Derecho de Sucesiones - Clase 9
Derecho de Sucesiones - Clase 9
Derecho de Sucesiones - Clase 9
DERECHO DE SUCESIONES
CLASE 9
I. DERECHO DE OPCION
1. Antecedentes Históricos
Los antecedentes de esta materia también se dan en el derecho romano; en este periodo
existieron diversas clases de herederos, entre ellos los herederos necesarios (heredes
necesarii), que adquirían la herencia de pleno derecho, ipso jure, incluso contra su voluntad;
eran esclavos instituidos herederos y manumitidos por testamento. También se habla de
heredero suyos y necesarios (heredes sui et necesarii), que a la muerte del de cujus
conservaban los bienes de la herencia sobre los que ya ejercitaban una forma de co
propiedad y se hacían sui juris. Luego, existían también los herederos voluntarios (heredes
voluntarii), que podían optar entre la aceptación o rechazo de la herencia.
2. Concepto
El derecho de opción significa la libertad o facultad que tiene el sucesor para decidir por si
mismo si acepta o renuncia a la herencia.
El art. 2016.- de nuestro Código consagra este derecho así: (CAPACIDAD Y OPCIÓN
PARA ACEPTAR O RENUNCIAR LA HERENCIA)
Entonces veamos cómo la decisión del sucesor hará que éste sea considerado heredero o
extraño a la sucesión del de cujus.
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a) Aceptar la herencia en forma pura y simple, con cuya decisión el heredero
consolida esta condición y la adquisición de la herencia que se había operado por
imperio de la ley (art. 1007-I). produciendo los efectos propios de la confusión de
patrimonios y la continuación de la personalidad del de cujus (art. 1030).
Cualquier decisión que el llamado a la herencia opte, cumpliendo los requisitos que el
Código establece, merece el respeto de la ley; por ello mismo, ningún acto jurídico bilateral
o unilateral puede prohibir al sucesor tomar la decisión que mejor crea conveniente.
La libertad de optar por una u otra decisión es personal; nadie mas que el sucesor puede
decidir si acepta o renuncia a la herencia. El carácter personal de la opción se explica
porque una herencia que sufra de un pasivo superior a su activo podría perjudicar a la
persona llamada a la sucesión. Los interesados solo pueden pedir al juez fije un plazo al
sucesor para que declare si acepta o renuncia a la herencia.
Nuestro Código, como otras legislaciones contemporáneas, solo admite la transmisión del
derecho de optar en el caso de fallecimiento del llamado a suceder; no existe la posibilidad
de hacerlo por actos entre vivos. Bastará que el ausente sobreviva un brevísimo instante al
de cujus para que, a su vez, transmita este derecho a sus propios herederos.
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El derecho de opción nace en el momento de la apertura de la sucesión, es decir, del
fallecimiento del de cujus; porque no se puede renunciar o aceptar una sucesión futura
(arts. 1004 y 1018). No surtiría efecto jurídico alguno la aceptación o renuncia anticipada
de una sucesión aún no abierta; por el contrario, esta decisión sería nula absolutamente,
sin posibilidad de ratificación. Abierta la sucesión, el derecho de opción continuaría intacto.
7. Características
b. Transmisible
La transmisión por causa de muerte se opera ipso jure (art. 1017). Si el llamado a la
sucesión muere antes de aceptar o renunciar la herencia, el derecho se transmite a sus
herederos.
c. Puro y simpe
Esta característica se halla prevista en el art. 1019.- y se basa en que la calidad de heredero
hace de él un continuador de la personalidad del de cujus que no puede condicionarse.
Tampoco se puede heredar o renunciar a la herencia bajo término; es imposible aceptar o
renunciar a la herencia por fracciones de tiempo; ejercitar el derecho de opción desde o
hasta cierto tiempo va contra la ley (art. 2019). Si se acepta o renuncia bajo condición o
término, la ley entiende que el sucesor ha renunciado a la herencia y si se acepta en parte
si y en parte no, se tiene por aceptada la herencia. (art. 1019-I).
d. Derecho Personal
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Es personal porque la aceptación o la renuncia benefician o perjudican únicamente al
heredero, de ahí que solamente éste puede decidir su opción.
e. Individual
f. Retroactivo
g. Irrevocable
El art. 1023.- no aclara quienes son las “personas interesadas” que pueden ejercitar la
facultad de intimar judicialmente al llamado a la herencia para que la acepte o renuncie;
pero es evidente que solo gozan de esta facultad aquellos tienen un interés actual en
obtener la decisión del sucesor; tales son consiguientemente, los acreedores del de cujus,
los acreedores del sucesor, los coherederos o legatarios.
Según las reglas del actual Código Civil, los herederos de grado posterior tienen la facultad
de pedir judicialmente al sucesor elija la opción; ello se desprende del texto del art. 1089.-
que permite ingresar a los descendientes en el lugar y grado de su ascendiente cuando
éste renuncia a la herencia del de cujus.
10. Plazo para pedir judicialmente al heredero que acepte o renuncie a la herencia.
Cualquier persona interesada puede pedir al juez, transcurridos 9 días del fallecimiento del
de cujus, que fije un plazo razonable, el cual no podrá exceder a un mes, para que en ese
término el heredero declare si acepta o renuncia la herencia.
En ese plazo el heredero debe declarar que acepta la herencia en forma pura y simple o
que renuncia a ella, o que se acoge a los plazos y procedimientos para la aceptación con
beneficio de inventario, siempre y cuando al momento de optar no hubiera prescrito su
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derecho conforme al art. 1032. El art. 1032 señala que el heredero tiene un plazo de 6
meses para aceptar la herencia con beneficio de inventario, pasado el término
prescribe su derecho. El plazo cuenta desde que se abre la sucesión.
Vencido el plazo de un mes sin que el heredero haga la declaración se tendrá por aceptada
la herencia en forma pura y simple.
1) Concepto de aceptación.
3) Aceptación expresa.
“la aceptación es expresa cuando se hace mediante declaración escrita presentada ante el
juez, o bien cuando el sucesor ha asumido el titulo de heredero”. Señala el art, 1025-II.
Lo que pretende el Código es una declaración sensata, racional, reflexiva, por ello exige
una aceptación escrita, aunque no prevé ninguna formula sacramental.
Cuando la sucesión es intestada o legal como la llama nuestro Código, esta declaración
generalmente se la hace al presentar la demanda de Aceptación de Herencia. Pero esta
demanda de aceptación de la herencia, mas que eso, se constituye en un pedido para que
el juez declare heredero al demandante en virtud de su vocación legal y de la
documentación que así lo demuestra (certificados de matrimonio, nacimiento, defunción).
Esta clase de peticiones evidencian que el sucesor ha asumido el título de heredero
conforme señala el art. 1025 en su parágrafo II.
4) Aceptación tácita.
Para nuestro Código hay aceptación tácita “cuando el heredero realiza uno o más actos
que no tendría el derecho de realizar sino en su calidad de heredero, lo cual hace presumir
necesariamente su voluntad de aceptar”. Parágrafo III. Art. 1025.-
Sabemos que por principio nadie puede ser obligado a aceptar o a renunciar una herencia;
la decisión del llamado a suceder es libre. Sin embargo, para la ley significa aceptación
tácita la ejecución de ciertos actos de disposición, aunque, en propiedad, no lo son, puesto
que quien así actúa no lo hace con la voluntad de constituirse en heredero; obra de mala fe
porque a pesar de su actitud no desea ser heredero, pero la ley le atribuye esa calidad casi
como una sanción.
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Al referirse a los actos de disposición que importan aceptación tácita de la herencia, el art.
1026 utiliza el concepto “cesión de derechos”, pero lo que quiere significar concretamente
son los actos de disposición, tales como donación, venta, permuta y todos los actos que
signifiquen enajenación de derechos porque para ejecutarlos se presume necesariamente
la voluntad de hacer propio el derecho del cual se dispone y es obvio que para ejercitar
actos de disposición es necesario ser propietario.
Así como la ejecución de ciertos actos implica aceptación de la herencia, también el Código
ha previsto la posibilidad de ejecutar otros actos que no importan aceptación. El art. 1028.-
menciona los siguientes:
El parágrafo I. del art. 1026.- expresa: “no importan aceptación los actos necesarios que el
heredero realiza a título conservativo y de mera administración, como protestar letras de
cambio, inscribir hipotecas, interrumpir prescripciones y reparar las cosas, así como los
actos realizados con carácter urgente como pagar los gastos de última enfermedad y
entierro, y las remuneraciones a los empleados en labores domésticas”.
Estas excepciones tienen como fundamento la necesidad de proteger los bienes y derechos
de la herencia, mediante la ejecución de ciertos actos que no significan aceptación. El
sucesor realiza actos de mera administración, como los de protestar letras para evitar se
perjudiquen; o interrumpir la prescripción mediante el ejercicio de las medidas de urgente
necesidad que eviten perjuicios en el patrimonio de la sucesión; o inscribir las hipotecas
que conciernan a la misma finalidad. Ninguno de estos actos jurídicos significa aceptación
de herencia.
Tampoco importa aceptación de herencia tomar dineros de la sucesión para pagar las
retribuciones debidas a los trabajadores domésticos porque estos han prestado servicios
en el hogar del de cujus atendiéndole en el servicio de su casa y porque, además
constituyen obligaciones protegidas por la ley cuyo pago prioritario goza de privilegio.
Igualmente es posible realizar actos materiales, tales como reparaciones para evitar que
las cosas sufran deterioros.
b. Actos de disposición
El parágrafo II del art. 1028.expresa también: “tampoco importan aceptación las ventas que
el heredero haga de bienes expuestos a perecer o de cosechas ya maduras, siempre que
haya mediado previa autorización judicial”.
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La ley toma en consideración el carácter perecedero de ciertos bienes muebles y faculta su
enajenación sin que importe aceptación de la herencia, siempre que el sucesor cuente con
autorización del juez.
7) Reembolso de gastos
Si el sucesor ha realizado los gastos referidos con sus propios recursos, es justo que le
sean reembolsados porque de lo contrario su patrimonio se vería afectado.
El último párrafo del art. Mencionado expresa: “y éste, el heredero, es responsable no solo
por las deudas propiamente dichas sino también por los legados y cargas de la herencia”;
es decir, contrae la responsabilidad ultra vires; deberá responder de las obligaciones de su
causante incluso con sus propios bienes.
El sucesor tiene el plazo de 10 años para aceptar la herencia en forma pura y simple. Este
plazo se computa desde el momento de la apertura de la sucesión o desde que se cumple
la condición impuesta, cuando la institución de heredero se ha sujetado a esta modalidad
(art.1029).
Este plazo se concede al sucesor, salvando los derechos de las personas interesadas que
tienen la facultad de pedir al juez, pasados nueve días del fallecimiento del de cujus, fije un
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plazo razonable que no puede exceder de un mes para que el llamado a la herencia declare
si acepta o renuncia la herencia (art. 1023).
En materia de aceptación o renuncia de la herencia como en los casos previstos por el art.
1021-II, únicamente pueden ejercitar la acción revocatoria o pauliana los acreedores del
heredero.
El código organiza diversas medidas de protección tanto en favor de los acreedores del
heredero como de los acreedores y legatarios del de cujus, para evitar los perjuicios que
podrían sufrir los unos y los otros a raíz de la sucesión. Así, por ejemplo, cuando el heredero
es llamado a una herencia insolvente, cuenta con la aceptación bajo beneficio de inventario;
si son los acreedores del de cujus quienes podrían sufrir los perjuicios, tienen la facultad de
solicitar la separación de patrimonios. Pero también los acreedores del heredero cuentan a
su favor con otro medio para la protección de su patrimonio ante la aceptación de una
herencia insolvente: las acciones revocatoria o Pauliana.
A. FORMA Y PROCEDIMIENTO
➢ Concepto.
La herencia no siempre ofrece beneficios al heredero, ya que éste puede ser insolvente; o
sea, contener un pasivo superior a su activo.
Planiol en su libro sobre sucesiones dice que: “la aceptación a beneficio de inventario es
una solución intermedia entre la aceptación pura y simple y la renuncia, porque en efecto,
este beneficio le permite al heredero:
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b) el heredero responde únicamente con el monto del activo del patrimonio recibido del
de cujus.
Se trata pues de un instituto propio del derecho de sucesiones que tiene por finalidad
proteger al heredero de las consecuencias que podría acarrearle el aceptar una herencia
insolvente en forma pura y simple.
➢ Referencias Históricas
El antecedente inmediato proviene del derecho romano sistema que, en sus inicios,
reconocía la forma de la aceptación con beneficio de inventario a los herederos, ya que las
reglas de sucesión estaban fundadas en la línea de la copropiedad familiar por eso es que
los sucesores, podían repudiar aquello que de alguna manera les pertenecía, porque eran
considerados herederos necesarios de modo que debían responder de ultra vires las
obligaciones pasivas sucesorias cuando el activo resultaba insuficiente. Empero, por las
reformas impuestas por el pretor, se introdujo la aceptación voluntaria de la herencia, dando
al heredero la facultad de renunciar a la misma si ésta se encontraba compuesta por más
pasivos que de activos, en protección del patrimonio del heredero, las obligaciones debían
ser satisfechas de intra vires, o sea, sólo con los bienes de la sucesión, de forma similar
como se había estatuido a favor del heredero esclavo del difunto con la separatio bonorum
y el beneficium abstinendi para los sui; y por los herederos voluntarios no aceptando la
herencia si sospechaban por los datos que obtendrían, que esa era una hereditas damnosa,
o sea, que el pasivo superaba en activo.
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En Roma el beneficio de inventario era el modo de aceptar la herencia por el heredero
voluntario con la obligación de efectuar un inventario detallado y estimativo de los bienes
del causante según su estado en que se encontraba a su muerte. Este acto se lo realizaba
ante la presencia de un oficial público llamado tabular siendo el predecesor del notario en
nuestro medio, y los acreedores, legatarios y fideicomisario que deseen estar presentes en
el acto; cuando había falta de tabulario se suplía en su ausencia con la presencia de tres
testigos idóneos residentes del lugar y que fueran propietarios. El documento redactado por
el tabular y firmado por el heredero contenían la estimación del caudal hereditario y la
declaración de buena fe del heredero. Una vez concluido el inventario, el heredero
empezaba a pagar las deudas de la sucesión de acuerdo al siguiente orden: primero a los
acreedores privilegiados, luego a los acreedores quirografarios, los legatarios y los
fideicomisarios. Una vez como se encontraban satisfechos los créditos y las mandas de la
herencia el remanente de la misma quedaba en poder del heredero, es decir, era su
herencia. Esta práctica se ha venido conservando desde entonces hasta el presente de
manera similar en las legislaciones contemporáneas.
Cuando a la herencia son llamados, para suceder, los menores de edad y los interdictos
declarados judicialmente, la aceptación opera en forma directa como acontece con los
sujetos capaces de obrar, la ley precautelando los intereses patrimoniales de los menores
dispone imperativamente que serán aceptados bajo el sistema del beneficio de inventario
por quienes ejercen la representación legal, entre estos se encuentran los progenitores que
ejercen la patria potestad, el tutor o el curador nombrado judicialmente.
El artículo 51 del código de las familias dispone que: “las herencias en favor de las y los
hijos menores de edad, y de personas declaradas interdictas se aceptan siempre bajo
beneficio de inventario “. “La herencia, legado o donación en favor de la persona declarada
interdicta, puede ser aceptada por la o el tutor, previo inventario y determinación judicial
para su aceptación o rechazo”.
Por otra parte, no olvidemos que para aceptar una herencia se requiere la capacidad de
obrar, que los hijos menores o los incapaces no la tienen, aceptar la herencia supone no
solo adquirir derechos sino también contraer obligaciones y aceptarla en forma pura y
simple apareja la confusión de patrimonios a cuya consecuencia el heredero debe pagar
las deudas del difunto incluso con sus propios bienes. La persona por nacer, el hijo menor
de edad o el incapaz, puede recibir pero no obligarse.
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Por tanto, la aceptación de la herencia bajo beneficio de inventario deberá ser autorizada,
necesariamente por la autoridad judicial competente.
➢ FORMA DE ACEPTACIÓN
➢ INVENTARIO
El art. 1031-II del CC. Ordena: “la declaración debe estar precedida o seguida del inventario
que se levantará de la manera y con las formalidades prescritas en el Código de
Procedimiento Civil y en los plazos fijados por los artículos siguientes”.
Conforme determina el art. 1032 del código civil, el heredero tiene un plazo de 6 meses
para aceptar la herencia con el beneficio de inventario; periodo de tiempo que se computa
a partir de la apertura de la sucesión y es fatal e improrrogable. Vencido este plazo,
prescribe el derecho y se sobreentiende que al heredero no le queda otra alternativa que
aceptar la herencia en su totalidad, es decir, en forma pura y simple o renunciarla.
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La separación emergente del beneficio de inventario produce las siguientes consecuencias:
➢ Limita la responsabilidad
Esto significa que los acreedores del difunto no pueden obligar al heredero beneficiario a
pagar con su propio patrimonio las obligaciones que ha dejado el de cujus. El heredero solo
debe satisfacer las deudas del difunto hasta donde lo permitan los bienes de la herencia.
Dicho de otra manera: sus bienes quedan a salvo de toda acción que quisieran ejercitar los
acreedores del fallecido, pues su patrimonio ha sido excluido y debe quedar exento de
daño.
Dentro los plazos concedidos por la ley para la elaboración del inventario y la deliberación,
los acreedores hereditarios y los legatarios están impedidos de interponer acciones
judiciales contra el heredero para demandar el cumplimiento de sus créditos o la entrega
de los legados, por ejemplo: las demandas ejecutivas sobre cumplimiento de obligaciones
y otras. Empero, las acciones de dominio contra la sucesión pueden instaurarse durante
esos plazos, es decir, las demandas de reivindicación, en vista de que el derecho de
reivindicar es más fuerte que el de los acreedores y los legatarios.
➢ ADMINISTRACIÓN DE BIENES
Los gastos que signifiquen el procedimiento del inventario, la rendición de cuentas, así
como los de cualquier acto que depende de la aceptación con beneficio de inventario, se
pagarán con la masa de bienes del causante, con preferencia a toda otra deuda. Art. 1049
CC.
Entre los ítems que señala la disposición legal pueden incluirse los gastos que significan la
administración de los bienes hereditarios, los honorarios profesionales por peritajes,
defensa de sus derechos y otros; la conservación y protección de los bienes, la rendición
de cuentas, la publicación de edictos y otras obligaciones.
- Rendición De Cuentas
➢ La Fianza
Siendo que el heredero se constituye en administrador de los bienes de la herencia por
imperio de la ley, cuya integridad es de interés de los acreedores hereditarios y los
legatarios, a fin de evitar el peligro de que este con una administración irresponsable cause
daño a la masa hereditaria, puede ser compelido por el juez, a solicitud de los interesados
en la sucesión, a prestar fianza real, prendaria o personal que asegure eficazmente la
función; para el caso de la fianza personal, la aceptación dependerá si el fiador cumple con
los requisitos establecidos por el artículo 923 del código civil a conformidad de los
acreedores, con la finalidad de garantizar una administración óptima. Los acreedores y
legatarios pueden pedir al Juez que se adopten las siguientes medidas:
- que el heredero administrador preste fianza por el valor de los bienes muebles que
constan en el inventario y por el precio de los bienes inmuebles vendidos;
- en caso de que el heredero no pudiese prestar dicha fianza, se venderán los
muebles depositándose el precio en un determinado banco, así como el de los
inmuebles vendidos, votos con los que se pagarán las deudas y cargas de la
sucesión, así legisla el Pár. II. del art. 1039 del CC.
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Si el heredero tuviera suficientes bienes o fuese solvente, despejaría toda duda de una
mala administración, a la vez que conforme señala la propia ley, el administrador estaría
reatado a cumplir las obligaciones con su propio patrimonio si pudiese incurrir en malos
manejos.
El artículo 1045 del código civil regula que, una vez que haya concluido la elaboración del
inventario y recibida la aprobación del juez, y cuando haya acreedores o legatarios que se
opongan, el heredero procederá al pago de las deudas y los legados en la medida que ellos
se presenten; empero si los acreedores ejercen oposición a que el heredero pague de esa
manera, en ese caso corresponderá al juez determinar el orden y la forma para realizar
dichos pagos.
- Sin oposición
En el caso de que los acreedores se presenten agotado el caudal hereditario, pueden repetir
sólo contra los legatarios hasta el valor del legado, siempre y cuando el derecho del crédito
no haya prescrito; el derecho de repetir caduca a los tres años contados desde la fecha del
último pago. Art. 1045-II.
La solución precedente es lógica: el legatario se beneficia con una liberalidad, o sea, a titulo
gratuito. Sin embargo, la razón para preferir al acreedor antes que al legatario, radica en el
viejo adagio: nemo liberalis, nisi liberatus, es decir, nadie tiene el derecho de hacer
liberalidades antes de haberse liberado pagando a sus acreedores.
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es que el art. 1045-II faculta al acreedor que se presenta tardíamente, cuando se ha agotado
el caudal de la herencia.
- Caducidad
El derecho de repetir contra los legatarios caduca a los 3 años desde el último pago apunta
el parágrafo II del mismo art. 1045.
- Con oposición
El pago a los acreedores y legatarios solo tienen lugar una vez que se ha terminado el
inventario. Haya o no oposición, no es posible pagar a los unos y a los otros sino cuando el
inventario ha sido completamente elaborado.
El heredero que ha solicitado aceptar la herencia con beneficio de inventario puede llegar
a perder este derecho si habría realizado infracciones o actos de mala fe en la
administración de los bienes sucesorios, ocasionando el detrimento del caudal de la
herencia en perjuicio de los acreedores hereditarios. Las circunstancias serían las
siguientes:
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- por ocultación de bienes u omisiones de mala fe
Conforme al artículo 1043 del código civil, cuando el heredero ha procedido culpablemente
en la ocultación de bienes hereditarios, o que de mala fe haya omitido incluir en el inventario
bienes pertenecientes a la herencia, o haya incluido en el deudas inexistentes, pierde el
beneficio de inventario y como una sanción a ley lo declara como aceptante puro y simple,
sin participación de los bienes ocultados u omitidos en el inventario pudiendo ser inclusive
tenido como reo por el delito de hurto y pasible sanción penal previsto en el artículo 327 del
código penal.
Pasados los cinco años desde que se declaró la aceptación con el beneficio de inventario
la autorización judicial ya no es necesaria para enajenar los bienes muebles.
F. ABANDONO DE LA HERENCIA
Esto significa que el heredero con beneficio de inventario que quiera librase de la carga de
la administración de los bienes de la sucesión puede abandonar la totalidad de los bienes
sucesorios en favor de todos los acreedores o legatarios. A este fin, el heredero debe
notificar al juez quien luego de poner en conocimiento de aquéllos procederá al
nombramiento de un administrador judicial, quedando el heredero libre de responsabilidad
en cuanto a las deudas hereditarias.
Hechos los pagos por el administrador judicial en el orden y manera señalados por el juez,
el remanente, si hubiere, será entregado al heredero beneficiario.
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Lo importante de este abandono es que no tiene el efecto de renuncia a la herencia. Sigue
siendo heredero y recibirá el sobrante de los bienes que queden luego de pagados los
acreedores y legatarios.
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