DAT), las
inundaciones han sido los desastres climáticos más graves en términos de cantidad de fenómenos,
personas afectadas, impactos en la salud, muertes y pérdidas de activos conexas. Argentina tiene
pérdidas anuales de activos previstas de hasta USD 1400 millones3 (paridad del poder adquisitivo
[PPA] de 2015) debido a las inundaciones, lo que se traduce en hasta USD 4000 millones en pérdidas
de bienestar. Entre 1900 y 2021, el 92 % de los 115 desastres naturales registrados estuvieron
relacionados con el clima, principalmente inundaciones (58 %) y tormentas (20 %) (gráfico 1.1). Los
fenómenos relacionados con el clima representan el 98 % de los 15 millones de personas afectadas por
los desastres (97 % por inundaciones y 1 % por tormentas). Las pérdidas de activos por inundaciones
se concentran en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. En las provincias expuestas tanto
a la pobreza como a las inundaciones, las grandes inundaciones arrasan con casi el 100 % de los pagos
de asistencia social existentes (Rozenberg y otros, 2021; Banco Mundial, 2021b4). Los futuros cambios
1
Véase https://data.worldbank.org/indicator/TX.VAL.FOOD.ZS.UN?locations=AR.
2
En IPCC (2022) se prevén aumentos generales de la temperatura y la humedad para Argentina, una tendencia positiva de las
precipitaciones en la parte sur de la Cuenca del Plata (noreste de Argentina), un aumento de las precipitaciones y de los extremos
climáticos en la parte oriental, y la asociación de fenómenos de El Niño con un mayor nivel de precipitaciones en el norte.
3
En el texto, mil millones se refiere a miles de millones.
4
En Banco Mundial (2021b) se señala que, en comparación con un escenario ideal, las inundaciones recurrentes en las zonas urbanas
Tipo de fenómeno
Deslizamiento Incendio Nombres
Epidemia de tierra forestal Temperatura Tormenta Sequía Inundación de las medidas
100 Fenómenos
Personas
afectadas
90
Muertes
Daños
80
Porcentaje de cada tipo de impacto total
70
60
50
40
30
20
10
0
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos, personas afectadas, muertes y daños para cada tipo de fenómeno. El color indica los detalles de los fenómenos,
las personas afectadas, las muertes y los daños.
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de la EM‑DAT (https://public.emdat.be/)
Las sequías y el exceso de precipitaciones afectan al sector agrícola, con importantes consecuencias
macroeconómicas y sociales. Los fenómenos climáticos disminuyen los rendimientos. Esto afecta a la
mayoría de las regiones y los cultivos agrícolas, perjudica la actividad económica en varias provincias y
disminuye la seguridad alimentaria. Calculado a partir de datos anteriores a la histórica y prolongada
sequía de 2021/22, las sequías han sido el segundo desastre natural más costoso en términos de daños
económicos (gráfico 1.1.). Un crecimiento (descenso) de 10 puntos porcentuales en la producción agrícola
para las cinco provincias que más bienes agrícolas producen implica un aumento (caída) de 0,77 puntos
de Argentina representan un costo de alrededor de USD 1000 millones (PPA en dólares internacionales constantes de 2011) al año en
pérdida de activos (0,19 % del PIB) y USD 1600 millones en pérdida total de bienestar (0,3 % del PIB). Las pérdidas de bienestar no se
miden en términos de activos, sino de consumo.
5
Datos proporcionados por los autores de Hallegatte, Rentschler y Rozenberg (2019). La proporción de interrupciones de los servicios
de transporte a causa de las inundaciones es muy incierta, y oscila entre el 20 % y el 80 % del total de las interrupciones.
El aumento de la escasez de agua y la frecuencia de las sequías es una amenaza para el transporte
fluvial, la producción de energía hidroeléctrica y la provisión de productos agrícolas a los centros
de consumo urbano y a las exportaciones. Alrededor del 84 % de las exportaciones agrícolas y de
subproductos se realizan a través de los puertos de la Hidrovía o vía navegable de los ríos Paraguay,
Paraná y de la Plata7, donde la navegabilidad se mantiene mediante el dragado de los pasos más
importantes. Las cantidades dragadas dependen fundamentalmente de la cantidad de sedimentos que
el río y sus afluentes depositan en el canal. En 2021, el negocio de los agroalimentos, en el que se
utiliza el río Paraná para el transporte de los productos, especialmente para las exportaciones, perdió
USD 315 millones en 6 meses como consecuencia de una disminución en el nivel del río8. Al aumentar la
escasez de agua, aumentará el costo de mantener la navegabilidad en las vías fluviales.
La producción hidroeléctrica también depende del volumen de agua disponible, que probablemente
disminuirá con el cambio climático. Esto ya ocurre en proyectos de energía hidroeléctrica
recientes, como Los Caracoles y Punta Negra, en la provincia de San Juan, que no han producido
la cantidad de energía prevista (Banco Mundial, 2021b). En 2021, una profunda sequía redujo la
contribución de energía hidroeléctrica de Argentina a la producción de electricidad, del 29 % al 17 %,
aproximadamente. La generación térmica desempeñó una función clave en la compensación de esa
pérdida, lo que redundó en un aumento en el uso de los combustibles fósiles y costos de generación
más elevados. La sequía se ha prolongado hasta 2022, situación que ha repercutido en los costos
de generación de electricidad, los cuales se han exacerbado aún más por la guerra en Ucrania, y
6
El Banco Central de la República Argentina atribuye el 4 % de disminución en la tasa de crecimiento del PIB durante el segundo
trimestre de 2018, en gran parte, a una contracción en la producción agrícola causada por la sequía (Banco Central de la República
Argentina, 2018).
7
Alrededor del 84 % del total de los granos y subproductos exportados y el 92 % de los contenedores movilizados (tanto para la
exportación como para la importación) se transportan por río (según cálculos del personal del Banco Mundial a partir de https://www.
magyp.gob.ar/sitio/areas/ss_mercados_agropecuarios/exportaciones/_archivos/000030_Embarques%20-%20Exportaciones%20de%20
Granos,%20Aceites%20y%20Subproductos/000030_Por%20Puerto.php y https://www.argentina.gob.ar/puertos-vias-navegables-y-
marina-mercante/estadisticas-de-carga/containerizada, respectivamente).
8
Treboux, J.; Rodríguez Zurro, T.; Calzada, J. e Ybañez, P. (2021), La bajante del río Paraná representaría un costo cercano a los
USD 315 millones en seis meses para el complejo agroindustrial exportador y los productores agropecuarios argentinos, Informativo
Semanal, Bolsa de Comercio de Rosario (8 de julio), https://www.bcr.com.ar/es/mercados/investigacion-y-desarrollo/informativo-
semanal/noticias-informativo-semanal/la-bajante-3.
En 2018, las emisiones de Argentina fueron de 366 millones de toneladas (Mt) de dióxido de carbono
equivalente (CO2e), cifra inferior al máximo alcanzado en 20079. Argentina ocupa el puesto 21 en
cuanto a emisiones, el 52 en cuanto a emisiones per cápita y el 102 en cuanto a intensidad de emisiones
por PIB entre los países de los que hay información disponible10. Las principales fuentes de emisiones
son la energía (el 51 %, lo que incluye el 16 % de las industrias energéticas y el 13 % del transporte),
la agricultura, la ganadería, la silvicultura, y otros usos de la tierra (el 39 %), la industria (el 6 %) y los
residuos (el 4 %) (gráfico 1.2). Alrededor del 80 % de las emisiones de 2016 corresponden a seis factores:
la combustión de petróleo y gas natural (el 63 %), la cantidad de ganado vacuno (el 15 %), las hectáreas
deforestadas (el 14 %), los residuos sólidos producidos (el 4 %), las emisiones fugitivas de petróleo y gas
(el 3 %) y las toneladas de clínquer producidas por la industria del cemento (el 1 %)11.
9
La proporción de emisiones mundiales (0,66 % = 366/55 300) se basa en el último inventario de GEI (Gobierno de Argentina, 2021) y
el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) (2019).
10
Para las clasificaciones, los GEI incluyen emisiones derivadas del cambio de uso de la tierra y la silvicultura, y se extraen del Climate
Data Explorer de la base de datos del Instituto de Recursos Mundiales. De esa misma fuente, en 2018, las emisiones per cápita de
Argentina son de 8,89 toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e) y la intensidad de las emisiones es de 764,06 tCO2e por
cada millón de dólares de PIB. Según el cuarto informe bienal de actualización de Argentina (BUR4), se registran un poco más de
500 tCO2e por cada millón de pesos argentinos (ARS de 2004, año base de las cuentas nacionales de Argentina).
Este cálculo se basa en el primer informe del inventario nacional de Argentina. Véase Conte Grand (2022a) para obtener más detalles.
11
Obsérvese que el Gobierno de Argentina (2021) presenta 17 factores principales, y el clínquer no es uno de ellos.
450
400
350
300
250
MtCO2e
200
150
100
50
0
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
Agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra Procesos industriales y uso de productos
Emisiones fugitivas procedentes de combustibles sólidos Ganadería
y de la industria del gas y del petróleo Industrias energéticas
Sectores de la manufactura y la construcción Quema de combustibles en otros sectores
Transporte Residuos
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de Gobierno de Argentina (2021).
A pesar de su enorme potencial para producir energía renovable, la matriz energética primaria
de Argentina está dominada por los combustibles fósiles. En 2021, representaban el 89 % de la
producción de energía primaria del país, con el 53 % proveniente del gas, el 36 % del petróleo y el
0,02 % del carbón (gráfico 1.3)12. La producción de energía renovable sigue siendo baja, con alrededor
del 11 % de la producción de energía primaria procedente de fuentes de biomasa, hídricas, eólicas y
solares. La mayor parte de la electricidad de Argentina es generada por plantas térmicas (el 59 % en
2021) y la energía hidroeléctrica (el 18 % en 2021), seguidas por otras energías renovables (el 12 %
en 2021) y la nuclear (el 4 % en 2021)13. Sin embargo, el país tiene el mayor potencial de energía
eólica terrestre y marina de América Latina y el Caribe. De hecho, la Patagonia es uno de los lugares
más ventosos del mundo14, y Argentina tiene el cuarto mayor potencial eólico marino del mundo15.
Argentina se encuentra entre el 30 % de los países con mayor potencial de generación de energía solar,
y las condiciones son especialmente favorables en la región del Noroeste16. También hay potencial
para incrementar la generación de energía hidroeléctrica, y el Plan Nacional del Agua ha identificado
cinco grandes presas de fines múltiples, por valor de USD 10 000 millones. Dado que tres de ellas
están situadas en zonas áridas o semiáridas con una gran demanda de agua por parte de sectores
competidores y con importantes amenazas a causa del cambio climático, se requiere una cuidadosa
planificación para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de estos proyectos.
12
Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir del balance energético de Argentina para 2021.
13
https://www.iea.org/countries/argentina.
14
https://globalwindatlas.info/area/Argentina.
15
https://energydata.info/dataset/offshore-wind-technical-potential.
16
Véase el potencial mundial de energía fotovoltaica por país en
https://www.worldbank.org/en/topic/energy/publication/solar-photovoltaic-power-potential-by-country.
Esta información representa solo una parte de Argentina, ya que no hay datos disponibles para el extremo sur.
10
80.000
70.000
60.000
50.000
Miles de tep
40.000
30.000
20.000
10.000
0
1960
1962
1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
2012
2014
2016
2018
2020
Carbón (mineral) Biomasa Hidráulica Eólica Solar Nuclear Otras principales Petróleo Gas natural
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de los balances energéticos anuales del Ministerio de Energía y Minería para 2060–2021,
https://www.argentina.gob.ar/economia/energia/hidrocarburos/balances-energeticos
Nota: tpe = tonelada de petróleo equivalente (la energía que rinde una tonelada de petróleo).
En 2018, las emisiones de metano representaron el 23 % de los GEI, el 73 % de las cuales
provenían de la agricultura, la ganadería, la silvicultura y otros usos de la tierra, el 19 % de los
residuos y el 8 % de la producción de energía (Gobierno de Argentina, 2021). Argentina, uno de
los 14 principales países emisores de metano en 201817, es signataria del Compromiso Global por el
Metano18 de la vigésimosexta Conferencia de las Partes, que tiene como objetivo reducir, en forma
colectiva, las emisiones antropogénicas mundiales de metano en todos los sectores en al menos un
30 % de los niveles de 2020 para 2030. La mayor fuente de emisiones de metano se encuentra en
el sector ganadero, que representó el 69 % del metano generado en Argentina en 2018, seguido por
la captación de emisiones de metano de residuos sólidos y la reducción de las emisiones fugitivas de
metano del petróleo y el gas. Las emisiones fugitivas de metano han aumentado recientemente debido
al incremento de la producción de petróleo de esquisto (véase la sección 3.2.3). Habida cuenta de las
dificultades para reducir las emisiones del sector ganadero, el mayor potencial para dicha reducción
podría encontrarse en los residuos y las emisiones fugitivas.
Entre 2010 y 2018, las emisiones de la mayoría de los sectores han aumentado. La principal excepción
se encuentra en el cambio de uso de la tierra (deforestación), donde las emisiones han disminuido,
impulsando una reducción neta del 2 % de las emisiones en general. En el período comprendido entre
1990 y 2018, Argentina desacopló sus emisiones de GEI de la actividad económica, dado que las emisiones
se incrementaron un 39 %, el PIB aumentó un 119 %, y la intensidad de las emisiones disminuyó un 37 %.
Entre 2010 y 2018, el desacoplamiento se intensificó, con una disminución de las emisiones del 2 %, un
17
Basado en datos de los Indicadores del Desarrollo Mundial de 2018.
18
https://www.globalmethanepledge.org/.
11
GRÁFICO 1.4. Factores que fomentaron el crecimiento de las emisiones de GEI en Argentina (en el período de
2010–18)
6%
0,7 %
5% 0,0 % -0,1 %
0,7 %
-0,5 %
4% 1,0 %
1,2 %
3%
2% 1,8 %
1%
0%
-1 %
-2 %
-6,8 %
-3 %
-4 %
-2,1 %
Industrias
energéticas
Procesos industriales
y uso de productos
Ganadería
Quema de combustibles
en otros sectores
Manufactura
y construcción
Emisiones fugitivas
procedentes de combustibles
sólidos, petróleo y gas
Transporte
Agricultura, silvicultura
y otros usos de la tierra
Total
Residuos
Fuente: Cálculos del Banco Mundial a partir de datos de Gobierno de Argentina (2021).
Notas: En el gráfico se muestra la tasa de crecimiento de las emisiones para el período de 2010–18. Para obtener más información sobre cómo se ha calculado
el desglose entre sectores, véase Conte Grand, Mikou y Rozenberg (2021a).
Al igual que los impactos del clima, las emisiones se distribuyen de manera desigual dentro del
país. En 2016, la provincia y la ciudad de Buenos Aires produjeron una parte considerable (31 %) del
total de las emisiones nacionales, principalmente debido a la combustión de combustibles, los residuos
y la agricultura. Estas dos jurisdicciones también representan alrededor del 40 % de la población del
país y gran parte de su industria. La mayor parte de las emisiones agrícolas del país provienen de
19
Más precisamente, desde 1990, el índice de desacoplamiento (tasa de crecimiento de las emisiones/tasa de crecimiento del PIB, según
Tapio, 2005) fue de 0,33, pero este indicador pasó a ser negativo (-0,37) en el período de 2010–18. La inestabilidad macroeconómica
de Argentina también provoca que el desacoplamiento tenga un comportamiento cíclico si se calcula año a año. Véase Conte Grand
(2022b) para obtener más detalles.
12
20
Véase Conte Grand, Mikou y Rozenberg (2021b) para consultar las emisiones por provincia en 2016. Los datos del BUR4 aún no está
disponible a nivel de provincia.
21
Base de datos sobre pobreza y equidad del Banco Mundial e indicadores de pobreza del Gobierno de Argentina,
https://sis.politicassociales.gob.ar/indicadores-pobreza.php.
13
22
El presidente Alberto Fernández anunció en Glasgow que Argentina elaborará un plan para lograr la neutralidad de carbono para
2050 https://www.argentina.gob.ar/noticias/argentina-anuncio-su-nuevo-compromiso-en-la-lucha-contra-el-cambio-climatico. En
la CDN2 también se menciona la Estrategia a largo plazo de Argentina. El presidente de Argentina sigue apoyando activamente los
debates sobre el clima a nivel nacional, por ejemplo, con su presencia en la primera reunión del GNCC en 2022.
14
600 570
500 483
200
100
0
1990 2000 2010 2018 CDN CDN 1 CDN 2 CDN 2
(último prevista (2030) (2030) actualizada
inventario) (2030) (2030)
Fuentes: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir del BUR4 de Argentina, las CDN, CDN1 y CDN2 previstas y sus actualizaciones.
2.2. Capacidad institucional para la acción climática: mejorada pero con algunas
deficiencias23
La nueva ley sobre cambio climático y el decreto reglamentario de Argentina proporcionan un marco
regulatorio integral que define los objetivos, el alcance de la ejecución y las responsabilidades.
A finales de 2019, el Congreso aprobó la Ley 27520 y el Decreto 1030/2020, que establecen los
presupuestos mínimos para abordar el cambio climático24. La ley también prevé un plan nacional de
respuesta frente al cambio climático y sistemas nacionales de seguimiento de inventarios y mitigación de
las emisiones de GEI, y reafirma la continuidad de un equipo de trabajo, el Gabinete Nacional de Cambio
Climático (GNCC), creado mediante el Decreto 891/2016. A través del GNCC, se lleva a cabo un sólido
proceso de coordinación gubernamental horizontal y vertical. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible tiene la facultad de aplicación de la ley.
23
Esta sección, que se basa parcialmente en datos de Banco Mundial (2021a), se refiere a una capacidad institucional más amplia con respecto al
cambio climático, no a sectores específicos.
24
Como se señala en Banco Mundial (2021a), al margen de esta ley, la CDN de Argentina no cuenta con una normativa interna, ya que
no se publicó ningún decreto o resolución ministerial asociados que le otorgue un marco legal.
25
La Secretaría de Ambiente aprobó los planes mediante la Resolución 447, en noviembre de 2019. Los planes, que existen en
las versiones 1 y 2, según el sector, fueron elaborados entre 2017 y 2019, e incluyen acciones específicas de mitigación con las
correspondientes reducciones de emisiones. Algunos incluyen acciones de adaptación.
26
Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de los planes sectoriales.
15
Como estado federal, Argentina confiere una función importante a los gobiernos subnacionales en
la ejecución de la política sobre el clima del país. La nueva Ley de Cambio Climático establece que las
jurisdicciones deben desarrollar sus propios planes de acción de medidas de respuesta frente al cambio
climático, y la mayoría de dichos planes se encuentran en etapa de elaboración27. La coordinación entre
los niveles nacional y subnacional (y entre las provincias) se organiza a través del grupo de trabajo
provincial del GNCC, la Mesa de Articulación Provincial, que tiene los mismos miembros que la Comisión
de Cambio Climático del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA). El inventario de GEI del país
está desglosado a nivel provincial y el Gobierno procura mejorarlo, con un minucioso trabajo para informar
de las emisiones con referencias geográficas (provinciales). Algunos Gobiernos locales han establecido
leyes provinciales sobre el cambio climático, creado áreas específicas en materia de clima o desarrollado
sus propios inventarios28.
Argentina hace un gran esfuerzo para generar datos sobre los riesgos y la vulnerabilidad y
proporcionar acceso gratuito a la información sobre el clima a través de plataformas virtuales. La
nueva Ley de Cambio Climático instituye un Sistema Nacional de Información sobre Cambio Climático
como instrumento para la elaboración y el seguimiento de los planes de respuesta al cambio climático
en distintos niveles29. El sistema de información incluye el Sistema Nacional de Inventario de Gases de
Efecto Invernadero de Argentina (SNI‑GEI-AR) y el Sistema Nacional de Monitoreo de Bosques Nativos
(SNMBN). Los funcionarios que se ocupan de planificar también pueden utilizar el Sistema de Mapas de
Riesgo del Cambio Climático (SIMARCC)30, una herramienta interactiva en línea que combina escenarios
de cambio climático e indicadores de vulnerabilidad. Los mapas resultantes pueden ayudar a incorporar
los riesgos climáticos en la planificación sectorial, la inversión y la prevención de desastres. Si bien el país
ha realizado importantes avances en materia de tecnología digital, incluido el Plan Conectar31, el acceso
de todos los grupos en las distintas provincias se podría mejorar mediante inversiones adicionales. Una
mejor interconexión digital genera beneficios para las actividades comerciales (Goldfarb y Tucker, 2019)
y contribuye a la capacidad de los Gobiernos para aumentar la resiliencia de la población frente a los
fenómenos relacionados con el clima.
27
Banco Mundial (2021), Evaluación institucional del cambio climático, Washington, DC, Banco Mundial,
https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/35438. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) es la única jurisdicción que
ha terminado su plan.
28
Por ejemplo, https://www.buenosaires.gob.ar/agenciaambiental/cambioclimatico/inventario-y-mitigacion/inventario-de-geis.Buenos
Aires cuenta con una metodología específica para los inventarios que se ajusta lo establecido por C40 Cities, una red de alcaldes de
aproximadamente 100 ciudades líderes en el mundo que colaboran para llevar a cabo la acción urgente que se necesita ahora mismo para
abordar la crisis climática (https://www.buenosaires.gob.ar/agenciaambiental/cambioclimatico/inventario-y-mitigacion/inventario-de-geis).
También existen dos leyes relacionadas con la divulgación de información: La Ley 27275 de acceso a la información pública en
29
16
El país se ha esforzado por aumentar la consideración sistemática del cambio climático en la gestión
de las finanzas públicas, y al mismo tiempo, busca mejorar la evaluación macroeconómica de
las políticas climáticas. El Ministerio de Economía ha puesto en marcha distintos instrumentos para
responder a los riesgos climáticos, como las transferencias públicas después de emergencias climáticas,
y los instrumentos de financiación de riesgos que protegen el presupuesto después de los desastres.
El Ministerio también participa en la preparación de las CDN a través del GNCC, procura incorporar los
riesgos climáticos en las proyecciones y el análisis de las cuentas nacionales, ha adoptado medidas
para etiquetar las actividades y los programas relacionados con la adaptación y la mitigación en el
presupuesto33, y, en 2020, creó la Mesa Técnica de Finanzas Sostenibles. Además, si bien el Gobierno
evalúa las políticas climáticas en términos del potencial para reducir las emisiones o los riesgos (de
manera cualitativa), no lo hace con respecto a sus beneficios y costos de ejecución. Esta es una debilidad
reconocida por el Gobierno de Argentina (2021). Un próximo paso sería desarrollar un modelo climático
macroeconómico para evaluar las políticas climáticas de sus CDN, lo cual permitirá al Ministerio de
Economía aumentar su participación en la elaboración y ejecución de las CDN, tal como lo recomienda el
principio 6 de la Declaración de Helsinki de la Coalición de Ministros de Clima para la Acción climática.
Argentina aún necesita generar mayor capacidad para la acción climática a nivel nacional y
subnacional (Banco Mundial, 2021d). Aunque todos los ministerios pertinentes tienen un coordinador
técnico designado en el GNCC, la mayoría dedica solo una parte de su tiempo al cambio climático.
Algunos equipos técnicos de los ministerios se han reforzado a través del GNCC, pero la creación de
equipos dedicados al cambio climático está sujeta al interés de cada ministerio en el tema y al acceso al
financiamiento necesario. A nivel subnacional, no todos los Gobiernos cuentan con personal capacitado
específicamente en materia de cambio climático.
32
Véase https://www.weforum.org/reports/global-gender-gap-report-2021. A pesar de una buena clasificación general, el rendimiento
en áreas individuales varía enormemente; por ejemplo, ocupa el primer lugar en logro educativo, el 103.º en participación y oportunidad
económicas para las mujeres (solo el 60 % de las mujeres participan en el mercado laboral), el 48.º en salud y supervivencia, y el 25.º en
empoderamiento político.
33
El presupuesto de 2019 (Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales [CNCPS], 2019) se vinculó con los Objetivos de
Desarrollo Sostenible, por lo que indirectamente incluyó el etiquetado presupuestario por el cambio climático. A partir de 2016,
también surgió una iniciativa a nivel nacional de adquisiciones públicas sostenibles (Decreto 1023/01), y se han observado avances en
ese sentido en la provincia de Córdoba y en la Ciudad de Buenos Aires.
17
Las empresas argentinas podrían enfrentar desafíos para rastrear el contenido de carbono
cuando sea necesario, aunque algunos sectores productivos ya tienen experiencia en el cálculo
de la huella de carbono y de agua. El análisis de la preparación de los productores argentinos para
calcular la huella de carbono de sus productos (Lottici, Daicz y Galperín, 2016; Conte Grand y D'Elía,
2018) revela que la mayoría de las empresas solo evalúa las huellas de carbono y de agua, en vez de
varias categorías de impacto establecidas en la huella ambiental de los productos (PEF) de la Unión
Europea (UE)34. Las cadenas de valor de la leche, el vino, los cítricos, el maíz, el té, el algodón, el maní,
el queso, la miel, la papa, el arroz, la carne, el agua embotellada y la cerveza tienen cierta experiencia
en el cálculo de las huellas de agua y de carbono. En cambio, otros prductos de sectores incluidos
en la PEF, como las baterías, las pinturas y el cuero, no tienen experiencia en este campo y, por
consiguiente, serían vulnerables a las regulaciones que afectan a las exportaciones a la UE. Argentina
cuenta con cierta experiencia en el etiquetado de la conservación de los bosques a través del Consejo
de Administración Forestal, que puede ayudar a aportar comprobantes para los productos que no
generen deforestación (DFP).
El sector privado muestra cada vez más interés por los mercados voluntarios de carbono para
financiar proyectos y vender créditos de reducción de emisiones. A febrero de 2022, Argentina
cuenta con 16 proyectos que participan en los mercados voluntarios de créditos de emisiones, incluso
en los cuatro principales registros voluntarios de proyectos de compensación: Climate Action Reserve,
American Carbon Registry, Verra y Gold Standard35. Once de ellos son proyectos de energías renovables;
los demás son: 1 proyecto de transporte público; 1 proyecto de digestores de metano en la agricultura;
2 proyectos de residuos sólidos (1 de metano en vertederos y otro de metano en la recuperación de
aguas residuales) y 1 proyecto de silvicultura36. Existe interés y potencial para desarrollar nuevos tipos
de productos (compensaciones de carbono forestal), pero es necesario un mayor análisis para entender
cómo se compara el precio de las compensaciones con los costos de oportunidad de la tierra utilizada
para otros fines, que a su vez depende del precio de los cultivos o del ganado. El Ministerio de Ambiente
y Desarrollo Sostenible creó en octubre de 2021 un registro de proyectos a fin de evitar duplicar su
contabilización, o sea, evitar que se cuenten también para la NDC. (resolución 363/2021).
34
Las otras categorías son: cambio climático; agotamiento de la capa de ozono; efectos cancerígenos; efectos no cancerígenos; materia
particulada/efectos respiratorios; radiación ionizante; formación de ozono fotoquímico; acidificación; eutrofización terrestre, de agua
dulce y marina; ecotoxicidad de agua dulce; uso de la tierra; uso del agua; minerales y metales, y fósiles (Zampori y Pant, 2019).
35
Deloitte, febrero de 2022, Punto de vista, Mercados voluntarios de carbono claves para su desarrollo en América Latina: finanzas
sostenibles. https://www2.deloitte.com/ar/es/pages/financiera/articles/mercados-voluntarios-creditos-carbono.html.
36
Datos de la base de datos del Registro Voluntario de Compensación de Goldman School, Berkeley Public Policy,
https://gspp.berkeley.edu/faculty-and-impact/centers/cepp/projects/berkeley-carbon-trading-project/offsets-database.
18
Entender los efectos que las temperaturas extremas tienen sobre la salud humana es clave para
promover políticas efectivas de adaptación al cambio climático. Además de aumentar la resiliencia
a las inundaciones y las sequías, Argentina necesita ser más resiliente al calor. La EM‑DAT solo tiene
registrada una ola de calor en 1972 para Argentina durante el período comprendido entre 1920 y
2021 y no cuantifica los daños, cuando en realidad la cantidad de días de olas de calor se duplicó
entre 1960 y 201037. Concretamente, la región del Noroeste ha experimentado un marcado aumento
de la temperatura en la última década, y es previsible que la probabilidad de que se produzcan olas
de calor prolongadas e intensas aumente sustancialmente en el futuro (Rusticucci y otros, 2016). Por
lo tanto, a fin de cubrir dicha brecha de conocimiento, García‑Witulski y otros (2022) se propusieron
relacionar los datos de mortalidad de 2010–19 con la temperatura38.
Históricamente, el frío extremo ha causado más muertes que el calor extremo en Argentina y el
impacto total de las temperaturas extremas en la mortalidad se valora en un 0,7 % del PIB. En
promedio (gráfico 3.1), cada día adicional de baja temperatura (inferior a 40 ºF o 4,4 ºC) aumenta
la tasa de mortalidad mensual promedio del distrito en 0,660 cada 100 000 habitantes. Un día
adicional relativamente caluroso (>90 ºF o 32,2 ºC) aumenta significativamente la tasa de mortalidad
en 0,584 cada 100 000 habitantes. Las personas mayores de 64 años son las más afectadas por las
temperaturas extremas, pero no hay diferencias aparentes en la magnitud entre géneros. Los costos
económicos anuales asociados oscilan entre el 0,6 % y el 0,8 % del PIB segun se valoren las muertes
en base a una estimación local de la vida estadística (utilizando un valor estadístico de la vida o VEV)
o en base a valores imputados de estudios llevados a cabo para países de de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos o de los Estados Unidos (EE. UU.) ajustados por el ingreso
relativo de Argentina y por la elasticidad ingreso, calculada según estimaciones alternativas (véase
García‑Witulski y otros [2022] para conocer los cálculos detallados).
37
Véase https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/222018/20191127.
38
Los datos fueron proporcionados por la Dirección de Estadísticas e Información en Salud del Ministerio de Salud. Para mantener
el anonimato de la información, incluso en poblaciones pequeñas, los datos corresponden a todas las causas de muerte y a algunas
causas de carácter general (enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cánceres), y la población está estratificada en cuatro grupos
etarios (0–4, 5–44, 45–64, >64). El estudio complementó los recuentos de defunciones con cálculos anuales de población para elaborar
las tasas municipales de mortalidad cada 100 000 habitantes, por sexo y edad, e interpoló las cifras anuales de población por municipio
a partir de los censos nacionales de población de 2001 y 2010.
19
a)a)Impactos
Impactos totales delalaexposición
totales de exposición estimada
estimada b) Impactos
impactosde
delalaexposición
exposición estimada,
estimada, por causa
por causa principal
principal
4
Tasa de mortalidad mensual por cada 100.000 habitantes
2
1,0
0,660
0,584 1
0,5
0
0
–0,5 –1
40< [40–50) [50–60) [60–70) [70–80) [80–90) >90 40< [40–50) [50–60) [60–70) [70–80) [80–90) >90
Rango de Temperatura Rango de Temperatura
°F °F
Fuente: Elaborado por el personal del Banco Mundial, a partir de datos de García‑Witulski y otros (2022).
Notas: Ambos paneles muestran los impactos estimados de la exposición al riesgo calculados a traves de una regresión entre las tasas de mortalidad y la
temperatura a nivel municipal, controlando los niveles de precipitación y los efectos fijos por mes y por municipio para todas las edades, géneros y regiones.
Los ejes y corresponden al promedio, ponderado por la población de cada grupo etario para el período 2010–19. Las principales causas de muerte en el
panel (b) son las enfermedades cardiovasculares, respiratorias y las neoplasias (tumores) agrupadas según la versión 10 de la Clasificación Internacional de
Enfermedades.
Los impactos del cambio climático son desiguales entre las regiones. Los impactos totales sobre
la mortalidad dependen de la intensidad del cambio climático, disminuyendo en la trayectoria de
concentración representativa, RCP 4.5, y aumentando en un escenario más extremo (RCP 8.5).
Algunas provincias del norte sufrirán el aumento del calor extremo, mientras que algunas del sur
se beneficiarán de la disminución del frío extremo (gráfico 3.2). A nivel nacional, en un escenario de
RCP 4.5, una disminución de los días de frío extremo tiene un impacto más positivo en la mortalidad
que un aumento del calor extremo. Pero en un escenario de RCP 8.5, un aumento del calor extremo
sería más perjudicial que una disminución del frío extremo. Los costos económicos promedio ascienden
al 0,7 % del PIB base en la RCP 8.5, mientras que las ganancias ascienden al 0,15 % del PIB en la
RCP 4.5. Obsérvese que, si tenemos en cuenta el crecimiento y el envejecimiento de la población, la
vulnerabilidad aumenta.
20
Cambio de
temperatura
(°C)
1,44—2,19
2,19—2,99
2,99—3,49
3,49—4,46
4,46—5,21
0 250 500 km
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos de García‑Witulski y otros (2022).
La mejora de la concientización de los ciudadanos con respecto al sistema de alerta por olas de
calor del país, la colaboración con el sector educativo y la adaptación del sector sanitario pueden
contribuir a frenar los efectos negativos del aumento del calor. El sistema de alerta de olas de calor
de Argentina, diseñado inicialmente para la Ciudad de Buenos Aires, se ha ampliado progresivamente y
ahora abarca todo el país bajo el Sistema de Alerta Temprana por Temperaturas Extremas Calor (SAT‑TE
Calor) (Herrera y otros, 2021). Los datos para la Ciudad de Buenos Aires muestran que, como respuesta
a las alertas de calor, las personas evitan la exposición al comienzo de la ola de calor (Rabassa, Conte
Grand y García‑Witulski, 2021), pero tienden a dejar de hacerlo si la advertencia se prolonga durante
varios días. El sector de la educación puede desempeñar una función clave en la mejora de la adaptación,
integrando contenidos sobre los efectos del calor en la salud en los planes de estudio y la formación de
los docentes. En 2021, Argentina aprobó la Ley 27621 (Ley para la implementación de la educación
ambiental integral en la República Argentina), que define estrategias para promover la mitigación y
adaptación al cambio climático a través de la educación ambiental integral39. El Plan Nacional de Acción
de Salud y Cambio Climático también se centra en la adaptación, proponiendo medidas para fortalecer
el sistema de salud frente a las olas de calor y las temporadas de frío, y hacer que los centros de salud
sean más resilientes ante los fenómenos meteorológicos extremos40.
39
https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-27621-350594/texto. La educación no solo es fundamental para la adaptación
y la adopción de prácticas de consumo sostenibles, sino que también desempeña una función clave en la transición hacia los empleos
verdes (véase la sección 3.2.8). Entre los ejemplos de actividades de ese tipo se incluye un programa de posgrado de políticas sobre el
cambio climático (https://www.argentina.gob.ar/ambiente/contenidos/posgrado-cambio-climatico).
40
Tal como el representante del Ministerio de Salud señaló durante el proceso de participación de las partes interesadas, dos resoluciones,
la 2956/2021 (https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/252757/20211112) y la 555/2021 (http://e-legis-ar.msal.gov.ar/
legisalud/migration/pdf/msres555_2021.pdf), institucionalizan la conexión entre la salud y el clima. El Observatorio Nacional de Salud y
Clima de Argentina tiene como objetivo reforzar la vigilancia epidemiológica y del estado de salud de la población para dirigir mejor los
recursos del sector sanitario en respuesta al cambio climático.
21
Dado que la mayor parte de los impactos del cambio climático en Argentina se manifestarán
a través de cambios en la hidrología del país, la consolidación de la seguridad hídrica y la
resiliencia al cambio climático deberían ser una prioridad. El Banco Mundial (2021b) calcula
USD 96 980 millones (dólares de 2018) en inversiones prioritarias de 2021 a 2030, entre las que se
incluyen: infraestructura de almacenamiento con fines múltiples, servicios de agua y saneamiento,
plantas de tratamiento de aguas residuales, mitigación de inundaciones urbanas, hidrometeorología
y sistemas de alerta temprana, riego eficiente para cultivos de secano y redes de navegación. Si se
aplican en su totalidad, el PIB anual aumentaría un 2,7 % en promedio entre 2021 y 2030 (unos
USD 15 000 millones al año), en comparación con un escenario sin estas inversiones. La relación
costo‑beneficio de las medidas oscila entre el 1,4 para las infraestructuras de mitigación de
inundaciones y el 4,0 para las infraestructuras hidrometeorológicas. Las medidas de protección contra
las inundaciones pueden reducir las pérdidas de activos y bienestar (Rozenberg y otros, 2021) (Véase
el capítulo 4 para consultar los impactos macroeconómicos). El país puede mantener los costos bajos
centrándose más en conceptos innovadores, como la infraestructura verde y las soluciones basadas
en la naturaleza, que permitirían reducir los riesgos de inundación y sequía, y ayudarían a reducir las
emisiones de GEI en el sector del agua. La profundización de la hidrovía también tendría cobeneficios
con respecto a la reducción de emisiones (véase la sección 3.2.5).
Si se completan algunos de los vacíos de información existentes, se logrará una mayor eficacia
en términos de política de seguridad hídrica, planificación de las inversiones y políticas de
ejecución. Existe un vacío con respecto a los conocimientos hidrológicos y la información disponible
sobre cuestiones relacionadas con el agua, como la calidad y la demanda, la generación de datos, la
cartografía, la modelización y la previsión de los recursos hídricos subterráneos y superficiales. Las
herramientas analíticas para la gestión de los recursos hídricos a nivel nacional siguen siendo escasas.
Aunque en parte esto se debe a la dificultad inherente a la obtención de datos en el extenso y complejo
territorio hidrológico del país, también es un resultado de deficiencias en la gestión institucional del
sector, las cuales requieren una atención urgente. Es posible mejorar el intercambio de información
hidrometeorológica en toda Argentina (incluida la información sobre los modelos hidrológicos terminados
y calibrados), por ejemplo, a través de la base de datos central de la Secretaría de Infraestructura y
Política Hídrica (SIPH). Los productos de modelización disponibles (mapas de precipitaciones máximas
para distintos períodos de retorno, curvas de intensidad‑duración-frecuencia, modelos de asignación de
agua) son exclusivamente locales y regionales. También existe una necesidad urgente de información
sobre la dinámica de los recursos hídricos subterráneos, la capa de nieve y el derretimiento de los
glaciares41. Solo algunas provincias supervisan y controlan los volúmenes de agua subterránea y las
41
La SIPH se encuentra en pleno desarrollo de la Tercera Etapa del Plan Nacional Federal de Aguas Subterráneas, mediante la cual se
incorpora gradualmente a la Red Hidrológica Nacional un control permanente y continuo de las aguas subterráneas, con la instalación
de pozos de observación y la difusión de los datos obtenidos a través del Sistema Nacional de Información Hídrica (SNIH).
22
Proteger a la población más pobre de las ciudades argentinas de los impactos del cambio
climático es vital. Dado que el 92 % de la población vive en ciudades43, la concentración de personas,
infraestructuras y actividades económicas en zonas urbanas aumenta su vulnerabilidad al cambio
climático. La ubicación de la mayoría de las ciudades junto a masas de agua, sumada a un drenaje
deficiente debido al terreno con recubrimiento impermeable y a la obstrucción de las vías navegables,
hace que las ciudades sean más propensas a las inundaciones. Los pobres de las ciudades,
especialmente los residentes de los asentamientos informales, son muy vulnerables a los desastres.
Estas zonas suelen estar situadas en terrenos bajos y expuestos a las inundaciones, y tienen estructuras
que se dañan fácilmente durante las inundaciones y los deslizamientos de tierra. Las comunidades de
ingresos bajos suelen tener menos árboles, lo que aumenta la exposición al calor extremo.
Además de las infraestructuras verdes y grises, las reformas regulatorias pueden contribuir a aumentar
la resiliencia urbana. Los marcos jurídicos inadecuados, los limitados instrumentos de planificación
urbana y la escasa coordinación intergubernamental han favorecido la expansión urbana. En Argentina,
42
Es posible reforzar la seguridad de las presas en Argentina, y recientemente se han realizado importantes avances. Una propuesta de
política nacional de seguridad de presas, que invita a las provincias a adherirse a ella en sus respectivas jurisdicciones, prevé la creación
de un Registro Nacional de Presas y Archivos Técnicos (artículo 9) y establece la necesidad de trabajar con un Sistema Nacional de
Gestión del Riesgo (artículo 22) para lograr una coordinación eficaz en la gestión integral del riesgo. El ORSEP, la autoridad nacional de
aplicación, puede ampliar su jurisdicción al resto del territorio según las decisiones de las provincias, la Ciudad de Buenos Aires y las
organizaciones de las cuencas para las obras interjurisdiccionales (artículo 20).
43
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/poblacion_urbana_dnp.pptx_.pdf.
23
» Que las provincias elaboren planes territoriales estratégicos e integrados que estén alineados
con una visión nacional y que incorporen consideraciones referidas al cambio climático44
» Que los Gobiernos subnacionales reformen los rígidos reglamentos urbanos y las estrictas
restricciones de uso de la tierra que contribuyen a que haya una gran proporción de terrenos
baldíos ubicados en zonas céntricas, así como una urbanización informal y de baja densidad.
» Que se refuercen las capacidades municipales y provinciales para adaptar los marcos jurídicos
con el fin de facilitar la gestión de la tierra y ejecutar los planes.
El Gobierno federal cuenta con pautas para ayudar a las provincias a seguir esa senda: véase https://www.argentina.gob.ar/obras-
44
publicas/secretaria/plan-estrategico-territorial.
45
El modelo de sistema energético, Visión prospectiva a largo plazo sobre sistemas de energía del Centro Común de Investigación
de la Unión Europea (POLES del CCI de la UE (https://joint-research-centre.ec.europa.eu/poles_es), se complementa con información
procedente de los conocimientos sectoriales del Banco Mundial. El modelo POLES incluye una presentación detallada del sistema
energético argentino que comprende la producción primaria, el comercio y la demanda final de energía por sectores. Los objetivos
de reducción se focalizan en dos momentos, 2030 y 2050. Las reducciones para 2030 son coherentes con el objetivo de la CDN de
Argentina de reducir en más de un 19 % las emisiones de GEI por debajo de los niveles de 2007 (424 MtCO2e). Las reducciones
de emisiones para 2050 son coherentes con la intención declarada por Argentina, en su segunda CDN, de alcanzar el nivel de cero
emisiones netas de CO2 para ese año.
24
Sector
500 Agricultura, silvicultura, otros usos de la tierra
Ganadería
Industrias energéticas
450
Transporte
Manufactura y construcción
Quema de combustibles en otros sectores
400
Procesos industriales y uso de productos
Residuos
Emisiones fugitivas
350
Emisiones de GEI totales (MtCO2e)
308 MtCO2e
300
250
200
130 MtCO2e
150
100
50
1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050
Año
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de los datos de Gobierno de Argentina (2021) y del escenario y el análisis sectorial de cero emisiones
netas unificados del informe de Perspectivas mundiales de energía y clima (GECO) de la UE de 2021 (previsiones de reducciones).
Nota: El escenario de la POLES Uniforme de 1,5 ºC que se muestra aquí es coherente con la consecución de un objetivo global de 1,5 ºC, pero genera
reducciones de emisiones más rápidas para 2030 que las previstas al presente en la actualización de la CDN2 de Argentina (349 MtCO2e).
GRÁFICO 3.4. Escenario histórico y global de cero emisiones netas compatibles para Argentina (todos los GEI)
250
200
Emisiones de GEI (MtCO2e)
150
100
50
-50
1990 2000 2005 2010 2015 2020 2030 2040 2050 2060 2070
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos del modelo POLES de 2021, informe de GECO (Keramidas y otros, 2021).
Notas: CH4 = metano; N2O = óxido nitroso; F‑gases = gases fluorados.
25
Argentina tiene como objetivo mantener una posición de liderazgo como exportador mundial de
alimentos y seguir promoviendo la adopción de actividades climáticamente inteligentes en las zonas
rurales. El sector de la agricultura y la alimentación cumple con múltiples prioridades gubernamentales,
porque impulsa el crecimiento económico y la diversificación, genera empleos y reduce la pobreza,
contribuye a la seguridad alimentaria y a la nutrición, y proporciona servicios ecosistémicos como el
secuestro de carbono en el suelo. Aunque la agricultura, la ganadería y la silvicultura representan solo
un poco más del 7 % del PIB, estos productos básicos tienen importantes vínculos con el sector de la
manufactura, donde los alimentos son el componente más importante. Argentina produce fertilizantes,
maquinaria y una innovadora gama de biotecnologías a nivel nacional. También es líder en la adopción
de prácticas de cultivo modernas (siembra directa). Desde una perspectiva macroeconómica, las
exportaciones de alimentos, que representaron el 54 % del total de la actividad en 2021, son una fuente
esencial de divisas para importar insumos para el sector industrial. Mientras Argentina pretende aumentar
los ingresos fiscales y de exportación del sector agrícola para estabilizar la macroeconomía y, al mismo
tiempo, trata de estabilizar los precios internos de los alimentos para garantizar el acceso a ellos frente a
la inflación, el Gobierno aplica políticas agrícolas para promover la innovación y el desarrollo sostenible
de un sistema agroalimentario intenta ser competitivo y a la vez respetuoso con el medio ambiente.
Las prácticas de gestión sostenible de la tierra podrían aumentar el secuestro de carbono del suelo. En
la última década, las reservas de carbono presentes en las tierras argentinas han disminuido al aumentar la
superficie agrícola. Las prácticas de gestión sostenible de la tierra podrían aumentar el carbono allí presente
en 0,106 toneladas de carbono (tC) por hectárea y por año, entre 2020 y 2040, en comparación con el
escenario de referencia. Esto significa que la adopción generalizada de prácticas de gestión sostenible de
la tierra podría mitigar entre 4,2 y 16,7 millones de toneladas de carbono al año, es decir, entre el 11 % y
el 48 % de las emisiones agrícolas nacionales actuales (Frolla y otros, 2021) y, al mismo tiempo, aumentar
la resiliencia47, Si bien las prácticas de gestión sostenible de la tierra requieren una inversión económica,
46
Las prácticas de agricultura climáticamente inteligente son aquellas tendientes a reducir las emisiones y mejorar la resiliencia,
aumentando al mismo tiempo la productividad.
47
Las opciones de adaptación al clima también incluyen el uso de semillas resistentes a las sequías.
26
48
Programa de Buenas Prácticas Agrícolas creado en 2018: https://www.argentina.gob.ar/agricultura/buenas-practicas-agricolas-bpa.
49
Argentina cuenta con 56,3 millones de hectáreas de bosques plantados y autóctonos respectivamente, distribuidos de forma
desigual en todo el territorio. La región del Chaco, por ejemplo, concentra el 34 % del bosque autóctono. Según la Encuesta Nacional
de Nutrición y Salud (ENNyS) de 2019, los departamentos cubiertos por bosque autóctono concentran el 13 % de la población, con
el 61,5 % de los habitantes con necesidades básicas insatisfechas y el 65 % de las comunidades autóctonas registradas formalmente
(https://datos.gob.ar/dataset/salud-base-datos-2deg-encuesta-nacional-nutricion-salud-ennys2-2018-2019). Obsérvese que esta
encuesta abarca a personas de todas las edades.
Alto o rojo (no se permite el cambio de uso de la tierra); medio o amarillo (solo se permiten las actividades de uso de la tierra
50
gestionadas de manera sostenible); y bajo o verde (se permite el cambio de uso de la tierra).
27
1.400.000
1.200.000
1.000.000
800.000
600.000
400.000
200.000
0
2007 2008–11 2012–13 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de Mónaco y otros (2022).
Nota: Los datos de 2008–11 y 2012–13 son promedios anuales.
Existen opciones para reducir la intensidad de las emisiones del sector ganadero. Como Argentina
es uno de los principales productores de carne vacuna del mundo, con aproximadamente el 5 % de la
producción mundial51, dicha carne es un producto estrella para el país. Los cálculos de 2017 indican que
la intensidad de las emisiones procedentes del ganado vacuno argentino es elevada en comparación
con el promedio mundial, ya que produce 29,4 kilogramos (kg) de CO2e por kilogramo de producto de
carne vacuna, frente a 25,5 kg de CO2e/kg (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
la Agricultura [FAO], 2020). Según Arrieta y otros (2022), las emisiones de la producción de carne vacuna
provienen en su mayoría de la fermentación entérica (58 %) y de la producción de pienso, principalmente
del estiércol que se deja en los campos (11 %) y del cambio de uso de la tierra (31 %). El estiércol que
se deja en los campos también puede generar emisiones de óxido nitroso, mientras que las emisiones
de metano entérico del subsector son elevadas porque los rebaños de cría tienen tasas de crecimiento
relativamente bajas e índices de fertilidad reducidos, tal como se indica en el plan nacional para el sector.
Las tasas de crecimiento más lentas aumentan el tiempo necesario para que los animales destinados a
la producción de carne alcancen el peso requerido para el consumo y, por lo tanto, también aumentan las
emisiones de metano que producen a lo largo de su vida. Entre las soluciones prometedoras se incluye la
mejora de la calidad de las pasturas, la salud de los animales y la gestión del pastoreo. Juntas, estas tres
estrategias podrían reducir sustancialmente las emisiones de carbono52. De forma similar, Fischer y Bilenca
(2020) consideran que, con las prácticas disponibles, sería posible aumentar la producción de carne vacuna
en Argentina en un 15 % sin incrementar de forma significativa el impacto ambiental del sector.
51
Véase https://www.fao.org/faostat/es/.
52
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) (2013) estima que dichas reducciones podrían ser
de entre el 18 % y el 29 % con respecto al punto de referencia.
28
El fortalecimiento de la logística de las cadenas de valor agrícolas ayudará a reducir las emisiones.
La intensidad de las emisiones de Argentina para todos los cereales, excluyendo el arroz, es baja en
comparación con los niveles mundiales (0,12 frente a 0,2 kg de CO2e/kg de producto en 2017, según FAO,
2020), en parte debido al aumento de la productividad. El transporte, el procesamiento y el almacenamiento
de alimentos representan oportunidades importantes para reducir los residuos, mejorar la eficiencia y
promover cadenas de valor más inclusivas. Los alimentos son los que más contribuyen al valor agregado
del sector manufacturero (es decir, representan el 20 % del valor agregado). La eficiencia energética en
las cadenas de frío y el almacenamiento puede reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos y el uso
de energía y, por ende las emisiones, además de promover las cadenas de valor inclusivas. La pérdida y
el desperdicio de alimentos en Argentina asciende a 3,2, 1,2 y 0,7 millones de toneladas en los hogares,
los servicios de alimentación y el comercio minorista, respectivamente. En términos per cápita, Argentina
ocupa el puesto 62 entre los países para los que existe información comparable54. Skaf y otros (2021)
revelan que, en Argentina, la mayor proporción de residuos corresponde a los cereales y la menor al
pescado, y que el impacto climático de la pérdida y el desperdicio de alimentos en el país es relativamente
bajo en comparación con otros países. Las emisiones procedentes del transporte agrícola también podrían
reducirse, con la mejora de la logística y las nuevas tecnologías de los vehículos (véase la sección 3.2.5).
Debido a la exposición de Argentina a las políticas relacionadas con el comercio climático de otros
países, la reducción de sus propias emisiones evitaría riesgos y podría impulsar la competitividad
del país. Si se aplican según están propuestos actualmente, los mecanismos de ajuste en frontera por
carbono (MFAC) de la UE o de los EE. UU.55 podrían crear riesgos relativamente menores para la posición
53
En Argentina, algunas investigaciones indican que la inversión pública en investigación agrícola tiene una rentabilidad de la inversión
positiva y significativa (entre el 6 % y el 12 %, según las tasas de descuento consideradas) y una elasticidad de la productividad total de
los factores con respecto al capital de investigación público de entre 0,20 y 0,34 (Lema y Hermo, 2019).
Véase https://www.bosch-home.co.uk/experience-bosch/global-food-waste, con datos del Informe del Índice de Desperdicio de
54
Alimentos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) (2021).
55
La implementación de los MAFC y otros reglamentos similares siguen siendo objeto de un amplio debate internacional, que incluye su
conformidad con las normas de la Organización Mundial del Comercio.
29
56
En julio de 2021, la Comisión Europea propuso el MAFC de la UE para abordar el riesgo de fuga de carbono, en reemplazo de la
distribución gratuita de emisiones del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea. Esa propuesta fue votada
por el Parlamento Europeo este año, y entrará plenamente en vigor en 2027, después de un período de transición. Un proyecto de
ley similar, la Ley de Transición y Competencia Justa, Asequible, Innovadora y Resistente (Fair, Affordable, Innovative and Resilient
Transition and Competition Act, S.2378), se presentó al mismo tiempo en el Congreso de Estados Unidos. Ambas políticas imponen a
los importadores un cargo por el contenido de carbono de algunos sectores industriales, neto de los precios del carbono ya pagados en
su país de origen, por lo general, en sectores de altas emisiones que tienen una gran movilidad internacional.
57
Algunos ejemplos son la propuesta regulación de productos libres de deforestación de la UE, publicada en noviembre de 2021, y el
proyecto de ley de Estados Unidos de Fomento del Estado de Derecho en el Extranjero y del Comercio Ecológico de 2021 (Fostering Overseas
Rule of Law and Environmentally Sound Trade Act, Ley FOREST, S.2950 y H.R.5508), presentado en el Senado en junio de 2021 y en la
Cámara de Representantes en agosto de 2021. Las regulaciones de productos libres de deforestación también están relacionadas con la
acción climática ya que, según Gibbs, Harris y Seymour (2018), si la deforestación tropical fuera un país, ocuparía el tercer lugar en CO2e,
después de China y Estados Unidos. Con el 10 % de los bosques del mundo perdidos entre 1990 y 2020, y el 80 % de esa pérdida provocada
por la expansión de las tierras agrícolas, actuar sobre el cambio climático exige abordar la deforestación. Según la regulación de productos
libres de deforestación de la Unión Europea, el consumo de productos de la UE fue responsable del 19 % de la deforestación tropical.
58
Estados Unidos, Canadá, Japón y el Reino Unido evalúan la posibilidad de adoptar mecanismos similares. Si lo hacen, el impacto sería
igualmente pequeño.
59
Se han definido métodos de cálculo de las emisiones de carbono para 21 sectores en el marco del UE‑MFEP.
60
De acuerdo con Conte Grand, Schulz‑Antipa y Rozenberg (2022), las emisiones de carbono del hierro y el acero de Argentina parecen
ser mayores que las de Europa y la mayoría de sus competidores regionales, mientras que se estima que el contenido de carbono del
aluminio es menor que el de Europa y algunos de sus competidores regionales; según estimaciones, los destinos de las exportaciones
de aluminio también están más concentrados que los del hierro y el acero.
61
Con respecto al riesgo de deforestación por país para los bienes objeto de este tipo de regulaciones, existen algunos datos: en 2016, la
tasa de riesgo de deforestación para la carne vacuna y de búfalo producida en Argentina es de 47 800 hectáreas al año, en el cuarto puesto
de América Latina, después de Brasil, México y Colombia, y para la soja, 6851 hectáreas al año, también en cuarto lugar, después de Brasil,
Paraguay y México (Pendrill, Persson and Kastner 2020). Note que se necesitaría saber la deforestación por unidades del producto para
tener una idea mas acabada de la competitividad,
62
Las estimaciones de la concentración de las exportaciones en Conte Grand, Schulz‑Antipa y Rozenberg (2022) muestran que a los
productores de soja y de carne vacuna les resultaría menos difícil cambiar de mercado que a los productores de pasta de papel y de
aceite de palma, ya que sus destinos de exportación expuestos están más diversificados (gráfico 3.6).
30
GRÁFICO 3.6. Porcentaje de exportaciones argentinas que se verían afectadas por las regulaciones verdes
(2019)
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos de Conte Grand, Schulz‑Antipa y Rozenberg (2022).
Notas: IHH = Índice Herfindahl‑Hirschman. El cálculo de la intensidad de las emisiones incluye las emisiones de Alcance 1 según la red GTAP11
(https://www.gtap.agecon.purdue.edu/databases/v11/v11_doco.aspx). El escenario base del MFAC de la UE incluye el aluminio, el cemento, el hierro y el acero, y los
fertilizantes; el escenario 1 incluye sectores adicionales de fuga de carbono del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea con instalaciones
en su territorio; el escenario 2 incluye bienes adicionales en el marco del UE‑MEFP. Comercio de la UE27 se refiere a los 27 países de la Unión Europea.
31
Energía
hidroeléctrica 25 31 23,6 12,1 20 8
Energía
térmica 59 30 37,8 6,8 36 9
Energía
nuclear 4 14 3,6 7,8 5 2
Energías
renovables 12 25 34,9 71,8 39 81
Fuentes: Para conocer la capacidad existente, véase https://cammesaweb.cammesa.com/informe-anual/; para el modelo POLES, Kermamidas y otros (2021);
para el escenario de Enel, véase la Hoja de ruta para la transición energética 2030–2050 (análisis de Deloitte presentado el 4 de octubre de 2022).
Para sentar las bases de esa transformación a largo plazo, la Ley 27191 de 2015 establece que el
20 % de la demanda de electricidad deberá generarse a partir de fuentes renovables para 2025.
En 2021, las fuentes renovables cubrían el 13 % de la demanda63. Se trata de un crecimiento notable
respecto al 2 % de la década anterior, lo que refleja el enorme potencial técnico y financiero de las
fuentes de energía eólica y solar. Argentina ha instaurado diversos instrumentos para aumentar las
energías renovables, como RenovAr (2016–18) y el Programa de Generación de Energía Eléctrica a
partir de Fuentes Renovables (GENREN), que comenzó en 2009. En el marco del programa RenovAR,
se convocaron una serie de licitaciones públicas para que los inversores privados instalaran capacidad
de generación de energía a partir de fuentes renovables. La electricidad generada pasa a la Compañía
Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), que paga en dólares el monto que el
inversor ofreció en la licitación pública. El objetivo es dar estabilidad a los oferentes, ya que la cadena
de valor de las energías renovables requiere muchos insumos importados64. Otros instrumentos son
el Fondo para el Desarrollo de Energías Renovables (FODER), que ayuda a financiar proyectos de
energías renovables, y el marco legal para los acuerdos de compra de energía de las empresas (power
purchase agreements, ACE), que otorga a los generadores de energías renovables acceso prioritario a
las compras de CAMMESA65. RenovAR impulsó 186 proyectos, con una capacidad total proyectada de
4726 megavatios66. Los incentivos implícitos en estos programas explican en parte por qué la energía
eólica se multiplicó por 18 y la solar por 132 entre 2016 y 202167.
63
https://cammesaweb.cammesa.com/historico-energias-mensuales/.
64
A finales de 2017, los sectores privado y público y los sindicatos acordaron un plan para mejorar la participación de los bienes
nacionales en las inversiones y la gestión de las energías renovables (Panadeiros, 2020). Para ayudar al proceso, el Gobierno aumentó
algunos aranceles de importación de la tecnología para energías renovables.
65
Un ACE corporativo es un contrato a largo plazo por el que una empresa se compromete a comprar electricidad directamente a un
generador de energía. Esto difiere del enfoque tradicional de simplemente comprar electricidad a los proveedores de electricidad con
licencia, a menudo conocido como ACE de servicios públicos.
66
Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de Panadeiros (2020) y Compañía Administradora del Mercado Mayorista
Eléctrico S. A. (CAMMESA). En marzo de 2022, la potencia operativa era de 3293 megavatios.
67
Los proyectos de energía eólica y solar incluidos en RenovAR y FODER eran relativamente pocos (2 % y 10 % de todos los proyectos,
respectivamente), pero representaban el 94 % del total de kilovatios producidos.
32
Argentina cuenta con importantes reservas de petróleo y gas no convencionales. Con más de
22 000 millones de metros cúbicos, se estima que sus reservas de gas no convencional son las segundas
más grandes del mundo. Además, con 27 000 millones de barriles, es el cuarto país del mundo con más
reservas de petróleo no convencional técnicamente recuperables. Las reservas comprobadas son mucho
menores: en 2020, se estimaba que Argentina tenía 2500 millones de barriles de petróleo y 400 miles
de millones de metros cúbicos de reservas comprobadas de gas natural (BP, 2021). La provincia de
Neuquén posee el 73 % de las reservas de petróleo y gas de esquisto técnicamente recuperables del
país. El tamaño y la composición de un yacimiento de importancia mundial, Vaca Muerta, lo convierten
en el centro de gran parte de la política y los debates públicos de Argentina sobre el petróleo y el gas69.
Pese a tener un largo historial de exploración y explotación de petróleo y gas, Argentina sigue
dependiendo de las importaciones de combustible, y Vaca Muerta es una oportunidad para
mejorar la balanza comercial. Aunque exporta petróleo crudo, el país importa productos petrolíferos
refinados. Las importaciones de gas son muy estacionales, y el gas boliviano cuesta el 2 % del PIB
durante el invierno70. La explotación de Vaca Muerta se considera una herramienta para reducir los
costos de importación, mejorar los flujos de ingresos fiscales e incrementar las reservas de divisas del
país. La reducción de la dependencia de las importaciones de energía es un objetivo clave del Gobierno
argentino y la explotación de gas y petróleo no convencional es una prioridad gubernamental. Los
primeros cálculos de los beneficios de la explotación del gas y el petróleo no convencionales eran
extremadamente altos, aunque los análisis más recientes sitúan los posibles beneficios del sector
privado entre el 6 % y el 9 % del PIB (Romero, Mastronardi y Vila Martínez, 2018; Coremberg, 2019).
Sin embargo, en ellos no se tienen en cuenta los posibles impactos sobre las transferencias fiscales
68
Véase el Plan Federal de Transporte Eléctrico, que pretende reforzar y desarrollar su infraestructura de transmisión.
69
El trabajo analítico de esta sección abarca todo el petróleo y el gas no convencionales, pero los resultados se centran en los recursos
de gas no convencionales, en particular los de la provincia de Neuquén.
70
Análisis del Equipo de Energía de Gabriela Vidjen (2022).
33
Desde la perspectiva del cambio climático, la explotación de petróleo y gas plantea diversos desafíos.
El consumo interno de petróleo y gas producido e importado es la causa del 48 % del total de las emisiones
de GEI de Argentina, principalmente, a través del sector de la producción de electricidad y calor, la industria
manufacturera y el sector del transporte, que son responsables del 32 %, el 18 % y el 27 % del total de
las emisiones procedentes de la combustión de petróleo y gas, respectivamente. La extracción de petróleo
y gas genera el 3 % de las emisiones de GEI del país, principalmente por la quema de gas. Con la transición
mundial hacia la reducción de las emisiones de carbono, el sector está expuesto a incertidumbres que
afectan a la oportunidad de explotar el petróleo y el gas de Vaca Muerta. En primer lugar, a medida que las
tecnologías con bajas emisiones de carbono, como las energías renovables y los vehículos eléctricos, sean
competitivas en cuanto a costos, el consumo nacional de petróleo y gas podría disminuir en Argentina.
En segundo lugar, a medida que más países se comprometan con objetivos de cero emisiones netas, los
riesgos de transición relacionados con el clima (como el riesgo de activos de combustibles fósiles varados)
suponen una amenaza creciente para la inversión a largo plazo en infraestructuras de petróleo y gas
(Semieniuk y otros, 2022). Un estudio reciente revela que, de aquí a 2035, cuando se adopten políticas
climáticas para mantener las temperaturas globales por debajo de los 2 °C, la producción de esquisto de
Argentina disminuirá hasta el 40 % de los niveles de producción de 2018, y entre el 19 % y el 27 % de
las reservas de gas seguirán siendo incombustibles, con lo cual se generan “activos varados” (Welsby y
otros, 2021). En tercer lugar, la creciente demanda de petróleo y gas con una intensidad de GEI lo más
baja posible en la cadena de suministro subraya la importancia de intensificar las medidas para frenar la
quema y el venteo de gas en Argentina para que sus exportaciones sigan siendo competitivas,
El desarrollo de una estrategia de transición para el sector del petróleo y el gas podría ayudar a reducir
la quema de gas. Argentina ocupa el puesto 24 a nivel mundial por el volumen de gas quemado en 2020
(Asociación Mundial para la Reducción de la Quema de Gas [Global Gas Flaring Reduction Partnership,
GGFR], 2022), año en el que su volumen de gas quemado alcanzó un máximo histórico (+ 12 de incremento)
y la intensidad del gas quemado aumentó a medida que la producción de petróleo se redujo en un 13 %
(gráfico 3.7). En la actualidad, Argentina prohíbe a los productores de petróleo y gas la quema de gas
sin la autorización de los organismos reguladores provinciales, pero se sigue realizando esta práctica. Los
gravámenes sobre la quema de gas son una posible herramienta para hacer frente a los efectos negativos
de una manera económicamente eficiente, pero es fundamental un buen diseño de estos. Otra medida
clave es simplificar y asignar responsabilidades bien definidas a los organismos federales y provinciales
encargados del sector del petróleo y el gas. Incentivar la aplicación en forma experimental y la adopción
de nuevas tecnologías también podría acelerar la búsqueda de tecnologías adecuadas para utilizar el
gas asociado de fuentes pequeñas, dispersas y a menudo remotas. Por ejemplo, las pruebas en curso de
instalaciones de gas natural microlíquido montadas en camiones ofrecen una solución potencial.
34
1,4 8
Mil millones de metros cúbicos de gas quemado al año
6
1,0
5
0,8
4
0,6
3
0,4
2
0,2
1
- -
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de la Asociación Mundial para la Reducción de la Quema de Gas (GGFR) (2022).
Para explorar estrategias eficaces para el sector del petróleo y el gas ante la complejidad que rodea
a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono, este ICDP explora una amplia
gama de posibles políticas y de incertidumbres para identificar las circunstancias que conducen
a resultados positivos en tres objetivos: el valor neto actualizado (VNA) para el sector privado,
los ingresos fiscales netos y la balanza comercial. Se evalúan los resultados de cinco categorías
de políticas diferentes (impuestos, subsidios, inversión pública en capital aguas abajo (downstream),
políticas de eficiencia energética y políticas de distorsión de precios) frente a cientos de futuros posibles
definidos por incertidumbres. Estas incertidumbres incluyen la trayectoria de los precios, las tasas de
descuento, las elasticidades de los precios de la oferta de gas y petróleo, las tasas de crecimiento de la
demanda de electricidad, los niveles de la demanda mundial y un conjunto de variables relacionadas
con la producción y con los gastos operativos y de capital.
En todas las políticas e incertidumbres exploradas, el sector privado obtiene casi siempre rendimientos
positivos de las inversiones en petróleo y gas, mientras que existen mayores riesgos para el sector
público derivados de la balanza comercial y los ingresos fiscales. En general, menos del 1 % de los
resultados modelados tienen un VNA negativo para el gas, mientras que el 53 % de los resultados
presentan ingresos fiscales negativos y el 77 % registran impactos negativos en la balanza comercial.
Los resultados de la balanza comercial y de las transferencias fiscales están muy correlacionados y son
muy sensibles a las presunciones sobre la transición mundial hacia la reducción de las emisiones de
carbono (Turner, Conte Grand y Rozenberg, 2022). Los resultados del ejercicio de modelización destacan
la importancia de los resultados de la balanza comercial en los impactos fiscales de la explotación, y
de cambiar las futuras inversiones a gran escala en la explotación, el transporte, la licuefacción y la
exportación de estos recursos del financiamiento público al privado.
Las estrategias más sólidas para el sector del gas, que conducen a resultados positivos tanto para
35
Las políticas de petróleo y gas se combinan en ocho escenarios diseñados para mostrar el resultado
de múltiples combinaciones de opciones de políticas de petróleo y gas y bajo dos escenarios
globales: políticas de cero emisiones netas y políticas vigentes (gráfico 3.8). Los escenarios 2 y 4 son
los que presentan los resultados más negativos con respecto a los impactos fiscales, ya que reflejan
opciones de políticas que no prevén una transición nacional mientras el resto del mundo adopta una
transición global de cero emisiones netas. Las opciones de políticas en los escenarios 5 a 8 minimizan
los resultados negativos en caso de una transición global de cero emisiones netas al preparar a
Argentina para una transición energética nacional. Las políticas que apoyan una transición nacional
incluyen inversiones en electrificación y eficiencia energética, así como reformas que garanticen que los
precios de la energía respondan a las señales de la demanda nacional e internacional, especialmente
para los productores.
GRÁFICO 3.8. Desempeño de políticas alternativas ante dos escenarios globales (políticas vigentes y cero
emisiones)
Balanza comercial para petróleo y gas Saldo fiscal para petróleo y gas
60
Estilo
Cero
10
En miles de millones de USD
40 emisiones netas
Actual
5
20
0
0
–5
–20 –10
2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050
36
Los resultados indican direcciones futuras de investigación relacionadas con las distorsiones de
los precios de la energía y las políticas para aumentar la eficiencia energética. El uso eficiente de
la energía a nivel nacional representa una ganancia potencial en todos los escenarios futuros, pero se
requiere un mayor análisis de los costos y beneficios de enfoques específicos (véase la sección 3.2.4). Las
distorsiones de los precios de la energía en Argentina afectan a los impactos futuros de la explotación de
Vaca Muerta y deberían analizarse con más detalle. Los impactos de los subsidios y el congelamiento de
las tarifas (fuentes clave de distorsión de los precios) son de especial importancia (véase la sección 4.3.1
para obtener un análisis más detallado). Una mayor capacidad de respuesta a las señales de los precios
puede ser beneficiosa para adaptarse a un mundo muy incierto, con las limitaciones que supone satisfacer
las necesidades energéticas nacionales y cumplir otros objetivos políticos.
Argentina también podría beneficiarse del desarrollo de planes de gestión adaptativa ante la creciente
incertidumbre sobre los futuros cambios en la industria. Con una mayor planificación, el sector eléctrico
podría comprender mejor qué tecnologías de generación de energía constituirían una estrategia sólida de
bajo costo y cómo coordinarse con los sectores del gas y el transporte, y la evolución de este último hacia la
electrificación (sección 3.2.5). Los esfuerzos por aumentar la coordinación dentro del Gobierno para ajustar
la producción y el consumo de energía y garantizar una transición ordenada hacia un sistema energético de
bajas emisiones de GEI podrían contribuir a reducir los riesgos de escasez y exceso de oferta y demanda. Los
37
El desarrollo del petróleo y el gas no convencionales también puede tener consecuencias ambientales
más amplias en cuanto a la escasez de agua y la contaminación. Los impactos relacionados con el uso del
agua y la contaminación por la extracción de petróleo y gas no convencional pueden ser importantes, y Vaca
Muerta está en una zona de clima semiárido, donde los agricultores cultivan frutas mediante riego. También
se encuentra en tierras habitadas por comunidades autóctonas mapuches y tehuelches, que se manifiestan
en contra de la tecnología de fracturación hidráulica (Hadad, Palmisano y Wahren, 2020). Estudios anteriores
concluyen que es probable que haya una competencia por el consumo de agua entre la producción de
alimentos y la de energía (Rosa y D'Odorico, 2019) y que la demanda de agua para la producción de petróleo y
gas no convencional aumentaría de forma considerable con su explotación, lo que podría plantear problemas
de seguridad hídrica en una región con escasez de agua (Rosa y D'Odorico, 2019). La contaminación de las
aguas residuales es otra área clave de preocupación ambiental a medida que aumenta la producción (Sun y
otros, 2019). Endogenizar los costos de la contaminación y los impactos en la escasez de agua reduciría los
beneficios potenciales del proyecto (y podría reducir el número de escenarios con VNA positivo).
GRÁFICO 3.9. Demanda de energía final, por sector y tipo de combustible (2020)
Agricultura
Transporte
Industria
Sector residencial
Biomasa Eólica Gas (de red y licuado) Petróleo (y otros derivados) Electricidad
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos del balance energético para 2020 del Ministerio de Energía y Minería.
38
La mayoría de las medidas de eficiencia energética analizadas aquí contribuyen a reducir las emisiones
y suponen un ahorro neto. En los Planes de Acción Nacional de Cambio Climático por sectores del
país se enumeran varias opciones de eficiencia energética, que suman aproximadamente 64,05 MtCO2e
de reducción de emisiones para 2030 en los sectores residencial, comercial, manufacturero y público
(cuadro 3.2). El mayor potencial de reducción de emisiones se encuentra en la mejora de la eficiencia de
la iluminación residencial, los electrodomésticos, los edificios industriales y las viviendas sociales, así
como en la industria y el transporte. Un análisis de 92 acciones de eficiencia concluye que, en el escenario
más optimista, 20 acciones en los sectores residencial y del transporte podrían reducir las emisiones en
un 87 % para 2040 en comparación con el desarrollo habitual de la actividad (GFA Consulting Group
y otros, 2021)71. En el caso de los hogares, las opciones que más contribuyen a reducir las emisiones
están relacionadas con el aislamiento térmico de los edificios residenciales. Por último, en el sector
manufacturero es donde se producen los mayores ahorros monetarios por cada tCO2e que se evita72.
CUADRO 3.2. Políticas de eficiencia energética evaluadas por los Planes de Acción Nacional de Cambio
Climático por sectores (hasta 2030)
Reducción de
emisiones posibles
Políticas Plan Tipo Subtipo (MtCO2e)
De las 92 políticas de eficiencia energética analizadas, el 82 % implican una reducción de las emisiones y el 78 % suponen un ahorro
71
monetario neto.
72
Otros estudios sobre opciones de eficiencia energética dentro del proyecto Alianza de Preparación para los Mercados de Carbono
del Banco Mundial, como ECONOLER (2020) y Alberio, Aliano y Guzowski (2020), confirman que todavía hay margen para mejorar la
eficiencia energética en Argentina.
39
Traslado de
12 Transporte Mejoras en eficiencia 0,45
mercancías
Total 64,05
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de los Planes de Acción Nacional de Cambio Climático por sectores diseñados entre 2017 y 2019.
Un gran número de acciones de eficiencia energética conllevan también efectos positivos sobre
el empleo. Un análisis del aumento de la electricidad distribuida a partir de paneles solares para
los hogares y comercios73, la penetración de la iluminación eficiente en el sector público y en los
hogares74, y la sustitución de refrigeradores y lavadoras revela que, a partir de 2030, esas acciones
pueden aumentar el empleo urbano en un 0,18 % en comparación con el año base75 (35 774 nuevos
puestos de trabajo), al tiempo que se incrementa la actividad económica (valor bruto agregado) en un
0,24 % (USD 2848 millones en USD de 2017) y se reducen las emisiones en 5,22 MtCO2e (1,43 %
de las emisiones del año base) (cuadro 3.3). Individualmente, a excepción de la iluminación, las
acciones implican efectos sustanciales sobre el empleo. Los impactos de actividad calculados para
la generación distribuida de electricidad producida por paneles solares son mínimamente positivos,
pero las previsiones muestran un alto impulso positivo en el empleo. La inversión en energía solar
requiere la compra e instalación de paneles solares, lo que generaría unos 13 508 puestos de trabajo
para 2030 y aumentaría las emisiones (0,17 MtCO2e). La reducción implícita de la demanda de energía
procedente de otras fuentes de energía provocaría la pérdida de unos 2979 puestos de trabajo en el
sector de la energía, pero reduciría las emisiones en 1,74 MtCO2e. Luego, gracias al ahorro de energía
de los hogares, la demanda inducida en otros bienes crearía 2256 nuevos puestos de trabajo. Como
resultado de estos efectos directos, indirectos e inducidos, el aumento de la generación distribuida a
partir de la energía solar tendría un efecto neto sobre el empleo, creando 12 784 nuevos puestos de
trabajo para 2030. Los cambios en los electrodomésticos también son beneficiosos para el empleo,
la actividad económica y las emisiones de GEI, pero a diferencia de la generación de electricidad solar
distribuida, implicarían costos fiscales de alrededor del 0,42 % del PIB (2017) porque la política se
centraría en los hogares de menores ingresos (véase Romero y otros, 2022).
De conformidad con la Ley de Generación Distribuida de Argentina (Ley 27424/2017 y Decreto 986/2018), los usuarios pueden
73
generar energía a partir de fuentes renovables y venderla a la red eléctrica al mismo precio que paga CAMMESA.
74
En Argentina, la venta de lámparas incandescentes y halógenas está prohibida por ley (Leyes 26473/2009 y 27492/2019, respectivamente).
75
Elaborado a partir de datos del PIB de 2017, ya que ese es el año de la matriz de insumos y productos utilizada por los autores.
40
Impacto Impacto
Política sobre en la actividad en el empleo Impacto en las
uso eficiente de (en millones de (en cantidad de emisiones de GEI
la energía $ AR, 2021) puestos de trabajo) (en MtCO2e) Principales supuestos
Iluminación: 0/-172/0 0/-984/0 0/-0,21/0 • 74 % LED y 26 % HPS** para 2029
edificios públicos = -172 = -984 = -0,221 • 4,8 millones de lámparas en 2021
con un incremento anual del 1,56 %.
• Instalación del 0,5 % del costo de las
lámparas
• El ahorro se destina a reducir el déficit
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de Romero y otros (2022).
Notas: * Los impactos son acumulativos hasta 2030 y se indican en el siguiente orden: efectos de inversión por el gasto interno/efecto de sustitución a causa
de la eficiencia energética/efecto de recuperación. Los impactos totales se destacan en negrita. Las cuotas (%) se calculan con respecto a 2017, el año base de
la matriz de insumos y productos. ** Lámparas de sodio de alta presión.
La CDN2 de Argentina destaca al sector del transporte como crucial para la agenda de mitigación y
de adaptación climática del país. En 2018, el sector representa alrededor del 13 % de las emisiones de
GEI de Argentina, con un 90,9 % procedente del transporte vial y alrededor del 45 % del transporte de
mercancías (Pons y otros, 2022). En la Ciudad de Buenos Aires, el sector del transporte es responsable del
30 % de las emisiones de GEI, lo que equivale a 3,6 MtCO2e al año (CABA, 2020). La mitad de las emisiones
del transporte de la Ciudad provienen de los automóviles, el 39 % de los camiones y las furgonetas de
reparto, el 7 % de los autobuses, el 3 % del ferrocarril y el 2 % de las motocicletas. El programa de
mitigación del país para el sector del transporte incluye actividades destinadas a descarbonizar el sector
41
Debido a que la red de transporte moviliza 570 millones de toneladas de carga a los mercados
locales y globales, la mayor reducción de los costos del transporte y el aumento de la multimodalidad
generarían eficiencias operativas y reducirían las emisiones de GEI. En 2018, el 92 % de los flujos de
carga de Argentina (principalmente granos y productos mineros) se trasladaron por carretera. El nivel
general de pavimentación de carreteras de Argentina es del 34 %, que es superior al promedio regional
(27 %), pero inferior al de países con niveles de ingresos similares (67 %). Aproximadamente el 55 % de
la red nacional de carreteras pavimentadas se encuentra en buen estado. El ferrocarril transporta poco
más del 5 % del volumen total, medido en toneladas por kilómetro, y el transporte fluvial y aéreo solo el
1,5 % cada uno de los flujos nacionales76.
El Gobierno ya está tomando medidas para reducir las emisiones del transporte. En cuanto a la inversión
en infraestructura, el Gobierno nacional ha dado prioridad a la rehabilitación de los ferrocarriles de pasajeros
en el área metropolitana de Buenos Aires para fomentar el cambio de modalidad, por ejemplo, a través del
Plan de Inversión para Ferrocarril (PIF) del Ministerio de Transporte77.Además, en el sector del transporte
de mercancías, Argentina apoya el uso de combustibles alternativos y de camiones propulsados por gas
natural comprimido (GNC) mediante la prestación de asistencia financiera y técnica para la modernización
de la flota de camiones; el impulso a las infraestructuras de transporte intermodal y multimodal y sus
correspondientes nodos, incluido el ferrocarril; el desarrollo de un Programa de Transporte Inteligente a
partir de 2016 (mejoras aerodinámicas, neumáticos eficientes); y la exigencia de combinaciones mínimas
de combustibles con biocombustible78. Recientemente, Argentina lanzó un Plan de Transporte Sostenible
para descarbonizar el sector y aumentar su resiliencia79. Para fomentar la movilidad eléctrica, el país se ha
centrado en reducir los derechos de importación de vehículos, autobuses y estaciones de carga. En marzo
de 2021, el Gobierno anunció un proyecto de ley para promover la fabricación de vehículos impulsados por
baterías de litio o por hidrógeno, y, en octubre de 2021, presentó una normativa para apoyar ambiciosas
políticas relacionadas con la demanda y la oferta a fin de promover la electrificación del transporte. Si se
aprueba, este proyecto de ley de movilidad sostenible fijaría el objetivo de finalizar la venta de vehículos
nuevos con motores de combustión interna para 2041. También incorpora capacidades de producción
y tecnologías que podrían generar empleo a nivel local80. La descarbonización de la generación de
electricidad sustituyendo la generación de gas por electricidad de fuentes renovables es esencial para
lograr un transporte con cero emisiones de carbono desde la perspectiva del ciclo de vida.
76
Este párrafo se basa en información del Banco Mundial (2020).
77
En la ciudad de Buenos Aires, el Paseo del Bajo, un viaducto inaugurado en 2019 exclusivamente para camiones y autobuses de larga
distancia, mejoró el acceso al Puerto de Buenos Aires, evitando los embotellamientos y reduciendo el consumo de combustible.
78
Adaptado del informe no publicado “Perspectivas de la política de transporte ante el cambio climático para apoyar la implementación
de la NDC Argentina”, proyecto Preparedness for Market Readiness (Preparación para el Mercado).
79
Véase https://www.argentina.gob.ar/transporte/transporte-sostenible.
80
Véase https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2021/10/movilidad_sustentable.pdf.
42
El análisis confirma que los encargados de la formulación de políticas y los inversionistas privados de
Argentina disponen de numerosas opciones para descarbonizar el transporte vial de mercancías para
las exportaciones de soja y para el transporte de la leche y los productos lácteos, con una serie de
instrumentos de política complementarios para su correcta aplicación (cuadro 3.4). Algunas medidas
de infraestructura requieren una inversión inicial, como la mejora de la infraestructura de acceso ferroviario,
que tiene el segundo mayor potencial para reducir las emisiones de GEI en la cadena de suministro de
la soja. Entre las medidas de las políticas evaluadas, la promoción de los biocombustibles de segunda
generación es la que tiene mayor potencial para descarbonizar el sector del transporte vial de mercancías,
pero requiere una acción de políticas proactiva y medidas adecuadas de mitigación de riesgos. Otras
medidas se centran en los cambios en las operaciones de transporte o en los combustibles alternativos,
y también requieren sistemas de regulación y fijación de precios para lograr una adopción significativa.
Dado que algunas medidas son alternativas y otras complementarias, se analizan dos vías: Opción A, con
biocombustibles de segunda generación y todas las demás opciones excepto el GNC, y opción B, con GNC
y todas las demás políticas excepto los biocombustibles84. Las reducciones de GEI disminuyen un 21 % en
la opción A y un 9,8 % en la opción B, lo que sugiere que los biocombustibles de segunda generación son
Como se comenta en la sección 3.2.1, las políticas internacionales sobre el clima también pueden afectar la logística del transporte de
81
mercancías y los flujos de exportación, lo que podría ayudar a configurar la elaboración de políticas en materia de clima en Argentina.
82
Este párrafo y los siguientes se basan en Pons y otros (2022).
83
Las emisiones de GEI se calculan sobre la base de la actividad total de transporte en toneladas; la distancia promedio del trayecto;
la capacidad promedio de los vehículos en cada segmento de la cadena de suministro; y los coeficientes de emisión por tipo de
combustible utilizado por el vehículo.
84
La electrificación podría ser mayormente complementaria a las medidas de eficiencia energética en el caso del transporte urbano que
para el resto de las alternativas.
43
CUADRO 3.4. Potencial de descarbonización y costos de ejecución de las medidas de política seleccionadas
Potencial de descarbonización
para 2030 (tCO2e) /
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de Pons y otros (2022).
Notas: I = índice (A = evitar: reducir el número y la frecuencia, S = cambio de modalidad, I = mejorar: reducir el uso de energía), P = producto (S = solo soja,
D = solo lácteos, y 2 = ambos), R = región (N = nacional, o BA = zona metropolitana de Buenos Aires), T = plazo (a corto plazo hasta 2025, o a mediano plazo hasta
2030), tCO2e = toneladas de dióxido de carbono equivalente. * Incluye tecnologías de eficiencia energética, capacitación en ecoconducción y programa de desguace.
Muchas de estas políticas de transporte pueden contribuir al objetivo de cero emisiones netas en
Argentina. Las medidas de políticas que mejoran la eficiencia de las actividades de logística para las
cadenas de suministro aquí consideradas (como los centros de consolidación urbana, la infraestructura
de acceso ferroviario y los paquetes de eficiencia energética) pueden contribuir en gran medida a reducir
las emisiones de GEI y no presentan riesgos significativos de bloqueo. Sin embargo, no pueden aportar
por sí solas una reducción de las emisiones de GEI que se ajuste a un objetivo de cero emisiones netas.
Una vía para llegar a cero emisiones netas requiere una implementación significativa de las tecnologías
que generan bajas emisiones de carbono, como el uso de biocombustibles, electricidad e hidrógeno
verde para abastecer de energía a los vehículos, sin pasar por alto las interacciones con otros sectores.
Por ejemplo, los biocombustibles deben producirse sin contribuir a la deforestación; la electricidad debe
descarbonizarse para la movilidad eléctrica; el hidrógeno debe ser verde.
Aunque se encuentra en una fase inicial, Argentina tiene experiencia en la producción de hidrógeno
y está emprendiendo diferentes acciones para maximizar su potencial. Entre los proyectos piloto
de hidrógeno se encuentran la planta experimental de Pico Truncado, en la provincia de Santa Cruz,
85
Obsérvese que, sin tener en cuenta esta complementariedad, la suma de las reducciones de emisiones en el cuadro 3.4 sería de
412 000 tCO2e, y que el Plan de Acción Nacional de Transporte y Cambio Climático estima que el aumento de la eficiencia energética en el
transporte de mercancías podría reducir las emisiones en 2,08 MtCO2e y el cambio del transporte de mercancías al ferrocarril podría reducirlas
en 1,92 MtCO2e. La descarbonización del transporte de mercancías representa el 76 % de las reducciones contempladas en dicho plan.
44
El cambio de modalidad hacia el transporte ferroviario y fluvial también puede ayudar a reducir las
emisiones producidas por el transporte de mercancías, pero la transición laboral de los conductores
de camiones requiere una gestión prudente. En el Plan de Acción Nacional de Transporte y Cambio
Climático (PANTyCC) de 2019 se identifica la profundización de las vías navegables interiores hasta los
36 pies como una medida de mitigación clave (véase la sección 3.1.2) que permitiría un mayor uso de la
capacidad de carga de los buques cuyo calado de diseño supera los 34 pies, reduciendo así la cantidad
de viajes necesarios para transportar mercancías y, por extensión, el uso de combustibles fósiles. Si se
aplican otras políticas para el cambio de modalidad, los conductores de camiones necesitarán apoyo para
la transición a otros puestos de trabajo (véase la sección 3.2.8), ya que el sector del transporte en camiones
está compuesto, principalmente, por pequeñas y medianas empresas (el 90 % de estas empresas tienen
una flota de menos de 10 camiones). En Argentina, hay registrados unos 600 000 camiones.
86
Véase Heuser y otros (2019); Aprea y Bolcich (2020); Amica, Larochette y Gennari (2020); o Nadaleti, Lourenço y Americo (2021).
87
Benchmark Mineral Intelligence, “Analysis: lithium industry needs $42 billion to meet 2030 demand” (Análisis: la industria del litio
necesita USD 42 000 millones para satisfacer la demanda de 2030), 13 de mayo de 2022, https://www.benchmarkminerals.com/
membership/analysis-lithium-industry-needs-42-billion-to-meet-2030-demand/#:~:text=Analysis%3A%20Lithium%20industry%20
needs%20%2442%20billion%20to%20meet%202030%20demand,-13th%20May%202022&text=The%20lithium%20industry%20
needs%20%2442,LCE%20(lithium%20carbonate%20equivalent).
45
Argentina es el país con mayor cantidad de proyectos en desarrollo dentro del triángulo del litio, en
parte gracias a que cuenta con una normativa diferente de la de sus países vecinos89. En Bolivia, la única
forma de explotar un salar es en asociación con la empresa pública YLB; y en Chile, las empresas tienen que
firmar un contrato. En Argentina, las empresas tienen que comprar una licencia de concesión para explotar
un salar, mientras que las provincias mantienen su propiedad original y, a diferencia de lo que ocurre en
Chile, no existe un cupo una vez concedido el permiso. Las regalías también son más bajas que en Chile:
un máximo del 3 % en Argentina frente a entre el 6,8 % y el 40 % (según el precio) en Chile (Obaya y
Céspedes, 2021). Como propietarias de los recursos, las provincias gestionan las condiciones para fomentar
la inversión en su territorio dentro del marco regulatorio federal. Esto también es diferente respecto a otros
países. En 2021, se creó un grupo de trabajo, la Mesa del Litio, para la coordinación de políticas.
Al igual que Bolivia y Chile, Argentina ha participado históricamente en el segmento inicial de la cadena
de valor del litio, extrayendo litio y produciendo carbonato e hidróxido de litio. La cadena de valor abarca
desde la extracción de la materia prima hasta la producción de baterías de iones de litio para la industria de
la electromovilidad y el almacenamiento de energía renovable (cuadro 3.5) e incluso el reciclaje90, y China
es el único país que puede abarcar la totalidad de la cadena de valor. Otros se especializan en uno o dos
segmentos de dicha cadena. Las exportaciones argentinas se limitan al carbonato de litio (Obaya y Céspedes,
2021). Si bien el país cuenta con ventajas comparativas en la producción de algunos otros compuestos de
litio (véase la sección 3.2.7), a excepción de algunos prototipos, como los de Y‑TEC y la Universidad Nacional
de La Plata, no se han identificado proyectos de inversión en la producción de cátodos, que son clave para la
producción de celdas y paquetes (cuadro 3.5). Esto se debe a que la producción de cátodos se concentra en
Asia, que representa casi dos terceras partes de la producción mundial91. La producción de celdas de baterías
también está muy concentrada, debido a las grandes inversiones que requiere. Primero Japón y la República
de Corea, y luego China, invirtieron una cantidad considerable de fondos públicos para apoyar el desarrollo
Una fuente más reciente del Gobierno de Argentina (Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación y Secretaría de Minería de la
88
Nación, 2021) estima que Argentina posee el 9 % de las reservas mundiales y el 24,9 % de los recursos totales.
Nótese que, aunque existen unos 40 proyectos en marcha relacionados con el litio, solo dos están en funcionamiento (en Jujuy y
89
Catamarca) y 12 han alcanzado al menos la fase de evaluación económica preliminar, debido al largo tiempo de desarrollo (de 7 a
10 años) de los yacimientos de salmuera (Obaya y Cespedes, 2021; Flexer, Baspineiro y Galli, 2018).
90
Las técnicas para lograr niveles de recuperación eficientes siguen en desarrollo, especialmente en China, Estados Unidos y Europa,
donde ha aumentado la preocupación por el suministro. La industria del reciclaje de baterías de litio está en su fase experimental.
El desarrollo de la industria del reciclaje como proveedor de insumos relevantes para las baterías de litio debería considerarse un
escenario posterior a 2030 (Obaya y otros, 2022).
91
México ha atraído inversiones en esta industria, principalmente gracias a su integración con la red de producción automotriz
norteamericana (Fact MR, 2019). Chile también se encuentra intentando producir cátodos y baterías, pero estos desarrollos están en
una etapa inicial. “Polo de investigación y desarrollo en la cadena de valor de baterías de litio”, https://www.revistaei.cl/2022/04/12/
litio-crearan-polo-de-investigacion-y-desarrollo-para-diseno-produccion-y-reciclaje-de-baterias/#.
46
Fases
Fases iniciales
Segmento intermedias Fases finales del proceso
del proceso
del proceso
Energías
Industria Compuestos de litio Litio-I en baterías Electromovilidad
renovables
Fuente: Elaborado por el personal del Banco Mundial, a partir de datos de Obaya y otros (2022).
Argentina aspira a desarrollar encadenamientos hacia adelante, pero, al igual que a muchos países,
le cuesta avanzar en el segmento final de la cadena de valor del litio92. Aunque algunos proyectos
incipientes apuntan a asegurar el suministro de litio a productores específicos, como Toyota en Sales de
Jujuy, y otras iniciativas de pequeña escala buscan desarrollar componentes de baterías (Dynami y SolAR)
y vehículos eléctricos (Sero Electric, Volt Motors o Bravo Motors Company) (Obaya y Céspedes, 2021),
estas no se integran con la producción de litio en bruto a nivel local. En cambio, dependen de insumos
importados. En Argentina, el desarrollo de la cadena de valor del litio está limitado. La producción de
cátodos y celdas requiere la importación de minerales como níquel, grafito, manganeso y cobalto. Si
se aprobara la ley de electromovilidad, Argentina podría ampliar la escala de su mercado para que
el desarrollo del segmento final de la cadena de valor del litio sea rentable. Dado que el país posee
gran parte de la fase inicial de la cadena de valor del litio y una pequeña proporción de la fase final, la
ventaja relativa económica de exportar litio en bruto e importar vehículos eléctricos no es importante
en este momento. No obstante, esto podría aumentar en el futuro: dado que la demanda de litio estará
muy correlacionada con la demanda de vehículos eléctricos, la inversión en litio a largo plazo podría
compensar el riesgo de los activos de combustibles fósiles varados en la industria del petróleo y el gas.
En el análisis realizado para este ICDP se calculó el impacto potencial del desarrollo de la cadena
de valor del litio en el valor de la producción, el PIB, las exportaciones y los puestos de trabajo,
utilizando un modelo multirregional y multisectorial basado en una matriz de insumo‑producto y una
cuenta de empleo (Obaya y otros, 2022)93. Considerando 11 sectores agregados y cuatro regiones (las
tres provincias con recursos de litio y el resto de Argentina), el modelo calcula los impactos directos en el
sector del litio, los impactos indirectos en otros sectores productivos de las mismas regiones y de otras, y
los impactos inducidos a través del aumento de los ingresos de los hogares a nivel regional y nacional. El
análisis también construye tres escenarios (conservador, moderado y optimista) para los impactos sobre
las inversiones en la etapa inicial y para las celdas y los paquetes de baterías.
No todas las provincias han mostrado un interés explícito en desarrollar la totalidad de la cadena de valor del litio. Jujuy ha
92
manifestado interés.
93
Nótese que el volumen de la producción manufacturera y el tamaño del mercado de la electromovilidad y las energías renovables
en Argentina que se utilizan en Obaya y otros (2022) se basan en los escenarios propuestos en documentos oficiales, como los
Lineamientos para un Plan de Transición Energética al 2030, y el estudio de redes globales de producción (Obaya y Céspedes, 2021).
Los escenarios se validan a partir de la información recopilada en entrevistas con expertos.
47
GRÁFICO 3.10. Efectos directos, indirectos e inducidos de los resultados del PIB, los ingresos fiscales, la
exportación y el empleo a nivel nacional en tres escenarios de la cadena de valor del litio, de aquí a 2030:
a) Impacto de las nuevas plantas de inversión en litio b) Impacto del aumento de la producción de LVC en las fases
(fases iniciales del proceso) iniciales e intermedias del proceso
120.000 120
0,48%
120.000 120
100.000 100
100.000 100
(+5,61%) (+0,33%)
Miles de empleos
80.000 80
80.000 80 (+0,73%)
MM $AR
60.000 60
60.000 60
0,45%
40.000 40
40.000 40
(+0,59%)
0,42% 20
20.000 20 20.000
0 0 0 0
Conservador
Moderado
Optimista
Conservador
Moderado
Optimista
Conservador
Conservador
Moderado
Optimista
Moderado
Conservador
Optimista
Moderado
Optimista
Conservador
Moderado
Optimista
Conservador
Moderado
Optimista
PIB (MM de ARS) Ingresos Empleo (cantidad) PIB Ingresos Exportaciones Empleo
tributarios (MM de ARS) tributarios (MM de ARS) (cantidad)
(MM de ARS) (MM de ARS)
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos de Obaya y otros (2022).
Notas: El panel (b) incluye el impacto de la producción de litio y de celdas y paquetes de baterías. Los resultados de la fase de inversión (panel a) se presentan
de forma acumulada para el período completo (unos dos años) y los resultados de la fase de producción (panel b) se muestran en forma anual; por ejemplo,
los empleos generados en la producción de litio en el año 2030. MM = millones; ARS = pesos argentinos; Cant. = miles de nuevos empleos. Los resultados
son adicionales al escenario conservador de 2022. Los porcentajes indican los cambios del escenario optimista en comparación con la situación de referencia
durante el mismo año, suponiendo un aumento promedio del 1,3 % del PIB por año, de 2022 a 2030.
A medida que se abren nuevas oportunidades de crecimiento en los mercados de productos verdes
con la descarbonización, el cultivo de la competitividad en estas áreas puede permitir obtener mayores
beneficios económicos a partir de la transición a la economía verde. Argentina ocupa el puesto 167 de
231 países y territorios en el Índice de Complejidad Verde (ICV), que analiza la capacidad de los países
para exportar de forma competitiva productos verdes (con beneficios medioambientales) y complejos (que
48
A pesar del bajo nivel de comercio de bienes ambientales de Argentina en este momento, el país
es competitivo en varios productos verdes, incluidos los materiales utilizados en la producción
de baterías para vehículos eléctricos. Su ventaja comparativa evidente (VCE), calculada como la
cuota de las exportaciones de un país en cada producto dividida por la cuota de ese producto en las
exportaciones mundiales, muestra que es competitiva en varios productos verdes, como la maquinaria
para licuar aire u otros gases, las turbinas hidráulicas y los medidores de gas96. De los productos
verdes en los que Argentina es competitiva, las piezas para aerosoles y dispersores de polvo son las
que presentan una mayor complejidad. Argentina también es competitiva en cuatro productos de la
cadena de valor de las baterías para vehículos eléctricos, entre los que se incluyen materias primas
y procesadas. La VCE de Argentina en carbonatos de litio (en la etapa inicial de la cadena de valor
del litio) es particularmente alta, y su cuota de exportación es más de 50 veces superior al promedio
global, lo que concuerda con el análisis de la sección 3.2.697.
Con sus habilidades, conocimientos técnicos y factores de producción, Argentina podría ser
competitiva en una gama más amplia de productos verdes. El gráfico 3.11 muestra los productos
verdes en los que Argentina aún no es competitiva, pero podría llegar a serlo. Al trazar el mapa de
las nuevas oportunidades de crecimiento y diversificación de las exportaciones de productos verdes
del país, consideramos las opciones de mejoramiento tecnológico (aproximadas por la complejidad) y
la relativa facilidad para desarrollar la competitividad en ese producto, que puede captarse mediante
una medida conocida como “proximidad”. Esto tiene en cuenta la similitud de las habilidades, los
conocimientos técnicos y los factores de producción necesarios, que han demostrado ser un factor
determinante de las posibles transiciones en la producción. Entre las nuevas oportunidades de
exportación de productos verdes que están más cerca de las capacidades actuales de Argentina se
encuentran el alcohol metílico y el alcohol etílico sin desnaturalizar (que tienen aplicaciones como
biocombustibles y que implicarían una importante descarbonización en el sector del transporte, como
se muestra en la sección 3.2.5) y la cal apagada (utilizada en el manejo de las aguas residuales).
94
El Índice de complejidad de los productos proporciona una indicación útil de su sofisticación tecnológica, que muestra las ventajas en
términos de mejoramiento tecnológico y difusión de conocimientos en otras áreas industriales. Véase Mealy y Teytelboym (2020).
95
Cálculos realizados para este ICDP, según Mealy y Teytelboym (2020).
96
Ramos (2018) arribó a una conclusión similar.
97
Como se detalla en Obaya y otros (2022), los principales componentes de las baterías de litio son los electrodos (cátodo y ánodo), el
electrolito y un separador. Durante el proceso de carga, los iones de litio se mueven desde el electrodo positivo (cátodo) y fluyen hacia el
electrodo negativo (ánodo). El proceso de descarga se produce cuando los iones vuelven a fluir hacia el cátodo. El desplazamiento de los iones
de litio se produce a través del electrolito, el medio orgánico que proporciona las vías de conducción para el movimiento de los iones (Cheng
y otros, 2019; Duan y otros, 2020). El separador es una fina membrana porosa que posibilita la transferencia de iones de litio evitando el
contacto físico de los electrodos y, por consiguiente, los cortocircuitos (Sharova y otros, 2020). El litio se utiliza principalmente en el cátodo,
que tiene un papel clave en la definición del rendimiento de la batería. La proporción de litio en la batería varía según la tecnología del cátodo,
tanto en términos de valor como de masa (Bernhart, 2019). En una batería con cátodos NMC (que utiliza óxido de litio, manganeso y cobalto),
el litio solo representa el 4,9 % del material del cátodo y el 1 % de todo el paquete de baterías (Parlamento Europeo, 2018).
49
2,5 Sector
Control de la contaminación atmosférica
Limpieza o recuperación de suelos
2,0 Compresores de aire o gas, y aguas
campanas Tecnologías y productos más limpios
o más eficientes en cuanto a recursos
1,5 Tecnologías de consumo eficiente
Secadores no domésticos,
de la energía y captación y
Índice de complejidad de los productos
no eléctricos, no especificados
1,0 almacenamiento de carbono
Catalizadores compatibles, Eficiencia energética
Maquinaria para a base de níquel Equipos de observación, análisis y
el tratamiento evaluación ambiental
0,5
por cambios Productos ambientalmente preferibles
Transformadores
de temperatura, en función de las características
dieléctricos
0,0 no especificado líquidos <650 kVA de uso final o de eliminación
Reducción de las emisiones procedentes
Cal muerta de la quema de gas
-0,5 Gestión del calor y la energía
Gestión de residuos sólidos y peligrosos
-1,0 Piezas de turbinas y sistemas de reciclaje
y ruedas hidráulicas Protección de los recursos naturales
Gestión de riesgos naturales
-1,5 Alcohol etílico Reducción de ruidos y vibraciones
desnaturalizado Otros
Energía renovable
-2,0 Alcohol metílico Gestión de recursos y contaminación
Gestión de residuos, reciclaje y
recuperación
-2,5 Gestión de aguas residuales y
0,05 0,06 0,07 0,08 0,09 0,10 0,11 0,12 0,13 0,14 tratamiento del agua potable
Proximidad al país Abastecimiento de agua
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de Mealy y Teytelboym (2020).
Notas: En el gráfico se muestran los productos verdes en los que Argentina no es competitiva actualmente (VCE < 1). De cara al futuro, es probable que el
país pueda hacer una transición más fácil hacia los productos más próximos a Argentina (a la derecha en el eje X). Los productos están coloreados por sector
ambiental y dimensionados por la competitividad de Argentina para ese producto (es decir, la VCE actual). n.e.p. = no especificado en otra parte.
Aunque los empleos verdes representan una pequeña proporción de la fuerza de trabajo
argentina, ya duplican a los empleos marrones (es decir, los más contaminantes). Mediante el uso
de definiciones internacionales para los empleos verdes y marrones (O*NET y Vona y otros, 2018,
respectivamente), e incluyendo el empleo formal e informal a partir de las encuestas de hogares
de Argentina, Arakaki y otros, (2022) concluye que aproximadamente el 6 % del empleo total se
50
0,10
Proporción estimada de empleo verde
Proporción estimada de empleo marrón
Proporción del total de empleos
0,08
0,06
0,04
0,02
0,00
2016 2017 2018 2019 2020 2021
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos de Arakaki y otros (2022).
Notas: La estimación del empleo verde para cada año se realizó multiplicando la proporción verde de la O*NET para cada ocupación de cuatro dígitos de la
CIUO por el empleo total de Argentina en cada categoría de cuatro dígitos de la CIUO. La estimación del empleo marrón se realizó de forma similar, utilizando
la proporción contaminante basada en Vona y otros (2018). La proporción verde es la proporción de ocupaciones verdes de 8 dígitos de la Clasificación
Ocupacional Estándar (SOC) asignadas a cada código CIUO y la proporción marrón es la proporción de ocupaciones marrones de 6 dígitos de la SOC
asignadas a cada código CIUO.
Para que la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono sea fluida, los
trabajadores tendrán que abandonar los empleos marrones, adoptando tecnologías más limpias
o cambiando a empleos más ecológicos que requieran tareas similares. Los resultados preliminares
indican que existen opciones de transición para la mayoría de los trabajadores de los sectores del
transporte, la minería, el petróleo y el gas. Los resultados de la sección 3.2.4 muestran que hay
potencial para fomentar el empleo verde a través de la implementación de la energía solar y de
electrodomésticos con un uso eficiente de la energía. Arakaki y otros (2022) intentan determinar qué
trabajadores pueden pasar de un empleo marrón a otros trabajos, y en qué condiciones, sin que ello
repercuta negativamente en sus ingresos. Un estudio ya realizado ha demostrado que es más probable
que las personas puedan hacer la transición a trabajos que impliquen tareas similares a su ocupación
actual (Mealy, del Río‑Chanona y Farmer, 2018). A partir de esa idea, una evaluación preliminar que
considera a operadores de plantas de refinería de petróleo y gas natural, perforadores de pozos,
operadores de taladros y trabajadores afines, y conductores de vehículos y camiones de servicio
pesado, revela que dichos trabajadores podrían encontrar alternativas laborales más ecológicas sin
perder sus ingresos (Arakaki y otros, 2022). En algunos casos, es posible que deban migrar, para lo
cual se deberán evaluar políticas específicas.
98
El INDEC permitió acceder, especialmente para este estudio, a los datos anónimos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del
tercer trimestre de 2016 al tercer trimestre de 2021 para clasificar las ocupaciones utilizando la Clasificación Internacional Uniforme de
Ocupaciones (CIUO) de cuatro dígitos en vez de la codificación de dos dígitos de la CIUO disponible para Argentina, basándose en el
sistema nacional de clasificación ocupacional, el Clasificador Nacional de Ocupaciones (CNO) a partir de un algoritmo de minería de textos
(véase Arakaki y otros, 2022). Los informes anteriores en los que se calcula el número de empleos verdes en Argentina utilizan diferentes
metodologías y datos, y arrojan previsiones más bajas (https://www.ilo.org/buenosaires/publicaciones/WCMS_781004/lang--es/index.htm).
51
GRÁFICO 3.13. Trabajadores verdes y marrones en Argentina: niveles de educación completados y ubicación
geográfica (2019)
a) Niveles de educación completados b) Ubicación geográfica
60 Trabajadores
En empleos
verdes 8,0%
50 En empleos
marrones 7,0%
6,0%
40
5,0%
30 4,0%
3,0%
20
2,0%
10 1,0%
0,0%
0 GBA NOA NEA Cuyo Pampeana Patagónica
Educación Educación Educación Educación
primaria primaria secundaria superior
incompleta completa completa completa
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos de Arakaki y otros (2022).
Notas: GBA = Gran Buenos Aires; NOA = noroeste argentino; NEA = noreste argentino; Pampeana = región de las pampas; Patagónica = región de la Patagonia.
52
Tal como se describió en el capítulo 1, Argentina es vulnerable a los riesgos relacionados con el
clima, con una probabilidad de ocurrencia y una gravedad de impacto que varían según las regiones.
Los fenómenos meteorológicos extremos, en particular las inundaciones, afectan negativamente a varios
sectores (como el transporte, la agricultura y la salud) y pueden tener considerables repercusiones
macroeconómicas y en el bienestar. Araujo y otros (2022) calculan los principales impactos
macroeconómicos y en el bienestar de estos eventos utilizando el modelo macroeconómico y fiscal
(MFMod) del Banco Mundial, calibrado con datos para Argentina.
99
Los impactos indirectos dependen de la medida en que el tipo de cambio se traslada a los precios a los consumidores y de la
desaceleración de la demanda agregada mediante una reducción en las ganancias de los factores (salarios y rentabilidad del capital).
100
Según el conjunto de modelos climáticos globales y escenarios de emisiones del IPCC, Rozenberg y otros (2021) definen tres escenarios de
perspectivas para las variables climáticas en Argentina: 1) Escenario medio: valores de medianas de cambios en precipitaciones y temperatura;
2) Escenario agropecuario optimista: percentil 90 de la distribución de las precipitaciones y percentil 10 de la distribución de la temperatura.
3) Escenario agropecuario pesimista: percentil 10 de la distribución de precipitaciones y percentil 90 de la distribución de temperaturas.
53
Consumo comparado
-1 -1
-2
-2
-3
-3
-4
2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050
Año Año
Fuente: Rozenberg y otros (2021).
Las inundaciones tienen un gran impacto en la pobreza y el bienestar, con efectos macroeconómicos
negativos por la reducción del stock de capital del país. Como se comenta en la sección 1.1, los cálculos
de los modelos indican que las inundaciones pueden causar pérdidas anuales de activos de hasta
USD 1400 millones (PPA de 2015), lo que se traduce en pérdidas de bienestar de hasta USD 4000 millones,
equivalentes al 0,8 % del PIB, y prácticamente igual al monto de financiamiento combinado a largo plazo
para Argentina de todos los bancos multilaterales de desarrollo en un año determinado. Las inundaciones
también pueden anular el impacto del gasto social en la mitigación de la pobreza. Además, como se indica
en la sección 4.3, el impacto geográfico de este fenómeno varía, ya que algunas provincias se enfrentan
a la doble carga de una alta exposición a las inundaciones y a los niveles de pobreza. Las provincias del
norte son las que tienen menos resiliencia socioeconómica101, un indicador que ilustra la capacidad a nivel
provincial para hacer frente a las pérdidas de bienestar derivadas de las inundaciones. La mayoría de estas
provincias dependen, en gran medida, de las transferencias fiscales federales, por lo que las inundaciones
son una fuente de presión para el presupuesto federal. Las inundaciones también tienen un costo económico
a largo plazo, ya que los daños netos reducen el stock de capital, lo que a su vez disminuye el PIB potencial.
Suponiendo que no se realicen inversiones de adaptación al clima, las simulaciones estocásticas de las
inundaciones muestran que el impacto promedio de los daños por inundaciones en el PIB alcanzaría el
0,5 % en 2060 (con un intervalo de confianza que oscila entre el 0,2 % y el 0,75 %) (gráfico 4.2)102.
101
En Rozenberg y otros (2021), la resiliencia socioeconómica (definida como la relación entre las pérdidas de bienestar y las pérdidas de
activos) capta la capacidad de la población para hacer frente a las pérdidas de activos causadas por las inundaciones. Una baja resiliencia
indica que las inundaciones tienen consecuencias importantes con respecto al bienestar de los hogares en las provincias más septentrionales.
102
El valor de los activos expuestos se estima en USD 1 380 000 millones, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción
del Riesgo de Desastres (UNISDR) (2015).
54
Porcentaje de desviación
-0,1
0,12
-0,2
-0,3 0,08
-0,4 0,04
-0,5
0,00
-0,6
-0,7 -0,04
-0,8 -0,08
40
45
50
30
55
20
35
25
60
40
45
50
30
55
20
35
25
60
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
c) Impacto en el consumo de los hogares d) Impacto en el capital social
Consumo de los hogares Consumo de los hogares
0,1 0,4
0,0
0,0
del punto de refrencia
del punto de refrencia
-0,1
-0,2 -0,4
-0,3
-0,4 -0,8
-0,5
-1,2
-0,6
-0,7 -1,6
40
40
45
45
50
50
30
55
30
55
20
35
20
35
25
60
25
60
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
Fuente: Previsiones del personal del Banco Mundial a partir de datos de UNISDR (2015).
Notas: Las simulaciones de Monte Carlo se basan en la función de densidad empírica mediante la transformación inversa de la probabilidad. La línea amarilla
es la respuesta media. El azul oscuro corresponde a una desviación estándar de 0,5, mientras que el azul más claro corresponde a 1 y 1,5 de desviación
estándar, respectivamente.
El impacto conjunto de las inundaciones y el calor reduciría el PIB de Argentina en un 0,5 % en 2050
en un escenario optimista (RCP 2.6) y en un 1,3 % en un escenario pesimista (RCP 8.5) (gráfico 4.3).
En el análisis, se consideran eventos de inundaciones bajo dos escenarios de calentamiento: una RCP
2.6 optimista y una RCP 8.5 pesimista105. Dichos eventos reducen la producción y aumentan los costos,
lo que lleva a una caída de la actividad económica, debido al consumo y a la inversión privada. Esto, a su
vez, implica una menor base imponible y menos ingresos fiscales.
103
Véase Arakaki y otros (2022) para obtener un análisis detallado del efecto de la temperatura en las tasas de mortalidad humana en Argentina.
104
Para este trabajo, se utilizaron las estimaciones de México, ya que no hay estimaciones para Argentina.
105
Mientras que las emisiones de GEI a largo plazo en la RCP 8.5 se consideran excesivamente pesimistas, los escenarios de cambio
climático del Protocolo de administración de información común (CMIP5) (https://www.wcrp-climate.org/wgcm-cmip/wgcm-cmip5) con
55
GRÁFICO 4.3. Impacto macroeconómico del daño causado por las inundaciones y el calor
PIB en porcentaje comparado con el punto Consumo, en porcentaje comparado con el Inversión privada, en porcentaje comparado
de referencia punto de referencia con el punto de referencia
0,40
0,40 0,40
0,00 0,00
0,00
-0,40 -0,40 -0,40
-0,80 -0,80
-0,80
-1,20
-1,20 -1,20
-1,60
Escenario: RCP 2,6
-1,60 -1,60 -2,00
Escenario: RCP 8,5
-2,00 -2,00 -2,40
2020
2025
2030
2035
2040
2045
2050
2055
2060
2020
2025
2030
2035
2040
2045
2050
2055
2060
2020
2025
2030
2035
2040
2045
2050
2055
2060
Ingreso público, en porcentaje comparado Gasto público, en porcentaje comparado Deuda pública, en puntos porcentuales de
con el punto de referencia con el punto de referencia desviación respecto del punto de referencia
0,20 0,20 0,30
0,00 0,00 0,25
0,20
-0,20 -0,20
0,15
-0,40 -0,40 0,10
-0,60 -0,60 0,05
-0,80 -0,80 0,00
-1,00 -1,00 -0,05
2020
2025
2030
2035
2040
2045
2050
2055
2060
2020
2025
2030
2035
2040
2045
2050
2055
2060
2020
2025
2030
2035
2040
2045
2050
2055
2060
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos del PNUD (2016) y la UNISDR (2015).
Argentina es un país de gran tamaño con una población dispersa en la que los daños asociados
al cambio climático varían geográficamente, por sectores y grupos de ingresos, lo que agrava las
ya elevadas asimetrías regionales en los niveles de vida. El cambio en el clima es diverso a lo largo
de Argentina; por ejemplo, se prevé que el cambio de temperatura sea mayor en el norte (gráfico 3.2),
que también tiene la población más vulnerable (gráfico 4.4a). Los tipos de actividad económica que se
desarrollan en cada lugar también varían, afectando a las emisiones de GEI en las distintas regiones
(Conte Grand, Mikou y Rozenberg, 2021b). Las actividades económicas son un factor determinante
de las tasas de pobreza, que son muy distintas en todo el país (gráfico 4.4a). Sin embargo, incluso en
un mismo lugar, la exposición a los impactos climáticos o a la transición climática varían, así como la
RCP 8.5 ofrecen un escenario útil (y no inverosímil) de alto calentamiento, que sería coherente con la continuación de las emisiones de
GEI y la alta sensibilidad al cambio climático o la retroalimentación positiva del ciclo del carbono.
106
Expresado como la proporción del trabajo en el PIB per cápita, a partir de Guerriero (2019).
56
Porcentaje de la población
que vive en la pobreza crónica
0,7–4,0 0,4–0,6
4,0–10,2 0,6–0,9
10,2–15,8 0,9–1,3
15,8–20,4 1,3–1,6
20,4–26,4 1,6–2,9
Fuentes: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) (población, estimaciones de 2010);
Gasparini y otros, (https://mapa.poblaciones.org/map/42901) (pobreza crónica).
Nota: La pobreza se define según el nivel de ingresos, mientras que la pobreza crónica incluye a las personas que tienen otras necesidades básicas
insatisfechas, como las condiciones de la vivienda.
57
Proporción de protección
Pérdidas de bienestar social perdida en pérdidas
(en millones de USD, Resiliencia anuales promedio (AAL)
PPA de 2015) socioeconómica (%)
9—17 0,18—0,24 1,0—3,0
18—23 0,25—0,30 3,1—4,0
24—53 0,31—0,40 4,1—6,0
54—120 0,41—0,57 6,1—8,0
121—1245 0,58—1,26 8,01—18,0
Fuentes: Cálculos del personal del Banco Mundial, basados en Rozenberg y otros (2021).
Notas: Se usó información de INDEC (2020). Las pérdidas de bienestar representan las características socioeconómicas de la población (por ejemplo, la
pobreza), al igual que los impactos físicos de las inundaciones (debido a los peligros, la exposición y la vulnerabilidad). La resiliencia socioeconómica es la
relación entre las pérdidas de activos y las pérdidas de bienestar, y describe la capacidad de los hogares para afrontar los eventos y recuperarse de ellos. La
proporción de protección social perdida en pérdidas anuales promedio (AAL) se refiere al porcentaje de los pagos sociales que se pierden para compensar las
pérdidas de consumo causadas por las inundaciones fluviales en cada provincia
58
De los 46 países que hoy en día aplican impuestos al carbono, Argentina es uno de los pocos países
de América Latina que impone precios al carbono107. En enero de 2018, se introduce el Impuesto al
Dióxido de Carbono como parte de la reforma tributaria integral a los combustibles (Ley de Reforma
Tributaria nro. 27430) aprobada en diciembre de 2017. Esta reforma sustituyó los anteriores impuestos
ad valorem por dos tasas específicas. La primera fue una tasa de carbono uniforme de USD 10/tCO2e
sobre todos los productos gravados, en función de su contenido de carbono. La segunda fue una tasa
sobre los combustibles líquidos, que, además de las tasas de carbono, no modifica (si no hay ninguna
diferencia) los tipos impositivos generales sobre los combustibles líquidos previamente gravados108.
La ley amplía la lista de combustibles sujetos al impuesto al carbono para incluir el carbón mineral, el
fueloil y el coque, pero el gas natural, el combustible para buques, el gas licuado de petróleo (GLP) y el
combustible de aviación siguen estando exentos. Las tasas impositivas se fijaron en pesos, indexadas al
Índice de precios al consumidor (IPC) de manera trimestral, para amortiguar los efectos de las variaciones
del precio del petróleo y del tipo de cambio. Sin embargo, estos aumentos se pospusieron en varias
ocasiones desde 2019, para evitar nuevos incrementos en los precios de los combustibles.
A pesar de los avances en materia de impuestos ambientales, la imposición directa sobre las emisiones
de carbono resulta insuficiente. La liquidación de impuestos original proponía un precio del carbono de
USD 25/tCO2e, pero se aprobó en USD 10/tCO2e. A partir de 2022, debido a la depreciación del tipo de
cambio, las tasas impositivas rondan los USD 5/tCO2e, por lo que se encuentran entre las más bajas en las
comparaciones internacionales. El impuesto al carbono solo abarca alrededor del 20 % de las emisiones
de GEI de Argentina (Banco Mundial, 2019). Esta cifra es baja comparada, por ejemplo, con Chile, donde
los impuestos alcanzan al 42 % de las emisiones. Además de eximir a diversas fuentes de emisión (incluido
el gas natural y el gas natural licuado [GNL]), el impuesto al carbono de Argentina no abarca las emisiones
directas de GEI procedentes de los procesos industriales, la agricultura o el uso de la tierra.
Los impuestos sobre los combustibles y al carbono tienen como objetivo poner precio a la
externalidad negativa del consumo de combustibles fósiles sobre el medio ambiente. Pero coexisten
con los subsidios a la energía109, que fomentan el consumo de combustibles y deterioran las cuentas
fiscales. Con un 1,8 % del PIB en 2020, Argentina tenía los segundos subsidios a la energía más altos
de América Latina, después de Bolivia (Araujo y otros, 2022). En 2021, el congelamiento de las tarifas
redundó en un aumento al 2,3 % del PIB de los subsidios a la energía, lo que generó un mayor nivel
de desacoplamiento de los precios internacionales110. Como ilustra la historia reciente de Argentina, la
carga de los subsidios a la energía en las cuentas fiscales puede crecer rápidamente, aumentando las
necesidades de financiamiento público e impidiendo que los recursos públicos se destinen a otras áreas
importantes y desatendidas, como la inversión pública. Esto, a su vez, contribuye a los desequilibrios
macroeconómicos e incrementa la vulnerabilidad (Cont y otros, 2021). Desde el punto de vista sectorial, la
107
Tablero interactivo sobre la fijación del precio del carbono del Banco Mundial (https://carbonpricingdashboard.worldbank.org/). Los
demás son Colombia, Brasil, Chile y Uruguay.
108
Ministerio de Economía, Subsecretaría de Ingresos Públicos de Argentina (2018). “La Reforma Tributaria de 2017”.
Véase el informe no publicado del Banco Mundial (2021c), Tercer examen del gasto público, “Energy Subsidies in Argentina: a
109
multidimensional approach to policy reform” (Subsidios a la energía en Argentina: un enfoque multidimensional para la reforma de las políticas).
110
La mayoría de los subsidios fiscales a la energía se originan en la brecha entre los costos de producción y la medida en que estos se
trasladan a la demanda. También hay subsidios al gas que incentivan la producción nacional.
59
Si bien los efectos sociales y económicos negativos del cambio climático hacen que las políticas de
mitigación y adaptación sean cruciales, es importante considerar las repercusiones macroeconómicas y
distributivas de dichas políticas. Araujo y otros (2022) modelan un impuesto al carbono de amplia base,
asumiendo que se traslada a los usuarios finales y se eliminan los subsidios explícitos a la energía111. El
precio del carbono simulado en el análisis es consistente con un escenario de CDN correspondiente a una
reducción de emisiones de GEI del 25 % en comparación con el punto de referencia y, por lo tanto, alineado
con el compromiso del Acuerdo de París asumido por Argentina. Esto implicaría un aumento real del
impuesto al carbono de USD 56112. A diferencia de la situación actual, que exime al gas natural y a algunos
otros sectores, el impuesto al carbono actualizado se extiende a todos los sectores. Una vez determinado
el aumento del impuesto al carbono necesario para alcanzar el escenario de la CDN definido anteriormente,
la herramienta de evaluación de la fijación del precio del carbono (CPAT) del Banco Mundial ofrece un
cálculo de las transferencias financieras necesarias para garantizar que el 40 % de los hogares más pobres
conserven el mismo poder adquisitivo que tenían antes del aumento del impuesto al carbono113. Nuestro
análisis contempla diferentes conjuntos de simulaciones, en las que la principal variación se da en el destino
de los ingresos provenientes del impuesto al carbono recaudado. Las opciones posibles incluyen el uso de
los ingresos para reducir la deuda soberana, como las transferencias al 40 % más pobre de la población
(al menos parcialmente) para evitar los efectos distributivos negativos, o la reducción de otros impuestos,
como el impuesto a las ganancias, el impuesto al valor agregado y las contribuciones a la seguridad social,
en escenarios de neutralidad de ingresos. Los supuestos en los que se basan estas simulaciones y los
diferentes canales de transmisión se resumen en Araujo y otros (2022).
111
El análisis utiliza los subsidios para el carbón, el gas, el petróleo y la electricidad, con valores de subsidios tomados de la Agencia
Internacional de Energía (AIE). La reducción de los subsidios implica un menor gasto y, por consiguiente, un ahorro fiscal.
112
En el MFMod, los subsidios se expresan en equivalentes del impuesto al carbono. De este modo, los escenarios del impuesto al
carbono en el MFMod incluyen tanto la eliminación de los subsidios como el impuesto para cumplir con la CDN. El precio efectivo del
carbono se estima en USD 25/tCO2e, teniendo en cuenta los subsidios a la energía. Por lo tanto, el precio del carbono se incrementa a
USD 31/tCO2e, lo que supone un aumento de USD 56.
113
Obsérvese que la compensación del poder adquisitivo (es decir, la eliminación del efecto de renta) es compatible con la reducción del
consumo de carbono en el 40 % de los hogares más pobres, que se vería impulsado por el efecto de sustitución derivado de un cambio
en los precios relativos.
60
GRÁFICO 4.6. Emisiones de GEI indexadas frente a GRÁFICO 4.7. Efecto de los distintos escenarios
las CDN para todos los gases y todas las fuentes, en sobre el PIB y las emisiones (2030)
diferentes escenarios de recirculación de ingresos
100,0
Emisiones de GEI indexadas,
100
95 CDN-
transferencias
(2018=100)
80,0 Subsidio-ahorro e IP
90
CSS total
85 CDN-
60,0 IRS y CSS
IRS total transferencias
2024
2030
2020
2025
2023
2028
2022
2026
2029
2027
80
2021
CDN
Punto de referencia IRS y CSS 75 transferencias
CDN-ahorro y ahorros
CDN-ahorro Subsidio-ahorro
CDN-transferencias CDN-transferencias 70
y ahorros CDN-transferencias e IP -1,00% 0,00% 1,00% 2,00% 3,00% 4,00%
IRS total CSS total Crecimiento del PIB en 2030
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de la CPAT. Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de la CPAT.
Aumentar el impuesto al carbono y eliminar los subsidios puede tener un impacto negativo en el PIB
y en la distribución de los ingresos, a menos que los ingresos procedentes del impuesto al carbono
se reciclen para aumentar tanto las transferencias como la inversión pública. Aunque los impuestos
al carbono tienen un efecto positivo a largo plazo en las finanzas públicas, la ausencia de reciclado de
los ingresos puede llevar a una reducción del PIB cercana al 1 % con respecto al punto de referencia a
corto plazo, y a una reducción del 0,2 % a largo plazo. También puede haber efectos negativos a corto
plazo en el consumo relativo de los hogares, con mayores pérdidas para los deciles más bajos, lo que
hace que esta opción de política sea regresiva (Araujo y otros, 2022). Afortunadamente, existen diversas
opciones políticas que pueden compensar estos efectos y dar lugar a resultados positivos en materia
de crecimiento y distribución. Por ejemplo, la recirculación del 100 % de los ingresos del impuesto al
carbono mediante transferencias para proteger a los hogares más pobres (gráfico 4.8a) aumenta el PIB
a corto plazo en relación con el punto de referencia, impulsado por el consumo. Pero los efectos de
desplazamiento y la reducción de la inversión privada hacen que el PIB caiga a largo plazo hasta un
61
GRÁFICO 4.8. Impacto distributivo de la eliminación de los subsidios y del aumento del impuesto al carbono
con diferentes opciones de reciclado de los ingresos (consumo relativo en 2025, porcentaje de cambio)
a) 100 % de transferencias b) 25 % de transferencias, 75 % de gasto público
60,0 40,0 Efectos en los precios directos e indirectos
Transferencia específica
50,0
30,0 Cambio neto
40,0
20,0
30,0
20,0 10,0
10,0
0,0
0,0
-10,0
-10,0
-20,0 -20,0
Más pobre
Decil 2
Decil 3
Decil 4
Decil 5
Decil 6
Decil 7
Decil 8
Decil 9
Más rico
Más pobre
Decil 2
Decil 3
Decil 4
Decil 5
Decil 6
Decil 7
Decil 8
Decil 9
Más rico
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de la CPAT.
Las medidas de adaptación son fundamentales para proteger a la economía y a las poblaciones
vulnerables de los efectos de los eventos relacionados con el clima. En esta sección se examina el
impacto macroeconómico de las inversiones en la protección contra las inundaciones. Aunque ya se
ha demostrado que las sequías tienen graves costos económicos, no es fácil introducir en un modelo
macroeconómico las medidas de adaptación necesarias para prevenir estos eventos climáticos. Según
el diagnóstico del Banco Mundial sobre la seguridad hídrica en Argentina (Banco Mundial, 2021b), el
país podría aumentar la resiliencia a la sequía reforzando el sistema de gestión de los recursos hídricos,
ampliando los conocimientos sobre la prestación de servicios, desarrollando una mejor comprensión de
la dinámica de la demanda sectorial de agua y mejorando la infraestructura de gestión, la recopilación
y el registro de datos y la capacidad de procesamiento y seguimiento (sección 3.1.2). En el diagnóstico
también se destaca la importancia del riego complementario para los cultivos de secano. Los escenarios
explorados en esta sección incluyen inundaciones anuales que destruyen el stock de capital de manera
equivalente a las cuotas históricas de pérdidas previstas, con diferentes tiempos de reconstrucción
luego de las inundaciones, y con y sin inversiones en la protección contra las inundaciones. Se observa
que la contracción del PIB es menor cuando la reconstrucción es más rápida, y el PIB es ligeramente
mayor en un escenario con protección contra las inundaciones en comparación con uno sin inversiones
de adaptación (gráfico 4.9).
62
GRÁFICO 4.9. Efectos de las inversiones en reconstrucción y adaptación para fenómenos frecuentes y de
poca magnitud en tres escenarios (daños anuales = pérdidas previstas) (2019–59)
Sin adaptación, reconstrucción
Sin adaptación, rápida
reconstrucción inmediata Sin adaptación, reconstrucción
Sin adaptación, lenta
reconstrucción lenta Con adaptación,
Adaptación yreconstrucción
reconstrucción rápida
0,00
0,00 0,00
Porcentaje de desviación
Porcentaje de desviación
Porcentaje de desviación
-1,00
-0,50 -2,00 -0,50
-1,00 -3,00 -1,00
-4,00
-1,50 -1,50
-5,00
-2,00 -6,00 -2,00
-2,50 -7,00 -2,50
-8,00
-3,00 -9,00 -3,00
-3,50 -10,00 -3,50
2019
2022
2025
2028
2031
2034
2037
204
2043
2046
2049
2052
2055
2058
2019
2022
2025
2028
2031
2034
2037
2040
2043
2046
2049
2052
2055
2058
2019
2022
2025
2028
2031
2034
2037
204
2043
2046
2049
2052
2055
2058
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de los datos de Banco Mundial (2021b).
Nota: Las simulaciones se generaron utilizando una relación costo‑beneficio de 1,4 para las inversiones de protección contra las inundaciones (el gasto en
adaptación genera un beneficio del 40 % sobre el costo). Todas las inversiones de adaptación se financian reduciendo la inversión pública productiva.
Los sistemas de protección social protegen a los más pobres frente a los impactos del cambio
climático. Las transferencias de dinero pueden ser una solución eficaz para reducir los impactos de las
sequías y las inundaciones sobre el bienestar, especialmente frente a fenómenos de gran magnitud y
poca frecuencia, y los sistemas de protección social son herramientas clave para ayudar a la población
más vulnerable a adaptarse a los impactos de evolución lenta del cambio climático (sección 1.1). En
63
3. La elaboración de un diagnóstico que sirva de base para la formulación de un plan de gestión del
cambio climático para el sector de la protección social que establezca programas para responder
a eventos específicos, diseñe y proponga esquemas institucionales que permitan adaptar la
protección social a los desafíos del cambio climático y focalice los mecanismos de gasto social
en las poblaciones vulnerables de las zonas y regiones de alto riesgo.
64
Habida cuenta del contexto macroeconómico de Argentina, es fundamental que se prioricen las
políticas climáticas compatibles con el aumento del crecimiento del país, o sin dejar de lado la
pobreza y la distribución. Las acciones que se identifican en este ICDP y se resumen en el cuadro 5.1
evitan los caminos irreversibles y se priorizan sobre la base de sus beneficios en términos de desarrollo
y su urgencia. Aunque aún no evaluamos estas acciones en conjunto en un marco macroeconómico, se
demostró que, por separado, generan beneficios en términos de crecimiento.
Si bien la mayoría de las acciones climáticas identificadas en este ICDP pueden generar amplios
beneficios para el sector privado y la economía de Argentina sin necesidad de apoyo adicional
(como inversiones en litio o vehículos eléctricos), otras pueden requerir de fondos privados y
públicos internacionales para cubrir parcialmente los costos (por ejemplo, acciones para reducir
la deforestación o las emisiones de metano derivadas de la ganadería). Los mercados de carbono
internacionales pueden ser también una fuente de fondos basados en los resultados tanto para los
países como para las empresas públicas que realizan actividades para reducir las emisiones de GEI,
así como para el sector privado en general. Los bonos y los préstamos vinculados a la sostenibilidad
también pueden constituir una fuente fiable de financiamiento que puede combinarse con descuentos
(o penalizaciones) basados en los resultados por cumplir (o no) los objetivos acordados previamente.
Las transferencias internacionales también pueden ayudar a solventar los costos económicos
de una transición hacia la reducción de las emisiones de carbono, de acuerdo con el principio de
responsabilidades comunes pero diferenciadas. Para eliminar los obstáculos a las inversiones públicas
y privadas en la acción climática y para las inversiones que aún no son comercialmente viables,
como las nuevas tecnologías climáticamente inteligentes no probadas o los mercados incipientes, se
requieren fondos en condiciones favorables o instrumentos de reducción de riesgos, entre los que se
incluyen el financiamiento combinado
65
Ventajas
Prioridades amplias Adaptación Mitigación Sinergias relativas
5. Realizar educativas para modificar las Medianos Educación Energía (p. ej.,
conductas relacionadas con el consumo la percepción
de productos de bajas emisiones de del calor podría
carbono y la concientización sobre los aumentar el
riesgos climáticos (p. ej., una ley de uso del aire
educación ambiental) acondicionado)
66
Ventajas
Prioridades amplias Adaptación Mitigación Sinergias relativas
Inversiones
17. Profundizar las vías navegables Altos Medianos Niveles más Problemas
bajos de costos de economía
de transporte y política en torno
emisiones al transporte por
carretera
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, basados en los resultados de este ICDP.
Nota: * Solo realizamos un análisis detallado de dos cadenas de valor: la de la soja en todo el país y la de los productos lácteos en la zona metropolitana
de Buenos Aires. Estos resultados podrían ampliarse a otros sectores. ** Realizamos un análisis detallado de algunas acciones, como cambios en la
iluminación, los electrodomésticos del hogar y la generación distribuida proveniente de los paneles solares.
67
Alberio, P., Aliano, M. y Guzowski, C. (2020), Análisis Multicriterio de las medidas de mitigación incluidas
en los Planes de Acción Sectoriales de Cambio Climático que permitan la implementación de la NDC
argentina. Preparedness for Market Readiness (Preparación para el Mercado), Grupo Banco Mundial.
Alcañiz, I. y Gutiérrez, R. A. (2020), Between the global commodity boom and subnational state capacities:
Payment for environmental services to fight deforestation in Argentina, Global Environmental Politics,
20(1), 38–59.
Álvarez, R., Steinbach, H. S. y De Paepe, J. (2017), “Cover crop effects on sPetróleos and subsequent crops
in the pampas: A meta-analysis,” SPetróleo and Tillage Research 170: 53–65.
Amica, G., Larochette, P. A. y Gennari, F. C. (2020), Light metal hydride-based hydrogen storage system:
Economic assessment in Argentina, International Journal of Hydrogen Energy, 45(38), 18789–18801.
Aprea, J. L. y Bolcich, J. C. (2020), The energy transition towards hydrogen utilization for green life and
sustainable human development in Patagonia, International Journal of Hydrogen Energy, 45(47),
25627–25645.
Arakaki, A., Conte Grand, M., González, F., Mealy, P., Rodríguez Chamussy, L. y Rozenberg, J. (2022),
Transition from Brown to Green Jobs: its Potential, Poverty and Distributional Impacts in Argentina,
Nota de antecedentes 8 para el ICDP de Argentina, Banco Mundial.
Araujo, S., Jooste, C., Dborkin, D. y Schulz-Antipa, P. E. (2022), Detalles metodológicos de los modelos
utilizados para el capítulo 4, Nota de antecedentes 9 para el ICDP de Argentina, Banco Mundial.
Arrieta, E. M. y González, A. D. (2018), Impact of current, National Dietary Guidelines and alternative diets
on greenhouse gas emissions in Argentina, Food Policy, 79, 58–66.
Arrieta, E. M., Aguiar, S., Fischer, C. G., Cuchietti, A., Cabrol, D. A., González, A. D. y Jobbágy, E. G. (2022),
Environmental footprints of meat, milk and egg production in Argentina, Journal of Cleaner Production,
347, 131325.
Banco Central de la República Argentina (2018), Informe de Política Monetaria, http://www.bcra.gob.ar/
Pdfs/PoliticaMonetaria/IPOM1018.pdf.
Banco Mundial (2014), "Transitional Policies to Assist the Poor While Phasing Out Inefficient Fossil Fuel
Subsidies that Encourage Wasteful Consumption", Aporte del Banco Mundial a los Ministros de
Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales del Grupo de los Veinte (G-20).
——— (2017), Argentina Urbanization Review.
——— (2018), Argentina, Biennial update report (BUR), BUR 3 submission to UNFCCC. Gobierno de
Argentina.
——— (2018), Diagnóstico sistemático del país
——— (2019), State and Trends of Carbon Pricing, Washington, DC, Banco Mundial.
——— (2020), Programa de Evaluación del Sector de Infraestructura (InfraSAP) de Argentina: Transporte.
Banco Mundial. Manuscrito.
——— (2021), Argentina, Biennial update report (BUR), BUR 4 submission to UNFCCC. Gobierno de
Argentina.
——— (2021a), Climate Change Institutional Assessment, Washington, DC, Banco Mundial, https://
openknowledge.worldbank.org/handle/10986/35438.
——— (2021b), Argentina: Valuing Water, Washington, DC, Banco Mundial, https://openknowledge.
worldbank.org/handle/10986/36204.
68
69
70
71
72
73