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Análisis Matemático II

1o de Matemáticas

17 de mayo de 2023
Índice

1. Funciones exponenciales y logarítmicas 1


1.1. Potencias de exponente entero o racional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
1.2. Potencias de exponente real. Funciones exponenciales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2.1. Propiedades importantes de las funciones exponenciales . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.3. Funciones logarítmicas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.4. Funciones potenciales y otras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.5. Límites con funciones exponenciales y logarítmicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1.5.1. Comparación de funciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1.5.2. Otros límites importantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

2. La derivada de una función 17


2.1. El problema de la tangente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.2. Derivadas laterales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
2.3. Derivabilidad implica continuidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
2.4. Derivadas de sumas y productos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
2.5. Derivadas de funciones importantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
2.6. Derivadas sucesivas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
2.7. Regla de la cadena. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
2.8. Derivada de la función inversa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

3. Funciones derivables en un intervalo 31


3.1. El teorema del extremo interior. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
3.2. Máximo y mínimo de una función continua en un intervalo cerrado. . . . . . . . . . . . . . 33
3.3. El teorema de Rolle y el teorema del valor medio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
3.3.1. Consecuencias del teorema del valor medio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
3.4. Funciones monótonas y derivables. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
3.5. Criterio de la derivada segunda para la existencia de extremos locales. . . . . . . . . . . . 38
3.6. Funciones convexas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
3.7. Reglas de L’Hôpital. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
3.8. Gráficas de funciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
3.9. Polinomios de Taylor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
3.9.1. El teorema de Taylor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
3.9.2. Fórmulas para el resto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
3.9.3. Ejemplos importantes y aplicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58

4. La integral de Riemann 63
4.1. El problema del área. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
4.2. Sumas superiores e inferiores. Integral superior e integral inferior. . . . . . . . . . . . . . . 64
4.3. Integrabilidad de las funciones continuas y de las funciones monótonas. . . . . . . . . . . . 72
4.4. Linealidad de la integral respecto de las funciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

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iv ÍNDICE

4.5. Monotonía de la integral respecto de las funciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76


4.6. Aditividad de la integral respecto de los intervalos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
4.7. Más funciones integrables. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
4.8. Los teoremas fundamentales del Cálculo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82

5. Cálculo de primitivas. Integrales impropias 91


5.1. Definición y propiedades elementales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
5.2. Primitivas inmediatas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
5.3. Calculo de primitivas por partes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
5.4. Cálculo de primitivas por sustitución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
5.4.1. Cáculo de primitivas por sustitución con u invertible . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
5.5. Primitivas de funciones racionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
5.6. Primitivas de funciones trigonométricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
5.7. Integrales impropias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
5.7.1. Criterios de convergencia de integrales impropias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
5.7.2. Criterio de la integral para series . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

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Tema 1

Funciones exponenciales y logarítmicas

En este tema definiremos rigurosamente las funciones exponenciales y logarítmicas, que juegan un
papel muy importante en Matemáticas.
Empezaremos por definir qué se entiende por potencia de base un número real positivo y exponente
real. En bachillerato e incluso antes, se han estudiado potencias, operaciones con potencias, ecuaciones con
potencias etc., pero quizás hemos usado algunos conceptos sin saber realmente su significado. Por ejemplo,
sabemos lo que quiere decir algo como 23 √ó π 1200 √; eso es fácil: 23 = 2 · 2 · 2 y π 1200 = π × π × . . .
2 π
mil doscientas veces, pero ¿qué significa 2 ó ( 3) ?
Para definir cosas así seguiremos una idea simple (aunque llevarla a la práctica requiere un poco de
trabajo): definiremos primero las potencias de base un número real positivo y exponente racional, es decir,
1 2
cosas como π 2 ó 3− 5 (esto es algo que sí se hace en los cursos de Bachillerato) y luego, para definir una
potencia de exponente un número real cualquiera, aproximaremos este número por números racionales.
Para eso necesitaremos lo que hemos aprendido en Análisis I sobre R y los teoremas que nos aseguran la
convergencia de sucesiones.
El tema está dividido en cinco secciones. En la primera recordaremos las definiciones y propiedades
de las potencias de exponente entero y racional. En la segunda se definen las potencias de exponente
un número real cualquiera, se introducen las funciones exponenciales y se prueban sus propiedades más
importantes. La tercera sección está dedicada a las funciones logarítmicas y en la cuarta se aplican los
conceptos y resultados previamente establecidos para definir, entre otras, las funciones potenciales. En la
última sección se estudian límites de sucesiones y funciones en los que aparecen exponenciales y logaritmos.

1.1. Potencias de exponente entero o racional.


1.1 Definición. Sea a un número real, definimos

a1 = a , an+1 = a · an , para todo n ∈ N .


m
Esa es una formulación rigurosa, por recurrencia, de la habitual con “. . . ” : am = a · .^
.. · a .
Se verifican las siguientes propiedades. Las demostraciones (por inducción) las dejamos como ejercicio.
1.2 Teorema. Sean a y b números reales y m y n números naturales. Entonces:
1. am+n = am an ;
2. (am )n = amn ;
3. (ab)n = an bn ;
4. si b 6= 0, (a/b)n = an /bn .

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2 FUNCIONES EXPONENCIALES Y LOGARÍTMICAS

A continuación, definiremos las potencias de base real y exponente entero no natural, de forma que
las propiedades establecidas en el teorema anterior se verifiquen para m y n en Z.

1.3 Definición. Sea a un número real distinto de 0. Definimos a0 = 1 y si n es un entero negativo,


an = 1/a−n .

Con esta definición, se verifican las propiedades del teorema 1.2 cuando m y n son enteros cualesquiera
(demostrarlo).
El siguiente paso consiste en definir ax cuando a es un número real positivo y x es un número racional
cualquiera. Se quiere extender las definiciones 1.1 y 1.3 y que se verifiquen las propiedades recogidas en
el teorema 1.2, cuando los exponentes sean números racionales. Por ejemplo, si queremos que valga la
propiedad 2, debería tenerse que para x = p/q con p y q enteros, fuese (ap/q )q = ap ; ésto nos sugiere
claramente la definición de ap/q :

1.4 Definición. Sea a un número real positivo y sea p/q, con p entero y q natural, un número√racional.
Definimos ap/q como el único número real positivo que elevado a q nos da ap , es decir, ap/q = q ap .
√ √
Nótese que q ap = ( q a )p (justificarlo).
La existencia de la raíz q-ésima positiva de ap está garantizada por el siguiente teorema que ya
conocemos:

1.5 Teorema. Si x es un número real positivo y n es natural, existe un único número real positivo, y,
tal que y n = x.

Para que la definición sea válida debemos comprobar que no depende del representante del número
0
racional que elijamos, es decir debemos probar que si pq = pq0 (o lo que es lo mismo, pq 0 = qp0 , donde p y
√ √
q0
p0 son enteros y q y q 0 naturales), entonces q ap = ap0 . Demostrar eso como ejercicio.
La unicidad de la raíz q-ésima positiva y las propiedades elementales de las potencias de exponente
entero establecidas en el teorema 1.2 nos permiten obtener el siguiente resultado:

1.6 Teorema. Sean a y b números reales positivos y sean r y s números racionales. Entonces:

1. ar+s = ar as ;

2. (ar )s = ars ;

3. (ab)r = ar br ;

4. (a/b)r = ar /br ;

5. si a > 1 y r < s, se tiene ar < as ;

6. si a < 1 y r < s, se tiene ar > as .

7. si {an } es una sucesión de números reales positivos con límite el número positivo a y r ∈ Q, entonces
lı́m{arn } = ar . En otras palabras, si r ∈ Q, la función pr : (0, ∞) → (0, ∞), pr (x) = xr , es continua.

Demostración. Veamos la demostración de 5 y 6. El resto lo dejamos como ejercicio. √


5. Si a > 1 y pq es un racional positivo (suponemos p > 0, q > 0), se cumple claramente que q a > 1
√ p p
y también que ( q a) > 1, es decir a q > 1. Ahora, dados r, s ∈ Q con r < s se cumple que s − r > 0,
y si aplicamos lo anterior a s − r se tiene que as−r > 1; pero as−r = as a−r (por 1), luego se tiene que
as a1r > 1, y por tanto as > ar (recordemos que es siempre ar > 0).
6. Se deduce de 5. En efecto (por 2) podemos poner ar = (a−1 )−r . Como a < 1 se cumple que a−1 > 1,
y como r < s, se cumple que −s < −r; por tanto aplicando 6 obtenemos que (a−1 )−r > (a−1 )−s , es decir
ar > as .

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1.2 Potencias de exponente real. Funciones exponenciales. 3

1.2. Potencias de exponente real. Funciones exponenciales.


Nuestro próximo objetivo es definir ax , donde a es un número real positivo y x es un número real
cualquiera. Lo que haremos será aproximar x mediante una sucesión de números racionales {rn } que
converja a x y definir ax como el límite de {arn }. Naturalmente, ésto requiere una preparación, que está
contenida en los tres próximos resultados.

1.7 Proposición. Sea a un número real positivo y sea {rn } una sucesión de números racionales con
límite 0. Entonces, la sucesión {arn } tiene límite 1.

Demostración. Si a = 1 es obvio. Supongamos que a > 1. Sea ε > 0. Como las sucesiones {a1/n } y {a−1/n }
tienen límite 1, existe n0 ∈ N tal que |a1/n0 − 1| < ε y |a−1/n0 − 1| < ε. Es decir,

(1.8) 1 − ε < a1/n0 < 1 + ε y 1 − ε < a−1/n0 < 1 + ε.

Por otra parte, como {rn } tiene límite 0, dado 1/n0 existe n1 ∈ N tal que para todo n ≥ n1 se tiene
−1/n0 < rn < 1/n0 . La propiedad (5 ) de las potencias de exponente racional y base mayor que 1 nos
asegura que si n ≥ n1 , entonces a−1/n0 < arn < a1/n0 . Por lo tanto, teniendo en cuenta (1.8), obtenemos

1 − ε < a−1/n0 < arn < a1/n0 < 1 + ε

para todo n ≥ n1 , así que |arn − 1| < ε para todo n ≥ n1 .


Si a es menor que 1, el resultado se obtiene considerando el número 1/a, que es mayor que 1, y
aplicando a éste lo probado anteriormente.

1.9 Lema. Sea a un número real positivo y sea {sn } una sucesión monótona convergente de números
racionales. Entonces, la sucesión {asn } es convergente.

Demostración. Si a = 1 es obvio. Como {sn } es convergente, entonces es acotada, y por tanto existen
M, N ∈ Z tales que M ≤ sn ≤ N para todo n ∈ N. Supongamos que a es mayor que 1. Entonces por la
propiedad (5 ) se sigue que aM ≤ asn ≤ aN para todo n ∈ N, y además {asn } es monótona. Luego al ser
{asn } monónotona y acotada, se tiene que {asn } es convergente.
Si ahora suponemos que a < 1, entonces por la propiedad (6 ) se sigue que aM ≥ asn ≥ aN para todo
n ∈ N, y además {asn } es monótona. Luego al ser {asn } monónotona y acotada, se tiene que {asn } es
convergente.

1.10 Teorema. Sea a un número real positivo y sea {rn } una sucesión convergente de números racionales.
Entonces, {arn } es convergente. Además, si {rn } y {pn } son dos sucesiones de números racionales que
tienen el mismo límite, {arn } y {apn } también tienen el mismo límite.

Demostración. Sea x0 el límite de la sucesión {rn }. Sea {sn } una sucesión monótona de racionales con
límite x0 (usamos algo que ya conocemos: todo número real es límite de una sucesión monótona de
números racionales). El lema anterior nos dice que {asn } es convergente. Sea ` su límite. Veamos que
{arn } tiene límite `. La propiedad (1 ) de las potencias de base real y exponente racional nos asegura que
arn = asn arn −sn para todo n. La sucesión {rn −sn } es una sucesión de números racionales que tiene límite
0. Según la proposición 1.7, lı́m{a(rn −sn ) } = 1. Por tanto, {arn } tiene límite `, ya que es el producto de
{asn } y {arn −sn }, que tienen límites ` y 1, respectivamente.

El teorema anterior nos permite definir ax cuando a > 0 y x ∈ R:

1.11 Definición. Si a es un número real positivo y x es un número real cualquiera, se define ax como el
límite de la sucesión {arn }, donde {rn } es una sucesión de números racionales que converge a x.

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4 FUNCIONES EXPONENCIALES Y LOGARÍTMICAS

La definición es correcta, ya que el teorema 1.10 asegura que:


(1) si {rn } es una sucesión de números racionales que converge a x, entonces {arn } tiene límite, y (2) que
el límite es independiente de la sucesión de racionales elegida.
Además, si x es racional, el valor de ax obtenido mediante la definición 1.11 coincide con el obtenido
aplicando la definición 1.4. Para convencerse, basta considerar, cuando x es racional, la sucesión rn = x
para todo n.
Las potencias que acabamos de definir cumplen las propiedades que queremos:

1.12 Teorema. Sean a y b dos números reales positivos. Entonces:

1. Para todos los x, y ∈ R se tiene que ax+y = ax ay .

2. Para todo x ∈ R se tiene que (ab)x = ax bx .


ax
3. Para todo x ∈ R se tiene que ( ab )x = bx .

4. Para todo x ∈ R se tiene que ax 6= 0 y que ax = 1/a−x .

5. Para todo x ∈ R, ax > 0.

6. Si a > 1 y x > 0, entonces ax > 1.

7. Si a < 1 y x > 0, entonces ax < 1.

8. Si x, y ∈ R con x < y y a > 1, entonces ax < ay .

9. Si x, y ∈ R con x < y y a < 1, entonces ax > ay .

10. Sean xn ∈ R con lı́m{xn } = x, entonces lı́m{axn } = ax .

11. Cualesquiera que sean x, y ∈ R, se tiene que (ax )y = axy .

Demostración. 1. Sean {rn } y {sn } sucesiones de racionales con límites x e y respectivamente. Entonces,
{rn + sn } es una sucesión de racionales con límite x + y y, de acuerdo con la definición 1.11, tenemos
ax = lı́m{arn }, ay = lı́m{asn } y ax+y = lı́m{arn +sn }. Como, por otra parte, la propiedad (1 ) de las
potencias de exponente racional nos asegura que arn +sn = arn asn para todo n, podemos concluir

ax+y = lı́m{arn +sn } = lı́m{arn asn } = lı́m{arn } lı́m{asn } = ax ay .

2 y 3. Las demostraciones son análogas a la de (1 ).


4. Si aplicamos la propiedad (1) a los números x y −x, obtenemos ax a−x = a0 = 1, de donde deducimos
que ax 6= 0 y que ax = 1/a−x .
5. Sea x ∈ R. Por (1 ), ax = ax/2 ax/2 = (ax/2 )2 , es decir, ax ≥ 0, puesto que es un cuadrado. Como la
posibilidad ax = 0 acaba de ser descartada al probar la propiedad (4 ), necesariamente se tiene ax > 0.
6. Supongamos que a es mayor que 1 y que x es positivo. Sea {rn } una sucesión creciente de números
racionales positivos con límite x (esta sucesión existe porque x es positivo). Entonces, por ser a > 1, la
sucesión {arn } es creciente y todos sus términos son mayores que ar1 . Por tanto, su límite, que es ax , es
también mayor o igual que ar1 y ar1 > 1.
7. La prueba de esta propiedad se deja como ejercicio.
8. Sea a > 1 y sean x e y dos números reales con x < y. Sea h = y − x. Como el número h es positivo,
se tiene ah > 1 (propiedad (6 )) y, por tanto,

ay = ax+h = ax ah > ax ,

donde la última desigualdad es cierta debido a que ax es positivo.


9. La demostración de esta propiedad es similar a la de la propiedad anterior y queda como ejercicio.

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1.2 Potencias de exponente real. Funciones exponenciales. 5

10. Si a = 1 es obvio. Supongamos que a es mayor que 1 y que {xn } es una sucesión de números
reales que converge a x. Sea {rn } una sucesión de racionales tal que xn − 1/n < rn < xn , para todo
n ∈ N. Entonces, por el criterio del sandwich, lı́m{rn } = x, y, por tanto, lı́m{rn + 1/n} = x. El hecho
de que a > 1 y la desigualdad rn < xn < rn + 1/n, para todo n ∈ N, nos dan que arn < axn < arn +1/n ,
para todo n ∈ N. Ahora no hay más que tener en cuenta cómo se ha definido ax , y que tanto {rn } como
{rn + 1/n}, son sucesiones de racionales con límite x, para obtener, usando el mismo criterio que antes,
que lı́m{axn } = ax .
Dejamos como ejercicio hacer las modificaciones necesarias para probar esta propiedad en el caso a < 1.
11. Supongamos primero que x ∈ R y que y es racional. Sea {rn } una sucesión de números racionales
con límite x. Entonces, {rn y} es una sucesión de números racionales que tiene límite xy y, de acuerdo con
la definición 1.11, axy = lı́m{arn y }. Además, arn y = (arn )y para todo n ∈ N, ya que y y todos los rn son
racionales (aplicamos la propiedad (2 ) de las potencias de exponente racional). Por tanto, tenemos que
axy = lı́m{(arn )y }. Para terminar, como y es racional, podemos aplicar (7 ) del teorema 1.6 a la sucesión
{arn }, cuyo límite es ax , obteniendo lı́m{(arn )y } = (ax )y . Así queda probado que axy = (ax )y cuando x
es un número real cualquiera e y es racional.
Si x e y son dos números reales cualesquiera, sea {sn } una sucesión de racionales con límite y. Entonces,
{xsn } es una sucesión (cuyos términos no son necesariamente racionales) que converge a xy. La propiedad
(10 ) (y no la definición 1.11), nos garantiza que axy = lı́m{axsn }. Para cada n ∈ N, axsn es una potencia
cuyo exponente es el producto del número real x y el número racional sn , de manera que, como acabamos
de ver, axsn = (ax )sn para todo n ∈ N. Finalmente, (ax )y es, por definición, el límite de la sucesión
{(ax )sn }, con lo que concluye la prueba. Resumiendo, hemos visto que

axy = lı́m{axsn } = lı́m{(ax )sn } = (ax )y ,

donde la primera igualdad es cierta por la propiedad (10 ), la segunda igualdad se obtiene aplicando el
caso particular demostrado previamente y la tercera igualdad es la definición de (ax )y .
La posibilidad de calcular potencias ax , donde a es un número real positivo y x es un número real
cualquiera, nos permite considerar un amplio tipo de funciones nuevas a las que llamaremos funciones
exponenciales. Más precisamente, si a es un número real positivo y distinto de 1, la función

fa : R → R definida por fa (x) = ax

se llamará función exponencial de base a. La función exponencial de base e suele llamarse simplemente
función exponencial.

1.2.1. Propiedades importantes de las funciones exponenciales


El teorema 1.12 nos ha proporcionado varias propiedades importantes de las funciones exponen-
ciales. Las enunciamos a continuación:
• La propiedad (5 ) nos dice que las funciones exponenciales solo toman valores positivos.
• Según las propiedades (8 ) y (9 ), las funciones fa con a > 1 son estrictamente crecientes y las
funciones fa con a < 1 son estrictamente decrecientes.
• La propiedad (10 ) nos dice que las funciones exponenciales son continuas en todo x ∈ R (por la
caracterización de la continuidad mediante sucesiones).
El siguiente teorema nos da otras propiedades también muy importantes de las funciones exponenciales.
1.13 Teorema. Sea a un número real positivo distinto de 1. Entonces:
1. Si a > 1, se tiene que lı́mx→−∞ ax = 0 y que lı́mx→∞ ax = ∞.
2. Si a < 1, se tiene que lı́mx→−∞ ax = ∞ y que lı́mx→∞ ax = 0.
3. El conjunto imagen de la función fa es (0, ∞).

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6 FUNCIONES EXPONENCIALES Y LOGARÍTMICAS

Demostración. 1. Veamos primero que que lı́mx→∞ ax = ∞: Sea K ∈ R. Como a > 1 se tiene que
lı́m{an } = ∞, por lo tanto, existe n0 ∈ N tal que an > K para todo n ≥ n0 , en particular, an0 > K. En
consecuencia, para todo x > n0 , se tiene (por ser fa estrictamente creciente si a > 1) que ax > an0 > K.
La demostración de (1 ) queda terminada teniendo en cuenta que

1
lı́m ax = lı́m a−x = lı́m = 0.
x→−∞ x→+∞ x→+∞ ax
2. La demostración de esta propiedad es similar a la anterior y se deja como ejercicio.
3. Supongamos que a > 1. La información que tenemos sobre la función fa es: fa es continua y
estrictamente creciente, fa (x) > 0 para todo x ∈ R, lı́mx→−∞ fa (x) = 0 y lı́mx→∞ fa (x) = ∞. El hecho
de que la imagen de fa sea (0, ∞) es una sencilla consecuencia de la propiedad de los valores intermedios
de las funciones continuas. Sea y un número real positivo. Veamos que existe x ∈ R tal que fa (x) = y.
Como lı́mx→−∞ fa (x) = 0, existe w ∈ R tal que fa (w) < y (piense qué sucedería si fa (w) ≥ y para todo
w ∈ R). Por otra parte, como lı́mx→∞ fa (x) = ∞, existe z ∈ R, que puede tomarse mayor que w, tal que
fa (z) > y. La función fa es continua en el intervalo [w, z] e y es un valor intermedio entre fa (w) y fa (z).
La propiedad de los valores intermedios de las funciones continuas nos asegura que existe x ∈ (w, z) tal
que fa (x) = y. En el caso a < 1 se razona de forma análoga.
El uso de la propiedad de los valores intermedios de las funciones continuas para determinar la imagen
de una función continua es una técnica a la que se recurre con frecuencia, y es conveniente aprenderla.

Las propiedades anteriores nos permiten dibujar las gráficas de las funciones exponenciales (fig. 1.1).

�� ����<�<�� �� ���� >�

-1 1

Figura 1.1. Gráficas de algunas funciones exponenciales

Las gráficas de las funciones exponenciales de base mayor que 1 tienen todas la misma forma. Lo
mismo sucede con las funciones exponenciales de base menor que 1.
Que las gráficas de, por ejemplo, dos funciones exponenciales de base mayor que 1 ‘tengan la misma
forma’ no significa, obviamente, que pasen por los mismos puntos. En el próximo teorema se establecen
las relaciones que existen entre funciones exponenciales con diferentes bases (fig. 1.2).

1.14 Teorema. 1. Si 0<a<b y x>0, entonces ax < bx .

2. Si 0<a<b y x<0, entonces ax > bx .

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1.3 Funciones logarítmicas. 7

1 x
3x
3
1 x

2 2x

1/2
1/3

-1 0 1

Figura 1.2. Gráficas de algunas funciones exponenciales

Demostración. Para demostrar (1 ) observamos que ab > 1 ya que 0 < a < b. Entonces, por la propiedad
(6 ) del Teorema 1.12,  x
b bx
1< = x.
a a
Finalmente, multiplicando por ax y teniendo en cuenta que ax > 0 obtenemos ax < bx para todo x > 0.
La demostración de (2 ) es análoga.

1.3. Funciones logarítmicas.


Sea a un número positivo distinto de 1. Sabemos que la función fa (x) = ax es inyectiva y que su
imagen es el intervalo (0, ∞). Se sigue que fa tiene inversa. La función
fa−1 : (0, ∞) → R ,
se llama función logaritmo en base a. Si x es un número real positivo, el número fa−1 (x) se llama logaritmo
en base a de x, y se representa con el símbolo loga (x). Por tanto, la expresión y = loga (x) significa que y
es el único número real tal que ay = x.
Notación
La función logarítmica en base e suele llamarse función logaritmo neperiano. El nombre viene de
John Napier, un matemático escocés del siglo XVI que introdujo los logaritmos. Cuando escribamos log
o digamos logaritmo, sin hacer mención a la base, entenderemos que estamos hablando de logaritmos
neperianos. En Matemáticas (al contrario que en ingeniería o en otras aplicaciones) normalmente no se
utiliza la notación ln.
Las propiedades más importantes de los logaritmos y de las funciones logarítmicas se recogen en el
siguiente teorema:

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8 FUNCIONES EXPONENCIALES Y LOGARÍTMICAS

1.15 Teorema. Sea a ∈ R, a > 0, a 6= 1. Entonces:

1. Si x, y ∈ R, x > 0, y > 0, se tiene que loga (xy) = loga (x) + loga (y).
2. Si x ∈ R, x > 0, loga (1/x) = − loga (x).
3. Si x, y ∈ R, x > 0, y > 0, loga (x/y) = loga (x) − loga (y).
4. Si x ∈ R, x > 0 e y ∈ R entonces loga (xy ) = y loga (x).
5. La función logaritmo en base a, loga , es continua en (0, ∞).
6. Si a > 1, la función loga estrictamente creciente.
7. Si a < 1, la función loga es estrictamente decreciente.
8. Si a > 1, lı́mx→∞ loga (x) = ∞ y lı́mx→0+ loga (x) = −∞.
9. Si a < 1, lı́mx→∞ loga (x) = −∞ y lı́mx→0+ loga (x) = ∞.

Demostración. Cada una de las propiedades enunciadas se corresponde con una propiedad de las funciones
exponenciales. Para probar cada propiedad lo que haremos será trasladarnos al terreno de las exponen-
ciales (mediante la definición de logaritmo) y, una vez allí, aplicar la propiedad correspondiente de las
exponenciales.
1. Sean x e y dos números reales positivos. Como loga (xy) es el único número real z tal que az = xy,
tendremos que probar que aloga (x)+loga (y) = xy. En efecto:

aloga (x)+loga (y) = aloga (x) aloga (y) = xy,

donde la primera igualdad se sigue de aplicar la propiedad (1 ) del teorema 1.12 y la segunda igualdad no
es más que la definición de loga (x) y loga (y).
2. Sea x un número real positivo. Sabemos que loga (1/x) es el único número real z tal que az = 1/x.
Por tanto, habremos terminado si probamos que a− loga (x) = 1/x. En efecto,

a− loga (x) = 1/aloga (x) = 1/x,

donde para conseguir la primera igualdad se emplea la propiedad (4 ) del teorema 1.12 y la segunda
igualdad se deduce directamente de la definición de loga (x).
3. Es consecuencia inmediata de (1 ) y (2 ).
4. Basta probar que ay loga (x) = xy . Esto es consecuencia de la propiedad (11 ) del teorema 1.12, ya
que
ay loga (x) = (aloga (x) )y = xy .
5. La continuidad de las funciones logarítmicas es consecuencia del teorema general sobre continuidad
de la función inversa de una función continua: Si f es una función inyectiva y continua en un intervalo I,
entonces f −1 es continua en f (I). Este teorema es aplicable a la función fa , que es inyectiva y continua
en el intervalo (−∞, ∞), obteniéndose que fa−1 (x) = loga (x) es continua en (0, ∞).
6. Se sabe que la función inversa de una función estrictamente creciente es también estrictamente
creciente. Como fa (x) = ax es estrictamente creciente si a > 1, su función inversa, la función logaritmo
en base a, es estrictamente creciente.
7. El argumento es el mismo que el de la propiedad anterior, sin más que cambiar estrictamente
creciente por estrictamente decreciente.
8. Para demostrar que lı́mx→∞ loga (x) = ∞ cuando a > 1, tenemos que probar que para todo K ∈ R
existe M ∈ R tal que para todo x ∈ (0, ∞) con x > M se tiene que loga (x) > K. Sea pues K ∈ R.
Tomemos M = aK (se tiene que M > 0). Entonces, para todo x > M , se tiene que

loga (x) > loga (aK ) = K .

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1.3 Funciones logarítmicas. 9

Obsérvese que se ha usado que las funciones logarítmicas en base mayor que 1 son estrictamente crecientes.
Para demostrar que lı́mx→0+ loga (x) = −∞ si a > 1, tenemos que probar que para todo K ∈ R existe
δ > 0 tal que para todo x ∈ (0, δ) se tiene que loga (x) < K. Sea pues K ∈ R. Tomemos δ = aK (se tiene
que δ > 0). Entonces, para todo x ∈ (0, δ) se tiene que

loga (x) < loga (δ) = loga (aK ) = K ,

ya que, por ser a > 1, la función loga es estrictamente creciente.


9. La prueba de esta última propiedad se realiza mediante un argumento similar al de la propiedad
anterior y se deja como ejercicio.

Como al estudiar las funciones exponenciales, las propiedades de las funciones logarítmicas nos per-
miten dibujar las gráficas de dichas funciones. Las gráficas de las funciones logarítmicas de base mayor
que 1 tienen todas la misma forma. Lo mismo sucede con las funciones logarítmicas de base menor que 1
(figura 1.3).

ax , a > 1 ax , 0 < a < 1

1 1

loga x , a>1 a

-1 1 -1 1
log a x , 0 < a < 1

fa , loga si a > 1 fa , loga si 0 < a < 1

Figura 1.3. Funciones exponenciales y logarítmicas

En el siguiente teorema se establece la relación que existe entre las funciones logarítmicas con diferentes
bases.

1.16 Teorema. Sean a, b ∈ R, a, b > 0, a 6= 1, b 6= 1. Entonces para todo x ∈ R, x > 0 se cumple

loga (x)
logb (x) = .
loga (b)

Demostración. Eso equivale a probar que loga (b) logb (x) = loga (x), es decir que aloga (b) logb (x) = x.
Esto es inmediato por la propiedad 11 de las potencias: aloga (b) logb (x) = (aloga (b) )logb (x) = blogb (x) = x.

Ejercicio. Usar lo anterior para demostrar que si 0 < a < b < 1 ó 1<a<b entonces

loga (x) > logb (x) , si x > 1 ;

loga (x) < logb (x) , si 0 < x < 1 .

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10 FUNCIONES EXPONENCIALES Y LOGARÍTMICAS

1.4. Funciones potenciales y otras.


La definición de potencia de base un número real positivo y exponente un número real cualquiera nos
permite considerar una nueva clase de funciones: las funciones potenciales. Si α es un número real distinto
de 0, llamaremos función potencial de exponente α a
pα : (0, ∞) → R definida por pα (x) = xα .
Las propiedades de las funciones pα se recogen en el siguiente teorema (ver figura 1.4).

Figura 1.4. Gráficas de pα (pα (x) = xα ) para algunos α .

1.17 Teorema. Sea α un número real distinto de 0. Entonces:


1. Si α > 0, pα es estrictamente creciente.
2. Si α < 0, pα es estrictamente decreciente.
3. La función pα es continua.
4. Si α > 0, lı́mx→0+ xα = 0 y lı́mx→∞ xα = ∞.
5. Si α < 0, lı́mx→0+ xα = ∞ y lı́mx→∞ xα = 0.
Demostración. Todas las propiedades de las funciones pα se obtienen inmediatamente a partir de las
propiedades de las funciones exponenciales y logarítmicas, ya que
xα = eα log x
(podría usarse cualquier otra base distinta de e).
Las funciones pα son casos particulares de una situación más general. Si f y g son dos funciones con
dominio D y f (x) > 0 para todo x ∈ D, puede definirse una nueva función h : D → R por h(x) = f (x)g(x) .
La definición es correcta, puesto que, para cada x ∈ D, f (x) es un número positivo.
Las propiedades que pueda tener h serán consecuencias de las propiedades de f y de g y de las
propiedades de las funciones logarítmicas y exponenciales, ya que
f (x)g(x) = eg(x) log(f (x)) .
Así, por ejemplo, si a ∈ D y las funciones f y g son ambas continuas en a, entonces h es continua en a,
ya que la función log f es continua en a (porque es la composición de f , que es continua en a, y log, que
es continua en f (a)), g log f es continua en a (porque es el producto de dos funciones continuas en a) y,
por último, la composición de la función g log f con la función exponencial (en este orden), es continua
en a (g log f es continua en a y la exponencial es continua en g(a) log(f (a))).

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1.5 Límites con funciones exponenciales y logarítmicas 11

1.5. Límites con funciones exponenciales y logarítmicas


1.5.1. Comparación de funciones
En lo anterior hemos visto que,
si a > 1 , lı́m ax = +∞ ,
x→+∞

si α > 0 , lı́m xα = +∞,


x→+∞

lı́m log x = +∞ ,
x→+∞

por tanto (con esas condiciones sobre a y α) ax , xα y log x son ‘muy grandes’ cuando x es grande. Una
manera de comparar el tamaño de esas funciones es estudiar el límite de sus cocientes:
1.18 Teorema. Sean a > 1, α > 0, entonces
ax
(1) lı́m = +∞ .
x→+∞ xα


(2) lı́m = +∞ .
x→+∞ loga x

Demostración. Veamos primero (1) en el caso α = 1, es decir vamos a probar que


ax
lı́m = +∞ .
x→+∞ x

Debemos demostrar que


ax
para todo K > 0 existe r > 0 tal que si x > r entonces > K.
x
n
a
Sabemos que { n+1 } → +∞ (eso es fácil, puede verse, por ejemplo, mediante el criterio del cociente para
an
sucesiones). Por tanto, dado K > 0 existe N ∈ N tal que si n ≥ N se cumple que n+1 > K. Veamos
que ese N “sirve como r” para ese K: en efecto, si x > N existirá m ∈ N, m ≥ N , tal que m ≤ x < m + 1
(¿quién es m?), y se cumplirá entonces (justificar eso)
ax am
> > K.
x m+1
El caso α 6= 1 es ahora fácil, basta escribir
x α 1

ax (a α )x


= = ,
xα x x
1
y usar lo anterior (nótese que a α > 1).
Veamos que (2) se deduce de (1). En efecto, se puede escribir
xα aα loga x (aα )loga x
= = .
loga x loga x loga x
Si aplicamos lo anterior (usamos que aα > 1) y que lı́mx→+∞ loga x = +∞, se obtiene la conclusión
(terminar los detalles, por ejemplo, usar la caracterización por sucesiones de límites en +∞).
Si a > 1 y α > 0, el apartado (1) de la proposición nos dice que cuando x se hace muy grande, ax se
hace “mucho más grande” que xα ; tanto, que los cocientes tienen límite +∞. Análogamente, (2) nos dice
que cuando x se hace muy grande, xα se hace “mucho más grande” que loga x; tanto, que los cocientes
tienen límite +∞. El teorema nos da una “graduación” del tamaño de esas funciones cuando x → ∞.

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12 FUNCIONES EXPONENCIALES Y LOGARÍTMICAS

1.5.2. Otros límites importantes


Sean {an } y {bn } dos sucesiones de números reales con an > 0 para todo n. Tiene sentido considerar
la sucesión {abnn }. Para calcular límites de sucesiones de este tipo podemos usar el siguiente teorema:

1.19 Teorema. Sean {an } y {bn } dos sucesiones de números reales con an > 0 para todo n.

1. Si lı́m{an } = a ∈ R, a > 0, y lı́m{bn } = b ∈ R, entonces lı́m{abnn } = ab .

2. Si lı́m{an } = 0 y lı́m{bn } = b ∈ R, b > 0, entonces lı́m{abnn } = 0.

3. Si lı́m{an } = 0 y lı́m{bn } = b ∈ R, b < 0, entonces lı́m{abnn } = ∞.

4. Si lı́m{an } = a ∈ R, a > 1, y lı́m{bn } = ∞, entonces lı́m{abnn } = ∞.

5. Si lı́m{an } = a ∈ R, a > 1, y lı́m{bn } = −∞, entonces lı́m{abnn } = 0.

6. Si lı́m{an } = a ∈ R, 0 ≤ a < 1, y lı́m{bn } = ∞, entonces lı́m{abnn } = 0.

7. Si lı́m{an } = a ∈ R, 0 ≤ a < 1, y lı́m{bn } = −∞, entonces lı́m{abnn } = ∞.

8. Si lı́m{an } = ∞ y lı́m{bn } = b ∈ R, b > 0, entonces lı́m{abnn } = ∞.

9. Si lı́m{an } = ∞ y lı́m{bn } = b ∈ R, b < 0, entonces lı́m{abnn } = 0.

10. Si lı́m{an } = ∞ y lı́m{bn } = ∞, entonces lı́m{abnn } = ∞.

11. Si lı́m{an } = ∞ y lı́m{bn } = −∞, entonces lı́m{abnn } = 0.

Demostración. La demostración de todos los apartados se realiza teniendo en cuenta, una vez más, que
abnn = ebn log an . Veamos, por ejemplo, (4 ):
Como lı́m{an } = a > 1, se tiene, por la continuidad de la función logaritmo, que lı́m{log an } = log a.
Además, log a > 0. Como lı́m{bn } = ∞ y lı́m{log an } = log a > 0, las reglas de cálculo sobre límite del
producto de sucesiones nos dicen que lı́m{bn log an } = ∞. Por último, la propiedad (1 ) del teorema 1.13
de la función exponencial da lı́m{abnn } = lı́m{ebn log an } = ∞.
El resto de las propiedades se prueban análogamente (ejercicio).

Conviene, antes de aprender las reglas de cálculo de memoria, acostumbrarse a realizar argumentos
intuitivos sobre el tamaño de los números que forman la sucesión, con el objetivo de hacerse una idea
fiable sobre el valor del límite (y después probarlo de forma rigurosa). También es útil escribir la sucesión
como {ebn log an } y aplicar las propiedades de exponenciales y logaritmos.
Para límites de funciones se tienen resultados análogos a los anteriores, por ejemplo, podemos enunciar:

1.20 Proposición. Sea D ⊂ R y sean f, g : D → R, tal que f (x) > 0 para todo x ∈ D (está definido,
por tanto, para todo x ∈ D, el número f (x)g(x) ).
Sea a punto de acumulación de D y supongamos que existen, en R,
lı́mx→a f (x) = L > 0 y lı́mx→a g(x) = M , entonces

lı́m f (x)g(x) = LM .
x→a

Demostración. De nuevo, basta escribir f (x)g(x) = eg(x) log f (x) .

Las situaciones no incluidas entre las reglas de cálculo anteriores son casos de indeterminación, es
decir, situaciones en las que la existencia o no existencia del límite y el valor de éste no dependen solo de
los límites de {an } y {bn }, sino de quienes sean las sucesiones {an } y {bn }. Los casos de indeterminación
son:

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1.5 Límites con funciones exponenciales y logarítmicas 13

1. lı́m{an } = 1 y lı́m{bn } = ∞ ó −∞.


2. lı́m{an } = 0 y lı́m{bn } = 0.
3. lı́m{an } = ∞ y lı́m{bn } = 0.

Como ejercicio, buscar ejemplos de cada una de las situaciones anteriores que prueben que, efectiva-
mente, corresponden a casos de indeterminación.
Estos casos pueden tratarse, en general, escribiendo la sucesión {abnn } en la forma {ebn log an }, con lo
que se reduce el problema a estudiar la convergencia de la sucesión {bn log an }. Esto último puede hacerse
usando los métodos de cálculo de límites de sucesiones estudiados hasta ahora.
La situación del punto 1 
puede recibir
n un tratamiento específico usando un caso particular que ya
conocemos: sabemos que lı́m 1 + n1 = e, el teorema siguiente usa eso para resolver muchos casos
más.
1.21 Teorema. Sea {xn } un sucesión de números reales. Supongamos que
a) lı́m{xn } = +∞ y xn > 0 para todo n ∈ N
o que
b) lı́m{xn } = −∞ y xn < −1 para todo n ∈ N,
entonces   xn 
1
lı́m 1+ =e.
xn
Demostración. a) Si fuese {xn } ⊂ N, es decir si xn = mn con mn ∈ N y {mn } → +∞, es facil ver que se
cumple la conclusión:  mn 
1
lı́m 1+ =e.
mn
n
(Se prueba fácilmente que eso vale en realidad para cualquier sucesión {an }, no solo para 1 + n1

:
si lı́m{an } = L (L ∈ R, L = +∞ ó L = −∞) y formamos la sucesión {amn }, entonces lı́m{amn } = L.
Nótese que {amn } no es necesariamente una subsucesión de {an }.)
Ahora, para una {xn } cualquiera con xn > 0 y lı́m{xn } = +∞, se tiene que {E(xn )} (E ≡ parte
entera) es una sucesión de naturales (. . . a partir de un lugar será xn > 1 y por tanto a partir de ese lugar
E(xn ) 6= 0) y lı́m{E(xn )} = +∞ (porque xn < E(xn ) + 1). Por otra parte, por las propiedades de orden
de las potencias (¡esa es la clave!) se cumple
 E(xn )   xn  E(xn )+1
1 1 1
(*) 1+ < 1+ < 1+ .
E(xn ) + 1 xn E(xn )
Por lo que acabamos de decir ( E(xn ) )
1
lı́m 1+ =e,
E(xn )
y también se cumple que
( E(xn ) ) ( E(xn )+1 )
1 1
lı́m 1+ =e , lı́m 1+ =e
E(xn ) + 1 E(xn )

(justificar esto). Usando eso y (*) se obtiene que


 xn 
1
lı́m 1+ =e.
xn

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14 FUNCIONES EXPONENCIALES Y LOGARÍTMICAS

El caso en que {xn } satisface b) se deduce del anterior y de las propiedades de las potencias. En efecto,
  xn   xn −xn 
1 xn + 1 xn
1+ = =
xn xn xn + 1
 −xn  −xn
1 1
= 1− = 1+
xn + 1 −xn − 1
 −xn −1  
1 1
= 1+ 1+ .
−xn − 1 −xn − 1

Basta ahora usar el caso a) con la sucesión {−xn − 1}.

Como corolario se obtiene

1.22 Corolario. Si {xn } es una sucesión de números reales no nulos tal que 1 + 1/xn > 0 para todo
n ∈ N y tal que lı́m{|xn |} = ∞, entonces lı́m {(1 + 1/xn )xn } = e.

Demostración. Ejercicio.

Veamos cómo podemos aplicar lo anterior a sucesiones del tipo de indeterminación 1, que hemos
mencionado antes:
Supongamos que queremos estudiar el límite de una sucesión {abnn }, donde an > 0 para todo n ∈ N,
an 6= 1 para todo n ∈ N, lı́m{an } = 1 y lı́m{bn } = ∞ ó −∞. Entonces, podemos escribir

!bn  !a1 bn (an −1)


n −1
1 1
abnn = (1 + an − 1)bn = 1+ 1 = 1+ 1
 .
an −1 an −1

Como lı́m{|1/(an −1)|} = ∞, el teorema 1.22 asegura que la sucesión entre corchetes en la última expresión
tiene límite e. Por tanto, el problema se reduce a estudiar la existencia del límite de la sucesión {bn (an −1)}.

El análogo del corolario 1.22 para funciones es:

1.23 Teorema. Sea D ⊂ R y f : D → R tal que 1 + 1/f (x) > 0 para todo x ∈ D. Sea a punto de
acumulación de D y supongamos que
lı́m |f (x)| = ∞
x→a

entonces
 f (x)
1
lı́m 1+ = e .1
x→a f (x)
Si D = (−∞, α) un resultado análogo vale para límites en −∞.
Si D = (α, +∞) un resultado análogo vale para límites en +∞.

Demostración. De nuevo, basta aplicar las caracterizaciones mediante sucesiones de los diferentes concep-
tos de límites de funciones. Escribirlo como ejercicio.

Como consecuencia de este teorema, se tienen los siguientes límites


1 La desigualdad 1 + 1/f (x) > 0 nos asegura que las potencias con esa base están definidas. Nótese de todas formas, que

si f cumple lı́mx→a f (x) = +∞ entonces f (x) > 0 para x en un entorno de a y si lı́mx→a f (x) = −∞ entonces f (x) < −1
1
para x en un entorno de a, por lo que en cualquier caso (1 + f (x) ) > 0 en ese entorno.

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1.5 Límites con funciones exponenciales y logarítmicas 15

1.24 Proposición (Muy importante).

1 log(x + 1)
lı́m (1 + x) x = e , lı́m =1,
x→0 x→0 x

log x ex − 1
lı́m =1, lı́m =1.
x→1 x − 1 x→0 x

Demostración. Para el primer límite aplicamos el teorema 1.23 a la función f : (−1, 1) → R, f (x) = x1 ,
que satisface 1 + 1/f (x) = 1 + x > 0.
Para el segundo basta usar que la función log es continua en e, y se obtiene del anterior (explicarlo) que
 1

lı́m log (1 + x) x = log e = 1 ,
x→0

es decir
log(1 + x)
lı́m =1.
x→0 x
El tercer límite se deduce fácilmente de éste, basta escribir

log x log[(x − 1) + 1]
=
x−1 x−1
(terminarlo como ejercicio).
Para el último podemos escribir
ex − 1 ex − 1  log ex
= = 1
x log ex ex − 1

y usar que lı́mx→0 ex = 1 y el límite anterior (terminarlo como ejercicio).

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Tema 2

La derivada de una función

2.1. El problema de la tangente.


Empezamos tratando de dar una definición de recta tangente a la gráfica de una función en un punto.
Sea f : I → R una función, donde I un intervalo abierto, y sea a ∈ I. Para definir recta tangente a
la gráfica de f en a, la idea es considerar primero rectas que pasen por (a, f (a)) y por (x, f (x)), para x
cercanos a a; eso es lo que llamamos recta secante a la gráfica de f en (a, f (a)) y (x, f (x)). La pendiente
de esa recta secante es
f (x) − f (a)
.
x−a

� (�)

� �� �� �� ��

En la gráfica hemos hecho eso con cuatro puntos (en este caso a la derecha de a, pero solo para que se vea
más claro; igual podríamos tomar puntos a la izquierda). Cuanto más cerca está x de a, más se parece la
recta secante a la recta que queremos definir como tangente a f en (a, f (a)). Por lo tanto parece lógico
definir esa recta tangente como aquella recta que pasa por (a, f (a)) y tiene por pendiente
f (x) − f (a)
lı́m .
x→a x−a
2.1 Definición. Sea f : D → R y sea a ∈ D tal que existe r > 0 con (a − r, a + r) ⊂ D. Decimos que f
es derivable en el punto a si el siguiente límite existe (es un número real)
f (x) − f (a)
lı́m .
x→a x−a
En este caso, dicho límite se denomina derivada de f en a y se designa por f 0 (a).

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18 LA DERIVADA DE UNA FUNCIÓN

Usando la caracterización del límite por sucesiones, es fácil ver que f es derivable en a si, y solo si,
existe el límite
f (a + h) − f (a)
lı́m .
h→0 h
Además, en ese caso
f (a + h) − f (a) f (x) − f (a)
lı́m = lı́m = f 0 (a).
h→0 h x→a x−a
Ejemplos.
(1) Sea c ∈ R y sea f : R → R la función constante f (x) = c. Sea a ∈ R.
f (x) − f (a) c−c
lı́m = lı́m = lı́m 0 = 0.
x→a x−a x→a x − a x→a
Por tanto f es derivable en a y f 0 (a) = 0 para todo a ∈ R.
(2) Sea f : R → R, f (x) = x. Sea a ∈ R.
f (x) − f (a) x−a
lı́m = lı́m = 1.
x→a x−a x→a x − a

Por tanto f es derivable en a y f 0 (a) = 1 para todo a ∈ R.


(3) Sea f : R → R, f (x) = x2 . Sea a ∈ R.

f (x) − f (a) x2 − a2 (x − a)(x + a)


lı́m = lı́m = lı́m = lı́m (x + a) = 2a.
x→a x−a x→a x − a x→a x−a x→a

Por tanto f es derivable en a y f 0 (a) = 2a para todo a ∈ R.


(4) Sea f : R → R, f (x) = |x|. Estudiemos la derivabilidad de f en a = 0.
f (x) − f (0) x
lı́m = lı́m+ = 1.
x→0+ x−0 x→0 x

Por otra parte,


f (x) − f (0) −x
lı́m− = lı́m− = −1.
x→0 x−0 x→0 x
Por lo tanto, f (x) = |x| no es derivable en 0.
Observación (muy importante).
Como la derivada en un punto se define como un cierto límite, se cumple que el concepto de derivada
es de carácter local : si dos funciones, f y g, coinciden en un entorno de a entonces f es derivable en a si,
y solo si, g es derivable en a. En caso de ser derivables, f 0 (a) = g 0 (a).
2.2 Definición (Función derivada). Sea f : D → R y sea D1 el subconjunto de D formado por los puntos
donde f es derivable. Si D1 no es vacío, podemos definir una función f 0 : D1 → R que a cada punto x de
D1 le asigna el número f 0 (x); a esa función se le llama función derivada de f .
En los ejemplos anteriores, para f (x) = c hemos obtenido la función f 0 : R → R, f 0 (x) = 0 para todo
x ∈ R; para f (x) = x, f 0 (x) = 1 para todo x ∈ R; para f (x) = x2 , f 0 (x) = 2x para todo x ∈ R.
Volvamos a la función f (x) = |x|, que no es derivable en 0. Sea a > 0. Como la función coincide en un
entorno de a con la función identidad, ya sabemos que es derivable en a y que f 0 (a) = 1. Tomemos ahora
a < 0. Entonces f (x) = −x en todo un entorno de a, por tanto
f (x) − f (a) −x − (−a)
lı́m = lı́m = −1.
x→a x−a x→a x−a
Así, para f (x) = |x|, se tiene que la función derivada tiene dominio R \ {0} y está definida por f (x) = 1,
si x > 0 y f (x) = −1, si x < 0.

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2.2 Derivadas laterales. 19

2.3 Definición. Si f es derivable en a, llamaremos recta tangente a la gráfica de f en el punto (a, f (a))
a la recta que pasa por (a, f (a)) y tiene pendiente f 0 (a).
La ecuación de esta recta tangente es, pues, y − f (a) = f 0 (a) (x − a).
Resaltamos que la tangente solo está definida en los puntos a donde f es derivable.

Ejemplo. La ecuación de la recta tangente a la gráfica de f (x) = x2 en a = 3 es y − f (3) = f 0 (3)(x − 3).


Como f (3) = 32 = 9 y f 0 (3) = 2 · 3 = 6, se tiene que la ecuación de esa recta es y − 9 = 6(x − 3), ó
equivalentemente, y = 6x − 9.

2.2. Derivadas laterales.


2.4 Definición. (i) Sea f : D → R de forma que existe un número real r > 0 tal que [a, a + r) ⊂ D.
Diremos que f es derivable en a por la derecha si existe (es un número real) el siguiente límite,
f (x) − f (a)
lı́m+ .
x→a x−a
En tal caso, llamaremos derivada de f en a por la derecha al número
0 f (x) − f (a)
f+ (a) = lı́m .
x→a+ x−a
(ii) Sea f : D → R de forma que existe un número real r > 0 tal que (a − r, a] ⊂ D. Diremos que f es
derivable en a por la izquierda si existe (es un número real) el siguiente límite,
f (x) − f (a)
lı́m .
x→a− x−a
En tal caso, llamaremos derivada de f en a por la izquierda al número
0 f (x) − f (a)
f− (a) = lı́m− .
x→a x−a
2.5 Teorema. La función f es derivable en a si, y solo si, es derivable en a por la derecha y por la
0 0
izquierda y se cumple que f− (a) = f+ (a). En este caso se tiene que f 0 (a) = f+
0 0
(a) = f− (a).
f (x)−f (a)
Demostración. Esto es consecuencia inmediata de que la función T dada por T (x) = x−a tiene
límite en a si, y solo si, tiene límites laterales y éstos coinciden.
Ejemplos
(1) Sea f (x) = |x|. Ya hemos visto que existen
f (x) − f (0) f (x) − f (0)
lı́m =1 y lı́m = −1.
x→0+ x−0 x→0− x−0
0 0
Por tanto f es derivable en 0 por la√derecha y por la izquierda y f+ (0) = 1 y f− (0) = −1.
(2) Sea f : [0, ∞) → R, f (x) = x. Veamos si f es derivable en 0 por la derecha.

f (x) − f (0) x 1
lı́m = lı́m = lı́m √ = +∞,
x→0+ x−0 x→0+ x x→0+ x
por lo tanto, f no esderivable en 0 por la derecha.
x2 , si x ≤ 0,
(3) Sea f (x) = . Entonces
x, si x > 0

f (x) − f (0) x f (x) − f (0) x2


lı́m+ = lı́m+ = 1 y lı́m− = lı́m− = lı́m− x = 0.
x→0 x−0 x→0 x x→0 x−0 x→0 x x→0
0 0
Por tanto f es derivable en 0 por la derecha y por la izquierda y f+ (0) = 1 y f− (0) = 0.

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20 LA DERIVADA DE UNA FUNCIÓN

2.3. Derivabilidad implica continuidad.


2.6 Teorema. Sea f : D → R y sea a ∈ D.
(a) Si f es derivable en a por la derecha, entonces f es continua en a por la derecha.
(b) Si f es derivable en a por la izquierda, entonces f es continua en a por la izquierda.
(c) Si f es derivable en a por la derecha y por la izquierda, entonces f es continua en a.
Demostración. Haremos la prueba de (a) y omitiremos la prueba de (b), puesto que es totalmente análoga.
Para cada x ∈ D \ {a} se tiene que f (x) = f (a) + T (x)(x − a), donde
f (x) − f (a)
T (x) = .
x−a
Por ser f derivable en a por la derecha, sabemos que existe el límite

0 f (x) − f (a)
f+ (a) = lı́m T (x) = lı́m ,
x→a+ x→a+ x−a
de donde se obtiene que f tiene límite en a por la derecha y
0
lı́m f (x) = f (a) + lı́m+ T (x)(x − a) = f (a) + f+ (a) · 0 = f (a) .
x→a+ x→a

Luego f es continua en a por la derecha.


Para la prueba de (c) basta tener en cuenta los apartados (a) y (b) y el hecho conocido de que una
función es continua en a si, y solo si, lo es por la derecha y por la izquierda.
Observaciones.
(1) Si f es derivable en a, entonces f es continua en a.
(2) f puede ser continua en a sin ser derivable en a: en a = 0, f (x) = |x| es continua y
pno es derivable.
(3) f puede ser continua en a sin tener derivadas laterales en a (considérese f (x) = |x|).

Ejemplos.
(1) Sea (
1, si x ∈ Q,
f (x) =
−1, si x ∈ R \ Q.
Como f no es continua en ningún a ∈ R, f no es derivable en ningún a ∈ R.
(2) Sea (
x, si x ∈ Q,
f (x) =
−x, si x ∈ R \ Q.
f solamente es continua en a = 0. Entonces f no es derivable en ningún a ∈ R con a 6= 0. Veamos si f es
derivable en 0. (
f (x) − f (0) 1, si x ∈ Q, x 6= 0,
=
x−0 −1, si x ∈ R \ Q.
Como esta función no tiene límite en 0, f no es derivable en 0.
(3) Sea (
x2 , si x ∈ Q,
f (x) = 2
−x , si x ∈ R \ Q.
f solamente es continua en a = 0. Entonces f no es derivable en ningún a ∈ R con a 6= 0. Veamos si f es
derivable en 0. (
f (x) − f (0) x, si x ∈ Q, x 6= 0,
=
x−0 −x, si x ∈ R \ Q.

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2.4 Derivadas de sumas y productos 21

f (x)−f (0) f (x)−f (0)


Se tiene que lı́mx→0 x−0 = 0, ya que 0 ≤ x−0 ≤ |x|. Por tanto f es derivable en 0 y f 0 (0) = 0.
(4) Sea (
1

sen x si x 6= 0,
f (x) =
0, si x = 0.
1 1
No existe lı́mx→0 f (x), ya que las sucesiones dadas por xn = 2nπ , yn = π +2nπ tienen ambas límite 0 y
2
lı́m{f (xn )} = 0 pero lı́m{f (yn )} = 1. Como f no es continua en 0, f no es derivable en 0.
(5) Sea (
x sen x1

si x 6= 0,
f (x) =
0, si x = 0.
Entonces f es continua en 0 (0 ≤ |f (x)| ≤ |x|, para todo x ∈ R). Veamos si f es derivable en 0. Como
 
f (x) − f (0) 1
= sen
x−0 x
no tiene límite en 0, concluímos que f no es derivable en 0.
(6) Sea (
x2 sen x1

si x 6= 0,
f (x) =
0, si x = 0.
Entonces f es continua en 0 (0 ≤ |f (x)| ≤ |x2 |, para todo x ∈ R). Veamos si f es derivable en 0. Ya hemos
visto que  
f (x) − f (0) 1
lı́m = lı́m x sen = 0.
x→0 x−0 x→0 x
Por tanto f es derivable en 0 y f 0 (0) = 0.

2.4. Derivabilidad de la suma, el producto y el cociente de


funciones derivables.
2.7 Teorema. Sean f : D → R y g : D → R dos funciones derivables en a. Entonces:
(a) La función f + g es derivable en a y
(f + g)0 (a) = f 0 (a) + g 0 (a).
(b) La función f · g es derivable en a y
(f · g)0 (a) = f 0 (a) · g(a) + f (a) · g 0 (a).
(c) Si c ∈ R, entonces c · f es derivable en a y
(c · f )0 (a) = c · f 0 (a).
1
(d) Si g(a) 6= 0 entonces es derivable en a y
g
 0
1 −g 0 (a)
(a) = .
g (g(a))2
f
(e) Si g(a) 6= 0 entonces la función es derivable en a y
g
 0
f f 0 (a) · g(a) − f (a) · g 0 (a)
(a) = .
g (g(a))2

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22 LA DERIVADA DE UNA FUNCIÓN

Demostración. Por hipótesis,

f (x) − f (a) g(x) − g(a)


lı́m = f 0 (a) y lı́m = g 0 (a) .
x→a x−a x→a x−a
• Demostración de (a):

(f + g)(x) − (f + g)(a) f (x) + g(x) − f (a) − g(a)


lı́m = lı́m
x→a x−a x→a x−a
 
f (x) − f (a) g(x) − g(a) 0 0
= lı́m + = f (a) + g (a).
x→a x−a x−a

• Demostración de (b):

(f · g)(x) − (f · g)(a) f (x)g(x) − f (a)g(a)


lı́m = lı́m
x→a x−a x→a x−a
f (x)g(x) − f (a)g(x) + f (a)g(x) − f (a)g(a)
= lı́m
x→a x−a
 
f (x) − f (a) g(x) − g(a)
= lı́m g(x) + f (a) .
x→a x−a x−a

Como g es derivable en a, en particular es continua en a, luego lı́mx→a g(x) = g(a). Por lo tanto

f (x) − f (a) g(x) − g(a)


lı́m g(x) = f 0 (a)g(a) y lı́m f (a) = f (a)g 0 (a).
x→a x−a x→a x−a

• Demostración de (c):

cf (x) − cf (a) f (x) − f (a)


lı́m = lı́m c · = c · f 0 (a).
x→a x−a x→a x−a

• Demostración de (d):
Como g es derivable en a, en particular es continua en a. Como lı́mx→a g(x) = g(a) 6= 0, sabemos
1
que existe un entorno de a, E(a, r), tal que g(x) 6= 0 para todo x ∈ E(a, r), luego la función está
g
definida al menos en E(a, r).
1 1 1
g (x) − g1 (a) g(x) − g(a) − g(x)
g(a)
lı́m = lı́m = lı́m
x→a x−a x→a x−a x→a g(x)g(a)(x − a)

−1 g(x) − g(a) −1 0 −g 0 (a)


= lı́m = g (a) = .
x→a g(x)g(a) x−a (g(a))2 (g(a))2

• Demostración de (e):
f
Igual que en el apartado anterior existe al menos un entorno de a donde la función está bien
g
f 1
definida. Como = f · y ambas funciones son derivables, podemos aplicar los apartados anteriores.
g g
 0  0    0
f 1 0 1 1
(a) = f · (a) = f (a) · (a) + f (a) (a)
g g g g
f 0 (a) −g 0 (a) f 0 (a) · g(a) − f (a) · g 0 (a)
= + f (a) · = .
g(a) (g(a))2 (g(a))2

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2.5 Derivadas de funciones importantes 23

Observaciones.
(1) El apartado (a) puede generalizarse por inducción: Si f1 , f2 , · · · , fn son funciones derivables en a,
entonces f1 + f2 + · · · + fn es derivable en a y (f1 + f2 + · · · + fn )0 (a) = (f1 )0 (a) + (f2 )0 (a) + · · · + (fn )0 (a).
(2) El apartado (b) se generaliza por inducción: Si f1 , f2 , · · · , fn son funciones derivables en a, entonces
f1 · f2 · · · · · fn es derivable en a y
n
X
0
(f1 · f2 · · · · · fn ) (a) = f1 (a) · · · fi−1 (a) · fi0 (a) · fi+1 (a) · · · · fn (a).
i=1

(3) f + g puede ser derivable en a sin que f ni g sean derivables en a: basta tomar g = −f .
(4) Si f es derivable en a y g no es derivable en a, entonces f + g no es derivable en a: como
g = f + g + (−f ) y −f es derivable en a, de ser f + g derivable en a se tendría que g también sería
derivable en a, al ser suma de dos funciones derivables en a.

2.5. Derivabilidad de las funciones polinómicas, racionales,


trigonométricas, exponenciales y logarítmicas.
Funciones polinómicas
Sea n ∈ N y sea f : R → R, f (x) = xn . Sea a ∈ R cualquiera. Usando la regla de Ruffini es fácil ver
que xn − an = (x − a)(xn−1 + axn−2 + · · · + an−2 x + an−1 ). Luego,
xn − a n
lı́m = lı́m (xn−1 + axn−2 + · · · + an−2 x + an−1 )
x→a x − a x→a

= an−1 + n sumandos
... +an−1 = nan−1 .

Por tanto f es derivable en todo x ∈ R y f 0 (x) = nxn−1 para todo x ∈ R.


Ahora, dada una función polinómica de grado n ∈ N, p(x) = c0 + c1 x + c2 x2 + · · · + cn xn , entonces,
por lo probado anteriormente, p es derivable en todo x ∈ R y p0 (x) = c1 + 2c2 x + · · · + ncn xn−1 , para
todo x ∈ R.

Funciones racionales
p(x)
Sea f (x) = , donde p y q son polinomios. El dominio de f es R \ {x ∈ R : q(x) = 0}. Entonces
q(x)
basta aplicar el apartado (e) del teorema 2.7 para obtener que f es derivable en todos los puntos de su
dominio y aplicar la regla de la derivada del cociente para obtener su derivada.
1
Por ejemplo, en el caso particular g : R \ {0} → R, g(x) = x−n = n se tiene (se puede usar
x
directamente el apartado (d) del teorema anterior) que g es derivable en todo x 6= 0 y
−nxn−1
g 0 (x) = = −nx−n−1 .
x2n

Funciones trigonométricas
1. Sea f : R → R, f (x) = sen x. Sea a ∈ R. Entonces,

2 cos x+a sen x−a


 
f (x) − f (a) sen x − sen a 2 2
lı́m = lı́m = lı́m
x→a x−a x→a x−a x→a x−a
x + a sen x−a
    
2 a+a
= lı́m cos x−a = cos · 1 = cos a .
x→a 2 2
2

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24 LA DERIVADA DE UNA FUNCIÓN

sen x
Hemos usado que lı́mx→0 x = 1, lı́mx→a x−a
2 = 0 y la caracterización por sucesiones para obte-
x−a

sen 2
= 1. También usamos que la función cos x+a

ner que lı́m x−a 2 es continua en todo R, en
x→a
2
particular en a.
Por tanto, la función f (x) = sen x es derivable en todo x ∈ R y f 0 (x) = cos x para todo x ∈ R.
2. Sea f : R → R, f (x) = cos x. Entonces f es derivable en todo x ∈ R y f 0 (x) = − sen x. La
demostración se deja como ejercicio.
3. Sea f (x) = tan x = sen x
cos x . El dominio de f es el conjunto de los x ∈ R tales que cos x 6= 0. Como
las funciones sen x y cos x son derivables en todo R, el apartado (e) del teorema nos dice que f es
derivable en todos los puntos de su dominio, {x ∈ R : x 6= π2 + kπ, k ∈ Z}. Además
sen0 x cos x − sen x cos0 x (cos x)2 + (sen x)2 1
f 0 (x) = 2
= =
(cos x) (cos x)2 (cos x)2
(cos x)2 (sen x)2
= 2
+ = 1 + (tan x)2 .
(cos x) (cos x)2
Funciones exponenciales
1. Veamos que la función f : R → R, f (x) = ex es derivable en todo x ∈ R. Sea x ∈ R fijado. Entonces,
f (x + h) − f (x) ex+h − ex ex (eh − 1)
lı́m = lı́m = lı́m
h→0 h h→0 h h→0 h
eh − 1
= ex · 1 = ex .
= lı́m ex ·
h→0 h
Aquí hemos usado el último límite de la prop.1.24.
2. Sea a > 0 y sea f : R → R, f (x) = ax . Veamos que f es derivable en todo x ∈ R. Sea x ∈ R,
entonces,
f (x + h) − f (x) ax+h − ax ah − 1
lı́m = lı́m = lı́m ax · = ax log a .
h→0 h h→0 h h→0 h

Funciones logarítmicas
1. Sea f : (0, ∞) → R, f (x) = log x. Sea a ∈ (0, ∞). Entonces,

log x − log a log( xa ) log( xa ) 1


lı́m = lı́m = lı́m = .
x→a x−a x→a x − a x→a a · ( x − 1) a
a
Hemos usado lo siguiente:
· Propiedad del logaritmo: si x, y > 0 entonces log x − log y = log(x/y).
log(x)
· lı́mx→1 x−1 = 1 (tercer límite en la prop. 1.24).
· lı́mx→a xa = 1.
· Caracterización por sucesiones.
Por lo tanto hemos probado que f (x) = log x es derivable en todo x ∈ (0, ∞) y f 0 (x) = 1
x para todo
x ∈ (0, ∞).
2. Sea a > 0 con a 6= 1. Consideremos f : (0, ∞) → R, f (x) = loga x. Como
log x 1
f (x) = loga x = = · log x,
log a log a
por lo que acabamos de probar, f (x) = loga x es derivable en todo x ∈ (0, ∞) y f 0 (x) = 1
x log a para
todo x ∈ (0, ∞).

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2.6 Derivadas sucesivas. 25

2.6. Derivadas sucesivas.


2.8 Definición. Sea f : D → R y sea a ∈ D tal que existe r > 0 con (a − r, a + r) ⊂ D. Supongamos
que f es derivable en (a − r, a + r), es decir, existe f 0 (x) para todo x ∈ (a − r, a + r). Decimos que f tiene
segunda derivada en a si existe (es un número real) el siguiente límite:

f 0 (x) − f 0 (a)
lı́m ,
x→a x−a
es decir, si f 0 es derivable en a. Dicho límite es (f 0 )0 (a) y lo denotamos por f 00 (a).
Para n ∈ N podemos definir la derivada de orden n ó derivada n-ésima de f , f (n) , por recurrencia:
Si la derivada n-ésima de f , f (n) , existe en un entorno de a y f (n) es derivable en a, llamamos derivada
(n + 1)-ésima de f en a a (f (n) )0 (a) es decir,

f (n) (x) − f (n) (a)


f (n+1) (a) = lı́m .
x→a x−a
Ejemplos.
(1) Sea f : R → R, f (x) = ex . Entonces f tiene derivadas de todos los órdenes en todo x ∈ R y
f (x) = ex , para todo x ∈ R y para todo n ∈ N.
(n)

(2) Sea f : R → R, f (x) = sen x. Entonces f tiene derivadas de todos los órdenes en todo x ∈ R. Se
tiene lo siguiente:

f 0 (x) = cos x f (5) (x) = cos x f (9) (x) = cos x


f 00 (x) = − sen x f (6) (x) = − sen x f (10) (x) = − sen x
f 000 (x) = − cos x f (7) (x) = − cos x ...
(4) (8)
f (x) = sen x f (x) = sen x ...
Es fácil ver por inducción que


 sen x, si n = 4k con k ∈ N ó k = 0;
cos x, si n = 4k + 1 con k ∈ N ó k = 0;

(n)
f (x) =

 − sen x, si n = 4k + 2 con k ∈ N ó k = 0;
− cos x, si n = 4k + 3 con k ∈ N ó k = 0.

Dicho de otra forma, para n ∈ N ó n = 0,

f (2n) (x) = (−1)n sen x y f (2n+1) (x) = (−1)n cos x ,

donde denotamos por f (0) a la propia función f .

2.7. Regla de la cadena.


2.9 Teorema. Sean f : Df → R y g : Dg → R tales que f (Df ) = Im f ⊂ Dg . Si f es derivable en
a ∈ Df y g es derivable en f (a) entonces g ◦ f es derivable en a y

(g ◦ f )0 (a) = g 0 (f (a)) · f 0 (a) .

Demostración. Para probar el teorema vamos a definir una nueva función, G : Dg → R,


(
g(y)−g(f (a))
y−f (a) , si y 6= f (a);
G(y) =
g 0 (f (a)), si y = f (a).

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26 LA DERIVADA DE UNA FUNCIÓN

Observemos que G es continua en f (a), ya que, por ser g derivable en f (a),

g(y) − g(f (a))


lı́m G(y) = lı́m = g 0 (f (a)) = G(f (a)) .
y→f (a) y→f (a) y − f (a)

Como además f es continua en a por ser derivable en a, sabemos que G ◦ f es continua en a, por tanto,

lı́m (G ◦ f )(x) = (G ◦ f )(a) = G(f (a)) = g 0 (f (a)).


x→a

Observemos también que si y ∈ Dg y y 6= f (a),

G(y)(y − f (a)) = g(y) − g(f (a)) ,

pero además esa igualdad también es cierta si y = f (a), ya que en ese caso queda 0 = 0. Tenemos entonces
que para todo y ∈ Dg ,
G(y)(y − f (a)) = g(y) − g(f (a)) .
Para todo x ∈ Df se tiene que f (x) ∈ Dg , por tanto

G(f (x))(f (x) − f (a)) = g(f (x)) − g(f (a)) .

Luego, si x ∈ Df y x 6= a,
f (x) − f (a) g(f (x)) − g(f (a))
G(f (x)) = .
x−a x−a
Por tanto,

(g ◦ f )(x) − (g ◦ f )(a) f (x) − f (a)


lı́m = lı́m G(f (x)) = g 0 (f (a)) · f 0 (a) .
x→a x−a x→a x−a

Ejemplos.
(1) Sea
F (x) = sen(x2 ) .
Entonces F = g ◦ f , donde f (x) = x2 y g(x) = sen x. Se tiene que Df = R y Dg = R, por tanto DF = R.
Dado a ∈ R se tiene que f es derivable en a ya que lo es en todo x ∈ R. Por otra parte, g es derivable en
todo x ∈ R, en particular lo es en f (a). Además, f 0 (x) = 2x y g 0 (x) = cos x, para todo x ∈ R. Entonces,
por la regla de la cadena F = g ◦ f es derivable en a y

F 0 (a) = (g ◦ f )0 (a) = g 0 (f (a)) · f 0 (a) = cos(a2 ) · 2a .

Es decir, F (x) = sen(x2 ) es derivable en todo x ∈ R y

F 0 (x) = cos(x2 ) · 2x, para todo x ∈ R.

(2) Sea
G(x) = sen2 x = (sen x)2 .
Entonces G = f ◦ g con f y g como en el ejemplo anterior. Como g es derivable en todo x ∈ R y f es
derivable en todo x ∈ R (en particular en g(x)), obtenemos que G(x) = sen2 x es derivable en todo x ∈ R,
y
G0 (x) = f 0 (g(x)) · g 0 (x) = 2 sen x · cos x, para todo x ∈ R.
(3) Sea ahora
F (x) = sen(1/x) si x 6= 0, F (0) = 0.

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2.7 Regla de la cadena. 27

F no es continua en 0 y por tanto no es derivable en 0. Veamos si F es derivable en a 6= 0. Sea h(x) = x1 ,


h : R \ {0} → R. Como h es racional, es derivable en todos los puntos de su dominio, luego lo es en a 6= 0;
además, h0 (x) = −1x2 , para todo x ∈ R \ {0}. Se tiene que F = g ◦ h en R \ {0} (luego en un entorno
de a), con g(x) = sen x. Como g es derivable en todo x ∈ R, en particular lo es en h(a). Entonces, por
la regla de la cadena, F es derivable en a y F 0 (a) = g 0 (h(a)) · h0 (a) = cos(1/a) · (−1/a2 ). Por lo tanto,
F (x) = sen(1/x) es derivable en todo x ∈ R \ {0} y
F 0 (x) = cos(1/x) · (−1/x2 ), para todo x ∈ R \ {0}.
(4) Consideremos
H(x) = sen2 (1/x) si x 6= 0, H(0) = 0.
Entonces H(x) = (F (x)) = f (F (x)), donde F es como en el ejemplo anterior y f (x) = x2 como en el
2

ejemplo (1). Se tiene que F es derivable en todo x ∈ R \ {0} y f lo es en todo x ∈ R, en particular en


F (x). Por tanto H es derivable en todo x ∈ R \ {0} y
H 0 (x) = f 0 (F (x)) · F 0 (x) = 2 sen(1/x) cos(1/x)(−1/x2 ), para todo x ∈ R \ {0}.
(5) Por lo que ya sabemos sobre derivabilidad de un producto, la función
f (x) = x2 sen(1/x)
es derivable en todo x ∈ R \ {0} y su derivada es
f 0 (x) = 2x sen(1/x) + x2 cos(1/x) · (−1/x2 ) = 2x sen(1/x) − cos(1/x),
para todo x ∈ R \ {0}.
(6) (Importante) Derivada de las funciones potenciales:
Sea α ∈ R con α 6= 0. Consideremos la función
pα (x) = xα .
Se tiene que pα : (0, ∞) → (0, ∞). Podemos expresar
α
pα (x) = elog(x )
= eα log x = (g ◦ f )(x) ,
donde f (x) = α log x y g(x) = ex . Se tiene que f : (0, ∞) → R y g : R → (0, ∞), f es derivable en todo
x ∈ (0, ∞) con f 0 (x) = α · x1 = αx y g es derivable en todo x ∈ R, en particular en f (x), con g 0 (x) = ex ,
para todo x ∈ R. Entonces, por la regla de la cadena, pα (x) = xα = (g ◦ f )(x) es derivable en todo
x ∈ (0, ∞) y además
α α
p0α (x) = eα log x · = xα · = αxα−1 ,
x x
para todo x ∈ (0, ∞). Vemos que ‘funciona la misma fórmula’ que en el caso en que α ∈ N.
(7) Consideremos ahora h : (0, ∞) → (0, ∞) , h(x) = xx . Entonces, podemos expresar
x log(xx ) x log x
h(x) = x = e =e = g ◦ j(x),
donde g(x) = ex y j(x) = x log x. Ya sabemos que g : R → (0, ∞) es derivable en todo x ∈ R (en particular
lo es en los puntos de la forma j(x)) y g 0 (x) = ex , para todo x ∈ R. Por otra parte, j(x) = i(x)·f (x), donde
i(x) = x, es la identidad y f (x) = log x, f : (0, ∞) → R es derivable en todo x ∈ (0, ∞) con f 0 (x) = x1 ,
para todo x ∈ (0, ∞). Entonces j es derivable en todo x ∈ (0, ∞) con j 0 (x) = 1 · log x + x · x1 = log x + 1.
Por tanto, por la regla de la cadena, h es derivable en todo x ∈ (0, ∞) y
h0 (x) = g 0 (j(x)) · j 0 (x) = ex log x · (log x + 1) = xx · (log x + 1) , para todo x ∈ (0, ∞).
(8) Ejercicio: Sean f : D → (0, ∞) y g : D → R. Supongamos que f y g son derivables en a ∈ D.
Pruébese que la función h(x) = (f (x))g(x) es derivable en a y calcule h0 (a). Indicación: h(x) = eg(x) log f (x) .
Observación: g ◦ f puede ser derivable en a sin que f sea derivable en a ni g sea derivable en f (a).
Veamos un par de ejemplos:

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28 LA DERIVADA DE UNA FUNCIÓN

1. Sean 
0, si x ∈ Q;
f (x) = g(x) =
1, si x ∈
/ Q.
Entonces g ◦ f (x) = 0 para todo x ∈ R y, por tanto, es derivable en todo x ∈ R, mientras que f = g
no es derivable en ningún x ∈ R.

2. Sean f (x) = |x| y


x2 , si x ≥ 0;

g(x) =
x, si x < 0.
0 0
Entonces f no es derivable en a = 0 y g no es derivable en f (a) = f (0) = 0 (g+ (0) = 0 y g− (0) = 1).
Sin embargo, g ◦ f (x) = g(|x|) = x2 es derivable en a = 0.

2.8. Derivada de la función inversa.


2.10 Teorema. Sea I un intervalo y sea f : I → R continua y estrictamente monótona (por lo tanto
existe la función inversa f −1 y es continua en su dominio, Im f = f (I)). Sea b ∈ f (I) y supongamos que
f es derivable en f −1 (b). Se tiene lo siguiente:

1. Si f 0 (f −1 (b)) = 0 entonces f −1 no es derivable en b.

2. Si f 0 (f −1 (b)) 6= 0 entonces f −1 es derivable en b y

1
(f −1 )0 (b) = .
f 0 (f −1 (b))

Demostración. 1. Hagámoslo por reducción al absurdo. Supongamos que f −1 es derivable en b. Como f


es derivable en f −1 (b) podemos aplicar la regla de la cadena y se obtiene que (f ◦ f −1 ) es derivable en b y

(f ◦ f −1 )0 (b) = f 0 (f −1 (b)) · (f −1 )0 (b) = 0 .

Pero, por otra parte, (f ◦ f −1 )(x) = x para todo x ∈ f (I), por tanto
(f ◦ f −1 )0 (x) = 1 para todo x ∈ f (I), en particular,

(f ◦ f −1 )0 (b) = 1 ,

en contradicción con lo que hemos obtenido anteriormente.


2. Si f 0 (f −1 (b)) 6= 0 tenemos que probar que f −1 es derivable en b. Ahora no podemos usar la regla de
la cadena porque para ello hace falta saber que f −1 es derivable en b, que es precisamente lo que queremos
probar. Ahora bien, lo que sí nos indica la regla de la cadena es que si f −1 es derivable en b entonces

(f ◦ f −1 )0 (b) = f 0 (f −1 (b)) · (f −1 )0 (b) = 1 ,

por tanto, si f −1 es derivable en b,


1
(f −1 )0 (b) = .
f 0 (f −1 (b))
Vamos a probar entonces que
f −1 (y) − f −1 (b) 1
lı́m = 0 −1 .
y→b y−b f (f (b))
Usemos la caracterización por sucesiones: sea {yn } una sucesión cualquiera en f (I) con yn 6= b para todo
n ∈ N y tal que lı́m{yn } = b. Entonces, como yn ∈ f (I), para cada n ∈ N existe xn ∈ I tal que f (xn ) = yn .
Llamemos a = f −1 (b) ∈ I. Como yn 6= b para todo n ∈ N se tiene que xn 6= a para todo n ∈ N y como

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2.8 Derivada de la función inversa. 29

lı́m{yn } = b y f −1 es continua, lı́m{f −1 (yn )} = lı́m{xn } = f −1 (b) = a. Por hipótesis f es derivable en a,


luego  
f (xn ) − f (a)
lı́m = f 0 (a).
xn − a
Entonces
f −1 (yn ) − f −1 (b)
   
xn − a
lı́m = lı́m
yn − b f (xn ) − f (a)
( )
1 1 1
= lı́m = = .
f (xn )−f (a) f 0 (a) f 0 (f −1 (b))
xn −a

Observación: El teorema es válido para derivadas laterales.

Ejemplos:

1. La función raíz n-ésima.



Sea n ∈ N con n > 1 impar y sea g : R → R, g(x) = n x. Queremos saber en qué puntos es g
derivable y calcular su derivada. Consideremos f : R → R, f (x) = xn . Entonces g = f −1 . Sabemos √
que f es derivable en todo x ∈ R y f 0 (x) = nxn−1 , luego dado b ∈ R, f es derivable en f −1 (b) = n b
y √
f 0 (f −1 (b)) = n(f −1 (b))n−1 = n( b)n−1 .
n

Entonces f 0 (f −1 (b)) = 0 si, y solo si, b = 0. Por lo tanto g = f −1 no es derivable en 0. Si b 6= 0


entonces g = f −1 es derivable en b y
1 1 1 1
g 0 (b) = (f −1 )0 (b) = = √ = b n −1 .
f 0 (f −1 (b)) n
n( b) n−1 n

De la misma forma se prueba que si n es par, la función g : [0, ∞) → [0, ∞), g(x) = n x no es
1
derivable en 0 por la derecha y sí es derivable en todo x > 0 y g 0 (x) = n( √ 1 1 n
n x)n−1 = n x
−1
, x > 0.

2. Funciones trigonométricas inversas.


(i) La función arcoseno.
Sea 
−π π
f: , → [−1, 1] , f (x) = sen x .
2 2
Entonces f es derivable en todo x ∈ [ −π π 0 −π π
2 , 2 ] y f (x) = cos x para todo x ∈ [ 2 , 2 ]. f es continua y
estrictamente monótona. Su función inversa es
 
−π π
f −1 : [−1, 1] → , , f −1 (x) = arc sen(x).
2 2

Veamos para qué b ∈ [−1, 1] es f −1 derivable en b (cuando se trate de los extremos del intervalo
estaremos entendiendo derivabilidad lateral). Por el teorema anterior, f −1 es derivable en aquellos
b tales que f 0 (f −1 (b)) = cos(arc sen(b)) 6= 0. Se tiene que

cos2 (arc sen(b)) + sen2 (arc sen(b)) = 1 ,

es decir, cos2 (arc sen(b)) + b2 = 1, luego

cos2 (arc sen(b)) = 1 − b2 .

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30 LA DERIVADA DE UNA FUNCIÓN

Por tanto cos(arc sen(b)) = 0 si, y solo si, b = 1 ó b = −1. Por lo tanto, podemos decir que la función
arcoseno no es derivable (lateralmente) ni en −1 ni en 1 y que sí lo es en todo b ∈ (−1, 1) con
1 1
(f −1 )0 (b) = = .
f 0 (f −1 (b)) cos(arc sen(b))

Como arc sen(b) ∈ ( −π π


2 , 2 ), cos(arc sen(b)) > 0, luego
p
cos(arc sen(b)) = 1 − b2 ,

así tenemos otra expresión para la derivada de la función arcoseno,


1
(f −1 )0 (x) = √ para todo x ∈ (−1, 1) .
1 − x2

(ii) La función arcocoseno.


Sea
f : [0, π] → [−1, 1] , f (x) = cos x .
Entonces f es continua y estrictamente monótona. Su función inversa es

f −1 : [−1, 1] → [0, π] , f −1 (x) = arc cos(x).

Se deja como ejercicio probar que f −1 no es derivable (lateralmente) ni en 1 ni en -1 y sí lo es en


todo x ∈ (−1, 1) con
−1
(f −1 )0 (x) = √ para todo x ∈ (−1, 1) .
1 − x2
(iii) La función arcotangente.
Sea  
−π π
f: , → R, f (x) = tan x .
2 2
Entonces f es continua y estrictamente monótona. Su función inversa es
 
−1 −π π
f :R→ , , f −1 (x) = arc tan(x).
2 2

Como f es derivable en todo x ∈ ( −π π 0 2


2 , 2 ) y f (x) = 1 + tan (x) 6= 0, por el teorema anterior se tiene
−1
que f es derivable en todo x ∈ R y
1 1 1
(f −1 )0 (x) = = = ,
f 0 (f −1 (x)) 1 + tan2 (arc tan(x)) 1 + x2

para todo x ∈ R.

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Tema 3

Funciones derivables en un intervalo

3.1. El teorema del extremo interior.


Comenzamos este tema con una de las aplicaciones importantes de la derivada: vamos a ver cómo
podemos usar la derivación para detectar los extremos de una función en un intervalo.
Supongamos que una función, f , tiene un máximo en un punto c y que sabemos además que f es
derivable en c. Para empezar, eso nos dice que existe r > 0 tal que (c − r, c + r) ⊂ Df y, si pensamos
en el significado geométrico de la derivada, parece razonable deducir que la tangente a la gráfica de f en
(c, f (c)) tiene que ser horizontal : en efecto las rectas secantes que pasan por (c, f (c)) y (x, f (x)) tienen
pendiente mayor o igual que 0 si x < c y tienen pendiente menor o igual que 0 si x > c (ver la figura).
Vemos por tanto que debe ser f 0 (c) = 0. Esa es la idea clave que relaciona extremos con derivadas.
Y

se
ca
pe nt
nd es c
ien on
te
≤0
n
co 0
tes e ≥
an
c en
t X
se ndi c
pe

Puesto que la derivada es de carácter local, la idea anterior es válida aunque f (c) no sea máximo de
f en Df : pasaría exactamente lo mismo si fuese f (c) = máx f ((c − r, c + r)). Esto nos lleva a definir dos
nuevos conceptos: el de extremo local y el de punto interior.
3.1 Definición. (Extremos locales).
• Diremos que f : D → R tiene un máximo local (ó máximo relativo) en c ∈ D si existe r > 0 tal que
f (c) = máx f (D ∩ (c − r, c + r)), es decir, si

f (c) ≥ f (x) para todo x ∈ D ∩ (c − r, c + r) .

En este caso diremos que c es un punto máximo local y que f (c) es un valor máximo local de f .
• Diremos que f : D → R tiene un mínimo local (ó mínímo relativo) en c ∈ D si existe r > 0 tal que
f (c) = mı́n f (D ∩ (c − r, c + r)), es decir, si

f (c) ≤ f (x) para todo x ∈ D ∩ (c − r, c + r) .

En este caso diremos que c es un punto mínimo local y que f (c) es un valor mínimo local de f .
En ambos casos diremos que c es extremo local y que f (c) es un valor extremo local de f .

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32 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

Nota: Si f : D → R tiene un máximo (global) en c ∈ D entonces, obviamente, f tiene un máximo local


en c (análogamente para mínimo). El recíproco no es cierto. Veamos un ejemplo sencillo:
Sea f : R → R la función dada por f (x) = |4 − x2 |. Entonces:
• f no tiene máximo pues lı́m f (x) = +∞.
x→∞
• f tiene un máximo local en c = 0 pues f (x) ≤ 4 = f (0) para todo x ∈ (−2, 2).
• f tiene mínimo absoluto (y por tanto local) en −2 y en 2 pues f (x) ≥ 0 = f (2) = f (−2) para todo
x ∈ R.
3.2 Definición. (Punto interior). Sea D ⊂ R no vacío y sea c ∈ D. Diremos que c es interior a D si
existe r > 0 tal que (c − r, c + r) ⊂ D. Al conjunto de puntos interiores a D lo denotaremos por int(D) ó

también por D.
Observaciones.
1. Si a < b, entonces int([a, b]) = int((a, b]) = int([a, b)) = int((a, b)) = (a, b).
2. Si a ∈ R, int((−∞, a]) = int((−∞, a)) = (−∞, a) ; int([a, +∞)) = int((a, +∞)) = (a, ∞).
3. Si c ∈ int(D) y f : D → R tiene un máximo local en c entonces existe r > 0 tal que (c − r, c + r) ⊂ D
y f (c) = máx f ((c − r, c + r)).

Con las dos definiciones anteriores podemos ya formalizar la idea que hemos explicado al principio.
3.3 Teorema (del extremo interior). Sea f : D → R. Sea c un punto interior de D. Si f tiene un extremo
local en c y f es derivable en c entonces f 0 (c) = 0.
Demostración.
• Supongamos que f tiene un máximo local en c ∈ int(D). Por ser c punto interior existe r > 0 tal
que (c − r, c + r) ⊂ D y f (c) = máx f ((c − r, c + r)). Por otra parte, como f es derivable en c, la función
T : D \ {c} → R dada por
f (x) − f (c)
T (x) =
x−c
tiene límite en c y se cumple que
f 0 (c) = lı́m T (x) = lı́m− T (x) = lı́m+ T (x) .
x→c x→c x→c
0
− Veamos que f (c) ≤ 0. En efecto, si c < x < c + r entonces es f (x) ≤ f (c), luego f (x) − f (c) ≤ 0.
Como además es x − c > 0, entonces es T (x) ≤ 0. Así pues tenemos que T (x) ≤ 0 para todo x ∈ (c, c + r),
de donde f 0 (c) = lı́mx→c+ T (x) ≤ 0.
− Veamos que f 0 (c) ≥ 0. En efecto, si c − r < x < c entonces es f (x) ≤ f (c), luego f (x) − f (c) ≤ 0.
Como además es x − c < 0, entonces es T (x) ≥ 0. Así pues tenemos que T (x) ≥ 0 para todo x ∈ (c − r, c),
de donde f 0 (c) = lı́mx→c− T (x) ≥ 0.
• Supongamos ahora que f tiene un mínimo local en c. Podemos repetir el razonamiento anterior
(cambiando desigualdades) o podemos aplicar lo anterior a −f : la función −f : D → R cumple
(i) c es interior a D.
(ii) −f tiene un máximo local en c.
(iii) −f es derivable en c (porque f lo es).
Por lo que hemos probado antes se tiene que (−f )0 (c) = 0 y por tanto f 0 (c) = 0.
3.4 Definición. Decimos que c es un punto singular o punto crítico de f si f es derivable en c y f 0 (c) = 0.
Observaciones.
1. f puede tener un extremo local en c sin que c sea punto crítico. Por ejemplo eso ocurre con las
funciones f : [0, 1] → R, f (x) = x y con g : [−1, 1] → R, g(x) = |x|.
2. El recíproco del teorema anterior no es cierto. Por ejemplo, la función f : R → R dada por f (x) = x3 ,
no tiene extremo local en c = 0 y sin embargo f 0 (0) = 0.

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3.2 Máximo y mínimo de una función continua en un intervalo cerrado. 33

3.2. Máximo y mínimo de una función continua en un intervalo


cerrado.
Sea f : [a, b] → R continua en [a, b]. Por el teorema de Weierstrass, f tiene máximo y mínimo en [a, b].
La cuestión que nos planteamos es cómo localizarlos.
Supongamos que el extremo absoluto que buscamos se alcanza en el punto c. Entonces se cumple una
de las siguientes posibilidades: c = a, c = b ó c ∈ (a, b).
Si c ∈ (a, b) puede ocurrir a su vez que f no sea derivable en c ó que f sea derivable en c. En este
último caso ha de ser f 0 (c) = 0.
Así pues, c debe pertenecer a alguno de los siguientes conjuntos:

A = {a, b}, B = {x ∈ (a, b) : f no es derivable en x}, C = {x ∈ (a, b) : f 0 (x) = 0} .

Sabemos entonces que el máximo y el mínimo (absolutos) de f existen y se alcanzan en puntos de


A ∪ B ∪ C.

Ejemplo. Hallar el máximo y mínimo de la función f : [−3, 3] → R dada por f (x) = |4 − x2 |.


Como x2 ≤ 4 si −2 ≤ x ≤ 2 y x2 > 4 si |x| > 2 entonces
 2
 x − 4, si −3 ≤ x ≤ −2;
f (x) = 4 − x2 , si −2 ≤ x ≤ 2;
 2
x − 4, si 2 ≤ x ≤ 3.

Del carácter local de la derivada se sigue que f es derivable en (−3, −2) ∪ (−2, 2) ∪ (2, 3) y

 2x, si −3 < x < −2;
f 0 (x) = −2x, si −2 < x < 2;
2x, si 2 < x < 3.

Además, f no es derivable ni en 2 ni en −2 y por tanto se tiene que

f 0 (x) = 0 si y solo si x = 0 .

Como f es continua en [−3, 3], tiene máximo y mínimo, y estos valores se encuentran entre

f (−3) = 5 , f (−2) = 0 , f (0) = 4 , f (2) = 0 , f (3) = 5 .

Así pues, el valor máximo de f es 5 y se alcanza en los puntos −3 y 3 y el valor mínimo de f es 0 y se


alcanza en los puntos −2 y 2.

3.3. El teorema de Rolle y el teorema del valor medio.


3.5 Teorema. Teorema de Rolle. Sea f : [a, b] → R continua en [a, b], derivable en (a, b) y tal que
f (a) = f (b). Entonces existe un c ∈ (a, b) tal que f 0 (c) = 0.
Demostración. Como f es continua en [a, b], el teorema de Weierstrass asegura que f tiene máximo y
mínimo en [a, b]. Sean x1 , x2 ∈ [a, b] tales que

f (x1 ) = mı́n f ([a, b]) y f (x2 ) = máx f ([a, b]),

es decir, f (x1 ) ≤ f (x) ≤ f (x2 ) para todo x ∈ [a, b].


Entonces debe presentarse alguna de las siguientes posibilidades:
1. Alguno de los puntos x1 , x2 está en (a, b). 2. Ninguno de los puntos x1 , x2 está en (a, b).

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34 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

Supongamos que se da (1) y sea c uno de los puntos x1 , x2 que se encuentra en (a, b). Entonces se tiene
que: f tiene un extremo local en c, c es interior a [a, b] y f es derivable en c. Entonces, por el teorema del
extremo interior es f 0 (c) = 0.
Supongamos ahora que se da (2). Entonces es x1 ∈ {a, b} y x2 ∈ {a, b} y, como f (a) = f (b), se tiene
que f (x1 ) = f (x2 ) = k.
Por tanto, para todo x ∈ [a, b] es k ≤ f (x) ≤ k, es decir, f es constante en [a, b]. Consecuentemente,
f 0 (x) = 0 para todo x ∈ (a, b) y basta tomar como c cualquier punto de (a, b).
Interpretación geométrica. Existe un c ∈ (a, b) (puede haber más de uno) tal que la recta tangente
a la gráfica de f en el punto (c, f (c)) es horizontal (paralela al eje X), ver fig. 3.1.

f HaL= f HbL

a c d b

Figura 3.1. Teorema de Rolle

Aplicación. Como ya sabemos, el teorema de Bolzano nos puede servir para probar la existencia de
soluciones de ecuaciones; el teorema de Rolle nos sirve para probar la unicidad. Veamos un ejemplo:
Probar que existe un único número real x tal que x3 + x = π.
Si definimos f : R → R por f (x) = x3 + x − π, tenemos que demostrar que existe un único c ∈ R tal
que f (c) = 0. Observemos que f es continua y derivable en R, ya que es un polinomio.
Existencia: Como f (0) = −π < 0 y f (π) = π 3 > 0, basta aplicar el teorema de Bolzano en el intervalo
[0, π] para obtener la existencia del c buscado. Si no hubiésemos sido capaces de encontrar dos puntos
concretos donde la función tome valores de signo opuesto, podríamos haber argumentado de esta otra
forma. Como lı́m f (x) = ∞, existe M ∈ R tal que f (x) > 0 para todo x ≥ M . Como lı́m f (x) = −∞,
x→∞ x→−∞
existe N ∈ R tal que f (x) < 0 para todo x ≤ N (obviamente tiene que ser N < M ). Entonces, si
consideremos f : [N, M ] → R, se tiene que f es continua, por ser una función polinómica, y además
f (N ) < 0 y f (M ) > 0. Aplicando el teorema de Bolzano obtenemos la existencia del c buscado.
Unicidad : Supongamos que existen a, b ∈ R, con a < b, tales que f (a) = f (b) = 0. Como f es continua
en [a, b] y derivable en (a, b), el teorema de Rolle nos diría que existe un punto d ∈ (a, b) tal que f 0 (d) = 0.
Pero f 0 (x) = 3x2 + 1 6= 0 para todo x ∈ R, lo que contradice lo anterior, por tanto no puede haber dos
puntos a, b ∈ R, con a < b, tales que f (a) = f (b) = 0.

3.6 Teorema. Teorema del valor medio de Cauchy.


Sean f, g : [a, b] → R, continuas en [a, b] y derivables en (a, b). Entonces existe c ∈ (a, b) tal que
f 0 (c)(g(b) − g(a)) = g 0 (c)(f (b) − f (a)) .
Demostración. Veamos que existe c ∈ (a, b) tal que
f 0 (c)(g(b) − g(a)) − g 0 (c)(f (b) − f (a)) = 0 .
Consideremos la función h : [a, b] → R, dada por
h(x) = f (x)(g(b) − g(a)) − g(x)(f (b) − f (a)).

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3.3 El teorema de Rolle y el teorema del valor medio. 35

Se tiene que h es continua en [a, b] y derivable en (a, b), por serlo f y g. Además,

h(a) = f (a)(g(b) − g(a)) − g(a)(f (b) − f (a))


= f (a)g(b) − f (a)g(a) − g(a)f (b) + g(a)f (a)
= f (a)g(b) − g(a)f (b) ,

h(b) = f (b)(g(b) − g(a)) − g(b)(f (b) − f (a))


= f (b)g(b) − f (b)g(a) − g(b)f (b) + g(b)f (a)
= f (a)g(b) − g(a)f (b) .
Entonces podemos aplicar el teorema de Rolle a la función h y obtenemos que existe c ∈ (a, b) tal que
h0 (c) = 0. Ahora bien, para todo x ∈ (a, b),

h0 (x) = f 0 (x)(g(b) − g(a)) − g 0 (x)(f (b) − f (a)) ,

por tanto, h0 (c) = 0 nos da

f 0 (c)(g(b) − g(a)) − g 0 (c)(f (b) − f (a)) = 0 .

3.7 Corolario. Teorema del valor medio (de Lagrange).


Sea f : [a, b] → R continua en [a, b] y derivable en (a, b). Entonces existe c ∈ (a, b) tal que

f (b) − f (a)
f 0 (c) = .
b−a

Demostración. Sea g : [a, b] → R, g(x) = x. Se tiene que g es continua en [a, b] y derivable en (a, b).
Entonces f y g están en las condiciones del teorema del valor medio de Cauchy. Por tanto existe c ∈ (a, b)
tal que
f 0 (c)(g(b) − g(a)) = g 0 (c)(f (b) − f (a)) .
Como g 0 (x) = 1 para todo x ∈ (a, b), la igualdad anterior es

f 0 (c)(b − a) = f (b) − f (a) ,

f (b) − f (a)
o lo que es equivalente, f 0 (c) = .
b−a

� (�)
f (b)- f (a)
recta con pendiente
b -a

� � � �

� (�)

Figura 3.2. Teorema del valor medio

Interpretación geométrica. La pendiente de la recta que une los puntos (a, f (a)) y (b, f (b)) es
f (b)−f (a)
b−a Por tanto, el teorema dice que existe un c ∈ (a, b) (puede haber más de uno) tal que la recta
.
tangente a la gráfica de f en (c, f (c)) es paralela a la recta que une (a, f (a)) y (b, f (b)) (ver fig. 3.2).

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36 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

Aplicación. El teorema del valor medio es fundamental dentro del Análisis Matemático y veremos en-
seguida algunos corolarios importantes, pero vamos a ver primero un ejemplo de una aplicación frecuente:
obtener desigualdades. Vamos a usar el teorema para probar que

| sen x| < |x|, para todo x 6= 0.

En efecto, fijemos un x 6= 0. Si |x| > 1 la desigualdad se cumple trivialmente porque entonces | sen x| ≤
1 < |x|. Supongamos ahora x ∈ (0, 1]. Consideremos la función f : [0, x] → R, f (t) = sen t. Como f es
continua en [0, x] y derivable en (0, x), el teorema del valor medio asegura que existe un c ∈ (0, x) tal que
sen x − sen 0 sen x
cos c = f 0 (c) = = .
x−0 x
Por tanto, | sen x| = |x|| cos c| < |x|, ya que, por ser c ∈ (0, x) ⊂ (0, 1] ⊂ (0, π2 ) se tiene que cos c < 1.
Si x < 0 solo tenemos que tener en cuenta que sen x = − sen(−x), por tanto | sen x| = | − sen(−x)| =
| sen(−x)| < | − x| = |x|.
Como ejercicio, usar la misma idea para probar la desigualdad

log x ≤ x − 1 para todo x > 0.

3.3.1. Consecuencias del teorema del valor medio


3.8 Corolario. Sea I un intervalo y sea f : I → R continua en I, derivable en el interior de I y tal que
f 0 (x) = 0 para todo x del interior de I. Entonces f es constante en I.
Demostración. Sean x1 , x2 ∈ I con x1 < x2 . Veamos que f (x1 ) = f (x2 ).
Consideremos f : [x1 , x2 ] → R. Entonces f es continua en [x1 , x2 ] ⊂ I y derivable en (x1 , x2 ) ⊂ int(I).
Entonces, por el teorema del valor medio, existe c ∈ (x1 , x2 ) (luego c ∈ int(I)) tal que

f (x2 ) − f (x1 )
f 0 (c) = .
x2 − x1
Como f 0 (c) = 0 por hipótesis, obtenemos f (x2 ) − f (x1 ) = 0, luego f (x1 ) = f (x2 ).
3.9 Corolario. Sea I un intervalo y sean f, g : I → R continuas en I, derivables en el interior de I y
tales que f 0 (x) = g 0 (x) para todo x del interior de I. Entonces f y g se diferencian en una constante, es
decir, existe C ∈ R tal que f (x) = g(x) + C para todo x ∈ I.
Demostración. Basta considerar la función f − g y aplicarle el corolario anterior.
3.10 Ejercicio: 1. Hallar todas las funciones derivables, f : R → R, que cumplan f 0 (x) = sen x para
todo x ∈ R.
2. Hallar todas las funciones f : R → R, dos veces derivables, que cumplan f 00 (x) = sen x para todo
x ∈ R.
3. Sean f : R → R , f (x) = arctan x y g : R \ {0} → R , g(x) = − arctan x1 .
Comprobar que f 0 (x) = g 0 (x) para todo x ∈ R \ {0}. ¿Qué se puede deducir de eso?
3.11 Corolario. Sea I un intervalo y sea f : I → R continua en I y derivable en el interior de I.
Si f 0 es acotada, entonces f es lipschitziana en I. (Como consecuencia, es uniformamente continua en I.)
Demostración. Como f 0 es acotada en el interior de I, existe M > 0 tal que |f 0 (x)| ≤ M para todo
x ∈ int(I). Veamos que

|f (x) − f (y)| ≤ M |x − y| para todos los x, y ∈ I.

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3.4 Funciones monótonas y derivables. 37

Sean pues x, y ∈ I. Si x = y es obvio. Si x 6= y entonces x < y ó y < x. Supongamos que x < y.


Consideremos f : [x, y] → R. Se tiene que f es continua en [x, y] ⊂ I y derivable en (x, y) ⊂ int(I), por
tanto, por el teorema del valor medio, existe c ∈ (x, y) tal que

f (y) − f (x) = f 0 (c)(y − x) .

Si es y < x llegamos a que existe c ∈ (y, x) tal que

f (x) − f (y) = f 0 (c)(x − y) .

En cualquier caso,
|f (x) − f (y)| = |f 0 (c)||x − y| ≤ M |x − y| .

Ejemplos.
1
(1) Sea f : R → R, f (x) = arctan x. f es derivable en R y f 0 (x) = para todo x ∈ R. Como
1 + x2
0
|f (x)| ≤ 1, para todo x ∈ R, obtenemos que f es lipschitziana, luego uniformemente continua en R.
(2) Sea f : R → R, f (x) = log(1 + x2 ). Entonces f = g ◦ h, donde h : R → R, h(x) = 1 + x2 y
g : (0, ∞) → R, g(x) = log x. Se tiene que h es derivable en R y g es derivable en (0, ∞). Como además
h(x) ≥ 1 para todo x ∈ R, tenemos que h(R) ⊂ (0, ∞) = Dg . Entonces, por la regla de la cadena, f es
derivable en R y
1 2x
f 0 (x) = g 0 (h(x)) · h0 (x) = · 2x = .
1 + x2 1 + x2
Veamos que f 0 es acotada. De hecho |f 0 (x)| ≤ 1, para todo x ∈ R, ya que

|f 0 (x)| ≤ 1 ⇔ 2|x| ≤ 1 + x2 ⇔ 1 + x2 − 2|x| ≥ 0 ⇔ (1 − |x|)2 ≥ 0 .

Se sigue que f es lipschitziana (y por tanto uniformemente continua) en R.


Nota. Es fácil ver que el recíproco del corolario es cierto: Sea f : I → R continua en I y derivable en
el interior de I. Si f es lipschitziana en I, entonces f 0 es acotada.
Sin embargo, una función puede ser uniformemente continua en un intervalo, derivable en el interior √
del intervalo y que la derivada no esté acotada. Por ejemplo, eso lo cumple f : [0, 1] → R, f (x) = x
(. . . también si la consideramos con dominio [0, +∞)).

3.4. Funciones monótonas y derivables.


3.12 Teorema. Sea I un intervalo y sea f : I → R continua en I y derivable en el interior de I. Se tiene
lo siguiente.
(a) f es creciente en I si, y solo si, f 0 (x) ≥ 0 para todo x ∈ int(I).
(b) f es decreciente en I si, y solo si, f 0 (x) ≤ 0 para todo x ∈ int(I).
(c) Si f 0 (x) > 0 para todo x ∈ int(I), entonces f es estrictamente creciente en I.
(d) Si f 0 (x) < 0 para todo x ∈ int(I), entonces f es estrictamente decreciente en I.
Demostración. (a) ⇒| : Supongamos que f es creciente en I. Sea x0 ∈ int(I) y veamos que f 0 (x0 ) ≥ 0.
Como x0 ∈ int(I) entonces f es derivable en x0 . Por tanto,
f (x) − f (x0 ) f (x) − f (x0 )
f 0 (x0 ) = lı́m = lı́m+ .
x→x0 x − x0 x→x0 x − x0

Por otra parte, si x ∈ I, con x > x0 , es f (x) − f (x0 ) ≥ 0 por ser f creciente en I, luego
f (x) − f (x0 )
≥ 0.
x − x0

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38 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

Por tanto,
f (x) − f (x0 )
f 0 (x0 ) = lı́m+ ≥ 0.
x→x0 x − x0

⇐| : Supongamos ahora que f 0 (x) ≥ 0 para todo x ∈ int(I). Sean x, y ∈ I con x < y y veamos que
f (x) ≤ f (y). Como x, y ∈ I e I es un intervalo se tiene que [x, y] ⊂ I y (x, y) ⊂ int(I) y por tanto f
es continua en [x, y] y f es derivable en (x, y). Del teorema del valor medio se sigue que existe un punto
c ∈ (x, y) tal que
f (y) − f (x) = f 0 (c)(y − x) .
Como x < y, es y − x > 0, y como c ∈ int(I) es f 0 (c) ≥ 0, de donde f 0 (c)(y − x) ≥ 0, es decir,
f (y) − f (x) ≥ 0.
(b) Se tiene que f es decreciente en I si, y solo si, −f es creciente en I. Por el apartado anterior, −f
es creciente en I si, y solo si, −f 0 (x) ≥ 0 para todo x ∈ int(I) y esto es equivalente a f 0 (x) ≤ 0 para todo
x ∈ int(I).
(c) Tenemos que f 0 (x) > 0 para todo x ∈ int(I). Sean x, y ∈ I con x < y y veamos que f (x) < f (y).
Igual que antes f es continua en [x, y] y f es derivable en (x, y), por lo tanto existe un punto c ∈ (x, y)
tal que
f (y) − f (x) = f 0 (c)(y − x) .
Como x < y, es y − x > 0, y como c ∈ int(I) es f 0 (c) > 0, de donde f 0 (c)(y − x) > 0, es decir,
f (y) − f (x) > 0.
(d) Basta aplicar el apartado anterior a −f .

Observación: Los recíprocos de (c) y (d) no son ciertos. Por ejemplo f (x) = x3 es estrictamente
creciente en R pero no es verdad que f 0 (x) > 0 para todo x ∈ R, ya que f 0 (0) = 0.

Aplicación: Probemos que ex > x + 1 para todo x 6= 0.


Sea f : R → R la función definida por f (x) = ex − x − 1. Entonces f es derivable en R y f 0 (x) = ex − 1.
Como f es continua en [0, ∞), derivable en (0, ∞) y f 0 (x) = ex − 1 > 0 para todo x ∈ (0, ∞) entonces f
es estrictamente creciente en [0, ∞). Por tanto, para todo x > 0 es ex − x − 1 = f (x) > f (0) = 0. Por otra
parte, como f es continua en (−∞, 0], derivable en (−∞, 0) y f 0 (x) = ex − 1 < 0 para todo x ∈ (−∞, 0)
entonces f es estrictamente decreciente en (−∞, 0]. Por tanto, para todo x < 0 es ex − x − 1 = f (x) >
f (0) = 0.
Observaciones:
1. Si f es creciente en (c − δ1 , c] y decreciente en [c, c + δ2 ), entonces c es máximo de f en (c − δ1 , c + δ2 ),
luego c es un máximo local de f .
2. Si f es decreciente en (c − δ1 , c] y creciente en [c, c + δ2 ), entonces c es mínimo de f en (c − δ1 , c + δ2 ),
por tanto es un mínimo local de f .

3.5. Criterio de la derivada segunda para la existencia de extre-


mos locales.
Ya sabemos que f puede tener un extremo local en un punto c sin ser derivable en c e incluso sin ser
continua en c, pero acabamos de ver que la existencia de la derivada en un entorno de c facilita las cosas
a la hora de estudiar si en c hay extremo local ó no, ya que en es caso basta estudiar el signo de f 0 a la
izquierda de c y a la derecha de c para saber si en c hay un máximo local, un mínimo local, ó ninguna de
las dos cosas. Veamos ahora que si además f admite derivada segunda en c, se puede decir algo más:

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3.6 Funciones convexas. 39

3.13 Teorema. Sea f : D → R una función con derivada segunda en c ∈ D.


(a) Si f 0 (c) = 0 y f 00 (c) > 0 entonces f tiene un mínimo local en c.
(b) Si f 0 (c) = 0 y f 00 (c) < 0 entonces f tiene un máximo local en c.
(c) Si f 0 (c) = 0 y f 00 (c) = 0 entonces no puede asegurarse nada sobre la existencia de extremos locales
en c.
Demostración. (a) En primer lugar, observamos que la existencia de f 00 (c) significa que existe r > 0 tal
que f es derivable en (c − r, c + r) y además existe el límite
f 0 (x) − f 0 (c)
f 00 (c) = lı́m .
x→c x−c
Como además es f 0 (c) = 0, entonces es
f 0 (x)
lı́m = f 00 (c) > 0 .
x→c x − c

De aquí se sigue que existe δ > 0 tal que


f 0 (x)
> 0 para todo x ∈ (c − δ, c) ∪ (c, c + δ) .
x−c
f 0 (x)
Entonces tenemos que si c − δ < x < c , es x − c < 0 y >0, de donde
x−c
f 0 (x) < 0 para todo x ∈ (c − δ, c) ,
luego f es decreciente en (c − δ, c].
f 0 (x)
Por otra parte, si c<x<c+δ , es x−c>0 y >0, de donde
x−c
f 0 (x) > 0 para todo x ∈ (c, c + δ) ,
luego f es creciente en [c, c + δ). Por tanto f tiene un mínimo local en c.
(b) Basta aplicar el apartado anterior a −f .
(c) Basta considerar las funciones dadas por f (x) = x4 , g(x) = −x4 y h(x) = x3 en c = 0.

3.6. Funciones convexas.

� (�)

� (�)

� �

Figura 3.3. Función convexa

Dada una función f definida en un intervalo I diremos que f es convexa en I si para cualesquiera dos
puntos a y b de I con a < b, la gráfica de f en el intervalo [a, b] queda por debajo del segmento que une
(a, f (a)) con (b, f (b)) (ver la fig. 3.3). La función cuya gráfica es ese segmento es la función
f (b) − f (a)
g : [a, b] → R, g(x) = f (a) + (x − a) ,
b−a
estamos diciendo entonces que f (x) ≤ g(x) para todo x ∈ (a, b). Escribamos formalmente esta definición.

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40 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

3.14 Definición. Sea I un intervalo y f : I → R.


Decimos que f es convexa en I si para cualesquiera a, x, b ∈ I con a < x < b se tiene que

f (b) − f (a)
f (x) ≤ f (a) + (x − a) .
b−a
Si para todos a, x, b de I con a < x < b se cumple lo anterior con desigualdad estricta, decimos que f es
estrictamente convexa.
Decimos que f es cóncava en I si para cualesquiera a, x, b ∈ I con a < x < b se tiene que

f (b) − f (a)
f (x) ≥ f (a) + (x − a) .
b−a
Si para todos a, x, b de I con a < x < b se cumple lo anterior con desigualdad estricta, decimos que f es
estrictamente cóncava.
Observaciones:
1. f es cóncava en I si, y solo si, −f es convexa en I.
2. Si f : I → R es convexa y cóncava entonces para todos a, b de I con a < b, se cumple que f coincide
en [a, b] con g, la función que nos da el segmento que une (a, f (a)) con (b, f (b)). De eso se deduce
fácilmente que f es convexa y cóncava si y solo si “f es un trozo de recta” (o toda una recta).
3.15 Definición. Sea I un intervalo, f : I → R continua y c ∈ int(I). Decimos que f tiene un
punto de inflexión en c si existe r > 0 tal que f|[c−r,c] es estrictamente convexa y f|[c,c+r] es estrictamente
cóncava o viceversa.
Ejemplo de función convexa: Sea f : R → R, f (x) = x2 . Veamos que f es convexa en R. Sean
a, x, b ∈ R con a < x < b. Tenemos que probar que
b2 − a2
x2 ≤ a2 + (x − a) .
b−a
Se tiene que

b2 − a2
x2 ≤ a2 + (x − a) ⇐⇒ x2 − a2 ≤ (b + a)(x − a)
b−a

⇐⇒ x + a ≤ b + a ⇐⇒ x ≤ b.
x−a>0

Como sabemos, aparte de la forma ‘punto-pendiente’ que hemos usado antes, hay otras formas de
expresar la recta que pasa por los puntos (a, f (a)), (b, f (b)). Será especialmente útil la forma paramétrica;
usando esa forma, el segmento que va de (a, f (a)) a (b, f (b)) es el conjunto

{(x, y) = (a, f (a)) + s[(b, f (b)) − (a, f (a)] | s ∈ [0, 1]} ,

es decir
segm(a, f (a))(b, f (b)) = {(x, y) = (1 − s)(a, f (a)) + s(b, f (b)) | s ∈ [0, 1]} .
Usando eso podemos reescribir la definición de convexidad. Pondremos la equivalencia como proposición:
3.16 Proposición. Sea I un intervalo y sea f : I → R. Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(1) f es convexa en I.
(2) Si a, b son de I, con a < b, y s ∈ (0, 1) entonces

f ((1 − s)a + sb) ≤ (1 − s)f (a) + sf (b) .

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3.6 Funciones convexas. 41

Demostración. La demostración es inmediata:


  nos dice que para cada x ∈ (a, b) el
la definición de convexa
f (b)−f (a)
punto (x, f (x)) queda debajo del punto x, f (a) + b−a (x − a) del segmento segm(a, f (a))(b, f (b)),
es decir la ordenada del primero es menor que la ordenada del segundo. Eso mismo nos dice (2). De todas
formas vamos a escribirlo analíticamente:
(1) ⇒ (2): Supongamos que f es convexa en I, dado s ∈ (0, 1), aplicamos la definición 3.14 a a, b y
x = (1 − s)a + sb (se cumple que a < x < b porque x = (1 − s)a + sb > (1 − s)a + sa = a y
x = (1 − s)a + sb < (1 − s)b + sb = b ). Se obtiene:

f (b) − f (a)
f ((1 − s)a + sb) ≤f (a) + (x − a)
b−a
f (b) − f (a)
=f (a) + s −
(b  a)

b−
 a
=(1 − s)f (a) + s f (b) .

(2) ⇒ (1): Sean a, b, x ∈ I, con a < x < b. Observemos que podemos escribir
 
b−x x−a x−a x−a
x= a+ b= 1− a+ b = (1 − s)a + sb ,
b−a b−a b−a b−a
x−a
donde hemos llamado s ≡ b−a . Se cumple claramente que 0 < s < 1; si aplicamos entonces (2) obtenemos

f (x) = f ((1 − s)a + sb) ≤ (1 − s)f (a) + sf (b)


 
x−a x−a
= 1− f (a) + f (b)
b−a b−a
x−a x−a
= f (a) − f (a) + f (b)
b−a b−a
f (b) − f (a)
= f (a) + (x − a) .
b−a
Por tanto, f es convexa en I.

Ejemplo. f (x) = |x| es convexa en R, ya que si a, b ∈ R con a < b y s ∈ (0, 1), entonces

f ((1 − s) a + s b) = |(1 − s) a + s b| ≤ |(1 − s) a| + |s b|


= (1 − s)|a| + s|b| = (1 − s) f (a) + s f (b) .

Obsérvese que f no es derivable en 0.


El siguiente lema será fundamental en lo que sigue
3.17 Lema. Sea I un intervalo y sea f : I → R convexa, entonces para todos a, b, c ∈ I, con a < c < b,
se cumple
f (c) − f (a) f (b) − f (a) f (b) − f (c)
≤ ≤ .
c−a b−a b−c
Si f es estríctamente convexa, se cumple lo anterior con desigualdades estrictas (ver fig. 3.4).

Demostración. Si a < c < b, al ser f convexa en I, es

f (b) − f (a)
(*) f (c) ≤ f (a) + (c − a)
b−a
de donde se sigue la primera desigualdad (usamos que c − a > 0).

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42 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

a c b

Figura 3.4. Comportamiento de las secantes en funciones convexas

Para la otra desigualdad, escribimos la condición de convexidad (*) como

f (b) − f (a)
f (c) ≤ f (b) + (c − b)
b−a
(hemos escrito la recta que pasa por (a, f (a)), (b, f (b)) en forma punto-pendiente, pero ahora ‘tomando
(b, f (b)) como punto’). Teniendo en cuenta que c − b < 0, se sigue

f (c) − f (b) f (b) − f (a)


≥ ,
c−b b−a
o lo que es lo mismo,
f (b) − f (c) f (b) − f (a)
≥ .
b−c b−a
En el caso de convexidad estricta todo funciona igual cambiando “≤” por “<”.
Del lema se deduce
3.18 Teorema. Sea I un intervalo, f : I → R convexa. Entonces
0 0 0 0
(a) f+ (x) y f− (x) existen en todo x ∈ int(I) y f− (x) ≤ f+ (x).
0 0
(b) f+ y f− son funciones crecientes en int(I).
(c) f es continua en int(I).
Demostración. (a): Fijemos x̄ ∈ int(I). Usando el lema veamos que la función

f (x) − f (x̄)
T (x) =
x − x̄
es creciente. En efecto, tomemos x, y ∈ I, con x < y; distinguimos tres posibilidades:
si x̄ < x < y , aplicamos la primera desigualdad del lema 3.17 con a = x̄, c = x, b = y, y se obtiene
f (x) − f (x̄) f (y) − f (x̄)
≤ ,
x − x̄ y − x̄
es decir T (x) ≤ T (y);
si x < x̄ < y , aplicamos 3.17 con a = x, c = x̄, b = y y nos fijamos en la desigualdad entre los extremos:
f (x̄) − f (x) f (y) − f (x̄)
≤ ,
x̄ − x y − x̄
y vemos de nuevo que T (x) ≤ T (y); por último

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3.6 Funciones convexas. 43

si x < y < x̄ , aplicamos 3.17 con a = x, c = y, b = x̄ y nos quedamos con la última desigualdad:

f (x̄) − f (x) f (x̄) − f (y)


≤ ,
x̄ − x x̄ − y
que equivale a T (x) ≤ T (y).
Por ser T creciente se cumple que (justificarlo)

lı́m T (x) = sup{T (x) | x ∈ int(I), x < x̄}1 ,


x→x̄−

lı́m T (x) = ı́nf{T (x) | x ∈ int(I), x > x̄} .


x→x̄+

Eso demuestra la existencia de las derivadas laterales:


0 0
(*) f− (x̄) = sup{T (x) | x ∈ int(I), x < x̄} , f+ (x̄) = ı́nf{T (x) | x ∈ int(I), x > x̄} .
0 0
La desigualdad f− (x̄) ≤ f+ (x̄) es clara (¿por qué?). Hemos probado (a).
0 0 0
(b): Veamos que f+ es creciente. Sean x1 , x2 ∈ int(I) con x1 < x2 , queremos ver que f+ (x1 ) ≤ f+ (x2 ).
La segunda igualdad de (*) (aplicada a x̄ = x1 ) implica que

0 f (x2 ) − f (x1 )
f+ (x1 ) ≤ .
x2 − x1
Por otra parte, si x > x2 , aplicando el lema 3.17 (con a = x1 , b = x, c = x2 y usando la desigualdad entre
el primer y el tercer término) se tiene
f (x2 ) − f (x1 ) f (x) − f (x2 )
≤ .
x2 − x1 x − x2
Por tanto, juntando esta desigualdad con la anterior tenemos que

0 f (x) − f (x2 )
f+ (x1 ) ≤ , para x > x2 .
x − x2
0 0
Tomando límite cuando x → x2 en el término de la derecha se obtiene f+ (x1 ) ≤ f+ (x2 ) .
0
La demostración de que f− es creciente la dejamos como ejercicio.
0 0
(c): Si x̄ ∈ int(I), como existen f− (x̄) y f+ (x̄), se cumple que f es continua en x̄ (teorema 2.6 (c) del
tema anterior).
0 0
Observación: Si f es estrictamente convexa, razonando como en (b), se obtiene que f+ y f− son
estrictamente crecientes en int(I).

Si f es derivable podemos dar una caracterización de la convexidad usando la derivada de f :


3.19 Teorema. Sea I un intervalo y f : I → R continua en I y derivable en int(I). Se tiene lo siguiente.
(a) f es convexa en I si, y solo si, f 0 es creciente en int(I).
(b) f es cóncava en I si, y solo si, f 0 es decreciente en int(I).
Demostración. (a) ⇒| : Si f es convexa y derivable, aplicando el teorema anterior, se obtiene inmediata-
mente que f 0 es creciente en int(I).
⇐| : Suponemos ahora que f 0 es creciente en int(I). Queremos probar que si a, b, x ∈ I, a < x < b
entonces
f (b) − f (a)
f (x) ≤ f (a) + (x − a) ,
b−a
1 Ese supremo existe porque, por ser T creciente, el conjunto se puede acotar superiormente por T (x̄
¯) si x̄
¯ ∈ int(I), x̄
¯ > x̄
(ahí se usa que x̄ ∈ int(I)). Un razonamiento análogo vale para el límite por la derecha que viene a continuación.

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44 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

o lo que es equivalente,
f (x) − f (a) f (b) − f (a)
(*) ≤ .
x−a b−a
Aplicando el teorema del valor medio a los intervalos [a, x] y [x, b] obtenemos que existen c1 y c2 , con
a < c1 < x < c2 < b tales que
f (x) − f (a) f (b) − f (x)
= f 0 (c1 ) y = f 0 (c2 ) .
x−a b−x
Por ser f 0 creciente tendremos f 0 (c1 ) ≤ f 0 (c2 ). Podemos poner entonces
f (b) − f (a) = f (b) − f (x) + f (x) − f (a)
= f 0 (c2 )(b − x) + f 0 (c1 )(x − a)
≥ f 0 (c1 )(b − x) + f 0 (c1 )(x − a) = f 0 (c1 )(b − a)
f (x) − f (a)
= (b − a)
x−a
(para la desigualdad usamos que f 0 (c2 ) ≥ f 0 (c1 ) y b − x > 0; el resto es elemental). De ahí se sigue (*).
(b ) f 0 es decreciente en int(I) ⇔ −f 0 es creciente en int(I) ⇔ −f es convexa en I ⇔ f es cóncava en I.
Observación: Es fácil ver que, con las hipótesis del teorema, se cumple también que
(a) f es estrictamente convexa en I si y solo si f 0 es estrictamente creciente en int(I)
(b) f es estrictamente cóncava en I si y solo si f 0 es estrictamente decreciente en int(I).
En efecto, basta repasar la demostración y usar lo que hemos ido viendo para el caso de la convexidad
(o concavidad) estricta.
El siguiente ejercicio nos da otra otra propiedad importante de las funciones convexas:
3.20 Ejercicio: Sea I un intervalo y f : I → R continua en I y derivable en int(I). Probar que f es
convexa si, y solo si, para todo a ∈ int(I), la recta tangente a la gráfica de f en el punto (a, f (a)) queda
por debajo de la gráfica de f (hacer un dibujo para convencerse de que eso es cierto).
(Indicación: para ⇒) escribir qué desigualdad hay que demostrar y repasar la demostración del teorema
3.18; para ⇐) probar que la hipótesis implica que f 0 es creciente y usar el teorema anterior.)
Teniendo en cuenta el teorema del extremo interior (teorema 3.3), obtenemos el siguiente corolario del
teorema 3.19.
3.21 Corolario. Sea I un intervalo, f : I → R continua en I, y derivable en int(I). Si f tiene un punto
de inflexión en c ∈ int(I) y existe f 00 (c) entonces f 00 (c) = 0.
Demostración. En efecto, si c es punto de inflexión significa (ver def. 3.15) que existe un r > 0 tal que en
[c − r, c], f es estrictamente convexa y en [c, c + r], f es estrictamente cóncava, o viceversa. En el primer
caso f 0 es creciente en [c − r, c] y decreciente en [c, c + r], y f 0 tiene por tanto un máximo local en c; por
el teorema del extremo interior tiene que ser f 00 (c) = 0. En el otro caso se razona igual: f 0 tendría un
mínimo en c y también f 00 (c) = 0.
Observaciones: 1. El recíproco del teorema anterior no es cierto. Por ejemplo, f : R → R dada por
f (x) = x4 , no tiene punto de inflexión en c = 0 y sin embargo f 00 (0) = 0. Otro ejemplo: la función
f : R → R, f (x) = x, cumple f 00 (x) = 0 en todo c ∈ R pero ningún c es punto de inflexión (repasar la
definición de punto de inflexión).
2. f puede ser derivable, tener un punto de inflexión en c, y no existir f 00 (c). Por ejemplo, eso ocurre
en c = 0 con la función f : R → R, definida como f (x) = x2 si x > 0; f (x) = −x4 si x ≤ 0 (comprobarlo).

Usando el teorema 3.12, obtenemos otro corolario del teorema 3.19, la caracterización de la con-
vexidad usando la derivada segunda de f :

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3.7 Reglas de L’Hôpital. 45

3.22 Corolario. Sea I un intervalo y f : I → R continua en I y con derivada segunda en int(I).


(a) f es convexa en I si, y solo si, f 00 (x) ≥ 0 para todo x ∈ int(I).
(b) f es cóncava en I si, y solo si, f 00 (x) ≤ 0 para todo x ∈ int(I).
Observación: El resultado anterior se puede extender, en un sentido, para la convexidad (o concavi-
dad) estricta. En efecto, en la observación que sigue al teorema 3.19 (ver pag. 44), vimos que si f : I → R
es continua en I y derivable en int(I) entonces
f es estrictamente convexa en I si y solo si f 0 es estrictamente creciente en int(I).
Si unimos eso con lo que sabemos sobre crecimiento estricto y derivadas (partes c) y d) del teorema 3.12),
obtenemos que para funciones f : I → R continuas en I y con derivada segunda en int(I) se cumple que
si f 00 (x) > 0 para todo x ∈ int(I) entonces f es estrictamente convexa en I;
si f 00 (x) < 0 para todo x ∈ int(I) entonces f es estrictamente cóncava en I.
Sin embargo las implicaciones contrarias no son ciertas: si f es estrictamente convexa en I sabemos
(por el corolario) que f 00 (x) ≥ 0 para todo x ∈ int(I) pero puede ocurrir que f 00 se anule en algún punto;
por ejemplo, f (x) = x4 es estrictamente convexa en R (porque su derivada es estrictamente creciente)
pero f 00 se anula en 0.
1
Ejemplos. (1) f (x) = . Observemos que f : R → R es derivable y con derivada segunda:
1 + x2
−2x 6x2 − 2
f 0 (x) = y f 00
(x) = , para todo x ∈ R . Se tiene que f 00 (x) > 0 para todo x ∈
(1 + x2 )2p
p (1 + x2 )3 p p
(−∞, − 1/3) ∪ ( p 1/3, ∞) y f 00p (x) < 0 para todo x ∈ (− 1/3, 1/3). Por p lo p tanto, f es estríctamente
convexa en (−∞, − 1/3] y en [ 1/3, ∞) y estríctamente cóncava en [− 1/3, 1/3].
(2) f (x) = ax (0 < a 6= 1) es est. convexa en R ya que f es continua, derivable de orden 2 en R y

f 0 (x) = ax log a y f 00 (x) = ax (log a)2 > 0, para todo x ∈ R .

(3) f (x) = loga (x) (0 < a 6= 1) es est. convexa en (0, ∞) si 0 < a < 1 y est. cóncava si a > 1. En efecto,
−1
basta calcular f 0 (x) = x log
1 00
a , f (x) = x2 log a , y se obtiene inmediatamente lo anterior.

(4) f (x) = xα es est. cóncava en (0, ∞) si 0 < α < 1 y est. convexa si α > 1 ó α < 0. (Ejercicio.)

3.7. Reglas de L’Hôpital.


Cuando estudiamos las propiedades de límites de funciones, vimos que si lı́m f (x) = lı́m g(x) = 0 ó
x→a x→a
f (x)
bien lı́m f (x) = lı́m g(x) = ∞, entonces con el límite en a de g(x) puede presentarse cualquier situación.
x→a x→a
Las reglas de L’Hôpital, que son una consecuencia más del teorema del valor medio (en este caso del
de Cauchy), pueden sernos útiles para estudiar estos casos de indeterminación.
3.23 Teorema. Sean a, b ∈ R con a < b y sean f, g : (a, b) → R tales que
(i) lı́m+ f (x) = lı́m+ g(x) = 0 ;
x→a x→a

(ii) f, g son derivables en (a, b) y g 0 (x) 6= 0 para todo x ∈ (a, b) ;



0 `∈R
f (x) 
(iii) lı́m+ 0 = +∞ .
x→a g (x)
−∞


`∈R
f (x) 
Entonces lı́m = +∞ .
x→a+ g(x)
−∞

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46 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

3.24 Teorema. Sean a, b ∈ R con a < b y sean f, g : (a, b) → R tales que


(i) lı́m+ f (x) = lı́m+ g(x) = +∞ ;
x→a x→a

(ii) f, g son derivables en (a, b) y g 0 (x) 6= 0 para todo x ∈ (a, b) ;



`∈R
f 0 (x) 
(iii) lı́m+ 0 = +∞ .
x→a g (x)
−∞


`∈R
f (x) 
Entonces lı́m+ = +∞ .
x→a g(x)
−∞

Nota importante.
En los teoremas anteriores puede sustituirse x → a+ por x → b− , x → a, x → ∞ ó x → −∞.
Demostración del teorema 3.23. Haremos la prueba en dos pasos.
PASO 1. Supongamos que f, g están definidas en a y que f (a) = g(a) = 0.
Entonces f y g son continuas en [a, b). Observemos en primer lugar que g(x) 6= 0 para todo x ∈ (a, b).
En efecto, si existiese x ∈ (a, b) con g(x) = 0 se tendría que g es continua en [a, x], derivable en (a, x) y
con g(a) = g(x) = 0 y del teorema de Rolle se seguiría que existe z ∈ (a, x) con g0(z) = 0, lo cual es falso.
f 0 (x)
Tenemos que lı́m+ 0 = `(+∞, −∞) y queremos probar que
x→a g (x)
f (x)
lı́m+ = `(+∞, −∞). Para ello usaremos la caracterización del límite mediante sucesiones: sea {xn }
x→a g(x)
 
f (xn )
una sucesión en (a, b) con lı́m{xn } = a y veamos que lı́m = `(+∞, −∞).
g(xn )
Si n ∈ N, tenemos que f, g son continuas en [a, xn ], derivables en (a, xn ) y con g0(x) 6= 0 para todo
x ∈ (a, xn ). Del teorema del valor medio de Cauchy se sigue entonces que existe cn ∈ (a, xn ) tal que

f (xn ) − f (a) f 0 (cn )


= 0 .
g(xn ) − g(a) g (cn )

Como f (a) = g(a) = 0, la sucesión {cn } cumple por tanto: a < cn < xn para todo n ∈ N y

f (xn ) f 0 (cn )
= 0 para todo n ∈ N.
g(xn ) g (cn )

Como lı́m{xn } = a, por el criterio del sandwich obtenemos que lı́m{cn } = a y de la caracterización del
límite mediante sucesiones se sigue que
 0 
f (cn )
lı́m = `(+∞, −∞) .
g 0 (cn )

De aquí que
f 0 (cn )
   
f (xn )
lı́m = lı́m = `(+∞, −∞) .
g(xn ) g 0 (cn )
PASO 2. Caso general: lı́mx→a+ f (x) = lı́mx→a+ g(x) = 0 .
Definamos F, G : [a, b) → R por
 
f (x), si x 6= a; g(x), si x 6= a;
F (x) = , G(x) = .
0, si x = a. 0, si x = a.
Entonces:

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3.7 Reglas de L’Hôpital. 47

1. como F (x) = f (x) y G(x) = g(x) para todo x ∈ (a, b), se cumple que F y G son derivables en (a, b)
y F 0 (x) = f 0 (x), G0 (x) = g 0 (x) para todo x ∈ (a, b).
2. G0 (x) = g 0 (x) 6= 0 para todo x ∈ (a, b).
F 0 (x) f 0 (x)
3. lı́m 0
= lı́m 0 = `(+∞, −∞).
x→a+ G (x) x→a+ g (x)
4. F (a) = G(a) = 0.
F (x)
Por el paso 1 es lı́m+ = `(+∞, −∞) y por tanto
x→a G(x)
f (x)
lı́m = `(+∞, −∞).
x→a+ g(x)

Observación. El caso x → +∞ en el teorema 3.23 se reduce al caso x → 0+ y el caso x → −∞ se


reduce al caso x → 0− . Para ello se consideran las funciones definidas por F (x) = f x1 y G(x) = g x1 .


Hagamos uno de ellos.


f x1

f (x) F (x) F 0 (x)
lı́m = lı́m+ 1 = lı́m = lı́m
x→0+ G0 (x)

x→+∞ g(x) x→0 g x→0+ G(x)
x
f 0 1 · −1 f0 1
  
x2  f 0 (x)
= lı́m+ 0 1x  −1 = lı́m+ 0 1x  = lı́m 0 .
x · x2
x→0 g x→0 g x→+∞ g (x)
x
Demostración del teorema 3.24.
f 0 (x)
Solo vamos a probar el caso en el que lı́mx→a+ g 0 (x) = ` ∈ R. Tenemos que ver que para cada ε > 0 existe
f (x)
un δ > 0 tal que si x ∈ (a, a + δ) se cumple g(x) − ` < ε.
f 0 (x) ε
Dado ε > 0, por la hipótesis, existe c1 ∈ (a, b) tal que g 0 (x) −` < 3 para todo x ∈ (a, c1 ) (enseguida
veremos a qué viene el 1/3).
Como lı́mx→a+ f (x) = ∞, existe c2 ∈ (a, c1 ) tal que f (x) − f (c1 ) > 0 para todo x ∈ (a, c2 ). Por tanto,
para x ∈ (a, c2 ) podemos escribir
f (x) f (x) − f (c1 ) f (x) g(x) − g(c1 )
=
g(x) g(x) − g(c1 ) f (x) − f (c1 ) g(x)
f (x) g(x)−g(c1 )
Si llamamos F : (a, c2 ) → R , F (x) = f (x)−f (c1 ) g(x) , lo anterior puede escribirse
f (x) f (x) − f (c1 )
(*) = F (x)
g(x) g(x) − g(c1 )
Nótese que, de la hipótesis lı́m+ f (x) = lı́m+ g(x) = +∞, se sigue fácilmente que lı́m+ F (x) = 1.
x→a x→a x→a
Del teorema del valor medio de Cauchy aplicado en [x, c1 ], se sigue que existe cx ∈ (x, c1 ) tal que
f (x) − f (c1 ) f 0 (cx )
= 0 ,
g(x) − g(c1 ) g (cx )
f 0 (cx )
y por ser cx ∈ (a, c1 ) es g 0 (cx ) − ` < 3ε . Por tanto usando esto y la igualdad (*) se obtiene

f (x) f (x) − f (c1 ) f 0 (cx )


−` = F (x) − ` = 0 F (x) − `F (x) + `F (x) − `
g(x) g(x) − g(c1 ) g (cx )
f 0 (cx )
≤ |F (x)| 0 − ` + |`| |F (x) − 1|
g (cx )
ε
< |F (x)| + |`| |F (x) − 1| , para todo x ∈ (a, c2 ).
3

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48 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

Ahora, como lı́mx→a+ F (x) = 1, podemos elegir un δ > 0 (y menor que c2 − a) tal que si x ∈ (a, a + δ)
se cumpla
3 ε
|F (x)| < , |F (x) − 1| < ;
2 2|`| + 1
f (x)
y entonces, para x ∈ (a, a + δ) se cumple g(x) − ` < ε.

Observación. El recíproco de la regla de L’Hôpital no es cierto. Así, puede ocurrir que lı́mx→a f (x) =
0
lı́mx→a g(x) = 0, que no exista lı́mx→a fg0 (x)
(x)
y que sí exista lı́mx→a fg(x)
(x)
. Por ejemplo,
(
1

x2 sen x si x 6= 0,
f (x) = ; g(x) = x .
0, si x = 0.

Se tiene que lı́mx→0 f (x) = lı́mx→0 g(x) = 0 y


• se cumple que  
f (x) 1
lı́m = lı́m x sen = 0,
x→0 g(x) x→0 x
f 0 (x)
• pero no tiene límite en 0, porque
g 0 (x)

f 0 (x)
         
1 2 1 −1 1 1
= 2x sen + x cos · = 2x sen − cos
g 0 (x) x x x2 x x

y 2x sen x1 sí tiene límite en 0, pero cos x1 no tiene límite en 0.


 

Otro ejemplo de que el recíproco no es cierto es el siguiente: sean f (x) = x + sen x y g(x) = x .
Entonces, lı́m f (x) = lı́m g(x) = ∞ y
x→∞ x→∞

• se cumple que
f (x) x + sen x sen x
lı́m = lı́m = lı́m (1 + ) = 1,
x→∞ g(x) x→∞ x x→∞ x
f 0 (x)
• pero g 0 (x) no tiene límite en ∞ , porque

f 0 (x)
= 1 + cos x .
g 0 (x)

Nota. Para ahorrar escritura, cuando se usa la regla de L’Hôpital es costumbre escribir

f (x) L’Hôp. f 0 (x)


lı́m = lı́m
x→a g(x) x→a g 0 (x)

como una especie de ‘igualdad condicional’: con eso queremos decir que si el límite de la derecha existe
entonces el de la izquierda también existe y coinciden, pero si el de la derecha no existe puede ocurrir
(como hemos visto en los ejemplos) que el de la izquierda sí exista. . . habrá que estudiarlo de otra forma;
en ese caso la regla de L’Hôpital no nos ayuda.
Ejemplos. Veamos a continuación algunos ejemplos en los que la regla sí ‘funciona’.
El primero nos muestra que las reglas de L’Hôpital también puede ser útiles para estudiar límites de
la forma lı́mx→a [f (x) − g(x)] , donde f y g cumplen que lı́mx→a f (x) = lı́mx→a g(x) = +∞ (es decir,
lo que abreviamos diciendo “indeterminaciones de la forma +∞ − ∞”). Basta ‘manipular’ la expresión de
f − g hasta ponerla en la forma de un cociente a la que se pueda aplicar una regla de L’Hôpital.

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3.7 Reglas de L’Hôpital. 49

 
1 1
(1) lı́m − .
x→0 x2 sen2 x
Tenemos que
1 1 sen2 x − x2 sen2 x − x2 x2
− = = · .
x2 sen2 x x2 sen2 x x4 sen2 x
2 2 2 2
Sabemos que lı́mx→0 senx 2 x = lı́mx→0 senx x = 1. Para calcular lı́mx→0 sen xx−x

4 usaremos la regla de
L’Hôpital (en cada paso hay que comprobar que el límite del numerador y el del denominador es 0).
sen2 x − x2 L’Hôp. 2 sen x cos x − 2x sen(2x) − 2x
lı́m = lı́m = lı́m
x→0 x4 x→0 4x 3 x→0 4x3
L’Hôp. 2 cos(2x) − 2 cos(2x) − 1
= lı́m = lı́m
x→0 12x2 x→0 6x2
L’Hôp. −2 sen(2x) −1 sen(2x) −1
= lı́m = lı́m · = .
x→0 12x x→0 3 2x 3
Por lo tanto,
sen2 x − x2 x2
 
1 1 −1 −1
lı́m − = lı́m · = ·1= .
x→0 x2 sen2 x x→0 x4 sen2 x 3 3

Observación. En general, para un límite de la forma lı́mx→a [f (x) − g(x)] donde f y g cumplen que
1 1
g − f
lı́mx→a f (x) = lı́mx→a g(x) = +∞, podemos escribir f − g = 1 ; ahora el numerador y el
fg
denominador tienen límite 0 cuando x → a y podemos aplicar la regla de L’Hôpital.

Los límites que vimos en el tema 1 sobre comparación de las funciones exponenciales, potenciales y
logarítmicas en ∞ (teorema 1.18), se pueden obtener ahora fácilmente usando el teorema de L’Hôpital.
Por ejemplo:
ex
(2) lı́m .
x→∞ x2
Se tiene que lı́m ex = ∞, lı́m x2 = ∞ y lı́m 2x = ∞. Entonces
x→∞ x→∞ x→∞
x
e L’Hôp. ex L’Hôp. ex
lı́m = lı́m = lı́m = ∞.
x→∞ x2 x→∞ 2x x→∞ 2
De la misma forma, aplicando la Regla de L’Hôpital un número finito de veces, se prueba fácilmente que
(como ya sabíamos)
ex
lı́m α = ∞ , para todo α > 0.
x→∞ x


(3) lı́m , para α > 0.
x→∞ log x
Se tiene que lı́m log x = ∞ y lı́m xα = ∞. Intentemos aplicar la regla de L’Hôpital.
x→∞ x→∞

xα L’Hôp. αxα−1
lı́m = lı́m 1 = lı́m αxα = ∞ .
x→∞ log x x→∞
x
x→∞

Otro ejemplo importante que también habíamos visto:


(4) lı́m+ xα log x, para α > 0.
x→0
1
Se tiene que lı́m+ log x = −∞ y lı́m+ = ∞. Intentemos aplicar la regla de L’Hôpital.
x→0 x→0 xα
1
log x L’Hôp. −xα
lı́m+ xα log x = lı́m+ 1 = lı́m+ x
−α = lı́m+ = 0.
x→0 x→0

x→0
xα+1
x→0 α

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50 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

3.8. Gráficas de funciones.


Todos los teoremas que hemos visto en las secciones anteriores nos ayudan a hacernos una idea clara
de cómo es una función y nos permiten representar su gráfica. A la hora de dibujar la gráfica de una
función hay que estudiar lo siguiente:

1. Dominio y posible simetría.


2. Continuidad. Puntos de corte con los ejes. Intervalos de signo constante.
3. Derivabilidad. Crecimiento y decrecimiento. Existencia de máximos y mínimos.
4. Concavidad y convexidad.
5. Comportamiento en la frontera del dominio.

Expliquemos algunos de los puntos anteriores.


3.25 Definición. Decimos que un conjunto de números reales D es simétrico cuando x ∈ D ⇔ −x ∈ D.
3.26 Definición. Sea D simétrico y f : D → R.
Decimos que f es par ó simétrica respecto del eje Y cuando f (−x) = f (x) para todo x ∈ D.
Decimos que f es impar ó simétrica respecto al origen cuando f (−x) = −f (x) para todo x ∈ D.
Cuando hablamos del comportamiento de la función en la frontera del dominio nos estamos refiriendo
a la existencia de asíntotas.
3.27 Definición. Asíntotas verticales. Diremos que la recta de ecuación x = a es una asíntota vertical
de la gráfica de f si lı́m+ f (x) = ±∞ ó bien lı́m− f (x) = ±∞ (a debe ser punto de acumulación del
x→a x→a
dominio de f ).
Asíntotas horizontales. Sea f : [a, +∞) → R. Diremos que la recta y = c es una asíntota horizontal de la
gráfica de f en +∞ si lı́m f (x) = c. Análogamente se define asíntota horizontal en −∞.
x→+∞
Asíntotas oblicuas. Diremos que la recta de ecuación y = ax + b (a 6= 0) es una asíntota oblicua de la
gráfica de f en +∞ si lı́m (f (x) − ax − b) = 0 (análogamente en −∞). Es fácil ver que esto ocurre si,
x→+∞
y solo si, existen los límites
f (x)
a = lı́m y b = lı́m (f (x) − ax) .
x→+∞ x x→+∞

3.9. Polinomios de Taylor


A lo largo del curso ya han sido tratadas algunas funciones ‘elementales’ como las logarítmicas o
las exponenciales y se han estudiado algunas de sus propiedades. No obstante, si necesitásemos calcular
el valor de una de estas funciones en un punto nos veríamos en un aprieto. Por ejemplo, sabemos que
log 1 = 0, pero ¿cómo calcularíamos log(1,4)?; sabemos que sen π2 = 1 ó que sen π = 0, pero ¿sen(3)?
Para log(1,4) tenemos una definición: es el número que se puede poner en e ? = 1,4 para tener una
igualdad. En el tema 1 vimos que hay un único número que cumple eso (lo probamos usando que las
funciones continuas estrictamente monótonas tienen inversa, que también es continua, etc.); pero no es lo
mismo saber que existe un número que cumple eso, que saber qué numero cumple eso. Está claro cómo
podemos calcularlo: ¡podemos usar una calculadora!; la cuestión es ¿cómo lo hace la calculadora?
Hay sin embargo unas funciones muy conocidas para las que, al menos en principio, sí podemos
calcular su valor en cada punto: ¡las funciones polinómicas!. Si P (x) = a0 + a1 x + · · · + an xn es una
función polinómica, dado un c ∈ R es posible calcular P (c). Puede que sea ‘un poco rollo’ pero sabemos
qué hay que hacer: hallar c2 , c3 , . . . cn (es decir, multiplicar c por sí mismo 2, 3, . . . , n veces), multiplicar

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3.9 Polinomios de Taylor 51

cada potencia por su ai , etc. Si pudiésemos encontrar una función polinómica, P , que esté próxima a la
función log podríamos usar P (1,4) como una aproximación aceptable de log(1,4) y puede que eso baste
para nuestros propósitos.
La aproximación de funciones mediante polinomios es uno de los temas de los que se ocupa el Análisis
Matemático. En esta sección estudiaremos una de las formas de hacer eso: mediante polinomios de Taylor.
Para una función, f , su polinomio de Taylor centrado en un punto, a (a ∈ dom(f )), es un polinomio que
aproxima bien a la función f , por lo menos en un intervalo alrededor de a. Nosotros veremos cómo se definen
esos polinomios, los calcularemos para las funciones importantes (exponencial, logaritmo, trigonométricas,
etc.) y veremos alguna aplicación interesante, por ejemplo demostraremos que e es un número irracional.

3.9.1. El teorema de Taylor


Sea I un intervalo y f : I → R una función que supondremos continua. Fijamos un a ∈ I y buscamos
un polinomio que aproxime bien a la función cerca de a. Empecemos por un polinomio de grado ≤ 1, y
vamos a elegirlo que pase por el punto (a, f (a)). Eso nos dice que P debe ser de la forma

P (x) = f (a) + m(x − a) .

(Nótese que la gráfica de un P como ese es una recta que pasa por (a, f (a)).) ¿Qué quiere decir que P
aproxime a f alrededor de a? Habrá que pedir por lo menos que lı́mx→a (f (x) − P (x)) = 0, es decir

lı́m [f (x) − f (a) − m(x − a)] = 0 .


x→a

Pero, por ser f continua en a, lı́mx→a f (x) = f (a) y por tanto eso se cumple con cualquier m; es decir, si
solo pedimos eso, cualquiera de esos polinomios valdría. ¿Hay algún m mejor que los demás? ¿qué significa
que sea mejor ? Una posibilidad es ver si hay algún m para el que se cumpla la siguiente condición:
f (x) − f (a) − m(x − a)
(cond.1) lı́m =0.
x→a x−a
Eso nos diría que el numerador, es decir la diferencia [f (x) − f (a) − m(x − a)], se hace tan pequeña cerca
1
de a que, incluso multiplicándola por ‘algo muy grande’, |x−a| , (una función que se va a ∞ cuando x → a),
el límite del producto es 0. ¿Hay algún m para el que se cumpla (cond.1)? Eso es lo mismo que decir que
f (x) − f (a)
lı́m −m=0 ,
x→a x−a
. . . ahora vemos claramente que habrá un m que cumpla lo que queremos si y solo si f es derivable en a.
Lo que hemos razonado nos dice que si f es derivable en a, entonces de todos los polinomio de grado 1
que pasan por (a, f (a)) el que mejor se aproxima a f cerca de a (el único que cumple (cond.1)) es

P (x) = f (a) + f 0 (a)(x − a) .

(Nótese que la gráfica de P es la recta tangente a la gráfica de f en (a, f (a)). Vemos de nuevo algo que ya
apareció justo al motivar la definición de derivada: lo que hemos razonado nos dice también que la recta
tangente en (a, f (a)) es la que ‘más se pega’ a la gráfica de f en ese punto.)
Ahora podemos seguir la misma idea para buscar el polinomio de grado ≤ 2 que mejor aproxime a f
cerca de a: Como queremos que pase por (a, f (a)) será de la forma P (x) = f (a) + m(x − a) + p(x − a)2 ;
si pedimos como antes que
f (x) − f (a) − m(x − a) − p(x − a)2
lı́m =0,
x→a x−a
llegamos, como antes, a que f debe ser derivable en a y debemos tomar m = f 0 (a), pero no obtenemos
ninguna condición para p, p podría ser cualquiera. Podemos pedir algo más ¿habrá un polinomio de la

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52 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

forma P (x) = f (a) + f 0 (a)(x − a) + p(x − a)2 que haga que, cerca de a, la diferencia f (x) − P (x) se haga
1
pequeña incluso al multiplicarla por (x−a) 2 ?, es decir que cumpla la condición

f (x) − f (a) − f 0 (a)(x − a) − p(x − a)2


(cond. 2) lı́m =0
x→a (x − a)2

f (x) − f (a) − f 0 (a)(x − a)


Para que se cumpliese eso, tendría que existir lı́m , y ese sería el p.
x→a (x − a)2
00
Si f es derivable, no solo en a, sino en un intervalo alrededor de a y existe f (a), entonces podemos aplicar
la regla de L’Hôpital y obtenemos (hacerlo) que

f (x) − f (a) − f 0 (a)(x − a) f 00 (a)


lı́m = .
x→a (x − a)2 2

Por tanto tendríamos que si existe f 00 (a), entonces, de entre todos los polinomio de grado ≤ 2 que pasan
por (a, f (a)), el que mejor se aproxima a f cerca de a (el único que cumple (cond. 2)), es
1
P (x) = f (a) + f 0 (a)(x − a) + f 00 (a)(x − a)2 .
2
Así podríamos seguir y podríamos buscar de forma más general un polinomio P de grado menor o
1
igual que n de forma que f (x) − P (x) se haga pequeño incluso al multiplicarlo por (x−a)n , es decir, un P

que cumpla la condición


f (x) − P (x)
(cond. n) lı́m = 0.
x→a (x − a)n
Esto nos lleva a la definición de polinomio de Taylor :
3.28 Definición. Sea I un intervalo en R con a ∈ I y sea f : I → R una función n veces derivable en a.
El polinomio de Taylor de f , centrado en a, de grado n, que denotaremos por Pf,a,n , es el definido por

f 00 (a) f (n) (a)


Pf,a,n (x) = f (a) + f 0 (a)(x − a) + (x − a)2 + · · · + (x − a)n
2! n!
n
X f (k) (a)
= (x − a)k .
k!
k=0

Pn
Notas. 1. En la expresión k=0 ak (x−a)k , se usa la convención de que para k = 0, ak (x−a)k significa
simplemente a0 .
2. Cuando a = 0 al polinomio de Taylor se le suele llamar también polinomio de Maclaurin.
3.29 Ejercicio: Calcular los polinomios de Taylor siguientes:
a ) Pf,0,n cuando f (x) = ex b ) Pf,1,n cuando f (x) = log x c ) Psen,0,n d ) Pcos,0,n
3.30 Observaciones:
(i) Si P es un polinomio de grado ≤ n entonces se tiene que

P (x) = PP,a,k (x), para todo k ≥ n.

(ii) Si f es n-veces derivable en a entonces f 0 es n−1 veces derivable en a y se tiene que Pf 0 ,a,n−1 = Pf,a,n
0
.

El teorema que sigue (teorema de Taylor) nos asegura que si f es n veces derivable en a entonces Pf,a,n
es el polinomio que buscamos: es el único polinomio P de grado ≤ n que satisface (cond. n).

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3.9 Polinomios de Taylor 53

3.31 Teorema (de Taylor). Sea I un intervalo en R con a ∈ I y sea f : I → R una función que es n
veces derivable en a. Entonces
f (x) − Pf,a,n (x)
(*) lı́m = 0.
x→a (x − a)n
Además, Pf,a,n es el único polinomio de grado menor o igual que n con esta propiedad, es decir:
Si P es un polinomio con grado(P ) ≤ n y tal que lı́mx→a f (x)−P
(x−a)n
(x)
= 0, entonces P = Pf,a,n .
Demostración.
f (x) − Pf,a,n (x) f (x) − Pf,a,n−1 (x) f n) (a)
n
= − .
(x − a) (x − a)n n!
Es fácil comprobar que
h i
(k)
lı́m f (k) (x) − Pf,a,n−1 (x) = 0, k = 0, 1, 2, . . . , n − 2,
x→a
(n−1)
y que Pf,a,n−1 (x) = f (n−1) (a) para todo x. Entonces, aplicando la regla de L’Hôpital n−1 veces, obtenemos
(n−1) (n−1)
f (x) − Pf,a,n−1 (x) f (x) − Pf,a,n−1 (x) f (n−1) (x) − f (n−1) (a)
lı́m = lı́m = lı́m
x→a (x − a)n x→a n!(x − a) x→a n!(x − a)
(n)
f (a)
y este último límite no es más que n! . Por tanto, deducimos (*).
f (x)−P (x)
Veamos ahora la unicidad: si P es un polinomio con grado(P ) ≤ n que también cumple lı́mx→a (x−a)n =
0 entonces restando (*) se tendría
Pf,a,n (x) − P (x)
lı́m =0.
x→a (x − a)n
Llamemos R(x) = Pf,a,n (x) − P (x) y escribámoslo en potencias de (x − a) :
R(x) = b0 + b1 (x − a) + · · · + bn (x − a)n .
R(x)
Como límite lı́mx→a (x−a)n = 0, se tiene que cumplir que lı́mx→a R(x) = 0 (simplemente porque R(x) =
R(x) n
(x−a)n (x − a) ), y obtenemos que b0 = 0. Por tanto si usamos eso en la definición de R(x), vemos que
R(x)
ahora la hipótesis lı́mx→a (x−a)n = 0 equivale a decir que
b1 + b2 (x − a) + · · · + bn (x − a)n−1
lı́m =0.
x→a (x − a)n−1
Como antes, de ahí se deduce que b1 = 0; reiterando el razonamiento obtenemos que R ≡ 0.
3.32 Ejemplos: (Importante) Estos son algunos ejemplos importantes de polinomios de Taylor (son los
del ejercicio 3.29; ¡hacerlo si no se ha hecho ya!). En las fig. 3.5 y 3.6 hemos representado varios (con el
programa Mathematica).
n
X xk
f (x) = ex (x ∈ R) , Pf,n,0 (x) = .
k!
k=0

n
X x2k+1
f (x) = sen x (x ∈ R) , Pf,0,2n+1 (x) = (−1)k = Pf,0,2n+2 (x).
(2k + 1)!
k=0

n
X x2k
f (x) = cos x (x ∈ R) , Pf,0,2n (x) = (−1)k = Pf,0,2n+1 (x).
(2k)!
k=0

n
X xk
f (x) = log(1 + x) (x ∈ (−1, ∞)) , Pf,n,0 (x) = (−1)k−1 .
k
k=1

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54 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

Nótese que Psen,0,2n+2 (x) coincide con Psen,0,2n+1 (x); esto nos dice, por ejemplo, que el polinomio de grado
≤ 4 que ‘mejor aproxima’ a la función sen cerca de 0 es un polinomio de grado 3. Para la función cos se
cumple que Pcos,0,2n+1 = Pcos,0,2n .

ã ã ã ã

1 1 1 1

-2 1 2 -2 1 2 -2 1 2 -2 1 2

Figura 3.5. Gráficas de f (x) = ex y de Pf,0,1 , Pf,0,2 , Pf,0,3 , Pf,0,4 .

1 1 1 1

-Π Π -Π Π -Π Π -Π Π
-1 -1 -1 -1

Figura 3.6. Gráficas de cos y de Pcos,0,1 , Pcos,0,2 , Pcos,0,3 , Pcos,0,4 .

Criterio de la derivada n-sima sobre extremos locales


Como una sencilla consecuencia del teorema de Taylor podemos obtener el siguiente criterio sobre
existencia de extremos locales que extiende al teorema 3.13 del tema 3.

3.33 Teorema. Sea I un intervalo en R que contiene a en su interior y sea f : I → R una función que
es n veces derivable en a. Sea n ≥ 2 y supongamos que f (k) (a) = 0, para 1 ≤ k ≤ n − 1, pero f (n) (a) 6= 0.
Se tiene:

• Si n es par y f (n) (a) > 0, entonces f tiene un mínimo local en a.

• Si n es par y f (n) (a) < 0, entonces f tiene un máximo local en a.

• Si n es impar, entonces f no tiene ni un máximo local ni un mínimo local en a.

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3.9 Polinomios de Taylor 55

f (n) (a)
Demostración. Se tiene Pf,a,n (x) = f (a) + n! (x − a)n y, por tanto,

f (x) − Pf,a,n (x) f (x) − f (a) f (n) (a)


n
= − .
(x − a) (x − a)n n!
Entonces, utilizando el teorema de Taylor, deducimos que

f (x) − f (a) f (n) (a)


lı́m = ,
x→a (x − a)n n!
(n)
con lo que f (x)−f
(x−a)n
(a)
y f n!(a) tienen el mismo signo si x está suficientemente próximo a a, digamos si
x ∈ [a − δ, a + δ] \ {a} para un cierto δ > 0. Entonces vemos que:
Si n es impar, el signo de f (x) − f (a) en (a, a + δ] es el mismo que el de f (n) (a) y el contrario en
[a − δ, a). Por tanto f no tiene ni un máximo local, ni un mínimo local en a.
Si n es par y f (n) (a) > 0 entonces vemos que f (x) − f (a) > 0 para todo x ∈ [a − δ, a + δ] \ {a} y
entonces f tiene un mínimo local en a.
Si n es par y f (n) (a) < 0 entonces vemos que f (x) − f (a) < 0 para todo x ∈ [a − δ, a + δ] \ {a} y
entonces f tiene un máximo local en a.

Otros modos de calcular polinomios de Taylor


Calcular el polinomio de Taylor de una función requiere calcular derivadas sucesivas de esa función. En
los ejemplos que han aparecido hasta ahora eso ha sido relativamente simple, sin embargo no siempre va
a ser así. Por ejemplo, si intentamos calcular Pn,0,arctan comprobamos enseguida que la cosa se complica
(hacerlo). Vamos a ver que hay casos en los que se puede calcular el polinomio de Taylor de una función
¡sin calcular las derivadas de esa función! La clave es la propiedad de unicidad que hemos probado en el
teorema de Taylor:
Si un polinomio P , con grad(P ) ≤ n, cumple
lı́mx→a f (x)−P
(x−a)n
(x)
= 0 , entonces ese P es Pf,a,n .

Veamos con un ejemplo cómo puede usarse eso para calcular un polinomio de Taylor. Vamos a ha-
llar Parctan,0,n . Para abreviar llamemos f (x) = arctan x. La primera derivada es fácil: f 0 (x) = 1+x 1
2;

los problemas empiezan ahí, o lo que es lo mismo, el problema es calcular el polinomio de Taylor de
g(x) ≡ f 0 (x) = 1+x1
2 (recordar lo que dijimos en la observación 3.30 (ii)). La idea es buscar (de alguna
Pn
manera) un polinomio, Pn (x) = k=0 ak xk , de grado ≤ n, que cumpla
1
Pn k
g(x) − Pn (x) 1+x2 − k=0 ak x
lı́m = lı́m =0.
x→0 xn x→0 xn
La fórmula de la suma de una serie geométrica nos da una pista: si | − x2 | < 1, ó lo que es lo mismo, si
|x| < 1, se cumple
∞ ∞
1 X
2 k
X
= (−x ) = (−1)k x2k ,
1 + x2
k=0 k=0

y por tanto se cumple


n ∞
1 X
k 2k
X (−1)n+1 x2n+2
2
− (−1) x = (−1)k x2k = ,
1+x 1 + x2
k=0 k=n+1
Pn k 2k
es decir, si llamamos P2n (x) = k=0 (−1) x se tiene

(−1)n+1 x2n+2
g(x) − P2n (x) = ,
1 + x2

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56 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

y por tanto
g(x) − P2n (x) (−1)n+1 x2
lı́m 2n
= lı́m =0.
x→0 x x→0 1 + x2
Es decir, ese P2n cumple la condición clave del polinomio de Taylor de grado 2n. La propiedad de unicidad
del teorema de Taylor nos dice por tanto que
n
X
Pg,0,2n (x) = P2n (x) = (−1)k x2k .
k=0

n+1
[De hecho se cumple también que lı́mx→0 g(x)−P 2n (x)
x2n+1 = lı́mx→0 (−1)
1+x2
x
= 0 y por tanto, de nuevo la
Pn k 2k
unicidad prueba que Pg,0,2n+1 (x) = P2n (x) = k=0 (−1) x . Por ejemplo Pg,0,7 = Pg,0,6 , . . . eso es
lógico porque g es una función par.]
Ahora es fácil calcular los polinomios para la función arctan: sabemos (ver la observación 3.30 (ii))
que Parctan,0,2n+1 tiene que ser una polinomio que al derivarlo nos dé Pg,0,2n (es decir, lo que en el
tema siguiente llamaremos una primitiva de Pg,0,2n ), por tanto (eso es fácil aunque todavía. no hayamos
Pn k
estudiado primitivas) debe ser Parctan,0,2n+1 (x) = k=0 (−1) 2k+1 x
2k+1
+ cte. ; pero, como tiene que ser
Parctan,0,2n+1 (0) = arctan(0) = 0, la constante tiene que ser = 0. Hemos deducido por tanto que
n
X (−1)k 2k+1
Parctan,0,2n+1 (x) = x
2k + 1
k=0

y se cumple que Parctan,0,2n+2 (x) = Parctan,0,2n+1 (x) (. . . es lógico porque arctan es una función impar).
La misma idea sirve también para obtener el polinomio de un producto o de una composición de
funciones. Por ejemplo, es fácil ver que si f, g : I → R (I un intervalo) son funciones n veces derivables
en a ∈ int(I), entonces Pf ·g,a,n es el polinomio que resulta de multiplicar Pf,a,n y Pg,a,n y suprimir los
términos de grado > n.
Por ejemplo, si F (x) = x3 ex y queremos calcular PF,0,6 podemos usar lo anterior y vemos que es
PF,0,6 (x) = P (x) = x3 + x4 + 12 x5 + 3!
1 6
x . La justificación de eso es que P (x) satisface

x3 ex − P (x) x3 ex − x3 Pexp,0,3 (x)


lı́m = lı́m =0;
x→0 x6 x→0 x6
por tanto, por el teorema de Taylor, P tiene que ser el polinomio de Taylor de F orden 6 en 0.
Como otro ejemplo calcular PF,0,5 cuando F (x) = ex sen x.
Dejamos la demostración del resultado general como ejercicio.

3.9.2. Fórmulas para el resto


Sean f , I y a en las condiciones del teorema 3.31 entonces definimos

Rf,a,n (x) = f (x) − Pf,a,n (x), x ∈ I.

A Rf,a,n = f − Pf,a,n lo llamaremos resto (o término complementario) de orden n de f en a. El


número Rf,a,n (x) es el error que cometemos si tomamos Pf,a,n (x) en lugar de f (x). El teorema de Taylor
Rf,a,n (x)
nos dice que (x−a) n → 0, cuando x → a. No obstante sería deseable obtener fórmulas de este resto que
nos permitan estimar este error. Esto es lo que conseguimos con el siguiente teorema:

3.34 Teorema (Fórmulas de Lagrange y de Cauchy del resto). Sea I un intervalo, sea a ∈ I y sea
f : I → R una función con derivadas continuas hasta el orden n en I y con derivada de orden n + 1 en
el interior de I. Supongamos que x ∈ I, con x 6= a. Entonces:

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3.9 Polinomios de Taylor 57

(a) Existe un número c (que depende x y también de n y de a) en el intervalo abierto de extremos a


y x tal que
f (n+1) (c)
Rf,a,n (x) = (x − a)n+1 (forma de Lagrange del resto).
(n + 1)!
(b) Existe un número c (que depende de a, de x y también de n) en el intervalo abierto de extremos a
y x tal que
f (n+1) (c)
Rf,a,n (x) = (x − c)n (x − a) (forma de Cauchy del resto)
n!
(¡ojo! el denominador es n! , no (n + 1)! ).
Demostración. Consideraremos solo el caso en que x > a, pues el argumento para el caso en que x < a es
totalmente similar. Definamos una función F : [a, x] → R por la fórmula F (t) = Rn,t,f (x) es decir,

f 0 (t) f (n) (t)


 
n
F (t) = f (x) − Pf,t,n (x) = f (x) − f (t) + (x − t) + · · · + (x − t) .
1! n!

Observemos que F es continua en [a, x] ya que f, f (1) , . . . , f (n) son continuas en [a, x]. Además, F es
derivable en (a, x) ya que f, f (1) , . . . , f (n) son derivables en (a, x).
El teorema del valor medio de Cauchy nos permite asegurar entonces que si G es una función continua
en [a, x] y derivable en (a, x), existe un punto c de (a, x) tal que
[F (x) − F (a)]G0 (c) = [G(x) − G(a)]F 0 (c) .
(k)
Puesto que para cada número natural k, con 1 ≤ k ≤ n, la función Fk definida por Fk (t) = f (t)
k! (x−t)
k

es derivable y
f (k) (c) f (k+1) (c)
Fk0 (c) = − (x − c)k−1 + (x − c)k
(k − 1)! k!
entonces
f (2) (c) f (2) (c) f (3) (c)

F 0 (c) = − f 0 (c) − f 0 (c) + (x − c) − (x − c) + (x − c)2 + . . .
1! 1! 2!

f (n) (c) f (n+1) (c) f (n+1) (c)



n−1 n
··· − (x − c) + (x − c) = − (x − c)n .
(n − 1)! n! n!
Como además F (x) = 0 y F (a) = Rf,a,n (x), obtenemos que

f (n+1) (c)
−Rf,a,n (x)G0 (c) = −[G(x) − G(a)] (x − c)n ,
n!
y si G0 (c) 6= 0, lo anterior puede escribirse como

G(x) − G(a) f (n+1) (c)


Rf,a,n (x) = (x − c)n .
G0 (c) n!
Si escogemos como función G la definida por G(t) = x − t, entonces es G(x) − G(a) = −(x − a) y
G0 (c) = −1, de donde obtenemos la forma de Cauchy del resto:

f (n+1) (c)
Rf,a,n (x) = (x − c)n (x − a) .
n!
Si G(t) = (x − t)n+1 , es G(x) − G(a) = −(x − a)n+1 y G0 (c) = −(n + 1)(x − c)n , y se obtiene la forma de
Lagrange del resto:
(x − a)n+1 f (n+1) (c) n f (n+1) (c)
Rf,a,n (x) = (x − c) = (x − a)n+1 .
(n + 1)(x − c)n n! (n + 1)!

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58 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

3.9.3. Ejemplos importantes y aplicaciones


Si una función, f : I → R, tiene derivadas de todos los órdenes en un punto a, interior a I, podemos
calcular los polinomios de Taylor, Pf,a,n , de cualquier orden y podemos estudiar los correspondientes
errores, Rf,a,n (x), en x ∈ I. Veamos esto en algunos casos muy importantes:
(i) Función exponencial.
El polinomio de Taylor de grado n de la función exponencial en 0 es
n
X xk
Pexp,0,n (x) = .
k!
k=0

Utilizando la fórmula de Lagrange del resto (teorema 3.34), y teniendo en cuenta que todas las derivadas
sucesivas de la función exponencial son la propia función exponencial, tenemos,
ecn,x
Rexp,0,n (x) = xn+1 para un cierto cn,x entre 0 y x
(n + 1)!
(nótese que estamos aplicando el teorema 3.34 para cada n ∈ N; el punto c que aparece en la conclusión
depende de n, además de depender de x, por eso lo denotamos como cn,x ).
Es fácil acotar ese resto: si x < 0 se cumple que ecn,x < 1, y si x > 0 se cumple que ecn,x < ex , luego
1
si x < 0 , |Rexp,0,n (x)| < |x|n+1 ;
(n + 1)!
(3.35)
ex
si x > 0 , 0 < Rexp,0,n (x) < xn+1 .
(n + 1)!
Podemos utilizar esto para obtener aproximaciones de ex con el grado de error que queramos.
Por ejemplo, busquemos una aproximación de e con error menor que 10−5 :
Usamos (3.35) para x = 1. Como e ≤ 3, obtenemos
3
(*) 0 < Rexp,0,n (1) < ,
(n + 1)!
3
luego bastará elegir n ∈ N tal que (n+1)! < 10−5 . Es fácil ver que eso se tiene para n = 8. Así que, si
tomamos como valor aproximado de e el número
1 1
1+1+ + ··· + ,
2! 8!
estamos cometiendo un error (por defecto) menor que 10−5 .
n n+1 o
|x|
De manera más general, tenemos que, fijado x ∈ R, se cumple (n+1)! → 0 (usar el criterio del
cociente para sucesiones), por tanto las desigualdades de (3.35) implican:
para todo x ∈ R se cumple que Rexp,0,n (x) −→ 0 cuando n → ∞.
Pn k
Como Rexp,0,n (x) = ex − k=0 xk! , hemos probado una igualdad muy importante:

X xn
(3.36) ex = , x∈R
n=0
n!

Una serie como la anterior, en las que aparecen las potencias de x, xn , multiplicadas por ciertos
1
números an (en este caso an = n! ) es lo que se llama una serie de potencias, un concepto fundamental
que se estudia en cursos superiores (E.D.O., Variable Compleja. . . ).
La desigualdad (*), que hemos deducido de (3.35), nos permite obtener otro resultado muy importante
(Euler fue el primero en probarlo, pero con una demostración diferente):

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3.9 Polinomios de Taylor 59

3.37 Teorema. e es irracional.


Demostración. Lo demostraremos por reducción al absurdo. Supongamos que e es racional. Entonces
a
existen a, b ∈ N tales que e = . Por la desigualdad (*) que acabamos de ver, se tiene para todo n ∈ N
b
1 1 3
(3.38) 0 < e − (1 + 1 + + ··· + ) < .
2! n! (n + 1)!

Fijemos un n ∈ N con n > b y n > 3, es decir, n > máx{b, 3}. Multipliquemos por n! la desigualdad (3.38)
(donde ahora ponemos e = ab ).

a n! n! n! 3
0 < n! · − (n! + n! + + + · · · + ) < n! .
b 2! 3! n! (n + 1)!
a
Como n > b, se tiene que n! · ∈ N; lo que aparece entre paréntesis obviamente es natural, y por tanto
b
el término central en esa desigualdad es un cierto número natural, llamémoslo N . Pero, por otra parte,
como n > 3, el término de la derecha cumple,
3 3
0 < n! = < 1.
(n + 1)! n+1

Por tanto N sería un número natural que cumpliría 0 < N < 1, lo cual es una contradicción.

(ii) Funciones seno y coseno.


Recordemos que el polinomio de Taylor de orden (2n + 1) de la función seno en 0 es
n
X x2k+1
Psen,0,2n+1 (x) = (−1)k .
(2k + 1)!
k=0

Usando de nuevo la fórmula de Lagrange para el resto, tenemos

x2n+2
Rsen,0,2n+1 (x) = (−1)n+1 sen(c2n+1,x ) , para un cierto c2n+1,x entre 0 y x .
(2n + 2)!

Es fácil acotar ese resto:


|x|2n+2
|Rsen,0,2n+1 (x)| ≤ , x ∈ R.
(2n + 2)!
n
X x2k
Para el coseno vimos que Pcos,0,2n (x) = (−1)k y de manera análoga se obtiene:
(2k)!
k=0

|x|2n+1
|Rcos,0,2n (x)| ≤ , x ∈ R.
(2n + 1)!

|x|n
 
Como → 0, para todo x, tenemos
n!

∞ ∞
X x2k+1 X x2k
sen x = (−1)k , cos x = (−1)k , (x ∈ R)
(2k + 1)! (2k)!
k=0 k=0

Como hicimos en el caso de ex , podemos utilizar los polinomios Pcos,0,2n (x) y Psen,0,2n+1 (x) para obtener
valores aproximados de cos x y sen x.

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60 FUNCIONES DERIVABLES EN UN INTERVALO

Los ejemplos anteriores son excepcionales y en realidad un poco raros: si f es una de las funciones
n→∞
anteriores (exponencial, seno o coseno) hemos visto que {Pf,0,n (x)} −−−−→ f (x) para todo x ∈ dom(f ) .
Esto es raro porque recordemos que los polinomios de Taylor surgen como aproximaciones locales, apro-
ximaciones alrededor del centro. Veamos un ejemplo importante con comportamiento diferente:
(iii) Función logaritmo.
Sea f : (−1, ∞) → R , f (x) = log(1 + x). (Usamos log(1 + x) en lugar de log x para poder hacer el
polinomio de Taylor en 0, que es más cómodo. También podríamos hacer los polinomios de log x centrados
en a = 1.) Entonces, para cada n,
n
X xk
Pf,0,n (x) = (−1)k+1
k
k=1
y los restos de Lagrange son
1 1
Rf,0,n (x) = (−1)n xn+1 , para un cierto cn,x entre 0 y x
n + 1 (1 + cn,x )n+1
En este caso no es tan simple ver para qué valores de x los restos tienden a 0.
1
- Si x ∈ [0, 1] sí es fácil: |Rf,0,n (x)| ≤ n+1 xn+1 y por tanto, para x ∈ [0, 1], {|Rf,0,n (x)|} → 0.
P∞ n
Tenemos, por ahora, que para x ∈ [0, 1] se cumple log(1 + x) = n=1 (−1)n+1 xn
Nótese que eso nos permite hallar la suma de una serie ‘famosa’, de la serie que se da como ejemplo
típico de serie condicionalmente convergente: lo anterior nos dice que

X (−1)n+1
= log 2.
n=1
n

- Si −1 < x < 0 , también se cumple que {|Rf,0,n (x)|} → 0 pero no es fácil obtener eso con la forma de
Lagrange del resto. Se puede hacer escribiéndolo en la forma de Cauchy, 2 , pero nosotros no lo probaremos.
(Más adelante, cuando se estudien series de potencias se obtendrá eso de una manera mucho más simple.
n→∞
Se verá también que para x > 1 {|Rf,0,n (x)|} −−−−→ ∞.)
En resumen en este caso se puede poner

X xn
log(1 + x) = (−1)n+1 , x ∈ (−1, 1]
n=1
n

(iv) Funciones potenciales (Serie binómica).


Consideremos la función f : (−1, +∞) → R, f (x) = (1 + x)α , α ∈ R.
Es fácil calcular sus polinomios de Taylor, Pf,n,0 (x) (hacerlo como ejercicio). Se simplifica un poco su
escritura si introducimos la notación:
   
α α α(α − 1) · · · (α − n + 1)
=1 y = si n ∈ N .
0 n n!
(Para α = m ∈ N, m m
 
n coincide con la definición habitual si n ≤ m, y es n = 0 si n > m.)
Con esa notación podemos escribir
      n  
α α α n X α k
Pf,0,n (x) = 1 + x + ··· + xn−1 + x = x .
1 n−1 n k
k=0

Los restos de Taylor, en la forma de Lagrange, son


 
α
Rf,0,n (x) = (1 + cn,x )α−n−1 xn+1 , para un cierto cn,x entre 0 y x .
n+1
2 Se puede ver, por ejemplo, en el libro Calculus de M. Spivak., (ed. Reverté.)

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3.9 Polinomios de Taylor 61

- Si 0 < x < 1 es fácil ver que {|Rf,0,n (x)|} → 0: en efecto, para n > α − 1 se tiene |Rf,0,n (x)| ≤
α
 n+1
n+1 x y se puede ver (usar criterio del cociente para sucesiones) que eso tiende a 0.
- Si −1 < x < 0 lo anterior no funciona, pero se puede probar que {|Rf,0,n (x)|} → 0 escribiendo el resto
α
con la forma de Cauchy: Rf,0,n (x) = (n+1) n+1 (1+c̄n,x )α−n−1 (x−c̄n,x )n x, con x < c̄n,x < 0. Lo dejamos
 c̄ n c̄ n n+1
como ejercicio. (Indicación: escribir los dos últimos factores como x 1 − n,x x x = 1 − n,x x x ;
usar eso para probar que, cuando n → ∞, Rf,0,n (x) → 0.)
En resumen, se puede poner: si α ∈ R

∞  
X α
(1 + x)α = xn , x ∈ (−1, 1)
n=0
n

(Se puede probar que, si α > −1, la igualdad es válida también para x = 1.)
La serie anterior se conoce como serie binómica. Es el análogo, para α ∈ R, de la formula del binomio
de Newton para (1 + x)m con m ∈ N.

3.39 Nota: Los desarrollos recuadrados en los ejemplos anteriores son muy importantes y, aparte de
saber cómo se obtienen, deberían saberse de memoria por todo aquel que quiera aprobar una asignatura
como ésta de introducción al Análisis.

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Tema 4

La integral de Riemann

4.1. El problema del área.


Sean a, b ∈ R con a < b y sea f : [a, b] → R acotada en [a, b] y tal que f (x) ≥ 0 para todo x ∈ [a, b].
Sea R(f, a, b) la región del plano limitada por las rectas X = a, X = b, Y = 0 y la gráfica de f , es decir,
R(f, a, b) = {(x, y) ∈ R × R : a ≤ x ≤ b , 0 ≤ y ≤ f (x)} .
Nos planteamos el problema de definir el área de R(f, a, b).
Ya sabemos qué entendemos por área de regiones sencillas, como los rectángulos, y la idea intuitiva de
área (sea esto lo que sea) nos dice que se debe cumplir cierta propiedad de monotonía: el área de R(f, a, b)
debe ser mayor que la de un rectangulo que esté contenido en R(f, a, b) y menor que la de un rectágulo
que contenga a R(f, a, b), por tanto se debería cumplir
(b − a)ı́nf f ([a, b]) ≤ área de R(f, a, b) ≤ (b − a) sup f ([a, b]) .

M M f
f

M(b - a)

m m
m(b - a)

a b a b

Figura 4.1. ’Primeras aproximaciones’ al área de R(f, a, b)

Las desigualdades anteriores nos dan una estimación del área de R(f, a, b). Es claro cómo podemos
mejorar esa estimación: podemos dividir el intervalo [a, b] en n subintervalos mediante n + 1 puntos
t0 < t1 < · · · < tn y acotar el área de R(f, a, b) por la suma de las áreas de los rectángulos contenidos
en R(f, a, b), por una parte, y por la suma de las áreas de los rectángulos que contienen a R(f, a, b), por
otra. Es decir, si denotemos mi = ı́nf f ([ti−1 , ti ]) y Mi = sup f ([ti−1 , ti ]), debería ocurrir que
n
X n
X
mi · (ti − ti−1 ) ≤ área de R(f, a, b) ≤ Mi · (ti − ti−1 ) .
i=1 i=1

Lo que haremos a continuación es formalizar las ideas anteriores.

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64 LA INTEGRAL DE RIEMANN

4.2. Sumas superiores e inferiores.


Integral superior e integral inferior.
4.1 Definición. Si a < b, llamaremos partición del intervalo [a, b] a cualquier conjunto finito ordenado
de puntos del intervalo [a, b] que contiene a los puntos a y b, es decir, P = {t0 , t1 , . . . , tn } con a = t0 <
t1 < · · · < tn = b. Al conjunto de todas las particiones del intervalo [a, b] lo denotaremos por P([a, b]).
4.2 Definición. Sea f : [a, b] → R acotada. Sea P = {t0 , t1 , . . . , tn } una partición del intervalo [a, b].
Para cada i = 1, . . . , n sean mi y Mi los números
Mi = Mi (f ) = sup f ([ti−1 , ti ]) mi = mi (f ) = ı́nf f ([ti−1 , ti ]) .
Llamaremos suma superior de f relativa a la partición P al número
n
X
U(f, P ) = Mi (ti − ti−1 ) .
i=1

Llamaremos suma inferior de f relativa a la partición P al número


n
X
L(f, P ) = mi (ti − ti−1 ) .
i=1

(Ver fig. 4.2)

� �� �� - � �� �� - � � � �� �� - � �� �� - � �

L(f, P ) U(f, P )

Figura 4.2

Observaciones:
1. En la definición anterior no estamos exigiendo que f sea mayor o igual que 0, pero sí que esté
acotada, para que existan mi y Mi en cada intervalo [ti−1 , ti ].
2. Si P es una partición de [a, b] entonces L(f, P ) ≤ U(f, P ) , ya que m i ≤ Mi y ti − ti−1 > 0
para todo i.
3. Para toda P ∈ P([a, b]) se tiene que
L(−f, P ) = −U(f, P ) y que U(−f, P ) = −L(f, P ) .
Esto es consecuencia del siguiente resultado, ya conocido: Sea A un subconjunto de R no vacío y
acotado. Si −A = {−a : a ∈ A} entonces
sup(−A) = −ı́nf(A) y ı́nf(−A) = − sup(A) .

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4.2 Sumas superiores e inferiores. Integral superior e integral inferior. 65

Veamos:
mi (−f ) = ı́nf{−f (x) : x ∈ [ti−1 , ti ]}
= − sup{f (x) : x ∈ [ti−1 , ti ]} = −Mi (f ) ,
por tanto,
n
X n
X
L(−f, P ) = mi (−f )(ti − ti−1 ) = −Mi (f )(ti − ti−1 ) = −U(f, P ) .
i=1 i=1

4.3 Definición. Sean P y Q particiones del intervalo [a, b]. Decimos que Q es más fina que P si P ⊂ Q.

4.4 Teorema. Sea f acotada en [a, b] y sean P y Q particiones de [a, b] con Q más fina que P (P ⊂ Q)
entonces
L(f, P ) ≤ L(f, Q) ≤ U(f, Q) ≤ U(f, P ) .

Para probar el teorema usamos el siguiente resultado, ya conocido.

4.5 Lema. Si A ⊂ B son conjuntos acotados de números reales entonces

ı́nf(B) ≤ ı́nf(A) ≤ sup(A) ≤ sup(B) .

Demostración del teorema. .


L(f, P ) ≤ L(f, Q)
Supongamos en primer lugar que Q tiene solo un punto más que P . Si P = {t0 , t1 , . . . , tn } entonces
Q = {t0 , t1 , . . . , tk−1 , c, tk , . . . , tn }.

a t1 tk-1 tk tn-1 b a t1 tk-1 c tk tn-1 b

L(f, P ) L(f, P ∪ {c})

Entonces,
L(f, Q) − L(f, P ) = m0 (c − tk−1 ) + m00 (tk − c) − mk (tk − tk−1 ) ,
donde
mk = ı́nf f ([tk−1 , tk ]) , m0 = ı́nf f ([tk−1 , c]) , m00 = ı́nf f ([c, tk ]).
Como f ([tk−1 , c]) ⊂ f ([tk−1 , tk ]) y f ([c, tk ]) ⊂ f ([tk−1 , tk ]), por el lema, mk ≤ m0 y mk ≤ m00 . Por tanto,

L(f, Q) − L(f, P ) = m0 (c − tk−1 ) + m00 (tk − c) − mk (tk − tk−1 )


≥ mk (c − tk−1 ) + mk (tk − c) − mk (tk − tk−1 )
= mk (c − tk−1 + tk − c − (tk − tk−1 )) = 0.

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66 LA INTEGRAL DE RIEMANN

Consideremos ahora el caso general. Si Q tiene m puntos más que P , con m ∈ N, entonces existen
particiones P0 , P1 , . . . , Pm de [a, b] tales que

P = P0 ⊂ P1 ⊂ · · · ⊂ Pm = Q ,

y tales que Pi tiene un punto más que Pi−1 . Entonces, por lo que ya hemos probado,

L(f, P ) = L(f, P0 ) ≤ L(f, P1 ) ≤ · · · ≤ L(f, Pm ) = L(f, Q) .

U(f, Q) ≤ U(f, P )
Una vez probado que si Q es más fina que P entonces L(f, P ) ≤ L(f, Q), se lo podemos aplicar a la
función −f . Así,

L(−f, P ) ≤ L(−f, Q) ⇔ −U(f, P ) ≤ −U(f, Q) ⇔ U(f, Q) ≤ U(f, P ) .

4.6 Teorema. Sea f acotada en [a, b] y sean P1 y P2 particiones cualesquiera de [a, b]. Entonces

L(f, P1 ) ≤ U(f, P2 ) .

Demostración. Sea Q = P1 ∪ P2 . Entonces Q es más fina que P1 y que P2 . Por tanto,

L(f, P1 ) ≤ L(f, Q) ≤ U(f, Q) ≤ U(f, P2 ) .

Integral superior e integral inferior.


Sea f : [a, b] → R acotada en [a, b] y sea P([a, b]) el conjunto de todas las particiones de [a, b].
Consideremos el conjunto
{L(f, P ) : P ∈ P([a, b])} ,
que es no vacío pues contiene al número (b − a)ı́nf{f (x) : x ∈ [a, b]}.
Si Q es una partición de [a, b], del teorema anterior se sigue que

L(f, P ) ≤ U(f, Q) para toda P ∈ P([a, b]) ,

luego el conjunto {L(f, P ) : P ∈ P([a, b])} está acotado superiormente por U(f, Q). Por tanto, tiene
supremo. Llamaremos integral inferior de f en [a, b] al número
Z b
f = sup{L(f, P ) : P ∈ P([a, b])} .
a

Según hemos visto, si Q es una partición de [a, b], U(f, Q) es cota superior del conjunto {L(f, P ) : P ∈
P([a, b])}, luego
Z b
f ≤ U(f, Q) para toda Q ∈ P([a, b]) .
a

Tenemos pues que el conjunto {U(f, P ) : P ∈ P([a, b])}, que es no vacío, está acotado inferiormente por
Z b
f , luego tiene ínfimo. Llamaremos integral superior de f en [a, b] al número
a

Z b
f = ı́nf{U(f, P ) : P ∈ P([a, b])} .
a

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4.2 Sumas superiores e inferiores. Integral superior e integral inferior. 67

Z b
Como f es una cota inferior del conjunto {U(f, P ) : P ∈ P([a, b])} entonces
a

Z b Z b
f≤ f.
a a

Además, la definición de integral inferior y de integral superior nos da que si P y Q son particiones de
[a, b] entonces
Z b Z b
L(f, P ) ≤ f≤ f ≤ U(f, Q) .
a a

4.7 Definición. Sea f : [a, b] → R acotada. Diremos que f es integrable en el sentido de Riemann en [a, b]
Z b Z b Z b Z b Z b
si f= f . Si f es integrable en [a, b], llamaremos integral de f en [a, b] al número f= f= f.
a a a a a
Si f es integrable en [a, b] y además es f (x) ≥ 0 para todo x ∈ [a, b], llamaremos área de R(f, a, b) al
Z b
número f.
a

Ejemplos.
(1) Sea c un número real y sea f : [a, b] → R dada por f (x) = c para todo x ∈ [a, b]. Si P =
{t0 , t1 , . . . , tn } es una partición de [a, b], entonces

mi = ı́nf f ([ti−1 , ti ]) = c y Mi = sup f ([ti−1 , ti ]) = c ,

por tanto,
n
X n
X n
X
L(f, P ) = mi (ti − ti−1 ) = c(ti − ti−1 ) = c (ti − ti−1 ) = c(b − a) .
i=1 i=1 i=1

Y también
n
X n
X
U(f, P ) = Mi (ti − ti−1 ) = c(ti − ti−1 ) = c(b − a) .
i=1 i=1

Es decir,
L(f, P ) = c(b − a) y U(f, P ) = c(b − a),
para toda P ∈ P([a, b]). Esto nos da que
Z b
f = sup{L(f, P ) : P ∈ P([a, b])} = c(b − a) y
a

Z b
f = ı́nf{U(f, P ) : P ∈ P([a, b])} = c(b − a) .
a
Z b
Por lo tanto f es integrable en [a, b] y f = c(b − a).
a

(2) Sea f : [a, b] → R dada por



1, si x ∈ Q;
f (x) =
0, si x ∈ R \ Q .

Entonces f no es integrable en [a, b]. Veamos.

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68 LA INTEGRAL DE RIEMANN

Si P = {t0 , t1 , . . . , tn } es una partición de [a, b], entonces


mi = ı́nf f ([ti−1 , ti ]) = 0 y Mi = sup f ([ti−1 , ti ]) = 1 ,
por tanto,
n
X n
X
L(f, P ) = mi (ti − ti−1 ) = 0 = 0.
i=1 i=1
Por otra parte
n
X n
X
U(f, P ) = Mi (ti − ti−1 ) = (ti − ti−1 ) = b − a .
i=1 i=1
Es decir,
L(f, P ) = 0 y U(f, P ) = b − a ,
para toda P ∈ P([a, b]). Esto nos da que
Z b
f = sup{L(f, P ) : P ∈ P([a, b])} = 0 y
a

Z b
f = ı́nf{U(f, P ) : P ∈ P([a, b])} = b − a .
a
Por lo tanto f no es integrable en [a, b].

4.8 Teorema. Criterio de integrabilidad de Riemann.


Sea f : [a, b] → R acotada en [a, b]. Entonces, f es integrable en [a, b] si, y solo si, para cada ε > 0
existe una partición P de [a, b] tal que
U(f, P ) − L(f, P ) < ε .
Z b Z b Z b
Demostración. ⇒ Supongamos que f es integrable en [a, b]. Entonces f= f= f . Luego,
a a a
Z b
f = sup{L(f, P ) : P ∈ P([a, b])} = ı́nf{U(f, P ) : P ∈ P([a, b])}.
a
Z b Z b
ε
Sea ε > 0. Consideremos el número f− . Como ese número es menor que f , y
a 2 a
Z b
f = sup{L(f, P ) : P ∈ P([a, b])} ,
a
Z b
ε
se tiene que f− no es cota superior del conjunto {L(f, P ) : P ∈ P([a, b])}. Por tanto, tiene
a 2
que existir P1 ∈ P([a, b]) tal que
Z b Z b
ε
f − < L(f, P1 ) ≤ f.
a 2 a
Z b Z b
ε
Análogamente, si consideramos ahora el número f + , como f = ı́nf{U(f, P ) : P ∈ P([a, b])}, se
a 2 a
Z b
ε
tiene que f + no es cota inferior del conjunto {U(f, P ) : P ∈ P([a, b])}. Por tanto, tiene que existir
a 2
P2 ∈ P([a, b]) tal que
Z b Z b
ε
f ≤ U(f, P2 ) < f+ .
a a 2

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4.2 Sumas superiores e inferiores. Integral superior e integral inferior. 69

Sea P = P1 ∪ P2 . Entonces P es más fina que P1 y que P2 , luego


Z b Z b
ε ε
f− < L(f, P1 ) ≤ L(f, P ) ≤ U(f, P ) ≤ U(f, P2 ) < f+ ,
a 2 a 2

de donde se deduce que


!
Z b Z b
ε ε
U(f, P ) − L(f, P ) < f+ − f− = ε.
a 2 a 2

at1 t2 t3 t4 tk-1 tk tn-1 b

Figura 4.3. U(f, P ) − L(f, P ) = suma de áreas de rectángulitos

⇐ Sea ε > 0. Por hipótesis existe P ∈ P([a, b]) tal que

U(f, P ) − L(f, P ) < ε .

Como
Z b Z b
L(f, P ) ≤ f≤ f ≤ U(f, P ) ,
a a

obtenemos que
Z b Z b
0≤ f− f < ε.
a a

Y como esa desigualdad la tenemos para todo ε > 0, concluimos que


Z b Z b
f− f = 0 y, por tanto, f es integrable en [a, b].
a a

4.9 Corolario. Sea f : [a, b] → R acotada en [a, b]. Entonces, f es integrable en [a, b] si, y solo si, existe
una sucesión {Pn } de particiones de [a, b] tal que

lı́m {U(f, Pn ) − L(f, Pn )} = 0 .

Además, en este caso, se tiene que


Z b
f = lı́m {U(f, Pn )} = lı́m {L(f, Pn )} .
a

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70 LA INTEGRAL DE RIEMANN

1
Demostración. ⇒ Supongamos que f es integrable en [a, b]. Para cada n ∈ N consideramos εn = n.
Entonces, por el criterio de Riemann, existe Pn ∈ P([a, b]) tal que
1
0 ≤ U(f, Pn ) − L(f, Pn ) < .
n
Hemos obtenido así una sucesión de particiones de [a, b], {Pn }, tal que

lı́m {U(f, Pn ) − L(f, Pn )} = 0 (criterio del sandwich).

⇐ Supongamos ahora que existe una sucesión {Pn } de particiones de [a, b] tal que

lı́m {U(f, Pn ) − L(f, Pn )} = 0 .

Probemos que f es integrable usando el criterio de Riemann. Sea ε > 0. Como

lı́m {U(f, Pn ) − L(f, Pn )} = 0

existe n0 ∈ N tal que para todo n ∈ N con n ≥ n0 se tiene que

U(f, Pn ) − L(f, Pn ) < ε .

Entonces basta tomar una de esas particiones, Pn con n ≥ n0 .


Probemos ahora que si {Pn } es una sucesión de particiones de [a, b] tal que

lı́m {U(f, Pn ) − L(f, Pn )} = 0 ,

entonces Z b
f = lı́m {U(f, Pn )} = lı́m {L(f, Pn )} .
a
Se tiene que
Z b
L(f, Pn ) ≤ f ≤ U(f, Pn ), para todo n ∈ N.
a
Por tanto,
Z b
0 ≤ U(f, Pn ) − f ≤ U(f, Pn ) − L(f, Pn ), para todo n ∈ N.
a
Y también Z b
0≤ f − L(f, Pn ) ≤ U(f, Pn ) − L(f, Pn ), para todo n ∈ N.
a
Usando ahora el criterio del sandwich concluimos que
( Z b ) (Z )
b
lı́m U(f, Pn ) − f = 0 = lı́m f − L(f, Pn ) ,
a a

y esto equivale a
Z b
f = lı́m {U(f, Pn )} = lı́m {L(f, Pn )} .
a

Ejemplos. 
0, si x 6= c;
(1) Sean a, b ∈ R con a < b, c ∈ [a, b] y f : [a, b] → R dada por f (x) = Veamos que
1, si x = c .
Z b
f es integrable en [a, b] y que f = 0. Para probar esto vamos a usar el criterio de Riemann (es claro
a
que f es acotada).

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4.2 Sumas superiores e inferiores. Integral superior e integral inferior. 71

Caso 1: a < c < b. Dado ε > 0 consideramos la partición P = {t0 , t1 , t2 , t3 }, donde t0 = a t3 = b y t1


y t2 los elegimos tales que a < t1 < c < t2 < b y t2 − t1 < ε. En los intervalos [t0 , t1 ] y [t2 , t3 ] la función
es idénticamente 0, por tanto m1 = M1 = m3 = M3 = 0, por otra parte, es claro que m2 = 0 y M2 = 1.
Entonces L(f, P ) = 0 y U(f, P ) = 1 · (t2 − t1 ) < ε. Así que, para esta partición, U(f, P ) − L(f, P ) < ε.
Caso 2: a = c. Dado ε > 0 consideramos la partición P = {t0 , t1 , t2 }, donde t0 = a, t2 = b y t1 lo
elegimos tal que a < t1 < b y t1 − a < ε. Entonces m1 = 0, M1 = 1 y m2 = M2 = 0. Entonces L(f, P ) = 0
y U(f, P ) = 1 · (t1 − t0 ) < ε. Así que, para esta partición, U(f, P ) − L(f, P ) < ε.
Caso 3: c = b. Este caso es similar al anterior. Dado ε > 0 se toma la partición P = {t0 , t1 , t2 }, donde
t0 = a, t2 = b y t1 es tal que a < t1 < b y b − t1 < ε.
Hemos probado que f es integrable en [a, b].
Z b
Para probar que f = 0 basta observar que sea cual sea la partición P ∈ P([a, b]), L(f, P ) = 0.
a
Como ya sabemos que f es integrable en [a, b], se tiene que
Z b Z b
f= f = sup{L(f, P ) : P ∈ P([a, b])} = sup{0} = 0 .
a a

(2) Sea f : [0, 1] → R, f (x) = x. Es claro que f es acotada en [0, 1]. Para cada n ∈ N consideremos la
partición que divide al intervalo [0, 1] en n subintervalos de la misma longitud n1 ,

1 2 n−1 i
Pn = {t0 = 0, t1 = , t2 = , . . . , tn−1 = , tn = 1} (ti = ).
n n n n
Entonces
i−1
mi = ı́nf f ([ti−1 , ti ]) = ı́nf[ti−1 , ti ] = ti−1 = ,
n
i
Mi = sup f ([ti−1 , ti ]) = sup[ti−1 , ti ] = ti = ,
n
por tanto
n n n
X X i−1 1 1 X 1 (n − 1)n
L(f, Pn ) = mi (ti − ti−1 ) = = 2
(i − 1) = 2 ,
i=1 i=1
n n n i=1 n 2
n n n
X X i 1 1 X 1 n(n + 1)
U(f, Pn ) = Mi (ti − ti−1 ) = = 2 i= 2 .
i=1 i=1
n n n i=1
n 2

Hemos construido así una sucesión de particiones {Pn } tal que

1 n(n + 1) 1 (n − 1)n 2n 1
U(f, Pn ) − L(f, Pn ) = − 2 = 2 = .
n2 2 n 2 2n n
Por lo tanto  
1
lı́m {U(f, Pn ) − L(f, Pn )} = lı́m = 0.
n
Entonces, por el corolario del criterio de Riemann, f (x) = x es integrable en [0, 1] y además
Z 1  
1 n(n + 1) 1
f = lı́m {U(f, Pn )} = lı́m = .
0 n2 2 2

También podríamos haber hecho lı́m{L(f, Pn )}.

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72 LA INTEGRAL DE RIEMANN

(3) Sea f : [0, 1] → R, f (x) = x2 . Es claro que f es acotada en [0, 1]. Trabajemos exactamente igual
que en el ejemplo anterior. Para cada n ∈ N consideremos

Pn = {t0 , t1 , . . . , tn } ,
i
con ti = n para cada i. Entonces

(i − 1)2
mi = ı́nf f ([ti−1 , ti ]) = t2i−1 = ,
n2

i2
Mi = sup f ([ti−1 , ti ]) = t2i = ,
n2
ya que f es creciente en [0, 1]. Por tanto
n n
X X (i − 1)2 1
L(f, Pn ) = mi (ti − ti−1 ) =
i=1 i=1
n2 n
n
1 X 1 (n − 1)n(2n − 1)
= (i − 1)2 = 3 ,
n3 i=1 n 6

n n
X X i2 1
U(f, Pn ) = Mi (ti − ti−1 ) =
i=1 i=1
n2 n
n
1 X 2 1 n(n + 1)(2n + 1)
= i = 3 .
n3 i=1 n 6

Hemos construido así una sucesión de particiones {Pn } tal que

n(n + 1)(2n + 1) (n − 1)n(2n − 1) 6n2 1


U(f, Pn ) − L(f, Pn ) = − = = .
6n3 6n3 6n3 n
Por lo tanto  
1
lı́m {U(f, Pn ) − L(f, Pn )} = lı́m = 0.
n
Entonces, por el corolario del criterio de Riemann, f (x) = x2 es integrable en [0, 1] y además
Z 1  
n(n + 1)(2n + 1) 1
f = lı́m {U(f, Pn )} = lı́m = .
0 6n3 3

4.3. Integrabilidad de las funciones continuas y de las funciones


monótonas.
4.10 Teorema. Si f es continua en [a, b] entonces f es integrable en [a, b].

Demostración. Como f es continua en [a, b] entonces f es acotada en [a, b] (teorema de Weierstrass).


Usemos el criterio de integrabilidad de Riemann. Sea ε > 0. Tenemos que probar que existe P ∈ P([a, b])
tal que U(f, P ) − L(f, P ) < ε.
Como f es continua en [a, b], el teorema de Heine-Borel nos asegura que f es uniformemente continua
en [a, b]. Entonces, para ε0 = b−a
ε
existe δ > 0 tal que para todos los x, y ∈ [a, b] con |x − y| < δ se tiene
0
que |f (x) − f (y)| < ε . Tomemos un n ∈ N tal que b−a n < δ (existe por la propiedad arquimediana).

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4.3 Integrabilidad de las funciones continuas y de las funciones monótonas. 73

b−a
Consideremos la partición que divide al intervalo [a, b] en n subintervalos de la misma longitud, n . Es
decir, P = {t0 , t1 , . . . , tn } con ti = a + i(b−a) b−a
n . Como ti − ti−1 = n se tiene que

n
b−aX
U(f, P ) − L(f, P ) = (Mi − mi ) ,
n i=1

donde mi = ı́nf f ([ti−1 , ti ]) y Mi = sup f ([ti−1 , ti ]). Como f es continua en [ti−1 , ti ], el teorema de
Weierstrass nos asegura que f alcanza máximo y mínimo en [ti−1 , ti ], por tanto, para cada i existen
xi , yi ∈ [ti−1 , ti ] tales que f (xi ) = mi y f (yi ) = Mi . Luego
n
b−aX
U(f, P ) − L(f, P ) = (f (yi ) − f (xi )) .
n i=1

Por otra parte, xi , yi ∈ [ti−1 , ti ], luego

b−a
|xi − yi | ≤ ti − ti−1 = < δ,
n
por tanto,
ε
|f (xi ) − f (yi )| = f (yi ) − f (xi ) < ε0 = .
b−a
Luego
n n
b−aX b−aX ε
U(f, P ) − L(f, P ) = (f (yi ) − f (xi )) < = ε.
n i=1 n i=1 b − a

4.11 Teorema. Si f es monótona en [a, b] entonces f es integrable en [a, b].

Demostración. Supongamos que f es creciente en [a, b]. Es claro que f es acotada ya que f (a) ≤ f (x) ≤
f (b) para todo x ∈ [a, b]. Para cada n ∈ N, consideremos la partición que divide al intervalo [a, b] en n
i(b−a)
subintervalos de la misma longitud, b−a
n . Es decir, Pn = {t0 , t1 , . . . , tn } con ti = a + n . Entonces,

n
b−aX
U(f, Pn ) − L(f, Pn ) = (Mi − mi ) ,
n i=1

donde mi = ı́nf f ([ti−1 , ti ]) = f (ti−1 ) y Mi = sup f ([ti−1 , ti ]) = f (ti ). Por lo tanto,


n
b−aX b−a
U(f, Pn ) − L(f, Pn ) = (f (ti ) − f (ti−1 )) = (f (tn ) − f (t0 ))
n i=1 n
b−a
= (f (b) − f (a)) .
n
Hemos construído así una sucesión de particiones de [a, b], {Pn } tal que
 
b−a
lı́m {U(f, Pn ) − L(f, Pn )} = lı́m (f (b) − f (a)) = 0 .
n

Entonces, por el corolario del criterio de integrabilidad de Riemann, f es integrable en [a, b].
Si f es decreciente en [a, b] la prueba es totalmente análoga.

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74 LA INTEGRAL DE RIEMANN

4.4. Linealidad de la integral respecto de las funciones.


4.12 Teorema. Sea f integrable en [a, b] y sea c ∈ R. Entonces cf es integrable en [a, b] y
Z b Z b
cf = c f.
a a

Demostración. Como f integrable en [a, b], por el corolario del criterio de integrabilidad de Riemann,
existe una sucesión de particiones de [a, b], {Pn } tal que

lı́m {U(f, Pn ) − L(f, Pn )} = 0 .


Z b
Además , f = lı́m {U(f, Pn )} = lı́m {L(f, Pn )} .
a Z b Z b
• Si c = 0, entonces cf = 0 y es claro que cf = 0 = c f.
a a
• Si c = −1, cf = −f . Entonces, para la misma sucesión de particiones de arriba,

lı́m {U(−f, Pn ) − L(−f, Pn )} = lı́m {−L(f, Pn ) − (−U(f, Pn ))} = 0 .

Por tanto cf = −f es integrable en [a, b] y


Z b Z b Z b Z b
cf = −f = lı́m {U(−f, Pn )} = lı́m {−L(f, Pn )} = − f =c f.
a a a a

• Sea ahora c > 0 cualquiera. Si A ⊂ R es acotado, entonces sup c A = c sup A e ı́nf c A = c ı́nf A.
Esto nos da que Mi (cf ) = c Mi (f ) y mi (cf ) = c mi (f ), con lo cual, si P ∈ P([a, b]), se tiene que
U(cf, P ) = c U(f, P ) y L(cf, P ) = c L(f, P ). Entonces, para la misma sucesión de particiones de arriba,

lı́m {U(cf, Pn ) − L(cf, Pn )} = lı́m {c (U(f, Pn ) − L(f, Pn ))} = 0 .

Por tanto cf es integrable en [a, b] y


Z b Z b
cf = lı́m {U(cf, Pn )} = lı́m {c U(f, Pn )} = c f.
a a

• Sea ahora c < 0 cualquiera. Entonces −c > 0 y por lo ya probado −cf es integrable en [a, b] con
Rb Rb
a
(−cf ) = (−c) a f . Por tanto, −(−cf ) = cf es integrable en [a, b] y
Z b Z b Z b Z b Z b
−(−cf ) = cf = − (−cf ) = −(−c) f =c f.
a a a a a

4.13 Teorema. Si f y g son integrables en [a, b] entonces f + g es integrable en [a, b] y


Z b Z b Z b
(f + g) = f+ g.
a a a

Demostración. Como f y g son acotadas, f + g es acotada. Sea P ∈ P([a, b]), P = {t0 , t1 , . . . , tn } y sean

mi (f ) = ı́nf f ([ti−1 , ti ]) , mi (g) = ı́nf g([ti−1 , ti ]) ,

mi (f + g) = ı́nf(f + g)([ti−1 , ti ]) = ı́nf{f (x) + g(x) : x ∈ [ti−1 , ti ]}.

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4.4 Linealidad de la integral respecto de las funciones. 75

Para todo x ∈ [ti−1 , ti ] se tiene que mi (f ) + mi (g) ≤ f (x) + g(x), por tanto, mi (f ) + mi (g) es cota inferior
de {f (x) + g(x) : x ∈ [ti−1 , ti ]}, luego mi (f ) + mi (g) ≤ mi (f + g). Esto nos da que

L(f, P ) + L(g, P ) ≤ L(f + g, P ) .

Análogamente se ve que
U(f + g, P ) ≤ U(f, P ) + U(g, P )
(también se puede ver aplicando lo anterior a −f , −g). Para toda P ∈ P([a, b]), se tiene por tanto que

(4.14) L(f, P ) + L(g, P ) ≤ L(f + g, P ) ≤ U(f + g, P ) ≤ U(f, P ) + U(g, P ) .

Como f y g son integrables en [a, b], por el corolario del criterio de integrabilidad de Riemann, existen
sucesiones de particiones de [a, b], {Pn }, {Qn } tales que

lı́m {U(f, Pn ) − L(f, Pn )} = 0 , lı́m {U(g, Qn ) − L(g, Qn )} = 0 .

y además se cumple
Z b Z b
lı́m {U(f, Pn )} = lı́m {L(f, Pn )} = f ; lı́m {U(g, Qn )} = lı́m {L(g, Qn )} = g.
a a

Para cada n ∈ N, consideremos Rn = Pn ∪ Qn . Entonces Rn es más fina que Pn y que Qn , con lo cual,

L(f, Pn ) ≤ L(f, Rn ) ≤ U(f, Rn ) ≤ U(f, Pn )

y
L(g, Qn ) ≤ L(g, Rn ) ≤ U(g, Rn ) ≤ U(g, Qn ) .
Entonces, por el teorema del sandwich
Z b Z b
lı́m {L(f, Rn )} = lı́m {U(f, Rn )} = f ; lı́m {L(g, Rn )} = lı́m {U(g, Rn )} = g.
a a

Si aplicamos (4.14) a la partición Rn , obtenemos

(4.15) L(f, Rn ) + L(g, Rn ) ≤ L(f + g, Rn ) ≤ U(f + g, Rn ) ≤ U(f, Rn ) + U(g, Rn ) .

Usando de nuevo el teorema del sandwich se tiene que


Z b Z b
lı́m {U(f + g, Rn )} = lı́m {L(f + g, Rn )} = f+ g;
a a

por tanto
lı́m {U(f + g, Rn ) − L(f + g, Rn )} = 0 ,
que, por el corolario del criterio de Riemann, implica que f + g es integrable en [a, b], y además
Z b Z b Z b
(f + g) = lı́m {U(f + g, Rn )} = lı́m {L(f + g, Rn )} = f+ g.
a a a

Observaciones:
1. Si f y g son integrables en [a, b] y α, β ∈ R entonces αf + βg es integrable en [a, b] y
Z b Z b Z b
(αf + βg) = α f +β g.
a a a

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76 LA INTEGRAL DE RIEMANN

2. Por inducción, si f1 , f2 , . . . , fn son integrables en [a, b] y α1 , α2 , . . . , αn ∈ R entonces


α1 f1 + α2 f2 + · · · + αn fn es integrable en [a, b] y
Z b Z b Z b Z b
(α1 f1 + α2 f2 + · · · + αn fn ) = α1 f1 + α2 f2 + · · · + αn fn .
a a a a

Esto nos dice que si denotamos por R[a, b] al conjunto de todas las funciones integrables Riemann
en [a, b], entonces R[a, b], con la suma de funciones y el producto por escalares, tiene estructura de
espacio vectorial sobre R.

0, si x 6= c;
3. Sea c ∈ [a, b] y sea f : [a, b] → R definida por f (x) = , donde λ es un número real
λ, si x = c
Rb
cualquiera. Entonces f es integrable en [a, b] y a f = 0.

0, si x 6= c;
En efecto, se tiene que f = λg, donde g(x) = .
1, si x = c
Rb Rb Rb
Ya sabemos que g es integrable en [a, b] y a g = 0, por tanto a f = λ a g = 0.
4. Supongamos que f, g : [a, b] → R se diferencian en un solo punto. Entonces f es integrable en [a, b]
Rb Rb
si, solo si, g es integrable en [a, b]. Además, en este caso, a f = a g. Veamos. Supongamos que
c ∈ [a, b] es el punto en el que f y g son distintas. Entonces f (c) − g(c) = λ 6= 0 y, por tanto,

0, si x 6= c;
f (x) − g(x) =
λ, si x = c.
Rb
Se tiene entonces que f − g es integrable en [a, b] con a (f − g) = 0. El resultado queda probado
teniendo en cuenta que f = g + (f − g), g = f − (f − g) y los dos teorema anteriores.
5. El resultado anterior se puede generalizar al caso de dos funciones f, g : [a, b] → R que se diferencian
en un número n finito de puntos. Para ello basta considerar n+1 funciones f0 , f1 , . . . , fn , con f0 = f ,
fn = g y cada fi se diferencia de fi−1 en un solo punto.

4.5. Monotonía de la integral respecto de las funciones.


Rb
4.16 Teorema. Sea f integrable en [a, b] con f (x) ≥ 0 para todo x ∈ [a, b]. Entonces f ≥ 0. a
Pn
Demostración. Sea P = {t0 , t1 , . . . , tn } una partición cualquiera de [a, b]. Entonces L(f, P ) = i=1 mi (ti −
ti−1 ), donde mi = ı́nf f ([ti−1 , ti ]). Como f (x) ≥ 0 para todo x ∈ [a, b], se tiene que mi ≥ 0 con lo cual
L(f, P ) ≥ 0. Por tanto,
Z b
0 ≤ L(f, P ) ≤ f.
a

Como consecuencia inmediata de este teorema obtenemos el siguiente.


Rb Rb
4.17 Teorema. Sean f y g integrables en [a, b] con f (x) ≤ g(x) para todo x ∈ [a, b]. Entonces a
f≤ a
g.
Demostración. Sabemos que g − f es integrable en [a, b] y además, por ser g(x) − f (x) ≥ 0 para todo
x ∈ [a, b],
Z b Z b Z b
(g − f ) = g− f ≥ 0.
a a a

4.18 Corolario. Sea f integrable en [a, b] y sean m y M una cota inferior y una cota superior de f
respectivamente. Entonces,
Z b
m(b − a) ≤ f ≤ M (b − a) .
a

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4.6 Aditividad de la integral respecto de los intervalos. 77

Demostración. Como m ≤ f (x) ≤ M , para todo x ∈ [a, b], por el teorema anterior,
Z b Z b Z b
m(b − a) = m≤ f≤ M = M (b − a) .
a a a

Observación: Si f es integrable en [a, b] y f (x) ≤ 0 para todo x ∈ [a, b], definimos el área del recinto
Rb Rb
limitado por la gráfica de f , el eje X y las rectas X = a y X = b como a (−f ) = − a f .

4.6. Aditividad de la integral respecto de los intervalos.


4.19 Teorema. Sean a, c, b ∈ R con a < c < b. Sea f : [a, b] → R. Entonces, f es integrable en [a, b] si,
y solo si, f es integrable en [a, c] y en [c, b]. Además, en este caso, se tiene que
Z b Z c Z b
f= f+ f.
a a c

Demostración. ⇒ Supongamos que f es integrable en [a, b]. Entonces f es acotada en [a, b], con lo cual
es acotada en [a, c] y en [c, b]. Entonces, por el criterio de Riemann, dado ε > 0 existe P ∈ P([a, b]) tal
que

(4.20) U(f, P ) − L(f, P ) < ε .

Consideremos la partición Q = P ∪ {c}. Como Q es más fina o igual que P ,

U(f, Q) − L(f, Q) < ε .

Se tiene que Q = {t0 , . . . , tk = c, . . . , tn }. Entonces, P1 = {t0 , t1 , . . . , tk } es una partición de [a, c] y


P2 = {tk , tk+1 , . . . , tn } es una partición de [c, b]. Es muy fácil ver que

U(f, Q) = U(f, P1 ) + U(f, P2 ) y L(f, Q) = L(f, P1 ) + L(f, P2 ) .

Entonces, por (4.20),


U(f, P1 ) − L(f, P1 ) + U(f, P2 ) − L(f, P2 ) < ε .
| {z } | {z }
A B

Como A ≥ 0, B ≥ 0 y 0 ≤ A + B < ε, obtenemos que A < ε y B < ε, es decir,

U(f, P1 ) − L(f, P1 ) < ε y U(f, P2 ) − L(f, P2 ) < ε .

Entonces, por el criterio de Riemann, f es integrable en [a, c] y en [c, b].


⇐ Supongamos ahora que f es integrable en [a, c] y en [c, b]. Entonces f es acotada en [a, c] y en [c, b],
con lo cual f es acotada en [a, b]. Sea ε > 0. Por ser f integrable en [a, c], para 2ε , existe P1 ∈ P([a, c]) tal
que
ε
U(f, P1 ) − L(f, P1 ) < .
2
Por ser f integrable en [c, b], para 2ε , existe P2 ∈ P([c, b]) tal que
ε
U(f, P2 ) − L(f, P2 ) < .
2
Sea P = P1 ∪ P2 . Entonces P ∈ P([a, b]) y además
ε ε
U(f, P ) − L(f, P ) = U(f, P1 ) − L(f, P1 ) + U(f, P2 ) − L(f, P2 ) < + = ε.
2 2

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78 LA INTEGRAL DE RIEMANN

Esto prueba que f es integrable en [a, b].


Probemos ahora que
Z b Z c Z b
f= f+ f.
a a c
Dado ε > 0 consideremos las particiones anteriores. Entonces
Z c Z b
L(f, P1 ) ≤ f ≤ U(f, P1 ) y L(f, P2 ) ≤ f ≤ U(f, P2 ) .
a c

Esto nos da que


Z c Z b
L(f, P ) = L(f, P1 ) + L(f, P2 ) ≤ f+ f ≤ U(f, P1 ) + U(f, P2 ) = U(f, P ) .
a c

Por otra parte,


Z b
L(f, P ) ≤ f ≤ U(f, P ) .
a
De las desigualdades anteriores deducimos que
!
Z b Z c Z b
f− f+ f ≤ U(f, P ) − L(f, P ) < ε .
a a c

Hemos probado entonces que !


Z b Z c Z b
0≤ f− f+ f < ε,
a a c
Rb R Rb 
c
para todo ε > 0, por tanto a
f− a
f+ c
f = 0, luego
Z b Z c Z b
f= f+ f.
a a c

Observación: Si f es integrable en [a, b] entonces f es integrable en cualquier intervalo cerrado y


acotado contenido en [a, b].

Z a
Definición de f para a ≤ b
b
Rb
Para algunos propósitos conviene asignarle un significado al símbolo a f , sin tener que preocuparse de
que a < b. Es decir, sería interesante poder escribir esa ‘integral’ también en los casos b ≤ a. Si queremos
que se siga cumpliendo la (importante) propiedad de aditividad de la integral respecto de los intervalos,
Z b Z c Z b
f= f+ f,
a a c

es claro que necesariamente tenemos que hacer la definición de la forma siguiente:


Z a Z a Z b
4.21 Definición. Definimos f = 0 y, si f es integrable en [a, b], definimos f =− f.
a b a
Z a Z b Z b Z b Z a Z a
Con estas definiciones se tiene que f+ f= f y también f+ f= f.
a a a a b a

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4.7 Más funciones integrables. 79

Observaciones: Supongamos que las funciones que aparecen en las observaciones siguientes son inte-
grables en los intervalos correspondientes.
Z b Z b
1. c = c(b − a), cualesquiera que sean a y b. Para a < b ya lo sabemos; Si a = b entonces c=
a Z b Z a a

0 = c(b − a); si b < a entonces c=− c = −c(a − b) = c(b − a).


a b
Z b Z c Z b
2. f= f+ f , no importa el orden entre a, b y c. Veamos. Si c < a < b entonces
a a c
Z b Z a Z b
f= f+ f.
c c a

De aquí,
Z b Z b Z a Z b Z c Z c Z b
f= f− f= f+ f= f+ f.
a c c c a a c
Los demás casos se prueban de forma similar.
Z b Z b
3. Hemos probado que si a < b, f y g son integrables en [a, b] y f ≤ g en [a, b], entonces f≤ g.
Z b Z b Z a Z a a a

Entonces − f ≥− g , luego g≤ f.
a a b b

4.7. Más funciones integrables.


4.22 Teorema. Sean f : [a, b] → R y ϕ : [c, d] → R dos funciones tales que
1. f es integrable Riemann en [a, b].
2. f ([a, b]) ⊂ [c, d].
3. ϕ es continua en [c, d].
Entonces ϕ ◦ f es integrable Riemann en [a, b].
Demostración. Observemos en primer lugar que como ϕ es continua en [c, d], ϕ alcanza máximo y mínimo
en [c, d]. Sea C = máx ϕ − mı́n ϕ (en [c, d]). Por otra parte, está claro que ϕ ◦ f está acotada en [a, b].
Usemos el criterio de integrabilidad de Riemann. Sea ε > 0 cualquiera. Consideremos ε0 = (b−a+C) ε
.
Como ϕ es continua en [c, d], por el teorema de Heine-Borel, ϕ es uniformemente continua en [c, d].
Entonces, para este ε0 > 0 existe δ > 0 tal que para todos los s, t ∈ [c, d] con |s − t| < δ se tiene que
|ϕ(s) − ϕ(t)| < ε0 .
Por otra parte, como f es integrable Riemann en [a, b], para ε0 δ > 0 existe P = {t0 , t1 , . . . , tn } ∈
P([a, b]) tal que
U(f, P ) − L(f, P ) < ε0 δ.
Para cada i ∈ {1, . . . , n} sean

mi = ı́nf{f (x) : x ∈ [ti−1 , ti ]} , Mi = sup{f (x) : x ∈ [ti−1 , ti ]},


m0i = ı́nf{ϕ ◦ f (x) : x ∈ [ti−1 , ti ]} , Mi0 = sup{ϕ ◦ f (x) : x ∈ [ti−1 , ti ]}.

Separemos los i ∈ {1, . . . , n} en dos conjuntos:

G = {i : Mi − mi < δ} y B = {i : Mi − mi ≥ δ}.

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80 LA INTEGRAL DE RIEMANN

Si i ∈ G y x, y ∈ [ti−1 , ti ] entonces |f (x)−f (y)| ≤ Mi −mi < δ y esto implica que |ϕ(f (x))−ϕ(f (y))| < ε0 .
Por lo tanto, para todo i ∈ G, se tiene que Mi0 − m0i ≤ ε0 .
Por otra parte,
n
X
ε0 δ > U(f, P ) − L(f, P ) = (Mi − mi )(ti − ti−1 )
i=1
X X
≥ (Mi − mi )(ti − ti−1 ) ≥ δ (ti − ti−1 ).
i∈B i∈B
X
Luego, (ti − ti−1 ) < ε0 .
i∈B
Entonces,
n
X
U(ϕ ◦ f, P ) − L(ϕ ◦ f, P ) = (Mi0 − m0i )(ti − ti−1 )
i=1
X X
= (Mi0 − m0i )(ti − ti−1 ) + (Mi0 − m0i )(ti − ti−1 )
i∈G i∈B
X
0
≤ ε (b − a) + C (ti − ti−1 ) < ε0 (b − a) + Cε0 = ε.
i∈B

4.23 Corolario. Si f es integrable en [a, b] entonces |f | es integrable en [a, b] y


Z b Z b
f ≤ |f | .
a a

Demostración. Como f es integrable en [a, b], f es acotada en [a, b], por tanto existen c < d tales que
f ([a, b]) ⊂ [c, d]. Sea ϕ(x) = |x| en [c, d]. Entonces estamos en las condiciones del teorema anterior, por lo
tanto ϕ ◦ f = |f | es integrable en [a, b].
Se tiene que −|f (x)| ≤ f (x) ≤ |f (x)|, para todo x ∈ [a, b]. Por tanto,
Z b Z b Z b Z b
− |f | = −|f | ≤ f≤ |f | ,
a a a a

lo cual implica que


Z b Z b
f ≤ |f | .
a a

Rb Rb
Observación: a
f ≤
|f | , no importa el orden entre a y b, y si |f (x)| ≤ M , para todo x del
a
Rb
intervalo cerrado de extremos a y b, entonces a |f | ≤ M |b − a| (Ejercicio).

4.24 Corolario. Si f es integrable en [a, b] y n ∈ N, entonces f n es integrable en [a, b].


Demostración. Como f es integrable en [a, b], f es acotada en [a, b], por tanto existen c < d tales que
f ([a, b]) ⊂ [c, d]. Sea ϕ(x) = xn en [c, d]. Entonces estamos en las condiciones del teorema anterior, por lo
tanto ϕ ◦ f = f n es integrable en [a, b].

4.25 Corolario. Si f y g son integrables en [a, b], entonces f · g es integrable en [a, b].

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4.7 Más funciones integrables. 81

Demostración. Basta tener en cuenta los resultados anteriores y que

(f (x) + g(x))2 − (f (x))2 − (g(x))2


f (x)g(x) = ,
2
para todo x ∈ [a, b].
4.26 Teorema. Sea f acotada en [a, b]. Si f es integrable en [c, b] para todo c ∈ (a, b) entonces f es
integrable en [a, b]. Además
Z b Z b
f = lı́m+ f.
a x→a x

Demostración. Como f está acotada en [a, b], existe M > 0 tal que |f (x)| ≤ M , para todo x ∈ [a, b].
ε
Usemos el criterio de Riemann. Sea ε > 0. Elijamos c ∈ (a, b) tal que c − a < 4M . Como f es integrable
ε
en [c, b], existe P ∈ P([c, b]) tal que U(f, P ) − L(f, P ) < 2 . Sea Q = {a} ∪ P , entonces Q es una partición
de [a, b]. Sean M0 = sup f ([a, c]) y m0 = ı́nf f ([a, c]). Entonces −M ≤ m0 ≤ M0 ≤ M , con lo cual,
M0 − m0 ≤ 2M . Entonces

U(f, Q) − L(f, Q) = (M0 − m0 )(c − a) + U(f, P ) − L(f, P )


ε ε ε
< 2M (c − a) + ≤ + = ε .
2 2 2
Probemos ahora que
Z b Z b
f = lı́m+ f.
a x→a x
Rb Rx Rb
Como f es integrable en [a, b], para cada x ∈ (a, b) se tiene que a
f= a
f+ x
f luego
Z b Z b Z x
f= f− f.
x a a

Por otra parte, Z x Z x


f ≤ |f | ≤ M |x − a| ,
a a
Z x
para todo x ∈ (a, b). Como lı́mx→a+ M |x − a| = 0, por el criterio del sandwich, lı́m+ f = 0 . Por lo
x→a a
tanto,
Z b Z b
lı́m+ f= f.
x→a x a

De forma totalmente análoga se prueba el siguiente teorema.


4.27 Teorema. Sea f acotada en [a, b]. Si f es integrable en [a, c] para todo c ∈ (a, b) entonces f es
integrable en [a, b]. Además
Z b Z x
f = lı́m− f.
a x→b a

Ejemplos:
sen x1 , si x 6= 0;

1. Sea f (x) = Es claro que f es acotada en [0, 1]. Para cada c ∈ (0, 1) se tiene
0, si x = 0.
que f es continua en [c, 1], ya que el único punto de discontinuidad de f es el 0. Por lo tanto f es
integrable en [c, 1]. Entonces, por el resultado anterior, f es integrable en [0, 1].

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82 LA INTEGRAL DE RIEMANN

2. a) Si f es acotada en [a, b] y es discontinua solo en a entonces, por el mismo argumento que en el


ejemplo anterior f es integrable.
b) Análogamente, si f es acotada en [a, b] y es discontinua solo en b, entonces f es integrable.
c) Si f es acotada en [a, b] y es discontinua solo en un punto c ∈ (a, b), entonces, por a), f es
integrable en [c, b]; y por b), f es integrable en [a, c]. Así que como f es integrable en [a, c] y
en [c, b], f es integrable en [a, b].
3. (Importante.) El resultado anterior se puede generalizar:
Si f : [a, b] → R es acotada y tiene un número finito de discontinuidades, entonces f es integrable
en [a, b].
Z b
Notación. La integral de f en [a, b] la denotaremos a veces por f (x) dx, donde el símbolo dx
a
indica que la variable independiente es x.
Z b Z b
2
Así, x dx denota a la integral f , donde f : [a, b] → R es la función definida por f (x) = x2 .
Z b a a

c dx = c(b − a) ya que f : [a, b] → R es la función definida por f (x) = c, para todo x ∈ [a, b].
Zab
x dt = x(b − a) ya que f : [a, b] → R es la función definida por f (t) = x, para todo t ∈ [a, b].
a

4.8. Los teoremas fundamentales del Cálculo.


Sea I un intervalo y sea f : I → R. Supongamos que f es integrable Z x en cada intervalo cerrado y
acotado [a, b] ⊂ I. Sea c ∈ I. Entonces, para cada x ∈ I tiene sentido f . En efecto, si x > c entonces
c Z x Z c
[c, x] ⊂ I, luego f es integrable en [c, x] por hipótesis; si x = c hemos definido f= f = 0; si x < c
Z x c c
Z c Z x
entonces [x, c] ⊂ I, así que f es integrable en [x, c] y hemos definido f =− f . Por lo tanto, f
c x c
tiene sentido para todo x ∈ I. Esto permite definir una nueva función,
Z x Z x
F : I → R, F (x) = f= f (t) dt .
c c

A la función F se le llama integral indefinida de f . Vamos a estudiar las propiedades de esta función.
4.28 Teorema. Sea I un intervalo y sea Z xf : I → R integrable en cada intervalo [a, b] ⊂ I. Sea c ∈ I.
Entonces la función F : I → R, F (x) = f (t) dt es continua en I.
c

Demostración. Sea α ∈ I. Veamos que lı́m |F (x) − F (α)| = 0 ( lı́m+ ó lı́m− si α es un extremo de I).
x→α x→α x→α
Sea r > 0 tal que [α − r, α + r] ⊂ I (ó [α, α + r] ó [α − r, α] si α es un extremo de I). Como f es
integrable en cada intervalo [a, b] ⊂ I, en particular f es integrable en [α − r, α + r]. Entonces, existe
M > 0 tal que |f (t)| ≤ M , para todo t ∈ [α − r, α + r]. Dado x ∈ [α − r, α + r], se tiene que
Z x Z α Z c Z x
0 ≤ |F (x) − F (α)| = f (t)dt − f (t)dt = f (t)dt + f (t)dt
c c α c
Z x
= f (t)dt ≤ M |x − α| .
α
Como lı́m M |x − α| = 0, por el criterio del sandwich, lı́m |F (x) − F (α)| = 0.
x→α x→α

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4.8 Los teoremas fundamentales del Cálculo. 83


 −1, si t < 0;
Ejemplo: Sea f : R → R, f (t) = signo(t) = 0, si t = 0; Se tiene que f es integrable en
1, si t > 0.

cada intervalo [a, b] ⊂ R, ya que f es acotada en [a, b] y discontinua, a lo sumo, en un punto. Sea
Z x
F (x) = f (t)dt. Entonces F : R → R está bien definida y, por el teorema anterior, es continua en
0 Z x Z 0
todo R. Si x > 0, F (x) = 1dt = 1 · (x − 0) = x; si x = 0, F (x) = F (0) = f = 0; si x < 0,
Z x 0 0

F (x) = (−1)dt = (−1) · (x − 0) = −x. Por tanto, hemos obtenido que F (x) = |x|.
0
4.29 Teorema. Primer teorema fundamental del Cálculo.
Sea I un intervalo y sea Zf : I → R integrable en cada intervalo [a, b] ⊂ I. Sea c ∈ I. Consideremos la
x
función F : I → R, F (x) = f (t) dt. Sea α ∈ I.
c
(i) Si f es continua por la derecha en α entonces F es derivable por la derecha en α y F+0 (α) = f (α).
(ii) Si f es continua por la izquierda en α entonces F es derivable por la izquierda en α y F−0 (α) = f (α).
(iii) Si f es continua en α entonces F es derivable en α y F 0 (α) = f (α).
Demostración. El apartado (iii) es consecuencia inmediata de los apartados (i) y (ii). Las pruebas de (i)
y (ii) son análogas así que probemos (i). Por hipótesis, f es continua por la derecha en α y tenemos que
probar que
F (x) − F (α)
lı́m = f (α)
x→α+ x−α
ó, equivalentemente,
F (x) − F (α)
lı́m − f (α) = 0 .
x→α+ x−α
Es decir, tenemos que probar que para todo ε > 0 existe δ > 0 tal que para todo x ∈ I con α < x < α + δ
se tiene que (ver fig. 4.4)
F (x) − F (α)
− f (α) < ε .
x−α

a c Α x b

Figura 4.4. Si f es continua por la derecha en α, entonces para x > α y ‘cerca de α’, F (x) − F (α) es ‘casi’ un
rectángulo de altura f (α) y de base x − α.

Sea pues ε > 0. Sea x ∈ I con x > α. Entonces


F (x) − F (α) |F (x) − F (α) − f (α)(x − α)|
− f (α) =
x−α |x − α|

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84 LA INTEGRAL DE RIEMANN

Analicemos el numerador.
Z x Z α
|F (x) − F (α) − f (α)(x − α)| = f (t) dt − f (t) dt − f (α)(x − α)
c c
Z c Z x Z x Z x
= f (t) dt + f (t) dt − f (α)(x − α) = f (t) dt − f (α) dt
α c α α
Z x Z x
= (f (t) − f (α)) dt ≤ |f (t) − f (α)| dt .
α α
Como f es continua por la derecha en α, existe δ > 0 tal que para todo t ∈ I con α ≤ t < α + δ se
tiene que |f (t) − f (α)| < 2ε . Sea x ∈ I con α < x < α + δ. Entonces, para todo t ∈ [α, x] se tiene que
α ≤ t ≤ x < α + δ, por tanto |f (t) − f (α)| < 2ε , luego
Rx ε
F (x) − F (α) |f (t) − f (α)|dt |x − α| ε
− f (α) ≤ α ≤ 2 = < ε.
x−α |x − α| |x − α| 2

Observaciones:

 F puede ser derivable en α sin que f sea continua en α.


1. El recíproco no es cierto, es decir,
1, si t = 0; Rx
Ejemplo: sea f : R → R, f (t) = Consideremos F (x) = 0 f . Calculemos F :
0, si t 6= 0.
Rx
si x > 0, sabemos que F (x) = 0 f = 0 (ya ha salido ese ejemplo varias veces);
Rx R0
si x < 0, F (x) = 0 f = − x f = 0;
si x = 0, F (0) = 0 por definición.
Por lo tanto F (x) = 0 para todo x ∈ R y, por ser una función constante, es derivable en todo x ∈ R
y F 0 (x) = 0 para todo x ∈ R. En particular F es derivable en 0, pero f no es continua en 0.
2. En las condiciones del teorema, si definimos
Z c
G(x) = f (t) dt
x
Rc Rx
y f es continua en α, entonces G es derivable en α ya que G(x) = x
f (t) dt = − c
f (t) dt, así que

G0 (α) = −f (α) .

4.30 Corolario. Sea I un intervalo y sea f continua en I. Entonces existe g derivable en I tal que
g 0 (x) = f (x) para todo x ∈ I.
Rx
Demostración. Sea c ∈ I. Consideremos g(x) = c f . Como f es continua en I, f es integrable en todo
intervalo cerrado y acotado contenido en I, por lo tanto g está bien definida, g : I → R, es continua en
I y, por el primer teorema fundamental del Cálculo (en adelante 1er TFC), como f es continua en todo
x ∈ I, g es derivable en todo x ∈ I y g 0 (x) = f (x) para todo x ∈ I.
Ejemplos: Estudiemos el dominio, la continuidad y la derivabilidad de las siguientes funciones.
Z x
1
1. Sea a ∈ R y sea F (x) = dt.
a 1 + et
1
Consideremos f (t) = . Entonces f : R → R y es continua en todo R. Esto nos da que f es
1 + et
integrable en cada intervalo cerrado y acotado contenido en R. Por lo tanto, F está bien definida
para todo x ∈ R y es continua en todo x ∈ R. Al ser f continua en todo x ∈ R, por 1er TFC, F es
1
derivable en todo x ∈ R y F 0 (x) = f (x) = , para todo x ∈ R.
1 + ex

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4.8 Los teoremas fundamentales del Cálculo. 85

Z x 5
1
2. Sea G(x) = dt .
a 1 + et
Es claro que G(x) = g ◦ F (x), donde F es la función del ejemplo anterior y g : R → R, g(x) = x5 .
Se tiene que g es continua y derivable en todo R, en particular en los puntos de la forma F (x) y,
como F también lo es, resulta que G = g ◦ F es continua y derivable en todo x ∈ R. Además, por
la regla de la cadena, G0 (x) = g 0 (F (x)) · F 0 (x). Como g 0 (x) = 5x4 , se tiene que
Z x 4
0 1 1
G (x) = 5 dt · ,
a 1 + et 1 + ex

para todo x ∈ R.
Z x5
1
3. Sea P (x) = dt.
a 1 + et
Es claro que P (x) = F ◦ g(x), donde F y g son como en el ejemplo anterior. Como ambas funciones
son continuas y derivables en R, se tiene que P = F ◦ g es continua y derivable en R y, por la regla
de la cadena P 0 (x) = F 0 (g(x)) · g 0 (x), es decir, para todo x ∈ R, se tiene

1
P 0 (x) = 5x4 .
1 + ex5

4. Sea c ∈ R y sea
R x3 +cos x
Z sen(et +3) dt
c 1
R(x) = dt .
a 1 + et
Se tiene que R(x) = F ◦ H(x), donde F es la función de los ejemplos anteriores y
Z x3 +cos x
H(x) = sen(et + 3) dt .
c

Estudiemos entonces la función H. Sea h(t) = sen(et + 3). Entonces h = h1 ◦ h2 , donde

h1 , h2 : R → R , h1 (t) = sen t y h2 (t) = et + 3 .

Es claro que h1 y h2 son continuas en R, por tanto, h = h1 ◦ h2 es continua en R. Esto nos da que
h es integrable en todo intervalo cerrado y acotado contenido en R, con lo cual, la función
Z x Z x
J(x) = h(t) dt = sen(et + 3) dt
c c

está bien definida para todo x ∈ R, es continua y derivable en todo x ∈ R (1er TFC) y J 0 (x) =
h(x) = sen(ex + 3), para todo x ∈ R.
Observemos que H(x) = J(x3 + cos x) = J ◦ k(x), donde k(x) = x3 + cos x. Como k es continua y
derivable en todo x ∈ R y J también, se tiene que H es continua y derivable en R. Por la regla de
la cadena,
3
H 0 (x) = J 0 (k(x)) · k 0 (x) = sen(ex +cos x + 3) · (3x2 − sen x) .
Por último, como R = F ◦ H y F y H son continuas y derivables en R, obtenemos que R es continua
y derivable en R y, por la regla de la cadena, R0 (x) = F 0 (H(x))H 0 (x), esto es,
3
sen(ex +cos x
+ 3) · (3x2 − sen x)
R0 (x) = R x3 +cos x .
sen(et +3) dt
1+e c

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86 LA INTEGRAL DE RIEMANN

sen t

t , si t 6= 0; Rx
5. Sea ahora f (t) = . Consideremos F (x) = 0 f (t) dt. Tenemos dos formas de
0, si t = 0
estudiar esta función.
sen t
Solución 1: Es claro que f es continua en todo t 6= 0. Por otra parte, lı́m f (t) = lı́m = 1 6=
t→0 t→0 t
f (0) = 0, por lo tanto f no es continua en 0. Dado [a, b] ⊂ R, se tiene que f es acotada en [a, b] (pues
|f (t)| ≤ 1 para todo t ∈ R) y continua en todos los puntos de [a, b] salvo quizás en uno. Entonces,
por los resultados que ya conocemos, f es integrable en [a, b]. Esto nos da que F está bien definida
en todo x ∈ R y es continua en R. Como f es continua en todo x 6= 0, por el 1er TFC, F es derivable
en todo x 6= 0 y F 0 (x) = f (x) = senx x , para todo x 6= 0. ¿Es F derivable en 0?. Veamos si existe

F (x) − F (0)
lı́m .
x→0 x−0

Como F es continua en 0, lı́m (F (x) − F (0)) = 0; por otra parte


x→0
lı́m (x − 0) = 0. Además F es derivable en todo x 6= 0, entonces podemos aplicar la regla de
x→0
L’Hôpital,
F (x) − F (0) F 0 (x) sen x
lı́m = lı́m = lı́m = 1.
x→0 x−0 x→0 1 x→0 x
Por lo tanto, F es derivable en 0 y F 0 (0) = 1. Luego F es derivable en todo x ∈ R y F 0 (x) =
 sen x
x , si x 6= 0; .
1, si x = 0

sen t

si t 6= 0;
t ,
Solución 2 (Recomendada): Consideremos g(t) = . Entonces g es continua en
1, si t = 0
Z x en todo [a, b] ⊂ R. Como f y g solo Zse xdiferencian en un punto se tiene
todo R, por Ztanto integrable
x
que F (x) = f (t)dt = g(t)dt. Por lo tanto, ya que F (x) = g(t)dt y g es integrable en todo
0 0 0
[a, b] ⊂ R, F está definida en todo x ∈ R y es continua en R. Y como g es continua en todo x ∈ R,
por el 1er TFC, F es derivable en todo x ∈ R y F 0 (x) = g(x) para todo x ∈ R.

4.31 Corolario. Regla de Barrow para funciones continuas.


Sean f, g : [a, b] → R, tales que f es continua en [a, b], g es derivable en [a, b] y g 0 (x) = f (x) para todo
x ∈ [a, b]. Entonces
Z b
f = g(b) − g(a) .
a
Z x
Demostración. Sea F : [a, b] → R, F (x) = f . F está bien definida porque f es continua en [a, b] y, por
a
tanto, integrable en todo intervalo cerrado y acotado contenido en [a, b]. Por el 1er TFC, F es derivable
en [a, b] y F 0 (x) = f (x) para todo x ∈ [a, b]. Entonces, como F 0 (x) = f (x) = g 0 (x) para todo x ∈ [a, b],
existe c ∈ R tal que F (x) = g(x) + c en [a, b]. En particular, 0 = F (a) = g(a) + c, de donde c = −g(a) y,
por tanto,
Z b
f = F (b) = g(b) + c = g(b) − g(a) .
a

4.32 Definición. Sea I un intervalo y sea f : I → R. Decimos que g : I → R es una primitiva de f en I


si g es derivable en I y g 0 (x) = f (x), para todo x ∈ I.

Análisis Matemático II, 2022-2023 Universidad de Málaga


4.8 Los teoremas fundamentales del Cálculo. 87

3
Ejemplo: Sea f : [2, 5] → R, f (x) = x2 . Entonces f es continua en [2, 5] y g(x) = x3 es derivable en
[2, 5] y g 0 (x) = f (x) para todo x ∈ [2, 5], es decir, g es una primitiva de f en [2, 5]. Entonces, por la regla
de Barrow,
Z 5 x=5
notación x=5 x3 53 23
x2 dx = g(5) − g(2) = g(x)]x=2 = = − = 39 .
2 3 x=2 3 3

Observaciones [importante]:

1. Una función f puede ser integrable en [a, b] sin tener primitiva en [a, b].
Por ejemplo, f : [−1, 1] → R, f (x) = signo(x) es integrable en [−1, 1], ya que es acotada y discon-
tinua solo en un punto, pero no tiene primitiva en [−1, 1]. Veamos. Supongamos, por reducción al
absurdo, que g es una primitiva de f en [−1, 1], es decir, g es derivable en [−1, 1] y g 0 (x) = signo(x)
para todo x ∈ [−1, 1]. Consideremos la función F (x) = |x| en [−1, 1]. Se tiene que F es derivable en
todo x 6= 0, F 0 (x) = 1, si x > 0 y F 0 (x) = −1, si x < 0. Entonces F 0 (x) = g 0 (x) para todo x ∈ (0, 1] y
F 0 (x) = g 0 (x) para todo x ∈ [−1, 0). Esto nos da que existe c1 ∈ R tal que g(x) = F (x)+c1 = |x|+c1 ,
para todo x ∈ (0, 1] y existe c2 ∈ R tal que g(x) = F (x) + c2 = |x| + c2 , para todo x ∈ [−1, 0). Como
g es derivable en 0, g es continua en 0. Por lo tanto,

g(0) = lı́m− g(x) = lı́m− |x| + c2 = c2


x→0 x→0

y
g(0) = lı́m+ g(x) = lı́m+ |x| + c1 = c1 ,
x→0 x→0

luego g(0) = c1 = c2 , y g(x) = |x| + c1 para todo x ∈ [−1, 1]. Esto es una contradicción porque la
función |x| + c1 no es derivable en 0.

2. Una función f puede tener primitiva  en2 [a, b]1 y no ser integrable en [a, b].
x sen x2 , si x 6= 0;
Por ejemplo, sea g : [0, 1] → R, g(x) =
0, si x = 0.
Se tiene que g es derivable en [0, 1]. Sea f = g 0 . Pruebe que f no es acotada en [0, 1], con lo cual no
es integrable Riemann en [0, 1] (pero tiene una primitiva: g).

Estos ejemplos nos indican que “ser integrable” y “tener primitiva” son conceptos distintos. Por lo que
hemos visto hasta ahora sabemos que si una función, f : [a, b] → R, es continua, entonces tiene esas dos
propiedades: es integrable (teorema 4.10) y tiene primitiva (corolario del teorema fundamental del Cálculo
4.30); además la regla de Barrow nos da una relación entre integral y primitiva. El teorema siguiente nos
dice que la regla de Barrow vale en realidad para cualquier función que sea integrable y tenga primitiva.

4.33 Teorema. Segundo teorema fundamental del Cálculo.


Sea f integrable en [a, b] y supongamos que f tiene alguna primitiva, es decir supongamos que existe
g continua en [a, b], derivable en (a, b) y tal que g 0 (x) = f (x) para todo x ∈ (a, b). Entonces
Z b
f = g(b) − g(a) .
a

Demostración. Sea P = {t0 , t1 , . . . , tn } ∈ P([a, b]). Para cada i ∈ {1, . . . , n}, consideremos g : [ti−1 , ti ] →
R. Se tiene que g es continua en [ti−1 , ti ] y derivable en (ti−1 , ti ). Entonces, por el teorema del valor medio,
existe ci ∈ (ti−1 , ti ) tal que

g(ti ) − g(ti−1 ) = g 0 (ci )(ti − ti−1 ) = f (ci )(ti − ti−1 ) ,

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88 LA INTEGRAL DE RIEMANN

y esto es para cada i ∈ {1, . . . , n}. Entonces,

i=1, g(t1 ) − g(t0 ) = f (c1 )(t1 − t0 )


i=2, g(t2 ) − g(t1 ) = f (c2 )(t2 − t1 )
i=3, g(t3 ) − g(t2 ) = f (c3 )(t3 − t2 )
... ... ...
i=n, g(tn ) − g(tn−1 ) = f (cn )(tn − tn−1 ) .

Sumando las igualdades anteriores obtenemos,


n
X
g(b) − g(a) = g(tn ) − g(t0 ) = f (ci )(ti − ti−1 ) .
i=1

Sean mi = ı́nf f ([ti−1 , ti ]) y Mi = sup f ([ti−1 , ti ]). Como ci ∈ [ti−1 , ti ], se tiene que mi ≤ f (ci ) ≤ Mi , por
lo tanto,
X n n
X n
X
mi (ti − ti−1 ) ≤ f (ci )(ti − ti−1 ) ≤ Mi (ti − ti−1 ) .
i=1 i=1 i=1

Es decir,
L(f, P ) ≤ g(b) − g(a) ≤ U(f, P ) .
Y esto sirve para cualquier partición del intervalo [a, b]. Entonces g(b) − g(a) es cota superior del conjunto
{L(f, P ) : P ∈ P([a, b])} y, por tanto,
Z b
f = sup{L(f, P ) : P ∈ P([a, b])} ≤ g(b) − g(a) .
a

Por otra parte, g(b) − g(a) es cota inferior del conjunto {U(f, P ) : P ∈ P([a, b])} y, por tanto,
Z b
g(b) − g(a) ≤ ı́nf{U(f, P ) : P ∈ P([a, b])} = f.
a

Como sabemos (por hipótesis) que f es integrable en [a, b], se tiene que
Z b Z b Z b
f= f= f.
a a a

Entonces, de las desigualdades anteriores, se sigue que


Z b Z b
f ≤ g(b) − g(a) ≤ f.
a a
Z b
Por lo tanto, f = g(b) − g(a).
a

Veamos un ejemplo de función, f , integrable y no continua que sí tiene primitiva. Esa función cum-
ple por tanto las hipótesis del 2o teorema fundamental del Cálculo, pero no cumple las hipótesis del
corolario 4.31 (regla de Barrow para funciones continuas).
Ejemplo: Definamos primero g : [0, 1] → R,

x2 sen x1 , si x 6= 0;

g(x) =
0, si x = 0.

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4.8 Los teoremas fundamentales del Cálculo. 89

Esta g es derivable en [0, 1] (comprobarlo. . . ya lo hemos visto antes, es fácil probar que g 0 (0) = 0).
Sea f : [0, 1] → R,
2x sen x1 − cos x1 , si x 6= 0;

f (x) ≡ g 0 (x) =
0, si x = 0.
Se tiene que
• f es acotada en [0, 1] (ya que |f (x)| ≤ 3, para todo x ∈ [0, 1]);  
1 1
• f no es continua en 0 por la derecha, ya que no existe lı́m f (x) = lı́m 2x sen − cos ;
x→0+ x→0+ x x
• en los demás puntos f sí es continua, es decir, f es continua en (0, 1].
Podemos afirmar que f es integrable en [0, 1] (f es continua salvo en un conjunto finito de puntos, ver el
ejemplo 3 que sigue al teorema 4.27).
Como f no es continua no podemos aplicar la regla de Barrow para funciones continuas; sin embargo
f tiene primitiva: la función g cumple g 0 = f y es por tanto una primitiva de f ; por tanto sí podemos
aplicar el segundo teorema fundamental del Cálculo y obtenemos que
Z 1
f = g(1) − g(0) = sen(1) .
0

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Tema 5

Cálculo de primitivas.
Integrales impropias

5.1. Definición y propiedades elementales


Recordemos la definición de primitiva de una función en un intervalo.
5.1 Definición. Sea I un intervalo y sea f : I → R. Decimos que g : I → R es una primitiva de f en I
si g es derivable en I y g 0 (x) = f (x), para todo x ∈ I.
En el tema anterior hemos visto que toda función continua, definida en un intervalo, tiene una pri-
mitiva (corolario 4.30). Sabemos además cuál es esa R x primitiva: si f : I → R es una función continua
entonces, fijado cualquier c ∈ I, la función F (x) ≡ c f (t) dt es una primitiva de f . Esa F es una función
perfectamente definida: para calcular su valor en un x ∈ I hay que hallar la integral correspondiente;
es decir, hay que calcular sumas superiores (o sumas inferiores) en el intervalo [c, x] (ó [x, c], según sea
x), calcular el ínfimo de las sumas superiores (o el supremo de la inferiores). . . o también se puede usar
el corolario sobre sucesiones de particiones (corolario 4.9), etc. Sin embargo, hay casos en los que hallar
una primitiva es más fácil, no hay que seguir todo ese proceso; por ejemplo si f (x) = x es inmediato que
F (x) = 12 x2 es una primitiva de f y para saber eso solo hay que usar las reglas sobre derivadas. Sabemos
también que obtener una primitiva de esa forma es útil, porque entonces podemos usar la regla de Barrow
(corolario 4.31 o teorema 4.33) para calcular integrales; por eso dedicaremos este tema a estudiar métodos
de encontrar primitivas de funciones de esta segunda forma: buscaremos primitivas que puedan expresarse
como suma, producto y composición de funciones polinómicas, racionales, trigonométricas, exponenciales,
logarítmicas y sus inversas. A esas funciones se les llama en este contexto funciones elementales, por
tanto lo que buscamos son primitivas elementales. (Con esa definición de ‘función elemental’, una función
‘sencilla’ como, por ejemplo, la función parte entera, E(x) = parte entera de √ x, no es, o no parece por lo
menos, elemental, pero una función como, por ejemplo, f : R → R, f (x) = x4 + earctan(1−log(x2 +1)) , sí
es una función ‘elemental’.)
Hay que señalar de todas formas, que aunque una función sea elemental puede que no tenga una
2
primitiva elemental. Por ejemplo, la función f (x) = e−x es continua y por tanto, como hemos dicho
Rx 2
en el párrafo anterior, tiene una primitiva en R : la función F (x) = 0 e−t dt es una primitiva de f . Sin
embargo, se puede demostrar (no es fácil) que F no es una función elemental. Por tanto para la función
2
f (x) = e−x no existe una primitiva que sea una función elemental. Nótese, sin embargo (¡lo reecalcamos
Rx 2
otra vez!), que F (x) = 0 e−t dt es una función ‘perfectamente definida’. . . el único ‘problema’ es
que para calcular su valor en un x hay, en principio, que calcular sumas superiores, sumas inferiores, etc..
Esa función F es importante y tiene un nombre: se le llama función error y se nota por erf 1 .
1 En realidad se le da ese nombre a un cierto múltiplo de la F anterior: erf(x) = √2 F (x).
π

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92 CÁLCULO DE PRIMITIVAS. INTEGRALES IMPROPIAS

Notación: Aunque “primitivas” e “integrales” no son la misma cosa, están, como hemos visto, muy R
relacionadas; eso hizo que para denotar a las primitivas de una función se tomase
R el mismo símbolo “ ”
que se usa en la notación de integrales: dada f : I → R, con el símbolo f (x) dx (sin “extremos”) se
designa a una primitiva de f en I ó incluso al conjunto de todas las primitivas de f en I.
Como ya sabemos, si g 0 (x) = h0 (x) para todo x ∈ I, existe una constante c ∈ R tal que h(x) = g(x) + c
para todo x ∈ I. Entonces, conocida una primitiva de f en I, F , se Rconoce el conjunto de todas las
primitivas de f en I, {F + c : c ∈ R}. Así, cuando escribamos F (x) = f (x) dx estaremos diciendo que
F 0 (x) = f (x) para todo x de Run cierto intervalo. Hay que tener mucho cuidado entonces, ya que el signo
“=” en la expresión F (x) = f (x)dx solo significa eso: F 0 (x) = f (x) para todo x de un cierto intervalo.
No debemos tratarlo rigurosamente como una igualdad. Por ejemplo, las expresiones
Z Z
π
sen x dx = − cos x y sen x dx = − cos x +
3
son ambas correctas, pero no se puede deducir que − cos x = − cos x + π3 , que (obviamente) es falso.
La relación entre primitivas e integrales ha hecho también que muchas veces se diga “calcular la integral
de . . . ” cuando en realidad se debería decir “hallar una primitiva de . . . ”. El contexto debe dejar claro de
qué se trata pero, . . . lo repetimos una vez más, hay que saber distinguir claramente los conceptos
de integral y primitiva.

Propiedades elementales
Las propiedades de las derivadas nos dan de manera inmediata propiedades de las primitivas:
1. Si F es una primitiva de f en I y G es una primitiva de g en I entonces F + G es una primitiva de
f + g en I, ya que (F + G)0 (x) = F 0 (x) + G0 (x) = f (x) + g(x), para todo x ∈ I . Es decir,
Z Z Z
(f (x) + g(x)) dx = f (x) dx + g(x) dx .

2. Si F es una primitiva de f en I y c ∈ R entonces cF es una primitiva de cf en I, ya que (cF )0 (x) =


cF 0 (x) = cf (x), para todo x ∈ I. Es decir,
Z Z
cf (x) dx = c f (x) dx .

5.2. Primitivas inmediatas


Son las que se obtienen directamente a partir de las derivadas de las funciones elementales. A conti-
nuación damos una lista de este tipo de primitivas, sin preocuparnos demasiado de especificar el intervalo
(solo lo haremos en algunos casos).
xα+1
Z
• xα dx = , para todo α ∈ R con α 6= −1.
α+1
Z
1
• dx = log x en (0, ∞).
x Z
1
En este caso, también podemos decir que dx = log(−x) en (−∞, 0) (basta derivar log(−x) para
x Z
1
comprobarlo). Por eso normalmente se escribe dx = log |x| y lo que se debe entender es que
x
1
log |x| es una primitiva de en (0, ∞) y también lo es en (−∞, 0).
x
Z
• ex dx = ex .

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5.3 Calculo de primitivas por partes 93

ax
Z
• ax dx = , para todo a > 0 con a 6= 1.
log a
Z
• sen x dx = − cos x.
Z
• cos x dx = sen x.
Z
1
• dx = tan x.
cos2 x
Z
• (1 + tan2 x) dx = tan x.
Z
1
• dx = arctan x.
1 + x2
Z
1
• √ dx = arc sen x en (−1, 1).
1 − x2 Z
1
[También es verdad que √ dx = − arc cos x en (−1, 1), pero ya sabemos que no podemos concluir de
1 − x2
π
eso que arc sen x = − arc cos x que, de hecho, es falso. En realidad lo que se cumple es arc sen x = −arc cos x.
2
Justificar esto usando las propiedades de las razones trigonométricas de ángulos complementarios.]

Ejemplos:
Z √
5
Z Z Z
x3 x8/5
1. (7x + 5 sen x + x ) dx = 7 x dx + 5 sen x dx + x3/5 dx = 7
2 3 2
− 5 cos x + .
3 8/5
2x2 − 3 2(x2 + 1) − 5
Z Z Z Z
5
2. dx = dx = 2 dx − dx = 2x − 5 arctan x .
1 + x2 1 + x2 1 + x2

5.3. Calculo de primitivas por partes


El método de calculo de primitivas por partes (o de integración por partes como se suele decir) es un
procedimiento que se basa en la fórmula de la derivada del producto de dos funciones derivables.
5.2 Teorema. Sean u y v dos funciones que tienen derivada continua en un intervalo I. Entonces
Z Z
u(x)v (x) dx = u(x)v(x) − u0 (x)v(x) dx .
0

Demostración. Como u y v son derivables en I se tiene que uv es derivable en I y, por la regla de derivación
del producto, (uv)0 (x) = u0 (x)v(x)+u(x)v 0 (x), para todo x ∈ I. Entonces u(x)v 0 (x) = (uv)0 (x)−u0 (x)v(x),
para todo x ∈ I. Como además u0 y v 0 son continuas en I, se tiene que uv 0 , u0 v y (uv)0 son continuas en
I y, por tanto, tienen primitiva en I. Entonces, por las propiedades elementales,
Z Z Z Z
u(x)v 0 (x)dx = (uv)0 (x)dx − u0 (x)v(x)dx = u(x)v(x) − u0 (x)v(x)dx.

Como consecuencia de la regla de Barrow se tiene el siguiente corolario.


5.3 Corolario (Fórmula de integración por partes).
Sean u y v dos funciones con derivada continua en [a, b]. Entonces
Z b Z b
u(x)v 0 (x) dx = u(b)v(b) − u(a)v(a) − u0 (x)v(x) dx .
a a

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94 CÁLCULO DE PRIMITIVAS. INTEGRALES IMPROPIAS

Ejemplos:
Z
1. xex dx.
Sean u(x) = x y v 0 (x) = ex . Entonces u0 (x) = 1. Tomemos v(x) = ex . Entonces estamos en las
condiciones del teorema. Por tanto,
Z Z Z
xex dx = u(x)v 0 (x) dx = u(x)v(x) − u0 (x)v(x) dx
Z
= xex − ex dx = xex − ex = ex (x − 1) .

En la práctica simplificaremos este tipo de cálculo así:


Z Z
xex dx = xex − ex dx = xex − ex = ex (x − 1) ,

u0 (x) = 1
 
u(x) = x,
∗ 0 .
v (x) = e , v(x) = ex
x
Z
2. xn ex dx, con n ∈ N.

u(x) = xn , u0 (x) = nxn−1


Z Z  
n x n x n−1 x
x e dx = x e − n x e dx , ∗ .
∗ v 0 (x) = ex , v(x) = ex

Si llamamos Fn (x) a una primitiva de xn ex , lo que tenemos es

Fn (x) = xn ex − nFn−1 (x) .

Las fórmulas de este tipo se llaman fórmulas de reducción. Si aplicamos esta fórmula a Fn−1 obtenemos

Fn (x) = xn ex − nFn−1 (x) = xn ex − n(xn−1 ex − (n − 1)Fn−2 (x))


= xn ex − nxn−1 ex + n(n − 1)Fn−2 (x) .
Z
Aplicando esta fórmula un número finito de veces resolvemos el problema, ya que F1 (x) = xex ya lo
hemos resuelto.
Z
3. ex sen x dx.
Si calculamos por partes se obtiene:
u0 (x) = cos x
Z Z  
u(x) = sen x,
e sen x dx = e sen x − ex cos x dx ,
x x
∗ .
∗ v 0 (x) = ex , v(x) = ex
Z
Apliquemos de nuevo el método para calcular ex cos x dx:
Z Z  Z 
ex sen x dx = ex sen x − ex cos x dx = ex sen x − ex cos x + ex sen x dx ,
∗∗

u(x) = cos x, u0 (x) = − sen x


 
∗∗ .
v 0 (x) = ex , v(x) = ex
Si llamamos F (x) a una primitiva de ex sen x, lo que tenemos es F (x) = ex sen x − ex cos x − F (x) ,
de donde,
ex (sen x − cos x)
F (x) = .
2

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5.4 Cálculo de primitivas por sustitución 95

Z
4. log x dx.
Algunas veces da la impresión de que no tenemos el producto u(x)v 0 (x), como en este caso, en el que
solo aparece una función, log x. Siempre podemos tomar v 0 (x) = 1. Veamos.
Z Z
log x dx = x log x − 1 dx = x log x − x = x(log x − 1) ,

u(x) = log x, u0 (x) = x1


 
∗ .
v 0 (x) = 1, v(x) = x

5.4. Cálculo de primitivas por sustitución


La regla de la cadena nos da inmediatamente un resultado sobre primitivas. En efecto, la regla nos
dice que si I y J son intervalos en R y u : I → R y F : J → R son derivables y se cumple que u(I) ⊂ J,
entonces F ◦ u es derivable y

(F ◦ u)0 (x) = F 0 (u(x))u0 (x) , x∈I .

Entonces, si F es una primitiva de una cierta f : J → R, es decir si F 0 = f , la igualdad anterior nos dice
que
F ◦ u es una primitiva de (f ◦ u) · u0 en I.
Escribamos eso como teorema
5.4 Teorema. Sean I y J dos intervalos en R y sean u : I → R y f : J → R tales que
(i) u es derivable en I.
(ii) u(I) ⊂ J.
(iii) f es continua en J.
Si F es una primitiva de f en J entonces F ◦ u es una primitiva de (f ◦ u) · u0 en I.
Demostración. Es simplemente lo que acabamos de razonar por la regla de la cadena: hay que ver que
(F ◦u)0 (x) = (f ◦u)(x)·u0 (x) para todo x ∈ I. Como F es una primitiva de f en J, se tiene que F 0 (t) = f (t)
para todo t ∈ J, en particular, para todo x ∈ I se tiene que u(x) ∈ J luego F 0 (u(x)) = f (u(x)). Por la
regla de la cadena,

(F ◦ u)0 (x) = F 0 (u(x))u0 (x) = f (u(x))u0 (x) = (f ◦ u)(x) · u0 (x).

El resultado anterior podemos escribirlo como


Z Z 
0
(5.5) (f ◦ u)u = f ◦u .

Por tanto Z
para calcular f (u(x)) u0 (x) dx
Z
podemos calcular (si es más fácil) f (t) dt y a la función que obtengamos la componemos con u.
Z
Ejemplo: Vamos a calcular ex sen(ex ) dx .

Nos damos cuenta de que ex sen(ex ) = f (u(x))u0 (x) ,


donde f (t) = sen t y u(x) = ex . El teorema anterior nos dice que si

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96 CÁLCULO DE PRIMITIVAS. INTEGRALES IMPROPIAS

Z
- calculamos una primitiva de f : eso es fácil, F (t) = sen(t) dt = − cos t;
- la componemos con u, es decir hacemos F (u(x)) = − cos(ex );
0 x x
Z es una primitiva de f (u(x)) u (x) = e sen(e ).
- entonces lo que se obtiene
Por tanto hemos hallado ex sen(ex ) dx = − cos(ex ).

Notación. Normalmente, la manera de organizar lo anterior es la siguiente:


Z
• El problema es hallar f (u(x))u0 (x) dx.

• “Sustituimos u(x) por t y u0 (x)dx por dt” ó, como también se suele decir, “hacemos el cambio
u(x) = t y u0 (x)dx = dt”.
(Eso solo significa que reconocemos que la función de la que buscamos una primitiva viene de componer
una cierta f con una u y multiplicar por u0 . Las “igualdades del cambio” no tienen sentido porque para
nosotros dx ó dt son solo símbolos que nos indican cuál es la variable en una cierta función.)
Z
• Se halla f (t) dt = F (t) mediante algún método.

• “Deshacemos el cambio” : F (u(x)) es solución del problema inicial.


(Tampoco “deshacemos” nada, simplemente componemos con u siguiendo la idea clave de la regla de la
cadena.)
Es habitual escribir simbólicamente todo lo anterior como
Z Z
0
f (u(x))u (x) dx = f (t) dt = F (t) = F (u(x)) .
(5.6)

u(x) = t , u0 (x) dx = dt
Nótese que esas igualdades no son igualdades: en la primera, por ejemplo, el término de la izquierda es una
primitiva de (f ◦ u) · u0 y el de la derecha es una primitiva de f : no son iguales. De todas formas, sabiendo
lo que realmente estamos haciendo, podemos escribir todo en la forma tradicional, que es cómoda. . . y que
parece inamovible.
Veamos algunos ejemplos más, escritos de esa manera:
Z Z
2
Ejemplos: 1. Calculemos xe−x dx ≡ f (x) dx.

Parece que conviene tomar u(x) = −x2 , con lo cual u0 (x) = −2x; esto último no aparece
exactamente en f (x) pero las propiedades elementales resuelven el problema:
Z Z Z
2 1 2 1 1 1 2
xe−x dx = − (−2x)e−x dx = − et dt = − et = − e−x .
2 2 2 2

−x2 = t , (−2x)dx = dt
Z
2. Vamos a calcular tan x dx.

− sen x
Z Z Z
1
tan x dx = − dx = − dt = − log |t| = − log | cos x| .
cos x t

cos x = t , − sen xdx = dt

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5.4 Cálculo de primitivas por sustitución 97

Si usamos el teorema anterior y la regla de Barrow se obtiene un corolario sobre integrales


5.7 Corolario. Sean u : [a, b] → R y f : [c, d] → R tales que
(i) u tiene derivada continua en [a, b].
(ii) u([a, b]) ⊂ [c, d].
(iii) f es continua en [c, d].
Entonces Z b Z u(b)
f (u(x))u0 (x) dx = f (t) dt .
a u(a)

Demostración. Como f es continua en [c, d], tiene alguna primitiva F en [c, d]. En particular f es continua
en el intervalo cerrado de extremos u(a) y u(b). Entonces, por la regla de Barrow,
Z u(b)
t=u(b)
f (t) dt = F (t)]t=u(a) = F (u(b)) − F (u(a)) .
u(a)

También se tiene que (f ◦ u) · u0 es continua en [a, b] y, por el teorema anterior, F ◦ u es una primitiva de
(f ◦ u) · u0 en [a, b] luego
Z b
x=b
f (u(x))u0 (x) dx = F ◦ u(x)]x=a = F (u(b)) − F (u(a)) .
a

Se cumple por tanto la igualdad del enunciado.

5.4.1. Cáculo de primitivas por sustitución con u invertible


Z
La fórmula (5.5) puede usarse también en sentido inverso: Si queremos calcular f (t) dt ≡ F (t), po-
Z
demos calcular f (u(x))u0 (x) dx ≡ G(x), con una u adecuada, que elegimos para que esa primitiva
sea fácil, y entonces sabemos que G = F ◦ u; por tanto, si u tiene inversa, se cumplirá que F = G ◦ u−1 .
Es decir, siguiendo con la notación de (5.5), podemos escribir
Z Z 
f= (f ◦ u) u0 ◦ u−1 .

Como normalmente la variable original es “x”, lo anterior en ‘forma tradicional’ se puede escribir:
Z Z
f (x) dx = (f ◦ u)(t) u0 (t) dt ≡ G(t) = G(u−1 (x)) .

Tenemos por tanto el siguiente teorema

5.8 Teorema. Sean I, J intervalos y sean f : J → R y u : I → u(I) = J tales que


(i) f es continua en J.
(ii) u es derivable en I con derivada continua en I, y tiene inversa, u−1 , derivable en J y con derivada
continua (u−1 )0 en J.
Si G es una primitiva de (f ◦ u) · u0 en I entonces G ◦ u−1 es una primitiva de f en J.
Demostración. (Nótese que (f ◦ u) · u0 es continua en I y por tanto tiene primitiva.)
Lo hemos razonado antes, pero vamos a probarlo de nuevo, comprobando la definición, es decir viendo
que (G ◦ u−1 )0 (x) = f (x). En efecto, G cumple que G0 (t) = f (u(t)) · u0 (t) para todo t ∈ I. En particular,
para todo x ∈ J se tiene que u−1 (x) ∈ I, luego, por la regla de la cadena, para todo x ∈ J se tiene
(G ◦ u−1 )0 (x) = G0 (u−1 (x)) · (u−1 )0 (x)
= f (u(u−1 (x))) · u0 (u−1 (x)) · (u−1 )0 (x)
= f (x) ,

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98 CÁLCULO DE PRIMITIVAS. INTEGRALES IMPROPIAS

donde la última igualdad se obtiene por ser u ◦ u−1 (x) = x, para todo x ∈ J y, por tanto,

u0 (u−1 (x)) · (u−1 )0 (x) = (u ◦ u−1 )0 (x) = 1 , para todo x ∈ J .

Con la ‘notación tradicional’ la forma de aplicar lo anterior es la siguiente:


Z
• El problema es calcular f (x) dx.

• ‘Sustituimos’ x por u(t) y dx por u0 (t)dt.

(Eso solo significa que reconocemos que la primitiva de (f ◦ u) · u0 parece más simple que la de f . Como
ya hemos dicho antes, las “igualdades del cambio” no tienen sentido porque para nosotros dx ó dt son solo
símbolos que nos indican quién es la variable en una cierta función.)
Z
• Se resuelve f (u(t)) u0 (t) dt mediante algún método.

• Si G(t) es solución del problema anterior, el teorema nos dice que, ‘deshaciendo el cambio’, G(u−1 (x))
es solución del problema inicial.

(Tampoco “deshacemos” nada, simplemente componemos con u−1 siguiendo el teorema.) En la práctica
lo escribimos así:
Z Z
f (x) dx = f (u(t))u0 (t) dt = G(t) = G(u−1 (x)) .
↑ ↑
x=u(t) t=u−1 (x)
dx=u0 (t) dt


Z
Ejemplos: 1. sen( x) dx. Parece que conviene hacer u(t) = t2 para que al componer quede sen t
(nótese que esa u tiene inversa si la consideramos en (0, ∞) ), así que tenemos

u : (0, ∞) → (0, ∞) , u(t) = t2 , u−1 : (0, ∞) → (0, ∞) , u−1 (x) = x.

Vamos a ‘sustituir’ x por t2 (es decir componemos f con u), y dx por 2tdt (es decir, multiplicamos por
u0 (t)). Esto es lo que hacemos:


Z Z  Z 
sen( x) dx = sen t 2t dt = 2 −t cos t + cos t dt =


√ w0 (t) = 1
 
2 w(t) = t,
x = t , x = t , dx = 2tdt , ∗ 0
v (t) = sen t, v(t) = − cos t

√ √ √
= −2t cos t + 2 sen t = −2 x cos( x) + 2 sen( x) .

√ √
Z
2. x x − 7 dx. En este caso conviene tomar u(t) = t + 7, que, al componer, convierte la raíz en t.
Así que estamos en la situación

u : (0, ∞) → (7, ∞) , u(t) = t + 7 , u−1 : (7, ∞) → (0, ∞) , u−1 (x) = x − 7 .

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5.5 Primitivas de funciones racionales 99

Vamos a ‘sustituir’ x por t + 7 (es decir componemos f con u) y dx por dt (es decir, multiplicamos por
1 ≡ u0 (t)) Z

Z √ Z
x x − 7 dx = (t + 7) tdt = (t3/2 + 7t1/2 )dt =


x = t + 7 , t = x − 7 , dx = dt

t5/2 t3/2 2p 14 p
= +7 = (x − 7)5 + (x − 7)3 .
5/2 3/2 5 3
Z p
3. 1 − x2 dx. Elegimos u : (− π2 , π2 ) → (−1, 1) , u(t) = sen t .
Por tanto tenemos u−1 : (−1, 1) → (− π2 , π2 ) , u−1 (x) = arc sen x .
(Nótese que es clave elegir un intervalo en el que u es inyectiva y tal que imagen(u) ⊂ dominio(f ).) Con esa
u la composición, f (u(t)), es cos t (aquí usamos que cos t ≥ 0 si t ∈ [−π/2, π/2]), y f (u(t))u0 (t) = cos2 t.
Escrito en la forma tradicional: vamos a ‘sustituir’ x por sen t (es decir componemos f con u), y dx
por cos tdt (es decir, multiplicamos por u0 (t)),
Z p Z Z
1 − x2 dx = cos t cos tdt = cos2 t .


x = sen t , t = arc sen x ; dx = cos tdt

Si usamos que cos2 t = 21 (1 + cos 2t) se obtiene G(t) = 21 t + 14 sen 2t (en seguida veremos cómo hallar
primitivas de más funciones trigonométricas). Si ‘deshacemos el cambio’ (es decir, si componemos con
u−1 ) nos queda
1 1 p
F (x) = G(u−1 (x)) = arc sen x + x 1 − x2 .
2 2

5.5. Primitivas de funciones racionales


Comenzaremos calculando las primitivas de varios tipos concretos de funciones racionales (se les llama
fracciones simples).
A
(1) Primitivas de funciones de la forma , A, a ∈ R. Es claro que
x−a
Z
A
dx = A log |x − a| .
x−a
A
(2) Primitivas de funciones de la forma , A, a ∈ R y n ∈ N con n ≥ 2. Es claro que
(x − a)n

(x − a)−n+1
Z Z
A −n
dx = A (x − a) dx = A .
(x − a)n −n + 1

Ax + B
(3) Primitivas de funciones de la forma , con A, B, b, c ∈ R y x2 +bx+c polinomio irreducible
x2 + bx + c
(sin raíces reales).
Observemos en primer lugar que
A Ab
Ax + B 2 (2x + b) + B − 2 A 2x + b Ab 1
= = + (B − ) .
x2 + bx + c x2 + bx + c 2 x2 + bx + c 2 x2 + bx + c

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100 CÁLCULO DE PRIMITIVAS. INTEGRALES IMPROPIAS

 2
b
Por ser x2 + bx + c un polinomio irreducible se tiene que b2 − 4c < 0. Entonces x2 + bx + c = x + +
r 2
b2 b b2
c− = (x + λ1 )2 + λ22 , donde λ1 = y λ2 = c − . Se tiene pues
4 2 4
Z Z Z
Ax + B A 2x + b Ab 1
dx = dx + (B − ) dx
x2 + bx + c 2 x2 + bx + c 2 x2 + bx + c
Z
A Ab 1
= log(x2 + bx + c) + (B − ) dx .
2 2 (x + λ1 )2 + λ22
Z
1
Calculemos entonces dx : Dividiendo por λ22 numerador y denominador y haciendo el
(x + λ1 )2 + λ22
x + λ1 1
cambio = t, dx = dt obtenemos
λ2 λ2
Z Z 1 Z
1 1 λ2 1 1
2 2 dx = 2 dx = dt
(x + λ1 ) + λ2 λ2 λ2 t2 +1

x+λ1
λ2 +1
 
1 1 x + λ1
= arctan t = arctan .
λ2 λ2 λ2

Ax + B
(4) Primitivas de funciones de la forma , con A, B, b, c ∈ R, n ∈ N, n ≥ 2 y x2 + bx + c
(x2 + bx + c)n
polinomio irreducible.
De forma similar al caso anterior tenemos
A Ab
Ax + B 2 (2x + b) + B − 2
=
(x + bx + c)n
2 (x2 + bx + c)n
A 2x + b Ab 1
= + (B − ) .
2 (x2 + bx + c)n 2 (x2 + bx + c)n

Entonces
Z Z Z
Ax + B A 2x + b Ab 1
dx = dx + (B − ) dx .
(x2 + bx + c)n 2 (x2 + bx + c)n 2 (x2 + bx + c)n

Por una parte


(x2 + bx + c)−n+1
Z
2x + b
dx = .
(x2 + bx + c)n −n + 1
r
b b2
Por otra parte, de forma similar al caso anterior con λ1 = y λ2 = c − , obtenemos
2 4
Z Z Z 1
1 1 1 λ2
dx = dx = 2n−1 n dx .
(x2 + bx + c)n ((x + λ1 )2 + λ22 )n
 2
λ2 x+λ1
λ2 + 1

x + λ1 1
Haciendo de nuevo el cambio de variable = t, dx = dt obtenemos
λ2 λ2
Z 1 Z
λ2 1
n dx = dt .
(t2 + 1)n
 2
x+λ1
λ2 +1

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5.5 Primitivas de funciones racionales 101

Z
1
Para terminar, calcularemos dt empleando una fórmula de reducción (y no olvidemos que por
(t2 + 1)n
último hay que deshacer el cambio).

1 + t2 − t2 1 + t2 t2
Z Z Z Z
1
dt = dt = − dt
(t2 + 1)n (t2 + 1)n (t2 + 1)n (t2 + 1)n
Z Z
1 1 2t
= dt − t dt .
(t2 + 1)n−1 2 (t2 + 1)n
En la primera primitiva hemos reducido un grado. La segunda se resuelve usando integración por partes:
Z Z
2t t 1 1
t dt = − dt .
(t2 + 1)n ∗ (1 − n)(t2 + 1)n−1 1−n (t2 + 1)n−1

u0 (t) = 1
 
u(t) = t,

v 0 (t) = (t2 +1)
2t
n, v(t) = (1−n)(t12 +1)n−1
Z
1
Si llamamos Fn (t) = dt, hemos obtenido
(t + 1)n
2

 
1 t
Fn (t) = Fn−1 (t) 1 + +
2(1 − n) 2(n − 1)(t2 + 1)n−1
2n − 3 t
= Fn−1 (t) + .
2n − 2 2(n − 1)(t2 + 1)n−1
Usando esa fórmula de reducción un número finito de veces se resuelve el problema.

Una vez que sabemos calcular las primitivas de las fracciones simples pasamos a calcular primitivas
P (x)
de funciones racionales cualesquiera. Consideremos pues f (x) = , donde P y Q son polinomios. Si el
Q(x)
P (x)
grado de P es mayor o igual que el grado de Q, sabemos que se expresa de forma única como
Q(x)

P (x) R(x)
= C(x) + ,
Q(x) Q(x)

donde C(x) y R(x) son también polinomios y el grado de R es menor que el grado de Q. Entonces,
Z Z Z
P (x) R(x)
dx = C(x) dx + dx .
Q(x) Q(x)

P (x)
Por lo tanto, solo nos falta saber calcular primitivas de funciones racionales con el grado de P
Q(x)
menor que el grado de Q. Esto está garantizado según el siguiente teorema, que corresponde probar en
otras asignaturas, nosotros solo vamos a utilizarlo.
5.9 Teorema. Toda función racional en la que el grado del numerador es menor que el grado del deno-
minador se expresa de forma única como suma finita de funciones racionales de los tipos (1), (2), (3) y
(4), es decir, como suma finita de fracciones simples.

A continuación realizaremos una descripción de la forma en que se obtienen las fracciones simples a
partir de una función racional dada.
La descomposición de una función racional (con grado del numerador menor que el del denominador)
como suma de fracciones simples, depende de la factorización del polinomio denominador. Todo polinomio

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102 CÁLCULO DE PRIMITIVAS. INTEGRALES IMPROPIAS

con coeficientes reales se expresa de forma única (salvo multiplicación por constantes) como producto de
polinomios de grado 1 y de grado 2 irreducibles.
P (x)
Supongamos que queremos expresar como suma de fracciones simples la función racional con el
Q(x)
grado de P menor que el grado de Q. Supongamos que conocemos la factorización del denominador Q(x).
Entonces:

• Si en la factorización de Q(x) aparece x − a con exponente exactamente 1, en la descomposición en


P (x) A
fracciones simples de aparece una fracción del tipo .
Q(x) x−a
• Si en la factorización de Q(x) aparece x − a con exponente exactamente n, en la descomposición en
P (x)
fracciones simples de aparecen n fracciones simples:
Q(x)

A1 A2 An
, ,..., ,
x − a (x − a)2 (x − a)n

donde algunas de las constantes A1 , A2 , . . . , An pueden ser 0.

• Si en la factorización de Q(x) aparece el polinomio irreducible x2 + bx + c con exponente exacta-


P (x)
mente 1, en la descomposición en fracciones simples de aparece una fracción del tipo
Q(x)

Ax + B
.
x2 + bx + c

• Si en la factorización de Q(x) aparece el polinomio irreducible x2 + bx + c con exponente exacta-


P (x)
mente n, en la descomposición en fracciones simples de aparecen n fracciones simples:
Q(x)

A1 x + B1 A2 x + B 2 An x + B n
, ,..., 2 ,
x2 + bx + c (x2 + bx + c)2 (x + bx + c)n

donde algunos de los números A1 , B1 , A2 , B2 . . . , An , Bn pueden ser 0.

P (x)
En resumen, para calcular una primitiva de actuamos de la siguiente forma:
Q(x)
(i) Si el grado de P es mayor o igual que el grado de Q, dividimos estos polinomios.
(ii) Si el grado de P es menor que el de Q, factorizamos Q.
P (x)
(iii) Expresamos como suma de fracciones simples.
Q(x)
(iv) Integramos cada fracción simple.

Z
5x
Ejemplos: 1. dx.
(x − 1)2
5x
Como el grado del numerador es menor que el del denominador, procedemos a descomponer
(x − 1)2
como suma de fracciones simples.

5x A1 A2 A1 (x − 1) + A2 A1 x + A2 − A1
2
= + 2
= 2
= .
(x − 1) x − 1 (x − 1) (x − 1) (x − 1)2

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5.6 Primitivas de funciones trigonométricas 103

Entonces, A1 = 5 y A2 − A1 = 0, de donde A2 = A1 = 5. Por lo tanto,


5x 5 5
= + ,
(x − 1)2 x − 1 (x − 1)2

luego Z Z Z
5x 5 5 5
dx = dx + dx = 5 log |x − 1| − .
(x − 1)2 x−1 (x − 1)2 x−1

3x2 − 5x + 3
Z
2. dx.
(x − 2)(x2 + 1)

El grado del numerador es 2 y el del denominador 3. El denominador está factorizado, ya que x2 + 1


3x2 − 5x + 3
es irreducible. Expresemos entonces como suma de fracciones simples.
(x − 2)(x2 + 1)

3x2 − 5x + 3 A Bx + C A(x2 + 1) + (Bx + C)(x − 2)


2
= + 2 = .
(x − 2)(x + 1) x−2 x +1 (x − 2)(x2 + 1)

Entonces

3x2 − 5x + 3 = A(x2 + 1) + (Bx + C)(x − 2) = (A + B)x2 + (C − 2B)x + A − 2C .



 A+B =3
De donde C − 2B = −5 . Se resuelve este sistema y resulta A = 1, B = 2, C = −1. Por lo
A − 2C = 3

tanto,
3x2 − 5x + 3 2x − 1
Z Z Z
1
dx = dx + dx
(x − 2)(x2 + 1) x−2 x2 + 1
Z Z
2x 1
= log |x − 2| + 2
dx − 2
dx
x +1 x +1
= log |x − 2| + log(x2 + 1) − arctan x .

5.6. Primitivas de funciones trigonométricas


En esta sección estudiaremos algunas técnicas que pueden ser útiles para calcular primitivas de fun-
ciones definidas a partir de funciones trigonométricas.
• Una primera opción es probar si alguno de los cambios u(x) = sen x = t ó u(x) = cos x = t nos
soluciona el problema.

Z
Ejemplos: 1. sen3 x cos4 x dx.
Z Z
sen3 x cos4 x dx = sen x sen2 x cos4 x dx
Z
= − − sen x(1 − cos2 x) cos4 x dx


cos x=t , − sen x dx=dt

t5 t7 cos5 x cos7 x
Z
=− (t4 − t6 ) dt = − + =− + .
5 7 5 7

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104 CÁLCULO DE PRIMITIVAS. INTEGRALES IMPROPIAS

cos3 x
Z
2. dx
sen4 x
cos3 x cos2 x 1 − sen2 x
Z Z Z
dx = cos x dx = cos x dx
sen4 x 4
sen x sen4 x
1 − t2 t−3 t−1
Z Z
−4 −2
= dt = (t − t ) dt = −
t4 −3 −1

sen x = t , cos x dx = dt
−1 1
= 3
+ .
3 sen x sen x
• Si las sustituciones anteriores no solucionan el problema (por ejemplo cuando el seno y el coseno
aparecen ambos con exponente par) se puede probar con el cambio de variable u(x) = tan x = t.
Z
1
Ejemplos: 1. dx
sen2 x cos4 x
(1 + tan2 x)2 (1 + t2 )2
Z Z Z
1 2
2 4
dx = 2 (1 + tan x) dx = dt
sen x cos x ∗ tan x t2

2x
∗{ cos12 x =1+tan2 x ; 1
sen2 x
= 1+tan
tan2 x
} tan x=t , (1+tan2 x)dx=dt

1 + t4 + 2t2 1 t3
Z Z
= 2
dt = (t−2 + t2 + 2) dt = − + + 2t
t t 3
1 tan3 x
=− + + 2 tan x .
tan x 3
Z
1
2. dx.
sen2 x
1 + tan2 x
Z Z Z
1 1 1 1
dx = dx = dt = − = − .
sen2 x tan2 x t2 t tan x

tan x = t , (1 + tan2 x)dx = dt
Nótese que los cambios en los dos puntos anteriores son del tipo del teorema 5.4, por tanto no debemos
preocuparnos por la inyectividad o no de la función u.

• Si nada de lo anterior funciona, se puede probar con el cambio “x = 2 arctan t”.


Este cambio es del tipo que vimos en el teorema 5.8. Aplicamos ese teorema con u(t) = 2 arctan t,
y, por tanto con u−1 (x) = tan x2 . Es importante (como siempre que hacemos un cambio así) establecer
los dominios de u y u−1 . En este caso sabemos que la función tangente es una biyección de (− π2 , π2 ) a
(−∞, ∞) y por tanto arctan una biyección de R a (− π2 , π2 ), en consecuencia u es una biyección de R a
(−π, π).
Con la notación tradicional tenemos lo siguiente:
x 2
x = 2 arctan t = u(t) , t = tan = u−1 (x) ; dx = u0 (t)dt = dt .
2 1 + t2
La utilidad de este cambio está en que al componer las funciones trigonométricas con esa u se obtienen
funciones racionales. Dicho en la forma clásica: el cambio “x = 2 arctan t” transforma sen x, cos x y tan x,
en funciones racionales. En efecto, calculemos
sen(2 arctan t) , cos(2 arctan t) , tan(2 arctan t).

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5.6 Primitivas de funciones trigonométricas 105

Usaremos la identidad cos2 α + sen2 α = 1 y las fórmulas trigonométricas de ‘los ángulos dobles’:
sen(2α) = 2 sen α cos α , cos(2α) = cos2 α − sen2 α ,
• Usando la fórmula para sen 2α y dividiendo por 1 = cos2 α + sen2 α obtenemos
2 sen α cos α
sen(2α) = 2 sen α cos α = ;
cos2 α + sen2 α
si cos α 6= 0 podemos dividir numerador y denominador por cos2 α y nos queda
2 tan α
sen(2α) = .
1 + tan2 α
Aplicando eso a α = arctan t (que cumple que cos α 6= 0 porque arctan t ∈ (− π2 , π2 )) vemos que
2 tan(arctan t) 2t
sen(2 arctan t) = = .
1 + tan2 (arctan t) 1 + t2
• Análogamente, usando la fórmula para cos 2α (. . . y como antes ‘dividiendo por 1’) obtenemos
cos2 α − sen2 α
cos(2α) = cos2 α − sen2 α = ;
cos2 α + sen2 α
como antes, si cos α 6= 0 nos queda
1 − tan2 α
cos(2α) =
1 + tan2 α
y para α = arctan t queda
1 − tan2 (arctan t) 1 − t2
cos(2 arctan t) = 2 = .
1 + tan (arctan t) 1 + t2
• Por último, se tiene
2t
1+t2 2t
tan(2 arctan t) = 1−t2
= .
1+t2
1 − t2
Resumiendo el cambio “x = 2 arctan t” transforma
2t 1 − t2 2t
sen x → , cos x → , tan x → .
1 + t2 1 + t2 1 − t2

Ejemplo:
Z Z Z Z
1 1 2 2 2
dx = 1−t2
· dt = dt = dt
3 + 2 cos x ↑ 3 + 2 1+t2 1 + t2 3(1 + t ) + 2(1 − t2 )
2 t2 +5
x=2 arctan t

2
Z
1 2  √  2

tan x2

= √ dt = √ arctan t/ 5 = √ arctan √ .
5 (t/ 5)2 + 1 5 ↑ 5 5
x
t=tan 2
 x 
2 tan 2 1
Hay que recalcar que esa función, g(x) = √ arctan √ , es una primitiva de f (x) =
5 5 3 + 2 cos x
en el intervalo (−π, π), dominio de u−1 . Eso es importante si vamos a usar la primitiva para calcular
una integral. Por ejemplo, si queremos calcular
Z 2π
1
dx
0 3 + 2 cos x
y usamos lo anterior sin pensar, obtendríamos que esa integral vale g(2π) − g(0) = 0 − 0 = 0 , que es
R 2π
claramente incorrecto porque f (x) > 0 para todo x ∈ [0, 2π] y por tanto 0 f > 0.

Como ejercicio calcular la integral anterior (la solución es √
5
). Hallar también, si es posible, una
primitiva de f que esté definida, por ejemplo, en (π, 3π).

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106 CÁLCULO DE PRIMITIVAS. INTEGRALES IMPROPIAS

5.7. Integrales impropias


En la teoría de la integral de Riemann que hemos desarrollado, solo se consideran funciones acotadas
definidas en intervalos acotados. En esta sección consideraremos funciones f : I → R, con I un intervalo,
que sean no acotadas y/o con I no acotado ¿Se puede R extender la definición de integral de manera
razonable a esas funciones? En ese caso diríamos que I f es un integral impropia.
Para ver cómo podríamos hacer eso, empecemos con algunos ejemplos:
Ejemplo: Sea f : (0, 1] → R definida for f (x) = √1x . Esta función no está acotada en (0, 1]. Ahora bien,
para todo s ∈ (0, 1), f es integrable-Riemann en [s, 1] y, además,
Z 1 √ √ √
f (x) dx = 2 1 − 2 s = 2 − 2 s,
s

ya que la función h definida por h(x) = 2 x (x ∈ (0, 1]) es una primitiva de f . Se cumple que
Z 1
lı́m+ f (x) dx = 2.
s→0 s
R1
Parece ‘natural’ entonces definir 0
f (x) dx = 2.
Ejemplo: Sea f : [1, ∞) → R definida por f (x) = x12 . Esta función está acotada pero su intervalo de
definición no está acotado. Para cada s > 1 se tiene que f es continua, (y, por tanto, integrable) en [1, s].
Además, aplicando la regla de Barrow, se tiene
Z s s
1 −1 1
2
dx = = 1 − → 1, cuando s → +∞.
1 x x 1 s
R∞ 1
Resulta entonces ‘natural’ definir 1 x2 dx = 1.
Ejemplo: Sea f : [1, ∞) → R definida por f (x) = x1 . Para cada s > 1 se tiene que f es continua, (y, por
tanto, integrable) en [1, s]. Además, aplicando la regla de Barrow, se tiene
Z s
1 s
dx = log x]1 = log s → +∞, cuando s → +∞.
1 x
R∞ R∞
Resulta entonces ‘natural’ decir que 1 x1 dx no está definida, o mejor decir que ‘ 1 x1 dx diverge’.
Ejemplo: Sea f : (0, 1] → R definida por f (x) = x1 . Esta función no está acotada en (0, 1] y es integrable
en [s, 1] para todo s ∈ (0, 1). Además,
Z 1
1 1
dx = log x]s = − log s, s ∈ (0, 1).
s x
Por tanto, Z 1
1
lı́m dx = +∞.
s→0+ s x
R1 1
Parece entonces también natural decir que 0 x
dx diverge.
Ejemplo: Sea f : [0, ∞) → R definida por f (x) = sen x. Para cada s > 0 se tiene
Z s
s
sen x dx = − cos x]0 = − cos s + 1 .
0
Rs
Sabemos que lı́ms→+∞ cos s no existe ni es ∞ (¿por qué?) y por tanto el límite lı́ms→∞ 0
sen x dx no
R∞
existe ni es ∞. Resulta entonces natural decir que 0 sen x dx no converge.

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5.7 Integrales impropias 107

5.10 Definición.
(i) Sea a ∈ R y sea b un número real mayor que a, o bien b = +∞. Sea f : [a, b) → R con f ∈ R([a, c])
para todo [a, c] ⊂ [a, b), es decir f es integrable Riemann en todo [a, c] ⊂ [a, b) (esa condición la cumple,
por ejemplo, cualquier f continua). Entonces:
Rs Rb
• Si lı́ms→b− a f (x) dx existe (en R) se dice que la integral impropia a f (x) dx converge y que
Z b Z s
f (x) dx = lı́m f (x) dx.
a s→b− a
Rs Rb
• Si lı́ms→b− a f (t) dt = +∞ (respectivamente −∞), se dice que la integral impropia a
f (x) dx
diverge y que
Z b
f (x) dx = +∞ (respectivamente −∞).
a
Rs Rb
• Si lı́ms→b− a f (x) dx no existe, se dice que la integral impropia a f (x) dx no converge.
Nota: si b = +∞ entendemos que lı́ms→b− quiere decir lı́ms→+∞ .
(ii) Sea b ∈ R y sea a un número real menor que b, o bien a = −∞. Sea f : (a, b] → R una función con
f ∈ R([c, b]) para todo [c, b] ⊂ (a, b].
Rb Rb
• Si lı́ms→a+ s f (x) dx existe (es un número real), se dice que la integral impropia a f (x) dx con-
verge y que
Z b Z b
f (x) dx = lı́m f (x) dx.
a s→a+ s
Rb Rb
• Si lı́ms→a+ s f (x) dx = +∞ (respectivamente −∞), se dice que la integral impropia a
f (x) dx
diverge y que
Z b
f (x) dx = +∞ (respectivamente −∞).
a
Rb Rb
• Si lı́ms→a+ s
f (x) dx no existe, se dice que la integral impropia a
f (x) dx no converge.
(iii) Sean −∞ ≤ a < b ≤ +∞ y f : (a, b) → R una función con f ∈ R([α, β]) para todo [α, β] con
a < α < β < b.
Rb
• Se dice que la integral impropia a f es convergente si dado c ∈ (a, b) se tiene que las integrales
Rc Rb
a
f y c f son convergentes. En tal caso se define
Z b Z c Z b
f = f + f.
a a c
Rb
• Se dice que la integral de f en (a, b) diverge a +∞ y que a f (x) dx = +∞ , si una de las integrales
Rc Rb
a
f , c f diverge a +∞ y la otra ó converge ó diverge también a +∞.
Análogamente se define la divergencia a −∞.
Rb
• En los demás casos simplemente se dice que la integral a f no converge.
Nota: es un simple ejercicio comprobar que la definición en (iii) no depende del c elegido.
R0 1
Ejemplo: Veamos si converge −∞ 1+x2
dx.
Z 0
1 0
2
dx = arctan(x)]s = − arctan(s) ,
s 1 + x
Z 0 Z 0
1 1 π
por tanto dx = lı́m dx = lı́m − arctan s = .
−∞ 1 + x2 s→−∞ s 1 + x2 s→−∞ 2

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108 CÁLCULO DE PRIMITIVAS. INTEGRALES IMPROPIAS

R∞
5.11 Ejemplo: Veamos si converge 0
e−x dx.
Z s s
e−x dx = −e−x 0
= −e−s + 1 ,
0
R∞ Rs
por tanto 0
e−x dx = lı́ms→+∞ 0
e−x dx = lı́ms→∞ (−e−s + 1) = 1 .
5.12 Ejemplo: (Importante) Sea a ∈ R. Es fácil comprobar que
Z ∞
1
la integral a
dx converge si y solo si a > 1 y se tiene
1 x
Z ∞ Z ∞
1 1 1
a
dx = , si a > 1 , dx = +∞, si a ≤ 1.
1 x a−1 1 xa
5.13 Ejemplo: (Importante) Sea a ∈ R. Es fácil comprobar que
Z 1
1
la integral a
dx converge si y solo si a < 1, y se tiene
0 x
Z 1 Z 1
1 1 1
a
dx = , si a < 1 , a
dx = +∞, si a ≥ 1.
0 x 1 − a 0 x
Ejercicio: Sea a ∈ R. Estudiar la convergencia de las integrales
Z ∞ Z 1
log x log x
a
dx , dx .
1 x 0 xa

Linealidad de las integrales impropias


Dejamos como ejercicio comprobar que las integrales impropias (de cualquier tipo) que son convergen-
tes, tienen las mismas propiedades de linealidad que las integrales del capítulo anterior. Por ejemplo, es
inmediato probar
Sea a ∈ R y sean f, g : [a, ∞) → R funciones integrables Riemann en todos los intervalos de la
forma [a, c] ⊂ [a, ∞). Si las integrales impropias
Z ∞ Z ∞ Z ∞
f (x) dx y g(x) dx convergen, entonces (f (x) + g(x)) dx
a a a
converge y Z ∞ Z ∞ Z ∞
(f (x) + g(x)) dx = f (x) dx + g(x) dx.
a a a

5.7.1. Criterios de convergencia de integrales impropias


En los ejemplos que hemos visto hasta ahora, hemos determinado la convergencia o divergencia R ∞de
la integral impropia usando exclusivamente la definición. Por ejemplo, para una integral del tipo a f
Rs
hemos hallado las integrales a f y estudiado la existencia de límite. Esto no siempre es posible (por
ejemplo, si no podemos disponer de una primitiva elemental del integrando) y por tanto es conveniente
conocer condiciones que nos aseguren la convergencia oRdivergencia de una integral impropia sin necesidad
s
de calcular explícitamente esas “integrales parciales”, a f . La situación es totalmente análoga a lo que
se ve para series: podemos determinar la convergencia o no de una serie (es decir la convergencia de la
sucesión de sumas parciales) sin calcular explícitamente sus sumas parciales; lo hacemos mediante criterios
de convergencia. Para integrales impropias tenemos también criterios de convergencia.
Consideraremos integrales de funciones f definidas en intervalos de la forma [a, b) con a ∈ R y a < b ≤
+∞. Resultados análogos se tienen para los otros casos. Empecemos considerando funciones positivas.

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5.7 Integrales impropias 109

5.14 Teorema. Sean a ∈ R y a < b ≤ +∞. Sea f : [a, b) → R una función no negativa que es integrable
en todos los intervalos de la forma [a, c]con a < c < b. Entonces:
Z b Z s
• La integral f converge si y solo si existe M ∈ R tal que f ≤ M para todo s ∈ (a, b), es decir
Z s a  a

si f | s ∈ (a, b) es acotado.
a
Z b Z s 
• La integral f diverge si y solo si el conjunto f | s ∈ (a, b) no es acotado.
a a
Si la integral converge se tiene
Z b Z s
f = sup f.
a a<s<b a
Rs
Demostración. Como f (x) ≥ 0 para todo x, la función g(s) ≡ a f crece con s y por tanto, según vimos al
Rs R s
estudiar las funciones crecientes, existirá lı́mx→b− g(s) = lı́ms→b− a f si y solo si a
f | s ∈ (a, b)
es acotado. Además, según vimos también, en ese caso se cumple que
Z s Z s
lı́m f = sup f .
s→b− a a<s<b a
R s
Si a
f | s ∈ (a, b) no es acotado entonces lı́mx→b− g(s) = +∞ (¿por qué?) y por tanto la integral
diverge.

Este resultado implica fácilmente el siguiente.


5.15 Teorema. (Criterio de comparación)[Importante]. Sean a ∈ R y a < b ≤ +∞. Sean f, g :
[a, b) → R dos funciones no negativas que son integrables en todos los intervalos de la forma [a, c] con
a < c < b y supongamos que
0 ≤ f (x) ≤ g(x), para todo x ∈ [a, b).
Rb Rb
• Si la integral a g converge entonces la integral a f también converge.
Rb Rb
• Si a f = +∞ entonces también a g = +∞.
Z ∞ Z ∞ Z 1 x
−x2 1 e
Ejercicio: Probar que e dx y √ dx convergen y dx diverge.
0 x
1+x 3
1 0
(Indicación: comparar con las funciones de los ejemplos 5.11, 5.12, 5.13.)
Del criterio de comparación se deduce
5.16 Teorema. (Criterio de comparación en el límite). Sean a, b con a ∈ R y con b ∈ R, b > a ó
b = +∞. Sean f, g : [a, b) → R dos funciones no negativas que son integrables en todos los intervalos de
la forma [a, c] con a < c < b.
f f (x)
Supongamos que g(x) > 0 para todo x ∈ [a, b) y que tiene límite en b y es lı́m = L ∈ (0, +∞).
g x→b− g(x)
Rb Rb
Entonces las integrales a f e a g o son ambas convergentes, o ambas divergen a +∞.
Demostración. Ejercicio. (Es la misma idea que nos permitía obtener el criterio de comparación en el
límite para series de términos positivos a partir del criterio de comparación.)
Z ∞ 2 Z 1 √
3x + x −x2 x
Ejercicio: Probar que: 2+1
e dx y dx convergen y
Z ∞ 1 x 0 sen x
3x4 + 1
dx diverge.
1 2x5 + 3x + 7
(Indicación: comparar con las funciones de los ejemplos 5.11, 5.13, 5.12.)

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110 CÁLCULO DE PRIMITIVAS. INTEGRALES IMPROPIAS

Integrales impropias absolutamente convergentes


Los criterios anteriores requieren que la función f que se integraR sea no negativa. Si queremos

determinar si converge o no una integral impropia, por ejemplo del tipo a f , con una función arbitraria,
R∞
se puede empezar por estudiar la convergencia de a |f | (a esa integral sí podemos aplicarle los criterios
R∞
anteriores) y si ésa converge, a f también converge. Esto es lo que nos dice el teorema siguiente, pero
antes haremos una definición (como vemos ¡todo es muy similar a lo que estudiamos para series!):

5.17 Definición. En cualquiera de los casos, se dice que la integral impropia de una función f en un
intervalo converge absolutamente si la integral de |f | en ese intervalo es convergente

5.18 Teorema. Sean a ∈ R y sea b > a ó b = +∞. Sea f : [a, b) → R una función que es integrable en
todos los intervalos [a, c] ⊂ [a, b). Si la integral de f en [a, b) es absolutamente convergente entonces es
convergente y se tiene
Z b Z b
f ≤ |f |.
a a

Rb
Demostración. Supongamos que a
|f | < +∞. Como

−|f (x)| ≤ f (x) ≤ |f (x)| , para todo x ∈ [a, b) ,

se cumple que
0 ≤ f (x) + |f (x)| ≤ 2|f (x)| , para todo x ∈ [a, b)
Rb
Por el criterio de comparación se obtiene por tanto que a (f + |f |) < +∞. Como f = (f + |f |) − |f |, se
Rb
cumple (por la linealidad) que también a f es convergente.
Rs Rs
La desigualdad del enunciado es inmediata: si s ∈ (a, b) , se cumple a
f ≤ a |f | , tomando
Rb Rb
límites se sigue que a
f ≤ a |f |.

Z ∞
sen x
5.19 Ejemplo: La integral dx es absolutamente convergente y por tanto convergente.
1 x2
En efecto, se deduce inmediatamenteZ ∞ del criterio de comparación: Z ∞
1 | sen x|
como | sen
x2
x|
≤ x12 para todo x ≥ 1 y 2
dx converge (ejemplo 5.12), dx también converge.
1 x 1 x2

El recíproco del último resultado no es cierto. Veamos un ejemplo:


R∞
5.20 Ejemplo: 1 senx x dx es convergente, pero no absolutamente convergente.

Demostración. Probemos primero que no es absolutamente convergente. Obsérvese que para todo natural
n se tiene
Z (n+1)π Z π
| sen x| dx = sen x dx = 2.
nπ 0

Entonces
Z Nπ N −1 Z (n+1)π
sen x X sen x
dx ≥ dx
1 x n=1 nπ
x
N −1 Z (n+1)π N −1
X 1 2 X 1
≥ | sen x| dx = ,
n=1
(n + 1)π nπ π n=1 n + 1

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5.7 Integrales impropias 111

R Nπ sen x
con lo que vemos que lı́mN →∞ 1 x dx = +∞ lo que implica que
Z ∞
sen x
dx = +∞.
1 x
R∞
Pasemos ahora a ver que 1
sen x
x dx converge. Integrando por partes (tomando v 0 (x) = sen x y
u(x) = x1 ), obtenemos
s s s
− cos x
Z Z
sen x cos x
dx = − dx
1 x x 1 1 x2
Z s
cos s cos x
= cos 1 − − dx.
s 1 x2
Hay que ver que existe el límite cuando s → +∞ de esa función de s. Eso es fácil: para el último sumando
usamos que
cos x 1
2
≤ 2 , x ≥ 1;
x x
R∞ 1
entonces, como sabemos (ejemplo 5.12) que 1 x2 dx < ∞, el criterio de comparación implica que
R ∞ cos x
1 x2 dt es absolutamente
Rs
convergente y, por tanto, convergente, lo que equivale a decir que existe
(en R) lı́ms→+∞ 1 cos x2
x
dx. El otro sumando es muy fácil: lı́ms→+∞ coss s = 0. Luego, efectivamente
R s sen x R∞
lı́ms→+∞ 1 x dx existe (en R), es decir, la integral 1 senx x dx es convergente.
R∞
Nota. La integral 0 senx x dx también converge. ¿Por qué?

Ejercicio:
R∞ sen x
• Si p > 1, entonces la integral 1 xp dx converge absolutamente.
R∞ sen x
• Si 0 < p ≤ 1, entonces la integral 1 xp dx converge pero no converge absolutamente.
R∞ sen x
• Si p ≤ 0, entonces la integral 1 xp dx no converge.

5.7.2. Criterio de la integral para series


Para terminar este tema probaremos que existe una estrecha relación entre la convergencia de algunas
series y la de algunas integrales impropias.

5.21 Teorema. Sea f : [1, ∞) → R una función no negativa y decreciente. Entonces los enunciados
siguientes son equivalentes:
P∞
(i) la serie n=1 f (n) converge,
R∞
(ii) la integral impropia 1 f (x) dx converge.

Demostración. En primer lugar observemos que f , por ser decreciente, es integrable en cualquier intervalo
de la forma [1, α] con 1 < α < ∞. Nótese también (justificarlo) que
Z n+1
f (n + 1) ≤ f (t) dt ≤ f (n), para todo n.
n

Sumando, obtenemos
N
X Z N +1 N
X
f (n + 1) ≤ f (x) dx ≤ f (n), N ≥ 1,
n=1 1 n=1

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112 CÁLCULO DE PRIMITIVAS. INTEGRALES IMPROPIAS

1 ´ f H1L
1 ´ f H2L
1
1 ´ f H2L
1 ´ f H3L

1 ´ f H4L 1 ´ f H3L
1 ´ f H5L 1 ´ f H4L

1 2 3 4 5 1 2 3 4 5

R N +1 R N +1
f (2) + · · · + f (N + 1) ≤ 1 f 1 f ≤ f (1) + f (2) + · · · + f (N )

o, equivalentemente,
N
X +1 Z N +1 N
X
f (n) ≤ f (x) dx ≤ f (n), N ≥ 1,
n=2 1 n=1

lo que implica claramente que (i) y (ii) son equivalentes.

Nota. Es claro que la conclusión del teorema anterior sigue siendo válida si se supone que f ≥ 0 y es
decreciente en un intervalo de la forma [α, ∞) con α > 0.

R∞ 1
Ejemplo: Como 1 xα dx converge si y solo si α > 1, obtenemos que

X 1
la serie α
converge si y solo si α > 1.
n=1
n


X 1
Ejercicio: Determinar los α ∈ R para los que la serie es convegente.
n=2
n(log n)α

Como hemos visto, existen bastantes similitudes entre integrales impropias y series. Sin embargo, hay
una propiedad importantePde las series convergentes cuyo análogo para integrales impropias
R∞ no es cierto:

sabemos que si una serie, n=1 an , converge entonces {an } → 0 pero una integral, a f (x) dx , puede
ser convergente y no ser cierto que lı́mx→∞ f (x) = 0. Por ejemplo, comprobar como ejercicio que si
definimos f : [1, ∞) → R como
(
1 si x ∈ [n, n + n12 ] para algún n ∈ N
f (x) = ,
0 en otro caso
R∞
entonces 1 f (x) dx converge, pero no se cumple que lı́mx→∞ f (x) = 0.
Un ejemplo menos ‘rebuscado’ es la función

f : [1, ∞) → R , f (x) = sen(x2 ) .


R∞
Comprobar que la integral f (x) dx es convergente pero f no tiene límite en +∞.
1
Rs R s2 sen
(Indicación: para demostrar la convergencia probar que, para todo s > 1, 1 sen x2 dx = 1 √t dt y usar
2 t
el resultado del segundo apartado del ejercicio de la pag. 111.)

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