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AMÉRICA LATINA

Y EL CARIBE

Grupo Banco Mundial

INFORME SOBRE
CLIMA Y
DESARROLLO
DEL PAÍS
ARGENTINA
© 2022 Grupo Banco Mundial

1818 H Street NW, Washington, DC 20433, EE. UU.

Teléfono: 202-473-1000; sitio web: www.bancomundial.org

El presente documento fue elaborado por el personal del Grupo Banco Mundial, con contribuciones externas. La
expresión “Grupo Banco Mundial” hace referencia al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la
Asociación Internacional de Fomento (AIF), la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral
de Garantía de Inversiones (MIGA), organizaciones jurídicamente independientes.

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contenido de este documento, ni de las conclusiones o los juicios aquí presentados, y no acepta responsabilidad ni
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por acciones derivadas de ellos. Las fronteras, los colores, las denominaciones y demás datos que aparecen en los
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de ninguno de los territorios, ni la aprobación o aceptación de tales fronteras. Las opiniones, interpretaciones y
conclusiones aquí expresadas no son necesariamente reflejo de la opinión de las organizaciones del Grupo Banco
Mundial, de sus respectivos Directorios Ejecutivos ni de los Gobiernos que representan.

El contenido de este documento tiene por objeto brindar información general únicamente y no pretende servir de
asesoramiento jurídico, bursátil o de inversiones, ni de opinión relativa a la conveniencia de ninguna inversión, ni una
solicitud de ningún tipo. Es posible que las organizaciones del Grupo Banco Mundial o sus afiliadas tengan alguna
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proporcionen otro tipo de asesoría o servicios.

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la difusión de sus conocimientos y autoriza la reproducción total o parcial de este documento para fines no

comerciales, en tanto se cite la fuente. El Grupo Banco Mundial no garantiza que el contenido de este documento no

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derechos y licencias deberá enviarse a la siguiente dirección: World Bank Publications, The World Bank Group, 1818

H Street NW, Washington, DC 20433, EE. UU.; correo electrónico: pubrights@worldbank.org.


Índice

Agradecimientos................................................................................................................................................... 2
Siglas........................................................................................................................................................................ 4
1. Riesgos climáticos para el desarrollo...................................................................................................... 6
1.1.  Vulnerabilidad frente a los impactos físicos del cambio climático ........................................... 6
1.2.  Emisiones de GEI: disminuyen gracias al cambio en el uso de la tierra,
pero aumentan en la mayoría de los sectores. ............................................................................... 9
1.3.  Necesidades de inversión en un contexto económico y social desafiante ..........................13
2. Compromisos, capacidades y políticas sobre el clima a nivel de país..........................................14
2.1.  Compromisos y comunicaciones en materia de cambio climático: hay mayor
ambición pero falta de una estrategia de descarbonización a largo plazo...........................14
2.2.  Capacidad institucional para la acción climática: mejorada pero con algunas
deficiencias................................................................................................................................................15
2.3.  La preparación del sector privado: avanza pero es desigual.....................................................18
3. Prioridades específicas en materia de desarrollo y clima................................................................19
3.1.  Prioridades en materia de adaptación y resiliencia ....................................................................19
3.1.1.. Adaptación a los cambios provocados por las temperaturas extremas..............................19
3.1.2.. Creación de seguridad hídrica...............................................................................................................22
3.1.3.. Mejora de la planificación urbana para lograr resiliencia...........................................................23
3.2.  Prioridades de descarbonización........................................................................................................24
3.2.1.. Agricultura, uso de la tierra y silvicultura: mantener la resiliencia
y la competitividad del sector agroalimentario..............................................................................26
3.2.2.. Suministro de energía: gran potencial para el despliegue de energías
renovables no convencionales, con un cuidadoso diseño de la normativa ........................31
3.2.3.. Reservas de petróleo y gas no convencionales: beneficios para el sector
privado, con riesgos para la balanza fiscal y comercial .............................................................33
3.2.4.. Demanda de energía: aumento de la eficiencia para reducir las emisiones
y aportar cobeneficios..............................................................................................................................38
3.2.6.. Minerales: desarrollo de la cadena de valor del litio...................................................................45
3.2.7.. Competitividad verde .............................................................................................................................48
3.2.8.. Riesgos de la transición para el empleo: riesgos bajos en general,
pero algunos sectores requieren atención .....................................................................................50
4. Impactos macroeconómicos y distributivos .......................................................................................53
4.1.  El costo de la inacción a nivel global: impacto macroeconómico de las sequías,
las inundaciones y el calor...................................................................................................................53
4.2.  Distribución geográfica desigual de los impactos climáticos y los riesgos
de transición..............................................................................................................................................56
4.3.  Efectos macroeconómicos y distributivos de las políticas de mitigación y adaptación...........58
4.3.1.. Políticas de mitigación.............................................................................................................................59
4.3.2.. Políticas de adaptación............................................................................................................................62
5. Conclusión: acciones prioritarias y brechas de conocimiento.........................................................65
Referencias bibliográficas................................................................................................................................68

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Agradecimientos

Este Informe sobre el clima y el desarrollo del país (ICDP) es un esfuerzo de colaboración del Banco
Mundial, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de
Inversiones (MIGA), producido por un equipo central dirigido por Julie Rozenberg (Economista Principal)
y Mariana Conte Grand (Economista Senior). El equipo central de redacción incluye a Agustin Arakaki,
Ayah Mahgoub, Ayelen Nadia Becker, Daniela Vanina Dborkin, Florencia Balestro, Javier Morales
Sarriera, Joanne Catherine Gaskell, Klaas de Groot, Liljana Sekerinska, Lourdes Rodriguez Chamussy,
Lucia Spinelli, Maria Catalina Ramirez, Paulina Schulz -Antipa, Sara Turner y Sonia Araujo.

El modelado y los resultados analíticos fueron proporcionados por Aleix Pons, Andrés Kilstein,
Carlos A. Romero, Charl Jooste, Christian García-Witulski, Claudio Damiano, Damiana Serafini, Daniel
Álvarez, Fabián González, Fernando Dobrusky, Joaquín Pérez Martin, Lorenzo Casullo, Priscila Ramos,
Mariano Rabassa, Martín Obaya, Matías Harari, and Penélope Ann Mealy,

Se recibieron aportes de Ana Maria Aviles, Ariel Jose Chirom, Frank Fragano, Lars Johannes, Marcela
Ines Salvador, Maria Emilia Sparks, Maria Eugenia Bonilla-Chacin, Maria Victoria Frascarelli, Pablo
Andres Salas Bravo, Paul Jonathan Martin, Santiago Arias, Santiago Scialabba, Tomas Ricardo Rosada
Villamar, Valeria Di Fiori, Vanina Camporeale, and Xavier Espinet Alegre. El equipo agradece el apoyo
recibido de Linda Ackel, Maria Gracia Lanata Briones, Nahir Mailen Lamadrid, Romina Campi, así como
de Carolina Marcela Crerar, María Victoria Ojea y Yanina Budkin en la estrategia de comunicación, y
por la orientación brindada por los Gerentes de Práctica Valerie Hickey, Genevieve Connors y Doerte
Doemeland.

Se recibieron comentarios, sugerencias y comentarios detallados de los pares internos revisores


Cecilia Briceño-Garmendia, Economista Principal; Geeta Sethi, Asesora; Javier Aguilar, Especialista
Senior en Minería; Pierre Audinet, Especialista Líder en Energía; Stephen Dorey, Especialista Principal
en Salud; Thomas Kerr, Especialista Principal en Cambio Climático; Vivek Pathak, Director CBDDR;
y Zeinab Partow Economista Principal, y de los revisores pares externos Carter Brandon (World
Resources Institute), Elisa Belfiori (Universidad Torcuato Di Tella) y Priscila Ramos (Universidad de
Buenos Aires). También se recibieron comentarios de: Alberto Rodríguez (Director de Estrategia y
Operaciones GGHVP); Ethel Sennhauser (Directora de Estrategia y Operaciones MDOPS); Indermit S.
Gill (Vicepresidente Senior y Economista Jefe de DECVP), Moustapha Ndiaye (Director de Estrategia y
Operaciones de GGEVP), Pablo Fajnzylber (Director de Estrategia y Operaciones de ISODR), Stephane
Hallegatte (Asesor Senior sobre Cambio Climático) y Somik Lall (Economista Principal),

El ICDP se benefició del diálogo con el Gobierno de Argentina, incluidos Marco Lavagna (Director,
INDEC), Sebastián Rosales (Director Nacional de Financiamiento con Instituciones Financieras
Internacionales, Ministerio de Economía), Candelaria Alvarez Moroni (Subsecretaria de Coordinación
Internacional, Ministerio de Economía) y Eugenia Arioua (Secretaría de Asuntos Económicos y
Financieros Internacionales, Ministerio de Economía), y del diálogo con la academia y representantes
del sector privado Ana Sofia Rojo Brizuela (consultora independiente), Ariel Coremberg (Universidad
de Buenos Aires), Carlos Guevel (Ministerio de Salud), Carlos Zaball (Fundación Metropolitana),
Daniel Bouille (Fundación Bariloche), Elena Palacios (Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires),

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Fabian Gaioli (Coraliae S.A.), Fabiana Mena (Fundación Gran Chaco), Fernando Navajas (Fundación
de Investigaciones Económicas Latinoamericanas), Francisco Chesini (Ministerio de Salud), Gabriela
Vidjen (consultora independiente), Gerardo Rabinovich (Universidad Torcuato Di Tella), Laila Brandy
(Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social), Manuel Jaramillo (Fundación Vida Silvestre
Argentina), Marcelo Sttico (Universidad de Buenos Aires), Nahuel Pugliese (Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires), Pedro Lines (INDEC), Paola Bohorquez (Proyecto de las Naciones Unidas para el
Desarrollo), Pia Marchegiani (Fundación Ambiente y Recursos Naturales), Román Baigún (Fundación
Humedales), Sebastián Bigorito (Consejo Empresario para el Desarrollo Sostenible), Sebastián
Galbusera (Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo sostenible).

El ICDP fue preparado bajo la dirección de Carlos Felipe Jaramillo (Vicepresidente Regional del Banco
Mundial), Alfonso García Mata (Vicepresidente Regional de la IFC), Ethiopis Tafara (Vicepresidente y
Directora de Riesgos, Legal y Administrativa de MIGA), Anna Wellenstein (Vicepresidenta del Banco
Mundial Directora Regional de Desarrollo Sostenible), Martin Spicer (Director Regional de IFC), Merli
Margaret Baroudi (Directora de Economía y Sostenibilidad de MIGA), Jordan Schwartz (Director de
País), Franz Drees-Gross (Director Regional de Infraestructura), Robert Taliercio (Director Regional de
Director de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones) y Luis Benveniste (Director Regional de
Desarrollo Humano).

Lucy Southwood fue la editora de producción. La traducción y el diseño fueron realizados por la
Unidad de Traducción e Interpretación, Soluciones Institucionales Globales del Banco Mundial.

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Siglas

BUR Informe bienal de actualización


CAMMESA Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico
GASCAP Gastos de capital
MAFC Mecanismos de ajuste en frontera por carbono
ICDP Informe sobre el clima y el desarrollo del país
CNEA Comisión Nacional de Energía Atómica
GNC Gas natural comprimido
CNO Clasificador Nacional de Ocupaciones
CO2 Dióxido de carbono
CO2e Dióxido de carbono equivalente
COFEMA Consejo Federal de Medio Ambiente
CONICET Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
CP4/18/26 4.a/18.a/26.a sesión de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático
CPAT Herramienta para evaluar los precios del carbono
DFP Producto libre de deforestación
ENNyS Encuesta Nacional de Nutrición y Salud
UE Unión Europea
VE Vehículo eléctrico
FODER Fondo para el Desarrollo de Energías Renovables
GCI Índice de Complejidad Verde
GENREN Programa de Generación de Energía Eléctrica a partir de Fuentes Renovables
PIB Producto interno bruto
GEI Gas de efecto invernadero
GNCC Gabinete Nacional de Cambio Climático
GoA Gobierno de Argentina
INDEC Instituto Nacional de Estadística y Censos
IPCC Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
kg Kilogramos
koe/USD 15p Kilogramos de petróleo equivalente por dólar al tipo de cambio constante, precio
y PPA de 2015
LCE Carbonato de litio equivalente
LVC Cadena de valor del litio
MBGI Manejo de Bosques con Ganadería Integrada
MFMod Modelo macroeconómico y fiscal del Banco Mundial
Mt Millones de toneladas
CDN Contribución determinada a nivel nacional
CDN1 Primera contribución determinada a nivel nacional
CDN2 Segunda contribución determinada a nivel nacional
VAN Valor Actual Neto
GASOP Gastos de operación y mantenimiento

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ORSEP Organismo Regulador de Seguridad de Presas
PANTyCC Plan de Acción Nacional de Transporte y Cambio Climático
PEF Huella ambiental de los productos
PIF Plan de Inversión para Ferrocarril
POLES Visión prospectiva de los sistemas energéticos a largo plazo
ACE Acuerdo de compra de energía
PPA Paridad del poder adquisitivo
RCA Ventaja Comparativa Revelada
SAT‑TE Calor Sistema de Alerta Temprana por Temperaturas Extremas Calor
SIMARCC Sistema de Mapas de Riesgo del Cambio Climático
SIPH Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica
SNI‑GEI-AR Sistema Nacional de Inventario de Gases de Efecto Invernadero de Argentina
SNMBN Sistema Nacional de Monitoreo de Bosques Nativos
t Toneladas
tC Toneladas de carbono
CMNUCC Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
EE. UU. Estados Unidos
VEV Valor de la vida estadistica

Todos los montos expresados en dólares corresponden a dólares de Estados Unidos, salvo indicación en
contrario.

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


1. Riesgos climáticos para el desarrollo

La economía argentina depende en gran medida del capital natural, lo que contribuye a la
vulnerabilidad del país frente al cambio climático y a la transición hacia la reducción de las emisiones
de carbono, pero presenta oportunidades para el crecimiento futuro. Su tierra extraordinariamente
fértil convierte a Argentina en uno de los mayores productores agrícolas del mundo, y la agroindustria
representa alrededor del 54 % de sus exportaciones de 20211, motivo por el cual la economía es muy
vulnerable a la variabilidad climática. El país también cuenta con vastos recursos energéticos renovables
y no renovables, con fuentes de energía eólica y solar de primera categoría y muy poco explotadas, y con
las segundas y cuartas mayores reservas de gas y petróleo de esquisto del mundo, respectivamente.

1.1.  Vulnerabilidad frente a los impactos físicos del cambio climático

Argentina es vulnerable a una amplia diversidad de impactos del cambio climático, y estos varían
según sus regiones (Gobierno de Argentina, 2015). El cambio climático afectará a las temperaturas y a
los patrones de lluvia. Debido al incremento de las inundaciones y las sequías tanto en intensidad como
en frecuencia, al agravamiento de los desbordes y las inundaciones costeras y al derretimiento de los
glaciares, se producirá un aumento en la escasez del agua (y, posiblemente, en los incendios forestales).
Aunque la magnitud del futuro cambio climático es incierta, los datos disponibles sugieren que el país
debe prepararse para una mayor intensidad de los extremos climáticos2. En el norte del país, se prevé un
estrés hídrico por el aumento de las temperaturas. En la región oriental, se prevé que el cambio climático
aumente las precipitaciones e inundaciones extremas, disminuya los caudales de los ríos de la Cuenca
del Plata y aumente el nivel del mar en el Río de la Plata. Se prevén crisis hídricas en la región occidental
y el deshielo de los glaciares en el suroeste.

Históricamente, de acuerdo con la Base de Datos Internacional sobre Desastres (EM‑DAT), las
inundaciones han sido los desastres climáticos más graves en términos de cantidad de fenómenos,
personas afectadas, impactos en la salud, muertes y pérdidas de activos conexas. Argentina tiene
pérdidas anuales de activos previstas de hasta USD 1400 millones3 (paridad del poder adquisitivo
[PPA] de 2015) debido a las inundaciones, lo que se traduce en hasta USD 4000 millones en pérdidas
de bienestar. Entre 1900 y 2021, el 92 % de los 115 desastres naturales registrados estuvieron
relacionados con el clima, principalmente inundaciones (58 %) y tormentas (20 %) (gráfico 1.1). Los
fenómenos relacionados con el clima representan el 98 % de los 15 millones de personas afectadas por
los desastres (97 % por inundaciones y 1 % por tormentas). Las pérdidas de activos por inundaciones
se concentran en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. En las provincias expuestas tanto
a la pobreza como a las inundaciones, las grandes inundaciones arrasan con casi el 100 % de los pagos
de asistencia social existentes (Rozenberg y otros, 2021; Banco Mundial, 2021b4). Los futuros cambios

1
Véase https://data.worldbank.org/indicator/TX.VAL.FOOD.ZS.UN?locations=AR.
2
En IPCC (2022) se prevén aumentos generales de la temperatura y la humedad para Argentina, una tendencia positiva de las
precipitaciones en la parte sur de la Cuenca del Plata (noreste de Argentina), un aumento de las precipitaciones y de los extremos
climáticos en la parte oriental, y la asociación de fenómenos de El Niño con un mayor nivel de precipitaciones en el norte.
3
En el texto, mil millones se refiere a miles de millones.
4
En Banco Mundial (2021b) se señala que, en comparación con un escenario ideal, las inundaciones recurrentes en las zonas urbanas

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


en la frecuencia de las inundaciones debido al cambio climático podrían tener un impacto sustancial
en las pérdidas por inundaciones; por ejemplo, en un escenario promedio en el que la frecuencia de las
inundaciones se duplica, las pérdidas de activos previstas aumentan en un 125 %. Las inundaciones
también afectan gravemente a los sistemas de transporte de Argentina, causando importantes
alteraciones económicas. Las interrupciones en los servicios de infraestructura podrían costar a las
empresas argentinas USD 4000 millones al año, es decir, el 0,8 % del producto interno bruto (PIB) de
2017, en su mayor parte debido a las interrupciones de los servicios de transporte5. Aproximadamente
el 3 % de la red de transporte está expuesta a las inundaciones y se prevé que esta exposición aumente
con el cambio climático (Kesete y otros, 2021).

GRÁFICO 1.1. Efectos de los desastres naturales en Argentina (1900–2021)

Tipo de fenómeno
Deslizamiento Incendio Nombres
Epidemia de tierra forestal Temperatura Tormenta Sequía Inundación de las medidas
100 Fenómenos
Personas
afectadas
90
Muertes
Daños
80
Porcentaje de cada tipo de impacto total

70

60

50

40

30

20

10

0
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños
Fenómenos
Personas afectadas
Muertes
Daños

Fenómenos, personas afectadas, muertes y daños para cada tipo de fenómeno. El color indica los detalles de los fenómenos,
las personas afectadas, las muertes y los daños.
Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de la EM‑DAT (https://public.emdat.be/)

Las sequías y el exceso de precipitaciones afectan al sector agrícola, con importantes consecuencias
macroeconómicas y sociales. Los fenómenos climáticos disminuyen los rendimientos. Esto afecta a la
mayoría de las regiones y los cultivos agrícolas, perjudica la actividad económica en varias provincias y
disminuye la seguridad alimentaria. Calculado a partir de datos anteriores a la histórica y prolongada
sequía de 2021/22, las sequías han sido el segundo desastre natural más costoso en términos de daños
económicos (gráfico 1.1.). Un crecimiento (descenso) de 10 puntos porcentuales en la producción agrícola
para las cinco provincias que más bienes agrícolas producen implica un aumento (caída) de 0,77 puntos

de Argentina representan un costo de alrededor de USD 1000 millones (PPA en dólares internacionales constantes de 2011) al año en
pérdida de activos (0,19 % del PIB) y USD 1600 millones en pérdida total de bienestar (0,3 % del PIB). Las pérdidas de bienestar no se
miden en términos de activos, sino de consumo.
5
Datos proporcionados por los autores de Hallegatte, Rentschler y Rozenberg (2019). La proporción de interrupciones de los servicios
de transporte a causa de las inundaciones es muy incierta, y oscila entre el 20 % y el 80 % del total de las interrupciones.

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


porcentuales en la tasa de crecimiento de la producción bruta provincial (Rozenberg y otros, 2021). La
volatilidad de la producción agrícola causa que el impacto promedio de esta variable sea elevado. A nivel
nacional, las pérdidas anuales en la agricultura de secano como consecuencia de los déficits o excesos
de agua se estiman en alrededor de USD 2100 millones, es decir, el 0,61 % del PIB (Banco Mundial,
2021b). La estructura de las exportaciones (alrededor del 60 % de las cuales proceden de la agricultura)
y el sistema fiscal hacen que las sequías sean críticas para la estabilidad macroeconómica. Al impacto
directo de la sequía de 2018 se atribuyó más de la mitad de la caída de la actividad económica de ese
año, situación que exacerbó la crisis económica y financiera6. De aquí a 2050, si no se implementan
medidas de adaptación (como cultivos resistentes a las sequías), el cambio climático podría provocar
pérdidas de rendimiento de hasta el 10 % en la producción de girasol, del 30 % en la de maíz y trigo, y
del 50 % en la de soja (Rozenberg y otros, 2021). Con los niveles actuales de infraestructura y eficiencia
en el uso del agua, el aumento de las temperaturas y la evapotranspiración harían imposible mantener
los 2,1 millones de hectáreas de riego que existen actualmente. Si no se toman medidas, el cambio
climático comprometerá alrededor del 25 % de la superficie de riego del país, causando pérdidas anuales
de USD 837 millones, principalmente en la región de Cuyo (Banco Mundial, 2021b).

El aumento de la escasez de agua y la frecuencia de las sequías es una amenaza para el transporte
fluvial, la producción de energía hidroeléctrica y la provisión de productos agrícolas a los centros
de consumo urbano y a las exportaciones. Alrededor del 84 % de las exportaciones agrícolas y de
subproductos se realizan a través de los puertos de la Hidrovía o vía navegable de los ríos Paraguay,
Paraná y de la Plata7, donde la navegabilidad se mantiene mediante el dragado de los pasos más
importantes. Las cantidades dragadas dependen fundamentalmente de la cantidad de sedimentos que
el río y sus afluentes depositan en el canal. En 2021, el negocio de los agroalimentos, en el que se
utiliza el río Paraná para el transporte de los productos, especialmente para las exportaciones, perdió
USD 315 millones en 6 meses como consecuencia de una disminución en el nivel del río8. Al aumentar la
escasez de agua, aumentará el costo de mantener la navegabilidad en las vías fluviales.

La producción hidroeléctrica también depende del volumen de agua disponible, que probablemente
disminuirá con el cambio climático. Esto ya ocurre en proyectos de energía hidroeléctrica
recientes, como Los Caracoles y Punta Negra, en la provincia de San Juan, que no han producido
la cantidad de energía prevista (Banco Mundial, 2021b). En 2021, una profunda sequía redujo la
contribución de energía hidroeléctrica de Argentina a la producción de electricidad, del 29 % al 17 %,
aproximadamente. La generación térmica desempeñó una función clave en la compensación de esa
pérdida, lo que redundó en un aumento en el uso de los combustibles fósiles y costos de generación
más elevados. La sequía se ha prolongado hasta 2022, situación que ha repercutido en los costos
de generación de electricidad, los cuales se han exacerbado aún más por la guerra en Ucrania, y

6
El Banco Central de la República Argentina atribuye el 4 % de disminución en la tasa de crecimiento del PIB durante el segundo
trimestre de 2018, en gran parte, a una contracción en la producción agrícola causada por la sequía (Banco Central de la República
Argentina, 2018).
7
Alrededor del 84 % del total de los granos y subproductos exportados y el 92 % de los contenedores movilizados (tanto para la
exportación como para la importación) se transportan por río (según cálculos del personal del Banco Mundial a partir de https://www.
magyp.gob.ar/sitio/areas/ss_mercados_agropecuarios/exportaciones/_archivos/000030_Embarques%20-%20Exportaciones%20de%20
Granos,%20Aceites%20y%20Subproductos/000030_Por%20Puerto.php y https://www.argentina.gob.ar/puertos-vias-navegables-y-
marina-mercante/estadisticas-de-carga/containerizada, respectivamente).
8
Treboux, J.; Rodríguez Zurro, T.; Calzada, J. e Ybañez, P. (2021), La bajante del río Paraná representaría un costo cercano a los
USD 315 millones en seis meses para el complejo agroindustrial exportador y los productores agropecuarios argentinos, Informativo
Semanal, Bolsa de Comercio de Rosario (8 de julio), https://www.bcr.com.ar/es/mercados/investigacion-y-desarrollo/informativo-
semanal/noticias-informativo-semanal/la-bajante-3.

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


ha provocado importantes aumentos de precios. El desarrollo de una mayor generación de energía
renovable (eólica y solar) amortiguaría los efectos de la sequía. En 2021, las energías renovables
también compensaron una parte importante de la generación de energía hidroeléctrica perdida.
Además de tener un impacto positivo en los costos de generación, debido a la sustitución de los
combustibles fósiles importados y al ahorro de reservas, esto también redujo las emisiones de gases
de efecto invernadero (GEI) y disminuyó la volatilidad de la balanza comercial argentina.

1.2.  Emisiones de GEI: disminuyen gracias al cambio en el uso de la tierra, pero


aumentan en la mayoría de los sectores.

En 2018, las emisiones de Argentina fueron de 366 millones de toneladas (Mt) de dióxido de carbono
equivalente (CO2e), cifra inferior al máximo alcanzado en 20079. Argentina ocupa el puesto 21 en
cuanto a emisiones, el 52 en cuanto a emisiones per cápita y el 102 en cuanto a intensidad de emisiones
por PIB entre los países de los que hay información disponible10. Las principales fuentes de emisiones
son la energía (el 51 %, lo que incluye el 16 % de las industrias energéticas y el 13 % del transporte),
la agricultura, la ganadería, la silvicultura, y otros usos de la tierra (el 39 %), la industria (el 6 %) y los
residuos (el 4 %) (gráfico 1.2). Alrededor del 80 % de las emisiones de 2016 corresponden a seis factores:
la combustión de petróleo y gas natural (el 63 %), la cantidad de ganado vacuno (el 15 %), las hectáreas
deforestadas (el 14 %), los residuos sólidos producidos (el 4 %), las emisiones fugitivas de petróleo y gas
(el 3 %) y las toneladas de clínquer producidas por la industria del cemento (el 1 %)11.

9
La proporción de emisiones mundiales (0,66 % = 366/55 300) se basa en el último inventario de GEI (Gobierno de Argentina, 2021) y
el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) (2019).
10
Para las clasificaciones, los GEI incluyen emisiones derivadas del cambio de uso de la tierra y la silvicultura, y se extraen del Climate
Data Explorer de la base de datos del Instituto de Recursos Mundiales. De esa misma fuente, en 2018, las emisiones per cápita de
Argentina son de 8,89 toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e) y la intensidad de las emisiones es de 764,06 tCO2e por
cada millón de dólares de PIB. Según el cuarto informe bienal de actualización de Argentina (BUR4), se registran un poco más de
500 tCO2e por cada millón de pesos argentinos (ARS de 2004, año base de las cuentas nacionales de Argentina).
Este cálculo se basa en el primer informe del inventario nacional de Argentina. Véase Conte Grand (2022a) para obtener más detalles.
11

Obsérvese que el Gobierno de Argentina (2021) presenta 17 factores principales, y el clínquer no es uno de ellos.

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


GRÁFICO 1.2. Emisiones de GEI de Argentina, por sector y subsector energético (1990–2018)

450

400

350

300

250
MtCO2e

200

150

100

50

0
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
Agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra Procesos industriales y uso de productos
Emisiones fugitivas procedentes de combustibles sólidos Ganadería
y de la industria del gas y del petróleo Industrias energéticas
Sectores de la manufactura y la construcción Quema de combustibles en otros sectores
Transporte Residuos

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de Gobierno de Argentina (2021).

A pesar de su enorme potencial para producir energía renovable, la matriz energética primaria
de Argentina está dominada por los combustibles fósiles. En 2021, representaban el 89 % de la
producción de energía primaria del país, con el 53 % proveniente del gas, el 36 % del petróleo y el
0,02 % del carbón (gráfico 1.3)12. La producción de energía renovable sigue siendo baja, con alrededor
del 11 % de la producción de energía primaria procedente de fuentes de biomasa, hídricas, eólicas y
solares. La mayor parte de la electricidad de Argentina es generada por plantas térmicas (el 59 % en
2021) y la energía hidroeléctrica (el 18 % en 2021), seguidas por otras energías renovables (el 12 %
en 2021) y la nuclear (el 4 % en 2021)13. Sin embargo, el país tiene el mayor potencial de energía
eólica terrestre y marina de América Latina y el Caribe. De hecho, la Patagonia es uno de los lugares
más ventosos del mundo14, y Argentina tiene el cuarto mayor potencial eólico marino del mundo15.
Argentina se encuentra entre el 30 % de los países con mayor potencial de generación de energía solar,
y las condiciones son especialmente favorables en la región del Noroeste16. También hay potencial
para incrementar la generación de energía hidroeléctrica, y el Plan Nacional del Agua ha identificado
cinco grandes presas de fines múltiples, por valor de USD 10 000 millones. Dado que tres de ellas
están situadas en zonas áridas o semiáridas con una gran demanda de agua por parte de sectores
competidores y con importantes amenazas a causa del cambio climático, se requiere una cuidadosa
planificación para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de estos proyectos.

12
Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir del balance energético de Argentina para 2021.
13
https://www.iea.org/countries/argentina.
14
https://globalwindatlas.info/area/Argentina.
15
https://energydata.info/dataset/offshore-wind-technical-potential.
16
Véase el potencial mundial de energía fotovoltaica por país en
https://www.worldbank.org/en/topic/energy/publication/solar-photovoltaic-power-potential-by-country.
Esta información representa solo una parte de Argentina, ya que no hay datos disponibles para el extremo sur.

10

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


GRÁFICO 1.3. Suministro de energía primaria por tipo de combustible (1960–2021)

80.000

70.000

60.000

50.000
Miles de tep

40.000

30.000

20.000

10.000

0
1960
1962
1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
2012
2014
2016
2018
2020
Carbón (mineral) Biomasa Hidráulica Eólica Solar Nuclear Otras principales Petróleo Gas natural

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de los balances energéticos anuales del Ministerio de Energía y Minería para 2060–2021,
https://www.argentina.gob.ar/economia/energia/hidrocarburos/balances-energeticos
Nota: tpe = tonelada de petróleo equivalente (la energía que rinde una tonelada de petróleo).

En 2018, las emisiones de metano representaron el 23 % de los GEI, el 73 % de las cuales
provenían de la agricultura, la ganadería, la silvicultura y otros usos de la tierra, el 19 % de los
residuos y el 8 % de la producción de energía (Gobierno de Argentina, 2021). Argentina, uno de
los 14 principales países emisores de metano en 201817, es signataria del Compromiso Global por el
Metano18 de la vigésimosexta Conferencia de las Partes, que tiene como objetivo reducir, en forma
colectiva, las emisiones antropogénicas mundiales de metano en todos los sectores en al menos un
30 % de los niveles de 2020 para 2030. La mayor fuente de emisiones de metano se encuentra en
el sector ganadero, que representó el 69 % del metano generado en Argentina en 2018, seguido por
la captación de emisiones de metano de residuos sólidos y la reducción de las emisiones fugitivas de
metano del petróleo y el gas. Las emisiones fugitivas de metano han aumentado recientemente debido
al incremento de la producción de petróleo de esquisto (véase la sección 3.2.3). Habida cuenta de las
dificultades para reducir las emisiones del sector ganadero, el mayor potencial para dicha reducción
podría encontrarse en los residuos y las emisiones fugitivas.

Entre 2010 y 2018, las emisiones de la mayoría de los sectores han aumentado. La principal excepción
se encuentra en el cambio de uso de la tierra (deforestación), donde las emisiones han disminuido,
impulsando una reducción neta del 2 % de las emisiones en general. En el período comprendido entre
1990 y 2018, Argentina desacopló sus emisiones de GEI de la actividad económica, dado que las emisiones
se incrementaron un 39 %, el PIB aumentó un 119 %, y la intensidad de las emisiones disminuyó un 37 %.
Entre 2010 y 2018, el desacoplamiento se intensificó, con una disminución de las emisiones del 2 %, un

17
Basado en datos de los Indicadores del Desarrollo Mundial de 2018.
18
https://www.globalmethanepledge.org/.

11

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


aumento del PIB del 5 % y una reducción de la intensidad de las emisiones del 7 %. Esto fue impulsado por
la reducción de las emisiones procedentes del cambio en el uso de la tierra19. El sector energético, por su
parte, fue el que más aumentó sus emisiones (gráfico 1.4). Y, si las emisiones siguen aumentando en todos
los sectores, la tendencia de desacoplamiento se revertirá, especialmente si la reducción de la deforestación
alcanza un límite. Los esfuerzos por revertir la tendencia en todos los sectores permitiría diversificar las
reducciones de emisiones y garantizar que no dependan de un único factor. Véase el capítulo 3 para conocer
los contextos sectoriales, las fuentes de las emisiones de GEI y las alternativas de descarbonización.

GRÁFICO 1.4. Factores que fomentaron el crecimiento de las emisiones de GEI en Argentina (en el período de
2010–18)

6%
0,7 %
5% 0,0 % -0,1 %
0,7 %
-0,5 %
4% 1,0 %

1,2 %
3%

2% 1,8 %

1%

0%

-1 %

-2 %
-6,8 %

-3 %

-4 %
-2,1 %
Industrias
energéticas

Procesos industriales
y uso de productos

Ganadería

Quema de combustibles
en otros sectores

Manufactura
y construcción

Emisiones fugitivas
procedentes de combustibles
sólidos, petróleo y gas

Transporte

Agricultura, silvicultura
y otros usos de la tierra

Total
Residuos

Fuente: Cálculos del Banco Mundial a partir de datos de Gobierno de Argentina (2021).
Notas: En el gráfico se muestra la tasa de crecimiento de las emisiones para el período de 2010–18. Para obtener más información sobre cómo se ha calculado
el desglose entre sectores, véase Conte Grand, Mikou y Rozenberg (2021a).

Al igual que los impactos del clima, las emisiones se distribuyen de manera desigual dentro del
país. En 2016, la provincia y la ciudad de Buenos Aires produjeron una parte considerable (31 %) del
total de las emisiones nacionales, principalmente debido a la combustión de combustibles, los residuos
y la agricultura. Estas dos jurisdicciones también representan alrededor del 40 % de la población del
país y gran parte de su industria. La mayor parte de las emisiones agrícolas del país provienen de

19
Más precisamente, desde 1990, el índice de desacoplamiento (tasa de crecimiento de las emisiones/tasa de crecimiento del PIB, según
Tapio, 2005) fue de 0,33, pero este indicador pasó a ser negativo (-0,37) en el período de 2010–18. La inestabilidad macroeconómica
de Argentina también provoca que el desacoplamiento tenga un comportamiento cíclico si se calcula año a año. Véase Conte Grand
(2022b) para obtener más detalles.

12

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


las provincias del centro y del este (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos), mientras que las
provincias del norte (Chaco, Salta, Santiago del Estero y Formosa) son responsables de la mayor parte
de las emisiones por deforestación20.

1.3.  Necesidades de inversión en un contexto económico y social desafiante

La volatilidad macroeconómica de Argentina ha dificultado el crecimiento económico a largo


plazo y plantea desafíos para las inversiones en adaptación y mitigación. Durante muchos años,
Argentina ha sufrido una gran volatilidad macroeconómica, caracterizada por ciclos recurrentes de
auge y caída, que frenan las inversiones destinadas a mejorar la productividad a largo plazo y reducen
el crecimiento económico a largo plazo. Para abordar los desequilibrios externos, el país ha ejecutado
restricciones cuantitativas en el comercio exterior y en los mercados de divisas, lo cual afectó los
incentivos para la productividad (Banco Mundial, 2018). Con la llegada de la pandemia de COVID‑19
en 2020, la economía se contrajo un 10 %, mientras que la deuda pública, que había alcanzado el
85 % del PIB en 2018 debido a una fuerte depreciación del tipo de cambio (en comparación con el
56 % en 2017) aumentó al 104 % del PIB en 2020. El gasto relacionado con el COVID durante un
período de disminución de la producción económica añadió presión a una inflación ya elevada. Sin
embargo, en 2021, gracias a los altos precios de los productos básicos, la dinámica recuperación de
su principal socio comercial, Brasil, y la ejecución de políticas expansionistas, el PIB se recuperó en
un 10,4 %. Además, a pesar de los desequilibrios macroeconómicos subyacentes, las inversiones
en maquinaria y equipos de transporte mostraron un crecimiento sostenido en 2021 y principios de
2022, fomentando un crecimiento económico general que se espera que supere el 4 % en 2022.

El aumento de la pobreza ha incrementado la vulnerabilidad de la población frente a los eventos


climáticos y los riesgos de la transición verde, ya que los hogares pobres han tenido una capacidad
limitada para hacer frente a la pérdida de activos y al aumento de los precios de los alimentos y la
energía. En 2020, el 41,5 % de la población vivía por debajo de la línea de pobreza nacional21. La pobreza
alcanzó su punto máximo en 2020 y disminuyó solo un poco en 2021. En el primer semestre de 2022, el
36,5 % de la población urbana de Argentina se consideraba pobre, y el 8,8 % era extremadamente pobre.
Alrededor de la mitad de los niños (hasta los 14 años) son considerados pobres.

La generación de resiliencia frente a los eventos climáticos podría conducir a un crecimiento


más inclusivo y sostenible, acelerando la transición de Argentina hacia una economía con bajas
emisiones de carbono. Siguiendo una tendencia a largo plazo de bajo crecimiento y acumulación de
capital, la transición exige grandes necesidades de inversión. Si bien la estabilización macroeconómica
es la primera condición para atraer la inversión, también es importante identificar las áreas de actividad
económica que pueden generar recursos para ayudar a estabilizar la economía y reactivar el crecimiento.
Analizar la secuencia y las combinaciones de las inversiones sectoriales, con una visión integrada de
sus impactos macroeconómicos y climáticos, resulta esencial para la transición hacia una economía
resiliente y con bajas emisiones de carbono. Estos temas se tratarán en los capítulos 3 y 4.

20
Véase Conte Grand, Mikou y Rozenberg (2021b) para consultar las emisiones por provincia en 2016. Los datos del BUR4 aún no está
disponible a nivel de provincia.
21
Base de datos sobre pobreza y equidad del Banco Mundial e indicadores de pobreza del Gobierno de Argentina,
https://sis.politicassociales.gob.ar/indicadores-pobreza.php.

13

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


2. Compromisos, capacidades y políticas sobre el clima a nivel de
país

2.1.  Compromisos y comunicaciones en materia de cambio climático: hay mayor


ambición pero falta de una estrategia de descarbonización a largo plazo

Argentina ha participado activamente en las negociaciones de la Convención Marco de las


Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y en los organismos técnicos asociados
y cumple con las comunicaciones requeridas. Organizó la cuarta y la décima conferencias sobre
cambio climático de la CMNUCC, la cuarta Conferencia de las Partes en 1998 y la décima Conferencia
de las Partes en 2004, y muchos miembros de su comunidad científica han colaborado con el Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). El país ratificó la CMNUCC en
1994 (Ley 24295), el Protocolo de Kioto en septiembre de 2001 (Ley 25438) y la Enmienda de Doha
al Protocolo de Kioto en mayo de 2015 (Ley 27137). Como signatario de la CMNUCC, Argentina ha
presentado lo siguiente:

» Tres comunicaciones nacionales: En julio de 1997 (revisada en marzo de 1999), en marzo de


2008 y en diciembre de 2015
» Cuatro informes bienales de actualización (BUR): En diciembre de 2015, agosto de 2017,
noviembre de 2019 y diciembre de 2021
» El primer y segundo informe del inventario nacional en marzo de 2020 y 2022, respectivamente.

Después de ratificar el Acuerdo de París en septiembre de 2016 (Ley 27270), Argentina presentó


su primera contribución determinada a nivel nacional (CDN1) en noviembre del mismo año y la
segunda (CDN2) en diciembre de 2020, revisada en noviembre de 2021. La ambición de Argentina
de reducir las emisiones en toda la economía ha aumentado con cada presentación. La CDN prevista
en 2015 plantea una reducción con respecto al desarrollo habitual de la actividad, mientras que
la CDN1 presenta un nuevo objetivo fijo (absoluto) para reducir las emisiones por debajo de los
483 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (MtCO2e) (no condicionados) y
369 MtCO2e (condicionados) para 2030. La CDN2 se compromete a un máximo de 359 MtCO2e (no
condicionados) para 2030; en noviembre de 2021, esto se modificó a 349 MtCO2e. En el gráfico 2.1 se
muestran las emisiones del país hasta la fecha y la evolución de los compromisos para 2030. Argentina
considera que su compromiso de CDN2 es “justo, equitativo y ambicioso”, dadas las circunstancias
nacionales. El Gobierno también ha anunciado y ha comenzado a trabajar para lograr un objetivo de
cero emisiones netas de carbono para 2050, lo cual es necesario para contribuir al objetivo global
de limitar el aumento de la temperatura desde la época preindustrial a “un nivel inferior a los 2°C”22.
Argentina presentó dos comunicados con respecto a la adaptación, uno como parte de la CDN1 y otro
dentro de la CDN2.

22
El presidente Alberto Fernández anunció en Glasgow que Argentina elaborará un plan para lograr la neutralidad de carbono para
2050 https://www.argentina.gob.ar/noticias/argentina-anuncio-su-nuevo-compromiso-en-la-lucha-contra-el-cambio-climatico. En
la CDN2 también se menciona la Estrategia a largo plazo de Argentina. El presidente de Argentina sigue apoyando activamente los
debates sobre el clima a nivel nacional, por ejemplo, con su presencia en la primera reunión del GNCC en 2022.

14

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


GRÁFICO 2.1. Evolución de los compromisos no condicionados de Argentina con el Acuerdo de París

600 570

500 483

400 373 366 359 349


MtCO2e

300 264 248

200

100

0
1990 2000 2010 2018 CDN CDN 1 CDN 2 CDN 2
(último prevista (2030) (2030) actualizada
inventario) (2030) (2030)
Fuentes: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir del BUR4 de Argentina, las CDN, CDN1 y CDN2 previstas y sus actualizaciones.

2.2.  Capacidad institucional para la acción climática: mejorada pero con algunas
deficiencias23

La nueva ley sobre cambio climático y el decreto reglamentario de Argentina proporcionan un marco
regulatorio integral que define los objetivos, el alcance de la ejecución y las responsabilidades.
A finales de 2019, el Congreso aprobó la Ley 27520 y el Decreto 1030/2020, que establecen los
presupuestos mínimos para abordar el cambio climático24. La ley también prevé un plan nacional de
respuesta frente al cambio climático y sistemas nacionales de seguimiento de inventarios y mitigación de
las emisiones de GEI, y reafirma la continuidad de un equipo de trabajo, el Gabinete Nacional de Cambio
Climático (GNCC), creado mediante el Decreto 891/2016. A través del GNCC, se lleva a cabo un sólido
proceso de coordinación gubernamental horizontal y vertical. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible tiene la facultad de aplicación de la ley.

En 2019, el Gobierno implementó su primer Plan de Acción Nacional de Adaptación y Mitigación al


Cambio Climático y siete planes de acción sobre el cambio climático nacionales para los sectores de la
energía, el transporte, la industria, la silvicultura, la agricultura, la infraestructura y la salud25. Seis de
ellos incluyen medidas de mitigación que podrían generar una disminución de 229 MtCO2e de GEI para
2030, y la mitigación prevista procede, principalmente, de la energía (el 48 %), los bosques autóctonos
(el 30,4 %) y la agricultura (el 11,5 %)26. Los planes sectoriales incluyen políticas en materia de ganadería
y cultivos, aunque la cuantificación de las reducciones de emisiones asociadas a ellas es mínima (solo
una está relacionada con la rotación de cultivos, que supone menos del 2 % de todas las reducciones de
emisiones cuantificadas en todos los planes para 2030). Del mismo modo, si bien hay acciones previstas
para los edificios, solo en una se calculan las reducciones de emisiones. El Gobierno acaba de presentar
un nuevo plan de acción nacional de adaptación y mitigación, que incluye seis líneas estratégicas

23
Esta sección, que se basa parcialmente en datos de Banco Mundial (2021a), se refiere a una capacidad institucional más amplia con respecto al
cambio climático, no a sectores específicos.
24
Como se señala en Banco Mundial (2021a), al margen de esta ley, la CDN de Argentina no cuenta con una normativa interna, ya que
no se publicó ningún decreto o resolución ministerial asociados que le otorgue un marco legal.
25
La Secretaría de Ambiente aprobó los planes mediante la Resolución 447, en noviembre de 2019. Los planes, que existen en
las versiones 1 y 2, según el sector, fueron elaborados entre 2017 y 2019, e incluyen acciones específicas de mitigación con las
correspondientes reducciones de emisiones. Algunos incluyen acciones de adaptación.
26
Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de los planes sectoriales.

15

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


(transición energética; transición productiva; movilidad sostenible; territorios sostenibles y resilientes;
gestión sostenible de los sistemas alimentarios y los bosques; y, conservación de la biodiversidad y de
los bienes comunes); cuatro líneas instrumentales (acción para el empoderamiento climático; economía
para la transición; fortalecimiento institucional; investigación, desarrollo e innovación) y cuatro líneas
transversales (salud; género y diversidad; gestión integral de riesgos; transición justa).

Como estado federal, Argentina confiere una función importante a los gobiernos subnacionales en
la ejecución de la política sobre el clima del país. La nueva Ley de Cambio Climático establece que las
jurisdicciones deben desarrollar sus propios planes de acción de medidas de respuesta frente al cambio
climático, y la mayoría de dichos planes se encuentran en etapa de elaboración27. La coordinación entre
los niveles nacional y subnacional (y entre las provincias) se organiza a través del grupo de trabajo
provincial del GNCC, la Mesa de Articulación Provincial, que tiene los mismos miembros que la Comisión
de Cambio Climático del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA). El inventario de GEI del país
está desglosado a nivel provincial y el Gobierno procura mejorarlo, con un minucioso trabajo para informar
de las emisiones con referencias geográficas (provinciales). Algunos Gobiernos locales han establecido
leyes provinciales sobre el cambio climático, creado áreas específicas en materia de clima o desarrollado
sus propios inventarios28.

Argentina hace un gran esfuerzo para generar datos sobre los riesgos y la vulnerabilidad y
proporcionar acceso gratuito a la información sobre el clima a través de plataformas virtuales. La
nueva Ley de Cambio Climático instituye un Sistema Nacional de Información sobre Cambio Climático
como instrumento para la elaboración y el seguimiento de los planes de respuesta al cambio climático
en distintos niveles29. El sistema de información incluye el Sistema Nacional de Inventario de Gases de
Efecto Invernadero de Argentina (SNI‑GEI-AR) y el Sistema Nacional de Monitoreo de Bosques Nativos
(SNMBN). Los funcionarios que se ocupan de planificar también pueden utilizar el Sistema de Mapas de
Riesgo del Cambio Climático (SIMARCC)30, una herramienta interactiva en línea que combina escenarios
de cambio climático e indicadores de vulnerabilidad. Los mapas resultantes pueden ayudar a incorporar
los riesgos climáticos en la planificación sectorial, la inversión y la prevención de desastres. Si bien el país
ha realizado importantes avances en materia de tecnología digital, incluido el Plan Conectar31, el acceso
de todos los grupos en las distintas provincias se podría mejorar mediante inversiones adicionales. Una
mejor interconexión digital genera beneficios para las actividades comerciales (Goldfarb y Tucker, 2019)
y contribuye a la capacidad de los Gobiernos para aumentar la resiliencia de la población frente a los
fenómenos relacionados con el clima.

27
Banco Mundial (2021), Evaluación institucional del cambio climático, Washington, DC, Banco Mundial,
https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/35438. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) es la única jurisdicción que
ha terminado su plan.
28
Por ejemplo, https://www.buenosaires.gob.ar/agenciaambiental/cambioclimatico/inventario-y-mitigacion/inventario-de-geis.Buenos
Aires cuenta con una metodología específica para los inventarios que se ajusta lo establecido por C40 Cities, una red de alcaldes de
aproximadamente 100 ciudades líderes en el mundo que colaboran para llevar a cabo la acción urgente que se necesita ahora mismo para
abordar la crisis climática (https://www.buenosaires.gob.ar/agenciaambiental/cambioclimatico/inventario-y-mitigacion/inventario-de-geis).
También existen dos leyes relacionadas con la divulgación de información: La Ley 27275 de acceso a la información pública en
29

general y la Ley 25831 de acceso a la información pública en materia ambiental.


30
La información no está actualizada según los últimos datos disponibles, pero se puede consultar la herramienta en
https://www.argentina.gob.ar/ambiente/cambio-climatico/adaptacion. Otros sistemas de difusión de información relacionada con los
desastres incluyen las alertas en caso de emergencias, como el Sistema Nacional de Alerta y Monitoreo de Emergencias, y las alertas
emitidas por el Sistema de Alerta Temprana (SAT) para condiciones climáticas extremas.
31
https://www.argentina.gob.ar/jefatura/innovacion-publica/ssetic/conectar.

16

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


La política climática de Argentina pone de manifiesto la necesidad de considerar la integración entre
el género y el cambio climático. Ocupa una posición alta (35 de 156 países) en el Índice Global de
la Brecha de Género del Foro Económico Mundial, que calcula los desafíos en materia de género en
cuatro dimensiones: participación y oportunidad económicas, logro educativo, salud y supervivencia, y
empoderamiento político32. Se considera que las mujeres son desproporcionadamente vulnerables a los
efectos del cambio climático, lo que puede, a su vez, exacerbar las disparidades de género existentes. La
CDN de Argentina reconoce que el liderazgo y la participación de las mujeres en el diseño de las acciones
climáticas mejorarán la equidad de género en los planes climáticos y en las estrategias de ejecución.

El país se ha esforzado por aumentar la consideración sistemática del cambio climático en la gestión
de las finanzas públicas, y al mismo tiempo, busca mejorar la evaluación macroeconómica de
las políticas climáticas. El Ministerio de Economía ha puesto en marcha distintos instrumentos para
responder a los riesgos climáticos, como las transferencias públicas después de emergencias climáticas,
y los instrumentos de financiación de riesgos que protegen el presupuesto después de los desastres.
El Ministerio también participa en la preparación de las CDN a través del GNCC, procura incorporar los
riesgos climáticos en las proyecciones y el análisis de las cuentas nacionales, ha adoptado medidas
para etiquetar las actividades y los programas relacionados con la adaptación y la mitigación en el
presupuesto33, y, en 2020, creó la Mesa Técnica de Finanzas Sostenibles. Además, si bien el Gobierno
evalúa las políticas climáticas en términos del potencial para reducir las emisiones o los riesgos (de
manera cualitativa), no lo hace con respecto a sus beneficios y costos de ejecución. Esta es una debilidad
reconocida por el Gobierno de Argentina (2021). Un próximo paso sería desarrollar un modelo climático
macroeconómico para evaluar las políticas climáticas de sus CDN, lo cual permitirá al Ministerio de
Economía aumentar su participación en la elaboración y ejecución de las CDN, tal como lo recomienda el
principio 6 de la Declaración de Helsinki de la Coalición de Ministros de Clima para la Acción climática.

Argentina aún necesita generar mayor capacidad para la acción climática a nivel nacional y
subnacional (Banco Mundial, 2021d). Aunque todos los ministerios pertinentes tienen un coordinador
técnico designado en el GNCC, la mayoría dedica solo una parte de su tiempo al cambio climático.
Algunos equipos técnicos de los ministerios se han reforzado a través del GNCC, pero la creación de
equipos dedicados al cambio climático está sujeta al interés de cada ministerio en el tema y al acceso al
financiamiento necesario. A nivel subnacional, no todos los Gobiernos cuentan con personal capacitado
específicamente en materia de cambio climático.

32
Véase https://www.weforum.org/reports/global-gender-gap-report-2021. A pesar de una buena clasificación general, el rendimiento
en áreas individuales varía enormemente; por ejemplo, ocupa el primer lugar en logro educativo, el 103.º en participación y oportunidad
económicas para las mujeres (solo el 60 % de las mujeres participan en el mercado laboral), el 48.º en salud y supervivencia, y el 25.º en
empoderamiento político.
33
El presupuesto de 2019 (Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales [CNCPS], 2019) se vinculó con los Objetivos de
Desarrollo Sostenible, por lo que indirectamente incluyó el etiquetado presupuestario por el cambio climático. A partir de 2016,
también surgió una iniciativa a nivel nacional de adquisiciones públicas sostenibles (Decreto 1023/01), y se han observado avances en
ese sentido en la provincia de Córdoba y en la Ciudad de Buenos Aires.

17

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


2.3.  La preparación del sector privado: avanza pero es desigual

Las empresas argentinas podrían enfrentar desafíos para rastrear el contenido de carbono
cuando sea necesario, aunque algunos sectores productivos ya tienen experiencia en el cálculo
de la huella de carbono y de agua. El análisis de la preparación de los productores argentinos para
calcular la huella de carbono de sus productos (Lottici, Daicz y Galperín, 2016; Conte Grand y D'Elía,
2018) revela que la mayoría de las empresas solo evalúa las huellas de carbono y de agua, en vez de
varias categorías de impacto establecidas en la huella ambiental de los productos (PEF) de la Unión
Europea (UE)34. Las cadenas de valor de la leche, el vino, los cítricos, el maíz, el té, el algodón, el maní,
el queso, la miel, la papa, el arroz, la carne, el agua embotellada y la cerveza tienen cierta experiencia
en el cálculo de las huellas de agua y de carbono. En cambio, otros prductos de sectores incluidos
en la PEF, como las baterías, las pinturas y el cuero, no tienen experiencia en este campo y, por
consiguiente, serían vulnerables a las regulaciones que afectan a las exportaciones a la UE. Argentina
cuenta con cierta experiencia en el etiquetado de la conservación de los bosques a través del Consejo
de Administración Forestal, que puede ayudar a aportar comprobantes para los productos que no
generen deforestación (DFP).

El sector privado muestra cada vez más interés por los mercados voluntarios de carbono para
financiar proyectos y vender créditos de reducción de emisiones. A febrero de 2022, Argentina
cuenta con 16 proyectos que participan en los mercados voluntarios de créditos de emisiones, incluso
en los cuatro principales registros voluntarios de proyectos de compensación: Climate Action Reserve,
American Carbon Registry, Verra y Gold Standard35. Once de ellos son proyectos de energías renovables;
los demás son: 1 proyecto de transporte público; 1 proyecto de digestores de metano en la agricultura;
2 proyectos de residuos sólidos (1 de metano en vertederos y otro de metano en la recuperación de
aguas residuales) y 1 proyecto de silvicultura36. Existe interés y potencial para desarrollar nuevos tipos
de productos (compensaciones de carbono forestal), pero es necesario un mayor análisis para entender
cómo se compara el precio de las compensaciones con los costos de oportunidad de la tierra utilizada
para otros fines, que a su vez depende del precio de los cultivos o del ganado. El Ministerio de Ambiente
y Desarrollo Sostenible creó en octubre de 2021 un registro de proyectos a fin de evitar duplicar su
contabilización, o sea, evitar que se cuenten también para la NDC. (resolución 363/2021).

34
Las otras categorías son: cambio climático; agotamiento de la capa de ozono; efectos cancerígenos; efectos no cancerígenos; materia
particulada/efectos respiratorios; radiación ionizante; formación de ozono fotoquímico; acidificación; eutrofización terrestre, de agua
dulce y marina; ecotoxicidad de agua dulce; uso de la tierra; uso del agua; minerales y metales, y fósiles (Zampori y Pant, 2019).
35
Deloitte, febrero de 2022, Punto de vista, Mercados voluntarios de carbono claves para su desarrollo en América Latina: finanzas
sostenibles. https://www2.deloitte.com/ar/es/pages/financiera/articles/mercados-voluntarios-creditos-carbono.html.
36
Datos de la base de datos del Registro Voluntario de Compensación de Goldman School, Berkeley Public Policy,
https://gspp.berkeley.edu/faculty-and-impact/centers/cepp/projects/berkeley-carbon-trading-project/offsets-database.

18

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


3. Prioridades específicas en materia de desarrollo y clima

3.1.  Prioridades en materia de adaptación y resiliencia

3.1.1. Adaptación a los cambios provocados por las temperaturas extremas

Entender los efectos que las temperaturas extremas tienen sobre la salud humana es clave para
promover políticas efectivas de adaptación al cambio climático. Además de aumentar la resiliencia
a las inundaciones y las sequías, Argentina necesita ser más resiliente al calor. La EM‑DAT solo tiene
registrada una ola de calor en 1972 para Argentina durante el período comprendido entre 1920 y
2021 y no cuantifica los daños, cuando en realidad la cantidad de días de olas de calor se duplicó
entre 1960 y 201037. Concretamente, la región del Noroeste ha experimentado un marcado aumento
de la temperatura en la última década, y es previsible que la probabilidad de que se produzcan olas
de calor prolongadas e intensas aumente sustancialmente en el futuro (Rusticucci y otros, 2016). Por
lo tanto, a fin de cubrir dicha brecha de conocimiento, García‑Witulski y otros (2022) se propusieron
relacionar los datos de mortalidad de 2010–19 con la temperatura38.

Históricamente, el frío extremo ha causado más muertes que el calor extremo en Argentina y el
impacto total de las temperaturas extremas en la mortalidad se valora en un 0,7 % del PIB. En
promedio (gráfico 3.1), cada día adicional de baja temperatura (inferior a 40 ºF o 4,4 ºC) aumenta
la tasa de mortalidad mensual promedio del distrito en 0,660 cada 100 000 habitantes. Un día
adicional relativamente caluroso (>90 ºF o 32,2 ºC) aumenta significativamente la tasa de mortalidad
en 0,584 cada 100 000 habitantes. Las personas mayores de 64 años son las más afectadas por las
temperaturas extremas, pero no hay diferencias aparentes en la magnitud entre géneros. Los costos
económicos anuales asociados oscilan entre el 0,6 % y el 0,8 % del PIB segun se valoren las muertes
en base a una estimación local de la vida estadística (utilizando un valor estadístico de la vida o VEV)
o en base a valores imputados de estudios llevados a cabo para países de de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos o de los Estados Unidos (EE. UU.) ajustados por el ingreso
relativo de Argentina y por la elasticidad ingreso, calculada según estimaciones alternativas (véase
García‑Witulski y otros [2022] para conocer los cálculos detallados).

37
Véase https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/222018/20191127.
38
Los datos fueron proporcionados por la Dirección de Estadísticas e Información en Salud del Ministerio de Salud. Para mantener
el anonimato de la información, incluso en poblaciones pequeñas, los datos corresponden a todas las causas de muerte y a algunas
causas de carácter general (enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cánceres), y la población está estratificada en cuatro grupos
etarios (0–4, 5–44, 45–64, >64). El estudio complementó los recuentos de defunciones con cálculos anuales de población para elaborar
las tasas municipales de mortalidad cada 100 000 habitantes, por sexo y edad, e interpoló las cifras anuales de población por municipio
a partir de los censos nacionales de población de 2001 y 2010.

19

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


GRÁFICO 3.1. Relación entre la mortalidad y la temperatura en Argentina (2010–19)

a)a)Impactos
Impactos totales delalaexposición
totales de exposición estimada
estimada b) Impactos
impactosde
delalaexposición
exposición estimada,
estimada, por causa
por causa principal
principal
4
Tasa de mortalidad mensual por cada 100.000 habitantes

Tasa de mortalidad mensual por cada 100.000 habitantes


Causa de muerte
2,0
Neoplasia
3 Enfermedad cardiovascular
1,5 Enfermedad respiratoria

2
1,0
0,660
0,584 1
0,5

0
0

–0,5 –1

40< [40–50) [50–60) [60–70) [70–80) [80–90) >90 40< [40–50) [50–60) [60–70) [70–80) [80–90) >90
Rango de Temperatura Rango de Temperatura
°F °F

Fuente: Elaborado por el personal del Banco Mundial, a partir de datos de García‑Witulski y otros (2022).
Notas: Ambos paneles muestran los impactos estimados de la exposición al riesgo calculados a traves de una regresión entre las tasas de mortalidad y la
temperatura a nivel municipal, controlando los niveles de precipitación y los efectos fijos por mes y por municipio para todas las edades, géneros y regiones.
Los ejes y corresponden al promedio, ponderado por la población de cada grupo etario para el período 2010–19. Las principales causas de muerte en el
panel (b) son las enfermedades cardiovasculares, respiratorias y las neoplasias (tumores) agrupadas según la versión 10 de la Clasificación Internacional de
Enfermedades.

Los impactos del cambio climático son desiguales entre las regiones. Los impactos totales sobre
la mortalidad dependen de la intensidad del cambio climático, disminuyendo en la trayectoria de
concentración representativa, RCP 4.5, y aumentando en un escenario más extremo (RCP 8.5).
Algunas provincias del norte sufrirán el aumento del calor extremo, mientras que algunas del sur
se beneficiarán de la disminución del frío extremo (gráfico 3.2). A nivel nacional, en un escenario de
RCP 4.5, una disminución de los días de frío extremo tiene un impacto más positivo en la mortalidad
que un aumento del calor extremo. Pero en un escenario de RCP 8.5, un aumento del calor extremo
sería más perjudicial que una disminución del frío extremo. Los costos económicos promedio ascienden
al 0,7 % del PIB base en la RCP 8.5, mientras que las ganancias ascienden al 0,15 % del PIB en la
RCP 4.5. Obsérvese que, si tenemos en cuenta el crecimiento y el envejecimiento de la población, la
vulnerabilidad aumenta.

20

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


GRÁFICO 3.2. Cambios en la temperatura promedio por distrito en un escenario de RCP 8.5 (2010–85)

Cambio de
temperatura
(°C)
1,44—2,19
2,19—2,99
2,99—3,49
3,49—4,46
4,46—5,21

0 250 500 km

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos de García‑Witulski y otros (2022).

La mejora de la concientización de los ciudadanos con respecto al sistema de alerta por olas de
calor del país, la colaboración con el sector educativo y la adaptación del sector sanitario pueden
contribuir a frenar los efectos negativos del aumento del calor. El sistema de alerta de olas de calor
de Argentina, diseñado inicialmente para la Ciudad de Buenos Aires, se ha ampliado progresivamente y
ahora abarca todo el país bajo el Sistema de Alerta Temprana por Temperaturas Extremas Calor (SAT‑TE
Calor) (Herrera y otros, 2021). Los datos para la Ciudad de Buenos Aires muestran que, como respuesta
a las alertas de calor, las personas evitan la exposición al comienzo de la ola de calor (Rabassa, Conte
Grand y García‑Witulski, 2021), pero tienden a dejar de hacerlo si la advertencia se prolonga durante
varios días. El sector de la educación puede desempeñar una función clave en la mejora de la adaptación,
integrando contenidos sobre los efectos del calor en la salud en los planes de estudio y la formación de
los docentes. En 2021, Argentina aprobó la Ley 27621 (Ley para la implementación de la educación
ambiental integral en la República Argentina), que define estrategias para promover la mitigación y
adaptación al cambio climático a través de la educación ambiental integral39. El Plan Nacional de Acción
de Salud y Cambio Climático también se centra en la adaptación, proponiendo medidas para fortalecer
el sistema de salud frente a las olas de calor y las temporadas de frío, y hacer que los centros de salud
sean más resilientes ante los fenómenos meteorológicos extremos40.

39
https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-27621-350594/texto. La educación no solo es fundamental para la adaptación
y la adopción de prácticas de consumo sostenibles, sino que también desempeña una función clave en la transición hacia los empleos
verdes (véase la sección 3.2.8). Entre los ejemplos de actividades de ese tipo se incluye un programa de posgrado de políticas sobre el
cambio climático (https://www.argentina.gob.ar/ambiente/contenidos/posgrado-cambio-climatico).
40
Tal como el representante del Ministerio de Salud señaló durante el proceso de participación de las partes interesadas, dos resoluciones,
la 2956/2021 (https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/252757/20211112) y la 555/2021 (http://e-legis-ar.msal.gov.ar/
legisalud/migration/pdf/msres555_2021.pdf), institucionalizan la conexión entre la salud y el clima. El Observatorio Nacional de Salud y
Clima de Argentina tiene como objetivo reforzar la vigilancia epidemiológica y del estado de salud de la población para dirigir mejor los
recursos del sector sanitario en respuesta al cambio climático.

21

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


El uso del aire acondicionado es una parte fundamental de la estrategia de adaptación. Los estudios
constatan un mayor consumo de electricidad en las regiones cálidas debido al uso de los sistemas
de aire acondicionado (Propato y otros, 2021). Con el aumento de las temperaturas extremas, los
planificadores energéticos deberían seguir considerando el impacto futuro.

3.1.2. Creación de seguridad hídrica

Dado que la mayor parte de los impactos del cambio climático en Argentina se manifestarán
a través de cambios en la hidrología del país, la consolidación de la seguridad hídrica y la
resiliencia al cambio climático deberían ser una prioridad. El Banco Mundial (2021b) calcula
USD 96 980 millones (dólares de 2018) en inversiones prioritarias de 2021 a 2030, entre las que se
incluyen: infraestructura de almacenamiento con fines múltiples, servicios de agua y saneamiento,
plantas de tratamiento de aguas residuales, mitigación de inundaciones urbanas, hidrometeorología
y sistemas de alerta temprana, riego eficiente para cultivos de secano y redes de navegación. Si se
aplican en su totalidad, el PIB anual aumentaría un 2,7 % en promedio entre 2021 y 2030 (unos
USD 15 000 millones al año), en comparación con un escenario sin estas inversiones. La relación
costo‑beneficio de las medidas oscila entre el 1,4 para las infraestructuras de mitigación de
inundaciones y el 4,0 para las infraestructuras hidrometeorológicas. Las medidas de protección contra
las inundaciones pueden reducir las pérdidas de activos y bienestar (Rozenberg y otros, 2021) (Véase
el capítulo 4 para consultar los impactos macroeconómicos). El país puede mantener los costos bajos
centrándose más en conceptos innovadores, como la infraestructura verde y las soluciones basadas
en la naturaleza, que permitirían reducir los riesgos de inundación y sequía, y ayudarían a reducir las
emisiones de GEI en el sector del agua. La profundización de la hidrovía también tendría cobeneficios
con respecto a la reducción de emisiones (véase la sección 3.2.5).

Si se completan algunos de los vacíos de información existentes, se logrará una mayor eficacia
en términos de política de seguridad hídrica, planificación de las inversiones y políticas de
ejecución. Existe un vacío con respecto a los conocimientos hidrológicos y la información disponible
sobre cuestiones relacionadas con el agua, como la calidad y la demanda, la generación de datos, la
cartografía, la modelización y la previsión de los recursos hídricos subterráneos y superficiales. Las
herramientas analíticas para la gestión de los recursos hídricos a nivel nacional siguen siendo escasas.
Aunque en parte esto se debe a la dificultad inherente a la obtención de datos en el extenso y complejo
territorio hidrológico del país, también es un resultado de deficiencias en la gestión institucional del
sector, las cuales requieren una atención urgente. Es posible mejorar el intercambio de información
hidrometeorológica en toda Argentina (incluida la información sobre los modelos hidrológicos terminados
y calibrados), por ejemplo, a través de la base de datos central de la Secretaría de Infraestructura y
Política Hídrica (SIPH). Los productos de modelización disponibles (mapas de precipitaciones máximas
para distintos períodos de retorno, curvas de intensidad‑duración-frecuencia, modelos de asignación de
agua) son exclusivamente locales y regionales. También existe una necesidad urgente de información
sobre la dinámica de los recursos hídricos subterráneos, la capa de nieve y el derretimiento de los
glaciares41. Solo algunas provincias supervisan y controlan los volúmenes de agua subterránea y las

41
La SIPH se encuentra en pleno desarrollo de la Tercera Etapa del Plan Nacional Federal de Aguas Subterráneas, mediante la cual se
incorpora gradualmente a la Red Hidrológica Nacional un control permanente y continuo de las aguas subterráneas, con la instalación
de pozos de observación y la difusión de los datos obtenidos a través del Sistema Nacional de Información Hídrica (SNIH).

22

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


tasas de extracción. Por ejemplo, la llanura pampeana, que es el centro de la vital producción agrícola
de secano de Argentina, tiene procesos hidrológicos complejos que no se conocen bien. En tercer
lugar, no se ha llevado a cabo ningún estudio para evaluar los costos de la escasez de agua a través
de las interrupciones del transporte por vías navegables y el aumento de los costos de dragado. Por
último, tampoco se dispone de datos sobre las repercusiones del cambio climático en la producción
hidroeléctrica. Se requiere un análisis de cada central para evaluar la vulnerabilidad de la producción
de energía, y es conveniente realizar una sólida evaluación de la toma de decisiones para contemplar
la incertidumbre a la hora de examinar los planes en curso para aumentar la capacidad hidroeléctrica.

Pese a los vacíos de información y a las necesidades de fortalecimiento institucional, es posible


identificar las prioridades en materia de políticas e inversiones que permitirán aumentar la seguridad
hídrica, como la ampliación de los servicios de agua de manera sostenible, la priorización de las
zonas más vulnerables a través de proveedores más sólidos centrados en la eficiencia y la reducción
del agua no facturada, y la priorización de las inversiones en infraestructuras hídricas que aporten
grandes beneficios. Las reformas políticas prioritarias incluyen el establecimiento de un marco
regulatorio de la seguridad de las represas que considere los cambios en el balance hídrico como efecto
del cambio climático; el fortalecimiento del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP)42;
el establecimiento de un registro nacional de represas y embalses para diagnosticar el estado de la
infraestructura clave; la actualización de los planes de gestión integrada de riesgos (para inundaciones y
sequías), así como la zonificación del riesgo hidrológico; y la exploración de mecanismos innovadores de
financiamiento para las obras de drenaje.

3.1.3. Mejora de la planificación urbana para lograr resiliencia

Proteger a la población más pobre de las ciudades argentinas de los impactos del cambio
climático es vital. Dado que el 92 % de la población vive en ciudades43, la concentración de personas,
infraestructuras y actividades económicas en zonas urbanas aumenta su vulnerabilidad al cambio
climático. La ubicación de la mayoría de las ciudades junto a masas de agua, sumada a un drenaje
deficiente debido al terreno con recubrimiento impermeable y a la obstrucción de las vías navegables,
hace que las ciudades sean más propensas a las inundaciones. Los pobres de las ciudades,
especialmente los residentes de los asentamientos informales, son muy vulnerables a los desastres.
Estas zonas suelen estar situadas en terrenos bajos y expuestos a las inundaciones, y tienen estructuras
que se dañan fácilmente durante las inundaciones y los deslizamientos de tierra. Las comunidades de
ingresos bajos suelen tener menos árboles, lo que aumenta la exposición al calor extremo.

Además de las infraestructuras verdes y grises, las reformas regulatorias pueden contribuir a aumentar
la resiliencia urbana. Los marcos jurídicos inadecuados, los limitados instrumentos de planificación
urbana y la escasa coordinación intergubernamental han favorecido la expansión urbana. En Argentina,

42
Es posible reforzar la seguridad de las presas en Argentina, y recientemente se han realizado importantes avances. Una propuesta de
política nacional de seguridad de presas, que invita a las provincias a adherirse a ella en sus respectivas jurisdicciones, prevé la creación
de un Registro Nacional de Presas y Archivos Técnicos (artículo 9) y establece la necesidad de trabajar con un Sistema Nacional de
Gestión del Riesgo (artículo 22) para lograr una coordinación eficaz en la gestión integral del riesgo. El ORSEP, la autoridad nacional de
aplicación, puede ampliar su jurisdicción al resto del territorio según las decisiones de las provincias, la Ciudad de Buenos Aires y las
organizaciones de las cuencas para las obras interjurisdiccionales (artículo 20).
43
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/poblacion_urbana_dnp.pptx_.pdf.

23

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


4400 asentamientos informales albergan una parte importante de la población, ya que se estima que
aproximadamente el 18 % de la población es afectada por el déficit de vivienda y hábitat (Banco Mundial,
2017). Las opciones para promover un desarrollo espacial sostenible y eficiente en Argentina incluyen:

» Que las provincias elaboren planes territoriales estratégicos e integrados que estén alineados
con una visión nacional y que incorporen consideraciones referidas al cambio climático44
» Que los Gobiernos subnacionales reformen los rígidos reglamentos urbanos y las estrictas
restricciones de uso de la tierra que contribuyen a que haya una gran proporción de terrenos
baldíos ubicados en zonas céntricas, así como una urbanización informal y de baja densidad.
» Que se refuercen las capacidades municipales y provinciales para adaptar los marcos jurídicos
con el fin de facilitar la gestión de la tierra y ejecutar los planes.

3.2.  Prioridades de descarbonización

Si bien Argentina aún no ha desarrollado formalmente un plan para alcanzar la neutralidad de


carbono, la combinación de los resultados de los modelos existentes con las previsiones de las
posibles reducciones sectoriales permiten identificar una vía de descarbonización factible45. El
escenario resultante se basa en una combinación de cambios significativos en la combinación de energías
para alcanzar cero emisiones netas de CO2 en 2050, además de reducciones de menor magnitud en
las emisiones de otros gases y un aumento en la captación y almacenamiento de carbono, convirtiendo
el cambio de uso de la tierra en un sumidero neto de CO2. En el gráfico 3.3 se muestran las posibles
reducciones de las emisiones totales, que representan una reducción del 16 % para 2030 en relación con
las emisiones de 2018, que fueron de 366 MtCO2e. Para 2050, se prevé una reducción de las emisiones
totales del 64 % en relación con los valores de 2018, incluidas las emisiones de CO2 procedentes de la
generación de energía en un 78 %, de la industria en un 79 % y de otros sectores (principalmente los
edificios) en un 81 %. Las emisiones de carbono procedentes de la agricultura y el transporte se reducirían
en un 65 % y un 56 %, respectivamente, durante el mismo período. Las reducciones en la generación de
energía responden a la transición del sistema energético, que abandona el gas, el carbón y el petróleo, y
se inclina por una combinación energética más diversificada que incluye la energía eólica, solar, nuclear
e hidroeléctrica. Aunque no sean el centro de atención, otros gases (metano y óxido nitroso) también se
reducirían a la mitad durante el período contemplado en la hipótesis. En el gráfico 3.4 se muestran las
reducciones de emisiones por GEI. Estas reducciones son impulsadas en parte por las transformaciones
en el sector agrícola, donde las emisiones totales (CO2, óxido nitroso y metano) se reducirían en un 55 %
durante ese período. Como resultado de la mejora del uso y la gestión de la tierra y del control de la
deforestación, el sector de uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y silvicultura pasa de ser una fuente
a un sumidero de emisiones de GEI, capturando el 12 % de las emisiones totales para 2050.

El Gobierno federal cuenta con pautas para ayudar a las provincias a seguir esa senda: véase https://www.argentina.gob.ar/obras-
44

publicas/secretaria/plan-estrategico-territorial.
45
El modelo de sistema energético, Visión prospectiva a largo plazo sobre sistemas de energía del Centro Común de Investigación
de la Unión Europea (POLES del CCI de la UE (https://joint-research-centre.ec.europa.eu/poles_es), se complementa con información
procedente de los conocimientos sectoriales del Banco Mundial. El modelo POLES incluye una presentación detallada del sistema
energético argentino que comprende la producción primaria, el comercio y la demanda final de energía por sectores. Los objetivos
de reducción se focalizan en dos momentos, 2030 y 2050. Las reducciones para 2030 son coherentes con el objetivo de la CDN de
Argentina de reducir en más de un 19 % las emisiones de GEI por debajo de los niveles de 2007 (424 MtCO2e). Las reducciones
de emisiones para 2050 son coherentes con la intención declarada por Argentina, en su segunda CDN, de alcanzar el nivel de cero
emisiones netas de CO2 para ese año.

24

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


GRÁFICO 3.3. Escenario histórico y global de cero emisiones netas compatibles para Argentina (CO2)

Sector
500 Agricultura, silvicultura, otros usos de la tierra
Ganadería
Industrias energéticas
450
Transporte
Manufactura y construcción
Quema de combustibles en otros sectores
400
Procesos industriales y uso de productos
Residuos
Emisiones fugitivas
350
Emisiones de GEI totales (MtCO2e)

308 MtCO2e
300

250

200
130 MtCO2e

150

100

50

1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050

Año

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de los datos de Gobierno de Argentina (2021) y del escenario y el análisis sectorial de cero emisiones
netas unificados del informe de Perspectivas mundiales de energía y clima (GECO) de la UE de 2021 (previsiones de reducciones).
Nota: El escenario de la POLES Uniforme de 1,5 ºC que se muestra aquí es coherente con la consecución de un objetivo global de 1,5 ºC, pero genera
reducciones de emisiones más rápidas para 2030 que las previstas al presente en la actualización de la CDN2 de Argentina (349 MtCO2e).

GRÁFICO 3.4. Escenario histórico y global de cero emisiones netas compatibles para Argentina (todos los GEI)

250

200
Emisiones de GEI (MtCO2e)

150

100

50

-50
1990 2000 2005 2010 2015 2020 2030 2040 2050 2060 2070

CO2 CH4 N2O Gases fluorados

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos del modelo POLES de 2021, informe de GECO (Keramidas y otros, 2021).
Notas: CH4 = metano; N2O = óxido nitroso; F‑gases = gases fluorados.

25

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


3.2.1. Agricultura, uso de la tierra y silvicultura: mantener la resiliencia
y la competitividad del sector agroalimentario

Argentina tiene como objetivo mantener una posición de liderazgo como exportador mundial de
alimentos y seguir promoviendo la adopción de actividades climáticamente inteligentes en las zonas
rurales. El sector de la agricultura y la alimentación cumple con múltiples prioridades gubernamentales,
porque impulsa el crecimiento económico y la diversificación, genera empleos y reduce la pobreza,
contribuye a la seguridad alimentaria y a la nutrición, y proporciona servicios ecosistémicos como el
secuestro de carbono en el suelo. Aunque la agricultura, la ganadería y la silvicultura representan solo
un poco más del 7 % del PIB, estos productos básicos tienen importantes vínculos con el sector de la
manufactura, donde los alimentos son el componente más importante. Argentina produce fertilizantes,
maquinaria y una innovadora gama de biotecnologías a nivel nacional. También es líder en la adopción
de prácticas de cultivo modernas (siembra directa). Desde una perspectiva macroeconómica, las
exportaciones de alimentos, que representaron el 54 % del total de la actividad en 2021, son una fuente
esencial de divisas para importar insumos para el sector industrial. Mientras Argentina pretende aumentar
los ingresos fiscales y de exportación del sector agrícola para estabilizar la macroeconomía y, al mismo
tiempo, trata de estabilizar los precios internos de los alimentos para garantizar el acceso a ellos frente a
la inflación, el Gobierno aplica políticas agrícolas para promover la innovación y el desarrollo sostenible
de un sistema agroalimentario intenta ser competitivo y a la vez respetuoso con el medio ambiente.

La agricultura desempeña una función esencial en el cumplimiento de los objetivos en materia


de clima del Gobierno. En 2018, la agricultura, la ganadería, la silvicultura y otros usos de la tierra
generaron el 39 % de las emisiones de GEI de Argentina, con el 69 % del total de metano generado
por las emisiones ganaderas. Argentina busca promover prácticas de agricultura climáticamente
inteligente46, como la mejora de la gestión de la tierra, el aumento de la diversidad biológica y un mejor
uso de los agroquímicos. Evitar la erosión del suelo y la pérdida de carbono orgánico, y equilibrar mejor
los nutrientes ayudará a mantener la capacidad de producción de la tierra a largo plazo. Promover la
diversidad biológica mediante la diversificación de cultivos y el cumplimiento de las leyes que regulan
la deforestación puede ayudar a gestionar los riesgos de la producción. El uso correcto de productos
agroquímicos puede reducir los costos de los insumos y la contaminación, incluidas las emisiones de
GEI. Las prácticas de agricultura climáticamente inteligente con respecto a la tierra, el ganado y en las
cadenas de valor son las mejores opciones para reducir las emisiones de carbono y aumentar el secuestro
de carbono en el sector agroalimentario de Argentina.

Las prácticas de gestión sostenible de la tierra podrían aumentar el secuestro de carbono del suelo. En
la última década, las reservas de carbono presentes en las tierras argentinas han disminuido al aumentar la
superficie agrícola. Las prácticas de gestión sostenible de la tierra podrían aumentar el carbono allí presente
en 0,106 toneladas de carbono (tC) por hectárea y por año, entre 2020 y 2040, en comparación con el
escenario de referencia. Esto significa que la adopción generalizada de prácticas de gestión sostenible de
la tierra podría mitigar entre 4,2 y 16,7 millones de toneladas de carbono al año, es decir, entre el 11 % y
el 48 % de las emisiones agrícolas nacionales actuales (Frolla y otros, 2021) y, al mismo tiempo, aumentar
la resiliencia47, Si bien las prácticas de gestión sostenible de la tierra requieren una inversión económica,

46
Las prácticas de agricultura climáticamente inteligente son aquellas tendientes a reducir las emisiones y mejorar la resiliencia,
aumentando al mismo tiempo la productividad.
47
Las opciones de adaptación al clima también incluyen el uso de semillas resistentes a las sequías.

26

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


ofrecen amplios beneficios, como una menor dependencia de los insumos agroquímicos externos, la
mejora de la fertilidad de la tierra y de la retención del agua en la tierra y el control biológico de las plagas
mediante el aumento de la diversidad biológica. Por ejemplo, el uso de cultivos de cobertura de invierno
para aumentar las tasas de residuos y los aportes de carbono a la tierra tiene una tasa promedio de
secuestro de 0,45 tC por hectárea al año en Argentina (Álvarez, Steinbach y De Paepe, 2017), mientras
que la inclusión de rotaciones de cultivos con pasturas perennes tiene tasas de secuestro de 0,76 tC por
hectárea al año (Costantini y otros, 2016). En general, el potencial de secuestro de carbono de la tierra
es mayor en la región pampeana y menor en las tierras de pastoreo alejadas de dicha región, ya que las
características del suelo (contenido de arcilla, humedad) son menos propicias. Es necesario realizar más
investigaciones para evaluar los incentivos económicos para adoptar prácticas de gestión sostenible de
la tierra en diferentes agroecosistemas de Argentina, así como las compensaciones de dicha adopción. El
Plan de Acción Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático de Argentina prevé reducciones
de las emisiones netas provenientes de la rotación de los cultivos, y el Gobierno recientemente implementó
un sistema de buenas prácticas (sostenibles) para la producción de alimentos48. Asimismo, Argentina
ocupó el segundo puesto a nivel mundial en términos de tierras que poseen certificación orgánica (Cabrini
y Elustondo, 2022), lo cual forma parte de su perfil productivo.

La deforestación, impulsada principalmente por la expansión de la agricultura, tiene una tendencia


decreciente, pero la normativa podría ejecutarse de mejor manera. Argentina cuenta con importantes
recursos forestales49, pero las tasas de deforestación son históricamente más altas que el promedio
de América del Sur, y están impulsadas en gran medida por la expansión de las tierras agrícolas, en
especial para la producción de carne vacuna, y por los incendios forestales intencionales (Mónaco y otros
2022), que en parte se deben a los cambios en los precios internacionales de los productos básicos. Si
bien el aumento de la eficiencia en el sector ganadero puede reducir la necesidad de tierras, es poco
probable que sea suficiente si no se implementan políticas adicionales para evitar la deforestación. En
2007, el Gobierno nacional puso en marcha un marco legal para proteger los bosques autóctonos, los
Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, que obliga a las provincias a
elaborar mapas de uso de la tierra en los que se identifican las zonas con distintos niveles de conservación50
La deforestación aumentó después de la aprobación de la ley en 2007 y empezó a disminuir en 2009,
cuando se comenzó a ejecutar (gráfico 3.5). Sin embargo, en el presupuesto nacional se le asigna una
partida menor a la establecida en la ley, y hubo grandes discrepancias en cuanto al éxito de la ejecución
en las cuatro provincias centrales de la región del Chaco (Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Salta), en
parte debido a las diferencias en la capacidad de los Gobiernos locales y los precios de la tierra (Alcañiz
y Gutiérrez, 2020). Las lecciones aprendidas de las primeras fases de ejecución indican que es necesaria
una mayor planificación del uso de la tierra para evitar la fragmentación de las áreas de conservación y,
por lo tanto, limitar la pérdida de biodiversidad en los bosques de Argentina (Torrella y otros, 2018). La
Ley Nacional de Bosques (26.331) establece un programa de pago por servicios ambientales, en el que se
ofrecen incentivos monetarios a los propietarios de tierras por la conservación de los bosques. Argentina

48
Programa de Buenas Prácticas Agrícolas creado en 2018: https://www.argentina.gob.ar/agricultura/buenas-practicas-agricolas-bpa.
49
Argentina cuenta con 56,3 millones de hectáreas de bosques plantados y autóctonos respectivamente, distribuidos de forma
desigual en todo el territorio. La región del Chaco, por ejemplo, concentra el 34 % del bosque autóctono. Según la Encuesta Nacional
de Nutrición y Salud (ENNyS) de 2019, los departamentos cubiertos por bosque autóctono concentran el 13 % de la población, con
el 61,5 % de los habitantes con necesidades básicas insatisfechas y el 65 % de las comunidades autóctonas registradas formalmente
(https://datos.gob.ar/dataset/salud-base-datos-2deg-encuesta-nacional-nutricion-salud-ennys2-2018-2019). Obsérvese que esta
encuesta abarca a personas de todas las edades.
Alto o rojo (no se permite el cambio de uso de la tierra); medio o amarillo (solo se permiten las actividades de uso de la tierra
50

gestionadas de manera sostenible); y bajo o verde (se permite el cambio de uso de la tierra).

27

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


utiliza un sistema de observación mediante imágenes de satélite de Google Earth para controlar los
cambios en la cubierta forestal cada dos semanas, mientras que su Plan Nacional de Manejo de Bosques
con Ganadería Integrada (MBGI) podría contribuir al uso sostenible de los bosques autóctonos como
alternativa al cambio en el uso de la tierra, siempre que esté bien administrado.

GRÁFICO 3.5. Deforestación en Argentina (2007–20)

Deforestación (en hectáreas)


1.600.000

1.400.000

1.200.000

1.000.000

800.000

600.000

400.000

200.000

0
2007 2008–11 2012–13 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de Mónaco y otros (2022).
Nota: Los datos de 2008–11 y 2012–13 son promedios anuales.

Existen opciones para reducir la intensidad de las emisiones del sector ganadero. Como Argentina
es uno de los principales productores de carne vacuna del mundo, con aproximadamente el 5 % de la
producción mundial51, dicha carne es un producto estrella para el país. Los cálculos de 2017 indican que
la intensidad de las emisiones procedentes del ganado vacuno argentino es elevada en comparación
con el promedio mundial, ya que produce 29,4 kilogramos (kg) de CO2e por kilogramo de producto de
carne vacuna, frente a 25,5 kg de CO2e/kg (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
la Agricultura [FAO], 2020). Según Arrieta y otros (2022), las emisiones de la producción de carne vacuna
provienen en su mayoría de la fermentación entérica (58 %) y de la producción de pienso, principalmente
del estiércol que se deja en los campos (11 %) y del cambio de uso de la tierra (31 %). El estiércol que
se deja en los campos también puede generar emisiones de óxido nitroso, mientras que las emisiones
de metano entérico del subsector son elevadas porque los rebaños de cría tienen tasas de crecimiento
relativamente bajas e índices de fertilidad reducidos, tal como se indica en el plan nacional para el sector.
Las tasas de crecimiento más lentas aumentan el tiempo necesario para que los animales destinados a
la producción de carne alcancen el peso requerido para el consumo y, por lo tanto, también aumentan las
emisiones de metano que producen a lo largo de su vida. Entre las soluciones prometedoras se incluye la
mejora de la calidad de las pasturas, la salud de los animales y la gestión del pastoreo. Juntas, estas tres
estrategias podrían reducir sustancialmente las emisiones de carbono52. De forma similar, Fischer y Bilenca
(2020) consideran que, con las prácticas disponibles, sería posible aumentar la producción de carne vacuna
en Argentina en un 15 % sin incrementar de forma significativa el impacto ambiental del sector.

51
Véase https://www.fao.org/faostat/es/.
52
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) (2013) estima que dichas reducciones podrían ser
de entre el 18 % y el 29 % con respecto al punto de referencia.

28

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Los sistemas de cultivo han experimentado un importante crecimiento de la productividad desde la
década de 2000, y la innovación continua puede ayudar a reducir aún más las emisiones y aumentar
la resiliencia. En los últimos años, el sistema financiero argentino, orientado a pequeñas inversiones de
capital de riesgo, ha permitido una ola de innovaciones tecnológicas en el sector agroalimentario a través
de inversiones directas. El sector privado ha encabezado el desarrollo de un amplio espectro de nuevas
tecnologías del sector agroalimentario en áreas como la biotecnología, la agricultura digital, la agricultura
climáticamente inteligente, el comercio y la comercialización. Sin embargo, dado que no todos los beneficios
de las inversiones en investigación pueden ser internalizados, el compromiso público con la investigación
y el desarrollo sigue siendo vital para lograr niveles socialmente óptimos de beneficios53, Para ayudar al
ecosistema de innovación agroalimentaria de Argentina a impulsar la adopción de prácticas climáticamente
inteligentes, un enfoque múltiple debería incluir: el aumento de la investigación y el desarrollo con apoyo
público para inventar, adaptar y difundir nuevas tecnologías; la movilización del sector privado para invertir en
investigación e innovación a través de la liberalización del mercado; la realización de una reforma regulatoria;
y la protección de los derechos de propiedad intelectual. En relación con la demanda, las prioridades
incluyen el abordaje las cuestiones pendientes en las condiciones propicias y la mejora de los servicios de
asesoramiento y el acceso al financiamiento y a los mercados para eliminar las limitaciones a la adopción de
tecnologías por parte de los pequeños productores, así como la inversión en capital humano y capacidades.

El fortalecimiento de la logística de las cadenas de valor agrícolas ayudará a reducir las emisiones.
La intensidad de las emisiones de Argentina para todos los cereales, excluyendo el arroz, es baja en
comparación con los niveles mundiales (0,12 frente a 0,2 kg de CO2e/kg de producto en 2017, según FAO,
2020), en parte debido al aumento de la productividad. El transporte, el procesamiento y el almacenamiento
de alimentos representan oportunidades importantes para reducir los residuos, mejorar la eficiencia y
promover cadenas de valor más inclusivas. Los alimentos son los que más contribuyen al valor agregado
del sector manufacturero (es decir, representan el 20 % del valor agregado). La eficiencia energética en
las cadenas de frío y el almacenamiento puede reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos y el uso
de energía y, por ende las emisiones, además de promover las cadenas de valor inclusivas. La pérdida y
el desperdicio de alimentos en Argentina asciende a 3,2, 1,2 y 0,7 millones de toneladas en los hogares,
los servicios de alimentación y el comercio minorista, respectivamente. En términos per cápita, Argentina
ocupa el puesto 62 entre los países para los que existe información comparable54. Skaf y otros (2021)
revelan que, en Argentina, la mayor proporción de residuos corresponde a los cereales y la menor al
pescado, y que el impacto climático de la pérdida y el desperdicio de alimentos en el país es relativamente
bajo en comparación con otros países. Las emisiones procedentes del transporte agrícola también podrían
reducirse, con la mejora de la logística y las nuevas tecnologías de los vehículos (véase la sección 3.2.5).

Debido a la exposición de Argentina a las políticas relacionadas con el comercio climático de otros
países, la reducción de sus propias emisiones evitaría riesgos y podría impulsar la competitividad
del país. Si se aplican según están propuestos actualmente, los mecanismos de ajuste en frontera por
carbono (MFAC) de la UE o de los EE. UU.55 podrían crear riesgos relativamente menores para la posición

53
En Argentina, algunas investigaciones indican que la inversión pública en investigación agrícola tiene una rentabilidad de la inversión
positiva y significativa (entre el 6 % y el 12 %, según las tasas de descuento consideradas) y una elasticidad de la productividad total de
los factores con respecto al capital de investigación público de entre 0,20 y 0,34 (Lema y Hermo, 2019).
Véase https://www.bosch-home.co.uk/experience-bosch/global-food-waste, con datos del Informe del Índice de Desperdicio de
54

Alimentos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) (2021).
55
La implementación de los MAFC y otros reglamentos similares siguen siendo objeto de un amplio debate internacional, que incluye su
conformidad con las normas de la Organización Mundial del Comercio.

29

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


del comercio exterior de Argentina56. Sin embargo, su ampliación a los productos agrícolas, así como
la aprobación de otros nuevos reglamentos propuestos, podrían afectar a las exportaciones agrícolas
argentinas de manera más significativa57. En su forma actual, el MFAC de la Unión Europea no supondría
un riesgo significativo, ya que los bienes que incluye (aluminio, cemento, fertilizantes, hierro y acero, y
electricidad) representan una parte muy pequeña de las exportaciones de Argentina (gráfico 3.6)58. La
ampliación de los MFAC para incluir las fugas de carbono de todas las instalaciones registradas en el
Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea y los bienes con métodos de cálculo
de la huella ambiental acordados en el marco del Mecanismo de Financiamiento de Emergencia para
Casos de Pandemia de la Unión Europea (UE‑MFEP) supondría un riesgo mayor (más del 3,9 % de las
exportaciones argentinas)59. Esta exposición disminuiría la competitividad de productores argentinos si
su intensidad de emisiones fuera superior a la de los productores de la UE y de otros socios comerciales
que aplican normativas similares o de países competidores que exportan el mismo producto60. Por otro
lado, una prohibición de la UE a la importación de productos agrícolas que no puedan demostrar que
están libres de deforestación afectaría directamente al 4 % de las exportaciones argentinas (el 3,2 % de
la soja y el 0,8 % de la carne vacuna) y potencialmente a una mayor cantidad a través de las cadenas de
valor mundiales; la regulación de productos libres de deforestación de EE. UU., si se aprobara, tendría
efectos más leves, ya que solo afectaría de manera directa al 0,3 % de las exportaciones argentinas.
Cuanto mayor sea la tasa de deforestación de un país, mayor será el escrutinio de los productores, que
deberían aportar pruebas de las coordenadas geográficas en las que han producido sus bienes61. Por
ende, las pérdidas dependerían de la facilidad con que los productores puedan demostrar que están
libres de deforestación. La obtención de la condición de “libre de deforestación” implica costos, y si
los productores no pueden demostrar dicha condición, su única alternativa será cambiar de destino de
exportación, lo que también implica costos para ingresar a nuevos mercados62. Para reducir estos costos,

56
En julio de 2021, la Comisión Europea propuso el MAFC de la UE para abordar el riesgo de fuga de carbono, en reemplazo de la
distribución gratuita de emisiones del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea. Esa propuesta fue votada
por el Parlamento Europeo este año, y entrará plenamente en vigor en 2027, después de un período de transición. Un proyecto de
ley similar, la Ley de Transición y Competencia Justa, Asequible, Innovadora y Resistente (Fair, Affordable, Innovative and Resilient
Transition and Competition Act, S.2378), se presentó al mismo tiempo en el Congreso de Estados Unidos. Ambas políticas imponen a
los importadores un cargo por el contenido de carbono de algunos sectores industriales, neto de los precios del carbono ya pagados en
su país de origen, por lo general, en sectores de altas emisiones que tienen una gran movilidad internacional.
57
Algunos ejemplos son la propuesta regulación de productos libres de deforestación de la UE, publicada en noviembre de 2021, y el
proyecto de ley de Estados Unidos de Fomento del Estado de Derecho en el Extranjero y del Comercio Ecológico de 2021 (Fostering Overseas
Rule of Law and Environmentally Sound Trade Act, Ley FOREST, S.2950 y H.R.5508), presentado en el Senado en junio de 2021 y en la
Cámara de Representantes en agosto de 2021. Las regulaciones de productos libres de deforestación también están relacionadas con la
acción climática ya que, según Gibbs, Harris y Seymour (2018), si la deforestación tropical fuera un país, ocuparía el tercer lugar en CO2e,
después de China y Estados Unidos. Con el 10 % de los bosques del mundo perdidos entre 1990 y 2020, y el 80 % de esa pérdida provocada
por la expansión de las tierras agrícolas, actuar sobre el cambio climático exige abordar la deforestación. Según la regulación de productos
libres de deforestación de la Unión Europea, el consumo de productos de la UE fue responsable del 19 % de la deforestación tropical.
58
Estados Unidos, Canadá, Japón y el Reino Unido evalúan la posibilidad de adoptar mecanismos similares. Si lo hacen, el impacto sería
igualmente pequeño.
59
Se han definido métodos de cálculo de las emisiones de carbono para 21 sectores en el marco del UE‑MFEP.
60
De acuerdo con Conte Grand, Schulz‑Antipa y Rozenberg (2022), las emisiones de carbono del hierro y el acero de Argentina parecen
ser mayores que las de Europa y la mayoría de sus competidores regionales, mientras que se estima que el contenido de carbono del
aluminio es menor que el de Europa y algunos de sus competidores regionales; según estimaciones, los destinos de las exportaciones
de aluminio también están más concentrados que los del hierro y el acero.
61
Con respecto al riesgo de deforestación por país para los bienes objeto de este tipo de regulaciones, existen algunos datos: en 2016, la
tasa de riesgo de deforestación para la carne vacuna y de búfalo producida en Argentina es de 47 800 hectáreas al año, en el cuarto puesto
de América Latina, después de Brasil, México y Colombia, y para la soja, 6851 hectáreas al año, también en cuarto lugar, después de Brasil,
Paraguay y México (Pendrill, Persson and Kastner 2020). Note que se necesitaría saber la deforestación por unidades del producto para
tener una idea mas acabada de la competitividad,
62
Las estimaciones de la concentración de las exportaciones en Conte Grand, Schulz‑Antipa y Rozenberg (2022) muestran que a los
productores de soja y de carne vacuna les resultaría menos difícil cambiar de mercado que a los productores de pasta de papel y de
aceite de palma, ya que sus destinos de exportación expuestos están más diversificados (gráfico 3.6).

30

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


el Gobierno puede ayudar a los agricultores de dos maneras: reduciendo la deforestación en el país en
general, y proporcionando a los agricultores las herramientas y los datos adecuados para demostrar que
están libres de deforestación.

GRÁFICO 3.6. Porcentaje de exportaciones argentinas que se verían afectadas por las regulaciones verdes
(2019)

UE-productos EE.UU.-productos Proporción de los sectores de


libres de libres de EU-AFC-GTAP con intensidad de emisión
deforestación deforestación UE-MAF
inferior inferior a sus
4,5% 0,4% 0,0% a la UE 5 competidores principales
4,0% 0,3% 0,000029%
4,0% 0,3% 0,0%
50% 20%
3,5%
0,3% 0,0%
3,0%
2,5% 0,2% 0,0% Mediana del HHI Mediana del HHI
2,0% 0,2% 0,0% UE- EE. UU.-
1,5% productos libres productos libres UE‑MAFC
0,1% 0,0%
de deforestación de deforestación
1,0%
0,1% 0,0%
0,5% 0,26 0,33 0,52
0,0% 0,0% 0,0%
Regulación de Regulación de Regulación de AFC de
productos libres de productos libres de la UE, exportaciones Proporción de exportaciones,
deforestación de la UE, deforestación de EE. UU.; a la UE27 escenarios alternativos del MAFC de la UE
exportaciones a la UE27 exportaciones a EE. UU.
Soja Aceite de palma Hierro y acero
Carne Caucho Aluminio Escenario 0 Escenario 1 Escenario 2
vacuna
Cacao
Ganado
0,04% 3,63% 3,94%
Soja

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos de Conte Grand, Schulz‑Antipa y Rozenberg (2022).
Notas: IHH = Índice Herfindahl‑Hirschman. El cálculo de la intensidad de las emisiones incluye las emisiones de Alcance 1 según la red GTAP11
(https://www.gtap.agecon.purdue.edu/databases/v11/v11_doco.aspx). El escenario base del MFAC de la UE incluye el aluminio, el cemento, el hierro y el acero, y los
fertilizantes; el escenario 1 incluye sectores adicionales de fuga de carbono del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea con instalaciones
en su territorio; el escenario 2 incluye bienes adicionales en el marco del UE‑MEFP. Comercio de la UE27 se refiere a los 27 países de la Unión Europea.

3.2.2. Suministro de energía: gran potencial para el despliegue de energías


renovables no convencionales, con un cuidadoso diseño de la normativa

Para descarbonizar la producción de electricidad, Argentina podría eliminar progresivamente


la producción de energía térmica y aumentar la producción de energía renovable. El escenario
preparado para la segunda CDN incluye un 25  % de capacidad eólica y solar para 2030, con un aumento
de la energía nuclear hasta el 14 % y de la energía hidroeléctrica hasta el 31 %. Analistas académicos
y comerciales también han elaborado escenarios para descarbonizar el sector eléctrico argentino,
que se pueden utilizar para ilustrar la viabilidad que supone alcanzar las cero emisiones netas en el
sector de la electricidad para el año 2050 (cuadro 3.1). Los escenarios elaborados por Deloitte para
Enel (presentados el 4 de octubre de 2022) y el que se realizó mediante el modelo POLES (del Centro
Común de Investigación de la Comisión Europea) incrementan la cuota de capacidad de las energías
renovables (eólica y solar) del 12 % en 2021 al 39 % y el 35 % en 2030, respectivamente, y al 72 %
y el 81 % en 2050. En todos estos escenarios se elimina gradualmente la capacidad de producción
de gas natural para 2045. El escenario de Enel también incluye 30 gigavatios de almacenamiento en
baterías para cubrir los picos de demanda. Argentina puede utilizar esta producción de electricidad
limpia para abastecer a los vehículos eléctricos, la calefacción residencial y las industrias ligeras como
parte de la descarbonización general de la economía.

31

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


CUADRO 3.1. Capacidad de energía instalada en 2021 y posibles caminos hacia un modelo con bajas
emisiones de carbono

Capacidad Camino hacia cero emisiones


actual Segunda CDN netas del modelo POLES Escenario de descarbonización
(% del total) (% del total) (% del total) de Enel (% del total)

2021 2030 2030 2050 2030 2050

Energía
hidroeléctrica 25 31 23,6 12,1 20 8

Energía
térmica 59 30 37,8 6,8 36 9

Energía
nuclear 4 14 3,6 7,8 5 2

Energías
renovables 12 25 34,9 71,8 39 81

Fuentes: Para conocer la capacidad existente, véase https://cammesaweb.cammesa.com/informe-anual/; para el modelo POLES, Kermamidas y otros (2021);
para el escenario de Enel, véase la Hoja de ruta para la transición energética 2030–2050 (análisis de Deloitte presentado el 4 de octubre de 2022).

Para sentar las bases de esa transformación a largo plazo, la Ley 27191 de 2015 establece que el
20 % de la demanda de electricidad deberá generarse a partir de fuentes renovables para 2025.
En 2021, las fuentes renovables cubrían el 13 % de la demanda63. Se trata de un crecimiento notable
respecto al 2 % de la década anterior, lo que refleja el enorme potencial técnico y financiero de las
fuentes de energía eólica y solar. Argentina ha instaurado diversos instrumentos para aumentar las
energías renovables, como RenovAr (2016–18) y el Programa de Generación de Energía Eléctrica a
partir de Fuentes Renovables (GENREN), que comenzó en 2009. En el marco del programa RenovAR,
se convocaron una serie de licitaciones públicas para que los inversores privados instalaran capacidad
de generación de energía a partir de fuentes renovables. La electricidad generada pasa a la Compañía
Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), que paga en dólares el monto que el
inversor ofreció en la licitación pública. El objetivo es dar estabilidad a los oferentes, ya que la cadena
de valor de las energías renovables requiere muchos insumos importados64. Otros instrumentos son
el Fondo para el Desarrollo de Energías Renovables (FODER), que ayuda a financiar proyectos de
energías renovables, y el marco legal para los acuerdos de compra de energía de las empresas (power
purchase agreements, ACE), que otorga a los generadores de energías renovables acceso prioritario a
las compras de CAMMESA65. RenovAR impulsó 186 proyectos, con una capacidad total proyectada de
4726 megavatios66. Los incentivos implícitos en estos programas explican en parte por qué la energía
eólica se multiplicó por 18 y la solar por 132 entre 2016 y 202167.

63
https://cammesaweb.cammesa.com/historico-energias-mensuales/.
64
A finales de 2017, los sectores privado y público y los sindicatos acordaron un plan para mejorar la participación de los bienes
nacionales en las inversiones y la gestión de las energías renovables (Panadeiros, 2020). Para ayudar al proceso, el Gobierno aumentó
algunos aranceles de importación de la tecnología para energías renovables.
65
Un ACE corporativo es un contrato a largo plazo por el que una empresa se compromete a comprar electricidad directamente a un
generador de energía. Esto difiere del enfoque tradicional de simplemente comprar electricidad a los proveedores de electricidad con
licencia, a menudo conocido como ACE de servicios públicos.
66
Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de Panadeiros (2020) y Compañía Administradora del Mercado Mayorista
Eléctrico S. A. (CAMMESA). En marzo de 2022, la potencia operativa era de 3293 megavatios.
67
Los proyectos de energía eólica y solar incluidos en RenovAR y FODER eran relativamente pocos (2 % y 10 % de todos los proyectos,
respectivamente), pero representaban el 94 % del total de kilovatios producidos.

32

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Entre los obstáculos para el fomento de las energías renovables se encuentran la falta de infraestructuras
de transmisión y de financiamiento. Algunos proyectos aprobados en el marco del programa RenovAR no se
iniciaron y no se llevaron a cabo nuevas rondas de RenovAR, por diversos motivos. En primer lugar, Argentina
necesita más infraestructura para conectar las energías renovables a la red, y se trata de inversiones costosas
en un momento de enorme restricción fiscal. Argentina está tratando de resolver esa limitación a través
de un Plan Federal de Transporte Eléctrico, con el que pretende reforzar y desarrollar su infraestructura
de transmisión68. En segundo lugar, las empresas que buscan invertir en energías renovables tienen
dificultades para encontrar fondos, en parte debido a la inestabilidad macroeconómica del país. En tercer
lugar, los proyectos de energías renovables requieren una alta proporción de importaciones en un contexto
de escasas reservas de divisas. Por último, los subsidios a los combustibles fósiles afectan negativamente a
la competitividad de la generación de energía renovable (véase Samper, Coria y Facchini, 2021).

3.2.3. Reservas de petróleo y gas no convencionales: beneficios para el sector


privado, con riesgos para la balanza fiscal y comercial

Argentina cuenta con importantes reservas de petróleo y gas no convencionales. Con más de
22 000 millones de metros cúbicos, se estima que sus reservas de gas no convencional son las segundas
más grandes del mundo. Además, con 27 000 millones de barriles, es el cuarto país del mundo con más
reservas de petróleo no convencional técnicamente recuperables. Las reservas comprobadas son mucho
menores: en 2020, se estimaba que Argentina tenía 2500 millones de barriles de petróleo y 400 miles
de millones de metros cúbicos de reservas comprobadas de gas natural (BP, 2021). La provincia de
Neuquén posee el 73 % de las reservas de petróleo y gas de esquisto técnicamente recuperables del
país. El tamaño y la composición de un yacimiento de importancia mundial, Vaca Muerta, lo convierten
en el centro de gran parte de la política y los debates públicos de Argentina sobre el petróleo y el gas69.

Pese a tener un largo historial de exploración y explotación de petróleo y gas, Argentina sigue
dependiendo de las importaciones de combustible, y Vaca Muerta es una oportunidad para
mejorar la balanza comercial. Aunque exporta petróleo crudo, el país importa productos petrolíferos
refinados. Las importaciones de gas son muy estacionales, y el gas boliviano cuesta el 2 % del PIB
durante el invierno70. La explotación de Vaca Muerta se considera una herramienta para reducir los
costos de importación, mejorar los flujos de ingresos fiscales e incrementar las reservas de divisas del
país. La reducción de la dependencia de las importaciones de energía es un objetivo clave del Gobierno
argentino y la explotación de gas y petróleo no convencional es una prioridad gubernamental. Los
primeros cálculos de los beneficios de la explotación del gas y el petróleo no convencionales eran
extremadamente altos, aunque los análisis más recientes sitúan los posibles beneficios del sector
privado entre el 6 % y el 9 % del PIB (Romero, Mastronardi y Vila Martínez, 2018; Coremberg, 2019).
Sin embargo, en ellos no se tienen en cuenta los posibles impactos sobre las transferencias fiscales

68
Véase el Plan Federal de Transporte Eléctrico, que pretende reforzar y desarrollar su infraestructura de transmisión.
69
El trabajo analítico de esta sección abarca todo el petróleo y el gas no convencionales, pero los resultados se centran en los recursos
de gas no convencionales, en particular los de la provincia de Neuquén.
70
Análisis del Equipo de Energía de Gabriela Vidjen (2022).

33

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


o la balanza comercial en un marco unificado, ni los posibles efectos a largo plazo de una transición
global hacia la reducción de las emisiones de carbono sobre la futura demanda de petróleo y gas (y,
por lo tanto, sobre el potencial de exportación).

Desde la perspectiva del cambio climático, la explotación de petróleo y gas plantea diversos desafíos.
El consumo interno de petróleo y gas producido e importado es la causa del 48 % del total de las emisiones
de GEI de Argentina, principalmente, a través del sector de la producción de electricidad y calor, la industria
manufacturera y el sector del transporte, que son responsables del 32 %, el 18 % y el 27 % del total de
las emisiones procedentes de la combustión de petróleo y gas, respectivamente. La extracción de petróleo
y gas genera el 3 % de las emisiones de GEI del país, principalmente por la quema de gas. Con la transición
mundial hacia la reducción de las emisiones de carbono, el sector está expuesto a incertidumbres que
afectan a la oportunidad de explotar el petróleo y el gas de Vaca Muerta. En primer lugar, a medida que las
tecnologías con bajas emisiones de carbono, como las energías renovables y los vehículos eléctricos, sean
competitivas en cuanto a costos, el consumo nacional de petróleo y gas podría disminuir en Argentina.
En segundo lugar, a medida que más países se comprometan con objetivos de cero emisiones netas, los
riesgos de transición relacionados con el clima (como el riesgo de activos de combustibles fósiles varados)
suponen una amenaza creciente para la inversión a largo plazo en infraestructuras de petróleo y gas
(Semieniuk y otros, 2022). Un estudio reciente revela que, de aquí a 2035, cuando se adopten políticas
climáticas para mantener las temperaturas globales por debajo de los 2 °C, la producción de esquisto de
Argentina disminuirá hasta el 40 % de los niveles de producción de 2018, y entre el 19 % y el 27 % de
las reservas de gas seguirán siendo incombustibles, con lo cual se generan “activos varados” (Welsby y
otros, 2021). En tercer lugar, la creciente demanda de petróleo y gas con una intensidad de GEI lo más
baja posible en la cadena de suministro subraya la importancia de intensificar las medidas para frenar la
quema y el venteo de gas en Argentina para que sus exportaciones sigan siendo competitivas,

El desarrollo de una estrategia de transición para el sector del petróleo y el gas podría ayudar a reducir
la quema de gas. Argentina ocupa el puesto 24 a nivel mundial por el volumen de gas quemado en 2020
(Asociación Mundial para la Reducción de la Quema de Gas [Global Gas Flaring Reduction Partnership,
GGFR], 2022), año en el que su volumen de gas quemado alcanzó un máximo histórico (+ 12 de incremento)
y la intensidad del gas quemado aumentó a medida que la producción de petróleo se redujo en un 13 %
(gráfico 3.7). En la actualidad, Argentina prohíbe a los productores de petróleo y gas la quema de gas
sin la autorización de los organismos reguladores provinciales, pero se sigue realizando esta práctica. Los
gravámenes sobre la quema de gas son una posible herramienta para hacer frente a los efectos negativos
de una manera económicamente eficiente, pero es fundamental un buen diseño de estos. Otra medida
clave es simplificar y asignar responsabilidades bien definidas a los organismos federales y provinciales
encargados del sector del petróleo y el gas. Incentivar la aplicación en forma experimental y la adopción
de nuevas tecnologías también podría acelerar la búsqueda de tecnologías adecuadas para utilizar el
gas asociado de fuentes pequeñas, dispersas y a menudo remotas. Por ejemplo, las pruebas en curso de
instalaciones de gas natural microlíquido montadas en camiones ofrecen una solución potencial.

34

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


GRÁFICO 3.7. Evolución de los principales parámetros de quema de Argentina (2020)

1,4 8
Mil millones de metros cúbicos de gas quemado al año

Metros cúbicos de gas quemado por barril de petróleo


1,2 7

6
1,0

5
0,8

4
0,6
3

0,4
2

0,2
1

- -
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021

Volumen de combustión Intensidad de combustión

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de la Asociación Mundial para la Reducción de la Quema de Gas (GGFR) (2022).

Para explorar estrategias eficaces para el sector del petróleo y el gas ante la complejidad que rodea
a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono, este ICDP explora una amplia
gama de posibles políticas y de incertidumbres para identificar las circunstancias que conducen
a resultados positivos en tres objetivos: el valor neto actualizado (VNA) para el sector privado,
los ingresos fiscales netos y la balanza comercial. Se evalúan los resultados de cinco categorías
de políticas diferentes (impuestos, subsidios, inversión pública en capital aguas abajo (downstream),
políticas de eficiencia energética y políticas de distorsión de precios) frente a cientos de futuros posibles
definidos por incertidumbres. Estas incertidumbres incluyen la trayectoria de los precios, las tasas de
descuento, las elasticidades de los precios de la oferta de gas y petróleo, las tasas de crecimiento de la
demanda de electricidad, los niveles de la demanda mundial y un conjunto de variables relacionadas
con la producción y con los gastos operativos y de capital.

En todas las políticas e incertidumbres exploradas, el sector privado obtiene casi siempre rendimientos
positivos de las inversiones en petróleo y gas, mientras que existen mayores riesgos para el sector
público derivados de la balanza comercial y los ingresos fiscales. En general, menos del 1 % de los
resultados modelados tienen un VNA negativo para el gas, mientras que el 53 % de los resultados
presentan ingresos fiscales negativos y el 77 % registran impactos negativos en la balanza comercial.
Los resultados de la balanza comercial y de las transferencias fiscales están muy correlacionados y son
muy sensibles a las presunciones sobre la transición mundial hacia la reducción de las emisiones de
carbono (Turner, Conte Grand y Rozenberg, 2022). Los resultados del ejercicio de modelización destacan
la importancia de los resultados de la balanza comercial en los impactos fiscales de la explotación, y
de cambiar las futuras inversiones a gran escala en la explotación, el transporte, la licuefacción y la
exportación de estos recursos del financiamiento público al privado.

Las estrategias más sólidas para el sector del gas, que conducen a resultados positivos tanto para

35

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


el sector privado como para el público, son las que limitan el apoyo del gobierno a Vaca Muerta
según sus compromisos actuales. Turner, Conte Grand y Rozenberg (2022) someten a un análisis de
robustez diferentes tipos de políticas para mostrar cómo se comportan de acuerdo con los tres objetivos
políticos a través del conjunto de incertidumbres. Las políticas con una explotación menos intensa de
Vaca Muerta protegen contra grandes resultados negativos. Por otro lado, las políticas que favorecen de
forma dinámica las inversiones en Vaca Muerta y la capacidad de exportación de gas podrían generar
grandes beneficios, pero solo en determinadas circunstancias (trayectoria actual de precios altos del
gas, ausencia de transición global y descenso lento de la producción de los pozos). También conducen a
resultados mucho más desfavorables para las cuentas fiscales y la balanza comercial en el caso de que el
Gobierno financie el gasto de capital y una transición hacia la reducción de las emisiones de carbono que
reduciría la demanda de exportaciones y desalentaría la inversión privada en nuevos pozos.

Las políticas de petróleo y gas se combinan en ocho escenarios diseñados para mostrar el resultado
de múltiples combinaciones de opciones de políticas de petróleo y gas y bajo dos escenarios
globales: políticas de cero emisiones netas y políticas vigentes (gráfico 3.8). Los escenarios 2 y 4 son
los que presentan los resultados más negativos con respecto a los impactos fiscales, ya que reflejan
opciones de políticas que no prevén una transición nacional mientras el resto del mundo adopta una
transición global de cero emisiones netas. Las opciones de políticas en los escenarios 5 a 8 minimizan
los resultados negativos en caso de una transición global de cero emisiones netas al preparar a
Argentina para una transición energética nacional. Las políticas que apoyan una transición nacional
incluyen inversiones en electrificación y eficiencia energética, así como reformas que garanticen que los
precios de la energía respondan a las señales de la demanda nacional e internacional, especialmente
para los productores.

GRÁFICO 3.8. Desempeño de políticas alternativas ante dos escenarios globales (políticas vigentes y cero
emisiones)

Balanza comercial para petróleo y gas Saldo fiscal para petróleo y gas
60
Estilo
Cero
10
En miles de millones de USD

40 emisiones netas
Actual
5
20
0

0
–5

–20 –10
2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050

GASCAP GASOP GASCAP GASOP


de energía de energía de petróleo de petróleo
Apoyo al
Escenario/ Transición Contexto Precios renovable renovable y gas y gas
petróleo
leyenda interna externo (valor de 2015) (porcentaje (porcentaje (porcentaje (porcentaje
y gas
del PIB del PIB del PIB del PIB
de 2015) de 2015) de 2015) de 2015)

Gas: USD 8.3


Situación Situación Políticas (PROMEDIO DE GNL)
1 1,6 0,8 2 7,1
actual actual vigentes Petróleo: USD 42.1/
barril (Brent)

36

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


GASCAP GASOP GASCAP GASOP
de energía de energía de petróleo de petróleo
Apoyo al
Escenario/ Transición Contexto Precios renovable renovable y gas y gas
petróleo
leyenda interna externo (valor de 2015) (porcentaje (porcentaje (porcentaje (porcentaje
y gas
del PIB del PIB del PIB del PIB
de 2015) de 2015) de 2015) de 2015)

Gas: USD 3.8


Cero
Situación Situación (PROMEDIO DE GNL)
2 emisiones 1,1 0,7 2,2 4,9
actual actual Petróleo: USD 21.5
netas
(Brent)

Gas: USD 8.3


Alto Situación Políticas (PROMEDIO DE GNL)
3 1,6 0,8 4,8 7,8
apoyo actual vigentes Petróleo: USD 42.1/
barril (Brent)

Gas: USD 3.8


Cero
Alto Situación (PROMEDIO DE GNL)
4 emisiones 1,1 0,7 2,9 4,9
apoyo actual Petróleo: USD 21.5
netas
(Brent)

Gas: USD 8.3


Bajo Políticas (PROMEDIO DE GNL)
5 Transición 3,9 1,4 1,6 6,8
apoyo vigentes Petróleo: USD 42.1/
barril (Brent)

Gas: USD 3.8


Cero
Bajo (PROMEDIO DE GNL/
6 Transición emisiones 3,2 1,3 1,6 4,9
apoyo Petróleo: USD 21.5
netas
(Brent)

Gas: USD 8.3


Alto Políticas (PROMEDIO DE GNL)
7 Transición 3,9 1,4 4,2 7,8
apoyo vigentes Petróleo: USD 42.1/
barril (Brent)

Gas: USD 3.8


Cero
Alto (PROMEDIO DE GNL)
8 Transición emisiones 3,2 1,3 2,2 4,9
apoyo Petróleo: USD 21.5
netas
(Brent)
Fuentes: Los cálculos de la balanza comercial, los impactos fiscales y los gastos de capital (GASCAP) y los gastos de operación (GASOP) son resultados de
modelos elaborados por el personal del Banco Mundial y descritos en Turner, Conte Grand y Rozenberg (2022); los precios del petróleo y el gas se toman de
los escenarios realizados por el equipo de macroeconomía del Banco Mundial para las políticas vigentes; los precios de cero emisiones netas se basan en los
escenarios de la Agencia Internacional de Energía y en las previsiones petroleras del Grupo de Perspectivas (valores constantes de 2015).
Notas: Los cálculos de la balanza comercial, los impactos fiscales y los GASCAP y GASOP corresponden al período entre 2022 y 2050; los GASCAP y GASOP
se expresan en VNA con una tasa de descuento del 7,5 % y en porcentaje del PIB de 2015.

Los resultados indican direcciones futuras de investigación relacionadas con las distorsiones de
los precios de la energía y las políticas para aumentar la eficiencia energética. El uso eficiente de
la energía a nivel nacional representa una ganancia potencial en todos los escenarios futuros, pero se
requiere un mayor análisis de los costos y beneficios de enfoques específicos (véase la sección 3.2.4). Las
distorsiones de los precios de la energía en Argentina afectan a los impactos futuros de la explotación de
Vaca Muerta y deberían analizarse con más detalle. Los impactos de los subsidios y el congelamiento de
las tarifas (fuentes clave de distorsión de los precios) son de especial importancia (véase la sección 4.3.1
para obtener un análisis más detallado). Una mayor capacidad de respuesta a las señales de los precios
puede ser beneficiosa para adaptarse a un mundo muy incierto, con las limitaciones que supone satisfacer
las necesidades energéticas nacionales y cumplir otros objetivos políticos.

Argentina también podría beneficiarse del desarrollo de planes de gestión adaptativa ante la creciente
incertidumbre sobre los futuros cambios en la industria. Con una mayor planificación, el sector eléctrico
podría comprender mejor qué tecnologías de generación de energía constituirían una estrategia sólida de
bajo costo y cómo coordinarse con los sectores del gas y el transporte, y la evolución de este último hacia la
electrificación (sección 3.2.5). Los esfuerzos por aumentar la coordinación dentro del Gobierno para ajustar
la producción y el consumo de energía y garantizar una transición ordenada hacia un sistema energético de
bajas emisiones de GEI podrían contribuir a reducir los riesgos de escasez y exceso de oferta y demanda. Los

37

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


intentos para desarrollar indicadores tempranos de una rápida transición energética global o la disminución
del financiamiento para nuevas inversiones en petróleo y gas también ayudarían a mejorar la capacidad de
respuesta de los sectores público y privado frente a las cambiantes condiciones. Este es un ámbito en el que
las futuras investigaciones del Banco Mundial podrían ayudar a definir los indicadores adecuados.

El desarrollo del petróleo y el gas no convencionales también puede tener consecuencias ambientales
más amplias en cuanto a la escasez de agua y la contaminación. Los impactos relacionados con el uso del
agua y la contaminación por la extracción de petróleo y gas no convencional pueden ser importantes, y Vaca
Muerta está en una zona de clima semiárido, donde los agricultores cultivan frutas mediante riego. También
se encuentra en tierras habitadas por comunidades autóctonas mapuches y tehuelches, que se manifiestan
en contra de la tecnología de fracturación hidráulica (Hadad, Palmisano y Wahren, 2020). Estudios anteriores
concluyen que es probable que haya una competencia por el consumo de agua entre la producción de
alimentos y la de energía (Rosa y D'Odorico, 2019) y que la demanda de agua para la producción de petróleo y
gas no convencional aumentaría de forma considerable con su explotación, lo que podría plantear problemas
de seguridad hídrica en una región con escasez de agua (Rosa y D'Odorico, 2019). La contaminación de las
aguas residuales es otra área clave de preocupación ambiental a medida que aumenta la producción (Sun y
otros, 2019). Endogenizar los costos de la contaminación y los impactos en la escasez de agua reduciría los
beneficios potenciales del proyecto (y podría reducir el número de escenarios con VNA positivo).

3.2.4. Demanda de energía: aumento de la eficiencia para reducir las emisiones


y aportar cobeneficios

La mayor parte de la demanda de energía corresponde al sector residencial y a los sectores de la


manufactura y del transporte. Con datos de 2020, se observa que el sector agropecuario depende del
diésel y gasoil (y de la energía eólica), mientras que el comercio y el sector público utilizan principalmente
electricidad y gas. Argentina tiene un vasto territorio y, por ende, una gran demanda de energía para el
transporte, que usa diésel, gas, y petróleo (gráfico 3.9). Los hogares y el sector industrial, en cambio,
utilizan electricidad y gas.

GRÁFICO 3.9. Demanda de energía final, por sector y tipo de combustible (2020)

Agricultura

Comercio y sector público

Transporte

Industria

Sector residencial

0 2.000 4.000 6.000 8.000 10.000 12.000 14.000 16.000


(miles de tep)

Biomasa Eólica Gas (de red y licuado) Petróleo (y otros derivados) Electricidad

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos del balance energético para 2020 del Ministerio de Energía y Minería.

38

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


La intensidad de las emisiones de Argentina en relación a su PBI es inferior a la media mundial,
y hay margen para mejorar la eficiencia energética. En 2020, la intensidad del consumo de energía
total del país fue de 0,097 kilogramos de petróleo equivalente por dólar a la PPA de 2015, frente al
promedio mundial de 0,114 kilogramos de petróleo equivalente por dólar a la PPA de 2015. Incluso si la
producción nacional de energía aumentara, sería eficiente reducir la demanda interna innecesaria, ya que
esto ayudaría a reducir las emisiones de GEI y los costosos subsidios a la energía. También podría mejorar
la competitividad internacional de los bienes comerciables (sección 3.2.1).

La mayoría de las medidas de eficiencia energética analizadas aquí contribuyen a reducir las emisiones
y suponen un ahorro neto. En los Planes de Acción Nacional de Cambio Climático por sectores del
país se enumeran varias opciones de eficiencia energética, que suman aproximadamente 64,05 MtCO2e
de reducción de emisiones para 2030 en los sectores residencial, comercial, manufacturero y público
(cuadro 3.2). El mayor potencial de reducción de emisiones se encuentra en la mejora de la eficiencia de
la iluminación residencial, los electrodomésticos, los edificios industriales y las viviendas sociales, así
como en la industria y el transporte. Un análisis de 92 acciones de eficiencia concluye que, en el escenario
más optimista, 20 acciones en los sectores residencial y del transporte podrían reducir las emisiones en
un 87 % para 2040 en comparación con el desarrollo habitual de la actividad (GFA Consulting Group
y otros, 2021)71. En el caso de los hogares, las opciones que más contribuyen a reducir las emisiones
están relacionadas con el aislamiento térmico de los edificios residenciales. Por último, en el sector
manufacturero es donde se producen los mayores ahorros monetarios por cada tCO2e que se evita72.

CUADRO 3.2. Políticas de eficiencia energética evaluadas por los Planes de Acción Nacional de Cambio
Climático por sectores (hasta 2030)

Reducción de
emisiones posibles
Políticas Plan Tipo Subtipo (MtCO2e)

1 Energía Demanda de energía Cambios en iluminación residencial 20,37

2 Energía Demanda de energía Eficiencia en electrodomésticos existentes 11,92

3 Industria Eficiencia energética Sistemas de construcción eficientes 8,50

Infraestructura Renovación de viviendas sociales (eficiencia


4 Edificios urbanos 4,62
y territorio en calefacción, refrigeración, iluminación)

5 Energía Demanda de energía Sistemas de calefacción eficiente 4,23

6 Industria Eficiencia energética Reemplazo de refrigeradores comerciales 3,32

7 Energía Demanda de energía Alumbrado público 3,20

8 Industria Eficiencia energética Motores eficientes 2,34

9 Industria Eficiencia energética Sustitución de lámparas 2,08

10 Energía Suministro de energía Centrales térmicas 1,21

De las 92 políticas de eficiencia energética analizadas, el 82 % implican una reducción de las emisiones y el 78 % suponen un ahorro
71

monetario neto.
72
Otros estudios sobre opciones de eficiencia energética dentro del proyecto Alianza de Preparación para los Mercados de Carbono
del Banco Mundial, como ECONOLER (2020) y Alberio, Aliano y Guzowski (2020), confirman que todavía hay margen para mejorar la
eficiencia energética en Argentina.

39

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Reducción de
emisiones posibles
Políticas Plan Tipo Subtipo (MtCO2e)

11 Energía Demanda de energía Bombas de calor 1,03

Traslado de
12 Transporte Mejoras en eficiencia 0,45
mercancías

13 Energía Demanda de energía Cerramiento de edificios térmicos 0,40

14 Energía Demanda de energía Calentadores de agua solares 0,38

Total 64,05

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de los Planes de Acción Nacional de Cambio Climático por sectores diseñados entre 2017 y 2019.

Un gran número de acciones de eficiencia energética conllevan también efectos positivos sobre
el empleo. Un análisis del aumento de la electricidad distribuida a partir de paneles solares para
los hogares y comercios73, la penetración de la iluminación eficiente en el sector público y en los
hogares74, y la sustitución de refrigeradores y lavadoras revela que, a partir de 2030, esas acciones
pueden aumentar el empleo urbano en un 0,18 % en comparación con el año base75 (35 774 nuevos
puestos de trabajo), al tiempo que se incrementa la actividad económica (valor bruto agregado) en un
0,24 % (USD 2848 millones en USD de 2017) y se reducen las emisiones en 5,22 MtCO2e (1,43 %
de las emisiones del año base) (cuadro 3.3). Individualmente, a excepción de la iluminación, las
acciones implican efectos sustanciales sobre el empleo. Los impactos de actividad calculados para
la generación distribuida de electricidad producida por paneles solares son mínimamente positivos,
pero las previsiones muestran un alto impulso positivo en el empleo. La inversión en energía solar
requiere la compra e instalación de paneles solares, lo que generaría unos 13 508 puestos de trabajo
para 2030 y aumentaría las emisiones (0,17 MtCO2e). La reducción implícita de la demanda de energía
procedente de otras fuentes de energía provocaría la pérdida de unos 2979 puestos de trabajo en el
sector de la energía, pero reduciría las emisiones en 1,74 MtCO2e. Luego, gracias al ahorro de energía
de los hogares, la demanda inducida en otros bienes crearía 2256 nuevos puestos de trabajo. Como
resultado de estos efectos directos, indirectos e inducidos, el aumento de la generación distribuida a
partir de la energía solar tendría un efecto neto sobre el empleo, creando 12 784 nuevos puestos de
trabajo para 2030. Los cambios en los electrodomésticos también son beneficiosos para el empleo,
la actividad económica y las emisiones de GEI, pero a diferencia de la generación de electricidad solar
distribuida, implicarían costos fiscales de alrededor del 0,42 % del PIB (2017) porque la política se
centraría en los hogares de menores ingresos (véase Romero y otros, 2022).

De conformidad con la Ley de Generación Distribuida de Argentina (Ley 27424/2017 y Decreto 986/2018), los usuarios pueden
73

generar energía a partir de fuentes renovables y venderla a la red eléctrica al mismo precio que paga CAMMESA.
74
En Argentina, la venta de lámparas incandescentes y halógenas está prohibida por ley (Leyes 26473/2009 y 27492/2019, respectivamente).
75
Elaborado a partir de datos del PIB de 2017, ya que ese es el año de la matriz de insumos y productos utilizada por los autores.

40

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


CUADRO 3.3. Impactos acumulados de las políticas de eficiencia energética seleccionadas con respecto a la
actividad, el empleo y las emisiones de GEI para 2030

Impacto Impacto
Política sobre en la actividad en el empleo Impacto en las
uso eficiente de (en millones de (en cantidad de emisiones de GEI
la energía $ AR, 2021) puestos de trabajo) (en MtCO2e) Principales supuestos

Generación 764/-826/91 13 508/-2979/2256 0,17/-1,74/0,10 • +996,5 MW, hasta alcanzar


distribuida de  = 29 = 12 784 = -1,47 1000 MW en 2030
electricidad • 25 % residencial y 75 % comercial
(solar) • Costo de inversión en paneles e
instalación (81 % de importación)
• 100 % consumo propio
• Ahorro basado en las tarifas
eléctricas y en los paneles con
25 años de vida útil

Iluminación: 0/-172/0 0/-984/0 0/-0,21/0 • 74 % LED y 26 % HPS** para 2029
edificios públicos = -172 = -984 = -0,221 • 4,8 millones de lámparas en 2021
con un incremento anual del 1,56 %.
• Instalación del 0,5 % del costo de las
lámparas
• El ahorro se destina a reducir el déficit

Iluminación: 0/-457/154 0/-3493/2525 0/-2,01/0,03 • 100 % LED para 2029. 10 lámparas


hogares = -304 = -968 = -1,98 por hogar (12,7 millones de hogares)
• Sin costo de instalación
• Ahorro basado en las proyecciones
de los precios de la electricidad

Electrodomésticos: 2479/-371/107 17 239/- 0/-2,01/0,03 • Cambiar 3 millones de ineficientes a


refrigeradores = 2215 2830/1751 = -1,2 eficientes (A)
= 16 160 • Financiamiento del Gobierno
• Los hogares consumen el 70 % del
ahorro con esta política

Electrodomésticos: 1064/-128/143 7402/-974/2354 0,17/-0,56/0,03 • Cambiar 1,5 millones de ineficientes


lavadoras = 1080 = 8781 = -0,36 a eficientes (A)
• Financiado por el Gobierno
• Los hogares consumen el 70 % del
ahorro con esta política

TOTAL 2848 millones 35 774 empleos -5,22 MtCO2e


$ AR (0,24 % del (0,18 % de los (1,43 % de
valor agregado empleos urbanos) las emisiones
bruto) de GEI)

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de Romero y otros (2022).
Notas: * Los impactos son acumulativos hasta 2030 y se indican en el siguiente orden: efectos de inversión por el gasto interno/efecto de sustitución a causa
de la eficiencia energética/efecto de recuperación. Los impactos totales se destacan en negrita. Las cuotas (%) se calculan con respecto a 2017, el año base de
la matriz de insumos y productos. ** Lámparas de sodio de alta presión.

3.2.5. Sector del transporte: mejoras esenciales en el transporte de mercancías


que favorecen la competitividad y la descarbonización

La CDN2 de Argentina destaca al sector del transporte como crucial para la agenda de mitigación y
de adaptación climática del país. En 2018, el sector representa alrededor del 13 % de las emisiones de
GEI de Argentina, con un 90,9 % procedente del transporte vial y alrededor del 45 % del transporte de
mercancías (Pons y otros, 2022). En la Ciudad de Buenos Aires, el sector del transporte es responsable del
30 % de las emisiones de GEI, lo que equivale a 3,6 MtCO2e al año (CABA, 2020). La mitad de las emisiones
del transporte de la Ciudad provienen de los automóviles, el 39 % de los camiones y las furgonetas de
reparto, el 7 % de los autobuses, el 3 % del ferrocarril y el 2 % de las motocicletas. El programa de
mitigación del país para el sector del transporte incluye actividades destinadas a descarbonizar el sector

41

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


del traslado de mercancías: la modernización de los ferrocarriles de carga, la mejora de la eficiencia de la
logística del transporte vial, la mejora del acceso del transporte de mercancías a los puertos urbanos y
la producción de hidrógeno. También incluye dos actividades de adaptación: garantizar la resiliencia de
la red de transporte mediante la mejora del diseño y la construcción de infraestructuras de transporte
críticas, e invertir en la resiliencia de las vías navegables interiores del país, lo cual es especialmente
importante para el transporte de mercancías y la descarbonización de la cadena de suministro.

Debido a que la red de transporte moviliza 570 millones de toneladas de carga a los mercados
locales y globales, la mayor reducción de los costos del transporte y el aumento de la multimodalidad
generarían eficiencias operativas y reducirían las emisiones de GEI. En 2018, el 92 % de los flujos de
carga de Argentina (principalmente granos y productos mineros) se trasladaron por carretera. El nivel
general de pavimentación de carreteras de Argentina es del 34 %, que es superior al promedio regional
(27 %), pero inferior al de países con niveles de ingresos similares (67 %). Aproximadamente el 55 % de
la red nacional de carreteras pavimentadas se encuentra en buen estado. El ferrocarril transporta poco
más del 5 % del volumen total, medido en toneladas por kilómetro, y el transporte fluvial y aéreo solo el
1,5 % cada uno de los flujos nacionales76.

El Gobierno ya está tomando medidas para reducir las emisiones del transporte. En cuanto a la inversión
en infraestructura, el Gobierno nacional ha dado prioridad a la rehabilitación de los ferrocarriles de pasajeros
en el área metropolitana de Buenos Aires para fomentar el cambio de modalidad, por ejemplo, a través del
Plan de Inversión para Ferrocarril (PIF) del Ministerio de Transporte77.Además, en el sector del transporte
de mercancías, Argentina apoya el uso de combustibles alternativos y de camiones propulsados por gas
natural comprimido (GNC) mediante la prestación de asistencia financiera y técnica para la modernización
de la flota de camiones; el impulso a las infraestructuras de transporte intermodal y multimodal y sus
correspondientes nodos, incluido el ferrocarril; el desarrollo de un Programa de Transporte Inteligente a
partir de 2016 (mejoras aerodinámicas, neumáticos eficientes); y la exigencia de combinaciones mínimas
de combustibles con biocombustible78. Recientemente, Argentina lanzó un Plan de Transporte Sostenible
para descarbonizar el sector y aumentar su resiliencia79. Para fomentar la movilidad eléctrica, el país se ha
centrado en reducir los derechos de importación de vehículos, autobuses y estaciones de carga. En marzo
de 2021, el Gobierno anunció un proyecto de ley para promover la fabricación de vehículos impulsados por
baterías de litio o por hidrógeno, y, en octubre de 2021, presentó una normativa para apoyar ambiciosas
políticas relacionadas con la demanda y la oferta a fin de promover la electrificación del transporte. Si se
aprueba, este proyecto de ley de movilidad sostenible fijaría el objetivo de finalizar la venta de vehículos
nuevos con motores de combustión interna para 2041. También incorpora capacidades de producción
y tecnologías que podrían generar empleo a nivel local80. La descarbonización de la generación de
electricidad sustituyendo la generación de gas por electricidad de fuentes renovables es esencial para
lograr un transporte con cero emisiones de carbono desde la perspectiva del ciclo de vida.

76
Este párrafo se basa en información del Banco Mundial (2020).
77
En la ciudad de Buenos Aires, el Paseo del Bajo, un viaducto inaugurado en 2019 exclusivamente para camiones y autobuses de larga
distancia, mejoró el acceso al Puerto de Buenos Aires, evitando los embotellamientos y reduciendo el consumo de combustible.
78
Adaptado del informe no publicado “Perspectivas de la política de transporte ante el cambio climático para apoyar la implementación
de la NDC Argentina”, proyecto Preparedness for Market Readiness (Preparación para el Mercado).
79
Véase https://www.argentina.gob.ar/transporte/transporte-sostenible.
80
Véase https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2021/10/movilidad_sustentable.pdf.

42

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Pons y otros (2022) exploran posibles acciones para transformar la logística de dos cadenas de
valor principales (las exportaciones de la soja y el transporte de los productos de la leche al área
metropolitana de Buenos Aires81) con diferentes estructuras de producción y logística, alcances
geográficos y modos de transporte. El transporte de soja es clave para la competitividad de las
exportaciones argentinas, ya que representa casi el 25 % del total de las exportaciones de 2019 (Ministerio
de Hacienda, 2019). También es clave para la descarbonización, pues se transporta principalmente
por carretera con camiones que utilizan gasoil. El transporte de la producción de leche y lácteos está
atomizado, destinándose el 80 % al mercado interno, y el 44 % a la zona metropolitana de Buenos Aires
(INDEC, 2020). Las exportaciones de soja dependen, principalmente, de los vehículos viales de gran porte
y, en menor medida, del transporte ferroviario y las vías navegables interiores, mientras que la cadena de
valor de la leche y los productos lácteos hacia la zona metropolitana de Buenos Aires requiere el uso de
vehículos de servicio pesado y vehículos refrigerados livianos82, Mientras que los productos de la soja se
mueven en flujos de gran volumen entre las zonas de producción y los puertos, la producción y la venta
al por menor de productos lácteos tienen patrones de transporte más fragmentados y dispersos. En
general, las emisiones de GEI procedentes de las exportaciones de soja representan alrededor del 5,5 %
de todas las emisiones de GEI relacionadas con el transporte de mercancías y la cadena de suministro
de productos lácteos contribuye en un 0,5 %. Sin embargo, la intensidad de las emisiones de carbono de
la cadena de suministro de productos lácteos (es decir, las toneladas de dióxido de carbono equivalente
por tonelada transportada) es mayor que la de la cadena de suministro de la soja. A partir de diferentes
criterios (potencial de descarbonización83, costos de ejecución, fuente de financiamiento y riesgo general),
en el estudio se analizaron varias alternativas para descarbonizar el transporte vial de mercancías para
las dos cadenas de valor: optimizar las operaciones de la cadena de suministro; cambiar a combustibles
alternativos, e invertir en infraestructura con bajas emisiones de carbono.

El análisis confirma que los encargados de la formulación de políticas y los inversionistas privados de
Argentina disponen de numerosas opciones para descarbonizar el transporte vial de mercancías para
las exportaciones de soja y para el transporte de la leche y los productos lácteos, con una serie de
instrumentos de política complementarios para su correcta aplicación (cuadro 3.4). Algunas medidas
de infraestructura requieren una inversión inicial, como la mejora de la infraestructura de acceso ferroviario,
que tiene el segundo mayor potencial para reducir las emisiones de GEI en la cadena de suministro de
la soja. Entre las medidas de las políticas evaluadas, la promoción de los biocombustibles de segunda
generación es la que tiene mayor potencial para descarbonizar el sector del transporte vial de mercancías,
pero requiere una acción de políticas proactiva y medidas adecuadas de mitigación de riesgos. Otras
medidas se centran en los cambios en las operaciones de transporte o en los combustibles alternativos,
y también requieren sistemas de regulación y fijación de precios para lograr una adopción significativa.
Dado que algunas medidas son alternativas y otras complementarias, se analizan dos vías: Opción A, con
biocombustibles de segunda generación y todas las demás opciones excepto el GNC, y opción B, con GNC
y todas las demás políticas excepto los biocombustibles84. Las reducciones de GEI disminuyen un 21 % en
la opción A y un 9,8 % en la opción B, lo que sugiere que los biocombustibles de segunda generación son

Como se comenta en la sección 3.2.1, las políticas internacionales sobre el clima también pueden afectar la logística del transporte de
81

mercancías y los flujos de exportación, lo que podría ayudar a configurar la elaboración de políticas en materia de clima en Argentina.
82
Este párrafo y los siguientes se basan en Pons y otros (2022).
83
Las emisiones de GEI se calculan sobre la base de la actividad total de transporte en toneladas; la distancia promedio del trayecto;
la capacidad promedio de los vehículos en cada segmento de la cadena de suministro; y los coeficientes de emisión por tipo de
combustible utilizado por el vehículo.
84
La electrificación podría ser mayormente complementaria a las medidas de eficiencia energética en el caso del transporte urbano que
para el resto de las alternativas.

43

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


preferibles al GNC. El cambio al transporte eléctrico de mercancías para las entregas urbanas es la acción
más prometedora a corto y mediano plazo, pero para que la electrificación tenga una adopción significativa
en el transporte de larga distancia, se debe implementar infraestructura de carga rápida en las autopistas
y las principales carreteras, como mínimo, lo que supondrá una inversión cuantiosa85. Todas estas acciones
contribuyen a aumentar la eficiencia del sistema de transporte y a reducir los accidentes y la contaminación
atmosférica, que tienen importantes costos relacionados con la salud (véase la sección 4.1).

CUADRO 3.4. Potencial de descarbonización y costos de ejecución de las medidas de política seleccionadas

Potencial de descarbonización
para 2030 (tCO2e) /

% de reducción en la cadena de Costo de ejecución (cálculos


Medidas de política I P R T suministro de alto nivel, en dólares)

Centro de consolidación urbano A D BA S 6500 / 12 % 40 millones

Acceso ferroviario a puertos y S S N M 110 800 / 7 % 280 millones


terminales terrestres

Paquete de eficiencia energética* I 2 N S 33 600 / 2 % 1100 millones

Infraestructura para la carga de I D BA M 3700 / 7 % 1 millón


vehículos eléctricos (solo infraestructura de carga)

Biocombustibles y combustibles I 2 N M 235 200 / 14 % 19 millones al año


sintéticos neutros en carbono
sostenibles para camiones

GNC para camiones I 2 N M 22 200 / 1 % 40 millones (solo


infraestructura de recarga)

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de Pons y otros (2022).
Notas: I = índice (A = evitar: reducir el número y la frecuencia, S = cambio de modalidad, I = mejorar: reducir el uso de energía), P = producto (S = solo soja,
D = solo lácteos, y 2 = ambos), R = región (N = nacional, o BA = zona metropolitana de Buenos Aires), T = plazo (a corto plazo hasta 2025, o a mediano plazo hasta
2030), tCO2e = toneladas de dióxido de carbono equivalente. * Incluye tecnologías de eficiencia energética, capacitación en ecoconducción y programa de desguace.

Muchas de estas políticas de transporte pueden contribuir al objetivo de cero emisiones netas en
Argentina. Las medidas de políticas que mejoran la eficiencia de las actividades de logística para las
cadenas de suministro aquí consideradas (como los centros de consolidación urbana, la infraestructura
de acceso ferroviario y los paquetes de eficiencia energética) pueden contribuir en gran medida a reducir
las emisiones de GEI y no presentan riesgos significativos de bloqueo. Sin embargo, no pueden aportar
por sí solas una reducción de las emisiones de GEI que se ajuste a un objetivo de cero emisiones netas.
Una vía para llegar a cero emisiones netas requiere una implementación significativa de las tecnologías
que generan bajas emisiones de carbono, como el uso de biocombustibles, electricidad e hidrógeno
verde para abastecer de energía a los vehículos, sin pasar por alto las interacciones con otros sectores.
Por ejemplo, los biocombustibles deben producirse sin contribuir a la deforestación; la electricidad debe
descarbonizarse para la movilidad eléctrica; el hidrógeno debe ser verde.

Aunque se encuentra en una fase inicial, Argentina tiene experiencia en la producción de hidrógeno
y está emprendiendo diferentes acciones para maximizar su potencial. Entre los proyectos piloto
de hidrógeno se encuentran la planta experimental de Pico Truncado, en la provincia de Santa Cruz,

85
Obsérvese que, sin tener en cuenta esta complementariedad, la suma de las reducciones de emisiones en el cuadro 3.4 sería de
412 000 tCO2e, y que el Plan de Acción Nacional de Transporte y Cambio Climático estima que el aumento de la eficiencia energética en el
transporte de mercancías podría reducir las emisiones en 2,08 MtCO2e y el cambio del transporte de mercancías al ferrocarril podría reducirlas
en 1,92 MtCO2e. La descarbonización del transporte de mercancías representa el 76 % de las reducciones contempladas en dicho plan.

44

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


así como Hychico, en la provincia de Chubut, y un desarrollo reciente en la provincia de Río Negro.
Desde el año 2000, Argentina ha promovido la investigación sobre el hidrógeno a través del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Comisión Nacional de Energía Atómica
(CNEA), y de empresas del sector público como INVAP S. E. e YPF (Laborde y otros, 2010). En julio de
2020, Y‑TEC (un acuerdo tecnológico entre YPF y el CONICET) creó el Consorcio H2ar, que incluye a
diversas empresas interesadas en desarrollar la economía del hidrógeno en Argentina. Y‑TEC colabora
con la provincia de la Rioja en el desarrollo de un autobús impulsado por hidrógeno. El hidrógeno es
una alternativa para descarbonizar sectores en los que la electrificación es difícil (es decir, el transporte
de larga distancia, así como las refinerías, la industria química, el cemento, la siderurgia o los usos de
fertilizantes). Aunque algunos estudios han confirmado el potencial económico y de exportación del
hidrógeno verde, se requiere un mayor análisis para evaluar todo su potencial86. Se ha puesto en marcha
la iniciativa Hidrógeno Verde 2030 del Consejo Económico y Social, y hay un proyecto de ley que fue
enviado al Congreso en abril de 2022.

El cambio de modalidad hacia el transporte ferroviario y fluvial también puede ayudar a reducir las
emisiones producidas por el transporte de mercancías, pero la transición laboral de los conductores
de camiones requiere una gestión prudente. En el Plan de Acción Nacional de Transporte y Cambio
Climático (PANTyCC) de 2019 se identifica la profundización de las vías navegables interiores hasta los
36 pies como una medida de mitigación clave (véase la sección 3.1.2) que permitiría un mayor uso de la
capacidad de carga de los buques cuyo calado de diseño supera los 34 pies, reduciendo así la cantidad
de viajes necesarios para transportar mercancías y, por extensión, el uso de combustibles fósiles. Si se
aplican otras políticas para el cambio de modalidad, los conductores de camiones necesitarán apoyo para
la transición a otros puestos de trabajo (véase la sección 3.2.8), ya que el sector del transporte en camiones
está compuesto, principalmente, por pequeñas y medianas empresas (el 90 % de estas empresas tienen
una flota de menos de 10 camiones). En Argentina, hay registrados unos 600 000 camiones.

3.2.6. Minerales: desarrollo de la cadena de valor del litio

Argentina puede convertirse en un actor clave en la transición energética mundial a través de la


producción de litio. Según algunas previsiones, la demanda de litio alcanzará los 2,4 millones de toneladas
de carbonato de litio equivalente (LCE) en 2030; es decir, un 400 % más que la demanda estimada
para 202287. Para entender el tamaño de la demanda actual de litio, un estudio concluye que, cada año,
una gigafábrica similar a la de Tesla en Nevada, Estados Unidos, consume alrededor del 75 % del litio
producido por Argentina, el cuarto mayor productor (Obaya y Céspedes, 2021). Se estima que Argentina
tiene 19,3 millones de toneladas de reservas de LCE y, según un nuevo análisis presentado aquí, en 2030
su oferta de litio podría satisfacer entre el 12 % (escenario conservador) y el 19 % (escenario optimista)
de la demanda mundial, con lo cual se convertiría en un actor relevante en la transición energética global.

86
Véase Heuser y otros (2019); Aprea y Bolcich (2020); Amica, Larochette y Gennari (2020); o Nadaleti, Lourenço y Americo (2021).
87
Benchmark Mineral Intelligence, “Analysis: lithium industry needs $42 billion to meet 2030 demand” (Análisis: la industria del litio
necesita USD 42 000 millones para satisfacer la demanda de 2030), 13 de mayo de 2022, https://www.benchmarkminerals.com/
membership/analysis-lithium-industry-needs-42-billion-to-meet-2030-demand/#:~:text=Analysis%3A%20Lithium%20industry%20
needs%20%2442%20billion%20to%20meet%202030%20demand,-13th%20May%202022&text=The%20lithium%20industry%20
needs%20%2442,LCE%20(lithium%20carbonate%20equivalent).

45

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Argentina, Chile y Bolivia forman el triángulo del litio, que concentra el 58 % de los recursos identificados
en el mundo, el 54 % de las reservas y el 29 % de la producción (Servicio Geológico de Estados Unidos
[USGS], 2021). Los recursos de litio de Argentina podrían convertirse en un factor impulsor del crecimiento
para el país, en particular para las provincias ricas en litio (Catamarca, Jujuy y Salta), que actualmente
representan solo el 4 % del PIB de Argentina. La participación del país en las reservas mundiales (8 %) y
en la producción (8 %) es inferior a la de sus recursos (22 %), por lo que existe un potencial de desarrollo
(USGS, 2021)88. Los depósitos de salmuera más comunes, y los principales en Argentina, son las cuencas
desérticas salinas continentales (también conocidas como lagos salados, salinas o salares).

Argentina es el país con mayor cantidad de proyectos en desarrollo dentro del triángulo del litio, en
parte gracias a que cuenta con una normativa diferente de la de sus países vecinos89. En Bolivia, la única
forma de explotar un salar es en asociación con la empresa pública YLB; y en Chile, las empresas tienen que
firmar un contrato. En Argentina, las empresas tienen que comprar una licencia de concesión para explotar
un salar, mientras que las provincias mantienen su propiedad original y, a diferencia de lo que ocurre en
Chile, no existe un cupo una vez concedido el permiso. Las regalías también son más bajas que en Chile:
un máximo del 3 % en Argentina frente a entre el 6,8 % y el 40 % (según el precio) en Chile (Obaya y
Céspedes, 2021). Como propietarias de los recursos, las provincias gestionan las condiciones para fomentar
la inversión en su territorio dentro del marco regulatorio federal. Esto también es diferente respecto a otros
países. En 2021, se creó un grupo de trabajo, la Mesa del Litio, para la coordinación de políticas.

Al igual que Bolivia y Chile, Argentina ha participado históricamente en el segmento inicial de la cadena
de valor del litio, extrayendo litio y produciendo carbonato e hidróxido de litio. La cadena de valor abarca
desde la extracción de la materia prima hasta la producción de baterías de iones de litio para la industria de
la electromovilidad y el almacenamiento de energía renovable (cuadro 3.5) e incluso el reciclaje90, y China
es el único país que puede abarcar la totalidad de la cadena de valor. Otros se especializan en uno o dos
segmentos de dicha cadena. Las exportaciones argentinas se limitan al carbonato de litio (Obaya y Céspedes,
2021). Si bien el país cuenta con ventajas comparativas en la producción de algunos otros compuestos de
litio (véase la sección 3.2.7), a excepción de algunos prototipos, como los de Y‑TEC y la Universidad Nacional
de La Plata, no se han identificado proyectos de inversión en la producción de cátodos, que son clave para la
producción de celdas y paquetes (cuadro 3.5). Esto se debe a que la producción de cátodos se concentra en
Asia, que representa casi dos terceras partes de la producción mundial91. La producción de celdas de baterías
también está muy concentrada, debido a las grandes inversiones que requiere. Primero Japón y la República
de Corea, y luego China, invirtieron una cantidad considerable de fondos públicos para apoyar el desarrollo

Una fuente más reciente del Gobierno de Argentina (Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación y Secretaría de Minería de la
88

Nación, 2021) estima que Argentina posee el 9 % de las reservas mundiales y el 24,9 % de los recursos totales.
Nótese que, aunque existen unos 40 proyectos en marcha relacionados con el litio, solo dos están en funcionamiento (en Jujuy y
89

Catamarca) y 12 han alcanzado al menos la fase de evaluación económica preliminar, debido al largo tiempo de desarrollo (de 7 a
10 años) de los yacimientos de salmuera (Obaya y Cespedes, 2021; Flexer, Baspineiro y Galli, 2018).
90
Las técnicas para lograr niveles de recuperación eficientes siguen en desarrollo, especialmente en China, Estados Unidos y Europa,
donde ha aumentado la preocupación por el suministro. La industria del reciclaje de baterías de litio está en su fase experimental.
El desarrollo de la industria del reciclaje como proveedor de insumos relevantes para las baterías de litio debería considerarse un
escenario posterior a 2030 (Obaya y otros, 2022).
91
México ha atraído inversiones en esta industria, principalmente gracias a su integración con la red de producción automotriz
norteamericana (Fact MR, 2019). Chile también se encuentra intentando producir cátodos y baterías, pero estos desarrollos están en
una etapa inicial. “Polo de investigación y desarrollo en la cadena de valor de baterías de litio”, https://www.revistaei.cl/2022/04/12/
litio-crearan-polo-de-investigacion-y-desarrollo-para-diseno-produccion-y-reciclaje-de-baterias/#.

46

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


de las baterías de litio. Estados Unidos también se convirtió en un importe actor con la construcción de la
gigafábrica de Tesla, y Europa se ha esforzado por desarrollar la producción de celdas, ya que, debido al peso
de las baterías, es necesario que se produzcan cerca del lugar de fabricación de los vehículos eléctricos.

CUADRO 3.5. Esquema simplificado de la cadena de valor del litio

Fases
Fases iniciales
Segmento intermedias Fases finales del proceso
del proceso
del proceso

Energías
Industria Compuestos de litio Litio-I en baterías Electromovilidad
renovables

Células y paquetes Vehículos Energía solar y


Productos Carbonato de litio Cátodos
de baterías eléctricos eólica

Fuente: Elaborado por el personal del Banco Mundial, a partir de datos de Obaya y otros (2022).

Argentina aspira a desarrollar encadenamientos hacia adelante, pero, al igual que a muchos países,
le cuesta avanzar en el segmento final de la cadena de valor del litio92. Aunque algunos proyectos
incipientes apuntan a asegurar el suministro de litio a productores específicos, como Toyota en Sales de
Jujuy, y otras iniciativas de pequeña escala buscan desarrollar componentes de baterías (Dynami y SolAR)
y vehículos eléctricos (Sero Electric, Volt Motors o Bravo Motors Company) (Obaya y Céspedes, 2021),
estas no se integran con la producción de litio en bruto a nivel local. En cambio, dependen de insumos
importados. En Argentina, el desarrollo de la cadena de valor del litio está limitado. La producción de
cátodos y celdas requiere la importación de minerales como níquel, grafito, manganeso y cobalto. Si
se aprobara la ley de electromovilidad, Argentina podría ampliar la escala de su mercado para que
el desarrollo del segmento final de la cadena de valor del litio sea rentable. Dado que el país posee
gran parte de la fase inicial de la cadena de valor del litio y una pequeña proporción de la fase final, la
ventaja relativa económica de exportar litio en bruto e importar vehículos eléctricos no es importante
en este momento. No obstante, esto podría aumentar en el futuro: dado que la demanda de litio estará
muy correlacionada con la demanda de vehículos eléctricos, la inversión en litio a largo plazo podría
compensar el riesgo de los activos de combustibles fósiles varados en la industria del petróleo y el gas.

En el análisis realizado para este ICDP se calculó el impacto potencial del desarrollo de la cadena
de valor del litio en el valor de la producción, el PIB, las exportaciones y los puestos de trabajo,
utilizando un modelo multirregional y multisectorial basado en una matriz de insumo‑producto y una
cuenta de empleo (Obaya y otros, 2022)93. Considerando 11 sectores agregados y cuatro regiones (las
tres provincias con recursos de litio y el resto de Argentina), el modelo calcula los impactos directos en el
sector del litio, los impactos indirectos en otros sectores productivos de las mismas regiones y de otras, y
los impactos inducidos a través del aumento de los ingresos de los hogares a nivel regional y nacional. El
análisis también construye tres escenarios (conservador, moderado y optimista) para los impactos sobre
las inversiones en la etapa inicial y para las celdas y los paquetes de baterías.

No todas las provincias han mostrado un interés explícito en desarrollar la totalidad de la cadena de valor del litio. Jujuy ha
92

manifestado interés.
93
Nótese que el volumen de la producción manufacturera y el tamaño del mercado de la electromovilidad y las energías renovables
en Argentina que se utilizan en Obaya y otros (2022) se basan en los escenarios propuestos en documentos oficiales, como los
Lineamientos para un Plan de Transición Energética al 2030, y el estudio de redes globales de producción (Obaya y Céspedes, 2021).
Los escenarios se validan a partir de la información recopilada en entrevistas con expertos.

47

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


De aquí a 2030, el litio puede aportar beneficios económicos importantes, especialmente a nivel
provincial. A nivel nacional, las inversiones en litio primario en la etapa inicial y las inversiones en celdas
y paquetes de baterías en la etapa final darían lugar a un aumento de entre el 0,41 % y el 0,73 % del
PIB, un aumento de entre el 0,33 % y el 0,59 % de los ingresos fiscales, y un aumento relativamente
bajo de entre el 0,19 % y el 0,33 % del empleo, en los escenarios conservador y optimista para 2030,
en comparación con el desarrollo habitual de la actividad (gráfico 3.10). El desarrollo de la cadena de
valor del litio aportaría beneficios más importantes a nivel provincial. En el escenario optimista, el PIB
aumentaría más del 10 %, los ingresos fiscales se incrementarían un poco menos del 10 % en cada una
de las provincias, y el empleo podría aumentar hasta un 6,5 % en Catamarca. Otro aspecto importante
que debe considerarse con cautela es la reacción de las comunidades locales ante la explotación del litio
y si existen conflictos entre su producción y otros usos del agua.

GRÁFICO 3.10. Efectos directos, indirectos e inducidos de los resultados del PIB, los ingresos fiscales, la
exportación y el empleo a nivel nacional en tres escenarios de la cadena de valor del litio, de aquí a 2030:

a) Impacto de las nuevas plantas de inversión en litio b) Impacto del aumento de la producción de LVC en las fases
(fases iniciales del proceso) iniciales e intermedias del proceso

120.000 120
0,48%
120.000 120
100.000 100
100.000 100
(+5,61%) (+0,33%)

Miles de empleos
80.000 80
80.000 80 (+0,73%)
MM $AR

60.000 60
60.000 60
0,45%
40.000 40
40.000 40
(+0,59%)
0,42% 20
20.000 20 20.000

0 0 0 0
Conservador

Moderado

Optimista

Conservador

Moderado

Optimista

Conservador
Conservador

Moderado
Optimista
Moderado

Conservador
Optimista

Moderado
Optimista
Conservador
Moderado
Optimista
Conservador
Moderado
Optimista

PIB (MM de ARS) Ingresos Empleo (cantidad) PIB Ingresos Exportaciones Empleo
tributarios (MM de ARS) tributarios (MM de ARS) (cantidad)
(MM de ARS) (MM de ARS)

Directo e indirecto Inducido Impacto de la producción de litio Producción de baterías


Impacto total de la inversión en litio

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos de Obaya y otros (2022).
Notas: El panel (b) incluye el impacto de la producción de litio y de celdas y paquetes de baterías. Los resultados de la fase de inversión (panel a) se presentan
de forma acumulada para el período completo (unos dos años) y los resultados de la fase de producción (panel b) se muestran en forma anual; por ejemplo,
los empleos generados en la producción de litio en el año 2030. MM = millones; ARS = pesos argentinos; Cant. = miles de nuevos empleos. Los resultados
son adicionales al escenario conservador de 2022. Los porcentajes indican los cambios del escenario optimista en comparación con la situación de referencia
durante el mismo año, suponiendo un aumento promedio del 1,3 % del PIB por año, de 2022 a 2030.

3.2.7. Competitividad verde

A medida que se abren nuevas oportunidades de crecimiento en los mercados de productos verdes
con la descarbonización, el cultivo de la competitividad en estas áreas puede permitir obtener mayores
beneficios económicos a partir de la transición a la economía verde. Argentina ocupa el puesto 167 de
231 países y territorios en el Índice de Complejidad Verde (ICV), que analiza la capacidad de los países
para exportar de forma competitiva productos verdes (con beneficios medioambientales) y complejos (que

48

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


implican capacidades tecnológicamente más sofisticadas)94. Mientras que la competitividad en productos
verdes permite a los países aprovechar la transición verde, se ha demostrado que la competitividad
en productos de mayor complejidad mejora las perspectivas generales de crecimiento económico y
diversificación de los países (Hidalgo y Hausmann, 2009; Hausmann y otros, 2014). Los países con una
alta clasificación en el ICV tienden a tener mayores tasas de patentes ambientales, menores emisiones
de CO2 y políticas ambientales más estrictas. La clasificación que Argentina posee actualmente en el
ICV es baja en comparación con la de 1995–2019 y, si bien se sitúa por encima de Chile (puesto 179), se
encuentra por detrás de otros países sudamericanos, como Uruguay (puesto 164) y Brasil (puesto 93)95.

A pesar del bajo nivel de comercio de bienes ambientales de Argentina en este momento, el país
es competitivo en varios productos verdes, incluidos los materiales utilizados en la producción
de baterías para vehículos eléctricos. Su ventaja comparativa evidente (VCE), calculada como la
cuota de las exportaciones de un país en cada producto dividida por la cuota de ese producto en las
exportaciones mundiales, muestra que es competitiva en varios productos verdes, como la maquinaria
para licuar aire u otros gases, las turbinas hidráulicas y los medidores de gas96. De los productos
verdes en los que Argentina es competitiva, las piezas para aerosoles y dispersores de polvo son las
que presentan una mayor complejidad. Argentina también es competitiva en cuatro productos de la
cadena de valor de las baterías para vehículos eléctricos, entre los que se incluyen materias primas
y procesadas. La VCE de Argentina en carbonatos de litio (en la etapa inicial de la cadena de valor
del litio) es particularmente alta, y su cuota de exportación es más de 50 veces superior al promedio
global, lo que concuerda con el análisis de la sección 3.2.697.

Con sus habilidades, conocimientos técnicos y factores de producción, Argentina podría ser
competitiva en una gama más amplia de productos verdes. El gráfico 3.11 muestra los productos
verdes en los que Argentina aún no es competitiva, pero podría llegar a serlo. Al trazar el mapa de
las nuevas oportunidades de crecimiento y diversificación de las exportaciones de productos verdes
del país, consideramos las opciones de mejoramiento tecnológico (aproximadas por la complejidad) y
la relativa facilidad para desarrollar la competitividad en ese producto, que puede captarse mediante
una medida conocida como “proximidad”. Esto tiene en cuenta la similitud de las habilidades, los
conocimientos técnicos y los factores de producción necesarios, que han demostrado ser un factor
determinante de las posibles transiciones en la producción. Entre las nuevas oportunidades de
exportación de productos verdes que están más cerca de las capacidades actuales de Argentina se
encuentran el alcohol metílico y el alcohol etílico sin desnaturalizar (que tienen aplicaciones como
biocombustibles y que implicarían una importante descarbonización en el sector del transporte, como
se muestra en la sección 3.2.5) y la cal apagada (utilizada en el manejo de las aguas residuales).

94
El Índice de complejidad de los productos proporciona una indicación útil de su sofisticación tecnológica, que muestra las ventajas en
términos de mejoramiento tecnológico y difusión de conocimientos en otras áreas industriales. Véase Mealy y Teytelboym (2020).
95
Cálculos realizados para este ICDP, según Mealy y Teytelboym (2020).
96
Ramos (2018) arribó a una conclusión similar.
97
Como se detalla en Obaya y otros (2022), los principales componentes de las baterías de litio son los electrodos (cátodo y ánodo), el
electrolito y un separador. Durante el proceso de carga, los iones de litio se mueven desde el electrodo positivo (cátodo) y fluyen hacia el
electrodo negativo (ánodo). El proceso de descarga se produce cuando los iones vuelven a fluir hacia el cátodo. El desplazamiento de los iones
de litio se produce a través del electrolito, el medio orgánico que proporciona las vías de conducción para el movimiento de los iones (Cheng
y otros, 2019; Duan y otros, 2020). El separador es una fina membrana porosa que posibilita la transferencia de iones de litio evitando el
contacto físico de los electrodos y, por consiguiente, los cortocircuitos (Sharova y otros, 2020). El litio se utiliza principalmente en el cátodo,
que tiene un papel clave en la definición del rendimiento de la batería. La proporción de litio en la batería varía según la tecnología del cátodo,
tanto en términos de valor como de masa (Bernhart, 2019). En una batería con cátodos NMC (que utiliza óxido de litio, manganeso y cobalto),
el litio solo representa el 4,9 % del material del cátodo y el 1 % de todo el paquete de baterías (Parlamento Europeo, 2018).

49

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Si bien es probable que a Argentina le resulte más fácil ser más competitiva en estos productos,
pueden ofrecer menos ventajas en términos de mejoramiento tecnológico y crecimiento económico
(se sitúan en la parte inferior derecha del gráfico 3.11). Los productos menos próximos pero más
complejos (como los compresores de aire o gas o la maquinaria de tratamiento de cambios de
temperatura) suelen enmarcarse en las apuestas estratégicas: si bien es probable que el desarrollo
de la competitividad en estos productos implique mayores riesgos, generaría mayores recompensas
económicas (se sitúan en la parte superior izquierda del gráfico 3.11).

GRÁFICO 3.11. Posibilidades para el desarrollo de la competitividad verde de Argentina

2,5 Sector
Control de la contaminación atmosférica
Limpieza o recuperación de suelos
2,0 Compresores de aire o gas, y aguas
campanas Tecnologías y productos más limpios
o más eficientes en cuanto a recursos
1,5 Tecnologías de consumo eficiente
Secadores no domésticos,
de la energía y captación y
Índice de complejidad de los productos

no eléctricos, no especificados
1,0 almacenamiento de carbono
Catalizadores compatibles, Eficiencia energética
Maquinaria para a base de níquel Equipos de observación, análisis y
el tratamiento evaluación ambiental
0,5
por cambios Productos ambientalmente preferibles
Transformadores
de temperatura, en función de las características
dieléctricos
0,0 no especificado líquidos <650 kVA de uso final o de eliminación
Reducción de las emisiones procedentes
Cal muerta de la quema de gas
-0,5 Gestión del calor y la energía
Gestión de residuos sólidos y peligrosos
-1,0 Piezas de turbinas y sistemas de reciclaje
y ruedas hidráulicas Protección de los recursos naturales
Gestión de riesgos naturales
-1,5 Alcohol etílico Reducción de ruidos y vibraciones
desnaturalizado Otros
Energía renovable
-2,0 Alcohol metílico Gestión de recursos y contaminación
Gestión de residuos, reciclaje y
recuperación
-2,5 Gestión de aguas residuales y
0,05 0,06 0,07 0,08 0,09 0,10 0,11 0,12 0,13 0,14 tratamiento del agua potable
Proximidad al país Abastecimiento de agua

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de Mealy y Teytelboym (2020).
Notas: En el gráfico se muestran los productos verdes en los que Argentina no es competitiva actualmente (VCE < 1). De cara al futuro, es probable que el
país pueda hacer una transición más fácil hacia los productos más próximos a Argentina (a la derecha en el eje X). Los productos están coloreados por sector
ambiental y dimensionados por la competitividad de Argentina para ese producto (es decir, la VCE actual). n.e.p. = no especificado en otra parte.

3.2.8. Riesgos de la transición para el empleo: riesgos bajos en general, pero


algunos sectores requieren atención

Aunque los empleos verdes representan una pequeña proporción de la fuerza de trabajo
argentina, ya duplican a los empleos marrones (es decir, los más contaminantes). Mediante el uso
de definiciones internacionales para los empleos verdes y marrones (O*NET y Vona y otros, 2018,
respectivamente), e incluyendo el empleo formal e informal a partir de las encuestas de hogares
de Argentina, Arakaki y otros, (2022) concluye que aproximadamente el 6 % del empleo total se

50

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


considera verde, en comparación con el 3 % que se considera empleo marrón (gráfico 3.12)98. Los
escenarios de descarbonización con cero emisiones netas, como los presentados en los gráficos 3.3 y
3.4, pueden dar lugar a cambios en los patrones de empleo en múltiples sectores de la economía. Los
sectores clave en los que la disponibilidad y las características del empleo pueden cambiar durante
una transición hacia la neutralidad del carbono incluyen la energía y el transporte.

GRÁFICO 3.12. Estimaciones de empleos verdes y marrones para Argentina (2016–21)

0,10
Proporción estimada de empleo verde
Proporción estimada de empleo marrón
Proporción del total de empleos

0,08

0,06

0,04

0,02

0,00
2016 2017 2018 2019 2020 2021

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos de Arakaki y otros (2022).
Notas: La estimación del empleo verde para cada año se realizó multiplicando la proporción verde de la O*NET para cada ocupación de cuatro dígitos de la
CIUO por el empleo total de Argentina en cada categoría de cuatro dígitos de la CIUO. La estimación del empleo marrón se realizó de forma similar, utilizando
la proporción contaminante basada en Vona y otros (2018). La proporción verde es la proporción de ocupaciones verdes de 8 dígitos de la Clasificación
Ocupacional Estándar (SOC) asignadas a cada código CIUO y la proporción marrón es la proporción de ocupaciones marrones de 6 dígitos de la SOC
asignadas a cada código CIUO.

Para que la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono sea fluida, los
trabajadores tendrán que abandonar los empleos marrones, adoptando tecnologías más limpias
o cambiando a empleos más ecológicos que requieran tareas similares. Los resultados preliminares
indican que existen opciones de transición para la mayoría de los trabajadores de los sectores del
transporte, la minería, el petróleo y el gas. Los resultados de la sección 3.2.4 muestran que hay
potencial para fomentar el empleo verde a través de la implementación de la energía solar y de
electrodomésticos con un uso eficiente de la energía. Arakaki y otros (2022) intentan determinar qué
trabajadores pueden pasar de un empleo marrón a otros trabajos, y en qué condiciones, sin que ello
repercuta negativamente en sus ingresos. Un estudio ya realizado ha demostrado que es más probable
que las personas puedan hacer la transición a trabajos que impliquen tareas similares a su ocupación
actual (Mealy, del Río‑Chanona y Farmer, 2018). A partir de esa idea, una evaluación preliminar que
considera a operadores de plantas de refinería de petróleo y gas natural, perforadores de pozos,
operadores de taladros y trabajadores afines, y conductores de vehículos y camiones de servicio
pesado, revela que dichos trabajadores podrían encontrar alternativas laborales más ecológicas sin
perder sus ingresos (Arakaki y otros, 2022). En algunos casos, es posible que deban migrar, para lo
cual se deberán evaluar políticas específicas.

98
El INDEC permitió acceder, especialmente para este estudio, a los datos anónimos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del
tercer trimestre de 2016 al tercer trimestre de 2021 para clasificar las ocupaciones utilizando la Clasificación Internacional Uniforme de
Ocupaciones (CIUO) de cuatro dígitos en vez de la codificación de dos dígitos de la CIUO disponible para Argentina, basándose en el
sistema nacional de clasificación ocupacional, el Clasificador Nacional de Ocupaciones (CNO) a partir de un algoritmo de minería de textos
(véase Arakaki y otros, 2022). Los informes anteriores en los que se calcula el número de empleos verdes en Argentina utilizan diferentes
metodologías y datos, y arrojan previsiones más bajas (https://www.ilo.org/buenosaires/publicaciones/WCMS_781004/lang--es/index.htm).

51

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Algunos trabajadores tendrían que readiestrarse o cambiar de ubicación, y ya existen políticas
para apoyar esa transición. Los trabajadores de los empleos marrones tienen un nivel de estudios
promedio más bajo que los de los empleos verdes (gráfico 3.13a). También tienden a vivir en regiones
con menos empleos verdes, como la Patagonia, Cuyo, el noreste, el noroeste y el Gran Buenos Aires
(zonas suburbanas de la capital), por lo que podrían tener que trasladarse a otra región para encontrar
empleos verdes (gráfico 3.13b). Por último, algunas ocupaciones no tienen tareas similares en los
tipos de empleo alternativos y pueden requerir readiestramiento para el cambio. Por ejemplo, un
conductor de camiones tendría que readiestrarse para convertirse en un trabajador de la industria de
productos aislantes, dada la diferencia de tareas. Orientar los programas de capacitación hacia los
sectores económicos en crecimiento y complementarlos con servicios de apoyo al empleo ayudará
a los trabajadores desplazados a desarrollar y actualizar sus habilidades blandas y a acceder a
puestos de trabajo. El Gobierno está implementando medidas en este sentido con su nuevo programa
Fomentar Empleo, que incluye capacitación y una nueva plataforma digital que proporciona un
sistema de información sobre el mercado de trabajo con información actualizada sobre los puestos
vacantes, las tendencias del mercado laboral y los requisitos de habilidades, con el fin de garantizar
que los programas de readiestramiento sean eficaces.

GRÁFICO 3.13. Trabajadores verdes y marrones en Argentina: niveles de educación completados y ubicación
geográfica (2019)
a) Niveles de educación completados b) Ubicación geográfica

60 Trabajadores
En empleos
verdes 8,0%
50 En empleos
marrones 7,0%

6,0%
40
5,0%

30 4,0%

3,0%
20
2,0%

10 1,0%

0,0%
0 GBA NOA NEA Cuyo Pampeana Patagónica
Educación Educación Educación Educación
primaria primaria secundaria superior
incompleta completa completa completa

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos de Arakaki y otros (2022).
Notas: GBA = Gran Buenos Aires; NOA = noroeste argentino; NEA = noreste argentino; Pampeana = región de las pampas; Patagónica = región de la Patagonia.

52

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


4. Impactos macroeconómicos y distributivos

4.1.  El costo de la inacción a nivel global: impacto macroeconómico de las sequías,


las inundaciones y el calor

Tal como se describió en el capítulo 1, Argentina es vulnerable a los riesgos relacionados con el
clima, con una probabilidad de ocurrencia y una gravedad de impacto que varían según las regiones.
Los fenómenos meteorológicos extremos, en particular las inundaciones, afectan negativamente a varios
sectores (como el transporte, la agricultura y la salud) y pueden tener considerables repercusiones
macroeconómicas y en el bienestar. Araujo y otros (2022) calculan los principales impactos
macroeconómicos y en el bienestar de estos eventos utilizando el modelo macroeconómico y fiscal
(MFMod) del Banco Mundial, calibrado con datos para Argentina.

Argentina se enfrenta a episodios recurrentes de sequía con impactos macroeconómicos considerables.


En Argentina, las sequías causan impactos macroeconómicos a través de tres efectos principales en el
modelo MFMod (Rozenberg y otros, 2021). En primer lugar, suponiendo que los precios internacionales
no cambian, la disminución de la producción agrícola causada por la sequía provoca una caída de las
exportaciones. Dado que las exportaciones agrícolas representan más de la mitad del total de las
exportaciones de Argentina, esto puede tener un impacto macroeconómico importante. En segundo
lugar, cuando la oferta se contrae, los precios internos aumentan, y la magnitud de este efecto depende
de la elasticidad de sustitución entre los productos agrícolas y otros bienes. En tercer lugar, los impactos
indirectos incluyen la reducción del PIB, lo que reduce los ingresos fiscales99. En ausencia de medidas
fiscales adicionales para aumentar los impuestos, recortar los gastos o combinar ambas opciones, la
deuda soberana aumentará. Los eventos estocásticos de sequía representan diferentes escenarios de
cambio climático100 y, en un escenario de RCP 4.5 realizado por modelos climáticos pesimistas, para
2050, el PIB podría ser entre un 2 % y un 5 % más bajo (gráfico 4.1a) que en un escenario sin impactos
climáticos sobre las sequías, y el consumo podría ser entre un 2,5 % y un 3,5 % más bajo (gráfico 4.1b).

99
Los impactos indirectos dependen de la medida en que el tipo de cambio se traslada a los precios a los consumidores y de la
desaceleración de la demanda agregada mediante una reducción en las ganancias de los factores (salarios y rentabilidad del capital).
100
Según el conjunto de modelos climáticos globales y escenarios de emisiones del IPCC, Rozenberg y otros (2021) definen tres escenarios de
perspectivas para las variables climáticas en Argentina: 1) Escenario medio: valores de medianas de cambios en precipitaciones y temperatura;
2) Escenario agropecuario optimista: percentil 90 de la distribución de las precipitaciones y percentil 10 de la distribución de la temperatura.
3) Escenario agropecuario pesimista: percentil 10 de la distribución de precipitaciones y percentil 90 de la distribución de temperaturas.

53

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


GRÁFICO4.1. Impacto del cambio climático en el PIB y el consumo debido a las sequías (RCP 4.5 según el
modelo climático pesimista)
a) Impacto en el PIB b) Impacto en el consumo
PIB comparado con un punto de referencia (%)

con un punto de referencia (%)


0

Consumo comparado
-1 -1

-2
-2
-3

-3
-4

2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050
Año Año
Fuente: Rozenberg y otros (2021).

Las inundaciones tienen un gran impacto en la pobreza y el bienestar, con efectos macroeconómicos
negativos por la reducción del stock de capital del país. Como se comenta en la sección 1.1, los cálculos
de los modelos indican que las inundaciones pueden causar pérdidas anuales de activos de hasta
USD 1400 millones (PPA de 2015), lo que se traduce en pérdidas de bienestar de hasta USD 4000 millones,
equivalentes al 0,8 % del PIB, y prácticamente igual al monto de financiamiento combinado a largo plazo
para Argentina de todos los bancos multilaterales de desarrollo en un año determinado. Las inundaciones
también pueden anular el impacto del gasto social en la mitigación de la pobreza. Además, como se indica
en la sección 4.3, el impacto geográfico de este fenómeno varía, ya que algunas provincias se enfrentan
a la doble carga de una alta exposición a las inundaciones y a los niveles de pobreza. Las provincias del
norte son las que tienen menos resiliencia socioeconómica101, un indicador que ilustra la capacidad a nivel
provincial para hacer frente a las pérdidas de bienestar derivadas de las inundaciones. La mayoría de estas
provincias dependen, en gran medida, de las transferencias fiscales federales, por lo que las inundaciones
son una fuente de presión para el presupuesto federal. Las inundaciones también tienen un costo económico
a largo plazo, ya que los daños netos reducen el stock de capital, lo que a su vez disminuye el PIB potencial.
Suponiendo que no se realicen inversiones de adaptación al clima, las simulaciones estocásticas de las
inundaciones muestran que el impacto promedio de los daños por inundaciones en el PIB alcanzaría el
0,5 % en 2060 (con un intervalo de confianza que oscila entre el 0,2 % y el 0,75 %) (gráfico 4.2)102.

101
En Rozenberg y otros (2021), la resiliencia socioeconómica (definida como la relación entre las pérdidas de bienestar y las pérdidas de
activos) capta la capacidad de la población para hacer frente a las pérdidas de activos causadas por las inundaciones. Una baja resiliencia
indica que las inundaciones tienen consecuencias importantes con respecto al bienestar de los hogares en las provincias más septentrionales.
102
El valor de los activos expuestos se estima en USD 1 380 000 millones, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción
del Riesgo de Desastres (UNISDR) (2015).

54

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


GRÁFICO 4.2. Impacto macroeconómico de los daños de las inundaciones
a) Impacto en el PIB b) Relación deuda‑PIB
PIB Deuda en relación con el PIB
0,1 0,20
respecto del punto de refrencia

respecto del punto de refrencia


0,0 0,16
Porcentaje de desviación

Porcentaje de desviación
-0,1
0,12
-0,2
-0,3 0,08

-0,4 0,04
-0,5
0,00
-0,6
-0,7 -0,04

-0,8 -0,08
40

45

50
30

55
20

35
25

60

40

45

50
30

55
20

35
25

60
20

20

20
20

20

20

20
20

20

20
20

20

20

20

20

20
20

20
c) Impacto en el consumo de los hogares d) Impacto en el capital social
Consumo de los hogares Consumo de los hogares
0,1 0,4

Porcentaje de desviación respecto


Porcentaje de desviación respecto

0,0
0,0
del punto de refrencia
del punto de refrencia

-0,1
-0,2 -0,4
-0,3
-0,4 -0,8

-0,5
-1,2
-0,6
-0,7 -1,6
40

40
45

45
50

50
30

55

30

55
20

35

20

35
25

60

25

60
20

20

20
20

20

20

20
20

20

20

20
20

20
20

20
20
20
20
Fuente: Previsiones del personal del Banco Mundial a partir de datos de UNISDR (2015).
Notas: Las simulaciones de Monte Carlo se basan en la función de densidad empírica mediante la transformación inversa de la probabilidad. La línea amarilla
es la respuesta media. El azul oscuro corresponde a una desviación estándar de 0,5, mientras que el azul más claro corresponde a 1 y 1,5 de desviación
estándar, respectivamente.

Las olas de calor repercuten negativamente en la salud y la productividad laboral, perjudicando la


producción económica y el bienestar103. Aunque la sección 3.1.1 se centra en evaluar el impacto de las
olas de calor en la mortalidad, los estudios muestran que el calor también puede reducir la productividad
laboral y las horas trabajadas. Si los trabajadores están expuestos a temperaturas más elevadas en un
escenario de RCP 8.5, países como México o Colombia podrían experimentar pérdidas diarias de alrededor
del 0,7 % en horas de trabajo para 2025, y de casi el 1,2 % para 2055 (Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo [PNUD], 2016)104. Las personas que trabajan al aire libre o en interiores sin control de la
temperatura ambiente (como los trabajadores de la agricultura, la construcción o la industria manufacturera,
y los que realizan trabajos físicos intensos) están entre los más afectados, pero incluso las tareas de oficina y
de escritorio están sujetas a los impactos negativos de las olas de calor debido al agotamiento (PNUD, 2016).

El impacto conjunto de las inundaciones y el calor reduciría el PIB de Argentina en un 0,5 % en 2050
en un escenario optimista (RCP 2.6) y en un 1,3 % en un escenario pesimista (RCP 8.5) (gráfico 4.3).
En el análisis, se consideran eventos de inundaciones bajo dos escenarios de calentamiento: una RCP
2.6 optimista y una RCP 8.5 pesimista105. Dichos eventos reducen la producción y aumentan los costos,
lo que lleva a una caída de la actividad económica, debido al consumo y a la inversión privada. Esto, a su
vez, implica una menor base imponible y menos ingresos fiscales.

103
Véase Arakaki y otros (2022) para obtener un análisis detallado del efecto de la temperatura en las tasas de mortalidad humana en Argentina.
104
Para este trabajo, se utilizaron las estimaciones de México, ya que no hay estimaciones para Argentina.
105
Mientras que las emisiones de GEI a largo plazo en la RCP 8.5 se consideran excesivamente pesimistas, los escenarios de cambio
climático del Protocolo de administración de información común (CMIP5) (https://www.wcrp-climate.org/wgcm-cmip/wgcm-cmip5) con

55

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


La contaminación atmosférica (debida a las partículas de menos de 2,5 micrones de diámetro y al ozono)
aumenta la carga de morbilidad, generando un costo para la economía que oscila entre el 0,1 % y el 14 %
del PIB, según el método utilizado para su estimación. El cálculo de la mortalidad prematura utilizando
un valor estadístico de la vida (VEV) (basado en Narain y Sall, 2016; OCDE, 2012) da como resultado un
costo estimado de la contaminación atmosférica del 2 % al 14 % del PIB, mientras que la estimación de
las pérdidas de producción del mercado106 utilizando los años de vida perdidos da como resultado costos
de contaminación atmosférica del 0,1 % al 1 % del PIB (Araujo y otros, 2022). Los dos enfoques miden
variables diferentes y son complementarios: el primero arroja costos más elevados porque el VEV se deriva
de una voluntad de pagar que incluye consideraciones de bienestar (por ejemplo, para evitar el sufrimiento o
el dolor), mientras que el segundo solo mide los ingresos perdidos, que es un límite inferior para los daños.

GRÁFICO 4.3. Impacto macroeconómico del daño causado por las inundaciones y el calor

PIB en porcentaje comparado con el punto Consumo, en porcentaje comparado con el Inversión privada, en porcentaje comparado
de referencia punto de referencia con el punto de referencia
0,40
0,40 0,40
0,00 0,00
0,00
-0,40 -0,40 -0,40
-0,80 -0,80
-0,80
-1,20
-1,20 -1,20
-1,60
Escenario: RCP 2,6
-1,60 -1,60 -2,00
Escenario: RCP 8,5
-2,00 -2,00 -2,40

2020

2025

2030

2035

2040

2045

2050

2055

2060
2020

2025

2030

2035

2040

2045

2050

2055

2060
2020

2025

2030

2035

2040

2045

2050

2055

2060

Ingreso público, en porcentaje comparado Gasto público, en porcentaje comparado Deuda pública, en puntos porcentuales de
con el punto de referencia con el punto de referencia desviación respecto del punto de referencia
0,20 0,20 0,30
0,00 0,00 0,25
0,20
-0,20 -0,20
0,15
-0,40 -0,40 0,10
-0,60 -0,60 0,05
-0,80 -0,80 0,00
-1,00 -1,00 -0,05
2020

2025

2030

2035

2040

2045

2050

2055

2060
2020

2025

2030

2035

2040

2045

2050

2055

2060

2020

2025

2030

2035

2040

2045

2050

2055

2060

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos del PNUD (2016) y la UNISDR (2015).

4.2.  Distribución geográfica desigual de los impactos climáticos y los riesgos


de transición

Argentina es un país de gran tamaño con una población dispersa en la que los daños asociados
al cambio climático varían geográficamente, por sectores y grupos de ingresos, lo que agrava las
ya elevadas asimetrías regionales en los niveles de vida. El cambio en el clima es diverso a lo largo
de Argentina; por ejemplo, se prevé que el cambio de temperatura sea mayor en el norte (gráfico 3.2),
que también tiene la población más vulnerable (gráfico 4.4a). Los tipos de actividad económica que se
desarrollan en cada lugar también varían, afectando a las emisiones de GEI en las distintas regiones
(Conte Grand, Mikou y Rozenberg, 2021b). Las actividades económicas son un factor determinante
de las tasas de pobreza, que son muy distintas en todo el país (gráfico 4.4a). Sin embargo, incluso en
un mismo lugar, la exposición a los impactos climáticos o a la transición climática varían, así como la

RCP 8.5 ofrecen un escenario útil (y no inverosímil) de alto calentamiento, que sería coherente con la continuación de las emisiones de
GEI y la alta sensibilidad al cambio climático o la retroalimentación positiva del ciclo del carbono.
106
Expresado como la proporción del trabajo en el PIB per cápita, a partir de Guerriero (2019).

56

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


capacidad para hacer frente a ellos. Por ejemplo, los pobres de las zonas urbanas viven en áreas más
propensas a las inundaciones y tienen menos cantidad de árboles (lo que aumenta la exposición al
calor); también suelen carecer de amortiguadores de ingresos para hacer frente a los eventos climáticos.
Como se analizó en el capítulo 1, las inundaciones provocan pérdidas de activos y de bienestar, que
a menudo anulan tanto la capacidad de los hogares para hacer frente a los eventos y recuperarse
de ellos, como el impacto de la protección social. Estos efectos distan mucho de ser homogéneos en
todo el país (gráfico 4.5). La transición verde también afectará a las personas de forma diferente, ya
que regiones como la Patagonia y Cuyo, donde predomina la minería, tienen una mayor proporción de
empleos marrones, mientras que otras, como la región pampeana, donde predomina la agricultura,
tienen más trabajadores verdes (gráfico 4.4b). Además, dado que las personas con empleos marrones
suelen tener niveles de educación e ingresos más bajos que las de los empleos verdes (sección 3.2.8),
la transición laboral probablemente requerirá cierto tipo de apoyo a los trabajadores para que obtengan
mayores niveles de educación y capacitación.

GRÁFICO 4.4. Pobreza crónica y distribución de los empleos verdes y marrones


a) Población y pobreza crónica por provincia b) Relación entre empleos verdes y marrones, por provincia

Porcentaje de la población
que vive en la pobreza crónica
0,7–4,0 0,4–0,6
4,0–10,2 0,6–0,9
10,2–15,8 0,9–1,3
15,8–20,4 1,3–1,6
20,4–26,4 1,6–2,9

Fuentes: Cálculos del personal del Banco Mundial, a partir de datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) (población, estimaciones de 2010);
Gasparini y otros, (https://mapa.poblaciones.org/map/42901) (pobreza crónica).
Nota: La pobreza se define según el nivel de ingresos, mientras que la pobreza crónica incluye a las personas que tienen otras necesidades básicas
insatisfechas, como las condiciones de la vivienda.

57

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


GRÁFICO 4.5. Impacto de las inundaciones por provincia, promedios anuales

Proporción de protección
Pérdidas de bienestar social perdida en pérdidas
(en millones de USD, Resiliencia anuales promedio (AAL)
PPA de 2015) socioeconómica (%)
9—17 0,18—0,24 1,0—3,0
18—23 0,25—0,30 3,1—4,0
24—53 0,31—0,40 4,1—6,0
54—120 0,41—0,57 6,1—8,0
121—1245 0,58—1,26 8,01—18,0

Fuentes: Cálculos del personal del Banco Mundial, basados en Rozenberg y otros (2021).
Notas: Se usó información de INDEC (2020). Las pérdidas de bienestar representan las características socioeconómicas de la población (por ejemplo, la
pobreza), al igual que los impactos físicos de las inundaciones (debido a los peligros, la exposición y la vulnerabilidad). La resiliencia socioeconómica es la
relación entre las pérdidas de activos y las pérdidas de bienestar, y describe la capacidad de los hogares para afrontar los eventos y recuperarse de ellos. La
proporción de protección social perdida en pérdidas anuales promedio (AAL) se refiere al porcentaje de los pagos sociales que se pierden para compensar las
pérdidas de consumo causadas por las inundaciones fluviales en cada provincia

4.3.  Efectos macroeconómicos y distributivos de las políticas de mitigación


y adaptación

Los Gobiernos disponen de varios instrumentos de política para impulsar el cambio


transformacional, adoptar estrategias de descarbonización para cumplir con las CDN y adaptar
sus estructuras productivas para reducir las vulnerabilidades ante los fenómenos del cambio
climático. En materia de mitigación, nuestro análisis se centra en los mecanismos de fijación de precios
a las emisiones, para reducir los subsidios a la energía y actualizar el impuesto al carbono establecido
en 2018. Se trata de una política transversal, que abarca varios sectores y, en ese sentido, es más
amplia que las políticas analizadas en la sección 3.2. En cuanto a la adaptación, nos enfocamos en
los beneficios de la protección contra las inundaciones, pero sin incluir las inversiones productivas
cruciales para evitar los efectos climáticos extremos, como el riego o la profundización de las vías
navegables para evitar los efectos de las sequías y aumentar la eficiencia. Nuestro análisis de los
subsidios e impuestos no se limita a evaluar los impactos macroeconómicos y distributivos, sino que
examina el efecto de las políticas complementarias para apoyar la transición hacia una economía con
bajas emisiones de carbono. Entre ellas, se encuentran las políticas redistributivas, que compensan
al 40 % más pobre de la población (personas que viven por debajo de la línea de pobreza nacional)
por el aumento del precio del carbono, compensando así el posible efecto regresivo de esta medida
política. Para recircular los ingresos adicionales procedentes de la fijación de precios al carbono con el
fin de perseguir otros objetivos normativos, se consideran objetivos normativos alternativos, como la
reducción de la deuda, el aumento de la inversión pública productiva, el financiamiento de programas
sociales, el reemplazo de parte de las contribuciones a la Seguridad Social (CSS) con los ingresos
provenientes del impuesto al carbono para promover la creación de empleos privados formales, y las
políticas de neutralidad de ingresos que reducen otros impuestos, como el impuesto a las ganancias
y el impuesto al valor agregado.

58

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


4.3.1. Políticas de mitigación

De los 46 países que hoy en día aplican impuestos al carbono, Argentina es uno de los pocos países
de América Latina que impone precios al carbono107. En enero de 2018, se introduce el Impuesto al
Dióxido de Carbono como parte de la reforma tributaria integral a los combustibles (Ley de Reforma
Tributaria nro. 27430) aprobada en diciembre de 2017. Esta reforma sustituyó los anteriores impuestos
ad valorem por dos tasas específicas. La primera fue una tasa de carbono uniforme de USD 10/tCO2e
sobre todos los productos gravados, en función de su contenido de carbono. La segunda fue una tasa
sobre los combustibles líquidos, que, además de las tasas de carbono, no modifica (si no hay ninguna
diferencia) los tipos impositivos generales sobre los combustibles líquidos previamente gravados108.
La ley amplía la lista de combustibles sujetos al impuesto al carbono para incluir el carbón mineral, el
fueloil y el coque, pero el gas natural, el combustible para buques, el gas licuado de petróleo (GLP) y el
combustible de aviación siguen estando exentos. Las tasas impositivas se fijaron en pesos, indexadas al
Índice de precios al consumidor (IPC) de manera trimestral, para amortiguar los efectos de las variaciones
del precio del petróleo y del tipo de cambio. Sin embargo, estos aumentos se pospusieron en varias
ocasiones desde 2019, para evitar nuevos incrementos en los precios de los combustibles.

A pesar de los avances en materia de impuestos ambientales, la imposición directa sobre las emisiones
de carbono resulta insuficiente. La liquidación de impuestos original proponía un precio del carbono de
USD 25/tCO2e, pero se aprobó en USD 10/tCO2e. A partir de 2022, debido a la depreciación del tipo de
cambio, las tasas impositivas rondan los USD 5/tCO2e, por lo que se encuentran entre las más bajas en las
comparaciones internacionales. El impuesto al carbono solo abarca alrededor del 20 % de las emisiones
de GEI de Argentina (Banco Mundial, 2019). Esta cifra es baja comparada, por ejemplo, con Chile, donde
los impuestos alcanzan al 42 % de las emisiones. Además de eximir a diversas fuentes de emisión (incluido
el gas natural y el gas natural licuado [GNL]), el impuesto al carbono de Argentina no abarca las emisiones
directas de GEI procedentes de los procesos industriales, la agricultura o el uso de la tierra.

Los impuestos sobre los combustibles y al carbono tienen como objetivo poner precio a la
externalidad negativa del consumo de combustibles fósiles sobre el medio ambiente. Pero coexisten
con los subsidios a la energía109, que fomentan el consumo de combustibles y deterioran las cuentas
fiscales. Con un 1,8 % del PIB en 2020, Argentina tenía los segundos subsidios a la energía más altos
de América Latina, después de Bolivia (Araujo y otros, 2022). En 2021, el congelamiento de las tarifas
redundó en un aumento al 2,3 % del PIB de los subsidios a la energía, lo que generó un mayor nivel
de desacoplamiento de los precios internacionales110. Como ilustra la historia reciente de Argentina, la
carga de los subsidios a la energía en las cuentas fiscales puede crecer rápidamente, aumentando las
necesidades de financiamiento público e impidiendo que los recursos públicos se destinen a otras áreas
importantes y desatendidas, como la inversión pública. Esto, a su vez, contribuye a los desequilibrios
macroeconómicos e incrementa la vulnerabilidad (Cont y otros, 2021). Desde el punto de vista sectorial, la

107
Tablero interactivo sobre la fijación del precio del carbono del Banco Mundial (https://carbonpricingdashboard.worldbank.org/). Los
demás son Colombia, Brasil, Chile y Uruguay.
108
Ministerio de Economía, Subsecretaría de Ingresos Públicos de Argentina (2018). “La Reforma Tributaria de 2017”.
Véase el informe no publicado del Banco Mundial (2021c), Tercer examen del gasto público, “Energy Subsidies in Argentina: a
109

multidimensional approach to policy reform” (Subsidios a la energía en Argentina: un enfoque multidimensional para la reforma de las políticas).
110
La mayoría de los subsidios fiscales a la energía se originan en la brecha entre los costos de producción y la medida en que estos se
trasladan a la demanda. También hay subsidios al gas que incentivan la producción nacional.

59

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


brecha entre los costos económicos y los precios de la demanda a lo largo de la cadena energética causa
una ineficiencia de las asignaciones (Gray, 1995). Los subsidios a la energía también generan niveles
ineficientes de consumo energético sin internalizar, mediante la fijación de precios, las externalidades
negativas de las emisiones de CO2 sobre la salud y el medio ambiente (Charap, da Silva y Rodriguez,
2013). Los esquemas de subsidios a la energía generalizados del tipo de los que existen en Argentina
son también una forma ineficiente de redistribuir los recursos hacia los menos favorecidos. En gran parte,
debido a la prevalencia del mecanismo de tarifa plana general, una gran proporción de estos subsidios
termina beneficiando a los hogares de los deciles más altos de la distribución de ingresos, que tienen
mejor acceso a la red y consumen más energía (Banco Mundial, 2014; Giuliano y otros, 2020). El Plan
Tarifas Justas y Responsables, que se puso en marcha en septiembre de 2022, tiene por objeto abordar
esta cuestión mediante una reducción gradual de los subsidios a la energía (eliminando los subsidios a
los clientes de altos ingresos y a la demanda de electricidad no residencial), lo que permitiría una mayor
inversión pública. Pero la guerra en Ucrania y los consiguientes aumentos de los precios de la energía
en todo el mundo están poniendo a prueba estas reformas en medio de un aumento de la ya elevada
inflación y del deterioro del poder adquisitivo. Sin embargo, a pesar de la evolución económica reciente,
cualquier reforma de la fijación de impuestos al carbono debe evaluarse en este contexto más amplio e
integrar una reducción progresiva de los subsidios a la energía.

Si bien los efectos sociales y económicos negativos del cambio climático hacen que las políticas de
mitigación y adaptación sean cruciales, es importante considerar las repercusiones macroeconómicas y
distributivas de dichas políticas. Araujo y otros (2022) modelan un impuesto al carbono de amplia base,
asumiendo que se traslada a los usuarios finales y se eliminan los subsidios explícitos a la energía111. El
precio del carbono simulado en el análisis es consistente con un escenario de CDN correspondiente a una
reducción de emisiones de GEI del 25 % en comparación con el punto de referencia y, por lo tanto, alineado
con el compromiso del Acuerdo de París asumido por Argentina. Esto implicaría un aumento real del
impuesto al carbono de USD 56112. A diferencia de la situación actual, que exime al gas natural y a algunos
otros sectores, el impuesto al carbono actualizado se extiende a todos los sectores. Una vez determinado
el aumento del impuesto al carbono necesario para alcanzar el escenario de la CDN definido anteriormente,
la herramienta de evaluación de la fijación del precio del carbono (CPAT) del Banco Mundial ofrece un
cálculo de las transferencias financieras necesarias para garantizar que el 40 % de los hogares más pobres
conserven el mismo poder adquisitivo que tenían antes del aumento del impuesto al carbono113. Nuestro
análisis contempla diferentes conjuntos de simulaciones, en las que la principal variación se da en el destino
de los ingresos provenientes del impuesto al carbono recaudado. Las opciones posibles incluyen el uso de
los ingresos para reducir la deuda soberana, como las transferencias al 40 % más pobre de la población
(al menos parcialmente) para evitar los efectos distributivos negativos, o la reducción de otros impuestos,
como el impuesto a las ganancias, el impuesto al valor agregado y las contribuciones a la seguridad social,
en escenarios de neutralidad de ingresos. Los supuestos en los que se basan estas simulaciones y los
diferentes canales de transmisión se resumen en Araujo y otros (2022).

111
El análisis utiliza los subsidios para el carbón, el gas, el petróleo y la electricidad, con valores de subsidios tomados de la Agencia
Internacional de Energía (AIE). La reducción de los subsidios implica un menor gasto y, por consiguiente, un ahorro fiscal.
112
En el MFMod, los subsidios se expresan en equivalentes del impuesto al carbono. De este modo, los escenarios del impuesto al
carbono en el MFMod incluyen tanto la eliminación de los subsidios como el impuesto para cumplir con la CDN. El precio efectivo del
carbono se estima en USD 25/tCO2e, teniendo en cuenta los subsidios a la energía. Por lo tanto, el precio del carbono se incrementa a
USD 31/tCO2e, lo que supone un aumento de USD 56.
113
Obsérvese que la compensación del poder adquisitivo (es decir, la eliminación del efecto de renta) es compatible con la reducción del
consumo de carbono en el 40 % de los hogares más pobres, que se vería impulsado por el efecto de sustitución derivado de un cambio
en los precios relativos.

60

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Además de reducir las emisiones de GEI, la eliminación de los subsidios y el aumento del precio
del carbono tienen otros cobeneficios. La política simulada de eliminar explícitamente los subsidios
y aumentar el impuesto al carbono a USD 31/tCO2e en 2022 implicaría diferentes reducciones de
las emisiones de GEI en relación con la situación de referencia, que varían según la forma en que se
reasignan los ingresos (gráfico 4.6). Por ejemplo, la eliminación de los subsidios implica una reducción
del 15 % de las emisiones de GEI para 2030 en relación con el punto de referencia (gráfico 4.6, escenario
de subsidio‑ahorro), mientras que el aumento del precio del carbono (en un escenario de ahorro) implica
otra reducción del 15 % de las emisiones (gráfico 4.6, escenario de CDN‑ahorro). Las diferentes opciones
de reciclado de ingresos implican diferentes trayectorias de reducción de emisiones de GEI, dado su
impacto en el crecimiento del PIB (gráfico 4.7.). Es importante destacar que los cobeneficios de estas
políticas incluyen evitar aproximadamente 4600 muertes prematuras relacionadas con contaminación
atmosférica y 3400 muertes por accidentes de tránsito entre 2023 y 2030. En el resto de esta sección se
analizan los diferentes efectos macroeconómicos y distributivos de estos escenarios.

GRÁFICO 4.6. Emisiones de GEI indexadas frente a GRÁFICO 4.7. Efecto de los distintos escenarios
las CDN para todos los gases y todas las fuentes, en sobre el PIB y las emisiones (2030)
diferentes escenarios de recirculación de ingresos

120,0 110 Punto de


referencia
105
Índice (2018=100)

100,0
Emisiones de GEI indexadas,

100

95 CDN-
transferencias
(2018=100)

80,0 Subsidio-ahorro e IP
90
CSS total
85 CDN-
60,0 IRS y CSS
IRS total transferencias
2024

2030
2020

2025
2023

2028
2022

2026

2029
2027

80
2021

CDN
Punto de referencia IRS y CSS 75 transferencias
CDN-ahorro y ahorros
CDN-ahorro Subsidio-ahorro
CDN-transferencias CDN-transferencias 70
y ahorros CDN-transferencias e IP -1,00% 0,00% 1,00% 2,00% 3,00% 4,00%
IRS total CSS total Crecimiento del PIB en 2030

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de la CPAT. Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de la CPAT.

Aumentar el impuesto al carbono y eliminar los subsidios puede tener un impacto negativo en el PIB
y en la distribución de los ingresos, a menos que los ingresos procedentes del impuesto al carbono
se reciclen para aumentar tanto las transferencias como la inversión pública. Aunque los impuestos
al carbono tienen un efecto positivo a largo plazo en las finanzas públicas, la ausencia de reciclado de
los ingresos puede llevar a una reducción del PIB cercana al 1 % con respecto al punto de referencia a
corto plazo, y a una reducción del 0,2 % a largo plazo. También puede haber efectos negativos a corto
plazo en el consumo relativo de los hogares, con mayores pérdidas para los deciles más bajos, lo que
hace que esta opción de política sea regresiva (Araujo y otros, 2022). Afortunadamente, existen diversas
opciones políticas que pueden compensar estos efectos y dar lugar a resultados positivos en materia
de crecimiento y distribución. Por ejemplo, la recirculación del 100 % de los ingresos del impuesto al
carbono mediante transferencias para proteger a los hogares más pobres (gráfico 4.8a) aumenta el PIB
a corto plazo en relación con el punto de referencia, impulsado por el consumo. Pero los efectos de
desplazamiento y la reducción de la inversión privada hacen que el PIB caiga a largo plazo hasta un

61

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


0,65 % por debajo del punto de referencia para 2050 (Araujo y otros, 2022). La transferencia del 25 %
de los ingresos acumulados al 40 % más pobre de la población y la asignación del 75 % restante a la
inversión pública tienen el mayor efecto sobre la producción en el crecimiento a largo plazo (gráfico 4.8b, y
Araujo y otros, 2022, escenario de CDN3‑transferencias e inversión privada [IP]), porque el multiplicador
fiscal de la inversión pública es mayor que los asociados a otros componentes del gasto (Banco Mundial,
2021c). Este escenario también tiene el mayor efecto positivo sobre el consumo y la inversión privada, a
corto y a largo plazo, y ofrece resultados positivos para la cuenta corriente (a largo plazo), el saldo fiscal
y la deuda pública (tanto a corto como a largo plazo).

GRÁFICO 4.8. Impacto distributivo de la eliminación de los subsidios y del aumento del impuesto al carbono
con diferentes opciones de reciclado de los ingresos (consumo relativo en 2025, porcentaje de cambio)
a) 100 % de transferencias b) 25 % de transferencias, 75 % de gasto público
60,0 40,0 Efectos en los precios directos e indirectos
Transferencia específica
50,0
30,0 Cambio neto
40,0
20,0
30,0

20,0 10,0

10,0
0,0
0,0
-10,0
-10,0

-20,0 -20,0
Más pobre

Decil 2

Decil 3

Decil 4

Decil 5

Decil 6

Decil 7

Decil 8

Decil 9

Más rico
Más pobre

Decil 2

Decil 3

Decil 4

Decil 5

Decil 6

Decil 7

Decil 8

Decil 9

Más rico

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de datos de la CPAT.

4.3.2. Políticas de adaptación

Las medidas de adaptación son fundamentales para proteger a la economía y a las poblaciones
vulnerables de los efectos de los eventos relacionados con el clima. En esta sección se examina el
impacto macroeconómico de las inversiones en la protección contra las inundaciones. Aunque ya se
ha demostrado que las sequías tienen graves costos económicos, no es fácil introducir en un modelo
macroeconómico las medidas de adaptación necesarias para prevenir estos eventos climáticos. Según
el diagnóstico del Banco Mundial sobre la seguridad hídrica en Argentina (Banco Mundial, 2021b), el
país podría aumentar la resiliencia a la sequía reforzando el sistema de gestión de los recursos hídricos,
ampliando los conocimientos sobre la prestación de servicios, desarrollando una mejor comprensión de
la dinámica de la demanda sectorial de agua y mejorando la infraestructura de gestión, la recopilación
y el registro de datos y la capacidad de procesamiento y seguimiento (sección 3.1.2). En el diagnóstico
también se destaca la importancia del riego complementario para los cultivos de secano. Los escenarios
explorados en esta sección incluyen inundaciones anuales que destruyen el stock de capital de manera
equivalente a las cuotas históricas de pérdidas previstas, con diferentes tiempos de reconstrucción
luego de las inundaciones, y con y sin inversiones en la protección contra las inundaciones. Se observa
que la contracción del PIB es menor cuando la reconstrucción es más rápida, y el PIB es ligeramente
mayor en un escenario con protección contra las inundaciones en comparación con uno sin inversiones
de adaptación (gráfico 4.9).

62

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Dadas las restricciones de la deuda, la inversión en adaptación y reconstrucción se financia
reduciendo el gasto corriente y de capital. En todos los escenarios simulados, las infraestructuras
de protección contra las inundaciones y la reconstrucción del capital dañado se financian reduciendo
la inversión corriente y de capital, aumentando la deuda solo en entre un 0,3 % y un 1 % del PIB
para 2050 en todos los escenarios. El mayor endeudamiento se da en el escenario con eventos
mayores y poco frecuentes, sin protección contra las inundaciones y con una reconstrucción más
lenta. Un crecimiento más fuerte, impulsado por la transformación estructural y la diversificación
de las exportaciones, será crucial para financiar la inversión pública en adaptación y evitar las
limitaciones señaladas en esta simulación, ya que no sería necesario reducir otras inversiones de
capital. La estabilización macroeconómica y las políticas favorables al crecimiento también atraerían
la inversión privada en materia de adaptación. Sin embargo, desde la perspectiva de la modelización,
es importante destacar los límites de estas simulaciones, ya que las inversiones proyectadas se
limitan a evitar los daños causados por las inundaciones y no incluyen las necesidades de inversión
productiva sectorial de mayor magnitud (como el riego para proteger la agricultura contra las sequías
y aumentar la productividad, o la profundización de la vía navegable para reducir las interrupciones
causadas por la sequía y aumentar la eficiencia del sector hídrico), lo que aumentaría la resiliencia de
la economía y disminuiría su vulnerabilidad a los eventos del cambio climático. En el diagnóstico sobre
la seguridad hídrica de Argentina se estima que las inversiones prioritarias en el sector ascenderían
a USD 96 900 millones para 2030. Aunque un trabajo futuro debería cuantificar estas necesidades,
dichas inversiones requerirían fuentes de financiamiento adicionales y acceso a los mercados de
deuda, habida cuenta de la restricción fiscal fiscal de Argentina y de las rigideces presupuestarias
que dificultan la reasignación del gasto, al menos en el corto plazo.

GRÁFICO 4.9. Efectos de las inversiones en reconstrucción y adaptación para fenómenos frecuentes y de
poca magnitud en tres escenarios (daños anuales = pérdidas previstas) (2019–59)
Sin adaptación, reconstrucción
Sin adaptación, rápida
reconstrucción inmediata Sin adaptación, reconstrucción
Sin adaptación, lenta
reconstrucción lenta Con adaptación,
Adaptación yreconstrucción
reconstrucción rápida

0,50 1,00 0,50


respecto del punto de referencia
respecto del punto de referencia

respecto del punto de referencia

0,00
0,00 0,00
Porcentaje de desviación
Porcentaje de desviación

Porcentaje de desviación

-1,00
-0,50 -2,00 -0,50
-1,00 -3,00 -1,00
-4,00
-1,50 -1,50
-5,00
-2,00 -6,00 -2,00
-2,50 -7,00 -2,50
-8,00
-3,00 -9,00 -3,00
-3,50 -10,00 -3,50
2019
2022
2025
2028
2031
2034
2037
204
2043
2046
2049
2052
2055
2058

2019
2022
2025
2028
2031
2034
2037
2040
2043
2046
2049
2052
2055
2058
2019
2022
2025
2028
2031
2034
2037
204
2043
2046
2049
2052
2055
2058

PIB Consumo Inversión PIB Consumo Inversión PIB Consumo Inversión

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial a partir de los datos de Banco Mundial (2021b).
Nota: Las simulaciones se generaron utilizando una relación costo‑beneficio de 1,4 para las inversiones de protección contra las inundaciones (el gasto en
adaptación genera un beneficio del 40 % sobre el costo). Todas las inversiones de adaptación se financian reduciendo la inversión pública productiva.

Los sistemas de protección social protegen a los más pobres frente a los impactos del cambio
climático. Las transferencias de dinero pueden ser una solución eficaz para reducir los impactos de las
sequías y las inundaciones sobre el bienestar, especialmente frente a fenómenos de gran magnitud y
poca frecuencia, y los sistemas de protección social son herramientas clave para ayudar a la población
más vulnerable a adaptarse a los impactos de evolución lenta del cambio climático (sección 1.1). En

63

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Argentina, los sistemas de protección social adaptativa están, en general, bien establecidos —tal y
como se constató en la prueba de estrés realizada para dichos sistemas (Banco Mundial, 2022)— pero
podrían mejorarse en tres aspectos principales:

1. El fortalecimiento del intercambio de información entre el sistema de protección social y los


sistemas de alerta temprana locales y nacionales para calcular la población vulnerable en
riesgo frente a diferentes tipos de peligros, con el fin de mejorar la focalización y asegurar el
financiamiento.

2. El desarrollo de la capacidad técnica, humana y financiera del Ministerio de Desarrollo Social, la


Administración Nacional de la Seguridad Social y el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social para responder a los fenómenos de desastre y al cambio climático y mejorar sus sistemas
de información geográfica para que puedan ampliar los programas de protección social para
alcanzar a más beneficiarios en zonas con alto riesgo de desastre.

3. La elaboración de un diagnóstico que sirva de base para la formulación de un plan de gestión del
cambio climático para el sector de la protección social que establezca programas para responder
a eventos específicos, diseñe y proponga esquemas institucionales que permitan adaptar la
protección social a los desafíos del cambio climático y focalice los mecanismos de gasto social
en las poblaciones vulnerables de las zonas y regiones de alto riesgo.

64

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


5. Conclusión: acciones prioritarias y brechas de conocimiento

La enorme dependencia del capital natural que se experimenta en Argentina contribuye a su


vulnerabilidad frente el cambio climático en el ámbito del sector agropecuario y la energía
hidroeléctrica, y frente a la transición hacia las bajas emisiones de carbono en el ámbito de la
industria del petróleo y el gas. Pero también presenta oportunidades de crecimiento. En el país,
se puede crear un modelo de crecimiento inclusivo, resiliente y de bajas emisiones de carbono si
se aprovechan las ventajas comparativas en cuanto a la agricultura climáticamente inteligente, las
baterías de litio para vehículos eléctricos y la energía renovable, al tiempo que se incrementa la
productividad mediante la seguridad hídrica.

Habida cuenta del contexto macroeconómico de Argentina, es fundamental que se prioricen las
políticas climáticas compatibles con el aumento del crecimiento del país, o sin dejar de lado la
pobreza y la distribución. Las acciones que se identifican en este ICDP y se resumen en el cuadro 5.1
evitan los caminos irreversibles y se priorizan sobre la base de sus beneficios en términos de desarrollo
y su urgencia. Aunque aún no evaluamos estas acciones en conjunto en un marco macroeconómico, se
demostró que, por separado, generan beneficios en términos de crecimiento.

Si bien la mayoría de las acciones climáticas identificadas en este ICDP pueden generar amplios
beneficios para el sector privado y la economía de Argentina sin necesidad de apoyo adicional
(como inversiones en litio o vehículos eléctricos), otras pueden requerir de fondos privados y
públicos internacionales para cubrir parcialmente los costos (por ejemplo, acciones para reducir
la deforestación o las emisiones de metano derivadas de la ganadería). Los mercados de carbono
internacionales pueden ser también una fuente de fondos basados en los resultados tanto para los
países como para las empresas públicas que realizan actividades para reducir las emisiones de GEI,
así como para el sector privado en general. Los bonos y los préstamos vinculados a la sostenibilidad
también pueden constituir una fuente fiable de financiamiento que puede combinarse con descuentos
(o penalizaciones) basados en los resultados por cumplir (o no) los objetivos acordados previamente.
Las transferencias internacionales también pueden ayudar a solventar los costos económicos
de una transición hacia la reducción de las emisiones de carbono, de acuerdo con el principio de
responsabilidades comunes pero diferenciadas. Para eliminar los obstáculos a las inversiones públicas
y privadas en la acción climática y para las inversiones que aún no son comercialmente viables,
como las nuevas tecnologías climáticamente inteligentes no probadas o los mercados incipientes, se
requieren fondos en condiciones favorables o instrumentos de reducción de riesgos, entre los que se
incluyen el financiamiento combinado

65

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


CUADRO 5.1. Prioridades climáticas y vinculadas al desarrollo para Argentina
Beneficios para Vínculo con otras políticas

Ventajas
Prioridades amplias Adaptación Mitigación Sinergias relativas

Reformas macrofiscales e incentivos de precios

1. Eliminar gradualmente los subsidios a Altos Altos Macroeconomía, Aceptabilidad


la energía y los impuestos al carbono pobreza política
tratando de recircular los ingresos
procedentes del carbono para proteger
a la población más pobre y, al mismo
tiempo, crear amortiguadores para
enfrentar los eventos climáticos

2. Crear e implementar incentivos para Altos Energía,


las tecnologías de baja emisión de agricultura,
carbono en el sector del transporte: industria
biocombustibles de nueva generación,
hidrógeno verde, vehículos eléctricos*

3. Fortalecer los sistemas públicos y los Medianos Pobreza Costo


mecanismos privados para pagar los de oportunidad de
servicios ecosistémicos destinados a los fondos públicos
mitigar la deforestación

Medidas relacionadas con el capital humano

4. Conectar de mejor manera los sistemas Medianos Medianos Pobreza


de protección social con los sistemas
de control de riesgos para lograr una
mayor resiliencia frente a los eventos
climáticos

5. Realizar educativas para modificar las Medianos Educación Energía (p. ej.,
conductas relacionadas con el consumo la percepción
de productos de bajas emisiones de del calor podría
carbono y la concientización sobre los aumentar el
riesgos climáticos (p. ej., una ley de uso del aire
educación ambiental) acondicionado)

6. Crear políticas de readiestramiento y Medianos Pobreza,


adaptar las políticas de apoyo social macroeconomía
para incluir la transición hacia los
empleos verdes

Planificación, normas, incentivos

7. Elaborar un plan energético sostenible Altos Altos Transporte,


a mediano plazo agua, reformas
macrofiscales

8. Mejorar los datos y los modelos para la Altos Transporte,


gestión de los recursos hídricos energía, agricultura

9. Diseñar un plan de descarbonización Altos Silvicultura


para el sector agrícola, que se centre
en reducir las emisiones de metano
provenientes de la ganadería y la
deforestación en el Chaco

10. Propiciar las condiciones para las Altos Problemas


inversiones en energía renovable de economía
mediante tarifas y normativas más política en torno
favorables a otras fuentes
de suministro
energético

66

Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


Beneficios para Vínculo con otras políticas

Ventajas
Prioridades amplias Adaptación Mitigación Sinergias relativas

11. Crear incentivos (y acciones para Medianos Macroeconomía, Algunas acciones


aumentar la concientización) para energía pueden tener
mejorar la eficiencia energética de los impactos negativos
edificios y los electrodomésticos** sobre el empleo

12. Incrementar el apoyo público y la Altos Altos Macroeconomía Efectos


movilización del sector privado para (comercio), salud y de recuperación
implementar innovaciones en la pobreza (seguridad (mayor demanda)
agricultura climáticamente inteligente alimentaria) debido a la mejora

13. Continuar desarrollando la cadena Medianos Macroeconomía, Suministro


de valor del litio, generando más transporte de energía
conocimientos sobre las oportunidades proveniente de
de vinculación progresiva y regresiva, otras fuentes;
y evaluando el impacto social y exportación de
ambiental de la minería del litio minerales en bruto
e importación de
vehículos eléctricos

14. Mejorar las logísticas del transporte Medianos Agricultura


para las cadenas de valor*: centros
de consolidación urbanos, acceso
mejorado a los ferrocarriles, eficiencia
energética en el transporte

15. Seguir mejorando la calidad de los Medianos Medianos Industria


inventarios de GEI y desarrollar
factores de emisión que el sector
privado pueda utilizar en el asiento
de la intensidad de las emisiones de
carbono

Inversiones

16. Invertir en infraestructura para el Altos Agricultura Costo


almacenamiento del agua de oportunidad de
los fondos públicos

17. Profundizar las vías navegables Altos Medianos Niveles más Problemas
bajos de costos de economía
de transporte y política en torno
emisiones al transporte por
carretera

18. Seguir invirtiendo en infraestructura de Medianos Altos Costo


transmisión para conectar la energía de oportunidad de
renovable a la red de distribución los fondos públicos

19. Invertir en infraestructura para la carga Altos Salud Costo


de vehículos eléctricos de oportunidad de
los fondos públicos

20. Invertir en infraestructura verde para Altos Salud, pobreza Costo


mitigar las inundaciones, además de oportunidad de
de aumentar la capacidad para la los fondos públicos
planificación urbana

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial, basados en los resultados de este ICDP.
Nota: * Solo realizamos un análisis detallado de dos cadenas de valor: la de la soja en todo el país y la de los productos lácteos en la zona metropolitana
de Buenos Aires. Estos resultados podrían ampliarse a otros sectores. ** Realizamos un análisis detallado de algunas acciones, como cambios en la
iluminación, los electrodomésticos del hogar y la generación distribuida proveniente de los paneles solares.

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Informe sobre clima y desarrollo de los países: Argentina


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