Ecología y Medio Ambiente-1
Ecología y Medio Ambiente-1
Ecología y Medio Ambiente-1
Proveniente del griego oikos (casa o hábitat) y raíz compartida con economía, y logia (tratado); es la parte de la biología
que estudia las interrelaciones de los organismos entre sí y con su medio. El término ecología es atribuido al célebre
biólogo alemán Ernst Heinrick Haeckel en 1906, que le dio el significado de economía de la naturaleza.
Como definió Haeckel esta nueva ciencia, Taylor, en 1936, redefinió la ecología como "la ciencia de todas las relaciones de
todos los organismos con todos sus ambientes".
Haeckel escribió: "Entendemos por ecología, el conjunto de conocimientos referentes a la economía de la naturaleza, la
investigación de todas las relaciones del animal tanto en su medio inorgánico como orgánico, incluyendo sobre todo su
relación amistosa u hostil con aquellos animales y plantas con los que se relaciona directa o indirectamente. En pocas
palabras, la ecología es el estudio de todas las complejas interrelaciones a las que Darwin se refería como las condiciones
de la lucha por la existencia.
La ecología comprende varias ciencias que se interrelacionan, como la ecología terrestre, dulceacuícola (lagos, pantanos...)
y marina (oceanografía).
La ciencia de la ecología, a menudo considerada equivocadamente como biología en un sentido restringido, constituye
desde hace tiempo la esencia de lo que generalmente se ha dado en denominar "Historia Natural". Se trata de una ciencia
descriptiva y experimental; con un gran número de aplicaciones, particularmente en lo que respecta a la conservación de
los recursos naturales.
Actualmente, tras ser redefinida por Taylor en 1936 como la ciencia de todas las relaciones, de todos los organismos, con
todos sus ambientes; la ecología goza de un sentido más amplio, pasando a ser una ciencia de síntesis. Paradójicamente,
puede que nuestra propia subsistencia dependa de la correcta aplicación de esta ciencia.
La autoecología o ecología del individuo: Estudia el hábitat y los efectos y reacciones que produce sobre un organismo; es
decir, la compleja interacción de los organismos con su medio físico.
La ecología de poblaciones o demoecología: Se ocupa de las relaciones que los individuos establecen entre sí, y con su
propio entorno, cuando se agrupan en poblaciones.
La sinecología o ecología de las comunidades y ecosistemas: También, si se prefiere, sencillamente la ecología, que
estudia la interacción de las poblaciones entre sí y con el medio que ocupan (dinámica y evolución de las comunidades).
La ecología cultural: Estudia los modos en que el hombre se relaciona con el ambiente y en que las actividades humanas
afectan a éste. La ecología cultural intenta explicar el origen de los rasgos culturales característicos y las formas que
caracterizan las distintas zonas, rechazando los aspectos más rudos del determinismo ambiental sustentados por los
antropogeógrafos.
La ecología humana: Estudia la organización y desarrollo de las relaciones funcionales de las distintas comunidades
humanas en el proceso de adaptación al medio ambiente.
La ecología sociológica: Es la disciplina del campo de las ciencias sociales que se ocupa del estudio de las relaciones del
hombre con el medio geográfico. De modo especial centra su atención en las relaciones humanas que se desarrollan en la
acción de una población frente a su medio urbano. Al estudiar los tipos de ajuste social al medio geográfico o urbano, la
ecología analiza la distribución de la población en el espacio según categorías étnicas, lingüísticas o sociales, e intenta
establecer la correlación existente entre las modificaciones de la estructura social y las que se producen en el espacio
habitado. Estas relaciones entre el hombre y su medio son estudiadas en su perspectiva temporal o dinámica.
La biosfera
La biosfera es la parte de la corteza terrestre en la cual se desarrolla o es posible la vida, es decir, desde determinada
altura de la atmósfera hasta el fondo de los océanos.
Este espacio vital abarca unas zonas llamadas biociclos: el biociclo del agua salada (mares y océanos), biociclo del agua
dulce (ríos y lagos), y
biociclo terrestre (suelo y el aire en contacto con él).
La noción de biosfera, o dominio poblado por los seres vivos en la Tierra, fue introducida por Lamarck y desarrollada por el
geólogo austriaco Edward Suess, en 1873. Pero su estudio sistemático desde el punto de vista geoquímico no adquirió la
debida difusión hasta 1929, con motivo de la edición francesa de la obra del académico ruso Vladimir I. Vernadski, La
biosphere (Librairie Félix Alcan, París), traducción de la publicada en su lengua original en 1924. Se reúnen en este libro
una serie de artículos de síntesis, a su vez resumen de las investigaciones originales del autor y de su escuela, publicados
en la Revue generale des Sciences de París y en el Boletín de la Academia de Ciencias de Leningrado, formando un
conjunto de doctrina con personalidad propia.
Según Vernadski, la materia viva está distribuida sobre la superficie terrestre, formando una capa o envoltura más o menos
uniforme, aunque bastante continua, y relativamente delgada para poder concentrar y aprovechar la energía química libre
procedente del Sol. Esta envoltura constituye la biosfera.
Todo el planeta está envuelto en la atmósfera, una capa gaseosa que se extiende hasta unos 300 km. de altura.
La biosfera comprende (aproximadamente) la hidrosfera, la zona más superficial de la litosfera y la parte inferior de la
troposfera, es decir, abarca desde unos 50 km. de altitud en la atmósfera, hasta los fondos de los océanos más profundos.
En la biosfera la vida depende de la circulación de nutrientes esenciales, calor y energía solar.
La Tierra que alberga la biosfera tiene 20.000 km2 de diámetro, y es de superficie irregular. El máximo desnivel es de 20
km., existente entre el monte Everest (8.848 m.) el más alto del planeta, y la fosa marina de las Marianas superior a 11.000
m. de profundidad. En su mayoría está recubierta de agua salada, y tan sólo una cuarta parte de su superficie queda por
encima del nivel de las aguas.
Todo el planeta está envuelto por una capa gaseosa, la atmósfera, que se extiende hasta unos 300 km. de altura, aunque
sólo hasta la estratosfera (50 km. de altura) se mantiene la influencia sobre los seres vivos. Los fenómenos meteorológicos
tienen lugar en su mayoría en la troposfera (10 km. de altura).
La biosfera, o zona donde se desarrolla la vida, consta de troposfera, hidrosfera y la parte más externa de la corteza
terrestre.
El medio en que se desarrolla la vida, la biosfera, consta pues de troposfera, hidrosfera (mares, océanos y aguas
continentales), y la parte más externa de la corteza terrestre (litosfera). En la biosfera existe vida en todas la áreas
emergidas, y hasta unos pocos metros de profundidad del suelo.
En el mar, la mayor parte de los organismos acuáticos se concentran en profundidades inferiores a 200 m., pero es
evidente que la vida se extiende incluso hasta las grandes fosas marinas, como resulta de la observación de peces y
moluscos a 6.000 m. de profundidad, y cuyas investigaciones no rebasan esa distancia por las dificultades tecnológicas
para superarla, y que probablemente desvelaría que la vida no se limita a profundidades inferiores a las observadas.
La atmósfera
La atmósfera de la Tierra no tiene parangón en ningún otro planeta de nuestro sistema solar. Sin la existencia de vida sobre
la superficie no habría podido formarse, ni la propia vida desarrollarse, ya que la actual composición es fruto de múltiples
transformaciones desde sus orígenes.
La atmósfera no tiene una composición similar en toda su extensión, la cual alcanza varios miles de kilómetros de altura
(aunque solamente unos 100 km. son de interés práctico) sino que dependiendo de la temperatura o reacción química de
sus componentes, presenta diferencias que pueden ser estructuradas en capas.
La composición básica de la atmósfera es: 78% de nitrógeno, 20% de oxígeno, 0,9% de argón y 1,1% de otros gases entre
los que se encuentran el dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno, metano y vapor de agua; suponen casi el 100% del
volumen del aire en la atmósfera a una altura de 80 km., procedentes de la superficie de la Tierra. Existen además
partículas sólidas y líquidas en suspensión (vapor de agua, polvo y otros gases); una de las más importantes es el cloruro
de sodio, que se distribuye mediante las corrientes de aireación de los océanos, facilitando la condensación y precipitación;
un 20% de las partículas en suspensión tienen su origen en las actividades humanas.
La estabilidad de la composición atmosférica se basa en la diversidad de la vida que alberga la Tierra, y en los ciclos del
carbono y el nitrógeno. Mediante el primero, el dióxido de carbono que producen los animales es utilizado por los vegetales,
los cuales, tras la fotosíntesis, retienen la molécula del carbono y devuelven oxígeno a la atmósfera que será
posteriormente utilizado por los animales para respirar. Por su parte, el ciclo del nitrógeno se mantiene constante gracias a
animales y plantas, que lo mantienen en circulación a través de la biomasa, la litosfera y la propia atmósfera. Esa
estabilidad de la atmósfera podría alterarse mediante las actividades humanas, los cuales ingresan en ese medio
sustancias que le son ajenas, y que no pueden ser depuradas a mayor velocidad de lo que son generadas.
La atmósfera terrestre se puede dividir en capas según su temperatura.
La troposfera es la porción más baja en contacto con la superficie terrestre; tiene aproximadamente 11 kilómetros de
espesor. En esta capa, debido a las corrientes de convección, los gases tienen movimientos omnidireccionales. El tiempo
mas turbulento ocurre precisamente en esta capa de la atmósfera. La energía solar que alcanza La Tierra es absorbida
como calor por la superficie terrestre, y soltada después en una longitud de onda más larga como calor en el espectro
infrarrojo. Aproximadamente 175.000 millones de megavatios alcanzan La Tierra provenientes del Sol. La mayor parte de
esta energía es luz visible. Cerca de la mitad llega hasta la superficie; la otra mitad es absorbida por la atmósfera, reflejada
por las nubes, por el polvo atmosférico o por la propia tierra. La troposfera contiene mucho vapor de agua; el vapor de agua
absorbe la radiación infrarroja y esto significa que el calor queda cerca de la superficie. Con distancias crecientes a la
superficie terrestre hay menos vapor de agua que retenga el calor, así, los escapes de energía infrarroja y disminución de
temperatura en la estratosfera crece con la altitud.
La estratosfera contiene aire muy seco; delgadas nubes como Cirrus se forman en ella. La temperatura es más cálida en las
altitudes estratosféricas porque contienen cantidades pequeñas de gases que absorben la radiación solar. Dentro de la
estratosfera, entre 15 y 35 km., a la capa que contiene esos gases se le denomina ozonoesfera. El ozono en la estratosfera
absorbe muchos rayos ultravioleta (UV). Las emisiones UV no se encuentran en los rangos de luz visible y no podemos
verlos. Las pequeñas cantidades de rayos UV que logran alcanzar la superficie de La Tierra son los responsables de las
quemaduras solares; la estratosfera actúa como filtro para protegernos de estos peligrosos rayos. Existe una honda
preocupación acerca de los agujeros de ozono, o regiones en la estratosfera, donde cantidades de radiación UV pueden
terminar alcanzando la superficie. La capa de ozono es origen de debates de gran actualidad por las constantes pérdidas
del gas que contiene, detectados en la atmósfera, principalmente en el Antártico.
La estratopausa es la capa que se encuentra por encima de la estratosfera a unos 50 km. sobre la superficie de La Tierra.
La siguiente capa es la mesosfera entre 50 y 100 km. Aquí la temperatura desciende con la altura, las más bajas alcanzan
los -90º C. Conforme se alcanza la termosfera el proceso se invierte, la temperatura aumenta progresivamente hasta
alcanzar 2.000 grados Cº a varios miles de kilómetros. La mesosfera contiene rastros de pequeñas cantidades de nitrógeno
y oxígeno, insuficientes para absorber calor del Sol.
La homosfera es la capa existente hasta los 90 km. de altura. Debido a que la composición del aire en toda esa zona es
prácticamente constante. A toda la capa por encima de la homosfera se le denomina heterosfera, ya que en ella se
producen reacciones químicas muy rápidas que alteran la composición del aire atmosférico.
La Mesopausa, separa la Mesosfera de la Termosfera que comienza aproximadamente entre los 80 y 100 km.; contiene
ínfimas cantidades de oxígeno y nitrógeno, pero estos absorben radiación solar entrante. La temperatura en esta capa,
como ya se dijo, puede alcanzar los 2000º C. Más allá de la termosfera se encuentra la exosfera, cuya temperatura se
mantiene constante
Así como la ozonoesfera es considerada como una capa dentro de la estratosfera, en base a su respuesta característica a
los elementos que inciden en ella, es igualmente considerada la ionosfera. Algunos científicos no distinguen la Ionosfera, y
llaman Termosfera a toda la capa existente entre 80 y 400 km.; otros llaman ionosfera sólo a la capa de 100 a 300 km.
La Ionosfera es una capa activa eléctricamente, en ella es absorbida la mayor parte de la radiación de longitudes cortas del
Sol. Como esta radiación pasa por la ionosfera, actúa recíprocamente con las moléculas del nitrógeno y átomos de oxígeno.
Estas partículas absorben la radiación, pero en el proceso pierden un electrón (una partícula negativa); este electrón libre
se transforma en un Ion (partícula con carga eléctrica) y los átomos cargados positivamente (con ausencia de electrones)
tratan de cobrar a su vez los iones. Este proceso sólo se realiza cuando hay radiación solar; por la noche no existe
radiación entrante y algunas capas ionosféricas desaparecen. En la Ionosfera es donde ocurren las Auroras.
Sedimentarias: Son aquellas que están compuestas por materias que han sufrido una transformación, y en la que se ha
producido depósito y acumulación de minerales disgregados, ya sea por acción del viento, agua o erosión glacial. El efecto
de estos elementos, así como la velocidad de deposición o naturaleza de la materia depositada, produce diferencias visibles
en las capas por su diferente color o composición (lechos de sedimentos paralelos).
Pueden tener un origen mecánico (fragmentario) o químico. Las de origen mecánico están compuestas de partículas
minerales, fruto de la desintegración por un efecto mecánico de otras rocas, y que posteriormente fueron arrastradas por el
agua con toda su integridad química, siendo depositadas en capas. Ejemplo de materiales que tienen este origen mecánico
son la arenisca (masas de arena o cuarzo), el esquisto micáceo (mica y arcilla o barro), y el conglomerado (grava litificada).
Las rocas sedimentarias que tienen origen químico pueden estar compuestos de caliza, consistentes en restos de
organismos marinos microscópicos decantados sobre el suelo oceánico; o también depositarse en los lagos o fondos
marinos a partir de la roca madre, después de la evaporación y posterior precipitación de las disoluciones salinas. Ejemplo
de este caso es el yeso (sulfato de calcio hidratado), la halita (sal gema, o sal común mineralizada) y la anhidrida (sulfato de
cal anhidro).
Metamórficas: Las rocas metamórficas son aquellas que han sufrido alteración de su composición y textura original, por
efecto del calor, presión y fluidos del interior de la corteza terrestre, formando gneis, cuarcitas, etc. A esta transformación
metamórfica se le llama dinamotérmico o regional cuando sucede por la acción de la presión o temperatura; y térmico o de
contacto cuando viene influenciado por rocas ígneas (magma). Según se den circunstancias térmicas o dinamotérmicas, se
distinguen varios tipos de rocas metamórficas. El esquisto, por ejemplo, a bajas temperaturas se metamorfiza en pizarra,
pero se metamorfiza en filita si queda sometido a temperaturas suficientemente elevadas como para recristalizarse.
Cuando el magma asoma a la superficie y se enfría rápidamente, da lugar a la rocas ígneas extrusivas o volcánicas, como
los basaltos o las siolitas.
Igneas o Magmáticas: Las rocas ígneas o magmáticas, son aquellas que se han formado por enfriamiento y solidificación
del magma o materia rocosa fundida, es decir, la materia ígnea y fundida (total o parcialmente) de silicatos y elementos
volátiles que se encuentra debajo o en el interior de la corteza terrestre.
Los magmas pueden ser ácidos (con más de un 60 % de anhídrido de silicio) y básicos (con menos cantidad de anhídrido
de silicio). Los magmas pueden irrumpir en la corteza terrestre y desparramarse en ésta en forma de lavas o gases
(vulcanismo) o consolidarse en su interior (plutonismo). Cuando esta consolidación tiene lugar en profundidad y con
enfriamiento lento, se originan las rocas ígneas o plutónicas (por ejemplo granitos, sienitas, dioritas); cuando se verifica en
la superficie con enfriamiento y solidificación rápida, se forman las rocas ígneas extrusivas o volcánicas (por ejemplo
siolitas, traquitas, basaltos); si se produce en una zona intermedia aprovechando grietas o fracturas aparecen las rocas
ígneas filonianas (por ejemplo aplitas, magmáticas, pórfidas). En su mayoría, las rocas ígneas están compuestas por
silicatos, por ello se tiende a su clasificación según su contenido en sílice.
Finalmente, se reconoce la roca viva, como aquella que tiene su raíz muy profunda, no tiene mezcla de tierra y no está
formada por capas.
Los factores que intervienen en la formación del suelo: Al proceso de formación y desarrollo de los suelos se le denomina
edafogénesis. Los factores que intervienen en este proceso son: el clima, el relieve, la actividad biológica, la composición
litológica y el tiempo de actuación de todos ellos.
La materia orgánica es proporcionada por los animales y vegetales colonizadores del sustrato inorgánico; El clima es el más
importante de ellos, ya que determina el volumen de precipitaciones y la temperatura a la que tienen lugar las alteraciones
químicas necesarias.
La actividad biológica favorece la disgregación física de la roca madre.
El relieve facilita o dificulta, según el grado de inclinación de la superficie, la infiltración del agua en el terreno; cuanto mayor
sea ésta, más activo será el proceso edafogenético; el relieve también determina el grado de erosión y la orientación con
respecto al sol; las zonas dirigidas al sur sufren una mayor evaporación y sus suelos son menos potentes.
Las morrenas glaciales son sedimentos de arena, grava y piedras depositados o transportados por los glaciares.
La actividad biológica favorece la disgregación física de la roca madre (consistente en rocas sedimentarias y/o morrenas
glaciales), fundamentalmente mediante la acción de las raíces de los vegetales, pero también interviene de forma notable
en la meteorización química por medio de los ácidos húmicos, procedentes de la descomposición de restos orgánicos. La
composición litológica de la roca madre determina cuáles serán los productos de alteración originados por la meteorización;
por tanto, influye en el grado de acidez del suelo resultante.
La meteorización es el proceso por el cual las rocas son alteradas mecánica y químicamente por acción de diversos
agentes, principalmente atmosféricos.
La roca madre constituye el aporte de elementos minerales cuando se produce su disgregación y descomposición;
finalmente, con el transcurso del tiempo y la acción conjunta del clima y vegetación, se produce la mezcla de los elementos
entre sí y con el aire y agua.
Suelos Autóctonos son los formados en el propio lugar de origen, sin embargo, si los depósitos sobre los que se desarrollan
han sido desplazados desde otras zonas se les llaman suelos alóctonos.
La composición química de los suelos: Se puede dividir la composición química de los suelos en orgánicos e inorgánicos.
Representan las partículas minerales el 50% del total, de las cuales dominan la arena, arcilla y caliza, y en menor medida
óxidos e hidróxidos de hierro y sales; las de origen orgánico suponen el 5%; el 45% que resta lo ocupan aire y agua, los
cuales aprovechan la porosidad de la arena (el componente más importante de los suelos) para penetrar en los suelos y
permitir la iteración con los demás elementos.
Arena: La arena, cuya importancia ya se ha dicho, procede de la roca por meteorización (efectos externos que alteran las
rocas superficiales); la silícica es la más típica, por ello se suele expresar el contenido de arena de los suelos en tanto por
ciento de sílice (SiO2).
Arcillas: Las arcillas proceden de silicatos descompuestos de la roca madre. Son principalmente una mezcla de silicatos de
aluminio hidratados, los cuales pueden incorporar además hierro, magnesio y potasio. La más típica es la caolinita (sílice,
alúmina y agua).
Las arcillas proceden de silicatos descompuestos de la roca madre
La presencia dominante de los silicatos de aluminio es la razón de que el contenido en arcilla de los suelos, sea expresada
en tantos por ciento de óxido alumínico o alúmina (A12O3).
Caliza: La caliza o carbonato cálcico (CaCO3), suele presentarse en forma de arenas, limos o unidas a las arcillas
margosas. Tienen la capacidad de disolverse en el agua, las cuales arrastran en forma de bicarbonato cálcico; a su vez, los
ácidos nítrico y fosfórico originan nitratos y fosfatos cálcicos. Todos estos elementos pueden ser absorbidos por las plantas,
aunque un exceso de cal sólo es soportado por las plantas calcícolas. Otra presencia en el suelo útil para las plantas es la
dolomía (CaMg(CO3)2), carbonato doble de calcio y magnesio, que sintetiza la clorofila.
Óxidos de hierro: Los óxidos e hidróxidos de hierro (oligisto y limonita) se producen como resultado de la meteorización de
la mica negra (biotita) y otros silicatos (anfiboles y piroxenos). Estos elementos son los causantes de que las tierras
presenten colores rojos y amarillos.
Las altas concentraciones de azufre solo son soportadas por determinadas plantas denominadas gipsófilas.
Sales: Las sales, tales como nitratos, fosfatos, sulfatos y cloruros proceden de la descomposición de la materia orgánica, o
mediante la acción bacteriana que fija el nitrógeno de la atmósfera. Cierta flora denominada nitrófila es muy frecuente en
lugares ricos en nitratos; muchos vegetales obtienen de éstos el nitrógeno con que sintetizan sus proteínas.
Azufre, fósforo: El azufre y fósforo que necesitan los vegetales son recibidos de los fosfatos y sulfatos, aunque sólo ciertas
plantas denominadas gipsófilas son capaces de soportar altas concentraciones de azufre, como son los contenidos en los
sustratos yesíferos.
Cloruros: Por su parte, los cloruros son en general poco asimilables por los vegetales, una concentración superior a 0,5%
ya les resulta perjudicial, aunque existe un tipo de plantas denominadas halófilas o barrileras que no pueden germinar si el
suelo no contiene adecuadas cantidades de sal.
Formación de la materia orgánica del suelo: De la descomposición de restos animales y vegetales se genera la materia
orgánica del suelo. El resultado final tras el proceso continuo de transformación química o bioquímica de los residuos y
sustancias vegetales y animales, es la formación del mantillo o humus.
De la descomposición de restos animales y vegetales se genera la materia orgánica del suelo. Contiene sustancias diversas
(humina, ácido húmico, etc.) y proporciona al suelo los elementos nitrogenados indispensables para su fertilidad. El humus
puede considerarse la base de la fertilidad del suelo, ejerce una influencia favorable sobre su estructura, y actúa como
regulador de la nutrición, reteniendo y haciendo asimilable el fósforo y la potasa, y favoreciendo la actividad biológica del
suelo.
El humus puede considerarse la base de la fertilidad del suelo.
Las primeras materias en descomponerse e incorporarse al sustrato del suelo son las de origen animal, mientras que las de
origen vegetal pueden necesitar hasta diez años, aunque ciertos vegetales en suelos neutros, como las hojas de haya,
pueden cumplir el proceso en menos de un año. Durante el proceso de humificación, que requiere ventilación, calor y
humedad, se originan unas sustancias orgánicas denominadas ácidos húmicos y fúlvicos; más de un 5% es considerado
suelo rico en humus. Para que el suelo sea cultivable debe contener cuatro componentes básicos cuyas proporciones son:
66 a un 80% de arena, 10 a 20% de arcilla, 5 a 10% de caliza y 5 a 10% de humus.
Textura y estructura de los suelos
La textura de suelo responde a la proporción en que están distribuidas las partículas que lo componen. La capacidad
permebealizante de un suelo, así como la retención del agua, son características que dependen directamente de la textura.
El equilibrio del suelo: Si las diferentes fracciones en que se dividen los elementos sólidos no predominan entre sí unos
sobre otros se dice que el suelo está equilibrado; las arcillas y limos constituyen las partículas de la fracción fina, las arenas
la fracción media y las gravas y piedras la fracción gruesa.
Horizontes y perfil del suelo: La estructura vertical del suelo está compuesta por una serie de capas o estratos de desigual
anchura denominadas horizontes. A su vez, a un conjunto de horizontes se le denomina perfil del suelo.
Las estructuras son de características diferentes según sean los componentes agregados al mantillo, y en base a esas
características se les denominan: granulares, grumosas, escamosas, laminares, poliédricas, prismáticas o columnares.
Los horizontes de la estructura existentes entre la superficie y la roca madre pueden tener composiciones tipo A, B o C, y
según la importancia de la capa puede ser dividida a su vez en otras subcapas:
Horizonte tipo "A": Es el horizonte llamado "de lavado" por estar expuesto a la erosión y lavado de la lluvia, es la parte más
superficial del suelo donde abundan las raíces. Es rica en materia orgánica por contener microorganismos animales y
vegetales. El horizonte A es de sumo interés y fácil estudio, pero su composición es compleja y fue preciso subdividirla en
suborizontes, los cuales no son reconocibles a simple vista:
Subhorizonte A00: Está formado por restos de hojas, ramas y hierbas provenientes de la capa más super- ficial del suelo.
Es de desarrollo típico en los bosques cadu- cifolios. El origen y forma de su estructura aún es reco- nocible a pesar de que
el grado de alteración es variable.
Subhorizonte A0: Es la capa que se encuentra inmediatamente debajo de la A00. Su estructura ya no permite reconocer el
origen de los restos vegetales que la componen. Suelen apreciarse los micelios de los hongos (hebras finas y
blanquecinas). El humus comienza aquí su formación activa.
Subhorizonte A1: Ya es básicamente inorgánica. Su componentes minerales arcillosos están muy ligados al humus, lo que
le confiere un tono parduzco.
Subhorizonte A2: Lo forma el arrastre de las arcillas, óxidos de hierro y materia orgánica humificada, confiriéndoles una
tonalidad más clara que a la capa anterior. Finalmente quedan depositados en el horizonte B.
Horizonte tipo "B": Es el denominado "de precipitación" o subsuelo; en él se acumulan las arcillas provenientes del arrastre
del horizonte superior. Los compuestos férricos y coloides húmicos le confieren tonalidades rojizas y parduzcas. En esta
capa, dependiendo de la zona, se forman corazas lateríticas (regiones de clima tropical) o laminados calcáreos (regiones
áridas).
Horizonte tipo "C": Corresponde a la roca madre. Esta capa puede denominarse en ocasiones D o R, dependiendo de si ha
comenzado a sufrir o no el proceso de meteorización. Normalmente, en la parte superior presenta diversos estadios de
alteración física de los elementos mezclados.
Las diastemas son los espacios existentes entre dos estratos de rocas sedimentarias; generalmente están rellenos de
arcilla.
Estratificación de los suelos: El estrato es la masa de sedimentos depositados en condiciones ambientales más o menos
uniformes, limitada por diastemas en general paralelos entre sí. Acostumbra ser homogéneo en su composición. En
principio se disponen horizontalmente en bloques tabulares que posteriormente, al ser sometidos a la acción de las fuerzas
orogénicas, pueden plegarse o fracturarse.
La estratificación cruzada (láminas inclinadas) se da en los depósitos arenosos, generalmente deltaicos
La aparición de diferentes estratos en el seno de una roca sedimentaria se debe a cambios experimentados durante el ciclo
erosivo, como por ejemplo, la alteración mineralógica de la roca original a causa de la meteorización o la variación de la
velocidad del agua.
Las superficies que separan los estratos sucesivos (diastemas) se deben a interrupciones de la sedimentación. Durante la
formación de un estrato también suelen producirse pequeñas modificaciones ambientales que determinan una laminación
interna del mismo; un caso especial es la denominada estratificación cruzada, que se da en los depósitos arenosos,
generalmente deltaicos, en los que aparecen láminas inclinadas en el interior del estrato; se originan por sedimentación en
capas inclinadas en el frente deltaico o por la erosión del extremo del estrato, con la consiguiente formación de un plano
inclinado que es cubierto por el siguiente depósito sedimentario.
Clasificación de los suelos
Para clasificar un suelo es preciso atender al lugar donde se desarrolla. Según la región se dividen en subacuáticos,
semiterrestres y terrestres. Los suelos terrestres son distinguidos según el componente principal; así, son arcillosos si
contienen un 40% de arcillas, arenosos un 65% de arena, calizos un 20% de carbonato cálcico, y vegetales o húmicos un
15% de humus.
Los suelos pueden ser de varios tipos:
Spodsol: (ver: podsólicos);
Alfisol: Es propio de regiones húmedas, cuyas características esenciales son: horizonte superficial de gris a pardo,
contenido en bases medio o alto y zona de acumulación de arcillas.
Ultisol: Desarrollado en condiciones de clima cálido o tropical. Sus horizontes subsuperficiales son, por lo general, de color
rojo o amarillo, como resultado de las acumulaciones de óxidos de hierro; oxisol, caracterizado sobre todo por la presencia
de un profundo horizonte subsuperficial de óxidos; es un horizonte generalmente de alto contenido en partículas de tamaño
arcilla que domina los hidróxidos de hierro y aluminio (lateritas).
Mollisol: Caracterizado por un horizonte superficial negro y denso (en este tipo se reúnen suelos propio de zonas de
praderas, como el chernozen y otros).
Aridisol: De zona superficial clara con escaso contenido en humus, y horizonte de acumulación de carbonato de calcio, yeso
o sales solubles (pertenecen a este grupo el sierozem y el solonchat, suelos de desierto).
Histisol: Contiene como mínimo un 20 % de materia orgánica si no tienen arcilla y un 30 % si el contenido en arcilla es
superior al 50 %.
Los eterótrofos: son los consumidores; utilizan, reestructuran y consumen materiales complejos. Se trata de animales que
se nutren de materiales previamente transformados, o de otros organismos animales.
Los descomponedores: (hongos y bacterias) son los encargados de descomponer en sustancias más simples, la materia
protoplasmática de los productores y consumidores muertos.
Tipos de ecosistemas
Aunque el término ecosistema puede referirse a biotopos y biocenosis muy diversos en tamaño, generalmente se
reconocen tres tipos: microecosistema, por ejemplo el tronco de un árbol o la fisura de una roca; mesoecosistema, referido
a una extensión de media como una pradera, bosque, lago, etc.; y macroecosistema, donde se engloban grandes
extensiones de tierras, océanos o ambos, como puede ser el mar Mediterráneo o toda la región atlántica. La transición entre
dos de estos ecosistemas no suele realizarse bruscamente, sino que se produce una yuxtaposición en la zona limítrofe que
presenta generalmente características propias; a esta zona se le denomina ecotono.
El tronco de un árbol o la simple grieta de una roca es considerado un microecosistema
Litotelma: Es un biotopo de reducidas dimensiones formado por una concavidad excavada en una roca y llena con el agua
de lluvia.
Necron: Es el conjunto formado por las porciones muertas de una comunidad vegetal.
Especie vicariante: Se llama así a la especie que sustituye o reemplaza a otra dentro de un ecosistema cuando se
modifican las condiciones del mismo.
Estructura de un ecosistema: Los productores transforman la energía recibida y la acumulan como energía química
Si se analiza el ecosistema desde el punto de vista de su estructura, podemos agrupar los organismos en niveles tróficos.
Se trata de un conjunto de transferencia de alimentos que se establece entre un grupo de organismos de un ecosistema y
otro. La cadena está formada por eslabones (no más de cuatro o cinco) de grupos de seres vivos de forma que cada uno de
ellos se alimenta del anterior.
Identificación de los eslabones: El primer eslabón lo forman básicamente las algas y las plantas verdes, organismos
productores o autótrofos que se alimentan de sustancias inorgánicas: son los productores primarios, que a su vez, sirven de
alimento a los carnívoros (consumidores secundarios o carnívoros de primer orden), de los cuales se alimentarán sus
depredadores, etc.
El primer eslabón lo forman básicamente las algas y plantas verdes, organismos productores o autótrófos. El último eslabón
de la cadena lo componen los microorganismos descomponedores o transformadores de materia orgánica, que se
alimentan de los cadáveres de los consumidores de cualquier grupo y de los restos de los productores primarios: en su
metabolismo producen abundantes cantidades de residuos inorgánicos que serán utilizados por los organismos autótrofos,
con lo que se cierra la cadena.
El último eslabón de la cadena lo componen los microorganismos descomponedores o transformadores de materia
orgánica.
A estos niveles también se le denominan cadena trófica y, en base a las ramificaciones laterales que existen, también se
habla de red trófica. Los productores o autótrofos son micro y macroorganismos, que realizan una labor de sintetizado y
almacenamiento de las sales minerales extraídas del biotopo y la energía solar en su espectro visible. La energía que
reciben una vez transformada es acumulada como energía química.
Consumidores de 1er. Orden (herbívoros) Consumidores de 2º orden (depredadores) Consumidores de 3er. Orden
(superdepredadores)
Los consumidores: Los consumidores viven de la materia orgánica que elaboran los productores. Se distinguen dos niveles,
los consumidores propiamente dichos o consumidores de materia fresca, y los detritívoros o saprobios.
Los consumidores viven de la materia orgánica que elaboran los productores.
En paralelo con estos consumidores se puede situar a los omnívoros o diversívoros, los cales incluyen en su alimentación
no sólo productores, sino también a otros consumidores, ejemplo de el oso, jabalí, e incluso los propios seres humanos:
Consumidores de materia fresca: Los consumidores de materia fresca, según las características de su alimento se
subdividen a su vez en varias categorías: 1er., 2º y 3er. orden.
Consumidores de primer orden: Son animales herbívoros y parásitos de las plantas. Se alimentan de forma directa de los
productores
Consumidores de segundo orden: Son animales carnívoros que se alimentan de los animales herbívoros, es decir de los
consumidores de 1er orden.
Consumidores de tercer orden: Son animales carnívoros que se alimentan a su vez de otros carnívoros. Comprende a los
superdepredadores.
Consumidores de materia muerta: Son los detritívoros o saprobios. Consumen materia muerta, tales como cadáveres,
residuos o excrementos. Parte de esa materia la descomponen y mineralizan para ser convertida en humus. Según el
origen y estado de la materia se distinguen en carroñeros o necrófagos, saprófagos y coprófagos:
Carroñeros o necrófatos: Son animales que se alimentan de cadáveres frescos, ejemplo de lo buitres, chacales, hienas o
larvas de insectos.
Saprófagos: Son consumidores que se alimentan de cadáveres o restos descompuestos, ejemplo de las lombrices de tierra
o los escarabajos.
Coprófagos: Son consumidores que se alimentan de los excrementos de otros animales, ejemplo de los escarabajos.
Los descomponedores o transformadores: Son los saprófitos encargados de descomponer y mineralizar en su totalidad la
materia orgánica muerta, que ya ha sido más o menos alterada por los organismos del nivel anterior. En el proceso se libera
CO2, NH3, SH2.
Los descomponedores o transformadores son los saprófitos encargados de descomponer y mineralizar en su totalidad la
materia orgánica muerta.
Los diferentes iones reaccionan con los componentes del suelo convirtiéndolos en sales minerales, los cuales serán
posteriormente absorbidas por los autótrofos al disolverse en el agua.
Mediante este proceso de niveles tróficos, la utilización de los elementos químicos de la materia es cíclica, salvo en
aquellos casos en que los elementos son retirados o acumulados, impidiéndose la descomposición e inclusión en dicho
ciclo.
Cadenas, redes y pirámides: Los niveles tróficos productores, consumidores y descomponedores (véase Estructura de un
ecosistema), mantienen unas relaciones lineales mutuas denominadas cadenas alimenticias o tróficas, cuyos eslabones
están ligados entre sí.
¿Cadena trófica o red trófica...?: Las múltiples interacciones existentes entre los individuos impide (salvo excepciones)
definir individualmente con claridad una cadena trófica, ya que, según las circunstancias, un depredador puede al mismo
tiempo ser presa. Por ello es más propio hablar de red alimentaria o trófica. En una red alimentaria cada individuo ocupa un
nudo en una intersección de relaciones tróficas. Pueden existir cadenas y redes que no comiencen en los productores,
ejemplo de los descomponedores o las de hábitats cavernícolas y abisales. La forma de representar las redes tróficas es
utilizando las denominadas pirámides tróficas. Su esquematización se realiza mediante una serie de rectángulos
distribuidos en niveles superpuestos (representativos de los niveles tróficos), con los productores colocados en la base y los
consumidores de máximo rango en la cima.
Todos los niveles aportan materia a los descomponedores, mientras que cada nivel vive a expensas del inferior. Según el
parámetro tenido en cuenta (energía, materia, volumen..), se construyen pirámides de: números, biomasas o energía:
Pirámide de números: En esta pirámide los rectángulos son proporcionales al número de individuos por unidad de superficie
o volumen que componen la biocenosis. Este esquema es poco utilizado por su poca representatividad, precisamente por
las notables diferencias físicas entre individuos; nótese que un ciervo contaría como un saltamontes en el nivel de los
herbívoros.
Pirámide de biomasas: Es una de las más utilizadas. Aquí se tiene en cuenta la cantidad de materia viva de cada nivel
trófico. Los rectángulos son proporcionales a cada categoría. La masa total de los organismos de cada nivel es medido en
gramos o kilogramos de todos los individuos, o en calorías o kilocalorías (contenido energético), uno u otro referidos a una
unidad de superficie en centímetros cuadrados o hectáreas.
Pirámide de energías: Es un tipo de representación más complejo que los anteriores, pero que proporciona más
información. En ella se muestra un rectángulo de longitud proporcional a la energía en kilocalorías por metro cuadrado, que
se produce al quemar la materia orgánica del nivel por unidad de tiempo. Mediante una división transversal se representan
las energías (biomasas) que se producen o consumen en el nivel, es decir, en una parte se muestra la energía que se
produce para el nivel superior, y en la otra parte la energía que se desprende o gasta en el propio nivel. La elaboración de
pirámides tróficas y el estudio de las relaciones alimentarias, ha permitido comprobar que el ciclo de la energía es abierto,
esto quiere decir que los ecosistemas están atravesados por un flujo unidireccional de energía (sólo un 10% de la energía
de cada nivel queda disponible para el siguiente), al contrario que el ciclo de la materia, que es cerrado.
La productividad ecológica: Productividad y eficiencia ecológica son términos relacionados con la transferencia de biomasa
(energía) entre niveles tróficos: Se denomina productividad a la velocidad de producción de biomasa, es el resultado de
dividir la biomasa inicial y la biomasa final transcurrido un tiempo determinado. Se divide en productividad primaria y
secundaria:
Los bosques y arrecifes de coral generan mayor productividad, antagónicamente a lo que ocurre en los desiertos y alta mar.
Productividad primaria: Es la velocidad de almacenamiento de los productores en forma de materia orgánica. Puede
dividirse en productividad bruta o productividad neta:
Productividad bruta: Se le denomina así cuando se considera la totalidad de la energía química almacenada por los
productores en forma de materia orgánica (incluida la consumida en la respiración).
Productividad neta: También llamada de asimilación, es denominada así cuando sólo se tiene en cuenta el aumento final de
biomasa de los productores. Habitualmente se mide en gramos de peso seco por metro cuadrado de superficie y día.
Productividad secundaria: Es la biomasa producida por los consumidores o descomponedores.
La eficiencia ecológica: La eficiencia ecológica es el aprovechamiento de la energía que se transfiere entre un nivel y el
siguiente.
Entre niveles tróficos se transfiere la biomasa con mayor o menor aprovechamiento. La eficiencia ecológica es el
aprovechamiento de la energía que se transfiere entre un nivel y el siguiente; puesto que en la transferencia siempre se
disipa calor, la eficiencia ecológica del ecosistema será mayor cuanto menor sea la pérdida de calorías.
La mayor productividad se genera en los ecosistemas con arrecifes de coral, estuarios y bosques tropicales; su
antagonismo se encuentra en los desiertos áridos y alta mar.
Dinámica de los ecosistemas: Los ecosistemas no son entidades estáticas, al contrario, mantie- nen un continuo proceso de
transferencia de materia y energía. Ese flujo es ajustado o readaptado ante cualquier variación del ambiente que incida
sobre ellos.
La sucesión ecológica: La tendencia de los ecosistemas es alcanzar el clímax. Se denomina así al estado teórico de
máxima estabilidad y eficiencia ecológica. El proceso que se desarrolla hasta alcanzar el clímax se llama sucesión, y al
conjunto de fases que se van atravesando desde el ecosistema inicial (todas ellas de complejidad creciente) se les
denomina serie evolutiva.
Las sucesiones culminan con el establecimiento de un ecosistema biológicamente estable La tendencia de los ecosistemas
es alcanzar el clímax o comunidad climácica.
La sucesión es resultado de la modificación del ambiente físico por causas internas o externas a la comunidad. Culmina con
el establecimiento de un ecosistema biológicamente estable (se alcanza el clímax) que se perpetúa a sí mismo.
Odum definió la sucesión ecológica como un proceso ordenado de cambios direccionales de la comunidad y por tanto
predecibles. Las comunidades clímax mantienen un doble equilibrio de las especies entre sí, y éstas con las propiedades
ambientales; es pues la máxima meta biológica a la que una sucesión puede llegar.
Las sucesiones suelen referirse a las comunidades vegetales. Durante el clímax de estas comunidades (cuya estructura es
compleja) los fenómenos de competencia en el seno de la asociación es ínfimo, manteniéndose una armonía óptima con las
condiciones del suelo y la climatológica del lugar.
En las fases más tempranas de una sucesión las especies más abundantes son las denominadas oportunistas, que se
reproducen a gran velocidad pero que poseen una escasa biomasa. En el proceso éstas especies serán sustituidas por
otras con menor tasa de reproducción y mayor biomasa.
Cuando un ecosistema se constituye inicialmente por medio de las sucesiones, a la primera comunidad que se instala en él
se le denomina pionera. Las diferentes fases de sucesión en que puede encontrarse el ecosistema constituido son las de,
sucesión primaria o serie completa, sucesión secundaria y sucesión regresiva o disclimax:
Sucesión primaria o serie completa: Se denomina así al proceso de sucesión que se desarrolla desde una zona desnuda
hasta alcanza la clímax.
La sucesión secundaria parte de una etapa de la serie producida por una perturbación, por ejemplo un incendio.
Sucesión secundaria: Se produce cuando la sucesión parte de una etapa cualquiera de la serie causado por una
perturbación, sea un incendio, inundación, etc; en este caso, transcurrido un tiempo retor- na a la serie primaria completa.
Por tanto, toda sucesión primaria conduce y culmina en el clímax. La sucesión primaria intenta alcanzar el climax partiendo
de una zona desnuda
Sucesión regresiva o disclimax: Las causas del disclímax tiene su origen en el ambiente, y muy destacadamente en la
acción del hombre.
Son las que llevan en sentido contrario al clímax, es decir, hacia etapas inmaduras del ecosistema. Las causas del
disclímax tienen su origen en el ambiente, y muy destacadamente en la acción del hombre. No se trata de una sucesión
ecológica invertida, sino de una regresión forzosa del ecosistema por la destrucción de alguna etapa de la serie, por
ejemplo a causa de un incendio forestal sin regeneramiento, que podría dar paso a la desertización.
Cuando el biotopo inicial del que parten las comunidades hacia el clímax tiene un origen acuático, a las series de sucesión
se les denomina hidroseries. Si las series se producen sobre un terreno seco se les denominan xeroseries.
Básicamente ya se han descrito los diferentes estados que se pueden dar en una sucesión. Los siguientes términos refieren
otras situaciones que se pueden dar en las series evolutivas:
Anteclímax: Es una etapa permanente previa a la clímax, a causa de condiciones adversas que no permiten llegar a ésta
(por ejemplo, la persistencia del viento en una determinada región sólo permite que se alcance la fase arbustiva, aunque la
clímax sea el bosque).
Paraclímax: Es una formación vegetal que, aunque no es la clímax correspondiente a la zona donde se desarrolla, se
encuentra en un estado de equilibrio tal que se excluye una posterior evolución, por lo que alcanza casi las condiciones de
una clímax.
Peniclímax: Es el clímax que ha experimentado la influencia antropógena y aparece con algunas variaciones en cuanto a su
composición y a la proporción entre sus distintos elementos.
Colonización: Es el proceso de establecimiento de especies biológicas en un área anteriormente no ocupada, como el
crecimiento de cañaverales en los márgenes de un lago en colmatación o la instalación de aves marinas en una isla
volcánica.
Equilibrio: Es el estado de un medio o ecosistema cuya biocenosis se mantiene sin grandes cambios durante largo tiempo,
debido a que las influencias climáticas, edáficas y bióticas son muy estables y se limitan unas a otras.
Madurez: Es el estado en que un ecosistema se considera desarrollado. Depende de ciertos factores, como la diversidad, la
estabilidad y la productividad. El ecosistema maduro se encuentra en las etapas más avanzadas de la sucesión.
La fotosíntesis
La fotosíntesis es un conjunto de reacciones que realizan todas las plantas verdes (que poseen clorofila), las cianofíceas y
algunas bacterias, y a través de las cuales se sintetizan glúcidos o hidratos de carbono por acción de la luz en presencia de
la citada clorofila y otros pigmentos, y con el concurso del dióxido de carbono atmosférico y el agua. En resumen, la
fotosíntesis es la transformación de la energía luminosa en energía química. Su importancia no es de índole menor, pues
prácticamente toda la energía consumida por la vida de la biosfera terrestre procede de la fotosíntesis.
Básicamente podemos definir la clorofila como la encargada de absorber la luz necesaria para que la fotosínteis pueda ser
llevada a cabo.
La fotosíntesis es posible gracias a una sustancia denominada clorofila. Se trata de un pigmento de color verde que se
encuentra en las plantas y procariotas que realizan la función clorofílica. Esta sustancia se halla localizada en los
cloroplastos de las células eucariotas vegetales. Su actividad biológica es importan- tísima, ya que es la que hace posible la
función clorofílica.
La clorofila es la encargada de absorber la luz necesaria para que la fotosíntesis pueda ser llevada a cabo, proceso que
culmina con la transformación de la energía luminosa en energía química.
Básicamente podemos definir la clorofila como la encargada de absorber la luz necesaria para que la fotosíntesis pueda ser
llevada a cabo, proceso que culmina, como ya se dijo, con la transformación de la energía luminosa en energía química.
Existen varios tipos de clorofilas; A, B, C, D, y la bacterioclorofila, cada cual con su correspondiente franja de longitudes de
onda (ancho que ocupan dentro del espectro luminoso), que les confiere propiedades de absorción diferentes, en base a las
también diferentes estructuras moleculares de cada clorofila.
Los tipos más comunes de clorofilas son la A y B; las demás no tienen tanta importancia funcional. La de tipo A supone
dentro de las plantas verdes alrededor del 75% de todas las clorofilas; capturan la energía luminosa dentro del espectro rojo
y violeta. Por su parte, la clorofila de tipo B es un pigmento de menor entidad que no absorbe la luz dentro de la longitud de
onda más común citado, pero que tiene la propiedad de transferir la energía recibida a las clorofilas de tipo A, las cuales
finalmente sí convierten esa energía luminosa en energía química.
La fotosíntesis se realiza en dos etapas: reacción luminosa y reacción en la oscuridad. Ambas permiten que la
transformación de la energía sea permanente.
La fotosíntesis se realiza en dos fases o etapas: la reacción lumínica, y la reacción en la oscuridad. La reacción lumínica
actúa en presencia de luz con independencia de la temperatura reinante (siempre que ésta no sobrepase determinados
límites). Por su parte, la reacción en la oscuridad tiene lugar con independencia de la luz pero no de la temperatura, aunque
ésta última debe mantenerse igualmente dentro de unos límites para que sea efectiva.
Se inicia la fotosíntesis con la absorción de fotones (energía luminosa) a nivel de los pigmentos activos. Éstos trasladan a
las clorofilas la energía que se suma a la absorbida por las mismas. Aquí la clorofila realiza su labor más importante y
esencial en todo el proceso, capturando la energía de las diferentes longitudes de onda, principalmente del espectro rojo y
violeta que corresponden a las clorofilas de tipo A. Estas reacciones ocurren en los cloroplastos que se encuentran dentro
de las células, y donde están contenidas las citadas clorofilas y otra serie de compuestos, todos ellos parte activa en la
función clorofílica en mayor o menor medida.
La reacción en la oscuridad, por su parte, permite que la energía capturada en presencia de luz, y por tanto temporal, siga
capturándose permanentemente en forma de glucosa.
En resumen, el balance total o efecto neto de la fotosíntesis queda establecido como glucosa, a través de un gasto
energético de luz solar, es decir, el dióxido de carbono más agua proporciona oxígeno y glucosa.
Mediante la fotosíntesis, las plantas absorben el dióxido de carbono existente en el aire o el agua, y lo acumulan en los
tejidos vegetales en forma de grasas, proteínas e hidratos de carbono. Posteriormente, los animales herbívoros se
alimentan de estos vegetales, de los que obtienen energía, para después, siguiendo las cadenas tróficas, transferir esa
energía a los demás niveles (carnívoros que se alimentan de los herbívoros). Esa energía sigue varios caminos: por un lado
es devuelto a la atmósfera como dióxido de carbono mediante la respiración; por otro lado se deriva hacia el medio
acuático, donde puede quedar como sedimentos orgánicos, o combinarse con las aguas para producir carbonatos y
bicarbonatos (suponen el 71% de los recursos de carbono de la Tierra). En su acumulación en las zonas húmedas genera
turba, resultado de una descomposición incompleta, lo que da lugar a la formación de depósitos de combustibles fósiles
como petróleo, carbón y gas natural.
El ciclo del carbono queda completado gracias a los organismos descomponedores, los cuales llevan a cabo el proceso de
mineralizar y descomponer los restos orgánicos, cadáveres, excrementos, etc. Además de la actividad que llevan a cabo los
reino vegetal y animal en el ciclo del carbono, también entra dentro de éste el carbono liberado mediante la putrefacción y la
combustión.
Los océanos contienen el 71% de los recursos de carbono de la Tierra en forma de carbonatos y bicarbonatos; un 3% en el
fitoplancton y la materia orgánica muerta; otro 3% en los bosques; un 1% se utiliza en la fotosíntesis, y se encuentra
circulando en la atmósfera; el 22% restante permanece fuera del ciclo en forma de combustibles fósiles y depósitos calizos.
Actualmente, la combustión de los combustibles fósiles a la vez que se destruyen bosques más rápida- mente que se
regeneran, provoca que se incremente el dióxido de carbono emitido a la atmósfera; el resultado es el conocido efecto
invernadero, que podría alterar el clima mundial en las próximas décadas.
El nitrógeno, al igual que el carbono, es un elemento básico de la vida y está presente en determinadas reacciones
químicas e intercambios entre la atmósfera, suelos y seres vivos, que se realizan en la naturaleza de forma cíclica (ciclo
biogeoquímico del carbono). Intervienen fundamentalmente en este ciclo los vegetales y las bacterias fijadoras del
nitrógeno. En ese proceso, el nitrógeno es incorporado al suelo, que será absorbido por los organismos vivos antes de
regresar de nuevo a la atmósfera.
Los organismos vivos no pueden utilizar directamente el nitrógeno que se encuentra en la atmósfera en forma gaseosa, y
que supone el 71% del total; para ello, debe ser transformado previamente en nitrógeno orgánico (nitratos o amoniaco).
Esto se consigue, fundamentalmente, mediante la fijación biológica, aunque también las radiaciones cósmicas y la energía
que producen los rayos en la atmósfera intervienen en esteproceso en menor medida combinando nitrógeno y oxígeno que
una vez transformado es enviado a la superficie terrestre por las precipitaciones.
En la fijación biológica intervienen bacterias simbióticas que viven en las raíces de las plantas, sobre todo leguminosas
como el guisante, trébol o la alfalfa, pero también determinadas algas, líquenes, etc. Las bacterias se alimentan de estas
plantas, pero a cambio le entregan abundantes compuestos nitrogenados. Es muy común en agricultura cultivar
leguminosas en determinados terrenos pobres en nitrógeno, o que han quedado agotados por otras cosechas, para permitir
rotar los sembrados en el mismo lugar.
Cuando el nitrógeno ha quedado fijado en las raíces de las plantas, ya puede ser absorbido por éstas e incorporarlo a los
tejidos en forma de proteínas vegetales. Desde aquí, el nitrógeno ya entra en la cadena alimentaria mediante los animales
herbívoros y carnívoros.
Cuando las plantas y animales mueren, mediante la descomposición se produce una transformación quími- ca de los
compuestos nitrogenados, convirtiéndose en nitrógeno amoniacal (actividad denominada amonifi- cación), última etapa de
la mineralización del nitrógeno que está contenido en la materia orgánica del suelo. Los nitratos pueden volver a la
atmósfera mediante desnitrificación, o ser eliminado del suelo por lixiviación. Este amoniaco vuelve a ser en parte
recuperado por las plantas, pero el resto alcanza el medio acuático o simplemente permanece en el suelo, donde será
convertido en nitrógeno nítrico por los microorganismos, en un proceso que se denomina nitrificación y que es aprovechado
de nuevo por las plantas. Los nitratos pueden volver a la atmósfera mediante la desnitrificación, o ser eliminado del suelo
por lixiviación (disolución en el agua) y posterior arrastrado a los ríos y lagos.
El ciclo hidrológico
La hidrosfera: La hidrosfera es la capa discontinua de agua que cubre las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra. El
agua en la hidrosfera puede presentarse en sus tres estados: sólida, líquida y gaseosa, y es en los océanos donde se
encuentra la mayor parte (alrededor del 97%); el resto (algo menos del 3%) se encuentra en los continentes formando ríos,
lagos, aguas subterráneas, glaciares, y una mínima cantidad en forma de vapor de agua en la atmósfera y biosfera.
El proceso: Del total de agua de las precipitaciones, una parte circula por la superficie, otras se evapora y una tercera se
infiltra en la tierra para formas las aguas subterráneas.
El proceso del ciclo hidrológico comienza con la energía que se recibe del Sol. Los continentes y océanos pierden agua por
evaporación, pasando ese vapor de agua a la atmósfera y condensándose en forma de nubes. La saturación del vapor del
agua en las nubes conduce a las precipitaciones, las cuales se manifiestan en forma de lluvia, nieve o granizo, que
alcanzan de nuevo los continentes y por tanto los ríos y océanos.
Una pequeña parte del agua llega a la atmósfera en forma de vapor de agua.
Del total de agua de las precipitaciones, un parte circula por la superficie, otra se evapora, y una tercera se infiltra en la
tierra para formar el caudal basal, es decir, las aguas subterráneas que alimentan los caudales de los ríos cuando cesan las
precipitaciones.
A la superficie que separa la zona saturada de la zona de aireación se le denomina nivel hidrostático o nivel freático.
Además de los ríos, también aportan al ciclo los lagos, aguas costeras, e incluso algunas erupciones volcánicas.
Las aguas que tienen su destino en las corrientes subterráneas procedentes de la lluvia, se infiltran por gravedad a través
de los huecos hasta una profundidad límite, en la cual los poros rocosos están tan anegados o saturados que el agua no
puede penetrar más. En el subsuelo se forman entonces dos zonas: una profunda (saturada) y otra llamada de aireación o
vadosa (no saturada). En la zona de aireación se producen fenómenos de transpiración, por una lado debido a las raíces de
las plantas, y por otro a causa del ascenso del agua por capilaridad desde la zona saturada hacia la superficie.
Se forma un manantial cuando el nivel freático se aproxima a la superficie a través de un corte en el terreno.
Nivel freático: A la superficie que separa la zona saturada de la zona de aireación se le denomina nivel hidrostático o nivel
freático. Dependiendo del volumen de precipitación y evacuación del agua, este nivel puede variar a lo largo del tiempo.
Cuando ese nivel freático se aproxima a la superficie horizontal del terreno, origina zonas encharcadas o pantanosas,
convirtiéndose en manantiales si aflora por un corte en el terreno.
El nivel freático puede permanecer permanentemente a gran profundidad, dependiendo de las características climatológicas
de la región, por ejemplo en los desiertos, en los cuales solamente salen a la superficie cuando existe un desnivel
topográfico formando los oasis.
Cuando las aguas consiguen asomar a la superficie, sea por capilaridad, presión, etc., pueden quedar bajo los efectos de la
energía del Sol, y por tanto seguirán de nuevo el ciclo hidrológico en otro estado físico.
POLUCIÓN;
Es sinónimo de contaminación. Es un concepto legal y se refiere a lo que hace que un medio determinado, generalmente
fluido, el agua o la atmósfera, se considere ya inapropiado para determinado uso.
Somos actualmente 6 millones de seres humanos viviendo sobre este planeta. Menos de un 20% de la población consume
el 80% de los recursos naturales. Nuestra forma de vida en la parte rica del mundo no es sostenible bajo ningún punto de
vista. Utilizamos los recursos que deberían ser compartidos entre todas las personas que viven actualmente y las que
vivirán en un futuro.
Nuestra forma de vida influencia nuestro entorno natural así como las condiciones de vida sobre la tierra. Serramos la rama
sobre la cual estamos sentados. La polución del aire, los cambios climáticos, los modos de alimentación, la acidificación, así
como una severa degradación y un agotamiento de los recursos naturales, son algunas razones de peso para encontrar
nuevas vías de actuación para la tierra. Nuevas sustancias son introducidas de forma abundante en nuestra sociedad, tales
como productos químicos, algunos incluso como las hormonas, en una cantidad sin igual hasta ahora. Nadie sabe hoy por
hoy que pasaría en caso de un accidente nuclear grave o cuando las nuevas plantas o las nuevas sustancias subsistieran
después de sufrir mutaciones. Estas consideraciones parecen ser una buena razón para empezar a reflexionar sobre otra
forma de vivir.
Un desarrollo sostenible
El concepto de desarrollo sostenible ha aparecido en la agenda de la mayoría de los países industrializados después de la
conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo acaecida en Rio en 1992. En el transcurso de esta conferencia,
los países de la tierra firmaron un contrato llamado Agenda 21. Es el documento resultante de un proceso democrático a
nivel local en el cual todos los seres humanos del planeta unan sus esfuerzos en la consecución de un desarrollo
sostenible.
La Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo (WCED, 1987, El Futuro Común) ha definido el concepto de
desarrollo sostenible insistiendo en que una sociedad soportable debe ser capaz de mantener a la vez los sistemas
ecológicos, económicos y socio-culturales. Este concepto de base tripartita para un desarrollo sostenible está basado en la
igualdad entre naciones, generaciones e individuos. Según la definición de la WCDE, un desarrollo sostenible significa y
afirma el derecho a satisfacer sus necesidades de base a todos los seres humanos actuales y futuros.
La definición de la WCED es más bien vaga y permite diferentes interpretaciones. La puesta en marcha de un concepto tal
necesita desarrollarse más antes de su definición. En Europa el club Factor 10 se ha formado sobre la iniciativa del Instituto
alemán de Wuppertal. El Factor 10 es aceptado como concepto de un desarrollo sostenido por diversos países europeos,
entre los que se encuentra Suecia. La idea de base es que los países industrializados deberían disminuir en un factor de 10
en los siguientes 30 - 50 años su consumo de recursos así como su impacto sobre el entorno natural, todo ello manteniendo
o aumentando sus niveles de vida actuales.
Otros modelos de medida de un desarrollo sostenible son, por ejemplo, las Huellas Ecológicas, modelo desarrollado por
Matthias Wackernagel y William Rees. Una "huella" es la superficie de tierra y de agua necesaria para mantener una nación
a partir de sus recursos renovables.
El Instituto de Wuppertal a llevado a cabo un estudio del espacio medioambiental de Europa a petición de los amigos de
"Earth Europe". El espacio medioambiental está definido por los recursos que pueden ser utilizados por los individuos de un
país sin arriesgar los de otros naciones, en el presente y en el futuro.
Otros gases de interés presentes en la atmósfera son el vapor de agua, el ozono y diferentes óxidos de nitrógeno, azufre,
etc.
También hay partículas de polvo en suspensión como, por ejemplo, partículas inorgánicas, pequeños organismos o restos
de ellos, NaCl del mar, etc. Muchas veces estas partículas pueden servir de núcleos de condensación en la formación de
nieblas (smog o neblumo) muy contaminantes.
Los volcanes y la actividad humana son responsables de la emisión a la atmósfera de diferentes gases y partículas
contaminantes que tienen una gran influencia en los cambios climáticos y en el funcionamiento de los ecosistemas, como
veremos.
Los componentes de la atmósfera se encuentran concentrados cerca de la superficie, comprimidos por la atracción de la
gravedad y, conforme aumenta la altura la densidad de la atmósfera disminuye con gran rapidez. En los 5,5 kilómetros más
cercanos a la superficie se encuentra la mitad de la masa total y antes de los 15 kilómetros de altura está el 95% de toda la
materia atmosférica.
La mezcla de gases que llamamos aire mantiene la proporción de sus distintos componentes casi invariable hasta los 80
km, aunque cada vez más enrarecido (menos denso) conforme vamos ascendiendo. A partir de los 80 km la composición
se hace más variable.
El aproximadamente 0.01% restante esta compuesto por el ozono (0.000006%) y gran variedad de gases presentes en
cantidades muy reducidas, de allí su denominación de gases traza. El vapor de agua puede llegar a ser el 4% de la
atmósfera cerca de la superficie del planeta pero por encima de los 10-15 km solo se encuentra en cantidades muy
pequeñas, haciendo parte de ese 0,01 por ciento restante. A pesar de estar presentes en cantidades tan bajas, estos gases
tienen una participación muy importante en el comportamiento del clima y el desarrollo de los procesos atmosféricos, debido
a su participación en la física y la química que regulan el estado de la atmósfera.
El ozono y el vapor de agua, ambos gases de invernadero, por absorber la radiación infrarroja terrestre, son particularmente
importantes para definir el clima terrestre y mantener las condiciones ambientales que permiten la vida en la Tierra. Ello es
debido, particularmente, por el papel que juegan sus respectivas distribuciones verticales y su variabilidad geográfica y
temporal. En función del comportamiento de la temperatura atmosférica con la altura, convencionalmente la atmósfera
terrestre ha sido dividida en cinco capas que, a partir de la superficie terrestre, se denominan consecutivamente:
Tropósfera, Estratósfera, Mesósfera, Termósfera y Exósfera.
Estas capas presentan distintas características y comportamientos, a saber:
TROPOSFERA: Es la capa inferior, en contacto con la superficie terrestre y contiene casi el 90% de toda la masa
atmosférica. Su límite superior es la tropopausa, cuya altura varia entre los 18km sobre el Ecuador y los 8 km sobre las
regiones polares. En la tropósfera la temperatura decrece en función de la altura (aproximadamente -6° C cada 1000
metros de ascenso). En esta región se desarrollan los procesos de la temperie y buena parte de los climáticos. La mezcla
de gases atmosféricos principales es homogénea, y salvo en zonas contaminadas, prácticamente no se desarrollan
procesos químicos ni fotoquímicos, estos últimos debidos a la acción que tiene la radiación solar sobre ciertos
contaminantes, dando origen a las deposiciones ácidas( precipitaciones, nieblas y escarchas ácidas).
La tropopausa, que puede ser simple o múltiple, es la divisoria entre la tropósfera y la capa siguiente.
ESTRATOSFERA: Es la capa ubicada por encima de la tropopausa. Esta región muestra un incremento de la temperatura
en función de la altura, debido a que contiene a la capa de ozono que absorbe la energía de alta intensidad ( radiación
ultravioleta ) de la radiación solar. La estratósfera se extiende hasta aproximadamente 50 km por encima de la superficie
terrestre, donde se encuentra la estratopausa. Allí es posible encontrar temperaturas de hasta 0° C. La estratósfera, que
contiene algo menos del 10% de la masa de la atmósfera, es una región químicamente activa debido a la presencia de
mayores niveles de radiación solar, en particular la mencionada radiación ultravioleta. Desde hace algunos años se
considera que esta región es importante para la regulación del clima y sus variaciones son consideradas como indicadores
tempranos de procesos conducentes al cambio climático.
MESOSFERA: Por encima de la estratósfera se encuentra la mesósfera, donde nueva- mente la temperatura decrece con
la altura, hasta la mesopausa que se ubica a unos 85-90 km por sobre la superficie. Aquí la actividad química es aun más
importante, debido a la mayor intensidad de la radiación solar, que alcanza a esta capa atmosférica atenuada sólo
levemente por la presencia de la capa siguiente.
TERMOSFERA: En esta capa los gases principales (N2, O2, Ar y CO2), ya no se mezclan homogéneamente, sino que
forman estratos. Los gases que la conforman, como ocurre con el oxígeno termosférico, se encuentran en su estado
atómico (O), por efecto de la radiación solar no atenuada que incluye rayos X y partículas energéticas, como protones y
electrones. Es por ello que llegan a ionizarse, formando la ionósfera o capa ionizada que rodea al planeta. En la termósfera
la temperatura crece con la altura y puede llegar a ser superior a los 1.500C a 300 Km de altura, según sea el estado de la
corona solar.
EXOSFERA: Finalmente y por encima de los 400 km se ubica la exósfera formada principalmente por helio e hidrógeno,
cuyos átomos pueden alcanzar velocidades suficientemente elevadas como para escapar del campo gravitatorio terrestre.
La degradación del medio ambiente debida a la actitud adoptada por los humanos hacia la naturaleza durante el último
siglo, en el sentido de que en su actuación tenía licencia para explotar los recursos naturales con una total indiferencia ante
todo lo que no repercutiera en beneficio directo del hombre, ha dado lugar a uno de los problemas capitales que la
Humanidad tiene planteados en la actualidad, la contaminación.
La explotación intensiva de los recursos naturales y el desarrollo de grandes concentraciones industriales y urbanas en
determinadas zonas, son fenómenos que, por incontrolados, han dado lugar a la saturación de la capacidad asimiladora y
regeneradora de la Naturaleza y pueden llevar a perturbaciones irreversibles del equilibrio ecológico general, cuyas
consecuencias a largo plazo no son fácilmente previsibles.
La lucha contra la contaminación del aire, de las aguas continentales y marítimas, del suelo, así como la defensa del
paisaje, la restauración y mejora de las zonas de interés natural y artístico, la protección de la fauna y de la flora, el
tratamiento y eliminación de los residuos, la defensa de las zonas verdes y espacios libres, la reinstalación de industrias
fuera de las zonas urbanas, la congestión del tráfico urbano, la lucha contra el ruido y tantas otras cuestiones, no son sino
aspectos parciales e interrelacionados que han de tenerse en cuenta al abordar acciones o programas de actuación para la
defensa del medio ambiente.
En estas páginas, abordaremos de una forma general el problema de la contaminación ambiental, aunque sin perder de
vista que la Naturaleza actúa como una unidad, que en ella todo es interdependiente, existiendo relaciones múltiples entre
el aire, el agua y el suelo, elementos que constituyen el hábitat o lugar donde se desarrolla normalmente el ciclo vital y la
biosfera, sistema que engloba a los elementos anteriores y a todos los seres vivos de nuestro planeta.
Se considera el aire como un bien común limitado, indispensable para la vida; por lo tanto, su utilización debe estar sujeta a
normas que eviten el deterioro de su calidad por el uso o abuso indebido del mismo, de tal modo que se preserve su pureza
como garantía del normal desarrollo de los seres vivos sobre la Tierra y de la conservación del patrimonio natural y artístico
de la Humanidad. Todos tenemos el deber de trabajar para lograr un mundo limpio y habitable, sustento de una mejor
calidad de vida para las generaciones futuras.
Calefacciones domésticas
Las instalaciones de calefacción domésticas son una de las principales fuentes de contaminación atmosférica de las
grandes ciudades. Este tipo de focos puede contribuir con un 20 a 30% de las emisiones totales a la atmósfera en áreas
urbanas. Los principales contaminantes producidos dependen del tipo de combustible empleado.
En el caso del carbón los principales contaminantes producidos son: anhídrido sulfuroso, cenizas volantes, hollines, metales
pesados y óxidos de nitrógeno. Cuando el combustible empleado es líquido (gasóleo o gasoil), los principales
contaminantes emitidos son: SO2, SO3, NOx, hidrocarburos volátiles no quemados y partículas carbonosas.
El gas natural es el combustible más limpio de los actualmente disponibles para calefacción, siendo su producción de
contaminantes despreciable respecto a los otros combustibles. A la introducción masiva del gas para calefacciones
domésticas, sustituyendo al carbón y al gasoil anteriormente utilizados, se debe en gran parte el éxito del Plan de
Descontaminación Atmosférica de la ciudad de Londres (Gran Bretaña).
La importancia de las condiciones meteorológicas en el grado de contaminación atmosférica se reconoce observando las
variaciones de la calidad del aire en una zona determinada de unos días a otros, aún cuando las emisiones permanecen
prácticamente constantes.
Transporte convectivo horizontal: El viento, al transportar los contaminantes, produce su dispersión horizontal y determina la
zona que va a estar expuesta a los mismos. Por lo general, una mayor velocidad del viento reducirá las concentraciones de
contaminantes al nivel del suelo, ya que se producirá una mayor dilución y mezcla.
No obstante, pueden producirse circulaciones cerradas de viento, como en el caso de las brisas del mar y las de valle y
montaña, en las que los contaminantes lanzados a la atmósfera se incorporan a la circulación del viento con lo que se
produce una acumulación progresiva de contaminantes, que da lugar a un aumento de la concentración de los mismos en
las zonas barridas por este tipo de vientos. Efectos similares se producen cuando los vientos fuertes inciden
perpendicularmente a las crestas montañosas, a un valle o sobre los edificios altos; en estas condiciones, los efectos
aerodinámicos de estos obstáculos pueden tener consecuencias negativas para la dispersión de contaminantes,
acumulándolos en determinadas zonas.
Transporte convectivo vertical: El principal factor que determina el grado de difusión vertical de contaminantes es la
variación vertical de temperaturas en la atmósfera. Podemos determinar la capacidad de difusión vertical de contaminantes
comparando la variación vertical de temperaturas de un estrato de aire atmosférico con el gradiente vertical adiabático del
aire, que corresponde a una variación de -1° C por cada 100 metros de altura. De esta forma se obtienen tres clases
diferentes de estabilidad atmosférica en el estrato, según que la variación de la temperatura con la altura sea mayor, igual o
inferior que la correspondiente al gradiente vertical adiabático.
Si en la capa de aire la temperatura desciende con la altura bastante menos de un grado cada 100 metros, los movimientos
verticales del aire están muy limitados por lo que hay poca o nula dispersión vertical de contaminantes. En estas
condiciones se dice que la clase de estabilidad atmosférica es del tipo estable.
Cuando la temperatura del estrato desciende con la altura más de un grado cada 100 metros de altura, la estabilidad
atmosférica será del tipo inestable y los movimientos verticales del aire están muy favorecidos difundiéndose los
contaminantes verticalmente hasta donde alcance la inestabilidad.
Por último, tenemos el caso de la estratificación indiferente o nula, que se da cuando coinciden la variación de temperatura
del estrato con la gradiente vertical adiabático. En estas condiciones la dispersión vertical de contaminantes no está
limitada.
Cuando la temperatura del aire aumenta con la altura, aparece el fenómeno de la inversión térmica. Este fenómeno produce
una fuerte acción limitadora en la dispersión de contaminantes. La inversión de la temperatura del aire se puede producir
como consecuencia del enfriamiento del suelo, por la gran irradiación de calor que se produce en las noches despejadas. El
aire se va enfriando progresivamente desde el suelo hacia arriba, produciendo una fuerte estabilidad atmosférica que
impide la difusión vertical de los contaminantes. La inversión térmica se forma durante la noche y suele desaparecer
progresivamente durante la mañana, cuando la radiación solar calienta de nuevo el suelo y éste a las capas de aire que
están en contacto con él.
Existen otros tipos de inversiones que, generalmente, se producen a más altura y que actúan como una capa que limita la
dispersión de contaminantes en sentido vertical, incrementando notablemente las concentraciones de contaminantes en los
estratos de aire que quedan bajo ellos. Estos tipos de inversiones son las llamadas de subsistencia, que tienden a formarse
en las áreas anticiclónicas, y las inversiones frontales, producidas por la superposición de una masa de aire cálido sobre
una de aire más frío. Este último tipo de inversión suele tener por lo general una permanencia escasa.
Un aspecto interesante de la contaminación atmosférica es el de la micrometereología urbana. Las grandes ciudades crean
al su alrededor un microclima propio, el efecto «isla urbana de calor», produciendo un penacho térmico que tiene gran
incidencia en la capacidad de difusión de los contaminantes urbanos. A menudo, da lugar a la circulación de vientos locales
que elevan el aire caliente del centro de la ciudad, creando una corriente compensada de aire frío de la zona rural
circundante que penetra en la zona urbana a niveles bajos.
Las grandes ciudades alteran el clima urbano de muchas formas; por lo general la temperatura es superior, hay menos
viento, menos precipitaciones en forma de nieve, si bien las precipitaciones totales son ligeramente superiores en la ciudad
que en las zonas rurales circundantes. La radiación solar, y especialmente los rayos ultravioletas, es más reducida en la
ciudad como consecuencia del efecto pantalla producido por la contaminación urbana.
Efectos producidos por la contaminación atmosférica: La contaminación atmosférica afecta a millones de personas de todo
el mundo, especialmente a aquellas que viven en los grandes núcleos urbanos y en áreas fuertemente industrializadas, con
denso tráfico de vehículos. Las emanaciones de polvos y gases corrosivos deterioran el medio ambiente dando lugar a
olores desagradables, pérdida de visibilidad y daños para la salud humana, para los cultivos y otras formas de vegetación y
sobre los materiales de construcción.
La contaminación atmosférica apareció primero como una molestia grave pero, posteriormente, se ha convertido en una
amenaza para la calidad de la vida, ya que una contaminación excesiva puede poner en peligro la salud y llegar a convertir
algunas zonas en lugares no aptos para ser normalmente habitados.
Los efectos producidos por la contaminación atmosférica dependen principalmente de la concentración de contaminantes,
del tipo de contaminantes presentes, de tiempo de exposición y de las fluctuaciones temporales en las concentraciones de
contaminantes, así como de la sensibilidad de los receptores y los sinergismos entre contaminantes. Hay que tener muy en
cuenta la graduación del efecto a medida que aumentan la concentración y el tiempo de exposición.
Efectos sobre la salud humana: Las relaciones existentes entre las enfermedades humanas y la exposición a la
contaminación no son sencillas ni se conocen con exactitud. No obstante, existen pruebas abundantes de que en general,
las concentraciones elevadas de contaminantes en el aire son peligrosas para los seres humanos (y animales).
Los efectos que producen sobre la salud se ponen claramente de manifiesto, como se ha observado en Londres, Nueva
York y Osaka entre otras ciudades, por el aumento de la mortalidad, sobre todo en las personas de edad avanzada o en los
individuos más sensibles por cualquier razón. Más difíciles de discernir son los efectos que, a largo plazo, pueden producir
las exposiciones episódicas a elevadas concentraciones medias y bajas de contaminantes.
Se ha comprobado la relación existente entre la contaminación atmosférica, producida por partículas en suspensión y
anhídrido sulfuroso, y la aparición de bronquitis crónica caracterizada por la producción de flemas, la exacerbación de
catarros y dificultades respiratorias tanto en los hombres como en las mujeres adultas. Se ha observado igualmente, que
cuando las concentraciones tanto de SO2 como de partículas en suspensión superan los 500 microgramos / metro cúbico
de aire, como promedio de 24 horas, se produce un aumento de la mortalidad en la población en general, siendo los grupos
más sensibles los individuos con procesos cardíacos o pulmonares. Con promedios diarios de 250 microgramos / metro
cúbico de SO2 y de humos se ha registrado el empeoramiento en los enfermos con afecciones pulmonares.
Es de destacar que las concentraciones de partículas en suspensión y de SO2 que pueden provocar la aparición de efectos
sobre la salud, pueden variar de un lugar a otro según cuáles sean las características físicas y químicas de las partículas, y
en función de la presencia en el aire de otros contaminantes que puedan producir efectos sinérgicos con aquellos.
La presencia en el aire de elevadas concentraciones de monóxido de carbono (CO) representa una amenaza para la salud.
El CO inhalado se combina con la hemoglobina de la sangre, dando lugar a la formación de carbooxihemoglobina, lo que
reduce la capacidad de la sangre para el transporte de oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos.
Se ha comprobado que una saturación de carbooxihemoglobina por encima del 10% puede provocar efectos sobre la
función psicomotora que se manifiesta con síntomas de cansancio, cefaleas y alteraciones de la coordinación. Por encima
del 5% de saturación se producen cambios funcionales cardíacos y pulmonares y se aumenta el umbral visual. No se han
encontrado pruebas que indique efectos significativos con una concentración de carbooxihemoglobina inferior al 2%.
Los óxidos de nitrógeno, NOx, son contaminantes igualmente peligrosos para la salud. La mayor parte de los estudios
relativos a los efectos de los NOx se han ocupado, sobre todo, del NO2 ya que es el más tóxico. Los efectos producidos por
el NO2 sobre los animales y los seres humanos afectan, casi por entero, al tracto respiratorio. Se ha observado que una
concentración media de 190 microgramos de NO2 por metro cúbico de aire, superada el 40% de los días, aumenta la
frecuencia de infecciones de las vías respiratorias en la población expuesta.
Otros tipos de contaminantes que afectan a la salud humana son los oxidantes fotoquímicos. Se han realizado estudios
epidemiológicos en la ciudad de Los Ángeles y no se descubrió ningún aumento de mortalidad como consecuencia de
episodios de contaminación fotoquímica, cuando las concentraciones de oxidantes variaban entre 0.5 y 0.9 partes por
millón. No obstante, se ha observado que los oxidantes fotoquímicos tienen efectos nocivos sobre la salud, produciendo
irritación de los ojos y mucosas. Los oxidantes fotoquímicos afectan especialmente a las personas con afecciones
asmáticas y broncopulmonares, en los que se han observado crisis asmáticas y disminución de la función pulmonar cuando
las concentraciones atmosféricas de oxidantes eran superiores a 500 microgramos por metro cúbico de aire.
Los metales tóxicos presentes en el aire representan una amenaza para la salud humana cuando se inhalan en cantidades
suficientes, debido a la tendencia que presenta el organismo a su acumulación. Por su importancia, destacaremos los
efectos producidos por el plomo sobre la salud humana.
Los compuestos inorgánicos del plomo atmosférico son absorbidos por los humanos, principalmente a través del sistema
respiratorio, alcanzando el torrente sanguíneo aproximadamente el 35% del plomo inhalado por los pulmones. Una vez
incorporado el plomo a la corriente sanguínea, una parte se almacena en los huesos y otra se expulsa por la orina, en una
continua fase de renovación en el organismo. A partir de ciertas cantidades puede producir efectos adversos en el
comportamiento, afectan la inteligencia de los niños y ser causa de anormalidades en los fetos de madres gestantes. Los
adultos, por lo general, son menos sensibles que los niños a los efectos del plomo, pero una acumulación excesiva en el
organismo puede producir serios e irreversibles daños en su sistema nervioso.
Otras sustancias tóxicas presentes en el aire tales como el cadmio, amianto, el cloruro de vinilo, el benzo-a-pireno, varios
compuestos orgánicos halogenados y el benzeno, pueden provocar modificaciones genéticas y malformaciones en los
fetos, siendo algunos de ellos cancerígenos
Efectos sobre las plantas: Las plantas muestran una especial sensibilidad a la mayor parte de los contaminantes del aire, y
sufren daños significativos a concentraciones mucho más bajas que las necesarias para causar efectos perjudiciales sobre
la salud humana y animal.
Es muy difícil establecer valores límites de la contaminación atmosférica a partir de los cuales los efectos negativos se
empiezan a manifestar, ya que estos dependen de la constitución de la planta y de la especie de que se trate, es decir, hay
una especificidad de respuestas.
Por otra parte, los efectos producidos por la contaminación atmosférica se pueden manifestar por la alteración de diversos
mecanismos vitales de las plantas. Así, las funciones metabólicas y los tejidos vegetales se pueden ver afectados como
consecuencia de la acción de gases como el anhídrido sulfuroso, el monóxido de carbono y los compuestos de flúor. Los
daños causados se manifiestan en forma de necrosis foliar en áreas localizadas que presentan un color marrón-rojizo-
blanco, de clorosis, adquiriendo el tejido una coloración verde pálida o amarilla, o por la aparición de manchas puntuales
necróticas. Si la acción del contaminante es muy fuerte puede llegar a paralizar el crecimiento de la planta.
Entre los distintos contaminantes que se presentan generalmente en el aire ambiente, el SO2 es el que tiene mayor
importancia debido a la gran toxicidad que tiene para la vegetación.
Los daños producidos por el SO2 a las plantas obedecen a la exposición a altas concentraciones durante períodos cortos; o
por la exposición a concentraciones relativamente bajas durante largos períodos.
Los daños agudos se producen como consecuencia de exposiciones cortas a concentraciones elevadas. Exposiciones
medias diarias de 130 microgramos de SO2 por metro cúbico de aire durante el período de crecimiento, pueden causar
daños en las coníferas más sesibles. Estos daños se caracterizan por la aparición de necrosis apicales de color rojo o
anaranjado.
La exposición a menores concentraciones durante tipos de exposición más largos ocasiones lesiones crónicas.
Exposiciones medias anuales de anhídrido sulfuroso de 50 microgramos por metro cúbico de aire pueden causar daños a
especies forestales sensibles. Estas se manifiestan por un gradual amarilleamiento de la hoja que se va extendiendo desde
la zona apical a la base de la misma, causada por dificultades en el mecanismo sintetizador de la clorofila. En las plantas
dañadas se encuentran grandes cantidades de sulfato en las hojas con síntomas crónicos.
Las brumas de ácido sulfúrico, causadas por la presencia en el aire de los óxidos de azufre, producen daños en las hojas,
caracterizados por la aparición de manchas producidas por las gotas de ácido depositadas sobre las hojas humedecidas
por el rocío o la niebla. Concentraciones relativamente bajas de SO2 pueden causar daños importantes en la vegetación
sensible, como consecuencia de la acción sinérgica de este contaminante con el ozono y los óxidos de nitrógeno, aunque
estos se presenten en bajas concentraciones en el aire.
El flúor y sus derivados son contaminantes del aire que se caracterizan por ser tóxicos en general para las plantas a muy
pequeñas concentraciones. La sensibilidad de las plantas a la acción del flúor varía, como en el caso del SO2, según las
especies y las condiciones del medio, siendo especialmente sensibles a este contaminante las viñas y las plantaciones
frutales, especialmente las de frutos con hueso (como el melocotón o durazno). En el medio forestal, las resinosas son las
especies más sensibles al flúor, ya que al tener hojas perennes y tener el flúor un efecto acumulativo sobre los tejidos, se
va almacenando hasta sobrepasar los umbrales de toxicidad, lo que da lugar a la aparición de necrosis que pueden llegar a
producir la muerte de grandes masas forestales.
Un aspecto importante del efecto acumulativo del flúor es su transmisión a través de las cadenas alimentarias. El
mecanismo es el siguiente: el flúor presente en el aire se acumula en los pastos y de éstos pasa a los animales, siendo los
bovinos los más afectados. La acumulación del flúor en los tejidos puede causar la aparición de la fluorosis, enfermedad
que se presenta sobre todo en el ganado vacuno. Observaciones realizadas muestran que la ingestión de pastos puede ser
tolerada sin efectos negativos, cuando su concentración en flúor no supera los 40 ppm como media durante todo el año.
Se ha observado la aparición de lesiones visibles sobre las hojas después de una exposición durante un día a
concentraciones de flúor en el aire de 3 a 10 microgramos por metro cúbico. Para concentraciones entre 0.5 y 3
microgramos / metro cúbico los efectos se manifiestan cuando transcurren períodos de exposición superiores a un mes.
Entre los óxidos de nitrógeno solo el NO2 es tóxico para las plantas, a pequeñas concentraciones y largo tiempo de
exposición. Los daños se manifiestan por la aparición de necrosis y clorosis de color negro o marrón rojizo en las hojas. Los
sinergismos de NO2 y SO2 provocan a bajas concentraciones alteraciones en la vegetación. Este hecho se ha observado
en las zonas urbanas. La contaminación atmosférica fotoquímica produce daños en la vegetación a concentraciones que ya
se están alcanzando en algunas ciudades. El ozono y el PAN son los principales causantes de estos daños. Las lesiones
producidas por el ozono se manifiestan como manchas blancas o punteados claros sobre el haz de las hojas. Los daños
producidos por los PAN se presentan como graves lesiones foliares caracterizadas por una tintura plateada o vidriosa en el
envés de la hoja, así como por un ataque general en las hojas jóvenes.
La radiación gamma produce numerosos efectos biológicos sobre las plantas, incluyendo daños a los ácidos nucléicos,
citocromos, mitocondria y membranas celulares. Una irradiación crónica en una amplia zona produce una disminución
gradual de la diversidad de plantas. Poco a poco los bosques van muriendo, empezando por los árboles más sensibles
como los pinos.
Efectos sobre los materiales: Cada vez se está prestando más atención, tanto por sus repercusiones económicas como por
los daños irreparables que causa sobre los objetos y los monumentos de alto valor histórico-artístico, a los efectos que la
contaminación atmosférica produce sobre los materiales.
La acción de los contaminantes atmosféricos sobre los materiales puede manifestarse por la sedimentación de partículas
sobre la superficie de los mismos, afeando su aspecto externo, o por ataque químico al reaccionar el contaminante con el
material. Los SOx causan daños a muchos tipos de materiales, bien directa o indirectamente. Un alto contenido de SOx en
el aire produce la aceleración de la corrosión de los metales tales como el acero al carbono, zinc, acero galvanizado,
compuestos del cobre, niquel y aluminio. Esta aceleración se ve favorecida por la presencia de partículas depositadas por la
humedad y por la temperatura.
En general, puede señalarse que la corrosividad de una atmósfera depende de condiciones meteorológicas y factores de
contaminación. Se han observado correlaciones entre tasas de corrosión en metales y concentraciones de SO2 en la
atmósfera, dándose las tasas altas de corrosión más altas en zonas industrializadas. Las nieblas de ácido sulfúrico
procedentes de la conversión catalítica del SO2 a SO3 en la atmósfera, atacan a los materiales de construcción como el
mármol, la caliza y la argamasa, convirtiendo los carbonatos en sulfatos solubles en el agua de lluvia. Esto unido a que el
volumen específico de los sulfatos es mayor que el de los carbonatos, hace que en la piedra aparezcan escamas y se
debilite mecánicamente.
Los compuestos de azufre pueden producir daños en pinturas plásticas, papel, fibras textiles y sobre los contactos
eléctricos de los sistemas electrónicos, dando lugar a deficiencias en su funcionamiento. La acción de los oxidantes
fotoquímicos se produce sobre todo en los cauchos y elastomeros en los que causan un rápido envejecimiento y
agrietamiento. Los óxidos de nitrógeno decoloran y estropean las fibras textiles y los nitratos producen la corrosión de las
aleaciones de cupro-niquel.
Efectos sobre visibilidad: La presencia de contaminantes en la atmósfera produce la absorción y dispersión de la luz solar,
acompañados de una notable reducción de la visibilidad. Los aerosoles de tamaños comprendidos entre 1.4 y 0.8 micras
son los que tienen una mayor influencia en la dispersión de la luz solar, debido a la proximidad de su tamaño a la longitud
de onda de la luz visible.
Se ha observado una estrecha relación entre la disminución de la visibilidad y la presencia de sulfatos en la atmósfera. Una
experiencia realizada en Suecia, ha demostrado que los períodos de mínima visibilidad se corresponden con
concentraciones máximas de sulfatos y nitratos presentes en la atmósfera.
Los gases presentes normalmente en la atmósfera no absorben la luz visible. El NO2 en concentraciones altas puede tener
un efecto significativo ya que absorbe la franja azul-verde del espectro visible de la radiación solar. Consecuencia de esta
absorción es el que la atmósfera de las grandes ciudades adquiera una coloración amarilla-parduzca-rojiza cuando se
presentan concentraciones de NO2 elevadas.
Efectos Globales: Cada vez está más admitida la necesidad de realizar estudios sobre los posibles efectos que a largo
plazo puede producir la contaminación atmosférica sobre los distintos ecosistemas, sobre el clima y sobre la estratosfera.
Tanto las modificaciones de las características de los suelos, debidas al lavado de los elementos del mismo por las lluvias
ácidas, como los cambios producidos en las grandes masas de agua por el aumento de la concentración de metales
tóxicos, pueden tener consecuencias ecológicas irreversibles.
El aumento de las concentraciones de dióxido de carbono y de otros contaminantes en la atmósfera puede dar lugar a una
elevación general de la temperatura del globo, por «efecto invernadero», que modificaría el régimen de lluvias, lo que
produciría alteraciones sobre las tierras cultivables y la extensión de los desiertos. Por otra parte, los sulfatos y las
partículas finas que disminuyen la visibilidad pueden igualmente reducir la intensidad de la radiación solar. Los
hidrocarburos halogenados y los óxidos de nitrógeno emitidos por los aviones supersónicos pueden provocar una
disminución de ozono en la estratosfera con el consiguiente aumento de la radiación ultravioleta que llegaría a la Tierra
.
Efectos sobre los ecosistemas (lluvias ácidas): Los primeros efectos producidos por las precipitaciones ácidas se detectaron
en cientos de lagos de Escandinavia, alrededor de los años
En la actualidad, más de 18,000 lagos están acidificados, en Suecia alrededor de 6,000 de ellos muestran graves daños
sobre la biología acuática, y unos 2,000 de los situados en la zona meridional y central han perdido sus poblaciones
piscícolas.
La acidificación de las aguas interiores tiene efectos muy graves sobre los ecosistemas acuáticos. Se ha demostrado que
todos los tipos de organismos integrantes de los ecosistemas de agua dulce son sensibles a la acidificación, produciéndose
cambios en todos los niveles tróficos. La acidificación de los lagos y de las masas de agua se está extendiendo
progresivamente cada vez a mayor número de países, afectando día a día a más extensas áreas.
Las zonas más propensas a la acidificación del agua tienen suelos ácidos de poca profundidad, superpuestos a rocas
graníticas o son suelos arenosos muy erosionados. El aumento de la acidez del agua de los lagos y ríos provoca un fuerte
aumento del contenido de iones aluminio disueltos en el agua. El ión aluminio es muy tóxico para la mayor parte de los
organismos y se cree que la causa última de la muerte de las poblaciones de peces en los lagos acidificados se debe al
envenenamiento por aluminio. Otros metales tales como el cadmio, zinc y plomo tienen igualmente una mayor facilidad para
disolverse, por lo que son más accesibles para los animales y plantas acuáticas.
Los suelos presentan, por lo general, una mayor resistencia a la acidificación que el agua. No obstante, el grado de
sensibilidad puede variar muy ampliamente de unas zonas a otras dependiendo, principalmente, del espesor de la capa de
humus, de la consistencia del sustrato, así del tipo de rocas y suelo. Uno de los efectos más importantes de la acidificación
de los suelos es, probablemente, el incremento de la movilidad con las consiguientes pérdidas por lixiviación de ciertos
cationes metálicos de carácter básico tales como el calcio, magnesio, potasio y aluminio.
En Europa Central, las altas deposiciones de compuestos de azufre y nitrógeno han producido graves daños sobre amplias
áreas de suelo y bosques. El daño a los bosques probablemente ha sido causado por la acción combinada de ácidos y
metales en el suelo y por las altas concentraciones de SO2 presentes en el aire de estas zonas. La combinación de un bajo
pH en el agua del suelo unido a la presencia de metales, principalmente aluminio, produce daños en las raíces de los
árboles, a través de las cuales absorben gran cantidad de nutrientes. Este hecho produce una pérdida de vitalidad
haciéndolos especialmente sensibles a las plagas.
Efectos sobre el clima (efecto invernadero)
Durante los últimos años se ha venido poniendo de manifiesto una preocupación creciente por los posibles efectos que
sobre el clima pudiera causar el aumento progresivo de contaminantes en la atmósfera como consecuencia de las
actividades humanas.
Observaciones realizadas en Suecia, Australia, Alaska y Hawai muestran que la concentración de CO2, que oscilaba entre
265 y 290 ppm antes de los años cincuenta, llegó a ser de 330 ppm en 1976, aumentando a un ritmo de alrededor de 1 ppm
en el curso de los últimos años.
Se cree que el incremento de CO2 en la atmósfera es debido a las alteraciones que las actividades humanas producen en
el ciclo biogeoquímico del carbono ya que, por una parte, en la combustión de combustible fósiles y en los incendios
forestales se producen grandes cantidades de CO2, y por otra parte, estos mismos incendios y la tala progresiva de
bosques, que produce una disminución de las masas forestales mundiales, la degradación del suelo y la creciente
desertificación, producen una disminución de la tasa de la absorción total del CO2 presente en la atmósfera por la
vegetación.
El incremento de la concentración del CO2 en la atmósfera puede alterar la temperatura de la Tierra debido a que el CO2
es transparente a la radiación solar recibida del sol, dejándola pasar libremente, pero absorbe la radiación infrarroja emitida
desde la tierra. El efecto total es que cuanto mayor sea la concentración de CO2 en la atmósfera, mayor es la cantidad de
energía recibida por la Tierra desde el Sol que queda atrapada en la atmósfera en forma de calor. Este fenómeno que se
conoce con el nombre de «efecto invernadero» produciría un recalentamiento de la atmósfera.
Se ha estima que, de duplicarse la concentración actual de CO2 en la atmósfera, podría aumentar en dos o tres grados
centígrados la temperatura de la misma. En las zonas lluviosas se incrementarán las precipitaciones y las zonas áridas
serán aún más áridas, mientras que los hielos polares comenzarán a derretirse.
Los sulfatos y las partículas finas presentes en la atmósfera pueden tener igualmente efectos sobre el clima. Las partículas
finas tienen una doble acción sobre la radiación solar: por una parte, difunden la luz incidente y, por otra, absorben una
parte de esta radiación, lo que produce un calentamiento de las partículas y la emisión de radiación infrarroja. Los efectos
atmosféricos que producen dependerán de la altitud a que las partículas se encuentren.
Las de baja altura disminuyen el flujo solar sobre el suelo, pero contribuyen a aumentar el efecto invernadero. A más alta
temperatura, el efecto de barrera solar es preponderante, produciendo un enfriamiento de la baja atmósfera y un
calentamiento en la estratosfera. Las partículas pueden causar también efectos sobre el clima de forma indirecta al actuar
como núcleos de condensación del vapor de agua y jugar éste un importante papel en los cambios de calor atmosférico.
Otro tipo de contaminantes vertidos a la atmósfera que pueden afectar el clima son los clorofuorcarbonos, debido a su
acción sobre la capa de ozono y a que, como ya se ha indicado anteriormente, el ozono es el principal absorbente de la
radiación solar ultravioleta en la estratosfera, regulando la temperatura de la misma.
La lucha contra la contaminación atmosférica: Durante algún tiempo se consideró que el despilfarro de los recursos
naturales y la degradación del medio ambiente era un mal menor que tenía que ser soportado por las colectividades en pro
del progreso económico de los pueblos. Este punto de vista está cambiando rápidamente en la actualidad ante la evidencia,
cada vez más clara, de que la conservación del medio ambiente es una cuestión de supervivencia para los humanos.
Entre los distintos tipos de contaminación, la atmosférica puede considerarse como la de más reciente aparición. Para
algunos países surge como problema grave durante los años cincuenta, mientras que para la mayoría no aparece como tal
hasta el final de los años sesenta. El punto de partida de la toma de conciencia de la gravedad de la contaminación
atmosférica se puede situar en Londres en el invierno de 1952, cuando una fuerte contaminación por humos, que persistió
durante cinco días, contribuyó a la muerte de varios miles de personas. Este episodio actuó como detonador para la opinión
pública mundial y contribuyó a la puesta en marcha de una serie de acciones tendentes a reducir este tipo de
contaminación.
En 1956 se publicó en el Reino Unido la Ley de Aire Limpio, que tenía como objetivo el disminuir la emisión de humos,
fomentando el uso de combustibles limpios. La primera ley sobre contaminación atmosférica no aparece en Estados Unidos
hasta 1963 con la Ley de Aire Limpio. En Francia se aborda el problema de la contaminación atmosférica, de una forma
general, en el año 1961, y en la mayoría de los países la legislación sobre la contaminación atmosférica es más reciente.
Principios generales y objetivos: Los primeros programas de lucha contra la contaminación atmosférica son nacionales y
surgen, inicialmente, para proteger la salud y bienestar de las pobla- ciones expuestas a niveles de contaminación
superiores a los valores considerados aceptables y causados, bien por un foco puntual emisor de contaminantes peligrosos,
o por la estructura demo- gráfica e industrial de una determinada zona que provoca una contaminación general o episódica.
La mayoría de los países industriales han desarrollado reglamentaciones de lucha contra la contaminación atmosférica,
adoptando estrategias en función de sus peculiares características tradicionales, culturales y ambientales. No obstante, se
reconocen una serie de principios generales que deben tenerse presentes para una eficaz lucha contra la contaminación
atmosférica, entre los que podemos destacar:
- Las decisiones deben basarse en datos correctos obtenidos del conocimiento científico y técnico, de los procesos
ecológicos y de la tecnología para el control de las fuentes de emisión.
- Los métodos a aplicar han de ser flexibles, de forma que puedan adaptarse al cambiante desarrollo del conocimiento del
problema y de las técnicas para resolverlo.
- Han de tenerse en cuenta las circunstancias tanto económicas como ambientales, sien- do necesario disponer de un buen
sistema de análisis económico y de prioridades económicas.
- La coordinación y una eficaz estructura legislativa y administrativa son necesarias para convertir las prioridades y
decisiones en acción.
Aparte de estos principios de carácter general, es imprescindible para llevar a cabo un programa de lucha contra la
contaminación atmosférica una fuerte concienciación del público a través de una información lo más amplia posible y una
decidida voluntad política, ya que la promulgación de leyes contra la contaminación atmosférica es una decisión de carácter
político en cualquier país.
Estrategias de lucha: La contaminación atmosférica suele ser el resultado de la aplicación de una tecnología defectuosa o
mal empleada, así como de la ausencia de criterios ambientales al realizar las planificaciones económicas nacionales.
Basándonos en estas hipótesis de partida, se plantean a continuación los pasos a seguir para reducir la contaminación
atmosférica.
El primer paso es fijar el objetivo principal que se quiere alcanzar, de forma que se optimicen los beneficios globales netos
de la reducción de la contaminación, ya que existen muchos tipos de receptores. Para poder fijar el objetivo principal es
necesario:
A - Disponer de un inventario completo de las fuentes de contaminación;
- Conocer las tecnologías de descontaminación aplicables, así como las relaciones coste-eficacia de su aplicación;
- Disponer de modelos atmosféricos que permitan conocer las relaciones entre las emisiones en los distintos focos y la
calidad del aire de los receptores; y
- Conocer los efectos que sobre la salud, los ecosistemas y los bienes materiales producen las distintas concentraciones de
contaminantes, cuantificándolos de alguna forma.
Con la información disponible y a través de las técnicas que relacionan los costos y beneficios se analizan las distintas
opciones, eligiendo la más interesante como objetivo social. Una vez fijado el objetivo y planteadas las prioridades de
actuación, es necesario formular la estrategia a seguir para su consecución.
Se han planteado dos enfoques distintos a la hora de formular estrategias para combatir la contaminación atmosférica:
- La gestión de los recursos atmosféricos, que se basa en la fijación de unas normas de calidad del aire que no deben
sobrepasarse. Este tipo de estrategia tiene su origen en Alemania, Estados Unidos y otros países.
- La aplicación de los mejores medios practicables, basada en el control de las emisiones mediante el empleo de la mejor
tecnología disponible, económicamente aplicable para la reduc- ción de la contaminación. Este tipo de estrategia se ha
seguido principalmente en el Reino Unido. Hoy día se sabe que la mejor estrategia para combatir la contaminación
atmosférica ha de basarse en una combinación de estos dos enfoques, ya que la aplicación de los mejores medios
practicables no garantiza una calidad del aire admisible, que dependerá de la densidad de las fuentes de emisión, de las
condiciones meteorológicas y de la topografía, y, por otra parte, la exigencia únicamente de normas de calidad del aire
puede ser discriminadora para las distintas actividades que se van instalando en una zona. La estrategia óptima que
combina las dos anteriores se ha de basar en el control de las emisiones de las fuentes fijas, exigiendo los mejores medios
practicables y en la adopción de criterios de gestión de recursos atmosféricos para controlar la contaminación en los
núcleos urbanos y áreas industriales.
Por otra parte, la estrategia debe fijar unas metas a conseguir en unos plazos (corto, medio y largo), especificar de forma
clara y concisa el conjunto de acciones necesarias para conseguir esas metas en los plazos deseados, formular un plan de
ejecución e introducir un sistema de control y vigilancia.
Acciones para combatir la contaminación atmosférica: Para combatir la contaminación atmosférica es necesario emprender
una serie de acciones a las que podemos clasificar como acciones curativas y acciones preventivas
Acciones curativas: Las acciones curativas se aplican en aquellas zonas en donde se superan regularmente los niveles
admisibles de la calidad del aire.
Consisten, por lo general, en la adopción de medidas correctoras de la contaminación atmosférica, en aquellos focos en
funcionamiento que se considere contribuyen en mayor medida a generar este tipo de contaminación. Estas medidas
actúan disminuyendo la emisión de contaminantes al mejorar los sistemas de depuración o mejorando las condiciones de
dispersión de contaminantes. Entre los distintos tipos de medidas que podemos adoptar para reducir la emisión de
contaminantes podemos destacar las que actúan sobre los gases y humos, las que lo hacen sobre el propio proceso
tecnológico, o aquellas que inciden sobre los combustibles y materias primas utilizadas.
Es de destacar que la adopción de medidas correctoras es un sistema eficaz para solucionar un problema de contaminación
atmosférica local, pero no es correcto desde un punto de vista ambiental más amplio, por las siguientes razones:
- Se transfiere el problema de la contaminación atmosférica a otro medio, como consecuencia de que los contaminantes
captados hay que depositarlos en algún lugar. Es decir, descontaminamos la atmósfera y contaminamos el agua y el suelo.
- El funcionamiento de los equipos de depuración consume materias primas y energía cuya generación produce
contaminación atmosférica en otras zonas, pudiendo darse la paradoja de que sean mayores los contaminantes producidos
que los eliminados.
Con el fin de evitar inconvenientes se considera que para proteger el medio ambiente hay que recurrir a la aplicación de
técnicas poco contaminantes y sin desechos. Estas técnicas tratan de atacar el problema de la contaminación en el origen,
desarrollando procesos técnicamente más eficaces en el aprovechamiento de las materias primas y los recursos
energéticos consumidos. Las formas de prevenir en el origen la contaminación son: la reformulación del producto, la
modificación del proceso y el reciclado o recuperación de los subproductos obtenidos.
Hay que destacar que este tipo de tecnología no está en la actualidad totalmente desarrollado, y que su aplicación en el
caso de instalaciones en funcionamiento no suele ser siempre ni técnica ni económicamente viable. No obstante, no hay
que perder de vista que ésta es la tendencia moderna de las técnicas de defensa del medio ambiente. Puesto que el uso de
combustibles suele ser la principal fuente de contaminación atmosférica, una medida muy eficaz para combatir la
contaminación atmosférica es la reglamentación de las características, calidades y condiciones de uso de los distintos
combustibles sólidos y líquidos.
Otra de las acciones posibles para reducir la contaminación local es mejorar las condiciones de dispersión de los
contaminantes utilizando la capacidad de autodepuración de la atmósfera mediante la elevación de la altura de las
chimeneas de las fuentes estacionarias, o modificando las condiciones de emisión de los gases, tales como la velocidad y
temperatura de salida de los mismos. Sobre esta forma de deshacernos de grandes cantidades de contaminantes se ha
discutido mucho en los últimos años, ya que los contaminantes vertidos a gran altura pueden quedar atrapados en zonas
relativamente estables de la atmósfera y ser transportados a grandes distancias causando fenómenos tales como las lluvias
ácidas.
Acciones preventivas: Las acciones preventivas son aquellas dirigidas a evitar que aparezcan los problemas de
contaminación atmosférica. Entre las distintas acciones posibles podemos destacar la planificación urbana, los estudios
previos de evaluación de impacto ambiental y el ahorro energético.
A - La planificación urbana: Muchos de los problemas de contaminación atmosférica que hoy sufren las grandes ciudades
podrían haberse evitado, o al menos atenuado, mediante una planificación adecuada de la estructura urbanística de las
ciudades y una localización de actividades y polígonos industriales que hubiera tenido en cuenta condicionamientos
medioambientales.
Partiendo de la base de que las principales fuentes de contaminación atmosférica de los núcleos urbanos son los vehículos,
las calefacciones domésticas y la industria, es necesario para evitar la aparición de estos problemas emprender una serie
de acciones preventivas coordinadas, encaminadas a reducir las emisiones de estas fuentes. Entre estas acciones
podemos distinguir:
1 - Fomentar el uso de combustibles de bajo poder contaminante. 2 - Estimular el ahorro energético.
- Fomentar el uso de tecnologías poco contaminantes.
- Aplicación de innovaciones tecnológicas a los vehículos. 5 - Planificar de forma adecuada el tráfico viario.
Introducción en los planes de ordenamiento urbano criterios medio ambientales tales como:
- Clasificación de industrias por sus efectos ambientales a la hora de ubicarlas en las zonas industriales, situando la
industria pesada en las zonas más ventiladas y a sotavento de las áreas habitadas.
- Creación de zonas amortiguadoras, en las que crezca la vegetación, entre las zonas industriales y las áreas con viviendas.
- Alejar los viales de tráfico intenso de las zonas céntricas y residenciales, fomentando en lo posible el transporte público en
el interior de las ciudades.
- Aprovechamiento al máximo de las propiedades de autodepuración de la atmósfera, a través del mejor conocimiento de
las propiedades de la atmósfera urbana y de las condiciones meteorológicas.
La adopción de criterios ambientales en la planificación y desarrollo de las ciudades es la única medida que puede llevarnos
hacia la creación de ciudades hechas para que el hombre pueda vivir, muy diferentes a las que conocemos actualmente,
congestionadas y ambientalmente degradadas.
B - Estudios previos de impacto ambiental: Estos estudios tienen por objeto el prever rigurosa- mente las alteraciones que
sobre el medio ambiente va a provocar la realización de determinadas acciones, planes o proyectos. Su misión principal es
el prever efectos, sirviendo como instrumen- tos válidos que permiten introducir consideraciones ambientales en la
planificación socioeconó- mica. Se entiende por evaluación de impacto ambiental (EIA) aquellos estudios dirigidos a
identificar, interpretar y prevenir las consecuencias medioambientales que sobre la salud del hombre, los ecosistemas o
sobre los bienes pueden causar determinadas acciones, planes o proyectos humanos.
C - Ahorro energético: Uno de los sectores productivos que más ha contribuido al problema de la contaminación atmosférica
durante las últimas décadas ha sido el energético. La disponibilidad de grandes cantidades de energía procedente de los
combustibles fósiles (especialmente el petróleo) a precios relativamente baratos, hizo que durante los años 50 y 60 se
incrementara extraordina- riamente el consumo de estos combustibles y se produjera un gran despilfarro energético unido a
una fuerte contaminación, como consecuencia de la gran cantidad de combustibles utilizados.
La medidas de ahorro energético tienen una gran incidencia tanto en un mejor aprovechamiento de los recursos naturales
como en la reducción de los problemas de contaminación atmosférica, ya que para obtener la misma energía útil se
requiere un consumo menor de combustibles y, por tanto, una menor emisión de contaminantes.
Puede disminuirse el consumo de energía en todos los sectores sin que por ello tenga que disminuir la actividad de los
mismos. Se trata de utilizar más eficazmente la energía. Entre las medidas adoptadas con tal fin están la mejora del
rendimiento térmico de los edificios, tanto residenciales como comerciales, adoptando un buen aislamiento térmico, el
aumento del rendimiento energético de los vehículos y el fomento del uso de los transportes públicos en los centros
urbanos.
El sector industrial, que es por lo general el mayor consumidor de energía, está haciendo un gran esfuerzo en el ahorro de
energía mediante la adopción de sistemas de recuperación energética en los procesos
Procedimientos fisicoquímicos
El análisis de los contaminantes presentes en la atmósfera por este procedimiento consiste en la toma de muestras de aire
en las distintas estaciones que componen la Red de Vigilancia a las que somete a distintos procesos analíticos para la
determinación de los diferentes contaminantes. Las etapas que comprende este procedimiento son: toma de muestras,
acondicionamiento de las mismas y finalmente el análisis.
Por lo general, la toma de muestras incluye la separación del contaminante del seno del gas por filtración o por retención en
un absorbente líquido.
Indicadores biológicos
La técnica de los indicadores biológicos se basa en la sensibilidad que presentan algunas especies o variedades de plantas
a ciertos contaminantes gaseosos atmosféricos, que permiten identificar la presencia de estos contaminantes y vigilar la
evolución de la contaminación atmosférica.
Los contaminantes más comúnmente detectados mediante indicadores biológicos son el ácido fluorhídrico (HF), el etano
(C2H4), el anhídrido sulfuroso (SO2), los oxidantes fotoquímicos (PAN) y el ozono (O3), los metales pesados y los isótopos
radiactivos.
Entre las distintas especies animales y vegetales empleados como indicadores biológicos, los líquenes son los más
ampliamente empleados en contaminación atmosférica. Los líquenes, entidad morfológica compuesta por la asociación
simbiótica de un hongo y un alga, son muy sensibles a la contaminación atmosférica, principalmente al SO2, HF y ClH.
Estos contaminantes producen alteraciones morfológicas y fisiológicas en los líquenes. Esto, unido a que su actividad
fotosintética es continua, su gran capacidad de acumulación de contaminantes tales como azufre, plomo, flúor e isótopos
radiactivos que toman de la atmósfera, que es su única fuente de alimentación, y su larga longevidad, que permite seguir la
evolución de la contaminación, los hace especialmente aptos para ser utilizados como indicadores biológicos de la
contaminación atmosférica.
Patologías asociadas
La lista de enfermedades con susceptibilidad de contraerse o empeorar por la contaminación del aire que respiramos puede
ser todo larga que queramos, y dependerá de cuatro factores: la naturaleza del contaminante, la concentración del mismo,
el tiempo de exposición y la "predisposición" individual a este tipo de agresiones.
El 80% de los cánceres se pueden considerar inducidos por factores exógenos
o medioambientales (más de la mitad de ellos claramente relacionados con el tabaco y factores ambientales y/o laborales),
y todavía quedaría mas del 30% por causa desconocida. Afectaciones del SNC (Sistema Nervioso Central), Malformaciones
Congénitas, Enfermedades Renales y Hepáticas, Asma, Infecciones Respiratorias, Fibrosis Pulmonar, Rinitis y Conjuntivitis
Alérgicas, Afecciones Cutáneas y Digestivas, Cefaleas y un largo etc. pueden ser ocasionadas por ingesta, contacto o
inhalación de contaminantes, sin olvidarnos del polémico "Síndrome del Edificio Enfermo" o conjunto de síntomas asociado
a la contaminación y/o mala calidad del aire de los nuevos edificios de oficinas. En esta sección desarrollaremos las
patologías asociadas a contaminantes biológicos y de partículas por ser de mayor relevancia clínica.
Aire Interior
Es aceptado comúnmente en medios urbanos que la calidad del aire exterior es peor que la del aire que respiramos en los
interiores (domicilios, oficinas y locales). Esta afirmación es cada día más difícil de mantener; dada la presencia de nuevos
materiales aislantes para la construcción, pegamentos, barnices, productos de limpieza, animales domésticos, algunas
plantas de jardín, humo de cigarrillos, mal funcionamiento de calderas, quemadores y aire acondicionado, ordenadores,
fotocopiadoras y electrodomésticos en general, provocan una perdida de calidad del aire interior. Los locales colectivos
como guarderías, colegios, hoteles, residencias, oficinas etc. se pueden convertir, si no se adoptan medidas especiales, en
focos de mayor riesgo contaminante que el que sufrimos al respirar el aire urbano, con una exposición a los contaminantes
interiores muy alta, ya que el 80% de nuestra vida urbana la realizamos dentro del interior de edificios cerrados.
A estos factores debemos de añadir el papel tan importante que juegan las condiciones climáticas. El control adecuado de
temperatura, humedad e ionización de interiores, puede también ayudar a disminuir el riesgo de desarrollar o exacerbar
enfermedades relacionadas con la contaminación ambiental.
Medidas Preventivas: Poco o nada podemos hacer a título personal para mitigar la contaminación atmosférica, los
organismos gubernamentales competentes son los responsables de planificar actuaciones encaminadas a reducir los focos
emisores, determinar los mejores emplazamientos para actividades industriales de riesgo, realizar actuaciones sobre control
de tráfico urbano y establecer políticas ambientales encaminadas a mejorar la calidad del aire que respiramos. Dentro de
estas políticas, la puesta en marcha de proyectos de investigación, encaminados a identificar contaminantes, niveles
nocivos, tiempos máximos de exposición, grupos de riesgo, así como estudios epidemiológicos en poblaciones con distintos
grados de exposición, contribuirán a mejorar la cantidad, calidad y tipo del nivel de evidencia de la repercusión de los
contaminantes del aire en nuestra salud.
En tanto estás políticas consiguen éxito, nosotros debemos intentar adecuar nuestro estilo de vida hacia situaciones que
nos permitan disminuir el tiempo de exposición.
Medidas Preventivas individuales: Si como hemos comentado anteriormente el 80% de nuestro tiempo lo pasamos en el
interior de edificios, si podemos actuar para mejorar la calidad del aire interior que respiramos.
Identificar y controlar las fuentes de contaminación: Sustituir materiales de construcción con evidencia de toxicidad por otros
inocuos, usar productos de limpieza no tóxicos, manejar disolventes y barnices en el exterior, no fumar etc.. Si es necesario
manejar productos químicos volátiles hágalo en el exterior o con una ventilación eficaz, Desafortunadamente, no siempre se
pueden identificar las fuentes de contaminación ni eliminarlas con costes asumibles.
Ventilación y control climático: La renovación del aire interior por el exterior es siempre beneficiosa si este último, claro está,
tiene menos carga contaminante. Por este motivo podemos elegir para ventilar las horas de menos nivel de polución de
nuestra localidad. No nos debemos olvidar que el control de la humedad y temperatura es importante para la proliferación
de determinados contaminantes biológicos, resultando útil obtener información sobre estos parámetros. La proliferación de
fuentes que producen radiaciones electromagnéticas (telefonía, ordenadores, microondas, antenas cercanas etc..) podría
desequilibrar el balance iónico del aire, a pesar de la no existencia de evidencia sobre su repercusión en la salud a niveles
permitidos, por lo que la presencia de sistemas que restauren dicho equilibrio no estará nunca de más.
Filtrar el aire: La eliminación activa de los contaminantes del aire de interiores mediante un purificador de aire de alta
captación puede mejorar la calidad de vida en áreas cerradas. La eficiencia de los filtros de aire puede variar enormemente,
dependiendo del tipo de tecnología de filtración que se utilice y la forma como esté integrada al sistema de filtración.
El Agua
Contaminación
Ahora que tanto se habla de contaminación del medio ambiente, de polución, sabemos realmente qué es la contaminación.
Podría afirmarse que cualquier cambio químico, físico o biológico respecto a un nivel base "natural" constituye un fenómeno
de contaminación. En este sentido, la contaminación se considera como una consecuencia del progreso, especialmente del
desarrollo industrial.
Podríamos decir entonces, que la contaminación se considera un cierto grado de impurificación del aire, agua o suelo, que
pueda originar efectos adversos a la salud de un número representativo de personas durante períodos previsibles de
tiempo.
A - Aguas Residuales
La contaminación actúa sobre el medio ambiente acuático alterando el delicado equilibrio de los diversos ecosistemas
integrado por organismos productores, consumidores y descomponedores que interactúan con componentes sin vida
originando un intercambio cíclico de materiales.
Aunque el hombre no es un ser acuático, ha llegado a depender intensamente del medio ambiente acuático para satisfacer
sus necesidades tecnológicas y sociales.
El hombre continúa utilizando el agua con su contaminación. Es difícil eliminar los contaminantes y si el agua original tiene
gran proporción de minerales, el problema se complica.
No se pretende afirmar que antes de llegar el hombre con su tecnología, el agua era pura. Aún después de la aparición del
hombre, transcurrieron muchos años antes de que hubiera ningún cambio en el ambiente. Cuando las poblaciones
empezaron a verter sus desechos en ríos y lagos fue cuando las aguas se deterioraron.
Las aguas residuales constituyen un importante foco de contaminación de los sistemas acuáticos, siendo necesarios los
sistemas de depuración antes de evacuarlas, como medida importante para la conservación de dichos sistemas.
Las aguas residuales, contaminadas, son las que han perdido su calidad como resultado de su uso en diversas actividades.
También se denominan vertidos. Se trata de aguas con un alto contenido en elementos contaminantes, que a su vez van a
contaminar aquellos sistemas en los que son evacuadas.
Del total de vertido generado por los focos de contaminación, sólo una parte será recogida en redes de saneamiento,
mientras que el resto será evacuado a sistemas naturales directamente.
Tipos de contaminación
Se clasifican según el factor ecológico que altere, aunque suelen afectar a más de un factor.
Contaminación física
Las sustancias que modifican factores físicos, pueden no ser tóxicas en sí mismas, pero modifican las características físicas
del agua y afectan a la biota acuática.
1 - Sólidos en suspensión, turbidez y color
2 - Agentes sensoactivos
3 - Temperatura
Contaminación química
Algunos efluentes cambian la concentración de los componentes químicos naturales del agua causando niveles anormales
de los mismos. Otros, generalmente de tipo industrial, introducen sustancias extrañas al medio ambiente acuático, muchos
de los cuales pueden actuar en detrimento de los organismos acuáticos y de la calidad del agua en general. En este sentido
es en el que puede hablarse propiamente de contaminación.
1 - Salinidad
2 - Ph
3 - Sustancias tóxicas
4 - Desoxigenación
Tipos de contaminantes
Actualmente, la contaminación de los cauces naturales tiene su origen entres fuentes:
1 - Vertidos urbanos
2 - Vertidos industriales
3 - Contaminación difusa (lluvias, lixiviados, etc.)
Contaminantes inorgánicos: Son de origen mineral y de naturaleza variada: sales, óxidos, ácidos y bases inorgánicos,
metales, etc. Aparecen en cualquier tipo de agua residual, aunque son más abundantes en los vertidos generados por la
industrial
Los componentes inorgánicos de las aguas residuales estarán en función del material contaminante así como de la propia
naturaleza de la fuente contaminante.
Si el consumo de oxígeno es excesivo, se alcanzarán niveles por debajo del os necesario para que se desarrolle la vida
acuática, dándose una muerte masiva de seres vivos.
Además, se desprenden malos olores como consecuencia de la aparición de procesos bioquímicos anaerobios, que dan
lugar a la formación de compuestos volátiles y gases.
Daño a la salud pública: Los vertidos de efluentes residuales a cauces públicos, pueden fomentar la propagación de virus y
bacterias patógenos para el hombre.
Eutrofización: Un aporte elevado de nitrógeno y fósforo en los sistemas acuáticos propicia un desarrollo masivo de los
consumidores primarios de estos nutrientes; zoo y fitoplancton y plantas superiores. Estas poblaciones acaban superando
la capacidad del ecosistema acuático, pudiendo llegar a desaparecer la masa de agua.
Otros efectos: Pueden ser muy variados y van a ser consecuencia de contaminantes muy específicos, como valores de Ph
por encima o por debajo de los límites tolerables, presencia de tóxicos que afecta directamente a los seres vivos, etc.
Fuentes puntuales y no puntuales:
Las fuentes puntuales descargan contaminantes en localizaciones específicas a través de tuberías y alcantarillas. Ej.:
Fábricas, plantas de tratamiento de aguas negras, minas, pozos petroleros, etc.
Las fuentes no puntuales son grandes áreas de terreno que descargan contaminantes al agua sobre una región extensa. Ej:
Vertimiento de sustancias químicas, tierras de cultivo, lotes para pastar ganado, construcciones, tanques sépticos.
Contaminación Orgánica
En los lagos, rebalses, estuarios y mares, con frecuencia la dilución es menos efectiva que en las corrientes porque tienen
escasa fluencia, lo cual hace a los lagos más vulnerables a la contaminación por nutrientes vegetales (nitratos y fosfatos)
(eutroficación).
Control de la eutroficación por cultivos
Métodos de Prevención
1 - Usar un tratamiento avanzado de los desechos para remover los fosfatos provenientes de las plantas industriales
y de tratamiento antes de que lleguen a un lago.
2 - Prohibir o establecer límites bajos de fosfatos para los detergentes.
3 - A los agricultores se les puede pedir que planten árboles entre sus campos y aguas superficiales. Métodos de
Limpieza
1 - Dragar los sedimentos para remover el exceso de nutrientes.
2 - Retirar o eliminar el exceso de maleza.
3 - Controlar el crecimiento de plantas nocivas con herbicidas y plaguicidas.
4 - Bombear aire para oxigenar lagos y rebalses.
5 - Como con otras formas de contaminación, los métodos de prevención son los más efectivos y los más baratos a
largo plazo.
Estas experiencias serían aún de mucho más interés en los países situados en áreas con escasez de agua. En el caso de
la industria, la reducción del consumo de agua fue drástica, en poco tiempo se redujo a menos de la mitad; las industrias se
dieron cuanta de que salía mucho más barato reciclar el agua que depurarla
Medida de la temperatura
La temperatura ha de medirse con un termómetro de precisión graduado en décimas de grado. La lectura se hace desusé
de una inmersión de diez minutos. Si no es posible realizar la operación directamente, puede tomarse un volumen de agua
entre 5 y 10 litros e introducir el termómetro inmediatamente.
Color, olor y sabor
La coloración de un agua puede clasificarse en verdadera o real cuando se debe sólo a las sustancias que tiene en
solución, y aparente cuando su color es debido a las sustancias que tiene en suspensión. Los colores real y aparente son
casi idénticos en el agua clara y en aguas de escasa turbidez.
La coloración de un agua se compara con la de soluciones de referencia de platino-cobalto en tubos colorimétricos, o bien
con discos de vidrio coloreados calibrados según los patrones mencionados.
El olor puede ser definido como el conjunto de sensaciones percibidas por el olfato al captar ciertas sus- tancias volátiles. El
procedimiento normalmente utilizado es el de ir diluyendo el agua e examinar hasta que o presente ningún olor perceptible.
El resultado se da como un número que expresa el límite de percepción del olor, y corresponde a la dilución que da olor
perceptible. Debido al carácter subjetivo de la medida, es reco- mendable que la medida la realicen al menos dos personas
distintas, comparando la percepción con la de un agua desodorizado. Debe evitarse, como es lógico, en todo lo posible, la
presencia de otros olores en el ambiente.
Por último, la evaluación del sabor, se realiza por degustación del agua a examinar, comenzando por grandes diluciones,
que se van disminuyendo hasta la aparición del sabor. Este ensayo no se realiza mas que en aguas potables.
Turbidez: La turbidez de un agua se debe a la presencia de materias en suspensión finamente divididas; arcillas, limos,
partículas de sílice, materias inorgánicas... La determinación de la turbidez tienen un gran interés como parámetro de
control en aguas contaminadas y residuales. Se puede evaluar en el campo o en el laboratorio.
Materia sólida: La materia sólida presente en un agua suele agruparse en tres categorías; materias decantables, materias
en suspensión y residuos.
La materia decantable se determina dejando en reposo un litro de agua en un cono o probeta graduada. El resultado se
expresa como mililitros de materia decantada por litro de agua.
La determinación de las materias en suspensión en el agua puede realizarse por filtración o por centrifugación. La filtración
se realiza a vacío sobre un filtro. El filtro con el residuo es nuevamente secado y pesado. La diferencia entre este peso y el
que teníamos antes del filtro solo, proporciona el valor de los sólidos.
Ph: Las medidas de Ph se realizan con un electrodo de vidrio, el cual genera un potencial que varía linealmente con el Ph
de la solución en la que está inmerso. El electrodo consiste en una célula con un potencial controlado por la actividad del
protón a cada lado de una membrana de vidrio muy fina.
Este método se utiliza si se quiere obtener medidas muy precisas y puede aplicarse a cualquier caso particular.
Conductividad eléctrica: Se define como la conductancia de una columna da agua comprendida entre dos electrodos
metálicas paralelos. La medida se realiza en un donductímetro, basa en el principio de puente de Wheatsttone. Se genera
una diferencia de potencial de corriente alterna entre los dos electrodos, para evitar las electrólisis en la disolución, aunque
algunos dispositivos emplean normalmente corriente continúa.
Dureza: También llamada grado hidrotimétrico, la dureza corresponde a la suma de las concentraciones de cationes
metálicos excepto los metales alcalinos y el ion hidrógeno En la mayoría de los casos se debe principalmente a la presencia
de iones calcio y magnesio, y algunas veces también se unen hierro, aluminio, manganeso y estroncio.
Algunos laboratorios, y, especialmente cuando el contenido en calcio y magnesio es bajo, realizan la determinación por
espectrometría de absorción atómica.
Acidez y alcalinidad: La acidez de un agua corresponde a la presencia de anhídrido carbónico libre, ácidos minerales y
sales de ácidos fuertes y bases débiles. La alcalinidad de una agua corresponde a la presencia de los bicarbonatos,
carbonatos de hidróxidos.
La determinación puede realizarse por dos métodos: volumétrico y potenciométrico
Para la determinación de anhídrido carbónico total se emplean estos métodos: evolución y Van Slyke Determinación del
carbono orgánico total (TOC)
Mediante este ensayo se determinan los compuestos orgánicos fijos o volátiles, naturales o sintéticos, presentes en el agua
residual. La determinación se realiza por oxidación catalítica a 950 ° C, en un aparato diseñado a tal efecto, liberándose
CO2 que se determina en un analizador de infrarrojos. El carbono inorgánico se elimina previamente o se determina por
separado.
La lista se extendería demasiado si nombráramos aquí todos los métodos para estudias la calidad del agua. Puesto que se
pueden estudiar infinitos factores que condicionan la calidad de la misma.
Desde el punto de vista de la contaminación, el sector industrial es, en muchos casos, la fuente más importante de
contaminación, pese a no ser el mayor consumidor de agua. Los desechos líquidos industriales, por ejemplo, asociados a
los procesos de producción de textiles y papel, traen gran cantidad de contaminación orgánica. En general, la industria y la
agricultura llevan gran cantidad de contaminantes químicos a las corrientes de agua. Cada vez está más claro que el agua
dulce es un recurso finito, vulnerable a la contaminación.
Los niveles del uso del agua son: el 73% para uso agrícola, 20% para la industria y 7% para el uso doméstico. Siendo el
riego el uso más importante y tal vez el más deficiente porque se pierde hasta el 70% del agua en el transporte. Es bien
clara la necesidad de tener una mayor eficiencia en el uso agrícola, pero también lo es en los sistemas de agua doméstico
ya que se presentan costos innecesarios y significativos.
La información y la educación son claves para la creación de una nueva cultura en el manejo del agua. Mientras la
comunidad no entienda su rol respecto al uso del agua, los proyectos que se emprendan hacia su conservación tienden a
no ser sostenibles y las inversiones de capital económico y de trabajo se pueden perder.
En la actualidad, desde el punto de vista de la gestión del agua, los problemas se relacionan con la ineficiencia,
especialmente por las decisiones en materia de política y tecnología. En los procesos de desarrollo de los sistemas de
abastecimiento de agua, se consideró durante mucho años que la tecnología era la solución principal a los problemas, y por
consiguiente era necesario transferirla de manera masiva, de los países industrializados hacia los países en vía de
desarrollo. Estas tecnologías implantadas, sin tener en cuenta las condiciones locales, fracasaron y tuvieron consecuencias
funestas para la población y el ambiente. No funcionaron porque, al parecer, olvidaron que el fin último de la tecnología era
que la gente la usara, que funcionara a través del tiempo y que el uso dado por las comunidades, estaba determinado por
su contexto sociocultural, económico y ambiental.
Frente a esta situación, se ha venido trabajando en modelos de gestión del agua y saneamiento básico, teniendo en cuenta
la participación de la comunidad, ya que se ha podido comprobar que la participación de la comunidad en los proyectos de
desarrollo da buenos resultados, cuando la población afectada se involucra en los proyectos y se les permite contribuir con
sus conocimientos a la configuración de éstos, tornando el trabajo más eficaz y productivo. Al mismo tiempo, se aumenta la
capacidad de los individuos para organizarse a fin de hallar soluciones a los problemas que los aquejan.
Generar capacidad de gestión en las comunidades implica asumir los proyectos relacionados con la problemática del agua,
desde ópticas más amplias, que consideren aspectos como:
Trabajar participativamente en equipos interdisciplinarios porque, conforme está estructurado el saber en el mundo
moderno, cada profesión es experta en un campo específico y por lo tanto solo el trabajo interdisciplinario permite recuperar
la visión de totalidad y aproximarse a la solución de los problemas.
Empezar por construir y fortalecer el concepto de comunidad para que el proyecto se maneje con criterios de solidaridad.
Promover estrategias de trabajo que permitan la participación de todos los usuarios del sistema en las decisiones y no
solamente los líderes.
Trabajar con la comunidad desde su contexto sociocultural específico, lo cual implica el reconocimiento y valoración del
saber.
Pese a la urbanización creciente, gran parte del mundo en desarrollo sigue siendo rural. Las comunidades rurales tienden a
ser pobres y sufren limitaciones para el desarrollo como resultado de la infraestructura deficiente, las oportunidades de
ingreso limitadas y la falta de voz en el ámbito político. Un campo que no se gestione adecuadamente puede ser una fuente
de contaminación, ya que sedimentos de los campos erosionados pueden obstruir los arroyos y represas; los fertilizantes,
pesticidas y desechos animales pueden ser arrastrados hacia las aguas subterráneas o lavados hacia los arroyos, matando
plantas, peces y otros animales.
Se ha aprendido mucho sobre lo que funciona y lo que no funciona en los proyectos rurales de abastecimiento de agua y
saneamiento. El principio de la metodología se basa en potenciar las capacidades, tanto de las comunidades como de las
instituciones, al reconocer que cada actor tiene un conocimiento y que las soluciones se construyen con la participación,
tanto para problemas de orden técnico, como para abordar creativamente los problemas de orden social y legal asociados
con los aspectos del agua y el saneamiento básico en las comunidades.
Considerar el acceso al agua como un derecho humano y social conlleva la aplicación de reglas, deberes y obligaciones
que muchos Estados y la mayoría de las empresas privadas multinacionales no desean que sean impuestos. Pero, ¿existe
verdadera libertad y justicia sin reglas, obligaciones y solidaridad respecto al derecho a la vida para todos?
Actualmente a nivel mundial, las políticas administrativas promueven la descentralización de los recursos y de las
decisiones y gestiones públicas, al orden local. Y esto, no solo en el ámbito administrativo, también en el ámbito de la
educación, las comunidades deben ser gestoras de sus propias iniciativas. De esta manera, es preciso concienciar a la
población de que el agua es un bien económico y social, y el descuido de este recurso y su contaminación implican grandes
riesgos a nivel ambiental y en la salud integral. No preservar el agua, implica la inversión de grandes cantidades de dinero
en su tratamiento y ese dinero finalmente sale de los propios bolsillos de las comunidades.
Mito: Las represas reducirán la crisis del agua acumulándola para generar hidroelectricidad y no tendrán impacto negativo
sobre el ambiente.
Hecho: Hay más de 48,000 grandes represas funcionando en el mundo. Muchos de estos diques, así como otros en
construcción, amenazan a la mayoría de ríos más grandes e importantes del mundo. Un estudio científico reciente muestra
que más del 60% de los 227 ríos más grandes han sido fragmentados por diques, llevando destrucción a los humedales,
una reducción de especies de agua dulce - incluyendo delfines de río, peces y pájaros - y el desplazamiento forzado de
millones de las personas.
Mientras las represas pueden ser un importante proveedor de energía hidroeléctrica, no siempre garantizan suministros
fiables de agua y electricidad. Más aún, son muy caras de construir, bastante más onerosas que las medidas para reducir la
demanda usando el agua y electricidad más eficazmente. En algunos lugares, el dinero gastado en diques sería de más
beneficio socio-económico si se usara para restaurar los humedales. Antes de construir nuevos diques, los gobiernos deben
seguir las pautas impartidas por la Comisión Mundial de Represas en el 2000 para mitigar el riesgo. Idealmente, deberían
optar por alternativas sin infraestructura.
La conservación de humedales y ríos debe ser una prioridad para los gobiernos que buscan garantizar el agua y reducir la
pobreza. El IV Foro Mundial de Agua podría ser importante si los gobiernos se enfocan en la parte que falta: buen manejo
de los ríos, humedales y otros cuerpos de agua dulce como fuente de agua para las personas y la naturaleza.
Podemos tomar el caso del Lago San Roque, abastecedor del agua de la ciudad de Córdoba, en la Provincia de Córdoba,
es un lago empachado por la materia orgánica, algas, virus y bacterias, es decir, experimenta el problema de la
eutrofización. Hay proyectos para hacer plantas de tratamiento para las principales localidades, pero la descarga sigue
creciendo. No hay ningún sistema de tratamiento funcionando.
La cuenca Riachuelo-Matanza en la Provincia de Buenos Aires, con sus 2.240 kilómetros cuadrados y sus tres millones de
habitantes, de los cuáles sólo el 45% posee cloacas y el 65% tiene agua potable (1.700.000 personas utilizan pozos negros
o cámaras sépticas), es uno de los símbolos nacionales de la polución.
Tres mil empresas vuelcan a diario y desde hace años sus residuos tóxicos o no tóxicos, sólidos o líquidos, sin ningún tipo
de tratamiento o con tratamiento insuficiente. Las industrias farmacéuticas, químicas y petroquímicas aportan el 30% de la
contaminación, la industria de las bebidas alcohólicas y curtiembres el 3%. A estos volcamientos se agregan los afluentes
cloacales. En conjunto, recibe a diario 368.000 metros cúbicos de residuos industriales, nada menos que el doble del caudal
mínimo promedio del río; esta carga constituye una peligrosa que destruye cada gota de agua transformándola en una
explosiva gota de contaminación. Los lodos del Riachuelo poseen grandes concentraciones de cromo, cobre, mercurio, cinc
y plomo. Las mayores concentraciones de cromo y plomo se encontraron en los límites de los municipios de Avellaneda y
Lanús en la Provincia de Buenos Aires.
En las zonas urbanas y rurales del noroeste de la Provincia de Buenos Aires, el acuífero Puelche – reconocido como uno de
los más grandes del mundo- presenta diferentes niveles de contaminación con nitratos y bacterias coliformes. La sección
superior arde de basura tóxica. La descarga es meteórica y el agua puede transportar sustancias asociadas con los pozos
ciegos, los basurales y los nitratos residuales. El partido del conurbano bonaerense, densamente poblado, el agua del
Puelche presenta concentraciones
de nitratos hasta tres veces mayores a los límites permitidos. El canal oeste de los municipios Beriso y Ensenada, Provincia
de Buenos Aires, languidece. En ningún caso las plantas depuradoras son suficientes, los tratamientos que debieran
efectuar las empresas antes de volcarlos a los cauces son entre deficientes e inexistentes. El conjunto de basuras es letal:
metales pesados, compuestos orgánicos e inorgánicos.
Por otro lado, la empresa “Aguas Argentinas” estimó que fluyen 2.300.000 de m3 de aguas negras sin tratar – por día- en el
río de la Plata. A ellas, se suman 1.900.000 de m3 diarias de descargas industriales del Área Metropolitana de Buenos
Aires. En el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la repercusión principal recae en que las normas de calidad del
agua ambiental se exceden constantemente de la franja de los 300 metros continuos a la costa del río de la Plata,
impidiendo el uso recreativo (por insalubre) de las playas que antaño fueron tan importantes para sus habitantes.
La mayor parte del agua que consume la población proviene de los mismos cuerpos en los que son evacuados los efluentes
cloacales e industriales. Dada la falta de tratamiento de los mismos, la población termina consumiendo agua potable de
calidad dudosa o a un alto costo de purificación.
La contaminación de las aguas subterráneas debe considerarse como el problema de contaminación más importante de la
Argentina, más que nada debido a la exposición a los riesgos de salud de una gran parte de los hogares -incluyendo una
gran proporción de los de bajo recursos- que dependen del agua subterránea para sus necesidades diarias.
No por estar escondidas bajo tierra las aguas subterráneas están liberadas de las descargas, el área más crítica es la
Metropolitana de Buenos Aires, por la gran cantidad de gente afectada y por la baja cobertura de infraestructura en las
municipalidades más apartadas. La principal fuente de contaminación son los tanques sépticos y, en menor medida, las
aguas residuales industriales. Las aguas poseen contaminación bacteriológica y salina por nitrato.
La solución más efectiva es promover la extensión de servicios de saneamiento y agua potable a los barrios de bajos
ingresos y áreas suburbanas que actualmente no lo reciben.
El arsénico en el agua
La presencia de arsénico en las aguas se puede explicar como resultado de la utilización, a veces excesiva y sin control, de
productos relacionados con actividades agrícolas, la jardinería y limpieza de malezas, como son los fungicidas, insecticidas
y plaguicidas en general. Muchos de ellos tienen arsénico como compuesto tóxico, por que su utilización está indicada para
erradicar diversas plagas.
Las principales rutas de exposición de las personas al arsénico son la ingesta e inhalación. El arsénico es acumulable en el
organismo por exposiciones crónicas y superadas ciertos niveles de concentración. Puede ocasionar afecciones como
alteraciones de la piel (relajamiento de los capilares cutáneos y la dilatación de los mismos), lesiones dérmicas (neoplasias
de piel), vasculopatías periféricas ("enfermedad del pie negro"), además de enfermedades respiratorias; neurológicas
(neuropatías periféricas), cardiovasculares y diversos tipos de cáncer (pulmón, rincón, hígado, vejiga y de piel).
Además, personas que ingieren de forma prolongada arsénico inorgánico, vía agua de bebida, pueden presentar
hiperqueratosis palmo- plantar cuya manifestación principal es la pigmentación de la piel y callosidades localizadas en las
palmas de las manos y pies.
Algunos estudios de toxicidad del arsénico indican que muchas de las normas actuales basadas en las guías de la OMS
son muy altas, y plantean la necesidad de reevaluar los valores límites basándose en estudios epidemiológicos; por
ejemplo, en Argentina se estima que el límite se debe reducir de 0,05 mg/l a 0,01 mg/l. En otros casos, podrían aumentarse
dichos valores de acuerdo a las condiciones regionales. En América Latina ha podido apreciarse que a niveles similares de
arsénico en diferentes condiciones (climatológicas, de nutrición y otros) el nivel de afectación es diferente.
La ingestión permanente de aguas contaminadas por sales de arsénico origina el llamado hidroarsenicismo crónico regional
endémico (HACRE), muy frecuente en numerosas regiones del planeta.
Se asocia el origen de esta enfermedad con el consumo de agua con altas concentraciones en arsénico a lo que se une el
excesivo calor de estas zonas. Estos dos factores hacen que los adultos de estas regiones contraigan lesiones irreversibles
que les incapacitan para el trabajo, incluso, ocasionalmente, les puede provocar la muerte. Los primeros síntomas suelen
aparecer entre la pubertad y la edad adulta, aunque puede aparecer en edad escolar.
Todos sabemos que el agua es un elemento y una de las necesidades más importantes para los seres humanos; sin
embargo, continuamos contaminándola y desperdiciándola sin ningún tipo de control.
La única manera de revertir este proceso que está silenciosa pero inevitablemente deteriorando nuestro entorno de vida,
contaminando nuestros alimentos y amenazando la salud de presentes y próximas generaciones, es a través de un plan
para poner fin a los vertidos de sustancias al agua. Es necesario un cambio radical en la manera en que se enfrenta el
problema de la contaminación y exigir a los organismos de gobierno y a las industrias, un rendimiento de cuentas al público
sobre las sustancias que se producen y liberan al ambiente. Así como una reducción progresiva de la generación de esos
contaminantes. Existirían dos formas de hacerlo...
Manejo, gestión o control de la contaminación
Son sistemas que intentan manejar o gestionar la contaminación. Pone su atención en lo que sucede al “final de la tubería”,
es decir, una vez que los residuos ya se han generado. Se basa en el principio de asimilación,
que considera que el ambiente está en condiciones de asimilar los contaminantes que recibe. Basa la protección de cada
ambiente en exigir a las diferentes industrias no superar ciertos niveles de emisión de algunos contaminantes. Una de sus
consecuencias es la transferencia de las sustancias de un medio al otro pero la carga contaminante total en el ambiente no
disminuye. Para evitar superar los límites de sustancias en los efluentes, se puede lograr que éstos permanezcan en los
filtros de tratamiento. Si esos filtros son luego incinerados o enterrados, las sustancias contaminantes irán a la atmósfera o
contaminarán el suelo y las napas de agua subterráneas.
Son pocas, de todos modos, las sustancias contempladas, para la mayoría de los compuestos ni siquiera existen normas.
Tampoco éstas tienen en cuenta el efecto simultaneo de todas las sustancias ni la complejidad de la composición de los
efluentes y de las emisiones, donde una amplia gama de contaminantes diferentes no puede ser manejada
adecuadamente.
Prevención de la contaminación
Este enfoque, al aceptar que una vez generadas las sustancias contaminantes la eliminación de los riesgos asociados a
ellos es muchas veces imposible, promueve la prevención de esa contaminación desde su origen, desde su propia fuente.
Es necesario evitar la generación de residuos aplicando tecnologías limpias, que no emplean materias tóxicas ni suponen
un riesgo para los humanos.
En lugar de intentar controlar o manejar los vertidos o invertir en millonarios sistemas de tratamiento de efluentes, la
reducción progresiva de la generación de contaminantes mediante la reducción del uso y producción de residuos permite
solucionar el problema.
Para empezar a cambiar el proceso de generación y eliminación de contaminantes es necesario:
Proveer mecanismos financieros y facilitar líneas de crédito que permitan reemplazar las sustancias empleadas y
producidas.
Prohibir la producción, importación y uso de productos peligrosos.
Realizar investigaciones epidemiológicas y sobre los niveles de contaminantes en cursos de agua, alimentos y leche
materna, especialmente en las áreas más castigadas por la contaminación.
Establecer un programa de prevención de la contaminación por residuos que contemple, entre otros puntos: la prevención
del consumo y vertido de productos contaminantes.
Dar origen a una campaña de difusión de información, en colaboración con entidades vecinales y de consumidores
destinada a evitar el uso de sustancias nocivas en los hogares.
Implementar un plan de reemplazo de envases descartables y de recuperación de la fracción orgánica para producir abono.
Otorgar un tratamiento terciario completo a los residuos cloacales. Prohibir el vertido al sistema cloacal de residuos
industriales.
Planta de tratamiento
Las aguas residuales son residuos líquidos provenientes de tocadores, baños, regaderas o duchas, cocinas, etc; que son
desechados a las alcantarillas, atarjeas o cloacas. En muchas áreas, las aguas residuales también incluyen algunas aguas
sucias provenientes de industrias y comercios. La división del agua casera drenada en aguas grises y aguas negras es más
común en el mundo desarrollado, el agua negra es la que procede de inodoros y orinales y el agua gris, procedente de
piletas y bañeras, puede ser usada en riego de plantas y reciclada en el uso de inodoros, donde se transforma en agua
negra. Muchas aguas residuales también incluyen aguas superficiales procedentes de las lluvias. Las aguas residuales
municipales contienen descargas residenciales, comerciales e industriales, y pueden incluir el aporte de precipitaciones
pluviales cuando se usa tuberías de uso mixto pluvial - residual.
Aguas grises: Las aguas grises o aguas residuales no cloacales son las aguas generadas por los procesos de un hogar,
tales como el lavado de utensilios y de ropa así como el baño de las personas. Se distinguen de las aguas cloacales
contaminada con desechos del retrete, llamadas aguas negras, porque no contienen bacterias Escherichia coli. Las aguas
grises son de vital importancia, porque pueden ser de mucha utilidad en el campo del regadío ecológico. Generalmente se
descomponen más rápido que las aguas negras y tienen mucho menos nitrógeno y fósforo. Sin embargo, las aguas grises
contienen algún porcentaje de aguas negras, incluyendo patógenos de varias clases.
Las aguas grises recicladas de la bañera pueden ser utilizadas en los retretes, lo que ahorra grandes cantidades de agua.
Muchos intentos de esto han sido hechos, por ejemplo, en Alemania y más recientemente en Brasil. Sin embargo, las aguas
grises sin tratar no pueden ser usadas para la descarga del excusado ya que generan malos olores y manchas si se dejan
más de un día.
Aguas negras: El término aguas negras, define un tipo de agua que está contaminada con sustancias fecales y orina,
procedentes de desechos orgánicos humanos o animales. Su importancia es tal que requiere sistemas de canalización,
tratamiento y desalojo. Su tratamiento nulo o indebido genera graves problemas de contaminación. También se les llama
aguas servidas, aguas residuales, aguas fecales, o aguas cloacales. Son residuales, habiendo sido usada el agua,
constituyen un residuo, algo que no sirve para el usuario directo; son negras por el color que habitualmente tienen, y
cloacales porque son transportadas mediante cloacas (del latín cloaca, alcantarilla), nombre que se le da habitualmente al
colector. Algunos autores hacen una diferencia entre aguas servidas y aguas residuales en el sentido que las primeras solo
provendrían del uso doméstico y las segundas corresponderían a la mezcla de aguas domésticas e industriales. En todo
caso, están constituidas por todas aquellas aguas que son conducidas por el alcantarillado e incluyen, a veces, las aguas
de lluvia y las infiltraciones de agua del terreno.
Todas las aguas naturales contienen cantidades variables de otras sustancias en concentraciones que varían de unos
pocos mg/litro en el agua de lluvia a cerca de 35 mg/litro en el agua de mar. A esto hay que añadir, en las aguas residuales,
las impurezas procedentes del proceso productor de desechos, que son los propiamente llamados vertidos. Las aguas
residuales pueden estar contaminadas por desechos urbanos o bien proceder de los variados procesos industriales. La
composición y su tratamiento pueden diferir mucho de un caso a otro, por lo que en los residuos industriales es preferible la
depuración en el origen del vertido que su depuración conjunta posterior.
Por su estado físico se puede distinguir:
Fracción suspendida: desbaste, decantación, filtración. Fracción coloidal: precipitación química.
Fracción soluble: oxidación química, tratamientos biológicos, etc.
La coloidal y la suspendida se agrupan en el ensayo de materias en suspensión o Sólidos Suspendidos Totales (SST)
Los sistemas de alcantarillado que trasportan descargas de aguas sucias y aguas de precipitación conjuntamente son
llamados sistemas de alcantarillas combinado. La práctica de construcción de sistemas de alcantarillas combinadas es
actualmente menos común en los Estados Unidos y Cana-dá que en el pasado, y se acepta menos dentro de las
regulaciones del Reino Unido y otros países europeos, así como en otros países como Argentina. Sin embargo, el agua
sucia y agua de lluvia son colectadas y transportadas en sistemas de alcantarillas separadas, llamados alcantarillas
sanitarias y alcantarillas de tormenta de los Estados Unidos, y “alcantarillas fétidas” y “alcantarillas de agua superficial” en
Reino Unido, o cloacas y conductos pluviales en otros países europeos. El agua de lluvia puede arrastrar, a través de los
techos y la superficie de la tierra, varios contaminan-tes incluyendo partículas del suelo, metales pesados, compuestos
orgánicos, basura animal, aceites y grasa. Algunas jurisdicciones requieren que el agua de lluvia reciba algunos niveles de
tratamiento antes de ser descargada al ambiente. Ejemplos de procesos de tratamientos para el agua de lluvia incluyen
tanques de sedimentación, humedales y separadores de vórtice (para remover sólidos gruesos).
El sitio donde el proceso es conducido se llama Planta de Tratamiento de aguas residuales. El diagrama de flujo de una
planta de tratamiento de aguas residuales es generalmente el mismo en todos los países:
Tratamiento físico químico Remoción de sólidos Remoción de arena
Precipitación con o sin ayuda de coagulantes o floculantes Separación y filtración de sólidos
El agregado de cloruro férrico ayuda a precipitar en gran parte a la remoción de fósforo y ayuda a precipitar los biosólidos
Tratamiento biológico
Lechos oxidantes o sistemas aeróbicos Post – precipitación
Liberación al medio de efluentes, con o sin desinfección según las normas de cada
jurisdicción.
Tratamiento químico: Este paso es usualmente combinado con procedimientos para remover sólidos como la filtración.
Eliminación del hierro del agua potable: Los métodos para eliminar el exceso de hierro incluyen generalmente
transformación del agua clorada en una disolución generalmente básica utilizando cal apagada; oxidación del hierro
mediante el ion hipoclorito y precipitación del hidróxido férrico de la solución básica. Mientras todo esto ocurre el ion OCl
esta destruyendo los microorganismos patógenos del agua.
Eliminación del oxigeno del agua de las centrales térmicas: Para transformar el agua en vapor en las centrales térmicas se
utilizan calderas a altas temperaturas. Como el oxigeno es un agente oxidante, se necesita un agente reductor como la
hidrazina para eliminarlo.
Eliminación de los fosfatos de las aguas residuales domesticas: El tratamiento de las aguas residuales domesticas incluye
la eliminación de los fosfatos. Un método muy simple consiste en precipitar los fosfatos con cal apagada. Los fosfatos
pueden estar presentes de muy diversas formas como el ion Hidrógeno fosfato.
Remoción de sólidos: En el tratamiento mecánico, el afluente es filtrado en cámaras de rejas para eliminar todos los objetos
grandes que son depositados en el sistema de alcantarillado, tales como trapos, barras, condones, compresas, tampones,
latas, frutas, papel higiénico, etc. Éste es el usado más comúnmente mediante una pantalla rastrillada automatizada
mecánicamente. Este tipo de basura se elimina porque esto puede dañar equipos sensibles en la planta de tratamiento de
aguas residuales, además los tratamientos biológicos no están diseñados para tratar sólidos.
Remoción de arena: Esta etapa (también conocida como escaneo o maceración) típica-mente incluye un canal de arena
donde la velocidad de las aguas residuales es cuidadosamente controlada para permitir que la arena y las piedras de ésta
tomen partículas, pero todavía se mantiene la mayoría del material orgánico con el flujo. Este equipo es llamado colector de
arena. La arena y las piedras necesitan ser quitadas a tiempo en el proceso para prevenir daño en las bombas y otros
equipos en las etapas restantes del tratamiento. Algunas veces hay baños de arena (clasificador de la arena) seguido por
un transportador que transporta la arena a un contenedor para la deposición. El contenido del colector de arena podría ser
alimentado en el incinerador en un procesamiento de planta de fangos, pero en muchos casos la arena es enviada a un
terraplén.
Investigación y maceración: El líquido libre de abrasivos es pasado a través de pantallas arregladas o rotatorias para
remover material flotante y materia grande como trapos; y partículas pequeñas como chícharos y maíz. Los escaneos son
colectados y podrán ser regresados a la planta de tratamiento de fangos o podrán ser dispuestos al exterior hacia campos o
incineración. En la maceración, los sólidos son cortados en partículas pequeñas a través del uso de cuchillos rotatorios
montados en un cilindro revolvente, es utilizado en plantas que pueden procesar esta basura en partículas. Los
maceradores son, sin embargo, más caros de mantener y menos confiables que las pantallas físicas.
Sedimentación: Muchas plantas tienen una etapa de sedimentación donde el agua residual se pasa a través de grandes
tanques circulares o rectangulares. Estos tanques son comúnmente llamados clarificadores primarios o tanques de
sedimentación primarios. Los tanques son lo suficientemente grandes que los sólidos fecales pueden situarse y el material
flotante como la grasa y plásticos pueden levantarse hacia la superficie y desnatarse. El propósito principal de la etapa
primaria es producir generalmente un líquido homogéneo capaz de ser tratado biológicamente y de unos fangos que puede
ser tratado separadamente. Los tanques primarios de establecimiento se equipan generalmente con raspadores conducidos
mecánicamente que conducen continuamente los fangos recogido hacia una tolva en la base del tanque donde mediante
una bomba puede llevar a éste hacia otras etapas del tratamiento.
Tanque de sedimentación secundaria. En los sistemas fijos de película, como los filtros de roca, la biomasa crece en el
medio y el agua residual pasa a través de él. En el sistema de crecimiento suspendido, como fangos activos, la biomasa
está bien combinada con las aguas residuales. Típicamente, los sistemas fijos de película requieren superficies más
pequeñas que para un sistema suspendido equivalente del crecimiento, sin embargo, los sistemas de crecimiento
suspendido son más capaces ante choques en el cargamento biológico y provee cantidades más altas del retiro para el
DBO y los sólidos suspendidos que sistemas fijados de película.
Filtros de desbaste: Los filtros de desbaste son utilizados para tratar particularmente cargas orgánicas fuertes o variables,
típicamente industriales, para permitirles ser tratados por procesos de tratamiento secundario. Son filtros típicamente altos,
filtros circulares llenados con un filtro abierto sintético en el cual las aguas residuales son aplicadas en una cantidad
relativamente alta. El diseño de los filtros permite una alta descarga hidráulica y un alto flujo de aire. En instalaciones más
grandes, el aire es forzado a través del medio usando sopladores. El líquido resultante está usualmente con el rango normal
para los procesos convencionales de tratamiento.
Fangos activos: Las plantas de fangos activos usan una variedad de mecanismos y procesos para usar oxígeno disuelto y
promover el crecimiento de organismos biológicos que remueven substancialmente materia orgánica. También puede
atrapar partículas de material y puede, bajo condiciones ideales, convertir amoniaco en nitrito y nitrato, y en última instancia
a gas nitrógeno.
Camas filtrantes (camas de oxidación)
Se utiliza la capa filtrante de goteo utilizando plantas más viejas y plantas receptoras de cargas más variables, las camas
filtrantes son utilizadas donde el licor de las aguas resi- duales es rociado en la superficie de una profunda cama com-
puesta de coke (carbón, piedra caliza o fabricada especial- mente de medios plásticos).
Tales medios deben tener altas superficies para soportar los biofilms que se forman. El licor es distribuido mediante unos
brazos perforados rotativos que irradian de un pivote central. El licor distribuido gotea en la cama y es recogido en drenes
en la base. Estos drenes también proporcionan un recurso de aire que se infiltra hacia arriba de la cama, manteniendo un
medio aerobio.
Las películas biológicas de bacteria, protozoarios y hongos se
forman en la superficie media y se comen o reducen los contén-
Filtro oxidante
dos orgánicos. Este biofilm es alimentado a menudo por insectos y gusanos, los cuales atraen pájaros, los cuales atraen
ornitólogos.
Placas rotativas y espirales: En algunas plantas pequeñas son usadas placas o espirales de revolvimiento lento que son
parcialmente sumergidas en un licor. Se crea un flóculo biotico que proporciona el substrato requerido.
Reactor biológico de cama móvil: El reactor biológico de cama móvil (MBBR, por sus siglas en inglés) asume la adición de
medios inertes en vasijas de fangos activos existentes para proveer sitios activos para que se adjunte la biomasa. Esta
conversión hace como resultante un sistema de crecimiento. Las ventajas de los sistemas de crecimiento adjunto son:
1) Mantener una alta densidad de población de biomasa
2) Incrementar la eficiencia del sistema sin la necesidad de incrementar la concentración del licor mezclado de sólidos
(MLSS)
3) Eliminar el costo de operación de la línea de retorno de fangos activos (RAS).
Filtros aireados biológicos: Filtros aireados (o anóxicos) biológicos (BAF) combinan la filtración con reducción biológica de
carbono, nitrificación o desnitrificación. BAF incluye usual-mente un reactor lleno de medios de un filtro. Los medios están
en la suspensión o apoyados por una capa en el pie del filtro. El propósito doble de este medio es soportar altamente la
biomasa activa que se une a él y a los sólidos suspendidos del filtro. La reducción del carbón y la conversión del amoniaco
ocurre en medio aerobio y alguna vez alcanzado en un sólo reactor mientras la conversión del nitrato ocurre en una manera
anóxica. BAF es también operado en flujo alto o flujo bajo dependiendo del diseño especificado por el fabricante.
Reactores biológicos de la membrana: MBR es un sistema con una barrera de membrana semipermeable o en conjunto con
un proceso de fangos. Esta tecnología garantiza la remoción de todos los contaminantes suspendidos y algunos disueltos.
La limitación de los sistemas MBR es directamente proporcional a la eficaz reducción de nutrientes del proceso de fangos
activos. El coste de construcción y operación de MBR es usualmente más alto que el de un tratamiento de aguas residuales
convencional de esta clase de filtros.
Sedimentación secundaria: El paso final de la etapa secundaria del tratamiento es retirar los flóculos biológicos del material
de filtro y producir agua tratada con bajos niveles de materia orgánica y materia suspendida.
C) Tratamiento terciario: El tratamiento terciario proporciona una etapa final para aumentar la calidad del efluente al
estándar requerido antes de que éste sea descargado al ambiente receptor (mar, río, lago, campo, etc.) Más de un proceso
terciario del tratamiento puede ser usado en una planta de tratamiento. Si la desinfección se practica siempre en el proceso
final, es siempre llamada pulir el efluente.
Filtración: La filtración de arena remueve gran parte de los residuos de materia suspendida. El carbón activado sobrante de
la filtración remueve las toxinas residuales.
Lagunaje: El tratamiento de lagunas proporciona el establecimiento necesario y fomenta la mejora biológica de almacenaje
en charcos o lagunas artificiales. Estas lagunas son altamente aerobias y la colonización por los macrophytes nativos,
especialmente cañas, se dan a menudo. Los invertebrados de alimentación del filtro pequeño tales como Daphnia y
especies de Rotifera asisten grandemente al tratamiento removiendo partículas finas.
Tierras húmedas construidas: Las tierras húmedas construidas incluyen camas de caña y un rango similar de metodologías
similares que proporcionan un alto grado de mejora biológica aerobia y pueden ser utilizados a menudo en lugar del
tratamiento secundario para las comunidades pequeñas, también para la phytoremediation.
Remoción de nutrientes: Las aguas residuales nutrientes pueden también contener altos niveles de nutrientes (nitrógeno y
fósforo) que eso en ciertas formas puede ser tóxico para peces e invertebrados en concentraciones muy bajas (por ejemplo
amoníaco) o eso puede crear condiciones insanas en el ambiente de recepción (por ejemplo: mala hierba o crecimiento de
algas). Las malas hierbas y las algas pueden parecer ser una edición estética, pero las algas pueden producir las toxinas, y
su muerte y consumo por las bacterias (decaimiento) pueden agotar el oxígeno en el agua y sofocar los pescados y la otra
vida acuática. Cuando se recibe una descarga de los ríos a los lagos o a los mares bajos, los nutrientes agregados pueden
causar pérdidas entrópicas severas perdiendo muchos peces sensibles a la limpieza del agua. El retiro del nitrógeno o del
fósforo de las aguas residuales se puede alcanzar mediante la precipitación química o biológica.
La remoción del nitrógeno se efectúa con la oxidación biológica del nitrógeno del amoníaco al nitrato (nitrificación que
implica nitrificar bacterias tales como Nitrobacter y Nitrosomonus), y entonces mediante la reducción el nitrato es convertido
al gas del nitrógeno (desnitrificación), que se lanza a la atmósfera. Estas conversiones requieren condiciones
cuidadosamente controladas para permitir la formación adecuada de comunidades biológicas. Los filtros de arena, las
lagunas y las camas de lámina se pueden utilizar para reducir el nitrógeno. Algunas veces, la conversión del amoníaco
tóxico al nitrato solamente se refiere a veces como tratamiento terciario.
El retiro del fósforo se puede efectuar biológicamente en un proceso llamado retiro biológico realzado del fósforo. En este
proceso específicamente bacteriano, llamadas Polyphosphate que acumula organismos, se enriquecen y acumulan
selectivamente grandes cantidades de fósforo dentro de sus células. Cuando la biomasa enriquecida en estas bacterias se
separa del agua tratada, los biosólidos bacterianos tienen un alto valor del fertilizante. El retiro del fósforo se puede alcanzar
también, generalmente por la precipitación química con las sales del hierro (por ejemplo: cloruro férrico) o del aluminio (por
ejemplo: alumbre). El fango químico que resulta, sin embargo, es difícil de operar, y el uso de productos químicos en el
proceso del tratamiento es costoso. Aunque esto hace la operación difícil y a menudo sucia, el retiro químico del fósforo
requiere una huella significativamente más pequeña del equipo que la de retiro biológico y es más fácil de operar.
Desinfección: El propósito de la desinfección en el tratamiento de las aguas residuales es reducir substancialmente el
número de organismos vivos en el agua que se descargará nueva-mente dentro del ambiente. La efectividad de la
desinfección depende de la calidad del agua que es tratada (por ejemplo: turbiedad, pH, etc.), del tipo de desinfección que
es utilizada, de la dosis de desinfectante (concentración y tiempo), y de otras variables ambientales. El agua turbia será
tratada con menor éxito puesto que la materia sólida puede blindar organismos, especialmente de la luz ultravioleta o si los
tiempos del contacto son bajos. Generalmente, tiempos de contacto cortos, dosis bajas y altos flujos influyen en contra de
una desinfección eficaz. Los métodos comunes de desinfección incluyen el ozono, la clorina, o la luz UV. La Cloramina, que
se utiliza para el agua potable, no se utiliza en el tratamiento de aguas residuales debido a su persistencia.
La desinfección con cloro sigue siendo la forma más común de desinfección de las aguas residuales en Norteamérica
debido a su bajo historial de costo y del largo plazo de la eficacia. Una desventaja es que la desinfección con cloro del
material orgánico residual puede generar com-puestos orgánicamente clorados que pueden ser carcinógenos o dañinos al
ambiente. La clorina o las "cloraminas" residuales puede también ser capaces de tratar el material con cloro orgánico en el
ambiente acuático natural. Además, porque la clorina residual es tóxica para especies acuáticas, el efluente tratado debe
ser químicamente desclorinado, agregándose complejidad y costo del tratamiento.
La luz ultravioleta (UV) se está convirtiendo en el medio más común de la desinfección en el Reino Unido debido a las
preocupaciones por los impactos de la clorina en el tratamiento de aguas residuales y en la clorinación orgánica en aguas
receptoras. La radiación UV se utiliza para dañar la estructura genética de las bacterias, virus, y otros patógenos,
haciéndolos incapaces de la reproducción. Las desventajas dominantes de la desinfección UV son la necesidad del
mantenimiento y del reemplazo frecuentes de la lámpara y la necesidad de un efluente altamente tratado para asegurarse
de que los microorganismos objetivo no están blindados de la radiación UV (es decir, cualquier sólido presente en el
efluente tratado puede proteger microorganismos contra la luz UV).
El ozono O3 es generado pasando el O2 del oxígeno con un potencial de alto voltaje resultando un tercer átomo de oxígeno
y que forma O3. El ozono es muy inestable y reactivo y oxida la mayoría del material orgánico con que entra en contacto, de
tal manera que destruye muchos microorganismos causantes de enfermedades. El ozono se considera ser más seguro que
la clorina porque, mientras que la clorina que tiene que ser almacenada en el sitio (altamente venenoso en caso de un
lanzamiento accidental), el ozono es colocado según lo necesitado. La ozonización también produce pocos subproductos
de la desinfección que la desinfección con cloro. Una desventaja de la desinfección del ozono es el alto coste del equipo de
la generación del ozono y que las habilidades de los operadores deben ser demasiadas. itzel
El tratamiento de los fangos: Los sólidos primarios gruesos y los biosólidos secundarios acumu-lados en un proceso del
tratamiento de aguas residuales se debe tratar y disponer de una manera segura y eficaz. Este material a menudo se
contamina inadvertidamente con los compuestos orgánicos e inorgánicos tóxicos (por ejemplo: metales pesados). El
propósito de la digestión es reducir la cantidad de materia orgánica y el número de los microorganismos presentes en los
sólidos que causan enfermedades. Las opciones más comunes del tratamiento incluyen la digestión anaerobia, la digestión
aerobia, y el abonamiento.
La digestión anaeróbica: Es un proceso bacteriano que se realiza en ausencia del oxígeno. El proceso puede ser la
digestión termofílica en la cual el fango se fermenta en tanques en una temperatura de 55°C o mesofílica, en una
temperatura alrededor de 36°C. Sin embargo permitien-do tiempo de una retención más corta, así en los pequeños
tanques, la digestión termofílica es más expansiva en términos de consumo de energía para calentar el fango.
La digestión anaerobia genera biogas con una parte elevada de metano que se puede utilizar para el tanque y los motores o
las micro turbinas del funcionamiento para otros procesos en sitio. En plantas de tratamiento grandes suficiente la energía
se puede generar de esta manera de producir más electricidad que las máquinas requieren. La generación del metano es
una ventaja dominante del proceso anaeróbico. Su desventaja dominante es la de largo plazo requerida para el proceso
(hasta 30 días) y el alto costo de capital.
Digestión aeróbica: Es un proceso bacteriano que ocurre en presencia del oxígeno. Bajo condi-ciones aeróbicas, las
bacterias consumen rápidamente la materia orgánica y la convierten en el bióxido de carbono. Una vez que haya una
carencia de la materia orgánica, las bacterias mueren y son utilizadas como alimento por otras bacterias. Esta etapa del
proceso se conoce como respiración endógena. La reducción de los sólidos ocurre en esta fase. Porque ocurre la digestión
aeróbica mucho más rápidamente, los costos de capital de digestión aerobia son más bajos. Sin embargo, los gastos de
explotación son característicos por ser mucho mayores para la digestión aeróbica debido a los costes energéticos para la
aireación necesitada para agregar el oxígeno al proceso.
La composta o abonamiento: Es también un proceso aeróbico que implica el mezclar de los sólidos de las aguas residuales
con fuentes del carbón tales como aserrín, paja o virutas de madera. En presencia del oxígeno, las bacterias digieren los
sólidos de las aguas residuales y la fuente agregada del carbón y, al hacer eso, producen una cantidad grande de calor. Los
procesos anaerobios y aerobios de la digestión pueden dar lugar a la destrucción de microorganismos y de parásitos
causantes de enfermedades a un suficiente nivel para permitir que los sólidos digeridos que resultan sean aplicados con
seguridad a la tierra usada como material de la enmienda del suelo (con las ventajas similares a la turba) o usada para la
agricultura como fertilizante a condición de que los niveles de componentes tóxicos son suficientemente bajos.
La depolimerización termal: Utiliza pirólisis acuosa para convertir los organismos complejos reducidos al aceite. El
hidrógeno en el agua se inserta entre los vínculos químicos en polímeros naturales tales como grasas, las proteínas y la
celulosa. El oxígeno del agua combina con el carbón, el hidrógeno y los metales. El resultado es aceite, gases combustibles
de la luz tales como metano, propano y butano, agua con las sales solubles, bióxido de carbono, y un residuo pequeño del
material insoluble inerte que se asemeja a la roca y al carbón pulverizados. Se destruyen todos los organismos y muchas
toxinas orgánicas. Las sales inorgánicas tales como nitratos y fosfatos siguen siendo en el agua después del tratamiento en
los niveles suficientemente altos que el tratamiento adicional está requerido.
La energía de descomprimir el material se recupera, y el calor y la presión de proceso se acciona generalmente de los
gases combustibles ligeros. El aceite se trata generalmente más lejos para hacer un
grado ligero útil refinado del aceite, tal como ningunos diesel y ningún aceite de calefacción, y después se vende.
La elección de un método de tratamiento sólido de las aguas residuales depende de la cantidad de sólidos generados y de
otras condiciones específicas del lugar. Sin embargo, generalmente el abonamiento es lo más a menudo posible aplicado a
los usos en pequeña escala seguidos por la digestión aerobia y entonces la digestión anaerobia para grandes escalas como
en los municipios.
Deposición de fangos: Cuando se produce un fango líquido, un tratamiento adicional puede ser requerido para hacerlo
conveniente para la disposición final. Típicamente, los fangos se espesan (desecado) para reducir los volúmenes
transportados para la disposición. Los procesos para reducir el contenido en agua incluyen lagunas en camas de sequía
para producir una torta que pueda ser aplicada a la tierra o ser inci- nerada; el presionar, donde el fango se filtra
mecánicamente, a través de las pantallas del paño para producir
a menudo una torta firme; y centrifugación donde el fango es espesado centrífugo separando el sólido y el líquido. Los
fangos se pueden disponer por la inyección líquida para aterrizar o por la disposición en un terraplén. Hay preocupaciones
por la incineración del fango debido a los agentes contaminadores del aire en las emisiones, junto con el alto coste de
combustible suplemental, haciendo esto medios menos atractivos y menos comúnmente construidos del tratamiento y de la
disposición del fango.
No hay proceso que elimine totalmente los requisitos para la disposición de biosólidos. En Australia del sur, después de la
centrifugación, el fango entonces es secado totalmente por la luz del sol. Los biosólidos ricos en nutrientes entonces se
proporcionan a los granjeros para utilizar como fertilizante natural. Este método ha reducido la cantidad de terraplén
generada por el proceso cada año.
El tratamiento en el ambiente de recepción: La introducción de aguas residuales que trata la planta fluyen en los procesos
de muchos ríos pequeños, en una planta de tratamiento de aguas residuales se diseñan los procesos naturales del
tratamiento que ocurren en el ambiente, si ese ambiente es un cuerpo natural del agua o la tierra. Si no se ha
sobrecargado, las bacterias en el ambiente consumirán los contaminantes orgánicos, aunque ésta reducirá los niveles del
oxígeno en el agua y puede cambiar perceptiblemente la ecología total del agua de recepción. Las poblaciones bacterianas
nativas alimentan en los contaminantes orgánicos, y los números de microorganismos que causan enfermedades son
reducidos por condiciones ambientales naturales tales como depredación, exposición a la radiación ultravioleta, etc. Por lo
tanto en caso de que el ambiente de recepción proporcione un de alto nivel de la dilución, un alto grado del tratamiento de
aguas residuales no puede ser requerido. Sin embargo, la evidencia reciente ha demostrado que los niveles muy bajos de
ciertos contaminantes en aguas residuales, incluyendo las hormonas (de la agricultura animal y del residuo de píldoras
humanas del control de la natalidad) y los materiales sintéticos pueden tener un impacto adverso imprevisible en el medio
natural y potencialmente en seres humanos si el agua se reutiliza para el agua potable. Una amenaza significativa en las
décadas que vienen será las descargas incontroladas de aumento de las aguas residuales dentro de países en vías de
desarrollo rápidamente.
El déficit mundial del tratamiento: Visto de una perspectiva mundial existe capacidad inadecuada del tratamiento de las
aguas residuales, especialmente en países poco desarrollados. Esta circunstancia ha existido desde, por lo menos, los
años 70 y es debido a la superpoblación, a la crisis del agua y al costo de construir sistemas de tratamiento de aguas
residuales. El resultado del tratamiento inadecuado de las aguas residuales es aumentos significativos de la mortalidad
(sobre todo) de enfermedades prevenibles; por otra parte, este impacto de la mortalidad es particular-mente alto entre los
infantes y otros niños en países subdesarrollados, particularmente en los continentes de África y de Asia. Particularmente,
en el año 2000, los Naciones Unidas han establecido que 2.64 mil millones personas tenían el tratamiento y/o disposición
de las aguas residuales inadecuado. Este valor representó a 44 por ciento de la población global, pero en África y Asia
aproximadamente la mitad de la población no tenía ningún acceso cualesquiera a los servicios del tratamiento de aguas
residuales.
Potenciales impactos ambientales: Los contaminantes de las aguas servidas municipales, o aguas servidas domésticas,
son los sólidos suspendidos y disueltos que consisten en: materias orgánicas e inorgánicas, nutrientes, aceites y grasas,
sustancias tóxicas, y microorganismos patógenos. Los desechos humanos sin un tratamiento apropiado, eliminados en su
punto de origen o recolectados y transportados, presentan un peligro de infección parasitaria (mediante el contacto directo
con la materia fecal), hepatitis y varias enfermedades gastrointestinales, incluyendo el cólera y tifoidea (mediante la
contaminación de la fuente de agua y la comida). Cabe mencionar que el agua de lluvia urbana pueden contener los
mismos contaminantes, a veces en concentraciones sorprendentemente altas.
Cuando las aguas servidas son recolectadas pero no tratadas correctamente antes de su eliminación o reutilización, existen
los mismos peligros para la salud pública en las proximidades del punto de descarga. Si dicha descarga es en aguas
receptoras, se presentarán peligrosos efectos adicionales (p.ej. el hábitat para la vida acuática y marina es afectada por la
acumulación de los sólidos; el oxígeno es disminuido por la descomposición de la materia orgánica; y los organismos
acuáticos y marinos pueden ser perjudicados aun más por las sustancias tóxicas, que pueden extenderse hasta los
organismos superiores por la bio- acumulación en las cadenas alimenticias). Si la descarga entra en aguas confinadas,
como un lago o una bahía, su contenido de nutrientes puede ocasionar la eutrofización, con molesta vegetación que puede
afectar a las pesquerías y áreas recreativas. Los desechos sólidos generados en el tratamiento de las aguas servidas
(grava, cerniduras, y fangos primarios y secundarios) pueden contaminar el suelo y las aguas si no son manejados
correctamente.
Los impactos directos incluyen la disminución de molestias y peligros para la salud pública en el área de servicio,
mejoramientos en la calidad de las aguas receptoras, y aumentos en los usos beneficiosos de las aguas receptoras.
Adicionalmente, la instalación de un sistema de recolección y tratamiento de las aguas servidas posibilita un control más
efectivo de las aguas servidas industriales mediante su tratamiento previo y conexión con el alcantarillado público, y ofrece
el potencial para la reutilización beneficiosa del efluente tratado y de los fangos.
Los impactos indirectos del tratamiento de las aguas residuales incluyen la provisión de sitios de servicio para el desarrollo,
mayor productividad y rentas de las pesquerías, mayores actividades y rentas turísticas y recreativas, mayor productividad
agrícola y forestal o menores requerimientos para los fertilizantes químicos, en caso de ser reutilizado el efluente y los
fangos, y menores demandas sobre otras fuentes de agua como resultado de la reutilización del efluente.
De éstos, varios potenciales impactos positivos se prestan para la medición, por lo que pueden ser incorporados
cuantitativamente en el análisis de los costos y beneficios de varias alternativas al planificar proyectos para las aguas
servidas. Los beneficios para la salud humana pueden ser medidos, por ejemplo, mediante el cálculo de los costos
evitados, en forma de los gastos médicos y días de trabajo perdidos que resultarían de un saneamiento defectuoso. Los
menores costos del tratamiento de agua potable e industrial y mayores rentas de la pesca, el turismo y la recreación,
pueden servir como mediciones parciales de los beneficios obtenidos del mejoramiento de la calidad de las aguas
receptoras. En una región donde es grande la demanda de viviendas, los beneficios provenientes de proporcionar lotes con
servicios pueden ser reflejados en parte por la diferencia en costos entre la instalación de la infraestructura por adelantado
o la adecuación posterior de comunidades no planificadas.
Problemas socioculturales: Las instalaciones de tratamiento requieren tierra; su ubicación puede resultar en la repoblación
involuntaria. Es más, las obras de tratamiento y eliminación pueden crear molestias en las cercanías inmediatas, al menos
ocasionalmente. A menudo, las tierras y los barrios elegidos, corresponden a los "grupos vulnerables" que son los menos
capacitados para afrontar los costos de la reubicación y cuyo ambiente vital ya está alterado. Se debe tener cuidado de
ubicar las instalaciones de tratamiento y eliminación donde los olores o ruidos no molestarán a los residentes u otros
usuarios del área, manejar la reubicación con sensibilidad, e incluir en el plan de atenuación del proyecto, provisiones para
mitigar o compensar los impactos adversos sobre el medio ambiente humano. Si no se incluye estas consideraciones en la
planificación del proyecto, existe el riesgo sustancial de resolver un problema ambiental de la comunidad mediante su
transferencia a otro.
Tecnología apropiada: El concepto de la tecnología apropiada en los sistemas de agua servida, abarca dimensiones
técnicas, institucionales, sociales y económicas. Desde un punto de vista téc-nico e institucional, la selección de tecnologías
no apropiadas, ha sido identificada como una de las principales causas de fallas en el sistema. El ambiente de las aguas
servidas es hostil para el equi-po electrónico, eléctrico y mecánico. Su mantenimiento es un proceso sin fin, y requiere de
apoyo (repuestos, laboratorios, técnicos capacitados, asistencia técnica especializada, y presupuestos adecuados). Aun en
los países desarrollados, son los sistemas más sencillos, elegidos y diseñados con vista al mantenimiento, los que brindan
un servicio más confiable. En los países en desarrollo, donde es posible que falten algunos ingredientes para un programa
exitoso de mantenimiento, ésta debe ser la primera consideración al elegir tecnologías para las plantas de tratamiento y
estaciones de bombeo.
La economía forma parte de la decisión de dos maneras. No es sorprendente que las tecnologías más sencillas,
seleccionadas por su facilidad de operación y mantenimiento, suelen ser las menos costosas para construir y operar. Sin
embargo, aun cuando no lo sean, como puede ser el caso cuando gran cantidad de tierra debe ser adquirida para los
estanques de estabilización, un sistema menos costoso que fracasa, finalmente sería más costoso que otro más caro que
opera de manera confiable.
Medio de propagación del sonido: Cuando arrojamos una piedra al agua la misma genera una serie de ondulaciones en la
superficie que se dispersan y propagan hacia todas direcciones. Esto sucede porque las partículas del agua oscilan y
transmiten su movimiento a las partículas contiguas sucesivamente en todo el volumen de agua. Luego de cierta longitud
desde el impacto las ondulaciones se atenúan hasta desaparecer.
El sonido llega a nuestros oídos gracias a que las partículas que componen el aire vibran y transmiten su oscilación.
La velocidad del sonido: Según el medio donde se transmita el sonido será más lento o más rápido. El sonido viaja en el
aire a 331,3 metros por segundo y en el agua a 1.450 metros por segundo. La transmisión del sonido es más rápida en el
agua porque sus partículas están mas juntas y propagan antes la vibración.
El Ruido
El ruido es un sonido o conjunto de sonidos mezclados y desordenados. Si vemos las ondas de un ruido observaremos que
no poseen una longitud de onda, frecuencia, ni amplitud constantes y que se distribuyen aleatoriamente unas sobre otras.
En un sonido musical las ondas de distintas frecuencias se superponen ordenadamente siguiendo una estructura armónica
en función del tiempo. Por estas causas un ruido es desagradable para el oído y una pieza musical puede resultar
placentera.
La música es el arte de combinar los sonidos formando melodías y armonías, todo lo contrario al ruido.
Fuentes De Ruido
La industria mecánica: es el más grave de todos los problemas causados por el ruido en gran escala y somete a una parte
importante de la población activa a niveles de ruido peligroso. Los niveles más altos de ruido son comúnmente causados
por componentes o corrientes gaseosas que se mueven a gran velocidad o por operaciones con percusión.
El ruido de los vehículos es producido fundamentalmente por el motor y la fricción causada por el contacto del vehículo con
el suelo y el aire. Además, en nuestro país existen una enorme cantidad de autos con los escapes dañados, lo que
incrementa el nivel de ruido en un área determinada.
La navegación aérea ha causado graves problemas de ruido en la comunidad. La producción de ruido se relaciona con la
velocidad del aire, característica importante para los aviones y los motores.
La construcción de edificios y las obras públicas son actividades que causan considerables emisiones de ruido. Hay una
serie de sonidos provocados por grúas, mezcladoras de cemento, operaciones de soldadura, martilleo, perforación y otros
trabajos.
Medidores de nivel sonoro: Para tal caso se utilizan medidores llamados decibelímetros que generalmente constan de un
micrófono patrón, extremadamente calibrado y que responde a todas las frecuencias audibles por igual y una pantalla
gráfica analógica (con aguja móvil) o digital (luces o displays de cristal líquido), y una llave selectora de sensibilidad.
Contaminación acústica
La contaminación acústica es el conjunto de sonidos y ruidos que circulan a nivel aéreo por las calles de una población.
Como generalmente las ciudades poseen gran cantidad de elementos generadores de ruido, como ser el tránsito e
industrias, se produce en conjunto un alto nivel sonoro que puede llegar a perjudicar la integridad física y psíquica del
habitante urbano.
El oído humano sólo puede soportar ciertos niveles máximos de ruido, sin embargo el nivel que se acumula en las regiones
centrales de la ciudad en reiteradas ocasiones supera ese máximo. Algunos ruidos de la ciudad se encuentran por encima
del "Umbral del dolor". (por encima de los 120 dB.)
Estos ruidos pasan a formar parte de la contaminación acústica de una ciudad y deben ser restringidos y controlados por
las autoridades para mantener la salud de los ciudadanos que circulan por las calles.
Las vibraciones y el ruido pueden generar efectos crónicos sobre los vasos arteriales y capilares La contaminación acústica
producida por la actividad humana ha aumentado de forma espectacular en los últimos años. Según la O.C.D.E.,
130.000.000 de habitantes de sus países miembros, se encuentran con nivel sonoro superior a 65 decibelios (db), límite
aceptado por la
O.M.S. y otros 300.000.000 residen en zonas de incomodidad acústica entre 55-65 db.
España, detrás de Japón, es el segundo país con más índice de población expuesta a altos niveles de ruido. Casi 9.000.000
de españoles, soportan niveles medios superiores a 65 db.
Dependiendo generalmente de la estructura socioeconómica y geográfica de un asentamiento humano, en términos
generales el 80% del nivel medio de ruidos, es debido a vehículos a motor, el 10% a las industrias, el 6% a ferrocarriles y el
4% a bares, locales públicos, pubs, talleres industriales... aunque el actual cambio de vida social de la juventud, lleva altos
niveles de ruido en ciertas horas de días no laborales y en determinadas áreas geográficas de las ciudades, que están
ocasionando la revisión de leyes permisivas o no aplicadas, como expresión de un problema medioambiental que incide
sobre la salud y que generan las propias poblaciones. Se sufre una multi exposición fuera del hábitat doméstico y dentro de
la vivienda y el trabajo, que incide sobre la salud personal y que depende del tipo de exposición, el tiempo, las razones de
las exposiciones y de la sensibilidad de cada individuo.
La exposición continuada produce la pérdida progresiva de la capacidad auditiva y especialmente en expuestos
industrialmente, así como en jóvenes que utilizan habitualmente "walkmans" y motocicletas o los que acuden regularmente
a discotecas.
Sordera por niveles de 90 dB y superiores mantenidos. Está reconocida la sordera, incluso como "enfermedad profesional",
para ciertas actividades laborales, siempre que se constate 1a relación causa-efecto.
Hoy la mejor solución puede consistir en incorporar un estudio de niveles acústicos a la planificación urbanística, con el fin
de crear "islas sonoras", es decir espacios con el menor ruido posible y otra solución es, insonorizar los edificios próximos a
los "puntos negros" de contaminación acústica, pero ello conlleva coste elevadísimo. Es más eficaz adoptar medidas
preventivas, ya que son más rentables, económica y socialmente. Hay que potenciar campañas de educación medio
ambiental, para que todos contribuyan y exijan disminución de los niveles de ruido si es preciso. Se puede afirmar, que las
cifras medias de las legislaciones europeas, marcan
como límite aceptable 65 db durante el día y 55 db durante la noche. La capacidad auditiva se deteriora en la banda
comprendida entre 75 db y 125 db y pasa a ser nivel doloroso, cuando se sobrepasan los 125 db, llegando al umbral de
dolor a los 140 db.
A título referencial podemos citar que:
Pájaros trinando 10 db
Bocina automóvil 90 db
Rumor de hojas de árboles 20 db
Bocina autobús 100 db
Zonas residenciales 40 db
Interior discotecas 110 db
Conversación normal 50 db
Motocicletas sin silenciador 115 db
Ambiente oficina 70 db
Taladradores 120 db
Interior fábrica 80 db
Avión sobre la ciudad 130 db
Tráfico rodado 85 db
Umbral de dolor 140 db
Las Ordenanzas Municipales regulan estos aspectos en muchos municipios y en ellas se indican "niveles máximos de
ruidos aceptables" procedentes de exteriores y para horario diurno y nocturno. A título orientativo las citamos por su valor:
2. En inmuebles-viviendas:
No podrán existir máquinas o aparatos que emitan más de 80 db. Se prohíbe el trabajo nocturno si el nivel sonoro
sobrepasa 30 db.
Los aparatos domésticos no podrán emitir por encima de 70 db durante el día y de 40 db por la noche.
3. Los vehículos:
También están sometidos a niveles de emisión de ruidos.
Como hemos visto el ruido puede ser perjudicial para la salud humana y ha requerido atenciones e incluso fijaciones
legales.
El déficit auditivo provocado por el ruido ambiental se llama socioacusia. Una persona cuando se expone prolongadamente
a un nivel de ruido excesivo, nota un silbido en el oído, ésta es una señal de alarma. Inicialmente, los daños producidos por
una exposición prolongada no son permanentes, sobre los 10 días desaparecen. Sin embargo, si la exposición a la fuente
de ruido no cesa, las lesiones serán definitivas. La sordera irá creciendo hasta que se pierda totalmente la audición.
No sólo el ruido prolongado es perjudicial, un sonido repentino de 160dBa, como el de una explosión o un disparo, pueden
llegar a perforar el tímpano o causar otras lesiones irreversibles. Citando puntualmente las afecciones auditivas que
produce el ruido tenemos: Desplazamiento Temporal Del Umbral De Audición y el Desplazamiento Permanente del umbral
de audición
Desplazamiento temporal del umbral de audición: Consiste en una elevación del umbral producida por la presencia de un
ruido, existiendo recuperación total al cabo de un periodo de
tiempo, siempre y cuando no se repita la exposición al mismo. Se produce habitualmente durante la primera hora de
exposición al ruido.
Desplazamiento permanente del umbral de audición: Es el mismo efecto TTS pero agra- vado por el paso del tiempo y la
exposición al ruido. Cuando alguien se somete a numerosos TTS y durante largos periodos de tiempo (varios años), la
recuperación del umbral va siendo cada vez más lenta y dificultosa, hasta volverse irreversible.
El desplazamiento permanente del umbral de audición esta directamente vinculado con la presbiacucia (pérdida de la
sensibilidad auditiva debida a los efectos de la edad).
La sordera producida por el desplazamiento permanente del umbral de audición afecta a ambos oídos y con idéntica
intensidad.
Interferencia en la comunicación oral: La inteligibilidad de la comunicación se reduce debido al ruido de fondo. El oído es un
transductor y no discrimina entre fuentes de ruido, la separación e identificación de las fuentes sonoras se da en el cerebro.
Como ya es sabido, la voz humana produce sonido en el rango de 100 a 10000Hz, pero la información verbal se encuentra
en el rango de los 200 a 6000Hz. La banda de frecuencia determinada para la inteligibilidad de la palabra, es decir entender
palabra y frase, esta entre 500 y 2500 Hz. La interferencia en la comunicación oral durante las actividades laborales puede
provocar accidentes causados por la incapacidad de oír llamados de advertencia u otras indicaciones. En oficinas como en
escuelas y hogares, la interferencia en la conversación constituye una importante fuente de molestias.
Efectos no auditivos: La contaminación acústica, además de afectar al oído puede provo- car efectos psicológicos negativos
y otros efectos fisiopatológicos. Por supuesto, el ruido y sus efectos negativos no auditivos sobre el comportamiento y la
salud mental y física dependen de las características personales, al parecer el estrés generado por el ruido se modula en
función de cada individuo y de cada situación.
A más de 85 dBa.
Disminución de la secreción gástrica, gastritis o colitis.
Aumento del colesterol y de los triglicéridos, con el consiguiente riesgo cardiovascular. En enfermos con problemas
cardiovasculares, arteriosclerosis o problemas coronarios, los ruidos fuertes y súbitos pueden llegar a causar hasta un
infarto.
Aumenta la glucosa en sangre. En los enfermos de diabetes, la elevación de la glucemia de manera continuada puede
ocasionar complicaciones médicas a largo plazo.
Efectos psicológicos:
Insomnio y dificultad para conciliar el sueño. Fatiga.
Estrés (por el aumento de las hormonas relacionadas con el estrés como la adrenalina). Depresión y ansiedad.
Irritabilidad y agresividad. Histeria y neurosis.
Aislamiento social.
Falta de deseo sexual o inhibición sexual.
Todos los efectos psicológicos están íntimamente relacionados, por ejemplo: El aislamiento conduce a la depresión.
El insomnio produce fatiga. La fatiga, falta de concentración. La falta de concentración a la poca productividad y la falta de
productividad al estrés.
Efectos sobre el sueño: El ruido produce dificultades para conciliar el sueño y despertar a quienes están dormidos. El sueño
es una actividad que ocupa un tercio de nuestras vidas y nos permite descansar, ordenar y proyectar nuestro consciente. El
sueño esta constituido por dos tipos: el sueño clásico profundo(No REM (etapa de sueño profundo), el que a su vez se
divide en cuatro fases distintas), y por otro lado esta el sueño paradójico (REM). Se ha demostrado que sonidos del orden
de aproximadamente 60 dBA, reducen la profundidad del sueño, acrecentándose dicha disminución a medida que crece la
amplitud de la banda de frecuencias, las cuales pueden despertar al individuo, dependiendo de la fase del sueño en que se
encuentre y de la naturaleza del ruido. Es importante tener en cuenta que estímulos débiles sorpresivos también pueden
perturbar el sueño.
Efectos sobre la conducta: El ruido produce alteraciones en la conducta momentáneas, las cuales consisten en agresividad
o mostrar un individuo con un mayor grado de desinterés o irritabilidad. Estas alteraciones, que generalmente son pasajeras
se producen a consecuencia de un ruido que provoca inquietud, inseguridad o miedo en algunos casos.
Efectos en la memoria: En aquellas tareas en donde se utiliza la memoria se ha demostrado que existe un mayor
rendimiento en aquellos individuos que no están sometidos al ruido, debido a que este produce crecimiento en la activación
del sujeto y esto en relación con el rendimiento en cierto tipo de tareas, produce una sobre activación traducida en el
descenso del rendimiento. El ruido hace que la articulación en una tarea de repaso sea más lenta, especialmente cuando se
tratan palabras desconocidas o de mayor longitud, es decir, en condiciones de ruido, el individuo se desgasta
psicológicamente para mantener su nivel de rendimiento.
Efectos en la atención: El ruido hace que la atención se localice en aquellos aspectos más importantes de la tarea,
haciendo que esta se pierda en otros considerados de menor relevancia.
Efectos en el embarazo: Se ha observado que las madres embarazadas que han estado desde comienzos de su embarazo
en zonas muy ruidosas, tienen niños que no sufren alteraciones, pero si la exposición ocurre después de los 5 meses de
gestación, después del parto los niños no soportan el ruido, lloran cuando lo sienten, y al nacer tienen un tamaño inferior al
normal.
Efectos sobre los niños: El ruido repercute negativamente sobre el aprendizaje y la salud de los niños. Cuando los niños
son educados en ambientes ruidosos, éstos pierden su capacidad de atender señales acústicas, sufren perturbaciones en
su capacidad de escuchar, así como un retraso en el aprendizaje de la lectura y la comunicación verbal. Todos estos
factores favorecen el aislamiento del niño, haciéndolo poco sociable.
Medidas de atenuación: Con el fin de erradicar y atenuar un poco los efectos del exceso de ruido en las diferentes partes
del planeta, muchos especialistas en el tema han planteado algunos métodos para éstos: en algunos casos se habla de la
elaboración de un mapa acústico, en el cual se encierran medidas y análisis de los diferentes niveles sonoros de diversos
puntos de la ciudad, haciendo énfasis en el sonido provocado por el tráfico sin olvidar otro tipo de emisores de ruido.
Teniendo en cuenta la importancia de estos métodos de erradicación del ruido, a continuación citaremos una breve
explicación de algunos elementos que se implementan con este fin:
Protección auditiva personalizada: Constituye uno de los métodos más eficientes y a la vez económicos. Se trata de los
denominados tapones auditivos (o conchas acústicas), que tienen la capacidad de reducir el ruido en casi 20 dB, lo cual
permite que la persona que los usa pueda ubicarse en ambientes muy ruidosos sin ningún problema. Muy usado por los
operarios y demás trabajadores de algunas industrias ruidosas.
Materiales absorbentes: Su utilización consiste en ubicarlos en lugares estratégicos, de forma que puedan cumplir con su
función eliminando aquellos componentes de ruido que no deseamos escuchar. Entre los materiales que se usan tenemos:
resonadores fibrosos, porosos o reactivos, fibra de vidrio y poliuretano de célula. La función principal de estos materiales es
la de atrapar ondas sonoras y posteriormente transformar la energía aerodinámica en energía termodinámica o calor. A la
hora de seccionar el material adecuado, de acuerdo a la aplicación requerida, debe tenerse en cuenta el coeficiente de
absorción sonora del material, la cual es un dato que debe brindar el fabricante.
Barreras acústicas: Su función principal es la de evitar la transmisión de ruido de un lado a otro de su cuerpo físico. Su
mayor utilidad se encuentra en áreas con un alto nivel de ruido. Su desempeño se basa en la eliminación de propagación
de ondas y contaminación sonora de áreas contiguas de producción. En este caso, la selección de una barrera acústica
determinada se basa en el coeficiente de transmisión de sonido, traducido en la cantidad de potencia sonora que la barrera
puede contener. Una barrera acústica es una especie de cortina transparente de vinil o poliuretano de célula abierta.
También se usan paneles metálicos con altos índices de absorción.
Aislamientos: Los aislamientos se hacen en secciones industriales ruidosas. Su función básica es la de disipar la energía
mecánica asociada con las vibraciones. Su foco de acción se concentra en zonas rígidas de la maquinaria en cuestión, los
cuales son los puntos donde se generan vibraciones y donde se promueven el colapso de ondas sonoras. En la actualidad,
muchos fabricantes de maquinaria ruidosa desde secadores hasta refrigeradores, han adoptado medidas de este tipo,
conscientes del gran perjuicio que puede causar a la salud humana.
Casetas sonoamortiguadas: Pese a su gran capacidad de controlar niveles muy altos de ruido por medio del aislamiento de
la fuente emisora del mismo, del resto de la fuerza laboral, son poco utilizadas en la industria. Estas casetas permiten que
maquinarias industriales emisoras de un alto nivel de ruido desempeñen su función bajo niveles de ruido tolerables.
TECNOLOGÍAS DE REMEDIACIÓN
El término «tecnología de tratamiento» implica cualquier operación unitaria o serie de operaciones unitarias que altera la
composición de una sustancia peligrosa o contaminante a través de acciones quími- cas, físicas o biológicas de manera que
reduzcan la toxicidad, movi- lidad o volumen del material contaminado (EPA 2001). Las tecnolo- gías de remediación
representan una alternativa a la disposición en tierra de desechos peligrosos que no han sido tratados, y sus capaci- dades
o posibilidades de éxito, bajo las condiciones específicas de un sitio, pueden variar ampliamente.
Como ya se mencionó, el uso de una tecnología de remediación en particular depende, además de los factores específicos
del sitio y de las propiedades fisicoquímicas del contaminante, de su disponibi- lidad, de la fiabilidad demostrada o
proyectada, de su estado de de- sarrollo (laboratorio, escala piloto o gran escala) y de su costo (Sellers 1999).
Las tecnologías de remediación pueden clasificarse de diferentes ma- neras, con base en los siguientes principios: (i)
estrategia de remediación; (ii) lugar en que se realiza el proceso de remediación, y
(iii) tipo de tratamiento. Es importante mencionar que cada una de estas clasificaciones proporciona diferente
información acerca de las tecnologías de remediación. A continuación se describen con más detalle las clasificaciones
anteriores (Van Deuren et al. 1997, Sellers 1999, EPA 2001).
Estrategia de remediación . Son tres estrategias básicas que pue- den usarse separadas o en conjunto, para remediar la
mayoría de los sitios contaminados:
- Destrucción o modificación de los contaminantes. Este tipo de tecnologías busca alterar la estructura química del
contaminante.
- Extracción o separación. Los contaminantes se extraen y/o sepa- ran del medio contaminado, aprovechando sus
propiedades físi- cas o químicas (volatilización, solubilidad, carga eléctrica).
- Aislamiento o inmovilización del contaminante. Los contaminan- tes son estabilizados, solidificados o contenidos
con el uso de métodos físicos o químicos.
Lugar de realización del proceso de remediación . En general, se distinguen dos tipos de tecnología:
- In situ. Son las aplicaciones en las que el suelo contaminado es tratado, o bien, los contaminantes son removidos
del suelo conta- minado, sin necesidad de excavar el sitio. Es decir, se realizan en el mismo sito en donde se encuentra la
contaminación.
- Ex situ. La realización de este tipo de tecnologías, requiere de excavación, dragado o cualquier otro proceso para
remover el suelo contaminado antes de su tratamiento que puede realizarse en el mismo sitio (on site) o fuera de él ( off
site).
Tipo de tratamiento. Esta clasificación se basa en el principio de la tecnología de remediación y se divide en tres tipos de
tratamiento:
- Tratamientos biológicos (biorremediación). Utilizan las activida- des metabólicas de ciertos organismos (plantas,
hongos, bacte- rias) para degradar (destrucción), transformar o remover los conta- minantes a productos metabólicos
inocuos.
- Tratamientos fisicoquímicos. Este tipo de tratamientos, utiliza las propiedades físicas y/o químicas de los
contaminantes o del medio contaminado para destruir, separar o contener la contaminación.
IN SITU
ventajas
- Permiten tratar el suelo sin necesidad de excavar ni transportar
- Potencial disminución en costos
Desventajas
- Mayores tiempos de tratamiento
- Pueden ser inseguros en cuanto a uniformidad: heterogeneidad en las características del suelo
- Dificultad para verificar la eficacia del proceso
EX SITU
ventajas
- Menor tiempo de tratamiento
- Más seguros en cuanto a uniformidad: es posible homogeneizar y muestrear periódicamente
Desventajas
- Necesidad de excavar el suelo
- Aumento en costos e ingeniería para equipos
- Debe considerarse la manipu- lación del material y la posible exposición al contaminante
- Tratamientos térmicos. Utilizan calor para incrementar la volatili- zación (separación), quemar, descomponer o fundir
(inmoviliza- ción) los contaminantes en un suelo.
En el cuadro 4 se muestran las principales ventajas y desventajas del uso o aplicación de los métodos biológicos,
fisicoquímicos y tér- micos.
Además de las clasificaciones anteriores, las tecnologías de
remediación pueden clasificarse con base en el tiempo que llevan en el mercado y al grado de desarrollo en el que se
encuentran, en tec- nologías tradicionales y en tecnologías innovadoras (EPA 2001).
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LAS TECNOLOGÍAS DE REMEDIACIÓN, CLASIFICADAS DE ACUERDO CON EL
TIPO DE TRATAMIENTO
Tratamientos biológicos
VENTAJAS
DESVENTAJAS
Tratamientos fisicoquímicos
VENTAJAS
DESVENTAJAS
- Los residuos generados por técnicas de separación, deben tratarse o disponerse: aumento en costos y necesidad
de permisos
- Los fluidos de extracción pueden aumentar la movilidad de los contaminantes: necesidad de sistemas de
recuperación
Tratamientos térmicos
Desventaja
- Es el grupo de tratamientos más costoso
Tecnologías tradicionales. Son tecnologías utilizadas común- mente a gran escala, cuya efectividad ha sido probada. La in-
formación disponible acerca de costos y eficiencia es de fácil acceso. Entre las tres tecnologías tradicionales usadas con
ma- yor frecuencia, se encuentran: la incineración in situ y ex situ, la solidificación/estabilización, la extracción de vapores y
la desorción térmica.
Tecnologías innovadoras. Son tecnologías propuestas más re- cientemente, que pueden encontrarse en diferentes etapas
de desarrollo (investigación, escala piloto o gran escala). Su limita- do número de aplicaciones genera la falta de datos
acerca de sus costos y eficiencias. En general, una tecnología de trata- miento se considera novedosa si su aplicación a
gran escala ha sido limitada.
En las siguientes secciones se presentan algunas de las tecnolo- gías de remediación más utilizadas para tratar suelos
contaminados, con base en el tipo de tratamiento (biológico, fisicoquímico, térmi- co), señalando sus principios de
operación, principales ventajas, li- mitaciones y costos estimados. Es importante aclarar que los costos que se presentan,
son promedios obtenidos de la aplicación de cada tecnología en los E.U.A. y están dados en dólares americanos.
El término biorremediación se utiliza para describir una variedad de sistemas que utilizan organismos vivos (plantas,
hongos, bacterias, etc.) para degradar, transformar o remover compuestos orgánicos tóxi- cos a productos metabólicos
inocuos o menos tóxicos. Esta estrate- gia biológica depende de las actividades catabólicas de los organis- mos, y por
consiguiente de su capacidad para utilizar los contami- nantes como fuente de alimento y energía (Van Deuren et al. 1997).
Las rutas de biodegradación de los contaminantes orgánicos, va- rían en función de la estructura química del compuesto y
de las es- pecies microbianas degradadoras. El proceso de biorremediación in- cluye reacciones de oxido-reducción,
procesos de sorción e inter- cambio iónico, e incluso reacciones de acomplejamiento y quelación
que resultan en la inmovilización de metales (Eweis et al. 1998).
La biorremediación puede emplear organismos propios del sitio contaminado (autóctonos) o de otros sitios (exógenos),
puede reali- zarse in situ o ex situ, en condiciones aerobias (en presencia de oxí- geno) o anaerobias (sin oxígeno) (Eweis
et al. 1998). Aunque no todos los compuestos orgánicos son susceptibles a la biodegradación, los procesos de
biorremediación se han usado con éxito para tratar sue- los, lodos y sedimentos contaminados con hidrocarburos del
petróleo (HTP), solventes (benceno y tolueno), explosivos (TNT), clorofenoles (PCP), pesticidas (2,4-D), conservadores de
madera (creosota) e hi- drocarburos aromáticos policíclicos (HAP) (Van Deuren et al. 1997, Semple et al. 2001).
Tecnologías in situ
Las técnicas in situ buscan estimular y crear un ambiente favorable para el crecimiento microbiano a partir de los
contaminantes. Este objetivo generalmente puede lograrse con el suministro de aire u oxí- geno (bioventeo), nutrientes
(bioestimulación), microorganismos (bioaumentación) y/o humedad, además del control de temperatura y pH (EPA 2001).
Bioventeo
El bioventeo es una tecnología relativamente nueva, cuyo objetivo es estimular la biodegradación natural de cualquier
compuesto biodegradable en condiciones aerobias. El aire se suministra en el sitio contaminado a través de pozos de
extracción, por movimiento forzado (extracción o inyección), con bajas velocidades de flujo, con el fin de proveer solamente
el oxígeno necesario para sostener la actividad de los microorganismos degradadores (Van Deuren et al. 1997).
Aplicaciones. Se utiliza para tratar compuestos orgánicos biodegradables semivolátiles (COS) o no volátiles. Además de
favorecer la degradación de contaminantes adsorbidos, pueden degradarse COV, por medio de su movimiento a través del
suelo biológicamente acti- vo (Eweis et al. 1998). Se ha utilizado con éxito para remediar suelos contaminados con HTP,
solventes no clorados, pesticidas y conserva- dores de la madera, entre algunos otros químicos (Van Deuren et al. 1997).
Limitaciones . Algunos factores que pueden limitar la efectividad del bioventeo son: (i) el tipo y la concentración del
contaminante, (ii) falta de nutrientes; (iii) bajo contenido de humedad y (iv) dificultad para alcanzar el flujo de aire necesario
(Eweis et al. 1998).
Costos y tiempos de remediación . Es una tecnología en la que los tiempos de limpieza pueden variar desde algunos meses
hasta varios años, y sus costos de operación varían entre 10 y 70 USD/m3. Esta tecnología no requiere de equipo caro,
pero los costos pueden variar en función de la permeabilidad del suelo, espacio disponible, núme- ro de pozos y velocidad
de bombeo (Van Deuren et al. 1997).
Bioestimulación
La bioestimulación implica la circulación de soluciones acuosas (que contengan nutrientes y/u oxígeno) a través del suelo
contaminado, para estimular la actividad de los microorganismos autóctonos, y mejorar así la biodegradación de
contaminantes orgánicos o bien, la inmovilización de contaminantes inorgánicos in situ (Van Deuren et al. 1997).
Aplicaciones . Se ha usado con éxito para remediar suelos conta- minados con gasolinas, COV, COS y pesticidas
(Alexander 1994). Es- tudios a escala piloto, han mostrado la biodegradación de suelos contaminados con desechos de
municiones.
Limitaciones . Esta tecnología no es recomendable para suelos ar- cillosos, altamente estratificados o demasiado
heterogéneos, ya que pueden provocar limitaciones en la transferencia de O 2. Otros factores que pueden limitar su
aplicación, incluyen: (i) que el tipo del suelo no favorezca el crecimiento microbiano; (ii) incremento en la movilidad de los
contaminantes; (iii) obstrucción en los pozos de in- yección provocada por el crecimiento microbiano.
Costos y tiempos de remediación . La limpieza de una pluma de contaminación, puede tomar varios años. Su costo oscila
entre 30 y 100 USD/m3. La naturaleza y profundidad de los contaminantes y el uso de bioaumentación puede aumentar sus
costos (Van Deuren et al. 1997).
Bioaumentación
Esta tecnología se utiliza cuando se requiere el tratamiento inmediato de un sitio contaminado, o cuando la microflora
autóctona es insufi- ciente en número o capacidad degradadora. Consiste en la adición de microorganismos vivos, que
tengan la capacidad para degradar el contaminante en cuestión, para promover su biodegradación o su biotransformación.
El tamaño del inóculo a utilizar, depende del ta- maño de la zona contaminada, de la dispersión de los contaminantes y de
la velocidad de crecimiento de los microorganismos degradadores (Riser-Roberts 1998).
Aplicaciones . Se ha usado para tratar suelos contaminados con herbicidas (2,4-D, clorofam), insecticidas (lindano,
clordano, paratión), clorofenoles (PCP) y nitrofenoles, BPC, HTP y HAP (Alexander, 1994). También se ha aplicado
efectivamente para tra- tar desechos con concentraciones relativamente altas de metales (Eweis et al. 1998).
Limitaciones . Antes de llevar a cabo la bioaumentación en un
sitio, deben realizarse cultivos de enriquecimiento, aislar microorga- nismos capaces de cometabolizar o utilizar el
contaminante como fuente de carbono, y cultivarlos hasta obtener grandes cantidades de biomasa (Alexander 1994).
Costos y tiempos de remediación . Es una tecnología que puede durar varios meses o años, y su utilización no implica
mucho capital ni costos de operación.
Biolabranza
Durante el proceso de biolabranza, la superficie del suelo contami- nado es tratado en el mismo sitio por medio del arado. El
suelo con- taminado se mezcla con agentes de volumen y nutrientes, y se re- mueve periódicamente para favorecer su
aireación. Las condiciones del suelo (pH, temperatura, aireación) se controlan para optimizar la velocidad de degradación y
generalmente se incorporan cubiertas u otros métodos para el control de lixiviados (Riser-Roberts 1998). La diferencia entra
la biolabranza y el composteo, es que en la biolabran- za, se mezcla el suelo contaminado con suelo limpio, mientras que el
composteo generalmente se realiza sobre el suelo (Van Deuren et al. 1997).
Aplicaciones . Los contaminantes tratados con éxito por biola- branza, incluyen diesel, gasolinas, lodos aceitosos, PCP,
creosota y coque, además de algunos pesticidas y HTP (Alexander 1994). Es una tecnología de gran escala, que se
practica en los Estados Unidos de América, Canadá, Reino Unido, Holanda, Suiza, Dinamarca, Francia y Nueva Zelanda
(Reiser-Roberts 1998).
Limitaciones . La biolabranza debe manejarse con cuidado para prevenir la contaminación de acuíferos, superficies de
agua, aire o en la cadena alimenticia. El mayor problema es la posibilidad de lixiviados de los contaminantes hacia el suelo
y el agua. Otra limitante para su utilización, es que por la incorporación de suelo contaminado en suelo limpio, se genera un
gran volumen de material contaminado. No es recomendable su uso para contaminantes diluidos, ni tampoco cuando no
todos los contaminantes son biodegradables (Van Deuren et al. 1997).
Costos y tiempos de remediación . Es una tecnología de mediano a largo plazo. El costo para su aplicación en desechos
peligrosos oscila entre 30 y 70 USD/ m3 (Van Deuren et al. 1997, Reiser-Roberts 1998).
Fitorremediación
La fitorremediación es un proceso que utiliza plantas para remover, transferir, estabilizar, concentrar y/o destruir
contaminantes (orgáni- cos e inorgánicos) en suelos, lodos y sedimentos, y puede aplicarse tanto in situ como ex situ. Los
mecanismos de fitorremediación inclu- yen la rizodegradación, la fitoextracción, la fitodegradación y la fitoestabilización
(Van Deuren et al. 1997, Hutchinson 2001).
La rizodegradación se lleva a cabo en el suelo que rodea a las raíces. Las sustancias excretadas naturalmente por éstas,
suministran nutrientes para los microorganismos, mejorando así su actividad bio- lógica. Durante la fitoextracción, los
contaminantes son captados por las raíces (fitoacumulación), y posteriormente éstos son traslocados y/o acumulados hacia
los tallos y hojas (fitoextracción). En la fitoestabilización, las plantas limitan la movilidad y biodisponibilidad de los
contaminantes en el suelo, debido a la producción en las raí- ces de compuestos químicos que pueden adsorber y/o formar
com- plejos con los contaminantes, inmovilizándolos así en la interfase raíces-suelo (Sellers 1999). La fitodegradación
consiste en el metabo- lismo de contaminantes dentro de los tejidos de la planta, a través de enzimas que catalizan su
degradación.
Aplicaciones . Puede aplicarse eficientemente para tratar suelos contaminados con compuestos orgánicos como benceno,
tolueno, etilbenceno y xilenos (BTEX); solventes clorados; HAP; desechos de nitrotolueno; agroquímicos clorados y
organofosforados; además de compuestos inorgánicos como Cd, Cr(VI), Co, Cu, Pb, Ni, Se y Zn (Sellers 1999). Se ha
demostrado también su eficiencia en la remo- ción de metales radioactivos y tóxicos de suelos y agua.
Limitaciones . Existen varias limitaciones que deben considerar- se para su aplicación: (i) el tipo de plantas utilizado
determina la profundidad a tratar; (ii) altas concentraciones de contaminantes pue- den resultar tóxicas; (iii) puede depender
de la estación del año; (iv) no es efectiva para tratar contaminantes fuertemente sorbidos; (v) la toxicidad y biodisponibilidad
de los productos de la degradación no siempre se conocen y pueden movilizarse o bioacumularse en animales.
Costos y tiempos de remediación . Se estima que la fitorremediación de un suelo contaminado con Pb (50 cm de
profundidad) puede cos- tar entre 24,000 y 40,000 USD/ha (Van Deuren et al. 1997).
Tecnologías ex situ
Los procesos de biorremediación ex situ, incluyen: (i) procesos de biodegradación en fase de lodos, en donde el suelo se
mezcla con agua (para formar un lodo), microorganismos y nutrientes; y (ii) de biodegradación en fase sólida, en donde los
suelos colocan en una celda de tratamiento (composteo) o sobre membranas impermeables (biolabranza), en donde se
agrega agua y nutrientes (EPA 2001).
El composteo es un proceso biológico controlado, por el cual pueden tratarse suelos y sedimentos contaminados con
compuestos orgáni- cos biodegradables, para obtener subproductos inocuos estables. El material contaminado se mezcla
con agentes de volumen (paja, ase- rrín, estiércol, desechos agrícolas), que son sustancias orgánicas sóli- das
biodegradables, adicionadas para mejorar el balance de nutrientes, así como para asegurar una mejor aireación y la
generación del calor
durante el proceso. Los sistemas de composteo incluyen tambores rotatorios, tanques circulares, recipientes abiertos y
biopilas (Alexander 1994, Eweis et al. 1998, Semple et al. 2001).
Las pilas estáticas (biopilas) son una forma de composteo en el cual, además de agentes de volumen, el sistema se
adiciona con agua y nutrientes, y se coloca en áreas de tratamiento (que incluyen alguna forma de aireación y sistemas
para colectar lixiviados). Las pilas de suelo generalmente se cubren con plástico para controlar los lixiviados, la evaporación
y la volatilización de contaminantes, ade- más de favorecer su calentamiento (Eweis et al. 1998).
Aplicaciones . El composteo se ha usado con éxito para remediar suelos contaminados con PCP, gasolinas, HTP, HAP. Se
ha demostrado también la reducción, hasta niveles aceptables, en la concentración y toxicidad de explosivos ( TNT). El uso
de estrategias de composteo, se ha adoptado seriamente hasta los últimos tres a cinco años (Van Deuren et al. 1997,
Semple et al. 2001).
Limitaciones . Algunas limitaciones del proceso son: (i) necesidad de espacio; (ii) necesidad de excavar el suelo
contaminado, lo que puede provocar la liberación de COV; (iii) incremento volumétrico del material a tratar y (iv) no pueden
tratarse metales pesados (Van Deuren et al. 1997). Costos y tiempos de remediación . El costo del composteo está en
función de: (i) la cantidad y fracción de suelo a tratar; (ii) disponibili- dad de agentes de volumen; (iii) tipo de contaminantes
y proceso; (v) necesidad de tratamientos previos y/o posteriores y (vi) necesidad de equipos para el control de COV. Es una
tecnología que puede llevar desde algunas semanas hasta varios meses. Los costos típicos se encuentran entre 130 y 260
USD/m3 (Riser-Roberts 1998).
Como ya se mencionó, los tratamientos fisicoquímicos aprovechan las propiedades físicas y/o químicas de los
contaminantes o del me- dio contaminado para destruir, separar o contener la contaminación.
Este tipo de tecnologías generalmente son efectivas en cuanto a cos- tos y pueden concluirse en periodos cortos, en
comparación con las tecnologías de biorremediación. Sin embargo, los costos pueden incrementarse cuando se utilizan
técnicas de separación en las que los contaminantes pueden requerir de tratamiento o disposición (Van Deuren et al. 1997).
Mientras que las tecnologías de biorremediación son principalmente métodos destructivos, las fisicoquímicas inclu- yen las
tres estrategias básicas de acción sobre el contaminante (des- trucción, separación e inmovilización).
Al igual que el resto de las tecnologías de remediación, las fisicoquímicas pueden realizarse in situ o ex situ. Sin embargo,
la mayoría de estas tecnologías se aplican in situ. Entre las tecnologías fisicoquímicas para tratamiento in situ, se encuentra
la remediación electrocinética (RE), el lavado de suelos (LS), la extracción por sol- ventes (ES), la extracción de vapores (
EV) y la solidificación/estabili- zación ( S/E).
La remediación electrocinética es una tecnología en desarrollo que aprovecha las propiedades conductivas del suelo, cuyo
objetivo es separar y extraer contaminantes orgánicos e inorgánicos (metales) de suelos, lodos y sedimentos, con el uso de
un campo eléctrico que permite remover las especies cargadas (iones). Implica la aplicación de una corriente directa de
baja intensidad entre un electrodo positi- vo y uno negativo (Van Cauwenberghe 1997, Paillat et al. 2000).
Los iones metálicos, iones amonio y compuestos orgánicos con carga positiva, migran hacia el cátodo; mientras que los
aniones como el cloruro, cianuro, fluoruro, nitratos y compuestos orgánicos carga- dos negativamente se mueven hacia el
ánodo (EPA 2001).
Aplicaciones . Pueden tratarse contaminantes orgánicos polares y metales pesados. Se ha utilizado a nivel piloto para tratar
contami- nantes inorgánicos como Pb, Ni, Hg, As, Cu, Zn y Cr; además de orgánicos como BTX. Es una tecnología que
puede emplearse para mejorar otras tecnologías de remediación como la biorremediación y la remoción de contaminantes
no solubles (Sellers 1999).
Limitaciones. Su eficiencia disminuye en medios con un contenido de humedad menor 10%; la presencia de ciertos metales
o materiales aislados provocan variaciones en la conductividad eléctrica del suelo; depósitos minerales (alta conductividad
eléctrica) pueden provocar problemas; valores extremos de pH y reacciones de oxido-reducción pueden disminuir su
eficiencia y formar productos indeseables.
Costos. Los costos varían en función de la cantidad de suelo a tratar, su conductividad, tipo de contaminante y tipo de
proceso. Los costos netos son cercanos a 50 USD/m3.
Aplicaciones. El lavado de suelos se ha utilizado con éxito para tratar suelos contaminados con hidrocarburos, HAP, PCP,
pesticidas y metales pesados. Por medio de inundación, pueden recuperarse compuestos inorgánicos (metales), y tratarse
COV, COS, gasolinas y pesticidas.
Limitaciones . Las soluciones utilizadas y los solventes pueden alterar las propiedades fisicoquímicas del suelo; es difícil
tratar sue- los poco permeables o heterogéneos; los surfactantes usados en el lavado pueden adherirse al suelo y disminuir
su porosidad; los flui- dos pueden reaccionar con el suelo reduciendo la movilidad de los contaminantes. En general, se
requiere tratar previamente los suelos con alto contenido de materia orgánica y es necesario tratar los vapores generados.
Costos y tiempos de remediación . La inundación y el lavado son tecnologías de corto a mediano plazo. Los costos para la
inundación oscilan entre 20 y 200 USD/m3, y para el lavado el costo promedio es de 150 USD/m3.
La EV, también conocida como ventilación del suelo, vaporización y volatilización, es una tecnología en la que se aplica un
vacío al sue- lo, para inducir un flujo controlado y continuo de aire, y remover así contaminantes volátiles y semivolátiles del
suelo. La EV usualmente se lleva a cabo in situ. Sin embargo, en algunos casos, puede usarse como una tecnología ex situ
(Riser-Roberts 1998, EPA 2001). La efec- tividad del sistema de EV depende principalmente de la volatilidad de los
contaminantes y de la permeabilidad y homogeneidad del suelo (Sellers 1999).
Aplicaciones . La EV a menudo es usada para remediar sitios con- taminados por derrames o fugas de COV y algunas
gasolinas; puede aplicarse en zonas insaturadas. Además, la EV puede facilitar e indu- cir otros procesos de remediación
como la biodegradación de conta- minantes poco volátiles.
Limitaciones . No es recomendable para la remoción de aceites pesados, metales, BPC o dioxinas; la técnica solo es
aplicable para compuestos volátiles; la humedad, contenido de materia orgánica y permeabilidad del suelo al aire, afectan la
eficiencia del proceso; no es una tecnología adecuada para zonas saturadas; un alto contenido de partículas finas afectan
la operación del sistema; la descarga de aire del sistema puede requerir tratamiento y los líquidos residuales deben tratarse
o disponerse.
Costos. Los costos de operación de la EV se encuentran entre 10 y 50 USD/m3.
Solidificación/estabilización (S/E)
La S/E es un proceso en el que el suelo contaminado se mezcla con aditivos para inmovilizar los contaminantes,
disminuyendo o elimi- nando la lixiviación. La solidificación se refiere a las técnicas que encapsulan (atrapan físicamente) al
contaminante formando un ma- terial sólido, y no necesariamente involucra una interacción química entre el contaminante y
los aditivos solidificantes. La estabilización limita la solubilidad o movilidad del contaminante, generalmente por la adición de
materiales, como cemento Portland, cal o polímeros, que aseguren que los constituyentes peligrosos se mantengan en su
forma menos móvil o tóxica (Sellers 1999, EPA 2001).
La S/E puede realizarse tanto in situ como ex situ. Para la S/E exsitu, el material a tratar debe excavarse para tratarse, de
manera que el material resultante sea dispuesto. En la S/E in situ pueden utilizarse sistemas para cubrir los suelos
contaminados sin necesidad de exca- var, de manera que el material se deja en el mismo sitio (EPA 2001). Aplicaciones .
Los procesos de S/E son usualmente utilizados para tratar contaminantes inorgánicos, como suelos y lodos contaminados
con metales.
Limitaciones . Los COV tienden a volatilizarse durante el mezcla- do del suelo con los agentes de
solidificación/estabilización, y gene- ralmente éstos no son inmovilizados; la profundidad a la que se en- cuentre el
contaminante limita algunos procesos; el material solidifi- cado puede impedir el futuro uso del sitio; los metales volátiles
(Pb, Cd, As, Hg) pueden volatilizarse durante el tratamiento y no es reco- mendable para sitios con más de 25% de metales
(Riser-Roberts 1998). Tiempos de remediación . La S/E son tecnologías de corto a mediano plazo.
Tratamiento químico
El tratamiento químico, típicamente involucra reacciones de oxida- ción-reducción (redox) que convierten químicamente
compuestos tóxicos o peligrosos a compuestos menos tóxicos o no peligrosos, que son más estables, menos móviles o
inertes. Los agentes oxidantes más usados para tratar contaminantes peligrosos en el suelo, son el ozono, peróxido de
hidrógeno, hipocloritos, cloro, dióxido de cloro y el reactivo de Fenton (peróxido de hidrógeno y fierro). Este méto- do puede
aplicarse in situ o ex situ en suelos, lodos, sedimentos y otros sólidos.
Aplicaciones . Por este método pueden atacarse principalmente compuestos inorgánicos. Sin embargo, puede usarse con
menor efi- ciencia para COV no halogenados y COS, gasolinas y pesticidas.
Limitaciones . Puede ocurrir una oxidación incompleta o formación de compuestos intermediarios, dependiendo del
contaminante y el agente oxidante usado; la presencia de aceites y grasas disminu- ye la eficiencia y los costos se
incrementan para altas concentracio- nes de contaminantes.
Costos y tiempos de remediación . Es una tecnología de corto a mediano plazo, cuyos costos oscilan entre 190 y 600
USD/m3 (Van Deuren et al. 1997).
Separación física
Las técnicas de separación buscan concentrar los contaminantes só- lidos por medios físicos y químicos. La mayoría de los
contaminantes orgánicos e inorgánicos tienden a unirse, química o físicamente, a la fracción más fina del suelo. Las
partículas finas de arcillas y sedimen- tos pueden separarse de arenas y gravas gruesas para concentrar los contaminantes
en volúmenes menores de suelo. De esta manera, el volumen de suelo obtenido puede tratarse o disponerse.
La separación ex situ puede realizarse por varios procesos. La separación por gravedad (por diferencia de densidad entre
fases) y la separación por tamaño de partícula (concentración de contaminan- tes en volúmenes menores) son dos
procesos bien desarrollados. En cambio, la separación magnética (extracción de partículas magnéti- cas) es un proceso
mucho más novedoso que aún se encuentra en desarrollo (EPA 2001).
Aplicación . Los contaminantes que pueden tratarse por separa- ción física son los COS, gasolinas y compuestos
inorgánicos. Pueden usarse para algunos COV y pesticidas. La separación magnética se usa específicamente para metales
pesados y partículas magnéticas radioactivas (plutonio y uranio).
Limitaciones . Alto contenido de arcillas y de humedad incrementa los costos del tratamiento; la separación por gravedad
asume dife- rencias entre la densidad de la fase sólida y líquida; la gravedad es- pecífica de las partículas afectan la
eficiencia del proceso.
Los tratamientos térmicos ofrecen tiempos muy rápidos de limpieza, pero son generalmente los más caros. Sin embargo,
estas diferencias son menores en las aplicaciones ex situ que in situ. Los altos costos se deben a los costos propios para
energía y equipos, además de ser intensivos en mano de obra. Al igual que las tecnologías fisicoquímicas y a diferencia de
las biológicas, los procesos térmicos incluyen la destrucción, separación e inmovilización de contaminantes. Los pro- cesos
térmicos utilizan la temperatura para incrementar la volatilidad (separación), quemado, descomposición (destrucción) o
fundición de los contaminantes (inmovilización).
Las tecnologías térmicas de separación producen vapores que re- quieren de tratamiento; las destructivas producen
residuos sólidos (cenizas) y, en ocasiones, residuos líquidos que requieren de trata- miento o disposición. Es importante
hacer notar que para ambos tipos de tratamiento, el volumen de residuos generados que requieren de tratamiento o
disposición, es mucho menor que el volumen inicial (Van Deuren et al. 1997).
La mayoría de las tecnologías térmicas pueden también aplicarse in situ y ex situ. Dentro de las tecnologías térmicas ex
situ, principal- mente se encuentran la incineración, pirólisis y desorción térmica. Una de las tecnologías que se emplean in
situ es la EV mejorada por temperatura.
Los procesos de DT consisten en calentar (90 a 540 C) el suelo con- taminado con contaminantes orgánicos, con el fin de
vaporizarlos y por consiguiente separarlos del suelo. El calor acelera la liberación y el transporte de contaminantes a través
del suelo, para posteriormen- te ser dirigidos hasta un sistema de tratamiento de gases con el uso de un gas acarreador o
un sistema de vacío. Es un proceso de separación física no destructivo. Con base en la temperatura de operación, la DT
puede clasificarse en dos grupos (EPA 2001):
- Desorción térmica de alta temperatura ( DTAT). Es una tecnología a gran escala en la cual los desechos son
calentados a temperaturas que varían entre los 320 y los 560 C. Frecuentemente se utiliza en combinación con la
incineración o S/E, dependiendo de las condiciones específicas.
- Desorción térmica de baja temperatura (DTBT). Los desechos se calientan a temperaturas entre 90 y 320 C. Es
una tecnología a gran escala que se ha probado con éxito en el tratamiento de va- rios tipos de suelos contaminados con
HTP.
La DT puede implementarse por: (i) inyección a presión de aire caliente, (ii) inyección de vapor y (iii) calentamiento del suelo
por ondas de radio (radio frecuencia) que producen energía que se trans- forma en energía térmica.
Aplicaciones . El proceso de DT puede aplicarse en general, para la separación de compuestos orgánicos de desechos, así
como para suelos contaminados con creosota e hidrocarburos. Los sistemas de DTBT pueden usarse para tratar COV no
halogenados y gasolinas y, con menor eficiencia, para COS. Los procesos de DTAT se utilizan principalmente para tratar
COS, HAP, BPC y pesticidas, pero pueden aplicarse también para COV y gasolinas (Van Deuren et al. 1997).
Limitaciones . La presencia de cloro puede afectar la volatilización de algunos metales como el plomo. Su uso varía en
función de la tempera- tura que pueda alcanzarse durante el proceso seleccionado. Estas tecno- logías no son efectivas en
zonas saturadas, suelos muy compactos o con permeabilidad variable, además de que producen emisiones gaseosas.
Costos. La limpieza de suelos contaminados con hidrocarburos por DT varía entre 50 y 350 USD/m3. En términos
generales, la DT con uso de vapor puede costar más de 400 USD/m3.
Incineración
En los procesos de incineración tanto in situ como ex situ, se utilizan altas temperaturas de operación que van desde los
870 a los 1,200 C, con la finalidad de volatilizar y quemar compuestos orgánicos y halogenados en presencia de oxígeno.
Generalmente se utilizan com- bustibles para iniciar el proceso de combustión. Las eficiencias de remoción y destrucción de
los incineradores operados adecuadamente exceden el 99.99%. Sin embargo, los gases de combustión general- mente
requieren de tratamiento. Existen diferentes tipos de incineradores (Van Deuren et al. 1997):
- Combustión de lecho circulante ( CLC). Utilizan altas velocidades en la entrada de aire, lo que provoca la
circulación de los sólidos, creando una zona de combustión turbulenta favoreciendo la destrucción de hidrocarburos tóxicos.
Los incineradores de CLC operan a temperaturas menores que los incineradores convencionales (790 a 880 C).
- Lecho fluidizado. Utiliza aire a alta velocidad para provocar la circulación de las partículas contaminadas y opera a
temperaturas mayores a 870 C.
- Tambor rotatorio. La mayoría de los incineradores comerciales son de este tipo, y están equipados con un
«dispositivo de postcombustión», un extintor y un sistema para el control de emisiones. Son cilindros rotatorios con una
ligera inclinación que opera a temperaturas por arriba de los 980 C.
Aplicaciones . Se usa para remediar suelos contaminados con explosivos, residuos peligrosos como hidrocarburos
clorados, BPC y dioxinas.
Limitaciones . Es necesario tratar los gases de combustión (dioxinas y furanos); para el tratamiento de BPC y dioxinas,
deben emplearse incineradores fuera del sitio; los metales pesados pueden producir cenizas que requieren estabilización;
para tratar metales volátiles (Pb, Cd, Hg y As) se necesitan sistemas de limpieza de gases; los metales pueden reaccionar
con otros compuestos formando compuestos más volátiles y tóxicos.
Costos y tiempos de remediación . Es una tecnología de corto a largo plazo. Los costos de incineradores fuera del sitio
oscilan entre 200 y 1000 USD/ton; para tratar suelos contaminados con dioxinas y BPC los costos van desde los 1,500 a
6,000 USD/ton.
Vitrificación
El proceso de vitrificación puede llevarse a cabo in situ o ex situ, y utiliza una corriente eléctrica para fundir los suelos
contaminados con temperaturas que van de 1,600 a 2,000 C. Es un proceso de S/E que estabiliza la mayoría de los
contaminantes inorgánicos y destru- ye los orgánicos. El producto de la vitrificación es un material crista- lino químicamente
estable que no produce lixiviados, en el cual que- dan incorporados los compuestos inorgánicos. Durante el proceso, las
altas temperaturas, provocan la destrucción o remoción de los materiales orgánicos (EPA 2001).
Aplicaciones . La vitrificación es usada generalmente para inmovi- lizar la mayoría de los contaminantes inorgánicos. Sin
embargo, se ha probado que el proceso también puede destruir o remover COV y COS y otros compuestos orgánicos como
dioxinas y BPC.
Limitaciones . Las limitaciones de la vitrificación son las mismas que se señalan en los procesos de
estabilización/solidificación.
Costos. Los costos de operación de la vitrificación varían en fun- ción de los costos de energía eléctrica, humedad del sitio y
profundi- dad a la que se realice el proceso.
Pirólisis
La pirólisis es la descomposición química de materiales orgánicos inducida por calor en ausencia de oxígeno. El proceso
normalmente se realiza a presión y temperaturas de operación mayores a 430 C. Los hornos y equipos utilizados para la
pirólisis pueden ser física- mente similares a los utilizados para la incineración, pero se deben operar a temperaturas
menores en ausencia de aire. Los productos primarios formados de la pirólisis de materiales orgánicos, en dife- rentes
proporciones de acuerdo con las condiciones del proceso, son:
(i) gases residuales (metano, etano y pequeñas cantidades de hidro- carburos ligeros); (ii) condensados acuosos y
aceitosos y (iii) residuos sólidos carbonosos (coque) que pueden usarse como combustible (Riser-Roberts 1998, Kreiner
2002).
Aplicaciones . Se utiliza para tratar COS y pesticidas. Puede apli- carse para tratar BPC, dioxinas, desechos de alquitrán y
pinturas, sue- los contaminados con creosota y con hidrocarburos. Ha mostrado buenos resultados en la remoción de BPC,
dioxinas, HAP y otros com- puestos orgánicos. La pirólisis no es efectiva para destruir o separar compuestos inorgánicos de
un suelo contaminado.
Limitaciones . Se requieren tamaños de partícula específicos y ma- nipulación del material; altos contenidos de humedad
(mayor a 1%) aumentan los costos; los medios con metales pesados requieren esta- bilización; es necesario tratar los
gases de combustión.
Trenes de tratamientos
En algunos casos, dos o más tecnologías innovadoras o tradicionales pueden usarse juntas en lo que se conoce como
«trenes de trata- miento». Estos trenes de tratamiento son procesos integrados o bien, una serie de tratamientos que se
combinan en una secuencia para proporcionar el tratamiento necesario. En general, los trenes de tratamiento se emplean
cuando no todos los contaminantes en un medio particular, pueden tratarse con una sola tecnología.
Por ejemplo, un suelo contaminado con compuestos orgánicos y metales puede tratarse primero por biorremediación para
eliminar los compuestos orgánicos y después por S/E para reducir la lixiviación de los metales. En otros casos, un tren de
tratamientos puede usarse para:
(i) hacer un medio más fácilmente tratable por una tecnología subse- cuente; (ii) para reducir la cantidad de desechos que
necesitan un tratamiento posterior con una tecnología subsecuente y más costosa;
(iii) para disminuir el costo total del tratamiento ( EPA 2001).