Caso Sosa VS Alvarez Machain2
Caso Sosa VS Alvarez Machain2
Caso Sosa VS Alvarez Machain2
El caso que nos ocupa, involucró diversos dispositivos legales entre los que
encontramos el Alien Tort Statute (ATS), así como la ley federal de reclamos de agravio,
en el cual un agente especial de la Administración Antidrogas de Estado Unidos (DEA) de
nombre Enrique Camarena, fue secuestrado y asesinado por un cartel de droga mexicano en
el año 1985.
El tribunal además determinó que José Francisco Sosa, uno de los ciudadanos
mexicanos que participaron en la privación ilegal de la libertad de Álvarez-Machain, violó
el derecho internacional y en ese caso sí procedía juzgarlo atendiendo el contenido del
ATS, sin embargo el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito anuló dicha decisión
dictaminando que la DEA no podía autorizar el arresto de un ciudadano extranjero en otro
país, es decir, en las circunstancias en que sucedieron los hechos, y por ello, era
responsable.
La Corte Suprema debía decidir si el ATS permite que los particulares entablen
demandas contra ciudadanos extranjeros por delitos cometidos en otros países en violación
al derecho internacional, y si una persona puede entablar una demanda en virtud de la Ley
Federal, votando finalmente por unanimidad a favor de Sosa, estableciendo que la intención
del AS era otorgar a los tribunales jurisdicción sobre violaciones aceptadas por el mundo
civilizado y definidas con una especificidad comparable a las características de los
paradigmas del siglo XVIII (piratería, embajadores y salvoconductos), y como los agravios
de Álvarez-Machain no entraban en ninguna de dichas categorías. Sin embargo, el
argumento más sorprendente es que como el arresto tuvo lugar fuera de Estados Unidos,
Cabe destacar que a este proceso comparecieron tanto el gobierno de México como
el de Canadá, mediante la figura del amicus curiae,
Así la Corte estableció un marco flexible para determinar qué agravios constituyen
causas de acción bajo el ATS, siendo cuatro los principios torales: universalidad,
obligatoriedad, especificidad y consideraciones prudenciales.
Por lo que hace al primero, establece que debe ser una norma reconocida
universalmente por el derecho de gentes como una norma prohibida para que sea
procesable. Lo interesante en este aspecto, es que se estableció que dicho reconocimiento
puede ser tanto explícito -a través del texto convencional-, como implícito -a través de su
práctica consuetudinaria-.