17.UNIDAD 3 - El Proceso de Dise o de Cursos
17.UNIDAD 3 - El Proceso de Dise o de Cursos
17.UNIDAD 3 - El Proceso de Dise o de Cursos
Índice
1. Introducción 3
9. El dispositivo de evaluación 26
1. Introducción
Los objetivos específicos con los que se desarrolla el bloque de contenidos que se tratan en
este documento son los siguientes:
Antes de comenzar, es conveniente que se definan y delimiten los principales conceptos clave
que se van a manejar a lo largo del desarrollo de este documento, con el fin de erradicar
eventuales confusiones.
Unidad de Criterio que actúa como «molde» de segmentación de los elementos que se articulan
análisis del para constituir un programa: contenidos, actividades, materiales y experiencias de
programa aprendizaje enseñanza (estructuras gramaticales, funciones, tareas, etc.)
Proceso de diseño de cursos [3] Mayo junio 2019-2020
Departamento de Lenguas Aplicadas y Educación
Susana Llorián González
Profesora doctora
El diseño de cursos es un trabajo que atañe a los miembros de los equipos docentes de los
centros de aprendizaje y enseñanza. Se trata de un proceso dinámico y cíclico, de toma de
decisiones, que se retroalimenta de forma continua, a partir los resultados de la reflexión
sistemática sobre la práctica docente. El diseño se produce a lo largo de una serie de fases
recurrentes, que no tienen por qué darse de forma sucesiva ni tener continuidad en el tiempo.
Estas fases se pueden acometer en diferentes periodos de tiempo. Las fases son las
siguientes:
En muchas situaciones, en las que no existen recursos suficientes, entre ellos, profesionales
debidamente formados para acometer esta tarea, las decisiones que tomen sobre los
componentes curriculares se toman a partir del manual. El manual desempeña un papel muy
importante, pero auxiliar en este proceso. Durante este módulo, se dejarán claros cuáles son
los papeles que puede desempeñar este recurso en el diseño de cursos.
Los procedimientos que se describe en este módulo no son mi mucho menos los únicos que se
pueden llevar a cabo. Cada una de las situaciones de aprendizaje y enseñanza requiere un
modo de proceder, determinado por la naturaleza de la institución y del centro, por los
documentos curriculares y de referencia que se manejen y por los recursos disposibles.
Aclaramos, para terminar, que, por regla general, en los centros, los cursos se diseñan para un
perfil de alumno, que se describe a partir del análisis del entorno. Los cursos para grupos
concretos se diseñan cuando se estudia español para ser utilizado en contextos específicos,
profesionales y académicos y requieren diseños a medida. No conviene confundirse con la idea
de grupo meta, que resulta útil para la planificación de clases, pero no para el diseño de
cursos.
Concepto
El análisis del entorno o análisis de factores contextuales es un procedimiento sistemático de
recogida y procesamiento de la información relativa a una serie de factores, de distinta
naturaleza, que constituyen la base de las decisiones que han de adoptarse respecto al diseño
y desarrollo de un curso. Cualquier intervención de planificación educativa, ya sea establecer
un nuevo plan de actuación, ya sea actualizar o cambiar un plan ya existente, deberá
fundamentarse en un análisis de dos tipos de factores:
a) los relacionados con las variables sociales y educativas del entorno geográfico y
cultural en el que se desarrollará la actividad docente;
Son varios los autores que se ocupan de este tipo de análisis. Algunos, como Tudor (2002),
Cortazzi Williams y Burden (1997) o Holliday (1994), se detienen la forma en la que el contexto
en el que se ubican las experiencias de aprendizaje y enseñanza pueden condicionar las
formas en las que los alumnos reaccionan ante las propuestas del currículo. Manejan
conceptos que se recogerán más abajo como «cultura del aula», «tradición educativa». Otros
autores como Jordan (1997), Nation y Macallister (2010), Macallister y Nation (2011), Mickan
(2013) presentan una visión orientada al diseño de cursos recogiendo conceptos de los autores
anteriormente citados.
Tradición educativa
Los dos primeros aglutinan factores de carácter socioeducativo que afectan al entorno en
general, mientras que los tres últimos tienen que ver con la situación particular del centro en el
que se desarrollan las experiencias de aprendizaje y enseñanza. Se presentan a continuación
los aspectos más significativos de cada uno de estos subarpartados.
Un adecuado conocimiento de la percepción que tiene la sociedad del área de influencia del
centro sobre la importancia del español y de la cultura de los países hispanohablantes, así
como los valores que tal sociedad asocia a esta lengua y a esta cultura, es un factor decisivo a
la hora definir el peso del perfil del hablante intercultural en la programación del curso.
Por otra parte, se tiene consideración la información sobre el peso del español en la oferta de
enseñanza del país, dentro y fuera del sistema educativo, así como la detección de los
sectores sociales y profesionales que demandan enseñanza del español y las motivaciones de
esta demanda, permitirán situar la oferta de cursos, actividades y servicios del centro en
relación con el conjunto de la oferta de centros docentes e instituciones culturales de la zona.
Teniendo esto en cuenta, el análisis de los factores sociales y educativos se centra en los
siguientes aspectos:
Alcance que tiene en el entorno el uso del español, es decir, cuál es la presencia, el papel
y la importancia del español como vehículo de comunicación y de entendimiento para
determinados sectores sociales (instituciones, empresas, medios de comunicación) en
sus relaciones sociales y económicas, así como la presencia de población de habla
hispana en el entorno y su perfil.
Variables:
Imagen y el papel del español y la cultura hispana en el entorno, tal como es percibido
por la población;
Variables:
Variables:
Modo en que las instituciones que ofrecen enseñanza de lenguas extranjeras organizan y
gestionan la actividad académica.
Tradición educativa
Las decisiones que afectan al desarrollo del currículo, deberán fundamentarse, por una parte,
en un adecuado conocimiento de las creencias y valores de la sociedad sobre la educación en
general y el aprendizaje y la enseñanza de lenguas en particular y, por otra, en las
circunstancias políticas y económicas que condicionan la forma en la que se llevan a cabo los
procesos de aprendizaje y enseñanza dentro y fuera del sistema educativo. Estos aspectos
constituyen lo que se conoce como tradición educativa.
Los rasgos que caracterizan esta tradición en cada entorno particular deberán reflejarse
adecuadamente en el análisis. En el procedimiento de recogida de información se deberían
incluir las variables que se especifican a continuación:
Variables:
Variables:
o edad,
o sexo,
o nivel de estudios,
o poder adquisitivo.
o Otros.
o creencias,
o conocimiento de otras lenguas extranjeras y experiencias de aprendizaje de lenguas,
o experiencias lingüísticas y culturales,
o actitudes y expectativas respecto al aprendizaje de lenguas,
o Otros.
El perfil de los profesores que constituyen el equipo docente del centro es otro de los factores
clave de la situación de aprendizaje y enseñanza. Las decisiones que se tomen siempre
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condicionadas por las características del equipo docente, por lo que resulta particularmente útil
disponer de información adecuada sobre datos sociológicos de los miembros del equipo
docente, así como sobre sus creencias, actitudes y expectativas respecto a la enseñanza y
aprendizaje de lenguas extranjeras. Todas estas variables están determinadas por la formación
que hayan recibido y de los valores que hayan asumido a través de la tradición educativa en la
que se hayan desarrollado como profesionalmente.
Variables:
o datos sociológicos,
o creencias,
o actitudes y expectativas,
o formación.
o Otros.
Variables:
Los procedimientos e instrumentos que se pueden emplear para obtener la información son los
siguientes:
Cuestionarios
preguntas abiertas (el informante debe proporcionar las respuestas), cuestionarios mixtos (se
combinan los dos anteriores); criterios como la forma de presentar la información: cuestionarios
gradados (manejan dos tipos de información y ésta se presenta de modo que pueda ser
interpretada a golpe de vista), etc.
Entrevistas
Este procedimiento cuenta con la ventaja de que el entrevistador puede guiar a los informantes
en sus respuestas. La información se obtiene por medio de la cooperación y la familiaridad que
proporciona este instrumento. La entrevista puede, además, ampliar la información recogida y
aclarar dudas sobre la que se tenía. Permite acceder a los datos que no se habían previsto con
anterioridad.
La información disponible en las fuentes documentales debe recogerse con un criterio fijado
previamente, que resulta muy útil reflejar en instrumentos de estas características.
La actuación del profesor, de los alumnos y el modo de llevar a cabo el proceso de toma de
decisiones durante las sesiones de clase puede ser también objeto de observación.
El análisis de los datos obtenidos puede hacerse de forma cuantitativa o cualitativa. Los
análisis cuantitativos se suelen presentar en forma de porcentajes y se realizan aplicando
estadística descriptiva básica. Cuentan con la ventaja de la rapidez con la que se vacían los
datos y se interpretan. A la interpretación sucede la elaboración de informes referidos a cada
grupo de variables.
La tabla muestra las implicaciones que pueden tener los datos resultantes del análisis del
entorno en el proceso del diseño del curso. El planteamiento que aquí se sigue está en relación
con el Plan Curricular del Instituto Cervantes, en especial, en lo que concierne a la definición de
las metas del curso, que sigue el modelo de los tres perfiles de alumno.
No obstante, se puede seguir un modelo diferente para la enunciación de las metas, al emplear
otro documento curricular institucional. Como se ha indicado en el documento anterior, la
mayor parte de estos documentos enuncia las metas u objetivos generales en términos de la
actuación del alumno, es decir, en términos de actividades comunicativas de la lengua.
En los siguientes apartados, en los que se desarrolla la toma de decisiones referida a los
cuatro componentes curriculares, se hará mención reiterada al modo en el que se toman en
consideración los datos del entorno, se haya llevado o no a cabo el procedimiento de forma
sistemática. Las menciones afectarán también al análisis de necesidades, al que se dedica el
epígrafe siguiente. El análisis de necesidades y el análisis de factores del entorno o factores
contextuales son procedimientos complementarios. Pueden solaparse variables y
procedimientos, pero el primero se realiza en una dimensión global, frente a este último que se
aplica en el nivel individual.
Uno de los aspectos más controvertidos que rodean a este procedimiento el concepto de
necesidad. Las variables que se consideran son varias y de naturaleza diversa. Las
clasificaciones de las necesidades suelen hacerse en torno a dicotomías como las que siguen:
Objetivas, subjetivas.
De comunicación, de aprendizaje.
Orientadas hacia el producto, orientadas hacia el proceso.
Lo que se percibe como necesario, lo que se siente como necesario.
Percibidas por el profesor, percibidas por el alumno.
Análisis de las situaciones meta, análisis de la situación presente.
Entre los autores que se inclinan por la dicotomía necesidades objetivas, subjetivas se
encuentran a Nunam (1988, 2005) y a Tudor (1996) como principales exponentes. El criterio de
clasificación es la procedencia de la información. Para ellos, la información objetiva es la que
se recoge SOBRE el alumno, mientras que la subjetiva es la que aporta el propio alumno. (DEL
alumno). Nunam (1988, 2005) incluye dentro el concepto de información objetiva los datos
personales y biográficos, además de conocimientos de otras lenguas. También considera
dentro de este grupo de necesidades las exigencias que tiene el aprendiz adulto, marcadas por
su realidad social y profesional, respecto a la lengua meta. Este autor afirma que las
necesidades objetivas se suelen asociar a la determinación de los contenidos del currículum.
Sin embargo, para él, en una dimensión de la enseñanza centrada en el alumno, contenidos y
metodología resultan dos aspectos difíciles de separar. Una de las clasificaciones más
frecuentes es la que opone las necesidades de comunicación y necesidades de aprendizaje.
Para Robinson (1991), podría equipararse casi de forma unívoca al par necesidades orientadas
hacia el producto, frente a necesidades orientadas hacia el proceso. En este sentido, es casi
general el acuerdo que existe para identificar las necesidades de comunicación y las orientadas
hacia el producto, con el llamado análisis de las situaciones meta. Este concepto, según West
(1994) lo concibe en oposición al análisis de la situación presente, puesto que lo considera
mucho más rentable en el ámbito de los fines específicos. Brindley (1984), en relación con
estas cuestiones, prefiere el siguiente par: necesidades percibidas por el profesor, frente a las
necesidades percibidas por el alumno, puesto que centra el foco de su trabajo en el proceso de
negociación que se da entre ambos grupos.
Procedimientos
Planteamos esta cuestión en torno a las preguntas siguientes: quién, cuándo, sobre qué,
dónde, cómo se realiza el análisis.
Quién
Todas las fases de la realización del AN pueden ser llevadas a cabo por una misma persona o
equipo o bien distribuirse entre varios. Puede darse el caso de que se disponga de una sola
persona o equipo especialista dedicado en exclusiva a la realización de toda la labor de
recogida e interpretación de datos. Esta situación se da normalmente cuando se realizan
análisis a gran escala, por encargo, para el diseño de cursos a medida fuertemente
patrocinados. Este tipo de análisis se denomina auditoría. La cuestión de quién debe realizar el
análisis ha sido bastante discutida en general. Uno de los puntos clave del debate es si debe
ser una persona externa o interna a la institución. Las personas externas tienen la ventaja de
ser más objetivas y percibir con más claridad los aspectos idiosincrásicos y culturales. Otra de
las ventajas sería la posibilidad de acceder a la información que probablemente le esté vedada
a al personal interno, como las cuestiones administrativas o económicas. El principal problema
radica en la dificultad que entraña determinar en qué medida el analista es o no interno. Puede
darse el caso de que una persona trabaje para la institución, pero ser extranjero en el país.
Entre las desventajas que esto implica, se encuentra el peligro de no apreciar con la misma
sensibilidad las realidades institucionales o culturales o contaminar el análisis con prejuicios
externos hacia la cultura en cuestión.
Otro aspecto determinante en relación con esta pregunta se refiere a las personas que actúan
como fuente de información. Estas fuentes pueden ser directas, es decir, los potenciales
aprendices o indirectas, es decir, profesores, espónsores, etc. La percepción de las
necesidades por parte de cada una de estas diferentes fuentes crea un foco de tensiones que
ponen en juego creencias, deseos e intereses. Estas tensiones obligarán a colocar en la
balanza todos los factores que inciden en el proceso de aprendizaje. Desde nuestro punto de
vista, estos hechos ponen en peligro la centralidad de la figura del alumno como eje de la toma
de decisiones en el diseño del curso.
¿Qué?
Esta pregunta alude a la naturaleza de la información que se quiere obtener está lógicamente
en relación directa con el tipo de curso que se vaya impartir, el enfoque que se adopte y los
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¿Cuándo y dónde?
Nuestra concepción del AN dista mucho de los modelos que se reducen a la fase previa al
diseño del curso y que intentan de una forma mecánica confirmar las hipótesis acerca de las
situaciones meta en las que se va a encontrar el demandante. Hemos hecho también alusión a
que la dimensión del análisis que es coherente con el enfoque metodológico que defendemos
exige tener en cuenta otro tipo de información. La posibilidad de obtenerla en las fases previas
a la realización del curso requiere circunstancias institucionales, temporales y sobre todo
económicas que se dan en muy pocas ocasiones.
¿Cómo?
Además de los instrumentos que se crean, aplican e interpretan, cabe señalar en este apartado
de los canales y medios que se utilicen para acceder a la información. Esta se puede obtener
de un modo directo o indirecto. El primero consiste en realizar las consultas al propio
informante, en presencia o a distancia. En este último caso, se utilizan medios electrónicos
(cuestionarios de Internet, teléfono, correo electrónico, etc.). Con el uso de los medios
indirectos, se accede a la información al margen del informante. Se puede realizar una
investigación en torno a la documentación que esté relacionada con cuestiones cercanas a las
circunstancias profesionales o personales de los demandantes del curso. Otra posibilidad es la
de recurrir la documentación resultante de experiencias anteriores similares, internas o
externas a la institución. Una modalidad de uso diferente de los medios indirectos consiste en
realizar una labor de observación de las situaciones meta en las que se vaya a encontrar el
alumno. En estos casos, el analista llevará a cabo grabaciones de audio o vídeo, tomará notas,
o compilará los instrumentos que haya diseñado para el caso.
Esta pregunta alude también a los instrumentos y procedimientos que se emplean para recoger
la información. Al igual que en el análisis del entorno, se pueden emplear los cuestionarios y
las entrevistas. Se añaden los siguientes: la observación de situaciones, el análisis de
documentación, los instrumentos empleados para la observación de clases y, sobre todo, las
actividades de clases y los procedimientos de evaluación de cualquier tipo, partir de cuya
reflexión se van haciendo ajustes paulatinos en los componentes del programa de cursos:
objetivos, contenidos, procedimientos metodológicos y evaluación.
En este epígrafe se tratan algunas decisiones sobre el curso, que pueden afectar a todo el
sistema de cursos y no solo al que se está diseñando, que se derivan del análisis del entorno y
del análisis de necesidades. Estas decisiones son de tres tipos o se pueden agrupar en tres
grandes categorías:
- Estructura vertical del currículo. Cursos que se imparten en cada uno de los niveles en
los que se articula la estructura vertical del currículo.
- Modalidad del curso
- Gestión de los factores del alumno. Decisiones sobre los perfiles o facetas del alumno
que serán desarrollados durante el curso.
- Duración de las sesiones, frecuencia, continuidad profesores o tutores que se ocuparán
del curso.
- Papel de los materiales didácticos en el diseño de cursos.
- Tipo de programa
- Unidades de análisis del programa
La primera de las decisiones afecta a la referenciación del sistema a una escala externa como
la del MCER o la del ACTFL. El sistema de cursos puede no tener en cuenta escalas externas
y anclarse a una interna, que puede tener un alcance institucional. El anclaje a un sistema
interno no implica que los cursos del programa se correspondan con los niveles, ni mucho
menos. Tampoco, que tengan las mismas denominaciones de los niveles de las escalas, por
ejemplo, A1, B2, etc.
La estructura vertical del currículo refleja el modo en el que se programan cursos para alcanzar
cada uno de los niveles. En el documento precedente se han mostrado los dos enfoques que
se pueden adoptar para su trazado. Durante las sesiones prácticas se facilitarán criterios y
plantillas para establecer la duración de los cursos. El número de cursos variará de un contexto
a otro. Se requerirán más cursos, y de mayor duración, en contextos alejados lingüística y
culturalmente. En los entornos en los que los alumnos alcancen ritmos más rápidos de
aprendizaje, debido a factores como la edad, el desarrollo del perfil del aprendiente autónomo,
la exposición a la lengua, etc., se programarán menos cursos y de menor duración.
Otra decisión que corresponde a este primer grupo se relaciona con la modalidad de los
cursos. Habrá que determinar, en virtud de la tradición educativa, de las necesidades de los
alumnos, de los fines institucionales (lucrativos, culturales, etc.), cuál será la modalidad:
extensivo o intensivo, general o específico, etc.
aprendiente autónomo. Puede ocurrir que se centre únicamente en algunos aspectos o facetas
de estos perfiles.
Otro aspecto importante, que entra en relación directa con decisiones del apartado anterior, es
la forma en que la tradición educativa contempla la duración de las sesiones. Aspectos como la
puntualidad, el horario de las clases, el ritmo, etc., son determinantes en esta toma de
decisiones. Es preciso decidir asimismo sobre la frecuencia con la que se imparten y sobre la
posibilidad de establecer continuidad entre sesiones. En contextos en que se programan
cursos para trabajadores inmigrante, en que se constata un alto grado de absentismo por
razones laborales, no es posible establecer continuidad, por lo que las sesiones deben quedar
cerradas. Es necesario también prever el número de profesores o de tutores que se ocuparán
de cada curso.
La decisión o decisiones más importantes de este grupo se refieren al papel de los materiales
didácticos en este proceso del diseño de cursos. Las opciones posibles son las siguientes:
Se sigue la propuesta del manual al ciento por ciento, en relación con los objetivos, los
contenidos, las propuestas metodológicas y la evaluación. Esta opción se da en los
casos en los que las unidades didácticas del manual cubren las metas y los objetivos.
Se adapta la propuesta del manual parcialmente. Esta opción se toma en los casos en
los que la cobertura de las metas y los objetivos que ofrece el manual es parcia. Por
consiguiente, se tratan algunas de las unidades didácticas y se diseñan otras nuevas.
Se emplean algunas partes y propuestas del manual. Esta opción es coherente con las
situaciones en las que el manual ofrece una cobertura escasa, por lo que se diseñan
unidades didácticas y se emplea el manual como recurso, del que se aprovechan
muestras de lengua, secuencias aisladas, propuestas para tratar contenidos, etc. Los
ejemplos que se facilitan durante las sesiones prácticas ahondan en esta opción.
No se emplea el manual y se diseñan todas las unidades didácticas. Esta opción
corresponde a contextos en los que se cuenta con numerosos recursos y se programan
cursos con fines específicos.
Los programas sintéticos son aquellos que segmentan la lengua en elementos lingüísticos
discretos, que serán enseñados de forma independiente. El aprendizaje de la lengua consiste,
en este caso, en un proceso gradual de acumulación por parte del alumno, hasta que llega a
reconstituir la estructura de la lengua en su conjunto. El alumno deberá sintetizar la lengua que
ha sido dividida a priori, empleando criterios aportados por la lingüística teórica, que no se
corresponden con los procesos internos de adquisición. La metodología que de aquí se deriva
favorece la atención a las formas. Pertenecen a esta categoría los programas gramaticales, los
estructurales, y también, los nociofuncionales, tal y como demuestran más adelante, Long y
Crookes (1992), en contra de los planteamientos de Wilkins 81972)
Los programas analíticos ofrecen al alumno ejemplos de lengua que no han sido previamente
manipulados, sino que se han organizado en función de los propósitos por los que el alumno
aprende una lengua y el tipo de actuación lingüística necesaria para alcanzar estos propósitos.
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El concepto de diseño de cursos que hasta aquí hemos venido defendiendo se incardina dentro
del paradigma de la enseñanza centrada en el alumno. Esto justifica la importancia del análisis
de los factores del entorno y del análisis de necesidades. Estos procesos aportan los datos que
permiten adaptar las especificaciones del primer nivel de concreción curricular a las
características de los alumnos del centro. Al margen de este enfoque curricular, por regla
general, los programas constituyen productos elaborados por grupos de expertos y dejan poco
margen de flexibilidad para ser adaptados al grupo de alumnos con los que se va a trabajar.
Los programas basados en tareas o programas procesuales son los que permiten un amplio
margen de negociación entre profesores y alumnos y, por lo tanto, están en consonancia con el
enfoque centrado en el alumno.
Esta distinción parte de Wilkins (1976) y Nunan la recupera en 1988. Los programas sintéticos
serían los que realizan un análisis de la lengua y la segmentan empleando diferentes «moldes»
(estructuras gramaticales, funciones, nociones, etc.), que aquí llamaremos unidades de análisis
de los programas. Los programas analíticos toman como punto de partida al alumno y sus
objetivos de comunicación, que se derivan del análisis de sus necesidades. Los modelos de
lengua y el tipo de actuación lingüística a la que se expone a los alumnos no han sido
previamente controlado ni manipulado. Los alumnos, durante sus procesos de adquisición
realizarán un análisis de la lengua y lo harán en la medida de sus necesidades y posibilidades.
Como se ha visto en el primer módulo, una unidad didáctica, sea cual sea el eje que la articula
o el elemento que le confiere coherencia (tema, situación, contenidos, textos, tareas, etc.),
reproduce los componentes curriculares clásicos: objetivos, contenidos, una serie de
secuencias de aprendizaje, una serie de sistematizaciones de los contenidos, unos materiales
didácticos, una distribución de papeles de profesores, alumnos y materiales didácticos, unos
procedimientos de evaluación. En el caso de que el programa esté determinado por unidades
didácticas basadas en el contenido (programas sintéticos, en la terminología de Wilkins, 1976),
las secuencias didácticas se organizan en virtud de los contenidos. Por ejemplo, si el contenido
es nociofuncional, lo más habitual es que se propongan secuencias del tipo PPP (Presentación,
Práctica, Producción). Si es un contenido gramatical, se planteará una secuencia, bien
inductiva (inferir la regla a partir de ejemplos), bien deductiva (partir de la regla para trabajar
ejemplos). Si se trata de desarrollar estrategias, por ejemplo, de comprensión de lectura, la
secuencia se organizará en torno al esquema: antes de la lectura, durante la lectura y después
de la lectura. Existen otros tipos de secuencia didáctica.
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El diseñador de este tipo de programa parte de un eje articulador o (lo que se hace
normalmente) de varios: un tema o una serie de contenidos relacionados. Por ejemplo,
«comidas y bebidas», «la salud», «uso del subjuntivo para expresar deseos», «los tiempos del
pasado», «dar opiniones y usar el subjuntivo en las oraciones sustantivas», «el trabajo, el
currículum vítae y las cartas de presentación», «el texto argumentativo», «las noticias de
prensa»... A partir de estos planteamientos, y partiendo de los contenidos, configura una
unidad didáctica y va integrando otros contenidos. Por ejemplo, si parte del «trabajo, el
currículum vítae y las cartas de presentación», puede integrar los tiempos del pasado y las
nociones de carácter de las personas (entre otros). En este tipo de programas, los sintéticos,
es normal que, en las unidades didácticas, se combinen varios tipos de contenidos y se
aglutinen varias secuencias didácticas.
En los programas sintéticos, por consiguiente, se dispone de una lista de contenidos (por
ejemplo, la que propone el Plan Curricular del Instituto Cervantes), que se agrupan en unidades
didácticas en virtud de un eje articulador y, luego, se proponen las secuencias didácticas para
practicarlos. Los cursos que se proponen en los manuales, por regla general, suelen diseñarse
a partir de unidades didácticas de este tipo. Por ejemplo, el elemento aglutinador, lo que
confiere sentido a la unidad, puede ser «la casa» (tema). En torno a este tema, se trabaja el
vocabulario (muebles, habitaciones, tipos de vivienda, etc.), los pronombres átonos de objeto,
el imperativo, dar órdenes e instrucciones y el texto instruccional. Para cada bloque de
contenidos, en la unidad, se plantean secuencias didácticas relativamente independientes: una
para practicar el vocabulario; otra, para practicar los pronombres; otra, para las formas del
imperativo; otra, para dar órdenes instrucciones, etc.
Las unidades didácticas basadas en tareas, que responden a otra tipología de programas
(analíticos o de producto, también llamados de Tipo B), se diseñan de otra forma. Se parte de
las necesidades de los alumnos, a partir de las cuales, se define una serie de objetivos. De
estos objetivos, se extraen tareas (tareas finales), que son significativas para el alumno, bien
porque se correspondan con lo que el alumno precisa hacer con la lengua en la vida real, bien
porque coincide con los intereses y gustos de los alumnos, bien porque proporciona recursos
para facilitar el aprendizaje, etc. En estos casos, la secuencia didáctica cobra sentido en virtud
de la tarea final, es decir, todo lo que se plantea en el aula en ese segmento del proceso del
aprendizaje conduce a la consecución de la tarea final. Este tipo de secuencia didáctica es muy
compleja, puesto que incluye, a su vez, otras secuencias. Supongamos que, por ejemplo, la
tarea final consiste en buscar un trabajo para un compañero. La consecución de esta tarea
precisa una serie de pasos: tareas posibilitadoras, facilitadoras, intermedias, etc. Estas tareas
posibilitadoras tienen cometidos diversos: proveer al alumno de recursos lingüísticos para
acometer la tarea final (vocabulario del trabajo, textos como el anuncio de empleo, carta de
presentación, tiempos del pasado, etc.), dotar al alumno de estrategias de aprendizaje (por
ejemplo, redactar una carta a partir de un modelo cambiando algunos elementos, etc.), lograr
que el alumno capte similitudes y diferencias culturales en el proceso de búsqueda de empleo,
etc. Cada uno de estos aspectos requiere la planificación de una secuencia didáctica o varias,
que, como se ha dicho, cobran sentido en relación con la tarea final.
En el enfoque que aquí defendemos, los cursos se diseñan a partir de unidades didácticas
basadas en tareas. La razón que justifica este planteamiento es que la tarea es el ámbito en el
que se hace posible la activación estratégica de competencias y es la unidad de análisis del
programa capaz de integrar de un modo coherente objetivos centrados en el proceso de
aprendizaje y en el producto. Por consiguiente, el curso se compone de una serie (una
lista) unidades didácticas basadas en tareas. El número de unidades didácticas (tareas) varía
en virtud de la duración del curso y de una serie de factores más, que han quedado definidos
en la ficha del curso. La duración de las tareas en el tiempo depende de la complejidad que
estas entrañen, de los recursos de que ya disponga el alumno y los que necesite incorporar
para realizar la tarea.
No todas las tareas ni todas las unidades didácticas, como es lógico, entrañan el mismo grado
de complejidad ni tienen por qué extenderse a lo largo de varias semanas. En los manuales,
por razones de tipo editorial y comercial, las unidades didácticas tienen el mismo número de
páginas y responden a una estructura fija. Sin embargo, el diseño de un curso, no tiene por qué
seguir la estructura de un manual, sino que debe responder a las necesidades de los alumnos
y las circunstancias en las que se desarrolla el curso (factores del entorno). Se pueden
programar tareas que se desarrollen a lo largo de una, dos o tres horas, es decir, de una sola
sesión de clase o de dos. Por ejemplo, buscar puntos estratégicos en un mapa, extraer una
regla gramatical para un uso del subjuntivo, colocar los muebles en una casa tras una
mudanza, rellenar un formulario, etc. En los cursos destinados a trabajadores inmigrantes, por
ejemplo, como se ha dicho, conviene no dejar las secuencias de aprendizaje abiertas para
sesiones sucesivas, puesto que los alumnos no acuden con continuidad. Esto no quiere decir
que las unidades didácticas se ajusten a cada una de las sesiones de clase, pero conviene
cerrar las secuencias en una sesión. Lo que aquí se puede hacer es intentar que las tareas
intermedias o posibilitadoras se realicen dentro de una sola sesión de clase.
tarea
TEMA
motivación p. aprendizaje gramática
cultura
motivación nociones funciones
géneros
gramática gramática géneros función
p. aprendizaje
nociones funciones P. aprendizaje evaluación
evaluación
TEMA
gramática
géneros
TEMA
motivación cultura
géneros cultura
gramática
géneros
nociones funciones
nociones funciones P. aprendizaje
géneros
del medio está conformada por unidades didácticas basadas en taras. Como se ve, las tareas
pueden integrar otras tareas. La configuración de las tareas puede estar centrada en aspectos
relativos a la autonomía y a la cultura. Es el modelo que seguiremos en esta asignatura. El
gráfico de la derecha representa unidades didácticas basadas en tareas, que se configuran a
partir del género discursivo, tal y como propone Mikan (2012) y se ha visto en la asignatura que
se desarrolla en torno a este concepto. El planteamiento es el mismo que en el caso anterior,
con la excepción de que las tareas se desarrollan en torno al concepto de género: clase
magistral, currriculum vitae, trabajo de clase, presentaciones orales, etc.
Graves (2000) define las metas como las líneas directrices que determinan la actuación de
profesores y alumnos. Se enuncian en términos de los resultados que se espera que los
alumnos alcancen al finalizar el curso. Constituyen las bases sobre las cuales se formulan los
objetivos del curso. De hecho, no es fácil diferenciar entre metas y objetivos y, en este sentido,
no existe acuerdo entre los autores que tratan este asunto. Está claro que las metas son
objetivos mucho más generales, que se concretarían otros más específicos, que serían los
objetivos, considerados como operativos, a partir de los cuales es posible tomar decisiones
más concretas.
No existe acuerdo entre los autores que tratan este asunto desde un punto de vista teórico y
los diseñadores de cursos acerca de la extensión de las metas o del grado de especificidad con
el que aparecen enunciadas. Algunos autores, de hecho, consideran como metas los
enunciados de las dos listas que figuran a continuación:
Lista n.º 1
Lista n.º 2
Tampoco hay consenso en cuanto a las categorías a partir de las cuales se pueden formular
las metas. Las sesiones prácticas de esta asignatura plantean la formulación de las metas,
como se ha indicado más arriba, a partir de los perfiles del alumno en los cuales están
enunciados los objetivos generales del plan curricular y los objetivos no publicados de los que
se parte para enunciar las metas en este nivel de adaptación curricular. No obstante, aquí
planteamos otros modelos que se han descrito en la bibliografía.
Stern (1992) establece una diferencia entre diferentes tipos de metas. Este modelo resulta para
algunos de gran utilidad, puesto que resulta sencillo, a partir de él, enunciar objetivos. Se ajusta
al modelo de conocimientos, destrezas y actitudes, al que se añade un componente
metacognitivo. Distingue este autor las cuatro categorías siguientes
Metas de dominio: determinan lo que los estudiantes son capaces de hacer mediante el
uso de la lengua; se enuncian en términos de competencias comunicativas de la lengua
o categorías de contenido. Por ejemplo:
Al final del curso, los alumnos serán capaces de utilizar correctamente los
tiempos del pasado en narraciones breves, transmitidas de forma oral.
Metas cognitivas: determinan el conocimiento explícito que los alumnos poseen acerca
de la lengua y de su aprendizaje, por ejemplo, metalenguaje, técnicas para aprender,
normas de comportamiento sociocultural, valores, etc. Se enuncian en términos de
competencias generales.
Metas afectivas: se refieren a las actitudes que manifiestan los alumnos hacia la lengua
y la cultura y hacia los procesos de aprendizaje. Se enuncian en términos de las
competencias generales:
Este es el modelo más conocido y difundido. Graves (2000) contempla otro al que denomina
KASA, muy similar al anterior. De hecho, se trata de un acrónimo, cuyos componentes, que se
especifican más abajo, constituyen las categorías para especificar el contenido:
Knowledge: conocimiento
Awarnes: conciencia
Skills: habilidades
Attitude: actitudes
Otro criterio para establecer diferencias entre tipos de metas radica en las dimensiones de
producto y de proceso. Las metas que aluden a los componentes afectivos y cognitivos, es
decir, al control de los procesos internos de naturaleza afectiva o cognitiva responsables del
proceso de aprendizaje (estrategias) se consideran metas de proceso.
Las metas que aluden al uso de la lengua en tareas de comunicación en la vida real son metas
de producto.
- Disfrutar, junto con otras personas, de una actividad de ocio (cine, deportes,
espectáculos, etc.): propuestas, invitaciones, sugerencias; búsqueda, gestiones;
citas; etc.).
Es importante que se enuncien con el verbo en infinitivo, que indica una acción que realizará el
alumno al término de la instrucción. No pueden enunciarse en términos de acciones o
intenciones del profesor.
Los objetivos son enunciados mucho más concretos, que determinan, a más corto plazo, de
forma más concreta, las acciones que deben realizarse para la consecución de las metas. En
este sentido, pueden considerase una concreción de estas, por lo que precisan una
enunciación mucho más precisa.
El esta línea de Tyler, Nunan (1988) establece los siguientes tipos de objetivos, en virtud de las
funciones que estos pueden cumplir.
Especificar los tipos de conducta que los alumnos serán capaces de realizar como
resultado de la enseñanza.
Los objetivos centrados en las acciones o intenciones del profesor no se corresponden con un
paradigma de la enseñanza centrada en el alumno. Es un error grave mezclar en las listas
objetivos que aludan a acciones de profesores y alumnos.
Por su parte, Richards (1990, 2001) establece, entre otras, las categorías siguientes:
Objetivos basados en el nivel de competencia: escala de distintos grados del nivel del
alumno en lo que respecta a sus conocimientos y a su capacidad de uso de la lengua.
Objetivos de proceso: describen las actividades de clase en las que participan los alumnos,
sin necesidad de precisar los resultados del aprendizaje.
Nunan (1988) señala la importancia de que los objetivos de producto, los que se refieran al uso
de la lengua por parte de los aprendientes muestren, con el fin de poder evaluarse, los
componentes que se especifican más abajo. En esta misma línea, Brown (1995) lleva a
diferenciar hasta cinco componentes en el texto de formulación de los objetivos.
o Nivel que debe alcanzarse. Esta acotación se refiere al modo o grado de corrección con los
que se espera que realice la actividad, es decir, perfectamente, aunque cometa algunos
errores, etc.
Además de las categorías y de los modelos más arriba comentados, el Marco común europeo
de referencia, en su capítulo 8, establece una serie de modalidades para la enunciación de los
objetivos, en virtud de las categorías o parámetros de su sistema descriptivo, enfoque centrado
en la acción. En la página siguiente, se facilita una tabla que contiene ejemplos cada una de
ellas.
Lo más importante, sin embargo, es decidir cuál o cuáles serán las categorías de los objetivos
que se seleccionen a partir de las metas. Este es el trabajo que tendrán que hacer los equipos
docentes y que se simulará durante las sesiones prácticas. Existen varias opciones para
hacerlo.
Una de estas opciones consiste en enunciar las metas y los objetivos a partir de la misma
categoría. En este sentido, los objetivos serían una concreción de las metas. Lo más frecuente
es que esto se realice en virtud de las actividades comunicativas de la lengua. Esta modalidad
se ajusta al trabajo con documentos curriculares de primer nivel que formulan los objetivos
generales en función de esta categoría.
La otra opción consiste en formular las metas en virtud de los tres perfiles del alumno, tal y
como proponemos en los ejemplos que se facilitan en este módulo, que tienen su punto de
partida en el Plan Curricular del Instituto Cervantes. Estas metas se concretan posteriormente
en objetivos, que se pueden enunciar a partir de diferentes categorías, en las que se
especifican cuáles son las competencias que tienen que desarrollar los alumnos para alcanzar
las metas. Por lo tanto, los objetivos se pueden enunciar en términos de competencias y de
estrategias. Las actividades comunicativas de la lengua pueden reservarse para formular los
objetivos evaluables. Esta última opción permite diversas variantes y múltiples combinaciones.
Es necesario aclarar, finalmente, que los procesos de redacción son complejos y requieren
destreza y experiencia. Esta fase es muy conveniente en aras de que la evaluación del
aprovechamiento resulte efectiva, en especial, si se hace con fines certificativos. No obstante,
se pueden diseñar y programar unidades didácticas si se omite.
Categorías Ejemplos
a) En función del - Conocimiento declarativo (conocimiento sociocultural)
desarrollo de las Describir, en términos muy generales, las convenciones habituales que rigen el comportamiento de
competencias los miembros de la cultura objeto en celebraciones de tipo familiar (intercambio de regalos, rituales,
generales del duración del evento, comportamientos, etc.).
alumno
- Destrezas y habilidades prácticas e interculturales (destrezas y habilidades interculturales)
Analizar situaciones interculturales en las se puedan dar conflictos o malentendidos, identificando los
factores que las determinan y las causas por las que se originan.
- Competencia existencial (estilo cognitivo)
Asociar las preferencias de trabajo en el aula y las estrategias que usa con mayor frecuencia con los
rasgos de un determinado estilo cognitivo.
- Capacidad de aprender (destrezas de estudio)
Prever el tipo de tareas que puede realizar en las situaciones en las que tiene la oportunidad de
permanecer expuesto a la lengua objeto y programar la realización de estas tareas.
b) En función de las - Competencias lingüísticas
extensión y de la Expresarse con soltura a la hora de justificar sus opiniones sobre temas de actualidad, siempre que
diversificación de la traten asuntos familiares y cotidianos, utilizando un vocabulario elemental y estructuras habituales,
competencia aunque tenga ciertas dudas y emplee algún circunloquio.
comunicativa de la
- Competencias pragmáticas
lengua
Emplear de forma precisa los conectores más elementales y los recursos fóricos básicos para
proporcionar coherencia y cohesión a los textos que produce.
- Competencia sociolingüística
Seleccionar los exponentes funcionales y nocionales que garanticen el cumplimiento de las normas
básicas de cortesía, en cuanto a formas de tratamiento, agradecimientos, etc.
c) En función de la - Expresión escrita
mejor actuación en Escribir la narración de una experiencia sencilla, diferenciando los hechos de las descripciones de los
una o más escenarios, sentimientos y reacciones, en una secuencia lineal lógica y comprensible, en la que los
actividades elementos aparezcan enlazados.
comunicativas de
- Comprensión oral
la lengua
Extraer y transferir las ideas principales de una narración breve, relacionada con un tema cotidiano,
específicas
siempre que el discurso sea claro y esté enunciado en lengua estándar.
- Interacción oral
Intercambiar, comprobar y confirmar, con cierta seguridad, opiniones acerca de películas o libros
relacionados con sus intereses personales.
- Mediación escrita
Resumir, en la lengua materna, la información de un texto en la lengua objeto, reflejando las ideas
principales siguiendo la ordenación del texto original, siempre que el texto sea breve y esté escrito en
lengua estándar.
d) En función de una - Ámbito personal
operación funcional Participar con amigos en actividades conjunta, con soltura y naturalidad, haciéndose comprender a la
óptima en un ámbito hora de aportar opiniones, tomar decisiones, aceptar o rechazar propuestas, etc.
dado - Ámbito público
Realizar con éxito las operaciones implícitas en transacciones relacionadas con la supervivencia
básica, siempre que requieran pasos predecibles, no demasiado complejos y claramente establecidos
(abrir una cuenta, cambiar un billete, etc.), aunque requiera la ayuda de un mediador en caso de
dificultades
- Ámbito educativo
Realizar una presentación oral breve y sencilla sobre un tema de Historia de España, en la que
resulten comprensibles las ideas principales y los elementos se presenten enlazados.
- Ámbito profesional
Participar en reuniones y seminarios, siempre que su actuación se limite a la comprensión de las ideas
principales y las posturas mantenidas por los participantes y a intervenciones breves y sencillas.
e) En función del - Calcular, durante el desarrollo de una tarea, los conocimientos que se necesita poner en juego, y
enriquecimiento o determinar aquellos que se poseen y los que se precisa incorporar recurriendo a la ayuda de
diversificación de compañeros, profesor o fuentes de consulta.
estrategias o en - Hacer una reclamación, que incluya el envío de una carta de protesta, sirviéndose de modelos y
función del
pautas de redacción y adaptándolos a sus propios recursos lingüísticos y a sus necesidades de
cumplimiento de
comunicación.
tareas
El procedimiento para determinar las tareas finales que aquí proponemos, como se ve en las
sesiones prácticas, consiste en partir de la lista de objetivos específicos, o de las metas en su
defecto y seleccionar aquellos que tengan elementos comunes. A partir de ellos, se diseña una
tarea final en la que confluyan varias metas.
En la tarea unidad didáctica es conveniente que confluyan metas de los tres perfiles (hablante
intercultural, aprendiente autónomo o agente social), aunque no sea estrictamente no es
necesario. Por ejemplo, en una tarea que consista en buscar un trabajo para un compañero, se
parte de metas del agente social (transacciones (trámites), integrarse en una comunidad
(profesional) y procesar textos (anuncios de empleo, carta de presentación, etc.)). En esta
tarea, se integran otras metas, que se corresponden con el perfil de hablante intercultural
(conocimiento sociocultural, participar en situaciones interculturales...) y del aprendiente
autónomo (desarrollo de estrategias).
Pueden diseñarse tareas centradas en uno solo de los perfiles. Por ejemplo, crear un banco de
recursos comunes para la clase (diccionarios electrónicos, glosarios de gramática, diarios
compartidos, baterías de ejercicios, etc.), en el que se indiquen los usos que se pueden dar a
cada recurso. Esta tarea se centra en el perfil del aprendiente autónomo. Para realizarla, los
alumnos precisan interiorizar una serie de contenidos léxicos (aprendizaje y enseñanza),
gramaticales (preposiciones, uso del subjuntivo en oraciones finales, etc.), funcionales
(expresar preferencias, capacidad, etc.), discursivos, etc. Por consiguiente, habrá que
programar tareas posibilitadoras para interiorizar este tipo de contenidos. Es preciso tener en
cuenta que el procedimiento no siempre es tan técnico, es decir, a veces se parte de las tareas,
de lo que los alumnos van a hacer en clase y, luego, se formulan los objetivos.
El eje de la tarea puede localizarse también el perfil del hablante intercultural. Podría diseñarse,
por ejemplo, una tarea en la que los alumnos tuvieran que elaborar una guía de
comportamientos socioculturales para desenvolverse en un país de habla hispana. Las metas
de los otros dos perfiles se subordinarían a esta.
Las decisiones que afectan al diseño de las tareas tienen que tener en cuenta los recursos
disponibles y las decisiones más arriba descritas. En los casos en los que se cuente con
escasos recursos, será necesario ceñirse, en la medida de lo posible, a las propuestas del
manual.
En el modelo de diseño de cursos que hasta aquí hemos venido describiendo, los contenidos
del curso vienen seleccionados por las unidades didácticas y no al contrario, es decir, no se
parte de los contenidos para diseñar las unidades didácticas. Las unidades didácticas del curso
parten de las necesidades y de las características de sus destinatarios, los alumnos.
El planteamiento consiste en especificar los recursos que los alumnos van a necesitar para
ejecutar la tarea final o las tareas posibilitadoras. Estos recursos son contenidos, de naturaleza
lingüística, conocimientos culturales o socioculturales y también estrategias.
Proceso de diseño de cursos [27] Mayo junio 2019-2020
Departamento de Lenguas Aplicadas y Educación
Susana Llorián González
Profesora doctora
El procedimiento consiste, como se verá durante las sesiones prácticas, en desplegar las
tareas posibilitadoras que se prevén para alcanzar el logro de la tarea final. Cada una de estas
tareas seleccionará los contenidos. Estos se tomarán de las especificaciones del primer nivel
de concreción curricular. En este caso, nos ceñiremos a las especificaciones del Plan
Curricular del Instituto Cervantes.
Esta fase del diseño de cursos lleva implícito un procedimiento, que aquí llamamos
categorización del contenido, según el cual se seleccionan las categorías, a partir de las cuales
se especificará contenido en el cual se focalizarán las tareas posibilitadoras. Una vez realizada
la selección, se reducen y asimilan a estas categorías los contenidos que se contemplan en los
documentos de primer nivel de concreción curricular. No conviene que se manejen más de seis
o siete categorías de contenidos.
La selección lleva implícita una toma de decisiones. Esta puede limitarse a tomar la propuesta
del manual seleccionado, en el caso en el que se respeten las propuestas que este plantea. El
problema es que los materiales didácticos se destinan a los alumnos, por lo que, en ocasiones,
la categorización suele simplificar en exceso el sistema. Los manuales suelen limitar sus
propuestas a las categorías de funciones, gramática, vocabulario y cultura.
El cuadro que figura a continuación muestra el esquema a partir del cual se puede construir
una matriz de contenidos, en la cual, estos vienen seleccionados por la tarea.
9. El dispositivo de evaluación
Las decisiones referidas a la evaluación, en el nivel de decisión correspondiente al diseño de
cursos se aglutinan en un dispositivo en el que se decide lo siguiente:
- Qué se evalúa
- Quién evalúa
- Cuándo se evalúa
- Cómo se evalúa
- Para qué se evalúa
Las respuestas a estas preguntas determinan las funciones de la evaluación que contempla el
dispositivo, que pueden encontrarse en una lista como la siguiente, que, por supuesto, no es
única ni puede considerarse cerrada:
Clasificar a los alumnos en los cursos de la estructura vertical del currículo a su llegada
a la universidad.
Estimar el nivel inicial de los alumnos al comienzo del curso, con el fin de ajustar los
objetivos del programa.
Recabar información a sobre el progreso del aprendizaje a lo largo del curso.
Reflexionar sobre la efectividad de las decisiones tomadas respecto al programa y
tomar decisiones al respecto.
Desarrollar la capacidad del alumno para evaluar sus logros a lo largo del proceso de
aprendizaje.
Desarrollar la capacidad de los alumnos para corregir trabajos de los compañeros y
evaluarlos.
Determinar en qué medida cada alumno ha logrado alcanzar los objetivos del curso.
Certificar un nivel de competencia en uno de los niveles del MCER.
Varias de estas funciones son asumidas por los exámenes: clasificación, diagnóstico,
aprovechamiento, certificación del grado de dominio. No obstante, los exámenes no se pueden
emplear para comprobar en qué medida los alumnos progresan en relación con los aspectos
que se contemplan en los perfiles del hablante intercultural y del aprendiente autónomo. Más
abajo figuran procedimientos alternativos a los exámenes que se pueden incluir en el
dispositivo de evaluación.
Diarios de aprendizaje: textos reflexivos producidos por los alumnos que recogen impresiones
o percepciones referidas al desarrollo de un curso, una clase, una unidad, etc. y a su actuación.
Pueden ser totalmente abiertos o estar más o menos dirigidos por preguntas o sugerencias del
profesor.
Tutorías: reuniones entre el profesor y uno o varios alumnos en el que se conversa sobre el
desarrollo de un curso, las dificultades de lengua que pueden tener, etc.
Portafolios: colección de muestras de trabajo (escritos, grabaciones, lecturas, etc.) que reúne
un alumno durante un curso, un proyecto, una tarea, etc.
Actividades corregidas por pares: actividades que incorporan unas pautas para que un
compañero pueda realizar correcciones de forma muy guidada y comentarlas al autor.
Las decisiones que se tomen respecto al dispositivo están condicionadas por los fines del
centro de enseñanza y por las metas del curso. Es necesario tener en cuenta, además,
aspectos del entorno como la tradición educativa. No en todos los contextos de aprendizaje se
considera de la misma forma el valor de los procedimientos de evaluación. En muchos de ellos,
la cultura de aprendizaje confiere valor únicamente a los exámenes y no concibe que sea el
propio alumno el que ejerza la evaluación o esta se realice por parte de los compañeros,
aunque las actividades no impliquen una toma de decisiones.
El diseño del dispositivo tiene que tener en cuenta que preservar el impacto positivo de los
procedimientos de evaluación, en particular, en el caso de los exámenes. Quiere decir esto que
no se puede orientar la enseñanza únicamente a la realización de exámenes para aprobarlos.
Nos ocupamos en este último epígrafe de las cuestiones que afectan a la planificación, que
forman parte del diseño, pero que no se pueden confundir con este proceso. La planificación
contempla una dimensión temporal y otra estructural. La primera se ocupa de la distribución de
las actividades que se realizan en el curso a lo largo del tiempo y de la secuenciación. La
segunda tiene que ver con la estructura de los elementos del curso y su distribución.
De cada una de estas dimensiones se desprenden dos tipos de herramientas, que permiten el
registro de las decisiones que se tomen respecto al curso y que se corresponden con lo que
tradicionalmente se conoce como programación,, concepto que aquí no manejamos,
manejamo puesto que
lo consideramos ambiguo y confiso. Nos referimos al cronograma y al organigrama.
organigrama
Cronograma
MODELOS DE CRONOGRAMA
Modular
Lineal
Módulo 1
Matricial
Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Tarea 1
Semana I
Unidad 3 (manual)
Semana I
Unidad 3 (manual)
Semana II
Tarea 2
Semana II
Tarea 2
SemanaIII
Tarea 3
Cíclico Repaso I
FASE I (módulo 1) FASE II (módulo II) FASE III (módulo III)
Módulo 2
Gramática Oraciones concesivas Oraciones concesivas: Oraciones concesivas:
Oraciones concesivas con aunque conjunciones y nexos Selección del modo
Tarea 4
Semana IV
Secuencia Secuencia Argumentación en las
Textos y géneros
argumentativa en argumentativa en conversaciones
Texto argumentativo Tarea 5
cartas de reclamación textos de opinión informales o debates
valorar el grado de identificar causas del erradicar me gusta
Destrezas etnocentrismo de la etnocentrismo más matizar,
Interculturales propia cultura replantear, revisar,
Semana V
Posturas disminuir, o eliminar
etnocéntricas posturas Tarea 5
etnocéntricas
Organigrama
Módulo. Segmento independiente de aprendizaje que tiene sus propios objetivos. Por ejemplo,
un curso de 120 horas se puede dividir en cuatro módulos de 30 horas. Se puede realizar la
evaluación al final de cada módulo.
Unidad. Bloque de aprendizaje superior a una sesión de clase, más corta que un módulo. Se
trata de un conjunto de sesiones que se vinculan entre sí en torno a un elemento articulador
(tema, contexto, situación, actividad comunicativa de la lengua etc.). Proporciona una
secuencia estructurada de aprendizaje que conducen a un objetivo de aprendizaje específico.
La visión de Richards (2001), desde nuestro punto de vista, está muy ceñida a la estructura
que presentan los manuales. Estos se encuentran condicionados por imperativos de la edición.
Nosotros optamos por modelos más flexibles, que se puedan adaptar a planteamientos más
irregulares.
Al igual que el cronograma, el organigrama presenta formatos con estructuras diferentes: lineal,
modular, matricial o cíciclo.
Los formatos lineales presentan los contenidos, asociados a las unidades didácticas en una
lista de elementos discretos (gramática, funciones, léxico, etc.). La secuenciación responde a
supuestos criterios de dificultad y no se puede quebrantar.
Figura 3. Esbozos de formatos de distribución lineal. Fuente, elaboración propia. Contenidos del Curso Superior de
Español de Concha Moreno, de la editorial SGEL y del manual Nuevo ELE inicial, de la editorial SM, del autor Virgilio
Borobio
Los formatos modulares son los que presentan los programas cuyas unidades didácticas se
articulan en torno a temas o situaciones (la ropa, la salud, las compras, etc.). Suelen presentar
dos o tres categorías fijas de contenidos, por regla general, gramática, funciones y nociones. El
criterio de secuenciación es similar al anterior.
Los formatos matriciales se ajustan a los modelos más sofisticados, que tratamos más arriba,
asociados a los contenidos seleccionados por las unidades basadas en tareas. La figura 4
representa uno de ellos.
Unidad 3
Tareas:
1. Hacer un “retrato robot” de la identidad nacional (¿Qué significa “ser alemán”?) tomando como referencia los
siguientes aspectos: memoria colectiva del pueblo; tradiciones; clima; medios de subsistencia; formas de vida,
etc.
2. Hablar de los cambios que han experimentado los pueblos de origen en los últimos años
3. Describir un aspecto de España con diferentes “gafas”: ponerse “gafas” de diferentes culturas y hacer una
descripción desde esa perspectiva
4. Elaborar un dossier con historias sobre malentendidos culturales de todo el grupo
Funciones Nociones Nociones Pragmática Exponentes y
generales específicas modelos lingüísticos
Describir Cualidades Temas: la - Uso de mitigadores Yo creo (yo diría, a mí me
Expresar o dar personales identidad al hablar de parece que, yo tengo la
una opinión Cuantificación nacional, los cualidades impresión de que) que somos
Pedir a alguien (un poco, algo, estereotipos negativas (un poco, (parecemos) gente un
una opinión bastante, Unidades bastante...) poco..., aunque...
Expresar mucho...) léxicas: - Presencia de los Sin embargo, por desgracia,
diferentes grados Frecuencia adjetivos y pronombres de la gente piensa que somos
de seguridad o Mentales: colocaciones sujeto o refuerzo de algo tacaños, pero eso no es
de certeza reflexión, relacionadas los pronombres de verdad porque
Poner ejemplos expresión, con el carácter. dativo para marcar Lo que pasa es que...
Definir y aclarar percepción Unidades la propia opinión La imagen que la gente tiene
lo dicho Organizadores léxicas: - Uso de marcas de nosotros es que nos
Resumir del discurso estereotipos: la como pues o bueno pasamos la vida...
Expresar Relaciones imagen, la idea, para introducir la Sí, es verdad
acuerdo o lógicas: etc. propia opinión Pues yo no lo veo así, yo
desacuerdo total inclusión, - Refuerzo de las creo más bien que...
o parcial exclusión aserciones con Mira, por ejemplo, cuando...,
Introducir un operadores como No, no quiero decir eso; lo
tema totalmente, etc. que quiero decir es que...
Preguntar por el - Uso de En cuanto a la forma de vida,
acuerdo o modalizadores para en mi opinión...
desacuerdo total atenuar Yo creo que eso es porque,
o parcial se debe a...
Negar Bueno, entonces, podemos
decir que..
Descripción
Describir una población
Describir físicamente a una persona
Hablar del carácter de una persona
Describir una casa
Describir una habitación
Figura 5. Esbozo de formato de distribución matricial. Fuente, elaboración propia. Contenido del manual ELE actual, de
la editorial SM
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Proceso de diseño de cursos [35] Mayo junio 2019-2020
Departamento de Lenguas Aplicadas y Educación
Susana Llorián González
Profesora doctora